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Tipos de lectura

La lectura es el método que se emplea para captar mediante el


ojo humano las letras o símbolos escritos e interpretar lo que
significan o la idea que transmiten en su conjunto. Para poder
leer sobre un tema determinado es indispensable que el lector
conozca la simbología para poder interpretarlo, de otra manera
sería casi imposible

Existen una serie de técnicas que se emplean en diferentes


momentos para contribuir a la comprensión del lector. Es
importante saber que no todas se adaptan a todos los tipos de
textos y no todas son cómodas de emplear para la totalidad de
los lectores. Habrá quienes tendrán diferentes experiencias
acorde a la práctica y los conocimientos previos.
Lectura silenciosa

En este caso el lector no necesita reproducir con la boca las


palabras que percibe. Es decir solo necesita leer con los ojos y
la interpretación se realiza sin la emisión de sonidos de ningún
tipo. Es indispensable que el lector se concentre de manera
excelente, de otra manera sería muy complicado seguir este
tipo de lectura
Lectura superficial Este tipo se realiza cuando se lee por
primera vez un texto. Consiste en realizar una especie de
“escáner” sobre la lectura para saber de qué se trata, sin
detenerse demasiado en los detalles o en la compresión. Se
utiliza más para brindar una primera impresión.
Lectura selectiva Este tipo de lectura es empleada en algunas
ocasiones donde se necesita buscar algo en un texto dado. A
partir de palabras que se seleccionan se intenta rastrear la
temática que se busca. Al igual que en el tipo anterior la lectura
es rápida y el lector no ahonda en los detalles.
Lectura comprensiva La lectura comprensiva se utiliza tal como
su nombre lo indica para entender la temática del texto. Es
mucho más lenta que los tipos anteriores. Usualmente se
releen algunas partes para lograr una mejor fijación de lo
comprendido.
Lectura reflexiva y crítica En este caso la lectura se realiza de
forma objetiva, no todo aquello que dice el texto es tomado
como una verdad dada, sino que se reflexiona a partir de los
conocimientos previos y se acepta en el caso de que sea
correcta o bien se niega en el caso de que sea desacertada.
Solo puede ser realizada por individuos conocedores del tema.
Lectura recreativa La lectura de este tipo se realiza cuando el
objetivo principal del lector no es la comprensión, sino que el
placer de leer. Ésta es una lectura distendida, razón por la que
no interesa demasiado la velocidad de la lectura. Por lo general
la temática más escogida por los lectores es la literatura.
Lectura fonológica En este caso es la fonética la que importa.
En realizad no se le hace mayor énfasis en lo que es la temática
del texto, sino que se recalca la correcta pronunciación de las
palabras. Este tipo de lectura es empleado por fonoaudiólogos
para personas con dislexia u otras complicaciones.
Lectura denotativa La lectura denotativa se emplea
principalmente para enseñar a personas que comienzan a leer
a comprender el texto, una vez aprendida esta técnica es
muchas veces empleada de forma inconsciente. Se realiza una
comprensión a partir del desglose de las partes del texto.
1
Enséñale el alfabeto. El primer paso para aprender a leer será
reconocer las letras del alfabeto. Usa un póster, una pizarra o
un cuaderno para escribir o mostrar el alfabeto. Repasa las
letras con el alumno hasta que las aprenda todas. Podrías
cantar la canción del alfabeto para que lo ayudes a
recordar.[1]Cuando el alumno se sepa el alfabeto en orden,
desafíalo escribiendo varias letras sin orden y pídele que las
recuerde.
También podrías nombrar las letras y pedirle al alumno que las
señale.
Cuando se le enseña a un niño, primero enséñale las letras de
su nombre. De esta manera, la enseñanza de letras será más
personal e importante, porque es algo importante para el niño,
su propio nombre, el niño será “dueño” de su aprendizaje, cosa
que lo emocionará mucho.[2]
2
Enséñale los sonidos. Cuando el alumno esté familiarizado con el alfabeto, tendrás que
enseñarle el sonido de cada letra. Aprender el nombre de cada letra no será suficiente, pues una
letra podría pronunciarse de diferente manera dependiendo de la palabra. Por ejemplo, el
sonido de la x en la palabra “taxi” es diferente al sonido de la x en la palabra “México”. Cuando
el alumno ya domine los sonidos de cada una de las letras, podrá recién practicar a combinar
sonidos para formar palabras.El conocimiento de los sonidos básicos de un idioma y la
capacidad para manipularlos para formar palabras distintas se conoce como consciencia
fonémica.[3]
Revisa cada letra y enséñale los sonidos que hace. Da ejemplos de palabras que empiecen con
cada letra y luego pídele al alumno que también dé ejemplos.
También podrías presentar una palabra y preguntarle al alumno con qué letra empieza.[1]
Podrás familiarizar al alumno con pares de letras comunes que hagan sonidos específicos, tales
como “ch”, “sh” y “ll”.
3
Enséñale palabras de una sílaba. Luego procede a enseñarle una lectura básica. Para hacerlo,
muéstrale de dos a tres palabras de una sílaba. Los principiantes suelen tener mejores
resultados con palabras formadas por una consonante-vocal-consonante, tales como PAN o
SOL.Empieza a pedirle al alumno que lea palabras sencillas de una sílaba, tales como “col”.
Pídele que nombre cada letra, luego que intente leer la palabra. Si comete un error,
pregúntale de nuevo qué sonido hace la letra. El alumno reflexionará y lo recordará, sino
tendrás que decírselo. Cuando lea bien la palabra, felicítalo con entusiasmo.[1]
Repite este proceso con otras palabras sencillas de una sílaba. Cuando hayan visto cinco
palabras, regresa a la primera y observa si el alumno puede leerla más rápidamente.[1]
Continúa presentándole más palabras y poco a poco dale palabras más complejas y largas.[1]
4
Enséñale las palabras de uso frecuente. Estas palabras tienen que memorizarse porque divergen de las reglas
normales de ortografía, tales como “feliz”, “vaso” y “hoy”. Por tal motivo, será vital que los lectores puedan
reconocer estas palabras instantáneamente cuando las vean en un texto.Podrás encontrar las palabras más
comunes de este tipo enumeradas en muchas listas, por ejemplo, en inglés, tendrás las listas Dolch Sight
Word Series y Fry List. [4]
Para enseñar las palabras más frecuentes, procura asociar cada palabra con una ilustración. Al presentarle al
alumno ilustraciones de esas palabras junto con la manera en que se escriben los ayudará a hacer conexiones
importantes entre el objeto y la palabra.
Las tarjetas o carteles con un dibujo colorido y la palabra debajo de él serán herramientas excelentes para
enseñar este tipo de palabras.
La repetición será clave para asimilar las palabras más frecuentes. Los lectores principiantes tendrán que leer
y escribir una palabra frecuente nueva varias veces. Leer muchas veces ciertos textos que contengan estas
palabras será una estrategia excelente para que las memoricen.[5]
5
Enriquece su vocabulario. El vocabulario de lectura del alumno se define como el
número de palabras que conoce y entiende mientras lee.[3] Aumentar su vocabulario
será parte integral cuando se le enseñe a leer. Entre más rico su vocabulario, podrá
leer y comprender textos más avanzados. Podrás ayudarlo a mejorar de muchas
maneras:Anímalo a leer lo más que pueda y que varíe el tipo de texto. Cuando lea,
pídele que subraye aquellas palabras que desconozca, luego, podrás explicárselas o
ayudarle a buscarlas en el diccionario.
Enséñale la definición de las palabras u otros atributos de las palabras, tales como el
significado de las raíces comunes, prefijo y sufijos.
Emplea métodos de asociación para ayudarlo a trazar conexiones entre lo que
conozcan y las palabras desconocidas. Por ejemplo, podrás relacionar una palabra
nueva con un sinónimo conocido.[3]
6
Aumenta su fluidez. La fluidez es la capacidad de leer rápidamente y con precisión, con el ritmo, entonación y expresión
adecuados. Los lectores principiantes no poseen esta capacidad. Como consecuencia, a menudo les cuesta leer textos que
superan su nivel de lectura. Sin la fluidez, el lector centrará todas sus energías en pronunciar correctamente todas las
palabras ante sus ojos, en vez de asimilar su significado. Si este es el caso, el lector no comprenderá el significado del
texto, lo cual hará que la capacidad para leer no tenga sentido alguno. Por eso será tan importante aumentar la
fluidez.Algunos lectores sin mucha fluidez vacilarán cuando lean, no podrán pronunciar ni sabrán la puntuación. Otros
leerán sin expresión o cambiarán el tono, leerán las palabras rápidamente sin reflexionar en su significado.
El mejor método para aumentar la fluidez de los principiantes consistirá en repetir determinada lectura. Cuando se repite
cierta lectura, el estudiante leerá un pasaje muchas veces mientras el profesor brinda su opinión en cuanto a la velocidad
y precisión, lo ayudará con las palabras complicadas y le demostrará una lectura fluida.[3]
También será importante asegurarse que el estudiante se familiarice con los diferentes tipos de pronunciación. Asegúrate
de que el estudiante conozca la manera en que los signos de puntuación, tales como la coma, el punto, el signo de
interrogación y de exclamación afectarán la fluidez y la entonación de la lectura.[3]
7
Prueba su comprensión de lectura. La comprensión de lectura es el proceso mediante el cual se forman
significados a partir del material leído. Para comprender un texto, el lector deberá asociar las palabras
que lee con su significado real. Tu principal objetivo como profesor será lograr que tu alumno
comprenda el texto a medida que lo lea, pues sin comprensión, no tendrá sentido leer.Para medir el
progreso del estudiante, tendrás que evaluar su comprensión lectora. Normalmente, tendrás que
pedirle que lea y responda algunas preguntas sobre lo leído. Lo podrías hacer en formato de opciones
múltiples, respuestas cortas y rellenar los espacios en blanco.
También podrás evaluar el conocimiento del alumno sobre sus estrategias de comprensión haciéndole
preguntas mientras lee, pidiéndole que haga un resumen de lo leído y observándolo.
Enseñar a niños
1
Léele al niño. Hazlo con la mayor frecuencia posible. Así le enseñarás que leer es divertido y le mostrarás
la manera en que las palabras escritas suenan cuando se las recita en voz alta. También será una
excelente experiencia de relación y lo animará a amar los libros.Podrás empezar a leerle a partir de la
infancia. Con libros de dibujos, con libros de telas texturizadas y libros de canciones de cuna para bebés y
niños pequeños. Cuando crezca un poco más, podrás mostrarle libros de alfabeto y de rimas.
Haz que tu hijo participe haciéndole preguntas sobre el contenido del libro y de sus imágenes.
Preguntarle sobre el libro que vayan a leer juntos hará que la experiencia sea más interactiva y lo
animará a entender realmente lo que vea y lea.
En el caso de los bebés, deberás tratar de señalar ciertas imágenes y preguntarle “¿ves el tractor?”
mientras lo señalas. Esto ayudará a aumentar su vocabulario y le permitirá interactuar con el proceso de
lectura. A medida que vaya progresando, señala algunos animales como gatos u ovejas y pídele que
reproduzca los sonidos de esos animales, tales como “miau” y “mee”. Esto demostrará que el bebé
comprende lo que ve, ¡además será muy entretenido![6]
2
Da un buen ejemplo. Aunque tu niño se muestre interesado en
leer desde una edad muy temprana, perderá el interés
rápidamente si la lectura no se muestra ni se fomenta en casa.
Los niños aprenden del ejemplo, así que agarra un libro y
muéstrale a tu hijo que la lectura es algo que los adultos
también disfrutan.[6]Aunque estés ocupado, procura que tu
hijo te vea leer al menos unos cuantos minutos al día. Para dar
un buen ejemplo no tendrás necesariamente que leer una
novela clásica. Podrás leer el periódico, un libro de cocina, un
novela de suspenso… ¡dependerá de ti!
3
Mira las imágenes. Mirar las imágenes de los libros será
excelente para aumentar su vocabulario y ayudarlo a
comprender la trama de un cuento. Antes de leer un libro
nuevo, primero hojéalo, haz comentarios sobre las imágenes.
Muéstrale cómo captar las pistas del contexto que lo ayudarán
a leer.[7]Procura hacer preguntas que pueda responder
mirando las imágenes. Por ejemplo, si hay una palabra de color,
pídele que adivine la palabra a partir de la imagen.
Felicítalo por las respuestas correctas y hazle más preguntas
para animarlo si se frustra.
4
Sé variado. Cuando escojas materiales para ayudar a tu niño a
leer, emplea una combinación de libros fónicos que con el
tiempo pueda leer solos, cuentos un poco más avanzados que
leerán juntos y materiales para divertirse de su elección, tales
como historietas y revistas.Usar diversas clases de materiales y
actividades hará que aprender a leer sea una actividad
agradable, no una tarea.
¿Tienes un libro favorito de tu niñez que quieras compartir con
tu niño? Si has leído un libro una y otra vez, esa pasión podría
ser contagiosa.[7]
5
Sé creativo. Un poco de creatividad hará mucho a la hora de
enseñar a tu niño leer. Si lo estimulas con el proceso de
aprendizaje, verás que será más fácil mantener su atención y
aprenderá mucho más rápidamente gracias a ello. Piensa en
método alternativos para que aprender a leer sea algo
divertido.Haz un show. Para que leer cuentos sea divertido y
contribuya a mejorar la comprensión lectora, podrás hacer una
pequeña actuación. Dile a tu niño que después de leer el libro
juntos, decidirás qué personajes tendrán que actuar. Podrán
escribir un guion juntos, crear accesorios y disfrazarse o
ponerse máscaras.[7]
Prueba formar letras con plastilina, escribiéndolas en la arena
de la playa o dibujándolas en la alfombra con cuerdas.[8]
Enseñar a adultos

1
Tendrás que comprender que enseñar a un adulto a leer es una tarea difícil. Los adultos no son tan rápidos
para aprender habilidades nuevas como los niños y podría resultarles difícil recordar los sonidos de las letras y
las palabras que para un niño sería muy fácil. Sin embargo, enseñar a un adulto a leer también será una
experiencia sumamente satisfactoria. Solo necesitarás tiempo y mucha paciencia.A diferencia de los niños, los
adultos no pueden estar varias horas en un salón de clase todos los días. Si tienen que cumplir sus deberes
laborales y familiares, tendrás un par de horas a la semana como mucho para mejorar su capacidad lectora, lo
cual podría prolongar significativamente el proceso de aprendizaje.
Los adultos que no saben leer podrían también tener toda una vida de experiencias y emociones negativas
que asociarán con su incapacidad para leer, la cual podría ser difícil de superar.
2
Evalúa su capacidad. Para saber dónde empezar, necesitarás
evaluar su nivel de capacidad lectora. Podrías utilizar una
evaluación profesional o simplemente pedirle que haga
cualquier lectura o escrito que ya conozca. Por tu parte,
tendrás que observar los puntos que veas que tiene
problemas.Sigue observando su nivel a través de todo el
proceso de aprendizaje.
Si ves que tiene problemas con determinada habilidad o
concepto constantemente, tómalo como guía para ayudarle a
trabajar esa área.
3
Hazlo sentir seguro. El desafío más grande de un adulto que no sabe leer es superar la
inseguridad de su incapacidad. Muchos adultos carecen de autoconfianza por el miedo de que
sea muy tarde para que puedan aprender a leer. Muéstrale confianza en su capacidad de
aprendizaje y asegúrale que nunca es demasiado tarde para empezar.Dale la tranquilidad de
que su familiaridad con el español hablado y su vocabulario desempeñarán un papel muy
importante para que aprenda a leer.
Muchos adultos pasan muchos años escondiendo su incapacidad para leer de los profesores,
familiares y colegas. Hazles saber que ya no será necesario que sientan vergüenza y que
respetas su valentía por recurrir a ti para aprender.
4
Usa los materiales apropiados. Cuando se enseña a adultos,
busca materiales que no sean muy infantiles o al menos
pregúntales si no tienen problema alguno que uses ese tipo de
material. No obstante, recuerda que los libros infantiles
podrían ser materiales fáciles, pues usan palabras y rimas
sencillas para reforzar la conexión entre los patrones de letras y
los sonidos.También recuerda que si usas materiales muy
difíciles o muy superiores a su nivel, los lectores adultos
podrían desalentarse fácilmente.
Emplea materiales de un nivel alto, pero manejables, así la
capacidad y la seguridad de un lector adulto crecerá.
5
Procura que sea pertinente. Procura usar materiales interesantes y pertinentes
al alumno. Al usar materiales así, el proceso de aprendizaje será menos
trabajoso y animarás al alumno adulto, porque estarás mostrándole las
aplicaciones prácticas del aprendizaje de la lectura.Cuando vayas a practicar la
lectura, procura usar señalizaciones de tránsito, artículos de periódicos o menús
de restaurantes.
Usa la tecnología. Envíale al alumno cada palabra nueva que tendrán que
aprender vía mensaje de texto. Hacerlo hará que aprender sea divertido e
importante para la vida diaria.
PROCESO DE ESCRITURA Lectura y escritura se suelen presentar
a menudo como las dos caras de una misma moneda, puesto
que una y otra constituyen procesos inversos de utilización de
un mismo código: al leer, se decodifica un mensaje que
procede de la lengua hablada y al escribir se codifica un
mensaje desde esa misma lengua.
De hecho, la lectura sólo puede realizarse sobre algo que haya
sido previamente escrito, así como, se escribe, en la mayoría de
los casos, pensando en que alguien va a Que consiste en
expresarse por escrito con exactitud, para decir sólo lo que se
pretende comunicar, con claridad, para evitar interpretaciones
erróneas; con concisión, sin rodeos ni palabras superfluas y con
originalidad, para dar a los escritos un carácter personal. leer lo
expuesto. Asimismo, la base fundamental para la comunicación
escrita de cualquier texto, es la buena redacción:
Las características de la redacción deben ser: SENCILLA, es
decir, espontánea, sin amaneramientos o artificios CLARA, sin
ambigüedades, sin oscurantismos que afecten la expresión
PRECISA, sin palabras innecesarias o superfluas, el pensamiento
debe ser conciso. ORIGINAL, evitando ser copiada de otros,
expresar las ideas con nuestras propias palabras.

Para el dominio de la redacción no solo se debe tener


conocimientos lingüísticos o gramaticales, también se debe leer
correctamente y, sobre todo, escribir, pues a redactar sólo se
aprende al redactar. Aunque todas las personas no poseemos
esas capacidades en igual grado, existen técnicas de trabajo
que ayudan a acrecentarlas y perfeccionarlas, al tiempo que
son poderosos auxiliares que facilitan la práctica de la
redacción. El que escribe para comunicar algo a los demás con
corrección y cierta belleza expresiva, debe hacerlo corrigiendo
las siguientes etapas de un proceso normal de escritura: P
PLANEACIÓN Este es el primer paso y se deben plantear y
responder tres preguntas fundamentales: ¿Qué pretende
comunicar?, es decir qué tema quiere desarrollar y qué idea
precisa desea transmitir. ¿Cuál es su intensión comunicativa?, o
sea, si pretende informar, enseñar, deleitar, persuadir, o
conmover con esa idea. ¿Cómo se va a expresar?, esto es,
cómo la va a desarrollar y plasmar con propiedad y corrección.

Cuando ya se tienen respuestas claras a las preguntas


anteriores, antes de empezar a escribir para desarrollar el
tema, es necesario estudiarlo detenidamente para establecer
criterios, ordenar ideas, buscar datos y ejemplos para defender
la razón por las cuales se está escribiendo tal o cual cosa,
establecer contrastes y tratar de convencer a los lectores. Para
alcanzar estos objetivos, se debe: Anotar el tema y todo lo
que se conoce el mismo Buscar información sobre las ideas
más confusas o menos conocidas y tomar notas, apuntando
datos ye ejemplos. Elaborar esquemas en donde se tenga una
organización de lo anterior.
REDACCIÓN Y REVISIÓN El siguiente paso consiste en escribir
un borrador del texto y revisarlo con detenimiento y corregirlo
tantas veces como sea necesario, no olvidando lo que se quiere
transmitir, su organización, forma de expresión, a quien o a
quienes está dirigido. Estas correcciones nos sirven para dar
claridad y variedad, siempre y cuando se conserven sus ideas
fundamentales teniendo en cuanta lo siguiente:

Las oraciones en el texto no deben


ser alteradas, para dar la intensión
comunicativa del autor. Se deben
utilizar sinónimos en las oraciones y REESCRITURA Y ESTILO Por último, se debe escribir el texto
párrafos para dar mayor belleza y definitivo, empleando el vocabulario correcto, estructuras
precisión. Adicionar oraciones lingüísticas adecuadas y teniendo cuidado en el estilo o manera
para dar mayor explicación al de escribir, de igual manera se tendrá muy en cuenta la
contenido del mensaje. Suprimir correcta utilización de la ortografía y la presentación del
palabras u oraciones para evitar escrito. Finalmente, se determinará el título, el cual deberá
ambigüedades en el contenido del resumir la idea general de nuestro trabajo y genere atracción
texto para los lectores.
cuando queremos expresar nuestras propias ideas, conocimientos, creencias y
sentimientos simplemente deseamos transmitir un mensaje por lo que con escribir
palabras no basta. Por simple que sea el mensaje, la escritura requiere una planificación
de lo que se quiere transmitir, establecer los contenidos y realizar una serie de procesos
lingüísticos para traducir esos conceptos en proposiciones lingüísticamente apropiadas,
por lo que se necesita un tipo de capacidad nueva a la que denominamos "composición
escrita".
Como señalaron Bereiter y Scardamalia, además de pasar desde la expresión oral a la
gráfica,componer un texto escrito implica pasar de una comunicación cara a cara a otra
en la que nuestro interlocutor está ausente, lo que supone pasar de utilizar un sistema de
producción del lenguaje interactivo, que depende de las respuestas de los interlocutores,
a un sistema en donde el emisor funciona autónomamente, sin obtener una respuesta
inmediata del receptor.
No es sólo que la situación de escritura sea más o menos difícil
que la de expresión oral, sino que es una tarea
totalmente diferente, en donde se tiene que aprender a
generar un texto sin la presencia de señales externas y se
necesita un grado de planificación ausente en la comunicación
oral.
A diferencia de lo que ocurre con la comprensión lectora,
los modelos de la composición escrita son escasos,
aunque existen diversas investigaciones que se han orientado a
describir y explicar los procesos que lleva a cabo el escritor y a
describir y explicar las operaciones, estrategias y conocimientos
que debe poseer y cómo interactúan entre sí todos estos
aspectos en el proceso mismo de escritura.

Aunque para conseguir este fin se han empleado


diferentes metodologías de investigación, los modelos más
logrados proceden del modelo de Flower y Hayes, de acuerdo
con este modelo, los grandes componentes que determinan el
proceso de composición escrita son tres: el conocimiento
almacenado en la memoria a largo plazo del escritor, el
contexto de producción del texto y los propios procesos
mentales que hacen posible la expresión escrita.
La memoria a largo plazo (MLP).
La persona que intenta escribir tiene almacenados en su
memoria una serie de conocimientos para su propósito, que le
permitirá adoptar la perspectiva de los lectores potenciales o el
conocimiento del lenguaje escrito y sus convenciones.
El contexto de producción del texto.
Está modulado por los objetivos de la escritura e incluye los
aspectos motivacionales, las características de la audiencia y la
interpretación de la tarea que hace el escritor. En función de
todos ellos, el texto que se va produciendo, se está
reelaborando continuamente hasta su versión final.
Los procesos de expresión escrita.
Son los procesos y operaciones concretas que lleva a cabo el
escritor, en los que influyen todos los factores citados
anteriormente. En relación con este último aspecto, se
proponen tres procesos básicos de producción de la escritura:
- Proceso de planificación: Consiste en la búsqueda de ideas e
información y elaboración de un plan de escritura, integrado
por establecimientos de metas y objetivos generales,
generalización de ideas o del contenido y organización. Las
preguntas a las que quien escribe trata de responder con este
tipo de procesos son:
Ø Qué se va decir.
Ø Cómo se va a decir.
Ø Qué aspectos se van a resaltar y cuáles serán de carácter
secundario.
Ø Quién va leer lo escrito.
Ø Qué fin se persigue.
Ø Qué sabe el potencial lector del tema sobre el que se
escribe.
Proceso de textualización: Consiste en convertir las ideas en
palabras, en producir el discurso planificado por lo que implica
la concreción y el desarrollo de la secuencia de palabras que
servirán para expresar las ideas, incluye los procesos
grafomotores, sintácticos, léxicos, semánticos, textuales y
contextuales.

- Proceso de revisión: Consiste en mejorar el texto hasta que


toma su forma definitiva. Implica la evaluación y revisión del
texto, el análisis de las metas e ideas que todavía no se han
trasladado al papel y supone la detección y corrección de
errores, precisar y comprobar la coherencia de las ideas. Tiene
dos subprocesos: edición y lectura de texto, reedición y nuevas
revisiones.

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