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ACTIVIDAD 3

“ANALISIS DE UN CONFLICTO”

LILIANA PATRICIA ROMERO


PAULA ANDREA POLO POSADA
MAIRA ALEJANDRA PINEDA GONZALES
LUCY CONSTANZA RIVERA JIMENEZ

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


RESOLUCION DE CONFLICTOS
NEIVA HUILA
2019
ACTIVIDAD 3
“ANALISIS DE UN CONFLICTO”

ESTUDIANTES
LILIANA PATRICIA ROMERO
PAULA ANDREA POLO POSADA
MAIRA ALEJANDRA PINEDA GONZALES
LUCY CONSTANZA RIVERA JIMENEZ

TUTOR:
GINA PATRICIA CLEVES SUAZA
NRC: 6638

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS


RESOLUCION DE CONFLICTOS
NEIVA HUILA
2019
OBJETIVOS

• Dar a conocer sobre los conflictos que se vive diariamente.

• Crear una cultura ciudadana frente a este caso.

• Definir y plantear el conflicto sobre la resolución del conflicto.


ANALISIS DEL CONFLICTO ENTRE INDIGENAS Y AFROCOLOMBIANOS DEL
CAUCA

Tal como inicia el modulo leído y referenciado para el desarrollo de esta actividad,
“el conflicto es un fenómeno natural que está presente en toda sociedad. Pensar
en el conflicto social, es pensar en un hecho social, inherente a la vida colectiva.”
(Carreño, 2013) Bajo esta perspectiva y para salir del cliché del conflicto en
Colombia con los grupos insurgentes (FARC, EPL, ELN, BACRIM, etc.), el equipo
de trabajo decidió analizar en esta oportunidad el conflicto que aun mantiene
enfrentados a los indígenas NASA y los campesinos afrodescendientes, dada la
restitución de un predio que les fue entregado a los primeros dentro del marco de
la Ley de Restitución de Tierras.

Este conflicto es la base del documental “conflictos por la tierra en el cauca:


tensiones interétnicas, terratenientes y el Estado colombiano”, además del artículo
periodístico de Myriam Bautista (2011) titulado “el conflicto entre indígenas y
afrocolombianos en el Cauca: sangre de tu sangre”.

El litigio por la tierra en el Cauca entre las comunidades negras y las indígenas se
remonta al siglo XIX. Los afros acreditan la propiedad de esas tierras con
nombres, apellidos y resquebrajados títulos de propiedad, que nunca fueron
respetados. Una de esas propiedades es la finca San Rafael, de 517 hectáreas,
ubicada en la comunidad de Mazamorrero, municipio de Buenos Aires. Según las
comunidades afro esas tierras pertenecieron a sus antepasados a quienes se las
arrebataron terratenientes de la zona sin pagarles un solo peso, los
antepenúltimos dueños con escrituras legalizadas fue una familia Cabrera de
Popayán.

Estas personas permitieron a unas 1.200 familias campesinas utilizar la finca para
sacar leña, llevar los animales y desarrollar proyectos agrícolas cuyos frutos se
venden en supermercados de Cali, Bogotá y otros pueblos del suroccidente del
país. Los campesinos crearon la Asociación Regional para el Desarrollo
Campesino Norte-caucano (ARDECANC) para que los representara en sus
negocios.
En diciembre de 2007, el ministro del Interior Holguín Sardi, a través de su
Viceministra María Isabel Nieto, entrego a los indígenas Nasa la finca de San
Rafael, como parte de los acuerdos por la Masacre del Nilo ocurrida en noviembre
de 1991 y en la que 20 indígenas fueron asesinados.

Después de una demanda, el estado reconoció su responsabilidad en la masacre


y por ello se comprometió, a través del desaparecido Instituto Colombiano para la
Reforma Agraria (INCORA) a entregar 15.663 hectáreas de tierras a miembros del
Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), como compensación de sus
muertos. La finca San Rafael era la cuota inicial de ese compromiso. El gobierno
escrituro la Finca a 85 familias indígenas paeces, para que este territorio formara
parte del Resguardo Indígena de Toribío, ubicado a por lo menos dos horas de
camino, en otro municipio.

En virtud a lo anterior, la junta Directiva de ARDECANC, los campesinos


afrodescendientes advierten los riesgos incurridos en este hecho dada la
inconveniencia del traslado de un grupo indígena a una comunidad habitada en su
totalidad por campesinos afrodescendientes, puesto que estos consideran que
atenta contra su integridad étnica y cultural, violando el derecho a ser previamente
consultados y que los pone en peligro de disolución como comunidad. De igual
forma, también plantearon diferentes propuestas para la compra del predio a los
indígenas, quienes en ese entonces estaban dispuestos a venderlo. Pero los
funcionarios del Gobierno rechazaron esta solicitud.

Desde esta situación pasaron dos gobiernos (URIBE Y SANTOS) sin que se
obtuviera una solución al conflicto, que estallo en la tarde del domingo 22 mayo,
cuando se enfrentaron campesinos afrodescendientes con los indígenas en San
Rafael, porque la vaca de los campesinos negros había sido abusivamente
sacrificada por los indígenas. La confrontación dejo un saldo de 15 personas
heridas, algunas de ellas de gravedad, y un indígena caucano muerto, de escasos
17 años.

La junta Directiva de ARDECANC, lamenta esta muerte que no tuvo explicación ni


justificación alguna porque el dueño de la vaca y quienes lo acompañaron fueron a
hacer el reclamo de manera pacífica y de un momento a otro resultaron agredidos,
dado que, en la región, la mayoría de campesinos y de indígenas, por la violencia
que se vive, portan armas de fuego y aunque los dos bandos niegan haber
disparado, lo cierto es que un joven indígena perdió la vida. (Bautista, 2011)

El 1 de marzo de 2014, se puso fin a la disputa por la finca San Rafael, que dejó 2
muertos y 30 heridos en 6 años. La solución del conflicto la otorgo el Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural (INCODER), quien le entrego al Cabildo indígena
de Toribío y al Consejo Comunitario de Rio Cauca la finca Barracón, también
ubicada entre Santander de Quilichao y Buenos Aires. Y San Rafael quedo en
manos del consejo de Zanjón de Garrapatero, los afrodescendientes (como era
originalmente).

Dentro del marco de lo expuesto en el módulo, se identifican los siguientes


elementos dentro del conflicto:

 Las personas: la comunidad afrocolombiana que ocupaba antiguamente la


zona y la comunidad indígena Nasa que fue trasladada para ocupar el
territorio que le otorgo el gobierno nacional.
 El problema: el problema es la tierra. Una tierra que por tradición la
comunidad afrodescendiente sentía como suya dada la explicación libre y
pacifica que hizo ese recurso; y que los indígenas también defendían por el
derecho otorgado a través del gobierno.
 El proceso: Este conflicto dejo en su proceso de 2 muertos y 30 heridos en
6 años. Pero también destaco el liderazgo de personas en ambas
comunidades que pudieron gestionar de forma conjunta un acuerdo pacífico
que zanjo la situación.

De igual forma, también se identifican sus características:

 El conflicto es histórico: el litigio por la tierra en el Cauca entre las


comunidades negras y las indígenas se remonta al siglo XIX, desde el error
cometido por el gobierno con la entrega de la Finca San Rafael a la
comunidad indígena Nasa (Paeces)
 El conflicto es una expresión de lo social: en la región, la mayoría de los
campesinos y de indígenas, por la violencia que se vive, portan armas de
fuego. Debe recordarse que esta zona no solo fue sometida por los grupos
armados, sino también por el narcotráfico.
 El conflicto conlleva riesgos y oportunidades: la interacción y
comunicación entre los miembros de ambas comunidades no siempre fue
violenta, también surgieron líderes que procuraron poner fin al conflicto y
fomentar la sana convivencia.
 El conflicto conlleva a múltiples formas de expresión y resolución;
estos mismos líderes gestionaron acciones que conllevaron a poner fin al
conflicto, dejando ambas partes conformes con el acuerdo pactado.
 El conflicto admite la diferencia y la unicidad: si bien, todas las personas
de ambas comunidades tienen la calidad de ciudadanos colombianos, sus
diferentes étnicas, sociales y culturales marcaron la diferencia, pero
también la unidad para luchas por un objetivo común.

Este tipo de situación se reconoce como un conflicto de actores intergrupales,


puesto que existieron posiciones y objetivos claros en ambas comunidades que
los motivaron a actuar, y en el que cada comunidad asumió un rol defensivo de
sus intereses, obligando a los actores a emprender dos caminos opuestos,
inicialmente uno destructivo que los llevo a enfrentarse físicamente y finalmente
uno organizativo y estructurado con el cual pudieron resolverlo y de manera
positiva, a través de actividades justificadas y debidamente planeadas. Cabe
anotar, además, que por lo general los conflictos intergrupales no son
permanentes. (Carreño,2013)

A partir de la clasificación anterior, se advierte entonces que, para ser considerado


como actor dentro de un conflicto, es necesario que el individuo, el grupo o grupos
posean interés en el resultado del conflicto, por lo que los actores primarios en
esta confrontación son la comunidad afrocolombianos que aprovechaba desde
antaño los recursos que les proveía la finca San Rafael y las 85 familias de la
comunidad indígena nasa a los que el gobierno les entrego la propiedad del
predio. Como actores secundarios, se identifican el resto de habitantes
afrocolombianos que reside en el Cauca, así como el resto de la población de la
comunidad indígena Nasa (Paeces). Los actores terciarios son la comunidad en
general de nuestro país que no poseen intereses en la dirección ni en los
resultados que tome el conflicto.

Así pues, como la participación de un actor en un conflicto obedece a la búsqueda


de la consecución de un objetivo específico, que puede clasificarse como concreto
y simbólico, en esta confrontación el objetivo es concreto, puerto que meta final es
la propiedad definitiva de las tierras de la finca San Rafael, que es un objeto
tangible que puede ser susceptible de división o repartición y que de su obtención
o no, depende la satisfacción inmediata de las pretensiones de los actores
involucrados, pues el valor que se le da al objeto del conflicto es la razón primera
de tal.

Ahora ya delimitados los principales aspectos de este conflicto en cuanto al


reconocimiento de elementos, características, tipología y actores, se continua con
las propuestas de transformación del conflicto analizado.

En primera instancia, la solución final la tenía el gobierno nacional dado que


fueron ellos quienes no previeron el conflicto que se avecinaría al ubicar a las
culturas diferentes tan cerca, en un territorio en el que predominantemente residen
afrocolombianos. Sin embargo, a través de lo analizado en el proceso del conflicto,
este siguió su curso natural, se aprendió del mismo y se respetaron las diferentes
creencias, costumbres y prácticas de cada cultura, bajo el reconocimiento de la
amistad y la fraternidad entre campesino afros e indígenas.

No obstantes, la propuesta que expresa el grupo para la resolución del conflicto,


principalmente es la mediación para lograr una conciliación, donde un tercero
interviene en el conflicto y formula puntos de encuentro después de haber
escuchado a las partes, para llegar a una convivencia pacífica y compartir así los
recursos que ofrecían estas tierras.
La tercera opción que es el arbitraje, no tendría cabida porque ninguna de las
comunidades que resultara afectada hubiera aceptado la decisión, agudizando
aún más el conflicto. Solo a través de la mediación y conciliación, puede llegarse a
la solución de una confrontación, porque en algunas ocasiones “hay que perder
para ganar”

En síntesis, debe destacarse que el desarrollo de esta actividad ha sido muy


satisfactorio porque permitió analizar de forma sistemática un conflicto para
identificar las necesidades a resolver antes e promover la mediación o
conciliación, después de todo las emociones siempre median en todo conflicto, y
aún más cuando están en juego interés particulares que afectan significantemente
el bienestar de una persona, grupo o comunidad.
TIPOLOGÍA DEL CONFLICTO

El Conflicto Armado

El Conflicto Armado Colombiano es un conflicto armado interno que se desarrolla


en Colombia desde cerca de 1960. Los principales actores involucrados han sido
el Estado colombiano, las guerrillas de extrema izquierda y los grupos
paramilitares de extrema derecha.

Los actores del conflicto especificando sus relaciones interpersonales e


intergrupales dependiendo del caso. Según la relatoría, los actores principales del
conflicto armado de Colombia han sido dos en la primera fase (1964-1980) y tres,
en la segunda (1980-2015), sin dejar de lado otros actores sociales y políticos que
cumplen papeles importantes.

Conflicto estructural: Son partes de un conjunto social o sea personas o grupos


en busca del interés que no son compatibles con el resto del conjunto social al que
puede pertenecer; este conflicto es de gran envergadura, pues se involucra el
interés y las necesidades.

Conflicto de actores: Existen posiciones y objetivos claros por los que actuar, y
cada actor asume un rol de defensa de sus posiciones y objetivos, obligando a los
actores a emprender dos caminos opuestos.
ESCRIBAN 3 PÁRRAFOS EN LOS QUE PLANTEEN CÓMO TRANSFORMAR
EL CONFLICTO ANALIZADO.

El conflicto armado en Colombia se ha dado por muchas décadas muchos


presidentes han querido conciliar la negociación de paz Tanto el Presidente de
Colombia como el jefe de los negociadores del Gobierno en las negociaciones de
La Habana, previamente a la posible firma de un acuerdo de paz con las Farc, han
insistido en que dicho acuerdo no implicará ningún cambio del modelo político ni
de las estructuras económicas y sociales que lo sostienen. Por ello, tal y como
sucedió con el posconflicto en otros lugares del mundo en donde se aplicó la
solución del conflicto a través de una “paz posible” y solo se negoció la
incorporación de los insurgentes a la vida democrática y las garantías para ello,
sin llegar a solucionar los problemas estructurales que generaron el conflicto, la
frustración será casi inmediata. Pues el acuerdo de paz se confundirá con una
simple desmovilización de un grupo armado insurgente. Haciendo algunos
cambios necesarios. Uno de los puntos al que se debe dar más importancia es el
acompañamiento de la firma de la paz a la gestación de una nueva racionalidad
que haga explícitos los cambios que necesita una sociedad para ser distinta de la
que estuvo enfrentada en una guerra o conflicto armado.

Por ello, para alcanzar resultados más prometedores, los distintos actores sociales
y políticos de Colombia deberán abordar transformaciones de fondo lo más pronto
posible. Y para hacerlo será requisito indispensable el cambio de varios factores y
actitudes anquilosadas. Pues para el logro de la paz se requieren muchas más
variables que la simple negociación y firma de acuerdos. Hay que realizar
acciones políticas encaminadas a solucionar los problemas causantes de la
inconformidad social. De ahí la importancia de tener como referencia la enseñanza
pos firma de los acuerdos de paz de varios países, en particular de
Centroamérica, donde las altísimas cifras de criminalidad en el posconflicto están
relacionadas directamente con la preservación de la misma estructura económica
y los fracasos en la reinserción de guerrilleros, paramilitares, militares y policías
distanciados de la guerra tras los acuerdos de paz. Esto, porque luego del
entusiasmo inicial de los acuerdos de paz, en particular en zonas de mayor
confrontación armada y debido a los incumplimientos, hubo una constante
frustración y recrudecimiento de la violencia, ahora indiscriminada, sin tintes
ideológicos, y de carácter delincuencial, que llevó a no pocos a sentir nostalgia por
la “seguridad” imperante en los años de guerra. Teniendo en cuenta lo anterior, es
urgente formular estrategias de paz que modifiquen las causas estructurales que
dieron origen y alimentan hasta hoy el conflicto armado colombiano. Es urgente un
plan estratégico de índoles social y económica, independiente del mismo acuerdo
de paz, que transforme de manera radical la continuidad histórica de la estructura
económica y social de Colombia, en la que es central el papel de la tenencia
injusta de la tierra en los conflictos de expresión violenta. Se debe aprovechar la
coyuntura de paz para resolver la profunda crisis humanitaria que padece el sector
rural, con el ofrecimiento de condiciones óptimas para la titulación de tierras, al
levantar un verdadero censo agrario, definir linderos y promover la recuperación
integral de las zonas abandonadas o perdidas por causa del conflicto impedirán
crear un clima de reformas y aumentarán los ataques contra el patrimonio e
integridad de la clase dominante También es preciso reconocer que un sistema
electoral ininterrumpido por más de medio siglo no es sinónimo de democracia
plena. En la fase posconflicto, los nuevos partidos y movimientos políticos
necesitan garantías suficientes. Es forzosa la reglamentación ética de los partidos
para evitar que reproduzcan los vicios de las llamadas maquinarias electorales de
tal manera. Los cambios estructurales de tipo material, Colombia necesita con
urgencia la transformación de valores, para que la promoción social no se dé a
través del delito, con la complicidad silenciosa de la sociedad. La admiración por
los éxitos económicos de criminales de cuello blanco exige ser contrarrestada no
solo con campañas educativas, sino con la recuperación de la justicia y el fin de la
impunidad imperante.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bautista, M. (2011). El conflicto entre indígenas y afro-colombianos en el Cauca:


sangre de tu sangre. Razón Pública - 10 años. .

Carreño, K. (2013). Módulo Resolución de Conflictos. Bogotá: UVD Uniminuto.

Vargas, J. (2010). Guerreros y campesinos. El despojo de la tierra en Colombia.


Estudios Socio-Jurídicos. Vol.12 No.2.

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