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Por Qué Tenemos Miedo a Hablar en

Público?

Esta es una interesante pregunta que muchos nos hemos hecho y aún más cuando
pensamos, “Bueno es solo hablar en Público, no corro peligro de muerte”, sin
embargo el miedo y hasta el pánico continúan ahí. Pues bien, te conviene saber
lo siguiente: El miedo al hablar en público es iniciado o aprendido desde la
infancia.

Es probable que hayas tenido alguna mala experiencia, o simplemente desde que
conociste la “oratoria” todos a tu alrededor te dieron a entender de forma
directa o indirecta que no era algo lo cual se pudiera catalogar como bueno.

Si de niño o incluso de joven te colocabas frente a tus compañeros de clase para


presentar algún tema y cerca tuyo se encontraba el profesor/ra mirándote con
detalle y tal vez hasta con un rostro de desaprobación, para luego asignarte tu
calificación, y además de esto te encontrabas con todos esos pares de ojos
viéndote solo a ti, aún acompañados de caras burlonas, entonces es de pensar
que ya podemos señalar el origen del miedo o de la fobia a hablar en público.
Así no se aprende a hablar, así se aprende a tener miedo a la Oratoria.

Es de ahí de donde se comienza a relacionar el hecho de hablar en público con


el hecho de hacer el ridículo y de ser el blanco de las burlas, produciendo no
mucho tiempo después (como ya bien lo sabrás), el miedo y hasta fobia de hablar
en público que hoy probablemente te está deteniendo.

Y no es para menos, en la actualidad y en la mayoría de nuestros centros


educativos no se enseña una correcta Oratoria, se aprende más que todo a
tenerle miedo mediante las malas y vergonzosas experiencias.
Cuando el pequeño termina su presentación siente además del alivio una
urgencia por volver a su lugar, cuando de hecho debería ser lo contrario, es
decir: Sentirse a gusto exponiendo frente a las demás personas.

Se nos ha enseñado que debemos hablar en público para cumplir con lo asignado,
como un deber en el cual la condición es la siguiente: “Si terminas con tu
presentación y abarcas tu tema podrás volver a tu lugar”.
Nótese como volver a ocupar la silla se convierte en un premio, y es ahí donde
vemos el error!

Pero Ahí No Termina el Problema.


Mientras estabas en la escuela, tus compañeros y tú solo buscaban la manera de
divertirse con lo que fuera y una de esas formas era mediante la risa, es decir
la burla hacia otro compañero que estuviera delante realizando alguna
presentación, no te deseaban verdaderamente el mal, simplemente era la edad
misma.

Ahora piensa en lo siguiente, muchas de las cosas o eventos que te producían risa
o burla en tu infancia ahora no lo hacen, en otras palabras, muchas de las cosas
que hoy vemos con seriedad, son por lo general cosas que de niño percibías como
motivo de burla.

El Tiempo No Se Detiene.

Al día de hoy ya eres una persona adulta y no puedes permitir que las
experiencias de la infancia te produzcan un miedo el cual como todos
sabemos, es un 90% irracional (tal vez 100%). De hecho, algunas personas
confiesan tenerle más miedo a una presentación en público, que al hecho de
morir.

Pero todo cambia, ya has crecido y no estás en una escuela exponiendo en busca
de una calificación; ahora ya eres un profesional o te encaminas a ello y tendrás
delante de ti, no niños, sino profesionales y adultos con una perspectiva más
madura de las cosas; se acabaron esas caras burlonas, es el tiempo de
comunicarnos.
Hoy tienes delante de ti una situación más favorable, nuevas experiencias,
conocimientos acumulados, madurez y mejor preparación. No permitas que las
experiencias del pasado limiten tu futuro.

Es hora de que despegues…

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