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Raymund Kolbe nació el 8 de enero de 1894 en Polonia y falleció el 14 de agosto de 1941 en Auschwitz.
Cuando apenas era un niño, tuvo un Sueño con la Virgen María, quien se le apareció, sosteniendo en sus
manos dos coronas, una blanca y una roja, y le pregunta si le gustaría tener alguna de ellas, una es por la
pureza, y la otra por el martirio, a lo que el Santo le respondió: “Yo elijo ambas.” Entonces ella le sonríe y
desaparece”… Después de esta visión, San Maximiliano Kolbe jamás volvió a ser el mismo.
Entró en el seminario menor de los Franciscanos Conventuales y a los 16 se convirtió en un novicio. Fue
Doctor en Filosofía y Teología, y ordenado sacerdote a los 24 años.
Funda la Milicia de la Inmaculada, cuyo objetivo era luchar contra el mal de la indiferencia, con un buen
testimonio de vida, la oración, el trabajo y la mortificación."Trabajar por la conversión...y la santificación de
todos bajo el patrocinio de María Inmaculada"
Luego fundaría “el Caballero de la Inmaculada“, una revista religiosa de difusión mensual que estaba
bajo la protección de María Santísima, en la que predicaba la Buena Nueva a todas las naciones.
Para trabajar en estas publicaciones estableció un convento, llamado “Ciudad de la Inmaculada” -
Niepokalanow- que albergaba a unos 700 de sus hermanos franciscanos. Más tarde fundó otra en
Nagasaki, Japón. Tanto la Milicia y la revista, llegaron a marcar más de un millón en miembros y
suscriptores.
En 1939 los nazis invadieron Polonia. Niepokalanow fue severamente bombardeada. Kolbe y sus
hermanos fueron arrestados, pero luego de tres meses fueron puestos en libertad.
En 1941 fue arrestado nuevamente. Él ya había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista
con gran éxito y notable difusión. El propósito de los nazis era liquidar a los que eran líderes de algo.
Fue deportado a diferentes lugares privado completamente de su libertad, hasta que al final, fue trasladado
a Auschwitz, tres meses más tarde, después de terribles palizas y humillaciones.
Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada
preso que se fugara del campo de concentración, tenían que
morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo y al que le tocó
ser el número 10, exclamó: “Dios mío, yo tengo esposa e hijos.
¿Quién los va a cuidar?”.
En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: “Yo me ofrezco
para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir
de hambre”. El oficial le responde: ¿Y por qué?, a lo que
Maximiliano responde:
“Él tiene esposa e hijos que lo necesitan, y yo sólo soy un simple
Sacerdote”.
El oficial acepta el intercambio y Kolbe es llevado con sus otros 9
compañeros a morirse de hambre en un subterráneo.
En el “bloque de la muerte” se les ordenó a desnudarse, y allí
comenzaron los tiempos de oscuridad, condenados a morir en el
olvido bajo una muerte lenta de hambre. Pero no hubo gritos ni
lamentos; los prisioneros más bien cantaban junto a Kolbe.
El santo sacerdote anima a todos y reza con ellos. Poco a poco,
uno a uno van muriendo, y después de varios días, tan sólo
queda Kolbe con vida.
Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de
cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de 1941.
Se lo celebra el 14 de agosto.
Canonizado en 1982 por Juan Pablo II como “Mártir de la Caridad”
Es el Patrono de las Familias, medios de comunicación católicos, presos y drogadictos.
Vida de la Beata Laura Vicuña
Nació en Santiago de Chile, el 5 de abril de 1891 y murió en Argentina el
22 de enero de 1904, a la edad de sólo 13 años.
Su padre es un alto militar y jefe político de Chile. Una revolución derroca
al gobierno y la familia Vicuña tiene que salir huyendo desterrados. El papá
muere y la familia queda en la miseria. Laura tiene apenas dos años.
La mamá, con sus dos hijas, emprende un larguísimo viaje de ocho meses
hacia las pampas de Argentina. Allá encuentra un ganadero brutal y matón,
y movida por su gran miseria, la pobre Mercedes se va a vivir con él en
unión libre. El hombre se llamaba Manuel Mora.
Laura hace un plan: ofrecerá su vida a Dios, con tal de que la mamá abandone a ese hombre con el cual
vive en pecado. Comunica el plan al confesor, el Padre Crestanello, salesiano. La niña está resuelta.
En el colegio es admirada como la mejor compañera, la más amable y servicial. Las superioras se quedan
maravilladas de su obediencia y del enorme amor que siente por Jesús Sacramentado y por María
Auxiliadora.
Va a pasar vacaciones a donde vive su madre. Manuel Mora trata de abusarla, pero ella no lo permite.
Prefiere ser abofeteada y azotada brutalmente por él pero no admite ningún irrespeto a su virtud. Mora no
va a pagarle más el colegio, pero las Hermanas la aceptan gratuitamente.
En una gran inundación que invade el colegio, Laura por salvar la vida de las más pequeñas, pasa largas
horas de la noche entre las frías aguas sacando niñas en peligro, y adquiere una dolorosa enfermedad en
los riñones. Dios empieza a aceptar el sacrificio que le ofreció por salvar el alma de su mamá.
Laura empieza a palidecer y a debilitarse. Sigue orando por su madre. Cae a cama. Dolores intensísimos.
Vómitos continuos. Se retuerce del dolor. La vida de Laura se está apagando. "Señor: que yo sufre todo lo
que a Ti te parezca bien, pero que mi madre se convierta y se salve". Va a entrar en agonía. La madre se
acerca.
- "Mamá, desde hace dos años ofrecí mi vida a Dios en sacrificio para obtener que tu no vivas más en
unión libre. Que te separes de ese hombre y vivas santamente". Mamá: ¿antes de morir tendré la alegría
de que te arrepientas, y le pidas perdón a Dios y empieces a vivir santamente?
- "¡Ay hija mía! - Exclama doña Mercedes llorando, - ¿entonces yo soy la causa de tu enfermedad y de tu
muerte? Pobre de mí ¡Oh Laurita, qué amor tan grande has tenido hacia mí! Te lo juro ahora mismo.
Desde hoy ya nunca volveré a vivir con ese hombre. Dios es testigo de mi promesa. Estoy arrepentida.
Desde hoy cambiará mi vida".-
Desde aquel momento el rostro de Laura se torna sereno y alegre. Recibe la unción de los enfermos y su
última comunión. Besa repetidamente el crucifijo. A su amiga que reza junto a su lecho de moribunda le
dice: ¡Que contenta se siente el alma a la hora de la muerte, cuando se ama a Jesucristo y a María
Santísima! Lanza una última mirada a la imagen que está frente a su cama y exclama: "Gracias Jesús,
gracias María", y muere dulcemente. Era el 22 de enero de 1904. Iba a cumplir los 13 años.
La madre tuvo que cambiarse de nombre y salir disfrazada de aquella región para verse libre del hombre
que la perseguía. Y el resto de su vida llevó una vida santa.
El Papa Juan Pablo II la beatificó el 3 de septiembre de 1988, y es la patrona de las víctimas de abuso.
Vida de la Beata Chiara Luce Badano
Chiara Badano nace en Sassello (Italia), el 29 de octubre de 1971.
Su vida se compone de éxitos y fracasos: en el último año de colegio por una injusticia ella pierde el año,
aunque tiene amigos en el colegio muchos compañeros la tildan de “monja” , su primera decepción
amorosa; el traslado de ciudad con su familia. Con Chiara Lubich intercambia correspondencia hasta la
muerte. Por sus cartas se ve una visión positiva y luminosa. Chiara era una joven como todas: alegre y
vivaz, amaba la música, nadaba, jugaba tenis, le gustaban las caminatas por la montaña.
Tenía muchos amigos, algunos se abrían y le confiaban las dudas y las dificultades, encontrando en ella
una escucha absoluta. La mamá le preguntaba si a ellos les hablaba de Dios, ella respondía “yo no debo
hablar de Jesús, debo darlo”. ¿Y cómo haces? “con mi escucha, con mi modo de vestir y sobre todo
amándolos.
Faltaban dos meses para sus 17 años. Durante una partida de tenis se le cae la raqueta por un fuerte
dolor en la espalda. Tenía un Tumor óseo con metástasis, uno de los tumores más despiadados y
doloroso.
Frecuentemente asiste al Hospital. Las curaciones son dolorosas. Quiere ser informada de cada detalle
del transcurso de la enfermedad. A cada nueva y dolorosa “sorpresa”, su oferta es decisiva: “por ti Jesú, si
lo quieres tu, lo quiero también yo!”. No tenía todavía 18 años cuando Chiara pierde la movilidad de las
piernas.
Se hace sentir el presentimiento de muerte: “¿mamá es justo morir a los 17 años?” y ella “no lo sé. Solo sé
que es importante hacer la Voluntad de Dios, este es su designio sobre ti”.
Una grave hemorragia pone en peligro su vida. Sus amigos hacen turnos para rezar toda la noche. Los
médicos están en duda si dejarla morir o hacer la transfusión: quiere decir que seguirá sufriendo. Deciden
hacer transfusión. Chiara vivirá todavía un año más. Decisivo para ella.
Pese a la inmovilidad que Chiara tiene es muy activa: con llamadas telefónicas se hace presente a
congresos y actividades varias con mensajes, postales y carteles, dando a conocer a sus amigos y
compañeros de escuela.
La enfermedad seguía avanzando y necesitaban intensificar el suministro de morfina, pero Chiara Luce se
rehusaba: Me quita la lucidez y solo puedo ofrecer a Jesús el dolor”. “
Una mañana después de una difícil noche, le viene espontáneamente repetir en pequeños intervalos “ven
señor Jesús”. Son las 11 cuando inesperadamente llega a buscarla un sacerdote del Movimiento de los
Focolares. Chiara Luce era muy feliz: Desde que se despertó quería recibir Jesús Eucaristía. Se convierte
en el alimento de su viaje.
Chiara Luce parte para el cielo el 7 de octubre de 1990.Había pensado en todo: en las canciones para su
funeral, las flores, en el peinado, el vestido, que había deseado blanco, de esposa, con una
recomendación: “Mamá, mientras me preparas debes repetir siempre: ahora Chiara Luce ve a Jesús”. Por
último saludo a la mamá “Adiós, se feliz porque yo lo soy” y una sonrisa al papá.