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EL ÁRBOL
En lo alto, pero todavía bajo las hojas y a la sombra del calor, me he sentado
a caballo sobre una rama apartada, balanceando mis pies en el vacío.
Había llovido. Gotas de agua caían y corrían por mi piel. Mis manos estaban
manchadas de musgo y los dedos de mis pies estaban rojos a causa de las flores
aplastadas.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
CANTO PASTORAL
Es preciso entonar un canto pastoral, invocar a Pan, dios del viento del
verano. Guardo mi rebaño y Selenis guarda el suyo, a la sombra redonda de un
olivo que tiembla.
Yo, arranco la lana de la espalda rubia de los corderos para llenar mi rueca,
e hilar. Las horas son lentas. Un águila cruza el cielo.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
PALABRAS MATERNALES
Me dice: «Juega con las vírgenes, danza con los niños; no mires por la
ventana; huye de las palabras de los jóvenes y teme el consejo de las viudas.
»Esa tarde, cuando te vayas, Bilitó, me dejarás tres frascos de hiel: uno para
la mañana, otro para el mediodía y el tercero, el más amargo, el tercero para los
días de fiesta.»
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
¡Psophis! ¡Ven aquí, pobre pequeña! Llévame hasta las fuentes, lávame los
pies con tus manos y estruja olivas con violetas para perfumar las flores.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
Un anciano ciego vive en la montaña. Por haber mirado a las ninfas, sus ojos
hace mucho tiempo que están muertos. Y, desde entonces, su felicidad es sólo un
recuerdo lejano.
»Sus nucas se inclinaban bajo sus largos cabellos. Sus uñas eran delgadas
como alas de cigarra. Sus pezones se ahuecaban como los cálices de los jacintos.
»Paseaban sus dedos por encima del agua y sacaban del fondo invisible los
nenúfares de largo tallo. Alrededor de sus piernas abiertas, lentos círculos se
ampliaban...»
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
CANCIÓN
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
UN HOMBRE PASA
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
EL DESPERTAR
Enseguida iré al establo. Daré a las cabras hierba y flores y agua fresca del
odre que habré sacado del pozo, de la que yo beberé al mismo tiempo que ellas.
Luego las ataré al poste para muñir sus suaves pezones tibios; y si los
cabritillos no se ponen demasiado celosos, mamaré con ellos de las elásticas ubres.
¿No ha nutrido Amaltea a Zeus? Pues yo también iré al establo. Pero todavía
no. El sol se levanta demasiado pronto y, mi madre aún no se ha despertado.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
LA LLUVIA
¡Ay, qué de flores en tierra! Tened piedad de las flores caídas. No hay que
barrerlas ni mezclarlas con el barro, sino guardarlas para las abejas.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
LAS FLORES
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
IMPACIENCIA
Me arrojé en sus brazos llorando y durante mucho rato ella sintió correr mis
cálidas lágrimas sobre su hombro, antes de que mi dolor me dejara decir:
–¡Ay, yo no soy más que una niña, los jóvenes ni me miran! ¿Cuándo tendré
como tú senos de jovencita que me hinchen el vestido e intenten besarme?
«Nadie tiene los ojos curiosos si mi túnica resbala, nadie recoge una flor que
cae de mis cabellos, nadie me dice que me matará si mi boca se da a otro.»
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
LAS COMPARACIONES
Ayer disputaba así con Melantó, mi hermana mayor. Ella estaba orgullosa
de su pecho, que acababa de crecer en un mes y, señalando mi túnica lisa, me había
llamado pequeña niña.
Sin que ningún hombre pudiera vernos, nos desnudamos frente a las mayores
y si Melantó me aventajaba en un punto, yo la ganaba de lejos sobre los otros.
¡Pastorcilla, pájaro de Kypris, canta con nuestros primeros deseos!
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
Me he bañado sola en el río del bosque. Sin duda les daba miedo a las
náyades pues las adivinaba apenas, desde tan lejos, bajo el agua oscura.
Las he llamado. Para atraerlas, he tejido sobre mi nuca unos iris negros
como mis cabellos, junto con unos ramilletes de claveles amarillos.
Yo las llamaba: «¡Náyades, náyades. Jugad conmigo, sed buenas!» Pero las
náyades son transparentes y, quizá, sin saberlo, he acariciado sus brazos ligeros.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
PHITTA MELIAI
En cuanto el sol sea menos ardiente iremos a jugar a la orilla del río y nos
pelearemos por un croco frágil y por un jacinto mojado.
¡Phitta Meliai, danos miel! ¡Phitta Náyades, bañaos con nosotras! ¡Phitta
Melíades, dad suave sombra a nuestros cuerpos sudorosos!
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
EL ANILLO SIMBÓLICO
Los viajeros que vuelven de Sardes hablan de los collares y de las piedras
que llevan las mujeres de Lidia, desde la punta de sus cabellos hasta sus pies
acicalados.
Cuando vuelven la punta hacia fuera, este gesto quiere decir: «Psiqué está
disponible». Si vuelven la punta hacia dentro, esto quiere decir: «Psiqué está
comprometida».
Los hombres creen en este juego, las mujeres, no. En cuanto a mí, apenas me
fijo hacia qué lado se mueve la punta porque Psiqué se entrega fácilmente. Psiqué
siempre está disponible.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
Sobre la hierba blanda, en la noche, las jóvenes con los cabellos ceñidos de
violetas han danzado todas juntas y, en cada pareja, una de las dos daba la
respuesta del amante.
Las otras dijeron: «Vosotras nos vendréis a buscar». Habían ceñido sus
vestidos para figurar que eran túnicas de hombre y, luchaban sin energía,
mezclando sus piernas danzantes.
Después, cada una de las que se decían vencidas, tomó a su amiga por las
orejas, como si fuera una copa que se coge por las dos asas, e inclinando la cabeza,
bebió el beso.
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PRIMERA VISTA Pierre Louÿs, Las canciones de Bilitis
Barcelona : Ediciones 29, 2003
LOS NIÑOS
El río está casi seco. Los juncos, mustios, mueren en el fango. El aire quema
y, lejos de las orillas carcomidas, un arroyo claro corre sobre un lecho de grava.
Pero caminan en la corriente, se deslizan por las rocas y tiran agua a las
niñas que ríen.
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