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Desobediencia civil

Activista cívico contra la guerra es arrestado por desobediencia civil en las escaleras de la Corte
Suprema de Estados Unidos en Washington DC, en febrero de 2005.
Desobediencia o desobediencia civil se define como el acto de desacatar una norma de la que se
tiene obligación de cumplimiento. La norma que debería obedecerse es, por lo general, una norma
jurídica, o en todo caso cualquier norma que el grupo en el poder considera investida de autoridad
en el sentido de que su transgresión acarreara inevitablemente un castigo.1 La desobediencia puede
ser activa o pasiva. El término "civil" hace referencia a los deberes generales que todo ciudadano
debe reconocer, legitimando así el orden legal vigente. En otras palabras, "civil" indica que el
objetivo principal de la desobediencia es traer cambios en el orden social o político que afectarían la
libertad de los ciudadanos.
La desobediencia civil puede definirse como "cualquier acto o proceso de oposición pública a una
ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus
actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevada a cabo y mantenida para conseguir unos
fines sociales concretos".
Para que un acto se clasifique como de desobediencia civil, se necesita que la acción se haga
públicamente, que sea ilegal o que así lo clasifique el poder, y que al mismo tiempo quien cometa el
supuesto delito esté consciente de sus acciones y motivos.

Índice
 1 Definición
 2 Características
 3 Historia
 3.1 Origen
 3.2 La desobediencia civil como forma de participación política
 3.3 La desobediencia civil en la actualidad
 4 Véase también
 5 Referencias
 6 Bibliografía
 7 Enlaces externos

Definición
La desobediencia civil es una forma de disidencia política consistente “en una quiebra consciente
de la legalidad vigente con la finalidad no tanto de buscar una dispensa personal a un deber general
de todos los ciudadanos, sino de suplantar la norma transgredida por otra que es postulada como
más acorde con los intereses generales. Intereses que, no obstante, han de ser identificados a través
de un procedimiento democrático de formación de la voluntad”.2
En otros casos la desobediencia o desobediencia civil se define como el acto de no acatar una norma
de la que se tiene obligación de cumplimiento. La norma que debería obedecerse es, por lo general,
una norma jurídica, o en todo caso cualquier norma que el grupo en el poder considera investida de
autoridad en el sentido de que su transgresión acarreara inevitablemente un castigo. La
desobediencia puede ser activa o pasiva. El término "civil" hace referencia a los deberes generales
que todo ciudadano debe reconocer, legitimando así el orden legal vigente. En otras palabras, "civil"
indica que el objetivo principal de la desobediencia es traer cambios en el orden social o político
que afectarían la libertad de los ciudadanos.
La desobediencia civil puede definirse como "cualquier acto o proceso de oposición pública a una
ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus
actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevada a cabo y mantenida para conseguir unos
fines sociales concretos".
Para que un acto se clasifique como de desobediencia civil, se necesita que la acción se haga
públicamente, que sea ilegal o que así lo clasifique el poder, y que al mismo tiempo quien cometa el
supuesto delito esté consciente de sus acciones y motivos.
Los actos de desobediencia civil buscan no la afirmación de un principio en la esfera privada, sino
una llamada de atención a la opinión pública sobre el hecho de que una ley o política sancionadas
por las autoridades están conculcando un principio de índole moral. En adición, "la desobediencia
civil se debe dar a conocer a los representantes de orden público de una manera que se sientan
identificados sobre la cuestión por la que van a luchar y sus fines deben ser públicos y limitados. Su
objetivo manifiesto no puede ser el beneficio particular o económico; debe guardar cierta relación
con una concepción de la justicia o del bien común."1
Otra forma de definir la desobediencia al Derecho (aunque en el fondo con un sentido similar), sería
la siguiente: "Entiendo por desobediencia civil en sentido amplio aquellas formas de insumisión al
Derecho motivadas por consideraciones políticas o morales que, no obstante ilícitas, guardan una
mínima lealtad constitucional, es decir, aceptan el sistema de legitimidad democrático como el más
correcto para la adopción de las decisiones colectivas".3
En primer lugar, el término "civil" hace referencia a los fines perseguidos por los activistas: son
fines políticos, de cambio social. La desobediencia civil es una acción deliberada e intencional. El
progreso moral o político se perciben como la consecuencia, como el efecto buscado por los
desobedientes. Y para ello es lógico que los activistas utilicen las tácticas y estrategias que mejor se
ajusten a sus fines. Pero esta pretensión de cambio se enmarca en el reconocimiento de los deberes
generales del ciudadano en una sociedad libre. Y en particular en la lealtad hacia las reglas del juego
del orden constitucional: la desobediencia civil no es revolucionaria, ni pretende imponer su criterio
a la mayoría, sino que respeta las reglas democráticas de cambio político.4
En segundo lugar los desobedientes actúan por motivos morales. Consideran que las normas que
rechazan son normas arbitrarias u odiosas, que repugnan a la conciencia del ciudadano. La
desobediencia civil es una expresión de responsabilidad personal por la injusticia, refleja el
compromiso de no colaborar ni someterse a prácticas y normas injustas.4
En tercer lugar, la desobediencia civil es siempre pública y abierta. Los activistas buscan influir no
sólo en sus gobernantes, sino también (y sobre todo) en la opinión pública. Por ello la desobediencia
civil suele ser, asimismo, colectiva, y no individual. La publicidad es un medio de persuasión, y no
de coacción. Es en este sentido que ha podido decirse (Rawls, Habermas) que la desobediencia civil
es una forma de discurso público, con una función pedagógica.5
En cuarto lugar, los desobedientes están dispuestos a asumir las consecuencias legales de sus actos,
y a aceptar el castigo previsto para ellos. Quien acepta pacífica y disciplinadamente la sanción que
conlleva su comportamiento ilegal está afirmando con ello su respeto por el conjunto del
ordenamiento constitucional y por las reglas del juego democrático. La aceptación voluntaria del
castigo sirve, además, para diferenciar la desobediencia moralmente motivada de la infracción
interesada u oportunista.6
En quinto lugar, la desobediencia civil es pacífica y no violenta. Esta condición debe entenderse
como una voluntad de minimizar los daños y de restringir el uso de la fuerza en todo lo posible. El
uso descontrolado y masivo de la fuerza física es incompatible con la desobediencia civil.5
"Los actos de desobediencia civil son parte de un estado de derecho democrático que se desarrollan
en sociedades maduras", que logran crear conflictos dejando saber que las leyes e instituciones que
están establecidas legalmente pueden fallar en algún momento. Esto abre espacio a la creación de
interpretaciones distintas a las existentes, que intentan exponer para que sean consideradas justas.7
Desde la perspectiva de la desobediencia civil, es discutible la opinión de que todo acto que vaya en
contra de la ley es siempre un acto ilegal que merece ser castigado.1
Tal vez una de las razones por las cuales el tema de la desobediencia despierta la sensibilidad y
suspicacia de vastos sectores (especialmente de aquéllos vinculados a los diferentes ámbitos del
poder), sea el hecho de que se encuentra ampliamente extendida esa conceptualización que define a
la relación política como una relación de “mando y obediencia” en donde la pregunta por el
fundamento de la legitimidad del poder queda desplazada por el énfasis en la consideraciones como
un hecho desprovisto de valoraciones.7

Características
Rasgo característico de la desobediencia civil es su ejecución de forma consciente, pública, pacífica
y no violenta, manteniendo una actitud de protesta contra la autoridad con el fin de rectificar los
errores que ésta haya cometido, a juicio de quienes protestan.
En un sistema democrático, el desobediente civil viola la norma como medio de apelación a la
mayoría para que ésta rectifique, aunque siempre recurriendo, en la expresión de la protesta, a los
mismos principios constitucionales a los que la mayoría recurre para legitimarse. En el marco de
sistemas no democráticos, la desobediencia al derecho con motivación política se hace, más bien, al
amparo del derecho de resistencia".

Historia
Origen
El ensayista y filósofo libertario estadounidense Henry David Thoreau describió estos principios en
su obra Desobediencia civil (1849), que influyó en personajes como León Tolstoy, Gandhi y Martin
Luther King. Thoreau era considerado como una persona excéntrica, de ácidas reflexiones e ingenio
inagotable: "Elaboró su reflexión a partir de su rechazo a pagar un impuesto del gobierno de la
época destinado a financiar la Intervención estadounidense en México, decisión por la cual fue
encarcelado y de donde sólo salió cuando sus amigos cancelaron la deuda”. En concreto, Thoreau
fue detenido y encarcelado en Concord, en el verano de 1846, pasando una sola noche en prisión.
Las ideas e intenciones de Thoreau iban más allá del egoísmo individualista (es decir, no era sólo
por no querer pagar ese impuesto), sino que cuestionaba la conformidad del gobierno para cobrar
impuestos que financiaban una guerra que él consideraba injusta, máxime cuando ese mismo
gobierno avalaba la esclavitud.8
Thoreau creó "un cierto tipo de resistencia no violenta pero contumaz, ni mucho menos pasiva, que
tenía mucho de renuncia". Suya es la afirmación de que “Bajo un gobierno que encarcela a alguien
injustamente, el lugar que debe ocupar el justo es también la prisión”. Thoreau es considerado hoy
como uno de los padres de la desobediencia civil. Afirma que "El gobierno por sí mismo, que no es
más que el medio elegido por el pueblo para ejecutar su voluntad, es igualmente susceptible de
originar abusos y perjuicios antes de que el pueblo pueda intervenir".9

La desobediencia civil como forma de participación política


El término de desobediencia civil fue popularizado por el famoso ensayo de Thoreau; sin embargo,
el concepto es el resultado de diferentes interpretaciones en la historia del pensamiento y de la
acción del hombre.1 Durante el marco histórico de la humanidad se presentan tres desobedientes
ilustres. Estos son Henry David Thoreau en Estados Unidos; Mahatma Gandhi en India y Desmond
Tutu en Sudáfrica. Los tres tenían en común el fin de articular sus discursos y asumirlos como
ejemplos de participación política y como movimientos de cambio social, tanto en sociedades no
demócratas e incluso demócratas, como en sociedades democráticas mas no consideradas
legítimas.9
El hindú Mahatma Gandhi usó esta estrategia en la India, siendo ésta todavía una colonia del
Imperio Británico, con el objetivo de lograr la independencia de forma no violenta. Gandhi llamó a
boicotear al gobierno colonial inglés, mediante huelgas, movilizaciones y violando la autoridad
impuesta, con el objetivo de mostrar que de manera pacífica obtendrían mejores resultados que con
la violencia, en donde la superioridad de los ingleses aplastaba cualquier lucha armada. En adición,
entre muchos de los teóricos de la desobediencia civil, Mohandas K. Gandhi se destaca en la
historia de las campañas masivas. El primer movimiento de masas auténtico de la desobediencia
civil, dirigido por Gandhi, fue la marcha al Transvaal en noviembre del 1913, para protestar contra
leyes discriminatorias. Algunas de estas leyes eran, por ejemplo, el impuesto anual a todos los
hindúes que permanecían en Sudáfrica después de finalizado el contrato de trabajo que les había
llevado allí, así como la ley que invalidaba todos los matrimonios no cristianos.1
Otra personalidad destacada en la práctica de la desobediencia civil fue Martin Luther King, líder
del Movimiento por los Derechos Civiles, quien predicaba la transgresión pública de las leyes
racistas impuestas en su país, Estados Unidos, contra los afroamericanos.
Otro antecedente significativo lo ofrece el movimiento sufragista. En 1913 más de mil mujeres
habían pasado por las cárceles inglesas acusadas de cometer actos ilegales, públicos y no violentos
en el marco de la lucha por el sufragio femenino. Cientos de ellas realizaron huelgas de hambre. El
Gobierno británico respondió con la alimentación forzosa, y con leyes que permitían el
cumplimiento escalonado de las penas.10

La desobediencia civil en la actualidad


En el año 2012, debido a las crisis económicas y sociales que golpean muchos países de Europa,
han surgido varios movimientos que incitan a la desobediencia civil. En España, un colectivo de
médicos se ha negado a no atender inmigrantes ilegales porque consideran que las nuevas leyes que
regulan la sanidad pública son injustas.11 Por otro lado, en las redes sociales y los medios de
comunicación aparecen continuamente llamamientos a la desobediencia civil, o textos incitando a
ella y justificándola en la situación actual, como es el caso del Ensayo de un científico sobre la
desobediencia civil, escrito por Fernando Cervera Rodríguez.12

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