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ESCUELA DE POSTGRADO
INTEGRANTES:
1. FIORELLA RODRIGUEZ JARA
2. ESTEFANY ALAMO MORENO
3. PEDRO MENACHO RODRIGUEZ
4. SANDRA MENACHO RODRIGUEZ
5. VICTOR RODRÍGUEZ RAMÍREZ
6. PEDRO NAVARRO
7. ROSARIO ROSAS
TRUJILLO – PERÚ
2019
POTESTADES ADMINISTRATIVAS
¿Qué es la potestad?
Como consecuencia del poder de imperium del Estado, la administración se halla
frente al administrado en lo que se ha llamado situación de supremacía, situación
en la que se resumen todas sus prerrogativas
La situación general de la supremacía se plasma en las llamadas potestades
administrativas, a través de las cuales se dibuja la presencia de la
administración, con sus peculiaridades propias, en la relación jurídico-
administrativa.
Por ello, como señala García Trevijano que la potestad es un estado intermedio
entre la capacidad y el derecho subjetivo; de la capacidad al derecho subjetivo;
de la capacidad al derecho subjetivo no se pasa per saitum, sino a través de una
etapa anterior como es la potestad, que es aquella fuerza y posibilidad de
modificar el ordenamiento jurídico en un momento determinado. En igual sentido,
las potestades de la administración pueden definirse como poderes jurídicos
abstractos que el ordenamiento jurídico concede a la administración en virtud del
poder de imperio del Estado. Con esto tratamos de diferenciar las potestades de
los derechos subjetivos que a la administración pueden corresponder. La
potestad es una facultad de carácter genérico que la ley establece para que sea
reconocida, y en su caso, pueda ser actuada. Solo cuando la potestad se actúa,
concretándose en actos determinados, aparecen los derechos subjetivos y las
obligaciones jurídicas. La potestad ocupa, pues, una situación preliminar
respecto al derecho subjetivo.
García de Enterría y Fernández Rodríguez han advertido como notas comunes
a la potestad y el derecho subjetivo el que ambos son poderes jurídicos. Aunque
se diferencian en que el derecho subjetivo tiene como nota esencial la
especificidad del objeto dominado, en el derecho subjetivo existen sujetos
pasivos obligados y el derecho subjetivo se resuelve siempre en pretensiones,
todo ello a diferencia de las potestades que no reúnen ninguno de estos
caracteres.
El dogma de la legalidad impone que la acción de la administración pública se
ajuste a la pauta legal. Más para que la administración pueda actuar precisa que
se le confieren unas posibilidades genéricas de acción que en el reino del
postulado de la legalidad únicamente le pueden haber sido otorgados por una
ley. En ese sentido, García de Enterría y Fernández Rodríguez señalan que la
legalidad define y atribuye con normalidad potestades a la administración. La
acción administrativa es el ejercicio de tales potestades; ejercicio por el que se
crearán, modificarán, extinguirán, protegerán o ejercitarán relaciones jurídicas
concretas. La dinámica inacabable de la vida administrativa tiene su causa en
este mecanismo teórico. (Cazorla Prieto Luis Maria).
Otros autores
En este contexto, Miriam Mabel lvanega, señala que las potestades son los
medios jurídicos con los que la Administración procura sus fines; en ese carácter
son deberes jurídicos. La palabra deriva de potis esse, una posición absoluta
de supremacía (que data del jus quiritum basado en el instituto de la potestad
dominical).
Un sector doctrinario incluye el concepto de potestad, como poder de actuación
que se ejerce de acuerdo con el ordenamiento jurídico y que puede generar
situaciones jurídicas que obliguen a los sujetos.
Tribunal Constitucional
El Tribunal Constitucional en el EXP. N.° 01873-2009-PA/TC da algunos
alcances sobre que es la potestad en el procedimiento administrativo. Ante ello,
indica que “resulta necesario hacer un esbozo de cómo debe tramitarse o
seguirse un procedimiento administrativo sancionador, teniendo en cuenta no
sólo sus características, sino también los derechos de los administrados, lo que
es aplicable no solo para el CNM, sino también para cualquier órgano o tribunal
que imparta “justicia administrativa”.
Asimismo, señala que “El ejercicio de la potestad sancionatoria administrativa
requiere de un procedimiento legal establecido, pero también de garantías
suficientes para los administrados, sobre todo cuando es la propia administración
la que va a actuar como órgano instructor y decisor, lo que constituye un riesgo
para su imparcialidad; y si bien no se le puede exigir a los órganos
administrativos la misma imparcialidad e independencia que se le exige al Poder
Judicial, su actuación y decisiones deben encontrarse debidamente justificadas,
sin olvidar que los actos administrativos son fiscalizables a posteriori.
También indica el Tribunal Constitucional que “sin ánimo de proponer una
definición, conviene precisar que el objeto del procedimiento administrativo
sancionador es investigar y, de ser el caso, sancionar supuestas infracciones
cometidas como consecuencia de una conducta ilegal por parte de los
administrados. Si bien la potestad de dictar sanciones administrativas al igual
que la potestad de imponer sanciones penales, derivan del ius puniendi del
Estado, no pueden equipararse ambas, dado que no sólo las sanciones penales
son distintas a las administrativas, sino que los fines en cada caso son distintos
(reeducación y reinserción social en el caso de las sanciones penales y represiva
en el caso de las administrativas). A ello hay que agregar que, en el caso del
derecho administrativo sancionador, la intervención jurisdiccional es posterior, a
través del proceso contencioso administrativo o del proceso de amparo, según
corresponda.
CLASES DE POTESTADES ADMINISTRATIVAS
1. POTESTAD REGLAMENTARIA: son aquellas en las que todos sus
elementos resultan prefijados por la ley. No hallamos ante una potestad
reglada cuando la ley determina agotadamente todas y cada una de las
condiciones de ejercicio de la potestad. (García de Enterría y Fernández
Rodríguez).