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Actividad 1 - Apoyo a temáticas

Tutor
Jorge Enrique ESPINEL BARRETO

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL
SAN JOSE DE CÚCUTA
2018
Innovación

Presentado por:
Mónica Villamizar
Ana Viviana Ortega
Jhorman Garzón
Jhoan Torres
Javier Ortega

CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL
SAN JOSE DE CÚCUTA
2018
Introducción

La creatividad e innovación son elementos diferenciadores que permiten que una

empresa desarrolle y mantenga su posición de liderazgo en el mercado. Los resultados

de su aplicación son nuevas propuestas de servicios y productos que anticipan las

expectativas de clientes exigentes que aseguran su fidelidad.

El mantenerse a la altura de las nuevas exigencias del mercado, demanda que las

empresas busquen nuevos planteamientos comerciales e incluso en muchos casos una

innovación radical. En definitiva, afrontan el reto de obtener resultados diferentes y la

única forma de lograrlo es cambiando la forma de pensar y actuar. Para llegar a esto es

fundamental que las empresas permitan que su personal contribuya en la generación de

ideas y propuestas. Esto se logra al promover la innovación y creatividad como valores

organizacionales. Para muchas empresas este es un paso crítico, ya que implica

abandonar las antiguas costumbres y asumir riesgos. Por otro lado, no debe ser un

proceso descontrolado y el papel de la dirección y de Recursos Humanos es

determinante, para gestionar los recursos y promover la creatividad y la innovación.

¿Cuál es el camino para promover la creatividad e innovación? No hay una única receta,

pero sí podemos hacer un planteamiento con acciones que contribuyan a promover estos

elementos.
¿Qué emprendimientos ha realizado a partir de las experiencias vividas hasta hoy?

Las ideas son abstractas hasta que son expresadas, empleadas o puestas en

práctica, momento en el cual las podemos percibir y observar los resultados o

consecuencias que ellas producen. En forma general podemos afirmar que la idea es lo

primero que existe antes de generar una acción, tal como lo expreso el filósofo René

Descartes “cogito ergo sum - pienso luego existo”. En este sentido se reconoce

actualmente que los seres humanos son mucho más sentimentales que racionales, por lo

cual en muchas ocasiones también tendremos que aceptar que “sentido ergo sum -

siento luego existo”. Cuando tratamos la problemática de las ideas es necesario

reconocer que produce la idea y como esta motiva la acción. Se recomienda mantener

atención al proceso que nos conduce a generar una idea, si es algo razonado o
correlacionando conocimientos previos, si es un sentimiento o reacción ante una

circunstancia externa, si es una mezcla de pensamientos y sentimientos creados por el

entorno, una circunstancia específica o una proyección a futuro. Esto por cuanto es

indispensable el poder comunicar las ideas y para hacerlo en forma eficiente el contexto

permite a la persona que comunica llegar de mejor manera a su interlocutor. Por tanto,

las ideas son el resultado de un proceso mental de cada individuo y su proceso de

generación responde a diferentes circunstancias tanto del entorno como de la persona en

sí misma y el proceso de comunicación o acción de la persona será influenciado en gran

medida por lo sentimiento o entorno que la generaron.

Si aceptamos que las ideas son el resultado de un proceso mental de cada individuo y

que son accionadas por el entorno, recuerdo o correlación de conocimientos, entonces

será fácil aceptar que la idea se origina en:

El puesto de trabajo, durante las actividades o trabajo que desarrollamos a diario

Durante el receso, mientras realizamos nuestras actividades preferidas y descansamos

Viendo algo que alguien ya lo ha hecho

Viendo las necesidades de otras personas Realizando búsquedas programadas

Teniendo un momento de claridad o visión (no sabemos cómo generamos la idea).

De hecho, la revista INC de los Estados Unidos de Norte América ha realizado estudios

que respaldan esta conclusión (Lázaro, 2014). En forma general podemos decir que el

origen de las ideas demanda de un proceso, que sistematizándolo sería el siguiente:


Etapa de preparación: donde conscientemente o inconscientemente cada individuo

recoge información y define que hay un problema o requerimiento, acción posible o

alternativas, formas o representaciones.

Etapa de incubación: cuando mentalmente (y usualmente en forma inconsciente

(Bachrach, 2013)) conectamos diferentes ideas, recuerdos, contextos para dar forma a

nuestro problema o requerimiento.

Etapa de revelación: donde al fin definimos o encontramos la idea que buscamos, en

el mejor de los casos la idea que queríamos crear.

Etapa de evaluación: cuando mentalmente o interactuando con otros verificamos la

idea, su valor o utilidad. Según Estanislao Bachrach en su libro “Ágil mente”, la

posibilidad de conseguir una revelación es más alta cuando permitimos a nuestra mente

estar relajada,

de esta manera se explica porque cuando una persona se toma un receso de su trabajo

encuentra la solución a los problemas planteados, nuestra mente requiere tiempo para

poder incubar y alcanzar la revelación, en teoría mientras continuamos las actividades

que tenemos nuestra mente no pasa de la etapa de preparación. De aquí la

recomendación de cambiar de actividades cada cierto tiempo, cambiar de lugar de la

actividad, estudiar u observar otras actividades y permitir que el cerebro se

“descongestione” del trabajo actual permitiéndole crear ideas. Reconociendo que el ser

humano es un ser emocional y racional es de importancia resaltar que el estado

emocional de la persona afectará el proceso anteriormente descrito, por tanto, las

actividades que nos generan estrés, nos desagradan o consideramos aburridas tendrán

una mayor probabilidad de no generar ideas, puesto que el proceso será lento o a su vez

ineficiente. De allí que es imprescindible dedicarse a actividades que nos traigan alegría
y felicidad cada día, no solo por salud, si por nuestra habilidad de pensar y

desarrollarnos como personas.

¿Qué aspectos de su vida le han permitido innovar?

Hasta ahora, nuestras reflexiones sobre la Era de la Colaboración se han centrado en la

Innovación Empresarial, a la que hemos definido como un auténtico “imperativo de

negocio”, es decir, una condición sine qua non para la supervivencia de las empresas en

un mundo de cambios acelerados.

Nos faltaba, sin embargo, abordar la dimensión personal de la innovación. Y eso es

precisamente lo que pretendo hacer en esta y en la próxima conversación.

Mi idea es ayudarte a construir un mapa de innovación personal; un mapa-guía que

podrás utilizar para hacer frente a la incertidumbre y la volatilidad de este entorno

complejo y cambiante en el que estamos viviendo.


El punto de partida es el siguiente: en una época como ésta, marcada por los cambios

acelerados, no puedes conducir mirando por el espejo retrovisor. Es decir, no puedes

confiar en salir adelante utilizando aquellas herramientas que sí te han funcionado con

anterioridad, pues lo que nos aguarda es completamente diferente de lo que hemos

conocido hasta ahora.

Te guste o no, el mundo está cambiando, y necesitas cambiar las viejas formas de

trabajar, que sólo tenían sentido en el pasado y que surgieron para resolver problemas

que ya no son relevantes en la consecución de tus objetivos.

Se trata, pues, de innovar para vivir una vida más rica; una vida que nos permitirá

desarrollar todo nuestro potencial como personas.


Bibliografía

Publicado en enero 23, 2012 Innovación, Liderazgo JOSÉ CABRERA

Estrategias de creación empresarial Imagen de la tapa del libro por Luis Carlos Palacios

Acero EDITORIAL Ecoe Ediciones FECHA 2012-01-01

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