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TERAPIA INFANTIL
La etapa infantil es una etapa de la vida llena de cambios vitales, de crecimiento físico y psicológico, de
mejora de capacidades, de logros de muy diversa índole. Aunque también se caracteriza por el duelo infantil.
Como dice R. Neimeyer, todo cambio implica una pérdida, de la misma manera que una pérdida es imposible
sin un cambio. Y es que a lo largo de la vida, desde el nacimiento como primera y dolorosa separación,
discurrimos en un continuum de vínculos y de pérdidas. Hasta la última y definitiva, que es la propia muerte.
Cada pérdida comporta un duelo, y su intensidad dependerá del tipo de pérdida y de la capacidad de la
persona para elaborarlo. En ese sentido, la edad del niño o la niña van a ser cruciales para entender de qué
recursos psicológicos dispone.
Pero antes de entrar más en detalle en el significado del duelo y sus tareas, vamos a hacer un repaso de las
posibles pérdidas que puede afrontar un niño.
Pérdida de la vida
Pérdida de aspectos del self (salud, referidas al cuerpo, cognitivas, motoras, autoestima, valores, ideales,
ilusiones…)
Pérdida ambigua: Representa situaciones en las cuales la privación es ambigua, confusa, incompleta o
parcial; es una despedida poco clara, tiene un alto componente de ambivalencia emocional. El concepto de
ambivalencia se refiere a los impulsos antagónicos de la psique que entran en conflicto. Para los niños el
reconocimiento explícito de la ambivalencia es muy difícil, aunque sus sentimientos ambivalentes sean muy
comunes.
En el duelo infantil, los niños viven la pérdida como una experiencia nueva y buscan respuestas y consuelo
en los adultos. Pueden estar confusos y no saber qué esperar. La principal diferencia respecto del duelo
adulto es que en los niños las expresiones intensas emocionales y de conducta no son continuas, y muy a
menudo el malestar no puede ser mediado por la palabra.
Asumir la realidad de la pérdida. Muy a menudo las pérdidas producen sorpresa, e incluso incredulidad. Más
Asumir las emociones relacionadas con la pérdida. Los duelos duelen. No hay atajos emocionales ni afectivos.
Olvidar recordando. Reubicar el objeto perdido. Relacionarse de otra forma con el recuerdo de aquello que
se perdió, dejando espacio para seguir adelante, incorporando lo nuevo sin dejar de lado lo perdido.
Tipos de duelo
Los niños, como los adultos, pueden desarrollar diferentes tipos de duelo. Estos son los principales tipos de
duelo que pueden darse:
Anticipado. Se pone en marcha antes que suceda la pérdida, cuando esta es predecible.
Congelado. El duelo empieza pero se para en un punto determinado. No se adelanta en las tareas del duelo.
Ausente. Cuando la persona hace una negación de la pérdida. No se afronta la situación. El duelo no empieza.
Inhibido. Cuando hay una dificultad de expresión de los sentimientos. Hay malestar psicosomático.
Desautorizado. Socialmente o familiarmente no se acepta que la persona esté en duelo. En niños muy a
Distorsionado. Hay una reacción desproporcionada. Suele pasar cuando hay un duelo previo, que amplifica la
Shock. Incredulidad, desconcierto. Puede ser que la persona actúe como si nada hubiera pasado, o bien que
se paralice. Es un mecanismo protector que permite abordar la información, una especie de evitación
pasajera de la realidad.
Búsqueda. Urgencia por reencontrarse con el objeto perdido. Frustración, rabia, culpa. Pérdida de la
Organización. Se empieza a poner en funcionamiento los recursos propios. Adaptación a la nueva realidad.
En el duelo infantil, se acentúan algunas reacciones que se inscriben en el proceso normal del duelo:
negación de la realidad, conductas regresivas, agresivas, vulnerabilidad, miedo, culpabilidad, ocuparse de los
demás, cuidar, controlar…
Cuatro cosas básicas a explicar sobre la muerte para ayudar en el duelo infantil:
ES UNIVERSAL
ES IRREVERSIBLE
EL CUERPO YA NO FUNCIONA
LA MUERTE TIENE UN PORQUE Y ES UNA CAUSA FÍSICA
Hasta los dos años
A esa edad tan temprana, los niños no tienen una construcción cognitiva del significado de la muerte. Pueden
sentir la ausencia, y pueden reaccionar con un proceso de duelo consecuente. Son sensibles a los cambios de
rutinas, y al estado de ánimo de los adultos de referencia.
Si están elaborando el duelo, pueden tener rabietas y llantos más intensos. Pueden hacer regresiones y
mostrarse más dependientes.
A esa edad, el duelo infantil cada vez se parece más al duelo adulto. Los niños van entendiendo que la muerte
es definitiva. Hacia el final de esa etapa, pueden incluso entender la muerte en relación a sí mismos.
Pueden tener interés sobre los ritos funerarios y pedir participar. Más adelante también se preguntarán por
temas metafísicos y religiosos, por el sentido de la vida. El duelo puede manifestarse con sentimientos de
rabia y enfado, pueden acentuar conductas oposicionistas.
Pueden estar muy preocupados sobre cómo su vida puede cambiar, cómo serán sus nuevas rutinas; pueden
buscar a la persona que ha muerto. O también pueden mostrarse muy angustiados y preocupados por la
seguridad de sus personas de referencia.
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ALEJANDRA YANG
excelente explicacion, la verdad me fue de gran ayuda para poder entender lo que siente mi hijo de 11 años,
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nuestros pensamientos, nuestras emociones, están siempre sujetas a interpretaciones, las explicamos, les
damos un sentido. No es tanto aquello que hacemos, pensamos, o sentimos, como el significado que les
vamos dando a medida que los vamos experimentando
¿Por qué ir al psicólogo?
Consultar un psicólogo puede ayudar a entender, a comprender lo que estamos viviendo, los malestares o las
crisis vitales que nos afectan. Consultar para entender, y para después encontrar y mobilizar los propios
recursos para hacerles frente. Se trata de iniciar un camino acompañados, a través de la palabra y el
pensamiento que puede llevar al cambio, la clarificación o la reconstrucción personal