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MATRICES PERINATALES

Stanislav Grof descubrió que los recuerdos de las experiencias físicas o emocionales no se
encuentran desligadas y desconectadas entre sí en nuestra psique, sino que forman complejas
constelaciones a las que les llamó Sistemas COEX (sistemas de experiencia condensada).

Un sistema COEX es un conjunto de recuerdos y experiencia que comunican distintos periodos de


nuestra vida con una carga emocional y sensaciones físicas semejantes. Un hilo conductor que
enlaza con diversos episodios de la existencia en los que se ha experimentado una vivencia similar
en diferentes escalas, ciertas cuestiones vitales se precipitan como una cascada de
acontecimientos que tienen el mismo hilo temático. Algo así como la estructura de un fractal en el
que una forma se repite en distintos niveles y escalas.

Cada constelación COEX, tiene una cuestión específica, puedes experimentar el abandono en tus
relaciones de pareja, puedes sentir como estos sentimientos y sensaciones se encuentran
relacionados con etapas más tempranas en las que las sensaciones de desvalimiento y
vulnerabilidad son muy intensas y siguiendo en este mismo hilo conductor, si pudiésemos indagar
en el recuerdo posiblemente llevarnos a experiencias más profundas de desamparo y soledad,
quizá intrauterinas en la que surge la misma temática, y más allá todavía, más allá de la biografía
personal, a experiencias transpersonales en las que podemos experimentar tal vez el "gran
abandono", el abandono colectivo, o la separación original, de la que es posible que proceda; que
sea la causa real de toda experiencia dolorosa.

Grof describe cuatro estadios en la experiencia perinatal a los que denomina Matrices Perinatales
Básicas (MPB), cada una de ellas tiene que ver con un sistema COEX, con unas sensaciones físicas,
emociones e imágenes simbólicas concretas. Aspectos psicológicos, emocionales, físicos y
transpersonales que acompañan la experiencia de las distintas matrices perinatales:

Primera matriz perinatal - MPB l - La primera matriz hace referencia a las experiencias uterinas
previas al comienzo del parto, se caracteriza por: Simbiosis de feto y la madre, no hay
diferenciación (para el feto). Entorno seguro y protector en el que todas las necesidades están
satisfechas.

El feto puede manifestar diversas experiencias: Las sensaciones que acompañan a un "buen útero"
son de seguridad, bienestar, placidez, satisfacción, de paz, de beatitud.

Todas las experiencias agradables, placenteras de nuestra vida pueden encontrar resonancias con
los aspectos positivos de esta matriz: los periodos felices y despreocupados de la infancia, las
relaciones armoniosas, la apreciación de la belleza en la naturaleza, la inspiración para la música,
el arte. La ausencia de fronteras puede evidenciarse como una experiencia de unidad, una
sensación oceánica cuyo simbolismo es de espacios paradisíacos, celestiales, de unión con el
cosmos.

Estas condiciones ideales pueden ser perturbadas por agentes físicos o químicos agresivos,
infecciones, ingesta de tóxicos, movimientos bruscos o golpes, enfermedades endocrinas o
metabólicas de la madre o estados emocionales tensos, depresivos, ansiosos, etc.
En este caso podemos experimentar sensaciones físicas desagradables, de malestar general,
síntomas del tipo de la resaca, de gripe. En estas condiciones la ausencia de fronteras que
caracteriza esta matriz se puede experimentar como amenazas ocultas, peligros subacuaticos,
contaminación ambiental, espacios nublados, turbios o contaminados, presencias; resonando con
esta matriz se pueden tener percepciones del mundo distorsionadas que lo hacen sentir como una
amenaza.

Segunda matriz perinatal - MPB ll - La segunda matriz refiere las experiencias vividas que van del
comienzo de las contracciones uterinas a la apertura del cervix. La placidez de la etapa anterior se
ve convulsionada por las contracciones del útero, el mundo del feto se hace cada vez más
opresivo. En cada contracción se ve reducida el intercambio de sangre con la madre. La situación
se vuelve apremiante, el útero presiona y el cuello del útero está todavía cerrado.

El tiempo que dura esa sensación de "callejón sin salida" depende mucho de un nacimiento a otro,
puede variar de minutos a horas. Este, de por sí difícil momento se puede ver agraviado por
situaciones tales como una pelvis estrecha, un bebe grande, contracciones uterinas débiles, o
incluso verse retrasado por el miedo o la angustia vivida por la madre. La conexión con
experiencias vinculadas a esta matriz pueden ir acompañadas de gran ansiedad, inminente peligro
de muerte, impotencia, sufrimiento físico y emocional, sensación de atrapamiento, claustrofobia,
de locura.

En un orden más transpersonal esta experiencia nos puede conectar con el gran sufrimiento de la
humanidad, identificarnos con las personas que han sufrido torturas, con los campos de
concentración, manicomios, etc.

Las experiencias asociadas a esta matriz revelan la profunda relación existente entre el dolor que
acompaña el nacimiento y la muerte.

Eventos difíciles de nuestra vida nos pueden hacer conectar con esta etapa perinatal, situaciones
de "entre la espada y la pared", estar en un "callejón sin salida", sentir que las cosas te aprisionan
y no encuentras salida, los sentimientos de impotencia, también los sentimientos de rechazo o el
sentirse abandonado; la vivencia de sucesos que tienen que ver con el victimismo, con tener la
impresión de que "el mundo está contra mí" resuenan con esta matriz. Cuando esta etapa ha sido
intensa y queda muy fijada puede haber un fuerte influjo inconsciente que nos haga sentir con
falta de motivación, de ilusión y disfrute por las cosas, la falta de sentido de la vida, o una
profunda depresión.

Tercera matriz perinatal - MPB III - En la tercera matriz el cerviz se abre, la cabeza desciende hacia
el canal del nacimiento superando la situación de no salida de la MPB ll. Este estadio comparte
ciertos rasgos de la etapa anterior, las contracciones del útero continúan, también la sensación de
opresión y ahogo; aunque a pesar de que esté patente la lucha por la supervivencia se empieza a
vislumbrar la "salida del túnel", existe la esperanza de que la lucha tiene fin.

La conciencia indiferenciada del bebé está fusionada tanto con la experiencia de la madre como
con la del bebé; se identifica tanto con la sensación de ser apretado y empujado hacia la salida,
como con la fuerza impulsora del útero de la madre. Es una etapa relacionada con la agresividad,
el dolor, la ansiedad, la excitación y el placer.
Esta experiencia ambivalente genera memorias que alternan entre el sentimiento de victima y el
de verdugo. Las fijaciones relacionadas con esta etapa generan complejos mecanismos
psicológicos ligados al placer sexual con relación a la asfixia y el dolor; relaciones sadomasoquistas
y ciertas perversiones sexuales, también se la relaciona con actitudes autodestructivas -recreando
las fuerzas impuestas desde el exterior- , la crueldad para con uno mismo y el despiadado juicio
interno también son formas de autoagresión derivadas de esta matriz.

Son conocidos los estados de éxtasis que proceden de la flagelación o de ciertas prácticas en las
que el dolor límite y el éxtasis se funden.

La intensa actividad de esta etapa puede verse bloqueada por diversas circunstancias y acumular
internamente cargas de carácter explosivo. La contención o estancamiento de la tremenda energía
movilizada en este proceso y la inminencia de algo grande que va a suceder, algo se va a crear y
algo se va a destruir; podemos simbolizarlo con imágenes de grandes desastres, resonar con la
imagen de cataclismos, explosiones nucleares, erupciones volcánicas, terremotos, etc. Algo así
como tener la necesidad interna de que todo estalle, y es que ¡uno tiene que acabar de salir!

Cuarta matriz perinatal - MPB IV - La tensión y la lucha por salir del canal del nacimiento
experimentado en la tercera matriz toca su fin.

En esta nueva situación la vivencia es de plena libertad después de lo pasado, aunque a diferencia
de la primera matriz en la que el feto tenía asegurado el sustento, la protección, y donde se sentía
amparado; ahora siente más la separación con la madre, siente sus propios límites corporales, los
sentidos son bombardeados por estímulos de ese nuevo mundo; comienza la lucha por la
supervivencia.

La vivencia de este nuevo estadio está en función del vínculo que se cree: es acogido, querido,
tocado, nutrido, mirado, cuidado, ... tanto en el sentido práctico como en el más subliminal y
energético.

Podemos resonar con la experiencia de esta matriz cuando sentimos que escapamos de algo
peligroso, final de una guerra, el descanso del guerrero, haber completado algo duro, acabar o
salir de una relación conflictiva. En la dimensión espiritual, esta matriz simboliza y constituye un
proceso de muerte y renacimiento.

La experiencia de aniquilación inminente vividas anteriormente, acaba con la "muerte del ego",
esa compulsiva identificación con las memorias y experiencias pasadas que nos hace percibir
separados de los demás; sentirnos en continua lucha con nosotros mismos y en un mundo lleno de
peligros. Esta experiencia pasa por la aniquilación en todos niveles, el físico, el emocional, el
psíquico; el "único" requisito es la rendición y la entrega.

Finalmente el trabajo con esta experiencia vital, sea en la etapa que sea es el reconocimiento y la
aceptación de las sensaciones del feto.

¿Estas dispuesto a ser absorbido, borrado y aniquilado?

¿Estás preparado para no ser nada, para desaparecer en el olvido?


Si no lo estás, jamás podrás cambiar realmente.

D.H.Lawrence, Phoenix

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