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Isaiah Berlin: el último liberal


CÉSAR CANSINO

n febrero de 1997 falleció a la edad de 88 años el últi- Como pensador liberal, Berlin sostuvo que el valor del

E mo gran pensador liberal de este siglo: lsaiah Berlin.


Tres años antes habían muerto Karl Popper y Emest
Gellner. Junto con ellos, Berlin se significó por su profun-
pluralismo es constitutivo de nuestro universo moral más
que resultado de un error intelectual propenso a ser recti-
ficado por una teoría o sistema de pensamiento mejor. Esta
do conocimiento y defensa de los principios liberales. Sus idea del pluralismo distingue a Berlin de otros filósofos li-
obras marcaron un verdadero hito dentro de la doctrina y berales contemporáneos. A pesar de que él defiende los prin-
la práctica liberales. En particular, siendo aún muy joven, cipios liberales, siempre criticó los ideales y métodos racio-
escribió un ensayo que hasta la fecha es lectura obligada nalistas e iluministas que virtualmente han guiado todo el
para cualquiera que pretenda formarse en la filosofía po- pensamiento liberal. En ese sentido, justo cuando ha cobra-
lítica: su célebre "Dos conceptos sobre la libertad". En este do fuerza la promesa de una teoría racional contractualista,
texto singular, Berlin encontró que toda definición sobre encabezada por el filósofo John Rawls, es oportuno volver
la libertad entra necesariamente en alguna de dos catego- a un pensador como Berlin, quien buscó explicar nuestras mu-
rías básicas: la "libertad negativa" y la "libertad positiva". La chas afinidades así como las paradojas de la conducta huma-
primera es la que define propiamente a la doctrina liberal. na. En otras palabras, Berlin es particularmente importante
Se trata de una libertad del individuo que se conquista en hoy porque su defensa del liberalismo político está lejos de
relación con algo externo. La segunda vendría a ser la con- ser abstracta o ahistórica o insensible a los valores de la co-
secuencia lógica de la primera. Se refiere a la capacidad que munidad, como el liberalismo dominante en la actualidad.
tienen los individuos para desarrollar libremente todas sus Por el contrario, siempre rehuyó a las defensas abstractas
potencialidades. del liberalismo.
Pero Berlin será recordado por muchas otras cosas. Podría resumirse la concepción liberal de Berlin en
"Dos conceptos sobre la libertad" apenas fue el comienzo tres postulados básicos. En primer lugar, critica las concep-
de una vasta obra que incluye textos fundamentales. Qui- ciones racionalistas del hombre. Para él, éste es un ser autó-
zá su mayor interés intelectual 10 constituyó la historia de nomo y autodeterminante. No hay principio o valor más
las ideas. El propio Berlin gustaba denominarse a sí mis- alto que el referente a que un individuo tenga la libertad
mo, con una modestia inusual en el mundo intelectual, de perseguir sus propios fines siempre y cuando no vulne-
como un historiador de las ideas más que como filósofo. ren los de sus semejantes. Los valores son tales por cuanto
Como quiera que sea, Berlin desplegó en cada párrafo de son propios del hombre. En segundo lugar, Berlin sostiene
su obra una erudición asombrosa. No gustaba del estruen- que los sistemas de creencias morales y políticas deben ser
do. Tenía un estilo sobrio pero contundente, complejo evaluados en función de su coherencia o incoherencia con
pero claro. Escribía con gran fluidez, lo que permite leerlo las características permanentes del hombre. Sólo quien par-
sin dificultades. te de éstas sobrevive como filÓS9fo. Finalmente, en lógica

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U NIVERSIDAD DE MÉxICO

con lo anterior, Berlinsostiene que la esencia humana es la con el interés de descubrir el origen de éstas, personifica-
libertad, es decir, la autonomía y la autodeterminación. das en determinados pensadores, pioneros en plantearlas o
En ese sentido, concluye Berlin, el orden liberal es el más esbozarlas. Se trata de ideas que por su novedad fueron in'
coherente con la esencia humana. comprendidas en su época y, por lo mismo, rebeldes, pero
Pero además de su filosofía política, la contribución de que tarde o temprano terminaron por ocupar un lugar desta-'
Berlin a la disciplina de la historia de las ideas es de gran cado en la mente de las generaciones posteriores, llegaron
importancia. Entre sus libros más conocidos dentro de este a ser formativas del hombre porque poseían en germen una
campo destacan sus célebres Contra la corriente y Pensado, verdad implícita, y la verdad siempre termina por imponer'
res 1USOS. En estos y otros trabajos, Berlin propuso una me- se. Así concebida la historia de las ideas, los autores que inte,
todología novedosa y original para acercarse al estudio de resan a Berlin son aquéllos cuyas ideas contribuyen aexplicar
las ideas políticas del pasado. las preocupaciones, experiencias, frustraciones, etcétera, de
En concreto, Berlinpropone revisar el pensamiento de los seres humanos, independientemente del contexto y la
aquellos autores que fueron incomprendidos en su tiempo en época en que surgieron, aunque no pasa por alto estos datos
tanto que portadores de ~nuevas, muchas veces ni siquie- al reconstruir las opiniones de e personaje.
ra maduradas por ~llos mismos. Los pensadores que intere, Como se desprende de lo ant rior, hay en Berlin un
san a Berlin son con frecuencia disidentes que se oponían a interés prescriptivo que lo aproxima a 1 hi e riadoresde
las ideas preponderantes en su tiempo; autores que con sus las ideas interesados en ju tificar ici ne p Heicas pre..

r\"
planteamientos contribuye,
....._otr.lrl!funnarla ~ .
ortodoxia dominante en sus
respectívas épocas; autores
que por ir contra la corriente
de opinión hegemónica fue, I
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ron incomprendidos oreeha,


zadas por sus contemporá,
~ y que sólo conel tiempo
se convirtieron en líderes in,
telectuales.
En oposición a enfoques
historicistas o deterministas,
la historia de las ideas no es
para Berlin el relato de una
.. sucesión de filósofos notables,
don~e un sistema de ideas o
teorías engendra o supera a
otro. Tanes así que, ensus in,
vestigaciones, alIado de gran'
des pensadores cuyo reconO' Leovigildo Marllnez
cimientoha traseendidoasu
época, tales como Maquiavelo, Vico, Hume y Marx, Berlin sentes con base en ideas del pasado; pero, adiferencia de ella¡,
incluye personajes cuyo reconocimiento ha sido menor, el interés de Berlin es más elevado. No sólo se trata de ver en
pero que fueron portadores de ideas o conceptos originales, qué y cuándo falló la filosofía política para dar una re&'
tales como Herzen, Moses Hess, Disraeli, Sorel y Verdi (sí, puesta satisfactoria a los grandes dilemas y desafíos de la
el célebre compositor italiano). realidad política, sino de ir al pensamiento del pasado para
En otras palabras, Berlin realiza su historia de las ideas conocemos a nosotros mismos en tanto que estamos hab~
-vale decir, de lasgrandes ideas que mediante un largo pnY do de un único proceso en el que el ser humano es el ce&
ceso se convirtieron en una parte de la cultura occidental- tro. En ese sentido, si el problema de fondo es la condición

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U NIVERSIDAD DE MÉxICO

humana, no tiene caso aprisionar las ideas del pasado en dio, pervierte el verdadero sentido de esta disciplina, la
camisas de fuerza deterministas o positivistas. El pensamien- convierte en una técnica y no en un acto genuino de diá-
to humanista no necesariamente conoce una lógica de evo- logo, búsqueda y encuentro.
lución o progreso inherente a él mismo como pretenden Sin duda, Berlin fue consecuente con esta perspecti-
algunos historiadores. Tan humanistas fueron los pensa- va, se deben a él algunas de las interpretaciones más inte-
dores griegos como los escolásticos o los existencialistas, ligentes de los grandes pensadores de todos los tiempos. Por
independientemente del método más o menos riguroso que mucho, Berlin fue también, como los personajes que estu-
emplearon para extemar sus opiniones. diaba, un autor que navegaba contra la corriente.•
Hay buenas razones entonces para revalorar la perspec-
tiva que Berlin propone para estudiar las ideas del pasado.
En primer lugar, se debe a este autor una de las definiciones Bibliografía esencial de Isaiah Berlin
más convincentes sobre la materia de la disciplina en cues-
tión. Para él, la historia de las ideas intenta trazar los pro- Karl Marx: His Life and En~ironment, 1939,4" edición, Oxford
cesos de nacimiento y desarrollo de algunos de los con- University Press, Oxford, 1978.
ceptos dominantes de una civilización o cultura a través The Age of Enlightenment: The Eighteenth-Century Philosophers,
de largos periodos de cambios de mentalidades, así como New American Library, Nueva York, 1959.
reconstruir la imagen que los hombres tienen de sí mismos Four Essays on Liberty, Oxford University Press, Londres, 1969.
y de sus actividades en una época y cultura dadas. Vico and Herder: Two St1~dies in the History of Ideas, Hogarth
En segundo lugar, Berlin es consciente de las muchas Press, Londres, 1976.
exigencias que una tarea como ésta impone: una penetran- Concepts andCategories: Philosophical Essays, Hogarth Press, Lon-
te habilidad lógica para el análisis conceptual; un buen dres, 1978..
conocimiento de la cultura universal; una buena dosis de Russian Thinkers, Hogarth Press, Londres, 1978.
imaginación comprensiva similar a la de los artistas crea- Against the Current: Essays in the History ofIdeas, Hogarth Press,
tivos -la capacidad para "meterse dentro" de y compren- Londres, 1979.
der "desde dentro" formas de vida absolutamente diferentes Personal Impressions, Hogarth Press, Londres, 1980.
a las propias-, y algo de adivinación intuitiva. Todos estos The Crooked Timber of Humanity: Chapters in the History of
requisitos explican por qué nunca ha habido más de un pu- Ideas, John MUITay, Londres, 1990.
ñado de genuinos historiadores de las ideas. Con justa razón, The Magus ofthe North: J. G. Harmann and the Origins ofModem
Berlin bien podría encabezar la lista. Irrati071lfÜsm, John Murray, Londres, 1993.
En tercer lugar, el enfoque de este autor representa, con Tra filosofia e storia del1e idee, Ponte alle Grazie, Aerencia, 1994.
respecto a otros, una propuesta con persorW.idad propia, más The Sense ofReality, Farrar, Straus and Giroux, Nueva York, 1996.
original y quizá más honesta. Así, por ejemplo, además de
oponerse a esquemas evolutivos preelaborados que condi-
cionan la interpretación, evita incurrir en los excesos de una Bibliografía sobre Isaiah Berlin
interpretación exclusivamente textualista o contextualista;
es consciente de los límites del objetivismo cuando lo que se Díaz Urmeneta, J. B., Individuo yracionalidad moderna. Una lec-
examinan son ideas, pero mantiene la convicción de que tura de Isaiah Berlín, Universidad de Seviila, Sevilla, 1994.
es posible descubrir cada vez con mayor exactitud las inten- Galipeau, C. J., Isaiah Berlin's Liberalism, Clarendon Press, Ox-
ciones y el sentido de los ~scritos de pensadores del pasado. ford,1994.
Finalmente, sostengo que su historia de las ideas es Gray, J., Berlin, Fontana Press, Londres, 1995 (traducción al es-
más honesta porque no he leído en ningún otro autor una pañol: Edicions Alfons el Magni'mim, Valencia, 1996).
declaración más convincente sobre su trabajo. En algu- Kocis, R., A Critica! Appraisal of Sir Isaiah Berlin's Political Philo-
na parte, Berlin escribió que, además de su importancia sophy, Edwin Mellen Press, Lewiston, 1989.
y originalidad, estudia a los pensadores que estudia por- Margalit, E. y A. Margalit (eds.), Isaiah Berlin: A Celebration,
que le resultan interesantes y sugerentes. Y en efecto, si el Hogarth Press, Londres, 1991.
historiador de las ideas no realiza su trabajo con la pasión Ryan, A. (ed.), The Idea of Freedom: Essays in Honour of Isaiah
necesaria que implica incursionar en su objeto de estu- Berlin, Oxford University Press, Oxford, 1979.

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