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Carlos García (Hamburg)

[carlos.garcia-hh@t.online.de]

Borges e Isaac del Vando-Villar (1922)

Una de las principales actividades de un promotor cultural es la difusión de las ideas del grupo re-
presentado, y el ganar adeptos, simpatizantes. Vando-Villar, el fundador y director de las revistas
ultraístas Grecia (1918-1920) y Tableros (1921), así lo entendió, y por ello mantuvo corresponden-
cia con muchos escritores jóvenes de España y de Hispanoamérica. Lamentablemente, casi todas
esas cartas se han perdido, pero un buen ejemplo de lo que vengo diciendo son las que Pablo Rocca
dio a luz en “Las orillas del Ultraísmo” (Hispamérica 95, Maryland, agosto de 2002).

En ese marco proselitista, y seguramente para ganar algunos duros, Vando decidió hacer en 1922
una gira por algunos países de América, con el fin de dar conferencias. En Buenos Aires, se reen-
contrará con Jorge Luis Borges.

Antes de pasar al año 1922, conviene hacer un poco de historia menuda: Vando y Borges se habían
conocido en diciembre de 1919, en Sevilla, cuando Borges traba amistad con Adriano del Valle. A
partir de ahí, y a lo largo de todo el año 1920, Borges revela en numerosos testimonios su afecto
por el director de Grecia. Le dedica el ensayo “Al margen de la moderna estética” (Grecia 39,
Sevilla, 31-I-1920, 15-17), y en carta a Adriano de ca. 15-III-1920 pide que este salude “muy fervo-
rosamente a nuestro gran Isaac”. Poco después, en carta a Maurice Abramowicz, Borges dirá (4-V-
1920): « Deux jours avant mon départ, Isaac, le directeur de Grecia est venu à Madrid et en son
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honneur on organise un dîner auquel assistèrent tous les ultraïstes. »

En la primera mitad de junio de 1920, Borges traba amistad con Jacobo Sureda en Mallorca, a
quien insta a remitir poemas a Grecia. Este lo hace, y comienza un breve epistolario con Vando. En
carta de ca. 26-VII-1920 escribe Borges a Sureda: “Recibí los libros y la misiva pero no la carta

1 El diario madrileño El Sol, 2-V-1920, trae la siguiente noticia: “En las cuevas del Metro de Villa Rosa tuvo lugar
anoche una cordial reunión que los nuevos poetas de más avanzadas y valientes tendencias celebraron para obsequiar al
director de la revista sevillana Grecia, Isaac del Vando-Villar, que se trasladó a Madrid para continuar aquí su campaña
tan animosa en pro de las últimas inquietudes poéticas. Entre los representantes de los grupos más significados entre
estas recientísimas manifestaciones literarias y algunos amigos que simpatizan con ella, recordamos a los Sres. Garfias,
Montes, Gálvez, De Torre, Ciria Escalante, Correa Calderón, Comet, Mantecón, Salazar, Luque, Borges y Rivas
Panedas.”
2
directorial del Portaestandarte del Ultra, que se olvidó Ud. de incluir, o se perdió talvéz en la tra-
yectoria. ¿Qué le decía Isaac?...”.

En varias cartas de la época, Borges utiliza el sintagma “gran Isaac” para referirse a Vando. En una
a Guillermo de Torre, del 6-XI-1920, va un paso más allá: “Un gran abrazo a Isaac, al ‘gran Cama-
rada’ como, de conocerle, le hubiese signado seguramente Walt Whitman.” Hay más muestras de
ese aprecio en cartas del 17-XI-1920 a Abramowicz y Sureda (Cartas del fervor, 1999).

Por estas fechas, Vando estaba en tratativas con José de Ciria y Escalante para venderle los de-
rechos de Grecia, pero no lo comunica a Borges:

Anoche Isaac rompió su largo silencio con una carta larga y muy afectuosa. Me daba noticias de los amigos de
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Sevilla, me hablaba muy fraternalmente de Torre, se quejaba de ciertas deslealtades de Cansinos, me alentaba
en los caminos del ultra..., en fin, una carta muy suya, que no dejaba sospechar nada anormal.

Por esos días, cuando todo está finalmente decidido, Borges dirá a Torre:

Claro que como todos nosotros lamento que nuestro gran Isaac haya dejado el puesto de Capitán en el navío
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que tanto tiempo triunfalmente condujo [i.e., la dirección de Grecia]. Tú conoces la admiración que le tengo.

A comienzos de 1921, Borges debe regresar con su familia a Argentina, según informa en misiva a
Adriano del Valle (sin fecha, pero de ca. 21-II-1921): “Ya te habrá dicho nuestro gran Isaac que
nos embarcamos en Barcelona el 4 de marzo para Buenos Aires.”

Precisamente por esos días, más concretamente el 24-II-1921, Vando remite una carta al poeta y
escritor uruguayo Ildefonso Pereda Valdés (Roca 2002). No solo llama allí al orden al colega por su
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desvío de las normas ultraicas, sino que anuncia su próximo viaje a Suramérica:

[...] he recibido su precioso volumen de poesías La casa iluminada, donde se manifiesta la aristocracia de su
estirpe helénica. Su libro, creo, no tendrían inconveniente en firmarlo Amado Nervo, Marquina, Canedo o
Enrique de Mena.

2 Así llamó Juan González Olmedilla a Vando en “La epopeya del Ultra”: Grecia 42, Sevilla 20-III-1920. Borges
retomará el epíteto en carta a Sureda del 4-X-1920 (véase mi edición de las Cartas del fervor, 1999).

3 También Pedro Garfias deja entrever, en un trabajo tardío, cierto enojo contra Cansinos, con quien tenía tratos desde
1918 (“Del Ultraísmo”: El Heraldo, Madrid, 29-III-1934). Cf. igualmente la carta de Juan Larrea a Gerardo Diego del
16-IV-1920.

4 Actitud no compartida por Torre (cf. Literaturas 1925, 72).

5 Carta de Isaac del Vando-Villar a Ildefonso Pereda Valdés, datada en Sevilla, 24 de febrero de 1921. Colección Ilde-
fonso Pereda Valdés, 7 A. XXV (1920-1929). Archivo Literario, Departamento de Investigaciones de la Biblioteca Na-
cional, Montevideo. Un agradecido abrazo a Pablo Rocca (Montevideo).
¡Pero no debe Ud. olvidar, querido amigo, que toda esa literatura está ya hecha, y por lo tanto, nosotros debe-
mos de separarnos buscándonos en nosotros mismos, y creando el poema como el mecánico construye una
máquina, pieza por pieza!

Es conveniente no olvidar que el ultraísmo solo tiene como precursores de su estética a los franceses Mal-
larmé, Rimbaud, Apollinaire, Max Jacob, los cuales se revelan en sus obras como poetas de una rara, pero
grandiosa, belleza estética!

Todo cuanto se diga del origen de las muchas formas líricas es erróneo. [...]

Es casi seguro que para el próximo mes de marzo embarque para Buenos Aires, con el objeto de dar unas
conferencias sobre moderna estética ultraísta. Ni que decir tiene que me detendría en esa para tener el gusto de
estrechar las manos de esos camaradas [...].

Paralelamente, Vando escribe a Borges una carta no conservada, pero cuya existencia es conocida
por la que este remitió a Sureda hacia el 3-III-1921: “He recibido carta de Isaac que me anuncia su
éxodo en mayo a Montevideo, a dar conferencias de arte.”

En el citado artículo de Pablo Rocca se leen estos pasajes:

Hacia 1970 Pereda escribió un libro, casi un borrador, sobre Tertulias y Cafés literarios en Montevideo, que
entregó a la editorial Arca. El volumen nunca se publicó. La copia quedó en poder de Alberto Oreggioni
(1939-2001), quien generosamente nos permitió consultarla. Hay en ese texto, a esta altura un verdadero do-
cumento, algunas informaciones y alegatos nunca divulgados sobre aquella experiencia:

En 1918 aparecía en Sevilla la revista Grecia, órgano oficial del ultraísmo. Nos pusimos en contacto
con su director Isaac del Vando-Villar, que en 1921 estuvo en Montevideo, conferenciando en el
Ateneo acerca del ultraísmo, explicando con toda claridad la finalidad de esta nueva tendencia de las
letras españolas, a la que se habían adherido recientemente, Ramón del Valle Inclán, Juan Ramón Ji-
ménez y Eugenio D’Ors. Me correspondió presentar al orador y este hecho por sí solo demuestra la
vinculación de [la revista] Los Nuevos con el ultraísmo. Cuando más adelante los ultraístas difun-
dieron sus poesías en Ultra y Tableros, se insertaron en estas revistas colaboraciones nuestras y
juicios acerca de La casa iluminada y Poesía.

En efecto, Vando viajó a Uruguay y Argentina, pero no en 1921, como estaba originalmente pla-
neado y afirma Pereda Valdés, sino más tarde: Vando estuvo entre septiembre y el 2 de diciembre
de 1922 en Buenos Aires. En carta a Sureda, de septiembre, Borges escribe desde allí:
6
Isaac del Vando-Villar está de paso en Buenos Aires y me comunica qu'En Joan Alomar y otros literaturi-
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zados o literaturizables mozos han sacado una revista ultraísta o cosa parecida en Palma. ¿Tenías noticias de
ello?

6 En mallorquín se antepone “En” a nombres masculinos y “Na” a femeninos.

7 No encuentro huellas de la aparición de esta revista.


Una nota sin firma en Nosotros 161, octubre de 1922, 284-285 (que algunos atribuyen errónea-
mente a Borges, y de la que yo considero autor a Roberto A. Ortelli), reza:

Isaac del Vando-Villar

Es nuestro huésped el señor Isaac del Vando-Villar, venido a estas tierras de América con el objeto de pro-
nunciar varias conferencias a fin de divulgar las modernas tendencias literarias, de las cuales fue, en España,
uno de sus principales propulsores. En efecto, en medio del caos literario reinante en Madrid, hace cosa de tres
años [recte: cuatro], cuando la influencia de los futuristas italianos por un lado, y la de los dadaístas y cubistas
por otro, habían conseguido despertar en la juventud una curiosidad, una inquietud, fue cuando D. Isaac del
Vando-Villar fundó la revista Grecia, cuyas páginas fueron un compendio de esa curiosidad o inquietud. En
sus páginas encontraron fácil cabida todos los jóvenes, cuyas composiciones se apartaban de todas las reglas
poéticas y literarias existentes; de ahí que, como no tenía una ideología definida — el ultraísmo no se conocía
aún — Grecia incurrió en muchos errores, publicando, a veces, composiciones de escaso o de ningún valor
literario. Pero precisamente, de ahí, de esos errores, es de donde ha surgido esa tendencia que ahora se ha defi-
nido tan claramente con el nombre de ultraísta.

Y a don Isaac del Vando-Villar le cabe el mérito de haber mantenido durante 52 números [recte: 50], una re-
vista que — como Grecia — no era sino el instrumento de exposición de una tendencia literaria en gestación,
vale decir, el exponente de los titubeos y las vacilaciones de una juventud inquieta

En carta del 20-XI-1922 a Guillermo de Torre, Borges escribió:

Querido Hermano: Me perdonarás este anchuroso silencio epistolar, motivado por un entrevero de circuns-
tancias: las actividades para sacar una segunda Proa, ya en ciernes; la proyectada fusión de nuestro grupo
ultraísta con otro manojo de muchachos [que] decíanse futuristas y cuyo adalid se descolgó luego con un
manuscrito de 70 páginas sobre los fumadores de opio, los 7 pecados capitales y otras antiguallas; la publica-
ción de la Antología en el número 160 de Nosotros, empresa que costó algún trabajo y de cuya elección de
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poemas el responsable es Bianchi; una aventura sentimental mía, y la irreparable sorpresa del arribo de Isaac.
Sabrás que este último se embarca el 2 de diciembre para España, con cargamento de odio para los com-
pañeros argentinos y los de allá, árido de conferencias, con su –conjetural– elocuencia embotellada, sin haber
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logrado expelerla aquí. Como quien muestra una revista – Eldorado en Madrid, en la cual colaborará no se

8 Alusión a “Poemas ultraístas”: Nosotros 160, septiembre de 1922, donde aparecieron trabajos de Borges (“Sábados”),
Francisco M. Piñero, Norah Lange, la uruguaya Clotilde Luisi, Helena Martínez, Guillermo Juan [Borges], Roberto A.
Ortelli y E. González Lanuza.

9 Alusión a Concepción Guerrero, a quien Borges conoció en el primer trimestre de 1922 y con quien estuvo
“ennoviado”.

10 Esta es la primera ocasión en que Borges fustiga por escrito a Vando-Villar, de quien, hasta ahora, siempre hablara
con aprecio. Llama la atención que Borges adopte aquí la opinión de Cansinos, quien despreciaba irónicamente al
“pomposo” Vando.

11 No encuentro rastros de esta revista.


12
quién y cuya finalidad es hundirte a ti, a los Panedas, a Adriano [del Valle], a Cansinos-Assens, a Miguel
13 14
Romero [Martínez], a [Eugenio] Montes, a [Enrique] Díez-Canedo, a Alfredo Bianchi, etc. No sé si estoy
incluido en ese casi universal hundimiento, pero lo barrunto. Morir habemos. En La Razón ha publicado Isaac
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un artículo lustrándole las botas a Alvear de un modo indigno.

En Proa 2, diciembre de 1922, Borges publicó sin firma la siguiente glosa (no reproducida en al-
guno de sus libros ni en Textos recobrados, 1997):

Durante los meses de Septiembre, Octubre y Noviembre, existió en Buenos Aires la gran verdad humana y an-
daluza de Isaac del Vando-Villar. De todo corazón –a despecho de controversias calladas y tácitos alejamien-
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tos– saludamos los ultraístas argentinos al hombre que ilustró las calles triunfales y acaudilló la casi legenda-
ria revista GRECIA, donde brotaron, en elocuente crepitación de inquietudes, los primerizos resplandores de
nuestra lírica.

¡Ave atque vale!

12 José Rivas-Panedas (Madrid 1898 / México 1944) y Humberto Rivas (¿-?), hijos del escritor mexicano José Pablo
Rivas, y cuñados del poeta mexicano Raúl Carrancá y Trujillo. Pertenecieron a la redacción de Ultra (Madrid), donde,
a pesar de declaraciones en contrario, se operó un cierto alejamiento de los ultraístas sevillanos. Cf. Carlos García /
Pilar García-Sedas: José Rivas Panedas, poeta ultraísta, poeta exiliado. Textos recuperados. Madrid / Frankfurt am
Main: Iberoamericana / Vervuert, 2015 (El fuego nuevo, 12).

13 Miguel Romero Martínez (1887-1957), colaborador de Grecia (10, 13, 14, 15) y El Liberal (Sevilla); además,
tradujo a Whitman, A Leopardi, a Marcial y a muchos otros poetas clásicos, lo cual le valió el apodo de “Humanista”.
Borges lo ridiculiza, sin nombrarlo, en sus memorias. Ignoro los motivos del enojo entre Vando-Villar y él. Ya en 1919
había habido disenso entre ellos. Romero Martínez publicó un artículo criticando al Ultra: “Cuestiones literarias”: El
Noticiero Sevillano, 4-III-1919. Vando respondió inmediatamente: “En defensa del Ultra”: La Gaceta del Sur 515, 5-
III-1919 (Barrera López 1987, II 214). En la declaración de principios de Centauro 1, Huelva, diciembre de 1920, se
propone una alianza entre las generaciones y las tendencias literarias de izquierda y derecha; en ese marco, se nombra a
Huidobro y a Romero Martínez como ejemplos de las alas a conciliar.

14 Bianchi era uno de los editores de la revista Nosotros. No imagino qué pudiera haber ocurrido en Buenos Aires para
que Vando sintiera tanta animosidad por los autores españoles mencionados. No hay ninguna muestra de ello, por
ejemplo, en las cartas entre él y Adriano del Valle conservadas (González / Reyes 2002).

15 La Razón: periódico argentino de la tarde, fundado por Emilio Morales en 1905. No he logrado acceder al texto al
cual alude Borges. En el archivo póstumo de Vando se conservan sendas cartas del director de La Razón (Enrique Sojo)
y de otro miembro de la dirección (Enrique Diosdado), fechadas el 13 y el 14-VIII-1923 respectivamente (González /
Reyes, 104-105). Según los apuntes biográficos redactados por su hermano Alfonso (quizás en la década del 30),
Vando publicó en 1923 y 1924 en La Razón (Paulino González / Rogelio Reyes: Los papeles perdidos de Isaac del
Vando (1890-1963). Documentos inéditos de un apóstol del ultraísmo. Sevilla: Real Academia Sevillana de Buenas
Letras / Fundación El Monte, 2003, 147).

16 Cf. Adriano del Valle (El Noticiero Sevillano, 6-X-1921): “Leíamos versos. Yo era el lector de cámara. ¿Te acuer-
das, Luis [Mosquera]? Yo leía bajo una imaginaria urna de cristal que creía formar, para Norah [Borges] y para mí, con
mi palabra vibrante y recortada. Leía las prosas de [Rafael] Cansinos Assens, los motivos primaverales de José María
Romero [Martínez; cf. Gran Guignol 1 y 2, Sevilla, 1920]; ‘El poema de las calles triunfales’, de Isaac del Vando, que
luego tradujera Jorge Luis al francés”. El poema de Vando había aparecido en Grecia 9, Sevilla 15-II-1919. Aunque
plausible, ignoro si la traducción de Borges apareció en alguna revista francesa, suiza o belga de la época, aunque más
probable es que haya sido una traducción para uso interno del grupo ultraísta. Seguramente para agasajar al visitante, la
revista montevideana Pegaso reprodujo ese entretanto antiguo trabajo de Vando en su número 51 (septiembre de 1922).
La expresión latina con que Borges concluye su breve elegía procede del título de una poesía de
Cátulo: “Frater ave atque vale : Hermano, hola y adiós”, una oda inspirada por la visita a la tumba
de su hermano.

Borges conocía ya la obra de Cátulo, a más tardar, desde mayo de 1919, cuando lo cita en misiva
(que creo inédita; no figura en Cartas del fervor) a Maurice Abramowicz, escrita en Ginebra. Pero
puesto que el poema del latino tuvo una larga resonancia en el ámbito de lengua inglesa, creo más
plausible que los ecos procedentes de esta línea de la tradición literaria hayan inspirado a Borges.
En la larga lista de variantes inglesas figuran los poemas del mismo título de Tennyson y de Au-
brey Beardsley, pero conjeturo que Borges alude más bien a la variación de uno de sus poetas favo-
ritos: Algernon Charles Swinburne (1837-1909), que lo había escrito “In Memory of Charles Bau-
delaire” (Fortnightly Review, Londres, enero de 1868, 71-76; Poems and Ballads, 2nd series, 1878,
71-83; Swinburne's Collected Poetical Works, 2 vols., London: William Heinemann, 1924, I, 346-
353).

El poema de Swinburne trae al comienzo un epígrafe de Baudelaire (de Les Fleurs du Mal), que
finaliza con el verso: “Certe, ils [les arbres] doivent trouver les vivants bien ingrats : Cierto, los vi-
vientes les deben parecer muy ingratos [a los árboles]”.

Un mes más tarde, Gerardo Diego informa a Vicente Huidobro mediante carta del 27-I-1923:
“Isaac del Vando ha estado por Uruguay y Argentina dando absurdas conferencias sobre el ul-
traísmo.” (Morelli / García 2008, 144). Ignoro de qué fuente concreta proceden las informaciones
suministradas por Diego, pero existe una intensa conexión entre él y Montevideo: Diego había pu-
blicado ya en 1920 en Los Nuevos. Revista de arte y Letras, dirigida por Federico Morador y
17
Otero e Ildefonso Pereda Valdés: “Atrás” (n. 1, enero de 1920, 20). En la segunda entrega (febre-
ro de 1920), un entusiasta artículo anónimo (“Las modernas tendencias literarias. Apollinaire y el
creacionismo”, quizás de Pereda Valdés), menciona elogiosamente a varios ultraístas españoles:

Vicente Huidobro, Paul Reverdy, Francis Picabia, Jean Cocteau, Max Jacob y [Pierre-] Albert Birot, en mi
sentir, los más grandes sostenedores del Movimiento Creacionista con Élan y Nord-Sud; y Rogelio Buendía,
Gerardo Diego, Isaac de[l] Vando-Villar y C[ansinos] Assens, ases del ultraísmo con la revista Grecia revelan,
en la prolijidad de sus estilos personalísimos, que tienen como fuentes de sus inspiraciones los símbolos
inmutables de la vida...

Y en el número 5, de mayo de 1920, y bajo el título “Los poetas modernos españoles” se publican
estos títulos: “Efigie” de Isaac del Vando-Villar, firmada “I. de la E.” (i.e. Joaquín de la Escosura),

17 Se menciona a Morador en algunas revistas españolas de los 20: Ultra 10 (10-V-1921), Prisma (Barcelona, junio de
1922), Literatura hispano-americana 147 (enero de 1926), La Gaceta Literaria 59 (1-VI-1929), etc.
y dos poemas de Vando: “Columpios”, “Carnaval en el cielo”. Tras un texto de Goy de Silva, apa-
rece Gerardo Diego: hay una “Efigie” suya, pero sin firma, y se reproducen sus poemas: “Puerto
chico” y “Bailarina”. En base a estos datos me parece más que probable que la fuente de Diego
fuera Ildefonso Pereda Valdés.

Vando-Villar visitó también Brasil, de lo que no encuentro huellas. Sobre la visita de Vando a
Buenos Aires habrá en cambio un tardío eco en el libro de memorias de Manuel Forcada Caba-
18
nellas (De la vida literaria. Rosario: 1941, 55-56):

Finalizando el año 1922, cuando el ultraísmo se consolidó y había comenzado a tomar cuerpo en nuestros
países americanos, tuvo Isaac del Vando-Villar el gesto, muy suyo, de arribar a las playas de Montevideo y
Buenos Aires, titulándose, por el sólo hecho de detentar la dirección de Grecia, precursor y jefe del ultraísmo
español. Es cierto, asimismo, que de la aventura no le quedó muy gran recuerdo, ya que el cantor de la zigza-
gueante calle de las Sierpes sevillana era sobradamente conocido por unos pocos, pero suficientes, poetas
porteños –Borges, Girondo, González Lanuza, Ortelli, Norah Lange, entre otros– que no ignoraban que el pre-
tendido Mesías del más allá no era otra cosa que un simple militante, de discutible calidad, del grupo
vanguardista hispánico. Rafael Cansinos Assens no le perdonó jamás al autor de La sombrilla japonesa su
olímpica pirueta –que intentara destronarlo por las exuberantes tierras de América– que significaba una
infidelidad doblemente lamentable teniendo en cuenta que Vando-Villar le debía a él su relativa personalidad
literaria como timonel de Grecia.

A pesar de su brevedad, el párrafo rebosa inexactitudes: la ruptura entre Vando y Cansinos tuvo
lugar ya a fines de 1920, por otras razones (desconocidas, pero colijo que relacionadas con el
entredicho que Vando tuvo con el poeta chileno Vicente Huidobro). Girondo y Borges no se cono-
cían aún en 1922, y es muy probable que Girondo no hubiera oído jamás mencionar a Vando.

(Hamburg, 30-III-2019 / 15-VIII-2019)

.....

18 La editorial Renacimiento (Sevilla) anuncia una reedición de ese volumen.

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