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Concepto y clasificación de bienes

El artículo 565 C.C señala que los bienes consisten en cosas corporales e incorporales, entonces, el concepto de cosa, que
es “todo aquello que existe y puede ser percibido por los sentidos (cosas corporales) o concebirse por la imaginación
(cosas incorporales), tales como los derechos, se excluyen a las personas.” Si estas cosas constituyen el medio para
satisfacer las necesidades de los sujetos y son apropiables se denominan bienes, y los bienes son el objeto de los derechos
reales.

No todas las cosas son bienes, solo aquellas que son apropiables.

Clasificación de bienes

1.- CORPORALES E INCORPORALES

Es criticada porque pone en un mismo plano dos categorías jurídicas diversas, como lo son las cosas y los derechos, pese
a lo cual, para efectos pedagógicos ella se mantiene. Con todo, debe tenerse presente que desde el momento en que se
otorga carácter de “bien” a un derecho se adopta en Chile la denominada doctrina de la cosificación de los derechos, esto
implica que sobre los derechos tenemos otro derecho: el de dominio; y por lo tanto es correcto afirmar que yo tengo el
derecho real de dominio sobre un derecho real de servidumbre.

Los derechos sobre los que recae el dominio puede ser reales o personales (artículo 576).

A.- Derechos reales


Es el que se tiene sobre una cosa sin respecto a determinada persona (577, inciso 1). El legislador establece una relación
jurídica entre una persona y una cosa, que puede ser total, en cuyo caso se llama dominio, o parcial, en cuyo caso
corresponde a un derecho real.
En cuando al titular de ese derecho puede ser una persona o varias, en donde se denomina copropiedad.

Los derechos reales se clasifican en de goce y de garantía:


- Los derechos reales de goce permiten la utilización directa de la cosa (su uso, percepción de frutos, y en
algunos casos la disposición). El más completo es el dominio y hay varios limitados, por ejemplo el usufructo o el
uso.
- Los derechos reales de garantía permiten utilizar la cosa indirectamente por su valor de cambio, ya que
permiten vía judicial la enajenación de los bienes para con el producto de ella extinguir una obligación
incumplida. Son la prenda y la hipoteca.

Los derechos reales también se clasifican atendiendo las facultades que otorgan y así se tiene por una parte el dominio
que otorga la plenitud de obligaciones sobre el bien y por otra parte todos los demás derechos reales que sólo confieren
ciertas facultades sobre la cosa por lo que son denominados derechos reales limitados.

Taxatividad de los derechos reales


A diferencia de los derechos personales es la ley la única que puede crear derechos reales, lo que es una consecuencia de
su carácter absoluto y recae directamente en el objeto. El Código los enumera en el inciso 2 del artículo 577, lo que por
cierto no impide que otras normas establezcan derechos reales adicionales, como el artículo 579.
Las normas atingentes a los derechos reales son consideradas de orden público, en cuanto ellas miran a la organización
de la propiedad. Lo anterior, en cuanto a los derechos reales en abstracto, en su regulación normativa, ya que para que
estos derechos reales se generen en el patrimonio de los sujetos se requiere de la voluntad de estos, y aquí estamos en
normas propias del derecho privado.

B.- Derechos personales


Son aquellos que solo pueden reclamarse de ciertas personas que por un hecho suyo o la sola disposición de la ley han
contraído obligaciones correlativas (art. 578). Es un vínculo obligatorio entre dos personas (acreedor y deudor), respecto
de una prestación determinada a dar, hacer o no hacer algo.

2.- MUEBLES E INMUEBLES

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Esta clasificación es la más relevante desde la perspectiva del tratamiento que el código da a la movilidad de los bienes
en Chile, lo cual se aprecia:

a.- Compraventa, ya que la de los inmuebles es solmene y los muebles consensuales.


b.- Tradición, muebles conforme al artículo 684 e inmuebles 686.
c.- Prescripción adquisitiva, porque para ganar por prescripción ordinaria a un inmueble se requieren 5 años y para los
muebles 2 años.
d.- En materia de sucesión por causa de muerte, ya que para disponer de inmuebles hereditarios hay requisitos especiales
(art. 688).
e.- En materia de sociedad conyugal, del que los inmuebles adquiridos a título gratuito durante el matrimonio
pertenecen al haber propio de cada cónyuge, mientras que los muebles corresponden al haber social.
f.- La acción rescisoria por lesión enorme sólo procede respecto a inmuebles.
g.- Las llamadas acciones posesorias solo proceden respecto a inmuebles.
h.- Hay derechos reales que solo aplican respecto de inmuebles: servidumbre, hipoteca, habitación y censo, mientras que
el derecho real de prenda sólo procede respecto de muebles.

2.1.- Bienes muebles


Son aquellos que pueden transportarse de un lugar a otro sin perder su individualidad. (577 y 574 inciso 1). Ellos se
subclasifican en:

- Muebles por naturaleza, que son aquellos susceptibles de movilizarse de un lugar a otro, sea moviéndose por sí
mismos, como los animales o a través de una fuerza externa, como las cosas inanimadas.
- Muebles por anticipación, son aquellas que, constituyendo productos accesorios a los inmuebles, son
considerados muebles antes de separarse para el solo efecto de constituir derechos a su respecto en favor de una
persona distinta del titular del inmueble, artículo 571. Una vez separado del inmueble, el bien adquiere el
carácter de inmueble por naturaleza, en la medida que tal separación sea permanente y no transitoria.

2.2.- Bienes inmuebles (artículo 578)


Son los que no pueden trasladarse de un lugar a otro, siendo su característica esencial su fijeza e inmovilización. El
código también los llamada bienes raíces o fincas.
Estos inmuebles se subclasifican a su vez en rústicos y no rústicos, clasificación que atiende al uso que puede dársele al
inmueble y así, si está destinado por ley a fines agrícolas, ganaderos o forestales será rústico, y si está destinado a otros
fines será no rústico. Se está frente a un criterio de orden funcional.

Cosa diferente es distinguir entre predios urbanos y rurales, ya que aquí estamos frente a un criterio geográfico o físico
dependiendo si estamos dentro o fuera del denominado radio urbano, que es una línea imaginaria creada por la ley.
Se subclasifican en:

- Inmuebles por naturaleza, (artículo 568), disposición que menciona los conceptos de fincas, bienes raíces, como
aquellas que no pueden transportarse de un lugar a otro.
- Inmuebles por adherencia, que son aquellos que por su naturaleza están destinados a adherir
permanentemente a la categoría anterior, como ocurre con los edificios o los árboles. Se exige aquí dos
requisitos: que el bien esté adherido al inmueble formando un solo todo con él, y que esa adherencia sea
permanente, ya que si solo es ocasional mantiene la calidad de mueble. Debe considerarse que estos inmuebles
por adherencia pueden revestir la calidad de muebles por anticipación, por el solo efecto de constituir derechos
en favor de terceros.
- Inmuebles por destinación, que son bienes muebles por naturaleza, que, por estar permanentemente destinados
al uso, cultivo o beneficio de un inmueble, por una ficción legal se les considera inmuebles, aunque ellos puedan
ser separados del inmueble sin detrimento (art. 579, inciso 1; 1830 y 1121). Entonces, para que revista el
carácter de inmueble por destinación es necesario que el mueble sea accesorio al inmueble y que la destinación
del mismo sea permanente y no ocasional. Si bien, el código exige y aquí que el mueble esté destinado “al uso,
cultivo y beneficio del inmueble”, lógicamente se entiende que basta con que concurra una de estas calidades y no
las tres. Estos inmuebles por destinación también pueden ser muebles por anticipación para los efectos de
constituir derechos a favor de terceros.

Art. 577.

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In 1: Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin respecto a determinada persona.
In 2: Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el
de prenda y el de hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales.

3.- CONSUMIBLES Y NO CONSUMIBLES

Ella solo aplica a los bienes muebles, la doctrina distingue entre consumibilidad objetiva y subjetiva.

3.1.- Son objetivamente consumibles los bienes que se destruyen natural o civilmente por el primer uso. Destrucción
natural implica la desaparición física o alteración sustancial del bien, en cambio, destrucción civil implica que el uso del
bien se completa a través de su enajenación: ejemplos, un alimento es naturalmente consumible, una moneda es
civilmente consumible.
Son objetivamente no consumibles los bienes que no se destruyen natural o civilmente por su primer uso.

3.2.- Son subjetivamente consumibles aquellos bienes que atendido el destino que tienen para su actual titular, su primer
uso importa enajenarlos o destruirlos y son subjetivamente no consumibles los que no.

Ambas categorías de consumibilidad habitualmente concurren de manera simultánea, pero es posible que no, por
ejemplo, un libro para la librería es subjetivamente consumible, pero no es objetivamente consumible. Esta clasificación
es relevante para el otorgamiento de ciertos actos jurídicos, que solo otorgan el derecho de uso y goce de una cosa, que
luego debe restituirse, y así por ejemplo el derecho real de usufructo no puede recaer en un bien consumible.

4.- FUNGIBLES Y NO FUNGIBLES

Bien fungible es aquel que puede ser reemplazado por otro en el cumplimiento de las obligaciones por considerarse que
tienen entre sí un mismo poder liberatorio; al acreedor le da lo mismo recibir uno u otro.

Bienes no fungibles son los que atendida su individualidad no pueden ser reemplazados por un equivalente.

Por regla general la fungibilidad es un concepto objetivo, pero también es posible reconocer una acepción subjetiva de
fungibilidad conforme a la cual dos cosas son subjetivamente fungibles cuando para el interesado tienen igual valor
económico o de uso, es decir, igual poder liberatorio, siendo frecuente que intervenga aquí el valor de afectación respecto
de la cosa.

De manera general la fungibilidad y la consumibilidad coinciden, pero ello no es necesariamente así, pudiendo existir
cosas consumibles y no fungibles, por ejemplo, un alimento cuidadosamente preparado, y hay bienes fungibles que no
son consumibles, como por ejemplo varios libros de una misma edición.

5.- PRINCIPALES Y ACCESORIOS

Son principales aquellos que existen por sí mismos, sin necesidad de otros, y son accesorios los que están subordinados a
otros, sin los cuales no pueden existir, por ejemplo, el suelo y los árboles, respectivamente. Si bien el código no formula
esta clasificación, ella aparece implícita, ella aparece implícita en diversas disposiciones: 587, 1122, 1127, 1830.

Así en los bienes inmuebles, aquellos por naturaleza son principales, y los por adherencia o destinación accesorios.

Esta clasificación tiene importancia por el principio de que lo accesorio sigue la suerte de lo principal, los que conlleva a
que, traspasado el derecho sobre una cosa principal, se entiende también traspasado el derecho sobre lo accesorio, y
extinguido el derecho sobre lo principal, lo mismo ocurre con lo accesorio.

6.- DIVISIBLES E INDIVISIBLES

Desde el punto de vista físico todo bien es divisible. Jurídicamente hay dos conceptos de divisibilidad:

a) Es materialmente divisible aquel bien que, al ser fraccionado, cada una de sus partes mantiene su estructura,
función y valor proporcional, y así el agua es divisible y un automóvil es indivisible.
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b) Son intelectualmente divisibles las cosas que pueden fraccionarse en cuotas o partes ideales, aunque no puedan
serlo materialmente.

Así entendido todo bien es divisible, incluso los incorporales, y para que ello no sea posible se requiere de una norma
expresa, como ocurre con las servidumbes. Así entendido, el dominio es divisible, pese a lo cual cada uno de los codueños
sigue ejerciendo su derecho de dominio sobre la totalidad de la cosa, debiendo respetar el ejercicio de este mismo derecho
por parte de los demás dueños del bien.

7.- SINGULARES Y UNIVERSALES

Son bienes singulares los que constituyen una unidad natural o artificial.

Son bienes universales las agrupaciones de bienes singulares que no tienen entre sí una conexión física, pero que están
vinculados por una unión funcional, recibiendo una denominación común.

Las universalidades

Se distingue entre universalidades de hecho y derecho.

7.1.- Universalidades de hecho


Es el conjunto de bienes que, no obstante, mantener su individualidad formar un todo al estar unidos por un vínculo de
igual destino, generalmente económico. Ellas presentan las siguientes características:

a.- Los bienes que la componen pueden ser de la misma naturaleza, condición, ejemplo: los libros de una biblioteca, en
cuyo caso se denominan colecciones; o bien, de una naturaleza diversa, como por ejemplo los bienes que conforman un
establecimiento de comercio, y que conforman las demás explotaciones.
b.- No se consideran estos bienes meras agrupaciones de cosas, sino que ellas se encuentran vinculadas por un destino o
finalidad, habitualmente económico.
c.- Los bienes mantienen su individualidad y por lo tanto no pueden ser parte de un solo todo, elementos de un bien
singular.
d.- La doctrina entiende que las universalidades de hecho solo contienen elementos activos y no pasivos o deudas, las que
solo pueden existir en las universalidades jurídicas.
7.2.- Universalidades de derecho o jurídicas
Están constituidas por un conjunto de bienes y relaciones jurídicas activas y pasivas, consideras jurídicamente como un
todo indivisible.
Existe aquí una correlación funcional entre activos y pasivos, de modo que el activo está precisamente dado para
responder de los pasivos. Se caracteriza también por adoptar lo que se denomina subrogación real, esto es, por el hecho
de que, al salir bienes determinados de la universalidad, ellos son reemplazados por otros que ingresan y que pasan a
formar parte integrante de la universalidad.

En Chile la universalidad jurídica típica es la herencia, a la que se agrega discutiblemente la sociedad conyugal, el
patrimonio reservado de la mujer casada o el patrimonio del fallido.

No siempre es fácil distinguir entre ambas categorías de universalidades, una constatación es que la universalidad de
hecho se constituye por decisión de los sujetos, mientras que la universalidad jurídica por disposición de la ley, otra
constatación es que en la universalidad de hecho existe unidad o al menos cercanía entre los bienes que lo componen,
mientras que la universalidad de derecho hay presencia de una masa heterogenia de bienes, sin vínculo real entre ellos,
pero con presencia de un interés general recogido por el legislador que hace conveniente darles un único tratamiento
jurídico.

Digamos finalmente que en nuestro derecho positivo no existe una reglamentación sobre las universalidades, lo que por
lo demás es común en el derecho comparado, sin embargo, tanto la distinción entre bienes singulares y universales como
la distinción entre universalidades de hecho y de derecho se encuentran presentes en el Código civil, y así lo establecen
los artículos 1317, 2304, 951 y 788.

*Zapatos = universalidad. “Explotación o colección”

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Tienen características atractivas del punto de vista profesional, son inestable y no están bien reguladas, y además, tienen
mucha contingencia tributaria.

8.- PRESENTES Y FUTUROS

Son presentes aquellos bienes que tienen existencia real al establecerse una relación jurídica, y son futuros aquellos que
no la tienen y tan solo se espera que existan. El carácter de futuro puede mirarse desde el punto de vista del objeto o del
sujeto; del objeto porque este aún no existe materialmente, o del sujeto si el bien existe, pero no pertenece a este.

Igualmente se distingue atendiendo a las probabilidades de existencia de la cosa futura y se distingue aquí entre bienes
futuros de existencia esperada y de existencia aleatoria; esta distinción es eminentemente graduable y relativa.

9.- COMERCIABLES E INCOMERCIABLES

Son comerciables aquellos bienes que pueden ser objeto de relaciones jurídicas privadas y a ello se refiere el artículo 1461
del código, como aquellos que pueden ser objeto de una declaración de voluntad. La regla general es que todos los bienes
sean comerciables.

Bien incomerciable es aquel que no puede ser objeto de relaciones jurídica privadas. Estos últimos pueden ser
incomerciables en razón de su naturaleza como aquellos que menciona el artículo 585, y a ellos se les califica como cosas
que están fuera del comercio humano; más aún, en realidad ellos no son bienes. Pero tambien existen bienes
incomerciables en razón de su destino, los cuales siendo naturalmente comerciables pierden tal carácter por haber sido
dedicados a un fin público, como ocurre con las plazas y las calles. Debe observarse que estos si pueden ser objeto de
ciertas relaciones jurídicas, particularmente, a través del mecanismo de las concesiones, recuperando así limitadamente
su carácter de comerciables.

No debe confundirse la incomerciabilidad de la inalienabilidad, esta última consiste en que una cosa no puede ser
enajenada, mientras que el bien incomerciable no puede formar parte de un patrimonio privado, así, todas las cosas que
están fuera del comercio son inalienables, pero no todas las cosas inalienables están fuera del comercio y hay bienes que
formando parte del patrimonio de un sujeto, no pueden ser enajenados por ser cosas de tráfico prohibido; se trata de una
prohibición legal que puede ser absoluta o relativa, absoluta si la prohibición es a todo evento, y relativa si tal
enajenación solo puede realizarse en determinadas circunstancias o condiciones.

El artículo 1464, números 1 y 2 distingue claramente ambas categorías.

10.- NACIONALES Y PRIVADOS

Son nacionales aquellos bienes cuyo dominio pertenece a la nación toda (art.589) y privado los que no pertenecen a la
nación toda.
Los bienes nacionales se dividen en dos categorías: fiscales o del estado y nacionales de uso público.

a.- Bienes fiscales, si bien ellos pertenecen al estado su uso no corresponde a la generalidad de los habitantes y ello por
alguna de las siguientes razones.
- Estar destinados al desarrollo de alguna función del estado, por ejemplo, un hospital, cierto es que los
habitantes lo utilizan, pero de manera restringida cuando requieran los servicios que allí se prestan y ajustándose a la
reglamentación del servicio respectivo.
- Por estar definidos como estatales atendiendo a su naturaleza, como ocurre con las minas que son, por norma
constitucional y legal, de propiedad del estado, sin perjuicio de los derechos limitados que se otorgan a los particulares
de uso, goce y aprovechamiento.
- Por su origen o destino, como ocurre de acuerdo al artículo 590, con todos los bienes raíces que carecen de
dueño en nuestro país; de igual modo con las herencias deferida al fisco, art. 595, como ocurre con las especies
decomisadas.

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Los regímenes jurídicos de estos bienes deberían ser normas de derecho privado, siendo por lo tanto susceptibles de todo
tipo de actos jurídicos. No obstante, lo anterior, existe una abundante reglamentación que regula la adquisición,
administración y disposición de estos bienes, destacándose el decreto ley 1939, a cuyo respecto las normas de derecho
privado son supletorias.
En general es el Ministerio de Bienes Nacionales el encargado de administrar los bienes fiscales.

b.- Bienes nacionales de uso público, son aquellos cuyo uso y goce corresponde a todos los habitantes de la República,
art. 589 inciso 2, como ocurre con las calles, plazas, etc, ellos no son susceptibles de apropiación por los particulares ni
pueden ser gravados con derechos reales que importen un desmembramiento de las facultades del dominio.
Por regla general, si bien su propiedad el del estado, su administración corresponde a los municipios, estando facultado
para otorgar autorizaciones o aún concesiones para el uso privativo de tales bienes, art. 589, 598 y 602.

Clasificaciones

1.- Dominio público marítimo.


En donde hay que distinguir entre la alta mar y el mar adyacente, el cual a su vez puede ser mar territorial o zona
contigua. Art. 593 y 596 C.C. La alta mar es la que se extiende más allá del mar adyacente y constituye cosa común a
todos los hombres, correspondiendo su regulación al derecho internacional.
El mar adyacente es el que se comprende entre la llamada línea de base y la distancia de 24 millas marinas, el cual a su
vez se subdivide en dos secciones:
a.- Mar territorial, que va desde la línea de base y 12 millas marinas, y es un bien nacional de uso público.
b.- Zona contigua, que va desde las 12 millas hasta las 24 millas, área que no es bien nacional de uso público pero que el
estado de chile se atribuye como una zona en la cual tiene jurisdicción con fines de policia y seguridad, art. 593.

Debe tenerse presente que de conformidad al D.S 432 del año 1954, se estableció la denominada zona económica
exclusiva, con el propósito de reservar la explotación del mar, suelo y subsuelo marino, y para la conservación y
explotación de la fauna marina, se extiende por 200 millas.

Tambien se entiende tambien como bienes nacionales de uso público, las playas de mar, art. 589, entendiéndose por playa
de mar, lo que señala el artículo 594 que comprende el espacio generado entre la más baja y la más alta marea. Asociado
a lo anterior, se establece la obligación de los propietarios riberanos de permitir el acceso a estas playas de mar,
sancionándose la infracción a esta obligación con multas de 10 a 100 UTM, artículo 13 de D.L 1939, que entró en
vigencia 14 de febrero de este año.

Debe tenerse presente que los artículos 612, 613 y 614 facultan en una franja de 8, 5 metros desde la línea de la más alta
marea, el acceso a pescadores para utilizar las playas en uso de pesca.

2.- Dominio público fluvial y lacustre


Comprende todas las aguas del territorio nacional, artículo 595, y se limita por cierto a las aguas terrestres. Su
regulación está en el Código de aguas.

3.- Dominio público terrestre


Que comprende todos los bienes nacionales de uso público que están en ña superficie de la tierra, tantos los indicados en
los artículos 589 y 592, como en numerosas leyes especiales. Su uso y goce queda entregado a la utilidad pública,
reglamentado en leyes especiales, en particular en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, así como en
ordenanzas de cada municipio.
Debe tenerse presente que aquellos caminos y puentes que construye un particular en propiedad privada tienen el
carácter de privado, aun cuando se tolere su uso por terceros; esta circunstancia no les otorga el carácter de bien nacional
de uso público, art. 592.

4.- Dominio público aéreo


Conformado por el espacio existente sobre el territorio nacional, el cual está sujeto a la soberanía chilena, quien queda
facultada para regular su uso, existiendo un Código Aeronáutico.

*Los propietarios riberanos tienen que permitir el acceso a las playas, pero existe una colisión de derechos entre los del
propietario y el que quiere acceder (el estado puede expropiar). La ley no regula la forma en acceder a las playas (acceso
razonable, peatonal, cumplido esto está bien, si la persona quiere llegar en un medio determinado no es problema de la
ley). Las personas propietarias pueden cobrar estacionamiento, por ejemplo, ya que es propiedad privada.
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DERECHO DE DOMINIO (LA PROPIEDAD).

Este derecho es el que contiene la suma de todos los atributos que son propios de los derechos reales. Esto es así porque
todos los otros no son más que desmembramientos de este derecho real del cual toman algunos de sus atributos, pero no
todos, el código lo define en el Art 582 como “aquel derecho real que recae en una cosa corporal para gozar y disponer de
ella arbitrariamente no siendo contra la ley o contra derecho ajeno”. Esta es parte de una definición denominada analítica
que lo concibe como un conjunto de facultades que la propia ley enumera, por oposición a una definición sintética que lo
identifica como un poder pleno sobre el objeto.

El Concepto de “arbitrariamente” es propio de la época de la dictación del código reflejando una concepción
individualista totalmente desvinculada del medio social para el que se presenta, donde el único límite es el derecho ajeno.

Hoy día está “arbitrariedad” en el ejercicio del derecho de dominio presenta importantes limitaciones a nivel legislativo y
jurisprudencial.

Características del dominio.


A) Es un derecho real

B) Es absoluto, lo que tiene una doble implicancia, 1ero que el titular puede ejercer sobre la cosa todas las facultades
posibles y en 2do lugar que tales facultades (usar, gozar y disponer) pueden ser ejercidas al árbitro del titular.
El carácter absoluto del dominio o propiedad (el código hace sinónimos de esta palabra) queda de manifiesto en la
expresión arbitrariamente que reconoce un poder soberano del propietario que no reconoce más límite que la ley o el
derecho ajeno.

C) Es un derecho exclusivo, lo que implica que solo puede haber un titular que ostente el derecho de dominio sobre un
bien, siendo el único que puede usar gozar y disponer de ella, está amparado por la ley para impedir la intromisión de un
tercero.
La exclusividad no impide que un sobre un mismo bien puedan existir derechos reales distintos del dominio del que sean
titulares otras personas. Lo que ocurre que es que esos otros derechos reales constituyen una limitación a los derechos
reales propios del dueño, el cual debe respetarlos.
Desde esta perspectiva la exclusividad tampoco se opone a el condominio, esto es, que dos o más personas sean dueñas
en común de un mismo bien. En efecto la exclusividad sólo implica que 2 personas no pueden tener cada una un derecho
de dominio separado sobre un mismo objeto y en el condominio o copropiedad ello no ocurre porque aquí es un solo
derecho de dominio que es ejercido por 2 o más personas cada una titular de una parte de él.

D) Es perpetuo, en cuanto no está sujeto a una limitación de tiempo y persiste mientras dure la cosa. En sí mismo no
caduca y subsiste independientemente de que se ejerzan o no las facultades propias del dominio, incluso si un 3ero usa la
cosa ello no implica la pérdida del bien para el propietario. Con todo el dueño si puede perder el bien en el evento en que
deje de poseer dicho bien y un 3ero entra en posición de la cosa lo que unido a el transcurso del tiempo puede conducir a
que ese 3ro pueda adquirir el dominio por prescripción adquisitiva.

Facultades o atributos del dominio


Son 3 USAR, GOZAR Y DISPONER ellas están constitucionalmente protegidas; la doctrina agrega que tales facultades
cuentan con acciones destinadas a protegerlas.

1.- Facultar de usar, consiste en aplicar la cosa a todos aquellos fines o servicios que es capaz de proporcionar sin tocar
sus productos ni utilizarla de forma tal que impliquen su destrucción inmediata. En efecto si se tocan los productos se
transforma en goce y si se destruyen con tal uso entonces se denomina consumo.
Cuando es el dueño el que usa la cosa ello carece de importancia jurídica pues él es titular de todos los derechos sobre el
bien. El tema tiene interés cuando pasa un 3ero quien osa a ser el titular del derecho de uso y de hecho existe un derecho
real de uso que otorga las facultades indicadas permaneciendo el resto de atributos en manos de él propietarios.

En nuestro código el llamado derecho real de usufructo si bien confiere los atributos de uso y goce de la cosa no faculta
el consumo pues el usufructuario está obligado a conservar la forma y sustancia del bien. Art. 764.
En la práctica es poco frecuente que el uso se manifieste de manera aislada pues suele ir unido al goce del bien y en
general el legislador así lo percibía ya que en la propia definición del artículo 582 sólo habla de gozar y disponer. Con

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todo es posible que en derecho de uso se presente en forma aislada cuando recae en cosas que no son fructíferas, por
ejemplo, el uso de una biblioteca.

B.-Facultad de goce, es aquella que habilita para apropiarse de los frutos y productos de la cosa, pese a lo antes indicado
el art. 643 del código solo utiliza la palabra productos.
En doctrina se establece que los frutos son aquellos bienes que la cosa da periódicamente con o sin intervención humana
y sin detrimento de la cosa fructuaria; por su parte el producto carece de periodicidad y disminuye la cosa.
Por el derecho de goce el dueño de una cosa pasa a serlo de los frutos y productos que genera.
No obstante lo anterior el código en su art 643 establece que el dueño de una cosa pasa a ser titular de los frutos y
productos no por el derecho de goce sino por el modo de adquirir “accesión” lo cual es ampliamente criticado por la
doctrina, por considerar qué tal concepción es inútil, además falsa ya que la verdadera accesión es justamente lo
contrario a la producción, en efecto mientras en virtud de la llamada “accesión continúa” una cosa pierde su existencia
propia identificándose con otra por la llamada “accesión discreta” una cosa nueva adquiere existencia propia por
destacarse de aquella que formaba parte.
Señala la doctrina de manera uniforme que está llamada “accesión discreta” no es más que el ejercicio de la facultad de
goce por lo que los frutos y productos se adquieren en realidad por el ejercicio del derecho de dominio.

C.- Facultad de disposición, consiste en que el dueño puede participar en cualquier acto de disposición de la cosa no
siendo contra la ley o contra derecho ajeno, pudiendo enajenarla, transmitirla por causa de muerte o limitarla
constituyendo un derecho real o personal en favor de un 3ero. Todo lo anterior cabe en él expresión o verbo “disponer”.

Esta facultad puede manifestarse de 2 maneras.


- Materialmente, modificando o destruyendo el bien.
- Jurídicamente, celebrando actos que implican la disposición total o parcial de la cosa.

En general se entiende que la facultad de disposición es esencial al dominio en el sentido de que el propietario puede
prescindir del uso y del goce por ejemplo constituyendo un usufructo, pero no puede haber dominio sin la facultad de
disposición aseverándose que esta facultad es de orden público.
El código contiene diversas disposiciones que amparan la libertad de disponerlo que está asociado al tema de rechazar
cualquier impedimento a la circulación de los bienes. Arts. 1126, 1964, 2031 y 2415.
De contrario hay situaciones en las cuales el legislador autoriza explícitamente este tipo de limitaciones. Art
751(propiedad fiduciaria) o 793(usufructo).

Y hay otras ocasiones en que la ley directamente prohíbe la enajenación o la limita por ejemplo los inmuebles adquiridos
con subsidio habitacional no pueden ser enajenados grabados ni arrendados dentro de los 5 años siguientes a su
adquisición y, los inmuebles ubicados en zonas fronterizas no pueden ser enajenados a extranjeros.

Las prohibiciones convencionales de enajenar


Se trata de una convención por la cual el propietario se obliga a no disponer del bien. La posibilidad de pactar una
cláusula de este tipo y los efectos de ella si aceptamos que se pueden son discutidos.

A) Doctrina favorable a la validez de la cláusula:


A.1 No existe una prohibición legal para pactarla y de hecho el legislador si establece casos específicos en que la prohíbe
1964, 2031 y 2415, lo que demuestra en base al principio de la autonomía de la voluntad que la regla general es que
puede pactarse.

A.2 El dueño puede desprenderse de la integridad de las facultades del dominio por lo que no hay razón para impedir que
solo se desprenda de la facultad de disposición.

A.3 El artículo 53n°3 del reglamento del registro conservatorio permite explícitamente inscribir en el conservador de
bienes raíces prohibiciones de enajenar de origen convencional.

En cuanto al efecto que produciría esta cláusula hay 2 opiniones:


- Esta prohibición convencional equivaldría a un embargo judicial y en consecuencia si se incumple enajenando la
cosa se aplicaría el art 1464n°3 y el acto sería nulo absolutamente.
- En opinión de otros, que son mayoría, aquí no puede haber sanción de nulidad ya que ella solo procede cuando
existe una norma expresa que la establezca cuyo no es el caso. Según estos autores si se infringe la prohibición

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convencional de enajenar se habrá vulnerado una obligación de no hacer generando los efectos propios del
incumplimiento de este tipo de obligaciones. Art 1555.

B) Por su lado quienes niegan el valor de la cláusula de no enajenar se fundan en los siguientes argumentos:
El mensaje del código y diversas disposiciones consagran la libre circulación de los bienes como una norma de orden
público que no puede ser alterada por la voluntad de las partes sino solo por una disposición legal. En segundo lugar, si
se pudiera establecer esta cláusula con libertad no hubiese sido necesario que el legislador la autorizara expresamente en
ciertas materias. En tercer lugar, ellas se oponen a algunas disposiciones relevantes del código civil como lo son los arts.
582 y 1810, la primera que establece el carácter arbitrario de la facultad de disposición y la segunda que señala que
pueden venderse todas las cosas cuya enajenación no esté prohibida por ley.

En cuanto al argumento del art. 53 del CBR (conservador de bienes raíces) se trata de una norma meramente
reglamentaria que no puede ir por sobre lo que establece la ley. Esta posición doctrinaria concluye en la nulidad absoluta
de las cláusulas convencionales de no enajenar.

Hoy en día de manera más o menos uniforme doctrina y jurisprudencia están contestes (de acuerdo) en aceptar la
admisibilidad de esta cláusula, pero de manera regulada en la medida que ella se establezca por un tiempo acotado y con
un fundamento. Estas dos limitaciones hacen desaparecer el reproche de limitación de entrabamiento de circulación de
los bienes y satisface una necesidad comercial de establecer este tipo de prohibiciones. En cuanto a la sanción por la
infracción a la cláusula, también de manera más o menos uniforme se ha entendido que se trata de una obligación de no
hacer la cual es infringida enajenando el bien, haría aplicable el art. 1555 del código.

Nota: debe recordarse de que, si la prohibición de enajenar es legal y salvo que la norma contenga otra sanción expresa,
si el obligado la incumple se tratará de un acto prohibido por ley que adolece de nulidad absoluta, por el 1466.

Limitaciones legales al dominio.


Son las que expresa el 582: Ley y derecho ajeno. En virtud de la ley se pueden imponer gravámenes a los bienes lo que es
más frecuente a propósito de los inmuebles. Lo anterior se funda en razones de seguridad, salubridad, interés nacional,
etc. Y se concreta en normas sobre urbanización, construcción, circulación, etc. La más visible de estas limitaciones está
constituida por la expropiación por causa de utilidad pública, en cuya virtud y aun en contra de la voluntad del titular se
priva a este del dominio de la cosa pagándole a cambio una indemnización, fundado en que existe una razón de utilidad
pública que justifica tal proceder.

El tema de la expropiación está regulado en una ley especial. En cuanto a la limitación del derecho ajeno se establece que
el ejercicio de las facultades del dominio no puede lesionar el derecho de los demás o entrabar o impedir tal ejercicio. Un
obrar de tal naturaleza puede configurar un delito o cuasidelito civil, dar origen al ejercicio de acciones constitucionales,
posesorias o de dominio por parte del afectado y por último le da derecho a obtener el pago de indemnizaciones por el
ejercicio abusivo del derecho de dominio.

Especies de propiedad.
A) Atendiendo a la extensión de las facultades del titular, aquí el dominio se denomina pleno cuando el dueño reúne
todos los atributos del derecho de dominio y nudo si solo tiene la facultad de disposición lo que es consecuencia de que el
usufructo (uso más goce) corresponde a otra persona (582 inc. 2).
También desde la perspectiva de las facultades el dominio se clasifica en absoluto o fiduciario, absoluto si no está sujeto a
ninguna condición y fiduciario si de contrario existe una condición cumplida la cual se extingue el derecho de dominio en
el titular pasando este a otra persona. Esto es lo que se denomina propiedad fiduciaria la cual se constituye a través de un
fideicomiso (arts. 732 y 733).

B) Atendiendo al sujeto titular: El dominio puede ser exclusivo si pertenece a una sola persona natural o jurídica o
proindiviso cuando el mismo derecho de propiedad pertenece cuotativamente a dos o más personas y recae sobre un
mismo objeto. Aquí hay un solo derecho con varios titulares.
Esto es distinto al caso del usufructo pues allí se fracciona las facultades del dominio y es distinto también al fideicomiso
en donde primero hay un titular y una vez cumplida la condición pasa a haber un nuevo titular pleno.
En la propiedad proindiviso o copropiedad, todos los titulares ostentan o ejercen simultáneamente el mismo derecho de
dominio sobre la misma cosa.

La copropiedad.

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Existen varias denominaciones que son semejantes, pero no iguales y así se utiliza el vocablo comunidad, condominio y
copropiedad. Algunos denominan comunidad a la situación de indivisión de una universalidad jurídica, por ejemplo, la
herencia; y copropiedad o condominio en la que recae en una especie o cuerpo cierto. Otros entienden que la comunidad
es el género constituido por una indivisión de cualquier derecho que pertenece a dos o más sujetos y que se ejerce sobre
un mismo objeto, correspondiendo la copropiedad o condominio a la comunidad cuando esta recae en el derecho de
dominio. Esta última es la posición más acertada y es la que adoptaremos.

La copropiedad se clasifica en proindiviso y prodiviso, la primera es aquella en que el derecho de cada comunero se
extiende a la totalidad del objeto común y la segunda es aquella en que el derecho de cada sujeto recae sobre una parte
físicamente determinada del objeto de que se trata, ejerciéndola con exclusividad sobre esa parte y siendo adicionalmente
comunero respecto de otros sectores de la misma cosa. Esto último es lo que sucede con la ley 19.532 denominada de
copropiedad inmobiliaria en que el titular es dueño simultáneamente de una zona o área exclusiva dentro del bien raíz
denominada unidad vendible y además es titular de una cuota de dominio en un grupo de bienes comunes de que son
titulares todos los integrantes de la copropiedad. Respecto de la unidad vendible el dueño ejerce el dominio en términos
absolutos y respecto de los bienes comunes debe ajustar su obrar a un reglamento de copropiedad que obligatoriamente
debe existir en este tipo de comunidades.

El tratamiento que el código da a la copropiedad es bastante escaso y se contiene en los arts. 2304 y siguientes
recibiendo la calificación de cuasicontrato. Además, hay otras disposiciones concernientes a ella en particular en materia
sucesoria en las reglas sobre partición hereditaria (arts. 1317 y siguientes).

En cuanto a la naturaleza jurídica de la comunidad existen dos grandes concepciones:

1) La doctrina romana: que establece que cada comunero tiene una cuota o parte de la cosa común y además tiene el
derecho a usar y gozar del bien en su totalidad. La cuota de cada comunero es una abstracción, ya que la cosa no está
dividida materialmente; se trata de una cuota abstracta o ideal en cuya virtud el titular es intelectualmente dueño de una
fracción de la cosa. La aplicación de esta cuota al objeto implica que tiene derecho a servirse de ella, pero de manera
limitada ya que tiene que respetar el derecho de los otros comuneros de usar el bien al igual que él. Esto conlleva a que
ningún comunero pueda ejecutar actos materiales o jurídicos sobre el bien sin el consentimiento de todos los demás con
prescindencia de la magnitud de la cuota de cada uno. Esta concepción es eminentemente individualista y considera que
la comunidad es una simple modalidad del dominio. Cada comunero puede disponer libremente de su cuota abstracta,
pero no así del uso material del bien.

Esta estructura es una consecuencia del carácter eminentemente transitorio que la comunidad tenía para los romanos,
pero evidentemente genera entrabamiento en la utilización del bien disminuyendo ostensiblemente su productividad.

En el derecho moderno la legislación que sigue en la concepción romana, introduce importantes modificaciones en
particular la primacía de las mayorías dentro de la comunidad para adoptar decisiones de administración y aun de
disposición sobre la cosa común, generando una especie de personalidad colectiva.

2) Doctrina germánica: se abandona aquí la concepción exclusivista y se adopta una concepción comunitaria o
colectivista en que predomina el derecho del grupo por sobre el individuo. Según ella el objeto pertenece a todos los
comuneros, considerados colectivamente como un solo titular. Aquí no hay derecho de cuota y todos tienen un derecho
de goce sobre el bien cualitativamente igual, pero siempre limitado por el derecho de los demás. Las decisiones se toman
por mayoría y a diferencia de la doctrina romana se considera la situación de comunidad como permanente semejante a
una sociedad, llegándose incluso a negar la posibilidad de pedir su disolución.

En Chile uniformemente la doctrina da por establecido que se siguió la tesis romana, lo que se desprende de los
antecedentes tenidos a la vista al dictarse el código y así como de diversas reglas tales como las que reconocen el
concepto de cuota, la negociabilidad de la misma sin acuerdo de los demás, la posibilidad de exigir en cualquier momento
la disolución de la comunidad y la necesidad de contar con la unanimidad de los comuneros para adoptar decisiones de
administración y disposición de la cosa común, esto último reflejado en el llamado jus prohibendi o derecho a prohibir
consistente en la facultad de cada comunero de impedir actuaciones de los demás en la cosa común.

A fin de mitigar los efectos del jus prohibendi se recurre a ciertas figuras jurídicas como por ejemplo el de la agenda
oficiosa. Pero el que ha cobrado más popularidad es la llamada doctrina del mandato tácito y recíproco que supone que
entre los comuneros existe un mandato no explicitado de todos hacia todos, en cuya virtud cualquiera puede efectuar
actos de administración de la cosa común en beneficio de la comunidad.
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La existencia de esta figura es ampliamente discutida en nuestra doctrina y jurisprudencia. Se ha dicho que sí existe
fundándose en algunas disposiciones del contrato de sociedad, arts. 2081 y 2078, unido al 2305 que establece que el
derecho de cada comunero sobre la cosa común es el mismo que el de los socios en el haber social.

Los que niegan este mandato señalan que aquí a diferencia de la sociedad no existe una voluntad original de trabajar
juntos como la hay en dicho contrato, no existe affectio societatis.

En ocasiones la jurisprudencia ha recurrido al mandato tácito o recíproco para confirmar actos de administración de un
comunero invocando los arts. 2305 y 2081, pero en otras ocasiones lo ha negado, por ejemplo, el ejercicio por parte de un
comunero de acciones judiciales en representación de toda la comunidad para proteger la cosa común.

Clases de indivisión
Según el objeto sobre el que recae, la indivisión puede tener lugar en una universalidad o en un un bien singular. Esta es
la única clasificación que reconoce el CC. Art. 1317 y 2304.

Esto atrae el tema de las distintas clases de universalidades, en que algunos entienden que puede haber comunidad tanto
en las universalidades de hecho como en las universalidades jurídicas, mientras que otros sostienen que no puede haber
comunidad en una universalidad jurídica, ya que en ellas siempre el pasivo, está dividido entre los coparticipes por el solo
ministerio de la ley.

A todo evento, la comunidad en una universalidad plantea un problema adicional consistente en establecer si la cuota de
cada comunero en ella, se comunica a cada una de las cosas contenidas en la universalidad, es decir, por ejemplo, ¿si el
dueño de un tercio de la herencia es dueño de un tercio de cada uno de los bienes que la componen? La respuesta es que
discute: tesis de la comunicabilidad o no comunicabilidad.

La mayoría de la doctrina señala que ello no es así y que el derecho de cada comunero recae sobre el todo común
abstractamente considerado, y no sobre las cosas materiales que conforman la universalidad, dando los siguientes
argumentos:

1.- Art. 1909. Que establece que el cedente del derecho real de herencia (universalidad) no responde de la existencia de
bienes determinados, sino solo de su calidad de heredero, lo que implica que su derecho solo recae en la universalidad.
2.- Art. 686. Que ordena la inscripción del derecho de dominio para los inmuebles (así como de los demás derechos
reales), pero omite incluir el derecho real de herencia, aunque en el existan inmuebles, lo que implica que este derecho
real de herencia es una abstracción que no se radica en cada uno de los bienes que lo componen.

3.- Por último, cuando en materia sucesoria se pone fin al estado de comunidad por la vía de adjudicar a los comuneros
bienes de la herencia, para entregarle su cuota, el art. 1344 le otorga a esa adjudicación un efecto declarativo, lo que
significa que se entiende que el bien que se le adjudicó al heredero, para pagarle su cuota en la herencia, siempre fue
suyo, desde el origen de la comunidad (cuando murió el causante), y que jamás tuvo derecho alguno en los demás bienes
de la herencia.

En sentido contrario, algunos sostienen que la comunicabilidad si tiene cabida en nuestra legislación civil, y se fundan en
que en el derecho romano ello si ocurría y el código chileno, en materia de bienes, en general sigue al derecho romano, y
además en que los artículos 951 inc. 2 y 580 demuestran que la orientación del CC respecto de la comunidad en cosa
universal es considerar que los sujetos son comuneros de bienes y no de meras abstracciones jurídicas.

El optar entre la tesis de la comunicabilidad y la no comunicabilidad, tiene importancia.


- Si se opta por la negativa (no comunicabilidad), la cuota no participa del carácter de los bienes que la componen
y por lo tanto escapa a la clasificación en bienes muebles e inmuebles, lo que genera, por ejemplo, que para
efectuar la tradición de los inmuebles que están dentro de la cuota de la comunidad, no se requiere inscripción en
el registro de propiedad del conservador de bienes raices; de igual modo, si se quiere enajenar la cuota de un
incapaz en la que hay inmuebles, no se requerirá cumplir con ciertos requisitos que la ley impone para la
enajenación de inmuebles de incapaces.
- Por el contrario, si aceptamos la tesis de la comunicabilidad, las consecuencias son las inversas.

Todo lo dicho hasta aquí se refiere a que la cuota recaiga en una universalidad.

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Si la comunidad recae en una cosa singular, no hay duda de que la cuota de cada comunero, se radica en ese objeto, y, por
lo tanto, se le aplica el art. 580, en particular a la clasificación entre muebles e inmuebles, y así, por ejemplo, para hacer la
tradición de un tercio de la casa, ello debe inscribirse en el conservador de bienes raíces.

Otra clasificación de las comunidades distingue entre aquellas que se derivan de un hecho, como ocurre con la
comunidad hereditaria que se deriva de la muerte del causante, y las comunidades que se originan en la voluntad del
titular, como, por ejemplo, cuando dos personas adquieren en común un bien.

Una última clasificación distingue entre comunidades temporales y perpetuas.


- Las temporales por regla general son indeterminadas en el tiempo, sin perjuicio de que los comuneros puedan
celebrar un pacto de indivisión el cual no puede pasar de 5 años. Art. 1317; si no hay pacto, cualquiera de los
comuneros puede pedir el fin de la comunidad en cualquier tiempo.
- Las comunidades perpetuas las establece la ley, aunque en general derivan más bien de la naturaleza misma del
objeto en que recaen, por ejemplo, la copropiedad inmobiliaria.

La cuota
Los derechos de obligaciones de cada comunero en la cosa común se expresan a través de la noción de cuota.

Definición: Es una porción ideal determinada o determinable que cada comunero tiene en la cosa común, y que
normalmente se expresan en fracciones.
Las cuotas pueden ser iguales o desiguales, el comunero puede disponer libremente de su cuota por acto entre vivos o
por causa de muerte; puede ejercer todo tipo de derechos sobre ella y está amparada por acciones judiciales que protegen
al titular; puede ser embargada y no reconoce más limites que el derecho de los demás comuneros sobre la cosa común.

La coposesión
Ella tiene lugar cuando dos o más personas detentan con ánimo de señor o dueño la posesión de un mismo objeto; el CC
admite esta posibilidad expresamente, art, 718 y 687.

Para estar en presencia de ella el ánimo de señor o dueño debe estar presente en todos los coposeedores, aunque no todos
ostenten la tenencia material del bien sobre la cosa común, basta con que uno posea a nombre de todos.

Al igual que la “posesión simple”, la coposesión puede o no ir acompañada al derecho de dominio, lo que adquiere
particular importancia si se tiene en consideración que el poseedor no dueño puede llegar a adquirir el dominio por la vía
de la prescripción adquisitiva.

DE LA ADQUISICIÓN DEL DOMINIO Y LOS DEMÁS DEREHOS REALES

El dominio al igual que los demás derechos reales se adquiere por un proceso compuesto, ya que requiere dos elementos:
el título y el modo de adquirir, y así, por ejemplo, para que el comprador llegue a ser dueño de la cosa comprada, no le
basta con el contrato de compraventa (título) ya que precisa que además el vendedor realice la tradición (modo de
adquirir) a favor del comprador.

El título es el hecho o acto jurídico que habilita para adquirir el dominio u otro derecho real, justificando jurídicamente
la adquisición, por ejemplo, la compraventa, la donación, la permuta, el aporte, etc.

Modo de adquirir es el hecho o acto jurídico que permite de manera eficaz la adquisición de un derecho real; ellos son, la
ocupación, la accesión, la sucesión por causa de muerte, la tradición y la prescripción adquisitiva. Art. 588. Se suele
agregar también, la ley, por ejemplo, la expropiación.

En general, los modos de adquirir son idóneos para incorporar todo tipo de derechos reales, pero hay ciertas
excepciones:
a) La accesión y la ocupación solo sirven para adquirir el derecho real de dominio.
b) La prescripción adquisitiva no sirve para adquirir servidumbres discontinuas y continuas inaparentes.

En cuanto el título que antecede el modo de adquirir, solo en la tradición es claramente perceptible la diferencia de éste
con el modo, porque en los demás modos de adquirir, según el entendimiento mayoritario, el título y el modo concurren
conjúntame para general el derecho real, es decir, el modo tiene en sí mismo la justificación de la adquisición del derecho.

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Artículo 588: Los modos de adquirir el dominio son la ocupación, la accesión, la tradición, la sucesión por causa de
muerte y la prescripción.

Por lo anterior, algunos autores señalan que solo en la tradición el CC exige título y modo, ya que en los demás, no
habría necesidad de título, y el modo se bastaría a sí mismo.

Dan los siguientes argumentos:


a) El artículo 588 solo habla de modos de adquirir el dominio, y no menciona el título, de lo que deducen que
bastaría con el solo modo. Agregan que la tradición establecida en el art. 675, que reclama un título traslaticio,
es excepcional.
b) En el caso de la sucesión por causa de muerte, se puede suceder una persona en parte testada y en parte
intestada. Por lo tanto, si se acepta la opinión de que todos los modos necesitan un título, se llegaría al absurdo
de que una persona sucede por dos títulos, la ley en la parte intestada y el testamento en la parte testada, lo que
contradice el principio que dice que no es posible adquirir por más de un modo la misma cosa.
c) Es un hecho más o menos aceptado que la ley es un modo de adquirir, pero no aparece mencionado en el art. 588,
lo que demuestra la ausencia de taxatividad de esta norma.
d) El art. 703 que se refiere a los justos títulos, señalando que pueden ser constitutivos o traslaticios de dominio, y
agrega que son constitutivos de dominio, la ocupación, la accesión y la prescripción.

Otros estiman que el requisito del título es exigible a todos los modos de adquirir, y sostienen que, en la ocupación, la
accesión y la prescripción, el título se confunde con el modo, y que en la sucesión por causa de muerte es el testamento o
la ley. Si bien, reconocen que no hay norma expresa que así lo diga, ello resulta en diversas disposiciones del CC. Así, el
675 que se refiere a la tradición, requiere un título traslaticio. Los art. 702, 703 y 704 se refieren al justo título y luego
determinan entre títulos justos e injustos.

Particular relevancia tiene el art. 704 N4 que establece que, si un heredero aparente tiene un título injusto, ello lleva
implícito que tiene un título siendo irrelevante los efectos que de él se derivan.

Agregan por último que, si no se exige un título para los demás modos de adquirir (distintos de la tradición), el sujeto no
podría ser poseedor regular, ya que la posesión regular exige un título, y ocurre que el art. 70 inc. 2, exige justo título
como requisito de la posesión regular, y este art explícitamente señala que la ocupación, la accesión y la prescripción
adquisitiva son justos títulos

Clasificación de los modos de adquirir

1.- Modos originario o derivativo


Es originario si permite adquirir la propiedad independientemente del derecho de un antecesor, así ocurre en la
ocupación, la accesión y la prescripción.
Es derivativo si por él se adquiere el dominio que es traspasado de manos de su anterior titular. Es lo que ocurre con la
tradición y con la sucesión por causa de muerte.

Esta clasificación tiene importancia para establecer el alcance del derecho del adquiriente.

- Si se adquirió por un modo originario, el examen se limita al acto o hecho que configura el modo de adquirir, y el
bien en que recae.
- En cambio, si el modo de adquirir es derivativo además de lo anterior, deberá examinarse el derecho del
antecesor, en base al principio de que nadie puede transferir derechos que no tiene. Por lo tanto, si el tradente no
era dueño de la cosa transferida, no puede transferir el dominio y no lo adquiere el adquiriente; en cuanto a la
cosa, si ella estaba gravada, se transfiere con sus gravámenes.

2.- A título universal y a título singular, atendiendo a si se adquieren con ellos universalidades jurídicas o bienes
determinados.
La ocupación y la accesión solo permiten adquirir bienes determinados.
Por el modo sucesión por causa de muerte, se pueden adquirir universalidades (herencia) o bienes determinados (legado).
Por su parte, la prescripción adquisitiva y la tradición, por regla general, están destinadas a adquirir bienes
determinados, pero excepcionalmente también son aptos para adquirir universalidades (así se puede adquirir por
tradición el derecho real de herencia y también se puede ganar por prescripción adquisitiva).

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3.- Por actos entre vivos y por causa de muerte, según si la muerte es o no un supuesto necesario para que el modo
opere.
Aquí en realidad, solo el modo sucesión por causa de muerte tiene esta exigencia, mientras que los demás modos de
adquirir pertenecen a la categoría de entre vivos.

4.- Gratuitos y onerosos, dependiendo de s el uso del modo implica o no una contraprestación pecuniaria para el
adquirente.
Todos los modos de adquirir son gratuitos con la prevención de que la tradición puede y suele ser onerosa.

Primera prevención
Si bien los modos de adquirir se estudian como el mecanismo de tránsito entre el derecho personal derivado de un acto
jurídico y la adquisición de un derecho real, también cumplen la función de transferir el dominio de un derecho personal
de manos de un titular a otro, a través del mecanismo de la cesión de crédito.

Segunda prevención
Solo se puede adquirir un derecho real (o personal) por UN modo, y si hay dos respecto de un mismo objeto, el segundo
es ineficaz; este tema interesa cuando en un litigio se invoca más de un modo para afirmar ser dueño de algo.

*Derechos reales es el ideal en chile: si no hay modo, no hay derecho real. La tradición permite distinguir entre el modo
y el título.
*Hay créditos que conducen a derechos reales y hay créditos que tienen la vocación de ser derecho real y permiten que el
derecho personal circule.
*Cesión (se vende) de crédito: transferir el derecho personal a un tercero, se exige para esto título y modo.

I.- LA TRADICIÓN

Artículo 670:
La tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la entrega que el dueño hace de ellas a otro,
habiendo por una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por la otra la capacidad e intención de
adquirirlo.
Lo que se dice del dominio se extiende a todos los otros derechos reales.

Desde un punto de vista doctrinario, se afirma que la tradición cumple la función de modo de adquirir, y tiene la
naturaleza jurídica de una convención, ya que una persona llamada tradente transfiere a otra llamada adquiriente, el
dominio o bien otro derecho real, o bien un derecho personal, y siempre la posesión de la cosa tradida, solo si existe entre
las partes de esta convención la intención de transferir y de adquirir.

Características
1.- Es una convención
En cuanto es un acuerdo de voluntades que produce consecuencias jurídicas. Con ella bo se crean obligaciones (como
sucede en un contrato) sino que precisamente lo contrario, se extinguen las obligaciones generadas en un título
precedente. Por esto se afirma que la tradición es un pago, es la prestación de lo que se debe, es el cumplimiento de la
obligación que se tiene.

2.- Es un modo de adquirir tanto el dominio, como otros derechos reales (art. 588 y 670 inc.1 y 2).

3.- Es un modo de adquirir derivativo


El adquirente deriva su derecho del tradente, lo que conlleva a que el tradente no pueda transferir al adquirente más
derechos de los que tiene.

4.- Puede ser a título singular o universal


Singular cuando recae en cualquier derecho real menos el de herencia, y universal si lo tradido es el derecho real de
herencia constituido por la universalidad que lo conforma.

5.- Es consecuencia de un título


De lo que se deriva que puede ser gratuita u onerosa, lo que determinará en base al título que le antecede.

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Entrega y tradición
El art. 670 contiene la palabra “entrega” como verbo rector de lo que constituye la tradición. Lo anterior es efectivo, pero
es necesario tener claro que entrega y tradición son cosas distintas, pues hay situaciones en donde hay entrega, pero no
tradición.

Sus principales diferencias son:


a. En la tradición al efectuarse la entrega existe la intención de tradente y adquirente de transferir el dominio; en la
entrega propiamente tal no existe tal intención, sino solo la aprehensión material del objeto.
b. Se diferencian también por el título que las antecede, y así la tradición es precedida de un título traslaticio de
dominio, y la entrega propiamente tal de un título de mera tenencia.
c. En virtud de la tradición el adquirente pasará habitualmente a ser dueño y poseedor de la cosa; de contrario en la
entrega propiamente tal quien recibe el bien será un mero tenedor del mismo y por esta vía esa persona jamás
será dueña o poseedora.

Pese a la clara diferencia el CC no siempre los emplea adecuadamente, a veces los ocupa como sinónimos, art. 1824. En
otras utiliza entrega debiendo usar tradición, art. 219, y al revés, art. 2174 y 1443, y en otras lo hace adecuadamente, art.
2212 y 2197.

Requisitos de la tradición

a.- Un tradente y un adquirente capaz.

Como es una convención la tradición requiere capacidad de ejercicio.


Art. 671. Tradente es el que transfiere el derecho y adquirente el que lo hace suyo.
Pero, más profundamente se requiere en el tradente que tenga el atributo o facultad para transferir el dominio de la cosa,
esto es, el poder de disposición.
De no ser así, el tradente no puede transferir más derechos de los que tiene, y así, si el tradente transfiere un dominio
que no ostenta, no colocará al adquirente en calidad de dueño.

Tal ausencia de facultades no provoca la nulidad de la tradición, ya que no hay ninguna norma que establezca la nulidad
en este supuesto. Más aún los art. 682 y 683 ponen de manifiesto que la tradición efectuada en estas condiciones es
perfectamente válida y produce efectos jurídicos relevantes distintos de la transferencia del dominio.
Si bien el adquirente no queda en calidad de dueño de la cosa tradida, si queda en calidad de poseedor de ella, y esto
porque la recibió con ánimo de señor y dueño, art. 700; y esto lo habilita a ganar el dominio de la cosa a través de un
modo adquirir distinto, cual es la prescripción adquisitiva.

Por otro lado, si con posterioridad a la tradición hecha por quien no era dueño, se adquiere el dominio por el tradente,
entonces de conformidad al art. 682 inc. final, se reputará que el adquirente es dueño de la cosa desde el momento en que
se le hizo la tradición.

Visto todo lo anterior, desde la perspectiva de que la tradición no es más que un pago, entonces si se paga con una cosa
ajena, ese pago será válido, solo que será inoponible al verdadero dueño de la cosa con que se paga, y no colocará al
acreedor en calidad de dueño del bien, sino de poseedor del mismo, potencialmente habilitado para adquirirlo por
prescripción adquisitiva.
En cuanto al adquirente el art. 670 dice que debe tener capacidad para adquirir.

Según Alessandri, si bien al tradente se le exige capacidad de ejercicio, al adquirente le bastaría con la capacidad de goce,
es decir, aquella que lo habilita para adquirir derechos. Somarriva piensa que el adquirente precisa de capacidad de
ejercicio, ya que está administrando su patrimonio al incorporar bienes a él, lo cual se vería corroborado por los art. 1575
inc. 2 y 1578 N1.

*Convención: pago que extingue obligaciones.


Tradente es el deudor de obligaciones personal otorgado en título, se paga efectuando la tradición. Puede ser tradente o
adquirente, acreedor o deudor.
No es nula el pago de cosa ajena, por lo que es válido.
¿Qué efectos provoca? Nadie puede transferir más derechos de los que tiene, por lo que el que la adquiere no es dueño
porque el que hizo la tradición no era dueño, sino, queda como poseedor, sin ser dueño.
Cuando se hace más tradición siempre se coloca al adquirente la posesión.
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¿El poseedor adquirente se tiene que conformar con esto? No. Incumpliendo de contrato.

*Sirve en base a lo que dice el art. 682, ya que el adquirente queda en calidad de poseedor, esa es la razón por la que la
tradición se cosa ajena si vale y no es nula. El acto entre tradente y adquirente es INOPONIBLE, por eso el
dueño podría tan solo ejercer la acción reivindicatoria. En este caso, aún que quede en calidad de mero poseedor, no
cumple con el título es decir no cumple con el pago de la obligación que emana del contrato.

b.- Consentimiento del tradente y adquirente

Como la tradición es una convención supone un consentimiento y si éste falta, la tradición será nula absolutamente.
El consentimiento consiste aquí en la intención compartida de tradente y adquirente de transferir uno y adquirir el otro,
el respectivo derecho. Art. 670, 672 inc. 1 y 673 inc. 1.

Tal como se indicó precedentemente, si es tradente no es verdadero dueño, o e, adquirente no es verdadero adquirente, la
tradición será válida pero inoponible al verdadero dueño o al verdadero adquirente por falta de concurrencia. Pero en
uno y otro caso el verdadero dueño, o el verdadero adquirente pueden ratificar la tradición haciéndola oponible a ellos,
con lo cual se transferirá el dominio del bien. Art 672 inc 2 y 673 inc 2.
Como el acto juridico de la tradición debe respetar los requisitos propios de todo acto juridico, este puede adolecer de
vicios al tiempo de otorgarse el consentimiento. Aplicándose las reglas comunes, sin perjuicio de algunas reglas
especiales en materia de error, a lo que refieren los art. 676 (error en la cosa), 676 inc 1 (error en los motivos que recibe
la cosa al hacerse la entrega) y 677 (error en el título).

Este consentimiento puede ser prestado a través de representantes y de hecho así se autoriza expresamente en el art. 671
inc. 2 y 4, exigiéndose en este caso que el representante actue dentro de los límites de su mandato o representación legal,
bajo sanción de inoponibilidad si se extralimita de sus atribuciones.

Mención aparte merece la situación de la tradición en las enajenaciones forzadas.


Si un deudor no paga el acreedor puede embargarle bienes suficientes para rematarlos y pagarse con el producto de
remate, el remate no es más que una venta forzada que genera la obligación de efectuar la tradición de la cosa rematada.
En este evento será el juez quien obrando en representación legal del ejecutado (tradente), quien concurrirá en su
representación a efectuar la tradición; lo anterior en virtud del art. 671 inc 3.

c.- Existencia de un título traslaticio de dominio

Artículo 675, inciso 1:


Para que valga la tradición se requiere un título traslaticio de dominio, como el de venta, permuta, donación, etc.

Esto es consecuencia de la dualidad título modo exigida en Chile.


Cuando el título por su propia naturaleza en cuanto es generador de obligaciones de dar, sirve o es apto para generar la
obligación de transferir el dominio o constituir un derecho real, se le denomina título traslaticio de dominio art. 703 inc.
3.
Recordemos que en virtud del título traslaticio no opera la transferencia, solo habilita para que ella se realice, ya que la
transferencia propiamente tal se produce con la tradición.

Por ejemplo, A vende a B un automóvil o un inmueble y B se lo compra; el título traslaticio queda perfecto tratándose del
automóvil (mueble), cuando las partes acuerdan cosa y precio, ya que la compraventa de cosas muebles es consensual. En
el caso del inmueble el título queda perfecto cuando se otorga la escritura pública de compraventa, porque la ley exige
esta solemnidad. En ambos casos, ha surgido una obligación personal de dar por parte del vendedor, de la cual es
acreedor el comprador, obligación que se extinguirá efectuando la tradición del bien respectivo.

Los títulos traslaticios son infinitos, pudiendo entregar como ejemplo: compraventa, donación, permuta, cesión de
crédito, aporte a la sociedad, etc.

Con todo, para poder afirmar que contamos con un título traslaticio de dominio, éste debe ser válido, art. 675. En efecto,
la nulidad judicialmente declarada de un título, impide que la tradición pueda operar con, pues todos los defectos del
título quedan reflejados en ella.

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Sin embargo, no es tan claro si esa nulidad lo priva de todos sus efectos a pie de estimarse que no solo no se transfirió el
dominio, lo cual está claro, sino que, además, lo priva del carácter de poseedor del bien tradido. El tema es discutido, con
tendencia a afirmar que la nulidad del título priva también de la posesión al adquirente.

d.- Entrega de la cosa

Consiste en el hecho material de poner la cosa a disposición del adquirente, permitiéndole la aprehensión del bien con
ánimo de señor o dueño, esto es, adquiriendo el carácter de poseedor, art. 700.

Artículo 700:
La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal
tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él.
No toda entrega es tradición, pues debe estar acompañada de la intención de transferir y adquirir el dominio de la cosa.

Si el título es traslaticio la entrega es tradición y concede posesión. Pero si el título no es traslaticio, sino de mera
tenencia (arriendo, comodato o depósito), entonces la entrega no es tradición sino simple entrega y solo confiere mera
tenencia sobre la cosa ya que quien la recibió reconoce el dominio ajeno, art 714.
La entrega sirve para poner de manifiesto la entrega del dominio, aun cuando ella no sea siempre perceptible, como
sucede cuando la cosa tradida son bienes incorporales que no pueden entregarse físicamente, en cuyo caso la tradición se
concreta a través de formas fictas que la ley establece, como ocurre con el derecho real de servidumbre y con el derecho
real de herencia.

En cuanto a las formas concretas en las que se materializa la entrega en la tradición, ello se verá más adelante.

Efectos de la tradición
Aquí hay que distinguir según el tradente es o no dueño de la cosa tradida.

A.- Si el tradente es dueño

La tradición opera como modo de adquirir el dominio u otro derecho real para el adquirente y además confiere la
posesión sobre la cosa, posesión que es denominada “con derecho”, por estar acompañada del dominio.

Por lo tanto, el adquirente será dueño y poseedor, debiendo destacarse desde ya que el dominio (u otro derecho real), se
traspasa del tradente al adquirente a través de la tradición, justamente por su carácter de ser un derecho; no sucede lo
mismo con la posesión, pues está la hace suya el adquirente en el acto de tomar el bien con ánimo de señor o dueño, art
717 inc. 1, siendo esto consecuencia de que la posesión NO es un derecho, sino un hecho.

Debe tenerse presente de que, si el tradente tenía un derecho resoluble o afecto a algún gravamen, el adquirente lo hace
suyo en iguales términos, sin mejorar en nada su calidad. Esta es la consecuencia de ser la tradición un modo de adquirir
de carácter derivativo.

B.- Cuando el tradente no es dueño

En esta situación la tradición es válida, pero no opera como modo de adquirir ya que no permite transferir el derecho del
tradente al adquirente, y, por lo tanto, el tradente no ha cumplido su obligación.
No obstante, persiste el segundo efecto de la tradición que es colocar al adquirente en posesión de la cosa tradida, incluso
si el tradente no era poseedor sino un mero tenedor, lo que es consecuencia de ser la posesión un hecho que requiere solo
los requisitos del art. 700, y de ser eminentemente personal. Lo anterior es importante porque este adquirente al ser
poseedor, queda en posición de adquirir el dominio vía prescripción, aunque el tradente no hubiese tenido ese derecho.

Con todo, si el tradente no era dueño al tiempo de hacer la tradición, pero después adquiere el dominio, entonces la
tradición si provocara el efecto de transferir el dominio al adquirente, y lo hará desde la fecha en que se efectuó dicha
tradición, esto es, con efecto retroactivo.

Al adquirente que recibe la cosa del tradente no dueño, se le denomina poseedor sin derecho.

*Poseedor sin derecho o con derecho (dominio) pero siempre hay posesión. Se extingue el derecho personal entregando
lo que debía, o sea el pago, por ende, la tradición provoca la extinción de la obligación personal del contrato de
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compraventa, obligándole a entregar la cosa. Con derecho extingue la obligación Del título y provoca el derecho real de
dominio, transfiere el dominio. Cuando el tradente no es dueño, no se cumple la obligación, por ende, genera dos efectos:
no se extingue obligación personal del título y no cumple con la obligación de transferir dominio. Si lo adquiere por
prescripción, no cumple con la obligación.
La posesión y adquisición del dominio son diferentes, quién tiene la posesión sin derecho puede adquirir el dominio por
prescripción, y demandar al tradente que lo engaño.
La posesión no es transferible, sino, se erige no es derivativo.

Época en que debe efectuarse la tradición


La regla es que se efectúa inmediatamente después de otorgarse el contrato, y por ello el 681 establece que puede pedirse
tal tradición desde el momento en que no se haya establecido un plazo para efectuar el pago.

Hay 3 situaciones de excepción a esta regla:


1.- Cuando existe condición suspensiva de la obligación de efectuar la tradición en el título.
2.- Si hay un plazo pendiente para el pago de la cosa, en cuyo caso, no se puede pedir la tradición sino, hasta que se haya
cumplido ese plazo
3.- Cuando existe una resolución judicial que ordene la retención o embargo o prohibición de celebrar actos y contratos
respecto de la cosa debida, antes de que se le entregue el objeto al acreedor.

Si se infringe lo anterior conforme al 1578 el pago el nuño y, además, conforme al 1464, número 3, estaremos en un caso
de objeto ilícito.
En todas estas situaciones el acreedor (adquirente) no tiene derecho a pedir la cosa del deudor tradente.

Tradición sujeta a condición


Según el artículo 680 la tradición puede transferir el dominio sometida a condición suspensiva o resolutoria.

a.- Tradición sometida a condición resolutoria:


Ella se establece en el título que precede a la tradición, y que tiene como requisito habitual que se exprese en el mismo,
por ejemplo, a le dona a b un automóvil, y le hace la entrega y tradición del mismo, estableciéndose que deberá
restituírselo si obtiene un título universitario.

Se plantea la duda si el 689 se aplica o no tratándose de la llamada condición resolutoria tácita, 1489, que es aquella que
va implícita en todos los contratos bilaterales y que consiste en el derecho del contratante cumplidor de pedir la
resolución del contrato cuando se cumple la condición de que el otro contratante no cumpla con su obligación.

Algunos sostienen que no es aplicable por cuanto el artículo 680, que la tradición puede transferir el dominio bajo
condición suspensiva o resolutoria con tal que se exprese, y, por lo tanto, cómo lo que no es expreso es tácito aplicando
el tenor literal del 680, esta norma no aplica a la condición resolutoria tácita.

Otros concluyen de contrario que el dominio también puede transferirse bajo condición resolutoria tácita. Si la tradición
necesita de un título traslaticio de dominio y si el título de resuelve, que justamente lo que provoca la aplicación de la
condición resolutoria clásica, resulta lógico que la tradición, que es la consecuencia de ese título deje también de producir
sus efectos.

b.- Tradición sujeta a condición suspensivo


Este es un caso teórico y de poca aplicación, porque si hay una condición suspensiva, o sea, que suspende el nacimiento
del derecho, lo lógico será que la tradición tenga a lugar después de que se cumpla la condición. No obstante, el artículo
680 se pone en el escenario de que la cosa sea entregada con anterioridad a la persona del adquirente, en cuyo caso
cuando se cumpla la condición suspensiva ese adquirente pasará a ser dueño ahora de la cosa, sin necesidad de tradición,
porque ésta ya le fue hecha con anterioridad.

Claro Solar señala que la tradición hecha bajo condición suspensiva, en realidad, no transfiere el dominio, porque ello
sólo ocurrirá cuando se verifique el hecho futuro e incierto, porque la tradición del dominio tendrá lugar al momento de
realizarse la condición suspensiva, sin necesidad de nuevas declaraciones de voluntad.

Forma de hacer la tradición


Se atiende aquí al derecho que de esta transfiriendo y a la naturaleza mueble o inmueble de la cosa tradida.

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A.- Tradición del dominio sobre bienes muebles
Art 684 y 685, aquí es necesario distinguir entre tradición real y tradición ficta o simbólica.

Tradición real: es la que se efectúa por una entrega real o “de mano a mano” y consiste en la entrega material, del
tradente al adquirente, cumpliéndose todos los demás requisitos estudiados. Este tipo de tradición es aplicable a las cosas
que por su volumen y peso permiten la entrega material. Ella no se encuentra clara y directamente mencionada en el
código, pero indiscutiblemente se desprende del propio concepto de tradición, y una buena parte de la doctrina considere
que pertenecen a esta categoría los números 1, 2 y hasta el 3 del artículo 684, otros piensan que todos los numerales del
684 son formas fictas. (684 y 686 memoria)

Tradición ficta o simbólica: es aquella en que sin que el tradente entregue físicamente la cosa, la tradición tiene lugar
mediante actos jurídicos, hechos o gesto que manifiestan la intención de transferir el dominio.
El art. 684 contempla las siguientes formas:

1.- Permitiéndole la aprehensión material de una cosa presente, la que supone la presencia de tradente y adquirente, así
como de la cosa a la vista y al alcance de ambos, pareciendo bastar con que se permita la aprehensión, aunque ella no se
concrete.

2.- Mostrándosela, con los mismos supuestos del caso precedente.

3.- Entregando las llaves del lugar donde se encuentra la cosa mueble, no exigiendo aquí qué tal lugar se encuentre a la
vista de las partes.

4.- Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido. En esta modalidad, la tradición
queda perfecta desde que se adquiere la obligación indicada, aun cuando está no se haya materializado, pasando desde ese
momento el tradente a ser un mero tenedor de la cosa. Esta situación se asemeja bastante a la siguiente.

5.- Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa mueble, en virtud de un título no
traslaticio de dominio.

El artículo 684, número 5, primera parte: Esta es conocida como traditio Brevi manu y está concebida para evitar un
inútil movimiento material de la cosa tradida, por ejemplo, el arrendatario de un auto que se lo compra al dueño
arrendador. Con esta figura se pretende evitar que se materialice la tradición por el solo contrato.

6.- “Y recíprocamente por el mero contrato en que el dueño se constituye en usufructuario, comodatario o arrendatario”
(art 685, número 5, segunda parte) este es el constituto posesorio y evita que se efectúe una doble entrega, en que el
tradente primero entrega la cosa al adquirente a título traslaticio, y después este se la vuelve a entregar a título de mera
tenencia.

Existen otras formas de tradición de bienes muebles, por ejemplo, artículo 148 y 149 del código de comercio o artículo 6
de la ley sobre almacenes generales de depósito, y, por cierto, los mecanismos de tradición de los títulos de crédito.

Artículo 684:
La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una de las partes a la otra
que le transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno de los medios siguientes:
1º. Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente;
2º. Mostrándosela;
3º. Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que esté guardada la cosa;
4º. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido; y
5º. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa mueble como usufructuario,
arrendatario, comodatario, depositario, o a cualquier otro título no translaticio de dominio; y recíprocamente por el mero
contrato en que el dueño se constituye usufructuario, comodatario, arrendatario, etc.

B.- Derechos reales que recaen solo sobre bienes inmuebles.


Ella se efectúa mediante la inscripción del título en el registro de propiedad del conservador de bienes raíces por lo tanto
la tradición aquí es solemne y la solemnidad es la inscripción. Si no hay inscripción no se transfiere ni se adquiere el
dominio, ni tampoco la posesión.

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En consecuencia, la inscripción simboliza la tradición y confiere o genera la denominada “posesión inscrita”.
Esta inscripción como tradición que es, debe reunir todos los requisitos propios de la tradición: capacidad de ambos
otorgantes (tradente y adquirente), entrega y consentimiento.
Debe si tenerse presente que tratándose de inmuebles en que el modo de adquirir es distinto al de la tradición, si bien
hay inscripción, ella no constituye ni es solemnidad de dicho modo de adquirir alterno. (Por ejemplo, es lo que ocurre
con la prescripción adquisitiva)

Artículo 686:
Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título en el Registro del Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de uso constituidos en bienes raíces, de los
derechos de habitación o de censo y del derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de Minería.

C. Tradición de otros derechos reales


Tales derechos pueden recaer sobre muebles y/o sobre inmuebles, y se concretan:

1.- Derechos reales que recaen sólo sobre muebles: es lo que ocurre con la prenda cuya tradición se efectúa mediante la
entrega real de la cosa constituida en prenda, de manos del deudor al acreedor. Art 2384, 2386, 2389.

2.- Derechos reales que recaen sólo sobre inmuebles: es lo que ocurre con la hipoteca, la servidumbre, el censo y la
habitación.

En todos los casos menos en la servidumbre la tradición se efectúa mediante la inscripción del título en el registro de
hipotecas y gravámenes del CBR. El título será aquí el contrato de hipoteca o de censo o la constitución del derecho de
habitación.
Tratándose de las servidumbres este derecho real no se trade mediante inscripción, sino por escritura pública en que el
tradente expresa constituirla y el adquirente a aceptarla; esta escritura puede ser la misma que la del contrato de
servidumbre (el título). Art 698.

Excepción a la regla anterior es la servidumbre de alcantarillado de predios urbanos, en que la tradición se efectúa
mediante la inscripción del título en el registro de Hipotecas y gravámenes del CBR.

3.- Derechos reales que pueden recaer en muebles o en inmuebles: el usufructo y el uso. Aquí si es mueble art 684 y si es
inmueble 686 inc. 2, debiendo siempre estar precedido de un título.

4.- Tradición del derecho real de herencia: éste es el que tiene el heredero respecto del patrimonio dejado por el difunto o
sobre una cuota de él. El derecho de herencia recae sobre una universalidad jurídica constituida por el patrimonio del
causante y no sobre bienes determinados de ese patrimonio.

Originalmente el heredero adquiere el derecho de herencia por el modo “sucesión por causa de muerte”, pero luego puede
pretender transferirle ese derecho real a un tercero, pasando a denominarse cedente y el que lo adquiere cesionario. Debe
existir aquí un título traslaticio de dominio por ejemplo un contrato de compraventa (que de acuerdo al art. 1801 es
solemne, ya que debe constar en escritura pública), título que debe ser seguido de la correspondiente tradición.

El art. 1909 confirma la naturaleza universal del derecho real de herencia al cual se aplica todo lo antes indicado. Cosa
distinta es si el título y el modo de radican en bienes específicos que forman parte de la universalidad jurídica (solo la
casa o solo el auto del difunto), ya que en esa situación no hay venta ni tradición del derecho real de herencia, sino venta
y tradición de un dominio fraccionario y eventual sobre bienes determinados que forman parte de la universalidad
jurídica, cuya tradición se concretará conforme a la naturaleza muebles o inmuebles de dicho bien (art. 684 o 686).

El tema aquí es como lo indica el encabezado, es como se hace la tradición del derecho real de herencia. El art. 686 no se
refiere al tema, por lo que en principio no es a través de la inscripción del título.

El código no da respuesta explicita al tema, generando una discusión doctrinaria. Existen dos posiciones:

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1.- Don José Ramón Gutiérrez explica que el derecho de herencia sigue la clasificación en muebles e inmuebles del art.
580, de lo que concluye que, si dentro de la universalidad hay muebles e inmuebles, para efectos de la tradición del
derecho real, se aplicarán respectivamente los art. 684 y 686.

Se apoya en el mensaje del CC que afirma a propósito de los inmuebles, que mientras no se practique la inscripción
correspondiente, el contrato puede ser perfecto, generar derechos y obligaciones, pero no transfiere el dominio “ni
ningún otro derecho real”, con lo que alcanza al derecho real de herencia.

2.- En sentido contrario don Leopoldo Urrutia, sostiene que el derecho de herencia no tiene por objetos ni muebles ni
inmuebles, sino una universalidad jurídica, por lo que su tradición no se determina por la calificación del art. 580 y por lo
tanto debemos estarnos a la regla general en materia de tradición, que está contenida en el inc. 1 del art 684. En
consecuencia, la tradición del derecho real de herencia debe efectuarse significándole el tradente al adquirente, por
cualquier medio, su intención de transferir el derecho real de herencia, y por su parte el adquirente debe manifestar su
intención de hacerlo suyo.
Se critica esta teoría porque deja en la incertidumbre el momento en que se verifica la tradición, y además porque aísla la
manifestación de intención del adquirente respecto de la del tradente, en circunstancias en que la tradición es una
convención.

Siendo efectivas estas críticas, la solución que ha encontrado la practica forense es que la tradición del DRH tenga lugar
en el mismo instrumento que contiene el título que precede a la tradición. De esta forma en un solo documento
tendremos el título y el modo, lo que le dará certeza y publicidad a la tradición. Por lo demás esta es la misma solución
que el legislador ha establecido para la tradición del derecho real de servidumbre, art 698.

D) Tradición de los créditos.


Un crédito que tiene el acreedor contra su deudor, puede cederse a un tercero y para ello necesitaremos un título y un
modo.
El título será cualquiera de los que ya se conocen (CV, donación, aporte, permuta, etc.). En cuanto a la tradición ella se
perfeccionará por la entrega que el cedente hace al cesionario del instrumento en que consta el crédito, instrumento que
es denominado el título, art. 699 y 1901.
Debe tenerse presente que para que esta cesión de crédito sea oponible al deudor o a un tercero, debe ser notificada a
dicho deudor o aceptada expresamente por éste.

*Cosas se regirán por el art. 689 y luego se debe distinguir ente si la cosa es mueble (684) o inmueble (686).

Tradición de cuota
Este tema no está claramente regulado por el legislador, pero hay uniformidad de criterios, al menos en lo que se refiere
a si lo enajenado es una cuota en cosa singular (un tercio del auto o un tercio de la casa), ya que se aplica el art. 680 que
establece que la cuota participa del carácter mueble o inmueble de la cosa, por lo que si la cuota recae sobre mueble art.
684 y si recae sobre inmueble art. 686.
Esta misma solución se aplica cuando la tradición recae en una cosa singular que forma parte de una universalidad
jurídica.

El problema más complejo cuando la cuota recae en cosa universal. Aquí deben superarse varios problemas, en primer
lugar, clarificar la diferencia entre universalidad jurídica y universalidad de hecho, y luego determinar la aplicación de la
comunicabilidad en Chile respecto de la cuota en cosa universal en relación con los bienes que la conforman.

Ahora, en lo que concierne a la tradición de esta cuota que recae en universalidad jurídica, hay dos posiciones: unos que
niegan la comunicabilidad de la cuota en cosa universal a los bienes que la componen, señalan que la tradición se debe
efectuar por el art. 684 por ser esta la regla general y así, aunque haya inmuebles en la universalidad no se precisa para la
tradición inscripción registral. Afirman que se están en presencia de una abstracción y, por lo tanto, ella no es ni mueble
ni inmueble lo que lleva indefectiblemente al art. 684.

El planteamiento anterior ha sido objetado, pues se sostiene que en Chile no existen universalidades jurídicas sino solo
universalidades de hecho, lo que unido a la comunicabilidad de la cuota conduce a que la enajenación vía la tradición de
los muebles se efectúe por el art. 684 y de los inmuebles por el art. 686.

Los conflictos respecto a la universalidad se generan solo cuando se va a trabajar con ella en su totalidad, cuando se
trabaja solo con muebles o solo con inmuebles es cuando surgen problemas.
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ROLES QUE DESEMPEÑAN LA INSCRIPCION EN EL REGISTRO DE BIENES RAÍCES

A.- Tradición:
Conforme al art. 686 en el registro del CBR se efectúa la tradición del dominio y de los demás derechos reales cuando
caen sobre bienes inmuebles, lo que se inscribe es el título traslaticio respectivo, que debe constar en escritura pública o
bien se inscribe el acto constitutivo del derecho real del que se trate, que también debe constar en escritura pública, por
ejemplo, una hipoteca o un usufructo respecto del mueble.

Como la tradición es una convención, en teoría ambas partes debieran concurrir y firmar la respectiva inscripción para
formar así el consentimiento que da origen a la tradición. En la práctica esto no ocurre nunca pues las partes en el mismo
instrumento que contiene el título, confieren un mandato para que una de ellas o a un tercero requiera y firme la
inscripción en el registro correspondiente, art. 68 inc 2 y 83 del Reglamento de CBR. Más aún, este mandato suele
redactarse en términos tales que no se indica el nombre del mandatario, bajo la siguiente estructura: “se faculta al
portador de copia autorizada de la presente escritura, para requerir, firmar, y suscribir, todas las inscripciones,
subscripciones y anotaciones que fuesen pertinentes a efectos de concretar la debida tradición de inmueble objeto del
presente contrato”.

En realidad, esta cláusula más que un mandato, constituye una oferta de mandato a persona indeterminada y el mandato
recién se perfecciona cuando el portador del título requiere y firma la inscripción en el conservador respectivo.

Debe tenerse presente, que esta oferta de mandato caduca si muere uno de los otorgantes del contrato, por lo que si no se
había efectuado la inscripción el portador ya no estará facultado para requerirla, quedando como única solución que los
herederos del difunto concurran ellos mismos a requerir la inscripción registral o bien, que otorguen un nuevo mandato.

El único modo de adquirir en que la inscripción en si misma genera el derecho real, es en la tradición del dominio de los
inmuebles, y en los derechos reales constituidos sobre esto.
En los restantes modo de adquirir la inscripción cumple una función distinta y en esos casos el derecho real se adquiere
de un modo diverso.
- En la ocupación no hay problema porque jamás recae sobre inmuebles.
- En la accesión se adquiere el dominio de lo accesorio cuando se cumplen los requisitos legales y en ese evento, la
inscripción de lo principal se extiende a lo accesorio.
- En la prescripción adquisitiva, si bien la sentencia que lo declarado de inscribe, ello es con fines de publicidad y
oponibilidad, pero no es un requisito del modo, artículo 689 y 2513.
- Y en la sucesión por causa de muerte, si bien el artículo 688 establece la necesidad de practicar algunas
inscripciones, ninguna de ellas incide en la adquisición del dominio por este modo.

B.- Formalidad de publicidad (1464, objeto ilícito recordar)


Hay casos en que la inscripción cumple una función de comunicación e información, es decir, de publicidad, y, por lo
tanto, de oponibilidad. Esto es así porque los registros del conservador son públicos, de forma que toda inscripción
practicada en el, es susceptible de ser conocida por cualquier persona.
Las inscripciones por vía de publicidad pueden ser obligatorias o facultativas, entre ellas podemos señalar:
1.- La sentencia que declara la prescripción adquisitiva del dominio o de un derecho real sobre un inmueble
3.- La renuncia de un derecho real sobre inmueble, 52 número 3;
3.- Las resoluciones judiciales que declaran la interdicción definitiva o provisoria del demente o disipador, las que
otorgan la posesión definitiva de los bienes del desaparecido y las que conceden el beneficio de la partición del
patrimonio, art 54.
4.- Todo gravamen que recaiga sobre un inmueble, como más servidumbres.
5.- Las prohibiciones, embargos o retenciones judiciales, convencionales o legales que limiten la libre disposición de
inmueble, 53 número 3.

C.- Mantener la historia de la propiedad raíz


Se trata aquí de evitar un vacío al tiempo de estudiar las mutaciones de dominio que se han producido respecto de un
inmueble.
Siempre que se examinan los antecedentes o títulos de un bien raíz de requiere 10 años de historia del inmueble como
mínimo, y ellos porque este plazo es el máximo, tanto de la prescripción adquisitiva como de la acción de nulidad
absoluta que pudiera afectar un acto o contrato que forma parte de los títulos del bien raíz.

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*No hay enajenación, pero afecta al inmueble.

Atendido lo anterior, se debe procurar evitar una disociación entre la realidad dominical del inmueble y los antecedentes
que a su respecto obran en el registro.

Situación especial de la sucesión por causa de muerte (dentro de c)


En el derecho real de herencia, la primera adquisición del mismo tendrá a lugar por el modo de sucesión por causa de
muerte, por lo tanto, la herencia y el dominio de adquieren por el solo ministerio de la ley, al deferirse la herencia y ser
esta aceptada por el heredero.

Luego, de lo dicho se desprende que la inscripción registral no es requisito para adquirir el derecho real de herencia,
aunque en la universalidad jurídica existan inmuebles.
Surge entonces la necesidad de mantener la historia registral de los inmuebles heredados, ya que, de lo contrario, no se
sabría cómo hizo suyo el inmueble el heredero o cómo lo adquirió un tercero a quien dicho heredero se lo enajeno.
Con este propósito el artículo 688 ordena practicar ciertas inscripciones en el registro de propiedad del conservador de
bienes raíces, *junta el dominio y el registro* las cuales tienen las siguientes características:
1.- No son tradición
2.- Lo que se inscribe no es un título traslaticio de dominio
3.- Debe practicarla el heredero y no el legatario, este último recibe el inmueble legado a través de una escritura pública
en que los herederos, cumpliendo la voluntad del testador, le efectúan la entrega del inmueble legado, y con esa escritura
inscribe en inmueble a su nombre, debiendo si practicarse previamente la inscripción del número 1 del artículo 688.
4.- Las inscripciones de practican solo cuando hay inmuebles en la herencia y respecto de dichos inmuebles.
5.- Son solemnidades que debe cumplir el heredero como supuesto previo para poder disponer de los inmuebles
heredados.

*Ni b, c o d, son tradición.

Inscripciones que exige el artículo 688

1.- Inscripción de la resolución judicial que concede la posesión efectiva de la herencia si es testada o resolución
administrativa que concede la posesión efectiva de la herencia si es intentada.

La posesión efectiva de la herencia cuando hay testamento exige la dictación de una resolución judicial que reconozca a
los herederos como tales, y les confiera la posesión efectiva. No debe incurrir en el error de creer que está resolución
otorga el carácter de heredero, porque lo hace es simplemente reconocerla, ya que la calidad de heredero de pleno
derecho desde el momento de la delación de la herencia (delación es el llamamiento que hace la ley a aceptar o repudiar la
herencia).
Esta resolución o auto de posesión efectiva se inscribe en el registro de propiedad del CBR de la comuna en que se haya
otorgado tan resolución (688 número 1 y 883 inciso 1, CPC), si no hay inmuebles en la herencia o solo los hay en la
comuna en que se otorgó la posesión efectiva, la inscripción sólo se practicará en esa comuna; pero si, además, hay
inmuebles en otras comunas el auto de posesión efectiva deberá inscribirse adicionalmente en todos ellos.

Si la herencia es intentada, la posesión efectiva la otorga una resolución administrativa de la dirección nacional del
registro civil correspondiente inscribiéndose en el llamado Registro nacional de posesiones efectivas que lleva el RC.

2.- Inscripción del testamento si la posesión es intestada


Está inscripción debe practicarse conjuntamente con la posesión efectiva (688, número 1), y se materializa en el Registro
de propiedad del CBR donde se dictó el auto de posesión efectiva, no siento necesario inscribirlo en otro CBR como
ocurre con la posesión efectiva.
*Las primeras van si o sí.

3.- Inscripción general de herencia


Con el mérito de las inscripciones anteriores se inscriben ahora los inmuebles a nombre de todos los herederos en el
registro de propiedad del CBR de ubicación de los inmuebles, y si hay inmuebles en varias comunas en cada uno de los
CBR correspondientes.
Está inscripción es la que permite a los herederos disponer de consuno (de común acuerdo) del inmueble respectivo.

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4.- Inscripción de la adjudicación
Cuando la comunidad hereditaria termina por la vía de la partición efectuada entre todos los herederos, y en esa
partición se adjudica a uno de ellos un inmueble hereditario, tal adjudicación que debe contenerse en una escritura
pública, debe inscribirse al nombre del adjudicatario en el registro de propiedad del CBR correspondiente a la ubicación
del bien raíz, 687 inciso 3 y 688 número 3.
*Se traspasa el bien a solo un heredero.

Estas inscripciones permiten mantener la historia del bien raíz.

*688 hay o no testamento? Ambos caminos terminan en la posesión efectiva, cómo se llega: tribunales o registro civil, no
se necesita para ser heredero, ambas se concretan en un acto administrativo, ahí está la posesión efectiva. (Con
testamento) testamento y resolución del tribunal.
Ahora se debe regular la posesión de los inmuebles, ahí se mantiene la historia del bien raíz, debe cambiar el nombre
causante, por los herederos. Después de esto pueden enajenarlo, pudiendo venderlo letra a, o pueden repartirse, que se
llama adjudicación, y se lo adjudican a uno de los herederos. Este acto debe llevarse al conservador, para cambiar la
posesión efectiva.

Omisión de las inscripciones del artículo 688


La pregunta es qué pasa si se enajena un inmueble sin cumplir con las inscripciones del artículo 688. La respuesta es muy
discutida, y los tribunales han entregado todo tipo de respuestas.
- Se ha dicho que el acto de enajenación y el título respectivo son nulos absolutamente por infringirse normas de
orden público, como lo son las de la organización del registro. Posteriormente, advirtiendo que el código exige
las inscripciones para disponer de los inmuebles, lo que es sinónimo de enajenarlos, resolvió que el título era
válido, esto es, el contrato por el cual el heredero, por ejemplo, vende a un tercero, ya que con el contrato no
“dispone”.
- Otro fallo resolvió relacionando el artículo 688 con el 696, esta última que prescribe que mientras las
inscripciones indicadas en los textos que preceden no se efectúen, los títulos cuya inscripción se prescribe “no
darán o transferirán la posesión efectiva del respectivo derecho”, lo que implica que, si con posterioridad al acto
enajenativo se regularizan las inscripciones del 688, entonces se transferirá el respectivo derecho.
- Otra sentencia ha indicado en el mismo sentido que mientras no se practiquen las inscripciones del 688, el único
efecto es que no se transfiera el derecho respectivo.
- Otra alternativa ha entendido que la sanción es la nulidad relativa, por cuanto la infracción del artículo 688
constituye el incumplimiento de un requisito establecido en consideración a la calidad o estado del heredero; esta
solución tiene la ventaja de que permite la ratificación posterior del acto, pero, a su vez infringe lo dispuesto en
el 688, en el sentido de que no se puede disponer de los inmuebles mientras no se practiquen tales inscripciones.

*Siempre está el arreglo por la prescripción extintiva, 10 años.

D.- La inscripción como requisito, garantía y prueba de la posesión de inmuebles (Pregunta típica)
1.- La inscripción registral es requisito de la posesión de inmuebles porque, de acuerdo a lo que establece el artículo 724
(de memoria) del C.C, sin ella no puede adquirirse la posesión. Esto está confirmado por el mensaje del Código que
señala que la inscripción es la que da la posesión real y efectiva, y mientras ella no se ha cancelado, el que no ha inscrito
no posee.
2.- Además, la inscripción es garantía de la posesión inscrita, pues, mientras ella subsiste y no haya sido cancelada, el
poseedor no pierde su posesión legal, por más que existan actos materiales de apoderamiento del inmueble que efectúen
terceros, artículo 728, inciso 2 (memoria).
3.- Por último, la inscripción es prueba de la posesión inscrita por cuanto, gracias a ella, se acredita ser poseedor y si se
tiene más de un año en calidad de poseedor inscrito, y tal inscripción no ha sido cancelada, no resulta admisible la prueba
de posesión material, con que se pretenda destruir la posesión inscrita, artículo 924 (memoria, también 925).

No debe confundirse la prueba de la posesión inscrita con la prueba del dominio.


La inscripción por sí sola no acredita el dominio y ello porque no hay certeza de que el tradente, que era el anterior
poseedor inscrito, haya sido efectivamente el dueño.
En Chile para probar el dominio no basta con la tradición a través de la inscripción, sino, para acreditarlo es necesario
recurrir a otro modo de adquirir, que es la prescripción adquisitiva, es decir, demostrar, que se es poseedor inscrito por el
lapso necesario para completar el periodo exigido por la ley de prescripción adquisitiva. Esto explica porque cuando se

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examinan títulos de dominio, se revisa una serie continua de inscripciones posesorias que comprenden el plazo máximo
que contempla la ley para la prescripción adquisitiva de inmuebles (10 años).

*Tradición: adquirir el dominio y poner en posesión, siempre esta última, además, no puede haber posesión inscrita sin
que haya inscripción. La posesión inscrita protege de otros poseedores materiales, porque sigue teniendo la inscripción.
Respecto a la función de transferir el dominio, la inscripción no es prueba de dominio, ya puede ser que quien efectué la
tradición no sea el dueño.
O sea, la inscripción es prueba de la posesión y no es prueba del dominio, quien posee 10 años de forma inscrita puede
adquirir el dominio.

Artículo 724 CC:


Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en el Registro del Conservador, nadie podrá adquirir
la posesión de ella sino por este medio.

Artículo 728 CC:


Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes, o por una
nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por decreto judicial.
Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el título inscrito, no adquiere posesión de
ella ni pone fin a la posesión existente.

Artículo 924:
La posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y mientras ésta subsista, y
con tal que haya durado un año completo, no es admisible ninguna prueba de posesión con que se pretenda impugnarla.

Artículo 925 CC:


Se deberá probar la posesión del suelo por hechos positivos, de aquellos a que sólo da derecho el dominio, como el corte
de maderas, la construcción de edificios, la de cerramientos, las plantaciones o sementeras, y otros de igual significación,
ejecutados sin el consentimiento del que disputa la posesión.

Sistema del registro conservatorio de bienes raíces

El artículo 695 de C.C dispuso que un reglamento determinaría los deberes y funciones del conservador, así como la
forma y solemnidad de las inscripciones. Este reglamento se dictó el año 1857 y entro en vigencia en 1859, y regula el
denominado Registro conservatorio de bienes raíces, creado por el C.C, el cual se divide en territorios con competencia
exclusiva y regidos por un auxiliar de la administración de justicia denominado conservador de bienes raíces.

El sistema registral chileno pertenece a la categoría denominada de folio personal, esto es, en él se inscriben los
propietarios de bienes raíces dando cuenta de las transferencias dominicales de inmuebles. La alternativa a nivel de
derecho comparado es un sistema registral de folio real, el cual se inscriben propiedades, dejándose constancia de los
cambios en el dominio de dichos bienes inmuebles (en Chile los conservadores mayoritariamente llevan, en forma
paralela al folio personal, un folio real, es decir, por inmuebles).

Sin ninguna duda, el sistema de folio real es superior al personal desde el punto de vista de la simplicidad de su manejo y
de la certeza jurídica de las inscripciones contenidas en ellos, siendo un sistema tipificado como de alta legalidad, por
oposición al folio personal, que en general es calificado de baja legalidad, en particular el chileno.
*El folio real dice cuál es la propiedad, y el dueño.
Se llevan títulos que pueden ser escrituras públicas o sentencias judiciales, ejemplo, embargo.

Libros que lleva el conservador de bienes raíces


Son tres: Registro de propiedad, registro de hipotecas y gravámenes y registro de interdicciones y prohibiciones de
enajenar; además, cada uno de estos registros tiene un índice anual, y existe un índice general que abarca todos los
registros.

El conservador, por disposición de leyes especiales, lleva, además, otros registros, que no dicen relación con la propiedad
raíz, como, por ejemplo, el registro de comercio.

a.- El repertorio (pregunta)

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Este es un libro que lleva el conservador donde se anotan todos los títulos y resoluciones judiciales que se le presenten,
cualquiera sea su naturaleza, y en estricto orden cronológico de presentación, artículos 21 y 27 del reglamento.
En él deben anotarse sucesivamente todos los requerimientos de inscripción que se le formulen, sin que tengan la opción,
el conservador, de negarse a anotar en el repertorio. Estas anotaciones deben cumplir con una serie de requisitos
formales, destinados a garantizar la incorruptibilidad de las mismas, artículo 22, 23, 28 y 29 del reglamento.
Los registros son anuales, y de su apertura y cierre se deja constancia en el propio registro, así como, de otros
antecedentes de interés para los terceros, artículo 30 y 38. (Todas estas hay que leerlas)

Cada página del repertorio se divide en 5 columnas:


1.- Nombre y apellido de la persona que presentó el título.
2.- Naturaleza del acto o contrato que se presenta.
3.- El tipo de inscripción que se pide, por ejemplo, dominio, hipoteca, embargo, etc.
4.- La hora, día y mes de la presentación.
5.- El registro parcial en que se pide practicar la inscripción y el número al que corresponde, numeración que es
correlativa. (Artículo 24, 26 y 27 del reglamento). Se debe recalcar que la anotación se hace por estricto orden de
presentación de los títulos.

El conservador está obligado a anotar en el repertorio todos los títulos que se le presenten, incluso aquellos cuya
inscripción posterior sea rechazada por el mismo conservador. En el evento de rechazo de la inscripción, el solicitante
puede reclamar ante el juez competente (el del domicilio del conservador), pidiendo que ordene practicar la inscripción.
En este evento, el tribunal pedirá un informe al conservador, y con el mérito de dicho informe resolverá si ordena o no
practicar la inscripción correspondiente.
Solo si la resolución es negativa ella será apelable ante la C.A respectiva. Artículo 18 y 29 del reglamento.

La anotación en el repertorio tiene una vigencia de dos meses, tiempo en el cual, debe convertirse en inscripción
registral, y si ello no ocurre, la anotación caduca, artículo 15, inciso 2 del reglamento. Es por ello que cuando se revisan
los títulos de dominio de un inmueble se solicita un certificado de repertorio, por un lapso de dos meses hacia atrás, para
cerciorarse que en ese lapso no haya otras anotaciones en el repertorio que pudieran convertirse en inscripciones, ya que,
la fecha de la inscripción en el registro correspondiente opera con efecto retroactivo a la fecha de la anotación en el
repertorio. Por lo tanto, para saber cuál es la inscripción más antigua no basta con ver la fecha de la inscripción
propiamente tal, sino que hay que remontarse a la fecha de anotación del título respectivo en el repertorio.

*El reparo (cuando falta algo) suspende la tramitación. El que llega primero al repertorio, aunque llegue después a la
inscripción, es el primero, siempre que el reparo se haga en un plazo de 60 días, y cuando pasa esa fecha la anotación
caduca de pleno derecho.

*3.- Cuando la petición es exitosa, se será poseedor inscrito no desde la inscripción, sino, desde la fecha de la anotación
en el repertorio.

b.- El registro de propiedad


Conforme al artículo 32 del inciso 1 del Reglamento, en el registro de propiedad deben inscribirse los títulos traslaticios
de dominio, los autos de posesión efectiva, los testamentos, las inscripciones especiales de herencia y los actos de
adjudicación.

Agreguemos que en Chile se trabaja en base al régimen de inscripciones, es decir, síntesis redactadas por el conservador
de los títulos que se le presentan que deben cumplir con las menciones mínimas que establece el reglamento.
Excepcionalmente, se utiliza, en vez de inscripción, el sistema de la agregación, que consiste en incorporar al registro
una copia autorizada del título respectivo.

c.- El registro de Hipotecas y Gravámenes


Se inscribe aquí los derechos reales de habitación, servidumbre, usufructo, uso, fideicomiso, hipoteca y censo, y en
general, todos los gravámenes que recaigan sobre inmuebles, 32 inciso 2 del Reglamento. Como en el caso anterior esta
inscripción se practica en la comuna o agrupación de comunas en que este ubicado el bien raíz; en el caso de la hipoteca
con los requisitos del artículo 81 del Reglamento, y en los demás, con los del artículo 78.

d.- Registro de interdicciones y prohibiciones de enajenar


Se inscriben aquí las interdicciones definitivas y provisorias, así como las rehabilitaciones de los interdictos, las
prohibiciones legales, convencionales y judiciales que recaen sobre inmuebles, por ejemplo, embargos, o medidas
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precautorias. Art 32, inciso 3, reglamento. Esta inscripción debe practicarse en el Conservador del domicilio del
interdicto o aquel donde esté ubicado el inmueble respectivo, art 56 del Reglamento.

Forma en que se llevan los tres registros parciales


Se asemeja a la forma en que los notarios llevan los protocolos de instrumentos públicos, debiendo cumplir con los
requisitos establecidos en los artículos 34 a 40 del Reglamento (verlos, pueden producir nulidad de inscripciones y
tradición), debiendo destacarse el carácter público de estos registros.
A cada uno de ellos, se encuentra asociado un índice parcial, en que los títulos se asocian al nombre de las partes del
título respectivo; requisitos formales de los índices artículo 41.

e.- El conservador lleva, además, un incide general de todos los registros, que debe cumplir con los requisitos del
artículo 41 del reglamento, y, además, con los artículos 43, 44 y 45. (no verlos)

f.- Otros registros


En virtud de leyes especiales, el conservador lleva registros diversos, como el de comercio, aguas, prenda industrial,
prenda agraria, archivero judicial, etc.

Publicidad de los registros


Conforma al artículo 49 del reglamento cualquier persona puede consultarlo y el conservador está obligado a entregar
copias de las inscripciones, y determinados certificados, todos los cuales, deben contener las sub inscripciones y
anotaciones de referencia que señalan los artículos 50 y 51 del reglamento.

En materia de certificados, encontramos los siguientes:


a.- Certificado de inscripción en el registro de un inmueble, habitualmente denominado certificado de dominio vigente,
con las menciones del artículo 86 del reglamento.
b.- Certificado de hipotecas y gravámenes, en el cual, el conservador deja constancia de las cargas y prohibiciones que
pesan sobre el inmueble, así como, de las prohibiciones e impedimentos que limiten de alguna forma, las facultades del
poseedor inscrito, para disponer libremente del bien raíz.
c.- Certificado del repertorio, que da cuenta de si respecto al bien raíz existe alguna anotación vigente en el repertorio.
d.- Certificado de declaración de bien familiar, a fin de establecer si existe o no tal declaración respecto del inmueble.
e.- El denominado en la práctica certificado completo, que abarca todos los anteriores.

Responsabilidad del conservador


En general el cumple un rol pasivo en la constitución de la propiedad raíz, ya que, la ley limita su función a practicar las
anotaciones e inscripciones ante referidas, pero no lo autoriza, por regla general, a efectuar exámenes de validez y
eficacia, ni de los títulos que se le presentan, ni las inscripciones que se han practicado. Por lo tanto, ni él ni el estado
garantiza que las inscripciones den cuenta fehaciente de que el dominio pertenezca efectivamente al poseedor inscrito, y,
de hecho, el dominio no se prueba a través de la inscripción, sin perjuicio, de que contribuye a su establecimiento.

Con todo el conservador si tiene responsabilidad por un obrar negligente, doloso o abusivo derivado del incumplimiento
de sus obligaciones legales y reglamentarias. En tal evento, quedará obligado a indemnizar los perjuicios derivados del
incumplimiento de sus obligaciones, sin perjuicio, de la posibilidad de tener que pagar multas por faltas u omisiones en
que incurra, art 96 y 98, de ser removido de su cargo, atendida su calidad de auxiliar de la administración de justicia o
aún de ser objeto de sanciones penales por delitos propios del cargo.

Títulos que pueden y títulos que deban inscribirse


El artículo 52 señala los títulos que deben inscribirse y el 53 los que pueden inscribirse. La omisión de las inscripciones
del 52 acarrea la ineficacia del efecto que la ley asocia a la inscripción; por ejemplo, si no se inscribe la compraventa no
hay tradición. La omisión de las inscripciones del 53, en general, traen como consecuencia la falta de publicidad de la
inscripción respectiva, aunque no necesariamente la inoponibilidad del acto respectivo, por ejemplo, la inscripción del
derecho real de servidumbre.

Negativa del conservador a inscribir


La regla es que el conservador no puede negarse a inscribir los títulos que se le presentan. No obstante, los artículos 13
y 14 contemplan situaciones en que el conservador debe negarse a la inscripción. En particular el artículo 14 detalla
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algunos casos específicos y agrega una fórmula final de carácter más genérico., consistente en que la inscripción sea
“legalmente inadmisible”.
En el evento de negativa, el conservador debe devolver al solicitante el título presentado indicando en el mismo, la razón
de la negativa, de lo cual se deja, además, constancia en el repertorio, art 14 inciso 2 y 25 del Reglamento.
Frente a la negativa del conservador (denominada en la práctica reparo) el solicitante puede, si le es posible, solucionar la
objeción formulada, o bien, reclamar judicialmente en contra de la negativa, siendo juez competente el del domicilio del
conservador. En la práctica, el juez suele pedir un informe a dicho conservador y luego resuelve.

Si acoge el reclamo, ordenará practicar la inscripción, lo cual el conservador ejecutará mencionando el decreto judicial
que se lo ordenó. De contrario, si el juez niega el reclamo, tal resolución es apelable. (Es no contencioso)
Artículo 18, 19 y 20 Reglamento.

Solemnidades y requisitos de las inscripciones


Como se indicó la inscripción debe ser precedida del ingreso de un título o de una resolución judicial en copia auténtica,
la cual es anotada en el repertorio.
La inscripción propiamente tal, debe cumplir con los requisitos de los artículos 70, 75,76 y 35 del reglamento. En cuanto
al contenido de la inscripción este variará dependiendo de la naturaleza de la misma, pero siempre deberá hacer una
referencia a la foja número y año de la inscripción precedente con la cual se relaciona la nueva inscripción, artículo 692
del CC y 80 del reglamento.

Según el artículo 83 del reglamento al final de la inscripción debiera estar la firma de las partes o de su mandatario, así
como la del conservador, en la práctica solo está la firma de este último.

Cuando se trata de una inscripción que da cuenta de la transferencia del dominio de un inmueble, la sola practica de esta
provoca la cancelación de la inscripción dominical precedente, sin necesidad de dejar constancia a través de una
anotación de estas circunstancias en la inscripción antigua: por eso se le denomina cancelación virtual.

No obstante, en la práctica se suele dejar constancia de esta circunstancia en la inscripción precedente, indicándose la
foja número y año de la nueva inscripción. La omisión de lo anterior no origina sanción alguna, siendo una anotación
voluntaria que persigue mejorar la información registrada, artículo 92.

Una vez practicada la inscripción correspondiente el conservador devuelve al interesado el título que presentó (escritura
o sentencia) con un certificado en el mismo documento que da cuenta de la foja número, año y registro de la inscripción
respectiva, artículo 85 y 86.

Subinscripciones
Se practican en el margen derecho de la inscripción y tienen por objeto salvar errores, completar, modificar o cancelar
una inscripción.
Ellas pueden practicarse de oficio por el conservador conforme lo autoriza el art 88 del reglamento, también a petición
de parte lo que puede materializarse a través de una escritura aclaratoria posterior proveniente de las partes; o en virtud
del mismo título original recurriendo nuevamente al art 88; o por una minuta firmada por las partes cuando el defecto
este constituido por una incorrecta individualización de las partes o sus representantes o designaciones incompletas o
defectuosas art 82 inc 2 y tercero del reglamento.

Debe si tenerse presente que, si se trata de un título nuevo que se pretende inscribir, ello solo puede materializarse a
través de una nueva inscripción y no de una subinscripcion.

Finalmente, la subinscripcion puede provenir de una sentencia judicial que modifica o complementa una inscripción art
89 inc 2 del reglamento

Cancelación de una inscripción


Una cancelación implica que se extingue una inscripción registral, existen 3 formas de proceder a la cancelación:

1.- A través de una nueva inscripción que cumpla la función de tradición en cuyo caso la cancelación se produce con el
solo mérito de esa nueva inscripción y sin necesidad de una subinscripcion al margen de la antigua.
2.- En virtud de una convención de las partes en que estas acuerdan dejar sin efecto la inscripción. En este caso la
cancelación tiene lugar al practicarse la subincripcion al margen.

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3.- En virtud de una sentencia judicial, que también requiere subinscripcion marginal para provocar la cancelación de la
inscripción 728 (super de memoria)

Sanción por la omisión de las solemnidades o REQUISITOS DE LA INSCRIPCIÓN

A) Si se ha omitido un requisito esencial como por ejemplo que el título presentado al conservador sea falso o el
conservador incompetente la sanción será la nulidad absoluta de la inscripción por cuanto se ha omitido un requisito
establecido en consideración a la naturaleza jurídica del acto respectivo

B) Si lo omitido son formalidades externas, esto es, exigencias establecidas por el código o el reglamento la sanción por
regla general no es la nulidad absoluta ya que el artículo 969 CC contempla una sanción especial en cuya virtud la
inscripción es válida pero no genera el efecto de transferir el derecho, quedando el adquirente en calidad de poseedor
inscrito sin derecho, calidad que persistirá mientras no se subsanen los defectos formales por la vía de una subinscripcion
o aún mediante una nueva inscripción conforme lo ordenan los artículos 82, 88 y 89 del reglamento.

LA POSESIÓN

En sentido vulgar posesión implica ostentar poder sobre una cosa independientemente del título que se tenga o no.
Nuestro código define la posesión en el art. 700 CC, disposición que además contiene una presunción en cuanto a que
quien tiene la calidad de poseedor es presumido dueño de la cosa poseída (700 inc2 cc).
La posesión se concreta en una apariencia exterior en cuya virtud un sujeto se manifiesta como dueño de una cosa,
aunque no lo sea. Tanto los bienes muebles como los inmuebles, así como todos los derechos reales son susceptibles de
posesión (715 CC).
Entonces de lo dicho se desprende que la posesión es siempre un hecho y no un derecho y de ello se colige que puede
haber poseedores con derecho (que es lo normal) o poseedores sin derecho en que uno posee y otro distinto es el titular
del derecho.

Art 700: La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño
o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él.
El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo.

Elementos constitutivos de la posesión (requisitos)


Son 2, el corpus y el animus, debiendo agregarse que estos deben recaer siempre en una cosa determinada.

A) Tenencia de la cosa o corpus: Es un poder físico o potestad sobre la cosa.


Sobre su contenido concreto hay abundante doctrina a nivel de derecho comparado. En Chile el código establece la
tenencia entendida como la ocupación material y actual de la cosa, sin que sea imprescindible una aprehensión física pues
basta con la posibilidad cierta de disponer materialmente de ella.
No sé exige entonces un apoderamiento permanente de la cosa, sino que se pueda obtener de ella la utilidad que presta
según su destino ordinario, evitando su utilización por terceros extraños,

B) Intención de tener la cosa como dueño o animus:


Se trata de un elemento sicológico consistente en la condición de actuar como propietario, cómo señor y dueño.
El art. 700 dice " ánimo de señor y dueño" y agrega "sea que el dueño o el que se da por tal" lo que demuestra la
diferencia aceptada por el legislador entre el dueño y el poseedor.
el art. 725 (de memoria) refiriéndose a la prueba, exige que está intención o ánimo se encuentre presente para poder
acreditar tal posesión, esto se concreta a través de una serie de ejemplos que entrega la disposición que implica la
existencia de corpus o tenencia del dueño agregándose la expresión ejecutados sin el consentimiento del que disputa la
posesión.
Por definición, el mero tenedor no tiene animus pues el reconoce dominio ajeno que es lo que ocurre con el arrendatario
o el comodatario.

Es relevante el título para poder establecer la presencia del animus. En efecto si el título es translaticio de dominio
entonces fue seguido necesariamente por la tradición y como la tradición requiere necesariamente el ánimo del
adquirente de hacer suyo el derecho real respectivo, entonces ese adquirente siempre tendrá animus de ser poseedor.
De contrario si el título es de mera tenencia no habrá tradición ni animus ni posesión. Debe tenerse presente que el
artículo 719 cc establece presunciones legales de posesión que se fundan estrictamente en el animus.

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Art 725: El poseedor conserva la posesión, aunque transfiera la tenencia de la cosa, dándola en arriendo, comodato,
prenda, depósito, usufructo o a cualquiera otro título no translaticio de dominio.

Cosa determinada
Lo exige el art. 700 cc en términos de que la cosa debe estar singularizada como especie o cuerpo cierto; por lo tanto, las
cosas genéricas no se poseen.

Teorías sobre la naturaleza jurídica de la posesión

A) Teoría subjetiva: para la cual el animus es el elemento característico que transforma la tenencia en la posesión. Por
lo tanto, para que haya posesión debe existir la voluntad de poseer para sí o para otra y esa voluntad debe exteriorizase
para así poder acreditar su existencia lo cual normalmente ocurre en el título respectivo, por ej. el comprador respecto de
la cosa vendida.
Debe tenerse presente de que externamente para ser poseedor de una cosa basta con actuar como dueño de ella, aun
cuando no se tenga convicción íntima de serlo y así por ejemplo el que roba una cosa puede ser poseedor de ella.

B) Teoría objetiva: No pretende eliminar el elemento intencional solo que niega que exista un animus especial o
calificado que sea requisito de la posesión. Afirma entonces que el elemento intencional es común a la posesión y a la
mera detentación ya que basta con el propósito de servirse de la cosa para sus necesidades.

En Chile se sigue la teoría subjetiva en donde el elemento predominante es el animus pues para adquirir la posesión se
requiere corpus y animus, pero para conservarla basta con el segundo art. 700 y 714.

Importancia de la posesión
1.- El poseedor es presumido legalmente dueño salvo prueba en contrario.
2.- El poseedor regular tiene acción publiciana para recuperar su posesión (894)
3.- El poseedor de un inmueble o de un derecho real constituido en él tiene acciones posesorias para proteger tal
posesión (916)
4.- La posesión conduce a adquirir el dominio y los demás derechos reales vía prescripción adquisitiva (2492)
5.- El poseedor de buena fe hace suyo los frutos mientras tuvo la cosa en posesión, aun cuando deba restituir la cosa
fructuaria a su dueño.
Pregunta en examen muy repetida: ¿para qué sirve ser dueño?

Clasificacion de la posesión

A) Posesión regular e irregular:(702 INC1)


- Posesión regular es la que procede de un justo título, fue adquirida de buena fe y previa tradición si el título
invocado fue translaticio de dominio (702 INC 2 y 3).
- Posesión Irregular es la que le faltan uno o más de los requisitos para ser regular (708).
La ley reconoce al poseedor regular mayores ventajas, pero la presunción del art. 700 INC 2 aplica a ambas.
Digamos desde ya que la exigencia de buena fe para el poseedor regular solo debe existir al momento de adquirirse la
posesión y no durante toda la vigencia de ella.
Requisitos de la posesión regular
- Un justo título.

*LOS TITULOS
Los títulos son el hecho o acto jurídico que habilita para tener un derecho real debiendo recordarse que el derecho en sí
mismo solo se adquiere a través del modo.
Pero no todos los títulos son aptos conceptualmente para legitimar posesión, unos lo son y los otros no.

Títulos que legitiman posesión


Son aquellos que habilitan para adquirir el dominio u otro derecho real

1.- Títulos constitutivos de dominio: son la ocupación, la accesión y la prescripción, aún que está última no es en
realidad un título que legitime posesión ya que ella misma supone la existencia de una posesión preexistente.

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2.- Títulos traslaticios de dominio: son aquellos actos y contratos que generan la obligación de establecer un dominio
o constituir un derecho real, obligación que se extingue con la tradición, por ej. compraventa, donación u aporte.
Debe tenerse presente que el título translaticio de dominio es aquel que por su naturaleza sirve para transferir el
dominio (703 INC 3) aunque de hecho puede no transferirlo que es justamente la situación en que se originará un
poseedor sin derecho; por ejemplo, el que vende una cosa ajena.

3.-Título de transmisión: este se refiere a la sucesión por causa de muerte y legítima la posesión ya que de acuerdo al
artículo 668 INC 1 y 722 inc 1 por el solo hecho de deferirse la herencia el heredero adquiere la posesión legal de ella y
el artículo 704 n 4 señala que el heredero aparente tiene solo un título injusto. Por lo tanto, el verdadero heredero tiene
un justo título que le otorga el carácter de poseedor con derecho respecto de la herencia, y esto aún que los bienes de esa
herencia no hayan pertenecido al causante.

En los tres casos anteriores el adquirente de la cosa, aunque no haga suyo el derecho respectivo a través del
correspondiente modo de adquirir (por ej. tradición de una cosa ajena) si adquiere la posesión legítima, ya que el título
que invoca es en abstracto idóneo para adquirir el derecho respectivo y con el modo, es decir, la tradición, si bien no
adquirió el derecho, si adquirió la posesión que puede conducirlo a la prescripción adquisitiva.

Títulos que no legitiman posesión


Son aquellos que no son aptos para poseer.

1.- Títulos declarativos de dominio: son aquellos actos jurídicos y las sentencias judiciales que se limitan a declarar un
derecho ya adquirido por otro título. Pertenecen a esta categoría las sentencias de adjudicación en juicios divisorios (703
inciso 4), los actos legales de partición, las sentencias judiciales sobre derechos litigiosos y el contrato de transacción
cuando recae sobre objetos disputados. 8703, inciso 6)
Todos los actos anteriores tienen en común que se limitan a reconocer una situación preexistente, un derecho ya
adquirido a través de otro título y, por lo tanto, no pueden por sí solos ser invocados como fuentes de la posesión.

2.- Títulos de mera tenencia: son actos jurídicos o contratos, en los cuales se da cuenta que un sujeto detenta un bien
no como dueño o titular de un derecho real, sino, en lugar y a nombre de otro, y, por lo tanto, reconoce dominio ajeno.
Como el mero tenedor no es poseedor, su contrato no legitima posesión y no puede adquirir el bien por prescripción
adquisitiva.
La mera tenencia no se transforma en posesión por el solo transcurso del tiempo, pero conforme al 716 es posible que el
mero tenedor deje de reconocer dominio ajeno, se comporte como dueño, y se transforme en consecuencia en poseedor.

Requisitos de la posesión regular, en cuanto a sus requisitos específicos

1.- El título debe ser justo, el concepto de título justo no está en la ley. Consiste en un título que reúne todos los
requisitos necesarios para atribuir el dominio, aunque finalmente no conduzca a tal adquisición por una circunstancia
ajena al título mismo, por ejemplo, la venta de cosa ajena, es un título que es justo, porque en sí mismo y por su propia
naturaleza es apto para transferir finalmente el dominio, independientemente de que, en definitiva, jamás conducirá por
sí solo a tal adquisición, ya que nadie puede transferir más derechos de los que tiene.
En otras palabras, justo título es aquel que en abstracto tiene aptitud para atribuir dominio, por ser válido y verdadero,
con prescindencia de las circunstancias concretas que pueden provocar que, pese a su calidad de justo, no permita
finalmente adquirir el dominio.
En Chile, la regla general es que los títulos sean justos, y el legislador, como no definió nada optó por enumerar en el
artículo 704 (de memoria) cuales son los títulos injustos. La enumeración es taxativa, pero genérica, en cuanto en cada
uno de los casos se contienen hipótesis diversas. En general, los títulos injustos se caracterizan porque padecen de vicios
o defectos, que los priva de aptitud para transferir el dominio, por causas relacionadas a la falta de regularidad del acto
en sí mismo.
*Debe ser apto para transferir el dominio.

Artículo 704:
a.- El falsificado, esto es el no otorgado realmente por la persona que se pretende. Se trata aquí de el título no es
auténtico, y solo tiene la apariencia de tal, por ejemplo, una escritura de compraventa en que se suplanta al vendedor, o
se falsifica la firma del notario.

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b.- Título conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal de otra sin serlo. En esta situación el
título es injusto porque quien lo otorgó no tiene poder para representar a la persona por quien compareció; es lo mismo
que si la persona no hubiese realizado el acto, y, por cierto, al seudo representado le es inoponible dicho título.
Debe tenerse presente que la falta de representación se configura sea cuando jamás ha existido, sea cuando se ha
extinguido al tiempo de otorgarse el acto, o bien cuando habiendo representación el representante carece de facultades
para otorgar el acto respectivo.

c.- Títulos que adolecen de un vicio de nulidad, como el título nulo no es apto en sí mismo para generar una
transferencia de dominio, este no es justo, y, en consecuencia, la posesión que el genera no responde a un derecho al
menos aparente que lo justifique.
Si bien el ejemplo del artículo 703 numero 3, es de nulidad relativa, el carácter de injusto se aplica también a los que
adolecen de nulidad absoluta. Debe si tenerse presente que, si un título nulo relativamente es convalidado, tal
convalidación se retrotrae a la fecha de su otorgamiento, y por lo tanto el título será justo.

d.- Título putativo, esto es, el meramente aparente, que solo existe en el pensamiento de la persona que lo invoca. Él se
sustenta en un error, en antecedentes que no son reales ni verdaderos.
El ejemplo que entrega el código es el del heredero putativo que en realidad no es heredero, o el del legatario cuyo
legado fue revocado por un texto testamentario posterior. Con todo el legislador establece aquí una excepción, ya que, si
respecto de este heredero aparente se ha dictado decreto o resolución que le concede la posesión efectiva, o respecto del
legatario el testamento en que se le otorga el legado ha sido reconocida judicialmente, entonces, el decreto o resolución
si tiene el carácter de justo título, y en el caso del heredero ellos le permitirán adquirir la herencia por prescripción
adquisitiva es un plazo de cinco años. (Si fuera título injusto serían diez años)

2.- Buena fe, consiste en la conciencia de haber adquirido el dominio de la cosa por medios legítimos exentos de fraudes
y de todo otro vicio (706, inciso 1), en otras palabras, es la persuasión de quien recibe la cosa de haber obrado conforme a
derecho y de haber recibido el bien de manos de quien tenía derecho a transferírselo (706, inciso 2).
Se trata de una situación eminentemente subjetiva y por ello el legislador presumen la buena fe, aunque ellos
correspondan o no a la realidad. El problema se presenta cuando no corresponde a la realidad y existen circunstancian
que obstan la adquisición del dominio, por ejemplo, si la cosa era ajena o el acto adolecía de vicios de nulidad. En tal
evento el poseedor adolecerá de un error, el cual si es excusable permitirá la subsistencia de la buena fe (706, inciso 3),
por ejemplo, si se compra un lápiz en una librería y el vendedor no era dueño del lápiz.

De contrario habrá mala fe cuando el poseedor conocía el defecto o vicio de que adolecía el acto, por ejemplo, si compró
un inmueble que estaba embargado y no consultó previamente el registro de interdicciones y prohibiciones del CBR
correspondiente.
El 706 inciso 4 presume la mala fe de derecho cuando se invoca un error de derecho.
*La definición de buena fe es de ocupación general.

Prueba de la buena fe.


Art. 707 inc. 1 establece la presentación simplemente legal de la buena fe por lo que el que pretende lo contrario deberá
probarlo, salvo el caso del 706 ya visto, la existencia de un título de mera tenencia que hace presumir la mala fe y que no
conduce a la prescripción a menos que concurran determinadas circunstancias, artículo 2510 regla 3; y después de
conquistada la demanda el poseedor es tenido como de mala fe, 907 inciso 3.

Momento en que debe estar presente la buena fe


Ella se exige al momento de adquirirse la posesión y si ello es así, será poseedor regular, aunque después pierda esa
buena fe.

Carácter personal de la buena fe


Su carácter subjetivo lleva a esta característica, lo que trae como consecuencia que a un poseedor de mala fe puede
sucederlo uno de buena fe, por ejemplo, el ladrón que vende el objeto robado, el primero esta de mala fe y el segundo si
no sabe que es robado al tiempo de iniciar la posesión está de buena fe.

3.- Tradición si el título es traslaticio de dominio, si estamos frente a un título constitutivo de dominio este opera
como título y modo a la vez, no requiere tradición para adquirir el dominio, por lo que el poseedor que invoca a un título
de esta especie, para ser regular le basta con el justo título y la buena fe.
Lo mismo ocurre cuando el título es de transmisión.

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Pero si el título invocado es traslaticio de dominio, entonces, para ser poseedor regular se requiere haber efectuado la
tradición, independientemente del resultado de dicha tradición.
Para facilitar la prueba del cumplimiento de este requisito, el código establece una presunción consistente en la posesión
de una cosa, a ciencia y paciencia del que se obligó a entregarla, hace presumir la tradición, a menos que, tal tradición
deba efectuarse a través de la inscripción del título, ya que, en este caso, sin inscripción no hay tradición y no aplica la
presunción.
Por lo anterior, la presunción solo se aplica a los muebles y al derecho real de servidumbre, y no a los bienes raíces o a
los derechos reales distintos a la servidumbre constituidos en ellos.

Efectos de la posesión regular e irregular


a.- Tanto el regular como el irregular pueden adquirir por prescripción, pero el regular lo hace por prescripción
ordinaria y el irregular por extraordinaria.
b.- La acción reivindicatoria, cuyo titular es el dueño de la cosa que perdió la posesión de la misma, también le es
entregada al poseedor regular de la cosa y que está en vías de adquirirla por prescripción.
c.- La presunción de dominio del artículo 700 aplica al poseedor regular y al irregular.
d.- Las acciones posesorias pueden entablarse tanto por los poseedores regulares y los irregulares, ya que la ley no
distingue.

B) Posesión útil e inútil


La posesión es útil cuando no adolece de los vicios de violencia y clandestinidad.
 La posesión violenta es la que se adquiere por medio la fuerza (710), fuerza que debe ser grave en los términos
del artículo 1456, aun cuando esa fuerza no sea actual; no interesa quien ejerce la fuerza ni contra quien se haga,
pudiendo ser un tercero, pero también el mero tenedor de la cosa, su poseedor o aún el dueño del bien; en cuanto
al momento en que debe existir la violencia, ella debe existir al momento de adquirirse la posesión, por lo que
una violencia posterior a la adquisición no da origen a una posesión violenta; la excepción a esta regla se
configura si se entra a poseer una cosa en ausencia del dueño y cuando este vuelve es repelido con violencia,
artículo 711, esta posesión si será violenta.
 La posesión es clandestina cuando se ejerce ocultándola de quien tiene el derecho a oponerse a ella (713); se trata
de que el ejercicio de los actos posesorios es ocultado.
Tanto la posesión violenta como la clandestina se denominan posesiones viciosas, y se entiende en general que su ámbito
de aplicación se restringe a los bienes muebles y a los inmuebles no inscritos, porque respecto de los inmuebles inscritos,
el poseedor encuentra garantía de tal posesión justamente en su inscripción, y es por ellos que el artículo 2195 inciso 2,
señala que si alguien se apodera con fuerza o clandestinidad de un predio inscrito, el poseedor inscrito tiene acción de
precario para obtener la restitución del inmueble.

- Las posesiones viciosas no son aptas para adquirir por prescripción, ni la ordinaria porque no hay posesión
regular, ni la extraordinaria porque el artículo 2510 exige que no haya violencia ni clandestinidad para que opere
esta prescripción.
- Las posesiones viciosas no están amparadas por las acciones posesorias, 918, con la excepción de aquel poseedor
violento o clandestino que, si tiene acción posesoria, cuando otra persona lo despoja a su vez violentamente de la
posesión, artículo 928, procurándose así evitar la auto tutela.
Finalmente, debe tenerse presente que quienes adquieren de manos de un poseedor vicioso pueden revestir el carácter de
poseedores no viciosos y aún de regulares, ya que la posesión es un hecho individual y exclusivo.

C) Posesión continua o interrumpida


La posesión es continua si no se ha perdido ni se ha impedido o ha sido desconocida en virtud de una demanda judicial.
Posesión interrumpida es la que ha sufrido algunos de estos fenómenos. La interrupción cuando procede de pérdida o
impedimento se denomina natural, y cuando procede de demanda judicial se denomina civil, y en cualquier caso
obstaculiza el transcurso del tiempo para ganar la cosa por prescripción adquisitiva.

La accesión de posesiones
Se ha insistido que la posesión es personal y es un hecho, lo que conlleva a que ella no se transfiere ni se transmute, art
717 inciso 1, no obstante, como la prescripción adquisitiva requiere siempre un plazo más o menos prolongado de
posesión y es frecuente que un poseedor con su sola posesión no pueda completar ese plazo, el legislador en el artículo
717 faculta a ese poseedor para que agregue a su posesión la de sus antecesores jurídicos, debiendo si cumplirse los
siguientes requisitos:

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- La existencia de un vínculo jurídico entre el poseedor que invoca la agregación y su antecesor, ya que se precisa
la existencia de relaciones jurídicas de las cuales el actual poseedor pueda derivar su derecho, sea que este exista
o no. Se trata de que se exista una relación real o aparente entre el antecesor y el sucesor, de lo que se concluye
que las simples posesiones de hecho sin un soporte jurídico que lo acompañe, no puede agregar posesiones, por
ejemplo, el que encuentra un objeto en la vía pública.
- Puede agregarse más de una posesión, incorporando a dos o más antecesores, en la medida que se genere una
serie ininterrumpida de posesiones, no pudiendo escogerse unas y eliminarse otras; las serie debe ser continua,
717 inciso 2 y 2500.
- Que las posesiones que se agreguen deben serlo con sus calidades y vicios, 717 inciso 1, la accesión de posesiones
no mejora la cadena respectiva, y así si a una posesión regular se agrega una posesión irregular entonces toda la
cadena pasara a ser irregular.
- Si se trata de una posesión inscrita de un inmueble la accesión de posesiones solo puede efectuarse hasta el título
inscrito posterior a aquel sobre el cual se prescribe.

ADQUISICION, CONSERVACIÓN Y PERDIDA DE LA POSESIÓN

Hay que distinguir:

A.- Reglas comunes a la adquisición de la posesión de muebles e inmuebles


1.- En cuando a la adquisición de la posesión a través de representantes, tanto muebles como inmuebles pueden ser
poseídos a través de un representante legal o voluntario, aplicando las reglas de la representación, artículo 720, y en el
evento de ser un mandatario extralimitado, en cuanto a no contar con facultades para poseer, el artículo 721 autoriza la
ratificación posterior.

2.- Adquisición de la posesión del derecho real de herencia


Este derecho no es ni mueble ni inmueble y presenta la peculiaridad de que la ley contempla a su respecto un régimen de
posesión legal, en cuya virtud, a la muerte del causante el heredero pasa a ser poseedor del derecho real de herencia,
aunque este ignore la muerte del causante.
Como puede apreciarse aquí no opera ni el corpus ni el animus para constituirlo en poseedor.

B.- Reglas aplicables solo a la posesión de muebles

1.- Adquisición de la posesión


Se requiere corpus y animus. Se presenta la particularidad con los absolutamente incapaces, excepto con los dementes y
los infantes, que pueden adquirir la posesión por sí mismos, solo que les está vedado (prohibido) ejecutar actos jurídicos
en virtud de esa posesión, precisando para ello la intervención de sus representantes; lo mismo aplica a los relativamente
incapaces.
Lo dicho no aplica a los inmuebles.

2.- Conservación de la posesión


Ella se mantiene mientras persista el animus. Si bien para adquirirla requiere corpus y animus, en lo sucesivo, es posible
que no se detente permanente el corpus, pues basta con conservar la voluntad de ser poseedor; por ello el artículo 727
señala que la posesión de los muebles no se pierde mientras se halle en poder del poseedor, aunque este ignore
actualmente cuál es su paradero, artículo 727.
Esto no significa que la voluntad de conservar la posesión debe ser continua, ya que la ley presume que ella se conserva
mientras no aparezca una intención una intención contraria, la cual puede provenir del propio poseedor si enajena o
abandona la cosa o de un tercero, ya que se deja de poseer un bien mueble desde que otro se apodera de él con ánimo de
señor o dueño, artículo 726.
Ciertamente el hecho de que el poseedor transfiera la tenencia material del bien no implica que pierda la posesión, ya
que, en ese evento, el mero tenedor tendrá la cosa en lugar y a nombre del poseedor.

3.- Pérdida de la posesión


Ella se produce en los siguientes casos:
- Pérdida del corpus y el animus, por ejemplo, cuando se hace la tradición de la cosa.
- Cuando se pierde el corpus, conservando el animus, siempre que un tercero haya adquirido el corpus con el
ánimo de hacer suya la cosa, 726.

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- Por perderse el ánimo, aunque se conserve el corpus, como ocurre en el caso del constituto posesorio, del
artículo 684, número 5, cuando se otorga un título traslaticio y el tradente adquiere la calidad en virtud de otro
título de mero tenedor del bien.

C- Reglas aplicables solo a la posesión de los inmuebles (Teoría de la posesión inscrita)

1.- Adquisición de la posesión


Hay que distinguir la naturaleza del título.
Si el título es constitutivo de dominio (accesión, prescripción u ocupación o sucesión por causa de muerte) no es necesaria
la inscripción para adquirir la posesión.
- En la accesión (de inmueble a inmueble) la inscripción del terreno principal cubre el terreno accedido.
- En la prescripción la inscripción por ley, 683 y 2513, es solo un requisito de inoponibilidad frente a terceros.
- En la sucesión por causa de muerte, la inscripción cumple las funciones del artículo 688.
- La ocupación no aplica en materia de inmuebles.

Descartados los casos anteriores debemos revisar la situación de la inscripción cuando se invoca un título traslaticio de
dominio. (Solo título traslaticio de dominio, tradición)
Aquí la inscripción es requisito para adquirir la posesión tanto regular como irregular de los inmuebles ya inscritos
previamente, y, además, para adquirir la posesión regular de los inmuebles que no se encuentren inscritos en el CBR, 686
y 724 (de memoria).
Tratándose de la posesión irregular de un inmueble no inscrito se discute en doctrina si aquí basta con el simple
apoderamiento material del inmueble, o bien, si aún aquí, es necesaria la inscripción registral.

Adquisición de la posesión regular de un inmueble


No se discute que, para ser poseedor regular, en virtud de un título traslaticio, es esencial la inscripción, y lo anterior sea
que el inmueble esté inscrito previamente o no.
Lo anterior es así porque la posesión regular exige la tradición y la única forma de hacer la tradición de inmuebles es la
inscripción; sin inscripción no hay tradición ni posesión regular. Artículo 686, 702, 708 y 724.
En el caso de los inmuebles no inscritos vale lo ante indicado con la particularidad de que la primera inscripción deberá
efectuarse conforme al artículo 693 del código y 58 del Reglamento.

Adquisición de la posesión irregular de un inmueble


Hay que distinguir:

a.- Si la posesión irregular recae en un predio inscrito


Aquí se requiere inscripción por las siguientes razones:
- El artículo 724, exige inscripción para efectuar la tradición de un inmueble inscrito no distinguiendo entre
posesión regular e irregular.
- El artículo 728, señala que la posesión inscrita no se pierde por actos de apoderamiento, sino media (hay) una
nueva inscripción.
- El artículo 730, contempla dos situaciones y en el inciso 1, no exige inscripción para adquirir la posesión de
inmuebles no inscritos, pero en el inciso 2 exige lo que llama “competente inscripción”, para que se extinga la
posesión del antiguo poseedor y se adquiera por el nuevo.
De las normas anteriores se concluye que un poseedor irregular puede no tener justo título o carecer de buena fe, pero
nunca le puede faltar la tradición que es la inscripción, ya que si carece de ella no solo estará privado de la posesión
regular, sino derechamente de la posesión.

b.- Adquisición de la posesión irregular de inmuebles no inscritos


Aquí la doctrina está dividida, ya que algunos dicen que se necesita inscripción para ser poseedor y otros dicen que basta
con el apoderamiento del inmueble con los requisitos del artículo 700.

Humberto Truco y Tomas Ramírez afirman que la posesión irregular de un inmueble no inscrito, solo puede adquirirse
por inscripción, fundándose en:
1- Artículo 724, que exige inscripción para adquirir la posesión de todos los inmuebles sin distinguir.

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2- Artículo 726 y 729, disposiciones que si bien, aparentemente autorizarían para adquirir la posesión de in
inmueble por simple apoderamiento, en realidad, se están refiriendo a aquellos casos en que se invoca un título
que no es traslaticio de dominio.
3- Sostienen que, si se acepta que no se requiere inscripción para poseer irregularmente un inmueble no inscrito, se
frustraría la intención de Bello expresada en su mensaje, en cuanto a que los inmuebles no inscritos se
incorporaran al sistema registral, justamente cuando se otorga un título traslaticio de dominio.

Otros autores como Somarriva, Alessandri, señala que basta con el simple apoderamiento material, sin que se precise la
inscripción, fundándose:
1- La posesión irregular por definición no exige tradición, por lo cual podría faltar la inscripción, 702 y 708.
2- En el artículo 729 los inmuebles no inscritos se encuentran asimilados, en cuanto a su adquisición y perdida a la
adquisición de los bienes muebles, es decir, al régimen del 726; de lo cual concluyen, que a su respecto basta con
el solo apoderamiento, no existiendo duda que esta posesión es irregular, ya que no cumple con el requisito para
ser regular que establece el artículo 724, disposición que no distingue entre inmuebles inscritos y no.
3- El artículo 729 atribuye posesión aun cuando el apoderamiento es violento o clandestino, por lo que no sería
lógico aceptar que cuando hay título traslaticio sin violencia o clandestinidad, el apoderamiento material no
confiera, al menos posesión irregular.
4- El artículo 730 inciso 1 no exige inscripción para adquirir la posesión del predio no inscrito cuando hay
usurpación, y en cambio, en su inciso 2, referido a los inmuebles inscritos si la exige.
5- En cuanto a la frustración de Bello señalan que ello no es efectivo, porque, aunque no se necesite inscripción para
poseer irregularmente los inmuebles no inscritos, igualmente cuando el poseedor complete el plazo, para ganar
por prescripción adquisitiva, procederá a inscribir el bien raíz por aplicación del artículo 688.

*Entre 688 y 730 aprender todos los que aparecen.

Art. 683. La tradición da al adquirente, en los casos y del modo que las leyes señalan, el derecho de ganar por la
prescripción el dominio de que el tradente carecía, aunque el tradente no haya tenido ese derecho.

Art. 684. La tradición de una cosa corporal mueble deberá hacerse significando una de las partes a la otra que le
transfiere el dominio, y figurando esta transferencia por uno de los medios siguientes:
1º. Permitiéndole la aprensión material de una cosa presente;
2º. Mostrándosela;
3º. Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar cualquiera en que esté guardada la cosa;
4º. Encargándose el uno de poner la cosa a disposición del otro en el lugar convenido; y
5º. Por la venta, donación u otro título de enajenación conferido al que tiene la cosa mueble como usufructuario,
arrendatario, comodatario, depositario, o a cualquier otro título no translaticio de dominio; y recíprocamente por el mero
contrato en que el dueño se constituye usufructuario, comodatario, arrendatario, etc.

Art. 686. Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título en el Registro del
Conservador.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de uso constituidos en bienes raíces, de
los derechos de habitación o de censo y del derecho de hipoteca.
Acerca de la tradición de las minas se estará a lo prevenido en el Código de Minería.

Art. 688. En el momento de deferirse la herencia, la posesión efectiva de ella se confiere por el ministerio de la ley al
heredero; pero esta posesión legal no habilita al heredero para disponer en manera alguna de un inmueble, mientras no
preceda:
1º. La inscripción del decreto judicial o la resolución administrativa que otorgue la posesión efectiva: el primero ante
el conservador de bienes raíces de la comuna o agrupación de comunas en que haya sido pronunciado, junto con el
correspondiente testamento, y la segunda en el Registro Nacional de Posesiones Efectivas;
2º. Las inscripciones especiales prevenidas en los incisos primero y segundo del artículo precedente: en virtud de ellas
podrán los herederos disponer de consuno de los inmuebles hereditarios, y
3º. La inscripción prevenida en el inciso tercero: sin ésta no podrá el heredero disponer por sí solo de los inmuebles
hereditarios que en la partición le hayan cabido.

Art. 702. La posesión puede ser regular o irregular.


Se llama posesión regular la que procede de justo título y ha sido adquirida de buena fe; aunque la buena fe no
subsista después de adquirida la posesión. Se puede ser por consiguiente poseedor regular y poseedor de mala fe, como
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viceversa el poseedor de buena fe puede ser poseedor irregular.
Si el título es translaticio de dominio, es también necesaria la tradición.
La posesión de una cosa a ciencia y paciencia del que se obligó a entregarla, hará presumir la tradición; a menos que
ésta haya debido efectuarse por la inscripción del título.

Art. 708. Posesión irregular es la que carece de uno o más de los requisitos señalados en el artículo 702.

Art. 720. La posesión puede tomarse no sólo por el que trata de adquirirla para sí, sino por su mandatario, o por sus
representantes legales.

Art. 721. Si una persona toma la posesión de una cosa en lugar o a nombre de otra de quien es mandatario o
representante legal, la posesión del mandante o representado principia en el mismo acto, aun sin su conocimiento.
Si el que toma la posesión a nombre de otra persona, no es su mandatario ni representante, no poseerá ésta sino en
virtud de su conocimiento y aceptación; pero se retrotraerá su posesión al momento en que fue tomada a su nombre.

Art. 724. Si la cosa es de aquellas cuya tradición deba hacerse por inscripción en el Registro del
Conservador, nadie podrá adquirir la posesión de ella sino por este medio.

Art. 726. Se deja de poseer una cosa desde que otro se apodera de ella con ánimo de hacerla suya; menos en los casos que
las leyes expresamente exceptúan.

Art. 727. La posesión de la cosa mueble no se entiende perdida mientras se halla bajo el poder del
poseedor, aunque éste ignore accidentalmente su paradero.

Art. 728. Para que cese la posesión inscrita, es necesario que la inscripción se cancele, sea por
voluntad de las partes, o por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, o por decreto
judicial.
Mientras subsista la inscripción, el que se apodera de la cosa a que se refiere el título inscrito, no adquiere posesión de
ella ni pone fin a la posesión
existente.

Art. 729. Si alguien, pretendiéndose dueño, se apodera violenta o clandestinamente de un inmueble cuyo título no está
inscrito, el que tenía la posesión la pierde.

Art. 730. Si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de otro, la usurpa dándose por dueño de ella, no se pierde por una
parte la posesión ni se adquiere por otra; a menos que el usurpador enajene a su propio nombre la cosa. En este caso la
persona a quien se enajena adquiere la posesión de la cosa, y pone fin a la posesión anterior.
Con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un poseedor inscrito, se da por dueño de ella y la enajena, no
se pierde por una parte la posesión ni se adquiere por otra, sin la competente inscripción.

2. Conservación de la posesión.
Quien tiene la calidad de poseedor inscrito tiene en ello una garantía de tal posesión en la medida que ella persistirá
mientras una nueva inscripción no la cancele (art. 728 inc.1) y ello independientemente de actos de apoderamiento
material por parte de terceros (art. 728 inc.2).
Debe tenerse presente que la inscripción es solo uno de los requisitos de la posesión en cuanto es una solemnidad que da
cuenta de un hecho consistente en el corpus más el animus; de no ser así, estaríamos frente a lo que se denomina
inscripciones de papel, que son meras apariencias registrales al no reflejar una realidad posesoria. Se rechaza así la idea
de que una mera inscripción constituya suficiente antecedente por sí sola para establecer la posesión. Consecuencia de lo
anterior es que, si dos personas exhiben inscripciones respecto de un bien raíz, aquella que tenga posesión más material
será preferido.

De lo antes indicado se derivan las siguientes consecuencias:


- En los predios no inscritos no basta practicar la primera inscripción para poseerlos y se requiere, además, la
posesión material.
- Las acciones posesorias exigen que quien las ejerce acredite no solo inscripción sino posesión material.
- Frente a inscripciones paralelas sobre un mismo predio la jurisprudencia habitualmente prefiere a quien además
es poseedor material.

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- Así como la sola posesión material no extingue la posesión inscrita a menos que exista una nueva inscripción
(arts. 728 y 730 inc.1), de igual forma la nueva inscripción no basta por sí sola para conferir nueva posesión y
extinguir la posesión inscrita de otro, sino que es necesario que el nuevo poseedor tenga además la posesión
material del bien (art. 730 inc. 2).
- La acción reivindicatoria la tiene el dueño y el poseedor inscrito que ha perdido el elemento material, ya que este
último constituye el corpus que es integrante de la posesión.
*esto era 1 y 2 juntos.

3. Pérdida de la posesión
La posesión solo cesa y se pierde cuando la inscripción se cancela (art. 728 inc. 1) y la inscripción se cancela por tres
causas: voluntad de las partes, decreto judicial y nueva inscripción.

a.- Cancelación por voluntad de las partes: aquí las partes otorgaron un título que se encontraba inscrito y luego de
común acuerdo dejan sin efecto el título que originó la inscripción. Este acto se denomina resciliación y exige para
poder ser aplicable que existan obligaciones pendientes entre las partes. Se materializa practicándose una sub inscripción
al margen de la inscripción que se está cancelando, siendo un caso de cancelación real o material.

b.- Cancelación por decreto judicial: se trata de una sentencia ejecutoriada que por cualquier causa ordene la cancelación
de la inscripción registral. Al igual que en el caso anterior se trata de una cancelación material o real ya que se produce
en el momento en que sub inscribe el decreto al margen de la inscripción que se cancela.
*Cancelación proviene de la sub inscripción al margen de la inscripción.

c.- Cancelación por una nueva inscripción en el que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro: esta es la
denominada cancelación virtual, ya que se produce en el momento en que se materializa la nueva inscripción y no exige
sub inscripción para tal efecto. Es absolutamente irrelevante que el título que da origen a la nueva inscripción sea o no
justo ya que igual cancelará. Por cierto la posesión será irregular pero eso interesa para otros efectos y no para la
cancelación.

El art. 730 inc. 2 contempla una situación que a menos en apariencia resulta contradictoria con el art. 728 ya que en
virtud de ella, un mero tenedor de un inmueble que lo usurpa y se da por dueño del mismo y luego lo enajena a un
tercero y este último logra inscribir la tradición, pasará a ser poseedor inscrito, a condición de que tenga además la
posesión material del bien raíz.
La particularidad de este caso es que la nueva inscripción no tiene su origen en el poseedor inscrito sino en el usurpador
y esta circunstancia unida al apoderamiento material del bien raíz provoca el efecto de desplazar la posesión inscrita de
manos del antiguo poseedor y hacerle llegar al nuevo poseedor inscrito pese a que el art. 728 inc. 2 había dicho que los
simples actos de apoderamiento no eran suficientes para extinguir la posesión inscrita.

*Aquí la cancelación se produce por la nueva inscripción, la que deja sin efecto la anterior, en la medida que provenga del
antiguo poseedor.

Requisitos para que opere esta situación.


- Que se trate de un inmueble inscrito.
- Que detente un inmueble un mero tenedor (por ejemplo: un arrendatario) que es aquel que debe usurpar el
inmueble dándolo por suyo; por lo tanto, si el que usurpa es un tercero ajeno no opera esta institución.
- Que el mero tenedor que se dio por dueño enajene la cosa, por lo que si ese mero tenedor inscribe la cosa para sí
tampoco opera la institución.
- Que se practique una competente inscripción a nombre del tercer adquirente.
- Que el tercer adquirente tenga posesión material.

De todos los requisitos anteriores es el que genera un amplio debate es el cuarto en cuanto a determinar lo que significa
competente inscripción, existiendo distintas teorías:

a.- Según Truco y Lira competente inscripción es la que emana del poseedor inscrito, por lo cual no hay excepción al art.
728. Según ellos la situación que regula el 730 inc. 2 es aquella de una inscripción generada por un usurpador en favor de
un tercero, la cual es posteriormente ratificada por el poseedor inscrito. En el fondo estos autores rechazan esta
inscripción del 730 inc. 2.

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b.- Alessandri señala que competente inscripción es aquella que presenta un vínculo al menos aparente con la anterior
inscripción, ya que lo esencial es que se mantenga la continuidad inscripción. Es lo que ocurriría cuando el usurpador
otorga en favor de un tercero títulos que pertenezcan a los números 1 y 2 del art. 704, ya que habría aquí una relación
aparente con el poseedor inscrito y por lo tanto la competente inscripción que exige el art. 730 inc. 2

c. Leopoldo Urrutia, Claro Solar y Somarriva señalan que competente inscripción es aquella que se practica formalmente
conforme a las reglas del CBR. Descartan que competente inscripción sea aquella que emana del anterior poseedor
inscrito, ya que esa situación ya está regulada en el art. 728 y en el caso del 730 inc. 2 la inscripción no produce la
tradición del derecho ya que el usurpador no lo tiene; lo que genera es la posesión inscrita de aquel a quien a cuyo
nombre se practicó la inscripción. Interpretarlo de otra forma implicaría dejar sin aplicación el 730 inc.
La jurisprudencia se inclina por la tercera posición.

Con todo, el tema de la competente inscripción presenta un aspecto operativo de no fácil solución consistente en que si se
entrega un título al conservador emanado de un usurpador que confiere a un tercero en principio este se va a negar a
adquirir. La respuesta a esto no recurre a los mecanismos normales de inscripción ya que el requirente tras la negativa
del conservador solo podrá reclamar judicialmente frente a tal negativa y probablemente sin éxito.
La otra alternativa es recurrir a la inscripción por avisos establecida en el art. 78 del reglamento, lo cual tampoco es
claro.
En los hechos pareciera ser que es Alessandri quien tiene la razón al menos de vista de la operatoria efectiva del art. 730
inc. 2, en la medida que si se presenta al conservador un título de los números uno o dos del art. 704, cabe la posibilidad
de que dicho conservador no se percate de que el título es falso o nulo y practique la inscripción y con ello cancele la del
anterior poseedor, dando aplicación al art. 730 inc. 2.
ART 728 DE MEMORIA y 730.

¿Cuándo se canceló la inscripción?

Prueba de la posesión.
Se trata de acreditar el corpus y animus, y en efecto el art. 719 establece tres presunciones legales:

1. Prueba de la posesión de inmuebles inscritos: en que se presume poseedor a aquel en cuyo nombre está inscrito el
inmueble, no bastando hechos materiales posesorios (art. 924). Para que opere esta presunción es necesario:
a. Que la inscripción subsista, es decir, que no se encuentre cancelada.
b. Que esa inscripción haya durado un año completo.

Cumpliéndose los dos supuestos anteriores no se admite prueba de posesión material con que se pretenda impugnar esta
posesión.
El alcance del art. 924 se refiere a aquellas inscripciones que son tradición, es decir, art. 686 y no de otras inscripciones
que no son tradición como las del 688.
En el evento que existan inscripciones contrapuestas, el juez, si es ello posible, deberá establecer cual prevalece y esto
aplicando los arts. 728 y 730 procurando determinar cuál inscripción fue cancelada real o virtualmente.

2. Prueba de la posesión de los inmuebles no inscritos: se aplica aquí el 925 y abarca tanto los inmuebles no inscritos
como aquellos cuya inscripción tiene menos de un año y se concreta en la acreditación del corpus y animus respecto del
inmueble.
* arts.924 y 925 saber lo que dicen.

Art. 924. La posesión de los derechos inscritos se prueba por la inscripción y mientras ésta subsista, y con tal que haya
durado un año completo, no es admisible ninguna prueba de posesión con que se pretenda impugnarla.

Art. 925. Se deberá probar la posesión del suelo por hechos positivos, de aquellos a que sólo da derecho el dominio, como
el corte de maderas, la construcción de edificios, la de cerramientos, las plantaciones o sementeras, y otros de igual
significación, ejecutados sin el consentimiento del que disputa la posesión.

Presunciones para facilitar la prueba de posesión.


a. Si se ha empezado a poseer a nombre propio se presume que tal posesión ha continuado hasta el momento en que ella
es alegada (art. 719 inc. 1); con esto se presume el ánimo de poseer en el tiempo intermedio.
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b. Si se ha empezado a poseer a nombre ajeno se presume que se ha mantenido el mismo ánimo (719 inc. 2).
c. Si alguien prueba haber poseído algo anteriormente y además prueba poseerlo actualmente, se presume la posesión en
el tiempo intermedio (719).

En los tres casos como se percibe la presunción abarca un tiempo intermedio entre dos hitos que el legislador establece
lo cual evidentemente facilita la prueba de la posesión.
Las tres presunciones son simplemente legales.

FIN DE LA POSESIÓN. CERTAMEN.

II.- LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA.

Está reglamentada en el título 42 del título IV del código y abarca tanto la prescripción adquisitiva como la extintiva, a
punto que las define conjuntamente en el art. 2492 (de memoria).
Si bien se discute éticamente la institución de la prescripción, ella es una realidad de nuestra legislación y tiene por
finalidad esencial consolidar derechos y otorgar seguridad jurídica.

Art. 2492. La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y derechos ajenos, por
haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y
concurriendo los demás requisitos legales.
Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la prescripción.

Elementos de la prescripción.
Siempre exige dos elementos esenciales, un titular de un derecho que permanece inactivo y un lapso que dura tal
inactividad. Se la concibe como una sanción al titular negligente de un derecho que no lo ejerce y es por ello que se
indica que se prescribe “contra el titular de un derecho” (art. 2492 inc. 2).
Reglas comunes a ambas prescripciones.
a. La prescripción debe ser alegada (art. 2493) quien quiera aprovecharse de la prescripción debe probarla y el juez no
puede declararla de oficio. Esta regla se funda en que tanto la posesión como la inacción del titular son circunstancias
que no pueden ser conocidas por el juez, si no son alegadas o probadas por quien corresponda.
Además, doctrinariamente se entiende que debe quedar a la conciencia del prescribiente el determinar si se ampara o no
en la prescripción para provocar la extinción del derecho del otro y en la adquisitiva el nacimiento del derecho propio.

Esta pasividad del juez es propia del procedimiento civil y así lo refleja el art. 10 del COT. Hay excepciones:
- La prescripción de la acción penal.
- La prescripción de la pena.
- La prescripción de la acción ejecutiva, cuando la obligación que consta en un título ejecutivo tiene más de tres
años desde que se hizo exigible (art. 442 CPC).
En cuanto a la forma de invocar la prescripción, en general se entiende que ella debe serlo por la vía de la acción y no de
la excepción y en consecuencia o se demanda derechamente de prescripción adquisitiva o bien, si se es demandado, se
demanda reconvencionalmente. Lo anterior es así porque es necesaria una declaración judicial en favor del prescribiente
que reconozca su calidad de tal.

b. La prescripción puede renunciarse: esto significa que una vez cumplido el plazo, el prescribiente manifiesta su
voluntad de no invocar la prescripción.

Requisitos:
- Que el plazo de la prescripción esté cumplido, ya que, si la declaración de voluntad del prescribiente ocurre
antes, estaremos frente a una interrupción natural de la prescripción y no una renuncia.
- Capacidad de enajenar del renunciante, ya que con la renuncia el prescribiente se está privando de un derecho, lo
cual equivale a una enajenación (art. 2495).
La renuncia puede ser expresa o tácita. Expresa es cuando se formula en términos explícitos y tácita cuando el poseedor
reconoce el derecho del dueño (adquisitiva) o el deudor reconoce la deuda (extintiva) debe tenerse presente que el efecto
de la renuncia es siempre relativo, en cuanto solo afecta al renunciante y no alcanza a otros prescribientes que estén en la
misma situación de él, quienes conserva su facultad de alegar la prescripción (art. 2496).

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c. Las normas de prescripción son de índole general (art. 2497) lo que significa que corren a favor y en contra de toda
persona, natural o jurídica y con igualdad de plazos y condiciones.

Prescripción adquisitiva
Es un modo de adquirir el dominio sobre cosa ajena por haber poseído esa cosa durante un cierto lapso de tiempo, y
concurriendo los demás requisitos legales, 2492. También se pueden adquirir los otros derechos reales, con excepción de
las servidumbres discontinuas de toda clase, y las continuas inaparentes, 882.
La prescripción adquisitiva es un modo de adquirir originario, porque el derecho se crea en el adquirente; gratuito,
porque no hay contraprestación; y por acto entre vivos.

Requisitos de la prescripción adquisitiva


1.- Cosa susceptible de adquirirse por prescripción.
La regla es que todas las cosas comerciables pueden ser adquiridas por esta vía, sea, en dominio, o bien, a través de otro
derecho real. Se excluyen las cosas incomerciables, los derechos personales y ciertas servidumbres.

2.- Posesión útil y continua.


La posesión es el elemento central de la prescripción adquisitiva, 683, 2492 y 2498, si se trata de un inmueble inscrito se
necesita inscripción, 724 y 2505, y si el inmueble no está inscrito o es un bien mueble se precisa posesión material.
Tanto en la posesión regular como en la irregular es idónea para adquirir por prescripción, variando si el plazo de
prescripción.
El poseedor puede agregar a su propia posesión una serie ininterrumpida de poseedores anteriores, sin mejorar la calidad
de la posesión (accesión de posesiones), 717 y 2500. La omisión de actos de mera facultad y la mera tolerancia de que no
resulta un gravamen, no confieren posesión ni dan fundamento para prescripción alguna, art 2499 inciso 1.
Se llaman actos de mera facultad los actos que cada cual puede ejecutar en lo suyo sin necesidad del consentimiento de
otro.
Si se es titular de la posesión no los ejecuta, ello no implica concesión alguna de un tercero extraño.

En cuando a los actos de mera tolerancia no están definidos por la ley, se dice que son aquellos que un propietario
permite o tolera en lo suyo por parte de un tercero sin que importen un gravamen para dicho propietario. La idea del
2499, inciso 3 es evitar que el dueño deba estar permanentemente oponiéndose a cualquier acto insignificante que se
ejecute en lo suyo y que en el futuro pudiese ser un argumento para fundar pretensiones en su contra.

Se inclinó que la posesión debe ser útil y continua.


Útil significa que sea idónea para prescribir, y no lo es la violenta y la clandestina, en la medida que la violencia o la
clandestinidad hayan existido al constituirse la posesión.
Posesión continua es aquella que no ha sufrido interrupción durante su transcurso, 2501 y 2510 numero 2. La
interrupción de la posesión impide la prescripción, perjudicando al prescribiente, y beneficiando al titular.

La interrupción puede presentarse de dos formas:

a.- Interrupción natural de la prescripción: es todo hecho material de la naturaleza o del hombre que hace imposible la
posesión. El artículo 2502 señala que hay interrupción natural en los siguientes casos:
- Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos se ha hecho imposible el ejercicio de actos posesorios, como
cuando un inmueble ha sido permanentemente inundado. Conforme al 653 si tal inundación es inferior a cinco
años, la posesión vuelve a sus antiguos dueños, pero si es superior a ese plazo, cuando esta cesa, no solo se ha
perdido la posesión, sino el dominio del inmueble, aplicando a su respecto la accesión por parte de los
propietarios riberanos.
Se plantea la discusión de si opera la interrupción natural a propósito de los inmuebles inscritos. Algunos dicen
que no porque las inscripciones representan el corpus y el animus, y mientras ella subsista no se pierde la
posesión.
Otros creen que el número 1 del 2501 también se aplica a los inmuebles inscritos, porque la norma no distingue
y porque lo que interesa aquí es si se puede o no ejecutar actos posesorios materiales sobre el bien raíz, y en este
aspecto la inscripción es irrelevante.

Esta forma de inscripción natural tiene la particularidad de que solo produce el efecto de descontar el tiempo que no se
poseyó del plazo necesario para prescribir, a diferencia de las otras interrupciones que, además, hacen perder todo el
tiempo de prescripción que había corrido antes de la interrupción.

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- Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado a ella otra persona, conforme al 726 se deja de poseer una
cosa, cuando otra persona se apodera de ella con ánimo de hacerla suya, a excepción de los casos que las leyes
exceptúan, esta última excepción es el caso de los inmuebles inscritos, conforme al artículo 728. Por lo tanto, el
apoderamiento material de un inmueble inscrito no priva al poseedor inscrito de su posesión. En cuanto al efecto
de esta inscripción natural consiste en hacer perder todo el tiempo de prescripción acumulado hasta la fecha, a
menos que el poseedor recupere legalmente la posesión perdida, en cuyo caso se entenderá que jamás existió la
interrupción, 771 y 2502, inciso final.

b.- La interrupción civil de la prescripción: se produce por la existencia de un recurso judicial intentado por el dueño, en
contra del poseedor, 2503, aquí el titular del derecho sale de su inactividad y demanda al poseedor antes de que
transcurra el plazo para que este gane por prescripción.
La interrupción civil exige la existencia de un recurso judicial que es la acción ejercida por el dueño, en contra del
poseedor, fundada en el dominio que afirma tener sobre la cosa.

Tradicionalmente se indica que la interrupción se produce con la notificación de la demanda respectiva, aunque el código
no lo afirma así. En tal sentido se ha resuelto que si quien demanda es un relativamente incapaz y esa circunstancia lleva
a anular todo lo obrado con posterioridad, ello no afectará la interrupción de la prescripción, porque el incapaz manifestó
claramente su deseo de reclamar su derecho (No pasa lo mismo si es incapaz absoluto). En el mismo sentido si se
interpone una demanda ante tribunal incompetente igualmente se habrá manifestado tal voluntad y habrá interrupción.
En los últimos tres años se ha ido asentando la jurisprudencia en el sentido de que no se necesita la notificación de la
demanda para interrumpir, y basta con la interposición de la demanda, porque allí manifestó si voluntad el dueño,
independientemente de que lo sepa o no el poseedor. (Profesor cree lo contrario).

En cuanto al efecto de la interrupción civil consiste en hacer perder todo el tiempo de prescripción que hubiese corrido,
sin perjuicio, de que si el sujeto vuelve a poseer empezará a correr un nuevo plazo de prescripción. Con todo, hay casos
en que pese a haber demanda no hay interrupción:
- Cuando la notificación de la demanda es nula por no haberse efectuado en forma legal, nulidad que debe ser
declarada judicialmente. (esto no aplica si se acoge la tesis de que basta con la presentación de la demanda para
interrumpir).
- Cuando el actor se desiste expresamente de la demanda.
- Cuando por sentencia judicial se declara abandonado el procedimiento, 2503 numero 2.
- Cuando el poseedor demandado el absuelto en la sentencia definitiva, 2503 numero 3.

En cuanto a quien puede alegar la interrupción, si ella es natural puede alegarlo todo el que tenga interés en ello, pero si
es civil solo puede invocarla el titular o dueño que demanda, ya que se sustenta en una relación procesal cuyos efectos
relativos solo alcanzan a las partes del proceso.

Interrupción de la prescripción cuando hay condominio o coposesión


- Si hay varios dueños y uno de ellos demanda la interrupción los beneficia a todos porque se trata de un acto
conservativo dentro de la comunidad que aprovecha a los demás comuneros; si la interrupción es natural
también los beneficia a todos porque es objetiva, ya que importa el impedimento o la pérdida de la posesión.
- En cuanto al caso de los coposeedores la interrupción civil que afecta a uno no perjudica a los otros por el efecto
relativo que tiene el proceso que solo alcanza a las partes del mismo. Por el contrario, la interrupción natural si
afecta a todos los poseedores, dado su ya referido carácter objetivo.

3.- Tiempo de posesión.


Aquí si la posesión es regular el plazo es de dos años para los bienes muebles y cinco años para los inmuebles y esta
prescripción se denomina ordinaria, articulo 2508.
Si la posesión es irregular da origen a la prescripción extraordinaria y exige un plazo de 10 años sea mueble o inmueble
lo poseído.

Clases de prescripción
El artículo 2505 distingue entre ordinaria y extraordinaria.

Artículo 2505: Contra un título inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes raíces, o de derechos reales
constituidos en éstos, sino en virtud de otro título inscrito; ni empezará a correr sino desde la inscripción del segundo.

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a.- Prescripción adquisitiva ordinaria
Exige posesión regular por cinco años para los inmuebles y por dos para los muebles, plazos que comienzan a correr
cuando se inicia la posesión y terminan cuando se cumple el plazo. Por lo tanto, cuando se alega prescripción adquisitiva
hay que indicar con precisión los dos extremos del plazo indicado (valido para prescripción extintiva)

Suspensión de la prescripción ordinaria


La suspensión de la prescripción es un beneficio por el cual ciertas personas que son dueña o titulares de derechos que
están en riesgo de extinguirse por prescripción, se ven favorecidas en el sentido de que no corre en su contra la
prescripción deteniéndose el tiempo de su transcurso mientras esas personas se encuentren en alguna de las situaciones
del artículo 2509. La suspensión beneficia al titular del derecho y perjudica al prescribiente, la suspensión solo afecta la
prescripción ordinaria, ya que la extraordinaria no se suspende, 2509 y 2511. (No opera en la extraordinaria)

Como se indicó la suspensión no hace perder el tiempo transcurrido antes del hecho suspensivo, y concluido tal hecho se
sumará al tiempo que empiece a correr con posterioridad; se diferencia en esto de la interrupción de la prescripción.

Personas a cuyo favor opera la suspensión


Son las indicadas taxativamente en el 2509:
- Menores de edad
- Dementes y sordos o sordomudos que no puedan darse a entender claramente, estén o no bajo interdicción.
- Los hijos sometidos a patria potestad y los pupilos.
- La mujer casada en régimen de sociedad conyugal, mientras persista esta, con la precisión de que no se suspense
la prescripción en favor de la mujer separada de bienes judicial o extrajudicialmente, respecto de aquellos bienes
que separadamente administra, 2509 inciso 3.
- La herencia yacente
Inciso aparte. La prescripción se suspende siempre entre cónyuges, y esto independientemente del régimen en el que
estén casados. (pregunta típica)

Este último caso se justifica por la necesidad de mantener la paz conyugal y evitar que mientras estén casados alguno de
los cónyuges pretenda prescribir adquisitivamente los bienes del otro.
El Código utilizar la expresión “siempre” solo en este caso, y además lo redacta fuera de la enumeración pretérita del
artículo 2509.
Lo anterior ha llevado a afirmar por varios autores que, a diferencia de los demás casos de suspensión el caso de los
cónyuges se aplica tanto a la prescripción ordinaria como a la extraordinaria, atendido que el fundamento es el mismo
para ambas prescripciones, por el uso de la palabra siempre y porque el caso de los cónyuges no está dentro de los
“enumerados” en el 2509, así lo indican Alessandri y Fabres.
Otros piensan lo contrario, es decir, que la prescripción extraordinaria no se suspende entre cónyuges ya que el uso de la
palabra “siempre” se refiere a cualquiera sea el régimen matrimonia, y además porque el artículo 2509 es una regla
excepcional y, por lo tanto, debe interpretarse restrictivamente.

*Es aceptable invocar la prescripción adquisitiva extraordinaria entre cónyuges. Aunque la doctrina diga lo contrario.

b.- Prescripción adquisitiva extraordinaria


Requiere posesión irregular y continua por diez años, sean muebles e inmuebles, 2510 (memoria), 2522, 702 y 708. Aquí
no es necesario tener título de dominio (2510 regla primera), y se presume la buena fe del poseedor (2510 regla segunda).
Al mero tenedor no le es posible transformarse en poseedor por el solo transcurso del tiempo, a menos que realice un
acto suyo que implique desconocer el dominio ajeno y lo invista en calidad de poseedor, siempre que su posesión no sea
violenta, clandestina o interrumpida (2510 regla tercera, números 1 y 2).

En cuanto a la tradición (suponiendo que se invoca un título traslaticio de dominio) tampoco es necesaria tratándose de
los muebles y según algunos autores tampoco si es un inmueble no inscrito, ya que aquí la posesión irregular se adquiere
por el solo apoderamiento material sin inscripción, 726, 729 y 730 inciso 1; esto es discutible.
Pero si se trata de un inmueble inscrito toda posesión regular o irregular exige como requisito la inscripción, 724, 728 y
730, inciso 2. Sin inscripción no hay posesión, y así lo refleja el 2505 en lo que concierne a la prescripción, disposición
que no distingue entre ordinaria y extraordinaria.

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En consecuencia, el artículo 2510 (de memoria) solo es aplicable a los bienes muebles y según algunos autores a los
inmuebles no inscritos.

Digamos finalmente sobre la prescripción extraordinaria que ella solo se puede interrumpir natural o civilmente, pero no
se suspende en favor de nadie salvo el caso discutible de los cónyuges.

*Artículo 2010: El dominio de cosas comerciales que no ha sido adquirido por la prescripción ordinaria, puede serlo por
la extraordinaria, bajo las reglas que van a expresarse:
1.- Para la prescripción extraordinaria no es necesario título alguno.
2.- Se presume en ella de derecho la buena fe, sin embargo, de la falta de un título adquisitivo de dominio.
3.- Pero la existencia de un título de mera tenencia hará presumir mala fe, y no dará lugar a la prescripción, a menos de
concurrir estas dos circunstancias:
a.- Que el que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos diez años se haya reconocido expresa o
tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;
b.- Que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia, clandestinidad ni interrupción por el
mismo espacio detiempo.

Título prescripción contra título inscrito (Argumentos preguntables)


La regla básica es el artículo 2505 (memoria), que origina dos conflictos que en realidad son uno:
1. Se aplica esta disposición a ambas prescripciones o solo a la ordinaria.
2. Se puede adquirir por prescripción un predio inscrito, sin título de poseedor y con la sola posesión material.

Algunos autores afirman que el 2505 solo se aplica a la ordinaria, con lo que podría adquirirse por prescripción
extraordinaria por la sola posesión material y sin necesidad de inscripción, por aplicación del artículo 2510.
Argumentos:
a. El mensaje del código que señala que transcurrido diez años se consolidan todos los derechos.
b. El artículo 2510 no exige título alguno ni tampoco tradición para adquirir por prescripción extraordinaria, y
como se trata de posesión irregular se puede prescindir de la inscripción.
c. El artículo 2510, como se indicó, no exige tradición, esto es inscripción.
d. De entenderse lo contrario jamás operaría la prescripción extraordinaria contra título inscrito sin nueva
inscripción, lo que implicaría una protección excesiva al poseedor inscrito ficto o simbólico en desmedro del
poseedor material que explota el inmueble.

Otros autores afirman que la prescripción extraordinaria no puede aplicarse a un inmueble inscrito, a menos que haya un
nuevo título inscrito en favor del poseedor, no bastándole a este con la posesión material durante diez años. (Más
aceptable)
Argumentos:
a. El 2505 no distingue entre ambas prescripciones, por lo que debe aplicarse a las dos.
b. El 2505 está ubicado antes de la distinción entre prescripción ordinaria y extraordinaria, explicitada en el 2506;
de hecho, en el proyecto del año 1853 el artículo 2505 solo se aplicaba a la ordinaria, pero en la redacción
definitiva quedó con su redacción actual.
c. Al existir una oposición aparente entre el 2505, que exige título inscrito, para ser poseedor prescribiente, y el
2510 que no exige título y por ende tampoco exige inscripción, por aplicación del artículo 13 del CC debe
prevalecer el 2505 por ser norma especial para los predios inscritos, mientras que el 2510 se aplica en general a
todos los bienes muebles o inmuebles.
d. Por aplicación del elemento lógico de interpretación, ya que debe existir correspondencia y armonía entre el
2505 y los artículos 724, 728 y 730. Para prescribir hay que poseer, y si el bien es un inmueble inscrito nadie
puede adquirir posesión ni aun irregular sin inscripción, 724, la cual cancela virtualmente la posesión anterior,
728, en relación con el 730.
e. No es efectivo que jamás operaría la prescripción extraordinaria contra título inscrito, pues ella sí tendría lugar
cuando falte algún requisito para la posesión regular que no sea la inscripción.
f. Por último, la afirmación de que se deja sin protección al poseedor material y efectivo, en beneficio del poseedor
inscrito y simbólico, no es efectiva, porque de acuerdo al artículo 730 inciso 2, si el poseedor material ha
practicado una competente inscripción será poseedor, regular o irregular y podrá adquirir el dominio por
prescripción.

Efectos de la prescripción adquisitiva


El efecto esencial es generar la adquisición del dominio.
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En estricto rigor se adquiere la calidad de dueño cuando se cumple con los requisitos establecidos por la ley. Por lo
tanto, si bien, debe recurrirse a los tribunales para que estos declaren judicialmente esta prescripción, lo cierto es que la
sentencia es declarativa y de hecho, opera con efecto retroactivo a la fecha en que se adquirió la posesión, esto último
trae como consecuencia de que el poseedor es dueño de los frutos percibidos en el tiempo intermedio, la consolidación de
los gravámenes constituidos por el poseedor en dicho lapso y la caducidad de los establecidos por el dueño en el mismo
periodo.

Para efectos de publicidad y oponibilidad de tercero tratándose de inmuebles, la sentencia debe inscribirse en el registro
de propiedad del CBR correspondiente, artículos 698, 2513 y 53 del Reglamento.

Prescripción de otros derechos reales distintos del dominio


Conforma al 2512 inciso 1, los otros derechos reales, pueden adquirirse por prescripción ordinaria o extraordinaria
conforme a las mismas reglas del dominio.

La excepción se da con los derechos reales de herencia, censo y servidumbre:


a.- El derecho real de herencia se adquiere por prescripción extraordinaria de diez años y ordinaria de cinco, en caso de
que el heredero haya obtenido posesión efectiva a su favor, 2512 inciso 1, 688 y 704.
b.- El derecho real de censo se adquiere por prescripción extraordinaria de diez años, 2512.
c.- El derecho real de servidumbre, a condición de que sean continúas y aparentes, se adquiere por una prescripción
única de cinco años, sin distinguir entre posesión regular e irregular, 2512 numero 2 y 882 inciso 2.

LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

Está definida en el artículo 889 (memoria) “La reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa
singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela.”
Es la acción del dueño no poseedor en contra del poseedor no dueño.
Se aplica igualmente a los demás derechos reales, con excepción del derecho real de herencia, que está protegido por la
posesión de petición de herencia.

La acción reivindicatoria persigue que se declare el dominio del dueño y que se ordene restituirle la cosa que otro posee.

Requisitos

a.- Un dueño que no está en posesión


Puede ser un dueño pleno o nudo, fiduciario o absoluto, pero debe estar privado de la posesión, por lo tanto, es de su
cargo probar que es dueño, ya que por aplicación del inciso 2 del artículo 700 el poseedor es reputado o se le presume
como dueño, y como por definición el reivindicante (demandante) reconoce que no está en posesión, entonces, ha
entregado la presunción de dominio al demandado y le corresponde a él probar el dominio y destruir la presunción del
artículo 700 inciso 2.

La prueba del dominio será distinta dependiendo del modo en que adquirió, si es por un modo originario, esto es,
ocupación, accesión o prescripción, basta con probar que han concurrido los elementos para acreditar el dominio. Pero si
el modo es derivativo, esto es tradición o sucesión por causa de muerte, no basta con acreditar que operó el modo de
adquirir para dar por probado el dominio, ya que el antecesor podría no ser dueño, y en tal caso ningún derecho habría
transferido.

Consecuencia de lo anterior es que el dueño está obligado a recurrir a la prescripción adquisitiva como medio de prueba
del dominio adquirido por tradición, para ello, deberá completar el plazo de prescripción que corresponda según el tipo
de prescripción y la naturaleza del bien, pudiendo recurrir a la accesión de posesiones del artículo 717.

Debe tenerse presente que si bien, el reivindicador buscará probar su dominio a través de la prescripción adquisitiva, el
demandado podrá a su vez oponerse a la pretensión del reivindicante invocando como acción su propia prescripción
adquisitiva. En este evento habrá que comparar las cadenas de títulos del reivindicador y del poseedor demandado,
prevaleciendo aquellas que sean de una mejor calidad o aquella que sea más antigua: en definitiva, existe una valoración
comparativa de los títulos de posesión.

Tratándose de inmuebles inscritos cobra vigencia la necesidad de una inscripción para poder invocarla por quien alega
posesión del inmueble, y pretender prescribir o probar a través de la prescripción, 923, 924 y 925.
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Respecto de los muebles y de los inmuebles no inscritos existe amplia admisibilidad de medios probatorios, ya que se
trata de hechos posesorios.

Enfrentados en el conflicto en que demandante y demandado invocan prescripción adquisitiva, el primero como medio de
prueba y el segundo como modo de adquirir, de resultar victorioso el segundo y acogiéndose su demanda de prescripción
adquisitiva ello no solo implicará que se desecha la acción reivindicatoria, sino, además, que se habrá extinguido el
dominio del demandante, artículo 2517.
Es por eso que se afirma que si bien, la acción reivindicatoria no se extingue por prescripción extintiva si se extingue por
la adquisición del mismo derecho vía prescripción adquisitiva.
*Demandante tiene el cargo de destruir la presunción de que el poseedor o demandando es dueño. Lo prueba por la
prescripción adquisitiva, o sea, adquiere por tradición, pero prueba por prescripción adquisitiva. Pero si no tiene el plazo,
recurre a la accesión de posesiones, artículo 717. (de memoria). En el fondo, siempre se alega dominio por prescripción
adquisitiva.

Artículo 717: Sea que se suceda a título universal o singular, la posesión del sucesor, principia en él; a menos que quiera
añadir la de su antecesor a la suya; pero en tal caso se la apropia con sus calidades y vicios.
Podrá agregarse en los mismos términos a la posesión propia la de una serie no interrumpida de antecesores.

Falta de posesión
El reivindicador debe haber tendido y perdido la posesión, si se trata de inmuebles inscritos la perdida de la posesión
puede producirse sea por pérdida de la posesión material conservándose la inscrita (situación más común), sea por
perdida de la posesión inscrita conservándose la posesión material, 730 inciso 2, sea por perdida de la posesión material e
inscrita. Todas ellas autorizan la acción reivindicatoria.

Con todo, tratándose de inmuebles el legislador entrega al dueño que ha perdido la posesión o la ve amenazada las
llamadas acciones posesorias que presentan la particularidad de tener un muy breve plazo para ser ejercidas
(normalmente un año), pero que presentan la ventaja de que no reconocen la calidad de poseedor al demandado.

*En la práctica normalmente primero se aplican los interdictos y finalmente la acción reivindicatoria.
Acción publiciana (la alega el poseedor regular)
Es otro nombre que se da a la acción reivindicatoria cuando el legislador le permite ejercerla al poseedor regular que ha
perdido la posesión de la cosa cuando se hallaba en el caso de poder ganarla por prescripción, 894, la acción publiciana no
procede contra el dueño ni contra el poseedor de igual o mejor derecho.

Se plantea aquí que se entiende por “hallarse en el caso de ganarla por prescripción”.
Según algunos se refiere al poseedor que ya completó el plazo de prescripción, solo que no cuenta con una sentencia que
asó lo declare. Respecto de aquel que tiene el plazo pendiente no tendría esta acción, ya que, a su respecto habría operado
la interrupción de la prescripción y por lo tanto no estaría en la situación de “ganarla por prescripción”.
Otros piensan que también tiene la acción el prescribiente poseedor regular que solo ha completado parcialmente el
plazo, ya que también está posibilitado de ganar el bien por este modo, y si bien, existiría una interrupción natural de la
prescripción si pierde la posesión, si luego, recupera tal posesión a través de esta acción publiciana se entenderá que
jamás hubo interrupción, quedando habilitado para adquirir por prescripción adquisitiva, artículo 731.

Art. 894. Se concede la misma acción, aunque no se pruebe dominio, al que ha perdido la posesión regular de la cosa, y se
hallaba en el caso de poderla ganar por prescripción.
Pero no valdrá ni contra el verdadero dueño, ni contra el que posea con igual o mejor derecho.

Art. 731. El que recupera legalmente la posesión perdida, se entenderá haberla tenido durante todo el tiempo intermedio.

b.- Un poseedor de la cosa


Es el sujeto pasivo de la acción. Normalmente es el actual poseedor y excepcionalmente aquel que poseyó, pero dejo de
poseer.

b.1.- Actual poseedor


Es la regla general y se refiere a aquel que posee la cosa al momento de la demanda, 895, por lo tanto, no procede la
reivindicatoria contra el mero tenedor, con la excepción del artículo 915, que permite su ejercicio cuando ese mero
tenedor retiene indebidamente la cosa.
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En los demás casos, el mero tenedor está obligado a declarar bajo juramento el nombre y residencia de la persona en
cuyo nombre por quien detenta la cosa, bajo apercibimiento de multa o arresto. (896 CC y 282 CPC), además si el mero
tenedor al poseedor debe indemnizar los perjuicios que origine al reivindicador, 897.
Si el poseedor fallece la acción se dirige contra sus herederos coposeedores; también puede dirigirse contra uno de ellos,
pero en tal caso, solo puede hacerlo en contra de la cuota de la cosa común que posee.
La regla es diversa respecto de las obligaciones personales derivadas de las prestaciones mutuas, pues allí, tales
prestaciones se dividen entre los herederos en proporción a sus cuotas hereditarias, artículos 899 y 1354.

b.2.- Poseedor que dejó de poseer.


La reivindicación puede dirigirse en su contra en los siguientes casos.

1.- Ex poseedor de buena fe, que es aquel que adquirió la cosa de buena fe, esto es, creyendo que adquirió el dominio.
Aquí para saber si procede la reivindicatoria en su contra, hay que distinguir nuevamente la forma en que dejó de ser
poseedor:
a) Si perdió la cosa fortuitamente no procede reivindicación en su contra.
b) Si la perdió por su culpa tampoco procede reivindicación, pero si hay acción de indemnización de perjuicios en su
contra.
c) Si perdió la posesión por haberla enajenado y en razón de tal enajenación se ha hecho imposible o difícil
reivindicar la cosa contra el actual poseedor, entonces hay que subdistinguir:

1- Si enajenó de buena fe se produce una subrogación real 2- Si el ex poseedor enajenó de mala fe tiene la misma
y el reivindicador puede pedirle la restitución del precio acción que en el caso anterior más acción de
recibido al ex poseedor, 898 inciso 1. Si el reivindicador indemnización de perjuicios en contra de este, 898 inciso
recibe este precio, entonces se entiende tácitamente 1.
ratificado el acto de enajenación efectuado por el ex
poseedor al tercero, acto que hasta ese momento le era
inoponible al reivindicador, por falta de concurrencia, 898
inciso 2.

2.- Ex poseedor de mala fe, esto es, el que adquirió la posesión sabiendo que la cosa era ajena y después perdió la
posesión, hay que distinguir:
a) Si perdió la posesión fortuitamente no hay acción reivindicatoria en su contra y solo debe responder por los
frutos y deterioros, teniendo si derecho a recuperar las expensas invertidas durante el tiempo que poseyó.
b) Si perdió la posesión de la cosa por hecho o culpa suya (Enajenación o destrucción palpable) hay acción
reivindicatoria en su contra “como si actualmente poseyera”, artículo 900 inciso 1. Lo que quiere decir que la
reivindicación será por la cosa, si es que quiere recuperarla o por el precio de enajenación de subsidio, más las
obligaciones derivadas de las prestaciones mutuas. Si el reivindicador recibe el precio, hay ratificación tácita de la
enajenación, 900 inciso 3; e igual cosa ocurre con aquel poseedor de buena fe que por su culpa, durante el juicio,
se coloca en situación de no poder restituir la cosa, artículo 900 inciso 4.

*La ley autoriza a recurrir contra el ex poseedor, por dinero (cuando el cliente quiere ganar algo).
Acción reivindicatoria ficta (en vez de ir por la cosa, se va por el dinero). Ejemplo: el profe tuvo un caso en que el
SERVIU expropió un terreno a un propietario, pero construyó en un lote distinto. La ley concede la posibilidad de
demandar al poseedor y al ex poseedor, de forma que podría obtener el lote de los actuales poseedores o el dinero del ex
poseedor, que fue el SERVIU antes de entregar los subsidios. En este caso es más conveniente ir contra el ex poseedor,
porque se puede obtener más (dinero).

c.- Cosa reivindicable


Son reivindicables todas las cosas corporales muebles o inmuebles y todos los derechos reales con excepción del derecho
real de herencia (arts. 890 inc. 1 y 891). El único requisito aquí es que la cosa sea singular o determinada, ya que de lo
contrario no es susceptible de posesión. También es reivindicable una cuota determinada proindiviso de una cosa
singular (art. 892).

Las prestaciones mutuas.


Son las reivindicaciones que surgen entre el reivindicante vencedor y el poseedor vencido una vez que hay una sentencia
firme que acoge la acción reivindicatoria (no procede recurso).
Las reglas que se verán son de aplicación general y así tienen incidencia y uso, por ejemplo, en casos de nulidad, de
resolución de contrato, en la acción de petición de herencia, etc.
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Aquí hay que distinguir entre las prestaciones del poseedor vencido en favor del reivindicador y las de este en favor de
aquel.

A) Prestaciones del poseedor en favor del reivindicador.


1.- Restitución de la cosa: el poseedor debe restituir la cosa reivindicada en el plazo que el juez señale, tratándose de los
inmuebles se comprenden aquellos por adherencia y destinación.

2.- Indemnización de deterioros: el poseedor de mala fe responde por los deterioros que por hecho o culpa suya… y no
responde si derivan de caso fortuito, a menos que se haya constituido en mora de restituir (arts. 1547 y 1672).
El poseedor de buena fe mientras permanece en ella no es responsable de los deterioros que deriven de su hecho o culpa,
salvo que se hubiese aprovechado de ellos (por ejemplo: corta y vende un bosque).
Aquel que es poseedor de buena fe inicial la mantiene solo hasta que contesta la demanda y luego pasa a ser de mala fe.
*Hipotéticamente puede allanarse a la demanda, pero si contesta es como un indicio de que hay mala fe.

3.- Restitución de los frutos: también se distingue entre buena y mala fe, la cual se establece al tiempo de la percepción de
los frutos, el poseedor de mala fe es obligado a la restitución de los frutos naturales o civiles y no solo de los percibidos,
sino también de los que hubiera podido percibir con mediana inteligencia y actividad; si no existen los frutos debe pagar
su valor.
El poseedor de buena fe no está obligado a restituir los frutos percibidos antes de la contestación de la demanda; los
percibidos después se está a las reglas de la mala fe (art. 907).
Siempre en la restitución de los frutos se está al valor liquido de ellos, esto es, descontando los gastos ordinarios que se
han invertido para producirlos (art. 907).

B) Prestaciones del reivindicador en favor del poseedor vencido.


Ya se indicó la obligación de abonar los gastos ordinarios que permitieron la percepción de los frutos, pero además el
reivindicador tiene la obligación de pagar las expensas y mejoras que el poseedor haya hecho en la cosa.

En relación a ellas se distingue entre expensas necesarias, útiles y voluptuarias.


1.- Expensas necesarias: son las que aseguran la conservación de la cosa y que de no realizarse conducen al deterioro o
destrucción del bien. Pueden ser ordinarias o extraordinarias. Ordinarias son los gatos más o menos periódicos que exige
el uso natural de la cosa y que resultan indispensables para conservar y cultivar la cosa; y extraordinarias son las que
ocurren en intervalos largos de tiempo y que miran a la conservación y permanente utilidad de la cosa.
Aquí la regla es que tanto el poseedor de buena y mala fe tiene el derecho a que se le indemnicen las mejoras necesarias
(art. 708 inc. 1) y esto es así, porque de haber tenido el reivindicador la cosa en su poder igualmente hubiese tenido que
realizarla.

2.- Expensas útiles: son las que aumentan el valor venal (patrimonial) de la cosa (art. 909 inc.2), se distingue aquí entre
la buena y mala fe al tiempo en que esas mejoras fueron hechas.
El poseedor de buena fe tiene derecho a que se le abonen esas mejoras hasta el momento en que contesta la demanda, a
menos que el reivindicador pruebe que había perdido esa buena fe con anterioridad a ese hecho (a la contestación de la
demanda).
Con todo para la avaluación del pago que debe efectuar el reivindicador al poseedor este puede optar entre el valor de
esas mejoras al tiempo de la restitución de la cosa, o bien, el mayor valor que tenga el bien al tiempo de la restitución
(art. 909 inc. final).
El poseedor de mala fe no tiene derecho a que se le abonen las mejoras útiles, pero está autorizado para llevarse los
materiales de dichas mejoras siempre que puedan separarse sin detrimento o daño de la cosa reivindicada y que el
propietario se rehúse a pagarle el precio que tendrían esos materiales después de separados (art. 910).
Se entiende que hay detrimento de la cosa cuando esta queda en peor estado que el que tenía antes de ejecutar las
mejoras, salvo en cuanto al poseedor vencido pudiera reponerla inmediatamente en su estado anterior y se allanare a ello
(art. 912).

3.- Expensas voluptuarias: son las destinadas a la comodidad y ornato de la cosa, a su respecto el propietario no está
obligado a pagarlas ni al poseedor de buena o mala fe y estos últimos solo tienen el derecho que la ley concede al
poseedor de mala fe respecto de las mejoras útiles (art. 911 inc. 1).

Derecho legal de retención.


El poseedor vencido que aún no ha restituido la cosa tiene derecho a retenerla mientras el reivindicador no le pague o le
asegure el pago de lo que se le adeuda por expensas o mejoras (art. 914).
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La declaración de este derecho de retención puede pedirse como medida precautoria en el juicio de cobro de pesos
deducido por el poseedor contra el reivindicador o puede pedirse por vía incidental en el juicio reivindicatorio

LAS ACCIONES POSEORIAS

Conforme al artículo 916 son las que tienen por objeto recuperar la posesión de bienes raíces y derechos reales
constituidos en ellos. Excepcionalmente protege la mera tenencia, 928.
Estas acciones también son llamadas interdictos posesorios a propósito del proceso breve en el cual ella se tramita.

La finalidad de las acciones posesorias es entregar una herramienta rápida al justiciable a fin de evitar la autotutela, a
propósito de los inmuebles. Ellas protegen la posesión aún con independencia del derecho que pueda o no asistir a quien
se sirve de ellas, aunque lo habitual será que se trate de un poseedor con derecho.

Adicionalmente a la protección posesoria, como ellas permiten conservar o recuperar la situación material o de hecho de
que goza el poseedor, la acción posesoria permite mantener el transcurso del tiempo para los efectos de la prescripción
adquisitiva.

Requisitos de las acciones posesorias

a.- Posesión útil y continua de un año a lo menos, artículo 918.


Esta posesión puede ser regular o irregular pero siempre debe ser útil, por lo que el poseedor violento o clandestino no
tiene acción, excepción el artículo 928, en que el legislador para evitar actos de violencia le conceden la querella
posesoria a aquel poseedor violento o clandestino que ha sido despojado violentamente de su posesión.
El año que exige el legislador debe ser continuo, esto sin interrupciones, pudiendo el poseedor recurrir a la accesión de
posesiones del artículo 717, artículo 920 inciso final.

Aquí el dominio del bien raíz no interesa y las inscripciones registrales se valoran solo como prueba de la posesión
inscrita, prueba que se rige por el artículo 924, respecto de los inmuebles inscritos y por el 925 de los no inscritos.

b.- Cosa o derecho susceptible de acción posesoria


Solo lo son los inmuebles y los derechos reales constituidos sobre estos, como la hipoteca, o las servidumbres continuas y
aparentes, artículo 916. También son titulares el usufructuario, el usuario y el habitador de inmuebles y pueden ejercer
estas querellas aún contra el dueño del bien raíz, en la medida que este perturbe su posesión. De hecho, el artículo 922
inciso 1, señala que, si el poseedor es perturbado por un tercero, el dueño está obligado a auxiliarlo si es requerido.

Con todo, la sentencia que se dicta entre el poseedor y el tercero que lo perturba solo afectará al dueño en cuanto a tener
conocimiento que se discutió en la posesión del bien raíz, pero en nada incide en su derecho real de dominio, 922 inciso 2.

c.- Perturbación o despojo de la posesión


Si el poseedor pierde la posesión dispone de la querella de restitución y si tal privación ha sido violenta ostenta la
querella de restablecimiento o de despojo violento; si solo ha sido perturbado en su posesión sin ser privado de ella tiene
la querella de amparo.
En todos los casos debe probar posesión y la existencia de los hechos perturbatorios.

d.- Que la acción no este prescrita


La querella de amparo prescribe en un año desde el acto de perturbación, la de restitución en un año contado desde el
acto de despojo y la de restablecimiento en seis meses desde el despojo violento.
Si la nueva posesión es clandestina o violenta el plazo de prescripción no corre desde el acto de despojo, sino, desde que
cesa la violencia o clandestinidad, artículo 920, inciso 3.

Los plazos anteriores, como son casos de prescripción extintiva de corto tiempo no se suspenden en favor de nadie. Si
transcurre el plazo y prescribe, por ende, la acción posesoria, no tendrá más opción, el afectado que ejercer la acción
reivindicatoria (con la obligación de probar el dominio), o la publiciana en su caso.

*Estas son las primeras acciones que se utilizan, ya que solo se debe probar la posesión y que se perdió la posesión, esto
se prueba con la inscripción. Incluso puede ser ejercida por el poseedor en contra del dueño.
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Diversas acciones posesorias
Las enumera el artículo 549 del CPC, y son las querellas de amparo, de restitución de restablecimiento, de obra nueva, de
obra ruinosa y la especial del artículo 941 del CC.

1.- Querella de amparo


Persigue conservar la posesión del inmueble o de los derechos reales constituidos en ellos, liberando al poseedor de los
actos de perturbación y eventualmente dando origen a indemnizaciones por daños. En cuanto a esta indemnización la
sentencia de la querella solo declarará que se tiene derecho a ella, pues su cuantificación debe discutirse en juicio
ordinario.

El actor puede además pedir que se le dé seguridad fundada de que no se producirán nuevas perturbaciones, por ejemplo,
con apercibimiento de multas (amenaza judicial), artículo 921.

2.- Querella de restitución


Aquí el poseedor despojado persigue que se declare la obligación de restituirle la posesión de la cosa, acompañado
eventualmente de indemnización de perjuicios.

La querella de restitución debe dirigirse contra el actual poseedor, 927 inciso 1, aunque este no haya sido el perturbador;
pero la acción indemnizatoria solo se dirige en contra de este último (perturbador) o bien contra un tercero que este de
mala fe, estableciendo responsabilidad solidaria si son varios, 927 inciso2.

3.- Querella de restablecimiento o despojo violento


Ella persigue recuperar, no solo la posesión, sino también la mera tenencia, cuando ella se ha perdido por un despojo
violento, 928. Así pueden ser titulares de esta acción el mero tenedor o el poseedor violento o clandestino y no se
requiere aquí plazo alguno de posesión o mera tenencia, bastando probar el despojo violento, 928 inciso 1 y 2.

La idea es evitar actos de violencia a propósito de los inmuebles, lo que explica los escasos requisitos para ser titular de
esta acción, la que incluso puede ser ejercida en contra del dueño acreditado del bien raíz.
Esta acción prescribe en seis meses desde el despojo violento y la sentencia que se dicte no produce cosa juzgada
respecto de las demás acciones posesorias.
*Aquí solo hay que probar que se sacó violentamente, caso típico es el arrendador que echa al arrendatario. El legislador
solo quiere que se vuelva al estado anterior que el despojo violento, sin discutir más, como quien es el dueño, una
indemnización, u otros.

4.- Acciones posesorias especiales


Son la de obra ruinosa, obra nueva y especial del artículo 941 del CC, (Situaciones de riesgo) las cuales están sometidas a
ciertas normas comunes:

a) Basta probar posesión y no se exige ni plazo ni que sea útil, lo que se justifica porque están destinadas a una
conservación provisional del orden de cosas existentes.
b) Son indivisibles activa y pasivamente, por lo que si son varios los poseedores cualquiera puede intentarla, y si
son varios los perturbadores cualquiera puede quedar afecto por ellas, 946. Con todo, la indivisibilidad no
alcanza a las indemnizaciones, ya que cada uno deberá responder según los perjuicios que haya ocasionado.
c) Ellas no pueden ser ejercitadas para desconocer un derecho de servidumbre legalmente constituido que tenga un
titular sobre su predio, ºqaunque lo hubiese adquirido por prescripción, 947 y 950 inciso final.

En cuanto a las acciones propiamente tales:

a.- Denuncia de obra nueva: persigue impedir toda construcción u obra nueva que se trate de levantar en el suelo que
otro posee. Son obras nuevas las que indica el artículo 931, estando contenidas en la regla general en el artículo 930
inciso 1. Prescribe esta acción en el plazo de un año desde que se inicia la construcción.

b.- Obra ruinosa: persigue obtener la demolición, reparación o afianzamiento de una obra, árbol o edificio que amenace
ruina, 932 y 935. Acogida por el juez debe procederse a la demolición o reparación y si el querellado no cumple puede
hacerlo el querellante a costa del querellado, 932 inciso 1.

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Si ocurriese la destrucción del edificio una vez notificada la querella deberá el propietario pagar los perjuicios causados, a
menos que se acredite caso fortuito, 934 inciso 2. Esta acción no prescribe mientras haya justo motivo para temer daño,
950.

c.- Interdicto especial del artículo 941: que permite impedir que cerca de las paredes de un inmueble haya depósitos de
agua o materias húmedas que puedan dañarlas, como así mismo, árboles o vegetales a una distancia menor de la que
establece la ley.
Finalmente, los artículos 948 y 949 otorgan acción popular para las acciones posesorias especiales.

DERECHO REAL DE SERVIDUMBRE.

El artículo 820 define la servidumbre como “servidumbre predial o simplemente servidumbre es el gravamen impuesto
sobre un predio en utilidad de otro predio de distinto dueño”.

Constituye un derecho real para el dueño del inmueble que goza de la servidumbre, denominado predio dominante y a
cuyo respecto la servidumbre es activa. En relación con el predio que debe soportar la servidumbre, ella es un gravamen,
y el inmueble se denomina predio sirviente ya que soporta una limitación al derecho de dominio de su titular; a su
respecto, la servidumbre es pasiva (732 número 3 y 821).

La servidumbre es un gravamen exclusivamente predial o inmobiliario, que aplica tanto a los bienes raíces rurales como
urbanos; jamás opera respecto de muebles.

Características de las servidumbres.


a. Solo opera respecto de inmuebles.

b. Los bienes raíces deben ser de dominio de distintas personas, ya que, si el propietario es el mismo, se habla de
“servicio” y no de servidumbre (el servicio no es un derecho real).

c. Es un derecho real accesorio por cuanto se encuentra anexo al derecho de dominio del predio dominante, así como al
derecho de dominio del predio sirviente. Por lo tanto, cualquier mutación dominical que afecte al dominio de uno de
estos predios lleva incorporada la servidumbre, aunque nada se diga al respecto (art. 825).

d. Es un derecho real indivisible: ya que no puede pertenecer en cuotas a varias personas. Esto es así, porque la
servidumbre o se ejerce o no se ejerce y no admite un fraccionamiento en su ejercicio. Consecuencia de lo anterior, está
en los arts. 826 y 827, que conciernen a la división del predio dominante y del sirviente.
Pero esta indivisibilidad no impide que sobre una misma sección de terreno existan varios titulares de derechos reales de
servidumbre individuales que cada uno ejercerá en forma independiente. En caso de conflicto para el ejercicio de estos
derechos, el juez lo regulará.

En cuanto al ejercicio del derecho real de servidumbre.

Este dependerá de la forma como se adquirió.


- Si la fuente es la ley, será esta la que establezca como se ejerce.
- Si es la convención (y por lo tanto la tradición) habrá que estarse a lo que señale el título.
- Y si es la prescripción adquisitiva, a lo que señale la sentencia que la declara.

*dominio, servidumbre, sucesión del derecho real de herencia/hipoteca/prenda, usufructo y fideicomiso (orden de
importancia de los derechos reales en la práctica).
*las partes teóricamente no pueden crear categorías de servidumbre, no obstante sean un número clausus.
*es bastante limitada la posibilidad de ganar servidumbres por prescripción adquisitiva.
*ojo aquí es súper importante la diferencia entre derecho real y derecho personal y el uso del lenguaje conceptual.
*ser titular del derecho real de servidumbre, no significa ser dueño del terreno, ya que es un derecho limitado. Dentro de
su función se puede cumplir el derecho real, por ende, no se podría construir sobre la servidumbre la continuación de su
propiedad.

Clasificación de la servidumbre.

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I. Positivas y negativas.
Positiva es la que impone al predio sirviente la obligación de permitir hacer algo en favor del predio dominante, por
ejemplo, servidumbre de acueducto, en que el dueño del predio sirviente debe permitir construir un acueducto así como
el paso de agua a través de él.
Servidumbre negativa es la que impone al dueño del predio sirviente la prohibición de hacer algo, que de no existir la
servidumbre le sería lícito realizar (art. 823). Por ejemplo, no elevar cercos a más de cierta altura.

II. Aparentes e inaparentes.


Aparente es la que se encuentra permanentemente a la vista, por ejemplo, la de tránsito en un camino abierto (art. 824);
inaparente es la que no se conoce por una señal exterior, por ejemplo, acueducto por un ducto subterráneo.

III. Continuas y discontinuas.


Servidumbre continua es la que se ejerce o puede ejercerse de manera permanente sin necesidad de un hecho actual de su
titular, por ejemplo, acueducto por un canal artificial (art. 822); servidumbre discontinua es aquella que se ejerce a
intervalos más o menos prolongados de tiempo y supone un hecho actual de parte del titular, por ejemplo, la
servidumbre de tránsito.
La continuidad o no de la servidumbre depende de su naturaleza y no de la forma en que ella es ejercida; por ejemplo,
una servidumbre de acueducto que incorpora una compuerta que debe ser abierta y cerrada por un sujeto, no por ello
pasa a ser discontinua, ya que por su naturaleza lo es, en la medida que “puede ejercerse” sin un hecho actual del titular.
De contrario, la servidumbre de tránsito es siempre discontinua, por frecuente que sea el paso a través de ella del titular,
ya que siempre requiere de un hecho actual del hombre.
Ya que siempre requiere de un hecho actual del hombre.

Esta clasificación tiene importancia por las siguientes razones:


a) Las servidumbres discontinuas y las continuas inaparentes no pueden adquirirse por prescripción, justamente
por falta de continuidad y por falta de publicidad del ejercicio posesorio (art. 882 inc. 1).
b) No hay acciones posesorias para las servidumbres discontinuas e inaparentes (art. 917), salvo la querella de
restablecimiento y las querellas posesorias especiales en que no se aplica el art. 917.
c) La forma de constitución de las servidumbres voluntarias, llamada “destinación del padre de familia” solo opera
en las servidumbres continuas y aparentes (art. 881).
d) En lo que se refiere a su extinción por no ejercicio durante tres años, el plazo corre en las continuas desde que se
ejecutó un acto contrario a la servidumbre y en las discontinuas desde el último acto de ejercicio (art. 885 n° 5).
*OJO con las servidumbres negativas. Prohibición es un derecho personal solo exigible a quien lo contrajo, en cambio, la
servidumbre es un derecho real que es exigible de todos. Es lo que pasa con el derecho de dominio de un predio y el
impedimento minero (derecho minero), uno tiene el derecho a revisar todos los documentos para saber si hay
impedimentos mineros (también existe un conservador de minas), se puede constituir una servidumbre negativa entre
ambos. Impedimento de la prospección minera.

IV.- Naturales, legales y voluntarias (art. 831).

1.- Natural
Es la que proviene de la natural situación de los lugares; el código solo contempla la de aguas lluvias (art. 879).

2.- Servidumbres legales


Son aquellas que la ley impone, sirviendo esta de título y modo de adquirir. En principio en presencia de una
servidumbre legal el predio dominante no tiene obligación de pagar indemnización al predio sirviente. Con todo si la
constitución de la servidumbre de acueducto y de tránsito ocasionan un perjuicio al dueño del predio sirviente si habrá
lugar a una indemnización.

Las servidumbres legales se subclasifican:

A- Relativas al uso público: como, por ejemplo, el uso de las riveras para la navegación (art. 839 inc. 3) y las demás que
establezcan leyes, reglamentos y ordenanzas y que son impuestas por razones de utilidad pública (art. 839 inc. final); esto
ocurre por ejemplo con la ley de caminos o con la ley de servicios eléctricos.

B.- Relativas al uso de particulares, ellas existen en distintos cuerpos normativos, por ejemplo: código de minería y
código de aguas.

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El código civil contempla las siguientes:

1.- Servidumbre de demarcación (arts. 842 y 843):


Se refiere al caso en que el dominio entre dos predios no esté controvertido, pues si lo estuviera es preciso efectuar antes
la demarcación, aplicando el procedimiento sumario (art. 689).

2.- Servidumbre de cerramiento (art. 846):


Que es una consecuencia de la servidumbre de medianería. Si el dueño cierra en terreno propio operan los arts. 844 y
845.

3.- Servidumbre de medianería:


Tiene lugar cuando existen dos predios que tienen paredes o cercos comunes, los cuales quedan sujetos a derechos y
gravámenes recíprocos sobre el uso y conservación del cerramiento común (art. 851).

Esta servidumbre opera de dos maneras:


- Cuando el cerramiento se hizo de común acuerdo se aplica el art. 852 sin que importe el terreno en que fue
construido, a condición que conste que su construcción se hizo a expensas comunes.
- O bien cuando el cerramiento lo efectuó uno solo de los dueños y el otro ejerce el derecho de “hacerlo
medianero” y esto a través del pago de la mitad del valor del terreno más el pago por el valor de la porción de
cerramiento cuya medianería pretende.
En cuanto a la prueba de la medianería ella tendrá lugar acreditando que el cerramiento se hizo a expensas comunes o
mediante las presunciones del art. 853.

En cuanto a los derechos de los medianeros ellos son:


a. El medianero de pared puede construir sobre ella (art. 855).
b. También puede elevarla.
c. El medianero de árboles puede pedir que los derriben si los dañan (art. 859). Debe tenerse presente que aquellos
árboles que están en el cerco medianero también revisten el carácter de medianeros y lo mismo ocurre con aquellos
árboles que están en la línea divisoria, aunque no se haya efectuado el cerramiento.
Finalmente, en cuanto a las obligaciones de los medianeros ellos deben concurrir a los gastos de construcción,
conservación y reparación del cerramiento común, a prorrata de su derecho, existiendo aquí una verdadera comunidad
indivisa (art. 858 inc. 1).

4.- Servidumbre de tránsito


Es el gravamen impuesto a un predio a favor de otro que carece totalmente de salida a camino público, a efectos de que el
dueño de este último pueda acceder a una vía pública, debiendo si pagar una indemnización al dueño del predio sirviente.

Requisitos
a- Que el predio dominante no tenga salida a la vía pública, debiendo (en principio) ser una imposibilidad absoluta;
no es suficiente que el acceso que exista sea dificultoso o extenso, artículo 849. *Enclavado.
b- Que la servidumbre sea necesaria para la explotación del inmueble.
c- Que se pague al dueño del predio sirviente el valor de los terrenos que ocupa la servidumbre y todo otro
perjuicio que se lo ocasione, artículo 847. Si no hay acuerdo en el monto de la indemnización lo establecerá la
justicia en juicio sumario y oyéndose a peritos, 848. El artículo 850 contempla casos de servidumbres sin pago.

5.- Servidumbre legal de luz


Es el gravamen que pesa sobre un predio que debe soportar que el predio vecino y dominante abra ventanas a troneras
para tener luz, 873; siendo relevante el dominio o propiedad del muro en que se abrirá la tronera, 874 y 877. En cuanto
al ejercicio de esta servidumbre 875 y 876.
*Obliga a dar luz, que le llegue la luz a un inmueble.

6.- Servidumbres de vista


Es el gravamen por el cual el dueño del predio sirviente no puede abrir ventanas o miradores que les de vista al predio
vecino, a menos que exista una distancia mínima de 3 metros, que son medidos en la forma que señala el artículo 878.
*Edificio actuales, tienen una parte sin ventanas ni balcones, son preventivas, ambas, luz y vista.

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*El procedimiento sumario sirve para conocer toda la información o antecedentes de la otra parte, para después
demandar la reivindicatoria, para así hacer una demarcación.

*Es posible que una servidumbre esté mala por las condiciones del terreno, y se le pide al juez que constituya una nueva,
se debe renunciar a la vieja a condición de que se constituya una nueva.

3.- Servidumbres voluntarias


Son las que se constituyen por una convención de las partes, 880 o por una sentencia judicial, 880, inciso 2, o por
prescripción, 882.
En cuanto a la función que cumplen, en general, son las mismas que las servidumbres legales solo que faltan requisitos
para que sea una de aquellas (legales), por ejemplo, en servidumbre de tránsito acceso difícil pero no imposible.
*No se cumplen todos los requisitos legales.
En virtud del principio de autonomía de la voluntad se puede crea cualquier servidumbre, siempre que se ajuste a la
definición del código, las voluntarias no son solo las legales, sino cualquiera que se crea.
Servidumbres innominadas: no están nominadas en el código. Por ejemplo, las del condominio.

Ellas pueden constituirse de las siguientes maneras:

a.- En virtud de in título consístete en una convención suscrita entre el dueño del predio dominante y el del predio
sirviente; las servidumbres discontinuas e inaparentes solo pueden constituirse se esta forma, 883 inciso 1. Esta misma
disposición establece que el título puede suplirse por el reconocimiento que efectúa el dueño del predio sirviente del
derecho que asista al del predio dominante.
En cuanto a la tradición del derecho real de servidumbre esta se efectúa por escritura pública en que el tradente expresa
constituirla y el adquirente aceptarla; esta tradición puede contenerse en la misma convención de constitución de la
servidumbre, artículo 698.
*No se adquiere mediante la inscripción, sino, la tradición se hace mediante una cláusula de la compraventa
estableciendo tal servidumbre, en la que uno realiza la tradición y la otra lo acepta.
El CBR no sirve para saber si en un inmueble está constituido una servidumbre, no se refleja registralmente, lo que trae
problemas.
b.- Por prescripción: con un plazo único de cinco años, 882 inciso 2.
c.- Por sentencia judicial, 880 inciso 2
d.- Por destinación del padre de familia, que consiste en que el dueño de dos predios ha impuesto entre ellos un servicio
continuo y aparente y después se enajena uno de los inmuebles o bien, por partición pasa a otro dueño, en este caso, el
servicio que existía se transforma en servidumbre, salvo que en el título de enajenación o partición se disponga lo
contrario, 881.

Causales de extinción
1.- Resolución del derecho del constituyente, es decir, se extingue el dominio del predio sirviente.
2.- Vencimiento del plazo o cumplimiento de la condición resolutoria por el cual se constituyó la servidumbre voluntaria,
885 numero 2.
3.- Por confusión, esto es, por pasar ambos predios por ser de propiedad de una persona, esto es distinto a la fusión de
predios, en que dos inmuebles pasan a ser uno solo.
4.- Por renuncia del titular, 885 número 4.
5.- Por prescripción extintiva del derecho real de servidumbre, por no haberse ejercitado la misma durante tres años.
Esta prescripción presenta las siguientes características: el plazo se computa de manera diversa dependiendo de si se
trata de servidumbres continuas o discontinuas, 885 inciso final, además, si son varios los dueños del predio dominante
como el derecho real de servidumbre es indivisible la interrupción de la prescripción que opera en favor de uno de los
comuneros aprovecha a los otros. *Es el único derecho real que se extingue por el no uso.
6.- Por la imposibilidad de ejercer la servidumbre por tres años, 887. La imposibilidad debe ser objetiva y si ella cesa
revive la servidumbre.

DERECHO REAL DE USUFRUCTO

Artículo 774, es un derecho real que consiste en la facultad de gozar de una cosa con cargo de conservar su forma y
sustancia y de restituirla a su dueño si la cosa no es fungible o de devolver igual cantidad y calidad del mismo género o
de pagar su valor, si la cosa es fungible.

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Es un derecho real en cosa ajena donde el usufructuario tiene el uso y goce mientras que el titular del derecho de
dominio que pasa a llamarse, nudo propietario conserva la facultad de disposición del bien.
Es un derecho personalísimo, 773 y son susceptibles de usufructo las cosas muebles e inmuebles y los derechos reales.

El usufructo se constituye:
a.- Por ley, 766, número 1.
b.- Por testamento, no requiriendo inscripción registral si recae sobre inmuebles.
c.- Por acto entre vivos, a través de una convención consensual si son muebles y escritura pública como solemnidad, si es
inmueble; en cuanto a la tradición 684 y 686 respectivamente.
d.- Por prescripción adquisitiva, 766 numero 4.
e.- Excepcionalmente por sentencia judicial en materia de partición, 1337 inciso 6.

Efectos del usufructo

A.- En cuanto al usufructuario

1.- Derechos
a.- Usar y gozar de la cosa según su uso ordinario y hacer suyo los frutos naturales y civiles, 764, 787, 781 y 790.
b.- Administrar la cosa fructuaria, artículo 777 inciso final, por ejemplo, entregándolo en arriendo. Aquí el usufructuario
tiene un derecho real y el arrendador tiene un derecho personal.
c.- Hipotecar el usufructo, 2418.

2.- Obligaciones
a.- En forma previa al ejercicio del derecho de usufructo debe practicar inventario y rendir caución, artículo 775. Si no se
cumple con estas obligaciones el usufructo es válido, pero se producen los efectos de los artículos 776 y 777.
b.- Durante el usufructo el usufructuario debe conservar la cosa fructuaria.
c.- Pagar las expensas y mejorar.
d.- Si el usufructo es constituido por testamento puede quedar obligado al pago de las deudas hereditarias y
testamentarias.
e.- Al termino del usufructo debe restituir la cosa fructuaria.

B.- Efectos del nudo propietario

1.- Derechos
a.- Conserva el dominio de la cosa fructuaria y por lo tanto la facultad de disposición.
b.- Tiene derecho a los frutos pendientes al momento de la restitución de la cosa fructuaria.
c.- Pedir la restitución anticipada de la cosa en los casos del artículo 809.

2.- Obligaciones
a.- Debe pagar las expensar extraordinarias mayores que se hayan ejecutado, 797 y 798.

Extinción del derecho de usufructo


1.- Por el cumplimiento del plazo o condición.
2.- Por la muerte del usufructuario.
3.- Por resolución del derecho del constituyente.
4.- Por prescripción adquisitiva de un tercero.
5.- Por consolidación de la nuda propiedad por el usufructo.
6.- Por renuncia del usufructuario.
7.- Por destrucción de la cosa fructuaria.
8.- Por resolución judicial en los casos del artículo 809.

LA PROPIEDAD FIDUCIARIA: EL FIDEICOMISO

Está definida como aquella propiedad que está sujeta al gravamen de pasar a otra persona por el hecho de verificarse una
condición.
El fideicomiso es siempre solemne, sea mueble o inmueble el objeto: escritura pública y testamento.

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