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Carrera: Abogacía y Notariado con Énfasis en Legislación Ambiental

Sede y Código: 003 FG134


Semestre y año: 7o. Semestre 2018
Curso: Derecho Procesal Costitucional
Docente: Lic.Mario Cifuentes.

TEXTO PARALELO

Sonia Maribel Loayes Cabrera Carnet 15-003-0109

09 de Junio de 2018
PRIMER
AVANCE
EL DERECHO PROCESAL CONSTITUCIONAL

1. Concepto

El Derecho Procesal Constitucional es aquella rama


del derecho público que establece las normas
procesales orgánicas y funcionales necesarias para dar
eficacia real a la normativa constitucional, cuando
surja un conflicto entre un acto de la autoridad o de un
particular y sus disposiciones.

Comprende la organización y atribuciones de los


Tribunales Constitucionales y la forma en que éstos
ejercen su jurisdicción al resolver conflictos
constitucionales por medio del proceso y con efectos
permanentes.

El Derecho Procesal Constitucional es el conjunto de normas que regulan las cuestiones


derivadas de la in-constitucionalidad de las leyes, de las vulneraciones de derechos y
libertades proclamadas por la CPE y de conflictos constitucionales entre los órganos del
Poder Público.

GARANTÍAS CONSTITUCIONALES

Las garantías constitucionales son derechos o libertades fundamentales que encarnan la


dignidad del hombre y que la Constitución de un Estado reconoce a todos los ciudadanos.
Son inalienables, y constituyen una salvaguardia del ciudadano frente al intervencionismo
del Estado:

1. Exhibición personal
2. Amparo
3. Inconstitucionalidad:

A) Derechos y garantías

Es preciso, sin embargo, previo a desarrollar el tema principal, hacer la distinción entre
derechos y garantías, puesto que el problema de la fundamentación de los derechos, aun
general o teórico, tiene una especial significación práctica dada la naturaleza bifronte de los
derechos y la posibilidad de su proyección normativa y social. Es por ello que los problemas
de fundamentación de los derechos son una de las causas de la persistente debilidad
estructural de los mismos, y es que pese al reconocimiento generalizado, así como al
consenso respecto de la trascendencia de los derechos, persisten su debilidad estructural y los
supuestos de vulneración, puntual o sistemática. La explicación de todas estas carencias la
encontramos en la propia naturaleza dialéctica de los derechos como principios básicos del
orden jurídico–político, a la vista del carácter social de su realización y de la inexistencia de
una escala objetiva y absoluta de valores individuales y sociales que permita su
jerarquización.

En este punto es donde se justifica y converge la necesidad de la comprensión de los derechos


fundamentales para su debida observancia y protección. De tal manera que se precisa, como
veremos, de las garantías que hagan viables dicha protección o reivindicación en caso de
haberse producido la violación.

Sobre el particular dice LARREA HOLGUÍN: "Los derechos son principios abstractos o
declaraciones generales, que se protegen mediante acciones de diversa índole o por medio de
recursos o procedimientos para remover lo que amenaza o afecta a los derechos, para reparar
o indemnizar por el daño producido".3

Es por ello que se puede afirmar que las Constituciones o cartas fundamentales de todos los
Estados, dentro de los regímenes democráticos, reconocen expresamente los derechos de la
persona y de la sociedad y su inclusión en el texto constitucional se identifica con el concepto
"derechos fundamentales". Por lo cual, a su vez se requiere que se establezcan en los mismos
textos constitucionales, determinadas garantías que aseguren la eficacia de los derechos,
como ocurre con la regulación del amparo como instrumento de protección a las personas
ante la amenaza de violación de derechos fundamentales; la exhibición personal o hábeas
corpus para la protección contra las detenciones y limitaciones arbitrarias por parte del poder
estatal y la inconstitucionalidad de las leyes, para impedir que alguna disposición legal o
reglamentaria vulnere el orden constitucional.

De esa cuenta, los derechos fundamentales se consagran como valores, principios o


facultades que cada persona tiene y que están reconocidos en la Constitución y por el orden
jurídico nacional e internacional.

B) Garantías constitucionales

La noción de garantía es una palabra de significado amplio, por lo tanto da lugar a que se
emplee en diversas manifestaciones y situaciones jurídicas, lo cual da lugar a que se utilice
de manera equivocada, y su uso en vez de reflejar claridad genera interpretaciones
contradictorias; razón por la cual es necesario realizar algunas acotaciones que permitan que
su comprensión sea más fácil para la generalidad de las personas.

Así, vemos que el Diccionario de la Real Academia Española define Garantía: de garante.

1. f. Efecto de afianzar lo estipulado. 2. Fianza, prenda. 3. Cosa que asegura y protege contra
algún riesgo o necesidad. 4. Compromiso temporal del fabricante o vendedor, por el que se
obliga a reparar gratuitamente la cosa vendida en caso de avería. 5. Documento que garantiza
este compromiso. Garantías constitucionales. 1. Derechos que la Constitución de un Estado
reconoce a todos los ciudadanos.

También se dice que la expresión "garantía" proviene del anglosajón warranty que significa
asegurar, proteger, defender o salvaguardar (to warrant) un derecho. De tal manera, como
dice GOZAÍNI, "el concepto supone una actividad precisa para dar respaldo a los derechos
de las personas, de modo tal que las garantías quedan asimiladas a procedimientos específicos
que tienden a esos fines".4

Sin embargo, la idea de garantía es fácil de entender cuando se refiere al derecho de


obligaciones, porque en ellas en realidad lo que se trata de ofrecer al acreedor es una
seguridad para los efectos del pago, o como señalaba BIELSA, que "en derecho privado la
garantía está precisamente configurada según la clase de obligación establecida ex
presamente, ya sea en la ley (v. gr., garantía de evicción), ya sea en el contrato (garantía real
de hipoteca, pren da, etcétera)".5

No ocurre lo mismo en otras ramas del derecho, principalmente el constitucional y el


procesal, ámbitos en los que se ha utilizado la expresión para referirse a la regulación, respeto
y observancia de los derechos fundamentales de los justiciables, en vista de que un derecho
(individual, social o económico) no puede ser bifronte, es decir, ser al mismo tiempo un
derecho y una "garantía", porque no puede autoprotegerse por sí mismo, sino que necesita de
un instrumento adicional para su protección o defensa.

De acuerdo con lo que explica Borja,6 esta expresión empezó a usarse en el ámbito político
a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, proclamada en
Francia en 1789, cuyo artículo 12 expresaba que "la garantía de los derechos del hombre y
del ciudadano necesita una fuerza pública" y que ésta "se halla instituida en beneficio de
todos y no para la particular utilidad de aquellos a quienes es confiada". Desde entonces, uno
de los deberes del Estado, probablemente el más importante de todos, es el de salvaguardar
los derechos de las personas y darles una protección eficaz, es decir, asegurar el
cumplimiento de las garantías constitucionales. Las anteriores declaraciones de derechos
fundamentales —las norteamericanas de Virginia del 12 de junio de 1776, de Pennsylvania
del 28 de septiembre del mismo año, de Massachusetts del 2 de marzo de 1780 y de New
Hampshire del 31 de octubre de 1783— proclamaron los derechos de las personas y su
protección pero no utilizaron la palabra "garantías".

A las anteriores Declaraciones habrá que agregar lo que dispone la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, en el artículo 16 establece con claridad
meridiana: "toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada no tiene
Constitución".

De esa cuenta, se sostiene que los derechos consisten en bienes del hombre o aspectos de su
actividad tutelados jurídicamente frente al Estado y a los particulares.

Diferentes autores han identificado las garantías constitucionales con instrumentos jurídicos,
a saber:

KELSEN sostiene que las garantías "son procedimientos o medios para asegurar el imperio
de la ley fundamental frente a las normas jurídicas secundarias".

JELLINEK considera a las garantías constitucionales "como los mecanismos internos de


defensa de los derechos tutelados".

Para FIX–ZAMUDIO, "Las garantías son instituciones adjetivas procesales y no de carácter


sustantivo, ya que están conformadas para señalar el procedimiento que debe seguir el órgano
de control constitucional para reprimir las violaciones de la ley suprema y reintegrar el orden
fundamental infringido".7

De las definiciones anteriores, podemos determinar que cada autor le atribuye a las garantías
constitucionales un carácter diferente y las consideran
como: a) procedimientos; b) mecanismos internos de defensa de los derechos
fundamentales; c) extensión de la jurisdicción común a especiales como la constitucional,
y d) instituciones procesales que tienen como finalidad controlar las violaciones de la ley
suprema y proteger el orden fundamental.

Por lo cual las garantías se constituyen en el conjunto de medios jurídicos destinados a


proteger los derechos fundamentales–constitucionales.

De tal manera, habrá que considerar a las garantías constitucionales como instrumentos que
el Estado instituye al servicio de los justiciables, para hacer eficaz la tutela jurídica que
permita la defensa de sus derechos fundamentales.

Para GARCÍA LAGUARDIA las garantías constitucionales "son los instrumentos técnicos–
jurídico establecidos para la protección de las disposiciones constitucionales, cuando éstas
son infringidas, reintegrando el orden jurídico violado".8
Dice ROMERO que las garantías son "las seguridades jurídico–institucionales que la propia
ley señala para posibilitar la vigencia de los derechos y libertades reconocidas u otorgadas
[...] Si ellas no tienen efectiva realización, los derechos y libertades constituyen meras
declaraciones teóricas o simples tiras de papel". 9

Por ello afirma ROMERO que lo cierto es que hoy "admitido el Estado de derecho como
signo de civilización política y desideratum de toda evolución jurídica, la totalidad de los
poderes que en él se ejercen sólo adquieren legitimidad si son conforme a la ley. La idea de
derecho es la característica dominante y a su luz se explica toda suerte de sanción o
garantía".10

Sobre el particular, expresó GEORGES BURDEAU:

En la práctica la sumisión del Estado al derecho no puede ser obtenida sino en la medida en
que los gobernantes estén subordinados a la idea de derecho, de donde procede el poder que
ejercen. Es contra su arbitrariedad que los ciudadanos acuerdan protegerse. Esta protección
se asegura en derecho por el estatuto (ley) de los gobernantes, que reposa esencialmente sobre
la idea que las voluntades de los individuos competentes para decidir a nombre el Estado, no
tienen valor jurídico si no son conforme con procedimientos previstos y según las exigencias
del contenido de la idea de derecho.11

Podemos concluir indicando que las garantías constitucionales

[...] son mecanismos procesales de índole constitucional, a través de las cuales el Estado por
medio de los órganos jurisdiccionales, garantiza a las personas la protección de sus derechos
individuales, jurídicos, políticos y sociales, a efecto de evitar la violación de los mismos o su
reparación, en caso de haberse producido la violación y preservar, con ello, el orden jurídico
constitucional.

Por mandato constitucional, los derechos determinados en la carta magna en su parte


dogmática y las garantías orgánica, respectivamente, así como los instrumentos
internacionales vigentes, son directa e inmediatamente aplicables por y ante cualquier juez o
tribunal competente. Es por ello que destaca la importancia que tiene la función judicial en
este campo, pues son ellos quienes, a través de sus actuaciones, dotan de contenido práctico
a los derechos protegidos por la Constitución, para la acción de amparo.

Esta sistemática es más fácil distinguirla así porque el eje central de toda la actividad estatal
tiene como objetivo fundamental el respeto a los derechos fundamentales.

La Constitución de Guatemala, vigente a partir del 14 de enero de 1986, desarrolla en su


título II al que denomina Derechos humanos, el capítulo 1, Derechos individuales, el capítulo
II, Los derechos sociales y en su título VI Las garantías constitucionales y defensa del orden
constitucional, a saber: la exhibición personal, el amparo y la inconstitucional de las leyes.

De manera comparativa vemos que la Constitución de Ecuador sancionada el 20 de junio de


1992, regula en el título II, De los derechos, deberes y de las garantías; en lo referente a los
derechos fundamentales individuales, los contempla en 48 artículos bastante desarrollados,
diferente a otras Constituciones, incluyendo la guatemalteca, pues en su capítulo XII contiene
las garantías constitucionales, y así las define en el artículo 131: De las garantías. "Para hacer
efectivos los derechos consagrados en esta Constitución, se establecen las garantías
contenidas en este capítulo, las cuales serán reglamentadas por la ley" (de la
inconstitucionalidad, del hábeas corpus, del amparo y del hábeas data).

Sin embargo, la relación propiamente con el amparo, hace tiempo que se debate en la doctrina
para establecer de qué se trata en realidad: si el amparo es una acción, una pretensión, un
proceso, un procedimiento, un medio de impugnación especial o bien de un recurso.

Como también señala GOZAÍNI:

La doctrina ha polemizado sobre los alcances que pueden darse al nombre que identifica el
concepto de amparo. Desde la técnica se la definió como recurso, remedio, petición, acción,
juicio, pretensión o proceso. En otra vereda, el saber identifica antes que el medio
procedimental, el derecho o garantía que enraíza y sus proyecciones como dato tuitivo. En lo
primero hasta la fecha no existe esclarecimiento sobre el nomen juris, ¿es esto importante?
Creemos que sí.12

Por su parte, la Corte de Constitucionalidad sostuvo en sentencia del 14 de julio de 1986


(partiendo del precepto constitucional artículo 265 y artículo 8o. de la Ley de Amparo): "El
amparo es un instrumento que la Constitución Política de la República pone en manos de los
habitantes para que reclamen la transgresión de un derecho constitucional, ya sea ante el caso
de una amenaza de violación de sus derechos o para restaurar el imperio de los mismos
cuando la violación se hubiere consumado [...]".

Es sabido que el amparo aparece instituido prácticamente en todos los países de


Latinoamérica, aunque en algunos con denominaciones distintas como acontece con
Colombia, en donde se instituyó como "acción de tutela", o en Chile como "recurso de
protección", pero que en su contenido y esencia configuran los mismos principios y
presupuestos, pues ambos también tienden a proteger al justiciable en sus derechos
fundamentales frente al poder o actos de autoridad.
2. El surgimiento del amparo en Guatemala

Afirma AGUIRRE GODOY que la introducción del amparo en el derecho constitucional


guatemalteco se origina con la reforma decretada el 11 de marzo de 1921 por la Asamblea
Constituyente en el periodo del presidente don Carlos Herrera, que modificaba la
Constitución de 1879, reformando el artículo 34 de dicho cuerpo legal, reconociendo así el
derecho de amparo y disponiendo que una ley constitucional regulara esa garantía.13 En su
artículo 34, decía: "La Constitución reconoce el derecho de amparo. Una ley constitucional
anexa desarrollará esta garantía". A partir de entonces se mantiene como garantía
constitucional dentro de nuestro ordenamiento jurídico, es decir, se recoge en las diferentes
Constituciones que se han promulgado como resultado de consecutivos golpes de Estado.

Señala VÁSQUEZ MARTÍNEZ14 que a raíz del golpe de estado del 5 de diciembre de 1921,
la Ley de Amparo de ese mismo año se vio afectada, puesto que fueron derogadas las
reformas constitucionales que le habían dado origen; razón por la cual, la Asamblea
Legislativa emitió una nueva Ley de Amparo el 12 de mayo de 1928 como corolario de las
reformas constitucionales de 1927. Resulta oportuno señalar que esta ley estuvo vigente
durante treinta y siete años, hasta 1965 (que fue derogada por el golpe de Estado producido
por el ejército) y conservó su vigencia y eficacia a través de cambios políticos que implicaron
dos reformas a la Constitución de 1879, su derogatoria total y substitución por la Constitución
de 1945 y luego la vigencia de cuatro Constituciones más.

Sin embargo, un sector de la doctrina señala que esta institución de garantía aparece ya
contemplada por la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre, al prever el
derecho que tiene toda persona a disponer de un procedimiento sencillo y breve por el cual
la justicia la ampare contra actos de la autoridad que violen en su perjuicio alguno de sus
derechos fundamentales. Disposición que también recoge la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, en su artículo 8o., aunque si bien como señala ALBÁNESE, no
específica el alcance de esta garantía, "al omitir enunciar la protección sólo de los actos
emanados de la autoridad, permite una interpretación acorde con la expansión interpretativa
desarrollada con posterioridad".15

Por su parte, el artículo 25 de la Convención Americana de los Derechos Humanos o Pacto


de San José de Costa Rica, extendió su aplicación a los países signatarios del mismo al
establecer:

1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier recurso efectivo
ante los jueces o tribunales competentes que lo ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aún cuando
tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones oficiales
[...].
Circunstancia que confirmó la Corte Interamericana al pronunciarse sobre la opinión
consultiva No. 6 formulada por la República Oriental de Uruguay, en donde dijo que la acción
de amparo, así como el hábeas corpus, efectivamente son los "recursos sencillos y rápidos"
a que alude la Convención.

En la historia contemporánea del amparo guatemalteco, dice AGUIRRE GODOY16 que, a


raíz de la entrada en vigor de la Constitución de 1965 durante el gobierno militar de Enrique
Peralta Azurdia, volvió a regularse el amparo, y con él, el Decreto No. 8 de la Asamblea
Nacional Constituyente, o sea la Ley de Amparo, Habeas Corpus y de Constitucionalidad,
que al igual que la Constitución de ese año cobraron vigencia a partir del 5 de mayo de 1966.

La regulación del actual amparo tiene connotaciones distintas que le apartan del modelo
mexicano que utilizara en sus inicios, aunque buena parte de la jurisprudencia doctrinaria
que sostiene la Corte de Constitucionalidad, se apoya básicamente en la información que
proporciona tanto la doctrina mexicana como en la española y colombiana, pero busca
adquirir fisonomía propia, aunque en su desarrollo ha influido el amparo español.

A) Descripción del amparo de 1921

En cuanto a la Ley de Amparo de 1921, la cual contó con un procedimiento específico, se


trataba de una ley desarrollada en cuarenta artículos repartidos en seis capítulos, que
diferenciaban el amparo de la exhibición personal. Destacaban características especiales,
tales como la estructuración de un procedimiento para el trámite del amparo, breve,
antiformalista, impulsado de oficio, de instancia única. Con la admisión para su trámite al
momento de ser presentado, el juez pedía los antecedentes o informe dentro de veinticuatro
horas; se daba vista al recurrente y al Ministerio Público por el mismo plazo, se decretaba si
era procedente el amparo provisional; se podía dictar resolución final o bien decretar la
apertura a prueba por 8 días y la sentencia dentro de veinticuatro horas de concluido el
periodo probatorio. La prueba debía practicarse de oficio y la autoridad impugnada podía
intervenir en cualquier estado del procedimiento; siempre estaban a cargo de la autoridad
recurrida, las costas procesales.17

B) El amparo de 1965

La Constitución Política de 1965, en su artículo 80, estableció expresamente los casos a los
que estaba limitada la procedencia del amparo:

Toda persona tiene derecho a pedir amparo en los casos siguientes: 1o. Para que se le
mantenga o restituya en el goce de los derechos y garantías que la Constitución establece.
2o. Para que se declare en casos concretos que una ley, un reglamento, o una resolución o
acto de autoridad no obliga al recurrente, por contravenir o restringir cualesquiera de los
derechos garantizados por la Constitución. 3o. Para que en casos concretos se declare que
una disposición o resolución no meramente legislativa del Congreso de la República, no le
es aplicable al recurrente por violar un derecho constitucional. 4o. En los demás casos que
expresamente establece la Constitución. En materia administrativa procederá el amparo
cuando, ilegalmente o por abuso de poder, la autoridad dicte reglamento, acuerdo, resolución
o medida que cause agravio o se tenga justo temor de sufrirlo, o se exijan al peticionario
requisitos no razonables, siempre que contra el reglamento o acto impugnado no haya recurso
administrativo con efecto suspensivo o que el agravio no sea reparable por otro medio legal
de defensa.

En su artículo 81, esa Constitución estableció los casos de improcedencia del amparo:

1o. En asuntos de orden judicial, respecto a las partes y personas que intervinieren en ellos.
Sin embargo, cuando no se haya dictado sentencia, podrá recurrirse de amparo contra la
infracción al procedimiento en que incurra la Corte Suprema de Justicia, en los asuntos
sometidos a su conocimiento. 2o. Contra las resoluciones dictadas en los recursos de amparo.
3o. Contra los actos consentidos por el agraviado. 4o. Contra las medidas sanitarias y las que
se dicten con el objeto de prevenir o conjurar calamidades públicas.

Por medio del Decreto No. 8, la Asamblea Constituyente de la República de Guatemala de


ese entonces emitió Ley Constitucional de Amparo, Habeas Corpus y de Constitucionalidad,
la cual regulaba los procedimientos, facultades y funciones para el desarrollo de esas
garantías. Una ley de 118 artículos distribuidos en doce capítulos. El procedimiento de
amparo era de similares características a las del amparo de 1921 y el actual, rigiendo el
impulso oficioso y la celeridad en su trámite, con plazos de cuarenta y ocho horas para las
audiencias y de 8 días para el periodo probatorio.

C) Evolución y situación actual del amparo

En la actual Constitución Política de 1985 aparece regulado en el título VI, denominado


correctamente —según lo anotado— "Garantías constitucionales y defensa del orden
constitucional", y en su capítulo II, el artículo 265 prescribe: Procedencia del amparo.

Se instituye el amparo con el fin de proteger a las personas contra las amenazas de violaciones
a sus derechos o para restaurar el imperio de los mismos cuando la violación hubiere
ocurrido. No hay ámbito que no sea susceptible de amparo, y procederá siempre que los actos,
resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción o
violación a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan.
La Ley que lo regula denominada "Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad" contenida en el Decreto No. 1–86 de la Asamblea Nacional
Constituyente (LAEPYC en adelante), lo contempla en similares términos. El artículo 8o.
define el objeto del amparo, el cual protege a las personas contra amenazas de violaciones a
sus derechos o restaura el imperio de los mismos cuando la violación hubiere ocurrido. No
hay ámbito que no sea susceptible de amparo y procederá siempre que los actos, resoluciones,
disposiciones o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción o violación a
los derechos que la Constitución y las leyes garantizan.

Estas disposiciones constitucionales permiten el ejercicio de esta garantía tuteladora de


derechos fundamentales, no sólo para proteger los derechos establecidos en la Constitución
Política, sino también de aquéllos contemplados en tratados internacionales o en leyes
comunes.

Como vemos en el desarrollo de este trabajo, la actual carta magna ha innovado


sustancialmente la naturaleza del amparo como garantía o tutela protectora de los derechos
fundamentales y, por lo tanto, sólo se puede acudir a ella cuando los recursos y
procedimientos ordinarios son ineficaces o inoperantes para restablecer el derecho lesionado,
criterio que ha venido sosteniendo desde sus inicios la Corte de Constitucionalidad, aun
cuando el artículo 265 constitucional indica que "procederá siempre [...]" , lo que permite
comprender que con ello no lo califica como subsidiario, sino como directo y principal, a
diferencia por ejemplo del artículo 43 de la Constitución de Argentina (producto de la
reforma constitucional de 1994), que prevé: "Toda persona puede interponer acción expedita
y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto
u omisión de autoridades públicas o particulares que, en forma actual o inminente lesiones,
altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos
por esta Constitución, un Tratado o una ley [...]" (las cursivas no aparecen en el texto), como
se puede ver, esta norma es más desarrollada que la guatemalteca. No obstante, es la Ley de
Amparo la que indica en artículo 19 impone agotar los recursos ordinarios, judiciales y
administrativos, por cuyo medio se ventilan adecuadamente los asuntos de conformidad con
el principio del debido proceso.

En consecuencia, para la tutela de los derechos fundamentales, la vía judicial constitucional


idónea es el amparo, el cual, como dice Adolfo RIVAS, sólo puede ser desplazado por vías
procesales que hacen a la función jurisdiccional proteccional, pero nunca por las vías
procesales que hacen a la función jurisdiccional dirimente.

El citado autor considera al amparo como

[...] una forma o un medio de poner en ejercicio la garantía de la protección judicial de los
derechos, cuando los mismos se ven afectados por hechos u omisiones, provenientes del
poder público o de particulares, irrefutable o manifiestamente ilegales o arbitrarios, estando
tales derechos y/o garantías, establecidos por la Constitución. De esta manera, bajo el
concepto de amparo se encuentran incluidos por un lado, determinados medios procesales
que reciben esa denominación específica, pero por otro, toda una gama de modalidades de
protección que participan de la misma finalidad y de similares características que las
descriptas en el párrafo anterior.18

Nos parece que la definición de RIVAS es acertada al indicar:

No dudamos en definir el amparo como una modalidad del hacer jurisdiccional; ni proceso,
ni recurso [...] nada de sujeciones a las formas que a veces sirven para ceñir en demasía las
esencias y no para vestirlas con soltura. Las formas vendrán por añadidura y como se podrá
ver, y si no se controla su manejo, desnaturalizando o deformando los contenidos.19

3. Objeto del amparo y sus presupuestos

En el proceso civil, conforme a nuestro criterio, el objeto del proceso es siempre una
pretensión20 entendida en términos carneluttianos, como la exigencia de subordinación de un
interés de otro a un interés propio, integrándola en el concepto más amplio de litigio, como
conflicto de interés caracterizado por la pretensión de uno de los interesados y la resistencia
del otro. Además se trata de una petición fundada que se dirige a un órgano jurisdiccional,
frente a otra persona, sobre un bien de la vida.

Por el contrario, de acuerdo con la Constitución y Ley de Amparo, el objeto del amparo es
proteger a las personas, para la preservación o restauración de los derechos individuales,
amenazados o violados por actos, decisiones o resoluciones de autoridad e incluso de
personas jurídicas privadas.

Como bien señala SAGÜÉS, el amparo existe para subsanar una grosera turbación de los
derechos humanos constitucionales, y si tal lesión no es clara, explícita, palmaria (fáctica y
legalmente), la acción de amparo —remedio excepcional y residual, rápido y sumario—, no
es la vía correcta para resolver el problema.21

El artículo 8o. de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y el artículo


265 constitucional establecen: el amparo protege a las personas contra las amenazas de
violaciones a sus derechos o restaura el imperio de los mismos cuando la violación hubiere
ocurrido. No hay ámbito que no sea susceptible de amparo y procederá siempre que los actos,
resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción o
violación a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan.
Esta amplitud, tanto de la norma constitucional como de la Ley, ha sido aplicada en
numerosos fallos por parte de la Corte de Constitucionalidad, desde los primeros fallos a
partir de su funcionamiento en 1986, inclusive, en contra de los criterios de la Corte Suprema
de Justicia.

A) La legitimación en el amparo

Una de las particularidades para la petición del amparo, por su propia naturaleza protectora,
es la referente a la legitimación para promoverlo, que se manifiesta en nuestro medio por el
interés jurídico, equiparado a derecho subjetivo.

De tal suerte que el interés jurídico considerado como un derecho reconocido por la ley, se
constituye en lo que la doctrina conoce como derecho subjetivo, es decir, como facultad o
potestad de exigencia, cuya institución consigna una norma jurídica objetiva.

En el amparo la legitimación activa es concebida como la situación habilitante para pedir la


protección constitucional de derechos fundamentales amenazados o conculcados por un acto
de autoridad considerado arbitraria. De ahí que se considere como un presupuesto procesal
necesario de validez y viabilidad que debe observarse en la interposición del amparo.

En el caso de la Constitución Española de 1978 introdujo en el artículo 162.1,b) una


regulación enunciativa de las personas habilitadas para deducir amparo constitucional,
otorgando esa posibilidad a toda persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo,
así como al defensor del pueblo y al Ministerio Fiscal.

La Ley de Amparo y la doctrina de la Corte de Constitucionalidad han delimitado con


claridad quiénes tienen legitimación activa para promover la tutela del amparo, sean personas
físicas o jurídicas, de entidades privadas o públicas y contra qué actos, decisiones y
resoluciones procede así como las personas o instituciones que cuentan con legitimación
pasiva.

Como el amparo no pertenece al derecho procesal común que resuelve conflictos


intersubjetivos de interés privado, sino a una nueva rama que es el derecho procesal
constitucional, cuyos ámbitos de estudio son los procesos constitucionales, la magistratura
constitucional y la justicia constitucional, para la efectiva protección de los derechos
fundamentales, sus horizontes son diferentes y diferenciables; no obstante, en el amparo,
como en todos los procesos no penales, la regla general de la legitimación es la de la
afirmación de titularidad del derecho subjetivo público.
En consecuencia, es menester la simple existencia de las dos clases de legitimación
conocidas, la activa y la pasiva, para la promoción de esta garantía constitucional, es decir,
la que comprende a un sujeto que promueve la actividad jurisdiccional y otro que la integra
una persona (ente o gente, natural o jurídica) que en ejercicio de autoridad o de
su imperium para el caso del Estado y su gama de dependencias que lo integran y que es la
señalada como responsable del agravio sufrido por el primero de los sujetos.

B) La legitimación activa

La tutela del amparo se da en favor de toda persona física o jurídica cuyos derechos
fundamentales han sido violados o amenacen de serlo, por actos, resoluciones, disposiciones
o leyes de cualquier naturaleza, sean de autoridad pública en el amplio contexto de la palabra
o de entidades privadas. Por ende, el promovente puede serlo el sujeto físico o una entidad
jurídica, la víctima de cualquier contravención a los derechos que la Constitución y demás
leyes garantizan, cometida por cualquier autoridad.

En lo referente a esta legitimación el artículo 10 regula que toda persona (y no parte) tiene
derecho a pedir amparo, en los casos que enumera este mismo artículo.

La Corte de Constitucionalidad, en observancia de la norma citada, ha dicho:

[...] De ahí la facultad de las personas de acudir a este instituto, que habrá de utilizarse
conforme su naturaleza y la ubicación que tiene en nuestro ordenamiento jurídico, a efecto
de obtener la protección que con él se pretenda. Así, para promover amparo, como medio
extraordinario de protección de aquellos derechos, debe darse cumplimiento a requisitos
esenciales que determinan su procedencia y hacen viable la reparación del agravio causado,
como lo son: a) la legitimación de los sujetos activo y pasivo; b) el de oportunidad en el
plazo, pues deben interponerse dentro del fijado por la ley específica que lo regula, salvo los
casos de excepción que contempla; y c) la definitividad, porque previamente a acudir al
mismo ha debido procurarse la tutela ordinaria de tales derechos en la jurisdicción
correspondiente, y por los procedimientos y recursos idóneos establecidos en las leyes. La
ausencia de cualquiera de tales elementos imposibilita otorgar la protección solicitada, siendo
imperativo para el Tribunal de Amparo, examinar la concurrencia de los mismos así como
de los requisitos formales del caso, como materia que debe someterse a análisis [...] (Gaceta
No. 11, expediente No. 360–88, p. 190, sentencia del 15 de marzo de 1989).

Ha reiterado constantemente en relación a la legitimación procesal, que "el sujeto activo se


legitima, salvo las excepciones que la ley de la materia contempla, por la coincidencia entre
la persona que sufre el agravio y quien pide el amparo, pues consecuentemente tiene interés
en el asunto [...]" (v. gr., sentencia del 10 de mayo de 1989, expediente No. 51–89).
Es por ello que el amparo es, en principio, un instrumento procesal con sustantividad propia,
para cuya utilización sólo están legitimadas las personas directamente afectadas, entendiendo
por tales aquellas que sean titulares del derecho subjetivo presuntamente vulnerado.

En consecuencia, no habilita la defensa de un derecho fundamental a quien no es su titular,


pues la acción es de carácter personalísimo y no puede ser ejercida por persona diversa a la
de su originario titular, único legitimado para impetrar la protección del propio derecho. La
regla general de la legitimación en el amparo es la de que está legitimado quien afirma la
titularidad del derecho.

Cuando se trate de personas notoriamente pobres o ignorantes, menores o incapacitados, que


no pudieren actuar con auxilio profesional, pueden comparecer ante los tribunales en
solicitud verbal de amparo, en cuyo caso se levanta acta acerca de los agravios denunciados,
debiendo remitir de inmediato copia al procurador de los Derechos Humanos, para que
aconseje, o bien, patrocine al interesado (artículo 26).

C) La legitimación pasiva

En cuanto a la legitimación pasiva, la ley reglamentaria determina un abanico de instituciones


contra las que puede promoverse amparo, que en términos concretos, son todas las
autoridades de cualquier fuero o clase y entidades particulares (cuando actúan ejerciendo
autoridad), y son señaladas como autoras del acto lesivo.

El artículo 9o., al desarrollar lo relacionado con esta clase de legitimación, establece que
puede solicitarse amparo contra el Poder Público, incluyendo entidades descentralizadas o
autónomas, las sostenidas con fondos del Estado creadas por ley o concesión o las que actúen
por delegación del Estado, en virtud de contrato, concesión o conforme a otro régimen
semejantes. Asimismo podrá solicitarse contra entidades a las que debe ingresarse por
mandato legal y otras reconocidas por la ley, como son los partidos políticos, asociaciones,
sociedades, sindicatos, cooperativas y otras semejantes. Además, el amparo procederá contra
las entidades a que se refiere dicho artículo cuando concurrieren las situaciones previstas en
el artículo 10 (que regula la procedencia del amparo), o se trate de prevenir o evitar que se
causen daños patrimoniales, profesionales o de cualquier naturaleza.

Esta acción constitucional puede ser iniciada ante el juez o tribunal competente por cualquier
persona natural o jurídica, bien directamente o mediante representante, bajo la dirección y
procuración de abogado colegiado activo. Para tal efecto serán hábiles todos los días y horas,
dentro del plazo de los 30 días siguientes al de la última notificación al afectado o de conocido
por éste el hecho que a su juicio le perjudica. Sin embargo, durante el proceso electoral y
únicamente en lo concerniente a esta materia, el plazo será de 5 días.
Este plazo no rige cuando el amparo se promueva en contra del riesgo de aplicación de leyes
o reglamentos inconstitucionales a casos concretos; así como la posibilidad manifiesta de que
ocurran actos violatorios a los derechos del sujeto activo (artículo 20).

4. Los terceros en el amparo

Por lo regular el proceso surge como consecuencia de un conflicto de intereses respecto de


una relación jurídica material y los titulares de esa relación se convertirán en partes en el
proceso, lo que supone que las partes materiales (las de la relación jurídica material) serán
las partes procesales (los que asuman la condición de parte en el proceso). Sin embargo, esto
no tiene porque ser siempre así, pues el proceso tiene que iniciarse simplemente porque ante
un órgano jurisdiccional se interpone una pretensión.

Desde el punto de vista del proceso, en el amparo lo que importa es quién lo promueve, quién
está en él, y tanto es así que la condición de parte material no interesa. Parte procesal (en
realidad parte, simplemente) es la persona que interpone la petición (pretensión) ante el
órgano jurisdiccional competente (persona particular o jurídica) y la persona frente a la que
se interpone (autoridad pública o privada).

Es por ello que el artículo 34 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de


Constitucionalidad, regula el interés de terceros en el amparo, pues en caso que la autoridad,
persona impugnada o el solicitante de amparo tuviesen conocimiento de que alguna persona
tiene interés directo en la subsistencia o suspensión del acto, resolución o procedimiento, ya
sea por ser parte en las diligencias o por tener alguna otra relación jurídica con la situación
planteada están obligadas a hacerlo saber al tribunal, indicando su nombre y dirección y, en
forma sucinta, la relación de tal interés. En este caso, el Tribunal de Amparo dará audiencia
a dicha persona en la misma forma que al Ministerio Público teniéndosela como parte.

Esta atribución de legitimación al Ministerio Público es un supuesto de legitimación


extraordinaria, esto es, sin afirmar su titularidad de un derecho fundamental y también sin
invocar un interés legítimo propio, y responde a lo que podríamos llamar interés público.

5. Los llamados principios fundamentales en el amparo

Enseña BRISEÑO SIERRA que cuando se fija la atención en los llamados principios se está
buscando la orientación de una normatividad. No se trata de los fundamentos de cierta
regulación, porque se ha visto que en lo referente al proceso es el dinamismo lo que significa,
mientras que los supuestos principios pueden ser absolutos o relativos, unívocos o
contrapuestos. Se usa la voz "principios" siempre que se establecen directrices, como cuando
en lo procesal se habla de la oralidad y la escritura, de la imparcialidad o de la
transitoriedad.22

Resulta obvio que también en el amparo, como en todo proceso judicial, es menester que se
encuentre revestido de una serie de presupuestos, requisitos,principios, reglas técnicas,
etcétera, a fin de garantizar su efectividad y dotar a quien lo invoca (el sujeto o persona
agraviada), la protección a sus derechos fundamentales que le permitan mantener la certeza
jurídica necesaria en resguardo de los mismos, protegiendo de esa manera su derecho de
acceso a la jurisdicción con seguridad jurídica y, si bien el amparo es el medio idóneo para
reparar las violaciones a los derechos fundamentales, debe evitarse que sea un sustituto de
los procedimientos y medios de impugnación ordinarios (sean recursos o remedios
procesales), pues también la eficacia de las normas constitucionales y los derechos públicos
subjetivos

Sobre este punto dice BURGOA,23 el amparo se funda y vive en una serie de principios
esenciales que constituyen no sólo su característica definitiva de los demás sistemas de
preservación constitucional, sino con sus ventajas respecto de éstos. Estos principios en
forma general son los siguientes: a) de instancia de parte; b) de definitividad; c) de existencia
de agravio personal y directo; d) el plazo para pedir amparo.

A) Instancia de parte

La actividad jurisdiccional sólo puede iniciarse ante petición de par te (principio


dispositivo). En el amparo, como ocurre con el resto de procesos de la jurisdicción ordinaria
o común, la actuación del juez o tribunal constitucional debe ser instada ya que no actúa de
oficio. Así lo establece con claridad el artículo 6o. de la LAEPYC, al indicar que en todo
proceso relativo a la justicia constitucional sólo la iniciación del trámite es rogada. Todas las
diligencias posteriores se impulsarán de oficio bajo la responsabilidad del tribunal respectivo,
quien mandará se corrijan por quien corresponda, las deficiencias de presentación y trámite
que aparezcan en los procesos.

Además el artículo 21 indica que se pedirá por escrito, llenando los requisitos que enumera
incluyendo el patrocinio de abogado, aunque por supuesto, como ya se señaló, admite
(artículo 26) la solicitud verbal para la persona notoriamente pobre o ignorante, el menor y
el incapacitado, que no podrán contar con auxilio profesional, quienes podrán comparecer
ante los tribunales a instar acerca de los agravios sufridos, con el patrocinio del procurador
de los Derechos Humanos.

Igualmente, el tribunal puede abrir a prueba si lo pide el solicitante (artículo 35). Por
supuesto, distinta es la pesquisa de oficio (actuación inquisitiva) que por su especial
naturaleza regula el artículo 36, que prevé que si hubieren hechos controvertidos, el tribunal
los pesquisará de oficio, practicando cuanta diligencia sea necesaria para agotar la
investigación. Ninguna persona o autoridad puede negarse a acudir al llamado de un tribunal
de amparo ni resistirse a cumplir con sus providencias, salvo caso de fuerza mayor que
comprobará el mismo tribunal.

B) Definitividad y carácter extraordinario del amparo

Enseña el tratadista mexicano IGNACIO BURGOA:

[...] el principio de definitividad del juicio de amparo supone el agotamiento o ejercicio


previo y necesario de todos los recursos que la ley que rige el acto reclamado establece para
atacarlo, bien sea modificándolo, confirmándolo o revocándolo, de tal suerte que, existiendo
dicho medio ordinario de impugnación, sin que lo interponga el quejoso, el amparo es
improcedente. El principio mencionado se fundamenta en la naturaleza misma del amparo.
En efecto, como advertimos en otra oportunidad, éste es un medio extraordinario, sui géneris,
como ya lo ha hecho notar la Suprema Corte, de invalidar los actos de las autoridades, en las
distintas hipótesis de su procedencia, lo cual significa que sólo prospera en casos
excepcionales, cuando ya se hayan recorrido todas las jurisdicciones y competencias, en
virtud del ejercicio de los recursos ordinarios.24

Esta idea la recoge el artículo 19 de la Ley de Amparo, al establecer: "Para pedir amparo,
salvo casos establecidos en esta ley, deben previamente agotarse los recursos ordinarios
judiciales y administrativos, por cuyo medio se ventilan adecuadamente los asuntos de
conformidad con el principio del debido proceso". En igual forma lo regula el inciso h del
artículo 10.

Dicho principio lo ha aplicado la Corte de Constitucionalidad en innumerables fallos. Así,


entre otras, desde la sentencia del 16 de julio de 1987 (expediente No. 135–87), dijo:

Ha sido repetida la jurisprudencia de esta Corte relativa al carácter extraordinario del amparo,
dado que el supuesto normal es que las personas promuevan la protección jurídica de sus
intereses a través del acceso a la jurisdicción judicial o administrativa, según el caso, en
donde, por mandato constitucional, debe resolverse acerca de las proposiciones de las partes.
Solamente cuando, agotada, la vía correspondiente, subsiste la amenaza, restricción o
violación de un derecho, puede acudirse a la de amparo. Esto no ha ocurrido en el caso
examinado, ya que el postulante tenía abierto el recurso de casación para plantear las
violaciones que ha denunciado y sobre las cuales podía reclamar un pronunciamiento
fundado en la ley. El no haber acudido al recurso legalmente establecido denota que no ha
cumplido con el principio de definitividad establecido en el artículo 19 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad [...].

Ha insistido el Tribunal Constitucional que por tratarse el amparo de una garantía


extraordinaria que

[...] opera cuando habiéndose agotado los recursos y procedimientos idóneos, subsiste la
lesión de derechos que se reclama. De ahí que cuando una persona ha tenido acceso a dicha
tutela y ha contado con las oportunidades de hacer valer sus derechos, la sola circunstancia
de haber obtenido una resolución desfavorable a sus intereses no constituye agravio que le
justifique acudir al amparo, además de que en este último no es dable resolver sobre las
pretensiones materiales de las partes en un proceso judicial, en asunto que ya fue discutido
en las dos instancias que como máximo permite la Constitución Política de la República
(véanse, entre otras, sentencias del 5 de octubre de 1989, expediente 172–89; del 14 de marzo
de 1994, expediente 420–93; del 13 de abril de 1994, expediente 433–93).

Ha reiterado el tribunal constitucional que no procede el amparo: contra el auto que declara
con lugar cuestión prejudicial (sobreseimiento), pues cabe recurso de casación (sentencias
del 5 de diciembre de 2008, expediente 3450–2008 y del 7 de mayo de 2010, expediente
2354–2009).

Cuando se reclama contra lanzamiento que no observó el debido proceso, el postulante debe
instar nulidad previamente a acudir al amparo, por haber sido parte, como tercero, en el juicio
sumario (sentencia del 9 de enero de 2009, expediente 2677–2008).

Contra la resolución que rechaza liminarmente una nulidad cabe apelación de conformidad
con el artículo 66, inciso c, del Decreto 2–89, la que no fue interpuesta (sentencia del 27 de
septiembre de 2010, expediente 2233–2009).

C) Existencia de agravio personal y directo

Para obtener la tutela del amparo, se requiere que la persona que la reclama sea la
directamente afectada, que pueda ser perjudicada por una ley, acto, resolución o disposición,
que emane de la esfera de los poderes públicos y aún de las entidades particulares, que lleven
implícitos una violación de los derechos que la Constitución y las leyes garantizan, por la
misma naturaleza del amparo que no concede acción popular para su promoción. Por ello la
existencia del agravio es esencial para la procedencia del amparo. Múltiples han sido los
fallos dictados en este sentido por la Corte de Constitucionalidad.

Dice BURGOA que

[...] la presencia del daño o perjuicio constituye el elemento material del agravio, pero no
basta que exista dicho elemento para que haya un agravio desde el punto de vista jurídico,
sino que es menester que sea causado o producido en determinada forma. Es necesario que
el daño o perjuicio sean ocasionados por una autoridad al violar una garantía individual.
Ahora bien, el agravio, agrega, para que pueda ser causa generadora del juicio de amparo,
necesita ser personal, es decir, que recaiga precisamente en una persona determinada, bien
sea física o moral. Además de la personal determinación del agravio, éste debe ser directo,
de realización presente, pasada o inminentemente futura. En consecuencia, aquellas
posibilidades o eventualidades en el sentido de que cualquier autoridad estatal cause a una
persona determinada un daño o un perjuicio, sin que la producción de éste sea inminente o
pronta a suceder, no pueden reputarse como integrantes del concepto de agravio, tal como lo
hemos expuesto, para hacer procedente el juicio de amparo. Por esta razón, los llamados
"derechos reflejos", o sean aquellos que no engendran para el hombre ningún provecho
inmediato, no pueden ser objeto o materia de afectación por un acto autoritario generador del
amparo.25

BRISEÑO SIERRA opta por referirse a la lesividad, indicando que no debe entenderse como
el perjuicio civil, "o sea, como la privación de cualquiera ganancia lícita, que pudiere haberse
obtenido o como el menoscabo en el patrimonio, sino como sinónimo de ofensa que se hace
a los derechos intereses de una persona". Se trata, en realidad, de un concepto relativo, porque
no siempre es posible inferir de la demanda si los actos afectan o no a los intereses del
promovente, de ahí que se haya establecido la regla de no desecharla in límine sino permitir
que en el curso del procedimiento se demuestre el perjuicio.26

Naturalmente, dice, el perjuicio debe provenir de autoridad (o de sujeto a ella asimilado


legalmente) y ser lesivo de derechos injustificadamente, porque de existir lesividad en
cumplimiento de algún precepto vigente no impugnado de inconstitucionalidad, el acto será
cierto, pero no base del amparo.

Al respecto, la Corte de Constitucionalidad —al referirse a la naturaleza del agravio— ha


considerado en numerosas sentencias: "En el amparo es necesario demostrar la existencia de
un agravio personal y directo, dado que la legitimación activa corresponde al que tiene interés
en el asunto o al que demuestre ostentar la representación o defensa de intereses de carácter
general o corporativo, siempre que la disposición impugnada afectare directamente a los
mismos. El requisito puede deducirse interpretando la dicción legal contenida en los artículos
8o., 20, 23, 34 y 49, inciso a, de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y Constitucionalidad,
en los que figuran los conceptos de "sus derechos", "afectado", "hecho que le perjudica",
"derechos del sujeto activo", "interés directo", "ser parte", o tener "relación jurídica con la
situación planteada". Estas expresiones son reveladoras, en congruencia con la doctrina sobre
amparo, de que en el mismo no existe acción popular, sino es necesario hacer valer un
derecho propio (entre otros, fallos del 11 de septiembre de 1986, expediente 64–86; del 20
de abril de 1993, expediente 28–23; del 28 de febrero de 1993, expediente 31–71, etcétera).

En sentencia del 21 de diciembre de 1987 (expediente 212–87), la Corte de


Constitucionalidad consideró:

Tal y como esta Corte ha expresado en fallos anteriores, se aprecia que un elemento esencial
para la procedencia del amparo es la existencia del agravio que se causa al peticionario.
Continuando ese orden de estudio, se advierte asimismo que tal agravio debe ser
consecuencia del acto u omisión que se reclama y, consecuentemente, imputable al sujeto
pasivo del amparo. Así, de conformidad con la Ley Constitucional que desarrolla este
instituto, corresponde al interponente fijar desde su escrito inicial estos dos elementos de la
acción: la especificación del sujeto pasivo y de los hechos que motivan el amparo [...].

En conclusión, podemos decir que para la viabilidad del amparo se precisa la existencia de
un agravio real en el interponente, lo que significa el señalamiento concreto del acto causante
del mismo.

Por ello se requiere, además de la oportuna promoción de la acción de amparo (antes de que
transcurra el plazo preclusivo), especificar con claridad y precisión el acto, resolución o
disposición causante del agravio, con el objeto de que el Tribunal se encuentre en posibilidad
jurídica de decidir y ordenar la suspensión tanto provisional como definitiva de la decisión
que se impugna y evitar que la lesión o perjuicio se transforme en irreparable.

D) Plazo para pedir amparo

De conformidad con la ley de la materia el plazo para la petición de amparo debe hacerse
dentro del plazo de los 30 días siguientes al de la última notificación al afecto o de conocido
por éste el hecho que a su juicio, le perjudica. Sin embargo, durante el proceso electoral y
únicamente en lo concerniente a esta materia, el plazo será de 5 días (artículo 20 de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad).

Acerca de este plazo son reiterados los fallos de la Corte de Constitucional al indicar que

[...] el amparo está sujeto para su procedencia a determinados requisitos procesales, entre los
que se encuentra el de temporalidad, que consiste en la oportunidad que el agraviado tiene
para promoverlo, y que de conformidad con el artículo 20 de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad es de treinta días siguientes al de la última notificación al
afectado o de conocido por éste el hecho que a su juicio le perjudica (véase sentencias del 20
de abril de 1993, expediente 54–93, y del 11 de mayo de 1993, expediente 477–92).

En un caso interesante, en el cual se planteó amparo en el orden judicial contra un juez de


primera instancia, en virtud que se negaba a dictar sentencia dentro de un juicio ejecutivo
promovido por un banco extranjero contra una sociedad anónima en liquidación y contra el
Estado de Guatemala, argumentando el juez impugnado que el objetivo de los procesos de
ejecución, a diferencia de los de cognición, es el de obtener el pago de la acreeduría respectiva
mediante la disposición de los bienes embargados al ejecutado, ya sea directamente si se
tratare de dinero en efectivo o, promoviendo en su caso, la venta de los mismos; y en el
proceso no constaba que se hubiera hecho efectivo embargo sobre los bienes de los
ejecutados, en razón que por disposición legal los bienes del Estado son inembargables. El
fallo de primer grado fue desfavorable al peticionante por lo cual no le otorgó el amparo
pretendido.

Sin embargo, en sentencia del 9 de abril de 1987 de la Corte de Constitucionalidad


(expediente 5–87), razonó así:

No obstante lo establecido en el primer párrafo del artículo 20 de la Ley de Amparo,


Exhibición Personal y de Constitucionalidad, el propio artículo en su segundo párrafo
atempera los efectos de la preclusión por no pedir el amparo dentro del plazo de treinta días
establecido, cuando dice: "El plazo anterior no rige [...] ante la posibilidad manifiesta de que
ocurran actos violatorios a los derechos del sujeto activo". Esta disposición legal se
desprende de la doctrina que acepta que, excepcionalmente, el amparo puede ser admitido en
relación a actos (judiciales o administrativos), respecto de los cuales se establezca que "de
sus efectos futuros pueda resultar daño de difícil o incierta reparación". En este caso concreto,
hay una actitud negativa del juez a dictar sentencia; negativa que por no ser vinculatoria ni
para el Juez ni las partes, crea una situación incierta que aún persiste, por lo que el agravio
reclamado, aún ahora, sigue teniendo vigencia y la tendrá en tanto no se dicte sentencia. Esa
negativa lesiona también normas fundamentales, inclusive la constitucional del derecho a la
jurisdicción y a la seguridad jurídica, pues aunque el amparo no es el medio idóneo para
reparar todas las violaciones de las disposiciones de nuestra legislación y debe evitarse que
sea un sustituto de los recursos procesales ordinarios, sí garantiza la eficacia de las normas
constitucionales y los derechos públicos subjetivos, si con su inaplicación se causa un agravio
personal; ya que el principal objeto de la jurisdicción de esta Corte es el de garantizar y
desarrollar la normativa constitucional [...].
6. Efectos del amparo

De lo esbozado hasta aquí, puede concluirse que —para la viabilidad del amparo— se precisa
de la existencia de un agravio real y directo en la esfera jurídica del interponente, lo que
implica el señalamiento concreto del acto causante del mismo.

Para ello se requiere de la oportuna promoción de la acción de amparo (antes que transcurra
el plazo preclusivo), especificar con claridad y precisión el acto, resolución o disposición
causante del agravio, con el objeto de que el Tribunal se encuentre en posibilidad jurídica de
decidir y ordenar la suspensión tanto provisional como definitiva de la decisión que se
impugna y evitar que la lesión o perjuicio se transforme en irreparable.

De acuerdo con lo expuesto, habrá que insistir diciendo que el amparo como garantía
constitucional, no se instituyó como "el remedio ideal o curalotodo" para resolver los males
que aquejan a los justiciables, cuando se cuentan con recursos idóneos y apropiados para
impugnar las decisiones que resulten contrarias a sus intereses, salvo que persista la violación
o amenaza de los derechos que la Constitución y demás leyes regulan.

La filosofía impregnada al texto constitucional de 1985 estaba orientada a lograr una


estructura de protección de los derechos humanos y el efectivo progreso de las garantías
constitucionales. De esa cuenta, el constituyente otorga gran amplitud a la institución del
amparo y su procedencia, al parecerl para que se extendiera su procedencia en forma total y
dejar su desarrollo a una jurisprudencia avanzada, la cual se encomendaba desarrollar a la
naciente justicia constitucional, con carácter de permanente y especializada. De ahí que el
artículo 265 constitucional establezca:

Se instituye el amparo con el fin de proteger a las personas contra las amenazas de violaciones
a sus derechos o para restaurar el imperio de los mismos cuando la violación hubiere
ocurrido. No hay ámbito que no sea susceptible de amparo y procederá siempre que los actos,
resoluciones, disposiciones, o leyes de autoridad lleven implícitos una amenaza, restricción
o violación a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan.

Luego de analizar los elementos fácticos y jurídicos aportados al procedimiento, las pruebas
rendidas y las alegaciones pertinentes, el órgano jurisdiccional debe emitir la sentencia que
declare la procedencia o improcedencia de la protección de los derechos fundamentales
invocados por el interponente de esta garantía. Según el artículo 42 de la LAEPYC, el tribunal
debe dictar la sentencia respectiva con base en el examen mencionado y su propio análisis
doctrinal y jurisprudencial, interpretando siempre en forma extensiva la Constitución, con el
objeto de brindar la máxima protección en esta materia.
Regularmente los tribunales de amparo deniegan la protección constitucional pretendida, por
considerar que el agravio denunciado es inexistente, no hay materia constitucional sobre la
cual deba pronunciarse, la pretensión fue promovida por quien no estaba legitimado o contra
quien no causó agravio alguno, el amparo fue interpuesto sin cumplir con la definitividad o
no se observó el plazo para accionar la justicia constitucional, entre otros casos. En caso de
emitirse una sentencia con efectos negativos para el interponente, el artículo 47 de la
LAEPYC impone condenar en costas al amparista y sancionar con multa al abogado cuando
se estime que el amparo fue promovido en forma frívola o es notoriamente improcedente.

Cuando el tribunal de amparo determine la existencia de un agravio al postulante y, con base


en esa consideración, decide otorgar la protección constitucional solicitada, los efectos de la
sentencia pueden ser regularmente: a)restablecer al afectado en la situación jurídica en la que
él se encontraba antes de que la violación ocurriera; b)mantener al postulante en el goce de
sus derechos fundamentales que se consideras amenazados, de manera cierta e inminente, de
violación, o c) ordenar la realización de una conducta omitida, cuando sea esa omisión la que
causó agravio al postulante del amparo.

El artículo 49 de la LAEPYC señala los efectos que las sentencias de amparo deben poseer
si se declara su procedencia:

a) dejar en suspenso, en cuanto al reclamante, la ley, el reglamento, resolución o acto


impugnados y, en su caso, el restablecimiento de la situación jurídica afectada o el cese de la
medida; b) fijar un término razonable para que cese la demora, si el caso fuere de mero retardo
en resolver, practicar alguna diligencia o ejecutar algún acto ordenado de antemano; y c)
cuando el amparo hubiese sido interpuesto por omisión de la autoridad en la emisión de la
reglamentación de la ley, el Tribunal de Amparo resolverá fijando las bases o elementos de
aplicación de ésta al caso concreto, según los principios generales del derecho, la costumbre,
los precedentes para otros casos, la analogía de otros reglamentos y la equidad, siguiendo el
orden que el tribunal decida.

Además, debe establecerse la conminatoria y apercibimiento al obligado a cumplir con la


sentencia, y decretar las medidas para la debida ejecución de lo resuelto, con base en los
artículos 52, 53 y 55 de la referida ley.

Ya sea que se estime o se desestime el amparo, los artículos 44 y 47 de la LAEPYC señalan


el deber del tribunal de decidir sobre las costas y la imposición de multas y sanciones que
resulten de la tramitación del amparo; sin embargo, ha sido criterio de la Corte de
Constitucionalidad que no puede condenarse en costas cuando no exista sujeto legitimado
para su cobro, ni puede imponerse multa a los abogados que auxilien en defensa de los
intereses del Estado.
SEGUNDO
AVANCE
INTRODUCCIÓN
La Exhibición Personal y Habeas Corpus, son sinónimos.
Nuestra legislación ha adoptado la denominación de Exhibición Personal, sin cambiar su
esencia y naturaleza jurídica, por lo que al referirnos a ella decimos que no es más que el
procedimiento destinado a la protección del derecho a la libertad personal, por el que se trata
de impedir que la autoridad o alguno de sus agentes detenga ilegalmente a un ciudadano,
pueda prolongar de forma arbitraria la detención o la prisión del mismo o siendo su detención
legal se encuentre sufriendo algún tipo de vejamen.
A través de la Exhibición Personal, una persona privada de libertad puede obtener su
inmediata puesta a disposición de la autoridad judicial competente, que resolverá acerca de
la legalidad o no de la detención, ordenando en su caso, su inmediata libertad y la cesación
de cualquier vejamen que pudiera estar sufriendo. De igual forma podrá garantizarse o
restituirse la libertad, en el caso de que exista una amenaza o la pérdida de la misma.
HABEAS CORPUS
(EXHIBICION PERSONAL)

Su origen
El hábeas corpus tiene origen anglosajón y se caracteriza por ser un procedimiento sumario
y rápido que debe finalizar en un periodo breve de tiempo. Es también un proceso sencillo y
carente de formalismos que no precisa la presencia de abogado ni de procurador.
El hábeas corpus procede no sólo en los casos en que, en principio, se ha producido una
detención ilegal, sino también en aquellos otros en los que la detención ha sido conforme a
la ley. Dado que el procedimiento de hábeas corpus tiende a la protección de un derecho
fundamental como es el derecho a la libertad personal, las legislaciones permiten que pueda
pedirlo no sólo la persona privada de libertad, sino también por cualquiera otra persona e
incluso puede iniciarse de oficio por la autoridad judicial competente. Si concurren los
requisitos para su tramitación, el juez inicia el procedimiento ordenando a la policía que lleve
a su presencia a la persona detenida. La autoridad judicial, una vez que ha escuchado al
detenido y a las personas implicadas en el arresto, decide acerca de la legalidad o no de la
misma, y decreta, en caso de resultar ilegal la detención o prisión, la libertad de la persona
afectada y ésta queda libre en el mismo acto y lugar.

Antecedentes Históricos

Hábeas corpus quiere decir “que tengas el cuerpo”, y tiene su origen en las actas que en
Inglaterra garantizaban la libertad individual, permitiendo a cualquier persona presa
ilegalmente acudir a la High Court of Justices.
Como antecedentes remotos se pueden señalar:
 El interdicto de liberis exhibendis et ducendis del antiguos Derecho Romano.

 El juicio de manifestación del derecho aragonés medieval. (Justicia de Aragón)


Se puede tomar como el antecedente más inmediato del hábeas corpus, siendo el sentido y la
forma de lo que en la actualidad es el hábeas corpus.
Mediante este juicio, se separaba a la autoridad para que no siguiera ejerciendo su acción
sobre el manifestante. La persona detenida recurría a la justicia de Aragón (juez supremo que
podía juzgar al rey mismo), y examinando el juicio, quedaba en libertad, o en su defecto éste
continuaba alojado en la cárcel a la espera del fallo definitivo y al amparo de la justicia. La
justicia de Aragón era el baluarte más firme y seguro contra la opresión y la
arbitrariedad. Se considera dentro de la educación jurídica como la institución más gloriosa
en la historia de la defensa de los derechos individuales y de la dignidad y entereza del poder
judicial.

 Carta Magna de 1215 de Inglaterra


Se establecieron limitaciones al poder real y consagró el principio de la libertad individual.
Era evidente la necesidad de garantizar la vigencia real de este derecho por medios rápidos,
prácticos y eficientes. La petición de Derechos de 1628 menciona el hábeas corpus y viene a
garantizar definitivamente este derecho. Después de muchas luchas y discusiones, entre los
nobles de la época, la Carta Magna fue finalmente sancionada por el rey Juan I o Juan Sin
Tierra, en Londres el 15 de junio de 1215.
El primer registro del uso de este recurso contra una autoridad establecida data
de 1305 durante el reinado de Eduardo I de Inglaterra, cuando se exigió al rey que rindiera
cuentas de la razón por la cual la libertad de un sujeto era restringida donde quiera que esta
restricción se aplicara. Más tarde se convertiría en la ley del Hábeas Corpus de 1640, aunque
no sería hasta la ley del Hábeas Corpus de 1679 que se establece los procedimientos
correspondientes. La institución del Hábeas corpus estaba concebida como una forma de
evitar agravios e injusticias cometidas por los señores feudales contra sus súbditos o personas
de clase social inferior.
 La ley de hábeas corpus de 1679.
Decía: “Si una persona es arrestada y detenida en tiempo de receso por cualquier delito tendrá
derecho por sí, o por otro en representación suya para dirigirse al lord canciller o cualquier
otro juez o magistrado, los cuales, vistas las copias de los autos de prisión o previo el
juramento de haber sido denegadas dichas copias, precediendo una petición por escrito de la
persona detenida o de cualquiera otra en su lugar, confirmada por dos testigos presentes en
el acto de entregarla, tiene la obligación de expedir un hábeas corpus que será remitido al
lord canciller, juez o barón de los respectivos tribunales; y una vez presentado el writ
(recurso); el funcionario o la persona a quien éste comisione presentará nuevamente el preso
ante el lord canciller, los demás jueces o el designado por el susodicho writ; dando a conocer
las causas de la prisión o detención, cumplidas estas disposiciones, en dos días el lord
canciller o cualquier otro juez, pondrá en libertad al preso, recibiendo en garantía la suma
que los jueces consideren conveniente, en atención a la calidad del preso o a la naturaleza del
delito”.
La ley establece las penas al funcionario que no cumpla con el writ, como también la
prohibición de volver a detener a la persona por el mismo delito, una vez puesto en libertad
por hábeas corpus. Esta ley reglaba el hábeas corpus sólo para casos criminales, luego por la
ley de 1816, para casos civiles.

El Hábeas Corpus en Guatemala


Los antecedentes de la exhibición personal, son los mismos que del amparo, pero en
particular, podemos decir:
- En 1837, se promulgaron los códigos de reforma y disciplina de prisiones, código de
pruebas judiciales; código de procedimientos del ramo criminal; ley orgánica de la
administración de justicia por jurados.
- En la época post independencia, el Habeas Corpus se utilizó incluso cuando la nueva
legislación fue derogada, por el Decreto Legislativo del 13 de marzo del año 1838.
- Después viene el Decreto 76 ley de garantías que regula la institución objeto de
nuestro estudio.
- Después de que termina el largo período conservador, viene el auge del partido liberal
y la Constitución de 1879 conservo el Habeas Corpus, desarrollada a nivel de ley
ordinaria por el Decreto 354 del año 1897.
- La constitución de 1879 fue reformada 8 veces y en todas sobrevivió la exhibición
personal, hasta que perdió su vigencia a raíz de la revolución de octubre de 1944. Un
año mas tarde el régimen revolucionario promulga la constitución, pero la
contrarrevolución de 1954 dejó en suspenso la exhibición personal.
- Después la figura es restaurada por la constitución de 1956 y se desarrolla
magistralmente en la de 1965 hasta llegar a ser un verdadero proceso constitucional,
en la Constitución Política de 1985.
- La constitución actualmente vigente es la de 1985, que sirve de marco al proceso de
transición democrática que se vive en el país a partir del golpe de estado de 1982. El
título VI se dedico a las garantías constitucionales y defensa del orden constitucional”
y su Capítulo I se dedica con exclusividad a la “exhibición personal y que regula en
dos largos Artículos (263 y 264), y que son desarrollados en la “Ley de amparo,
exhibición personal y de constitucionalidad (Artículos 82 al 113)”.

Definición de hábeas corpus


Frase latina adoptada por el inglés y admitida en castellano, con la cual se hace referencia,
según la definición de la academia, al “derecho de todo ciudadano, detenido o preso, a
comparecer inmediata y públicamente ante un Juez o Tribunal para que, oyéndolo, resuelva
sí su arresto fue o no legal, y si debe alzarse o mantenerse.

Definición Legal. Artículo 263 de la CPRG y Artículo 82 de LAEPYC. Derecho a la


exhibición personal. Quien se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de cualquier
otro modo del goce de su libertad individual, amenazado de la pérdida de ella, o sufriere
vejámenes, aun cuando su prisión o detención fuere fundada en ley, tiene derecho a pedir su
inmediata exhibición ante los tribunales de justicia, ya sea con el fin de que se le restituya o
garantice su libertad, se hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere
sujeto.

Naturaleza Jurídica
La naturaleza jurídica del Hábeas Corpus es tan grande como ancestral es la figura misma.
Se le ha considerado como garantía, recurso, acción, derecho, institución, juicio,
procedimiento, etc.
Algunos indican que no es un recurso, ya que este es la reclamación concedida por la ley,
para que quien se considere perjudicado por una resolución judicial, la formula ante el mismo
Juez o el superior inmediato con la finalidad de que la reforme, revoque o deje sin lugar.

Por otra parte, podemos considerarlo como “ACCION” al establecer que es “la facultad
especifica de hacer valer en la vía judicial la reparación de un derecho violado”, es decir se
pone en marcha el aparato estatal a efecto de proteger infringidos derechos, exigidos por
medio de un procedimiento sumario y en juicio no contradictorio.

No es un derecho, sino el medio protector de la libertad, el cual si es el derecho fundamental


de la persona a ser protegido.

Concluyendo, la clasificación del Hábeas Corpus como garantía estricto sensu, si es


correcta, ya que viene a ser el medio de índole jurídico-procesal que tutela los derechos
fundamentales constitucionalmente establecidos, es decir, las libertades de los individuos, en
sus principales conceptos, relacionados con este tema específico.

Generalidades
La importancia del hábeas corpus o exhibición personal, como se conoce a este instituto en
Guatemala, radica en el objeto de su función, es decir, en la salvaguardia de uno de los valores
fundamentales del Estado de derecho, la libertad personal. Sin la existencia de este
mecanismo, la libertad seria simplemente un postulado formal y la vigencia del Estado de
derecho quedaría entredicho.

El antecedente más concreto de la actual acción del hábeas corpus o exhibición personal
parece ser el interdicto romano de homne libero exhibendo, contenido del Digesto, titulo
XXIX, libro XLII.

Los interdictos nacen en el Derecho Romano como institutos de derecho público, y su misma
denominación (interdicto, de interdicere) alude a interpelar a la autoridad pública a fin de
tutelar determinados derechos. De ahí la nota de inoperatividad con que se formula el
interdicto: restituas, exhibeas, veto, ne facias, vim fieri veto, etcétera. Constituyeron una
herramienta pretoriana y, en efecto, eran decisiones emitidas por el pretor o el gobernador de
una provincia. Debe acalararse que ese interdicto fue creado por el pretor a fin de completar
la ley Fabia de plagiariis. Esta ley, establecía una pena de cincuenta mil sestercios al que
hubiera secuestrado, vendido o comprado a un ciudadano romano y permitía acudir ante el
pretor para requerir la fuerza pública, a fin de liberar al detenido.

El interdictum de homine libero exhibendo constituyó una especie de acción popular,


ejercitable por cualquiera (ya que “compete a todos, porque a ninguno se le ha de impedir
que favorezca la libertad”) y perpetua. Quem liverum dolo malo retines, exhiveeas, decía el
pretor (¡Exhibe al hombre libre de retienes con dolo malo!). solamente amparaba a hombres
libres, puesto que “al hombre libre no se le debe retener en tiempo alguno con dolo malo”.
El hombre no libre, el esclavo, no estaba protegido por el interdicto; tampoco el redemptus,
situado en la escala intermedia entre el ser libre y el esclavo.

La orden de exhibición, anticipo del “auto” del hábeas corpus (“exhibir es sacar al público,
y permitir que se vea y se toque a hombre. Exhibir es propiamente manifestar lo que está
oculto”, indicaba el Digesto), exigia un cumplimiento inmediato, y provocaba sanciones
pecuniarias en caso de desobediencia, sin perjuicio además de la acusación criminal derivada
de la les Fabia. Requería, eso sí, que no estuviese discutida la calidad de hombre libre: “Si se
duda si el detenido es libre o siervo, o pende controversia sobre su estado, se ha de apartar
de este interdicto, y tratar de la causa de su libertad”, advertía el Digesto.

Interesa subrayar, finalmente, que el interdictode homine libero exhibendo –cuya meta era la
liberación del ilegalmente aprehendido-, no procedía si el detenido estaba asi por su propia
voluntad: “si alguno retiene al que quiere ser retenido, no parece que comete dolo”. Sin
embargo, si tal presupuesto consentimiento obedecía a seducción o engaño, había dolo y, por
tanto, procedía el interdicto.

El hábeas corpus romano tendría su réplica en el Derecho español, específicamente en los


fueros de Aragón y Vizcaya. En Aragón se da mediante el juicio sumario del Fuero de Aragón
de 1948. En esta versión, el denominado Justicia Mayor de Aragón (una especie de defensor
del pueblo, poseía la facultad de interrumpir la aplicación de ordenes del monarca cuando
afectaban la libertad y derechos de los hombres y a través del juicio de manifestación. El
juicio de manifestación en Aragón implica la protección judicial para liberar a las personas
de la violencia, opresión o tropelía que padecen, y especialmente la extracción y deposito
voluntario de una hija de familia, con autoridad del juez, para explorar su voluntad en materia
de matrimonio.

El constitucionalismo moderno tiene un objetivo fundamental, el reconocimiento y la


protección de la vida y la libertad de los ciudadanos cuyo fin procura sistemas jurídicos y
políticos que las garanticen. El decreto1-86 de la asamblea nacional constituyente, desarrollo
entre otros, los artículos 263 y 264 de la Constitución Política de la República de Guatemala
relativos a la exhibición personal. La exhibición personal consiste en la solicitud de que sea
puesta en presencia de los tribunales la persona que se encuentre ilegalmente preso, detenido
o cohibido de alguna manera en el goce de su libertad individual o que estuviese en peligro
de encontrarse en esa situación cuando siendo legal su detención sufriere vejámenes, con el
fin de que cese su situación. La exhibición personal puede ser solicitada por el agraviado o
por cualquier persona, el ejecutor es la persona que acudirá al centro donde se cree que esta
el agraviado con el objeto de llevarlo ante el juez. Si ahí no estuviere, el ejecutor deberá
seguir buscando. Señala la Constitución Política de la Republica de Guatemala en su artículo
264 “que si como resultado de las diligencias practicadas no se localiza a la persona a cuyo
favor se interpuso la exhibición, el tribunal de oficio ordenara inmediatamente la pesquisa
del caso hasta su total esclarecimiento”.

La Constitución Política de la República de Guatemala ha configurado un ordenamiento cuya


pretensión máxima es la de garantizar a sus habitantes la vida, la libertad, la justicia, la
seguridad, la paz, y el desarrollo integral de la persona, como valores superiores de ese
ordenamiento. La frase latina hábeas corpus es una de las disposiciones legales de gran
trascendencia en el mundo civilizado que quiere decir en español “Que tengas el cuerpo” o
sea que se lleve como presente ante la autoridad que lo ordena.

En conclusión El Hábeas corpus o exhibición personal pretende garantizar la propia


integridad del detenido, preservar sus derechos a la libertad y, en general prevenir o evitar la
consumación de una detención ilegal.
Los principios procesales indispensables dentro de la
exhibición personal
Como un verdadero proceso constitucional que es, la exhibición personal está inspirada en
procesos generales y especiales que informan todo proceso judicial democrático.

 Debido proceso:

Su principal fundamentación, la encontramos en nuestra propia Constitución Política


y en la convención americana sobre derechos humanos. En cuanto a la legislación
ordinaria, encontramos la Ley de la carrera judicial, en donde se establece un mandato
expreso a los jueces y magistrados guatemaltecos a respetar y velar por el estricto
cumplimiento del debido proceso en todas sus etapas y procedimientos.

El derecho de defensa y la audiencia debida, son elementos decisivos, que garantizan


procesos legales y democráticos, propios de sistemas democráticos.

El Artículo 12 de la Constitución Política de la República de Guatemala, Expresa:


“la defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado,
ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante
juez o tribunal competente y preestablecido. Ninguna persona pude ser juzgada por
tribunales especiales o secretos, ni por procedimientos que no estén preestablecidos
legalmente”.

En el mismo sentido y con el agregado de garantías judiciales, se pronuncia sobre el


debido proceso el Artículo 8 y todos sus incisos y literales, de la convención
americana sobre derechos humanos.

Dentro del ámbito de nuestra legislación ordinaria, encontramos en el Artículo 28


literal b) de la Ley de la carrera judicial, que regula como deberes de los jueces y
magistrados “resolver los asuntos de su competencia con independencia y cumplir
rigurosamente las garantías del debido proceso”.

Como se establece de la lectura de dichas normas, los derechos de defensa de las


personas, son inviolables y no pueden privarse de los mismos dentro de un Estado de
derecho. Nadie puede ser condenado sin antes haber sido citado, oído y vencido ante
juez competente y mediante procedimientos establecidos legalmente.

Aspectos como el principio de presunción de inocencia, derecho a tener traductor, la


comunicación detallada de la acusación, concesión al inculpado de tiempo y medios
para defenderse, derecho a tener defensor público, si fuere de escasos recursos,
derecho a interrogar testigos y a no declarar contra sí mismo, derecho a recurrir ante
el tribunal superior.

Traducción del delito como criminal offense y la publicidad del proceso penal, son
aspectos inherentes al debido proceso. Sin duda, la ley de la carrera judicial, en su
artículo ya citado, ha dado un gran paso democrático, al establecer cómo deben los
jueces y magistrados, defender rigurosamente el debido proceso.

Doctrinariamente, el abogado guatemalteco José Mynor Par Usen, sobre el debido


proceso, nos manifiesta: “la primera de las garantías del proceso penal es la que se
conoce como “Juicio previo” (debido proceso), no se puede aplicar el poder penal del
Estado si antes no se ha hecho un juicio, es decir, si el imputado no ha tenido
oportunidad de defenderse, si no se le ha dotado de un defensor, si no se le ha
reconocido como “inocente” en tanto su presunta culpabilidad no haya sido
demostrada y se le haya declarado culpable.

De esa cuenta es como la protección constitucional de los derechos de la persona


cobra vida en el derecho al debido proceso y el derecho de defensa, ya que los
derechos se ejercitan por medio del proceso, entendido este como una contienda
civilizada y legal entre las partes”.

El debido proceso, es uno de los derechos más importantes de la persona, ya que


asegura su libertad y dignidad, es decir proyecta una defensa clara de derechos
humanos como un contrapeso a la facultad punitiva del Estado que se traduce en la
persecución penal.

En materia del proceso constitucional de exhibición personal opera el debido proceso,


de conformidad con el Artículo 12 constitucional que ya estudiamos, es decir que
nadie puede ser privado de su derecho a la libertad ilegalmente o fuera de los
presupuestos legales y tipos delictivos. El derecho humano de libertad es inviolable
cuando se produce sin apego a derecho o existe coacción, vejámenes u otro tipo de
tortura y ninguna autoridad ni Administrativa, judicial, civil o militar, puede en
abierto abuso de poder, limitar la libertad de las personas.

La defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado,
ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante
juez o tribunal competente y preestablecido.

Solo mediante el irrestricto cumplimiento de los mandatos legales, se puede limitar


el derecho a la libertad, tanto con respecto a los motivos para dictar un auto de prisión
y procesamiento, como cuando se impone una sentencia condenatoria o una medida
de seguridad y corrección.

 Celeridad:

Mynor Par Usen sobre este principio nos dice: el legislador al establecer el “el
principio de concentración procesal, automáticamente introduce el principio de
celeridad. Este se traduce en la obligación que tiene el juez en substanciar el proceso
penal, en el menor tiempo posible. Este principio también es extensivo de aplicarse
por el Ministerio Publico, institución que por mandato legal debe agotar en forma
rápida la etapa preliminar o de investigación” A nivel de la Constitución Política, el
derecho de celeridad es también catalogado como un derecho humano, ya que no
deben darse procesos con dilaciones indebidas y ante todo debe ser tramitado y
resuelto dentro de un plazo razonable.

José Mynor par Usen, a este respecto afirma: “ se trata de un derecho subjetivo
constitucional que asiste a todos los sujetos que sea parte de un proceso penal, de
carácter autónomo, aunque instrumental del derecho a la tutela, y que se dirige a los
órganos del poder judicial (aún cuando en su ejercicio han de estar comprometidos
todos los demás poderes del Estado), ya que ellos tienen la obligación de actuar en
un plazo razonable, el Ius Puniendo, o de reconocer y, en su caso, restablecer
inmediatamente el derecho a la libertad”.

Nosotros agregamos, que los derechos subjetivos constitucionales también son parte
de los derechos humanos, principalmente en constituciones humanistas como la
nuestra, que le dan preeminencia a la persona humana y a la familia como figuras
centrales en cuanto a su defensa.

Es un derecho instrumental o de procedimiento, garantiza que un procedimiento sea


cual fuere su naturaleza, no sea eterno, sus etapas necesariamente deben ser
tramitadas en un plazo razonable y lo mismo cobra una gran vigencia, en un proceso
constitucional de exhibición personal, donde la determinación de la legalidad no de
libertad, no debe tener mayores dilaciones.

 Inmediación:

El autor que hemos venido citando, nos manifiesta sobre la inmediación “Como
lógica consecuencia de la vigencia del principio de oralidad surge el principio de
inmediación, al que no sin razón se le ha denominado “compañero de viaje de la
oralidad”. Este principio aparece también en la fase probatoria y se une en forma
inseparable a la oralidad, para funcionar como principios hermanos que dan
funcionamiento al sistema acusatorio.

Para conseguir el imperio de la verdad es necesario que los sujetos procesales reciban
inmediata, directa y simultáneamente los medios de prueba que han de dar
fundamento a la discusión y a la sentencia. Por consiguiente la regla de inmediación
implica:

• El contacto directo del juez con los elementos probatorios en que ha de basar su
juicio y decisión;

• El contacto directo de todos los sujetos procesales entre sí, en el momento de recibir
esas pruebas, ambos aspectos son importantes.

Nosotros manifestamos que la inmediación es el más alto grado de relación entre el


juez y los sujetos procesales y con todos los órganos de prueba.

La administración de justicia debe tener objetividad para beneficio de un país que


tenga un Estado de derecho, por lo que la mayoría de tratadistas declaran que la
inmediación se basa en la relación directa entre operadores de justicia, tribunales aquo
y ad quem y los órganos probatorios, principalmente aquellos de acción inmediata.
Par Usen, también explica: “la presencia de los jueces implica, entonces, el desarrollo
de ciertas cualidades de observación, receptividad, y análisis”.

Lo esbozado por el abogado, expone ciertos elementos básicos que deben darse dentro
del proceso penal democrático o acusatorio.

Es conveniente decir, que la inmediación dentro de los procesos judiciales


guatemaltecos, es pilar fundamental y esencial directa del debido proceso.

Expresamos lo anterior porque por años, el proceso penal fue secreto, el juez
investigaba y juzgaba en base a papeles y las garantías constitucionales prácticamente
eran letra muerta.

Las fallas del sistema inquisitivo, repercutieron en el habeas corpus, lo volvió


burocrático, inefectivo, poco práctico e ineficaz.

Muchas personas, fueron perjudicadas en su derecho a la libertad y dignidad, por esa


falta de principios generales y especiales que ya pregonaba el derecho comparado
moderno a través del sistema acusatorio.

El esfuerzo para reestructurar y cambiar las condiciones de justicia pronta y cumplida


en Guatemala, realmente ha sido loable y estos principios como el de inmediación
que estamos tratando, tienen mucho que decir como en cuanto a garantizar los
derechos humanos de las personas vinculadas a un proceso ya sea penal o una
exhibición personal derivada de ese proceso.

 Favor Libertatis:

Uno de los principios más importantes dentro del sistema acusatorio, es el Favor
Libertatis, el cual establece que cuando existe duda sobre la libertad de una persona,
debe el juez ordenar su libertad, está íntimamente relacionado con el Favor Reí o In
Dubio pro Reo, el cual está orientado a permitir al juez que en caso de duda resuelva
siempre en favor del reo. La base legal de estos dos principios lo encontramos en el
artículo 14 de la Constitución Política de la República de Guatemala, y en el Artículo
14 del Código Procesal Penal que en su último párrafo expresamente regula: “ la duda
favorece al imputado”

Por ello es necesario recalcar, la intima relación entre los principios Favor Reí y Favor
Libertatis.

Un Artículo específicamente vinculado al principio favor Libertatis, es el 91 del


Código Procesal Penal vigente, el cual por su importancia lo transcribimos: “la
inobservancia de los preceptos contenidos en esta sección, impedirá utilizar la
declaración para fundar cualquier decisión en contra del imputado. Se exceptúan
pequeñas inobservancias formales que podrán ser corregidas durante el acto o con
posterioridad. Quien deba valorar el acto apreciara la calidad de esas inobservancias”.

Este Artículo, se refiere a la sección segunda que trata sobre las declaraciones del
sindicado y en esta sección debe observarse con todo rigor las disposiciones relativas
al debido proceso.

Terminado el cuarto capítulo, vemos que los principios del debido proceso, celeridad,
inmediación y favor libertatis, tienen sui génesis en el sistema acusatorio, base
principal del proceso penal democrático, pero hay que hacer un silogismo de
integración para determinar que estos principios deben observarse necesariamente en
la exhibición personal por que son verdaderos guardianes de la libertad, bien jurídico
tutelado tanto por dicha exhibición, como por el procedimiento especial de
averiguación.

Clases
En su origen histórico y acepción tradicional, el hábeas corpus surge como remedio contra
una detención. Sin arresto, el hábeas corpus parece que no tiene razón de ser, ya que es un
remedio, precisamente, contra aprensiones ilegales. Su meta natural, por lo demás, estriba en
disponer una libertad. Sin embargo, el desarrollo posterior del instituto del hábeas corpus lo
ha hecho proyectar hacia situaciones y circunstancias que si bien son próximas a un arresto,
no se identifican necesariamente con él. La pertinencia de esa prolongación del hábeas corpus
se estudiara al considerar cada uno de los distintos tipos de hábeas corpus en vigencia.

En definitiva, pueden detectarse las siguientes clases de hábeas corpus:

a) Desde el punto de vista cronológico, y con relación a sus efectos sobre el acto lesivo,
el habeas corpus puede ser reparador, si ataca a una lesión ya consumada; o
preventivo, si pretende impedir una lesión que se puede producir.

b) En cuanto al radio de cobertura del hábeas corpus, este asume en nuestra experiencia
local cinco alternativas:

1) Hábeas corpus principal, cuando tiene por objeto cuestionar una detención o
presión ilegitima, producida (hábeas corpus tradicional o clásico), o por producirse
(amenaza).

2) Hábeas corpus restringido, también llamado accesorio o limitado. En tal caso,


tiene por fin (por vía de prevención o reparación) evitar perturbaciones o molestias
menores a la libertad individual, que no configuren una detención o prisión. Surge
por medio de una corriente doctrinaria y legislativa que postula la ampliación del
hábeas corpus, no para entender supuestos de arrestos (o de su amenaza), sino el caso
de molestias restrictivas (pero no extintivas) de la libertad física. En tales situaciones,
el sujeto agraviado no es privado completamente de su libertad corporal, pero
enfrenta hechos de vigilancia abusiva, de impedimento para acceder a ciertos lugares
(area de trabajo, paseos públicos, algún establecimiento oficial o privado, su mismo
domicilio, etc.) “Por nuestra parte, conjeturamos que si el hábeas corpus tiene por
meta principal amparar el derecho de locomoción –el ius movendi et ambulandi-,
que atañe a intrínsecamente a la libertad física o corporal, debe tutelar tanto la lesión
completa de esa libertad (prisión), como las lesiones mas o menos leves que también
perjudican tal derecho. Estas lesiones menores, en síntesis, merecen su protección
pertinente, y para ello aparece, como intrumento eficaz, el hábeas corpus”.

3) Hábeas corpus correctivo, que procura –preventiva o reparadoramente- impedir


tratos o traslados indebidos a personas detenidas legalmente. Para quienes lo
promueven, tiene por meta “cambiar el lugar de detención cuando no fuera el
adecuado a la índole del delito cometido o a la causa de la detención”, y también,
reparar el trato indebido al arrestado (Quiroga Lavié). Actuaria asimismo, para
subsanar la agravación de las limitaciones legalmente impuestas (Claria Olmedo). El
fin de este hábeas corpus no es procurar la libertad del detenido si no enmendar la
forma o el modo en que se cumple la detención, si ellos son vejatorios.

4) Hábeas corpus de pronto despacho, instrumentado para impulsar trámites


administrativos necesarios para disponer la libertad de un detenido ante la
negligencia u omisión de funcionarios públicos. Es de carácter reparador.

5) Hábeas corpus por mora en la traslación de un detenido, que es de naturaleza


reparadora; su objetivo es procurar la libertad de una persona requerida por una
autoridad distinta de la del lugar de la detención y que no ratifica su interés e el
arresto, o no dispone de los medios necesarios para el traslado del preso.

El habeas corpus en los tratados internacionales:


Los derechos humanos y su protección son el supuesto básico del funcionamiento de todo
sistema democrático. Todo régimen que actúe bajo la fuerza afecta los derechos humanos,
particularmente la libertad. A partir de lo anterior, el Habeas corpus ha sido una garantía
establecida en los principales instrumentos internacionales como recurso efectivo para el
reconocimiento del derecho a la libertad.

Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre:

Aprobada en la Novena Conferencia Internacional Americana, celebrada en abril de


1948 en Bogotá, consagra que los derechos esenciales del hombre tienen como
fundamento los atributos de la persona humana.

En el artículo XXV, inciso3, relativo al derecho de protección contra la detencion


arbitraria, señala que:
Todo individuo que haya sido privado de su libertad tiene derecho a que un juez
verifique sin demora la legalidad de la medida y a ser juzgado sin dilación justificada,
o, a ser puesto en libertad. Tiene derecho también a un tratamiento humano durante
la privación de su libertad.

Declaración Universal de Derechos Humanos:

Adoptada y proclamada por la Resolución de la Asamblea General 217 A (III) del 10


de diciembre de 1948, establece en su artículo 8 que: Toda persona tiene derecho a
un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución o por
la ley.

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:

Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión de las naciones por la Asamblea


General de las Naciones Unidad, por medio de la Resolución 2200 A (XXI) el 16 de
diciembre de 1966.

En su artículo 9, numeral 4 consagra que:

Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detención o prisión tendrá
derecho a recurrir ante un tribunal, a fin que este decida a la brevedad posible sobre
la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión fuera ilegal.

Convención Americana sobre Derechos Humanos:

Durante la Conferencia Especializada Interamericana de Derechos Humanos,


celebrada el 22 de noviembre de 1969 en San José de Costa Rica, se suscribió el
llamado Pacto de San José.

En su artículo 7, numeral 6, relativo al derecho a la libertad personal, ordena que:

Toda persona privada de libertad tiene derecho a recurrir ante un juez o tribunal
competente, a fin de que este decida, sin demora, sobre la legalidad de su arresto o
detención y ordene su libertad si el arresto o la detención fueran ilegales. En los
estados partes cuyas leyes prevén que toda persona que se viera amenazada de ser
privada de su libertad tiene derecho a recurrir a un juez o tribunal competente
a fin de que este decida sobre la legalidad de tal amenaza dicho recurso no puede ser
restringido ni abolido.

Los recursos podrán interponerse por sí o por otra persona.

En su artículo 25, primer numeral, sobre la protección judicial, establece que:

Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes que la ampare contra actos que
violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen
en ejercicio de sus funciones oficiales.

Además, en su artículo 28, numeral 2, regula que lo relativo a la suspensión de


garantías, advierte que:

La disposición procedente no autoriza la suspensión de los derechos determinados en


los siguientes artículos (…), ni de las garantías judiciales indispensables para la
protección de tales derechos.

Regulación constitucional e interpretación de la Corte de


Constitucionalidad
El objeto de la exhibición personal en el caso de detención ilegal es restituir o garantiza la
libertad.

La Constitución Política de la República de Guatemala, establece en el Artículo 263 el


derecho a pedir exhibición personal, en los siguientes términos: “Quien se encuentre
ilegalmente preso, detenido o cohibido de cualquier otro modo del goce de su libertad
individual, amenazado de la pérdida de ella, o sufriere vejámenes, aún cuanto su prisión o
detención fuere fundada en ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante los
tribunales de justicia, ya sea con el fin de que se le restituya o garantice su libertad, se hagan
cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere sujeto.

La Constitución Política de la República de Guatemala establece en su artículo 263 lo relativa


a la garantice exhibición personal:

“Quien se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de cualquier otro modo del goce
de su individual, amenazado de la perdida de ella, o sufriere vejámenes, aun cuando su prisión
o detención fuere fundamentada en la ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante
los tribunales de justicia, ya sea con el fin de que se le restituya o garantice su liberta, se
hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere sujeto”

Si el tribunal declarare la liberta de la persona ilegalmente recluida, esta quedara libre en el


mismo acto y lugar.

Cuando así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue pertinente la exhibición reclamada se


practicara en el lugar donde se encuentre el detenido, sin previo aviso o notificación.

Es ineludible la exhibición personal del detenido en cuyo favor se hubiere solicitado.

La Corte de Constitucionalidad, al aplicar la norma transcrita en el párrafo anterior que la


exhibición personal busca evitar las detenciones ilegales y, aunque la detención sea legal,
hacer cesar los vejámenes en contra de las personas detenidas.
“La exhibición personal recogida y garantizada por el artículo 263 constitucional, da origen
a un recurso jurisdiccional que, descargado de mayores formalismos, persigue evitar
detenciones ilegales, bien que provengan del poder público, como de particulares, cuyo
objeto es determinar, cuyo objeto es determinar, por la autoridad judicial que conozcan, los
fundamentos de la detención. Si tal autoridad judicial la estima ilegal debe decretar la
libertad, en caso contrario debe denegarla, sin perjuicio de hace cesar los vejámenes que
pudieran existir, aun cuando la detención o prisión resulten fundadas en ley”.

El Tribunal Constitucional guatemalteco también ha destacado que en el artículo referido se


regula más de una tipología de exhibición personal y, por ende, también impone la obligación
de desarrollar y consolidad distintos procedimientos:

“La exhibición personal persigue determinar si la persona que la solicita es objeto de


detención o se le amena con ella ilegal o de trato arbitrario, violatoria, por ende del derecho
a la libertad (Artículo 263) justicia (Artículo 82 Derecho a la exhibición personal. “Quien se
encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de cualquier otro modo en el goce de su
libertad individual, amenazado de la pérdida de ella, o sufriere vejámenes, aún cuando su
prisión o detención fuere fundada en ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante
los tribunales de justicia, ya sea con el fin de que se le restituya o garantice su libertad, se
hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere sujeto” de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad) Se trata, en esta, de evitar que ocurra
o que cese la restricción del derecho a la libertad cuando, sin causa, autoridad o particular
pretenda refrenar la de quien pide la exhibición; o le ha apresado u ordenado su detención
careciendo de facultad para ello; o sufre maltratos estando en prisión o detenido legalmente.
Ambos procedimientos, como se ve, tienen distinta finalidad y por ello, maneras diferentes
de operar.”
La exhibición personal en Guatemala
En julio de 1,984 fue electa La Asamblea Nacional Constituyente y mediante Decreto número
1-86 promulgó el 8 de enero de 1986 la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, que entró en vigencia el 14 de enero de ese mismo año. Dicha ley, se
compone de ciento noventa y cinco artículos, distribuidos en seis títulos.

En artículo 82 “Derecho a la exhibición personal. Quien se encuentre ilegalmente preso,


detenido o cohibido de cualquier otro modo en el goce de su libertad individual, amenazado
de la pérdida de ella, o sufriere vejámenes, aún cuando su prisión o detención fuere fundada
en ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante los tribunales de justicia, ya sea
con el fin de que se le restituya o garantice su libertad, se hagan cesar los vejámenes o
termine la coacción a que estuviere sujeto” de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, presenta la exhibición personal como un derecho, circunstancia que le
reconoce una doble caracterización debido a que también representa una acción que puede
ser ejercida por un individuo se encuentra amenazado de perder su libertad. La ultima. Si
sufriere vejámenes, aunque su prisión o detención fuere fundada en ley. La solicitud de la
exhibición personal tendrá como objetivo que a la persona se le restituya la coacción a la que
estuviere sujeto. Se puede concluir, entonces que el legislador constituyente le reconoció al
instituto analizado la condición de acción y la de derecho.

Objeto
La protección de la libertad personal de quien se encuentre capturado con violación de las
garantías constitucionales o legales, o sea sometido a una prolongación ilegal de la privación
de su libertad.
De conformidad con nuestra legislación en el artículo 263 de la Constitución Política, así
como en el artículo 82 de la LAEPC, señalan en forma clara:
“El objeto de esta institución, que se sintetiza en pedir la inmediata exhibición ante los
tribunales de justicia, de aquel que se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de
cualquier modo del goce de su libertad individual, amenazado de la pérdida de ella, o sufriere
vejámenes, aún cuando su prisión o detención fuere fundada en ley, todo ello, con el fin de
que se restituya o garantice su libertad, se hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a
que estuviere sujeto”.

Competencia
En los actuales Estados de Derecho, el hábeas corpus constituye, desde antiguos tiempos y
hoy más que nunca, la suprema garantía de la libertad individual frente a los abusos y
arbitrariedades de las autoridades ejecutivas. De ahí que, por su urgencia, en Guatemala, no
obstante la competencia específica establecida en los Artículos 12, 13, 14, 83 y 84 de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, La Exhibición Personal puede
iniciarse ante cualquier tribunal, el que dictará a prevención, las medidas urgentes que el caso
requiera, pasando sin demora el conocimiento del asunto con informe de lo actuado al
tribunal competente.
La competencia de los tribuales para la exhibición personal se rige de conformidad con lo
dispuesto para los tribunales de amparo; sin embargo, en esta materia la competencia que
corresponde a la Corte de Constitucionalidad será ejercida por la Corte Suprema de Justicia
(Artículo 83 “Tribunales competentes. La competencia de los tribunales para la exhibición
personal se rige de conformidad con lo dispuesto para los tribunales de amparo, sin
embargo, en esta materia, la competencia que corresponde a la Corte de Constitucionalidad,
se ejercerá por la Corte Suprema de Justicia” de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad) Pero esta acción podrá iniciarse ante cualquier tribunal, el que deberá
dictar a prevención las provincias urgentes requeridas por el caso, y el conocimiento del
asunto pasara sin demora, con uniforme de lo actuado, al tribunal competente (Artículo 84
de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad). Pero también indica la
norma de la materia, que los tribunales que tengan conocimiento de que alguna persona se
encuentra en las condiciones descritas en el artículo 82 referido, están obligados a iniciar y
promover de oficio la exhibición personal (Artículo 86 “Conocimiento de oficio. Todo
tribunal de justicia que llegare a tener conocimiento en cualquier forma que alguna persona
se encuentra en la situación 21 contemplada en el artículo 82, confinada o en simple custodia
y se temiere que su paradero sea incierto, estará obligado a iniciar y promover de oficio la
exhibición personal” de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad);
también deberá instruir inmediatamente el proceso y tendrá que constituirse sin demora en el
lugar en el que estuviera el agraviado. Si el ofendido estuviere detenido fuera del perímetro
o municipio del tribunal que conozca respecto de la exhibición personal, se deberá nombrar
un juez ejecutor (Artículo 90 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad):

Casos de Procedencia
No obstante que el Artículo 82 de la Ley de Amparo Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, establece expresamente los casos de procedencia que origina esta
garantía constitucional, para una mejor comprensión, análisis y especificación de los hechos
que constituyen cada uno de estos casos, se pretende esbozar la siguiente clasificación:
a) Quien se encuentre ilegalmente preso.
Podríamos empezar diciendo que se denomina preso, a la persona contra quien se ha dictado
auto de prisión preventiva o proferido sentencia condenatoria, es decir, que ya fue puesta ante
juez competente, contrario a lo que sucede con la persona detenida que aun no ha sido puesta
a disposición del Órgano Jurisdiccional competente.
b) Quien se encuentre ilegalmente detenido.
Las personas únicamente pueden ser detenidas bajo dos circunstancias: 1) cuando exista
flagrancia en la comisión de un hecho delictivo; 2) cuando penda en su contra orden de
aprehensión emanada de Juez competente. Fuera de estos dos casos enunciados, podríamos
asegurar que existe una detención ilegal cuando la misma ocurra.

c) Quien se encuentre cohibido en el goce de su libertad individual o amenazado de la


pérdida de ella.
Existen hechos que evidencian que una persona pudiera estar cohibida en el goce de su
libertad personal o amenazado de la perdida de ella, ante tal situación y al comprobarse
dichos extremos, el tribunal que este conociendo debe adoptar las medidas necesarias que
estime pertinentes para que termine la coacción a que estuviere sujeta la persona y garantice
su libertad.
d) Quien sufra Vejámenes, aún cuando su prisión o detención fuere fundada en ley.
Entendemos por vejamen, la ofensa, daño, maltrato o perjuicio que sufra una persona por
otra u otras. Evitar que suceda es uno de los fines que persigue la Exhibición Personal, por
lo que en atención a ello, el tribunal que conozca del asunto deberá inmediatamente hacer
cesar los vejámenes que una persona pueda estar sufriendo, aun cuando su prisión o detención
fuere fundada en ley.

Interposición
La exhibición personal se puede solicitar en forma escrita, por teléfono o verbalmente. La
solicitud la puede hacer el agraviado o cualquier otra persona, sin necesidad de acreditar
representación y sin sujeción a formalidades de ninguna clase (Artículo 85 “Legitimación
para pedir la exhibición personal. La exhibición personal puede pedirse por escrito, por
teléfono o verbalmente, por el agraviado o por cualquiera otra persona, sin necesidad de
acreditar representación alguna y sin sujeción a formalidades de ninguna clase.” de la Ley
de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad Legitimación para pedir la
exhibición personal. La exhibición personal puede pedirse por escrito, por teléfono o
verbalmente, por el agraviado o por cualquiera otra persona, sin necesidad de acreditar
representación alguna y sin sujeción a formalidades de ninguna clase”) La Ley de la materia
impone la obligación de denunciar al alcaide, jefe, subalterno o ejecutor del establecimiento
o lugar en el que una persona estuviere detenida, presa o privada de su libertad, si estuviera
ante hechos que den lugar a la privada de su libertar. Si estuviera ante hechos que den lugar
a la exhibición personal. Caso contrario se le aplicara la pena de cincuenta a quinientos
quetzales de multa, sin perjuicio de las demás sanciones legales (Artículo 87 de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad.

Tramite
Cuando se reciba la solicitud o se tenga conocimiento de un hecho que dé lugar a la
exhibición personal, en forma inmediata, en el nombre de la Republica y sin demora alguna,
el tribunal debe emitir auto de exhibición. En el auto, emitido por el tribunal que tiene a su
cargo la acción, se establecerá la hora en la que se deberá producir la exhibición y la orden a
la autoridad, funcionario, empleado o persona presuntamente responsable para que presente
al ofendido; además, para que presente el original o copia del proceso o antecedentes que
hubiere y rinda informe detallado sobre los hechos que la motivaron, en el que al menos debe
constar:
a) Quien ordeno la detención o vejación y quien la ejecuto, destacando la fecha y las
circunstancias del hecho:

b) Si el detenido estuvo bajo la custodia inmediata del informante, o si la transfirió a


otro, en cuyo caso expresará el nombre de este; el lugar al que fue trasladado, tiempo
y motivo de la transferencia; y

c) La orden que motivo la detención (Articulo 88 de la Ley de Amparo, Exhibición


Personal y de Constitucionalidad).

De conformidad con la ley analizada, la presentación del agraviado no puede exceder de


veinticuatro horas desde que se hizo la petición o la denuncia (Articulo 89 de La Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad). En la Audiencia en que se ha
decretado que debe producirse la exhibición personal, el tribunal que está tramitando la
acción puede ordenar la comparecencia de testigos o expertos que considere necesarios para
establecer hechos o para los hechos o para recabar cualquier otro tipo de información
(Articulo 89 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad). Si
transcurriere el termino fijado para la exhibición de la persona y retorno del auto, si la
autoridad o funcionario al que se intimo no hubiere cumplido, el tribunal dictara en contra de
aquel, orden de captura y lo someterá a encausamiento. Si procede, se ordenara la libertad
del preso, sin perjuicio de que el juez ejecutor comparezca personalmente al centro de
detención para buscar al agraviado en todos los lugares que considere necesario. La
desobediencia del funcionario o la autoridad obligada se debe hacer constar
convenientemente (Articulo 92 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad). En la audiencia de exhibición personal se levantara acta en la que se
sentaran todas las incidencias que hubieren ocurrido. Posteriormente, el juez que tramita la
acción emitirá resolución en la que declare la procedencia o improcedencia de la exhibición
personal (Articulo 99 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad).
En cuanto a la condena en costas solo se producirá respecto del solicitante cuando
evidentemente se establezca que la petición fue maliciosa o temeraria, o que tenía como
objetivo obstaculizar la administración de justicia. Es obligatorio condenar en costas si la
exhibición personal es declarada con lugar, y el tribunal tiene la obligación de expresar quien
es el responsable de su pago (Articulo 100 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad).

Si el agraviado se encuentra fuera del municipio e el que reside, el tribunal que conoce la
exhibición personal, en efecto de juez ejecutor, podrá comisionarse el cumplimiento del auto
de exhibición a cualquiera otra autoridad o persona cuyas calidades garanticen su cometido.
Para ello, las diligencias se podrán a disposición del ejecutor por la vía mas rápida, para que
la autoridad referida proceda a cumplir en la forma inmediata el mandato del tribunal. La
intención es que el ejecutor se traslade sin demora al lugar en el que se encuentre el
funcionario bajo cuya disposición se encontrare el agraviado. El ejecutor le notificara el auto
de exhibición personal, le exigirá que le exhiba inmediatamente al ofendido, así como los
antecedentes que hubiere o informe de su conducta. Si corresponde, le ordenara que cesen
las restricciones o vejaciones a que estuviere sometido el individuo ofendido. El ejecutor
tiene la obligación de informar en el pazo más breve posible (la ley dice “enseguida”), del
resultado de su comisión (Articulo 91 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad).

La persona agraviada debe ser presentada aun cuando se encuentre presa, por la existencia
de orden de autoridad judicial competente y como establecido en la Ley de Ampara,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad. Con posterioridad se le retornará al sitio de
detención con la remisión de los autos correspondientes (Articulo 94 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad). También se podrá verificar la exhibición
personal en el lugar en el que se encuentra detenido, si fuera solicitado o si el tribunal
considera que esa práctica es conveniente. La diligencia se practicara sin previo aviso o
notificación alguna (Articulo 96 de la de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad). Si la exhibición se solicito a favor de personas plagiadas o
desaparecidas, el juez que ordeno la exhibición debe comparecer personalmente a buscarlas
en el lugar en el que presuntamente se encuentren, que pueden ser: centros de detención,
cárceles o cualquier otro lugar señalado, sugerido o sospechado en el que se pudieran
encontrar (Articulo 95 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad).

Resolución y ejecución:
Si el juez de la causa, al analizar el informe y los antecedentes del caso, determina que la
detención o la prisión son ilegales, debe decretar la libertad de la persona afectada, la que
quedara libre en el mismo acto y lugar. También puede ocurrir que, a petición del afectado o
del interponerte, el juez ordene a la autoridad que tenga a disposición al agraviado, que lo
entregue a una tercera persona que fuera designada por el afectado o el interponente y en un
lugar seguro, circunstancia que debe constar en el acta (Articulo 97 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad).
Ejecutor:
El cargo de ejecutor será desempeñado en forma ad honorem. Al ejecutor, todas las
autoridades y habitantes de la Republica le deben guardar preeminencia y el respeto debido,
todo el tiempo que dure el desempeño de su cargo. Además, durante el tiempo referido gozara
de inmunidad personal y no podrá ser detenido por ninguna causa, salvo por delito cometido
in fraganti. Cuando el ejecutor comparezca al centro de detención a practicar la exhibición
personal ordenada, y el agraviado no fuere habido presentado, deberá buscarlo personalmente
en todos los lugares de ese centro de detención, sin perjuicio de seguir su búsqueda en
cualquier otro lugar en el que pudiere ser encontrado. Durante la práctica de las diligencias
de exhibición, el ejecutor deberá tomar, de conformidad con la ley, todas las medidas de
seguridad que fueren necesarias contra el caso, pueden pedir el auxilio de la fuerza pública
para que se cumplan sus resoluciones. Si la autoridad requerida no presta el auxilio solicitado
en forma inmediata, incurrirá en la responsabilidad, conforme lo prescribe el Código Penal
(Artículos 101 a 105 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad).

Efectos
El restablecimiento de la libertad personal vulnerada o amenazada; es decir, volver al estado
anterior a la privación de libertad de la persona.
Persigue dos efectos:
 Inmediata: es decir reponer el derecho violado o vulnerado. Art. 82 y 97 de La Ley
de Amparo y Exhibición Personal y de Constitucionalidad.
 Mediata: que es sancionar penalmente a los responsables. Art. 108 de La Ley de
Amparo y Exhibición Personal y de Constitucionalidad.
En relación a la declaratoria de procedencia de la exhibición personal, el abogado Luis
Alvarez, realiza la siguiente pregunta: Qué pasa con la libertad del imputado? De
acuerdo a lo establecido en el artículo 263 de la CPRG, si el tribunal decretare la libertad
de la persona ilegalmente recluida, ésta quedará libre en el mismo acto y lugar.
Será procedente que el imputado al ser dejado en libertad en el mismo acto, puede
ser vuelto a apresar inmediatamente después del momento de su liberación?
Será esto una violación a la garantía constitucional de exhibición personal o a la de
debido proceso?

Pesquisas posteriores a la exhibición personal:


Comprobados los hechos que dieron lugar a la solicitud de exhibición persona, es decir,
después de que esta se declare con lugar, el tribunal que tramito la acción, o el ejecutor, hará
lo posible para agotar la pesquisa a fin de averiguar quiénes son los directamente
responsables, circunstancia que se hará constar en la resolución que dicte el tribunal. A
demás, se certificara lo conducente al tribunal que corresponda para que se produzca el
encausamiento de los responsables. El trámite de una exhibición personal no se extingue con
la resolución que la declara procedente, porque después de esa declaratoria los tribunales
deberán ordenar que se prosiga después de esa declaratoria los tribunales deberán ordenar
que se prosiga la investigación para determinar la responsabilidad acerca de los actos
reclamados (Artículos 107 y 112 de la ley de Amparo, Exhibición Personal y de
constitucionalidad)

Incumplimiento por parte de la autoridad requerida:


Si durante el trámite de la exhibición personal alguna autoridad o la autoridad requerida
ordenare el ocultamiento del detenido o se negare a presentarlo al tribunal, o que en
cualquiera otra forma burlaren la garantía de la exhibición personal, así como los agentes
ejecutores, incurrirán en el delito de plagio y serán separados de sus cargos y sancionados de
conformidad con la ley ( Articulo 108 de la Ley de Amparo y Exhibición Personal y de
Constitucionalidad)

Sobreseimiento, desistimiento y recusación:


Las diligencias de exhibición personal no pueden ser sobreseidas, ni se pueden desistir de
ellas mientras no se localice al detenido, agraviado o desaparecido (Articulo 110 de la Ley
de Amparo y Exhibición Personal y de Constitucionalidad). Si se produce la recusación, del
funcionario que estuviera conociendo una exhibición personal, no se debe suspender el
trámite de esta; al contrario, el funcionario debe seguir actuando, bajo su responsabilidad, en
todo aquello que la ley lo obligue o que favorezca al agraviado, mientras se transfiere el caso
a otro tribunal competente, o se agota el trámite de la exhibición personal (Artículos 110 y
111 de la Ley de Amparos, Exhibición Personal y de Constitucionalidad).
CONCLUSION
LA EXHIBICIÓN PERSONAL tiene por objeto La protección de la libertad personal de
quien se encuentre capturado con violación de las garantías constitucionales o legales, o sea
sometido a una prolongación ilegal de la privación de su libertad.
De conformidad con nuestra legislación en el artículo 263 de la Constitución Política, así
como en el artículo 82 de la LAEPC, señalan en forma clara:
“El objeto de esta institución, que se sintetiza en pedir la inmediata exhibición ante los
tribunales de justicia, de aquel que se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de
cualquier modo del goce de su libertad individual, amenazado de la pérdida de ella, o sufriere
vejámenes, aún cuando su prisión o detención fuere fundada en ley, todo ello, con el fin de
que se restituya o garantice su libertad, se hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a
que estuviere sujeto”.
BIBLIOGRAFIA
 https://es.scribd.com/doc/299020642/Derecho-Procesal-Constitucional-

Guatemalteco

 https://es.scribd.com/document/346712375/Exhibicion-Personal

 https://es.scribd.com/document/111496535/EXHIBICION-PERSONAL

 https://es.scribd.com/doc/308324027/Exhibicion-personal

 https://es.scribd.com/document/347372757/Solicitud-de-Exhibicion-Personal

 https://es.scribd.com/document/349450296/Exhibicion-Personal

 https://es.scribd.com/document/330666786/Exhibicion-Personal

 https://es.scribd.com/document/346712375/Exhibicion-Personal
TERCER
AVANCE
INTRODUCCION
El control de leyes, con carácter general, ejercido en forma concentrada por la Corte de
constitucionalidad, se regula en forma amplia dentro del ordenamiento jurídico
guatemalteco. Este prevé la existencia de acción popular, por la cual cualquier persona
puede denunciar la contravención de normas inferiores a la constitución. Además, no se
establece un término para la presentación de las citadas acciones; solo se ha desarrollado
jurisprudencialmente la necesidad de vigencia de la norma. Las disposiciones que pueden
ser impugnadas por inconstitucionales abarcan todas las normas generales que pretendan
aplicarse a la población o a un sector de esta, inclusive las leyes preconstitucionales.
En este sistema ha funcionado con eficacia como mecanismo de control de la
constitucionalidad de las leyes en Guatemala, debido a la gama de opciones que presenta
a la población en general para presentar las denuncias de contravención a la ley
fundamental.
La cual podremos apreciar de una manera más amplia a continuación….
CONTROL CONSTITUCIONAL Y DERECHOADMINISTRATIVO
EN GUATEMALA.

La Constitución es la norma fundamental que incorpora los valores y principios esenciales


de convivencia política que informan todo el ordenamiento jurídico ligando a su imperio a
todos los poderes y sometiendo el derecho interno a su supremacía, como ley suprema es
vinculante para gobernantes y gobernados a efecto de lograr la consolidación del Estado
Constitucional de Derecho.

Al referirnos a la supremacía constitucional es cuando colocamos a la Constitución en la


cúspide del ordenamiento jurídico de un Estado Constitucional de Derecho, como es el caso
de Guatemala, y para controlar los posibles excesos de poder, surge el control de
constitucionalidad de las leyes, el cual es realizado mediante dos sistemas de control: el
Americano, Anglosajón o Difuso y el Europeo, Austriaco o Concentrado.

En Guatemala, la Constitución de 1985 crea a la Corte de Constitucionalidad como un


Tribunal permanente con jurisdicción privativa, cuya función esencial es la defensa del orden
constitucional.

En cuanto al control de constitucionalidad implica una combinación del sistema concentrado


y difuso, ya que permite que en todos los procesos de cualquier competencia o jurisdicción,
hasta antes de dictar sentencia, las partes podrán plantear la inconstitucionalidad en caso
concreto, con el objeto que no les sea aplicable la norma que contravenga la Constitución. Y,
en el caso de la inconstitucionalidad de leyes, reglamentos y disposiciones de carácter general
se plantearán directamente ante la Corte de Constitucionalidad, cuyo efecto de la declaratoria
inconstitucional es que la norma queda sin vigencia y deja de surtir efectos desde el día
siguiente al de la publicación del fallo en el Diario Oficial.

La importancia que tiene el control constitucional sobre el derecho administrativo en cuanto


a los acuerdos gubernativos emitidos por el Presidente de la República, se da en virtud de
que contra estos no cabe recurso de reposición o de revocatoria contemplados en la
Ley de lo Contencioso Administrativo, sino que la única forma de impugnarlos es a través
de la acción de inconstitucionalidad general por contener normas de carácter general.
Por lo que, el tema del Control Constitucional es de suma importancia en función de la
defensa del orden constitucional, sobre el derecho administrativo guatemalteco para evitar
los abusos de poder y respetar el principio de legalidad administrativa y de separación de
poderes, en virtud de que los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables
legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.

En consecuencia, como dijo García de Enterría “Una constitución sin Tribunal


Constitucional que imponga su interpretación y la efectividad de la misma en los casos
cuestionados, es una Constitución herida de muerte”.

La Corte de Constitucionalidad ha sabido defender el orden Constitucional, en consecuencia,


ha logrado la defensa de la constitución sobre la actividad de la administración pública para
evitar excesos de poder de los funcionarios públicos, lo que la ha colocado frecuentemente
en el centro de la atención política del país.

La facultad reglamentaria del Organismo Ejecutivo es una atribución especial dentro del
principio de la separación de poderes o de funciones. Sin embargo, el Presidente no puede
excederse de estas facultades emitiendo acuerdos, reglamentos o disposiciones de carácter
general que regulen materia que esté reservada a la ley, como es el caso de crear Secretarías
de la Presidencia a través de Acuerdos Gubernativos, tal como determinó la Corte de
Constitucionalidad en el caso de la desaparecida Secretaría de Control y Transparencia.

En la actualidad, otros casos importantes se ventilan en la CC: la controversia por el cambio


ordenado por el presidente en la Junta Directiva del Seguro Social y los recursos presentados
en contra de la Actualización Tributaria.

Pese a las controversias, durante estos años de vida democrática, la Corte de


Constitucionalidad ha ejercido la función específic de defender el orden constitucional como
fue en el año 1993, en donde emitió una resolución histórica en defensa del orden referido,
ya que el Presidente de la República mediante un Acuerdo Gubernativo pretendió quebrar el
orden constitucional, pero la CC como Tribunal máximo en interpretación constitucional lo
restableció y fortaleció el Estado de derecho, lo cual fue una decisión que constituye un
verdadero ejemplo de constitucionalismo en el marco de nuestra democracia.
ANTECEDENTES DEL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
EN GUATEMALA
El control de constitucionalidad se inició en Guatemala durante la vigencia de la Constitución
promulgada en 1879, como consecuencia de las reformas realizadas el 11 de marzo de 1921,
que introdujeron este sistema con carácter difuso o descentralizado, facultando al poder
judicial a ejercerlo. Asi, se estableció en el artículo 93:
c) Dentro de la potestad de administrar justicia, corresponde al poder judicial
declarar la inaplicación de cualquiera otra ley o disposición de los otros poderes,
cuando fuere contraria a los preceptos contenidos en la Constitución de la Republica;
pero de esta facultad solo podrán hacer uso en las sentencias q pronuncien.
Nótese su restricción en cuanto al uso, a las facultades del juez y a que no se estima la potestad
de los gobernados de solicitarla. Además, el tipo de resolución la cual podía declararse la
inaplicación también se encontraba restringido, ya que únicamente podía realizarse en
sentencia.
Esta constitución fue reformada nuevamente en 1927. En lo referente al tema se estableció,
en el artículo 85, que era potestad de la Corte Suprema de Justicia declarar, al dictar sentencia,
que una ley, cualquiera fuera su forma, no era aplicable por ser contraria a la Constitución.
Sin embargo, se regulo algo novedoso: al conferir esta atribución a los tribunales de segunda
instancia y jueces letrados de primera, la Carta señalada que estos podían declarar la
inaplicación de cualquier ley o disposición de los otros poderes cuando fueren contrarias a la
constitución, inaplicación que solo podían hacer en los casos concretos y en las resoluciones
que dictaran.
En esta ocasión, el control de constitucionalidad conferido a los tribunales de primera y
segunda instancia se amplió a todas las resoluciones que dictaran, sin referirse, como antes
específicamente a las sentencias.
Esta norma se mantuvo hasta que la referida constitución perdió vigencia, al consagrarse la
de 1945, en la que se regulo esta facultad, limitándola a su consideración únicamente en
sentencia.
En 1965 se emitió una nueva constitución, que estableció un tribunal concentrado para ejercer
el control de constitucionalidad de las leyes. De esta manera se creo la corte de
constitucionalidad, pero con facultades diferentes de las actuales y con carácter de tribunal
no permanente, llamado a integrarse cuando un caso fuera sometido a su conocimiento.
El control de constitucionalidad instaurado en esta nueva constitución dispuso un sistema
mixto. En el artículo 246 la norma suprema.
De esta manera se mantenía el control difuso de la constitucionalidad de las leyes,
facultándose a las partes para promover la inaplicación de una norma contraria a la ley
fundamental. Sin embargo, la corte de constitucionalidad se creo con facultades de conocer
los recursos interpuestos contra las leyes o disposiciones gubernativas de carácter general
tachadas de inconstitucionalidad, con lo cual surgió en Guatemala el control concentrado de
constitucionalidad de las leyes.

EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD DE LAS LEYES EN


GUATEMALA EN LA CONSTITUCION DE 1985
La constitución Política, como norma suprema del ordenamiento jurídico, establece los
derechos y libertades que les son reconocidos a los habitantes de un Estado y regula lo
referente a la organización y el funcionamiento de este, estableciendo los órganos que han de
integrarlo, así como la función esencial de cada uno de ellos.
Para garantizar su supremacía, se halla revestida de una serie de mecanismos de protección
que aseguran su vigencia. Así, dentro de su normativa se prevé expresamente que cualquier
otra disposición ordinaria o legal que la contradiga será nula ipso jure. Sin embargo, es
imprescindible la declaratoria de inconstitucionalidad de una norma para que se logre la
nulidad del precepto lesivo a la constitución.
De ahí la necesidad de facultar a determinados tribunales con la potestad de declarar la
inaplicación de preceptos contrarios a la ley fundamental, y también de revestir a otros como
“legisladores negativos”, para eliminar del ordenamiento jurídico aquellas disposiciones que
lesionen la ley fundamental.
En Guatemala, el control de constitucionalidad de las leyes se ejerce manteniendo un sistema
mixto, en el cual coexisten el concentrado y el difuso.
El sistema concentrado o austriaco esta en manos de un órgano especializado que ejerce el
control de constitucionalidad con carácter general y cuyas sentencias poseen carácter erga
omnes. Actua de esta manera como legislador negativo, expulsando del ordenamiento
jurídico la norma que a su juicio es lesiva a la ley suprema.

INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES, REGLAMENTOS Y


DISPOSICIONES DE CARÁCTER GENERAL:
En Guatemala se establece lo referente al control concentrado de las leyes, coadyuvando de
esta manera a mantener la supremacía constitucional.
De conformidad con lo establecido en el art. 267 de la constitución, las acciones en contra de
leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total de
inconstitucionalidad se plantearan directamente ante el Tribunal o Corte de
Constitucionalidad.
La inconstitucionalidad general es una garantía constitucional que permite a toda
persona individual o jurídica denunciar la disconformidad existente entre la
Constitución Política de la Republica y una norma de inferior jerarquía, solicitando
en consecuencia la nulidad de esta ultima, a efecto de mantener la supremacía
constitucional.
Es muy amplio el campo de acción de la inconstitucionalidad genera, toda vez que puede
impugnarse cualquier norma de carácter general que a juicio del accionante posea un vicio
de esta clase.
La corte de constitucionalidad ha declarado que, de conformidad con lo establecido en el
artículo 267 de la constitución, el control de constitucionalidad no se limita a la ley stricto
sensu, como producto de la potestad legislativa del Congreso de la Republica, sino que abarca
todo tipo de disposiciones gubernativas con pretensión de formar parte del conjunto
normativo de la nación.
L a acción de inconstitucionalidad general se encuentra revestida de una serie de
características que la convierten en una de las principales garantías constitucionales. Estas
características son las que se presentan a continuación.
A. LEGITIMACION ACTIVA:
El artículo 134 de la LAEPYC establece que tienen legitimación para plantear la
inconstitucionalidad de leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general:
a. La junta directiva del colegio de abogados, a través de su presidente.
b. El ministro público, a través del Procurador General de la Nación. Respecto de
este inciso, vale la pena mencionar que con las reformas constitucionales de 1993
se crearon en forma autónoma la PGN y el MP y se estableció
jurisprudencialmente la legitimación de ambos para promover la acción de
inconstitucionalidad.
c. El procurador de los DH en contra de leyes, reglamentos o disposiciones de
carácter general que afecten intereses de su competencia.
d. Cualquier persona con el auxilio de 3 abogados colegiados activos.

De conformidad con lo señalado, la acción de inconstitucionalidad con carácter general en


Guatemala permite la denominada acción popular, según la cual se puede promover por
cualquier persona, sin que se haga necesario acreditar un interés directo ni ser afectado por
la norma tachada de inconstitucional. Si bien se legitima específicamente a algunos sujetos,
la previsión contenida en el inciso d del art. 134 contempla la posibilidad de impugnación
por cualquier persona.
B. NORMAS SUCEPTIBLES DE SER IMPUGNADAS DE
INCOSTITUCIONALIDAD: la norma constitucional contenida en el artículo 267 es
amplia al señalar la posibilidad de impugnar las leyes, reglamentos y disposiciones
de carácter general que contengan vicios de inconstitucionalidad.

Dentro de estas disposiciones pueden mencionarse las reglas que dicten las instituciones
públicas u otras organizaciones, siempre y cuando la norma revista carácter de generalidad.
En cuanto a las leyes, no hay duda de que pueden impugnarse las emitidas por el Congreso,
sin embargo, por vía jurisprudencial se ha establecido que “no quedan sometidos al control
de constitucionalidad solamente las normas de rango legal objetivadas externamente, sino
también los procesos legislativos, interna corporis, que deben ajustarse a las formas que la
constitución prescribe”.
Así, se ha impugnado normas de carácter general, emitidas por el congreso, no solo por su
inconstitucionalidad material, sino también porque en el proceso de su formación se
incumplieron preceptos constitucionales.
En lo que refiere a las leyes que se encuentran en el periodo de vacatio legis, la corte no ha
estudiado el fondo de estos planteamientos, por estimar que este tipo de control no esta
previsto en la legislación guatemalteca.
Pueden ser impugnadas por inconstitucionalidad también las normas precostitucionales, es
decir, aquellas cuya vigencia se inicio antes de la pormulgacion de la actual constitución. En
virtud de la supremacía de esta ultima, puede someterse a control de constitucionalidad
cualquier norma que contradiga su contenido. Asi la corte de constitucionalidad ha
reconocido inconstitucionalidades des sobrevenidas de una serie de ormas, entre ellas la
promovida contra la ley de protección al consumidor.
C. COMPETENCIA PARA CONOCER LA INCONSTITUCIONALIDAD
GENERAL:

Como se ha mencionado, este tipo de control forma parte del control de


constitucionalidad concentrado y por ello se ejerce únicamente por la corte de
constitucionalidad, en única instancia. En estos casos el tribunal se integra con los cinco
magistrados titulares que lo conforman y se llama por sorteo a dos de los magistrados
suplentes. La decisión se adopta por mayoría absoluta de los siete miembros, y contra
ella no procede recurso alguno.
D. SUSPENSION PROVISIONAL DE LA NORMA: de conformidad con el articulo
138 de la dey de la materia, la corte de constitucionalidad deber decretar de oficio, y
sin formar artículo, dentro de los ocho días siguientes a la interposición, la suspensión
provisional de la ley, reglamento o disposición de carácter general, si as su juicio la
inconstitucionalidad fuera notoria y susceptible de causar gravámenes irreparables.
La suspensión provisional se publicará en el DIARIO OFICIAL.
E. TERMINO PARA LA INTERPOSICION DE LA ACCION DE
INCONSTITUCIONALIDAD: otro aspecto especial relevancia en el sistema jurídico
guatemalteco es el referido al termino para la interposición de esta acción. Dado que
no se prevé un lapso determinado, la norma podrá ser impugnada en cualquier
momento, a partir de su vigencia.
Además, debido a que las sentencias de inconstitucionalidad general solo causan
efectos de cosa juzgada respecto del caso concreto para el que fueron dictadas,
podrían volver a cuestionarse la constitucionalidad de una norma ya impugnada, por
los mismos o diferentes motivos, siempre y cuando no se hayan acogido la pretensión
anterior.
F. EFECTOS DE LAS SENTENCIAS DE INCOSTITUCIONALIDAD: la CC, al
ejercer el control concentrado de la constitucionalidad de las normas, es la única que
posee la calidad de “legislador negativo” y, como tal, solo ella puede dejar sin
vigencia una norma de carácter general, las sentencias en las que acoge la denuncia
de inconstitucionalidad producen efectos constitutivos, debido a que se traducen en
la nulidad plena de la norma declarada inconstitucional.

Al acogerse la acción de inconstitucionalidad general, la norma deja de surtir efecto erga


omnes a partir del día siguiente al de la publicación del fallo en el DIARIO OFICIAL,
por ello pueden señalarse efectos ex nunc.

En síntesis, el control de leyes, con carácter general, ejercido en forma concentrada por
la Corte de constitucionalidad, se regula en forma amplia dentro del ordenamiento
jurídico guatemalteco. Este prevé la existencia de acción popular, por la cual cualquier
persona puede denunciar la contravención de normas inferiores a la constitución.
Además, no se establece un término para la presentación de las citadas acciones; solo se
ha desarrollado jurisprudencialmente la necesidad de vigencia de las norma. Las
disposiciones que pueden ser impugnadas por inconstitucionales abarcan todas las
disposiciones que pueden ser impugnadas por inconstitucionales abarcan todas las
normas generales que pretendan aplicarse a la población o a un sector de esta, inclusive
las leyes preconstitucionales.
En este sistema ha funcionado con eficacia como mecanismo de control de la
constitucionalidad de las leyes en Guatemala, debido a la gama de opciones qu presenta
a la población en general para presentar las denuncias de contravención a la ley
fundamental.

INCONSTITUCIONALIDAD DE LEY

DEFINICIÓN SEGÚN DOCTRINA


“Quebrantamiento de la letra o del espíritu de la Constitución, por leyes del parlamento, por
Decretos leyes o actos del gobierno. De acuerdo con la organización judicial de cada país, la
inconstitucionalidad pude declararse en lo relativo a las normas legales, por un juez
cualquiera, como conflicto en definitiva de leyes; o por un tribunal sui generis, el de mayor
jerarquía y especial para estos casos, dada la índole peculiar de los preceptos constitucionales,
texto que es como ley de leyes. Otra inconstitucionalidad, es de carácter político, y que afecta
a las instituciones públicas en la cumbre, de ahí su gravedad, porque instaura la ilegitimidad
en el poder proviene de la formación, más o menos violenta o por fraude de gobierno de
facto.” — Cabanellas, Alcalá – Zamora, Tomo 3, pág. 688.

“Partiendo del principio inexcusable en los estados de derecho de la supremacía de la


Constitución, se han de reputar como inconstitucionales todos los actos, leyes, Decretos o
resoluciones que se aparten de sus normas o las contradigan. En consecuencia, son también
total y absolutamente inconstitucionales cuantos actos realicen y disposiciones adopten los
gobiernos de facto, porque para existir empiezan por eliminar total o parcialmente, abierta o
encubiertamente, la propia Constitución. La declaración de inconstitucionalidad de un acto o
precepto legal se obtiene por regla general planteándola ante los tribunales de justicia, si bien
en algunos países existen tribunales especiales de garantías constitucionales”. — Ossorio,
Diccionario de ciencias jurídicas políticas y sociales, pág. 373.

NATURALEZA
Para entender qué es la inconstitucionalidad y su naturaleza debemos entender primero que
la inconstitucionalidad es una acción. El tratadista Eduardo J Courte nos define la acción
como aquel poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho, de acudir a los órganos
jurisdiccionales para reclamar la satisfacción de una pretensión.
Ya comprendiendo la definición de acción, tenemos que comprender la definición de
inconstitucionalidad, Manuel Osorio en su Diccionario jurídico nos da una definición
partiendo del principio inexcusable de supremacía constitucional en donde se dice que
ninguna ley puede violar la constitución. De lo anterior se dice que todos los actos, decretos,
o resoluciones que se aparten de sus normas o las contradigan en consecuencia son
absolutamente inconstitucionales ya que los mismos eliminarían de poco en poco la
constitución hasta dejar fuera la carta reguladora de derechos y obligaciones de las
personas.
Ahora concatenando estas dos definiciones entendemos que la inconstitucionalidad es una
acción para reclamar que un acto o una norma son inconstitucionales y tergiversan la carta
magna.
La inconstitucionalidad está claramente citada en nuestra carta magna en el capítulo III y nos
menciona dos tipos de inconstitucionalidad en las leyes:
Inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos: “En casos concretos, en todo proceso
de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación y hasta antes
de dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o incidente la
inconstitucionalidad total o parcial de una ley. El tribunal deberá pronunciarse al respecto”
Articulo 266 la constitución nos dice que las partes en un proceso en la instancia que se
encuentren pueden plantear una inconstitucionalidad, en donde el tribunal competente se
pronunciara al respecto.
Inconstitucionalidad de las leyes de carácter general: “las acciones en contra de leyes,
reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total de
inconstitucionalidad, se plantearan directamente ante el tribunal o Corte de
constitucionalidad” Articulo 267 cuando se plantea una acción de inconstitucionalidad en
contra de leyes (leyes ordinarias, reglamentos, etc.) emitidas por el gobierno, será atendido
por la Corte de constitucionalidad de Guatemala.

PRINCIPIOS APLICABLES
Nos hemos de referir principalmente a los principios generales del Derecho y, con menor
alcance, a los principios específicos, pues la consideración estructural de las fuentes del
Derecho, de éste y, en fin, del conocimiento, lo hacen imprescindible, sin perjuicio, también,
de los valores y de la equivocidad que se hace ostensible al considerar y calificar a las
diversas fuentes del Derecho.

PRINCIPIO ONTOLOGICO.
La libertad es lo primero: todo lo que no está prohibido está permitido.
Denominado “principio de clausura”.

PRINCIPIO DE EFECTIVIDAD.
Se refiere al curso del ser, coincidente con el deber ser que la norma expresa.
Toda norma tiene un máximo de cumplimiento en la comunidad para que sea una norma
verdadera.

PRINCIPIO DE LA DIGNIDAD DE LA PERSONA.


La dignidad se describe como calidades merecedoras de respeto, buen concepto, decoro,
excelencia, normas de conducta recta y proba, buena fe y, en fin, una suma de condiciones y
calidades personales.

OBJETIVOS DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LEY

1. Fundamentar el orden jurídico y la organización del Estado, reconociendo los derechos


inherentes a la persona humana y garantizar su ejercicio democrático

2. Estabilidad y confiabilidad basadas en el enunciado de valores y principios inalienables


e imprescriptibles, que son el sustento de la civilización

3. Propiciar un orden justo y efectivo con una normativa adecuadas para resolver las
demandas legítimas y justas de la sociedad
4. Obtener enfoques consensuados para el fortalecimiento los preceptos legales vigentes.

5. Estimular el amplio estudio tanto de cuestiones teóricas como prácticas a efecto de


obtener un consenso justo y democrático

6. Tener certeza en cuanto a la confiabilidad en el Derecho positivo

I. MARCO TEÓRICO

Como ya se mencionó anteriormente, la inconstitucionalidad de las leyes consiste en todas


aquellas leyes que “chocan”, contradicen o van en contra del espíritu de la Constitución. Es
el quebrantamiento de la letra de la misma, Para indagar acerca del tema de la
inconstitucionalidad de una norma, se hará referencia, primero que nada, al Principio de
Supremacía Constitucional, contemplado en los artículos 44, 175 y 204 de la Constitución
Política de la República de Guatemala.
Generalmente, las normas que forman parte del ordenamiento jurídico se encuentran, ya sea
supra ordinadas (mayor jerarquía) o subordinadas (menor jerarquía) con respecto a otras
normas. En este caso, la Constitución de la República de Guatemala es el máximo poder.
Aquel poder supremo que regirá a un Estado, a una sociedad.

Dentro de este ámbito de Supremacía Constitucional, se aprecia un espacio de respeto hacia


las normas y leyes que se establecen para ordenar y controlar a un grupo de personas que
buscan un fin último que beneficie a todos. Sin embargo, todos aquellos actos, leyes, decretos
o resoluciones que se aparten o contradigan completamente el espíritu de una norma se
reputarán como “Normas de carácter inconstitucional”. Los gobiernos de facto que son
todos aquellos que surgen de manera espontánea para resolver algún problema momentáneo,
son total y absolutamente inconstitucionales ya que para que existan deben de eliminar total
o parcialmente la Constitución.
En la mayoría de Estados, incluyendo a Guatemala, la jerarquía constitucional trata de
asegurar que los derechos, las garantías, la organización y función de cada órgano estatal, se
establezcan y se cumplan. La Constitución está sobre las leyes ordinarias, las leyes
reglamentarias y las leyes individualizadas, incluso éstas tienen que responder a lo que la
Constitución mande y solicite.

II. RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD


El recurso de inconstitucionalidad se utiliza cuando determinadas personas o institución
ejercitan ante el Tribunal Competente o la Corte de Constitucionalidad una declaración o
demanda en donde solicitan que se reconozca la inconstitucionalidad de una ley o disposición
normativa aplicada e incluso cuando los actos hayan sido contrarios a la Constitución. Las
únicas personas que pueden interponer este recurso son:
1) El Presidente de la República
2) El Defensor del Pueblo
3) Cincuenta diputados
4) Órganos autónomos
5) Asambleas legislativas de las comunidades autónomas
El recurso de inconstitucionalidad puede plantearse por razones formales (vulneración del
procedimiento establecido por la constitución o del rango normativo exigido por ésta para
regular una determinada materia) o de fondo (vulneración del contenido material de la
constitución) y el órgano encargado de resolverlo puede ser de carácter jurisdiccional o
político. Este recurso se utiliza después de la promulgación de la ley. La cuestión de
inconstitucionalidad la puede promover cualquier juez o tribunal competente cuando éste
considere que una ley va en contra de lo que dice y solicita la Constitución.
Mediante este instrumento procesal se impugna una resolución judicial. Puede que en los
países de Europa o Sudamérica, los únicos legitimados para participar en el proceso estén
establecidos. En el sistema guatemalteco, las personas que pueden participar son aquellas
que han estado durante el proceso inicial. Este acto jurisdiccional puede ser conocido como
un “recurso” o como una “acción”. El famoso autor Hans Kelsen inicia la teoría de los
procesos de control normativo de la constitucionalidad para conocer los métodos utilizados
e iniciados gracias a una acción inconstitucional.
Históricamente, la Constitución venezolana de 1985 fue la primera en consagrar el control
judicial concentrado de la constitucionalidad de las leyes. Más adelante, aparece un modelo
Checoslovaco que logra eliminar el control constitucional pero no logra crear ningún sistema
jurisprudencial y como resultado de una época variable, surge el sistema austriaco que dio
origen a la acción de inconstitucionalidad. Durante esa época, el sistema de control y justicia
se concentró en el Tribunal Constitucional que tiene la función de controlar la
constitucionalidad de las leyes. Vela porque el orden jerárquico de las normas, la pirámide
establecida por Kelsen sea fundamental en la aplicación de las normas de un Estado.
La acción de inconstitucionalidad de leyes, reglamentos y disposiciones de carácter general.
La acción de inconstitucionalidad de las leyes es el medio por el cual se ejerce el control
constitucional sobre las leyes o disposiciones gubernamentales con el objeto de atacar su
aplicación a casos concretos. Esto se da cuando las leyes contienen vicios de
inconstitucionalidad tanto parcial como total. Permitiendo entonces atacar a una ley de
inconstitucionalidad tanto por vicios de fondo como de forma. Con la acción de
inconstitucionalidad lo que se trata de defender es el principio de primacía constitucional, lo
que significa que esta debe de prevalecer sobre cualquier norma o acto que se oponga a ella.
Respecto al control constitucional, se han considerado dos variantes especiales:
• Un control a priori, es decir, el que debe ejercerse durante el período de elaboración
de una ley, hasta antes de su promulgación
• Un control a posteriori, una vez que la ley ha cobrado vigencia.

En el sistema jurídico guatemalteco, este control constitucional se da de forma muy amplia,


pues permite ejercer la acción general de inconstitucionalidad a toda persona que estime que
una norma de carácter general es un precepto anti constitucional, esto no repercuta en la vida
personal de una persona, pues no genera agravios ni daños permanentes, simplemente se trata
de exponer cual es la razón y el juicio que afirma que existe contravención en la norma
inferior hacia la Constitución.
La inconstitucionalidad general se encuentra revestida de una serie de características que la
hacen convertirse en una de las principales garantías constitucionales y en la que se ejerce
plenamente el control constitucional de las normas. El control constitucional comprende las
disposiciones generales establecidas en la Constitución, los reglamentos generales que dicte
en algún momento el Organismo Ejecutivo y Legislativo y las reglas que sean emitidas por
las instituciones públicas, sin embargo, éstas últimas tienen que respetar el orden jerárquico
y subordinarse a la ley suprema.
El Artículo 267 de la Constitución de la República de Guatemala establece “Las acciones en
contra de leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial
o total de inconstitucionalidad, se plantearan directamente ante el Tribunal o Corte de
Constitucionalidad.”
La inconstitucionalidad general es una garantía constitucional que permite a toda persona
individual o jurídica denunciar la disconformidad existente entre la Constitución Política de
la República y una norma de inferior jerarquía, solicitando en consecuencia, la nulidad de
esta última, a efecto de mantener la supremacía constitucional.

Los efectos que produce la declaración de inconstitucionalidad en el tiempo pueden ser de


dos tipos:
• Efectos ex nunc- Art. 140 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, cuando la sentencia de la Corte de Constitucionalidad declare la
inconstitucionalidad total de una ley, reglamento, disposición de carácter general, estos
quedaran sin vigencia y si la inconstitucionalidad fuere parcial quedara sin vigencia en la
parte que se declare inconstitucional. En ambos casos dejará de surtir efectos el día siguiente
de la publicación del fallo en el Diario Oficial.
• Efectos ex tunc- Art. 141 de la Ley citada anteriormente prevé que cuando se hubiere
acordado la suspensión provisional de la ley, reglamento o disposición de carácter general,
porque a juicio de la Corte de Constitucionalidad fuere notoria y susceptible de causar
gravámenes irreparables, los efectos del fallo que la declararon inconstitucional se
retrotraerán a la fecha que se publicó la suspensión.
III. INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES EN CASOS CONCRETOS

La declaración de inconstitucionalidad de casos concretos tiene un carácter prejudicial en el


sentido de que es necesario decidir esta cuestión antes de las discutidas en el proceso
principal, ya que la resolución que recaiga sobre ella en el proceso constitucional tiene que
tenerse en cuenta en la resolución de las cuestiones debatidas en el asunto principal. Este es
un instrumento jurídico procesal que tiene por objeto garantizar la adecuación de las leyes a
la Constitución, mantenerse la preeminencia de esta sobre todas las otras.
Entre sus principales características están:
1. Es un régimen de control difuso, porque los jueces de la jurisdicción ordinaria tienen
la facultad de hacer la declaratoria.
2. Es incidental, porque en él se resuelve un asunto previo al principal.
3. Es de alcance particular, ya que solo afecta a las partes en el proceso.
4. Posee efectos declarativos para ese caso concreto, en el que todo juez o tribunal puede
declarar la inaplicabilidad de una norma legal, cuando no la considera
constitucionalmente valida, atendiendo a una de las partes que en el juicio planteo la
duda sobre la constitucionalidad de la norma aplicada.
5. No se afecta la vigencia de la norma.
6. El tribunal que conoce de esta acción, es el mismo que conoce del asunto en el que
se plantea. Los juzgados menores son los que deberán elevar la inconstitucionalidad
al superior jerárquico en caso de que se les plantee el asunto.
7. La legitimación activa.

Al hablar de legitimación activa se refiere a que el planteamiento de la inconstitucionalidad


de ley en caso concreto, la tienen las partes en el proceso de que se trate cuando a juicio de
una de ellas existe una norma de dudosa constitucionalidad, la cual puede afectarles
directamente. Esta norma puede haber servido de base en la demanda, la contestación o de
cualquier forma.

Resaltando el artículo 266 de la Constitución que establece “En casos concretos, en todo
proceso de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación y hasta
antes de dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o incidente, la
inconstitucionalidad total o parcial de una ley. El tribunal deberá pronunciarse al respecto”

Toda norma, todo derecho, todo deber y toda obligación fundada sobre la noción de la
soberanía, tienen que integrar las leyes y normas del país, siempre que su interpretación y
función sigan el principio de Supremacía Constitucional. La inconstitucionalidad puede ser
verificada erga omnes (para todos, frente a todos) por el tribunal constitucional a través de
vías procesales diferentes. Toda ley, constitucional u ordinaria es parte del Estado. La ley
constitucional ha sido dictada en forma distinta que la ley ordinaria, no puede ser modificada
ni derogada a menos que sea porque ella misma fijó sus modificaciones.
FUNDAMENTO LEGAL
La inconstitucionalidad está fundamentada en la Constitución, en sus artículos 266 y 267, en
los que se comenta en cuales existen casos concretos y en cuales casos generales.

Articulo 266.- Inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos. En casos concretos, en


todo proceso de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación y
hasta antes de dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o
incidente, la inconstitucionalidad total o parcial de una ley. El tribunal deberá́ pronunciarse
al respecto.

Articulo 267.- Inconstitucionalidad de las leyes de carácter general. Las acciones en contra
de leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total
de inconstitucionalidad, se plantearan directamente ante el Tribunal o Corte de
Constitucionalidad. Con esto observamos que existe un sistema de control de la
constitucionalidad.

INCONSTITUCIONALIDAD DE CARÁCTER GENERAL:


Inspirada por Hans Kelsen, incorporado a las Constituciones de Austria y de Checoslovaquia
de 1920 y aceptado luego en ordenamientos de Europa Continental, se centró en un Tribunal
constitucional con facultar privativa para resolver sobre la adecuación de las leyes a la
Constitución, y las leyes con apego a la ley fundamental de las normas emitidas por el órgano
encargado de la emisión de las leyes.

INCONSTITUCIONALIDAD EN CASOS CONCRETOS:


Tiene antecedentes en el sistema norteamericano, porque, los jueces y tribunales quedaron
con la facultad de declarar la inconstitucionalidad en los asuntos bajo su conocimiento, pese
a que en esa práctica se limitaron a la declaración de inaplicabilidad de la norma estimada
inconstitucional, esto es, con efectos circunscritos a las partes en el litigio.

SISTEMA MIXTO:
Guatemala adopta un sistema mixto, desde la Constitución de 1985, por parte de la Corte de
Constitucionalidad, con carácter de tribunal permanente de jurisdicción privativa, para la
función esencial de defender el orden constitucional, independiente de los demás organismos
del Estado y con funciones específicas asignadas en la ley matriz y en la propia Constitución
(Arts. 268 y 272) y por otra, habilito a los jueces y tribunales de la jurisdicción ordinaria para
decidir, por denuncia de su inconstitucionalidad, la inaplicación de la ley en casos concretos.

De las funciones que corresponden a la Corte de Constitucionalidad, destaca la de “Conocer


en única instancia de las impugnaciones interpuestas contra leyes o disposiciones de carácter
general, objetadas parcial o totalmente de inconstitucionalidad” y la de “Conocer en
apelación de todas las impugnaciones en contra de las leyes objetadas de inconstitucionalidad
en casos concretos, en cualquier juicio, en casación, o en los casos contemplados por la ley
de la materia”. Refiriéndose a la Ley de Amparo, Exhibición personal y de
Constitucionalidad (Decreto 1-86 de la Asamblea Nacional Constituyente).
La primera fundamentada en el artículo 267 de la Constitución y el segundo al 266 de la
misma.
Las funciones de la Corte de Constitucionalidad son varias, ya que es el tribunal permanente
de jurisdicción privativa cuya función es la defensa del orden Constitucional en Guatemala.
Basado en el Artículo 272 de la Constitución, las fusiones de la Corte son:
“Artículo 272.- Funciones de la Corte de Constitucionalidad. La Corte de Constitucionalidad
tiene las siguientes funciones:
Conocer en única instancia de las impugnaciones interpuestas contra leyes o disposiciones
de carácter general, objetadas parcial o totalmente de inconstitucionalidad;
Conocer en única instancia en calidad de Tribunal Extraordinario de Amparo en las acciones
de amparo interpuestas en contra del Congreso de la República, la Corte Suprema de Justicia,
el Presidente y el Vicepresidente de la República:
Conocer en apelación de todos los amparos interpuestos ante cualquiera de los tribunales de
justicia. Si la apelación fuere en contra de una resolución de amparo de la Corte Suprema de
Justicia, la Corte de Constitucionalidad se ampliará con dos vocales en la forma prevista en
el artículo 268;
Conocer en apelación de todas las impugnaciones en contra de las leyes objetadas de
inconstitucionalidad en casos concretos, en cualquier juicio, en casación, o en los casos
contemplados por la ley de la materia;
Emitir opinión sobre la constitucionalidad de los tratados, convenios y proyectos de ley, a
solicitud de cualquiera de los organismos del Estado;
Conocer y resolver lo relativo a cualquier conflicto de jurisdicción en materia de
constitucionalidad;
Compilar la doctrina y principios constitucionales que se vayan sentando con motivo de las
resoluciones de amparo y de inconstitucionalidad de las leyes, manteniendo al día el boletín
o gaceta jurisprudencial;
Emitir opinión sobre la inconstitucionalidad de las leyes vetadas por el Ejecutivo alegando
inconstitucionalidad;
Actuar, opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su competencia establecidos en
la Constitución de la República”.

Guatemala, al ser parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA) está sujeta a
cumplir con la Carta de la organización de los Estados Americanos *(A-41), la cual,
básicamente pide a los Estados, que en nombre de sus pueblos, ofrezcan a los hombres de
América, una tierra de libertad y un ámbito favorable para el desarrollo de su personalidad
la realización de sus justas aspiraciones. Es por ello, que de esta Organización, se toman en
cuenta los derechos fundamentales de las personas.
Guatemala también es parte de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y
de conformidad con los artículos 26 y 27 respectivamente: “todo tratado en vigor obliga a las
partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe”. Además se establece categóricamente que
“una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 46.”.

Un recurso de inconstitucionalidad es una institución procesal para el control de la


constitucionalidad de las leyes. El recurso de inconstitucionalidad puede plantearse por
razones formales (vulneración del procedimiento establecido por la constitución o del rango
normativo exigido por ésta para regular una determinada materia) o de fondo (vulneración
del contenido material de la constitución) y el órgano encargado de resolverlo puede tener
naturaleza jurisdiccional -sea un órgano judicial cualquiera o un órgano jurisdiccional- o
naturaleza política. El recurso puede ser previo o posterior a la promulgación de la ley y, en
este segundo caso, puede ser un recurso directo, de impugnación de la propia ley, o indirecto,
de impugnación de actos de aplicación de la ley fundada en la eventual inconstitucionalidad
de la misma.
CASOS CONCRETOS Y GENERALES EN GUATEMALA
A. Casos Concretos de Inconstitucionalidad en Guatemala
Según el artículo 266 de la Constitución “En casos concretos, en todo proceso de cualquier
competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación y hasta antes de dictarse
sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o incidente, la
inconstitucionalidad total o parcial de una ley. El tribunal deberá pronunciarse al respecto”

Da una forma de resolver problemas o dudas que se puedan tener en algún caso en particular
sobre alguna ley o acciones; y que sean resueltas por la Corte de Constitucionalidad, y de
ellos dependerá dar a lugar o no la acción planteada. Son acciones planteadas por
particulares, que no afectan a todas las personas, sino a un grupo determinado que son partes
de un proceso existente en juzgados.

Es un mecanismo procesal ya que se usa en procesos jurisdiccionales, hace un examen


constitucional de la norma que se examina, y se usa para que la norma examinada no se
aplique en ese proceso; y por ende es una garantía constitucional. En cuanto al procedimiento
que se sustancia al interponerse, éste es sencillo (por ser objeto de un trámite sucinto) y
biinstancial (pues se admite que se conozca, en alzada, lo resuelto por el tribunal
constitucional de primera instancia)
Las normas que se pueden impugnar por medio de este proceso son las sustantivas, procesales
y reglamentarias. Para que sea viable debe cumplir con los siguientes puntos:

1. Legitimación activa
2. Cita individualizada de las normas jurídicas cuestionadas
3. Cita puntual de las normas constitucionales que se creen violadas.
4. Razonamiento confrontativo
5. Planteamiento en tiempo
6. Existencia de caso concreto
7. Condición especial aplicable para casos administrativos.

Se puede presentar como incidente, acción, excepción, o de forma especial, como una
casación. Al ser promovida la CC dará parte a las partes del caso y al Ministerio Público por
nueve días, y al termino de ellos la corte tiene tres días para resolver el caso, y su
pronunciamiento puede ser por auto razonado para excepciones, incidentes o acciones, y por
sentencia en inconstitucionalidades administrativas. Se puede dar a lugar o no, y desestimarla
donde la parte que la interpone debe pagar una multa.
- El primer caso de inconstitucionalidad concreta (929 2008), es el visto en apelación
en proceso penal sobre la desaparición forzada y se impugna el artículo 201 de Código Penal
y creen violado el artículo 15 y 17 de la Constitución. Esto fue presentado por la defensa del
detenido al culparlo de desaparición forzosa, decían que cuando se cometió el hecho, el delito
aún no estaba tipificado. Un elemento de este delito es la permanencia y por ello se puede
seguir ese caso y que continúo luego de tipificar el delito. Por ende la Corte no dio a lugar la
inconstitucionalidad expuesta por la defensa del acusado.

B. Casos Generales de Inconstitucionalidad de Ley en Guatemala

El artículo 267 de la Constitución dice que son “Las acciones en contra de leyes, reglamentos
o disposiciones de carácter general que contengan vicio parcial o total de
inconstitucionalidad, se plantearán directamente ante el Tribunal o Corte de
Constitucionalidad”.
Es la forma de declarar directamente inconstitucional cualquier ley o reglamento para que
todo se mantenga bajo el orden jurídico que ordena la constitución y que al momento en ser
publicada por la Corte de Constitucionalidad la sentencia que diga que es inconstitucional
automáticamente deja sin vigor esa ley. Este tipo de inconstitucionalidad se presentan
directamente a la Corte de Constitucionalidad, no debe existir un proceso en un tribunal o
juzgado; ya que se presenta la inconstitucionalidad total de una ley general, que son de
conocimiento e importancia de todas las personas.

También es una garantía constitucional que le permite a cualquier persona de denunciar la


inconstitucionalidad de cualquier ley que vaya en contra de la Constitución, para poder
mantener un orden jurídico.

Es un mecanismo procesal jurisdiccional, de alcance general, popular, principal, es


unistancial y constitutivo por su fin. Quienes pueden iniciar la acción son la Junta Directiva
del Colegio de Abogados, Ministerio Público, el Procurador de los Derechos Humanos y
cualquier persona con el auxilio de tres abogados colegiados activos.

Se puede denunciar inconstitucional cualquier ley general, reglamento o disposiciones


siempre que cumplan con ser generales y que estén vigentes. Esto debe formularse por
escrito, razonar los motivos jurídicos del por qué se creé inconstitucional, con dos copias del
memorial de interposición, dos personas auxiliadas de tres abogados colegiados activos, y si
no se subsana se puede suspender la acción. Y la Corte tendrá ocho días para resolver su
suspensión provisional y se publicará en el Diario Oficial al día siguiente, luego el Ministerio
Público tiene audiencia por quince días; evacuada o no la audiencia, hay veinte días para la
vista pública y dar su pronunciamiento y dar su sentencia veinte días después.

- Un caso sobre la inconstitucionalidad es sobre el Reglamento de la Ley para la


Disposición de Órganos y Tejidos. Inició por la impugnación presentada por la Fundación de
Asistencia Médica y Ocupacional (Amor) contra el Reglamento de la Ley para la Disposición
de Órganos y Tejidos (Acuerdo Gubernativo No. 525-2006), ya que varias normas del
Reglamento amplia y modifica las disposiciones legales que solo el Congreso puede hacer y
no un reglamento, igualmente desarrolla la autorización del uso de los órganos y tejidos, tema
que debe ser únicamente desarrollado por una ley del Congreso.

También incluye disposiciones que otorgan facultades para discernir a las autoridades
ministeriales lo que va en contra de la seguridad jurídica, y eso va en contra de tosa seguridad
y protección y da lugar al mal uso de esta disposición.
Este caso iba en contra de las normativas de la Constitución como los artículos 157, 171.

- Otro caso es el de la ley de Minería. Este fallo explica que las mineras sólo podrán
explorar la superficie del terreno y prohíbe contaminar y así veda casi cualquier actividad
explotadora, el dictamen da prioridad al bien común sobre el derecho privado. Por otra parte
la sentencia no afecta las licencias que ya fueron otorgadas; esa ley tenía siete artículos
parcialmente inconstitucionales, va en contra del acuerdo 169 de la OIT (Organización
Internacional de Trabajo) el cual Guatemala ratifico por lo que se está totalmente vinculado
a cumplirse por el Estado, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los
Pueblos Indígenas, y recomendaciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación
Racial de marzo de 2011.

- También existe la inconstitucionalidad del Paquete Tributario. Se declaró


inconstitucional normas de las Disposiciones para el Fortalecimiento del Sistema Tributario
y el Combate a la Defraudación y al Contrabando, Decreto nro. 4-2012 del Congreso y la
Ley de Actualización Tributaria (Decreto nro. 10-2012 del Congreso), y quedo sin vigencia,
la CC fundamentó su decisión en que “la decisión de requisitos, condiciones y características
para la obtención de un documento de esa envergadura (solvencia fiscal), no puede quedar a
la discreción del ente encargado de la administración tributaria (SAT) (…)”.

La CC ya declaró inconstitucionales los Artículos 109 y 180, inciso 4, de la Ley de


Actualización Tributaria y dejó en suspenso los Artículos 61, 114, inciso 9, y 180, inciso 4,
de la Ley de Actualización Tributaria y 2, 27 y 31 de la Ley Antievasión II. Asimismo, ante
la CC se están substanciando, entre otras, las impugnaciones contra los Artículos 8, 17, 59,
72, 103 y 105 de la Ley de Actualización Tributaria y 50 de la Ley Antievasión II.

DERECHO COMPARADO
La Constitución como ley fundamental de mayor jerarquía debe ser protegida y garantizada
la supremacía y supra legalidad de esta con el fin de mantener un orden constitucional; en
los siguientes párrafos se analizará cómo otros países tratan la inconstitucionalidad, además
del amparo que es un medio para presentar inconstitucionalidad, dependiendo de los tipos de
control que maneje cada sistema constitucional del país, así como las acciones y procesos de
inconstitucionalidad con el fin de prever y garantizar el orden constitucional.

Para comenzar, en el sistema de Estados Unidos de América, el control corresponde a


cualquier juez; su potestad deriva de la doctrina sentada por el Tribunal Supremo, vinculante
para el resto de tribunales en virtud del principio stare decisis ; segundo, la potestad de los
jueces y tribunales se extiende, exclusivamente, a la validez de la ley en la resolución del
litigio; y tercero, el o tribunal quedan limitados a dar solución ad casum para resolver un
particular supuesto, inaplicando la ley que estime inconstitucional.

En el modelo europeo por otro lado, el tribunal constitucional es independiente y separado


de los demás poderes del Estado; segundo, el tribunal tiene el monopolio en la facultad de
declarar la inconstitucionalidad de una ley; tercero, la selección de sus miembros se hace en
forma distinta a la de los Magistrados de la jurisdicción ordinaria; y por último, tiene
procedimiento propio y actúa por iniciativa de otros (planteamiento de duda de
inconstitucionalidad de ley aplicable al caso concreto, que los demás jueces y tribunales
pueden someterle), con audiencia de las partes afectadas, y su decisión es motivada y con
efectos de cosa juzgada y eficacia erga omnes .

a. Medios de Control Constitucional en México.

En México los instrumentos protectores de la Constitución existentes en el sistema jurídico,


son: a) Instrumento Político, que se traduce en la división de poderes; b) Instrumentos
Sociales, que se da con la participación de los grupos sociales y de los partidos políticos; c)
Instrumentos Económicos, que consiste en la regulación de los recursos económicos y
financieros (Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos, así como la fiscalización del gasto
público); y, d) Técnica Jurídica, la cual tiene sustento en la supremacía constitucional y en el
procedimiento dificultado de reforma a la Constitución.
Otro instrumento protector de la Constitución se denomina garantías constitucionales, que
constituyen los medios jurídicos de naturaleza predominantemente procesal; la razón de ser
de estas garantías es la reintegración del orden constitucional cuando éste ha sido violado o
no ha sido reconocida su supremacía por los propios órganos de poder y los instrumentos
protectores antes mencionados y estos no han sido suficientes para lograr el respeto y
cumplimiento de las disposiciones constitucionales. Las garantías constitucionales son de
carácter reparador y también se le conoce como un medio de control; los instrumentos de
control no son reparadores.

El encargado de analizar estas garantías científicamente es el derecho procesal constitucional


mexicano, dentro de las cuales se hallan: el juicio político; la declaratoria de procedencia; las
controversias constitucionales; las acciones de inconstitucionalidad; el procedimiento
investigatorio de la Suprema Corte de Justicia; el juicio de amparo; el juicio para la
protección de los derechos político-electorales del ciudadano; el juicio de revisión
constitucional electoral; y, las comisiones de derechos humanos.

Se infiere del artículo 105, fracción II de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos lo siguiente:
“Art. 105.- La Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, en los términos que señale
la ley reglamentaria, de los asuntos siguientes:

II.- De las acciones de inconstitucionalidad que tengan por objeto plantear la posible
contradicción entre una norma de carácter general y esta Constitución.
Las acciones de inconstitucionalidad podrán ejercitarse, dentro de los treinta días naturales
siguientes a la fecha de publicación de la norma, por: a).- El equivalente al treinta y tres por
ciento de los integrantes de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en contra de
leyes federales o del Distrito Federal expedidas por el Congreso de la Unión; b).- El
equivalente al treinta y tres por ciento de los integrantes del Senado, en contra de leyes
federales o del Distrito Federal expedidas por el Congreso de la Unión o de tratados
internacionales celebrados por el Estado Mexicano; c).- El Procurador General de la
República, en contra de leyes de carácter federal, estatal y del Distrito Federal, así como de
tratados internacionales celebrados por el Estado Mexicano; d).- El equivalente al treinta y
tres por ciento de los integrantes de alguno de los órganos legislativos estatales, en contra de
leyes expedidas por el propio órgano, y e).- El equivalente al treinta y tres por ciento de los
integrantes de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, en contra de leyes
expedidas por la propia Asamblea. f) Los partidos políticos con registro ante el Instituto
Federal Electoral, por conducto de sus dirigencias nacionales, en contra de leyes electorales
federales o locales; y los partidos políticos con registro estatal, a través de sus dirigencias,
exclusivamente en contra de leyes electorales expedidas por el órgano legislativo del Estado
que les otorgó el registro. La única vía para plantear la no conformidad de las leyes electorales
a la Constitución es la prevista en este artículo.

Las leyes electorales federales y locales deberán promulgarse y publicarse por lo menos
noventa días antes de que inicie el proceso electoral en que vayan a aplicarse, y durante el
mismo no podrá haber modificaciones legales fundamentales.

Las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia sólo podrán declarar la invalidez de las
normas impugnadas, siempre que fueren aprobadas por una mayoría de cuando menos ocho
votos.”

b. Sistema de Control Constitucional en España

En los párrafos anteriores se mencionó los instrumentos protectores de la Constitución


Mexicana, ahora bien se hablará del sistema constitucional español, en el cual operan
instrumentos similares, encontrándose diferencias con ciertas modalidades o variaciones en
atención a que México es de sistema presidencial y federal mexicano, Mientras España, es
de sistema monárquico parlamentario y por consiguiente sus estructuras políticas varían en
gran parte; el sistema español es parlamentario y el mexicano presidencial. A pesar de las
diferencias mencionadas, en ambos países se rige el principio de división de poderes, el cual
funge como un instrumento político de protección constitucional, a través de las
competencias constitucionales con que cuentan los Poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial,
este último a nivel nacional español puesto que no ha sido descentralizado a las comunidades
autónomas y provincias.

Se infiere de la Constitución española que el recurso de inconstitucionalidad contra leyes y


disposiciones normativas con fuerza de ley, puede ser presentado ante el Tribunal
Constitucional por las siguientes partes: a) el Presidente del Gobierno, b) el Defensor del
Pueblo, c) por 50 diputados, d) por 50 senadores, e) los Órganos Colegiados de las
Comunidades autónomas y, en su caso, las Asambleas de las mismas. Un órgano judicial
tiene la facultad de plantear este recurso ante el Tribunal Constitucional cuando considere
que en algún proceso, una vez rendidas las pruebas y citado para sentencia, una norma con
rango de ley aplicable al caso de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la
Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional.

El requerimiento principal para evitar leyes contrarias a la Constitución es la siguiente, que


cualquier abogado en el desempeño de juez tenga una percepción clara y tiempo suficiente,
para poder aventurarse a tener por inconstitucional o una norma expedida por el Congreso en
la que han intervenido no uno, sino varios abogados letrados los cuales dieron su aprobación,
además de ser muy factible que el juez también se equivoque y para evitarlo, deben existir
en las leyes de procedimientos, los adecuados recursos para que se examine con todo cuidado
la cuestión decidida.

Sobre el recurso de inconstitucionalidad de conformidad con la Constitución española:


“Artículo 161: 1. El Tribunal Constitucional tiene jurisdicción en todo el territorio español y
es Competente para conocer: a) Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y
disposiciones normativas con fuerza de ley. La declaración de inconstitucionalidad de una
norma jurídica con rango de ley, interpretada por la jurisprudencia, afectará a ésta, si bien la
sentencia o sentencias recaídas no perderán el valor de cosa juzgada. b) Del recurso de
amparo por violación de los derechos y libertades referidos en el artículo 53, 2, de esta
Constitución, en los casos y formas que la ley establezca. c) De los conflictos de competencia
entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de los de éstas entre sí. d) De las demás
materias que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas. 2. El Gobierno podrá
impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y Resoluciones adoptadas por los
órganos de las Comunidades Autónomas. La impugnación producirá la suspensión de la
disposición o resolución recurrida, pero El Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla
en un plazo no superior a Cinco meses.”
“Artículo 162: 1. Están legitimados: a) Para interponer el recurso de inconstitucionalidad, el
Presidente del Gobierno, El Defensor del Pueblo, 50 Diputados, 50 Senadores, los órganos
colegiados Ejecutivos de las Comunidades Autónomas y, en su caso, las Asambleas de las
mismas. b) Para interponer el recurso de amparo, toda persona natural o jurídica que invoque
un interés legítimo, así como el Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal. 2. En los demás
casos, la ley orgánica determinará las personas y órganos legitimados.”
“Artículo 163: Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con
rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo, pueda ser contraria a la
Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la
forma y con los efectos que establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos.”

c. Inconstitucionalidad de Ley en el Sistema Constitucional Francés

En el sistema constitucional francés el control constitucional por vía y órgano político se


delega la defensa de la carta fundamental a un órgano generalmente de carácter
parlamentario, cuyos principios a los que se apega son los mismo que inspiraron a la
revolución francesa, según los cuales, solamente al Poder Legislativo, como representante
del pueblo, le es dable determinar si sus leyes son contrarias a la Constitución.

“El sistema tradicional francés de control político encuentra sus razones ideológicas en
Montesquieu y la teoría de la separación de poderes, que con su formulación más rígida, fue
considerada como irreconciliable con toda posibilidad de interferencia y de control de los
jueces en la esfera del Poder Legislativo, además de que este último era estimado como la
manifestación de la soberanía popular.”

Se infiere del extracto anterior el rechazo en contra de la intervención del Poder Judicial para
controlar los actos de las asambleas parlamentarias. Consiguientemente se creó el actual
Consejo Constitucional que tuvo inicio mediante la evolución de la intervención de órganos
de carácter político como medio de control de la constitucionalidad de las leyes que se había
venido realizando en Francia. El Consejo Constitucional funciona conjuntamente con el
Consejo de Estado y la Corte de Casación, en sus diferentes ámbitos competenciales, tutela
tanto el régimen constitucional como a los derechos humanos a él incorporados. Ahora bien,
no obstante que como señala Maurice Duverger , la finalidad que persigue el órgano de
control es la de mantener el reparto de competencias entre el gobierno y el parlamento y no
el de proteger la libertad; cabe destacar que en la administración el Consejo de Estado ha
realizado una encomiable labor que lo encumbra como auténtico defensor de los derechos
humanos, ya que a dicho organismo corresponde controlar en última instancia la actividad
administrativa que incide en la esfera jurídica de los particulares, que con motivo de la
incorporación de las Declaraciones al Preámbulo de la Constitución, encuentra en esta última
su consagración.

El Consejo Constitucional se ha encargado principalmente de ejercer el control político de la


constitucionalidad de las leyes, pero al mismo se realizan diversas críticas, porque su
intervención ha provocado algunos inconvenientes, tales como el hecho de que el propio
cuerpo parlamentario se convierta en juez de sí mismo, lo que en forma alguna garantiza una
absoluta imparcialidad de sus decisiones, además de que órgano carece de los conocimientos
técnico-jurídicos para llevar a cabo la calificación de las normas y finalmente se mantiene
latente el peligro de que su función se desvirtúe convirtiéndose en política, más que en
estrictamente jurídica.

Otro tratadista que cabe mencionar es Karl Loewenstein, quien tampoco considera al sistema
de control político como el más idóneo, pues cree que el Parlamento que ha emitido una ley
es el menos apropiado para convertirse en defensor de la Constitución, porque dice que no
se puede esperar que la Asamblea se corrija a sí misma.

Sobre el Consejo Constitucional de Francia según la Constitución Francesa, artículos del 61


al 62:
“Artículo 61-1: Cuando, con motivo de una instancia pendiente ante una jurisdicción, se
alegue que una disposición legislativa perjudica a los derechos y las libertades que garantiza
la Constitución, se podrá someter el asunto, tras su remisión por parte del Consejo de Estado
o del Tribunal de Casación, al Consejo Constitucional que se pronunciará en un plazo
determinado. Una ley orgánica determinará las condiciones de aplicación del presente
artículo.”
“Artículo 62: No podrá promulgarse ni entrar en vigor una disposición declarada
inconstitucional en base al artículo 61. Una disposición declarada inconstitucional en base al
artículo 61-1 será derogada a partir de la publicación de la decisión del Tribunal
Constitucional o una fecha posterior fijada en dicha decisión. El Tribunal Constitucional
determinará las condiciones y los límites en que los efectos producidos por la disposición
puedan cuestionarse. Contra las decisiones del Consejo Constitucional no cabrá recurso
alguno. Se impondrán a los poderes públicos y a todas las autoridades administrativas y
jurisdiccionales.”
La Corte de Constitucionalidad (CC) (oficialmente La Honorable Corte de
Constitucionalidad de la República de Guatemala) es el máximo tribunal permanente de
jurisdicción privativa, cuya función esencial es la defensa del orden constitucional. Además
actúa como Tribunal Extraordinario de Amparo.

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD
La Corte de Constitucionalidad actúa
como tribunal colegiado independiente
de los demás Organismos del Estado y
ejerce funciones específicas que le
establece la Constitución Política de la
República, la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de
Constitucionalidad y demás leyes
constitucionales. La independencia
económica es garantizada con un
porcentaje de los ingresos que
correspondan al Organismo Judicial.

HISTORIA
Las primeras ponencias sobre la creación del “Tribunal de Control Constitucional” y del
“Proyecto de Ley de Control de La Inconstitucionalidad” se presentaron para su discusión al
seno del III Congreso Jurídico Guatemalteco, celebrado en la ciudad de Guatemala en
septiembre de 1964. Inspirados en la experiencia judicial guatemalteca y fundamentalmente
en la estructura del Tribunal Constitucional de la República Federal Alemana, siguiendo las
orientaciones del sistema austriaco preconizado por el jurista Hans Kelsen. No obstante, la
poca experiencia que, sobre la materia se tenía en Guatemala, las leyes representan el
antecedente doctrinal inmediato de la incorporación en el orden constitucional guatemalteco
de una Corte permanente y autónoma, con la facultad específica de examinar la conformidad
de las disposiciones legislativas con los preceptos básicos de la Constitución.

La Asamblea Nacional Constituyente incorporó, en la Constitución Política de la República


de Guatemala de 1965, el Tribunal Constitucional con el nombre de Corte de
Constitucionalidad, dotándole de carácter transitorio y no autónomo, integrado por 12
magistrados, incluyendo al Presidente de la Corte Suprema de Justicia, quien lo presidía, 4
magistrados de la misma y los 7 restantes por sorteo global que se practicaba entre los
magistrados de las Cortes de Apelaciones y de lo Contencioso-Administrativo.

En 1982, como resultado del golpe de Estado, el Ejército de Guatemala asumió el gobierno
de la república y suspendió la vigencia de la Constitución de 1965; por medio del Decreto-
Ley número 2-82 emitió el Estatuto Fundamental de Gobierno.

Posteriormente, para restablecer el orden constitucional, se conformó una Asamblea


Nacional Constituyente y se convocó a elecciones libres y democráticas. Dentro de dicha
Asamblea, se conformaron 3 comisiones de trabajo y una de ellas encargada específicamente
de discutir en forma jurídica las garantías constitucionales y la defensa del orden
constitucional. En cumplimiento de lo anterior era de suma importancia investigar el pasado
jurídico-político, con relación a la defensa de la Constitución y así elaborar no sólo la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad sino además, el desarrollar el capítulo
VII de la Constitución.

La Constitución Política de la República de Guatemala fue promulgada por la Asamblea


Nacional Constituyente en 1985 y contempla dentro del capítulo VI relativo a Garantías
Constitucionales y Defensa del Orden Constitucional, los temas siguientes:
 Exhibición Personal;
 Amparo;
 Inconstitucionalidad de las Leyes;
 Corte de Constitucionalidad;
 Comisión y Procurador de los Derechos Humanos;
 Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad

La Asamblea Nacional Constituyente también promulgó la Ley de Amparo, Exhibición


Personal y de Constitucionalidad; que junto a la Constitución Política de la República de
Guatemala, con origen a la Corte de Constitucionalidad. De esta forma, y no obstante que la
instalación de la Corte debió llevarse a cabo 90 días después del Congreso de la República,
conforme al artículo 269 de la Constitución, esta quedó instaurada hasta el 9 de junio de
1986, durante el gobierno del Lic. Vinicio Cerezo.

FUNCIONES E INTEGRACIÓN
Según el artículo 272 de la Constitución Política de la República de Guatemala, establece
que Corte de Constitucionalidad tiene las siguientes funciones:
o Conocer en única instancia de las impugnaciones interpuestas contra leyes o
disposiciones de carácter general, objetadas parcial o totalmente de
inconstitucionalidad;

o Conocer en única instancia en calidad de Tribunal Extraordinario de Amparo


en las acciones de amparo interpuestas en contra del Congreso de la República
de Guatemala, la Corte Suprema de Justicia, el presidente de la República de
Guatemala y el Vicepresidente de la República de Guatemala;
o Conocer en apelación de todos los amparos interpuestos ante cualquiera de
los tribunales de justicia. Si la apelación fuere en contra de una resolución de
amparo de la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad se
ampliará con dos vocales en la forma prevista en el artículo 268 de la
Constitución;

o Conocer en apelación de todas las impugnaciones en contra de las leyes


objetadas de inconstitucionalidad en casos concretos, en cualquier juicio, en
casación, o en los casos contemplados por la Ley de la Materia;

o Emitir opinión sobre la constitucionalidad de los tratados, convenios y


proyectos de ley, a solicitud de cualquiera de los Organismos del Estado;

o Conocer y resolver lo relativo a cualquier conflicto de jurisdicción en materia


de constitucionalidad;

o Compilar la doctrina y principios constitucionales que se vayan sentando con


motivo de las resoluciones de amparo y de inconstitucionalidad de las leyes,
manteniendo al día el boletín o gaceta jurisprudencial;

o Emitir opinión sobre la inconstitucionalidad de las leyes vetadas por el


Ejecutivo alegando inconstitucionalidad;

o Actuar, opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su competencia


establecidos en la Constitución Política de la República.

 Según la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, establecida


en la Constitución, relata en el artículo 164 de la misma Carta Magna, que son otras
funciones de la Corte de Constitucionalidad las siguientes:

o Dictaminar sobre la reforma a las leyes constitucionales previamente a su


aprobación por parte del Congreso de la República.

o Emitir opinión sobre la constitucionalidad de los proyectos de ley a solicitud


del Congreso de la República.
o Conocer de las cuestiones de competencia entre los organismos y entidades
autónomas del Estado.

INTEGRACIÓN
Según el artículo 269 de la Constitución, la Corte de Constitucionalidad se integra con cinco
magistrados titulares, cada uno de los cuales tendrá su respectivo suplente. Cuando conozca
de asuntos de inconstitucionalidad en contra de la Corte Suprema de Justicia, el Congreso de
la República, el Presidente o el Vicepresidente de la República, el número de sus integrantes
se elevará a siete, escogiéndose los otros dos magistrados por sorteo de entre los suplentes.
Los magistrados durarán en sus funciones cinco años y serán designados en la siguiente
forma:
1. Un Magistrado por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia;

2. Un Magistrado por el Pleno del Congreso de la República de Guatemala;

3. Un Magistrado por el Presidente de la República de Guatemala, Vicepresidente de la


República de Guatemala en Consejo de Ministros;

4. Un Magistrado por el Consejo Superior Universitario de la Universidad de San Carlos de


Guatemala; y

5. Un Magistrado por la Asamblea del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala.

Simultáneamente con la designación del titular, se hará la del respectivo suplente, ante el
Congreso de la República de Guatemala.

COMPOSICIÓN

PRESIDENCIA DE LA C.C.
La Presidencia de la Corte de Constitucionalidad será desempeñada por los mismos
magistrados titulares que la integran, en forma rotativa, en período de un año, comenzando
por el de mayor edad y siguiendo en orden descendente de edades. Su período empezará el
14 de abril del año en que fue designado y terminará el mismo 14 de abril del próximo año,
según en el cual fue designado.

DESIGNACION
Según el artículo 271 de la Constitución, la Presidencia de la Corte de Constitucionalidad
será desempeñada por los mismos magistrados titulares que la integran, en forma rotativa, en
período de un año, comenzando por el de mayor edad y siguiendo en orden descendente de
edades.

PRESIDENTES C.C.
Para poder observar el listado de quienes ha sido Presidentes de la Corte de
Constitucionalidad, a partir del 14 de abril de 1987 hasta la fecha actual, por favor observar
Presidentes de la Corte de Constitucionalidad.
La Corte de Constitucionalidad está formada por 5 Magistrados Titulares y Suplentes para
un período de cinco años siendo electos un Magistrado Titular y su Suplente por:
MAGISTRADOS
El Congreso de la República de Guatemala;
La Corte Suprema de Justicia;
El Presidente de la República de Guatemala en Consejo de Ministros;
La Universidad de San Carlos de Guatemala; y
El Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala;
Requisitos
De conformidad con lo establecido en el artículo 270 de la Constitución, para ser magistrado
de este tribunal, se deben llenar los siguientes requisitos.
1. Ser guatemalteco de origen;
2. Ser abogado colegiado;
3. Ser de reconocida honorabilidad; y
4. Tener por lo menos quince años de graduación profesional.

FUNCIÓN
La Corte de Constitucionalidad al igual que el Organismo Judicial, tiene dos funciones que
son:
 Función judicial
 Presidencia.
 Magistraturas.
 Secretaría General.
 Secciones Penal, Laboral o Familia.
 Unidad de Gaceta y Jurisprudencia.
 Función administrativa:
 Auditoría Interna.
 Dirección Financiera.
 Dirección Administrativa.
 Unidad de Informática.
 Dirección de Recursos Humanos.
 Unidad de Servicios Generales.
 Unidad de Seguridad.
 Unidad de Información Pública.

PRESUPUESTO:
De conformidad con el artículo 186 de la Constitución, es atribución de la Corte de
Constitucionalidad formular su propio presupuesto; y con base en la disposición contenida
en el artículo 268 de la Constitución, se le asignará una cantidad no menor del cinco por
ciento del mínimo del dos por ciento del presupuesto de ingresos del Estado que
correspondan al Organismo Judicial, cantidad que deberá entregarse a la Tesorería de la Corte
de Constitucionalidad cada mes en forma proporcional y anticipada por el órgano que
corresponda.
Son fondos privativos de la Corte de Constitucionalidad los derivados de la administración
de justicia constitucional y a ella corresponde su administración e inversión. Las multas que
se impongan con motivo de la aplicación de esta ley ingresarán a los fondos privativos de la
Corte de Constitucionalidad.

LA JURISPRUDENCIA

La Jurisprudencia es el conjunto de pronunciamientos dictados por aquellos que tienen la


facultad de interpretar las normas jurídicas y su aplicación y adaptación al caso concreto. En
la práctica, se compone de los fallos o sentencias emanados de los tribunales, sean ordinarios
o administrativos, que contienen las reglas conforme a las cuales se ha realizado la adaptación
del derecho escrito a las circunstancias de la realidad, de igual forma constituyen fuentes en
cuanto aclaran la forma como puede o debe entenderse una norma jurídica, pero no es
vinculante, en el sentido que la interpretación sostenida en un caso puede variar en otro.

El profesor Mario Madrid-Malo Garizábal, en su “Diccionario de la Constitución Política de


Colombia”, dice brevemente que se entiende por Jurisprudencia al conjunto de decisiones
establecidas que expresan la interpretación judicial de la ley por vía de doctrina.

Para GARCIA MÁYNEZ, jurisprudencia “es el conjunto de principios y doctrinas


contenidos en las decisiones de los tribunales”, y según DU PASQUIER, es el derecho
(objetivo) que se desprende de los fallos pronunciados por los tribunales. En ese mismo orden
de ideas la jurisprudencia implica que exista una serie de principios y doctrinas o normas
generales, que se han deducido de la repetición uniforme de fallos judiciales y que sirven
para orientar la decisión de casos similares.

Para ser más enfáticos en lo que respecta a las fuentes del Derecho, la jurisprudencia se
presenta de manera formal, ya que constituye un conjunto de normas precedidas por los
jueces y que van a regir un número indefinido de casos semejantes. Desde luego, la
jurisprudencia tiene mayor relevancia en los países donde se da un régimen jurídico
angloamericano o de Common Law, que en países de derecho escrito o sea en los que
prevalece la ley.

Se ha establecido entonces el problema para determinar si la actividad judicial es “creadora”


de derecho, o simplemente “declarativa” del derecho establecido en la ley. Hay tres
inclinaciones, según la exposición de ABELARDO TORRE, las cuales son:

a) La jurisprudencia es “creadora de derecho”: En el derecho angloamericano se ha


sostenido que toda sentencia judicial crea derecho, cosa que ocurre en dos sentidos: en la
primera, lo que hace referencia al caso particular fallado, cuyo sentido jurídico queda así
específicamente establecido; en segunda instancia, cuando dicho fallo o decisión, de acuerdo
con el principio básico de que hay que acatar las decisiones, se instaura al cuerpo general de
common law, convirtiéndose en un precedente obligatorio tanto para el mismo tribunal que
lo dicta como para los demás, cuando tengan que resolver casos similares o análogos.

COSSIO sostiene que la actividad judicial no es una mera deducción silogística, sino una
actividad creadora: “Toda ley permite siempre dos interpretaciones por lo menos: la de ser
aplicable y la de no ser aplicable a respectivo caso…”; en cambio, si la operación fuera un
simple silogismo, la solución forzada tendría que ser una sola.

b) La jurisprudencia es “declarativa”: Este dictamen sostiene que el juez no crea, sino


que declara, el derecho que se encuentra contenido en el texto de la ley. El juez en la
sentencia ejerce una función de silogismo: la ley es la premisa mayor, le caso es la
premisa menor, y la sentencia es la conclusión de dicho caso dentro del término legal.
c) La jurisprudencia únicamente es creadora cuando el juez llena una laguna de la ley,
es decir que frente a un vacío legal el juez puede llenar dicho vacío mediante
procedimientos de integración creando una verdadera norma.

OPINIÓN CONSULTIVA
La Opinión Consultiva constituye la legitimación otorgada a la Corte de Constitucionalidad
para pronunciarse, a requerimiento de cualquiera de los tres organismos del Estado, sobre los
tratados o convenios internacionales, los proyectos de ley y las leyes vetadas por el Órgano
Ejecutivo alegando Inconstitucionalidad, con el único y exclusivo propósito de revisar su
constitucionalidad previamente a que pasen a formar parte del ordenamiento jurídico vigente,
así como pronunciarse también a solicitud de los tres organismos del Estado, sobre casos
reales en los que sobresalen problemas de constitucionalidad que no necesariamente dan
lugar a juicios o procesos constitucionales propiamente dichos.

La opinión consultiva constituye uno de los medios de control preventivo de la


constitucionalidad, que surge como consecuencia del requerimiento que los organismos del
Estado plantean a la Corte de Constitucionalidad, para que a través de un análisis
interpretativo se pronuncie respecto de la constitucionalidad de tratados, convenios y
proyectos de ley y sobre la inconstitucionalidad de leyes vetadas por el ejecutivo, que
entrarán a formar parte del ordenamiento jurídico nacional.

COMPETENCIA DE LA CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD PARA EMITIR


DICTÁMENES SOBRE LA REFORMA A LEYES CONSTITUCIONALES.

El artículo 175 de la Constitución y el 164 inciso a) de la ley de Amparo, establecen que la


Corte tiene competencia para “Dictaminar sobre la reforma a las leyes constitucionales
previamente a su aprobación por parte del Congreso”.
Han existido diversos criterios con relación al momento en que debe solicitarse a la Corte el
dictamen para reformar las leyes constitucionales. A ese respecto, el corte expreso, dentro
del expediente 694-94, en el auto de fecha 17 de febrero de 1995, que:

a) El artículo 176 de la Constitución, al regular el proceso a que debe someterse la función


legislativa del Congreso de la República, dice que admitido un proyecto de ley se pondrá a
discusión en tres sesiones diferentes, celebradas en distintos días y no podrá votarse hasta
que se tenga por suficientemente discutido en tercera sesión, salvo los casos de urgencia
nacional debidamente declarada; b) el artículo 175 de la Constitución, al referirse a la reforma
de las leyes constitucionales, dispone que las leyes calificadas como constitucionales
requiere, para su reforma, el voto de las dos terceras partes del total de diputados que integran
el Congreso, previo dictamen favorable de la Corte de Constitucionalidad; c) de la relación
de los artículos 175 y 176 antes mencionados, se concluye que el dictamen de la Corte de
Constitucionalidad tiene como presupuesto que se haya tenido por suficientemente discutido
el proyecto en tercera sesión. Es pues, requisito indispensable que haya certeza sobre el
proyecto de ley que se someta al dictamen de la Corte de Constitucionalidad… para poder
emitir el dictamen relacionado se requería que admitido el proyecto de ley por el Congreso
se haya puesto a discusión en tres sesiones y que se haya tenido suficientemente discutido en
tercera sesión.

De acuerdo con lo expresado por la Corte en esa oportunidad, se puede establecer que para
solicitar el dictamen de la Corte de Constitucionalidad, previo a la reforma de una ley
calificada como constitucional deberá tenerse por suficientemente discutido el proyecto de
ley en su tercera lectura.

Durante los años en que ha funcionado el Tribunal Constitucional especializado en


Guatemala, la mayoría de dictámenes sobre reformas a leyes constitucionales han versado
sobre La Ley Electoral y de Partidos Políticos y la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad.

ANTECEDENTES DE LA OPINIÓN CONSULTIVA

La opinión consultiva es una modalidad derivada del sistema de control de constitucionalidad


francés, el cual tiene su fundamento en la Constitución de 1958; dicha modalidad responde
a las ideas más modernas del control de la constitucionalidad. La opinión consultiva surge
dentro de la normativa constitucional guatemalteca por primera vez con la actual
Constitución Política de la República de 1985, como un medio de control, cuyo objeto fue
que cuestiones meramente técnicas de materia legislativa, se desarrollaran por medio de la
doctrina de la Corte de Constitucionalidad.

La opinión consultiva es una de las funciones de la Corte de Constitucionalidad, quien por


disposición Constitucional, tiene asignada como función esencial la defensa del orden
constitucional y para su cumplimiento la Constitución la reconoce como un tribunal
permanente de jurisdicción privativa, que actúa como tribunal colegiado con independencia
de los demás organismos del estado.

MARCO JURÍDICO

El fundamento jurídico de la opinión consultiva lo encontramos en: Artículo 272 de la


Constitución de la República, en el que se hace mención de las funciones de la Corte de
Constitucionalidad, específicamente los incisos siguientes:
e) Emitir opinión sobre la constitucionalidad de los tratados, convenios y proyectos de ley, a
solicitud de cualquiera de los organismos del Estado.
h) Emitir opinión sobre la inconstitucionalidad de las leyes vetadas por el Ejecutivo alegando
inconstitucionalidad.
i) Actuar, opinar, dictaminar o conocer de aquellos asuntos de su competencia establecidos
en la Constitución de la República.

La ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, en el Artículo 163 regula


otras funciones de la Corte de Constitucionalidad, siendo notoria la concordancia que existe
entre los incisos e), h), i) y los citados del Artículo 272 de la Constitución de la República,
circunstancia que deriva de que tanto la Constitución como la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad, fueron creadas por el mismo Órgano Constituyente.

Otro cuerpo legal que regula lo referente a la Opinión Consultiva es la Ley Orgánica del
Organismo Legislativo, la que en el Capítulo III, Título V, denominado De las Consultas de
la Corte de Constitucionalidad, regula en los Artículos 123 y 124 lo referente a la consulta
obligatoria y la consulta facultativa, siendo esta última la que da origen a la opinión
consultiva.

FINES DE LA OPINIÓN CONSULTIVA

Tal y como se manifiesta anteriormente, la consulta constitucional tiene como fin primordial,
la defensa de la constitución, ya que al constituirse en uno de los medios de control preventivo
de la constitucionalidad de los convenios, tratados, proyectos de ley y sobre la
inconstitucionalidad de las leyes vetadas por el ejecutivo, evita que se violen o lesionen los
derechos fundamentales reconocidos en la Constitución o que se provoquen daños a la
estructura orgánica del Estado.

Otro de los fines que puede acreditársele es que a través de la Opinión


Consultiva se actualiza y optimiza la técnica aplicada al proceso legislativo, lo que conlleva
a la creación de leyes acordes al sistema constitucional, con observancia del principio de
supremacía constitucional.
La Corte de Constitucionalidad a través de las opiniones consultivas crea doctrina
constitucional, la que coadyuva a que las normas constitucionales adquieran cierto
dinamismo que les permite adaptarse a los cambios económicos, sociales y políticos, propios
de una sociedad que se mantiene en constante evolución.

ÓRGANOS LEGITIMADOS PARA SOLICITAR LA OPINIÓN CONSULTIVA


De acuerdo a lo que se ha venido manifestando en el desarrollo del presente tema, los únicos
que tienen legitimidad para solicitar la consulta a la Corte de Constitucionalidad son los tres
Organismos del Estado, según lo establece la norma constitucional en el Artículo 272, el cual
en su inciso e) expresamente indica que los únicos legitimados para solicitar la opinión
consultiva son: el Presidente de la República, el Congreso de la República y la Corte Suprema
de Justicia. Las razones por las cuales el Presidente de la República puede solicitar la opinión
consultiva a la Corte de Constitucionalidad, principalmente será relacionada a la
constitucionalidad de la ratificación de tratados o convenios internacionales de los cuales el
Estado de Guatemala podría ser parte.
Otra razón la constituiría el solicitar que la Corte de Constitucionalidad se pronuncie en
cuanto a las leyes vetadas por el Ejecutivo, pero este tipo de consulta nunca se ha planteado,
debido a que el Ejecutivo no tiene facultad para detener el proceso legislativo y debe
pronunciarse dentro del plazo establecido legalmente para ello, so pena de que el congreso
haga valer la primacía legislativa.
La solicitud de opinión consultiva por parte de la Corte Suprema de Justicia, básicamente se
da en las cuestiones de constitucionalidad que se presenten en un caso concreto; sin embargo,
esta facultad no debe limitarse de esta manera, pues podría ejercerse en formas diversas, por
ejemplo, defensa de los derechos humanos.

El organismo del Estado a quién beneficia plenamente la opinión consultiva de la Corte de


Constitucionalidad y para cuyo fin fue creada la misma es el Congreso de la República, ya
que la opinión consultiva coadyuva a que el ejercicio de la potestad legislativa pueda
efectuarse adecuadamente sin contravenir la Constitución de la República; es decir, que
puede interrumpirse el proceso legislativo para verificar que no haya disidencia entre el
proyecto de ley que se pretende aprobar y la Constitución de la República.

Contrario a las facultades del Órgano Ejecutivo, el Órgano Legislativo, sí puede suspender
el proceso legislativo; y en ejercicio de esta facultad podría solicitar la consulta en aquellos
casos en los que el presidente vete un proyecto de ley fundamentándose en el alegato de que
el mismo es inconstitucional, con el fin de esclarecer si es o no violatoria de la Constitución,
esto en beneficio de la sociedad. Sin embargo, el Organismo Legislativo pocas veces hace
uso de su derecho a consulta teniendo como resultado la creación de leyes que con frecuencia
son contrarias a la norma constitucional, dando lugar a que se declare su inconstitucionalidad
a través de los otros medios de control de la constitucionalidad existentes.

Es importante señalar que desde la creación de este medio de control constitucional, muy
pocas veces se ha solicitado a la Corte de Constitucionalidad que emita la opinión respecto
de las leyes que entrarán a formar parte del ordenamiento jurídico nacional, circunstancia
que tiene como consecuencia que la técnica legislativa sea deficiente, violatoria de las
mismas garantías constitucionales y poco ajustada a la realidad social, lo que conlleva que la
sociedad no se identifique con el sistema jurídico vigente y en consecuencia no se apodere
de ellas tanto para cumplir con sus obligaciones, como para exigir que se respeten sus
derechos.

CASOS EN QUE PROCEDE LA SOLICITUD DE OPINIÓN CONSULTIVA:


Existen diferentes situaciones en las cuales se puede solicitar opinión consultiva, entre ellas:
a) Opiniones consultivas sobre la constitucionalidad de tratados, convenios y proyectos de
ley. Esta solicitud de opinión se encuentra reconocida en los artículos 272 inciso e) de la
Constitución Política y 163 inciso e) de la ley de Amparo.
Esta opinión ha sido poco desarrollada en Guatemala, pero ha venido cobrando importancia,
sobre todo en materia de tratados y Convenios de Derechos Humanos. Es así como la Corte
de Constitucionalidad ha emitido opinión, previo a la aprobación por parte del Congreso de
algunos Tratados o Convenios Internacionales de suma relevancia, verbigracia, el Convenio
169 de la Organización Internacional del Tratado, el Estatuto de Roma que establece la
competencia de la Corte Penal Internacional, el Acuerdo internacional entre Naciones Unidas
y el Gobierno de Guatemala para establecer la Comisión Investigadora de Cuerpos Ilegales
y Aparatos Clandestinos de Seguridad (CICIACS), en los cuales, la Corte tiene como función
evaluar previamente a su aprobación el contenido de dichos textos internacionales, a fin de
establecer su compatibilidad con las normas constitucionales o por el contrario señalar los
vicios de inconstitucionalidad que contienen tales instrumentos internacionales.
Con respecto a Proyectos de Ley, han existido pocos casos en los cuales se someten los
mismos a opinión previa de la Corte. Un ejemplo de ello, fue el relacionado con el proyecto
de ley, referente al expediente 170-86, en el que el Congreso de la República, remitió la
iniciativa de ley presentada por un diputado, mediante la cual se perseguía rebajar en una
cuarta parte las penas impuestas a la población recluida en los centros penales del país.
b) Opiniones sobre la constitucionalidad de leyes vetadas por el Ejecutivo alegando
inconstitucionalidad. Esta forma de solicitar opinión se encuentra establecida en el artículo
272 de la Constitución Política y el artículo 163 inciso h) de la Ley de Amparo.
En el ordenamiento jurídico guatemalteco, existe la potestad del Presidente de emitir el
“veto” de una ley dentro de los quince días de recibido el decreto legislativo y previo acuerdo
tomado en Consejo de Ministros. Si el fundamento del veto por parte del Ejecutivo se basara
en que a criterio de este la ley que ha sido aprobada adolece de inconstitucionalidad, puede
solicitarse a la corte que emita su opinión al respecto.
En ese momento se da intervención a la Corte de constitucionalidad para que emita su opinión
sobre un proyecto de ley ya aprobado por el Legislativo, pero vetado por el Presidente, por
lo que aquí también se utiliza un sistema de control previo de la Constitucionalidad de las
leyes, ya que este se realiza antes de la entrada en vigencia de la ley, incluso previo a la
conclusión de los trámites para su aprobación y sanción.
c) Opiniones y actuaciones en asuntos de su competencia. El inciso i) del Artículo 272 de la
constitución y el artículo 163 inciso i) de la Ley constitucional de la materia, establecen que
la Corte tienen competencia para “Actuar opinar dictaminar o conocer de aquellos asuntos
de su competencia establecida en la Constitución de la República”.
Esta función faculta a la corte de Constitucionalidad para actuar o intervenir en situaciones
en las que se halle amenazado el orden constitucional, o real y efectivamente haya sido
quebrantado el mismo; así, podrá emitir opiniones, dictámenes y resoluciones en los asuntos
de su competencia, en aras de mantener la preeminencia de la Constitución.
De conformidad con esta competencia, la Corte emitió la sentencia histórica de fecha 25 de
mayo de 1993, en la cual declaro inconstitucional de decreto emitido por el entonces
Presidente de la República, señor Jorge Antonio Serrano Elías, denominado “Normas
Temporales de Gobierno”, ya que con el pretendía suspender ilegalmente la vigencia de más
de cuarenta artículos del texto constitucional.
La Corte de Constitucionalidad cumpliendo con su función esencial de defensa del orden
constitucional y con fundamento en los artículos relacionados en este apartado, que la
facultan a actuar en aquellos asuntos de su competencia establecida en la Constitución,
declaro la inconstitucionalidad de tal decreto, expulsándolo del ordenamiento jurídico y
recobrando así la plena vigencia de la Constitución. La actuación de la Corte de
Constitucionalidad, en el caso referido, quedo debidamente justificada, fue legal y legítima.

EFECTOS DE LA OPINIÓN CONSULTIVA

Al aplicar este medio de control en defensa de la Constitución se logra mantener el principio


de supremacía constitucional, el cual aparece históricamente como nota esencial del
constitucionalismo y que tiene como presupuesto la distinción entre el poder constituyente y
el poder constituido inherente a las constituciones rígidas; constituye el más eficiente
instrumento técnico hasta hoy conocido para la garantía de la libertad, al imponer a los
poderes constituidos la obligación de encuadrar sus actos en las reglas que prescribe la ley
fundamental. Si los actos emanados de dichos poderes tuvieran la misma jerarquía jurídica
que las normas constitucionales, la Constitución podría ser en cualquier momento dejada sin
efecto por los órganos institucionales, a los cuales precisamente aquella pretende limitar en
su funcionamiento, lo que conlleva la creación de normas congruentes con el citado principio
y como consecuencia lógica proporcionan certeza jurídica. Lamentablemente las opiniones
consultivas emitidas por la Corte de Constitucionalidad carecen de fuerza vinculante, debido
a que su fundamento jurídico, las contempla como consultas facultativas, contrario al efecto
vinculante que generan los dictámenes del mismo Tribunal Constitucional.

En este sentido se expresa el autor Francisco Villagrán Kramer: “La opinión de la Corte de
Constitucionalidad no es vinculante, es decir, no tiene efecto obligatorio para ningún
organismo del Estado, por lo que se estableció a este respecto una solemnidad particular a
fin de que la opinión produzca un efecto persuasivo, cívico y moral. Contrario a una sentencia
o a un auto, el ejercicio de competencia consultiva concluye con un acto jurídico no
vinculante y sin efecto obligatorio.”

PROCEDIMIENTO:
En la solicitud de opinión consultiva de los organismos del estado referidos, estos deberán
expresar las razones que la motivan y
contener las preguntas específicas sometidas a consideración de la corte. Esta tiene un plazo
de sesenta días para emitir opinión, fundamentado de forma clara y precisa sus conclusiones
y el apoyo jurídico y doctrinario de las mismas.
Las opiniones serán pronunciadas en audiencia pública solemne, con citación del órgano o
personas solicitantes, así como de cualesquiera otras personas que el tribunal estime
pertinente convocar. Todas las opiniones serán publicadas en el Diario Oficial dentro de
tercero día de haber sido pronunciadas en audiencia pública.
CONCLUSIONES
La inconstitucionalidad de ley es un mecanismo de defensa de la constitución y los derechos
fundamentales y no debe ser confundido como un medio para entorpecer o atrasar los
procesos.
En el ordenamiento jurídico guatemalteco es fundamental la observancia del principio de
supremacía constitucional, ello significa que la Constitución de la República de Guatemala
prevalece sobre cualquier ley o tratado, es imperativo que cuando se emitan leyes y
reglamentos no contravengan la Constitución y se apliquen armónicamente. Cuando existe
inobservancia de las leyes se da el quebrantamiento del espíritu de la Carta MagnaG causando
con ello un agravio a toda la estructura legal del país, a dicha inobservancia de las leyes se le
conoce como Inconstitucionalidad.

Lo que implica que estas normas sean nulas de pleno derecho, lo que se conoce como nulla
ipso iure. Porque no se puede vulnerar lo establecido en nuestra Constitución.
Es indispensable y fundamental poder conocer los procesos que involucran actos que alteran,
modifican y gestionan las conductas de los seres humanos. Si uno forma parte de una
sociedad, de un Estado, de un tipo de grupo, es necesario conocer y saber las normas y leyes
que rigen el territorio. Es importante saber que dentro del orden jurídico, elemento esencial
del Estado, existe un tipo de pirámide jerárquica, que define el grado, nivel y poder que cada
norma tiene para funcionar dentro de la misma. Unas que están subordinas a otras, unas que
dependen de otras para funcionar, unas que tienen menos valor que las que están arriba pero
siempre con el fin de tener un orden social, político, económico, cultural. En la realidad,
suceden hechos y acontecimientos que, muchas veces, vulneran a la sociedad. Suele pasar
que se violan normas porque no se tiene conocimiento de todo este tema. Generalmente, las
situaciones que se relacionen con las normas, los derechos y todas aquellas que encierren el
valor de una persona están sujetas a la Constitución, pero a veces hay normas que van en
contra de la misma, normas que suelen llamarse inconstitucionales porque atentan contra la
ley suprema. Personalmente, considero, que es necesario conocer del tema, pues es muy
importante tener conocimiento de que situación puede ser inversa al fin común o que acto
puede ir en contra de las políticas constitucionales para que la armonía dentro de la sociedad
se resguarde y siga siendo la misma.

La constitución es clara al momento de explicar los tipos de inconstitucionalidad que se


aplican en Guatemala, y vemos cómo es que, una corte, tiene la potestad de dictar todo lo
relacionado a la inconstitucionalidad de las leyes, de igual forma se observa el tipo (mixto)
de procesos que son aplicados, la misma Constitución lo específica, la Constitución abarca
todo lo relacionado con este proceso.
El recurso de inconstitucionalidad es una herramienta que todos podemos usar para defender
nuestros derechos y poder limitar el poder político, económico, educativo, etc.; es un recurso
que demuestra que somos democráticos e independientes; para ello se deben tener las razones
necesarias y que se hayan agotado los demás recursos que existen para resolver su situación.
Con la inconstitucionalidad se abren puertas para proteger derechos que no están explícitos
en la Constitución.
La Constitución se salvaguarda de la inconstitucionalidad mediante el amparo, el control
jurisdiccional y el control político, las controversias constitucionales y la acción de
inconstitucionalidad, variando según los distintos sistemas de constitucionalidad que en los
países democráticos, tales como México, España y Francia en los que se elige al Jefe de
Gobierno, son el político y el jurisdiccional; el primero nace y se desarrolla en la República
Francesa, y del segundo han surgido los modelos americano y austriaco.

VOCABULARIO
Ad Casum. Se traduce del latín para la causa.

Erga omnes es una locución latina, que significa "respecto de todos" o "frente a todos",
utilizada en derecho para referirse a la aplicabilidad de una norma, un acto o un contrato.

Karl Loewenstein (Múnich, 9 de noviembre de 1891 - Heidelberg, † 10 de julio de 1973)


filósofo alemán, es considerado por una mayoría de expertos como uno de los padres del
constitucionalismo moderno. Sus investigaciones sobre la tipología de las constituciones
tuvieron gran impacto en Iberoamérica.
Stare decisis. Locución latina, que se traduce interpretativamente como "mantenerse con las
cosas decididas", utilizada en derecho para referirse a la doctrina según la cual las sentencias
dictadas por un tribunal crean precedente judicial y vinculan como jurisprudencia a aquellas
que, sobre el mismo objeto, se dicten en el futuro.

REFERENCIAS

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la UNAM. Universidad Nacional Autónoma de México. México: 1992. Disponibilidad y
Acceso: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/5/2190/7.pdf. Fecha de Consulta: 16.11.2013.
ANEXO
ANEXO:
EXHIBICIÓN PERSONAL

SEÑOR JUEZ DE PAZ PENAL DE TURNO DEL MUNICIPIO Y DEPARTAMENTO DE

GUATEMALA.

LUIS ARTURO QUIÑONEZ GIL , de cuarenta años de edad, casado, guatemalteco, Abogado y

Notario, de éste domicilio; actúo bajo mi propia dirección y procuración y, señalo como lugar para

recibir notificaciones la sexta avenida cero guión sesenta zona cuatro Torre Profesional Dos, noveno

nivel, oficina novecientos trece, Ciudad de Guatemala; de manera atenta comparezco ante usted

con el objeto de PROMOVER EXHIBICIÓN PERSONAL a favor del señor CESARIO DAGOBERTO

MARROQUIN IXCOY, para lo cual:

EXPONGO

a) Tengo conocimiento que el señor CESARIO DAGOBERTO MARROQUIN IXCOY se encuentra

recluido en las cárceles preventivas de la zona dieciocho, por llamadas telefónicas que han

recibido sus familiares.

b) Sin embargo al acudir a dicho Centro Preventivo, se me ha indicado que no se encuentra

registrado, pero dicha persona ha llamado en varias ocasiones a sus familiares, asegurando que

se encuentra ingresado en ese centro preventivo, por lo cual se teme por su integridad física,

cabe el temor de que se encuentre registrado con otro nombre, por lo que es necesario realizarle

llamados en los diferentes sectores y con el nombre que se indica en la copia de la cédula de

vecindad que se adjunta.

FUNDAMENTO DE DERECHO:

El artículo 28 de la Constitución Política de la República de Guatemala establece: DERECHO DE

PETICIÓN: Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual o

colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas

conforme a la ley... ;Igualmente el artículo 82 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de

constitucionalidad, establece en su parte conducente” Quien se encuentre ilegalmente preso,


detenido o cohibido de cualquier otro modo en el goce de su libertad individual...aún cuando su

prisión o detención fuere fundada en ley....artículo 85 del mismo cuerpo legal, La exhibición personal

puede pedirse por escrito...por el agraviado o por cualquiera otra persona, sin necesidad de acreditar

representación alguna....

PETICIONES

1. Que se tenga por presentado el memorial y documento adjunto

2. Que se tome nota de la dirección señalada para recibir notificaciones.

3. Por lo antes expuesto SE TENGA POR PRESENTADA EXHIBICIÓN PERSONAL a favor del

señor CESARIO DAGOBERTO MARROQUIN IXCOY.

4. Que para efectos del pago respectivo, se oficie a donde corresponda.

5. Que se me notifique lo ACTUADO.

CITA DE LEYES: Los artículos invocados.

Acompaño duplicado y tres copias del presente memorial y documentos adjunto.

Guatemala 28 de julio del 2004.

FIRMO EN MI PROPIO AUXILIO

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