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Apuntes de Máquinas Hidráulicas
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ic
á q
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Autor
Cesar Huete, Daniel Martínez Ruiz, Mario Sánchez Sanz
M
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q
Autor
Cesar Huete, Daniel Martínez Ruiz, Mario Sánchez Sanz
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3
M
H áq
id ui
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as
i
Índice
1 Introducción 3
1.1 Definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
s
1.1.1 Clasificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
na
1.2 Elementos constructivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.1 Distribuidor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
1.2.2 Difusor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
as
1.2.3 Rodete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
1.3 Altura de una turbomáquina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
ui
1.4 Sistemas de referencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
ic
2 Repaso de Mecánica de Fluidos 9
2.1 Hipótesis de partida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
q
Bernoulli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
rá
3 Teoría Unidimensional 19
3.1 Objetivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
H
3.7.1 Bombas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
3.7.2 Turbinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
3.7.3 Ejercicio de aplicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
4 Efectos bidimensionales 35
4.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
4.2 Flujo bidimensional entre álabes en turbomáquinas radiales . . . . . . . . . . . . . . 35
4.2.1 El coeficiente de disminución de trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
4.2.2 Correcciones de Stodola y Pfleiderer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
4.3 Flujo bidimensional entre álabes en turbomáquinas axiales . . . . . . . . . . . . . . . 39
4.3.1 Aerodinámica de perfiles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
4.3.2 Movimiento bidimensional en cascada de álabes móvil . . . . . . . . . . . . . 41
s
4.4 Ejemplo de aplicación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
na
Flujo real: efectos tridimensionales y disipativos
5.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5.2 Efectos disipativos en máquinas radiales . . . . . . . .
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47
47
47
as
5.2.1 Capa límite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47
5.2.2 Flujos secundarios y otras fuentes de pérdidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
ui
5.3 Efectos disipativos en máquinas axiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
5.3.1 Capa límite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
ic
5.3.2 Flujos secundarios y otras fuentes de pérdidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
q
6 Análisis Dimensional 57
6.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
M
7 Cavitación 65
7.1 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
7.2 Efectos de la cavitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
7.3 Origen y descripción de la cavitación en bombas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
7.4 Cavitación en turbinas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
7.5 Velocidad específica de aspiración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74
s
na
as
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q
ul
á
M
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H
M
H áq
id ui
rá na
ul
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as
1
Nomenclatura
Caracteres latinos
s
A, S – Área o superficie de paso.
– Altura de álabe en máquina centrífuga.
na
b
c – Capacidad calorífica específica
e – Energía interna específica
as
~ei – Vector unitario en la dirección de i.
F~ – Vector fuerza.
ui
f~m – Vector fuerza por unidad de masa.
g – Aceleración de la gravedad.
ic
h – Entalpía específica
– Altura de elevación sobre el terreno.
q
Hg
H∞ – Altura teórica o de Euler con número infinito de álabes.
ul
Hz – Altura teórica con ún número finito de álabes.
á
Hu – Altura útil.
Hm – Altura manométrica.
M
ṁ – Gasto másico.
~n – Vector normal a una superficie.
p – Presión.
pa – Presión atmosférica.
id
Q – Caudal.
Qf – Caudal de fugas en el rotor.
r, θ, z – Coordenadas cilíndricas polares.
H
t – Tiempo.
T~ , T – Vector y módulo de par o torque.
U – Función potencial de fuerzas másicas.
U – Velocidad media en la tubería.
~u — Vector velocidad de arrastre.
~v — Vector velocidad absoluta.
vu — Proyección del vector velocidad absoluta sobre el vector velocidad
de arrastre.
vm — Velocidad meridiana o meridional.
Vc – Volumen de control.
w
~ — Vector velocidad relativa.
2 Índice
s
1 — Magnitudes referidas a la entrada del álabe.
2 — Magnitudes referidas a la salida del álabe.
3
4
—
—
na
Magnitudes referidas a la entrada del difusor.
Magnitudes referidas a la salida del difusor.
as
ui
Letras griegas
ic
α — Ángulo formado por el vector velocidad absoluta y el vector
velocidad de arrastre.
q
λ — Factor de fricción.
Ω — Velocidad de giro de la turbomáquina.
M
dσ – Diferencial de superficie.
rá
Σc – Superficie de control.
ρ – Densidad del fluido de trabajo.
τ̄¯ – Tensor de esfuerzos viscosos.
Φv – Disipación viscosa.
id
H
3
Introducción
El documento que sigue conforma un esfuerzo de síntesis para el estudio de máquinas hidráulicas
desde la óptica proporcionada por la formación ingenieril. El objetivo común de los autores es
ofrecer al lector una explicación completa de los principios y los modelos que permiten analizar su
s
comportamiento, así como proporcionar las capacidades de proyectar los detalles necesarios en el
na
diseño de estos dispositivos.
1.1 Definición
as
Las máquinas que serán objeto de estudio en este libro son aquellas capaces de realizar un inter-
ui
cambio de energía con un fluido que circula en su interior, sin modificar la temperatura del mismo
de forma apreciable. El sistema de movimiento mecánico particular de cada máquina extrae o
ic
bien aporta al fluido energía cinética y variaciones de presión para su aprovechamiento con fines
q
dispares.
ul
á
1.1.1 Clasificación
Existen numerosos tipos de máquinas que hacen uso del movimiento de un fluido con objetivos
M
que la densidad del fluido sufre un cambio no despreciable al atravesar el mecanismo, lo que
apareja típicamente fuertes variaciones de presión o temperatura. Éstas son las denominadas
máquinas térmicas, en las cuales no hay necesariamente una transmisión de energía térmica entre
H
la máquina y el fluido. Las segundas, hacen uso de fluidos de trabajo en los que las variaciones
de densidad y efectos térmicos son despreciables a su paso por el sistema. Estas últimas son las
máquinas hidráulicas y serán aquellas que analicemos aquí.
En función del sentido de la transmisión de energía se consideran varios tipos. Primero,
máquinas que consumen potencia del eje y la transmiten al fluido; tales como las bombas (generación de
presión), hélices (generación de empuje) y tornillos de Arquímedes (incremento de energía potencial).
Todos estos tipos necesitan de un motor que genere dicha energía mecánica transferida por el eje.
Segundo, máquinas que ceden potencia al eje al extraerla del flujo; por ejemplo las Turbinas Francis
y Kaplan (decremento de presión) o Turbinas Pelton (disminución de energía cinética). Por último,
se consideran máquinas reversibles a todas aquellas capaces de funcionar alternativamente como
generadoras o motoras.
4 1. Introducción
s
na
Figura 1.1. Turbinas Francis (izquierda), Pelton (centro) y Kaplan (derecha).
as
Finalmente, dependiendo del movimiento mecánico realizado por la máquina en su trans-
misión de energía diferenciamos a las turbomáquinas, máquinas rotativas que precisan de una pieza
ui
giratoria (rotor) que actúa de manera continuada, y el resto de máquinas de desplazamiento (e.g.
compuestas por émbolos, membranas, etc.) que no se consideran en este curso.
ic
q
Una turbomáquina hidráulica elemental se compone de una o varias células en serie (también
llamadas etapas), a través de las cuales pasa sucesivamente el fluido de trabajo variando su presión
M
y/o energía cinética. En cada una de dichas etapas podemos identificar por un lado elementos
rá
móviles (rotor) como los rodetes, y por otro elementos fijos (estátor), entre los que se encuentran
distribuidores y difusores principalmente (véase figura 1.2).
id
1.2.1 Distribuidor
Se trata de un elemento estático de la turbomáquina que guía el fluido para su adecuada interacción
con el rodete. Dentro de los difusores se pueden considerar carcasas o conductos de admisión
H
situados a la entrada del flujo. Además, también se cuentan entre los elementos del sistema
distribuidor álabes fijos que dirigen la corriente para dotarla del ángulo de entrada adecuado en el
rodete. El distribuidor es un elemento que no siempre está presente.
1.2.2 Difusor
Este elemento estático tiene una doble función en la actividad de la máquina hidráulica, por un
lado guiar el fluido a la salida del rodete hacia un conducto espiral (voluta) que rodea al rodete y
recoge el fluido saliente. Por otro lado, el difusor se emplea para convertir la energía cinética en
presión estática mediante la deceleración del flujo. Una turbomáquina que no conste de difusor se
cataloga entre las llamadas de escape libre.
1.3. Altura de una turbomáquina 5
s
na
as
Figura 1.2. Elementos constructivos de una turbomáquina
ui
ic
1.2.3 Rodete
q
Elemento esencial en la arquitectura de una turbomáquina compuesto por un conjunto de álabes
móviles. Entre los álabes se forman canales por los que pasa continuamente el fluido. Gracias a su
ul
montaje axial y su capacidad de movimiento rotatorio, el rodete transfiere energía de la máquina al
á
rotor se denominan turbomáquinas de reacción. Las turbinas de reacción reciben el caudal proveniente
rá
del distribuidor a alta presión y a través del rodete el fluido sufre una disminución importante
de la misma. Sin embargo, en las turbomáquinas de acción se conserva la presión estática a lo largo
del rodete, siendo la variación del momento cinético la responsable del intercambio de energía
id
mecánica.
El rodete es además el responsable de otro tipo de clasificación de turbomáquinas. En función
de la dirección del flujo que lo atraviesa podemos encontrar una gran variedad de configuraciones
clasificadas en radiales, axiales o mixtas.
H
La potencia transmitida Ẇ [W ] en una turbomáquina, o energía por unidad de tiempo [J/s] será
una de las magnitudes de mayor interés en este texto. La consideración de dicha cantidad permite
identificar las dimensiones [kg m2 /s3 ], pudiendo reconstruir la magnitud de potencia haciendo
uso de la densidad del fluido ρ, el caudal Q y la aceleración gravitatoria g, como Ẇ = ρQgH,
donde H representa una longitud, la altura de la turbomáquina. Este concepto relaciona la potencia
intercambiada en términos de la altura a la que podría ser elevado continuamente el caudal del
fluido de trabajo (de una densidad dada) en contra de la aceleración de la gravedad. Además, la
6 1. Introducción
teniendo en cuenta las variaciones entre la salida y la entrada de la máquina. La potencia que se ve
involucrada en el funcionamiento de estos dispositivos se puede subdividir en distintos procesos
que serán analizados en detalle en el capítulo 3.
s
La simetría de revolución presente en
la construcción de máquinas hidráulicas
na
de rotación propicia el uso de sistemas
de referencia en coordenadas cilíndricas,
as
{r, θ, x}, para el análisis fluidomecánico.
Las coordenadas intrínsecas asociadas
ui
{~er , ~eθ , ~ex } se muestran en la figura 1.3,
donde se representa una máquina axial en
ic
funcionamiento a una velocidad angular
Ω. La velocidad de los álabes o veloci-
q
~v = w
~ + ~u, (1.2)
Figura 1.3. Sistemas de referencia en coordenadas cilíndri-
donde las componentes de la velocidad cas para el estudio de turbomáquinas.
absoluta ~v = vr~er + vu~eθ + vx~ex y relativa
~ = wr~er + wu~eθ + wx~ex , referidas a estos ejes, se relacionan según,
w
vr = w r , vu = wu + u, vx = wx . (1.3)
• Turbomáquinas radiales. Cada partícula de fluido recorre una trayectoria que se encuentra
contenida en el plano ~er − ~eθ , e.g. Turbina Francis. Fig. 1.4(a).
s
na
as
ui
ic
q
ul
á
M
rá
id
H
s
hidráulica es necesario conocer cómo el fluido modifica sus propiedades aerotérmicas (presión, ve-
na
locidad y temperatura) en función de las condiciones de operación. Dichas propiedades se pueden
precisar de forma inequívoca para una partícula de fluido, que se define como la masa elemental de
fluido que en un instante determinado se encuentra en un punto del espacio. Las dimensiones de la
as
partícula fluida han de ser lo suficientemente grandes para contener un gran número de moléculas
(hipótesis del continuo) y lo suficientemente pequeñas para que las propiedades macroscópicas
ui
sean uniformes, aunque infinitésimamente diferentes a las propiedades correspondientes a las
partículas fluidas colindantes (equilibrio termodinámico local).
ic
Bajo las hipótesis del continuo y del equilibrio termodinámico local podemos escribir las
ecuaciones de conservación de la masa, del momento (lineal y angular) y de la energía, que
q
finalmente gobernaran la interacción del fluido con los diferentes componentes de la máquina
ul
hidráulica. A lo largo de este capítulo se presentaran dichas ecuaciones en forma diferencial e
á
Incluso en el mejor de los casos, cuando la geometría es muy simple y el régimen de operación es
laminar y estacionario, el detalle del comportamiento del fluido es difícil de describir. Para que la
caracterización del flujo dentro de la máquina hidráulica sea analíticamente abordable es necesario
id
La ecuación de conservación de la masa indica que la masa total contenida en un volumen de fluido
(en un sistema cerrado) permanece constante con el tiempo, es decir
"Z #
d
ρdV = 0 (2.1)
dt Vf (t)
donde el volumen de fluido, Vf (t), contiene siempre las mismas partículas de fluido. En sistemas
donde el fluido está en movimiento la función Vf (t) es también una incógnita del problema y
s
variará con el tiempo de acuerdo al movimiento de las partículas en la frontera. Es por tanto
oportuno reescribir (2.1) para un volumen de control Vc (t) fijado según conveniencia. De esta forma
tenemos que
Z
na
as
d
Z
ρdV = − ρ (~v − ~vc ) · ~ndσ (2.2)
dt Vc Σc
ui
tras hacer uso del teorema de transporte de Reynolds, lo que indica que la variación de masa en
un sistema abierto cuyo volumen es Vc (t) se debe a la cantidad neta de masa que entra o sale por
ic
unidad de tiempo a través de la superficie Σc (t). Para fluidos incompresibles con un volumen de
q
control constante obtenemos
Z
ul
(2.3)
á
Z Z
(2.4)
Q = (~v − ~vc ) · ~ndσ = Q1 = (~v − ~vc ) · ~ndσ = Q2
Σ1 Σ2
ya que el no hay flujo (~v − ~vc ) · ~n = 0 a través de las paredes sólidas, ya sean fijas Σp o móviles Σa .
Suponiendo que las propiedades del fluido son uniformes a la entrada y a la salida (hipótesis
de flujo unidimensional) encontramos que Q = v1 A1 = v2,x A2 , ya que la componente acimutal es
la única que contribuye al transporte de masa a través de la superficie Σ2 , es decir, ~v2 · ~n = v2,x .
Se observa que, por extensión directa, el gasto másico cumple G = ρv1 A1 = ρv2,x A2 = ρQ. Por
tanto, para situaciones donde no hay mezcla de varios fluidos, es suficiente con calcular el gasto
volumétrico pues la densidad del líquido no cambia entre la entrada y la salida.
En determinadas ocasiones es conveniente usar la ecuación de conservación de la masa de
2.2. Ecuaciones de conservación 11
Q̇
Σp
v2,x
v2,θ Σ2
Ẇ Σ1
ρ
Q v2,θ
Ω v2,x
v1
v2,x
p1 p2
R1 v2,θ
R2 v2,θ
v2,x
Q̇ Σa
s
Figura 2.1. Esquema de una turbomáquina y su volumen de control,
ic
un fluido incompresible, lo que indica que no hay presencia de fuentes ni sumideros en el campo
q
fluido.
ul
á
d
Z Z Z Z Z
ρ~v dV + ρ~v (~v − ~vc ) · ~ndσ = − p~ndσ + ¯
~n · τ̄ dσ + ρf~m dV (2.6)
dt Vc (t) Σc Σc Σc Vc
id
donde los términos en el lado derecho de la igualdad representan las fuerzas exteriores que actúan
sobre el sistema, las cuales pueden ser de dos tipos: fuerzas de superficie y fuerzas volumétricas.
Estas últimas están representadas por el vector de fuerzas másicas
H
~
~ ∧ ~v − dΩ ∧ ~x ,
f~m = ~g − ~a0 −Ω ~ ∧ Ω~ ∧ ~x − 2 Ω (2.7)
} F. Coriolis |dt{z }
|{z} |{z} | {z }
Gravedad Ac. lineal
| {z
F. Centrífuga Ac.Angular
el cual incluye fuerzas de largo alcance como son la fuerza gravitatoria o las fuerzas relativas
a sistemas de referencia no inerciales. Si las fuerzas másicas derivan de un potencial U – son
conservativas – podemos escribir
!
|Ω~ ∧ ~x|2
f~m = −∇U = −∇ −~g · ~x + ~a0 · ~x − (2.8)
2
12 2. Repaso de Mecánica de Fluidos
Relativo a las fuerzas de superficie encontramos en (2.6) el término de fuerzas de presión ∼ p~n
y el término asociado a los esfuerzos viscosos ∼ ~n · τ̄¯, donde τ̄¯ es el tensor de esfuerzos viscosos,
definido simétrico para un fluido newtoniano e incompresible τij = µ (∂vi /∂xj + ∂vj /∂xi ). Para el
caso de fluidos ideales, donde los efectos viscosos pueden ser despreciados, el único tipo de R fuerza
de superficie involucrado en la ecuación del momento lineal es el relativo a la presión − Σc p~ndσ,
el cual siempre apunta en la dirección del vector normal a la superficie considerada ~n.
En forma diferencial, la ecuación del momento para un fluido ideal que involucra sólo fuerzas
de volumen conservativas se puede reescribir como
2
D~v ∂~v ∂~v |~v |
ρ =ρ + ρ~v · ∇~v = ρ + ρ∇ − ρ~v ∧ ∇ ∧ ~v = −∇p − ρ∇U (2.9)
Dt ∂t ∂t 2
s
Si volvemos al ejemplo estacionario de la máquina hidráulica mostrada en la figura 2.1, donde
el volumen de control no está acelerado, las fuerzas de volumen y las fuerzas de superficie viscosas
F~ = −
Z
na
pueden despreciarse, encontramos que
p~ndσ = ρQ (~v2 − ~v1 ) + (p2 A2 − p1 A1 ) ~ex = [ρQ (v2,x − v1 ) + (p2 A2 − p1 A1 )] ~ex (2.10)
as
Σa +Σa
ui
de acuerdo a (2.6), donde F~ = F~ex es la fuerza que la máquina (a través de las paredes y los álabes)
ejerce sobre el fluido. Nótese que la contribución neta de la componente acimutal v2,θ es cero por
ic
argumentos de simetría. Si la cantidad de movimiento a la salida Gv2,x + p2 A2 es mayor que a la
entrada ρQv1 + p1 A1 implica que F es positivo, y entonces la máquina proporciona cantidad de
q
tangente a las líneas de corriente ~el = ~v /|~v |, y suponemos que el flujo es estacionario ∂/∂t = 0,
rá
encontramos que
∂ p |~v |2
+ +U =0 (2.11)
∂l ρ 2
id
puesto que el término ρ~v ∧ ∇ ∧ ~v es perpendicular a ~el y producto ~el · ∇ se reduce a ∂/∂l. A partir
de (2.11) se deduce que la cantidad
H
p |~v |2
+ + U = constante (2.12)
ρ 2
a lo largo de una línea de corriente de un flujo incompresible y estacionario cuyas fuerzas involu-
~ ∧ ~x|2 /2.
cradas son conservativas, con U = −~g · ~x + ~a0 · ~x − |Ω
2.2. Ecuaciones de conservación 13
La segunda ley de Newton se puede escribir de forma alternativa en función del momento cinético.
En este caso, encontramos que
d
Z Z Z Z Z
ρ(~xr ∧~v )dV + ρ(~xr ∧~v )(~v −~vc )·~ndσ = − (~xr ∧p~n)dσ + ~xr ∧(~n · τ̄¯)dσ + ρ~xr ∧ f~m dV
dt Vc Σc Σc Σc Vc
(2.13)
donde ~xr = ~x − ~x0 es el vector relativo al punto ~x0 sobre el cual calculamos el momento.
Siguiendo los pasos para obtener (2.10) en el ejemplo de la figura 2.1, encontramos que el
momento, con respecto al eje de rotación, que la máquina imprime al fluido es:
s
2
Z Z
~
M =− p (−~er ∧ ~n) dσ = ρ (−~er ∧ ~v2 ) (~v2 · ~ex ) dσ = ρQv2,θ R2~ex . (2.14)
na
Σa Σ2 3
Nótese que la hipótesis de flujo unidimensional, la cual supone que las propiedades son
constantes en las secciones de entrada y salida de la máquina, no es realista para la componente
as
acimutal v2,θ . Teniendo en cuenta que son los álabes, girando con velocidad angular constante
ui
Ω, los que generan la rotación en el fluido, el valor de la velocidad acimutal será proporcional a
~ = 1 ρQΩR2~ex .
v2,θ ∼ Ωr. En ese caso, el valor de M 2 2
ic
q
2.2.4 La ecuación de la energía
v2 v2
d
Z Z
ρ e+ dV + ρ e+ (~v − ~vc ) · ~ndσ =
M
dt Vc 2 Σc 2
rá
Z Z Z Z Z
− p~v · ~ndσ + ~v · (τ̄¯ · ~n) dσ + ρf~m · ~v dV − ~q · ~ndσ + q̇dV, (2.15)
Σc Σc Vc Σc Vc
donde ~q representa el flujo de calor por conducción ~q = −κ∇T (Ley de Fourier), y q̇ es el calor por
id
unidad de masa y tiempo debido a reacciones químicas, cambios de estado y/o radiación.
Si aplicamos la ecuación de la conservación de la energía la máquina representada en la figura
2.1, con las hipótesis habituales de flujo unidimensional a la entrada y la salida, régimen estacionario
y suponiendo que f~m = −∇U , la ecuación de la energía se puede reescribir con el gasto másico G
H
como
v2 v2
Z Z Z
ρQ h + +U − h+ +U = ¯
(−p~v + ~v · τ̄ ) · ~ndσ − ~q · ~ndσ + q̇dV , (2.16)
2 2 2 1 Σa Σc Vc
| {z }| {z }
Ẇ Q̇
donde la relación h1,2 = e1,2 + p1,2 /ρ ha sido utilizada teniendo en cuenta la contribución de los
términos de presión a la entrada y a la salida del volumen de control.
Es inmediato comprobar que la ecuación (2.16) responde al primer principio de la termodinámica
para sistemas abiertos, con Ẇ indicando el trabajo mecánico por unidad de tiempo aportado al
sistema y Q̇ la potencia en forma de calor por unidad de tiempo añadida al sistema.
14 2. Repaso de Mecánica de Fluidos
p v2 p v2 Ẇ − Φv
+ +U − + +U = (2.17)
ρ 2 2 ρ 2 1 ρQ
Φv + Q̇
e2 − e1 = c (T2 − T1 ) = (2.18)
ρQ
del fluido en su paso por la máquina hidráulica, observamos como la energía disipada por unidad
de tiempo debido a los esfuerzos viscosos, Φv , produce una transformación de energía de mecánica
en energía térmica, siendo esta última no aprovechable en la función principal del fluido en la
s
turbomáquina: ceder o adquirir energía mecánica con las partes móviles. Este efecto es claramente
na
perjudicial para la máquina hidráulica pues provocará una disminución en el rendimiento de la
misma.
La potencia de energía disipada Φv , definida positiva pues es generada por procesos irreversibles
as
de fricción (o nula bajo la hipótesis de fluido ideal), se puede calcular a través del tensor de esfuerzos
y el campo de velocidades Φv = τ̄¯0 : ∇~v = ∇ · (τ̄¯0 · ~v ) − ~v · (∇ · τ̄¯0 ). Como se puede observar en (2.18),
ui
para una máquina adiabática (Q̇ = 0) el efecto final de la disipación viscosa es aumentar la energía
interna (o temperatura) del fluido.
ic
Si el proceso es adiabático Q̇ = 0 e idealΦv = 0, entonces la energía interna no variará en el
proceso, y por tanto la temperatura de salida será igual a la de entrada, T2 = T1 . Para ese caso
q
encontramos que
ul
á
p2 v22 p1 v12
Ẇ
= + + U2 − + + U1 (2.19)
ρQ ρ 2 ρ 2
M
rá
donde el signo de Ẇ determinará de si la máquina hidráulica es una bomba (Ẇmaq > 0) o una
turbina hidráulica (Ẇ < 0). Nótese que en el ejemplo de la figura 2.1 no hay variación de energía
potencial entre la entrada y salida U1 = U2 , que la energía cinética de salida incluye las componentes
axial y acimutal v22 = v2,x
2 2
+ v2,θ y que v1 = v1,x .
id
A modo de resumen, reescribimos las expresiones finales obtenidas para el gasto másico G, la
fuerza y momento imprimidos al fluido F~ y M ~ , y la potencia entregada Ẇ por la turbomáquina:
G = ρQ = ρv1 A1 = ρv2,x A2
H
M~ = 1 ρQΩR2~ex
2 2
p2 − p1 v22 − v12
Ẇ = ρQ +
ρ 2
p2 − p1 v22 − v12
Ẇ
gHm = = + . (2.20)
ρQ ρ 2
s
Claramente, si gHm indica la variación de energía por unidad de masa, el producto con el gasto
másico ρQ proporcionará la energía por unidad de tiempo o potencia. De forma equivalente, para
Ẇ
na
una turbina hidráulica, se define
p1 − p2 v12 − v22
(2.21)
as
gHn = = +
ρQ ρ 2
ui
con Hn siendo la altura neta.
2.3
ic
Pérdida de carga en tuberías
q
ul
Como se ha comentado en la introducción, en el argot de máquinas e instalaciones hidráulicas se
á
usa comúnmente la variable altura, H, como referencia energética del fluido, siendo gH la energía
específica (J/kg en unidades del sistema internacional). La altura representa, por tanto, la altura
M
máxima teórica a la que dicha máquina puede elevar el fluido (en el caso de bomba) o la altura
rá
mínima necesaria para obtener una determinada potencia (en el caso de turbina). Por ejemplo, para
la máquina hidráulica de la figura 2.1, la variación de “altura" del fluido en su paso por la máquina
es
id
Ẇ p2 − p1 v22 − v12
∆Hmaq = = + (2.22)
gρQ ρg 2g
donde ∆Hmaq es la altura manométrica proporcionada, Hm , o altura neta sustraída, −Hn , por la
H
v2 L X v2
∆Hperd = λ + Ki (2.23)
2g D i
2g
donde el primer término del miembro de la derecha hace referencia a las pérdidas primarias por
fricción a lo largo de la tubería, y el segundo término es la caída de presión (o altura) debida a
elementos locales: codos, filtros, válvulas, etc.
El factor de fricción λ se puede calcular a partir de las propiedades del fluido y la tubería. En
16 2. Repaso de Mecánica de Fluidos
particular, depende de dos factores adimensionales que son el número de Reynolds y la rugosidad
relativa (al diámetro hidráulico) de la tubería, λ = (Re, /Dh ). Para flujos laminares Re < 2000, el
valor es inversamente proporcional al número de Reynolds λ = 64/Re. Para flujos turbulentos
completamente desarrollados, Re > 4000, encontramos que el factor de fricción se puede relacionar
con las propiedades del flujo a partir de las siguientes expresiones:
1 √
√ = 2.0 log10 Re λ − 0.8 Tuberías lisas (Prandtl)
λ
1 /Dh
√ = −2.0 log10 Flujo dominado por rugosidad (Von Kármán)
λ 3.7
1 /Dh 2.51
√ = −2.0 log10 + √ Situaciones intermedias (Colebrook)
λ 3.7 Re λ
s
alternativamente, podemos hacer uso del diagrama de Moody, (ver figura). Generalmente, la
na
obtención del valor de λ no es directa, pues el caudal que circula por la tubería depende del factor
de fricción y λ depende del caudal a través del número de Reynodls Re = ρvDh /µ = ρQDh /(µAh ).
No obstante, como las curvar representadas en el diagrama de Moody son monótonas, el proceso
as
iterativo converge rápidamente a la solución final.
Relativo a las pérdidas secundarias, cabe mencionar que el coeficiente K es característico del
ui
elemento en cuestión y su valor puede variar desde valores menores a la unidad (codos, boquillas,
válvulas abiertas) hasta valores del orden de la centena para el caso de válvulas semi-cerradas o
ic
algunos filtros. La pérdida de carga total será la suma de la generada por fricción a lo largo del
q
trayecto y la suma de aquella producida por cada uno de todos los elementos que el fluido tiene
que atravesar.
ul
á
pA − pB vA2 − vB2
M
de cotas como ∆Hg = zB − zA . Para el caso de una turbina, podemos escribir que la altura que la
turbomáquina puede extraer del fluido como
s
la potencia de la bomba Ẇbom necesaria para que el caudal sea Q = 0.8m3 /min.
na
Curva, Kcur = 0.7
Válvula, Kv = 2
as
z2
ui
ic
Entrada con
aristas vivas, Ke = 0.5
q
z
Bomba, ẆBOMBA
M
rá
podemos escribir
1 1 2 Ẇbom
p + ρgz + ρv 2 − p + ρgz + ρv =− ,
H
2 eb 2 sb Q
donde v es la velocidad del agua en el conducto, dada en función del caudal y del diámetro del
conducto por v = 4Q/(πD2 ). Puesto que el conducto es de diámetro constante, la presión dinámica
antes y después de la bomba es la misma, así que la potencia en este caso se invierte íntegramente
en un aumento de presión reducida
Ẇbom
(p + ρgz)eb − (p + ρgz)sb = − ,
Q
A continuación escribiremos, por tramos, las relaciones entre las presiones totales o reducidas
entre el primer depósito y la entrada al conducto, entre la entrada al conducto y la entrada a la
18 2. Repaso de Mecánica de Fluidos
bomba, entre la salida de la bomba y la salida del conducto al depósito superior, y entre la salida
del conducto y el depósito. Sea L1 la longitud de conducto entre el primer depósito y la bomba, y
sea L2 la longitud de conducto entre la bomba y el segundo depósito, entonces
1 2
(pa + ρgz1 ) − (p + ρgz)e = ρv (1 + Ke )
2
1 2 λL1
(p + ρgz)e − (p + ρgz)eb = ρv + Kf
2 D
1 2 λL2
(p + ρgz)sb − (p + ρgz)s = ρv + Kcod + Kcur + Kv
2 D
(p + ρgz)s − (pa + ρgz2 ) = 0
s
Sumando todas las ecuaciones,
Ẇbom
Q real
na
1 2
= ρg(z2 − z1 ) + ρv
2
1+
λL
D
+ ΣKs ,
as
puesto que L = L1 + L2 , y donde se han reunido todas las pérdidas secundarias en ΣKs =
ui
Ke + Kf + Kcod + Kcur + Kv .
Supongamos el caso ideal donde no existen pérdidas primarias ni secundarias ( λ = Ks = 0).
ic
En este caso, la potencia que la turbomáquina suministra al agua, Ẇbom , dada por:
q
Ẇbom 1
= ρg(z2 − z1 ) + ρv 2 ,
ul
Q ideal 2
á
se emplea en dos propósito principales: elevar el caudal Q a una altura z2 − z1 (primer término del
miembro de la derecha) y proporcionar energía cinética a un fluido inicialmente parado (segundo
M
rá
término del miembro de la derecha). Obviamente, la consideración de las pérdidas primarias y
secundarias hace que la potencia requerida sea mayor.
Con los datos del problema, tenemos los siguientes valores: v = 6.8 m/s, Re = 340 000,
/D = 0.00092, λ = 0.0202 y ΣKs = 11.7 obteniendo el valor Ẇbom = 23 kW. Esta potencia se reparte
id
en 4.3 kW usados para elevar el caudal demandado 33 m y 0.3 kW destinados a acelerar el fluido
que está inicialmente en reposo. Las pérdidas suponen, por tanto, la mayor parte de la potencia
suministrada al fluido, con una cantidad que asciende a 18.4 kW. Podemos comprobar que, en este
problema, las pérdidas secundarias representan el 20% del total de las pérdidas.
H
Este ejercicio es ilustrativo para clarificar conceptos relativos a las pérdidas que existen en una
instalación simple. En situaciones más realistas el caudal que circula por la tubería es incógnita
del problema y, por tanto, la determinación de las pérdidas en la instalación es más tediosa ya
que λ es también incógnita. El comportamiento de la bomba también depende de Q, pues tanto la
capacidad de impulsión como el rendimiento de la turbomáquina dependen del caudal trasegado
por la misma. En los próximos capítulos veremos como caracterizar el comportamiento de la bomba
según las condiciones de operación.
19
Teoría Unidimensional
s
ángulos de entrada y salida del fluido, la actuación de la turbomáquina depende de su punto de
na
funcionamiento que se determina, principalmente, mediante el caudal que la atraviesa.
En el punto de diseño, la turbomáquina funciona con rendimiento máximo. Cualquier desviación de
las condiciones de trabajo respecto al punto de diseño da lugar a una disminución del rendimiento.
as
Este capítulo pretende enunciar la teoría general de máquinas hidráulicas que permite describir el
elemento rotatorio de una turbomáquinas en su punto de diseño, sin tener en cuenta la disminución
ui
de rendimiento debido a los efectos tridimensionales o a la no idealidad del fluido de trabajo.
Una vez definida la altura máxima de la turbomáquina, en la parte final del capítulo, se define el
ic
rendimiento discutiendo la nomenclatura habitual de la literatura.
q
ul
3.1 Objetivo
á
El objetivo principal de este capítulo es el de proporcionar las herramientas necesarias que nos per-
mitan relacionar los elementos geométricos (ángulos y tamaños característicos) y de funcionamiento
M
rá
de la turbomáquina (caudal Q y velocidad de giro Ω) con el incremento (decremento) de la energía
mecánica específica Ẇ /Q en bombas (turbinas). Para ello usaremos las ecuaciones de conservación
en forma integral de la mecánica de fluidos que nos permiten, una vez seleccionados los volúmenes
de control apropiados, relacionar las variables de entrada y de salida sin necesidad de conocer las
id
variables fluidas en cada uno de los puntos interiores de la turbomáquina. Las limitaciones de este
enfoque son evidentes: perdemos información detallada del movimiento del fluido en el interior
del rotor que pudiera ser de importancia a la hora de cuantificar el rendimiento de la máquina.
Por otro lado, ofrece una herramienta sencilla para entender cualitativamente como afectan sobre
H
• que la velocidad relativa es tangente a los álabes tanto en las secciones de entrada como de
salida, condición que corresponde al funcionamiento de la turbomáquina en el punto de
diseño.
• las velocidades son uniformes y estacionarias tanto en las secciones de entrada como en las
de salida de la turbomáquina.
vm,2 ~n Σ2
Trayectoria relativa Σp
s
~n Σp
na Σa Σp
y
r
as
vu,1 r
2 (R1 + b1 )
y vm,1
ui
2 R1
b
z x
2 R2
x
vm,1 ~n
ic Ω
q
Σ1
vu,2
ul
á
Σ2
b2
Trayectoria absoluta
vm,2
M
vm,2
rá
~n
vm,1 vm,2
vu,1
id
y
r ~n ~n
H
z y
2 Ri
2 Re
Ω
Σ1 Σ2
vu,1
vm,1 vm,2
Figura 3.1. Representación esquemática del rotor de una turbomáquina centrífuga y una axial
3.2. Triángulo de velocidades y ángulos característicos. 21
s
la velocidad de arrastre ~u = Ω~ × ~x = Ωr ~eθ , con r la distancia al eje de giro, que únicamente tiene
componente acimutal. Conviene recordar la relación entre las velocidades en ambos sistemas de
na
referencia (1.2) en forma vectorial
as
~v = w
~ + ~u.
ic
para dar vm = wm y vu = Ωr − vm / tan β.
q
w
~ vm
rá
cionados con la geometría de los álabes del rotor
y del estátor y nos permite relacionar las distin-
β α tas componentes de los vectores del triángulo
de velocidades. A partir de consideraciones
~u
id
vm = v sin α = w sin β = wm
1
Siempre que la velocidad de rotación Ω sea constante
22 3. Teoría Unidimensional
β2 ~u2 β2 ~u2
s3 = s4 w
~2 s3 = s4 w
~2
α2
y s1 = s2 ~n β2 s1 = s2 ~n β2
~v2
s2 s2
α2 α2
x
~n ~n α2
w
~ ~u2 ~v2
pa w
~
pa s3 s3
Vc Vc
~
w ~u2
~
w
~n ~n
F~
w
~1 ~n w
~1 ~n F~
s
β1 s1 s4 β1 s1 s4
α1 α1
~u1 ~u1
na
α1 ~v1 α1 ~v1
~u1 ~u1
as
Figura 3.3. Triángulos de velocidades a la entrada y a la salida de un álabe de una turbina (figura izquierda)
y de una bomba (figura derecha)
ui
escribir
ic
Z
q
Q= (~v − v~c ) · ~n dσ (3.2)
A
ul
á
expresión que permite escribir vm,2 = vm,1 A1 /A2 para relacionar las velocidades meridianas en la
sección de entrada y de salida. Un resultado equivalente puede obtenerse para una turbomáquina
id
axial, tal y como puede fácilmente comprobar el lector a partir de la figura 3.1.
H
Cuando el fluido que circula por el rotor de la turbomáquina se encuentra con el álabe se produce
un intercambio de cantidad de movimiento que da lugar a la aparición de una fuerza, tal y como
describe la segunda ley de Newton. Para relacionar dicha fuerza con los parámetros geométricos del
álabe y con la velocidad de giro del rotor Ω, parece apropiado utilizar la ecuación de conservación
de cantidad de movimiento (2.6) aplicada al volumen de control Vc indicado en la figura 3.3, dentro
del cual se encuentra un álabe que gira con velocidad Ω. El volumen de control se ha elegido de
forma que las superficies s1 y s2 tienen igual tamaño y son perpendiculares al álabe en las secciones
de entrada y de salida, respectivamente. Las superficies s3 y s4 son líneas de corriente de forma
que w~ · ~n = 0. Si los perfiles son uniformes en s1 y s2 , haciendo uso de (2.6) podemos escribir para
3.4. Conservación del momento angular: la ecuación de Euler. 23
donde, por simplificar el desarrollo, hemos supuesto que las presiones son uniformes e iguales a la
atmosférica sobre todas las superficies del volumen de control. Al escribir (3.4) y (3.5) hemos hecho
uso de la ecuación de continuidad (2.5), a partir de la cual es fácil demostrar que Q = w1 A1 = w2 A2
y, puesto que A1 = A2 , los módulos de las velocidades relativas deben ser iguales w1 = w2 .
El sentido de la fuerza vertical Fy dada en (3.5) aporta información sobre el tipo de turbomáquina
con la que estamos trabajando. La dirección de esa fuerza está determinado por la diferencia
vu,1 − vu,2 . De acuerdo a la figura 3.3, valores de Fy < 0 indican un crecimiento de la componente
s
vu = ~v · ~u/|~u| de la velocidad en dirección contraria al sentido de giro del rotor, asociado a la
transferencia de cantidad de movimiento desde el fluido hacia el rotor (turbina). Valores Fy > 0
na
revelan un crecimiento de la componente vu de la velocidad en el sentido de giro del rotor asociados
a la cesión de momento desde el álabe al fluido (bomba), que, a su vez, reacciona ejerciendo una
fuerza igual y de sentido contrario sobre el álabe.
as
01
ui
ic
q
Σ1 +Σ2 Σc Σc
Aplicamos la ecuación al volumen de control definido en la figura 3.1, que se extiende desde la
superficie Σ1 , de sección A1 = π [(R1 + b1 )2 − R12 ], hasta la superficie Σ2 , de sección A2 = 2πR2 b2 ,
H
2
En la superficie Σ2 , el producto (~x − ~x0 ) ∧ p~n = (r sin θ~ey − r cos θ~ez ) ∧ (p sin θ~ey − p cos θ~ez ) = 0. En la superficie
Σ1 , el producto (~x − ~x0 ) ∧ p~n = (−pr cos θ~ey − pr sin θ~ez ) que al ser integrado en un superficie de revolución no genera
R 2π
ningún par 0 (~x − ~x0 ) ∧ (p~n)dθ = 0
24 3. Teoría Unidimensional
La expresión (3.7) indica que el par intercambiado entre el fluido y el rodete es igual a la variación
de momento cinético entre la entrada y la salida de la turbomáquina. Multiplicando escalarmente
por la velocidad de giro Ω, ~ y suponiendo velocidades meridianas uniformes tanto en las secciones
de entrada como en las de salida, podemos obtener una expresión para la potencia intercambiada
s
Z Z
na
Ẇ = T~bomba→f luido · Ω
~ = ~
ρ[(~x − ~x0 ) ∧ ~v ] · ΩdQ2−
~
ρ[(~x − ~x0 ) ∧ ~v ] · ΩdQ1 (3.8)
Σ2 Σ1
donde hemos definido dQ2 = (~v − ~vc ) · ~ndσ = vm,2 dσ y dQ1 = (~v − ~vc ) · ~ndσ = −vm,1 dσ. Teniendo
as
~ = vu Ω r y dividiendo por ρQ la ecuación anterior, obtenemos
en cuenta que [(~x − ~x0 ) ∧ ~v ] · Ω
finalmente la ecuación de Euler para la altura intercambiada entre el rotor y el fluido
ui
Z
Ẇ 1
Z
ic
= gHz∞ = vu,2 u2 dQ2 − vu,1 u1 dQ1 . (3.9)
ρQ Q Σ2 Σ1
q
Nótese que Hz∞ , por si sola, no tiene un significado físico definido, mientras que el producto gHz∞
ul
representa la potencia específica intercambiada entre el rotor y el fluido. La expresión (3.9) muestra
á
Si nos fijamos en una superficie de corriente, la ecuación (3.9) se puede escribir en forma diferencial
rá
como dẆ /(ρdQ) = gHz∞ = u2 vu,2 − u1 vu,1 . En máquinas puramente radiales el movimiento del
fluido queda restringido al plano r − θ la ecuación de Euler (3.9) se puede escribir directamente
como
id
Ẇ
= gHz∞ = u2 vu,2 − u1 vu,1 (3.10)
ρQ
entrada y de salida.
En máquinas axiales, donde el movimiento queda restringido al plano z − θ, tanto u como
vu varía radialmente al aumentar la distancia al eje de giro, tal y como se puede ver en la
figura 3.1. En una superficie de corriente concéntrica con el eje de giro la expresión diferen-
cial dẆ /ρdQ = gHz∞ = u2 vu,2 − u1 vu,1 se satisface exactamente, pero no será válida para todo
el rótor de la turbomáquina. En máquinas axiales, por lo tanto, la ecuación de Euler representa
únicamente la variación de energía específica a lo largo de una línea de corriente y el cálculo
de la potencia total específica intercambiada implica conocer la variación radial de la velocidad
circunferencial vu en las secciones de entrada Σ1 y salida Σ2 de la turbomáquina para resolver la
ecuación (3.9).
3.4. Conservación del momento angular: la ecuación de Euler. 25
Para asegurar la uniformidad de momento cinético es necesario asegurar que la velocidad circun-
ferencial vu varía radialmente de la forma vu r = C, donde C una constante, formando lo que se
denomina un torbellino libre. Esa condición determina la variación radial de los ángulos β1 y β2 de
la turbomáquina de forma que
Esa condición de uniformidad en el momento cinético no es la única opción, pero una distribución
de velocidad acimutal diferente lleva a una velocidad axial o a una distribución de la energía
mecánica específica no uniforme, lo que puede repercutir en condiciones de funcionamiento no
estables.
s
3.4.1
na
Aplicación de la ecuación de Euler a la máquina de entrada axial y salida radial de la
figura 3.1
as
Teniendo en cuenta que el fluido es ideal, que
la velocidad de giro de la turbomáquina Ω
ui
vu
,1 es constante y que los perfiles de velocidad
y r θ
2(R1 + b1 )
ic
θ
2 R1
2
Z
ρ[(~x − ~x0 ) ∧ ~v ](~v − ~vc ) · ~ndσ = πρVm,1 vu,1 (R1 + b1 )3 − R13 ~ex ,
Σ1 3
donde hemos supuesto que los álabes son infinitamente finos y no disminuyen de forma apreciable
H
al sección de entrada a la turbomáquina. En la sección de salida Σ2 , tenemos (~x −~x0 )∧~v = −vu,2 R2~ex
de forma que
Z
ρ[(~x − ~x0 ) ∧ ~v ](~v − ~vc ) · ~ndσ = −2πρvm,2 vu,2 R22 b2~ex (3.11)
Σ2
Introduciendo cada uno de estos términos en la ecuación de conservación del momento angular, y
teniendo en cuenta que Q = 2vm,2 πR2 b2 = vm,1 π [(R1 + b1 )2 − R12 ], tenemos
3 3
−
2 (R1 + b 1 ) R
T~turbomaq→f luido = ρQ vu,2 R2 − vu,1 1
(−~ex ) (3.12)
3 (R1 + b1 )2 − R12
26 3. Teoría Unidimensional
~ = −Ω~ex , podemos obtener la potencia
Conocido el par y la velocidad de giro de la turbomáquina Ω
con solo calcular Ẇ = T~turbomaq→f luido · Ω
~ para dar
Ẇ 2 (R1 + b1 )3 − R13
= u2 vu,2 − vu,1 Ω . (3.13)
ρQ 3 (R1 + b1 )2 − R12
El resultado obtenido para esta máquina en particular no es más que una aplicación de la ecuación
(3.9) y difiere de forma notable de la ecuación (3.10) que derivamos en la sección anterior para
turbomáquinas puramente radiales. Sin embargo, en el límite b1 R1 , la expresión anterior se
simplifica
" 2 #
Ẇ b1 b1
= u2 vu,2 − vu,1 u1 1 + + + o (b1 /R1 )3 (3.14)
s
ρQ R1 R1
na
para recuperar la expresión gHz∞ = u2 vu,2 − u1 vu,1 , válida para todo el rotor cuando b1 /R1 es
suficientemente pequeño.
as
ui
3.5 El grado de reacción
Para relacionar las velocidades y las presiones entre la sección de entrada y de salida del rotor de
ic
la turbomáquina se puede utilizar la ecuación de Bernoulli en un sistema de referencia que gira
q
p1 w12 (Ωr1 )2
+ − = + − . (3.15)
ρ 2 2 ρ 2 2
M
Usando el teorema del coseno en las secciones de entrada y salida para relacionar la velocidad
rá
relativa con los módulos de la velocidad absoluta y de arrastre w2 = u2 + v 2 − 2uv cos α, podemos
relacionar las variaciones de presión y de velocidad con la variación de energía específica que
predice la ecuación de Euler (3.10)
id
p2 − p1 v22 − v12
gHz∞ = + = gHp + gHd , (3.16)
ρ 2
De lo visto en la ecuación 3.16, se puede deducir que la energía específica intercambiada en el rotor
se distribuye entre una variación de presión y otra variación de energía cinética. Para evaluar como
tiene lugar ese reparto, se define el grado de reacción
s
na
3.6 Variación de la altura y el rendimiento con los parámetros geométricos
Tanto en bombas como en turbinas, el rendimiento hidráulico nos permite relacionar el intercambio
as
de energía entre el rotor y el fluido con los parámetros geométricos que definen la turbomáquina.
Efectivamente, la expresión para la altura teórica Hz∞ desarrollada previamente en la ecuación (3.9)
ui
para un fluido ideal ofrece una relación directa entre la potencia de la turbomáquina y los ángulos
α, β, las secciones de paso y los radios de entrada y salida a partir de la definición del triángulo de
ic
velocidades que se muestra en la figura 3.2. Esas relaciones permite, de forma cualitativa, estudiar
el efecto de los distintos parámetros geométricos tanto en la potencia como en los rendimientos de
q
las turbomáquinas.
ul
á
• α1 < π/2 ⇒ La componente vu,1 > 0, por lo que la potencia específica transmitida al fluida
se me disminuida un factor u1 vu,1 respecto al máximo. Para conseguir esos valores de α1 se
necesitan la instalación de una corona directriz que encarece el diseño
• α1 = π/2 ⇒ En este caso el fluido entra sin rotación vu,1 = 0. Es la opción más usual en la
construcción tanto de bombas como de turbinas.
Desde un punto de vista práctico, el ángulo elegido en las bombas suele ser ligeramente inferior
a π/2 para compensar el efecto que tiene sobre la velocidad la presencia de un número finito de
álabes con espesor finito. Otra de las ventajas de usar α1 ' π/2 es que la velocidad absoluta, para
un caudal dado, es mínima, disminuyendo las pérdidas en la entrada del rotor.
Ω Q Ω Q2
gHz∞ = u22 − y Ẇ = ρQu22 − ρ (3.20)
s
γπ tan β2 γπ tan β2
na
para la potencia específica y para la potencia, siendo γ = 2b2 o γ = D2 /2 para máquinas radiales o
axiales, respectivamente. A la expresión que relaciona la potencia específica cedida por la bomba con
el caudal se le denomina curva característica. A partir de ella es fácil ver que para Q = 0 la potencia
as
transferida es nula, mientras que la potencia específica alcanza un valor finito gHz∞ |z∞ = (Ωr2 )2 .
Para ángulos β2 6= 0 ese valor decrece (crece) linealmente para Hz∞ y cuadráticamente para Ẇ
ui
si β2 < π/2 (β2 > π/2). Como veremos más adelante, las curvas características basadas en la
teoría unidimensional representadas en la figura 3.5 no aparecen en turbomáquinas reales debido
ic
a los efectos bidimensionales y tridimensionales que se analizarán en capítulos sucesivos. En
el caso concreto de bombas con β2 > π/2 representado en la figura 3.5, el crecimiento de altura
q
continuo con el caudal no es real, apareciendo un máximo para un cierto valor de caudal cuando
ul
las pérdidas debidas a la viscosidad del fluido, proporcionales a Q2 , se hacen dominantes. La parte
á
de la curva en la que Hz∞ crece con el caudal resulta ser una región de funcionamiento inestable y
tiende a evitarse, excepto en aplicaciones especiales que requieren de un control preciso del caudal
M
bombeado.
rá
Un análisis semejante puede hacerse con el grado de reacción σ = Hp /Hz∞ y para la altura de
presión Hp . Para máquinas sin pre-rotación α1 = π/2 ambas se pueden expresar como
" #
2 2
1 vm,2 vm,2 A2
id
σ= + + −1 (3.21)
2 2u2 tan β2 2u22 [1 − vm,2 /(u2 tan β2 )] A1
" 2 #
2 2
u22 vm,2 vm,2 A2
Hp = − + −1 (3.22)
H
2 2(tan β2 )2 2 A1
siendo A2 y A1 las secciones de paso a la salida y a la entrada del rotor 3 . En bombas radiales,
donde A2 /A1 > 1, el grado de reacción y la altura de presión puede llegar a ser considerablemente
superiores al de bombas axiales A2 /A1 = 1 por el efecto de la fuerza centrífuga. Lo contrario
es esperable en turbinas A2 /A1 < 1. En ambos casos, la máxima altura de presión se alcanza
para β2 = π/2 mientras que el máximo grado de reacción se obtiene para β2 → 0, cuando la
potencia específica se hace nula. El grado de reacción puede llegar a hacerse negativo si tan(β2 ) >
−Vm,2 (u22 +vm,2
2
[−1 + (A2 /A1 )2 ])−1/2 , condición que indicaría que el rodete de una bomba absorbería
3
Se deja al lector demostrar que el grado de reacción para una máquina axial con α1 6= π/2 se puede escribir como
σ = 1/2 − vm,2 (cot α1 − cot β2 )/(2u2 )
3.7. Definición de rendimientos. 29
2
π/
/2
>π
>
β2
β2
β2 = π/2
u22
β2 <
π /2
π /2
β2 = gHd > 0
gHd < 0
s
β2 < π/2
σ>0 σ<0
0
na 0 π/4 π/2
β2
3π/4 π
as
w
~2 ~v2 w
~2 ~v2 ~v2
~v2 β2 β2 β2 w
~2 β2 w
~2
ui
~u2 ~u2 ~u2 ~u2
Figura 3.5. Curvas características para bombas con β2 mayor, igual o menor que π/2 (izquierda) y variación
ic
de la altura total y de presión (derecha) en función del ángulo de salida β2
q
de energía cinética. En turbinas, un grado de reacción negativo tendría una interpretación semejante,
con la presión aumentando en el rodete a expensas de una gran variación de la energía cinética del
fluido.
M
rá
Para que la potencia específica intercambiada con el fluido sea constante a lo largo del álabe, el
ángulo β2 debe cambiar al alejarnos radialmente del eje de giro. Efectivamente, en máquinas sin
pre-rotación, para mantener constante la altura Hz∞ es necesario imponer
id
vm,2 Ωr
tan β2 = (3.23)
Ω r2 − gHz∞
2
En máquinas radiales, la altura de los álabes suele ser pequeño y el ángulo β2 suele mantenerse
constante. Por el contrario, en máquinas axiales, con altura de álabes considerables, el ángulo β2
H
cambia de forma apreciable otorgando, a los mismos, una torsión que es necesario fabricar con
precisión.
Desde el punto de vista del fluido, la ecuación de Euler (3.9) representa la variación, por unidad
de tiempo, de la energía del fluido a su paso por la turbomáquina. Efectivamente, si aplicamos la
ecuación de la energía total escrita previamente en (2.16) entre la sección A, inmediatamente anterior
30 3. Teoría Unidimensional
b b
A’ B’
h h
λ, L1 , D λ, L1 , D
z
Qf Qf
Q A B λ, L2 , D Q B A λ, L2 , D
b b b b
Q − Qf b
B’ A’
Q + Qf b
s
WB
WT
na
Figura 3.6. Esquema de la descarga de un depósito situado a una altura geométrica h a través de una
turbina (izquierda) y esquema de la carga de un depósito mediante una bomba (derecha). El caudal que
as
atraviesa el rotor de las turbomáquinas es Q. En la figura se indica la disminución (aumento) de caudal al
pasar por el rotor de la turbina (bomba) debido a fugas y filtraciones Qf a través de juntas desde la zona de
ui
alta presión hacia la zona de baja presión.
ic
a la sección de entrada, y B, inmediatamente posterior a la sección de salida de la turbomáquina,
q
v2 v2
Ẇm pB pA
= gHm = + gzB + B − + gzA + A , (3.24)
ρQ ρ 2 ρ 2
id
Mediante el uso de la ecuación de Bernoulli en un sistema de referencia que gira con el rotor, es
fácil demostrar que la expresión (3.24) está relacionada con la ecuación de Euler (3.9) mediante la
expresión gHm = gHz∞ − Φv /(ρQ), siendo Φv la disipación viscosa en el interior de la turbomáquina.
La altura manométrica Hm es la potencia por unidad de volumen disponible en la corriente de
H
salida del dispositivo. Esta última y la altura cedida al fluido Hz∞ son únicamente iguales para
un fluido ideal en el que se cumple Φv = 0, relación que utilizamos para cuantificar la pérdida
de energía por unidad de tiempo debido a la viscosidad del fluido a través de la definición del
rendimiento hidráulico
Ẇm Ẇz∞ − Φv Hm Φv
ηh = = = =1− , (3.25)
Ẇz∞ Ẇz∞ Hz∞ ρQgHz∞
pérdidas adicionales de rendimiento debido a las fugas y filtraciones de caudal desde las regiones
de alta presión hacia las de baja presión de la turbomáquina. En bombas es frecuente encontrar un
flujo reverso Qf de caudal aguas arriba del rotor desde la región de alta presión que se suma al
caudal Q con el que se alimenta la turbomáquina desde la tubería. De forma efectiva, por lo tanto, el
caudal impulsado por el rotor Q + Qf es superior al de alimentación. A efectos prácticos, el caudal
de fugas implica un aumento de la potencia de impulsión, definida como potencia volumétrica
Ẇi = ρQf gHz∞ y se cuantifica a través del rendimiento volumétrico.
Ẇz∞ ρgQHz∞ Q
ηv = = = . (3.26)
Ẇz∞ + Ẇi ρgQHz∞ + ρgQf Hz∞ Q + Qf
s
interior de la bomba y que no contribuyen al aumento de la energía por unidad de tiempo del
fluido que la atraviesa, es necesario tener en cuenta en el cálculo de rendimientos las pérdidas
na
mecánicas u orgánicas Ẇo , debidas al rozamiento del eje de la bomba con los elementos de sellado,
los elementos mecánicos de transmisión al eje, los cojinetes, etc.
as
ẆB − Ẇo ρg(Q + Qf )Hz∞
ηo = = . (3.27)
ui
ẆB ρg(Q + Qf )Hz∞ + Ẇo
ic
evaluando cuanta de la potencia empleada por la bomba ẆB es realmente transferida al fluido Ẇm ,
de forma que
q
ul
Ẇm
á
η = ηh ηv ηo = . (3.28)
ẆB
M
En el caso de una bomba, tal como se esquematiza en la figura 3.7, es el motor el que cede la
rá
potencia total ẆB = ρQgHB y del balance global se cumple que,
3.7.2 Turbinas
H
La situación es análoga para una turbina aunque, tradicionalmente, a la variación de energía por
unidad de tiempo del fluido al atravesar el rotor de la turbina y a la altura asociada a ella se
las denomina potencia y altura neta, respectivamente. De nuevo, tras aplicar la ecuación de la
energía (2.16) entre las secciones de entrada A y salida B de la turbina representada en al figura 3.6
obtenemos
vA2 vB2
Ẇn pA pB
= gHn = + gzA + − + gzB + , (3.30)
ρQ ρ 2 ρ 2
de forma que la variación de energía por unidad de tiempo del fluido a su paso por la turbina
será gHn = gHz∞ + Φv /(ρQ). El rendimiento hidráulico representa, por tanto, el cociente entre la
32 3. Teoría Unidimensional
s
na
Figura 3.7. Flujo de potencia esquemático en bomba (izquierda) y turbina (derecha). Las potencias
relacionadas con perdidas se representan sombreadas.
as
ui
potencia extraída del fluido Ẇz∞ = ρgQHz∞ y la potencia neta disponible a la entrada de la turbina
ic
q
De forma semejante a lo que ocurre en las bombas, existe un flujo de fluido Qf desde la zona de alta
presión a la zona de baja que disminuye el caudal que atraviesa el rotor. La pérdida de potencia
M
Para determinar finalmente cual es la potencia disponible en el eje de la turbina ẆT es todavía nece-
sario sustraer una potencia adicional relacionada con las pérdidas mecánicas. Así, el rendimiento
mecánico u orgánico queda definido como
H
ẆT
η= = ηh ηv ηo . (3.34)
Ẇn
En consecuencia, una turbina, como la esquematizada en la figura 3.7, recibe del flujo una
potencia neta Ẇn = ρQgHn de la cual transfiere al eje una parte, la potencia de la turbina ẆT =
3.7. Definición de rendimientos. 33
s
puntos A-A’ y B-B’, lo que nos permite escribir
na
pB UB2 8Q2
pa L2
+ = + 2 2 1+λ (3.36)
ρ 2 ρ π D D
pA UA2 pa 8Q2 L1
as
+ + gzA = + gh − 2 2 λ , (3.37)
ρ 2 ρ π D D
ui
donde hemos utilizado que la cota de la superficie del agua en el depósito inferior es la misma que
la cota a la que se encuentra la salida de la turbina zB = zB 0 .
ic
Sustituyendo en la expresión para la potencia manométrica escrita previamente en (3.30) e intro-
duciendo que Hn = Ẇm /(ρgQ), podemos escribir
q
π D D π D D
El primer término a la derecha del igual de la ecuación (3.38) representa el salto máximo de agua
M
rá
que la turbina podría aprovechar si toda la energía potencial del agua del depósito se aprovechara
para intercambiar potencia con el rotor de la turbina. Los siguientes términos, son signo negativo,
son las pérdidas asociadas a la disipación viscosas en las tuberías y a la energía cinética del fluido a
la salida de la turbina que no se ha aprovechado para generar potencia en el rotor.
id
8Q2
L1 + L2
Hm = h + 2 2 1 + λ (3.41)
gπ D D
34 3. Teoría Unidimensional
La potencia manométrica Ẇm = ρgHm , también llamada útil en el caso de bombas, necesaria para
elevar agua al depósito no solamente tiene que se suficiente para vencer la sobre-presión asociada al
peso de la columna de agua de altura h, sino que debe ser capaz de vencer la disipación viscosa en
el interior de unas tuberías en las que existe un factor de fricción λ asociado al caudal desplazado
por la bomba.
s
na
as
ui
ic
q
ul
á
M
rá
id
H
35
Efectos bidimensionales
4.1 Introducción
s
La teoría unidimensional se sustenta en tres hipótesis fundamentales: 1) que el fluido es ideal en
todo el volumen ocupado dentro del rodete y que todas las líneas de corriente son iguales y están
na
marcadas por el perfil de lo álabes. La segunda hipótesis obliga a que las velocidades relativas a
la entrada y a la salida sean tangentes a los álabes. También se supone que la orientación de la
velocidad absoluta está determinada por la forma de los álabes directores del estátor. En definitiva,
as
basta con calcular la variación de velocidad acimutal entre la salida y entrada de una línea de
corriente cualquiera para conocer la variación de potencia específica de todas las partículas de
ui
fluido que pasan por el rodete.
En este capítulo introduciremos los diferentes efectos añadidos que aparecen en el flujo de una
ic
máquina hidráulica, y cómo estos modifican la previsión de energía específica intercambiada entre
q
el fluido y el rodete. En particular, podemos distinguir entre efectos geométricos: flujos secundarios
que pueden aparecer en dos y tres dimensiones, y efectos disipativos: asociados a la interacción
ul
á
fluido-pared. Como veremos, ambos efectos no están desacoplados. Estudiaremos primero el efecto
los flujos bidimensionales entre álabes, que ocurren en el plano ~er − ~eθ en máquinas radiales y en el
plano êx − ~eθ en máquinas axiales. Finalmente estudiaremos, de forma más cualitativa, debido a la
M
rá
complejidad asociada a estos flujos, los efectos tridimensionales y disipativos.
id
La teoría bidimensional tiene como objetivo corregir las predicciones obtenidas a través de la
H
teoría unidimensional, la cual supone, como se ha visto en el capítulo anterior, que la velocidad
en cualquier sección transversal al flujo es uniforme (simetría polar). Esta hipótesis nos permitía
calcular, estudiando la evolución de una partícula de fluido a lo largo de una única línea de
corriente, la potencia y el par transferidos del rodete al fluido. Como resultado, se obtiene que
gHz∞
Z
T = ρQ =z rp sin βdσ , (4.1)
Ω Σa
donde z es el número de álabes y Σa incluye toda la superficie de contacto con el fluido (ambas
caras). Generalmente, para una línea de corriente arbitraria, tanto el valor de la presión p(r) como
el ángulo β(r) varían con la posición. El diferencial de fuerza de presión ejercida por el fluido sobre
36 4. Efectos bidimensionales
un diferencial de área dr ` es
Z r+dr
~
dFp = p~n`dr , (4.2)
r
dT = zrdFp,t . (4.3)
Si aplicamos la hipótesis de simetría polar de forma rigurosa encontramos que el valor neto
de dFp,t es nulo. Esto se debe a que, bajo la hipótesis unidimensional todas la líneas de corriente
s
son iguales, por lo que no existe diferencia entre una línea de corriente en el intradós y el extradós
del álabe, resultando una presión similar a ambos lados del álabe, dFp,t → 0, y finalmente dT → 0.
na
La aparente contradicción se resuelve cuando se tiene en cuenta que la teoría unidimensional es
representativa de rotores con un número de álabes muy elevado z → ∞, por lo que el par total
as
proporcionado al fluido queda indeterminado, no nulo, en ese límite.
ui
dT ∼ lim zdFp,t r 6= 0 . (4.4)
z→∞
ic
unidimensional resulta en una potencia menor transferida al fluido, o sustraída si consideramos
q
la configuración de turbina. Esta disminución será más intensa cuanto menor sea el número de
álabes. Resulta obvio que la idealización de un rotor con número de álabes que tiende a infinito es
ul
á
imposible desde el punto de vista práctico, y presenta además inconvenientes intrínsecos: mayor
número de álabes implica mayor coste de fabricación, mayor peso del rodete con el asociado
incremento de momento de inercia que afectará en las etapas transitorias y mayor superficie de
M
rá
contancto con el correspondiente incremento de pérdidas por fricción, entre otros. Para realizar un
correcto diseño de una turbomáquina es necesario tener en cuenta los efectos bidimensionales, y así
buscar el óptimo entre las ventajas y desventajas de diseñar un rotor con un número determinado
de álabes.
id
Desde un punto de vista fenomenológico, es inmediato comprobar que el camino que una partícula
de fluido realiza en la cara del álabe cuyo vector apunta en la dirección de movimiento, la cara que
empuja, es diferente al realizado en la otra cara, la cual se desplaza provocando succión. Para el
segundo caso, la oposición que la partícula siente al viajar a través del rodete es menor que para
el primer caso. Como se ilustra en la figura 4.1, la simetría polar del campo fluidodinámico en
el rodete se rompe al considerar este efecto. En la figura de la izquierda aparece el campo fluido
suponiendo que todas las líneas de corriente son iguales y en la figura de la derecha teniendo en
cuenta los efectos bidimensionales. Como se observa, los vectores de velocidad disminuyen de
tamaño (escalados con el módulo de la velocidad) en la cara empujante del álabe.
Este efecto se traduce en la generación de un vórtice relativo que, sobrepuesto al movimiento
predicho por la teoría unidimensional, proporciona un campo de velocidades no uniforme entre
4.2. Flujo bidimensional entre álabes en turbomáquinas radiales 37
Ω Ω
s
Figura 4.1. Esquema de los efectos bidimensionales del campo de velocidades entre álabes
na
los álabes del rotor (ver Fig.4.2). Como consecuencia directa de los efectos bidimensionales, la
orientación y el módulo de los vectores que determinan el campo fluido a la salida del rotor se ve
as
alterada, y por ende, el par neto ejercido y la potencia comunicada al fluido.
ui
teoría 1D + corrección 2D teoría 2D
ic
q
ul
á
Ω Ω
M
Figura 4.2. Esquema de los efectos bidimensionales del campo de velocidades entre-álabes
rá
Para una máquina hidráulica cuyo fluido entra en el rodete sin prerrotación, α1 = π/2, la energía
específica que gana el fluido, en el caso una bomba hidráulica, es gHz = u2 vu,2
0
, con Hz indicando la
altura de la bomba para un número finito de álabes z, y vu,2
0
representando la componente tangencial
id
de la velocidad absoluta cuando se tienen en cuenta los efectos bidimensionales entre álabes. Por
conveniencia, reescribimos la energía específica predicha por la teoría bidimensional como una
función correctora de la teoría unidimensional:
H
0
vu,2
gHz = gHz∞ ez = gHz∞ , (4.5)
vu,2
con respecto a vu,2 , lleva asociada un aumento del ángulo α20 < α2 y una disminución del ángulo
β20 > β2 .
~v20 w
~2 ~v20 w
~2
~v2
~ 20
w ~vm2 ~v2 ~ 20
w ~vm2
s
~u2 2 ~u2
0 0
~vu2 ~vu2
~vu2
na ~vu2
Figura 4.3. Esquema de los efectos bidimensionales en el triángulo de velocidades a la salida del rodete
as
para β< π/2 (izquerda) y β2 > π/2 (derecha).
ui
4.2.2 Correcciones de Stodola y Pfleiderer
ic
El método de Stodola para calcular el factor de reducción de trabajo ez supone que la desviación
q
~u2 · ~n < 0 y B: cara empujante ~u2 · ~n > 0) a la salida del rotor, y el factor de proporcionalidad
determinado de forma experimental. Para determinar el valor ∆w hacemos uso de la ecuación de
M
conservación de momento lineal para la velocidad relativa a la rotación del rotor w ~ en régimen
rá
estacionario
p ~ ×w
~ (∇ · w)
w ~ = −∇ + U − 2Ω ~ (4.6)
ρ
id
w2 ∂ w2 w2
∂w
~ (∇ · w)
w ~ = w ~es − ~en = ~es − ~en (4.7)
∂s r ∂s 2 r
∂w w
= 2Ω − , (4.8)
∂n r
que, en el límite de radio grande a la salida Ω w/R2 , puede integrarse directamente para dar
wA − wB = ∆w = 2Ω∆n , con ∆n = πD2 sin β2 /z siendo proyección del arco entre álabes πD2 /z sobre
4.3. Flujo bidimensional entre álabes en turbomáquinas axiales 39
la coordenada normal, para el límite de radio grande. La forma funcional obtenida para ∆w , se usa
para reescribir el factor de reducción de trabajo como
sin β2 u22
ez = 1 − επ (4.9)
zgHz∞
donde ε es un parámetro empírico que depende del número de álabes y del ángulo de salida de los
álabes, como puede verse en la tabla 4.1.
s
Table 4.1. Valores de ε según la teoría de Busemann
na
Si reescribimos el intercambio energético que tiene lugar en el rodete teniendo en cuenta los
efectos bidimensionales predichos por la teoría de Stodola
as
sin β2 u22 sin β2 u22
Hz = Hz∞ 1 − επ = Hz∞ − επ (4.10)
ui
zgHz∞ gz
observamos que la corrección de la función Hz (Q) con respecto a la función Hz∞ (Q) es un simple
ic
desplazamiento a valores inferiores de energía específica: la diferencia Hz∞ − Hz no depende del
q
caudal.
De forma análoga a la corrección propuesta por Stodola, encontramos el factor de reducción de
ul
trabajo sugerida por Pfleiderer
á
1
ez = (4.11)
M
R2
rá
1+ψ 2
zS
con ψ representado un coeficiente experimental que se expresa en función del ángulo de salida
del álabe ψ = 0.6(1 + sin β2 ), y S siendo el momento estático de la línea media de un álabe
id
RR
S = R12 rdr = (R22 − R12 )/2.
De la misma forma que en (4.9), el valor de ez tiende a la unidad a medida el número de los
álabes aumenta. Es fácil deducir que, al contrario de lo que predecía la corrección de Stodola, la
diferencia entre la teoría unimensional y bidimensional, Hz∞ − Hz , disminuye con el caudal.
H
con el rodete a velocidad u = ωr, simplificando el problema a un caso estacionario para un radio
característico de la turbomáquina axial. El cambio de sistema de referencia provoca la aparición de
fuerzas de Coriolis y centrífugas, aunque, dada la ausencia de desplazamiento radial del fluido,
dichas fuerzas no ejercen ningún trabajo y por lo tanto las formulaciones para el etapas móviles
como el rotor y etapas fijas como el estátor son idénticas intercambiando las velocidades relativas
por absolutas.
El desarrollo bidimensional se apoya en gran parte de teoría aerodinámica de perfiles ideales,
siendo los álabes objetos aerodinámicos inmersos en la corriente axial que atraviesa la máquina.
s
reacción por parte de la misma. Consideremos un perfil de cuerda c dada por la distancia entre
su borde de ataque y borde de salida. El comportamiento de este tipo de elementos fuselados
na
se puede estudiar a través de la teoría potencial linealizada como el conjunto de efectos debidos
a: una placa plana de referencia, trazada entre el borde de ataque y de salida, la cual define con
la dirección de la corriente el ángulo de referencia; la curvatura del perfil, que rompe la simetría
as
geométrica decelerando la corriente en el intradós y acelerándola en el extradós para producir una
sobrepresión y depresión respectivamente; y el espesor, que provoca efectos de segundo orden en
ui
la sustentación.
La línea de sustentación nula como se muestra en la figura 4.4 es aquella dirección para la que
ic
una corriente no produce sustentación en el perfil, siendo por lo tanto para el caso de una placa
q
plana la misma línea que une los bordes de ataque y de salida. El ángulo que forma la corriente con
la línea de sustentación nula se llama ángulo de ataque y se denotará aquí con la variable δ.
ul
á
M
rá
id
H
El cálculo de las fuerzas sobre un perfil en movimiento bidimensional potencial se puede llevar
a cabo evaluando la variación de cantidad de movimiento en un volumen de control que rodea
el perfil, considerando así la acción del flujo y la presión sobre las caras del objeto. Dicho balance
deriva en la expresión,
l = ρV∞ Γ, (4.12)
conocida como la fórmula de Kutta-Yukovski que relaciona la sustentación por unidad de longitud
l, con la densidad del fluido ρ, la velocidad en el campo lejano V∞ y la circulación a lo largo del
4.3. Flujo bidimensional entre álabes en turbomáquinas axiales 41
lejano no es la misma aguas arriba que aguas abajo, por lo cual se utiliza una velocidad media
wm en el cálculo de sustentación por la fórmula de Kutta-Yukovski. La fuerza de sustentación
resultante se ejerce en dirección perpendicular a la corriente incidente. Nótese que en el caso de
flujo real aparece una fuerza de resistencia que está alineada con la dirección de la corriente.
Un problema simétrico ( e.g. perfil sin curvatura y corriente alineada con la línea media) no
produce sustentación, dado que la velocidad en el extradós e intradós es simétrica también y
por lo tanto la circulación alrededor del objeto es nula. En conclusión, a través del análisis de
teoría potencial bidimensional se requiere que la circulación Γ no sea cero para que la sustentación
producida en el perfil sea no nula.
s
4.3.2
na
Movimiento bidimensional en cascada de álabes móvil
Tal como se ha mencionado con anterioridad, se considera que las partículas fluidas en la máquina
as
axial desarrollan su trayectoria contenidas en cilindros concéntricos sin efectos ligados a presencia
de velocidad radial. El estudio de una etapa móvil en la máquina se realiza desarrollando la
ui
corriente cilíndrica sobre un plano, el cual se compone por tanto de una cascada de álabes periódica
como se muestran en la figura 4.5. Esta configuración difiere del perfil descrito con anterioridad en
ic
cuanto que los álabes no son objetos aislados en una corriente infinita, si no más bien las paredes
q
contiguas que forman los conductos de paso del fluido de trabajo.
La fuerza ejercida por el fluido sobre cada uno de los álabes se puede calcular integrando sobre
ul
la superficie dΣ los efectos de presión y esfuerzos viscosos,
á
I I
~ τ̄¯0 · ~ndσ, (4.13)
M
F = p~ndσ +
rá
dΣ dΣ
local) centradas en los canales contiguos. De este modo no existe gasto másico en las fronteras
paralelas al perfil, y por conservación de masa la componente en dirección del eje de las velocidades
relativas en la entrada y la salida deben igualarse,
H
Haciendo uso de la fórmula de Kutta-Yukovski |F~ | = ρ|w~m |Γ, donde w ~ m = wx êx +(1/2)(wu,2 +wu,1 )êθ
es la velocidad media y Γ = t(wu,2 − wu,1 ) la circulación sobre el perfil, dado que para flujo potencial
y perfil sin espesor la velocidad no depende de la coordenada acimutal θ y todas las líneas de
corriente son iguales. La dirección de actuación de la fuerza βF es,
Fu 2wx
tan βF = = , (4.18)
Fx wu,2 + wu,1
s
siendo la resultante, como se especifica más arriba, perpendicular a la velocidad media, F~ · w
~ m = 0.
na
Cuanto mayor es la separación entre los álabes t, mayor es la fuerza ejercida sobre cada uno de
ellos, dado que en una circunferencia de perímetro 2πr habrá menos álabes entre los que repartir la
energía cinética del fluido. Considerando un álabe aislado, también se puede calcular la circulación
as
con el objetivo de obtener el valor de la sustentación del perfil considerando que Γ = πηV∞ c sin δ,
donde η es una función de la geometría del perfil y la inclinación de la línea media de la cascada.
ui
El coeficiente de sustentación, o la fuerza adimensionalizada sobre el perfil se escribe entonces,
ic
F
CL = 1 = 2πη sin δ (4.19)
ρV∞2 c
q
2
Figura 4.5. Esquema de una cascada de álabes móvil en el plano desarrollado x − θ y sistema de referencia
rotando a velocidad u = Ωr en el caso de: placas planas, curvas y con espesor.
4.4. Ejemplo de aplicación 43
En el caso de una cascada de placas planas como se muestra en la figura 4.5 la línea de sus-
tentación nula de los perfiles coincide con la línea de referencia, marcada por el ángulo de enrejado
o ángulo de referencia de álabe β. Una corriente ideal que incida con los álabes entrando en
dirección tangente al álabe atravesará la etapa sin modificación alguna, siendo wx,1 = wx,2 por
continuidad y wu,1 = wu,2 al no presentar deflexión alguna de la corriente ni considerar efectos
viscosos, anulándose así la expresión de la sustentación (o bien, considerando el ángulo de ataque
δ = 0, implica F = 0. La corriente sobre y bajo cada perfil es idéntica y por lo tanto la circulación es
nula). Por ello, una cascada de placas planas requiere una corriente con ángulo de ataque no nulo
para realizar intercambio mecánico con la corriente.
En una cascada de placas curvadas, las líneas de corriente de un flujo ideal que incide tangente
a los álabes son paralelas y con la misma forma que los perfiles sin espesor. La corriente se deflecta
entre la entrada y la salida, siendo wu,1 6= wu,2 , y se produce una sustentación no nula en la etapa
s
(Nótese que la línea de sustentación nula difiere de la geométrica de referencia del álabe). Al
considerarse un flujo potencial la corriente es invariante en la coordenada êθ para una distancia
na
axial, y el balance sobre el volumen de control en la figura se reduce a los segmentos de entrada y
salida, dado que los límites laterales han sido elegidos tangentes a la velocidad local y los efectos de
as
presión sobre la placa se cancelan al ser espesor infinitamente delgado y la presión igual a ambos
lados.
ui
Sin embargo, incluir efectos de espesor en los álabes implica una variación de la corriente en el
extradós e intradós de cada elemento, imponiendo un cálculo de la circulación más detallado (o
ic
bien la integración de efectos de presión sobre la superficie del perfil) que conllevan el análisis de
verdaderos efectos bidimensionales.
q
Tras el paso del fluido por la etapa en cuestión de la turbomáquina, la energía intercambiada
por unidad de masa se denota con la expresión,
ul
á
2
v2 v12
p2 p1
gH = − + − . (4.20)
M
ρ ρ 2 2
rá
gH = u∆wu . (4.21)
H
Se desea usar una bomba centrífuga para elevar agua entre dos depósitos separados una altura de
h = 20 m. Ambos depósitos están abiertos y el agua de la superficie puede suponerse en reposo
y a presión es la atmosférica. Las tuberías de aspiración e impulsión, ambas de Dt = 0.15 m de
diámetro, unen la bomba con los depósitos correspondientes. La bomba, que gira a Ω = 1450 rpm,
tiene un diámetro exterior de D2 = 0.25 m, dieciséis álabes (z = 16), D1 /D2 = 0.45, y β2 = 60◦ . La
anchura de los álabes se diseña para que la velocidad radial sea constante, siendo el ancho a la
salida b2 = 20 mm. El fluido entra sin prerrotación y los rendimientos hidráulico, volumétrico y
orgánico son ηh = 0.85, ηv = 1 y ηo = 0.9, respectivamente. Si despreciamos la energía cinética del
fluido en la tubería, calcule:
44 4. Efectos bidimensionales
a) La altura de los álabes b1 (en mm) a entrada del rodete y la altura teórica Hz (en m) propor-
cionada por el rodete.
c) La potencia ẆB (en kW) consumida por la bomba y la entregada al fluido Ẇm (en kW).
Determine también la potencia perdida por disipación viscosa Φv , por efectos orgánicos Ẇo y
por pérdidas volumétricas Ẇi .
d) El ángulo β1 (en ◦ ) para que el fluido entre sin prerrotación. Los ángulos β20 y α20 (en ◦ )
predichos por la teoría bidimensional.
s
punto b) considerando la energía cinética del fluido en la tubería y comente el resultado.
na
Con el paso de los años, la rugosidad interna de la tubería aumenta debido a efectos corrosivos,
produciendo pérdidas considerables de presión en el fluido. Dichas pérdidas por fricción son 10
veces la altura dinámica vt2 /(2g), es decir, λLt /Dt = 10. La bomba utilizada es la misma (mismos
as
ángulos en los álabes) pero los rendimientos han caído a ηh = 0.8, ηv = 0.95 y ηo = 0.88.
ui
f) Vuelva a recalcular el apartado b) en estas nuevas condiciones y comente el resultado.
ic
Solución:
q
a) La altura de los álabes b1 a entrada del rodete se obtiene usando la conservación de la
masa, esto es: Q = vm,1 πD1 b1 = vm,2 πD2 b2 . Como vm es constante en este caso, tenemos
ul
b1 = b2 D2 /D1 = 44 mm.
á
v2 8Q2
Hm = h + =h+ 2 4 .
2g π Dt g
id
b) Como el fluido entra sin prerrotación, esto es, gHz∞ = u2 vu,2 encontramos la relación
vm,2 Q
gHz∞ = u2 vu,2 = u2 u2 − = u2 u2 −
tan β2 πD2 b2 tan β2
c) La potencia consumida por la bomba es ẆB = ρgQHm /ηt = 32.67 kW y la transmitida al fluido
es Ẇm = ẆB ηt = 25 kW. La potencia disipada por viscosidad es Φv = Ẇm (1 − ηh )/ηh = 4.4
kW, la potencia por pérdidas orgánicas es Ẇo = ẆB (1 − ηo ) = 3.3 kW, y la potencia por
pérdidas internas es Ẇi = 0 (ηv = 1). Es inmediato comprobar que ẆB = Ẇm + Ẇo + Ẇi + Φv
4.4. Ejemplo de aplicación 45
e) En este caso, la altura manométrica proporcionada por la bomba ha de ser usada para elevar
el agua a la altura deseada y proporcionar energía cinética al fluido Hm = h + vt2 /(2g).
Supongamos que el diseño de la bomba está acondicionado para que el fluido entre sin
prerrotación en el rodete.
s
Con respecto a las condiciones en el rotor, es sabido que gHm = gHz ηh = gH∞ ez ηh =
na
u2 vu,2 ez ηh , donde vu,1 = 0. Si combinamos ambas relaciones para Hm usando la información
disponible encontramos la siguiente ecuación para el caudal
as
8 2 ez ηh Ω 2 D22
Q + Q + gh − Ω e η
z h =0
π 2 Dt4 2πb2 tan β2 4
ui
Finalmente se obtiene un valor de Q = 0.097 m3 /s, inferior al caso anterior. Para que el
ic
fluido entre sin prerrotación con un caudal menor, la nueva orientación de los álabes es
β1 = arctan (vm,1 /u1 ) = 35.97◦ .
q
Ẇm = 20.6 kW y ẆB = 25.9 kW, inferiores al caso anterior. Es decir, aunque la altura
manométrica de la bomba es ligeramente superior, las potencias disminuyen con debido a
M
f) En este nuevo caso, la altura manométrica proporcionada por la bomba ha de ser usada
para elevar el agua a la altura deseada y para compensar las pérdidas por fricción. Además,
el fluido podría entrar con prerrotación suponiendo que la orientación de los álabes no ha
id
variado con respecto al caso anterior e). Para el cálculo correcto de vu,1 y vu,2 , a partir de sus
componentes meridionales, se debe tener en cuenta el rendimiento volumétrico en la relación
Q/ηv = vm,1 A1 = vm,2 A2 . De forma similar al apartado anterior, obtenemos
H
D22 − D12
8K 2 ez ηh Ω 1 1 2
Q + − Q + gh − Ω e z ηh =0
π 2 Dt4 2πηv b2 tan β2 b1 tan β1 4
donde K = 1 + λLt /Dt = 11 en este nuevo caso. Los parámetros geométricos b1 y β1 son
conocidos del apartado anterior. En esta otra configuración se obtiene un valor de Q = 0.0266
m3 /s, muy inferior al caso anterior. La altura manométrica proporcionada por la bomba es
ahora Hm = 20 + 1.28 = 21.28 m (incluyendo la energía cinética y pérdidas) y la potencia
consumida por la bomba es ẆB = 7.28 kW.
Las curvas continuas representan la variación de la altura manométrica con el caudal para el
caso sin prerrotación y ηv = 1 (apartados b y e). Se observa que la pendiente es negativa y
46 4. Efectos bidimensionales
que los puntos de funcionamiento estás determinados por el corte las curvas de la instalación,
rojo y azul respectivamente para el caso donde se desprecia y se considera la energía cinética
del fluido. Para el caso donde existe prerrotación la pendiente de la curva se vuelve positiva
y el nuevo punto de corte (verde para el caso f) considera también efectos disipativos en la
tubería (curva de instalación más pronunciada). Se puede concluir que la altura manométrica
de la bomba no varía significativamente con las condiciones de la instalación pues la energía
cinética es, en este ejemplo, generalmente mucho más pequeña que la energía potencial
2
h vtub /(2g). No obstante, el caudal impulsado varía de forma considerable.
H[m]
Hinst (f )
s
Hm (b, e)
na Hinst (e)
as
ui
ic
q
Hm (f )
ul
á
M
Hinst (b)
rá
id
Q[m3 /s]
Figura 4.6. Representación de los puntos de funcionamiento en las tres diferentes configuraciones: de-
H
preciando energía cinética (b), incluyendo energía cinética (e) y considerando pérdidas disipativas y otros
efectos en la máquina (f).
47
5.1 Introducción
Hasta ahora hemos despreciado los efectos de la viscosidad y de la conductividad térmica del
s
fluido. Suponíamos también que el punto de funcionamiento era el de diseño y que no aparecían
na
desprendimientos de capa límite, los cuales dan lugar a fenómenos de disipación muy importantes.
La consideración de estos efectos, dentro del rodete, hace que el proceso de transferencia de potencia
entre los álabes y el fluido no sea isentrópico. Claramente, estas perdidas irán en detrimento del
as
rendimiento de la máquina hidráulica.
Los efectos disipativos, asociados al rozamiento entre el fluido y las superficies que conforman
ui
el rodete pueden escalarse con las condiciones de operación. En el fluido inmediatamente presente
sobre la superficie de los álabes se forma una capa límite, dominada por los efectos viscosos, que se
ic
encarga de ligar las condiciones de flujo distante de la pared (ideal) con la condición de adherencia
sobre la misma. Si la distancia entre álabes es lo suficientemente grande comparada con el espesor
q
local de la capa límite en cuestión (dependiente del número de Reynolds, δ ∝ Re−1/2 ), las capas
ul
límite formadas no interaccionan entre sí, y la fuerza viscosa de arrastre asociada es proporcional al
á
u 1
Fd ∼ τ |Σ AΣ ∼ µ AΣ ∼ Cd ρu2 , (5.1)
rá
δ 2
donde Cd (Re) es el coeficiente de arrastre adimensional que depende del número de Reynolds.
En concreto, para las condiciones de operación de turbomáquinas convencionales, la capa límite
id
p Ω2 r2 ∂ 2w
∂w ∂w ∂
w + wn =− − +ν , (5.2)
∂s ∂n ∂s ρ 2 ∂n2
con wn siendo la componente normal a la superficie del álabe (valor pequeño del orden de wδ/r).
s
na
as
ui
ic
q
ul
Figura 5.1. Esquema de capa límite y zonas de posible desprendimiento en una máquina radial.
á
La distribución de presión en la capa límite, dominada por efectos de viscosidad, viene impuesta
M
por el fluido exterior a la misma. En particular, de la ecuación del momento, para el fluido ideal
rá
∂wext wext
(5.4)
H
= 2Ω −
∂n r
para una dirección normal apuntando hacia el lado convexo de la línea de corriente, que para
radios de curvatura lo suficientemente grandes se reduce a ∂wext /(∂n) ∼ 2Ω. Haciendo uso de (5.3)
en (5.2) se obtiene una expresión para la variación de velocidad relativa dentro de la capa límite
conocido el flujo externo ,
∂w ∂w ∂wext ∂ 2w
w + wn = wext +ν 2, (5.5)
∂s ∂n ∂s ∂n
Si la velocidad relativa a la salida es menor que a la entrada, w2 < w1 , debe decrecer a lo largo de
las líneas de corriente y entonces wext ∂wext /∂s < 0. En consecuencia la presión crece a lo largo de
5.2. Efectos disipativos en máquinas radiales 49
la línea de corriente cumpliendo ∂P/∂s > 0, como se muestra en (5.3). Este efecto obliga a que,
en la capa límite, el fluido se encuentre un gradiente de presión adverso que aumenta el riesgo
de desprendimiento de la misma. De la consideración tomada en el capítulo anterior respecto a
la variación local de la velocidad relativa en dirección normal a las líneas de corriente, (4.8), se
tiene que ∂wext /∂n ≈ 2Ω > 0. Por lo cual se deduce que para puntos tales como los mostrados
en la figura 5.1 A0 y B 0 situados en una superficie de presión y A, B en la superficie de succión,
wA0 < wA y wB 0 < wB , es decir, la línea de corriente en una superficie de succión experimenta
mayores velocidades relativas.
Además, en el caso en el que el caudal relativo al volumen desplazado por rotación sea elevado,
ΩD/wext 1, la fuerza centrífuga es despreciable y no contribuye a vencer el gradiente adverso de
presiones favoreciendo así un desprendimiento más adelantado en casos de caudal elevado como
se muestra esquemáticamente en la figura 5.1. En el punto de diseño, la velocidad de rotación y el
s
caudal se encuentran sincronizados, de manera que la capa límite sobre los álabes no alcance en la
medida de lo posible el desprendimiento.
na
Adicionalmente han de considerarse los efectos dados por la viscosidad en las paredes laterales,
que cierran los canales formados por los álabes, sobre las que se genera también una capa límite
as
adecuando la velocidad del fluido desde el flujo medio hasta la velocidad absoluta nula dada por
la condición de adherencia en las mismas. Estas paredes pueden ser fijas, formando parte de la
ui
carcasa, o móviles, siendo un elemento contenido en el propio rodete. En el primer caso, será
la velocidad absoluta ~v la que tiende a anularse según nos acercamos a la superficie en cuestión,
ic
viendo así una modificación de las líneas de corriente que tienden a circunferencias concéntricas en
el sentido contrario de rotación, como se muestran en la figura 5.2. En el segundo tipo de paredes
q
Figura 5.2. Efectos de recirculación y capa límite en una máquina radial debidos a las caras laterales, fijas o
móviles.
50 5. Flujo real: efectos tridimensionales y disipativos
s
gHz = u2 vu2 − u1 vu1 . (5.6)
na
Sin embargo, la gran mayoría de estos efectos pueden ser despreciados siempre y cuando la
bomba funcione en su punto de diseño.
as
5.3 Efectos disipativos en máquinas axiales
ui
5.3.1 Capa límite
ic
De manera análoga al análisis realizado en máquinas radiales, los efectos viscosos presentes en
la capa límite de las superficies físicas del rodete y de la carcasa generan pérdidas que deben ser
q
Concretamente, la velocidad relativa sobre las superficies de los álabes así como sobre el eje del
rodete es nula w
~ = 0 por la condición de adherencia, naciendo así en sus inmediaciones una región
dominada por la viscosidad como se esquematiza en la figura 5.3. Sobre la carcasa lateral fija hay,
del mismo modo, una región en la que la velocidad se adapta desde el flujo ideal hasta la condición
5.4. Curvas reales de funcionamiento 51
de pared de velocidad absoluta nula, ~v = 0. Estas capas particulares producen un esfuerzo viscoso
que se cuantifica, como se verá más adelante, en una serie de pérdidas de potencia respecto al caso
calculado a través de teoría ideal.
s
entre sí permite la aparición de pequeñas láminas de fluido que actúan como transmisoras de
cantidad de movimiento entre la superficie fija y la móvil. Estos esfuerzos tangenciales a las super-
na
ficies se incluyen dentro del rendimiento orgánico y no dependen del caudal de funcionamiento
de la máquina, pero sí de la separación entre las superficies en cuestión B. El coeficiente de fric-
as
ción CF = τp /( 12 ρΩ2 r2 ), que permite el cálculo de los esfuerzos citados, depende del número de
Reynolds y la separación entre superficies CF (Re, B). Una separación B que tiende a cero, provoca
ui
un rozamiento directo entre sólidos, mientras que grandes ranuras minimizan el rozamiento a costa
de permitir grandes recirculaciones.
ic
Por último, la tridimensionalización del flujo genera superficies de corriente que se desvían de
las hipótesis de teoría unidimensional, en las cuales la velocidad radial de todas las partículas es
q
nula. Los efectos tridimensionales tienen en cuenta la variación del radio en las trayectorias de las
partículas fluidas generando superficies de corriente no cilíndricas, fenómeno que recibe el nombre
ul
á
de alabeo o warping. La curvatura de dicha superficie de corriente está asociada al equilibrio radial
del flujo gobernado por las diferencias de presión y fuerzas centrífugas,
M
rá
∂wr wu ∂wr ∂wr wu2 1 ∂p
wr + + vz − =− + rΩ2 − 2Ωwu . (5.7)
∂r r ∂θ ∂z r ρ ∂r
La condición de máquina axial pura implica velocidad radial nula, wr = 0, de lo cual se puede
extraer la relación de equilibrio radial,
id
∂p wu2 u2 wu u
=ρ + ρ − 2ρ , (5.8)
∂r r r r
H
es decir, que el gradiente de presión en dirección ~er esté exactamente equilibrado a través de la
fuerza centrífuga.
El compendio de efectos considerado en este capítulo debe ser incluído a la hora de realizar el
cálculo de cualquier instalación que necesite una turbomáquina hidráulica para su funcionamiento.
La altura intercambiada entre máquina y fluido, tal como se había presentado hasta ahora, depende
principalmente de la configuración del flujo a la entrada y la salida del rodete (incluyendo, si es
52 5. Flujo real: efectos tridimensionales y disipativos
0
(u2 vu2 − u1 vu1 )
Hz = Hz∞ ez = . (5.9)
g
H [m]
Hz∞
s
na
Hz
Hinst
as
Hm
ui
ic
q
ul
á
∆H1
M
rá
∆H2
id
Q [m3 /s]
Figura 5.4. Bomba cuya altura teórica unidimensional es Hz∞ = 40 − 10Q en unidades del SI. El factor de
reducción de trabajo es ez = 0.85 =constante (Pfleiderer). Las pérdidas por fricción y por lejanía del punto
de diseño son ∆H1 = 3Q2 y ∆H2 = 3(Q − 1)2 , dando una altura manométrica Hm = 31 − 2.5Q − 6Q2
H
Las pérdidas por fricción sobre las superficies del rodete que se han presentado aquí, se cuan-
tifican a través de un incremento de altura ∆H1 = K1 Q2 , dependiente del caudal al cuadrado y
caracterizado experimentalmente por la constante K1 . Por otra parte, el caudal de funcionamiento
y la velocidad de giro del rodete están sincronizados para un caso de operación llamado punto
de diseño, siendo Q0 (Ω) el caudal del punto de diseño. Para caudales inferiores al del punto de
diseño (Q < Q0 ), el flujo que alimenta a la máquina no es suficiente para llenar el vacío que deja
progresivamente la cara de succión de los álabes en su avance, provocándose así recirculaciones y
mayores pérdidas. En el caso opuesto (Q > Q0 ), el flujo que invade el canal formado por los álabes
es mayor que el necesario y las partículas lo abandonan antes de que la cara de presión alcance la
posición adecuada, generando en este caso recirculaciones en la superficie de presión. Por lo tanto,
5.5. Ejemplo de aplicación 53
se considera una altura de alejamiento del punto de diseño igual a ∆H2 = K2 (Q − Q0 )2 , siendo K2
otra constante a proporcionar. La curva real de funcionamiento de la máquina está dada por la
altura proporcionada por el rodete menos las pérdidas dependientes del caudal,
Hm (Q) = Hz − K1 Q2 − K2 (Q − Q0 )2 . (5.10)
En términos generales, la ecuación que caracteriza la altura de una bomba es una función
cuadrática Hm (Q) = a+bQ+cQ2 . De la misma forma, la función que determina la altura necesaria en
una instalación es Hinst (Q) = a0 + b0 Q2 (puede deducirse de la ecuación de conservación de energía
mecánica proporcionada al inicio de este documento). El punto de funcionamiento de la bomba
en dicha instalación quedará determinado por el valor del caudal que iguala Hm (Q) = Hinst (Q)
(ver ejemplo de aplicación).
s
na
5.5 Ejemplo de aplicación
Se dispone de una bomba centrífuga para trasegar agua (ρ = 1000 kg/m3 ) desde un depósito hasta
as
una zona elevada, tal y como se muestra en la figura. La bomba utilizada, de diámetro exterior
D2 =0.35 m y ancho b =0.1 m, opera a Ω = 1000 r.p.m. y sus rendimientos hidráulico, volumétrico
ui
y orgánico son ηh =0.85, ηv =0.95, y ηo =0.9, respectivamente. El factor de reducción de trabajo es
ez =0.75. La curva que representa la altura manométrica de la bomba es Hm (Q) = 40 + 10Q − 2Q2 ,
ic
con Q en m3 /s. El fluido entra en la misma sin prerrotación.
3 pa
q
Con respecto a la instalación, se sabe
que las áreas transversales de la tu-
ul
bería y del depósito son At =0.25 m2
á
1. a) Determine el caudal que circula por la bomba Q teniendo en cuenta que la bomba ha
H
2. a) Determine la curva que relaciona la altura del depósito h con el caudal Q. (0.5 pts.)
54 5. Flujo real: efectos tridimensionales y disipativos
Solución:
s
bomba, que depende del caudal trasegado ha de hacer frente a la necesidad de la instalación,
Hm = Hinst , tal que:
na
40 + 10Q − 2Q2 = z3 − h0 +
1
2
2gAtub
Q2
as
donde Hinst = z3 − h0 + 1
2gA2tub
Q2 .
ui
Este polinomio de segundo orden para Q proporciona dos posible caudales: Qi = 0.602 m3 /s
y Qe = 2.95 m3 /s, donde los subíndices i y e hacen referencia a puntos de funcionamiento
ic
inestable y estable, respectivamente. El concepto de inestabilidad en el punto de funcionamiento
q
de una instalación se explicará en el tema 8. Anticipando que el punto de funcionamiento Qi
es inestable, tomamos Qe = 2.95 m3 /s como la solución asintóticamente estable. La altura
ul
proporcionada en ese caso será Hm (Qe ) = 52.09 m. La curva marrón de la siguiente figura
á
pérdidas volumétricas: Qrod = Q/etav = 3.1 m3 /s. Sabiendo que u2 = ΩD2 /2 = 18.33 m/s y
que la velocidad meridional a la salida vm,2 = Qrod /(πD2 b)28.24 m/s, escribimos
vm,2
H
y obtenemos β2 = 132◦ como ángulo de salida del álabe y vu,2 = 43.74 m/s como la compo-
nente acimutal de la velocidad absoluta a la salida. La corrección bidimensional proporciona
los valores vu,2
0
= vu,2 ez = 32.8 m/s y β20 = 117.5◦ para la componente acimutal y el ángulo de
salida corregidos del fluido, respectivamente.
HL = Hz − Hm = 9.19 m. Finalmente, las pérdidas orgánicas son ẆB = Ẇm − Φv − Ẇi = 0.21
MW.
2. a) La curva que relaciona el caudal de la bomba con la altura variable h(Q) se obtiene directa-
mente a partir de la ecuación Hm = Hinst y despejando h:
1
h(Q) = z3 − 40 − 10Q + + 2 Q2
2gA2tub
s
dHm
=0 → Q0 = 2.5 m3 / s
na
dQ
correspondiendo a una altura manométrica Hm (Q0 ) = 52.5 m. Esta condición sólo ocurre
as
cuando la altura del depósito es h(Q0 ) = 12.6 m. La curva naranja en la siguiente figura
representa la curva característica de la instalación para esa altura de depósito.
ui
ic
2. c) La altura mínima por debajo de la cual la bomba no es capaz de impulsar más agua se
puede obtener de varias formas. Gráficamente buscando el punto donde la curva de la
q
instalación y la curva de la bomba son tangentes (dHm /(dQ) = (dHinst )/(dQ) (ver curva roja
ul
en la figura siguiente). También puede obtenerse buscando el mínimo en la función h(Q)
á
o evaluando cuando la solución Q(h) obtenida a partir de la ecuación h(Q) deja de ser real
(cuando el radicando se torna negativo). En cualquier caso la solución final es hmin = 11.12 m,
M
2. d) Para obtener el tiempo para descargar el depósito desde el nivel inicial h0 hasta hmin aplicamos
la ecuación de la conservación de la masa en el volumen del depósito, proporcionando la
id
ecuación
Z h0
dh dh
−Ad = Q(h) → t = Ad c p = 29.07s
H
dt hmin 5 + 25 − c(20 − h)
con c = 1/(2gA2tub ) + 2. Como la relación de la altura y el caudal es monótona entre los puntos
de interés, la integral puede aproximarse a través de la regla del trapecio simple, tal que
Ad 1 1
t∼ + (h0 − hmin ) = 29.25s.
2 Q(h0 ) Q(hmin )
lo que proporciona un valor aproximado muy parecido al obtenido a través de la integral exacta.
Los diferentes puntos de funcionamiento quedan ilustrados en la siguiente figura, donde los
diferentes escenarios contemplados en los apartados 1, 2b y 2c están representados.
56 5. Flujo real: efectos tridimensionales y disipativos
Hinst (2b)
Hinst (1)
s
Hm (Q)
na
as
z3 − hmin
z3 − h0
ui
ic
q
ul
á
Análisis Dimensional
6.1 Introducción
Como se ha visto en los capítulos anteriores, la predicción teórica de las propiedades de una
s
máquina hidráulica en función de las condiciones de funcionamiento es muy tediosa, pues involu-
na
cra un conocimiento exacto de todos los procesos que transcurren en el interior de la máquina. Las
teorías uni- y bi-dimenasional permiten obtener fórmulas de fácil aplicación, pero resultan inexactas
pues no tienen en cuenta fenómenos tridimensionales, de choque o disispativos, ambos de gran im-
as
portancia en la caracterización del fluido en su paso por los diferentes componentes de la máquina
hidráulica. Para describir de forma realista el funcionamiento de una bomba o turbina en su rango
ui
de operación es necesario hacer experimentos, cubriendo el espectro paramétrico característico:
caudal, propiedades del fluido, velocidad angular, tamaño, entre otros. Dichos experimentos
ic
pueden ser realizados de forma numérica con códigos numéricos validados, o en el laboratorio
usando modelos a tamaño real o escalados. Es en esta tarea donde el análisis dimensional y la
q
semajanza son especialmente útiles pues permiten reducir la dependencia paramétrica y obtener
ul
curvas características de operación más generales, y por tanto, de mayor rango de aplicación.
á
cualquier sistema fisco ciertas limitaciones en la forma de cualquier posible relación entre estas
rá
la fuerza de resistencia que un objeto siente cuando está inmerso en una corriente de fluido con
velocidad relativa, lejos del objeto, U . Supongamos que el objeto tiene dos dimensiones principales,
la longitudinal en la dirección del flujo L y la transversal D, y que la densidad ρ y viscosidad
µ del fluido son constantes. Se desconoce, a priori, si el efecto de la gravedad es despreciable
o no. Escribimos por tanto que la fuerza de resistencia FR depende, de alguna forma, de los
parámetros anteriormente nombrados FR = FR (ρ, U, D, µ, L, g). Cabe mencionar que la elección
de los parámetros independientes no es arbitraria sino que responde a criterios físicos deducidos
a partir de las ecuaciones que gobiernan el fenómeno en particular. En ausencia de análisis
dimensional, el barrido paramétrico que es necesario realizar para calcular cómo la fuerza de
resistencia depende de los parámetros seleccionados, n = 6, es impracticable.
El teorema Π o Vaschy-Buckingham enuncia que si en un fenómeno físico cualquiera, F , existe
58 6. Análisis Dimensional
una relación entre n medidas de magnitudes físicas, F = F (a1 , a2 , ..., an ), dicha relación puede
reducirse a f = fun(Π1 , Π2 , ..., Πn−p ), donde p es el número de magnitudes dimensionalmente
independientes, y donde tanto f como las variables Πi , son parámetros adimensionales.
Para conocer el valor de p es necesario saber las unidades básicas de medida que forman parte
del sistema en particular. Podemos definir las unidades básicas de medida como aquellas a partir
de las cuales se puede generar la unidad de medida de cualquier otra magnitud física (unidades
derivadas). Éstas son: masa M , longitud L, tiempo T , temperatura Θ, corriente eléctrica I, entre
otras. Para problemas puramente mecánicos, las magnitudes básicas se reducen a las tres primeras:
M , L y T , y por tanto, el número máximo de parámetros dimensionalemente independientes es
pmax = 3.
Volviendo al ejemplo anterior, observamos que existen varias combinaciones de 3 parámetros
que son dimensionalmente independientes: {ρ, U, D}, {µ, U, D}, {µ, g, D}, entre otros. Esto quiere
s
decir que la matriz de dimensiones:
na M
FR
1
ρ U
1 0
D
0
µ
1
L
0
g
0
as
L 1 -3 1 1 -1 1 1
T -2 0 -1 0 -1 0 -2
ui
ic
se pueden encontrar varias submatrices de tamaño 3 × 3 cuyo rango sea 3 (el máximo). No existe,
con la información disponible, ningún criterio objetivo que determine qué terna de parámetros
q
criterio físico, proporcionado por el tipo de fenómeno, para seleccionar la terna más adecuada, es
decir, las magnitudes han de ser parámetros representativos del sistema. En el caso que nos ocupa,
M
podemos anticipar que la velocidad del fluido U , la densidad ρ y la longitud asociada a la sección
rá
transversal D son magnitudes que pueden influir significativamente en la fuerza de resistencia FR .
Esto puede ser revisado después con los valores característicos correspondientes. De esta forma,
encontramos que
id
FR µ L gD FR L
= fun , , o CR = 1 = fun Re, , F r (6.1)
ρU D2 ρU D D U 2 2
ρU πD2 D
con CR siendo el coeficiente de resistencia o arrastre, Re= ρU D/µ el número de Reynolds, L/D
√
H
la relación de aspecto y Fr= U/ gD el número de Froude. Esto implica que hemos reducido la
dependencia paramétrica a tres (n − p = 6 − 3 = 3) magnitudes adimensionales. Si en nuestro
problema en particular las diferencias de cota en no son significativas, tal que F r 1, entonces
la gravedad no juega ningún papel relevante en el fenómeno, obteniéndose una factor CR =
fun (Re, D/L), lo que es equivalente a no haber incluido el efecto de la gravedad en el comienzo
del análisis.
s
que si ambos fenómenos son físicamente semejantes, es decir, Πa1 = Πb1 , Πa2 = Πb2 , ..., Πan−p = Πbn−p ,
entonces la variable dependiente f a = f b .
na
Volviendo al problema anterior, donde teníamos que el coeficiente de arrastre CR dependía de
dos parámetros adimensionales principalmente, el número de Reynolds Re (parámetro físico) y la
as
relación de aspecto D/L (parámetro geométrico). Podemos evaluar el coeficiente de arrastre de
un sistema cualquiera a través de la experimentación con un modelo a escala. Supongamos por
ui
tanto que queremos calcular la fuerza de arrastre de un determinado objeto con dimensiones D1 ,
L1 usando un modelos 5 veces más pequeño, tal que D1 = 5D2 . Para que el objeto sea semejante
ic
en términos geométricos, L1 /D1 = L2 /D2 , por lo que L1 = 5L2 . Para que las condiciones en el
experimento sean físicamente semejantes, todos los parámetros adimensionales independientes han
q
de ser iguales. Esto implica que, además de mantener la relación de aspecto, el número de Reynolds
ha de ser el mismo, Re1 =Re2 . Si realizamos el experimento con el mismo fluido ρ1 = ρ2 , µ1 = µ2 ,
ul
á
encontramos que la relación Re1 =Re2 implica que U1 D1 = U2 D2 , y por tanto U2 = 5U1 . Es decir,
si realizamos el experimento con un objeto de igual forma pero 5 veces más pequeño, el fluido,
M
si no cambia, ha de moverse 5 veces más rápido para que ambos escenarios sean completamente
rá
semejantes.
id
nos permite encontrar ternas factibles para la adimensionalización de las magnitudes. En partic-
ular, la terna de parámetros dimensionalmente independientes {ρ, Ω, D} es comúnmente usada
a tal efecto, pero pueden usarse otras igualmente válidas. Similarmente podemos estudiar otras
propiedades características de la bomba como son la potencia Ẇ , el par T y el rendimiento, propor-
cionando las siguientes relaciones
gH Q µ κ Li
= fun1 (6.2)
s
, , , , αi
Ω2 D2 ΩD3 ρΩD2 D D
na
Ẇ Q µ κ Li
= fun2 , , , , αi (6.3)
ρΩ3 D5 ΩD3 ρΩD2 D D
T Q µ κ Li
= fun3 , , , , αi (6.4)
as
ρΩ2 D5 ΩD3 ρΩD2 D D
Q µ κ Li
ui
η = fun4 , , , , αi (6.5)
ΩD3 ρΩD2 D D
ic
donde las funciones fun1 − fun4 se determinan de forma experimental. No obstante, el espectro
paramétrico es aún muy elevado, y es necesario evaluar qué parámetros adimensionales son
q
Si además consideramos máquinas que son geometricamente semejantes, tanto los ángulos como
las longitudes se pueden eliminar de la relación funcional anterior, pero los resultados serán
M
válidos para esa familia de máquinas, exclusivamente. En estas condiciones, observamos que los
rá
coeficientes altura, potencia y par cumplen
gH Q Ẇ T Q
= fun1 , = fun2 = = fun3 (6.6)
Ω2 D2 ΩD3 3
ρΩ D 5 ρΩ2 D5 ΩD3
id
ρgHQ Q
η= = fun4 (6.7)
W ΩD3
s
bombas semejantes, se tiene que la energía específica adimensional gH/(Ω2 D2 ) depende exclusiva-
mente del caudal adimensional Q/(ΩD3 ).
na
Propongamos el siguiente ejemplo ilustrativo. Supongamos que tenemos tres bombas, seme-
jantes físicamente, que cumplen D1 < D2 < D3 , y que giran a distintas velocidades, cumpliendo
as
que Ω1 < Ω2 < Ω3 . Si realizamos una batería de experimentos con cada una de las bombas para
reproducir la altura específica gH en función del caudal Q obtendremos tres curvas diferentes,
ui
representadas en la figura 6.1-izquierda, las cuales cumplen que gH1 < gH2 < gH3 para cada
valor determinado de caudal. Si por el contrario representamos los parámetros adimensionales
ic
encontramos que, como se muestra en la figura 6.1-derecha, las tres curvas colapsan en una única
función. Resulta obvio la ventaja de usar teoría dimensional para cuantificar el funcionamiento de
q
diferentes bombas semejantes en diferentes condiciones, pues nos permite, a partir de una única
curva, barrer todo el espectro paramétrico de interés.
ul
á
gH gH
M
Ω3 Ω2 D2
rá
D3
Ω2
D2
id
Ω1
D1
H
Q Q
ΩD3
Figura 6.1. Altura específica en función del caudal para tres bombas semejantes de diferente tamaño y
velocidad de giro en variables dimensionales (izquierda) y variables adimensionales (derecha).
Cuando una turbina tiene álabes variables en el distribuidor, la turbina deja de ser geometrica-
mente semejante consigo misma, por lo que el parámetro asociado a la orientación de los álabes
habría de ser tenido en cuenta en el análisis adimensional. Es decir, las funciones asociadas a los
1/2
coeficientes de apertura, potencia y par y rendimiento dependerán, además de ΩDρ 1/2
/∆pt ,
del ángulo α.
62 6. Análisis Dimensional
El mismo análisis puede realizarse para el resto de variables dependientes presentadas: potencia,
par y rendimiento, obteniéndose curvas como las mostradas en la figura 6.2-izquierda, para
bombas, y en la figura 6.2-derecha, para turbinas. En azul se ha representado la curva asociada al
rendimiento de la turbomáquina y en rojo se ha señalado el valor de cada variable en el punto de
funcionamiento asociado al máximo rendimiento. Dichos valores son de gran importancia práctica
pues la turbomáquina utilizada para trabajar en una determinada instalación se seleccionará para
trabajar, en la medida de lo posible, en su punto de máximo rendimiento.
bomba: turbina:
gH T
Ω2 D2 T Ẇ D3 ∆P t
2 5
= Ẇ ρ1/2
ρΩ D ρΩ3 D5
s
3/2
D2 ∆Pt
ηmax
na
ηmax
Qρ1/2
η D2 ∆Pt
1/2
η
as
Q ΩDρ1/2
ui
ΩD3 1/2
∆Pt
ic
Figura 6.2. Curvas adimensionales características para bombas (izquierda) y turbinas (derecha)
q
ul
6.3.3 Velocidad, potencia y diámetro específicos
á
Supongamos que necesitamos una bomba para instalarla en un sistema hidráulico que tiene unas
M
3 1/2
ΩQ1/2
(Q/(ΩD ))
Ωs = = (6.10)
(gH/(Ω2 D2 )3/4 ) (gH)3/4 η=ηmax
η=ηmax
como la velocidad específica, una magnitud adimensional que relaciona la velocidad de rotación, la
H
especialmente útil para clasificar turbinas. Es inmediato comprobar que la velocidad y la potencia
específica quedan relacionas entre sí mediante el rendimiento de la turbomáquina, quedando
η 1/2 = Ωs /Ẇs en el caso de bombas, y η 1/2 = Ẇs /Ωs en el caso de turbinas. Queda claro que ni la
6.3. Análisis dimensional en turbomáquinas 63
velocidad ni la potencia específica dependen del tamaño de la turbomáquina, pues son parámetros
intrínsecos a la forma o geometría del rodete correspondiente. Esta cualidad es especialmente
útil, pues permite clasificar los diferentes tipos de turbomáquinas en función de los parámetros de
diseño Ωs y Ẇs , a través una simple tabla.
s
De una primera inspección en 6.1 se deduce que la configuración axial, tanto en bombas
como en turbinas, es adecuada para instalaciones que demandan gran caudal y saltos energéticos
na
relativamente pequeños. Lo primera cualidad es debida a que, en máquinas axiales, la dirección
principal del flujo en el rodete coincide con la dirección de propagación del mismo. La segunda
as
cualidad ocurre porque, al contrario que ocurre en máquinas radiales, la variación de energía
específica en el rodete no tiene contribución centrífuga.
ui
Para completar el proceso de selección de turbomáquina en una determinada instalación es
necesario proporcionar información sobre el tamaño característico de la bomba o turbina. Para tal
ic
efecto se define el diámetro específico
q
D(gH)1/4
Ds = (6.12)
ul
Q1/2 η=ηmax
á
100
s
na
as
10
ui
mixta axial
ic
Ωs
q
ul
á
radial
M
rá
0.1
id
0.1 1 10 100
Ds
Cavitación
7.1 Introducción
La cavitación es un fenómeno físico que describe la aparición burbujas de vapor en un líquido
s
inicialmente homogéneo debido a valores muy bajos de la presión. El cambio de fase tiene lugar a
na
temperatura constante o casi constante, diferenciando la formación de burbujas debido a cavitación
de la inducida por un aumento de temperatura durante la ebullición de un líquido. Esta definición
de cavitación introduce el concepto de una presión límite o presión de vapor pv por debajo de la
as
cual no se puede asegurar la cohesión del líquido (ver Fig.7.1).
ui
La aparición de regiones de baja presión en un líquido es un fenómeno muy conocido y tiene
lugar en muchas aplicaciones. Una de las más conocidas es el flujo a través de un tubo de venturi,
ic
donde la disminución de presión en la zona de menor sección puede inducir cavitación si la presión
alcanzada es suficientemente baja. Otro ejemplo común es el flujo alrededor de un álabe con un
q
ángulo de ataque determinado. Como ya vimos en el capítulo ??, la sustentación se genera por una
ul
diferencia de presión entra las dos caras del álabe. En la región de menor presión, generalmente el
á
extradós del álabe, la disminución de la presión puede dar lugar a la formación de estructuras de
burbujas muy características. (En la web hay una gran multitud de ejemplos. Véase por ejemplo la
M
Las burbujas de vapor generadas durante la cavitación son transportadas por el flujo y, al llegar
a una región de mayor presión, se produce un colapso violento debido a las grandes diferencias
de presión existentes entre el gas situado en el interior de la burbuja, a presión igual a la presión
id
de vapor, y el líquido que rodea la burbuja. Ese colapso violento, traducido en ondas de presión
de gran intensidad, provoca una reducción drástica del rendimiento de la turbomáquina ya que
induce la aparición de nuevas fuerzas sobre la estructura del sistema, genera ruidos y vibraciones y
H
En flujos sin cavitación, la presión de referencia del fluido carece de interés, y nuestra atención
se centra en los gradientes de presión. La aparición de la cavitación otorga al nivel de presión una
gran importancia, pues ella determina si se produce o no el cambio de fase. El grado de desarrollo
1
http://i.ytimg.com/vi/SEvxngv-dkY/maxresdefault.jpg
2
http://tpe-hydroptere.wifeo.com/images/cavitation-50-noeuds.JPG
3
https://i.ytimg.com/vi/FH1GJ2UglWM/hqdefault.jpg
66 7. Cavitación
s
na
as
Figura 7.1. Diagrama de fase del agua indicando la diferencia entre la cavitación y la ebullición.
ui
ic
de la cavitación se mide a través del parámetro adimensional de Thoma, definido como
q
pref − pv
ul
σ= , (7.1)
á
∆p
donde pref y ∆p representan una presión de referencia y una variación de presión de referencia,
M
valor igual o menor al valor crítico crítico σi , que depende de factores tales como la geometría, las
propiedades del fluido (viscosidad y densidad), tensión superficial, nivel de turbulencia ... Con
esta definición, no esperamos cavitación mientras σ > σi . La cavitación se inicia a partir pequeños
núcleos transportados por el flujo y que se revelan como puntos débiles en el líquido. El ejemplo
id
más común es el de las microburbujas generadas por inclusiones de aire o gas, de tamaños del
orden del micrómetro, que son arrastradas por el líquido y que dan lugar a la formación de burbujas
de gas de mayor tamaño cuya dinámica resulta fundamental en el estudio de la cavitación y sus
H
efectos. En las regiones de baja presión, la burbuja generada aumenta su tamaño a medida que
el líquido cambia de fase. Ese periodo de crecimiento acaba cuando la burbuja es transportada a
una región de mayor presión y el radio de la burbuja comienza a decrecer hasta, eventualmente,
llegar a colapsar generando picos de presión que erosionan la superficie de los componentes de las
turbomáquinas. El daño generado es muy característico y se manifiesta en forma de agujeros en la
superficie de los componente con diámetros de unas cuantas micras y profundidades pequeñas
comparadas con su diámetro. El daño que induce la cavitación depende de la velocidad del flujo
cuando la velocidad de éste supera el valor límite de 15 ó 20 m/s. Por encima de esa cifra, el efecto
de la erosión por cavitación crece rápidamente con la velocidad. Teniendo en cuenta que para
producir ese daño en los materiales es necesario que las cargas a que están sometidos generen
deformaciones plásticas, la presión generada en el colapso de una burbuja debe estar por encima
7.2. Efectos de la cavitación 67
de los 400 MPa o 4000 bares 4 . Usando el resultado derivado por ?, para una burbuja aislada en
un medio infinito, es posible escribir la variación de la presión p(r, t) en el líquido que rodea a la
burbuja
" # " #
3 3
p − p∞ R R0 R4 R0
= −4 − 4 −1 , (7.2)
p∞ − pv 3r R 3r R
s
" #4/3
3
na
1 R0
−1
pmax − p∞ 4 R
= " #1/3 (7.3)
p∞ − pv 3
as
R0
−1
R
ui
1/3
que se alcanza a distancias radiales r/R = {[(R0 /R)3 − 1]/[(R0 /R)3 /4 − 1]} , crece para dar
ic
valores tan altos como pmax = 1230 atm para burbujas pequeñas R0 /R = 20 con una presión de
vapor pv = 0.023 atm. 5 .
q
La evolución del tamaño de la burbuja en el seno de un fluido está determinado por la ecuación
ul
de Rayleigh-Plesset:
á
2
pb (t) − p(t) d2 R 3
dR 4µliq dR 2Sliq
=R 2 + + + , (7.4)
M
donde Sliq es la tensión superficial del líquido. La peculiaridad de está ecuación es que predice
comportamiento muy asimétricos con respecto a radios mayores o menores al radio de equilibrio R0 .
Cuando el radio R R0 , la velocidad de expansión o compresión de la burbuja es relativamente
id
lenta, al contrario que en el caso R R0 , donde la burbuja cambia de radio de forma muy brusca,
lo que favorece el fenómeno de colapso que posteriormente se traduce en la emisión de ondas de
presión muy energéticas.
H
20 20 20
R R R
R0 = 0.5 R0 = 0.3 R0 = 0.2
15 15 15
p(r)−p∞
p(r)−p∞
p(r)−p∞
p∞ −pv
p∞ −pv
p∞ −pv
10 10 10
s
na
5 5 5
as
0
ui
0 0
0 1 2 3 4 5 0 1 2 3 4 5 0 1 2 3 4 5
r/R0 r/R0 r/R0
ic
Figura 7.2. Variación radial de la presión en función del radio de la burbuja R/R0 durante el colapso.
q
ul
á
M
rá
id
H
niveles de tensión que siguen al colapso de las burbujas son los responsables de los daños causados.
Entre los factores hidrodinámicos que más influyen en los daños causados por la cavitación está la
velocidad relativa del líquido respecto del sólido. Para velocidades del fluido por debajo de un
límite, los daños por cavitación serán nulos. Esa dependencia con la velocidad se suele expresar
a través de la expresión empírica ṁ = A(v − v0 )n , donde 4 < n < 9, A es una constante y v0
7.3. Origen y descripción de la cavitación en bombas 69
representa el límite de velocidad por debajo de la cual no hay erosión por cavitación en el material
considerado. Por ejemplo, para agua sobre acero inoxidable, v0 ' 20 m/s.
El segundo factor que más influye sobre los daños inducidos por la cavitación es el tiempo de
exposición. De forma general, a grandes rasgos podemos distinguir cuatro fases en la evolución de
la cavitación (véase la figura 7.3):
• Un periodo inicial de incubación en las que los daños se limitan a la formación de muescas
de sección circular y profundidad variable (pitting) de las superficies sólidas, pero en las que
no existe pérdida de material. La duración de esa fase inicial Ti depende de factores como
el tipo de flujo y el material que compone la superficie sólida. Las muescas generadas son
pequeñas y la probabilidad de superposición de las mismas es pequeña. Algunos autores han
relacionado el ritmo de formación de las muescas con la velocidad del flujo a través de leyes
s
del tipo v α con α ∼ 6.
na
• A esa primera fase de incubación le sigue otro periodo en la que la pérdida de masa se acelera
rápidamente hasta alcanzar el ritmo máximo de erosión ṁmax . La duración del tiempo de
incubación Ti se relaciona con ṁmax mediante la relación Ti ṁmax =Cte.
as
• Durante la fase estacionaria, de duración relativamente larga, el ritmo de pérdida de masa es
ui
constante ṁ = ṁmax .
ic
• Para periodos de exposición muy largos, el ritmo de pérdida de material se desacelera
lentamente en la llamada fase de atenuación.
q
aparecer curvas muy distintas en función del material o el flujo considerado. El efecto de la
cavitación puede incrementarse en flujos no estacionarios debido al colapso colectivo de burbujas
inducidas por flujos auto-oscilatorios, situación que puede llegar a ser mucho más violenta que el
M
rá
colapso de burbujas individuales. Esto es, la onda de presión de una primera burbuja que sufre
colapso puede inducir el colapso del resto de burbujas cercanas, las cuales añadirán fuentes de
presión propias que incrementarán la intensidad de la onda primogénita.
Durante el colapso de las burbujas de vapor se generan ondas de presión que golpean el sólido.
id
Suponiendo que éste tiene un cierto comportamiento elástico, parte de la energía de la onda de
choque se absorbe por parte del sólido, parte se refleja y regresa al fluido y el resto se transmite por
el sólido. La magnitud de la energía que se absorbe, se refleja de vuelta al fluido o se transmite
por el sólido depende tanto de la naturaleza del fluido como del material del que está hecho el
H
sólido. En el caso de agua, la onda de presión prácticamente no se atenúa cuando incide sobre
metales como el aluminio o el acero inoxidable. Por el contrario, si el líquido es mercurio, casi una
tercera parte de la energía de la onda de choque se disipa al incidir sobre una superficie de acero
inoxidable.
Q Q px2
∆pm
ze2
px1
ze1 tan γ = ρg
s
pa z0
pa − ρv 2 /2
na pe2 pe1 p
pv
as
Figura 7.4. Esquema de aspiración de una bomba para determinar las condiciones críticas de cavitación en
las secciones de mínima presión absoluta. La curva verde y roja representan el perfil esquematizado de las
ui
presiones en función de la posición de la bomba, baja y alta aspiración respectivamente.
ic
depósito. Planteando la ecuación de la energía entre el punto 0 y la entrada a la bomba, obtenemos
q
1
pe + ρve2 + ρgze = pa + ρgz0 − ρg∆H0e (7.5)
ul
2
á
con ∆H0e representando todas las pérdidas de altura generadas desde el depósito hasta la entrada
de la bomba. Contrariamente a la que podríamos esperar, el punto de mínima presión no se
M
rá
encuentra a la entrada de la bomba, sino en algún punto en su interior inducido por el movimiento
de los álabes. Para caracterizar la presión mínima alcanzada en el interior de la turbomáquina se
utiliza el coeficiente de presión ε, definido como
id
p e − px
ε= (7.6)
ρw12 /2
Si el valor de ε se puede obtener de alguna forma, sería posible obtener el valor de la presión de
H
1 1
px = pa − ρg∆H0,e − ρg(ze − z0 ) − ρve2 − ερw12 . (7.7)
2 2
La figura 7.4 ilustra dos casos claramente diferenciados para una misma bomba y unas mismas
condiciones de operación ∆pm y Q. Para el caso de la bomba en color verde, situada a menos altura
con respecto a la superficie libre, la presión mínima px1 es mayor a la presión de vapor pv , por
lo que no hay riesgo de cavitación. Cabe mencionar que la variación de la presión con la altura
dp/(dz) = ρg tiene la pendiente tan γ = ρg para el caso ideal (sin pérdidas de fricción en la tubería)
y una pendiente mayor para el caso con pérdidas dp/(dz) ∼ ρg + ρv 2 λ/(2gD). Es inmediato añadir
7.3. Origen y descripción de la cavitación en bombas 71
el efecto de pérdida de carga de elementos locales como válvulas, filtros, etc. Se observa que cuanto
mayor es la caída de presión en la aspiración más peligroso es para el funcionamiento la bomba
por lo que la posición de la bomba está limitada por este factor. Por ejemplo, la curva roja de la
figura 7.4 determina, para unas condiciones determinadas, la altura máxima de aspiración de la
bomba, puesto que el valor de la presión mínima px2 es igual a la presión de vapor. Dicha altura
máxima de aspiración, por encima de la cual aparece cavitación dentro de la bomba, es
pa − pv v2 w2
∆zmax = − ∆H0,e − e − ε 1 .
ρg 2g 2g
A partir de la ecuación de la energía (7.5) es posible definir la altura necesaria para evitar
cavitación
s
ve2 w12
HN = +ε (7.8)
na
2g 2g
as
pa − pv
HD = − (ze − z0 ) − ∆H0,e (7.9)
ρg
ui
lo que permite definir HD > HN como la condición de no cavitación. La altura necesaria depende
ic
de la bomba y es un dato que aportan los fabricantes, mientras que la altura disponible depende
de la instalación y es necesario calcularla. Formalmente, la cavitación aparece cuando la altura
q
la variación de la altura requerida con Q es algo más compleja debido a la dependencia de ε con
rá
el flujo volumétrico fuera del punto de diseño. De forma esquemática, su variación se representa
en la figura 7.5. Para determinar el comportamiento de una bomba ante cavitación, es común que
el fabricante realice una seria de pruebas para determinar el valor del NPSH que será de gran
utilidad después a los usuarios que operen con ella. El ensayo más sencillo consiste en modificar la
id
sin cavitación. Cuando ésta aparece, se observa un brusco cambio en los valores de H y η, tal
como se esquematiza en la figura 7.6. Ese valor de la altura de succión define el valor crítico
de HD ∗
que hemos denominado NPSH. Una forma alternativa de medir el NPSH de una bomba
propone modificar el caudal impulsado modificando, al mismo tiempo, los valores de HN y HD
como se muestra en la figura 7.5. Mientras HD > HN , es posible dibujar la curva característica
de la bomba H vs Q que se esquematiza en la figura 7.6. Al alcanzar el caudal crítico en el que
HD = HN = N P SH, la curva característica de la bomba cambia de forma abrupta definiendo el
caudal critico que permite calcular HD ∗
a partir de (7.9). Para evitar cambios relacionados con el
régimen de giro de la bomba Ω, es conveniente realizar el experimento teniendo en cuenta los
parámetros adimensionales.
72 7. Cavitación
HN
HD
s
Q0 Qcavita Q
na
Figura 7.5. Variación de la altura necesaria HN∗ y disponible HD
∗ con el caudal Q para una velocidad de giro
de la bomba Ω.
as
ui
ic
q
ul
á
M
Figura 7.6. Ensayo para la medición del NPSH modificando la altura disponible a caudal constante (figura
rá
izquierda) o modificando el caudal que circula por la bomba (figura derecha).
De las figuras 7.6 es fácil darse cuenta que el comportamiento de bombas que cavitan es muy
diferente de aquellas en las que el fluido de trabajo se encuentra únicamente en una fase. Por ese
id
motivo, es necesario modificar el análisis dimensional que se hizo en el capítulo 6 para incluir la
altura disponible en la instalación como un parámetro adicional a tener en cuenta. De esa forma,
podemos escribir
H
gH Q gHD Q gHD
= fun1 , = fun1 , (7.10)
Ω2 D2 ΩD3 Ω2 D2 ΩD3 gH
Ẇ Q gHD Q gHD
= fun2 , = fun2 , (7.11)
ρΩ3 D5 ΩD3 Ω2 D2 ΩD3 gH
Q gHD Q gHD
η = fun3 , = fun3 , (7.12)
ΩD3 Ω2 D2 ΩD3 gH
∆pn
px con difusor
Q
s
zs sin difusor
difusor na tan γ = ρg
as
ui
pa z0
ps pa p
ic pv pa − ρv 2 /2
q
Figura 7.7. Esquema de una turbina para determinar las condiciones críticas de cavitación en las secciones
ul
de mínima presión absoluta. La curva gris y negra representan el perfil esquematizado de las presiones en
á
La cavitación en turbinas tiene lugar en la región de baja presión cercana a la salida del rodete,
rá
donde las velocidades absolutas son elevadas. Si usamos el esquema de la figura 7.7, podemos
plantear la ecuación de la energía entre la salida de la turbina y la superficie del agua en el canal de
desagüe
id
1
ps = pa − ρg∆z + ρg∆Hs,0 − χ ρvs2 , (7.13)
2
donde ∆z representa la diferencia de cota y ρg∆Hs,0 la pérdida de carga entre los dos puntos
H
escribe como
1
px = ps − ε ρw22 (7.14)
2
siendo w2 la velocidad relativa en la sección de salida de la turbina. La condición de cavitación será
entonces
1 1
px = pa − ρg∆z + ρg∆Hs,0 − χ ρvs2 − ε ρw22 < pv . (7.15)
2 2
En contraposición a las bombas, la pérdida de carga en el desagüe de la turbina mejora el compor-
tamiento de la bomba frente a cavitación. Por ese motivo, a diferencia de las bombas, las alturas
necesaria y disponible pasan a ser
s
ve2 w2 pa − pv
na
HN = χ +ε 2 y HD = − ∆z + ∆Hs,0 , (7.16)
2g 2g ρg
as
HD = HN = HD ∗
. Se observa que las pérdidas en la tubería de salida son beneficiosas para evitar
la cavitación (no para el rendimiento de la instalación) y, por el contrario, el difusor es pernicioso
ui
para la cavitación (pero útil para el rendimiento de la instalación).
A partir de (7.15) es fácil determinar la máxima diferencia de cota entre la salida de la turbina y
ic
la superficie de agua del desagüe para evitar cavitación
q
pa − pv v2 w2 pa − pv
∆zs < + ∆Hs,0 − χ s − ε 2 = − σi HN (7.17)
ul
ρg 2g 2g ρg
á
Esta expresión nos indica que un aumento de la altura neta implica una disminución de la diferencia
de cotas entre la salida de la turbina y el nivel de agua del desagüe. Para alturas muy elevadas
M
rá
puede ser necesario que ∆zs < 0 y que la turbina se sitúe por debajo del nivel de agua en el canal.
ΩQ1/2 Ωs
S= ∗ 3/4
= 3/4 (7.18)
(gHD ) ) σ
s
na
as
ui
ic
q
ul
á
M
rá
id
H
M
H áq
id ui
rá na
ul
ic s
as
77
De forma general, una turbomáquina se instala en una red de tuberías que suministran el fluido de
trabajo y lo dirige hacia su aplicación final. Asociada a esas redes de alimentación aparecen unas
pérdidas de energía que conforman la llamada curva resistente. La intersección con la curva de la
s
turbomáquina determina el caudal se puede desplazar con ella a través de ese sistema de tuberías y
na
determina la turbomáquina a utilizar en función de los criterios de diseño. Este capítulo analiza ese
proceso de selección e introduce algunos métodos de variación de caudal para bombas y turbinas.
as
8.1 Tiempos característicos
ui
El proceso de carga y descarga de un depósito es un proceso intrínsecamente no estacionario al
ic
modificarse las condiciones de contorno del problema a medida que el/los depósito/s se llenan o
vacían. Para analizar el problema, supongamos una instalación como la representada en la figura
q
8.1, en la que un bomba trasiega el agua desde un depósito inferior hasta un depósito superior a
ul
través de una tubería de diámetro D. Desde un punto de vista estricto, el análisis de problema
á
U2 p
dU d dẆ /dx 1 2 λ
+ + + gz = − U , (8.1)
dt dx 2 ρ ρQ 2 D
id
donde dẆ /dx representa el trabajo aportado al fluido por unidad de longitud de la tubería y
λ1 = λ2 = λ. Integrando la ecuación anterior entre los puntos 2 y 5, finalmente tenemos
5
ẆB U 2 λ(L1 + L2 )
H
p5 p2 dU
Z
+ gz5 − + gz2 = − − dx (8.2)
ρ ρ ρQ 2 D 2 dt
El último término de la ecuación representa la inercia del fluido y, junto con la fricción, contribuye
a reducir el aumento de la presión reducida P = p + ρgz del fluido inducida por la bomba ẆB . La
ecuación (8.2) debe ser integrada con las condiciones de contorno del problema en los puntos 2 y 5
del diagrama,
que acopla el valor de la velocidad del fluido en la tubería U con la altura de agua en ambos
depósitos. El ritmo de variación de la altura de los depósitos se puede obtener fácilmente aplicando
78 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
dh1 dh2
Ad = −Q(t) y Ad = Q(t), (8.4)
dt dt
con h1 (t = 0) = h0,1 y h2 (t = 0) = h0,2 y siendo Ad es la sección transversal de ambos depósitos, que
supondremos igual por simplicidad. Adicionalmente, en bombas de velocidad de giro variable
es necesario incluir una ecuación que describa la variación temporal de la potencia transferida al
fluido durante el cambio de velocidad
I dΩ2
= ẆB − Ẇe (8.5)
2 dt
s
siendo I el momento de inercia de la bomba y Ẇe la potencia del motor (eléctrico o de cualquier
otro tipo) utilizado para mover la bomba. En el sistema a resolver, formado por ecuaciones (8.2),
na
(8.3), (8.4) y (8.5) aparecen tres tiempos característicos 1 :
1. El tiempo de descarga del depósito td = (Ad h0,1 )/(Uc A), estimado a partir de (8.4).
as
2. El tiempo característico de aceleración del fluido en el conducto tacel = (L/Uc )/(1 + λL/D)
obtenido de comparar el término no estacionario y el término de aceleración convectiva en
ui
(8.2).
ic
3. El tiempo característico de variación de la potencia aportada por la bomba tB = IΩ2c /Ẇc
estimado a partir de (8.5) con los valores de velocidad de giro Ωc y la potencia de la bomba
q
I = C(Ẇc /Ω3c )α donde α y C son constantes de orden unidad obtenidas a partir proporcionados
por fabricantes en ?. Usando ese resultado, obtenemos tB = 1/Ωc . Habitualmente, como
M
= (1 + λL/D) 1
tacel LA
td Ω
= 1, (8.7)
tB (Uc A)/(Ad h0,1 )
La ecuación (8.6) indica que el tiempo de descarga es mucho mayor que el tiempo de aceleración
del fluido en el conducto si el volumen de líquido en los depósitos es mucho mayor que el volumen
de líquido en la tubería, condición que se cumple en la mayoría de las aplicaciones y que nos
permite olvidarnos de la inercia del fluido dU/dt en las tuberías.
1
Un cuarto tiempo característico, el tiempo acústico ta = L/c, con c la velocidad del sonido en el fluido, puede
llegar a ser relevante en fenómenos extremos como el golpe de ariete, que puede aparecer en el cierre o apertura de
electroválvulas.
8.2. Punto de funcionamiento en instalaciones de bombeo. 79
pa
h2
5
b
Q
pa
λ2 , L2 b 4
H2 1
3
z b
Q b
λ1 , L1 h1
b
2
s
na
La ecuación (8.7), por otro lado, indica que el tiempo de variación del régimen de giro en la bomba
es mucho menor que el tiempo de descarga, por lo que las curvas características de la bomba
as
pueden usarse para los distintos caudales independientemente de que el régimen de giro de la
bomba pudiera cambiar durante el tiempo de descarga o de carga de los depósitos. De forma
ui
general, es común asumir que el las turbomáquinas funcionan de forma casi-estacionaria de manera
que aunque los valores de caudal Q y velocidad de giro Ω puedan cambiar con el tiempo, sus
ic
valores instantáneas determinan tanto el par T como la altura H de la turbomáquina. Esto es cierto
siempre y cuando el tiempo de residencia del fluido en el interior de la máquina sea pequeño
q
Para ilustrar el cálculo del punto de funcionamiento en una instalación de bombeo utilizamos
la situación esquematizada en la figura 8.1. En ella, una bomba con curva característica HB (Q)
id
Q2 Q2 Q2 λ1 L1 + λ2 L2
p5 p2
ρQ + + gz5 − ρQ + + gz 2 = ρQgH B − ρQ , (8.8)
ρ 2A2 ρ 2A2 A2 D
donde A = πD2 /4 el área de la tubería. El último término a la derecha del igual representa las
pérdidas primarias en las tuberías. Las pérdidas secundarias a la salida del depósito inferior y en
cualquier otro elemento de la red que pudiera inducir pérdidas adicionales (válvulas, codos ...)
se consideran despreciables en este análisis simplificado. Para obtener la presión en el punto 2,
usamos la ecuación de Bernoulli entre los puntos 1 y 2, de forma que p2 /ρ + Q2 /(2A2 ) = pa /ρ + gh1 .
Por otro lado, teniendo en cuenta que p5 = pa + ρgh2 , que z5 = H y z2 = 0, la ecuación anterior
80 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
toma la forma
Q2
(λ1 L1 + λ2 L2 )
HB = H2 + h2 − h1 + 1+ = Hr,1 , (8.9)
2gA2 D
a partir de la cual es posible obtener el caudal Q que la bomba es capaz de desplazar. Según esta
expresión, la bomba debe de ser capaz de proporcionar una altura que no solo iguale la altura
entre las superficies libres de los dos depósitos H + h2 − h1 , sino que además debe ser capaz de
proporcionar altura suficiente para vencer las pérdidas de altura asociadas a las pérdidas de carga
primarias en las tuberías.
s
Hr,1
na
HB,2
HB,3
A2
as
HB,1
ui
A1 Hr,2
ic
B3
q
B2
ul
á
B1
M
H2 + h2 -h1
rá
Qu,2 Qu,3 Q
id
Figura 8.2. Resolución gráfica del punto de funcionamiento determinado por la ecuación (8.9) correspon-
diente a la instalación de la figura 8.3 con la válvula del ramal 4-6 cerrada. La curva HB,1 = a − bQ2 se
corresponde con la curva característica de una bomba con ángulo β2 < π/2. La curvas HB,2 = a − b(Q − Q0 )2
H
y HB,3 = a − b(Q)(Q − Q0 )2 se corresponde con una bomba con ángulo β2 > π/2. La curva de la bomba
HB,3 es característica de bombas en la que las pérdidas por fricción son dependientes del caudal b = b(Q)
define un punto de funcionamiento inestable que debería ser evitado durante los periodos de
actividad de la bomba.
s
na
as
ui
Figura 8.3. Esquema de una instalación de bombeo entre tres depósitos.
ic
q
Consideremos ahora una red de bombeo ramificada como la que se muestra en la figura 8.3. En
el momento en el que la válvula del ramal 4-6 se abre, el caudal Q1 que circula por la bomba es
ul
á
distinto al caudal de los diferentes ramales. Aplicando la ecuación de la energía entre los puntos 2
y 4, entre el punto 4 y 6 y entre 4 y 5, obtenemos
M
Q 2 λ1 L 1
p4 p2
rá
Tramo 2 − 4 ⇒ + gz4 − + gz2 = gHB − 12 (8.10)
ρ ρ 2A D
Q2 λ3 L3
p6 p4
Tramo 4 − 6 ⇒ + gz6 − + gz4 = − 32 (8.11)
ρ ρ 2A D
id
Q2 λ2 L2
p5 p4
Tramo 4 − 5 ⇒ + gz5 − + gz4 = − 22 (8.12)
ρ ρ 2A D
son despreciables. Las ecuaciones anteriores, junto con la ecuación de continuidad aplicada en la
bifurcación de las tuberías en el punto 4, Q1 = Q2 + Q3 , constituyen un sistema de cuatro ecuaciones
con Q1 , Q2 , Q3 y p4 como las incógnitas del problema. Sabiendo que
p5 pa p6 pa p2 Q21 pa
= + gh2 , = + gh3 , + gz2 = − 2 + + gh1 ,
ρ ρ ρ ρ ρ 2A ρ
Si suponemos que la bomba tiene una curva característica HB = a − bQ21 , la ecuación anterior, junto
con las ecuaciones 8.13, permite obtener los caudales Q1 , Q2 y Q3 que circulan por los distintos
ramales de la red de tuberías. El término a la derecha de la ecuación (8.14) constituye la curva
resistente conjunta de la instalación compuesta por dos depósitos. El caso general H3 + h3 6= H2 + h2
tiene también resolución analítica y se propone como ejercicio al lector de estas notas. 2 .
Comparada con la curva resistente obtenida previamente en (8.9), la curva Hr,1 descrita en (8.14)
s
tiene una menor pendiente al sumar las pérdidas primarias en ambos ramales de la instalación, lo
que desplaza el punto de funcionamiento de la bomba hacia mayores caudales para suministrar
caudal a ambos depósitos.
na
as
HB,1
QB1
ui
HB,1 HB,2
4 3b 4
3
ic
b b b
Q1 QB2 Q1
q
HB,2
ul
á
Figura 8.4. Configuración de bombas en paralelo y en serie entre los puntos 3 y 4 de la instalación 8.3
M
rá
al ser negativa 3 . Varias soluciones pueden aparecer en bombas con β2 > π/2, aunque la estabilidad
de las mismas puede requerir una valoración sosegada del punto de funcionamiento resultante.
Como ocurre en el ejemplo analizado anteriormente, la apertura o cierre de válvulas puede modi-
H
ficar el caudal que circula por la instalación, llegando a ser insuficiente para la aplicación particular
que estemos considerando. En un intento de aumentar el caudal, se puede considerar instalar
varias bombas en paralelo de forma que el caudal total sea la suma de los caudales de cada una de
las bombas.
2
Por ejemplo, el caudal Q2 que circula por el ramal 4-5 se puede escribir como
( 2 )1/2
Q2 λ3 L3
λ3 L3 λ 3 L3 1
Q2 = Q1 ± Q21 − 2 Λ + 12
λ3 L3 − λ2 L2 λ3 L3 − λ2 L2 2A D (λ3 L3 − λ2 L2 )/(A2 D)
Por otro lado, no es posible encontrar ninguna solución al problema (8.14) cuando la máxima altura
proporcionada por la boba es menor que H2 + h2 − h1 . En ese caso, la bomba elegida es incapaz de
desplazar ningún caudal por la instalación en cuestión. Una posible solución para ese problema
puede consistir en instalar varias bombas en serie de forma que la altura total del conjunto sea la
suma de las alturas parciales de cada una de ellas.
Hr,1
HB
HB Hr,1
HB,2
s
HB,1
na HB,1 HB,2
as
ui
QB,1 QB,2 QB
Q1 Q1
ic
Figura 8.5. En la figura izquierda se representa la curva característica equivalente (línea continua gruesa)
q
que resulta de colocar dos bombas de curvas características HB,1 y HB,2 en paralelo (líneas a trazos) junto con
la curva resistente Hr,1 (línea continua fina). El caudal total impulsado es la suma de los caudales impulsados
ul
por cada una de las bombas.
á
En la figura derecha se representa la curva característica equivalente (línea continua gruesa) obtenida a partir
de la instalación de dos bombas en serie HB,1 y HB,2 (líneas a trazos). Para un mismo caudal impulsado Q1 ,
M
la altura total resultante es la suma de las alturas aportadas por cada una de las bombas.
rá
id
Q21
λ1 L1 λ2 L2 λ2 L2 /λ3 L3
HB,2 = HB,1 = (H2 + h2 − h1 ) + 1 + + 2 = Hr,1
2gA2 D D
h i
1/2
1 + (λ2 L2 /λ3 L3 )
(8.15)
que junto con Q1 = QB,1 + QB,2 permite determinar los caudales que circulan por cada una de
las bombas. La curva característica equivalente de dos bombas en paralelo se representa en la
figura 8.4. El punto de funcionamiento se desplaza ahora desde el caudal QB,1 , cuando hay una
única bomba, hasta QB,1 + QB,2 cuando ambas bombas están instaladas. Este resultado se puede
generalizar para un número N de bombas en paralelo, de forma que el caudal total que circularía
84 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
El rendimiento del conjunto de las dos bombas colocadas en paralelo lo podemos definir como
η = Ẇm /Ẇ , siendo Ẇm la potencia manométrica adquirida por el fluido entre los puntos 3 y 4 de
la instalación de la figura 8.4 y Ẇ la potencia total utlizada. En ese caso, tendremos
PN
(QB,1 + QB,2 )(p4 − p3 ) QB,i
η= = PN i=1 (8.17)
QB,1 (p4 − p3 )/ηB,1 + QB,2 (p4 − p3 )/ηB,2 i=1 QB,i /ηB,i
s
Bombas en serie Cuando la altura de los depósitos o el nivel del agua en el depósitos superior
son suficientemente grandes, la bomba seleccionada puede no ser capaz de elevar el fluido hasta la
na
altura deseada. Desde un punto de vista matemático, esta situación se traduce en la ausencia de
soluciones de la ecuación (8.14). Un posible remedio es la colocación de varias bombas en serie, tal
as
y como se esquematiza en la parte derecha de la figura 8.4. Usando la expresión (8.14), una vez que
hemos sustituido nuestra bomba por otras dos bombas en serie, podemos escribir
ui
Q21
λ1 L1 λ2 L2 λ2 L2 /λ3 L3
ic
HB,1 + HB,2 = (H2 + h2 − h1 ) + 1 + + 2 = Hr,1
2gA2 D D
h i
1/2
1 + (λ2 L2 /λ3 L3 )
q
(8.18)
ul
á
conjunto de las dos bombas representado en la figura 8.4. El caudal que circula por las bombas es
rá
el mismo Q1 . Generalizando para un número N de bombas en serie, la altura equivalente sería
N
X
HB = HB,i (8.19)
id
i=1
La curva equivalente de situar dos bombas en paralelo entre los puntos 3 y 4 de la figura 8.3 se
representa en la parte derecha de la figura 8.4.
H
El rendimiento resultante de colocar dos bombas en serie se define como η = Ẇm /Ẇ , siendo, Ẇm
la potencia transmitida al fluido y Ẇ la potencia total consumida por las bombas. Usando esas
definiciones, y definiendo el punto 3’ entre las dos bombas, podemos escribir
PN
Q1 (p30 − p3 ) + Q1 (p4 − p03 ) HB,i
η= = PN i=1 (8.20)
Q1 (p30 − p3 )/ηB,1 + Q1 (p4 − p30 )/ηB,2 i=1 HB,i /ηB,i
H, Ẇ y η de acuerdo con las curvas característica de la bomba. Como estas magnitudes tienen que
satisfacer normalmente ciertos requisitos, la regulación del caudal no se puede hacer de una forma
arbitraria, sino siguiendo ciertas pautas.
Los métodos de control de caudal se pueden dividir en dos tipos, los que modifican la curva de la
instalación y los que modifican las curvas de la bomba. Dentro del primer grupos se encuentran
los de regulación mediante válvulas y by-pass. En el segundo se encuentra el control mediante la
variación de la velocidad de giro de la bomba, de la pre-rotación del fluido antes de entrar en el
rotor y de la variación del ángulo de ataque mediante rotación de los álabes del rotor.
s
Es el procedimiento mas simple para variar el caudal que suministra una bomba a una instalación
es abriendo o cerrando una válvula de control que a tal fin se coloca en la instalación. Imaginemos
na
una instalación con una curva característica Hr,1 a través de la cual impulsamos un fluido con una
bomba con curva característica HB,1 (Q). Justo detrás de la bomba, colocamos una válvula, con un
coeficiente de pérdidas secundarias kv , que está inicialmente abierta. Aplicando la ecuación de la
as
energía, obtenemos la ecuación HB,1 = Hr,1 que permite obtener el punto de funcionamiento Q1 .
Para controlar el caudal del punto de funcionamiento podemos cambiar modificar el coeficiente
ui
de pérdidas secundarias kv cerrando la válvula situada detrás de la bomba, modificando la curva
resistente de la instalación Hr,1
∗
= Hr,1 + Q2 /(2A2 g)kv y variando el punto de funcionamiento Q∗1 .
ic
Ese cambio en el caudal de impulso lleva asociado, como era de esperar, una variación en el
rendimiento de la bomba, que puede aumentar o disminuir en función de si el punto de fun-
q
cionamiento ocurre a caudales mayores o menores del punto de máximo rendimiento dη/dQ = 0.
ul
El cierre de la válvula normalmente lleva asociado una disminución de la potencia consumida en
á
el eje de la bomba. Pese a ello, desde el punto de vista de la instalación, la regulación de caudal
mediante una válvula es un método poco ineficiente, al disipar en la válvula un exceso de energía
M
La válvula debe estar siempre colocada aguas abajo de la bomba, de forma que las pérdidas se-
cundarias introducidas por la válvula no disminuyan la altura disponible NPSHd de la instalación,
adelantando el fenómeno de cavitación en la bomba estudiado en el capítulo 7.
En muy pocos casos una bomba funcionará en su punto de máximo rendimiento ηmax aunque si
id
se exige que la bomba funcione siempre por encima de un rendimiento mínimo ηmin ' 0.9ηmax de
forma que su explotación sea lo más rentable posible. Esa condición obliga a que la bomba funcione
en el tramo a − d de la curva representada en la figura 8.6. Condiciones de funcionamiento que den
H
lugar a caudales fuera del tramo a − d implican, generalmente, cambiar de bomba para mantener el
criterio de eficiencia. Esta limitación reduce mucho el campo de utilización de una bomba cuyo
caudal está controlado por un válvula. Para ampliar ese rango de utilización es habitual disminuir
artificialmente el diámetro exterior de la bomba sin modificar la forma de los álabes mediante un
torneado. Este procedimiento tiene, obviamente, un límite en el máximo recorte que se puede hacer
al diámetro exterior si no queremos que el rendimiento se vea muy afectado. Mediante esta técnica
conseguimos modificar la curva característica de la bomba y, para un mismo caudal, se reduce la
altura proporcionada por la bomba. De esta manera, el rango de utilización de la bomba se amplía
a la región a − b − c − d.
Obviamente, esta operación destruye la semejanza geométrica en la que se basa el análisis dimen-
sional para obtener la curvas características de la bomba torneada. Sin embargo, experimentalmente
86 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
∗
ηmin Hr,1 HB,1 Hv
kv Hr,1
a Q ∗
HB,1 Hr,1
b ηmax
Ht
ηmin Hr,1 HB,1
d Q Q1
Ẇ kv
c Qv Q1
Ẇ
Qv
η
s
Q∗ Qmax Q Q∗ Q
na
Figura 8.6. Regulación por válvula y por by-pass.
as
se sabe que en bombas radiales se cumple Q/Qt = D2 /D2,t y HB,1 /Ht = (D2 /D2,t )2 , con el subíndice
t indicando las propiedades de la bomba una vez torneada. Así, se cumple que
ui
HB,1 Ht
= 2 = C ⇒ Ht = CQ2t (8.21)
ic
Q 2 Qt
q
siendo C una constante. La nueva curva característica para la bomba tras el torneado será, por
tanto, también una parábola, tal y como se indica en la figura 8.6. El corte de la curva Ht con las
ul
á
curvas de rendimiento constante ηmin determina los puntos b − c que delimita la región a − b − c − d
de utilización de la bomba donde se sabe que se cumple la condición η > ηmin .
M
Para que este procedimiento sea coherente la curva de rendimiento no puede cambiar al realizar
rá
el torneado. Para que eso se cumpla, la reducción del diámetro mediante el torneado no puede
exceder un valor máximo (D2 − D2t )/D2 < f (Ωs que depende de la velocidad específica de la
bomba Ωs .
En general, los fabricantes ofrecen en sus catálogos un número de bombas los suficientemente
id
grandes como para que la suma de las regiones a − b − c − d de todas ellas cubra el mayor rango
posible de aplicaciones, tal y como se muestran en la figura 8.7 para dos velocidades de giro
distintas.
H
Una forma de mejorar la eficiencia de la regulación mediante válvulas es la de incluir un by-pass con
una válvula que extraiga una caudal Qv de la corriente principal. Con este sistema de regulación,
esquematizada en la figura 8.6, el caudal Q que circula por la bomba es distinto del caudal Q1 que
se bombea a la instalación. El objetivo de este sistema de regulación es modificar el caudal Q1 que
pasa por la instalación cambiando lo menos posible el caudal que circula por la bomba, de forma
que los rendimientos y los consumos de potencia de la bomba cambien lo menos posible.
Cuando la válvula está completamente cerrada, la intersección de la curva de la instalación Hr,1 con
la curva de la bomba HB,1 determina el caudal de funcionamiento Q. Una vez que se abre la válvula,
8.4. Regulación del caudal 87
s
na
as
ui
ic
q
ul
á
M
rá
id
H
Figura 8.7. Campo de aplicación de los distintos modelos de las bombas centrifugas de succión horizontal y
descarga vertical de KSB - Megabloc para velocidades de 3500 rpm y 1750 rpm.
88 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
s
na
un cierto caudal Qv circula por la válvula reduciendo el caudal Q1 que llega a la instalación. Las
pérdidas introducidas por la válvula dan lugar a una curva de pérdidas de altura Hv = kv Q2v /(2A2 g)
que modifica la curva total de la instalación, que pasa a ser Hr,1
∗
. El nuevo caudal de funcionamiento
as
se puede calcular ahora de resolver HB,1 = Hr,1 para obtener el nuevo caudal impulsado por la
∗
bomba Q∗ . Generalmente Q∗ y Q no son muy distintos pese a que el caudal Q1 si puede llegar
ui
a cambiar de un forma muy apreciable al abrir la válvula, tal y como se ha esquematizado en la
figura 8.6.
ic
q
continua, aumentando la altura que son capaces de ceder al fluido a medida que aumenta su
velocidad de giro 4 A partir de las leyes de semejanza estudiadas anteriormente en el capítulo 6,
M
sabemos que la potencia específica de la bomba es aumenta con el cuadrado de la velocidad de giro
rá
parámetro de giro Q/ΩD3 coincidiera con el correspondiente al del punto de máximo rendimiento
η = ηmax 5 . La contrapartida es el aumento del precio de la bomba, al tener que incluir en el
presupuesto un motor de velocidad variable.
Una solución intermedia desde el punto de vista económico es la de introducir un reductor entre la
bomba y el motor eléctrico. Así, aunque el motor gire a velocidad constante, es posible modificar la
velocidad de giro a través de los engranajes del reductor. Aunque sigue siendo más caro que la
regulación mediante válvula, puede ofrecer una alternativa algo más económica para aumentar la
4
De forma cualitativa, este efecto es fácil de comprobar a partir de la ecuación de Euler gH∞ =
Ωr (Ωr − Q/A/ tan β2 )
5
Se deja al alumno desarrollar la condición matemática que permitiría obtener esa velocidad de giro a la que la
bomba funciona a máximo rendimiento para desplazar un caudal Q.
8.4. Regulación del caudal 89
8.4.4 Regulación mediante control de la pre-rotación del fluido a la entrada del rotor
De acuerdo a la ecuación de Euler gH∞ = u2 vu,2 − u1 vu,1 , la pre-rotación del fluido puede modificar
la altura que la bomba proporciona. Efectivamente, valores positivos de la rotación α1 < π/2
reducen la altura de la bomba respecto al valor máximo teórico, mientras que una contra-rotación
α1 > π/2 puede, en teoría, aumentarla. El grado de control de la altura mediante pre-rotación
aumenta con la velocidad específica, por lo que es de esperar que el control del punto de operación
mediante este sistema sea más común en máquinas axiales y semi-axiales.
Como ya estudiamos en el capítulo 3, valores del ángulo α1 6= π/2 van asociados a disminuciones
en la altura máxima transmitida al fluido. Aprovechando esta características, algunos bombas
s
sitúan unos álabes en el estátor, a la entrada del rotor, cuyo objetivo es el de modificar la dirección
na
de la velocidad absoluta y, por tanto, cambiar el ángulo α1 . Si suponemos que α1,i es el grado de
pre-rotación fijado por la posición de los álabes a la entrada del rotor, de forma que gHi y Ẇi son la
potencia específica y la potencia en el eje asociada a esa posición, el punto de funcionamiento Qi lo
as
obtenemos a partir de la intersección de la correspondiente curva de la bomba con la curva de la
instalación Hr representada en al figura 8.8. De esa forma, podemos pasar de un caudal Q1 a un
ui
caudal Q3 aumentando la contra-rotación de los álabes a la entrada (α1 aumenta) o a un caudal Q2
si aumenta la pre-rotación α1 disminuye.
ic
La operación de variación de caudal a través de la variación de la pre-rotación de la velocidad
de giro da lugar a mejores eficiencias de funcionamiento. Efectivamente, si consideramos que
q
aunque supone un mayor consumo de energía, esta se aprovecha mejor al aumentar la eficiencia de
funcionamiento respecto a la que había previamente.
M
mediante válvula es fácil darse cuenta de que el cambio de punto de funcionamiento mediante la
variación de α1 consume menos energía. Si partimos de un caudal Q1 , asociado a una potencia
consumida por la bomba Ẇ1 y a un rendimiento η1 , la disminución de caudal originada al cerrar
la válvula de paso nos llevaría a desplazarnos desde Q1 hasta Q2 por la curva de potencia Ẇ1 ,
id
generando consumos de potencia mayores a los obtenidos mediante una disminución de la pre-
rotación del fluido a la entrada.
H
Aunque de gran rendimiento, la modificación del caudal mediante la variación del ángulo de los
álabes del rotor presenta un gran rendimiento. Usado mayoritariamente en turbomáquinas axiales,
permite modificar el caudal impulsado modificando el ángulo de ataque. Cuando el ángulo de
ataque cambia, el área entre los álabes, la velocidad tangencial y la altura total de la bomba también
cambian. El ángulo que gira el álabel γ no puede ser demasiado grande para evitar que el ángulo de
ataque supere un valor máximo de alrededor de β1 = 23 − 25◦ , ángulo a partir del cual la eficiencia
se reduce de forma muy significativa debido al desprendimiento de la corriente.
En la figura 8.9 se representa el álabe de una turbomáquina axial (figura izquierda) junto con los
triángulos de velocidades en las secciones de entrada y de salida. En el mismo gráfico se representa
90 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
el mismo álabe girado un ángulo γ (figura derecha) junto con el nuevo ángulo de ataque β10 = γ + β1 .
Si el área de paso del rodete no cambia, la velocidad absoluta mantiene su módulo |~v1 | = |~v10 | y
su dirección se puede modificar cambiando la orientación de los álabes del estátor colocados a la
entrada del rotor. La variación del ángulo α1 cambia la componente normal de la velocidad y, con
ella, el caudal que atraviesa el rotor. La variación de la velocidad relativa asociada al giro del álabe
modifica, obviamente, la potencia transmitida al fluido. A partir de la ecuación de Euler, la nueva
altura será gH∞ 0
= u02 vu,2
0
= u2 [1 − v10 /(u tan(β2 + γ)]
w1
v1
β1 α1
′ w1′ v1′
β1′ α′1
u
s
γ u
⊗
v2
na w2′ v2′
as
w2 β2′ α′2
β2 α2
u
ui
u v1,a = v2,a
′ ′
v1,a = v2,a
ic
q
Figura 8.9. Triángulo de velocidades para un álabe con ángulo de ataque β1 (figura izquierda) y para el
mismo ángulo girado un determinado ángulo (figura derecha) de forma que el nuevo ángulo de giro es β10 .
ul
Las líneas discontinuas representa la posición inicial del álabe antes de girarlo un ángulo γ respecto al eje de
á
giro.
M
rá
y QB3 representan soluciones estables en las que cualquier perturbación en el sistema que de lugar
a variaciones en el caudal que circula por la bomba serán amortiguadas después de un transitorio:
un mayor caudal aumenta las pérdidas en la instalación y disminuye la altura suministrada por la
H
bomba, que comienza a bombear menos caudal para ajustar la altura que esta proporciona con las
pérdidas de la instalación.
Sin embargo, el punto de funcionamiento definido por el caudal QA2 es inestable para la bomba
con curva HB,3 y estable para la bomba con curva HB,2 . Efectivamente, para la bomba HB,3 , un
pequeño aumento del caudal que circula por el rotor aumentaría la altura proporcionada por la
misma, lo que a su vez induce una mayor resistencia, que a su vez requiere mayor altura de la
bomba que tendería a desplazar más caudal. Para la bomba HB,2 , sin embargo, ese mismo aumento
de caudal que genera mayores pérdidas en la instalación viene acompañada de una disminución
de la altura y, consecuentemente, del caudal desplazado.
La condición dHB,2 /dQ = 0 y dHB,3 /dQ = 0 determina el caudal Qu,2 y Qu,3 en los que las bombas
tiene un máximo o un mínimo local. Esa condición determina, además, el caudal por debajo del
8.5. Funcionamiento estable e inestable 91
s
los puntos 0 − 1 obtenemos la expresión que nos permite determinar el caudal que circula por la
bomba
HB = Hg 1 +
Hg
na
Q2 /(2A2t g)
' Hg , (8.22)
as
donde hemos supuesto que la disipación de la energía cinética a la entrada del depósito superior es
ui
despreciable cuando se compara con la altura total del depósito. Si la altura de agua Hg = 20 m,
obtenemos que el caudal que circula por la instalación puede ser Q0,1 = 1.26 m3 /s, Q0,2 = 2.06 m3 /s
ic
y Q0,1 = −0.62 m3 /s. Si el caudal extraído del depósito superior es Q2 = 2.06 m3 , en la situación
estacionaria el caudal inicial bombeado por la bomba será Q0 = Q0,2 = 2.06.
q
ul
Consideremos ahora un aumento repentino en
á
dHg
A = Q − Q2 (8.23)
dt
que puede integrarse, con la condición inicial Q(0) = Q0 . La ecuación 8.23 puede integrarse
92 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
Q − Q2 Q − Q2
t
= b log + 2c Q − Q0 + Q2 log
A Q0 − Q2 Q0 − Q2
Q − Q20
2
Q − Q2
+ 3d Q2 (Q − Q0 ) + 2
+ Q2 log , (8.24)
2 Q0 − Q2
donde b = −3.48 sm−2 , c = 18.27 s2 m−5 y d = −6.79 s3 m−8 , que nos permite dibujar la evolución
del caudal con el tiempo representado en la figura 8.11. En ella se observa como el caudal, que
parte del caudal inicial Q = Q0 evoluciona hasta alcanzar la nueva situación estacionaria Q = Q2
para tiempos suficientemente largos t = t1 → ∞.
Si modificamos la condición inicial del problema, de forma que el caudal consumido por el pueblo
s
en t = 0 es Q0 = Q0,1 = 1.26 m3 /s, el problema adquiere un comportamiento claramente diferente,
tal como puede verse n la figura 8.12. Al aumentar el consumo en el depósito superior, la altura de
na
agua Hg disminuye y, con ella, la altura de la bomba y el caudal movido por la bomba, pasando
el punto 0 al punto 1 del gráfico. Una vez que en el punto 1, una pequeña disminución adicional
de la algutura de agua hace que el caudal correspondiente a la solución de la ecuación Hg = HB
as
aumente de forma repentina desde Q1 = 0.18 m3 /s hasta Q2 = 2.48 m3 /s. El nuevo caudal de
bombeo es superior al caudal extraído del depósito, lo que genera un aumento en la altura del agua
ui
almacenada en el depósito superior, llegándose al punto 3, donde Q3 = 1.72 m3 /s. En ese punto, de
nuevo, se produce un salto de la solución hasta un nuevo caudal Q4 = −0.69 < 0 determinado por
ic
la intersección entre las curvas de la bomba y de la instalación. En este punto de funcionamiento
q
aparecen caudales negativos con la bomba girando en sentido normal, lo que implica la aparición
de unas pérdidas enormes al disiparse toda la energía que el rotor transmite al fluido, insuficiente
ul
á
para detener la caída de agua desde el depósito superior a medida que este se vacía acercándose al
punto 5, donde se produce un nuevo salto de caudal hasta el punto 2 y el ciclo se repite de nuevo.
El flujo reverso en una bomba es generalmente conocido como fenómeno de bombeo o pump surge y
M
rá
su aparición está asociada a una disminución muy rápida del caudal que llega, en ocasiones como
la descrita en nuestro ejemplo, a ser negativo. El bombeo aparece también como resultado del cierre
rápido de válvulas, en el encendido y apagado de bombas y en el llenado inicial de sistemas de
tuberías. Si el sistema no está protegido, el daño en los equipos hidráulicos y en las tuberías puede
id
6
Val-Matic Valve and Manufacturing Corp., Surge Control in Pumping Systems (Octubre 2016). Documento obtenido
en: http://www.valmatic.com/pdfs/SurgeControlinPumpingSystems3-17-09.pdf
8.6. Guía para la selección de bombas 93
Q[m3 /s] Hg [m]
2.5 25
1
2 0 0
20
1.5 15
1 10 1
0.5 5
0 0
0 50 100 150 200 −1 0 1 2 3 4
s
Figura 8.11. Comportamiento estable para el punto de funcionamiento de la bomba de la instalación
esquematizada en la figura 8.10
Q[m3 /s]
2
na 30
as
2 Hg [m] 25 4 3
ui
3
20 0
0
ic
1
15
q
10 2
0 1 5
51
ul
5
á
4
−1 0
0 10 20 30 40 50 −1 0 1 2 3 4
M
3
rá
t/A[s/m2 ] Q[m /s])
bombas.
Aunque la mayoría de los usuarios selecciona su sistema de bombeo a partir de las bombas
disponibles en los catálogos comerciales, algunas aplicaciones especiales requieren de un diseño
acorde a las especificaciones. En general, en el desarrollo del nuevo diseño aparecen diferentes
escenarios de trabajo que fuerzan al diseñador a adoptar un compromiso que optimice la operación.
Por ejemplo, si los costes de operación de la bomba son grandes, sería conveniente elegir una
bomba de alta eficiencia que trabaje la mayor parte del tiempo en su punto óptimo. En aplicaciones
aeroespaciales, el coste pasa a ser secundario y se buscan opciones de menor peso y volumen,
mientras que en la producción y transporte de petróleo la fiabilidad de las bombas será el criterio
de diseño que prevalezca ante la posibilidad de grandes pérdidas económicas por detención o
retrasos en la producción de crudo.
Aunque los criterios para la selección de bombas son múltiples y dependen de factores tan diversos
s
como el tipo de fluido bombeado, su fiabilidad y mantenimiento, costes iniciales y de operación etc...
en estas notas nos centraremos en los criterios de selección de bombas basados en las condiciones
na
de operación de las mismas. En general, las bombas se eligen para repartir un flujo de fluido
dentro de un rango determinado de caudales. En general, para conocer ese rango es necesario
as
conocer los detalles del sistema de bombeo: localización de la bomba, diámetros, longitudes y
rugosidades de las tuberías, localización de válvulas y sistemas de medida, temperatura o rango de
ui
temperaturas del fluido, existencia o no de sistema de cebado de bombas, sistema de regulación de
caudal, operación continua o intermitente, futuras expansiones del sistema...
ic
Basado en los requerimientos de un sistema de bombeo y sus posibles expansiones, podemos
definir un rango de alturas y caudales en el plano H-Q que definen la operación de la bomba.
q
cavitación y por la eficiencia de la bomba y por el sistema de control de caudal elegido, como ya
rá
vimos más arriba.
HB HB
Hr
η = 80
id
0
η=
η = 80
η= 7
η = 60
0
ax
η=
Ω1
η= 7
ηm
50
η = 60
η=
Ω2
50
Ω3 Hr∗
H
Q Q
Figura 8.13. Rango de funcionamiento (zona sombreada) para una bomba de velocidad variable Ω1 > Ω2 >
Ω3 (figura izquierda) y para una bomba de velocidad de giro constante con caudal regulado por by-pass
(figura derecha) con la curva de la instalación correspondiente para una válvula cerrada Hr y para una
válvula de by-pass parcialmente cerrado Hr∗ .
8.7. Punto de funcionamiento en turbinas hidráulicas 95
ρgQH∞
T = = ρgQ (D2 vu,2 − D1 vu,1 ) (8.25)
Ω
s
y el par resistente del alternador Ta deben de ser iguales, de forma que IdΩ/dt = T − Ta = 0, siendo
I e momento de inercia de la turbina.
na
Cuando el par del alternador crece al aumentar la demanda de la red eléctrica, como el par de la
turbina no cambia al no modificarse el caudal Q, la velocidad de giro de la turbina se vería reducida
as
si no existiera ningún sistema de regulación. Por el contrario, si el consumo de la red se reduce a
cero, la turbina alcanzaría su velocidad de embalamiento o máxima velocidad de giro.
ui
El problema fundamental de la regulación de las turbinas es, por tanto, mantener constante la
velocidad de giro (o con pequeñas variaciones dentro de unos límites). Para ello, como puede
ic
comprobarse a partir de 8.25, tendremos que modificar de forma dinámica o bien el caudal Q o
bien la altura H para adaptar el par T al par resistente del alternador Ta .
q
no es la más recomendable desde un punto de vista económico, puesto que implica la disipación
de energía a través de, por ejemplo, una resistencia variable. No se usa de forma general a no ser
M
que se quiera, por ejemplo, que todo el caudal de una central pase por una determinada turbina.
rá
La forma más habitual de regular el par es mediante la variación del caudal Q. Esos sistemas
de regulación de caudal pretenden, por tanto, igualar el par generado por la turbina con el par
resistente proveniente del alternador para asegurar una velocidad de giro constante. La regulación
puede ser isódroma o no-isódroma en función de si la regulación consigue que la velocidad de
id
giro se mantenga o no constante. A su vez puede ser estable o no-estable en función de que el
transitorio asociado al cambio de régimen sea corto o largo. La normativa moderna de regulación
no permite que la oscilación máxima de la velocidad de giro supere el 0.2 % de la velocidad media.
Mayores incrementos podría general un mal funcionamiento de algunas industrias. La diversidad
H
de métodos para el control del caudal y, por tanto, de la velocidad es grande. Generalmente
son métodos automáticos que ajustan el caudal en función de un parámetro de control que suele
ser la velocidad de giro. Un recuento detallado de agunos sistemas mecánicos, hidráulicos y
electromećanicos para el control del caudal en turbinas se puede encontrar en el capítulo XIX del
libro clásico de Claudio Mataix "Máquinas hidráulicas", y a él remitimos al lector interesado en el
detalle de los mismos.
96 8. Acoplamiento en Instalaciones Hidráulicas
s
Ω
na
as
ui
Ω1
Ω0
ic
q
Ω2
ul
á
M
t
rá
Figura 8.14. Regulación de la velocidad de giro nominal Ω0 de la turbina. La línea a trazos muestra un
regulación estable e isódroma, donde la diferencia entre la velocidad tras la regulación y la velocidad nominal
Ω1 − Ω0 es pequeña. La línea continuna es una regulación estable, no isódroma, con una velocidad de giro
tras la regulación Ω2 significativamente distinta de la nominal.
id
H