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LOS MUSEOS EN INTERNET.

TRÁNSITOS ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO

Mirta Amati y Gabriela Rubinovich

Publicación electrónica en la Revista de la Universidad de San Andrés, dirigida por


Diego Levis (www.udesa.edu.ar/queestudiar/comunicación/comunicando.htm),
marzo 2001.
Indice

1-. Introducción.
1.1-. Un paréntesis introductorio.

2-. Un poco de historia.

3-. Museos, educación y nuevas tecnologías.

4-. Museos en la red, hoy.

4.1.-. Caso 1: los Museos de la Ciudad de Buenos Aires.


4.2.-. Caso 2: el Museo Tecnológico “Ingeniero Eduardo Latzina”

4.3.-. El contrapunto.

5-. A modo de conclusión.

5.1-. Tránsitos por el tiempo o en un tiempo de tránsitos.


5.2-. Tránsitos por el espacio: de lo real a lo virtual.

6-. Bibliografía
1. Introducción

El presente trabajo tiene por objeto el análisis de los museos y su relación con

las nuevas tecnologías, especialmente Internet.

Nuestro interés por los museos está centrado en el análisis de los mismos como

„medios de comunicación‟. Los museos ofertan una propuesta de „consumo cultural‟

basada en los objetos que albergan. Las modalidades van desde „museos tradicionales‟,

con un patrimonio importante por la calidad y cantidad, la originalidad y antigüedad de

sus fondos, hasta „museos interactivos‟ donde lo más importante es la experiencia de la

visita, el aprendizaje que se obtiene mediante el contacto con esa propuesta, estos

últimos se definen mas bien como instituciones de „educación informal‟. Los cambios

en las diferentes concepciones de museos, en la propuesta y los modos de comunicar

están relacionados con los cambios de la sociedad y de las tecnologías

comunicacionales. Hasta ahora el „objeto material‟ estaba presente, 1 los objetos

„virtuales‟, los museos en la Web son un fenómeno relativamente nuevo. 2

Muchos profesionales de museos consideran que las nuevas tecnologías

constituyen una competencia, competencia que les haría perder público. Queremos

rastrear cómo se relacionan con esta tecnología, qué modificaciones, replanteos,

problemáticas está originando dicha competencia. Queremos saber si, ante esto, eligen

1
Según el ICOM (Consejo Internacional de Museos de la UNESCO) el museo es “una
institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, abierta al
público, que realiza investigaciones concernientes a los testimonios materiales del hombre y su
entorno, los adquiere y conserva, los comunica y principalmente los exhibe con fines de
estudio, educación y deleite”. (Alderoqui, 1996, Museos y escuelas: socios para educar, Paidós,
Bs. As, pág. 74). Como vemos esta definición no incluye a los „museos en la red‟, ya que en
ellos no se entra en contacto con objetos materiales sino con la referencia de los mismos.
2
En 1997 ya existían 8000 museos en la Web, algunos eran páginas de „museos reales‟, otros
de „museos virtuales‟, sólo existían en el ciberespacio.
2
estrategias conservadoras de la propuesta tradicional, específica del museo como

reservorio-custodio de objetos, o si –por el contrario- incorporan las nuevas tecnologías

en nuevas propuestas. Queremos rastrear cómo se piensan los cambios en la producción

de los mensajes, en sus estrategias comunicacionales, en su rol social. En fin,

comprender este proceso, ya sea como hecho o como deseo, de transformaciones

respecto a la „institución museo‟, sus „mensajes culturales‟, el „receptor imaginado‟, los

„usos esperados y efectivos‟.

1.1. Un paréntesis introductorio.

Hablando de lo „esperado‟ y lo „efectivo‟, en nuestro proceso de investigación

del tema nos encontramos con un museo que, al pertenecer a una escuela, cuenta con un

receptor asiduo y perteneciente, identificado con la institución, joven, adolescente. Así

este museo modificaba sus propuestas en base a las necesidades de ese destinatario. Por

esto decidió „estar en Internet‟. Nos pareció interesante poder analizar este caso que si

bien es puntual y local, no puede generalizarse, pero sí puede estudiarse en profundidad.

La realidad de los museos en nuestro país es muy compleja, máxime en la red,

necesita de varias investigaciones puntuales para realizar un diagnóstico global. Si

estudiamos algunos casos en particular podemos reconocer líneas comunes, problemas

generales, alguna perspectiva que orientará una búsqueda posterior.

Nuestro trabajo quedó así configurado como un „contrapunto‟ entre dos tipos de

„museos en Internet‟: la página del Museo Tecnológico de la escuela media Otto

Krause, es decir, un museo escolar, y la del Gobierno de la Ciudad: Museos

Municipales.

La metodología utilizada, el análisis de caso, es flexible y adecuado para las

fases iniciales de una investigación sobre temas complejos, creemos nos permitirá
3
formular hipótesis de trabajo o reconocer cuáles son las principales variables

involucradas en esta situación.

2. Un poco de historia.

Si bien los orígenes del museo se remontan al museion y a la pinakothéke

griegos, es en el siglo XVIII cuando se crearon los museos institucionales, abiertos a

cierto tipo de público –artistas, estudiantes de bellas artes y aficionados privilegiados-,

con colecciones que, hasta ese momento, habían sido privadas [tesoros eclesiásticos y

reales, „gabinetes de curiosidades‟ de la gran burguesía y de los aristócratas 'cultos']. Es

en los siglos XIX y XX, cuando los museos se abren a todos los públicos.

Según Eliseo Verón constituyen el medio de comunicación más viejo del

mundo.3 Pero no siempre comunicó de la misma manera porque – como señalamos en

el párrafo anterior- no siempre contó con el mismo público. Con la irrupción de la

sociedad de masas el museo dejó de ser un lugar de cultura de elite, con un público

instruído, experto -mediante otros medios- sobre las obras expuestas, para pasar a ser un

lugar de acceso más multitudinario. Así, los museos no sólo „abrían sus puertas‟ sino

que al mismo tiempo debían repensar cognitivamente al nuevo destinatario. Pensar al

destinatario implicaba pensarse como emisor.

Además, como señala Norberto Chaves, 4 la evolución del mercado de masas

hizo que las instituciones políticas, gremiales, económicas, culturales, tanto privadas

como públicas, compitieran en el mercado de la imagen. Las operaciones

3
Verón, Eliseo “Les plus vieux média du monde”, en MSCOPE, n 3, París, noviembre de 1992.
4
Chaves, Norberto, La imagen corporativa, Barcelona, Ed. Gustavo Gili, 1988.

4
comunicacionales convencionales fueron modificadas y cambiaron los recursos de

identificación y difusión tradicionales.

En su origen, los museos nacionales argentinos, fueron fundados, junto con otras

instituciones, para acompañar el proceso de construcción del Estado Nación. En ese

contexto se desarrolló una concepción de museo, de patrimonio y de sujeto nacionales,

que en la actualidad está en crisis.

Luego de la posguerra, en Europa y Estados Unidos, el consumo cultural de los

museos es cuantitativamente similar al de los medios masivos, incluso superando al

cine, en Argentina, y en general en toda América Latina, no sucede lo mismo. Podemos

inferir que esto está relacionado con cierto anquilosamiento de las propuestas y con la

ausencia de políticas culturales adecuadas.

En nuestro país, el comienzo del periodo democrático marcó una apertura hacia

propuestas de promoción cultural, desde el ámbito oficial, que abarcó desde programas

culturales en barrios hasta proyectos de museos. Así, en 1984 se crea la Dirección

Nacional de Museos, dentro de la Secretaría de la Cultura de la Nación. Esta Dirección

comienza a producir proyectos que fueron delineando una política nacional de museos.

Al respecto fueron muy importantes los „Encuentros Nacionales de Directores de

Museos‟(ENADIM), con una periodicidad anual, que posibilitaban la puesta en común

y el debate de los temas que empezaban a problematizar el campo: el tema de la

construcción de identidades, el problema de la comunicación para diferentes públicos,

con diferentes edades, capacidades; la necesidad de informatizar los datos, la demanda

por incluir la tecnología para la difusión en otros espacios (video, radio)…. En 1990,

dicha dirección se convierte en Dirección de Museos, dependiendo de la Subsecretaría

de Patrimonio Cultural, dependencia que en la actualidad mantiene. Al respecto

5
Lamounier señala 5 “puede afirmarse que baja cuatro escalones (…) En el camino

quedan varios proyectos sin cumplir, en especial uno muy importante: el Banco de datos

y Consultas.” En 1997, la Lic. Caboulli, perteneciente a dicha Dirección nos comentaba

que “el objetivo primordial consiste en que la mayor cantidad de personas puedan

acceder a la información que está en los museos, de la mejor manera posible.” Pero

también comentaba las restricciones presupuestarias para ello. En la actualidad, como

veremos después, se sigue completando dicho banco, con poco presupuesto y personal.

Por su parte, los mismos museos, en forma independiente, con mucho

entusiasmo y pocos recursos, se fueron incorporando a la realidad virtual. Se fue

configurando así una tarea a tener en cuenta dentro del área de prensa o extensión

cultural y educativa. En algunos casos constituyen archivos de textos e imágenes

similares a los artículos de la revista del museo, en algunos museos –como el Museo

Hernández- se empezaron a realizar revistas virtuales. Estos nuevos soportes y formatos

sintetizaban lo que los navegantes buscaban en la red: información y entretenimiento,

atributos que todo buen museo, en su espacio „real‟ debería poseer.

3. Museos, educación y nuevas tecnologías.

En Argentina, existe un decreto (554/97) mediante el cual el acceso de las

escuelas a Internet fue declarado de interés nacional, considerado un objetivo del Estado

Nacional. El mismo decreto señala que: “es fácilmente deducible que lo que ayer

constituyeron las bibliotecas populares como centro de concentración y de difusión del

conocimiento, hoy puede ser complementado eficazmente por Internet”. Esta

afirmación nos sitúa rápidamente en la utopía comunicacional que Internet propone a la

5
Lamounier, Isabel, Museo y Sociedad, Colección Los fundamentos de las ciencias del
hombre, Bs. As., Centro Editor de América Latina, 1993, p. 28.
6
sociedad y de la cual el Estado se apropia, de algún modo, para no quedarse al margen

de la historia de los avances científico-tecnológicos.

Lo cierto es que dista mucho de lo que en la realidad puede o podrá suceder en

las escuelas de nuestro país. Si bien la sociedad actual no puede explicarse sin las

nuevas tecnologías comunicacionales y mediáticas, una de las instituciones, tal vez, las

"más instituidas" en nuestra sociedad, la escuela, aun se sigue preguntando como

incluirlas en su currícula o como relacionarse con ellas. Por su parte los museos se

encuentran en la misma encrucijada.

Entre los desafíos que plantearon las TIC, a ambas instituciones, sabemos que

éstas acercaron a los alumnos y al público en general a un mundo, y a saberes, que

estaban vedados para estas instituciones educativas; promovieron nuevos modos de

percepción; y modificaron la disposición de aprender. Frente a esta situación y a modo

de ejemplo, el perfil académico en la formación de maestros continua siendo muy

tradicional, dándosele poco lugar a la formación tecnológica-científica y al

aprestamiento docente para la inclusión de los medios y las tecnologías en las aulas. Es

por ello que aun hoy, la escuela y los museos continúan pensando en las TIC y en

Internet como „competidores‟, tal vez más eficaces, a la hora de educar.

Cabe destacar que ambas instituciones (siempre hablamos de instituciones

públicas) despliegan constantemente estrategias y proyectos con la intención de

acercarse a estos avances tecnológicos (ya sea por medio de la incorporación de la

materia „Tecnología o Informática‟ en la currícula o por las páginas Web que los

museos implementan) pero el costo económico que conlleva su utilización o

implementación redunda siempre en contra del correcto desarrollo de los mismos.

A lo largo de nuestra investigación y apartir de los dos casos puntuales que nos

propusimos indagar, ésta fue la dificultad mayor que se planteó: ¿Cuál es la real

7
participación del Estado para que escuelas y museos puedan acercarse a la revolución

tecnológica? Pareciera ser que aun se encuentra en el orden del deber o de lo deseable

pero, no de lo realizable, por lo menos dadas las condiciones materiales que enmarcan a

ambas instituciones. En nuestro país la Reforma Educativa promulgada en 1993 se

debió, entre otras razones, a la necesidad de modernizar todo el sistema educativo;

muchas veces caracterizado por su tradicionalidad y lo perimido de sus metodologías y

contenidos. La propuesta se dirigía hacia un aggiornamiento de su organización pero

sobre todas las cosas hacia la adecuación del sistema a los lineamientos de la política

Neoliberal imperante en América Latina y el resto del mundo. Hoy la búsqueda de

eficacia de la inversión del gasto nacional en educación se dirige a que los escasos

recursos que se erogan se dirijan a inversiones en tecnología y equipamientos, hecho al

que no nos oponemos, pero que reconocemos, muchas veces desconoce la realidad y las

necesidades de las instituciones educativas y sus contextos.

Por otra parte las nuevas tecnologías poseen lógicas de funcionamiento muy

dinámicas, que muchas veces pueden resultar demasiado veloces para dos instituciones

tan tradicionales como son la escuela y los museos. Es por ello que aun no han logrado

apropiarse acabadamente de esta y las TIC continúan proponiéndole a ambas más

desafíos y preguntas que respuestas o certezas.

Para finalizar cabe señalar que la otra gran dificultad que encuentran tanto los

museos como las instituciones educativas para apropiarse de las TIC, y sobretodo de

Iternet, es que ambas (escuela y museo) poseen un mandato fundacional de educar,

acercar al ciudadano a los conocimientos del mundo, los avances científicos y

tecnológicos, y todo su funcionamiento gira en torno a esos objetivos; mientras que

Internet se encamina a ser una gran fuente de entretenimientos y el abordaje de los

8
contenidos que circulan por la red muchas veces dista bastante del ideal

educativo-pedagógico que las instituciones educativas persiguen.

4. Museos en la red, hoy.


4.1. Caso 1: los Museos de la Ciudad de Buenos Aires.

La Dirección General de Museos tiene una página, dentro del sitio del Gobierno

de la Ciudad de Buenos Aires. No es fácil acceder a ella, a no ser que se tenga la

dirección de antemano 6 ; ya que además de encontrarse dentro de la página del

Gobierno, está dentro de la de Dirección de Cultura (lo corriente –lo que se está

institucionalizando en los diferentes municipios- es que los organismos oficiales tengan

sitios para sus distintas áreas). Esta página (que anexamos al final del trabajo) presenta

un párrafo donde se „da la bienvenida a los usuarios de la red del gobierno‟ y da a

conocer sus objetivos, incluye un mapa con la ubicación de los museos (fotos de

fachada), desde esta página se puede tener acceso, mediante links o hipervínculos, a:

„Autoridades, Registro Único de Bienes Culturales, Nuestros Museos, Feria de

Mataderos, Página Central del site y a cada uno de los nueve museos que pertenecen a

este gobierno.7

Si nos tomamos a nosotras mismas como destinatarios, al momento de elegir

este sitio para analizar, nos sucedió que encontramos información centralizada, un

emisor claro, que hacía que no nos mostraran un conjunto de objetos

6
La dirección del sitio en internet de la Dirección de Museos es: http://www.
buenosaires.gov.ar/cultura/museos/html/dir_gral.html
7
Las primeras cuatro páginas a las que llevan los hipervínculos, cuentan con información
sobre autoridades, objetivos y datos básicos, en el caso del RUC (Registro Único de Bienes
Culturales) y „Nuestros Museos‟ de aquello que tienen planificado hacer: un registro que
supone la utilización de „modernos métodos informáticos‟, y la creación de dos museos nuevos
(el del Fútbol y el de la Memoria Nunca Más) que aún no tienen sede. En la página de la Feria
de Mataderos comentan qué actividades realizan, por lo que fundamentalmente se trata de
cosas a realizar fuera de la misma página.
9
descontextualizados. Si bien con poca interactividad, la prolijidad y facilidad en la

presentación, la posibilidad de elección por el nombre del museo, que ya nos da un

indicio de qué podemos encontrar en él, hacen de este sitio un lugar identificable.

La imagen institucional se basa en una serie de identificadores institucionales,

atributos y signos, mediante las cuales la institución dice quién, qué y cómo es. En el

caso de la Dirección aparece con el logo correspondiente, en el caso de los museos, el

nombre es un enunciado sintético de los atributos de identidad (Museo) en algunos

casos acompañado de su especialidad o disciplina (de Arte Moderno, de la Ciudad, del

Cine), en los otros, del nombre propio de la personalidad clave de la misma (Fernández

Blanco, José Hernández, Larreta, Perlotti, Saavedra, Sívori). La Página Central del sitio

está diseñada en base a las fotos -de las fachadas o edificios de los museos-, como si

fuesen las que aparecen en los carteles publicitarios de plazas y veredas de la Ciudad de

Bs. As., con los respectivos links, el nombre de cada museo. Constituyen así el „edificio

a visitar‟. Sin embargo la „visita‟ no es al edificio, sino, en general, a texto acompañado

de imágenes de algunos de sus objetos, no hay recorrido virtual del espacio, sino un

recorrido lineal, visual como el que tenemos cuando leemos un manual o una revista.

Generalmente en estas páginas, construyen un emisor (imagen de museo) que es

o un „enunciador descriptivo, objetivo‟, que supone saberes previos por parte del

destinatario (por ejemplo sobre movimientos y corrientes artísticas) por eso no los

explican, o un „enunciador pedagógico‟ que explica sus objetos, supone un destinatario

a la espera de aprendizaje. En esta última modalidad, en términos de Bateson, se crea

una „relación complementaria‟ entre el museo:maestro, el que sabe; y el

destinatario:pupilo, con pocos saberes respecto a la temática. 8 En general las dos

8
Esta distinción entre simetría y complementariedad propuesta por Bateson, es retomada en
Verón, E, 1987. La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad, Gedisa, Bs.
As., pp.141, 142.
10
modalidades aparecen en distintas páginas respecto al mismo museo: una „relación

simétrica‟, de igualdad de saberes entre emisor y receptor, en la primera página y una

„relación complementaria‟, de „maestro-pupilo‟ en la página respecto a la historia. Los

datos- contenidos que se brindan son buenos para quienes buscan información o para

poder ir a buscarla al „museo real‟, el de la „foto‟. Los datos administrativos son buenos

para quien quiere elegir entre los museos de la Web uno para visitarlo: incluyen la

ubicación, las colecciones, el precio de la entrada, los horarios de visita guiada, los

teléfonos para acordar visitas escolares, los medios de transporte con los que puede

accederse al lugar, el circuito que integra el museo y su entorno.

Nosotras, si bien mandamos un mail, a la dirección electrónica que allí figura

bajo el título de „museos en internet‟ junto con el nombre de dos profesionales, no

obtuvimos respuesta. Luego, mediante la entrevista, supimos que están en proceso de

transformación, por el cambio de gestión que se dio en el último tiempo en la ciudad..

Al respecto, Pablo Hernández, nos comenta:9

“En el tema específico de las páginas de Internet lo que había era,


primero una falta de conectividad y dispersión, cada museo tenía páginas
por afuera de la Dirección, de dominio privado, con información del
museo. Con la nueva gestión del gobierno de la Ciudad, la Dirección de
Informática (ahí hay un problema porque no es comunicación social la
que está manejando el tema sino informática) decidió recortar todos los
dominios que están por afuera del gobierno, como es lógico, ahora todas
las páginas de museos e instituciones tienen que estar bajo el dominio
„buenosaires.gov.ar‟, ese es el dominio que se va a registrar a nombre del
gobierno. Entonces, hay todo un primer periodo de limpieza de lo que
está por afuera, desde hace 15 días, se tomó ya la decisión.”

Respecto a la posibilidad de poder tener publicidad nos comenta que si bien „no

está prohibido‟ ningún portal del Gobierno la tiene, se sostienen con el presupuesto

municipal, es una „decisión política‟. Si bien es responsabilidad del estado el

9
La entrevista la realizamos en noviembre de 2000, a Pablo Hernández, licenciado en
Ciencias de la Comunicación de la UBA que se ocupará de este tema, y además trabaja en el
Museo del Cine, que es el lugar donde funciona la DGM. Los fragmentos que aparecen
entrecomillados y con sagría pertenecen a esta entrevista.
11
mantenimiento de su cultura, el poco presupuesto adjudicado, que impide por ejemplo,

contratar personal (incluso nuestro entrevistado realiza este trabajo como „colaborador‟

y por „una pertenencia disciplinaria‟), hace que ese patrimonio que es de la sociedad

siga separado de ella, esos fondos siguen en contacto sólo con una elite. Los museos

tardaron muchos años en poder tener sponsors y merchandising, aún muchos sienten

que con eso se estaría desvirtuando su función. Otros, pudieron sostener, con esos

recursos, investigaciones para exposiciones temporarias e itinerantes, poniendo en

contacto esos mensajes con grupos que –a no ser por estas estrategias más atractivas o

más „cercanas‟- jamás hubieran podido acceder a ese conocimiento. Esos museos no se

convirtieron por eso en „shopping‟s‟, esto mismo podría suceder con los museos en

Internet.

No hay que olvidar que se tratan de „ofertas de consumo cultural‟, es decir, de

acceso plural. La entrada misma a los museos, por mas que sólo se trate de un peso, es

paga. Los intercambios, las mezclas, los cambios son parte de la oferta y el consumo

de la cultura, los distintos grupos y comunidades vienen haciéndolo desde la

modernidad, mezclando saberes, incorporando formatos y contenidos de otras culturas y

tecnologías. De lo contrario, lo „tradicional‟ seguirá siendo administrado por los

estados, separado de lo „moderno‟ „auspiciado por las empresas privadas‟ como señala

García Canclini.10 Las nuevas tecnologías de la información traen con ellas, miedos y

temores, creemos que la tecnología es parte inherente de la cultura, que Castells llama

„material‟ 11 -como dicho autor señala, “no son sólo herramientas que aplicar, sino

procesos que desarrollar” 12 . También traen utopías y apologías, „exageraciones

10
García Canclini, Néstor, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad,
México, editorial Grijalbo, 1990, p.85.
11
Castells, Manuel, La era de la Información. Economía, sociedad y cultura, Madrid, Alianza,
1996, p.56.
12
Castells, ob. cit., p. 58.
12
proféticas‟ materializadas en discursos que no se cumplirán si no se insertan en los

trabajos y saberes que los museos, su personal y sus públicos, vienen elaborando a lo

largo de los años.

Como la Dirección no cuenta con la posibilidad de sponsoreos, ni con

presupuesto para esta tarea, ni con la posibilidad de contratar personal, piensan utilizar

los recursos ya disponibles: como habíamos dicho al principio de este trabajo muchos

profesionales de los museos, en la necesidad de tener una página han adquirido saberes

a partir de la misma experiencia. Desde esta Dirección, los recursos humanos, además

de nuestro entrevistado, son los diseñadores del área de diseño, encargada de diseñar la

publicidad de la Dirección y de los museos: afiches, gigantografía…, y piensan trabajar

-como los demás organismos oficiales- con la Dirección de Informática. Esta dirección

es la encargada de actualizar la página, en „términos técnicos‟, no de „contenidos‟. Para

los contenidos tienen planificado trabajar con los „agentes de prensa‟ o aquellos que

vienen cumpliendo esta función en cada institución, es decir piensan respetar las

necesidades, requerimientos y demandas de cada museo, a pesar de las dificultades que

esto supone:

“ahora iniciamos un proceso bastante complejo de consulta con


cada uno de los museos, cada uno de los museos tiene una particularidad,
tiene un interés distinto de lo que cree que es importante difundir, tiene
una cultura institucional diferente, tiene un director diferente, tiene
asociaciones de amigos, tiene una cantidad de actores… además están los
criterios que pone Informática, indicación técnica, criterios que quiere
imponer la Dirección de Museos, las líneas que vienen de Gobierno de la
Ciudad en cuanto estética, el discurso. Todo eso hay que conjugarlo.”

Si bien son conscientes de las limitaciones con que cuenta el diseño actual y la

posibilidades que podría brindar la tecnología, las restricciones presupuestarias y la falta

de una decisión política al respecto, hace que, a corto plazo, esas modificaciones sean

sólo un deseo:

13
“el programa de actividades, las principales colecciones, los
eventos que al museo le interesa promocionar y las pone en la página
oficial, además de una serie de datos de localización, una especie de
historia del museo, (…) es lo que aparece ahora, en principio eso sirve
pero tiene una cantidad de problemas en términos de potencialidad de lo
que es el medio desde los linkeos hasta la posibilidad de acceder a cierta
parte del patrimonio vía virtual. Museo virtual es para mí Argentina
2020, con muchísima suerte. Lo que existe ahora es la necesidad de
elaborar ciertas estrategias discursivas de la Dirección de Museos es
decir del nivel jerárquico que está por sobre todos los museos.”

Frente a esta situación las expectativas están puestas, casi como antes de este

cambio, en las ganas, entusiasmo y trabajo del personal de los museos, justamente

nombra a los museos que ya vienen trabajando en esta temática; el Fernández Blanco y

el Hernández.

Respecto al destinatario imaginado, esas limitaciones construyen un discurso

pensado para “un público general indefinido, no es un público especializado ni mucho

menos (…) eso estará puesto en un diseño mas o menos amigable con cuatro o cinco

variables y posibilidad de linkeo y conectividad entre los museos, por ahora nada más.”

También existe un público „potencial‟, „que está de moda‟ que es el turista; “la

línea museo-gastronomía- tango, que es la línea de salvación de todas las iniciativas de

la ciudad, eso en principio no está pensado mucho como nuestra prioridad”.

Y respecto al „público escolar‟, casi siempre presente en el discurso y

actividades de los museos pero ausente desde la Dirección General, nos dice que

“lo que está contemplado es trabajar con el sitio que está


desarrollando educ.ar, el portal, seguramente vamos a tener contacto, ahí
ya hay una relación entre informática, la municipalidad y el portal, no
nuestra directamente, aunque sí hay otros planes conjuntos. Seguramente
hay conectividad con las escuelas, de hecho ellos ya están trabajando con
conectividad a las escuelas y la posibilidad que las escuelas tengan correo
electrónico, acceso a cada una de las redes oficiales. Seguramente en
algún momento, si -vía el portal- todas las escuelas tienen conectividad
simplemente tienen que acceder a la página del gobierno, eso es una
alternativa muy rápida. Ahora desarrollo de proyectos, no hay un área
específica, ni siquiera hay un área de comunicación social en la
dirección, hay prensa nada más hasta ahí llega el desarrollo institucional,
y comunicación social de la municipalidad recién ahora está tratando de
14
controlar las directrices comunicativas de cada una de los organismos de
prensa, pero como hay muchas tradiciones institucionales, y políticas
distintas, no es fácil.”

Trabajar para todos los destinatarios posibles, „trabajar con todos‟, sería como

„trabajar con ninguno‟. Lo importante es construir el destinatario que la institución

quiere en función del consumo de esa oferta cultural. En la página de la Dirección el

receptor imaginado es el „usuario de la red del gobierno‟, ¿Será el „ciudadano‟, el que

reconoce en sus paseos reales por las plazas y calles de la ciudad los carteles

publicitando los museos o la actividad de la Dirección, y los asocia con los que aparecen

en la red?: visita la red, para visitar el espacio real de la ciudad. Luego, en la página del

futuro Registro Único de Bienes Culturales, dicen que estarán dirigidos al público

general, estudiantes y especialistas, será una página con mucha información, con „datos

exhaustivos‟.

Como en otros medios, otros soportes, Internet va configurando una gama de

„contratos de lectura‟ diferentes,13 cada uno para un público determinado, de los cuales

cada sitio, cada página puede elegir uno, según el emisor, destinatario y la relación entre

éstos que quiera construir, según el receptor que quiera que consuma su producto.

Desde otra perspectiva, Françoise Sabbah señala que:14

“los nuevos medios de comunicación determinan una audiencia


segmentada y diferenciada que, aunque masiva en cuanto a su número, ya
no es de masas en cuanto a la simultaneidad y uniformidad del mensaje
que recibe. (…) Debido a la multiplicidad de mensajes y fuentes, la
misma audiencia se ha vuelto más selectiva. La audiencia seleccionada
tiende a elegir sus mensajes, con lo cual profundiza su segmentación
(…)”.

13
El contrato de lectura es la relación que el medio (soporte) construye con sus destinatarios
(su lectura), está relacionado con el „tipo‟ o estilo de soporte, al respecto ver: Verón, Eliseo,
1985. “L‟analyse du „contrat de lecture‟: une nouvelle méthode pour les etudes de
positionnement des supports presse”,en: Les médias. Experiences, recherches actuelles,
applications, París, Institut de Recherches et d‟Etudes Publicitaires.
14
En: Castells, ob. cit., p.372.
15
Si, como destinatario escolar –retomando la entrevista- me conecto a la página

de los museos, pero ésta no está pensada para mí, no volveré más. Excepto claro, que en

la escuela me den el dato para bajar la información precisa y puntual, pero en ese caso el

uso no será el que supone el soporte. Pasaría lo que le pasa a la escuela cuando

escolariza el periódico, lo utiliza como un manual, aquí se escolarizaría Internet. Otra

cosa muy distinta es lo que hace el Otto Krause, es lo que veremos en la próxima

sección.

4.2. Caso 2: el Museo Tecnológico “Ingeniero Eduardo Latzina” dependiente


de la Escuela Industrial Otto Krause

La Escuela Industrial Otto Krause ha sido desde sus inicios una de las

instituciones de enseñanza media más prestigiosas de la Ciudad de Buenos Aires. A lo

largo de los años se ha ido adaptando y modernizando en lo que a contenidos y

adelantos técnicos fue necesario enseñar a los jóvenes.

El Museo Tecnológico se creó con el convencimiento de que la escuela debía

„usar el taller activo y ser escenario de la enseñanza práctica‟. La idea era la

instalación de un Museo que pusiera a los alumnos, y al público en general, en

contacto con los últimos adelantos de la ciencia y la técnica. Esto se concretó a

comienzos de 1911, ocupando buena parte del edificio de la escuela.

Desde sus inicios el objetivo fundamental a alcanzar por el Museo

Tecnológico, único en Latinoamérica con tales características, era ser un instrumento

para enseñar, difundir e interpretar tecnologías tradicionales y de vanguardia, y

desempeñar un rol importantísimo en la enseñanza de tecnologías y ciencia, como así

también en temas propios de las distintas ramas de la industria. Por tal motivo se

compaginó una colección de maquetas y modelos de inventos y tecnologías que

16
sirvieran de apoyo a la enseñanza y dieran orientación para el diseño de nuevos modelos

o herramientas.

Para quienes visitan la escuela y el Museo por primera vez la sorpresa es mucha

y agradable. No sólo porque el edificio (que depende de la Secretaría de Educación de la

Ciudad de Buenos Aires) nos remonta a un momento en el cual la Educación respondía

a unos claros objetivos de formación de ciudadanos libres y competentes, y por lo tanto

el entorno resultaba muy importante; sino que también nos muestra un pasado en el cual

la valorización del acto educativo bien valía la construcción de edificios amplios,

ampulosos y fuertes (la escuela ocupa toda una manzana en pleno barrio de San Telmo

y si bien no está en excelentes condiciones, por falta de presupuesto, su mobiliario y

estructura edilicia nos muestra que no siempre fue así).

El Museo ocupa hoy parte de la planta baja y el primer piso y resulta ser un

espacio atiborrado de objetos, muy ordenado y con una circulación constante de grupos

de estudiantes, que conversan, utilizan todos los espacios disponibles para hacer sus

tareas, consultan a los encargados y sobre todo buscan información acerca de los

variados objetos que se exponen. El clima que allí reina es sumamente cordial y de

confianza. Todos parecen ser los dueños del espacio „real‟ del Museo.

En Internet la Escuela Industrial Otto Krause posee un espacio dentro del sitio

educativo Nueva Alejandría 15 (http://www.nalejandria.com/01/otto-krause). Desde su

portal es posible ingresar a la página del Museo Tecnológico “Ing. Eduardo Latzina”.

Ésta se caracteriza por poseer una ordenada y completa información acompañada de un

alto número de fotografías (muy claras y luminosas). La página nos permite realizar

15
Este sitio ocupa un lugar en Internet muy importante para la Educación ya que ofrece
espacios gratuitos para todas aquellas instituciones, privadas o públicas, que deseen tener
una página en la Web. En los últimos tiempos se ha convertido en un banco de datos
fundamental para los interesados en las instituciones y el quehacer educativo ya que el portal
Educ.ar que depende del Estado y de empresas privadas está en la red desde 2000 mientras
que Nueva Alejandría (portal privado) se creo con mucha anterioridad.
17
un recorrido virtual por las diferentes salas o temas que en el museo se muestran. Tal

vez puede pensarse que es demasiada la información que aparece en la página. Casi se

asemeja a un archivo muy completo donde la foto del objeto se acompaña de una larga

explicación de su razón de ser, el modo en que funciona, el año de su creación, etc, etc,

etc. Evidentemente se espera una gran variedad de visitantes y cada uno podrá

seleccionar el caudal de información que desea consultar. Por otro lado, la página ofrece

la posibilidad de conectarse con otras instituciones que de algún modo se relacionan con

los contenidos que en ella se muestran (esto vale tanto para otros museo del mundo y de

Argentina; como para biografías de los inventores o las empresas que han sponsoreado

de algún modo la construcción y el funcionamiento del museo).

Curiosas por saber algo más respecto de la relación del Museo Tecnológico con

su página Web, nos acercamos (sin previo aviso) a la escuela y pudimos conocer el

espacio real y entrevistar a los organizadores y responsables del Museo y su página

Web.

Dado que nuestro interés se centraba en la relación de los museos con Internet y

dado que este museo dependía, justamente de una escuela especializada en la enseñanza

de las nuevas tecnologías, la técnica y la ciencia; partimos de la consideración de que la

llegada de Internet al museo sería parte de una planificación intencional de la

institución. Muy por el contrario nos encontramos con que:

“La primera página para difundirlo fue en el 96 - 97, para difundir


y dar sustento pedagógico a las visitas que se estaban incrementando,
teníamos un tríptico muy pobre y técnico que repartíamos a los visitantes
pero faltaba información. La idea de la pagina surge porque somos
curiosos de Internet y sabiendo algo de programación no es difícil armar
una. En ese momento era para todos un misterio. Ahora es más familiar
aunque extraño.”16

16
Todos los párrafos entrecomillados corresponden a la entrevista realizada a los directivos del
museo.
18
Es decir que los responsables del Museo, visionaron cierta cuestión estratégica

de difusión que Internet les brindaba, y sin más herramientas que unos conocimientos

básicos, se lanzaron al armado de una página que les permitiera difundir los elementos

que allí se albergan.

“Nosotros necesitábamos difundir el museo y como no teníamos


plata para otro tipo de difusión pensamos en armar algo en Internet. Tal
vez conseguíamos un intercambio con una revista del barrio o cultural,
pero nada más. Había notas por alguna muestra o evento especial.
Entonces nos pusimos con uno de los profesores a armar una cosa muy
rudimentaria con dos o tres links. Dentro de los objetivos del museo esta
la difusión cultural y es en esta área que se enmarca la pagina Web.”

A la hora de saber cómo fue que se pensó este ingreso a Internet nos explicaron

que se les planteó la duda de si la página debía funcionar como catálogo o como archivo

informativo de lo que el Museo atesora.

“La primer página era como una especie de archivo. Más adelante
modificamos un poco el diseño. Para eso nos fijamos en otras páginas, la
del Louvre nos sirvió de machete y la del Museo Británico, que son muy
lindas. Estas tienen el índice al costado, inamovible y vos podes navegar
sin problemas. Es más cómoda”.
“Nuestra página debía tener un carácter más científico o ajustado
que las visitas guiadas, datos biográficos o descripciones de los
inventos.....Tampoco sabemos si en la página debe aparecer todo lo que
tenemos acá. Nos gustaría, pero no sabemos. En algún momento se pensó
en que sea casi un inventario con fotos más la información de qué es y
para qué sirve”.

La preocupación se centraba en los potenciales lectores y/o visitantes “reales o

virtuales” del Museo y su página Web. En los responsables existe la preocupación de

brindar un servicio informativo lo más amplio posible respecto de lo que el museo

alberga. Por otro lado, el público que se espera para la página es el mismo que el que

visita el Museo “real”, más aquellos interesados que, desde lejos, necesitan conocer algo

más de los inventos y modelos que en el Museo se atesoran.

“El público que nos interesaba era el de los chicos de 6º y 7º


grado, más los de secundaria que de otro modo no llegaban al museo.
Además les recomendamos a los visitantes que si les falta información de
la visita, consulten la página.
19
También hicimos un comprimido en diskette para dárselo a las
maestros, es como una revista electrónica, faltan algunas cosas, pero les
sirve.”

Respecto de la propia evaluación de la página Web que el Museo ha armado nos

comentaron que:

“Nuestra evaluación de la pagina es buena ya que recibimos mails


de muchos lugares del mundo. No sólo pidiendo información de algún
elemento o foto, sino también de aquellas personas que no encuentran
determinada información y nos preguntan si sabemos de alguna dirección
para recomendarles”.

Evidentemente la valoración del público que visita la página y se comunica con

ellos es muy favorable y encuentra una utilidad real en este sitio de Internet. Por otro

lado, retomando la terminología batesoniana de la sección anterior- los organizadores

piensan en un tipo de destinatario no „pupilo‟, y en una relación „simétrica‟ para con

ellos: tanto destinador como destinatario comparten el mismo saber, „disfrutan‟ con

hechos similares y es en ese reconocimiento, en ese volver a encontrarse en ese

intercambio, donde aparece el „placer‟.17

Por otro lado, estos mails corresponden justamente a receptores no esperados,

los del „mundo‟ que, mediante mails, tienen otras inquietudes, diferentes a las propias

de los estudiantes de la tecnología, requieren saberes diferentes, sobre cosas que el

museo no contempla, piden otras direcciones, otros sitios. El museo, en lugar de sentir a

éstos, visitantes y museos virtuales, como enemigos, aceptan ser otro tipo de institución,

típica en Internet: un lugar de pasaje en la red/comunicación, ya no un emisor que

brinda mensajes a un público masivo, sino un emisor que a veces, también, es un

receptor, o un puente entre los receptores y otros emisores.

17
Al respecto tanto Bourdieu -respecto a los objetos y temas de los museos de arte- como
Ortiz -respecto a la memoria y objetos de toda cultura, ya sea nacional o mundializada-
sostienen que sólo lo que se conoce da placer. (Ver: Bourdieu, Pierre y Darvel, Alan 1969.
L’amour de l’art; les musées d’art européens et leur public, París, Minuit. y Ortiz, Renato 1994,
Mundialización y Cultura, Alianza Editorial, Bs. As., 1997.)
20
Los organizadores nos hablaron de la importancia de conectarse con otras

instituciones para formar parte de una especie de banco de datos respecto de temas de

ciencia y técnica.

“Por otro lado estamos en todos los buscadores donde queremos o


nos parece pertinente, inclusive nos siguen metiendo en los buscadores
convencionales y en la página de museos virtuales. En algunos casos nos
ofrecen y en otros nos piden ellos. YPF con innovación de museos nos
pidió de ingresar. Nuestro contador de visitas debe andar por las 10000
desde enero (a noviembre)”

Para finalizar vale decir que en este “caso” del Museo Tecnológico se repiten las

malas condiciones económicas y de recursos en las que este tipo de proyectos se

desarrollan en nuestra ciudad

“Quienes trabajamos en el museo tenemos cargos docentes pero


estamos a cargo del museo. Limpiamos, barremos, hacemos los trabajos
para congresos, guiamos, ordenamos, atendemos a los alumnos. De todo
un poco. Imaginate que dependemos de Secretaría de Educación así que
el presupuesto es muy bajo. Cualquier innovación o emprendimiento que
pensemos hacer depende de nosotros y de nuestra capacidad de
redistribuir tiempo y recursos”.

Igualmente esta falta de recursos desde el Estado no impidió el armado de este

proyecto y la puesta en marcha de una página Web muy interesante, densa en cuanto a

contenidos se refiere y estéticamente agradable y cuidada.

La visita virtual al Museo resultará para el „turista‟ especializado muy rica

mientras que el visitante casual encontrará muchas imágenes interesantes y parte de la

historia de la técnica y los avances científicos, expuestos con claridad y sencillez.

4.3. El contrapunto.

En los dos casos analizados, encontramos apertura en relación con las nuevas

tecnologías de la comunicación, una consideración de estas técnicas que dista de la

21
„visión apocalíptica‟ pero también de la „fascinación‟, posturas que como vimos al

principio circulan en los diferentes discursos sociales.

Sin embargo, los profesionales de los museos estudiados, nos comentaban el

poco dinamismo e innovación al respecto. Hay un cambio en la tecnología

–incorporaron esta herramienta- pero no en los contenidos ni en la forma de

transmitirlos (aún lineal, tipográfica). En general no se piensa en la forma específica,

propia de esta nueva tecnología: poder enlazar el mundo, zonas muy alejadas,

permitiendo una comunicación entre muchos, „acercar el mundo‟. Se sigue utilizando

como un museo tradicional, con límites territoriales para un destinatario al que se quiere

atraer al „museo real‟, del que se espera una „visita real‟. Es global, pero utilizada como

si fuese local, es masiva y horizontal pero se utiliza como si fuese interpersonal,

jerárquica, vertical.

En los dos casos, aparece un destinatario (imagen del receptor deseado,

fantaseado) que es un visitante que recorre, que lee la información sobre el tema, los

objetos del museo, estableciendo ya sea „relaciones complementarias‟ –destinatario

pupilo- o „relaciones simétricas‟ –emisor y destinatarios expertos-.18

La diferencia es que mientras para la DGM, el destinatario es el „ciudadano‟, el

que recorre la ciudad (sitio) y entre los lugares de la ciudad a sus museos, o un público

general que al ser tan amplio („para todos‟) no es para „nadie‟; el Museo del Otto Kraus

se dirige en principio, a un destinatario escolar, el „estudiante‟, esto supone al receptor

empírico –los estudiantes de la escuela- pero también se generaliza en un receptor no

tan general, mas restringido, se especifica una de sus características: el hecho de haber

sido -en algún momento- estudiante, esto permite la identificación. No es para todos, es

para alguien específico.

18
Para estas concepciones ver Verón, 1987, ob. y pp. cit.
22
Además de especificar a su destinatario, el museo tecnológico también está

„abierto‟ a la „mundialidad‟, a la „sociedad de la información‟, los mails que reciben

piden información que ellos no tienen y se „entusiasman‟ con la posibilidad, no de dar la

información directamente, sino la dirección electrónica donde encontrarla. No sienten

que la tecnología „les quita‟ aquello para lo que fueron construidos. La tecnología no

viene a ocupar el lugar que ellos no pueden –porque sus funciones, su mandato

fundacional es otro- o tal vez no quieren. Ya no se piensan como un único emisor que

comunica a muchos, sino como un punto de pasaje en la red, donde muchos se

comunican (desde los visitantes del „mundo‟ hasta los exalumnos). Eso es también

„interactividad‟, posibilidad del receptor de ser „emisor‟ de contenidos.

A la hora de definir a qué destinatario dirigirse, es importante tener en cuenta

qué está buscando el receptor empírico. Según los datos de Trends Consulting/IDC,

Argentina, en base a usuarios de Internet en hogares del AMBA (Área Metropolitana de

Bs. As.): el 94% de la muestra, utilizan Internet para buscar contenidos; de esas

personas, el 50% busca especialmente contenidos relacionados con su educación. En

cuanto a „servicios‟ y „turismo‟ (dentro de los cuales pueden considerarse a los museos

como consumo cultural), los porcentajes son del 44 y 40 % respectivamente.

Respecto a las características que asumen como emisor, los dos casos plantean

que „deberían‟ ser más „interactivos‟. Sin embargo, antes de formular cualquier tipo de

crítica hay que tener en cuenta el contexto: en general todo Internet es “todavía un

medio basado mayoritariamente en la escritura”19. Sin embargo, así como desde estas

instituciones se sostiene que no se debería „escolarizar‟ a los museos, por ser dos

instituciones diferentes (escuela-museo), tampoco debería „museificarse‟ Internet, por

ser dos „medios de comunicación‟ diferentes (museo-internet).

23
Tradicionalmente, desde su momento fundacional, como señalamos, los museos

se construyeron como „custodios‟ de objetos considerados patrimonio de un territorio,

ligados a una cultura nacional y local, construían una identidad ligada a esa memoria, a

ese conjunto de objetos e historia. El hecho de centrarse en objetos que, casi

irreversiblemente, son perecederos, hace más importante la tarea de conservación y

restauración de los mismos, así como las prohibiciones y exclusión de los visitantes a la

hora de conservarlos. Hoy, la posibilidad de los objetos de existir en la „red‟ relativiza


20
esas limitaciones . La posibilidad liberadora de lo virtual, la posibilidad de

„consumirlos‟ sin destruírlos, permitiría el despegue de los objetos, y del presupuesto

que esto acarrea; permitiría poder brindar mas dedicación a los contenidos, a la

construcción de conocimiento (siempre intangible, virtual); permitiría también

controlar, reducir, (¿anular?) el tiempo y el espacio, dos aspectos que dieron nacimiento

a los museos: fueron creados en un tiempo y espacio determinado al que tuvieron el

mandato de salvaguardar.

5. A modo de conclusión.

Para concluir, queremos exponer algunas reflexiones que surgieron al recorrer

-virtual y materialmente- los museos, reflexiones que también circulan por estas

instituciones.

El tiempo y el espacio han sido objeto de especulaciones en todos los tiempos y

espacios, pero sobre todo éstas se han profundizado con el devenir del cambio

19
Levis, La pantalla Ubicua. Comunicación en la sociedad digital, Bs. As., Ediciones
CICCUS-La Crujía, 1999, p. 151.
20
Al respecto, Levis señala las diferencias que la „información‟ tiene respecto de las
caracteriísticas de los bienes materiales: “no desaparece, ni se degrada después de ser usada
y su valor puede incrementarse, ya que una de sus posibilidades fundamentales es su
24
sociocultural. Se han visto modificados por el proceso de industrialización y por la

llamada informatización de la sociedad. En la etapa actual –tecnosociedad, sociedad de

la información- estas conmociones parecen profundizarse. Como este proceso se está

desarrollando actualmente, es muy difícil aventurar una conclusión que no cargue con

los pre-juicios propios de nuestra vivencia y contacto con estas tecnologías. En cambio

preferimos proponer algunas reflexiones que, más que concluir, abren el tema de los

museos a estas nuevas o renovadas problemáticas.

5.1. Tránsitos por el tiempo o en un tiempo de tránsitos

La institución museo construye una relación con el tiempo. No sólo con el

tiempo pasado, sino con el tiempo que nos permite apropiarnos de su propuesta.

En el mundo actual los tiempos son los de la cultura fast, la velocidad y

fragmentación del zapping. Cultura de las comunicaciones totales e inmediatas: fax,

modem, ccmail, periódicos que se leen en poco tiempo, radio, etc. Según Sarlo, 21 esta

cultura fast es serial y por ser serial es democrática. Sólo los muy pobres o los muy

refinados escapan de lo fast. Los tiempos cuya temporalidad permite establecer una

relación intensa e individualizada con las cosas estaba destinada para unos pocos. Y

aparece como imposible resolver la contradicción, o es fast y democrático o es

individual y de élite.

Pero el problema consiste en la hipervaloración de la velocidad de la

información en la sociedad actual. El concepto de información es nuevo en la historia de

la humanidad y está ligado al mundo de la estadística, pierde de vista a la persona

flexibilidad, que permite que pueda ser modificada y enriquecida continuamente”. (Levis,
Tecnosociedad: Una aproximación, mimeo., 1999, p.3)
21
Sarlo, Beatriz, Instantáneas, Bs. As., Editorial Ariel, 1996.
25
integral. La información que circula a gran velocidad no sólo cuantifica al mundo, sino

que también lo descorporiza. Lo que el ojo hace no es ver, sino percibir, ya que a los

hombres la velocidad de circulación por las redes informáticas se les convierte en

abstractas.

¿Qué sucede entonces en un museo? ¿Cómo puede comunicarse el público

masivo, inserto en esta cultura fast, con piezas únicas que merecen contemplación? Y a

su vez, ¿Cómo generar una comunicación dinámica que no convierta al museo en un

„shopping‟ o en un „reality show‟?

La tensión se presenta entre este principio de velocidad y los tiempos lentos en

que se elabora, se procesa la cultura, por lo menos hasta ahora. Es también la tensión

entre el mercado, con su torbellino innovador y los largos tiempos de construcción de

identidades, de saberes, de modos de operar y pensar. Pero es imprescindible abrir un

espacio entre el viejo museo y el nuevo museo como lugares/no lugares

paradigmáticos22.

Cuando uno ingresa a un museo tradicional, es fuerte el contraste con el tiempo

y el clima de la calle, el interior del museo impone un silencio y un ritmo que se

asemeja al de las grandes catedrales. No es sencillo acomodarse a la contemplación de

los objetos y a la lectura de largos textos que obligan a estar de pie largo rato. El

recorrido impone un tiempo casi muerto. Los objetos son pesados y casi no cambian su

disposición. Las salas son oscuras y uno entra e inmediatamente baja la voz. Además, el

espectador no puede ser más que eso: un espectador de un mundo ideal creado por el

Museo.

Otros museos son más ruidosos que el lugar en donde están ubicados. Los

espacios apretados y la cantidad de personas que concurren los fines de semana, hacen

26
que la visita se matice permanentemente con comentarios, risas y emociones. Pero este

tiempo tiene otra velocidad, porque utiliza otros recursos, algunos que toman formas de

expresión de la massmedia matizados con el saber popular, que lo acercan a los

pastiches de la vida cotidiana: carteles con diferentes niveles de información, que

utilizan recursos expresivos del lenguaje publicitario o de los dichos populares, textos

cortos, organizados de manera que se pueden leer todos o elegir los que más interesen.

Objetos que se mueven a partir de la experiencia con el público, que es espectador y

protagonista. Objetos que salen del museo a la escuela. Historias que circulan por el

archivo fónico, por las publicaciones, por los videos, por las fiestas. Objetos que se

pueden tocar.

Con los museos en Internet sucede algo parecido. Páginas que transmiten la

tradicionalidad, largos textos con imágenes que los ejemplifican. Si bien el visitante está

sentado –frente a la pantalla- el silencio y el ritmo es similar al de los museos reales,

tienen el ritmo lineal de la lectura tipográfica. Otros, en cambio, proponen diferentes

recorridos, tipos de contenidos entre los que se puede elegir: se puede optar entre leer

mucha información, escuchar archivos de sonido, escribir una historia…

A pesar de estas diferencias, ambos museos exigen el cuerpo puesto en pos de la

experiencia que contacta con los objetos de la cultura. En el museo, real o virtual, el ojo

tiene que ver. Aunque ambos se diferencien en los modos en que se comunican con el

público y en los tiempos que manejan, si no está el cuerpo, el museo no tiene sentido.

Ahora bien, para muchos, el museo aparece metido en una encrucijada: o se hace

virtual o se lo convierte en experiencia única capaz de conmover a los amantes de la alta

cultura. Quizás, entre estas dos opciones sea necesario seguir buscando y generando

estrategias comunicativas intermedias que no le quiten a la institución museo su

22
Para el concepto de „no lugar‟ como espacio abstracto, racional, despersonalizado, ver:
27
especificidad (como adquisidor, conservador y comunicador de objetos, de la memoria

de un pueblo o grupo social) pero que lo enriquezca la posibilidad de ofrecer ese

patrimonio para que pueda ser apropiado de la forma más democrática posible, una de

ellas es a través de la red.

Quizás valga la pena pensar en lo que dice David Ross, director del New‟s

York‟s Whitney Museum of American Art: «No hay duda que el museo como lo

conocemos -el museo como instrumento social, el museo como lugar para la contienda

de ideas por los valores- será completamente transformado por esta tecnología. Eso no

significa que lo que el museo hace hoy no lo hará en el futuro. Por el contrario, la red

(WEB) contribuirá a ubicar a la actividad actual de los museos en un nuevo contexto y

la variedad de actividades nunca suplantarán a la visita física al lugar o a la observación

de las obras de arte. Eso no se pierde».

Pero, para que sobreviva como institución social no basta con incorporar nueva

tecnología, con tener presupuestos más altos, con realizar mayor difusión. Si bien todo

esto es válido, creemos que lo importante es tomar conciencia de que cumple una

función social en la comunidad en que está inserto,23 conocer las necesidades de esa

comunidad, generar estrategias comunicativas que desempolven la sacralización de los

objetos y que le permitan una permeabilidad con los aportes que vienen desde el afuera

de la institución.

5.2. Tránsitos por el espacio: de lo real a lo virtual.

Augé, Marc, Non-Lieux, Paris, Seuil, 1992.


23
En los casos estudiados, se trata de la comunidad municipal y de la educativa. No
consideramos como comunidad sólo, ni principalmente, a la comunidad de artistas o expertos
de la disciplina que los museos comprenden.
28
“La realidad, tal como se experimenta, siempre ha sido virtual, porque siempre

se percibe a través de símbolos que formulan la práctica con algún significado que se

escapa de su estricta definición semántica.” (Castells, op. cit., p.405) La puesta de los

museos, los distintos criterios expositivos, hace que nunca se nos presenten los objetos

„reales‟, ni siquiera en esa primera representación que fue el contexto en el cual esos

objetos se originaron, se produjeron y utilizaron. Ese contexto –un determinado

espacio-tiempo- les dio determinada significación, el museo es otro contexto –otro

espacio-tiempo-. La puesta, la exposición, siempre significa una transposición a otro

universo significativo, simbólico: el del museo como discurso de colección y

recolección, el de la disciplina como discurso o perspectiva analítica, el del área de

comunicación o extensión educativa como discurso de extensión o de comprensión.

Para Castells (op. cit., p.406) “en la comunicación humana interactiva [y el

museo es un espacio de interacción] todos los símbolos resultan algo desplazados en

relación con su significado semántico asignado. En cierto sentido, toda la realidad se

percibe virtualmente”. Esto, se contrapone a la imagen de „internet‟ como aquél que no

representa la realidad, imaginario que hace que museo e internet se presenten como dos

instituciones, dos medios de comunicación opuestos: el primero, con una función social

imprescindible, ya que salvaguarda los testimonios verdaderos, los objetos materiales,

reales, de una cultura; la segunda, con una función vicaria, que difunde

representaciones, meros simulacros, ilusiones de realidad.

Estas imágenes no surgen de la nada, se han sedimentado a través del tiempo,

basándose en otros discursos anteriores, discursos que los mismos museos han ayudado

a construir y difundir. Estas imágenes, radicalmente opuestas, que circulan en los

discursos, se derrumban al confrontarlas con la realidad: ni el museo es aburrido y

valioso, ni Internet es entretenido y vil. Tal vez en esos encuentros que se vienen

29
gestando, en esos intercambios y mezclas entre formas de presentar colecciones,

recolecciones y comunicación de objetos/archivos, como son las de los museos y las de

Internet, ambos se enriquezcan. Ni que los museos terminen siendo una red entretenida,

ni que Internet se transforme en una exposición de sitios quietos cual objetos, sitios

donde cada uno pueda tener y ofrecer su museo, su santuario.

Internet hace „visible lo invisible‟ con la creación de simulacros -realidades

virtuales o virtualidades reales, como las denomina Castells-; respecto a los museos

hace visible algo que durante mucho tiempo se mantuvo a oscuras: la propia realidad

virtual de los mismos museos, en tanto sus construcciones también son una

representación, representación que trata de ser lo más verosímil posible.

Tal vez esto los impulse a desacralizarse, a redefinir sus procesos

comunicacionales, a pensar la naturaleza de sus objetos, a cuestionar las propias

reproducciones respecto a esos objetos, a poder pensar su propio discurso como eso: un

discurso sobre esa realidad y no la realidad misma, a replantearse sus funciones y rol en

una sociedad que cambia, en una cultura que se mundializa.

Por último, si las nuevas tecnologías permiten, al menos potencialmente, simular

un mundo „que nunca fue‟, o que „no fue todavía‟, 24 ¿Podrán surgir museos con estos

objetos?, ¿Sería un museo de „futuro‟, en el sentido de albergar objetos que no existen

sino como objetos deseados, fantaseados?, ¿Esas imágenes promoverán el escapar,

escondernos de la realidad –tiempo y espacio- „presente‟ o nos ayudarán a repensarla, a

contrastarla?

24
Según Levis (La pantalla Ubicua. Comunicación en la sociedad digital, Bs. As., Ediciones
CICCUS-La Crujía, 1999, p. 136) „las técnicas de comunicación y simulación digital‟ “permiten
simular aquello que nunca ha sido y también aquello que nunca fue. Lo que es, lo que puede
ser y lo que quizá será”.
30
Levis 25 concluye su libro señalando que estas tecnologías constituyen una

„ilusión realizable‟, ya que brindan una oportunidad “para extender el conocimiento y

favorecer el entendimiento entre las personas”, objetivo que figura desde la fundación

de los museos y las escuelas. Para dicho autor, no son las „grandes corporaciones‟ las

que promoverán esto –ya que están preocupadas en incrementar sus beneficios- sino las

„organizaciones ciudadanas‟ y los „individuos‟. De ellos, personas y organizaciones que

se gesten en y entre los museos y las escuelas, dependerá entonces el aprovechamiento

del potencial brindado por las „técnicas de comunicación y simulación digital‟.

25
Levis, Diego, ob. cit., p.211.
31
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33

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