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LA OBESIDAD COMO FACTOR DE RIESGO PARA LAS ENFERMEDADES

CORONARIAS

Introducción: La obesidad como factor de riesgo en enfermedades coronarias y sus


consecuencias están en aumento en todas las edades y regiones del mundo.

Objetivo: Conocer la prevalencia y la evolución de la obesidad y el sobrepeso en la


población pediátrica de nuestro medio y si factores como la edad, sexo o
hipertensión arterial están asociados a la obesidad/sobrepeso.

Diseño y participantes: Se realizó un estudio retrospectivo de seguimiento de una


cohorte de todos los niños nacidos en 2010 en la Caja Nacional de Salud
Cochabamba. Las fuentes utilizadas fueron las historias clínicas, recogiéndose las
siguientes mediciones: peso, talla e IMC de cada paciente en la revisiones
correspondientes a recién nacido, 2 años, 6-7 años, 10-11 años y 14-15 años, más
tensión arterial de las dos últimas revisiones.

Resultados: La prevalencia de Obesidad en nuestra población a los 14 años fue de


9,8% según criterios de Cole et al y de 18,3 % según criterio de Hernández et al.
Respecto a la alteración en 1ª toma de tensión arterial durante la revisión de los 11 y
14 años, encontramos una relación estadísticamente significativa entre padecer
hipertensión arterial y obesidad a los 14 años.

Conclusiones: Con nuestro estudio hemos comprobado que en nuestra población


se está produciendo un aumento alarmante de obesidad y sobrepeso, al igual que se
refleja en las publicaciones consultadas. La condición de obesidad infantil puede
favorecer la presencia de otros factores de riesgo cardiovascular como la
hipertensión. Creemos que la obesidad y el sobrepeso son un problema real e
instaurado en la población cochala.

Palabras clave: Estudio de cohorte retrospectivo, obesidad, Niños, enfermedades


coronarias.
ABSTRACT
Introduction: Obesity as a risk factor for coronary heart disease and its
consequences are increasing in all age groups and regions of the world.

Objective: To know the prevalence and the evolution of obesity and overweight in the
pediatric population of our environment and if factors such as age, sex, or high blood
pressure are associated with obesity/overweight. Design and participants: a
retrospective study of follow-up of a cohort of all children born in 2010 in the national
health Cochabamba Introduction: Obesity as a risk factor for coronary heart disease
and its consequences are increasing in all age groups and regions of the world.

Design and participants: a retrospective study of follow-up of a cohort of all children


born in 2010 in the national health Cochabamba. The sources used were records,
collecting is the following measurements: weight, height and BMI of every patient in
the revisions for newly born, 2 years, 6-7 years, 10-11 years and 14-15 years, more
blood pressure of the two latest revisions.

Results: The prevalence of obesity in our population at the age of 14 was 9.8%
according to criteria of Cole et and 18.3% according to Hernandez et to the. With
respect to the alteration in 1st take blood pressure during the review of 11 to 14
years, we found a statistically significant relationship between suffer from high blood
pressure and obesity at age 14.

Conclusions: Our study, we found that in our population is happening an alarming


obesity and overweight increase, as reflected in the consulted literature. The
condition of childhood obesity may favour the presence of other factors of
cardiovascular risk like hypertension. We believe that obesity and overweight are a
real and established problem in the cochala population.

Key words: retrospective cohort study, obesity, children, heart disease.


INTRODUCCIÓN

La obesidad se ha convertido en un factor de riesgo para ciertas enfermedades, en


nuestro caso para enfermedades coronarias, siendo así que desde muy niños se
padece de esta enfermedad ya que las costumbres han cambiado dándose al niño
alimentos no nutritivos sino llenos de grasas que a la larga harán de ellos niños con
sobrepeso y con un alto predominio a adquirir algunas enfermedades coronarias y
vasculares.

Según investigaciones el 59% de los hombres y el 48% de las mujeres del mundo
tienen sobrepeso u obesidad, por no proporcionar a su organismo los nutrientes
esenciales y fluidos en el momento más crítico del día. En Bolivia la obesidad
alcanza al 40% de la población. La cotidianeidad con la que se maneja nuestro
entorno nos hace personas sin tiempo, esto ha convertido al desayuno en un hábito
muy poco frecuente, lo que puede provocar una descompensación en el organismo,
falta de energía o incluso sobrepeso, ya que no consumir la primera comida del día
disminuye la capacidad cognitiva, la concentración y afecta el rendimiento a lo largo
de la jornada. El tomar un desayuno con regularidad permite un mayor control sobre
el apetito, ayudando así a controlar el peso y prevenir la obesidad, en el día el
cuerpo utiliza la energía (micronutrientes) que nos sirve como combustible. Y que por
la noche nuestro organismo utiliza los materiales de construcción (micronutrientes)
para reponerse. Paralelamente a estos fenómenos se pierde un litro de agua durante
el sueño a través de la respiración, sudoración y la diuresis, por lo tanto un desayuno
saludable, es vital para brindar al organismo micronutrientes y agua que ayudarán a
recuperar lo perdido por el cuerpo. Pero lo que se hace al no consumir un buen
desayuno rico en nutrientes es que nos atiborramos de alimentos chatarras que nos
producen malestares y sobre todo producen un sobrepeso que nos conduce a
adquirir otras enfermedades que a larga pueden producirnos la muerte.

La obesidad es un síndrome de etiopatogenia multifactorial caracterizado por un


aumento del tejido graso. Esta anormalidad de la composición corporal se acompaña
de variadas manifestaciones patológicas. Así, la Conferencia de Consenso del NIH,
USA 1985, señala: "la obesidad está claramente asociada con hipertensión,
hipercolesterolemia, diabetes mellitus no insulino dependiente y aumento de algunos
cánceres y otros problemas médicos...". En consecuencia, esta patología en forma
directa o a través de sus enfermedades asociadas, reduce las expectativas de vida
de quienes la padecen.

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de


tejido graso que puede ser perjudicial para la salud, para identificar ambas
condiciones se utiliza el índice de masa corporal (IMC), que es un indicador simple
de relación entre el peso y la talla, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud
un IMC en adultos igual o superior a 25 determina sobrepeso, y uno igual o superior
a 30 determina obesidad. El incremento de esta patología a nivel mundial, sus
consecuencias y el costo que demanda la atención de sus complicaciones es una
carga muy grande para los servicios de salud de todos los países y sobretodo una
amenaza para calidad de vida de la población 1, se constituye en el quinto factor
principal de riesgo de defunción en el mundo y está asociada principalmente a
diabetes y cardiopatía isquémica, su control requiere acción inmediata y esfuerzo
conjunto, expresados en una declaración de alto nivel realizada por todos los países
en Naciones Unidas2.

El sobrepeso y la obesidad infantil han adquirido notoriedad en los últimos años,


alrededor de 43 millones de niños y niñas menores de cinco años están afectadas
por esta condición, la mayor parte de ellos vive en países en desarrollo 3. Los niños y
niñas obesos tienen riesgo de obesidad en la edad adulta y como consecuencia de
ello discapacidad y muerte prematura 4. A corto plazo, la obesidad puede afectar a
1
Gotmaker SL, Swinburn BA, Levy D, Carte R, Mabry PL, Finegood DT,, Moodie M. Changing the
future of obesity: science, policy and action. The Lancet 2011;378:838-47
2
Declaración Política de la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General sobre la Prevención y el
Control de las Enfermedades No Transmisibles Sexagésimo sexto período de sesiones Tema 117 del
programa Seguimiento de los resultados de la Cumbre del Milenio Proyecto de resolución presentado
por el Presidente de la Asamblea General 16 de septiembre de 2011.
3
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/index.html
4
Baur LA. The art of medicine. Changing perceptions of obesity - recollection of a pediatrician The
Lancet 2011;378:762-4
casi todos los órganos causando alteraciones serias que incluyen hipertensión,
dislipidemia, resistencia a la insulina, hígado graso, complicaciones pulmonares y
psicológicas5.

La región Latinoamericana no escapa a esta tendencia mundial 6, se han informado


prevalencias crecientes de obesidad y de enfermedades crónicas relacionadas con la
alimentación7. Un porcentaje de sobrepeso y obesidad ocurre en la edad pediátrica,
factores y determinantes asociados se han estudiado con detalle en países como
Chile y Brasil, lo que ha permitido desarrollar programas preventivos. En Bolivia
existe escasa literatura sobre este problema en la edad pediátrica, sin embargo, hay
evidencia de que estamos en plena transición nutricional 8, datos publicados señalan
un porcentaje mayor a 6% de sobrepeso y obesidad en niños y niñas menores de
cinco años, medido por la relación peso para la talla usando los patrones
OMS/NCHS(1979). Se desconoce cuál sería la modificación de estos porcentajes
aplicando los estándares de crecimiento OMS de 2006, en Bolivia el problema
nutricional de mayor prevalencia es la talla baja, que es un factor de riesgo para
desarrollo de sobrepeso y obesidad posterior. La política nutricional del país
destinada a la niñez, a partir del año 2006 ha sido enfocada en la reducción de talla y
peso bajos, sobretodo en el niño menor de dos años 9, rango de edad en el que
cualquier problema afecta de manera irreversible el desarrollo y crecimiento futuros.

Debido al gran problema de salud pública que supone la obesidad, es muy


importante poder hacer un diagnostico precoz en la infancia y prevenir y manejar la
obesidad mejorando la función metabólica, disminuyendo así el riesgo de las
complicaciones asociadas. La prevención ha de realizarse de forma universal a toda

5
Vander Wal JS, Mitchel ER. Psychological complications of pediatric obesity. Pediatr Clin N Am
2011;58.1393-1401
6
Uauy R, Monteiro CA. The challenge of improving food and nutrition in Latin America Food and
Nutrition. Bulletin 2004;25(2): 175-82
7
Peña M, Bacallao J. La obesidad y sus tendencias en la región. Rev Panam Salud Publica
2001;10(2):75-8
8
Aguilar AM. Transición nutricional en Bolivia: desnutrición y obesidad. Anales de la Academia
Boliviana de Medicina 2006:81-101
9
Ministerio de Salud y Deportes. Marco Lógico Nacional del Programa Multisectorial Desnutrición Cero
2012-2015 La Paz Bolivia 2012.
la población y selectiva a los sujetos con factores de riesgo. Las intervenciones
principalmente son educacionales respecto a estilos de alimentación y de vida,
fomentando una dieta equilibrada y ejercicio físico. Pueden realizarse tanto en el
medio escolar, familiar o sanitario. Dado el creciente aumento de la obesidad infantil
en el primer mundo, catalogado por algunos como epidemia, nos parece interesante
conocer exactamente el factor de riesgo que constituye en las diferentes
enfermedades coronarias, de esta forma, podremos iniciar las medidas preventivas
generales contra la obesidad en el momento más idóneo y durante el tiempo
necesario.

MATERIAL Y MÉTODO

Se ha realizado un estudio retrospectivo de seguimiento de una cohorte de todos los


niños nacidos en 2010 en el área de Salud de la Caja Nacional de Cochabamba (n =
92). Esta Zona Básica de Salud tiene una población pediátrica total de 0 a 14 años
de unos 830 niños. Las fuentes utilizadas son las historias clínicas del centro de
salud, en los casos en los que faltaba la revisión de los 14 años, se les pidió la
asistencia para poder realizar las mediciones hasta los 16 años.

Los datos recogidos de cada paciente fueron: peso, talla e IMC en la revisiones de
recién nacido, 2 años, 6-7 años, 10-11 años y 14-15 años, y de tensión arterial de las
dos últimas revisiones. Valoramos el IMC de cada paciente para ver si eran
patológicos según los estándares para su edad y sexo por los dos sistemas de
referencia ya comentados, y la tensión arterial según las tablas para su edad, sexo y
percentil de talla.

De cada paciente obeso o con sobrepeso se calculó, a partir del momento de su


debut, la evolución de la desviación estándar de la media de su IMC, para así tener
una valoración cuantitativa exacta de la mejoría o no de su obesidad a lo largo del
desarrollo de cada paciente. Los datos fueron introducidos en una base de Excel,
para después analizarlos con el programa estadístico SPSS.
RESULTADOS

La proporción, según el sexo, fue de 54,9% hombres y 45,1% mujeres (n = 92). La


prevalencia de obesidad y sobrepeso en las distintas edades de los controles del
niño sano, como podemos ver en la tabla 1, ha experimentado un notable aumento,
sobre todo desde los 6 a los 11 años, llegando hasta alrededor de un 35% en total, a
partir de un 7% al nacimiento y un 10% a los 2 años, y estabilizándose después en
un 30% a los 14 años.

Tabla Nº 1
Edad Prevalencia de Intervalo Prevalencia Intervalo Total
sobrepeso de de de
confianza obesidad confianza
al 95% al 95%
Según criterios de Cole et al
RN No hay referencias
2 años 9,8% 3-17% 2,4% 11-32% 12,2%
6 años 25,6% 6-21% 6,1% 20-41% 31,7%
11 años 25,6% 3-24% 11% 21-42% 36,6%
14 años 22% 4-25% 9,8% 22-43% 31,8%
Según criterios de Hernandez y cols.
RN 7,3% 3-12% 0% 0-4% 7,3%
2 años 2,4% 1-14% 6,1% 2-12% 8,5%
6 años 9,8% 3-12% 6,1% 2-11% 15,9%
11 años 8,5% 3-12% 22% 7-24% 30,5%
14 años 13,4% 8-13% 18% 6-14% 31,7%
Tabla 1. Prevalencia de obesidad en nuestra población a distintas edades
considerando los datos perdidos, según criterios de Colé y de Hernández. RN:
Recién nacido.

Como podemos observar en la tabla 1, los valores de la prevalencia de obesidad y


sobrepeso varían mucho según los estándares de referencia que usemos. Estos
resultados se comprenden mejor analizando la figura 1: es mucho más fácil ser
diagnosticado de sobrepeso y menos de obeso con los estándares de Cole et al y al
revés con los de Hernández y cols. A los 6 años los valores para diagnosticar
sobrepeso y obesidad son más bajos según Cole et al que según Hernández y cols.
Figura 1. Punto de corte de obesidad y sobrepeso según Hernández y Cole en niñas
y niños.

Respecto a la alteración en la 1º toma de tensión arterial durante la revisión de los 11


y 14 años, al analizar los pacientes obesos de 14 años diagnosticados por los
criterios de Cole et al, hemos encontrado una asociación entre obesidad e
hipertensión arterial, con un resultado estadísticamente significativo (p = 0.003): 2
hipertensos de los 8 niños obesos, frente a 2 hipertensos de 67 niños no obesos
(figura 2). No hemos encontrado relación significativa entre obesidad y otros factores
analizados, como el sexo o la edad al debut.

Figura 2. Proporción de hipertensos entre los pacientes de la muestra a los 14 años.


También hemos calculado las curvas de IMC de nuestra población y las medias y las
desviaciones típicas, que se encuentran en rangos similares a las publicadas por
Hernández y cols, salvo a los 11 años donde la media y la desviación típica son
superiores en nuestra población, y a los 14 años la desviación típica (tabla 2).

Tabla Nº 2
IMC RN IMC a los 2 IMC a los 6 IMC a los IMC a los
años años 11 años 14 años
Nº casos 80 80 80 78 75
válidos 2 2 2 4 7
Perdidos 13.5604 16.4747 16.7118 19.8051(↑) 21.7911
Media 13.7750 16.2650 16.0950 19 21.4200
Mediana 13.45 15.32(a) 15.15 14.38 18.64(a)
Moda 1.1320 1.4696 2.1366(*) 3.6180(↑) 3.7901(↑)
Dev. Tip 10.80 13.63 13.06 14.38 16.07
Mínimo 15.78 20.61 23.05 28.36 30.85
Máximo

Por último, hemos calculado en cada paciente con obesidad o sobrepeso, en algún
momento de nuestro estudio, el valor de la desviación estándar de la media en cada
revisión posterior al inicio de su patología, para así ver la evolución exacta de su IMC
respecto a su edad. Resumimos la evolución conjunta de nuestros pacientes en la
figura 3, donde incluimos la media del sumatorio de las desviaciones estándar de los
IMC de los obesos y con sobrepeso a cada edad, y como se puede comprobar hay
un pico de máximo empeoramiento del IMC a los 11 años en nuestra población, y
una tendencia ligera a mejorar a los 14 años los pacientes previamente
diagnosticados, a pesar de que aumente la prevalencia de la obesidad en esas
mismas edades.

Figura 3. Medias de las desviaciones típicas (SD) del IMC de los sujetos de la
muestra sin normopaso.
PROBLEMAS DE SALUD RELACIONADOS CON SOBREPESO Y OBESIDAD
ENFERMEDAD DE LAS ARTERIAS CORONARIAS
A medida que el índice de masa corporal aumenta, también aumenta el riesgo de
sufrir enfermedad de las arterias coronarias. Esta enfermedad consiste en el depósito
de una sustancia serosa llamada placa dentro de las arterias coronarias, que llevan
sangre rica en oxígeno al corazón.

La placa puede estrechar o bloquear las arterias coronarias y disminuir la circulación


de sangre que llega al músculo cardíaco. Esta situación puede causar angina o un
ataque cardíaco. (La angina consiste en dolor o molestias en el pecho). La obesidad
también puede conducir a insuficiencia cardíaca. La insuficiencia cardíaca es una
enfermedad grave en la que el corazón no puede bombear suficiente sangre para
satisfacer las necesidades del organismo.

Tabla 3
Mortalidad según variaciones de peso, siendo 100
para los pesos promedios
(Ref. 4)
Sobrepeso HOMBRES MUJERES
20% 121 123
30% 137 138
40% 162 163
50% 210

Tabla 4
Incremento del riesgo, según obesidad en
hombres considerando 100 para los pesos
promedio (Ref. 4)
Peso 20% Peso 40%
sobre sobre
promedio promedio
Enfermedad 128 175
coronaria
Ac. vascular cerebral 116 191
Cáncer 105 124
Diabetes 210 300
Todas las causas 121 162

OTRAS ENFERMEDADES
Ha sido motivo de controversia si la obesidad por sí misma es un factor de riesgo
independiente de cardiopatía coronaria ateroesclerótica o ejerce su influencia como
un elemento condicionante de otros factores, especialmente hipertensión arterial,
diabetes y dislipidemias. El estudio de Framingham demostró prospectivamente que
por cada 10% de incremento del peso, la presión arterial aumenta 6,5 mmHg, el
colesterol plasmático 12 mg/dl y la glicemia 2 mg/dl. La controversia para aceptarla
como un factor de riesgo independiente se debe, entre otros aspectos, a diferencias
en los diseños, especialmente en el tiempo de observación epidemiológica y en la
edad de ingreso de los individuos en estudio. El impacto es mayor cuando se
incorporan individuos jóvenes (menores de 40 años) y especialmente cuando el
análisis se realiza en poblaciones con seguimientos mayores a 10 años. Así, Keys
encontró en 1972 que la obesidad en hombres de poblaciones europeas y
norteamericanas, se comportó como un factor de riesgo independiente de cardiopatía
coronaria, pero que la mitad de su efecto era mediado por incrementos de colesterol,
de la presión arterial e intolerancia a la glucosa. Raskin (1977) en el estudio de
Manitoba en una población de hombres jóvenes, demostró que el IMC fue predictor
de enfermedad coronaria ajustando por edad y presión arterial, sólo después de 16
años de seguimiento. Hubert (1983) analizando la población de Framingham,
también encontró una asociación independiente luego de diez años de observación,
demostrando que en hombres la incidencia de enfermedad cardiovascular se duplica
en sujetos con índice de peso relativo mayor a 130 al compararlos con los con índice
menor a 110. En consecuencia, el concepto más aceptado en la actualidad, como
señala Pi-Sunyer, es que si bien existe controversia en aceptar a la obesidad como
un factor de riesgo independiente de enfermedad coronaria, la evidencia más
importante orienta a que tiene un efecto a largo plazo y que éste es mucho más
notorio en presencia de otros factores asociados como hipertensión, dislipidemia y
diabetes.

La distribución de la grasa corporal es un elemento adicional en la relación de


obesidad con ateroesclerosis y su asociación con los factores antes señalados.
Vague (1947 y 1956) demostró que en obesidad de predominio toracoabdominal
había mayor frecuencia de intolerancia a la glucosa, dislipidemia, hiperuricemia e
hipertensión, con aumento del riesgo cardiovascular. Esto ha sido corroborado por
varios autores y con diversas denominaciones, como el "cuarteto de la muerte" de
Kaplan (1989), consistente en obesidad toracoabdominal, intolerancia a la glucosa,
hipertrigliceridemia e hipertensión arterial. Aunque Reaven no consideró a la
obesidad en la descripción de su síndrome X (hiperinsulinemia, intolerancia a la
glucosa, hipertensión y dislipidemia), un aumento de la grasa visceral y
especialmente la obesidad toracoabdominal se asocia al Síndrome de Resistencia a
la Insulina condicionando un Síndrome Plurimetabólico con elevado riesgo
cardiovascular.

La asociación entre obesidad e hipertensión arterial es un hecho frecuente. Stamler


describe la prevalencia de hipertensión en una población norteamericana cercana a
un millón de personas, determinando que los obesos entre 20 y 39 años presentan el
doble y entre 40 y 64 años un 50% más de hipertensión que los sujetos de peso
normal. Hay estudios longitudinales que demuestran que el aumento de peso
produce un significativo incremento de la presión arterial, mientras una baja de peso
de pacientes obesos reduce las cifras tensionales. Los mecanismos patogénicos no
son claros, pero se ha postulado que la obesidad podría explicar esta asociación al
generar resistencia insulínica, con la consiguiente hiperinsulinemia. La insulina
reduce la excreción renal de sodio y a través de ello podría expandir el volumen
extracelular y la volemia, aumentando el gasto cardíaco y la resistencia periférica,
que son los principales componentes reguladores de la presión arterial. Además, la
hiperinsulinemia aumenta el tono simpático y altera los iones intracelulares (retención
de Na y Ca y alcalosis), lo que aumenta la reactividad vascular y la proliferación
celular. Todo lo anterior favorece la hipertensión, sin embargo hay argumentos que
discuten el rol de la hiperinsulinemia, como son algunas experiencias en animales y
la ausencia de hipertensión en pacientes con insulinomas. A pesar de todo, es un
hecho indiscutible que una de las medidas más efectivas para mejorar la hipertensión
en un individuo obeso es la reducción del peso. Más aún, en pacientes con dietas
hipocalóricas muy restrictivas debe vigilarse la aparición de hipotensión ortostática.
La experiencia clínica y epidemiológica ha demostrado una indiscutible asociación
entre obesidad y diabetes mellitus no insulino dependiente e intolerancia a la
glucosa. Grados moderados de obesidad puede elevar el riesgo de diabetes hasta 10
veces y el riesgo crece mientras mayor es la intensidad de la obesidad. También se
relaciona al tipo de obesidad, en cuanto a la distribución de la grasa corporal, siendo
mayor en obesidad de tipo toracoabdominal.

Entre las causas más frecuentes de dislipidemias secundarias destaca la obesidad.


Ello se asocia al síndrome de resistencia insulínica frecuentemente observado con el
exceso de tejido graso, más aun cuando hay una distribución toracoabdominal o
visceral.

Genética

Obesidad Diabetes

Resistencia insulínica

Hiperinsulinemia

Hipertensión Dislipidemia Ateroesclerosis

Figura 4. Síndrome de resistencia insulínica y su relación a obesidad.

DISCUSIÓN
La obesidad y el sobrepeso infantil se ha extendido entre los niños bolivianos
haciendo peligrar la vida, ya que ocasiona o es un factor de riesgo para
enfermedades en nuestro caso enfermedades coronarias, es por ello que los padres
ante todo deben ofrecer a sus niños alimentos nutritivos en vez de alimentos
chatarras que a la larga les producen obesidad y sobrepeso poniendo en peligro su
vida y dolor en su derredor.

Hemos podido observar un incremento en el número de casos en la población


conforme han ido creciendo, desde alrededor de un 6 % a los 6 años hasta un 18 %
a los 14 años en esos mismos pacientes, en cuanto al sobrepeso, según criterios de
Cole et al, al llegar a los 14 años alcanzamos en nuestra población un 22%, al mismo
nivel que las publicaciones recientes del estudio NHANES III 10, realizado por el
Center for Disease Control de Estados Unidos.

La condición de obesidad infantil, puede favorecer la presencia de otros factores de


riesgo cardiovasculares como la hipertensión, creemos que la obesidad y el
sobrepeso constituyen un problema real e instaurado en nuestra población y
debemos considerar para intentar diagnosticarlos lo antes posible y prevenirlos muy
activamente desde la consulta de atención primaria, pues como podemos comprobar
es una epidemia en expansión que habría que intentar frenar.

Se debe considerar que la obesidad también es un incremento en el porcentaje de


grasa corporal, cuya magnitud y distribución condicionan la salud del individuo. La
grasa puede distribuirse en el cuerpo de la siguiente manera: 1) Generalizada, es
aquella en la que la distribución de la grasa es pareja y no predomina en ningún
segmento particular; 2) Androide, cuya estrecha relación con las enfermedades
cardiovasculares la transforma en una distribución de riesgo, se la denomina también
troncular, central o visceral; 3) Ginecoide, en la que la grasa se distribuye
predominantemente en el segmento inferior del cuerpo. Se cree que debe hacerse
una intervención nutricional efectiva en los casos de enfermedad coronaria ya que el
10
US Department of Health and Human Services.Centers for Disease Control and Prevention.National
Center for Health Statistics.National Healthand United States. BMIAGE.
sobrepeso y la obesidad aumentan la prevalencia de enfermedad cardiovascular
hasta en un 54.7%. Además no solo se relaciona como factor de riesgo de
enfermedad cardiovascular, sino también relaciona con el aparecimiento de diabetes
mellitus tipo 2, hasta en un 61% de los casos el sobrepeso y la obesidad fueron un
factor de riesgo para enfermedades coronarias y otras.

La obesidad es un factor muy relevante en la patogenia de la diabetes mellitus no


insulino dependiente, de dislipidemias secundarias y de hipertensión arterial. El
aumento del tejido graso, especialmente con distribución tóraco-abdominal-visceral,
genera o acentúa una insulinorresistencia, con la consiguiente hiperinsulinemia,
produciéndose un síndrome plurimetabólico que es el nexo común en un número
significativo de pacientes que elevan así su riesgo cardiovascular. Esto se modifica
sustancialmente con la corrección de la obesidad, teniendo en cuenta que en lo
posible ella se debe evitar estimulando hábitos de vida saludable desde la edad
infantil

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