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NOCIO NES DE FON ÉTICA


,,
Y FONOLOGIA GENERALES

No hay ciencias aplicadas, sino apl icaciones de las ciencias.


l.Ol l !S PASTEU R

l.l. NTROl)LICCIÓN: ¿ES REALMENTE Nt::.CESA R!O ESTE CAPÍTULO?

¿Es realmen Lc..: 11<.:ccsario e¡ uc u u profesor ele idiomas sea fonetista? Yo


con1.csta1ía q ue Lodos los prolesores de k nguas, lo quieran o no, son [one-
tisras. Desd e u n pu nlo ele vista pní.cLico, no es posi hk cnse11ar n i n gu na kn-
gua extranjera a ningúu tipo de alu m no, seatl cua l es :,wn n los oletivos y el
método, sin ded icar LUia cierta atención a b pn)1rn 11ciación. Y u na cierta
alenc ión a la protn 1n ci,1ción e lon i·lica.

Estas pal abras las escri bió e l em i nente fone tista bri tá n i co David
Abcrcrom bie en 1956, en su clásico trabajo Tearlúng f nvnu11tiation ( pág.
87) . Los tiem pos ha n cam bi ado m uch o desde en ton ees, l as orien ta-
ciones did ácticas y los m étodos de enseñan z<t La m bién . Si n e1nba rgo,
ahora m ás que n u nca con viene, a mi juicio, recordar opi n iones com o
esta y ten erlas presentes, especialrn en Le al planear la fonnación de los
futu ros profesore s. Y digo que ahora m ás que u u n ca, porq ue en los úl-
timos aii.os se h a prod u cido t'n trc los especialistas un fenómeno cu ri o-
so: se h a despertado un in terés enorme por todos los aspectos ref e1· idos
a la 1netodología de la enseñanza de la lengua que ha ido parejo con u n
desentend i1ni cn to igu almen te acusado por )os con ten idos sustan tivos
que hay que en señar. Lo cual equivale a suponer que para llegar a ser \
u n buen profesor de -pongainos por caso- química , es 1nás decisivo 1,
saber cóm o en seriar qu í1nica que saber quí1nica, o q ue pa ra ser u n
bue n actor es más i m portan te el método de i n terpre tación seguido
que la memoriza ción del tcxLO qne se h él de interpretar. Como conse-
30 FONl:TICr\ PA R,\ !'OFF.SORES OE ESPAÑOi.: DE L\ TEOR Í.\ J\ LJ\ PR.'\C:TIC,\

n1encia de esLc cslaclo de cosas, la rracll1ra en lre la investigacióo bási-


ca en lingüística Leú rica ( tan to en el á rea con creta de adqu isición de sc-
gu n da.s lenguas romo en el de l a H:oría gen eral del len gu je) y la i n-
,·csti gaci ón e n l ingü íst ica aplicada ( más ori en r.ada ah ora a l a mcr,t
supcrac ió11 de los problelll as rn ctodológicos prácLicos) se ha acen t ua-
do, y n o c.-eo pecar de pesim i$ta al df'ci ,·(llle se pe rcibe con frecuen ci a
u na especie ele desconfia nza 1n u tua en t re los represe n t an tes ele cada
nno de los dos senorcs. Ni q ue deci r t ien e (JLIC u na .si tt1ación como
csla no con tr i bu ye al prog reso en el cam po q ue n os ocupa y resu lta
n ega tiva, desde cualq u ier pun Lo de ,·ista , ya que, f i nahn en te, la base
fir m e pa ra la resol u ción ele los proble m as pránicos sólo puede pn)-
porciona rb el desarrollo y la prof ü n <lizaci ón cid conoci m ien to teóri co.
Porq ue lo cie r Lo es q u e es absolu Lam en l c evjden Le q ue si u n µro-
fcsnr n o sabe nada -o casi 11;,.cla-de frmé tica general 11i de fon {,¡ica o fo-
n ología clel espaiiol no jJunlP, de n i n gu na ma n era, ensefiar cor recta-
m en te a sus al u m nos la pro 111u1ciaci ú n de n ucslra lengua, por m uch as
tt:cnicas ava n ü1das )' m u cho e1Hrenam ie1110 metodo lógi co (]lle haya lle-
gado a posee r. Cito a Me n dívil Giró (2003: 3!1) :

Parece claro <J ue no se puede kmrn dar u na lcoría sobre d apre,id iz, jc
ele algo si se dt'sco1wc:c qu i· es ese algo. q u(· µropicdad <.'s 1icnc r q u é lo ca-
racteriza. Ncct>si tamos pri m ero u11a 1eo1fa .'Sobre ciu( se ,1prcndc. luego una
::,;ohrt' cómo St' aprcnde t so con nc1,un e111c v, por últilllo, consid erar si d icha
teoría del aprcnd iz je específico es cohcrcn lc con otras teorías dd aprcn-
diz,üc de ot ros fcn úmc11os o con u11c1 l <'< >ría del aprcnd i z;jl' en gt"11eral.

Por su puesto , no qu iero decir con todas estas rdkx iones q ue el pro-
fesor en cuestión deba ser u n fon etista o ronólogo especial izado, con
a11os de experiencia a sus espaldas; al fin y al cabo no rienc guc enseiiar
lúnética o fon ología Leórica, si n o pron unciación . Oigo, sim pl en1enLe ,
I
que debe rnnoa>r el fu nciona1nie11LO de los órgan os articu la torios con
cierta profu ndi dad, las características fón icas de, al ,nenos, la lengua
que está cnsei1ando, la forma en que se ha ele analizar la producción oral
con fi n es didácticos. Debe sab,>r q uc los erron·s ele sus estud ian tes n o son
11t111Ca casuales, q ue so11 com prensibles, d i agn osticables y corregi bles a
pa rtir de sus propios con ociniien LO.s de la fonér ica y fonología de la pri-
1ner,1 y ele l a segu n da lengua del apren diz. Y, claro está, debe ser capaz,
por últi1110, de aprovechar esos conocitnicn tos sustanciales ele la mate-
ria para prcpa r,u- los mai erialcs más idóneos para cada ocasi ón , es decir,
debe tarn bi t'll -y n atu ral men te- saber metodología.
NOCIONES DE FON¡::TICA Y FONOJ.OC:Í.\ <:t• Nf RAI.F.S 31

Se diría que todos eslos req uisitos los rnar('a el n1ás pu ro sen ti do co-
rn ún. Sin em bargo, m i experi enci,1 me It a hecho ve r que un elevadísi-
mo n ú111(-ro <le, po r lo d C'1n ús, cxcele1ttes profC'sores de cspai1ol ac-
t ualmen te en act ivo carece <le un a bue na prepa ració n en !o ' nél i ca y
fonología, carenci,1 esta proba blemen te debida a dcfici<'n cias m uy arrai-
gadas (hasta hace poco Liem po: pa rece ql1c la sit u aci ón empic:ra a c.1111-
bia r) en el sistema t tn ivcrsi ta rio de n t tcst ro país. M uchos de esos pro-
fesores optan po r soslayar en l a med i da e11 q ne pueden la cuestió n de
la pron u nciación en sus clases; otros la aborda n si n n i ngú n convenci-
m ien t o n i seguridad acerca del ra rni no q uC' S<' t raza n n i de l os resu lta-
dos que va n a obtener. Y es así como cerrarnos el círcu lo y volven1os a
la observación que h ice en los prel i m i na res de este l ibro: la pro111t n-
ciaci ú n es el aspcclo m ás descuidad o en l a en se11a u za de lengu as cx-
lra1 jeras.
Conf 'ío en que las pági nas q uc siguen en este y l os prú xi mos capí-
t ulos, pnecla n con t ri bu i r, siq uiera n1od esta y míni ma m cn t e, a quc cst <1
situación e1npiecc de n n a ve1. por todas a cam bia r. Al te n n in ..u· de leerlas
o est udia rlas, el l ector debería te ner cla ra la rcspucsw a las prcgu n t as
h,hi cas q u e suele n ha n: rse en relación co11 la ron ét ica y la ron ol ogia ,
esto es, con el estudio de los son idos del lcngu <tj<':

- ¿Qué es la fonéLica y qu <' ot ras a pl icacion es t ien e, además de su


u t i I i dad pedagógi ca en las clases ele espa 1iol com o lengua ex-
Irmjera?
- ¿(¿ut' se pued e hacer y qué no con el aparato fc>nador humauo?
- ¿Cóm o fun cion a el m ecan ismo de prod ucción de son idos?
- ¿En qué se d iferencia n la fon ética y la fon ología? ¿Qu(·u n idades
manc ja cada una de estas discipl inas y cómo se relaciona n en trc
sí dichas unidades?
- ¿Cw'tlcs son los ronceptos básicos de fonología n ecesarios pa ra la
enseü anza y el aprendiz(tjc de segundas lenguas?

1 .2. ¿QUÉ ES L:\ FONÉTICA

La fon{·1ic-a se ocupa ele rkscribi r los sonidos del habla que exis1c11 en las
lenguas del tn ttllclo. Queremos saber lo q ue esos sonidos sor1. c-ón10 se or-
m en sistemas y ct>mo cambian en circ:u11s1anc-i :i.s difr.·re1Hes. Y,lo q ue es
ga n iz:
mús i m portan te, q11eremos saber q ué aspectos cte los son idos so11 nece-
32 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE lA TEORÍA A lA PRÁCTICA

sarios para transmitir el significado de lo que se está diciendo. La principal


tarea, pues, de un fonetista es tratar de descubrir lo que lagente hace cuan-
do habla y cuando escucha a otros hablar (Ladefoged, 1993: 1).

Puede establecerse una primera gran división entre fo nética general


J fon ética descriptj1!9. Mientras que la primera se ocupa de caracterizar los
\ mecañísnros cfue generan los sonidos que íntervienen en las lenguas del

l
I
mundo, la segunda se ocupa, en cambio, de describir cómo son los so-
nidos parti:culares de las distintas lenguas naturales . Y una segunda
gran división, si cabe más importante que la anterior, es la que se mar-
ca entre fanJ!. i:.E.O. :. articulatoria.J2n1.t,iacústi y fon 1tica quditiva o percep.-
tiva: la fon ética articulatoria estudia la producción de los diferentes so-
nidos del habla mediante la acción de los órganos articulatorios que
todo ser humano posee; la foné tica acústica analiza las caracteristicas fi-
sicas de las ondas sonoras que conforman los sonidos de todas las len-
guas; y, finalmente, la fon ética P.er:. (}J!tiva,se_ ovP de stig:ar cómo los
receptores del hablá;" .19 .es J.a.s ,pt's.o.n.QYJ .Ieciheu l9s mensajes..?
los perciben, los pmc_esan_y los interpreta. Es muy importante, con
todo, tener siempre presente quetooasTasfases del proceso de comu-
nicación están interrelacionadas, según tendré ocasión de explicar con
detalle más adelante:

El tracto vocal humano es un tubo que actúa como resonador (esto es,
como una caja de resonancia) y cuya forma varia como resultado de los
movimientos de los distintos órganos articulatorios. Estas modificaciones con-
llevan cambios en las frecuencias de resonancia de los volúmenes de
aire contenidos en cada una de las cavidades que lo conforman y ello
constituye, realmen te, la diferenci.a percibida entre los sonidos del habla
(Gil, 1988:29) .

Por consiguiente, los soni9- !EAP! pueden describirse y clasi-


ficarse desde el p!}tO de - .g tiqlatorio, acústic f? EerceE_ V y las
relaciones de estos tres aspectos constituyen realmente el objeto de la
teoría fonética general.

1.3. FONÉTICA ARTICULATORIA: LOS ÓRGANOS ARTICUIATORIOS

Ninguno de los órganos que utilizamos habitualmen te en la pro-


ducción del habla tiene como función principal esta actividad. Como
;\;OCIONES DE FONÉ IC:A Y FONOI.O(:ÍA c:ENER \LES 33

se expon e en la Figura 1, lo.s pulm on es, por ejem pl o, n os sirven para


respirar; la lengua y los cl i e11tes i n Lervie n en en el proceso <le i n ges-
¡jón de al im en tos, ele. Sin embargo, puesto c¡uc lodos ellos son parle
ru n clarn en tal del m en1nism o de articulación del l engu je, es lícito dc-
n onün a rlos ó1g(l.nos ar/.irulalorios y dedicar algú n espacio a su descri p-
ción.

ÓNC,lNO F,w áán /lfl m la .\lt/H rvivf!11áu


1
Fu 11 rió 11,,11 eI Iw lJIo

J>u l III ou,


.. l 11L<.'l'<'ll11bia r el oxíge no y Ce1wrar u n ll l1jo ele aire
el d ic'>xido de rn rho110

(:11f'l'tlf/ S Evi ta1. q ue los il i n1e111os Prod uci r \ ihraciú11 y ,c1 ua r


VO('(f / 1\
· t y los l íq uid os c 1H r<.'11 <.'11 los co1110 f úen I(· de son ido
p11 l mo11e.-;

I.,( JI ;O.,'// (I
1
Mover el .1li1n cn to ck111 ro Art i n tlar :-.on i<los
d<' la boca

Oin11,,., Rasgar y t ri t u nir los Act ua r con10 articulador


a IinH. 11to pa:-;ivo

l.abios Cerrar l;i ca\'idad or;tl An icuhu· son ido..,

Fig·11 ra 1 : ,\d;1ptada del cu rso de fon(·t ica on-l i 11c UngOOI. So11Jl(ls, Ll n ivt"rsi L)' of'
Pt't Insy Iv111 ia

El /.meto voml csLá con sl i luid o por t res tipos de cavidades: las mvida-
rffs h?fmglólims o i11Jú1,..t!,-Lotales: <:'l diafragma , los pulrnon es y la tn1q uca; la
cavidad pJótim o p,lotal: la lariugc, con l as cut'nlas vocales, y las ra:uid ades
.m/Jragl.ótitas o sn/Jmglot.alr1s: las cavidades faríngea, oral y nasal.
Algun os au t ores cn l ien den q u e d tracto vocal sólo abarca, en rea-
lidad , las cavidades glótica y supraglóticas, tal como se ve- en el d iagra-
m a de l;.1 Figura 2, pero esta es lln a cljverge nci a ter m i nológi ca que n o
rcvisLe mayor i tnportancia 1 • Si nos Fúamos en dicha figura, vemos que

I Ad<:111ás (.l(- en los n u mt'rosos ma n11al <·s d<' 1'011( 1icc1 t.:xistcntes, de en t rt' los cua ki.:
IIw ,w·evo a n·comet H la r m uy cspc:cia lruen Ie L1ddc>g-ed ( 19)) y Lawr (l 19 1). t'.l lector
i n l l'n:sadu p11cdt' c1H·o11t ra r u11c1 cx pl iraci ú n detallada dt' cad.t u no e le l us úrga nos a rf í-
ntiaw rios l'l1 la d i rccción <h L L p:/ /www. u m,rni wba.ca/ facul LÍ('s/ a r l s/1ing-uiscics/ rus-
:,dl/ 1 8h<·c· I /anat rn ny.h rm>, entre otras muchas prn,ihles q1w se c:ilan al Ji.na! ck esta obra.
34 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

en su extremo inferior se encuenu·a la laringe, en la que se localizan dos


músculos gemeJ.9§¿ recubiertos de mucosa laríngea, conocidos como
Vocales o, más tradidonalrriente, como cuerd as vocales. El - E-
-dotnangüT existe entre ells denomina gloti por lo que a la
(l'as[fáaogea la conoce !> com j cavidad glótica. La glotis
puede variar de dimensión en función de la posición que adopten las
cuerdas vocales. Si estas sejun tan, la glotis se cierra; si, por el contrario,
se separan, la glotis se abre en mayor o menor grado. El control de la
abertura glótica impide que penetren en las vías respiratorias cuerpos
extraños, función a la que contribuye en gran medida la epiglotis, car-
tílago con forma de cuchara que, a modo de lengüeta, cierra la entra-
da de la laringe a los alimentos. Toda la laringe puede desplazarse ha-
cia arriba y hacia abajo. Se eleva en el momen to de la deglución, por
ejemplo, o durante la emisión de sonidos agudos (cf. § l.7.6) ; des-
ciende cuando bostezamos o producimos sonidos graves. Sus movi-
mientos varían el volumen de las cavidades supraglóticas y la presión del
aire en ellas contenido.
La cavidad glótica actúa como punto de referencia para distinguir
las cavidads infraglóticas, que están por debajo de ella, de las supra-
glóticas, que están por encima de ella. Estas últimas, a saber, lafaríngea,
oraly nasa/,, son particularmente interesantes dentro del conjunto de ór-
ganos del habla, por lo que me detendré un poco en comentar sus ca-
racterísticas.
La faringe es un tubo membranoso que conduce de la laringe a la
boca y las fosas nasales. Sus dimensiones no son uniformes a lo largo de
toda su extensión; su parte media es más ancha que las restantes, si
bien el tamaño de cada una de estas zonas puede modificarse por los
movimientos de distintos elementos:en primer lugar, el volumen de su
parte más cercana a la laringe ( laringofaringe) depende de los despla-
zamientos de esta última, de la lengua y de la epiglotis; el de su parte
próxima a la boca (orojaringe) , de la posición más retraída o más ade-
lantada que adopte la lengua y, finalmente, el volumen de la parte pró-
xima a la cavidad nasal (rinofaringe) ,y su intervención en el proceso de
producción del sonido, dependen de la disposición de la parte final
del velo del paladar o úvula.
En cuanto a la cavidad oral, se extiende desde la faringe hasta los
labios, que la limitan por su parte anterior. Sus paredes laterales son la
cara interna de las mejillas, en tanto que su techo está formado por el
maxilar superior, con los dientes, el paladar duro y el paladar blando.
NOCIONES DE FONLtl"ICA Y FONOL()(;ÍJ\ < ;.ENERAl.F.S

La parle i nfe rior -eJ 'suelo'- de l a boca estú ocu pada casi por com pl e-
t o por la k n gl1a, cuyas principales zon as se i ndican en la Figura 2 y,
posterior me n t e, nos servi rán pa ra localiza r y descri bi r los distin tos so-
n idos.

E l rn rnaii o v la f ónn a de h, ca\"idacl bucal varían en fun ción de la


I

m ovilid ad que carac t eriza a algu nas ele las est r u ctu ras que la con stit u-
yen. A"í, l os labios pueden alarga r la cavi dad aJ redon de,1rse y proyec-
ta rse hacia fuera, en ta n to que la abertu ra y la conf ü rn1ación gcnC' ral de
l a boca ca m bia n de ,l<.' ll <.Tdo con los movi m i en tos de la l en gua y del
m axi lar in ferior. No todos los órganos q ue com pone n la cavi dad oral
son 111úvilcs o ru"ti-uos. Los d i en t es su periores, la protu bera ncia alveolar
o alvn>los y el paladar d uro son órgan os pasi :vos o in rnóvile.'i sobre los q ue
,ICLÚan los la bios o l a l en gu a pa ra ar1i cular ck t crnlin ados son idos.

LOS ORGJ\.'J\JOS /\.RTJCl 'L/\TORlOS

Cav. nasal

Incisivos ../ Paladar duro


superiores Velo del paladar
Labio
Orofaringe
superior

Labio
inferior Lengua:

Incisivos Raíz
inferiores Postdorso
Predorso
Mandíbula Ápice
6 FONL':TICA l'/\RA PROFESORES IW. ESPAÑOi.: IW J.J\ TEORÍA A L,
\ PRÁCTICA

La lengu a es el articu l ador activo más i m port an te. Puede dividirse


en tres zonas: el rífJÜ:f o pu n ta; el dorso, que, a su vez, se su bd ivide en jnf'-
dono, m.ediod m:rn y ¡,ost.d m·so, y l a raiz, q ue es a1 m ism o tiem po l a pa red
an tciior de la orofarin gc (Fig11ra 2) . La lengua , debido a su pecul iar es-
t ructu ra, puede t an to exten de rse más all á de los d ien tes, aproxi rn a da-
m cn l e 5 cm .. como rc t rotraers<' h c1sta 3 cm. dC'n l ro de la cavid ad; ek-
varse (como un todo o en Las d ive rsas panes que la com pon en) h asta
llega r a tocar el lech o de fa hoca, o bien descen d er pa ra djar pas< > l i-
bre a la corrien t e el e a ire proven ic11 te d e los pu l mones. Todos es(<>
movim ien tos, y alguno m ás que aquí n o t1H'1Kiono, son fundan H·111aks
para la articulació n de cada son ido. N ormal m en te con lleva n clcspl aza-
rni<'n l os concom i tan tes de la ma nd tl n da o maxi la r infe rior, el únin>
h ucso móvil de la cara, de modo qu e cuando la lengua descic-11d <: p;i ra
dar l ugar a una articul aciú n abier ta , l a mandíbu l a L n11bién l o hace v el
ángulo Lórmado por los dos 111axila res se ensa ncha. Por el con t r,1r io, en
l as art iculacion es (·c1Tadas, la lengua se eleva y r l ángulo 111;1:-.: i la r c·s,
asimismo más agudo.
1

La cavidad nasal presen ta u n a forma y 11nas di m ension es l i_j; 1s: 1l i 11-


gu n a de sus pa rtes real iza movi m ien tos m uscul ares ind cpe n d ic111cs. Si
lc1 úrmla, esto es, el apéndice fin al del velo del paladar, conoci d;i ,·1tl-
ganncnl e como 'cam pa n illa', est,1 elevada con tra la pa red d e la l;1ri11-
ge, l a corn un icación en t re la boca y las fosas nasal es se ve in1c1T11111pi-
da; si está caída y separada ele Lt fari nge, el paso en t re a m bas c1,·idad <'s
per ma nece abierto.

1.4. Fo ' TlCA:


\CÚSTlC:A: LAS ON DAS SONOR /\S

. Tipos de undas
l.11 .l

U n a ond a srmom es la propagación de u n a pert u ,-hación a t ray{·s d t'


u n medio mate rial como es el ain: , en forma de u na serie sucesiva de
[_mnp_res .1 5-Y 3:n:rr_/r!(<i!!:n'!. alternas que afectan a cada u na ele las pa r l í-
ctdas com po n en tes de ese medio. Dccin1os q u e ex iste u n esiad n d e
co1npresión cuand o dichas partícula están más próx i mas en l re si d<' lo
n or m al, y deci m os, en carn bi o, q ue existe u n estado de rarefacci ú11
cuan do se c11cuen lran 1nás dista n tes en r re sí de Jo ha bilu aJ. En su mo-
vi m ien to, ]as part ícu l as pueden desphuars<' m ás de su posición de re-
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOCÍA GENERALES 37

poso, y en tonces decimos que la onda t iene 1nayor amfJlil'ud, o pueden


desplazarse menos, y en este caso la onda ten drá un a meno r ampl i tud.
Por consigu i en te, la ampl itud de u n a on da se defi n e con10 la distancia
desde el punto de reposo al de 1náxilno al('.jamiento de una partícula en
vibración.
Las on das sonoras pueden ser sirnJ,ús y ro'tnj;/jas, est ando las del se-
gu ndo tipo constitu idas por la combinacic'>n de varias de las ele] pri mer
Lipo, q ue serán sus a.rmóni.r:os com pon en t es. Los sonidos del habla son
siempre el prod ucto de ondas complejas . Pero, adc111ás, y al mismo tiem-
po, las ondas sonoras pu eden ser /H'áódi.ras, si repi ten :,;u perfi l a in terva-
los rcgllla rcs de Liem po, o aj) t"riúdiras, si esto n o sucede. l ,a onda A, re-
prod u cida en la Figu ra 3, repi te su perfil 300 veces cada segundo, es
decir, que su frecneru :ia es de '!.00.J;.!!f:'.!1 /Jor segl{.ndo o lwrtzios, en lendicnclo
por ciclo Ja sunia de u n periodo de rarefacción y otro de com presión
(la extensión correspond iente a u no de estos cidos aparece con 1·elleno) :

ONDA A

Figu ra 8

La onda B, por el conLraiio, lo repite 00 veces por segundo, así que


su frecuencia es de 500 ciclos por sq undo o Hz ( abreviatura ele ftertzios
o hercios) . Obsérvese tam bién que la ampl itud de la onda B es algo ma-
yor que la de la ele la onda J\.

ONDA B

( I
f

Figura 4
·.:, 1 < i i\J I· 1 1< :.\ l,1\ R,\ PROFt<:SORES DE ESPAÑOL: DE L.\ TEORÍA ,\ L.\ l'R.t\(TIC/\

. i t1111 amos las dos ondas an Leriores, A y B. com o se ve a con ü-


111 1;1n, > n,

í
C\I
1
Fig-urn 5

obten emos la onda con1pleja resulLan te C, que se presen ta en ,, Figu-


ra 6, y que es, adem:Ls de complc:ja , periódica, porq ue repite su perf il
a in tervalos regu lares de tiempo.

ONDA C

Figura ()

Pues biC' n , en fu nción del t ipo <le ondas qu e los gen era n , los son i-
dos dcJ ha bla se divide n en sonidos musita/ p.s y ruidos. Los pri m eros son
el prod ucto de ondas peri ódicas y, en con secuencia, son más regulé\ rcs,
más melód icos y más agradables al oído. Los segundos rcsulta11 de on-
das aperiódicas y eso les confiere su carác ter i r regu lar y poco ·'arnw-
nioso''. Las vocales, por cjc1nplo, son sonidos nu1sicales, en ta11to q ue
algunas conson antes, con10 la [sl,son rui dos.

1.4.2. lniciar:ión dd sonido

Ya hcrnos visLo cómo pnecle n ser las on das son oras y cú1no sus p(.'-
culiaridades deLerm i n an el tipo de sonido de que se trata en cada caso.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 39

Ahora bien, ¿cómo se producen estas ondas sonoras que generan los
sonidos del habla? Para que se produzca cualquier tipo de sonido es
preciso que previamente haya existido un movimien to en la fuente que
lo origina. El caso de los sonidos del habla no es una excepción. En pri-
mer lugar, se hace necesaria la creación de una corriente de aire, de un
flujo de aire en el tracto vocal. En la mayor parte de las ocasiones, los
pulmones son los encargados de crear esa columna de aire que sale al
exterior durante la espiración. Una vez que containos con un flujo de
aire continuo, el siguien te paso consiste en poner ese volumen de aire
en vibración, de modo que origine ondas sonoras tal y como he expli-
cado antes. En un gran número de sonidos esto se logra median te la ac-
ción de las cuerdas vocales, en el proceso que denominamosfonación,
y que se diferencia claramente del de articulación, aunque ambos se
desarrollan en las cavidades del tracto vocal, como expongo a conti-
nuación.
,
--- :v/ hr- ,· J<. /¿$ Cl e ....J !.f. "' oel-1e.J
1.5.( FONACIÓY ARTICULACIÓN

En el momento en que va a iniciarse la emisión, los pliegues o cuer-


das vocales sejuntan e impiden que el aire pase a través de ellos, por lo
que la presión del aire en la parte del tracto vocal inferior a la glotis au-
menta considerablemente. Cuando esta presión subglótica excede la
presión que mantienejuntas las cuerdas, estas se separan y pasa un gol-
pe de aire, generándose de inmediato entre los propios pliegues una
fuerza de succión que los acerca y cierra de nuevo la glotis. Este proceso
se repite una y otra vez, y cada uno de los golpes de aire que se van su-
cediendo pone en vibración los volúmenes de aire contenidos en las zo-
nas supraglóticas del tracto vocal.
Porf onación, pues, se entiende este proceso o, para decirlo de modo
más general, toda actividad laríngea que no tenga una función artic1;!:
latoria ni sirva para crear un flujo de aire. Si, por ejemplo, cerramos la
glotis y elevamos la Iannge (adoptañdo la misma posición que cuando
vamos a toser), el aire contenido en la cavidad bucal se pone en movi-
mien to y sale al exterior, con lo que habremos conseguido una conso-
nante denominada eyectiva, un tipo de consonante que no se da en es-
pañol, pero que es frecuente en las lenguas del mundo. Esta constituye,
ciertamen te, una actividad laríngea, pero no es fonatoria, sino que sir-
ve para crear un flujo de aire (no pulmonar, porque no procede de los
40 FON ÉTL( :A PARA PROFESORES OF l<'. SPAÑOL: DF. l ,r\ TEORÍA ,\ Lr\ PR/\CTH :A

p ul mo nes) . Si, por el con t ra rio, cerramos la glotis pa ra dar lugar a la


conson an le l7 1, existen.Le en inglés y en otras lenguas (y q ue m uchos
hablanLes de idiomas germán i cos suden pro n u11cia r an te las vocales
in ici ales espaüolas, cf. cap. 6) , la lari nge está actu ando, pero en este
caso su función es n l<:' rarn en tc articula t oria: estarnos arlirulan.d n un de-
l crm inado tipo ele son ido.
Au n <] ue, co1no d igo, la lari n ge pued e desa r rollar Lambién este (tl-
Limo tipo de anividad articu l a toria, el p roceso de arf irular.ión se asocia
fun damen talrnen te con las cavidades s11praglóticas. En aquellos son idos
en l os que n o se h aya producido l a fon ación o vibració n ele las cuerdas
vocales, la fuen te de sonido se deriva de la ar ticu lación :?, aunque ya n o
se t ra ta en esLe caso de u n a fuen te- pe riód ica (de pu lsos repct jcl os a in-
1 ervalos regu lares) como l a laríngea, sin o de olro tipo de fuen te q ue
prod uce ruido tu rbulen to y transitorio. Di cha fuen te de r uido, creada
median te la acción de los diferen tes articnladorcs, estará si luada c11 al-
gu n a zon a d c> I lracto vocal y consisL irá básicamen te en u n c•Hrccha-
1nien to o cierre de éste. Si articula mos, por <:jc1nplo, u n a s -q u c es u n
sonido consonánt ico sordo, esto es, sin vi bración de las cuerch1s \'ocales- ,
el flt UO de aire atraviesa l i brcmen Le Ié-1 glo tis, pero se ve obl ig,1cln ;1 pa -
sar a través de u na zona est rechada del tract o, a la a l t ll ra aproxi 111;1da de
los alveolos superiores. Cuan do u na corrie n te de aire rápida a t ra vi esa
u n a constr icci ón , se crean tu rbul encias en ella. Estas pe nu r bací ones
co11stituyc11 u na fuen te de ruido tu rbule n to. La s es, pues, un t i po de so-
n ido de ru ido lt irbu le n lo prod u cido por un estrecham ien to. Si pro-
nt m ci arnos, en cam bio, u na fJ -tam bién con son an l<' sorda, si 11 füco lc
glota l (sin fonación) -, junLamos l os labios, cerramos el canal e im pe-
dünos a.sí la sah cla del aire du ran l e u n a o dos cen tési mas de segu udo.
En ese breve periodo de ti em po, no se genera en ergía acústica algu na,
pero l a presión del aire cleLrás del cierre formad o por los labios au-
men ta ele form a consiclc ra ble, hasla c¡ue, al separarse bruscam en te és-
tos, es li be-rada y actúa como un úni co c.stínudo para exci tar los vol ú-
n1enes de aire con ten i dos en las cavidades del tracto. Por lo tan to, u n a
p es un sonid o prod ucido con u n ruido de explosión debido a la acción

:? Par-a cn t c:ndcr mjrn · cómo !)C <ks¡u-roll;1 la a rticu lac.:iú11 de lns :,;onidos, d lector put"de
consu ltar la dirt'cÓ<Hl ele In tern et hup:// www.li11g.lu.sc/ perso11s/Sidnc:y/ coartde-m/ i11-
dex.htll\L y pm'ét ver una i magc11 inwrc.san t c de los articu ladores c.- 11 modmiento, ptw<k en-
trar en la dirección l It t p://www.h um 11t't.ucla.ed11/ h u rn net/ lingnis1ics/ (;1cili ti /dcrno._/ cro-
at.i,rn/ i nclc'.X.h 11n I
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 41

de una fuente transitoria. Los dos tipos de fuente que acabo de des-
cribir pueden combinarse entre sí y con la fuente glotal. Por consi-
guien te, su actividad no está restringida a los sonidos sordos -aunque
en ellos es decisiva-, sino que se extiende asimismo a algunos sonidos
sonoros.
De acuerdo con el modo en que se desarrolle la fonación y la arti-
culación, los sonidos se diferencian, se describen y se clasifican .

1.6. LA RESONANCIA EN EL TRACTO VOCAL: LOS FORMANTES

De todos los componentes o armónicos que integran las ondas com-


plejas de los sonidos del habla, unos se ven reforzados al paso de la
onda por las cavidades del tracto oral y otros, en cambio, se ven debi-
litados. Este proceso de filtrado de la onda compleja e_or las cavidades
se denomina resonanciá, y constituye un aspecto fundamen tal del fe-
nómeno de la producción del habla. En efecto, como la forma que da-
mos a nuestra cavidad oral no es la misma para pronunciar [ 1--¡i'or
,. ejemplo,_9!1 e Í>aI?- a.Üilai LU,tampoco fa resonancia va a ser igual en
uno y otro caso (como tampoco se consigue el mismo resultado si ta-
ñimos la cuerda de una guitarra y la de un violín: la forma de sus cajas
de resonancia es considerablemen te distinta). Mien tras que en el caso
de _[e] reorzarán determinados mónicos de su onda compleja, en ..
érde Ulserán otros los que se acentúen al paso de la corriente de aire
por la cavidad oral y, precisamente por eso, estaremos ante dos sonidos

- distintos.
OS.ZL"l!Pº de .ermó_ns ue se ven reforzados se denominan or-
mantes, y dependen directamente, como 1go, e a con gurac1on que
presente el tracto vocal para pronunciar cada sorúdo y caracterizarlo de
este modo frente a todos los demás. Las cavidades del tracto vocal ac-
túan como resonadores no sólo en el caso de las vocales, que se deben
a una fuente glotal, sino también en el caso de las consonantes, ya es-
tén originadas por una fuente glotal, por una fuente de ruido, o por
ambas, ya se articulen con un cierre total o con un estrechamiento del
canal. Es decir, hay resonancia sea cual sea el tipo de fuente que origi-
na el sonido.
En resumen, los sonidos del habla son producidos a partir de una señal.
periódica o aperiódica, generada por unafuente (o dos) y modu/,ada posterior-
mente por las resonancias de las diferentes cavidades. En el caso de las voca...
-12 l·ON l;'.Tl <'.A Pi\ R.\ PROFESORES DE FSPA NOI.: DE L\ n:otd,\ /\ L\ PRJ\CTIC:A

l es, ani culadas sin constri ccj ón alguna del tracto, in tervien e la fuen te
glot al y por eso son sic1npre so1w1wP (con vibrac ión de l as cuerdas vo-
cales); en el caso de las con sonan tes, si estas son sonoras, i n Lcrvicnc, por
el h ech o de serlo, la ruc n tc glotal , y l a con stricción to tal o parci a l dd
tracto con la que se articula n actúa asi m ismo como fuc1Hc aperi ód ica
corn pk men La1-ia; fin al men te, si las consonan tes son sordas. sól o j n Ler-
vicn e este úl timo tipo ele fuen te aperiód ica o de ru ido.

l.7. L1\ DESCRI PCIÓN V CLASIFICACI Ú IW LO!-, SONll)OS Y SL;


l'R.\ NSCRll'CIÓ:-.1 FONÉ.TIC:.-\: LOS A.LFABETOS FONf:°flC:()S

l.7.1. LrL f ranso-ijxión y Los a(jabrtos fonétirm

La represen tación escri ta ele los son i<los q ue pron u u ci arn os. co11-
ccl>ida de forma tal q nc puedan q u<-'clar bien retk*tdos en ella todos los
maLices (]lle difere ncian estos sonidos en L H' sí es lo q ue se conoc-c con
el n om bre de lrrwsrrí/Jtión jo-nr>tira. La l ranscri pció n n o es, p u <'s, 1n ;\s
que u n inst rumcnto del que se sirve el {únetista para efectuar su u·,.t b,üo.
t111 rnéLoclo práct ico o 1ma Lécnjca, est ableci da por con venciú n · de 11so
gen eral izado con d iversos propósitos. I la d e estar basada, por c:l l o, en
u n cmju n to de sím bolos conoc idos por Lodos los espccial ist;1s. Estos
sím bol os con fon uan lo (J tte se con oce con el nom bre de a(/ahf lojimr ;li- 1

ro. Exist en varios tipos de alfabeto fonético, de los cuales <-> I más cono-
cido y empicad o es, si n duda, el A[(abeto Fonético lnlPn1aámrnL (il FI), q ue
es el q ue se rnan ja en esta obra. En la act u a l idad es el de uso m ús ge-
ne,·al izado en t re Loda la com u n id ad cit'n tífi ra, pe ro ha habido -y hay-
olros. Du nn1tc m uch os aí'í os, por jcm plo, en todos los países ele ha bl a
hispana se ha e1npleado e1 A(/abeto dt la Rrmisl([. dr F'ilolo!:-r, ia l!, fxn7o/(l ( lU 1 ).
1 1

basado fu ndamen talmen te c-n el alfabeto u ti l izado de forma gene ral


por los filólogos roman istas eu ropeos d e pri n cipios del siglo xx.

·1 Au nq ue l as vorale-s so11 i,i('m prc .so11oras t'n C:'Sp,11101. hay lcn gu:,s c11 l a.s <ptv <':-.ist <·
oposición fc>11< >l6g-ica cnctT vocales i-orclas y sonoras como el i k, ha blado en d noi <·sLc de
Uganda )' el dafla, ha bl.1do en la I ndia. Con tocio, se 1ral<1 de- 1111 fr nón1<.:no c:-.por.:id i«>
documen tado <.:11 m uy pocos idiomas. Ln q uc sí (':-. ,n:,s f'n·ctt<'Jl ll· e;-; la apa rici<.,11 de \';1-
ri,lllt(>s vucálícas )(orclas mor ivadas con tcxl ual 11H 1111 ( t'n inglt'-s. por 1.jcmplo, o l' l l alg·u-
nas va riedades del <:>spa r't ol am<:ri<·,1110) . Pueden ,·t-rsc L,1ddoge.·d y Maddicson ( HJ91,) y
Lc1defog-<'<I (001) para rnfü, d<'t,d k-;.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOi,OGÍA GENERALES 43

Se reproduce a continuación el Alfabeto Fonético ·1nternacional4,


cuyas características generales comentaré brevemente en el subapar-
tado siguien te.

.-
CONSOAHTS lNON·PULMONIC) VOWELS
Back

o
Cllcl:s

Biltoblel
Vuia:d implo&¡,..
ó
6 11,w..s •
EJCC'thes
CUJll!>U CIOIC i y -:;- i\u--w 0
u
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r
Blw..J
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- 1
1 DlwlAJ
a-.,111d
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J °'1,ullol-

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Wb:ll: aymbo app,,u In p,urs. lbe Cll1C
w "-lobl>l·>d•-- fj J s-i,.-,J
Vwcd--..n"" u.t X
IO lhc: light n:preJCt>ts I roundCid VOWl'f
SUPRASEGMENTALS
-1,lllal-pol....

R V- .,i¡Jcaal fric,o,t
1>rr.--,c1..i.1e-..--
..,be-""..,.......)-
' f ;;'nJPrimary '1ttU

jolnod by U< hor .r---,


Volr«I q,lalo&,I tri<llllft' Lan& e:
. l' ód..
DIACRITICS

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VOlcclclt
Dl1ctlllcs may

lJ. Q
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Llnoootl

N...A...,
1 cJ
e
II Majar (lnlOIIICbl) gmu¡,

Syllablc bruk JÍ.rekt


Uof<loa (of a bluk)
' IA•- 9 J P.l.ltln..d tJ dJ n N...1- dº
.. tY dV 1 di C0Pm)Ull
,. v.-
V TONES IINI> WOIU ) llt't.'ti!',TS
I.EVl!I•
\1 IA:ftl-
M-i
......,..,.._ t'" d ' é.. 1::;.. e.. A ltll"'I
.-. Rcn<lod

-
Noa.diblc- d'
éI e -.
'4 -.,,
e- e v..in.s« l
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l •><>icod .i..d•fli<>ll"II
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¡....l

y J :::- lt..i.,;.
,!

... R-,
To,pcllom
e
.i
e 1 ,.. ...
&<-Tqwllool Ooormlcp /' Glol,al ,l,c

f l]l)OltO \, '-1ol>ol í11II

Figura 7
4
Si el lector quiere saber más sobre la transcripción fonética, puede consultar la di-
rección de Internet http://www.arts.gla.ac.uk/IPA/ipa.html.
44 FONÉTfCA PARA PH.ü FESOR F.S DE ESP,\ ÑOL: DE LA TEORÍA A LA l'R..\Crl IC:r\

l .7.2. Ca:rarlerútiras dl'l A!fabr,to Fonhú:o lntanaci.onal

Segú ll puede verse, en la cuadrícu l a p ri n cipal del A1'1se recoge n


todas las consonan tes articul adas con aire proceden t e <le los pu lmones,
de ahí el cal ificalivo de ¡;ulmonir (f1u.L111.mwr) q u e presi de el cuadro.
En cam bi o, debjo ck esa cuad rícu l a pri n ci pal, a l a izq uierda , :,e prc-
sen ta n los sím bolos propuestos para las consona n tes no-pul mon ares
( non../,n lrnrm.i/): ya quc<ló claro líneas atrás que la mayor parte de los so-
n idos de las lengu as cJel nn mdo se prod ucen a pa rtir de un a cor r ien-
te de a ire q ue p rovi en e de los pul m ones; n o obsta n te , existe tam bi én
este otro ti po de segm en tos q ue se rea l iza m ed ian te u n a corrien te d e
ai re q ue pell ctra desde el exterior del traclo oral hacia el in te ri or, o
bie n con el aire ya acu m ulado en a lguna de las cavidades snpraglú t icas.
De mo men to, no vamos a detene rnos en ellos, au nq ue es posible qllc
tenga que mcn cio11arlos ele n uevo en alguna sección de esta obra. Más
ahjo todavía, está si t uado en el A.FT e l cuad ro en el que se reprod ucen
todos los sonidos vocálicos, y, fi n a]men te, siem pre en la par t e izqu i er-
da , los sím bolos emµleados pll'a representar las con so11a n tes (ji irar/({S
(es decir, las articuladas con un pri m er mom en to de cier re y un se-
gu ndo mornen to de csLrech am ien t o del can al vocal ) , y otros sonidos
relaLivamen te poco frecuc n tes en las lenguas del m u n do. En l a pa r te
derech a , in m edi atam en le debajo de la cuadrícu la prin cipal están l os
sünbolos necesa rios pa ra tran scri bi r ciertos fenómen os suprasegme n-
talcs, esto es, los /.o nos y la r>nlonacióu (vi d. cap. 5) , y, debajo ck ellos, el
cuad ro con los más in1ponantes signos diar:riticos, los cual es n o son si no
peq ueiios símbolos que sirven para añ a<lir matizacioues a los rasgos del
son ido represe n tado por el símbolo princi pal con el q ue se asocian: así,
por t;_jcn 1plo , si u na [e] transcri be u na voca] scm i-ce1Tada anterior, u n a
[cJ, con el diacrítico [-] añ adido, iden ti fica a u na vocal sem i-cerrada
an lcrior y nasalizru/.a, en cu ya arliculacíó n se da la circunstancia de q ue
parte del aire sale por la cavidad n asal.

1.7.3. J,r.LS wnsonanlr.s rt,d Af<1

Consideremos p1imero la cuadrícula princi pal. A lo largo del je ho-


rizon tal o de abcisas, ele izquierda a derecha, están especi ficados Lodos
los lugares df articulación <le las conson an tes (es decir, la zon a en la q ue
se real iza la constri cción LoLal o parcial del trac to vocal) , desde el bi la-
NOC:IONF.S DE FO.:\ETIC:A \' FONOLO(:ÍA CE ERALF.S 45

biaJ hasta el glolal, siguien do, por tan to, d pcr1i1 de la G\\ clad oral re-
producido en J a Figura 8.

Uvular
\
Fadngea

\
Figu ra 8

Los órgan os articu latorios dan , pu es, su nom bre a las d isti n tas zo-
11as de art icu lación , con todas las precisiones q ue se.j uzguen necesarias.
Por jc m plo, den tro del orden de )as conson an tes q ue se articuhm en
los labios, se d iferen cia n las l abia les pu ras (o bilaúial<'s) <le las l ahio-
clen tales; igual men te, den tro de las den t ales p u ede disti11gui rse en t re
den tales pu ras e i n t erden ta les, et c. El su n1ario de la Figu ra 9, adaptado
de A';h hy (199[}: :>G) , 1-csu me l as posi bil i dades exislcn tcs en 1.ts lenguas
del m u n do en cuan to a zon as de anicu lación, al tiempo que especifica
cuáles son los ar t iculadores activos y pasivos en cada caso:
Volvamos ele n u evo ahora a la cuad r ícula de las consonan tes del
AFl y fijémon os en q ue en el cjc de ordenadas aparecen situados todos
los términ os que designan los d iversos modos de arti.r.u.lru"irht consonán-
Licos, desde la i n t errupci ón 1nomen tánca y tota l de la salida clC' la co-
r rien lc de aire (como la que se da en las otlusi.va.s ( ing. /Jlosi ·oes) ) , hasta
la con stri cción m íninrn del con d ucto que se prod uce en l as af;roxirnan-
tes (cerca n as ya a los sonidos rnás abiertos, las vocales) , pasando por
las vibrantes ( como la [r] espa11ol a de j)env o la [ r ] de fJPro) , y, n alu ral-
men te, por las .frirativas, que se ;:i1ti cu lan con u n cstrech a1niento del
cond ucto oral lo suficien temen te acusado conw para que se genere
fricción percepti ble.
46 FON ÉTlC:r\ l',\RJ\ PROFESORES JW: ESPAÑOL: !) L\ 'l'EORÜ ,\ L\ Pl0\CTIC.\

Articuladores Nombre del lugar lijemplos


Pasivo: l ,ahio superior !Ji/ahial /¡,J , {111/
Atf i110: Labio i n fr·
rior

/J(lsivo: l11cisivos u pcriores Lrr hi od,,11 I (I / UY, ¡.,¡


, \rtit10: Labio i nkrinr
Poshm: 1K i sivos su peri ores <.' i n f< ·riort's !11/ndr·n!ol f f)J
1\rth,o: i\pice (k la le11g11a

JJasívo: 11<:ii,·os u pc:rion


s
: /)n¡ /al {!/. {<I F'
,\r/h10: Apice o pala de la l( ng\la

Pash1u: Alvt>olos A lveoü,r f,j


1\f'th,o: A.pie<.· o pala ck l a lcn t ta

Posh10: l_\1ne post <:>rior dl' los; al\'eolo I 'o.,/ -(1lrwo/11r o tJ ¡


t\ pire o pala de l ,t l<:11g ua
:\ t1ir10: r1 /rwolo-prdo /(I I
JJm·i110: Pa rtC' an lC'rio, del p;tladar du ro N f'! rr!flr jo /1 /. Ir /
,-\t'/ h,o: Re\'C rso dt>I úpice de b le11guc1
/'(/.\h10: Píl ladar du ro /'l( /11/al fj /, / t13/
,1 \f'tivo: Pa rte an t erior del dorso de l a k1t uc1

l'aúN>: Velo <lel pala<-h1t Vi•/([./" /lt /, / p:f


Af'lmo: Par!<:' pos1nior del dorso de l.1 leng11a
Prtsh 10: U\1tia lh111/or l \',/
Acriz,o: Raíz ílt' la lc11gua
J>nsh10: Pared po-;le rin r de la L1ri11g-c Fa rh 1¡<-., reo / <¡ /
1\ctivo: Raíz de la lengn:1

l'flsivo: -- Glotf/ / / /1/


Arl ivo: Cuerdas voca l es
Pasivo: Labio superior, \'Clo del palada r Lal,ial-,)f'/11.r {w/
l \cf irm: Labio i11frrior, parle posterior dt> la
lc11gu,1

P(I.Si11(r. Labio supc-r i or, paladar duro Labin.!-jmlataI ¡,¡I


Arliv(J. Labio i nfc,ior, parte anterior de la Jeugua

Figura )

", l .;1s e<111son,1111cs ll. dJ apan·cT11 e11 el A FI clasificadas como alveola res, ponpw ( 11
va ri:"ls lcnmts así lo son. por <:i<··mplo t'll i11glb;. E n cspaüol, c11 cambio , sn11 < bra11w n -
tc tk111ales.
NOCIONES OE F'O!\ÉTJC\ \' FONOI.OC :[A <.:I::Nf{J\l.l S 47

MODOS DI:ARTI CULACIÓN DE 1.,\S CONSONANTF.S

Omlr'.\: Se prod uce UJ J ci<'rrc absol u lo t'll a l gu n.i 1.011.1 del


rart o or,tl
l y <.'l 11t(j<> de ai re hacia t'l cxtt>rior :-..e detiene
Od11sit l(f s brew'm <"ll l<'.
Nrt.mfr,s: T;u n bié·n hav 1u1;1 ol>s1 r11criú11 <:11 la c:1\·idad oral.
¡wro c·I ai re p ued(' sa l i r al cx t c r ior por l ;1s !o
' -;as
11;istlc:-..

Frimlivas: Se prod u<.T u n c:-..1rcd1a111i t·n to <..'ll alg1111a Lona del r.111ctl or.11 q11<.·
g<:n na 111w fr icciú11 aucl i hl <'.

1\/)}'nxi nunllr\·: S(' prod uce u11;1 co11s1 ricciú11 d<-'I ca1rnl oral 11\C't H> r q ue l ;1 q ue
se cla ('ll l o:-. son idos fri ca t ivos )' no hay, por lall to, r u ido de
fricció11.

,Vrimd a.,: l'osccn u11a l¡1:-..c i11ici.tl ocl usi\',I )' 1111:1 fase ti nal l'ric:;u i va procluciclas en
la n1ism a 1011;1 ele .u·tic11bci ú11.
\ i/Jrrn1fr,s: U n ;1rtin tladc,r act ivo (1;1 lengua, C'll 1n ud1os ca:-..os,
1

p<' ro no siem pre) ohsr rn yc y .ibrc el paso al fl u jo de


c1i r<' rcpt'lida )' r,'t pid;111wn l('.
l.iq11idr1s
l.olt wles: Co11so11 a n le r uvo crn,d ,·oral S(' l ú r111a ;1 los lados d <.'
1

'
l;1 kngua, q ue con:-..ti lll)'<: 1111a ohst n1<.Ti ú11 <.Tnlr;d a la
s;il i rb cid ai re.

Con la i n for m ación q ue nos pn·sen t,-111 , pues, eJ j e de orden adas y


el <je de abcisas de la r(:jill a del AFL pod em os defini r ('U alq uier son id o
('Onso nán lico, por su l ugar y por su modo de articu lación: bilabia l oclu-
siv,l , fricaliva in Le rclen lal. .., pe ro n os fal ta u n a precisión 111ús, e i m por-
Lan te: hay que especifica r si en el soni do en cuestión se ha prod ucido
o no fon ación , esto es, si h an vi brado o n o l as cue rdas vocales, o, para
decirlo más breve y cla ramen t e, si es sonoro o sordo. Ese dato ta mbié n nos
lo proporciona el AFI, en el cual se si túan a la derecha ele cada celda los
son idos sonoros y, a la izq u i erda, los sordos, siem pre y cuan do, claro
está, existan am bas posibil idades. En eJ caso de las n asales, por ejemplo,
que son t odas Pllas sonoras, no hay desdohla111ien to, como ta m poco se
da en las vibran les o la laLeral cs. En la Figu ra 11 pu ede verse algu 11os
je111pJos ele consonan Les sonoras y de sonlas
48 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A IA PRÁCTICA

Consonantes Consonanws
sonoras sordas

b, m, d, r, r, p, 4 k, f, X,
l, n, j, {,, g, e, s, tf
fi

Figura 11

Hay aún otra subdivisión de las consonan tes que se ha generaliza-


do en las últimas décadas en los trabajos fonéticos pero que en realidad
tiene sus antecedentes más ilustres en el sistema de rasgos fonológicos
empleado por Noam Chomsky y Morris Halle en su obra The Sound
Pattern of English (1968), donde estos autores presentaron por vez pri-
mera el modelo de fonología generativista (cf. cap. 2, § 2.4.4) y donde
hacían uso de esta clasificación. Me refiero a la diferenciación entre
_cononantes obstruentes frente a consonantes sonantes. Las primeras
\ (oclusivas, fricativas y africadas) presen tan un cierre total o parcial que
dificulta la salida del aire al exterior y produce ruido; las segundas (na-
sales, líq uidas y aprox.imant s) se e_mej(!!l m'ás a las vocale§._en su ca:.
-racterización acústica, son sierrp sonor y_per iten q ue el aire sal-

ga al exterior sin fncción ni turbulencia alg!:1;na.


-
--- -
l.7.4. Las vocales del AFI

En cuanto a las vocales, basta ver el cuadro con los símbolos que las
representan para comprobar que su clasificación se hace en función de
unos parámetros distintos a los considerados para llevar a cabo la de las
consonantes. Mientras que éstas se distinguen según sea su modo de ar-
ticulación y según en qué zona del tracto se produzca dicha articula-
ción, las vocales, por el contrario, se clasifican en virtud de la posició n ver-_
_ tical de 'la lengua -es decir, a partir de lo más o menos alejada -aeí" paladar
que se encuentre su zona más alta-, de laposición horizontal de 'la kngua
-esto es, de lo más o menos adelantado que se encuentre ese punto en
el eje anteroposterior de la boca-y de la disposición de los labios, con o
sin redondeamien to.
El primer criterio nosdivide a las vocales en cerradas, semicerradas, se-
mi,abiertas y abiertas, como se comprueba en el esquema del AFJ que se re-
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 49

produce para: mayor comodidad en la Figura 12. En él también se com-


prueba que, de acuerdo con el segundo parámetro, las vocales se dividen
en anteriares (opalatal.es) , si la zona más elevada de la lengua se localiza en
la parte anterior de la boca, y posterimes (o velares) , si, por el contrario, está
situada en la parte posterior. Aún existe otro término, centra que califi-
ca a las vocales pronunciadas en la zona central de la cavidad oral. Por lo
que se refiere al redondeamien to de los labios, se trata de un tercer pa-
rámetro independiente de los dos anteriores y combinable con ambos.
Esto quiere decir que existen vocales anteriores redondeadas y no re-
dondeadas, como se encuen tran también en muchas lenguas vocales
posteriores redondeadas y no redondeadas (en el cuadro del AFilas vo-
cales redondeadas siempre van situadas a la derecha de la vocal corres-
pondien te sin redondeamiento: [i /y], [e 0], etc.). Es un hecho cons-
1

tatado, sin embargo, que el redondeamien to es más frecuente en las


vocales posteriores que en las anteriores, lo cual tiene, por lo demás, fá-
cil explicación. Dado que el redondeamiento supone un desceo del
tono (de la frecuencia fundamen tal de vibración) de la vocal, que se
hace más grave, es lógico que sean los sonidos de tonalidad ya original-
mente grave -los posteriore los que lo presentan, consiguiéndose de ese
modo la máxima diferenciación perceptiva entre vocales posteriores y
anteriores. A estas precisiones de tipo acústico volveré más adelante.

'•túY.1EL.'J

.. .1•fmm)' n
l. • k tu u
&di

,t1tn.-w.:! e •0
1y

·e {j

T o

'° e • re- '.3 • ·3-A :)

Figura 12

1.7.5. Otros parámetros descriptivos

Existen también otros parámetros de descripción y clasificación de


las vocales que no se reflejan en el cuadro del AFI, puesto que aluden
50 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

a propiedades secundarias que en ciertos casos 'se añaden' al timbre ha-


bitual de las vocales en él representadas:

a) La3asalidad. En muchas lenguas, el hecho de que una vocal sea


oronasal o nasalizada es muy relevante, porque sirve para distin-
guir significados. En francés, por ejemplo, la palabra [b:>] (= be-
llo) se diferencia de [b5] (= bueno) , porque las dos vocales [:l] son
dos fonemas distintos, uno nasalizado, [3], y el otro no. Como se
comprueba en estos ejemplos, la nasalidad se transcribe me-
diante uno de los signos diacríticos que el AFJpropone, del que,
por cierto, ya hablamos en el § 1.7.2. En español, una vocal pue-
de nasalizarse si está situada entre dos consonantes nasaleso
ante una consonante ñasáT en princiQ g_e emisión, pero este
rasgo no t.J.ene valor rusfiñtivo aiguño·no distingue contenidos se-
mánticos o significados.
b)La retroflexió n. En algunas lenguas -pocas-existen w:r,qfiejas_
o rotari.zadas, es decir, vocales en cuya articulación jpif ge la len-
_r- se curacia aqiba.., como en la P! unciación de las con-
sonantes vibran tes ( [r], [r], etc.). La retroflexión de las vocal.es es
característica, por ejemplo, del inglés americano y también del
chino y, en ocasiones, puede llegar a tener valor distintivo, como
parece ocurrir en alguna lengua de la India. Las vocales rotariza-
das se transcriben con el diacrítico [ ]: [;;r] [a-] ...
e) La tensión. En las lenguas germámcas, como el inglés o el ale-
mán, existen diferencias entre pares de vocales que tradicional-
mente se han expresado en términos de los rasgos de duración y
tensión (sobre el concepto general de tensión, vid. cap. 2, § 2.5.6).
Así la [1] de la palabra inglesa lnt y la [i] de beat se han distingui-
do no sólo porque la primera es más abierta y un poco menos an-
terior que la segunda, sino también porque es más corta y menos
tensa que esta última. En tiempos recientes, se ha hecho uso para
dar cuenta de este contraste de otro parámetro o rasgo sustitu-
torio, la disposición de la raíz de la lengua, como equivalente al más
resbaladizo de tensión: se ha observado que en las vocales tensas
y largas (como la [i] de beat) la raíz de la lengua está más ade-
. Iantadá, mientras que ese avance no se produce en la articula-
ción de las.!.,<>Cales relajaqas breves (como la [T] de !Jit) . No
está claro, sin embargo, que esta equiparación sea aplicable
también a las vocales posteriores.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 51

d) La duración.Numerosas lenguas distinguen entre vocales largas


-
_ y cortas,,,1. las primeras de las cuales se transcriben con el díacnti-
co [:] pospuesto: [e:], [a:] ...6• En español, en cambio, esta ca-
racterística no es definitoria de ninguno de los segmentos vocá-
licos, que pueden alargarse o acortarse por razones meramente
contextuales o por particularidades del hablante, pero sin que se
vea nunca afectado el significado de las palabras. Más abajo, se in-
cidirá de nuevo sobre el fenómeno de la ·'n (cf. § 1.8.3. ) .
,/

l.7.6. Clasificación en términos acústicos

Los sonidos también se pueden describir f Elasificar desde el pun-


to de vista acústico, aunque el AFI no refleja tal clasificación, sino que
se sirve sólo de parámetros de naturaleza articulatoria, como acaba-
mos de ver. Apuntaré aquí unas breves notas acerca de esta cuestión,
pero la trataré ampliamen te más adelante, en los capítulos dedicados
a las vocales y consonantes del castellano.
El timúre es la cualidad acústica propia de cada sonid , lo que los di-
ferencia entre sí. El timbre de una vocal, por lo tanto, depende de su e
tructura formántica, es decir de cuáles hayan sido en su caso los armó-
nicos co1!!Ponentes de la onda comelt;ja generada en la glotis que se
hayan visto reforzadosen las cavidades resonadoras del tracto vocal dan-
do lugar a losformantes (vid.§ 1.6.). Una vocal [a] será, por tanto, el re-
sultado de reforzar unos armónicos determinados y sus formantes serán,
por ello, diferentes de los de la vocal [o], por ejemplo, en la que se re-
fuerzan otros componentes distintos, y así en todos los demás casos.
Para identificar una vocal y distinguirla de las demás, es suficiente por
regfageneral especificar los valores frecuenciales de sus dos primeros
form_antest F.!1:F2, si bien es cierto que, en algunas ocasiones, se hice'
preciso consignar 1a situación del F3. ¿A qué me refiero con la expre-
sión 'valores frecuenciales de los formantes'? Con un ejemplo se enten-
derá mejor lo que quiero decir: puede afirmarse, simplificando necesa-
riamente mucho, que en la vocal castellana [a] se suelen reforzar los
/7 J
6 Crothers (1978: 123) precisa que casi e] 50% de las lenguas por éJ estudiadeft''Su
trabajo sobre los universales fónicos tienen fonemas vocálicos largos y breves, y en el 70%
de estos casos el número, la cualidad y la situación en el espacio vocálico de los unos y
los otros coinciden o presentan mínimas diferencias.
52 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE lA TEORÍA A LA PRÁCTICA

armónicos que presentan una frecuencia de alrededor de 650 Hz. y tam-


bién aquellos otros que se sitúan en torno a los 1.200 Hz. Pues bien, el va-
lor frecuencial del primer formante Fl será, entonces, aproximadamente
de 650 Hz. y el del segundo formante F2, de alrededor de 1200 Hz. L
_ va! !"es frecuenciales de los formantes aluden, pues, a la posición, en la
escala cié fi-eyénc'las, aé"'los arinóniéos retórza"éíós'"iüe Tos comp®en.
La síntesis de habla ha coñfírmá"élo, en eféCio,' que pirtíendo tan-
sólo de los valores de los dos formantes más bajos, se puede reprodu-
cir adecuadamen te la cualidad de la vocal que se desea simular. Lo que
nos interesa recordar aquí es que, cuando un sonido tiene sus for-
mantes en la zona de frecuencias bajas, es decir, cuando se han refor-
zado los componentes de menor frecuencia de la onda laríngea, el so-
nido es grave; en el caso contrario, el sonido es agudo. Esta clasificación
nos resultará muy útil en el futuro7.
De igual modo, las consonantes se diferencian acústicamente. Pen-
semos en un perfil antero-posterior de la cavidad oral, como el que se
i
presentó en la Figura 8.Pues bien, en la composición de todas las con-
l sonantes que se articulan más hacia los extremos de esa cavidad, es de-
cir, según puede comprobarse en la figura, las labiaks, labiodentaks, etc.
por una parte, y las velares, faríng eas, etc. por otra, predominan las fre-
-cuencias bajas, mientras que en el espectro de las consones ar.!!9!-
ladas en las zonas ce nt ales -1 dentales, alvplares, palataks , etc.-
tacan las frecuencias altas. Las primeras son, por consiguien te, graves u
oscuras, en tanto que las segundas tienen un timbre agudo o claro.

1.8. Los ATRIBUTOS FUNDAMENTALES DEL SONIDO

Según se acaba de exponer, el timbre es la cualidad acústica propia


de cada sonido, lo que los diferencia entre sí: dos sonidos tienen un

7 Como más adelante se verá, algunos autores -especialmente losfonetistas verbo-to-


nalist:as, de los que se hablará ampliamente en próximos capítulos-erefie1 utilizar los
... dje4vo OJCIJ:_ro y_ clo.ro :lu!I::· c ente, de gravy (lg!t%.!res.!'!-º egq,s dos últi-
mos cati!itivos e las variadon-&de tono _(cf. § 1.8.1.): el tono de la [e) que pronun-
cia un niño, por ejemplo, será más agudo (= más alto) que el de la misma [e] articulada,
con tono más grave (= más bajo) , por un hombre adulto, pero el timbre vocálico no va-
riará. Por consiguiente, cuando aluda al método verbo-tonal de corrección fonética;
emplearé sistemáticamente losadjetivos oscuroy claro para referirme a los sonidos con pre-
dominio de frecuencias bajas frente a los sonidos con predominio de frecuencias altas.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 53

timbre diferen te si el númer_r} a amelitud de las ondas simeles (ar-


órticos) 9. «: compon su -Q.gdc; comp._l ,-r E c..!.!.YªS..sori.1
asimis- mo, distintoro además, los sonidos pueden diferir entre
sí, desde el punto de vista acústico/perceptivo, de tres maneras
principales:por
su tono, por su sonía y por su duración. -
Voy a detenerme bastan te en la presentación de cada uno de estos
atributos del sonido, porque, como más adelante se comprobará, ÚJs tres es-
tán estrechamente re/,adonados con la prosodia de las lenguas, aspecto funda-
mental del que se habla en este mismo capítulo y que resulta det,ermi,nant.e en
elproceso de carrección de la pronunciad6n de cualquier idioma. Naturalmente,
como vengo subrayando desde el comienzo de esta obra, el profesor de es-
pañol no va a tener que explicitar esta información en ningún caso a sus
alumnos (seria un auténúco disparate), pero sí debe conocer cuál es la
fundamentación científica última de los fenómenos prosódicos sobre
los que basará gran parte de sus estrategias correctivas.

1.8.1. El tono

1.8.1.1. Comenzaré por ocuparme del tono o la tonía, que se podria


definir como la impresión perceptiva ue nos roduce la
frecuencia
_ fundamental8 de la on a sonora. Es, por 1aoro... una cualidad subjetiva
dependiente de una propiedad física. Cuanto mayor sea la frecuencia
,_ de un movimieñto oscilatori , es deéir, cuanto más deprisa se sucedan
sus ciclos de vibración, más alto será el tono del sonido resultante, de
forma que una onda de 100 Hz. de frecuencia, por ejemplo, produci-
rá un sonido más bajo que otra de 200 Hz.
La anterior definición, que en principio resulta sumamen te senci-
lla, co1nienza a complicarse si tratamos de evitar la poco rigurosa
simplificación para ajustarnos más a los hechos. Si bien es cierto que,
al menos hasta los años treinta, se identificaba de forma exclusiva la sen-
sación perceptiva de tono variable con las alteraciones de la frecuencia
de vibración de las cuerdas vocales, e incluso muchas veces se emplea-
ban indistintamente los términos tonoyfrecuencia, hoy, sin embargo, es

13 Recordemos que por Jrecuenda de una onda se entiende el número de vibraciones


o ciclos realizados en la unidad de tiempo, convencionalmente el segundo- cf.supra, §
1.4.1.La fr ecuenci,ajundamental (F0) es de entre todas las que componen un sonio com-
· ...
in ado, la de más baja frecuencia.
plejo d et e rm .,,.
- - -- -
54 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE lA TEORÍA A lA PRÁCTICA

generalmente aceptado que otros parámetros fisicos, como la amplitud


o la estructura que presenten los armónicos (especialmente desde el
tercero hasta el sexto, que son los situados en la región dominante)
pueden condicionar, aunque sea en menor medida y en circunstancias
i especiales, la impresión del tono. Fry (1968: 374) lo explica con clari-
dad meridiana sirviéndose del ejemplo de una comunicación telefóni-
ca. Una gran parte del habla transmitida a través de una línea de telé-
fono, expone Fry, no presenta energía en la zona correspondien te a la
frecuencia fundamental, pero, en cambio, el oyente es capaz de perci-
bir las variaciones tonales de los enunciados de idéntico modo a como
lo hace en la conversación en presencia. Larazón es que el oído y el ce-
rebro a un tiempo asignan a los sonidos periódicos complejos9 un tono
que vendrá dado, en cada caso, por la distancia existente entre los ar-
mónicos sucesivos que los componen, estableciendo, por así decirlo, un
máximo común divisor de todos ellos. Esto es, si en el sonido en cues-
tión hay un armónico a una frecuencia de 300 Hz., otro a una de 450,
otro a los 600, otro a los 750, etc., todos de amplitud aproximadamente
similar, el oyente interpretará que la frecuencia fundamental es de 150
Hz. y percibirá la tonía correspondiente, porque esa es la distancia que
......_
se da entre cada dos componentes del sonido.
El sistema auditivo de un receptor ideal le capacita, en principio,
para percibir sonidos cuyo tono esté comprendido entre los 16 y los
16.000 Hz., o, siguiendo la convención preferida por los ingenieros,

9La práctica habitual en fonética, como ya he explicado, es clasificar los sonidos


como periódicos (o repetitivos) y aperiódicos (o no re etitivos). Con todo, estrictamente ha-
blando, e 9.mer som o que consj eremos posee una onda ar:riódica, porque las va-
riacionés de la presión del aire no se repiten exactamente igual de forma indefinida. Por
lógica, a medida que los sonidos se van amortiguando, la amplitud disminuye y los ciclos
de vibración no son ya idénticos. Convencionalmente y en aras de una mayor simplicidad
en la descripción acústica, esta circunstancia no se tiene en cuenta y, por consiguien te,
seguimos hablando de sonidos romp!,ejosperiódicos: aquéllos cuya onda, resultante de la adi-
ción de un número determinado de ondas simples, repite el perfil de un ciclo a inter-
vaJosregulares de tiempo. La oscilación que producen las cuerdas vocales, al vibrar du-
rante la producción de los sonidos sonoros, se considera precisamente como una onda
compleja periódica compuesta por una frecuencia fundamental y unos armónicos que
abarcan un amplio margen de frecuencias. Sin embargo y corroborando lo que antes se-
ñaJaba, diversos estudios han demostrado que Ja vibración glotal presen ta, en realidad,
un grado elevado de aperiodicidad. Como apunta Lehiste (1970: 61) este hecho expli-
caría la falta de naturalidad de muchas de las muestras de habla sintetizada, que estaría
motivada por la excesiva regularidad de la frecuencia fundamental del generador.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 55

_en tre 20 y 20.000 Hz> El límite inferior, en torno a los 16 Hz., se


co- rrespondería, por ejemplo, con la nota más baja de un órgano y no
re- sulta audible más que para ciertas personas. El límite superior, por
su parte, varía con la edad, de manera que a los trein ta. años suele estar
si- tuado alrededor de los 15.000 Hz., mientras que a los setenta puede
des- cender hasta los 6.000 Hz.
Sabemos, por otro lado, y por lo que se refiere a los sonidos del
habla, que la velocidad de vibración de las cuerdas vocales, determi-
nante de la frecuencia fundamental, puede verse alterada dependien-
do de la masa, longitud y tensión que presenten las propias cuerdas y
-al parecer sólo secundariamen te10-del grado de presión que ejerza so-
bre ellas la corriente de aire procedente de los pulmones, entre otros
factores (cf. 't Hart et al., 1990: 13-15) . Estas alteraciones no se
corresponden, sin embargo, con cambios directamente proporcionales
en el tono percibido. Es decir, la sustitución de una frecuencia de 100
Hz. por otra de 200 I-lz. no es equiparable, por lo que hace a la discri-
minación de la tong, al can1bio de una frecuencia de 1500 I-Iz. por
una de 3000Hz., a pesar de que en ambos ejemplo s las modificaciones
guardan la misma proporción: la diferencia de tono apreciable entre las
primeras será mucho mayor que la detectable entre las segundas. Se
demuestra, por consiguiente, falsa la antigua conclusión de A. H. Davis
(1934: 235) compartida durante mucho tiempo por diversos autores y
recogida por Crystal (1969: 108) en el sentido de que "las ratios igua-
les de frecuencia dan lugar a intervalos iguales de tonía".
Muy al contrario, es un hecho comprobado que la capacidad
discriminatoria del oído humano va variando según vamos descen-
diendo por la escala de frecuencias en la que se m ueve. Si en las altas
frecuenc n_eJ;@!aIDfil .QY.llatia.ci.ones sean de al menos 40 o 50
Hz. para apreciar una mo ón en el tono generado, [cuando nos
movemos en Tas frecuencias más 6ajas somos capaces de percibir alte-
raciones muy pequenas de tan sólo 6 Hz. o incluso menos) . Hay que
ecrr, no o stante, que existe todavía desacuerdo acerca de dónde situar

10 La cuestión de si el control de la velocidad de vibración de las cuerdas depende en


mayor medida de los ajustes musculares laríngeos o de la presión subglótica ha hecho
correr ríos de tinta. Ohala (1978) resume las principales opiniones al respecto y concluye
que, para un gran número de lenguas, aunque no para todas, la acción de los músculos
de la laringe es lamás directa responsable de los cambios en la frecuencia fundarnental,
lo que no significa que los cambios en la presión subglótica no puedan influir decisiva-
mente en ciertos casos.
56 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE IA TEORÍA A 1A PRÁCTICA

el umbral de la percepción de los cambios (esto es, el limen) , o, lo que


es lo mismo, sobre cuál es el cambio mínimo reconocible por el oído.
Por lo hasta ahora visto, muchos factoresinfluyen en la ubicación de esa
frontera: el nivel de intensidad en el que se articule el sonido (Flet-
cher, 1934), las características personales del oyente (Shepard, 1964),
o la complejidad de ]a señal acústica en cuestión (Harris y Umeda,
1987) , entre otros.
Precisamente porque la relación entre los cambios frecuenciales y
los tonales no es lineal, la unidad que se emplea para medir la tonía es el
[ De naturaleza subjetiva, puesto que está basada en la percepción del
fundamental realizada por un oyente normal, la escala de meles repre-
\ senta incrementos iguale_ de tono. que pueden relacionarse con lae
de frecuencias mediante determinadas fórmulas matemáticas. Por tanto,
la sensación audi!i.YA P 2. p_o_!_ un sonido de 1900 meles g!!ardará
con la da por U?º de 500 la misma P?Pº:?ón que mantienen 9):-
tre sí las !!EPE ?.!1 -P.E9.E.;ucidas_:e un sonTaO cte4UUb meles,.rotw
d
2000, sielP:er y s_uando la intensidad no (convencionalmente se
acepta un nivel de referencia estándar de 40 dB) .
Cabe señalar también que la percepción de las diferentes tonías
puede alcanzarse aunque los estímulos sonoros sean muy breves. En
diversos experimentos realizados sobre sonidos de tan sólo 30 ms. se
han obtenido resultados bastante satisfactorios, con una precisión de un
1% o más., aunque, como señalan 't Hart et al. (1990: 26), una cosa
son las conclusiones extraídas de los trabajos en laboratorio, en los que
el informante dispone de tiempo suficiente para procesar la informa-
ción después de serle presentado el estímulo, y otra muy distinta son las
deducciones a las que se podría llegar si se operara con habla real, en
la cual la información se sucede de manera continua. Pero este último
objetivo todavía no ha recibido la atención deseable.

1.8.1.2.La dificultad que entraña toda aproximación al complejo fe-


nómeno del tono en el habla puede calibrarse aún mejor si se añaden
a las anteriores consideraciones la reflexión sobre otros dos aspectos re-
levantes dignos de tenerse en cuenta y de los que hablaré a continua-
ción. Uno es la influencia que ejerce sobre el tono de un sonido el con-
texto en que éste se halle; el otro, el modo en que la cualidad -el
timbre- intrínseco del propio sonido condiciona su tonía.
Tanto Jeel (1975) como Hombert (1978) pasan revista a la abun-
dante bibliografía publicada (hasta el momen to en que ellos escriben)
NOCIONES DI•:H)Nl TICA \' FONOLOCÍ.A GF.1 ERALES 57

sobre un h echo constatado repclidas veces, cual es el qu e l as vocales r¡uc


en la <"c1dc na hablada van situadas dctr{,s de una c.:onson an le odnsiva ex-
perim en tan t tna cierla variación en su ton o: ésle será m ás alto si la
conson an t e preceden te es sorda, especial m en te si es aspirada 1 1 , y será
m ás b; jo si la consonan te es sonora. Con el paso ctc los aiios se han
buscado d ive rsas <'xplicac ioncs pa ra tal fenúmeno, y aún h o)' se con ti-
n úa trah;'.jando en esta línea ele i n vest igación puesto que tocl,L<.; l as h i-
pÓLt'sis avanzadas hasta el prescu tc ofrect'n al u nos plln tos oscuros q ue
juslitica n su rcvisiú n. Au n q ue estas cuestion es, b;:uo investigación to-
davía, trascien den co11 m ucho el ámbito de C'Ste libro , las 111<:'1Kio110
aqu í en cua n to q ue pueden d,u- u na ide,, de <'n q ué medid a es com-
plicado todo aq uel l o q u e se relacio na con el ton o. En l ín eas gen erales,
l as teorías p ro puestas puede n agr u parse ''eil<lo.;gra ndes bloq ues: a)
aq uellas q ue ,\trih11ycn la causa del fcnúrn cno a factores aerocli n:uni ros.
y h) aq11e llas otras que l o explica n a pa r l i r de condicion am i entos de
ti po articu latori o.

a) En tre la pr im eras sobresale por su origi nal i clad l a teoría <lc-


f"end ida po1· Oh al a en lo:,; pr imeros a11os sete n ta (vid. Oh ala, 1973) ,
<le acuerdo con la cual , en el caso de las ocl usivas sordas, el fl t j<> de ai re
proceden te de los pu l m oncs <.'S rn uy elevado clespuf s d e rl'l, ja rsc l a
ocl usión conson án tica y al com enzar h1 so11oridad de la vocal siguien-
t e, dc m odo que cuando las cuerdas vocales i n i cian su vi b r<1ciú n lo h a-
cen , 16g-ica me n te, de for ma m uy rá pi da, dando lugar a u n tono a1Lo
q ue l u ego ti cn dc a desce n d er h asta !l ega r a l n ivd <.:ar,1clerfstico de la
vocal e11 cuestión . Por el con t ra rio, en la fas<' ror rcspo11d i c11 t c de la
ar ticu laci ón d e u11a conson a n Le sonora, la con·i en te de aire proce-
dcnle de los pu l rnones SC' ve red ucida not ;t blemen te, l a vi brar iú n glo-
tal es lllé:lS len ta y, como consecuencia, es tam bi h1 más baja la lo11al idad
ele l a vocal sigLLienLe. La men tablemen te, un o de los prohlc rnas q1 te
ofrece esta h i pótesis -q ue, por otra parte, n n siem pre se con íi r ma en
los cxperim cn tos- es quc las con d icion es aerodin ámi cas son d i fere n-

' ' E11 u na conso11,u1 Lc sor·cla aspirada el co111ie11zo c"k la sonoridad de la vocal si-
gu ien te no es i n rnccliat o t ras la realiz,tció11 ck la consonan te. trnnscu rre11 u11as 111iksinias
de Sl'gunclo d u r;1111c: las cual<.:s <.:I fl ujo dt' a i re S(' csca p.-1 al 1·xcerior -;i n sonoridad. Es
m uy 0Lr;1c:terís1ic-o el t>rror <.Jllt' cot11t'Lt'n n111cho-; anp;lohabla n l t'S al pron u ncia r la co11-
sow111t <· [ pi del castel hmo corno lphj. es deci r. como u,1,1 aspirad.,, <:'n co111ic11zo dt> sí-
laba a me vocal an n111ada: / //t/ ád11
· 1

!>8 FONL•TIC \ l'.\R.\ Pl<OF1' SORF.S l>E 1:'.SPA ÑOl.: DE L.\ ' lEORÍ \ 1\ L \ PR.1\-C:TIC,\

tes en un o y ot ro caso dura n le tan sólo nn os lll i l isegu n dos a pa r t i r del


comienzo ele la sonori d ad. y, en cam hi n. el efecto ton al q ue se supo ne
desen caden an en las voca les se extien d e duran t e 1 00 m i l isegun dos o
i ncluso 111ás t iem po.
b) Las Lcorfas del segu nd o gr upo cen tra n su expl i caci ón del fen ó-
111c- n o, según c1pu n 1.ba a1Tibc1, <.: n la existen ci,, <le co11cliciones art i cula-
torias d ive nre n les en las ocl u si\'as sordas v l as son ora:-;, más ron r n:'la-
;-, I

m en te en el desig11al estado q u e presen tan l as Clt<Tdas vocales en unas


y ot ras. en ten diendo c¡uc ésta es l a r,11.óu ú lt i m,1 d e que el tono de las vo-
cales posL-consonán r icas resu l te afectado de d ist i n ta man era en cada
u n o ele los dos con tex tos. Así, H alle y Stcvcn s ( E)7 ] ) consideran que la
clave del problema radica en el grado de rigidez /,orizonta / 1'2 de los pl ie-
gues vocal es, n1ayor <:> n l as sordas q ue en las sonoras, y sost ien en q ue el
hec ho ele q ue las cuerdas est én m ás tensas no sólo i m pide J a sonoridad
de las prim eras, sino qu e provoca asim ismo el descenso en la frecue n cia
rt111cbmc11 la l d<' la voca ks q11c las suceden e11 <:I d ecu rso ffm ico. En
cam bi o. otros a u to res -desde .Jcspersc n a Oli al a (vid. Ohal a. 1 )78)-
pic n san en Ja rigidcL o 1,,,sü;11 11ertica/ 1 :1 ele las cuerd as como desen cade-
nan le del efecto est ud iado. Según esta teo r ía. du ran t e J a prod ncción
d e las conson an tes sonoras la laringe est á más baja pa ra q ue au men t e el
vol um en de l a cavidad oral Y. c;;e clev<3 1am hi{·11 la presi ón del ai r<' en ella
con te ni do. de form a ciue no coi n cida con l a presión subglotal, lo q u e
provocaría el cese del fl t0o de a i re n ccesa,-io para la son01-i clad. Esta po-
sición de la lal'ing-c, asoci ada a la m en or Lensión de las cuerdas y persis-
t en te a lo largo de 1 00 m s. o mús, expli caría qu e el t ono ca m ás grave
en las voca les con tiguas. Corno bic u nsume Horn bcrt ( l 978: 81) , los da-
los cxperi mc-n ta lcs corro boran con más frecuen cia las h ipúlcsis basa-
das en la Lcn<.;iún ver tical de las cue rdas q ue aq uellas oLras cen tradas en

t :! Pan.·n· <::-.. ist i r .1n t<:rdo c·n l tT los i n vt·st ig.1don·


·, <'11 c¡tH.' la, cm·1·da..., \'< H:.il<.'s :-:c IC'll-
s,111 hori1.0111.d111l·1lll' poi h ;tcciú11 del 1111'1sntlo crirot iroidco, <¡ll<' 1111t· los drn, c,irt ílagos
pri nci p;iles de l,1 1;11 i ng-<: : d t i rc>icles r el cricoi<l,·:-.. l .:1 con t ran iún ele cs1c·lll ttscu lo pn >-
d ucc 11n t ·.11u hio en la cl isposici ú11 d t· los ri l ados caníl agos q ue con l kv..i nece-;.iria mcnt<'
d :iu mullo de la lcn.<;i ,.>11 y de l;i lo11 i t ucl de las rt1l'r<l, 1s. cuvos cx 1n·mos a n l crion:s.
lo' rece m la1 ;1
co 111' ' . ,·a1l 1111 idos ;i la p.i rtc i n I erior dd I i roi dt's ,. cu ·ns < x t re rnos pll'i l crio-
res s<···s11jcla11 en los ¡wc1ul·i1os cartílagos aritcnoidt's, si t11ados ésl<.>S. a s11 \'t'/ , sobre: el cri-
coides.
u La t c·11siún \'l'l"licil d<: lo:-. pliq{lll's voca les vi<.'IH' ciada pt> r la allu r;1 d <' la lari11gc. Rt·-
<·u (·nkse q11t' Locl;i c ·lla p11cc k <k,;phv.a rse hacia arriba o h,l<'Í,J a b,jo proq1ca11do C<>ll sus
mov i mien t o, <¡lll' la n w rc b, ,1· l':-.t i1 <.·11 o •w c·11coja11 .
NOCION!!'.S DE FONÉTIC\ \' FONOI.OCL\ CENt::RALF.S

su tensi ón hori7on tal , 1-wro u n as y otras se en fren t an con problemas no


resuel tos hasLa el mom en t o, romo lo es, por jem plo, el qu e l as vocales
que preced en a las con sonan tes no se vean afr•ct,1das de igual m odo q ue
las q ue las siguen , u otras i n t errogan t es sobre la i n fluencia en el tono vo-
cál i co dt' las sonan tes, q ue sorpren den teme n t e pa recen com porl,1rsc
en este pu n to corno las ocl11sivas sonoras (rcc:u{Td<:'sc lo t'Xp l i<:ado sobre
el con cepto ck sonan te en el l.7.) .
Valga, asi rn isrno, como prue ba adicion:.il rlc la c.:om ple:jidad del k-
n ómen o ton al, el segun do aspecto q ue destacaba al com i enzo de ele
apartado, c·sLo es, c-1 modo y el rado en q 11e eJ t im bre de u n son ido rlc-
termi n a su tonia. En ckclo, ya hace t iem po se obser vó q ue cuan to m 'is
al ta -o, si se desea, m ás cerrada- es u n a vocal , m ís alto ta m bi én es su
ton o 1 1 (para los dalos del cspa 11ol, vid. cap. 6, 6.4 .). P1 ws bien , de todas
las posibl es explicacion es clahorndas pa ra est e h echo -y las h a h abido tan-
to de na t u ra leza acústica como ck ca rácter articula torio- q11i z.-í la mús co-
nocida y la rn ús accµtada sea la q u e rldicnd en Lch iste ( 1 )70) y, a11os
despu és, Ohala y Eukel ( 1976) , q uienes opt a n por 1111 razona m i en to de
t i po f isiológico. Los m úscu los q ue conforman la lengw1 -vien en a de-
ci r- está n l igado:-; a 1.i pan e- supe 1·ior d el h11cso h ioides, a cuya parte i11-
fr1·i<ff est:.í n 1 a m hi é·11 u nidos algu nos ele los m ú scu los larí ngeos. Esta d is-
posición provoca que ti articula r las voca les cerrarlas, c 11 las q ue la lengua
se t'ic\·a lt acia t> l del o del palad ar. t:1 laring-c Li en cla asi m ismo a s11bi r y los
m úscu los la ríngeos se t ensen. Con ello au n1c11ta la l ensiún de las n1cnlas
y, ronsecuen t cmcn lc, su frer 1ten ci a c k vihrn ción .
No obsLan le lo al rac t iva q ue pueda re!->u l car esta h i pótesis , n o p ue-
den soslaya rse l os con t ra t:jem pl os a pu n t ados por La<lefog-ed et al.
( 1 q72), q u ien cs obser va ron q ue, al 1ncnos en a lgun ,L em isiones de vo-
ca l es a I tas, la l ari nge l ien dc a bajar lll ,lS que a su bi r. Au n q ue es Las
con sta taciones n o rer11ta n ele m a nera absol u ta la ex pl icación fisiológi-
ca de los h ech os, sí arrcja n u n a ci erta som h ra de <l u da sobre ella, co11-
vi r1 icn do así esta cuest ión en u no más de los c.1píl u los ahiC'rt os de l,1 i n-
vcstigaci é> n foné tica.

] .8.1.3. La d ikrcn ci a en el Lama110 dc l as cucrclas voca l es de u n


h om hrc , de u n a nH jer y d<' u n nj ño, es la causa de (l ll<' el . nive.l.. t.ona l
. ,... , -.,._..,.

1 1 Puede cnc-0111rarse 1111 rl'pa.so d l' los pri11d palcs eslltdios dC'dicados a Lr,llar cslc
pu n to <' 11 J lo111lwr1 ( 197K: 9G-98) , c11 t 'IJarl ( 1990: H). l'rc-sen ta Lambi{n 1111;1 iutro-
duCC'Í<>ll •-a1ci n1:1 al problt'l11a Mateo ( 1988) .
60 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE 1A TEORÍA A 1A PRÁCTICA

medio en el que unos y otros se expresan sea también diverso. Así,


mientras las voces masculinas suelen moverse entre frecuencias más
bajas, las femeninas y las infantiles son más agudas por presentar como
promedio valores frecuenciales más elevados15. Naturalmente, todo ha-
blante, sea cual sea su condición, opera en un nivel tonal que le es pe-
culiar pero que sufre determinadas fluctuaciones. Para empezar, he-
mos de tener en cuenta que cualquier tono, incluso aunque se sostenga
prolongándolo en la misma nota, experimenta el fenómeno denomi-
nad o_vibrato... esto es, ! Re ..!1;1rnes ? li <;!. ™ desyiacion <z_
tanto2.ositivas como negativas -5 o 6 Hz. por lo -ª.filrtir del va-
.... lor mecliobasico; pero:·además;lo cierto es que, cuando hablamos, el
- tono rara vez se mantiene en la misma nota por más de una fracción de
segundo. Todas las alteraciones casi continuas que presenta, y que pue-
den ser más o menos grandes, tienden a prqgydi:se aJrededor de un ni;
vel c al, el tono inheren Pi?._9-el P-.ªQlf!I}.k en cuestión ( por ser al
que natÜraGJ.ente se inclina) , inscrito aproximadamente hacia la mitad
de los márgenes tonales -gama orgánica- en los que tal hablante es ca-
paz dé moverse en funCÍón ·ae los factores individuales relativos a su ana-
tomía laríngea y a su fisiología (cf.cap. 5).

1.8.2. La sonía

1.8.2.1. La sonía es el atributo fundamental del sonido que trataré


en segundo lugar. Y he de empezar advirtiendo sobre el equívoco que
a menudo se suscita entre el propio término de. nía J' el de
intensi-
!!:fi,{b, en cuanto que este último se suele utilizar tanto para aludir a una

15 Los especialistas no coinciden al establecer losmárgenes entre los que fluctúan las
voces de hombres, mujeres y niños. Así, Lehiste (1970: 58) marca, para la voz masculi-
na, la gama que va de los 134 Hz. a los 146 Hz.; para la femenina, de los 199 Hz. a los 295
Hz., y de los 264 Hz. a los 270 Hz. para los niños. Sin embargo, Landercy y Renard
(1977: 51), al igual que Borzone (1980: 85) o Clark y Yallop (1990: 215) , por ejemplo,
presentan otra,; cifras en sus manuales, reflejo de las ofrecidas en varios trabajos mono-
gráficos sobre la cuestión, y, a su vez, distintas entre sí. En consecuencia, como los pro-
pios Clark y Yallop reconocen, es preferible no extraer generalizaciones en este punto;
primero,porque se tendrían que tener en cuenta. factores determinantes, cual es la len-
gua que hablen los sttjetos estudiados; y, segundo, porque existe además un claro solapa-
miento entre las gamas tonales en las que se desenvuelven los tres grupos, y porque no
es ésta, por otra parte, la única variable que los distingue.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 61

característica fisica de las ondas, vinculada a su amplitud en la medida


que luego explicaré, como para hacer referencia a la impresión subje-
tiva que de ella se desprende, esto es, a lo que es estrictamente la sonía.
Así pues, a pesar de disponer en nuestra lengua de dos vocablos dife-
rentes (cf. ing. intensity / luudness,y fr. inumsité / sonie), para recubrir dos
conceptos también distin tos, lo cierto es, sin embargo, que frecuente-
mente el primero de ellosusurpa las funciones del segundo. Por esta ra-
zón pueden resultar convenientes en este punto ciertas precisiones con
respecto a la cuestión.
Subrayaré, entonces, que la intensidad en acústica es una propie-
dad fisica inherente a la onda sonora, Fácilmente mensurable en el
laboratorio y definible como.la potencia acústica -energía que posee
cualquier partícula en movimieñto y que se transmite de unas a otras a
partir de la fuente- que se propaga a través de una onda, medida en
una superficie de un centímetro cuadrado perpendicular a la direc-
ción de propagación de dicha onda.
La intensidad es proporcional al cuadrado de la amplitud de la
onda sonora y, por tanto, es controlable por medio de la presión sub-
glótica, que, a su vez, está relacionada con el esfuerzo vocal realizado.
l
Como explican todos los tratados de fonética acústica16, la intensidad se
mide habitualmen te median te una unidad sin valor r · do,
de nale r.. y ogarítmica, el decibelio (dB) . En principio, se
puede valorar la intensidad de una onda sonora con respecto a cual-
quier otra con la que la relacionemos, que será su punto de referencia,
pero en la práctica y para los frecuentes casos en que no se mencione
explícitamente tal referente, los especialistas han establecido como so-
nido base aquél que, con una potencia de 10-16 watios, marca aproxi-
madamente el umbral o límite inferior de la audición 17 y en torno al
cual se ha elaborado toda la escala de decibelios.
La sonía es, en cambio, la impresión de fuerza, vehemencia o energía
que aprecaimos en los sonidos o en las secuencias de sonidos, es decir, es
en última instancia el correlato perceptivo del aumento de la energía en

16 Cf. al respecto, entre otros muchos manuales que pudieran citarse, los de Lade-
foged (1962); Lehiste (1970); Landercy y Renard (1977); Lieberman y Blumstein (1988),
Stevens ( 1998) yJohnson (2003).
17 Señalaré al hilo de estas explicaciones que la capacidad auditiva varía mucho de

unos individuos a otros e, incluso, puede verse alterada, aun tratándose de la misma
persona, en función de las circunstancias en que se desarrolle la audición.
62 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE 1A TEORÍA A lA PRÁCTICA

LJa corriente de aire procedente de lospulmones. La unidad de medición


empleada para calibrarlo es el sono, que se corresponde convencional-
mente con la sonía Eroducidi por ""i.ina onda sonora de 1 000 Hz . y d
dB de interÍsidad. Los oyentes que hayan dejuzgar sobre el grado de so-
nía de un sonido determinado utilizarán la escala numérica construida en
virtud de esta unidad, según la cual una onda con una sonía de 2 sonos es
dos veces más prceptible que una con sólo 1sono, y ésta, por su parte,
será también el doble de intensa que la onda que posea 1/2 sono.

1.8.2.2. Naturalmente, el principal factor del que depende la sonía


es la intensidad de la onda sonora, entendida como expliqué más arri-
ba, pero, además, en la determinación de la sonía también influyen otros
elementos como la frecuencia fundamental, las características espectra-
les y el tiempo o la duración del sonido de que se trate en cada caso.
Que la frecuencia fundamental condiciona la sonía es un hecho se-
ñalado ya hace tiempo y que se ve corroborado cuando a menudo los
oyentes participantes en experimentosjuzgan dos sonidos de intensidad
similar pero de distinta frecuencia como divergentes en cuanto al gra-
do de sonía, debido a que uno de ellos se sitúa dentro de la gama de fre-
cuencias a la que el oído es más sensible. Como precisan Clark y Yallop
(1990: 209), en los sonidos de baja frecuencia, inferior a los 200 Hz.,
puede producirse una variación en la intensidad de hasta 40 dB. o más
sin que ello suponga una alteración de la sonía, y, aunque en menor me-
dida, sucede algo parecido en los sonidos situados por encima de los
5000 Hz. La intensidad la frecuencia fundamental mantienen entre sí,
--....;.
en efecto, una cierta relación e epen encia, fácilmente explicable
desde el momento en que las variaciones aelapresión subglótica que
condicionan el valor de la primera conllevan, salvo que se realicen ajus-
tes compensatorios en la laringe para evitarlo, alteraciones correspon-
dientes en el valor de la segunda (vid. más arriba, la nota 10).
Por otraparte, la conexión de la sonía con las características espectrales
de cada sonido se de1iva del hecho de que, en los sonidos complejos,
como lo son los del habla, la percepción final que tenemos de su sonía es
igual a la suma de la sonía de sus diversos componentes. Ello implica que
da sonido posee una cierta intensidad int:rinsef"!J. que viene dada en fun-
ción de su propia cUaTidad fóñética y que condi o rá u posición g>
c1ia1 <:r escala de co!!'}parag.§i:i como la basada en eI sorw. La constata-
ción de que lossonidos, por su misma naturaleza, ctifieren en cuanto a la
sonía está en la base de las llamadas escalas desonoridad, de larga tradición
/
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 63

en los estudios fonéticos, pero de enorme actualidad desde que la no-


ción de sílaba ha vuelto a formar parte de la teoría lingüística18•
Finalmen te, el efecto del tiempo o la duración percibida del estí-
mulo sonoro sobre la sonía se deduce, en primer lugar, del hecho de
que, como regla general, el umbral de la audición de un sonido des-
ciende si aumentamos su duración. Y, en segundo lugar, se comprueba
a partir de otro fenomeno expenmen talmen te confirmado, cual es que
la sonía es susceptible de variar como consecuencia de los cambios en la
duración de los estímulos, siempre y cuando dicha duración no supere
un cierto límite (20, 50 ó 65 ms., según el nivel de intensidad del soni-
do en cuestión) a partir del cual ambos atributos son independientes. Así
lo explica, por ejemplo, Lehiste (1970: 114-5), quien se hace eco de los
resultados obtenidos por algunos investigadores que indagaron al res-
pecto en los años sesenta. En dos de los estudios por ella citados, Miller
(1948) y Small et al. (1962), sus au tores, sirviéndose como estímulos de

I
ruidos turbulen tos de explosión, concluyen que para que uno de tales
ruidos breves tenga la misma efectividad que un ruido más largo, ha de
ser necesariamen te más intenso, y que, en efecto, la sonía es
independiente de la duración sólo cuando esta última supera un valor
determinado, sea éste de 15, de 50 o de más milisegundos.

1.8.3. La duración

1.8.3.1.: La lonfiltud de un sonido y su correlatQ perceptivo. la du-


ración19, es la cantidad de tiempo empleada en su emisión, expresada

1ª Lajerarquía de sonoridad o perceptibilidad universal que se aswne en los estudios


fonológicos actuales suele ser la siguíente, de menor a mayor: obstruyen tes sordas <
obstruyen tes sonoras < nasales < líquidas < paravocales < vocales. Para la discusíón del
t
concepto de jerarquía de sonaridad y de sus aplicaciones en fonología puede consultarse
el número monográfico que ]a Chicago Llnguistics Society dedicó a la sílaba (CLS, 1990),
o bien algunos de los numerosísimos trabajos específicos, como Bell y Hooper (1978),
Dogil y Luschützky (1989) y Butt (1992), además) claro está, de las obras clásicas de Sie-
vers,Jespersen o Saussure, a las que se remiten con frecuencia los autores contemporá-
neos.
1" Existe u na considerable falta de precisión terminológica en este campo (comen-

tada, por ejemplo, por Fox (2000: 22), pero bastante evidente para cualquier persona que
maneje habitualmente la bibliografia pertinente) .Sistematizando un poco, puede decirse
que los términos wngitud y duraüón se usan indistintamente en los estudios de carácter
64 F< >N f:·1 1C.\ l'i\R1\ l'ROFF.Soru: DI·. ESP.\ ÑOL: DE LA TF.())ÜA A I.A PR •\CTI( ;,\

por lo genera] en m i lésimas de segundo. En pri 11cipio, de u na ddini-


ción la n se:-nci1Ja podría deduci rse la idea de que este tercer atribu to
rundain en tal de los sonidos resul La más f;i ci l de est ud iar q ue los dos
an t criores, pero de 11ucyo cncon trau1os com pl icaciones si analizamos
la cuestión con mayor det alle.
El pri mer problema se plan tea al tra tar de medir la longi tud de u n so-
n ido. Como LehisLe ( 1970: 1?>) explica (cf. tam bi én Clark y Yallop, J 990:
202), algunas veces los l íl)}i tes cn Lre los d is1 i11tos scgn1en tos ele la cadena
ha blada puede n cstahlcccrse con su ficicn lc precisión a parti r de su re-
gistro acústico: las lransicioru ·s en tre eJeme n tos ro n u n modo de arti cu-
lació n d i k ren L , por ejem plo u n a consonan te y u na voca l . conl levan
cam bi os mayores y rni fücil m en te reconoci bl es q ue las t ransiciones en-
tre son idos que posea n i dé11tico modo de articu lación , por c:jcrnµlo dos
¡ vocales. Evjcle n t em cnt c, si los límites de u n scg1ncnto se pu eck n maff ar
con cierta fiabil idad, su duración en miliscgu ndos será también calcula-
bk con bastante exacti t ud, pero si no es posible precisar dónde conüen7.a
! o dónde aca ba, dclcrminar su duración se convierte en ta rea harto difi-
L.: ciL En Lodo caso. Len icu do en cuen ta que los sonidos del habla pueden
durar enLre :10 y 00 rns., lo i1n port.a n te es que las posibles variaciones en
la medición derivadas de las d ificu ltades que com porta todo el proceso
110 sobrepasen la fra,ja que va d<:' los LO a los 40 rns., porc¡uc ese es el 111í-
n imo espacio de tiempo a partir del cual el oído hum ano es ya capa,. ele
perci hir dikrcncias en la duración de dos elementos.
Ya veíamos en los apa rtados an teri ores (J ll<' los ,tribu Los fu n da-
men tales del sonid o y las sen sacion<:.s <le ellos derivadas ma n tien en en-
Lre sí un a c01n plcja red ck in tcrn:laciones. En este sen údo, es in tere-
san Le seü al ar qILc, mi en t ras q ue la t.on ía n o pa rt'Ct' i n fl u i r en l a
discriminación de la duraci ón , cualq11i cr cambio que se i mprirua a la so-
nf a revierte, por el con trario , en la percepción del Lie1n po: por jcmpl o,
con una i n tensidad ele 60 d B. la C'apacidad de d iscrinünación es m ayor
q ue con u na de 10 dB., y se puede n aprecia r di ferencias en la du ra-
ció11 m ncbo más pequeñas en el 1xi m er caso q ue en el segundo .

lo11 t"·1ic·o, mi<"111 ras que el vocal>l<' m11tirlad s<: crnplt· 1 rn ;_1s bien en los t raba jos <le ítLclolc
!0'11olúgi ca. E n los ln·s ra:-.os, los arUctivos rorn-:spond icn tes son /mr¡1¡, (o mrlo) / /m'f!1:1, y.
asimismo, lo:,, tr<':o. S<' 11sa11 L:11110 para designar la cxlcnsiún e11 el 1il'mpo rk u n ú nico scg-
tllenlo, corno la d t' w1a aµ;ru padú11 dt• i;eg-me1Hos cual t'!'i la sílaba. Pa ra esrc ú l tilllo c·a.-;o.
se h;i gcncra l i1.1do í1lrima11H·111e lJ I ll:r mino /H'.w (si híbico) , co11 sus ad j<.:livos rdarionados
,IJesrulo \' fi<wro.
,......
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 65

1.8.3.2. Diferencias en la extensión temporal de los sonidos como


éstas a las que vengo haciendo mención, fáciles de verificar en la cadena
hablada, pueden deberse a muchas causas: entre otras -y sin entrar en
las importan tes alteraciones motivadas por el fenómeno lingüístico del
acento, de las que hablaremos en el apartado correspondiente (cf. cap.
4 )-, la velocidad de emisión que emplee el hablante habitualmente o
la que sea característica del habla de su comunidad; el tipo de función
paralingüística de que quiera dotar a su enunciado; el grado de ur-
gencia o la carencia de tiempo que mediatice su comunicación . Pero,
además, existen otros factores que determinan la duración de los so-
nidos y en los que me centraré a continuación.
Al referirme a la tonía (cf. § 1.8.1.), explicaba que la de los seg-
mentos fónicos está condicionada por lo que se denomina tonía intrínse-
ca, vinculada a su propia naturaleza, y por la influencia que el contexto
ejerce sobre ellos. Pues bien, algo similar sucede por lo que hace a la ex-
tensión temporal de los sonidos. Ya Delattre ( 1962) hablaba defactores
internos, aludiendo a aquéllos determinantes de Ja duración de los so-
nidos y derivados de la cualidad peculiar de estos últimos. Es así que,
con respecto a las vocales, se ha observado repetidamente que las que
son cerradas o altas presen tan una duración menor que las más abier-
tas. Este hecho ha sido comprobado en varias lenguas, lo que ha lleva-
do a pensar a algunos autores ( cf. Lehiste, 1970: 19; Maddieson
1997: 624) que se trata de un universal fonético, determinado :fisioló-
gicamente en cuanto que la mayor duración de las vocales abiertas se
debería a la mayor extensión espacial de los movimientos articulato-
rios implicados en su producción 20 (cf. § 6.4.l. para el español).
La duración intrínseca de las consonantes depende tanto de su
zona como de su modo de articulación, aunque las diferencias entre
ellas son, comúnmente, menores que entre las vocales. Puede afirmar-
se que, en general, las consonan tes labiales son más largas que las den-
tales, alveolares o velares (mientras que la relación entre estas dos úl-
timas clases varía según las lenguas), y, también en líneas generales,
que las fricativas son más largas que las oclusivas (cf. Pickett, 1980: 96) .

2o Elhecho de que este supuesto universal no se vea corroborado en todas las lenguas
puede deberse, como bien explica Almeida (1999: 19) a factores de tipo fonológico:
cuanto menor sea la complejidad de un sistema fonológico, es decir, cuanto menor sea el
número de lasunidades que lo integran, menor será también la necesidad de utilizar la du-
ración como un rasgo adicional discriminatorio del timbre (vid. § 1.9. sobre fonología).
66 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE lA TEORÍA A LA PRÁCTICA

Estas dos últimas afirmaciones traducen ciertas intuiciones fáciles de en-


tender a priori: parece lógico, en efecto, que una dental o una alveolar,
articuladas con un órgano tan móvil como es el ápice de la lengua, sean
más breves que una labial, y, del mismo modo, esplausible que una conso-
nante fricativa pueda prolongarse durante más tiempo que una oclu-
siva, que diríamos momentánea por naturaleza.
Sin embargo, la realidad es más compleja, por lo que toda gene-
ralización en este terreno ha de aceptarse con cautela. Por ejemplo ,
Lehiste (1970: 28) a propósito del papel de la zona de articulación,
menciona un estudio de Falc'hun sobre el bretón, datado en 1951, en
el que las labiales presen tan en contextos concretos una duración me-
nor que la de las dentales o velares (para los datos del español, vid.
\ cap. 7) . Yrespecto a la influencia ejercida por el modo de articulación,
lo cierto es que la fase de cierre o interrupción de una oclusiva puede
mantenerse durante un periodo de tiempo bastante largo siendo su
fase de resolución la propiamente "momentánea", de forma que no
hay razones objetivas para que una oclusiva sea más corta que una fri-
cativa. Catford (1977: 196) explica muy bien que loslímites temporales
están determinados por consideraciones de carácter fisiológico o ae-
' rodinámico. En última instancia, será factible alargar una articulación
oclusiva sorda todo el tiempo que se pueda aguantar la respiración ,
mientras que la duración máxima de una fricativa dependerá de la can-
tidad de tiempo que se consiga mantener un flujo de aire turbulento a
través de las cavidades articulatorias, lo que a su vez está en función de
la capacidad pulmonar y del volumen y velocidad de esa misma co-
rriente de aire.
A todas estas consideraciones relativas a la duración intrínseca de
un elemento, y que apuntan a un alto grado de variabilidad (en parti-
cular en el caso de las consonantes) , hay que añadir las que se refieren
al contexto en el que este aparece. El contexto lingüístico o, por em-
plear la terminología de Delattre, los .xternos,j!Üeden cierta-
mente influir en la duración de un segmento dactoa través,ge la acción
eje cid por ciertas variables, a saber:aJ1as características articulatorias
de los sonidos vecinos; b) la estructura segmen tal de la sílaba a la que
pertenece el segmento en cuestión; Y. e) el lugar que dicha sílaba ocupe
en el enunciado. ._
' a) La primera de talesvariables, esto es, la influencia de las caracte-
rísticas articulatorias de los sonidos vecinos sobre la duración de un
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 67

segmento, se ha estudiado sobre todo en relación con las vocaJes y las


consonantes que !,as siguen enposición de coda silámca21 • Se ha observado así,
en primer lugar, que en muy diversas lenguas una vocal seguida de una
consonante sonora es siempre más larga que la misma vocal con una
consonante sorda detrás. Dado que éste ha sido un fenómeno muy de-
batido, no le han faltado explicaciones de todo tipo. Una de ellas, en-
marcada en la llamada "hipótesis del reajuste laríngeo" de Halle y Ste-
vens (1967), es la que alude al hecho de que la amplia separación de las
cuerdas vocales durante la producción de las consonantes sordas se lo-
gra conformar más rápida y fácilmente que la separación, mínima y
extraordinariamen te ajustada, que deben ofrecer las cuerdas durante
la articulación de las sonoras, siendo esa la causa del mantenimiento,
duran te más tiempo en este último c_aso, de la vocal precedente. Otra
posible justificación supone que toda sílaba comporta una cantidad
fija de energía y, concediendo más relevancia a la oposición de tensión
que a la de sonoridad en las consonantes, considera que la longitud del
elemento vocálico varía en función del esfuerzo articulatorio que con-
lleva la consonante siguiente:si esta última requiere más energía, corno
sucede en las sordas, la vocal por compensación se acorta; si la conso-
nan te entraña un menor esfuerzo, como es el caso de las sonoras, la vo-
cal se alarga. Yaún otra línea de argumentación, expuesta por ejemplo
en Farnetani y Recasens (1993) y Maddieson (1997: 626), aventura una
explicación basada también en un efecto compensatorio, pero esta vez
de orden temporal, entre la longitud consonántica y la vocálica en los
grupos CV22.
En segundo lugar, ha podido comprobarse que el modo de
articulación de la consonante no condiciona en gran medida el tiem-
po de la vocal a la que sigue, aunque sí se ha repetido frecuentemen-
te que las oclusivas tienden a acortarla (hasta un máximo de 20 ms.

21 En cambio, el papel desempeñado por la consonan te que precede a una vocal en


la determinación de la longitud de ésta última no ha sido objeto de tantos análisis debido
al grado de dificultad que encraña escablecer las fronteras entre ambos segmentos, lo cual
explica, asimismo, que las mediciones realizadas por los relativamente pocos autores
que se han ocupado de la cuestión no sean comparables y que hayan sido siempre, por
el contrario, objeto de controversia.
22 Todas estas teorías son de fundamencación estrictamente fonética. Encre las mu-

chas avanzadas las hay, sin embargo, de índole fonológica (cf., por ejemplo, Brauns-
chweiler, 1997), que consideran el fenómeno como parte de todo un programa motor
de más alto nivel relacionado con el procesamiento fonético-fonológico del habla.
68 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A IA PRÁCTICA

según Pickett (1980: 95)). En el capítulo 6 se hablará de los datos refe-


ridos al español.
Finalmen te, se ha dicho también que la zona de articulación con-
sonántica influye en la duración de la vocal precedente de acuerdo
con una regla postulada por Jespersen y que podría formularse en los
siguientes términos: cuan to más lejos esté situada la zona en la que se
produce la consonante de aquella en la que se articula lavocal, más lar-
ga será esta última (vid. Farnetani y Recasens, 1993) . En otras palabras,
el tiempo de la vocal dependerá de la extensión del movimiento que los
órganos articulatorios hayan de realizar para pasar de esa misma vocal
a la consonante siguiente. Como expone Lehiste (1970: 20), de esta
norma general se deduce que todas las vocales serán más cortas de-
lante de una consonante labial que delante de una dental o velar, pues-
to que en la secuencia vocal + labial los articuladores implicados son di-
ferentes (la lengua y los labios respectivamente) , y no se consume
tiempo alguno en trasladar un único órgano (la lengua) de una posi-
ción -la de la vocal- a otra -la de la consonan te- corno sucede en el
caso de las secuencias con den tales o velares. No obstante, no parece
que pueda hablarse de universales fonéticos ni de teorías explicativas de
alcance general, sino de fenómenos aprendidos y específicos de cada
lengua, que deben abordarse de manera particular en cada una de
ellas (vid., para el español, cap. 6) .

b) En otro orden de cosas y según avancé más arriba, muy a menu-


do puede leerse que la estructura d la sí/,ab(!>n la que va inserto un so-
nido influye claramen en la duración de éste y que, por consiguien-
te, el hecho de que una sílaba sea cerrada o sea abierta, es decir con
coda o sin ella23, también condiciona la extensión de su núcleo vocáli-

'
Adelanto aquí que una sílaba se compone de dos tipos de elementos:el núdeo, cima
2!I

o centro silábico, y los márgenes, anterior y posterior. El núcleo, cuya presencia es im-
prescindible para que pueda hablarse de sílaba, está constituido (al menos en español)
por vocales: una (sol) o varias ( ciel.o); el margen silábico anterior, denominado también
ataque, puede ser simple ( ma) o compuesto (pro) o puede no existir(el) ; lo mismo suce-
de con respecto aJ margen posterior o coda silábica (in)/ (ins)/ (la) ( no obstante, es obli-
gado avanzar aquí que, frente a esta estructura silábica tradicionalmente admitida, la fo-
nología generativa postula otra en la cual la sílaba con tiene sólo dos constituyen tes
inmediatos, ataque y rima, cf. capítulo 4). Llamamos silaba abierta o de vocal librea aque-
lla que no presenta coda, mientras que una sílaba en la que sí existe el margen posterior
se conoce como cerrada o de vocal trabada.
NOCIONES ])f. FON
Tr<:A \' FONOl.OCf A (,f.NER.\LES
: G9

co. Es cie rto cine los dél tos de m uchas lenguas avalan esca h i pólesis y que
u n a voca l en sílaba li bre sucl <:' ser, ff f,r>ris j>ffri.bu, \·, m ás la rga que la misma
voca l en sílaba t rabad,, (vid. po r ej., Fa r n elan i y Kori ( 1986) pa ra c:I
ital ian o) . Ta n es así CJ ue M addicson ( L 98) llegó a p roponer (J llC la re-
gl a d e cona mi cnto d e l a Voca l t;.!_1_§ílaba ( <..:!.! la (1\VSC) pod ría
COl1VCl i tie ntÜ1tl111V('fSaf -de la-c_:slr UCtl l::1-sj l á b i ca. ----

t) fin al men te, e l l u ga r ci ue la sílaba o el segmen to ocnpc en la pa-


la bra y en el enu n ciado i n fluye asim ism o c 11 su clu raci c'l n . Se ha obser-
vado repct idas veces q ue, corn o n on na ge nera l . los segm en t os o las sí-
labas si t uad os a fi n a l de pa labra o d e en u nciado ti en den ,l ser m ás
gos q u e los cm p lazc1dos en el in teri or de dich as u n idades (vid. Lind-
lai·
bloom , 1 978; Noot<' boom , 19)7) , pero snceclc, además, que c1 n ú nH:'ro 1
rot a l ck sílabas de u n a palabra tamh i<. n afecta a la du raci ón d e l os seg- .
n1e ntos i n tegra n Les de cada una d e t'llas. Así, cua11Las más sílabas sigan
a la sílaba tón ica dentro de la m isma u n idad , más corta será la duración
d e dicha sílaba accn luada )' de sus scgmcn los, lo ciue se con oce <:011 el
nom bre de ·acort ami en to compensatorio'.
¿Qné se h: ¡-L¡(:e - le L¿>do esto? En ·Í;;;iabras de Noo leboon1 ( 19)7:
663) :

El l wcho de que cx isw11 t,111los factores dik n:'111cs q ue ttÍ<.Tl,lll si n1u llá-
11<.'a mc11te a los pa t rones (c111 por,dcs dd h 1bl.i rc.:k,·,111((:s des(k c-1 pu n to
de vi:-.t;1 ptTccplivo cou 1plíca l.1 ,·id,1 a los fo11clist;1s q ue prelcnde n dar cucn-
la ele tales pat rn11c s de 111odo sislcmálirn. l .as co'.-ias St' com plican m,b por-
q ue parc-·n· n d;,rse r11crlcs i 11ter;1Ccio11es cu.11Hitat iva:-. cmre diversos faclOrcs
( ...) Tales i n t<' rarri rn1<.·,cxl rc111as en 1 re n u1<:h os factores di\'cr,;os qut· afrc-
1an a la du raci ún dl· la sílaba y el scg-1t1e nto ( ...) da n como rcs11l ta<lo q ue los
d<.Tlos sislC'm;'i ticos de c11.tlq u icr racl<.lr pa r1icu l;1r sobre las clu r;,Kiones de los
son idos del hahl.1 sólo p11c<.lc11 es1.ahkccrse <le ma1wrn f·iahk cuando L0-
1rnunos c11 cuen la los e!t•ctos de m ucl tos ot ros factores.

Y eslo req u iere trab,-1j a1· con bases de datos m uy am pl ias y h er ra-
mien tas es1adís1icas bien concebidas y desarrolladas , de- las que n o siem-
pre s<.; d ispon e. En cualq u i er caso, lo q ue ha de ci ucdar cla ro es q ue Los
atriúnlos.J únrlamentalPs del sonido, frec u.e11.ti.a, intrnsidad y longitud, ron S'US '
mrrelatos fJe-rrpptivos respectivos, fonia, son.fa y duratiún, r¡ue lantn importan-
cia van a lener en la corretrión de la J;mnu.11ciaciú11, !Jon.fimónzenos mur/to más
corn/Jlr')os dt' lo r¡ue a jJrirnP-ra vi!>la pudiera j}f n,wrse.
70 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A lA PRÁCTICA

1.9. NOCIONES DE FONOLOGÍA

1.9.1. El análisisfono lógico de los segmentos

Los sonidos que producen los músicos no son aleatorios, sino que están
organizados típicamente en tonos y melodías. De igual forma, los sonidosde
las lenguas obedecen a ciertos principiosy están estructurados de un modo
determinado. Dicho con otras palabras, lo que llega a nuestro oído puede
ser el sonido de la trompeta o el redoble de un tambor, pero lo que perci-
bimos (y de lo que disfrutamos) es la melodía de la que tales sonidos forman
parte. La melodía (que puede pautarse) es un patrón abstracto: abstracto
cuando menos porque no podemos oírla toda de una vez, sino que la vamos
reteniendo mentalmente a medida que la música va sonando. Sin esa pau-
ta (escrita o mental) no habría melodía, ni por lo tanto podria hablarse de
música, sino sólo de sonidos desordenados. De una manera similar, los so-
nidos que producimos en la lengua obedecen una pauta abstracta. El papel
de la fonología es descubrir Ja entidad de ese patrón y las propiedades que
lo gobiernan (Roca, 2003:636)

Ahora que ya conocemos las nociones básicas de fonética y, por


tanto, sabemos qué es un sonido del habla, cómo se produce y cómo
puede estudiarse, es llegado el momento de entender en qué consiste
otra disciplina lingüística estrechamente relacionada con la fonética, la
fonología. Ambas se ocupan del estudio del aspecto fónico de la comu-
nicación y ambas 'se necesitan' mutuamen te: por un lado, los análisis
fonológicos, como se va a ver, tienen que basarse en los hechos fonéti-
cos, y, por otro, la investigación fonética ha de partir de la base de que
el ser humano se sirve de sus capacidades fónicas con un fin lingüísti-
co. Si la fonética se ocupaba de las bases acústicas y fisiológicas del ha-
bla, según se ha visto antes, lafonología se interesa por la organización lin-
güística de los sonidos en las distintas umguas. Dicho en otros términos,
los fonólogos estudian cómo se comportan los sonidos en cada idio-
n1a, cómo se estructuran de acuerdo con esquemas abstractos de or-
ganización que varían de lengua a lengua, y cómo los niños y los adul-
tos aprenden y llegan a dominar esos esquemas cuando adquieren la
lengua en cuestión.
Ejemplificaré con el caso del español. En nuestra lengua existe un
sonido [k] que no se pronuncia del mismo modo si va situado delante
de una [i], como en kilo, que si va situado delante de una [o], como en
copa. En el primer caso, la [k], que es un sonido articulado en la parte
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 71

posterior o velo del paladar, adelanta su zona de articulación por con-


tacto con la [i], que es una vocal muy anterior; en el segundo, mantie-
ne su zona habitual de articulación porque la [o] es ella misma poste-
rior. Este tipo de matices son muy importantes para el fonetista, cuyo
trabajo consiste precisamen te en señalarlos y explicarlos, pero no po-
seen especial relevancia para el fonólogo, desde el momento en que el
oyente no los percib5e interpreta ambos sonidos como realizaciones de
un mismo elemen to /k/ , bien diferenciado de los restantes elemen-
tos fónicos que constituyen su lengua y capaz de distinguir significa-
dos:/kopa/ frente a /popa/, por ejemplo. Estas unidades abstractas \
que interesan al fonólogo -y que no lo olvidemos- se manifiestan en el
habla por medio de sonidos son los denominados fonemas. Se conci-
ben como conjun tos de propiedades mínimas simultáneas, de carác.;
ter articulatorio o acústico, llamadas rasgos distintivos. El adjetivo '<lis-
,,. tintivos,. se debe a que son estas características, estos rasgos, los que
oponen los fone1nas entre sí dentro del sistema de cada lengua, de
modo que la sustitución de uno por otro conlleve una variación en el
significado de la palabra de que se trate.
Fonética y fonología no coinciden, entonces, en sus objetivos, aun-
que ambas se ocupan del aspecto fónico del lenguaje: mientras que la
fonética estudia tQ.dgs los sonidos del habla, la fonologí;a se ocupa run:-
... damentalmen te de aquellos que conllevan distintÍvimidycon ¡a;ste, mien-
tras que Iafonética se interesa por las ae
características físicas los soni-
dosy utiliza sobre todo técnicas y métodos experimentales, la fonología
se sirve de otros procedimientos de descubrimiento y análisis, como,
por ejemplo, el ya clásico de los pares mínimos, al que me refiero a con-
tinuación.
Dos sonidos pueden presentar una distribución paralela en la cade-
na hablada, es decir, que pueden aparecer en los mismos contextos, y, por
consiguien te, puede darse el caso -y se da frecuen tísimamente-de que
dos palabras se diferencien sólo a causa de ellos:esp. perro /pero; fr. pm-
son /poisson; ing. cut / cufr> it. vera / sera, etc. Estos pares de vocablos son
los que se denominan pares mínimos y nos demuestran que la diferencia
fonética que existe entreTosdos sonidÓs considerados en cada caso culll:.
ple una función distinti estrictamen te lingüística, la de distinguir sig:-
-níficados. Es, pues, mere procedimiento consistente en sustituir o
conmútar uno por otro como se determina si son contras9.Y.o,,.,S o no, esto
es,_g_ -como ya he explicado- lo que tradicionalmente se ha deno-
minado fonemas o n. Si lo son, su notación se hará en términos fonoló-
,,..-
72 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A IA PRÁCTICA

gicos, con lo cual quedarán perfectamen te diferenciados de lossonidos.


Los fonemas deben ir siempre transcritos entre barras como estas: / /
Ahora bien, los fonemas no se realizan en el habla siempre del mis-
mo modo: basta pensar en las muy diversas maneras de pronunciar la
/s/ española que existen en todo el mundo hispanohablante. Algunas
de estas varian tes que presen tan los fonemas son libres, es decir, no
dependen del contexto en el que aparece el segmento en cuestión,
sino de otros factores, dialectales o individuales (vid. infra) . Otras rea-
lizaciones, en cambio, vienen exigidas por el lugar preciso de la se-
cuencia en el que se encuentra el fonema. ºª'3,a 1wa de esta.s últimasE:.
riantes dcl con te.go se onoce como aw{o'!l!}. Los
alófonos alternan unos con otros conforme a unas reglas
determinadas que es-
tudiaremos en su momento, yi e aquellos que se excluyen mutuamen te se
dice que están en distribución comp!,ementaria. ..--

EJEMPLOS DE FONEMAS DEL ESPAÑOL CON ALGUNOS


DE SUS RESPECTIVOS ALÓFONOS:

<
[b] por ejemplo en ['bamosa'kasa] 'vamos a casa'
/b/
[f3] por ejemplo en [el'kao] 'el cabo'

/si< [s] por ejemplo en [el'asa] 'el asa'

[z] por ejemplo en [ez'f3e,.{o] 'es bello'

/ [d] por ejemplo en ['damemi'liro] 'dame mi libro'


/ di<_
'- [<1] por ejemplo en [mi'c1ac1o] 'mi dado'

Figura 13

Los alófonos de la /b/ están en distribución complementaria, son va-

Í riantes combinatorias: la [b] oclusiva, pronunciada con cierre completo


de los labios, aparece cuando va situada a comienzo de emisión o tras
consonan te nasal; la [], que no se articula con cierre completo de los
labios, sino con un estrechamien to del orificio de salida conformado
por éstos -orificio a menudo tan amplio que la hace ser aproximante
(es decir, no presen tar ni siquiera la fiicción que caracteriza a las fri-
cativas)- aparece en todas las demás posiciones.
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 73

Por consiguiente, puede afirmarse que la posición de las unidades


fonológicas en la cadena hablada, su contexto fónico, ha de ser tenido
en cuenta al describir la fonología de cualquier lengua, no sólo porque
determina la realización de uno u otro de los alófonos de los fonemas,
sino también porque son las posiciones concretas las que restringen la
potencial aparición de estos últimos. Por ejemplo, en español la posi-
ción de final de palabra ante pausa exige que el fonema /s/, si se en-
cuentra en ella, sea sordo: Qµiero las rosa[ s] ; y esa misma posición blo-
quea, también por jemplo, la aparición del fonema /pi : no existen
palabras españolas terminadas en p. No todos los fonemas puede.pre-
sentarse, pues, en todas las posiciones.
La distinción entre fonemas y alólonos es específica para cada len-
gua, porque cad a len a or. aniza de manera distinta la materia ónica
con la que cuenta. Por ejemplo, para un francófono, a s en la que se
pro- duce fonación (la s sonora: [z]) es claramente distinta de la s
articula- da sin vibración de las cuerdas vocales (la s sorda: [s]), y él
sabe que ambas no son intercambiables en muchos contextos sin
alterar el sig- nificado de los términos: dessert / désert, poison / poisson,
coussin / cou- sin... De igual manera, para un anglohablante no es
igual pronunciar frric econ s sorda (precio) que prize con s sonora
(,premio). Lo que ocurre, pues, es que tanto en inglés como en francés
la ssonora y la ssorda son dos fonemas distintos. En cambio, para un
hispanohablante, el hecho de pronunciar casa o piso con s sonora o
sorda no tiene ninguna con- secuencia significativa, salvo el simple
hecho de poner de manifiesto una forma especial de hablar o un
acento no nativo. Yeso es así porque en castellano, la s sonora y la s
sorda son dos variantes del mismo fo- nema, que vienen, por lo
general, exigidas por el contexto de acuerdo con una regla alofónica
bien determinada que estudiaremos más ade- lante (vid. capítulo 7).
Los fonemas ofrecen, como dije arriba, otras variantes que no de-
penden del lugar de la palabra en el que van situados, es decir, que no
dependen de la propia secuencia hablada, sino que vienen condicio-
nadas por características individuales o situaciones comunicativas di-
versas: no se articula igual cuando se está dando una conferencia que
cuando se está en el bar con los amigos, por ejemplo; la pronuncia-
ción es también distinta en un medio sociocultural bajo que en otro
alto, y un hablante de la costa del Caribe no suena como uno de la me-
seta castellana. Todos estos factores, pragmáticos, socioculturales o
geográficos, generan diversas variantes para cada fonema, unas más
74 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

extendidas o más frecuentes que otras. Es importante que el aprendiz


de una L2 sepa, al menos, reconocerlas. Por lo que hace al español, se
hablará de todas ellas en próximos capítulos, cuando se presente su
sistema vocálico y su sistema consonántico.
La necesidad de que el profesor de L2 conozca algunos principios
básicos de fonética es evidente, aun desde un punto de vista meramen-
te intuitivo, pero pudiera ser que el lector se formulara la pregu n ta:
¿por qué son importantes las nociones de fonología y de sistema fono-
lógico en la clase de español como lengua extranjera? El gran fonólogo
Nikolaj S. Trubetzkoy, que fue realmente el "creador" de la fonología
como ciencia, ya la respondió en su obra Principios defono logía, publica-
da por primera vez en 1939. Sus palabras, reproducidas a continuación,
han sido un punto de referencia clave para los teóricos de la didáctica
de la pronunciación desde entonces (cito por la traducción española) .

El sistema fonológico de una lengua es semejante a una criba a través de


la cual pasa todo lo que se dice. Sólo quedan en la criba las marcas fónicas
pertinentes para individualizar los fonemas. Cada hombre se habitúa desde
la infancia a analizar así lo que se dice y este análisis se hace de una forma
automática e inconsciente. Pero, por otra parte, el sistema de cribas, que
hace posible este análisis, se construye de diferente forma en cada lengua.
El hombre se adapta al sistema de su lengua materna. Pero si quiere ha-
blar otra lengua, emplea involuntariamente para analizar lo que oye la "cri-
ba fonológica" de su lengua materna, que le es familiar.Y como esta criba
no conviene para la lengua extranjera oída, se producen numerosos erro-
res e incomprensiones.Los sonidos de la lengua extranjera reciben una in-
terpretación fonológica inexacta, puesto que se les hace pasar por la criba
fonológica de la propia lengua. (Trubetzkoy, 1973:46)

Y más adelante, prosigue:

... el llamado 'acento extranjero' no depende exclusivamente de que el ex-


tranjero no pueda pronunciar un sonido determinado, sino más bien de que
no interpreta con corrección dicho sonido. Y esta interpretación errónea
está condicionada por la diferencia entre la estructura fonológica de la len-
gua extranjera y la de la lengua materna del locutor. Con los errores de
pronunciación ocurre por lo general exactamente lo mismo que con los
otros errores típicos de quien habla una lengua extra.11:jera. (...) la i tensa es
un sonido que un ruso pronuncia habirualmente, pero para él es una va-
riante combinatoria del fonema i,varian te que señala la palatalización de la
consonante precedente, y debido a esto, cuando habla alemán, palataliza to-
das las consonan tes ante i. (Trubetzkoy, 1973: 48-49).
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 75

Es otras palabras; no basta con saber cómo son los sonidos de una
lengua, sino que hay que saber cómo se organizan y qué valor tienen en
esa lengua concreta. Un hispanohablante es perfectamente capaz de
pronunciar dos sonidos s, uno sordo y otro sonoro, y, de hecho, los
pronunciamos continuamen te: la sde asa es sorda; la de asma es sono-
ra (vid. su-¡,ray cap. 7). se nos hace dificil es asimilar ue en otras )
lenguas esos dos soni os son, además, dos onemas distintos esto es, que l
rfüesíguat aeéir poison que poisson en francés, ni es lo mismo pronun-
ciar priceque prize en inglés, por retomar dos de los ejemplos que antes
mencioné. Por ello, la labor del docente, en nuestro caso del docente
de español, ha de tener en cuenta el sistema fónico de la lengua que en-
seña siempre desde sus dos ver tientes, la fonética y la fonológica. J

1.9.2. Elementos suprasegmental,es. La prosodia

1.9.2.1. En los apartados anteriores me he venido refiriendo a las


propiedades fonológicas de los segmentos considerados aisladamen te,
y para contrastar el concepto de fonética con el de fonología he ejem-
plificado sólo a partir de unidades o rasgos segmentaks. Qué duda cabe,
sin embargo, de que ciertas propiedades generales de los enunciados,
tales como el modo en que se suceden los acentos y se configuran los
ritmos, o la melodía con que se pronuncian las oraciones, por ejemplo,
contribuyen decisivamente -asociadas con el conjunto de hábitos articu-
latorios básicos de cada idioma (vid. cap. 3)- a definir el perfil sonoro
propio de una lengua dada, tan to como los segmen tos individuales.
Sin embargo, a estos otros aspectos a los que ahora me remitiré, gene-
ralmente denominados suprasegmentales o prosódicos, porque determi-
nan la prosodia24 de un idioma, se les ha concedido tradicionalmente
mucha menor atención en los estudios de fonética y fonología descrip-
tivas de las distintas lenguas, incluida la española, que a los menciona-
dos en páginas anteriores. En las que ahora siguen, voy a tratar de ex-
plicar qué son y qué caracteriza a los rasgos prosódicos en su conjunto,
en tanto que dedicaré capítulos posteriores (caps. 4 y 5) a examinar con
más detalle, y en relación con el español, algunos de ellos. Recuérdese
siempre que la razón última de que me detenga tanto en estos aspectos

24 El término 1tpompoícx, "prosodia", era empleado ya por los griegos para referirse
a las características melódicas del lenguaje hablado.
76 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

es que el método de corrección fonética que en esta obra se propone


como más conveniente concede especialísima importancia a los rasgos
suprasegmentales (cf. cap. 2) .

1.9.2.2. Lamentablemente, la prosodia no sólo se revela como un


tema espinoso y dificil para los especialistas en las cuestiones del len-
guaje, sino que, para el que pudiéramos llamar "hombre de la calle",
acostumbrado en el mejor de los casos a identificar fonétic a sólo con el
estudio de los sonidos o las sílabas, resulta ser un concepto desconoci-
do por completo, pese a estar revestida de un gran valor comunicativo:
se trata de una dimensión expresiva que contribuye decisivamente al
proceso de la comunicación, y a través de la cual se transmiten contenidos
significativos que ni el léxico ni la sintaxis por sí solos podrian propor-
cionar. Resulta, por ello, soiprendente y paradójico que los mismos ha-
blantes que perciben de hecho su efecto comunicativo no sean capaces
muchas vecesde reconocerla y, aún menos, naturalmente, de describirla25•
Como apunté arriba (cf. § 1.9.1.), los fonemas o los segmentos en
que puede dividirse la cadena hablada se caracterizan con una serie
de propiedades fonológicas de base fonética (predorninantemente
acústica, articulatoria o incluso perceptiva, dependiendo del modelo
teórico en el que se trabaje) que se denominan rasgos. Estos rasgos, in-
trinsecos de los segmentos y distintivos, son, por consiguiente, catego-
rías lingüísticas en función de las cuales podemos describir y clasificar
todas las unidades que se suceden linealmente a lo largo de una emi-
sión. En la palabra española mapa, por ejemplo, la m se caracterizará
-sea cual sea el marco teórico en el que nos estemos moviendo- además
de por otros rasgos, por el de nasat lo que la distingue de todos los
restantes segmentos orales del español, y la p por el de sardo, que la di-
ferencia, para empezar, de todos aquellos elementos durante cuya
articulación se produce la vibración de las cuerdas vocales, es decir, la
sonoridad26•

25 El hecho de que los aprendices de lenguas extranjeras sean a veces tan insensibles
a los rasgosprosódicos de estas se explicaría precisamente porque consideran la proso-
dia de su propia lengua materna como una fuente redundante de información que no
1 merece especial atención por sí misma (vid. Champagne-Muzar y Bourdages, 1998:20).
26 A lo largo de los años se han sucedido diversas propuestas tendentes a explicitar

un conjunto de rasgosfonológicos, con base fonética, de carácter universal, a partir de


los cuales, por tanto, se pudiera describir cualquier elemento fónico de cualquier lengua
del mtmdo. El sistema clásico es el concebido por Jakobson y Halle (1956), con rasgos
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 77

Además de estas propiedades o rasgos intrínsecos, existen otras uni-


dades fónicas, también dotadas de valor fonológico, que no se ciñen a
los límites del segmento y que son los llamados rasgos prosódicos
o supraseg;,ME_tos .Estos dos términos no son por completo sinónimos o,
al menos, actualmente no se emplean siempre como tales. Si en la
fono- logía clásica y estructural27, especialmente en su_yertiente
europea, se vislumbraba una cierta preferencia por la
denominación._rasgo [nosódi- co-a partir de la cual se gestó la de
prosodemdl-8-, en la bibliografía de ori- gen norteamericano en general,
y en la corriente generatiyista29 en
par'ucular, se Uoflzi mucho más la de rasgo supr aseginental o supraseg-

- mento. La puntualización es importante porque esta disparidad termi-


nológica refleja el desacuerdo en cuanto al concepto en sí y a la meto-
dología con la que ha de abordarse su estudio.
En el modelo clásico, los rasgos prosódicos están establecidos des-
de el principio, como unidades independientes de la lengua en cues-
tión de la que estemos hablando, y están basados, según explico más
abajo, en cualidades perceptivas de los sonidos m uy determinadas -su
duración, su tonía o su sonía-; en el plan teamiento generativista, en

definidos en términos fundamen talmen te acústicos, pero también con correlato arti-
culatorio. En la actualidad, el sistema de rasgos de mayor aceptación en la comunidad
científica internacional es el derivado de un conjunto inicial propuesto por Chomsky y
Halle (1968), especificado básicamen te en términos articuJatorios. Para los objetivos
que se plantea esta obra no creo necesario reproducir en elJa los diversossistemas ni en-
trar en la comparación detallada de todos ellos. Remito al lector interesado en esta cues-
tión a Anderson (1985) o Hall (2001).
27 Me refiero a la corriente a la que se asocian obras como Trubetzkoy (1939), AJar-

cos (1950),Jakobson, Fant y Halle (1951) o Hjelmslev (1953).


28 En realidad, de acuerdo con la teoría estructuralista, los prosodemas de una len-

gua son las unidades fonológicas mínimas susceptibles de recibir alguna propiedad pro-
sódica dotada de función distintiva en dicha lengua. Por ejemplo, en español, la sílaba
es un prosodema en cuanto que recibe el acento, el cual permite con frecuencia dis-
tinguir significados léxicos (vid. Alarcos, 1950: 202). En otras lenguas el prosodema es
la mora, cada una de las dos partes en que puede dividirse el núcleo silábico cuando es
largo. El término prosodema es muy característico de la escuela glosernática danesa., cuyo
principal representante fue Louis Hje]mslev (1899-1965) .
29 La fonología generativista se desarrolló a partir de la publicación en 1968 de la
obra de Noam Chomsky y Morris Halle The Sound Pattern of English,y ha experimentado
varias revisiones desde su formulación original. En la actualidad laversión más difundida
de este modelo es la conocida como Teoría de la Optimidad. Para una presentación ge
neral de los principios de la fonología generativa y de sus diversas variantes, vid. Roca
(1994) y Gil (2000).
78 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE lA TEORÍA A lA PRÁCTICA

carobio30, cualquier propiedad fónica (la nasalidad, la sonoridad, etc.)


o cualquier proceso (la asimilación y la disimilación, la armonía vocá-
lica, etc.) pueden analizarse como suprasegmentales si su distribución31
o su manifestación en un idioma dado así lo sugieren, de forma que la
frontera entre lo inherente y lo no-inherente se desdibuja32. Por decir-
lo de otro modo, mien tras que los nuevos planteamientos tienden a
considerar suprasegmental a todo fenó1neno con valor fonológico cu-
yos límites de aplicación no sean coincidentes con los del segmento, el
enfoque más tradicional define la prosodia únicamente en relación
con los parámetros de duraci.ón, sonía y tono de los sonidos, atributos o
propiedades perceptivas que, como ya sabemos (cf. § 1.8.), se corres-
ponden principalmente con dimensiones físicas de la onda sonora
como son el tiempo, la intensidad y la frecuencia fundamental (F0}33• El
llamado nivel suprasegmen tal, pues, recubre un ámbito mayor que el
que se venía asignando a la prosodia, si bien el factor común a ambos
conceptos, y el que nos interesa a nosotros en este trabajo, sigue sien-
do la serie de fenómenos relacionados, en algunos casos de manera
bastante compleja, con las variaciones en la longitud / duración, la in-
tensidad / sonía y la frecuencia / tonía o tono.

1.9.2.3. Cualquiera de estos parámetros sufre modificaciones por


diversos motivos. Empecemos por el mencionado en último lugar, el
tono.

30 Especialmente a partir del surgimiento de lafcmowgía no lineal (cf. Leben (1973),


Llberman (1979L Goldsmith (1979, 1990), van der Hulst y Smith (1982, 1984), Pulley-
blank (1986) y Roca yJohnson (1999), entre otros muchos).
s1 Cabe señalar que estas cualidades que pueden interpretarse corno supraseg-
mentales en losnuevos modelos rara vez se extienden sobre ámbitos superiores al de una
palabra.
32 Con respecto a la cuestión terminológica, Clark y Yallop (1990: 277), y también Fox

(2000:2), apuntan muy acertadamente que el término suprasegmental puede malinterpre-


tarse como aquello que está "sobre" el segmento, añadido o impuesto a la sucesión de
consonan tes y vocales, cuando en realidad la prosodia es parte fundamental del proce-
so de producción del habla y a menudo resulta imprescindible para la comprensión de]
mensaje mismo. Vid. también Crystal, 1969, § 4.1y 4.16).
!lll Para un repaso de estos conceptos básicos de acústica, así como de las técnicas em-
pleadas en su estudio, vid., por ejemplo, Ladefoged (1962, cap. 2), Landercy y Renard
(1977, cap. 1) , Fry (1979, cap. 2). Pickett (1980, cap. 2), Lieberman y Blumstein (1988,
cap. 4) , Clark y Yallop (1990, cap. 7), Ball y Rahilly (1999, cap. 7) .
NOCIONES DE FONÉTICA Y FONOLOGÍA GENERALES 79
C..J- .,,'11< fc
La tesitura de un individuo puede cambiar en circunstancias espe-
ciales. emos sobrepasar nuestra tesitura habitual, siempre dentro
de los límites que nos marca nuestro organismo, cuando, por ejemplo,
nos guían propósitos paralingüísticos 34 -como mostrar enojo, expre-
sar sorpresa, transmitir entusiasmo...- o cuando, en nuestro caso y si-
guiendo una inveterada costumbre española, hablamos a gritos con un
extranjero que se supone no entiende bien nuestro idioma y pensa-
mos que así facilitamos su comprensión35. Acostumbramos, en cambio,
a hablar por debajo de nuestra tesitura normal cuando deseamos trans-
mitir sinceridad, responsabilidad, empatía con el oyente. En algunas
comunidades, la tesitur_e. deviene un rasgo instio 1cionalizado,
E.º!.1º que constituye un aspect<l más d la base.f!:.e articulación de su
lengua o su dialecto (cf. cap. 3). Los hablantes de japonés, por citar
un caso, emp1 eañ una tesitura claramente más baja que los
hispanoparlantes y
éstos, a su vez, se mueven en un cam.E_2. tonal más bajo _que el de los
francófonos.
Abercrombie (1967), y más recien temente Brown (1990), quienes
dedican bastante espacio en sus obras a resaltar la enorme importancia
del análisis de las fluctuaciones tonales dentro del estudio más amplio
del nivel no segmen tal de una lengua, subrayan que el papel decisivo
desempeñado por tales variaciones se debe precisamente a que, por
una parte, funcionan en la conversación como exponentes paralin-
güísticos de la afectividad, en cierta medida comparables a los gestos,
a los que a menudo acompañan 36, y, por otra parte, a que estas altera-
ciones están también organizadas en patrones de carácter puramente
fonológico o prosódico, esto es, en patrones tonales (si se trata de len-

34
Recuérdese lo que se explicó a propósito del término paralingüístiC-O en el § 2 de
las Cuestiones Preliminares.
:-15 Abercrombie (1967: 99) comenta a este respecto que la expresión tan empleada

No me li!vantes la voz. resulta ser ambigua, puesto que podria entenderse como "no me gn:
tes" o como "no me hables en ese tono", aunque en realidad con frecuencia significa las
dos cosas. Efectivamente, en la mayor parte de las ocasiones en las que el tono del enun-
ciado varía como reflejo de una cierta actitud del hablante, la intensidad fluctúa en
igual medida.
)1
6Por ello, sería deseable a nuestrojuicio que en los cursos de fonética del castellano

como lengua extranjera se dedicara un mínimo espacio de tiempo a explicar el valor de


los gestos en la cultura española. Existen en el mercado excelentes obras de consulta al
respecto, como, por ejemplo, Green (1968)> Meo-Zilio y Mejía (1983) y Coll et al. (1990).
Muy útiles son a este respecto Cestero (1999a y b) .
80 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A lA PRÁCTICA

guas tonales) o entonativos (en las lenguas entonativas), cf. más ade-
lante, el cap. 5. Por consiguiente, cuando un oyente percibe una de-
] ' terminada emisión de un hablante, ha de elaborar una serie de hipó-
tesis inconscien tes acerca de la gama orgánica que posee ese hablante
en cuestión, de la tesitura en la que parece moverse preferen temente,
de las variaciones tonales de las que se está sil-viendo para transmitir in-
formación lingüística, y de las circunstancias afectivas o actitudinales en
las que se encuentra. Sólo después de encajar todos los datos que ob-
tenga de ese proceso de discriminación podrá interpretar correcta-
mente el valor relativo de las fluctuaciones tonales que presente la emi-
/ sión.
Vemos, pues, que las variaciones del tono constituyen, como los
otros elementos relacionados con la prosodia, un continuum que se ex-
tiende de lo puramente extralingüístico o personal a lo estrictamen te
lingüístico o fonológico, pudiendo cumplir también una función ex-
presiva, paralingüística o de transmisión convencional de la afectivi-
dad (cf. Cuestiones Preliminares y el cap. 3). Conviene no mezclar ni con-
fundir tales funciones si queremos acercarnos a la comprensión de este
fenómeno tan interesan te como dificil de abordar.
¿Qué sucede con la sonía? En principio, cada ser humano, debido
a la constitución anatómica de su sistema respiratorio, está capacitado
para producir sonidos cuya sonía se enmarca dentro de límites variables
en cada caso. Por ejemplo, el habla de los adultos es,por esa razón y sal-
vo excepciones, más "sonora" o perceptible que la de los niños.
Sin embargo, otros factores no estrictamente biológicos condicio-
nan y modifican la gama de sonías en la que se inscriben los sonidos
articulados por los hablan tes: la ubicación fisica o el contexto social
en el que se desarrolle una emisión pueden así determinar el nivel de
sonía con que se realice ésta, o bien la comunidad sociolingüística a la
que pertenezca el hablante puede influir en que éste se mueva en tor-
no a un cierto nivel de sonía como más propio o característico de su
acento o de su lengua. Además, como ocurría con el tono, también las
variaciones percibidas en la sonía pueden convertirse en índices de ac-
titudes o sentimientos y, por tanto, revestirse de valor metalingüístico:
dado que cada persona tiene un patrón habitual (¿quién no conoce a
alguien que sistemáticamente grita cuando habla o, por el contrario, a
alguien que sólo "habla para el cuello de su camisa"?), es decir, una
norma preferen te de comportamiento en relación con esta variable
-el equivalente a la tesitura tonal-, cualquier desviación con respecto
NOCIONF.S DF. FONl TJ C.'\ Y 170!\JOf.O<..:Ír\ (:ENF.RA I.ES 81

,, ese n ivel ind ivici ua l no m a rcado de so11ía puede deberse a t lll,l carga
sign i fi cat iva de t i po af"eclivo; en gen eral y como es fáci l com probar, el
anmen to se prod uce cuand o los en un ciados se pron u ncian con indig-
nación o cierto grado <le cxci wción, nlien tras que la disrnin ución se aso-
cia con la idea de con fiden cialidad o complicidad. Y, al igual q ue ocu-
JTÍa con el lono, todas estas vari acion es de son ía pueden , fi nal men t e,
cu m pl ir u na íünc:ión propiamen te li n güísti ca q ue se ma11i ficst<l en csC'
f enómeno tan com pl jo q ue ('Onoce1nos cou el nombre de arrmt.o y del
q ue Lcn clré ocasión de hablar m ús adel an t e.
Finhne n te, por lo q ue respecta a la longit.wl. para q ue esta h.mdo-
n e significativam en te en la lengua , de be asu m i rse q ue el cronometra-
je de los movi m ien tos art i cu la t ori os y su secu en cia puede con trolarse y
no está r.0tnfJÜ'lamrnte cietenninado por restricciones de tipo fonético
como las que ya apt m t { (cr. 1.8..) o de t ipo f isiológico como las co ns-
La n tes le1n po rales ele carácte r mecú n i co ele n u estros órga n os y el e-
me n tos m ot rices. Au nq ue estas rest riccion es exis Len , lo ci erto es q ue l a
du ración de l os dive rsos el emen tos p u ede ma ni pularse vo lu n laria-
mcn le.
En p r i mer l ugar y al igual que sucede con los ot ros at ri bu tos f"ísicos
del sonid o, ta m bién la longilud puede ser 1nanipu lad a con in te n ción
paral i n güísti ca. El /.empo o vfloridacl de ar lÍ <'U !ariád7 ele los en u n ciados
y la regula ción tem po ral ele l os segn1en tos (esto es, el hecl o de pro-
longarlos o acorta rlos clelibe r.-1dan1en Le en el lien1po) son suscept i-
bl es ck usos pa ral i n gúísti cos asociados ta n to con l a t ra11s1 nisi ón de
sen t.i m i en los y en1ocion es como de acti t udes. Por jem pl o, M u r ray y
A.r n ott ( 1993) concl uyen, a pa rtir de las i nvestigacion es previas a su t ra-
bajo, q ue, en igu aldad de circu n slanci as exter nas -es decir, si11 q ue
existan otros condicion ami en tos t em porales i m puestos que fuercen
el tempo del ha bl an te en uno u otro sen ti do ( con10, d1ga n1os, el dis-
pon er sólo de u n m in u to para <l <-:jar un 1ncnsé jc largo en un con tes-
tador tcléfon ico)-, el od io y l a tristeza suelen i r asociados u n ive rsal-
men tc a u na velocidad d{' e1nisión inás len ta que l a que se procl nce
nor mal men te en sit uac ion es de miedo o pán ico, y que la i ra y la alegTía
conllevan, por el con Lrario, un a aniculación rápida en mayor o menor
medida. Por otra parte, la prolongación vol un taria de detern1inados

:7 Hablo ele vr>foritlad ti<> arürulación y no ck velocidad r/1 C'misi.ón o elornción porq ue en
1

el fünbito que cscc úl timo co11cepl0 recu bre esl.án incl uidas las p.:i usas rea li zadas por d
ha bla n te qu<· no nos interesa n en este 111ome11to. Vid. capí tu lo 4.
82 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE l.A TEORÍA A lA PRÁCTICA

segmentos en el tiempo tiene también implicaciones paralingüísticas


claras: basta alargar la duración de los segmentos componen tes de los
adverbios sí y no para que estos se tiñan con una carga de inseguridad,
reticencia, incredulidad ... ausente de su articulación normal o no mar-
cada. El problema, como siempre en este campo del paralenguaje, es
f ue no existe una correspondencia biunívoca entre los recursosfónicos
(. lJl,t los significados emotivos o actitudinales con los que se vinculan.
-1,,1- ,... En segundo lugar, las lenguas se ajustan a unos determinados patro-
t l Í1 nes o esquemas temporales que les son propios, es decir, tienden a pre-
sentar un cierto grado deregularidad en la sucesión temporal de ciertas
unidades o fenómenos (las sílabas o el acento fundamentalmente). Esto
es lo que se conoce con el nombre de ritmo y de él me ocuparé más ade-
lante en el capítulo 4.Lo que me interesa ahora es subrayar que el ritmo,
en cuanto propiedad caracterizadora de las distintas lenguas y no deter-
minada mecánica o automáticamente, conlleva restricciones en la dura-
ción de los segmentos y de las sílabas y colabora por ello con el fenóme-
no del acento (cf.cap. 4) para dotar a dicho atributo del sonido de una
trascendencia lingüística que de otro modo no poseería. De nuevo, pues,
nos encontramos con que una propiedad dada, en este caso la duración,
se mueve a lo largo de un continuo (cf. las Cuestiones Preliminares de este
libro) que se extiende desde un extremo no lingüístico hasta uno total-
mente lingüístico, desde la esfera de lo individual hasta. la de lo conven-
cional, de la fonética a la fonología pasando por ese espacio de borrosos
límites que es el paralenguaje.

1.9.2.4. Aunque las distintas lenguas difieren en mayor o menor


medida en cuan to al uso paralingüístico o lingüístico que hacen de los
elementos o atributos presentados, es claro que los hechos prosódicos, pu-
ramente lingüístico-fonológicos, en ellos basados -esto es, el acento,
el ritmo, los tonos y la entonación- constituyen un conjunto bien de-
finido en cuanto que comparten algunas características fundamentales
(vid., entre otros, Alarcos, 1961; Fry, 1968; Lehiste, 1970; Liebermann,
1974; Crystal, 1975; Cutler y Ladd, 1983; Cruttenden, 1990; Ivié, 1986;
Laver, 1994; Nooteboom, 1997 y Fox, 2000). Es precisamente a partir de
estas propiedades concurrentes o compartidas como puede esbozarse
una definición aceptable de rasgo fonológico prosódico que excluya a
aquellos otros originalmente considerados segmen tales o inherentes y
que, por consiguien te, resulte válida a nuestros efectos. Veamos cuáles
son dichas propiedades.
NOClONES OE FOl\'ÉTlC.A Y FONO I.OGÍJ\ CENER/\LES

a) En priincr 1ugar, los rasgos prosódi cos, en cua n to calfgorías


Jimoü itrt.'i,se corresponden con manifesLacioncs ronét icas ele' n at uraleza
m uy com pleja y a 1nen udo in tcrdepend ien le, en tre las que se prod uce n
con frecuencia efectos compensator ios. Son, por jc1nplo, muc hos los
estudios y las oc fin iciones de la en tonación en los gue se concede re-
l eva n cia n o sólo a las va riaciones en l a frecuen cia funda men tal con las
que priori tariamcn le se la suelt' iclenü ficar, sin o ta m bién a ot ros pa rá-
melros q ue pueden igual men te funcio11ar corn o s11s cor rela tos acústi-
cos, tales com o los repetidamen te al udidos dt' t iem po y amplitud. Es po-
si bl e descu brir un nivel sim i la r de com pl<:jidad en la caracterización
fon ética de otras propiedades p rosód icas (especial menLe en el accn to
y el ri l m o) , por lo q ue no siem pre es 1áci l d iscer n i r cuál .sea la va ri rt hl e
i n dcpcndie11 Le en cada caso.
Cmnµlica, además, la situación el h echo de que con frecuencia fenó-
menos prosódicos de m uy disLin10 alcance o cam po de acción se sirvan en
su realizacióu fonética dcJ mismo ú nico pará1netro -o de la misma contbi m1-
ción de parámctn>s-de forma que el <listin to uso de las m ismas variaciones
tonal es, por <-:jcrnplo, da lugar en un as lenguas a los hechos ele en t ona-
ción y, en ot ras, a la existen cia d e t onos lf xi cos distin Li vos. ( el'. cap. 5) .

b) En segundo I uga r, a dif erencia ele lo que sucede con l os rasgos


i n l rínsecos, cuya presen cia o ausen ci a en un segme n to dado sir ve para
oponer éste a los demás del sist e1na:\ . todas las disti n cion es q ue se mar-
can en tor n o a los parámetros físicos seiialados ti enen nLrácL<T cuan ti-
ta tivo, su pon en u na variaci ú n de grado sobre u n a escala con tin ua, y
poseen valor relativo:,!,_
Corn;ide re1nos, por jcm plo, u n fenómeno lingü íst ico c:on10 el dd
acento, en el q ue in Lervicncn conjun ta1nc n tc -en proporción clif cren-

111
: En L re las ideas o conceptos rná pol<.'.-m iros dt·I l'Sll tdio fonolúy;ico destara p1-cri-
same111 e la h i p<'> Lesis binarista, segú n la cua l lodos los ekt lll'11los Í<.molúg·icos "< rcbcin-
nan siguiendo u 11 princi pio bi nario: prcM·11ci.1 f"rt>n tc·;1 auM:·n ci, de u n cktern i i nada n1;1-
lidad. Casi dt'sde d rnom <• n to en c¡ue este pri nci pio se form uló, l"ue discu t ido clcsdc
m urhos pu n ws ele visla, y han sido va rios los fonólogos c¡ue han ckl"c- nclido la incl usión
en tre los rasgos inlH.:rcnlt's <k algn11os 110 hi n,trio,;, de carúcler pol iva len Lc o escalar. Sin
em bargo, 110 parece fftríl cm·on l rn r u na solución e¡ lit:' satisfaga a wclos los esp<.TialisLas,
a pesar ck las m úl ti ples revisione s avan zadas. Para n1ás i n f (.)nnación . ,·id. üil ( 1 )89) .
:l!í Precisame n te esta nat11rakza 110 cliscret.;1, sino grad ual y co11ti11 ua, dt' la prosodia

ha sido i nvocacb con frecuencia para negarle cswmto li ngüístico o fonolúgico y relegarla
a la cskra de lo pu r..11neme fonético (cr. Crysral, 19()9 y di Cris10, 1 98l) .
84 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

te según la lengua de que se trate- las variaciones de la F0, del tiempo


y de la intensidad de los segmentos. Se entiende con facilidad que la
prominencia de una sílaba acentuada sólo puede percibirse en rela-
ción con las otras sílabas que la preceden o suceden en la secuencia ha-
blada y que, al especificarla como tal, no le atribuimos ninguna pro-
piedad ausente en las sílabas inacentuadas, sino que indicarnos que las
dimensiones básicas de la señal acústica presentan en aquella unos de"
terminados valores distintos a los que ofrecen en estas últimas. De igual
modo, resulta obvio que, como ejemplifica Ivié (1986: 230), las sílabas
inacentuadas de un político que se dirige a una audiencia considerable
en un discurso electoral sobrepasan en sonía a las sílabas acentuadas
que pudiéramos grabar de una conversación entre amigos, simple-
mente porque la gama o el rango en la que nos movemos es diferente.
El acento, pues, como fenómeno prosódico que es, manifiesta ese ca"
rácter relativo y gradual al que hacíamos mención.

e) En tercer lugar, los tonos, la entonación, el acento, el ritmo o


cualquier manifestación lingüística vinculada a las variaciones en la F0,
en la intensidad o en el tiempo de los segmentos, son funciones
concomitantes o, por así decirlo, secundarias con respecto a otras más
básicas conectadas igualmente con tales parámetros (vid. Lehiste, 1970:
2). La frecuencia fundamental de un segmento sonoro, por ejemplo, no
sólo justifica la especificación de dicho elemento como poseedor del
rasgo inherente de sonoridad, sino que al tiempo contribuye a perfilar
el esquema tonal o entonativo en el que se inserte el segmento en cues-
tión.

l"'-3!;1d) Tanto los tonos, como el acento, como los restantes rasgos pro-
!{ );r sódicos, se asociaron en el análisis fonológico tradicional con el con-
j 1, cepto de sílaba y, de hecho, se decía que cada una de estas variables po-
día estudiarse en un marco intersilábico -el n úcleo de una sílaba se
con1para con el de las restantes de la secuencia- o en un marco intra-
silábico- un momento o una sección del núcleo, una morfi! º, se campa-

-«1 En las lenguas que presentan una oposición distintiva de cantidad o duración y
diferencian, por tanto, entre sílabas largas y breves según sea en cada caso la vocal que
ocupa la posición de núcleo silábico, la mora será toda vocal o sección de vocal sus-
ceptible de recibir eJ rasgo prosódico del acento. Así, por ejemplo, en griego clásico
-lengua para cuya descripción se concibió la noción de mora en un principio-, se con-
NOCIONES D FONÉTI
C,1\ Y FONOLOC:ÍJ\ c a
:
·
.\:t:RA.LE.S 85

ra con las otras secci ones o mon1en Los que lo consti tuyen (Jakobson ,
Fan t y Hall e, 1051: 45) . Así, por jc 1nplo, los tonos d istin tivos de las
lenguas ton ales o el acenlo , aun f ú r mando pa r le de la arlicu lación de
l os segm en tos que con s1ituycu el n úcl eo silábico, no se consi deraban
pro pi edades de tales elemen tos, sin o ele la síla ba e11tera. Otro fen ó-
meno prosódico co1no e!-. la en to n ación , cuyo domi n io se ext iende ha-
bi t ual rncu te sobre fragm cn tos más largos del cn u ncjac.lo, se en tendía
como el c:01 jun to de esq uemas o patrones determ i nados por la suce-
sión y disposici ún de l os c.lifr rcn tes n ivcl es t ona les o acen 1 ttalcs pre-
sen tes en las cimas silúhicas.
Con la llegada de la fónol ogía genera t iva, d u ra n te la décad a ele los
sese n La , las propi edades p n>sód icas d c:j<1ron el<:' v i n cu la rse con J ,:1
estr uc t u ra si l úbi ca pa ra pasa r a ser cantc le r ísLi cas p u ramc n lc seg-
rn en ta lcs, f1m da mcn1a l mc n t e po rq ue en l as pri me ras ve rsio n es de la
fonología ch o1nsk ia11a, a pesar de ci ue se reconocía la en t i dad c1 r tic u-
la toria y psi cológ-ica de la sílaba, no se asignaba a esta u n idad n i ngún
papel en la descripción estr uct u ral (vid . po r <.:je m plo, Hoope r, 1972;
A n <le rso 11, 1974 y Rom era , 198()) . Fue necesar i o el su rgi m ien t o de la
f'o n ol ogíí-l gc n cn1t i va n o l i n e,al ( u n a d e cu yas ve rsi on es se conoce
corno mh,im o /Jrosódita) y de l a reci en te Teor ía el e la Opti m iclad para
q ue la síl aba volvie ra d e n u evo, especi al m cn l c a pa rti r del trab, jo ele
Sclkirk ( 1 82) en adela n t e, a ocu pa r su l ugar e n lél descri pción fo-
n olúgicct de las d iversas lenguas y fuera relacionada d i rccta mcn Le con
el estud io de los rasgos prosód i ('OS, con v i rti én dose así csla recu pe ra-
da vi n cu lación eu el cuarto fact or q u e pod em os considerar com ú n a
t odos ellos.

e) A ú n pod ría mos aú adir, íi n al m en lc, u na q u i n ta propiedad a las


cua t ro 1ncn ci onadas de l os rasgos prosód i cos, q u e se despre n de en
cierlo sen tido de las an teri ores y q ue se refiere a l a en or m e d i ficu l tad
que en t ra r1a su descri pción , su siste ma tización y análisis e, i n cl uso,

t a rrn como dos moras la:- síl a bas fi nales la rg-as. p1H.'Slo q11e t>l acen t o pu ede recaer e n
la prim<'r.i mi t:1d o en h1 seg1111d..1 mitad ck su 11údeo vorúlico. Por d contr;1rio, t'll esa
n1 is1nc1 lcng11;1 las síla bas brcn·s u las largas no fi nales :-.ólo pucdc11 o ll <'v.i r el acc1110 o
110 l lcv:irlo, \'. por dlo. se crn1Labil i1.a11 como u na sola mora. Co1110 vernos, e....ta unidad
110 admite ddi11jció11 si 110 t•s, en últ.im,1 instancia, a parti r del concept o de sílaba, lo que
corrobora la asociacic'> 11 constan te ent re esta ú l tillla IHH i ón y la de rasgo prosúdico, Lal
)' romo ve1 tg-o s<:> iíalando. Sobre el concrplo df' mora. vid .. en tre otros. Gante ( 1 )72:
ra p. V I ) .
86 F'ONtTlCi\ PARA PROFF:SORES DE ESPAÑOL: DE L,\ TEORÍA ..-\ LA l'RI\CTIC:.-\

su cocl i licadón 1nedian lc símbol os gráficos, sean é·stos los conven cio-
na l es o n o.
Para empeza r, desde el pu n to de vista tn <:' tal i ngüístico, n o es fácil
habla r de la prosodia. Pun tual iza accrtada mcn te Abercrom bie ( 1967:
108) qne la ún ica 1or ma disponi ble pa ra hacerlo es la ele recurri r al
em pleo de mcláJoras, con r,·ccuc n cia espaci ales ( cf. tam bié n I .ave r,
l )94: 452) . Y asi decirn os, por ejem plo, (J UC en "¿h a veni do?" el ton o fi-
nal es alto o r¡u.f su bf, m ien tras que en "ha venido" es brjo o qut' d1>srin1-
de. Corn o el clásico au tor bri tánico a1iacle, no está claro c¡ue éste sea el
m jor cam ino para explicar fc.'11<> rn euos n o espaciak.s por n aLtt ralcza, y
apu n ta el riesgo, tan tas veces constatado en la dia ria experi encia no-
cente, de q ue algú n alum no se em pe11e en l lam ar "ascendente" a l o
·'dt>scen den te,, y viceversa.
Los rénninos rn ,m t:jados h abi tual mcn te en la de,c.;cri pción de los fe-
nóme nos prosód icos no son u n ívocos y sus def i n iciones resul t an a me-
n udo vagas, cuando no contradictorias. Baste seúalar ahora, a modo de
je m plo, la can ti dad de proble1nas de com prensión que gen era el em-
pleo d ive rgen te q ue de l os vocablos in glcscs st rPss y aCttnl hace n los
diferen tes especi al istas y las variadísi mas definiciones reali zadas, casi t o-
cias de dive rso alcan ce, del concepto ele en ton aci ón 11 • Por otro lado, al
igual q ue sucede con respec to a la base de art i cu lación (vid. cap. 1) , la
ter m i n ología u lil izada en el estud io d e la prosodia no estú l i bre de
u na cierta do.sis de i m presi on ism o, especial m en te m,u-G1do en el caso
ele los usos paral i11güísticos o inoclalizadorcs de los fenómen os p rosó-
d icos, como en el ele la en to naci ón , po r ci ta r u n o. Así, se af ir ma que
una línea nw lód i ca daci a rransmilc u n a acti t u d a fectada, o pre pote n-
te , o ar rogan te, o aproba tori a . . ., si n q ue se sepa exacta men te quf se
en licndc por cada un o ele- estos califica t ivos, y, lo q ue es peor, sin ten er
la absol u ta segur i dad de q ue todos en t endernos lo m ismo por ellos.
Au nq ue se ha n form u lado algu nas propu estas c ncanli n adas a resol-
ver esta situación , al m enos en cuan to a l anál isis ele' la en ton aci ón (vi d.
más adclan1c, cap. 5) , sigu e aú n vigen te l a necesidad el e u n dispositi-
vo terminológico específi co, preciso y, en la medida ele lo posi ble , u ni-
ficado.
La u n iform id ad es tam bién i n exislentc po r l o qu e hace a los
plan tean1jen tos ele tipo m etodológico. Como explican Ladd y Cutler

·1 1 En el ca p. 1 1 de Cu l ler y l.adcl (1983) ¡)ll ede encontrarse u na ,·x posiciú11 m uy


ü t il de los usos t.er nünolt'>gic-os más rreruen t es t'll t'I terreno de la prosocli u.
NOCJ.0.NF.S DF FONÉTJ CA Y FONOLOC:ÍA < :F. 'ER,
\LES 87

( 1983) , en el est udio de la prosod ia se han ido perfilando a lravés del


Lie1n po dos gran des lin eas ele actuació n , cuyas rlifcrcn cias pnede de-
ci rse q ue están basadas, pri n ci palni e11Lc, en la mayor o men or rckva n-
cia q ue otorga11 a la conslrucción de m odelos formal es frcn te a l a 1nc-
<liciún de los h echos físicos. Y así, rn icn Lras que a algunos i nvestigadores
les in t<.Tcsa p riori t ,lriamen lc el an úl isis teór ico de la estruct u ra prosó-
d ica y su relación ron los resta n t es aspect os fonológicos y gra1nat ical es,
01ros, por el con t r rio, preten den an te lodo cuan ti rLcar, media n te pro-
cedi mien tos expcrünen taks o instn1men ta les, la realización m aterial de
la prosodia e i nves t igar las resp uestas pe rcepti vas (l llC cualq ui er al tera-
ción ('ll ella provoca en l os oyen tes. Los pri m eros n o crc<' n q ue la re-
lación enLrc la form a fonét i ca de la prosod ia y la fun ción sign ifi caliva
q ue dcsc m pe11a sea t.a n fuert <' com o pa ra in ten tar encontrar corres-
pon den cias direct as; los segu n dos, q u e sí esLahlcccn f'se ví n cul o d i rec-
to y aspira n a d escubr i rlo en cada caso, consick rau por ello a los índi-
ces acúsLicos va r iables como retl <::jos ele l as d iversa::; catego r ías
fu nci onaks.
Por ot ra parle y pa r,1 desespe raci ón de n ovel i stas y au tores d e
obras t e;-i t raks, l a represl'n l ación grfüka de l as cara ncrísticas prosó-
d icas de los te x tos resu l ta suma m en t e difíci l , p uesto que algunos lT-
cu rsos n n ogr;"i(kos ta les corn o la pu n 1 11ación o e I uso de m ayúsc u las
se h an revelado i nsu ficie11Les para trad u cir la ga m a i n f i n ita ele 111a1.irc.s
si gn i fi ca li va me n le releva n tes q lle la prosod i a pued e recu br i r I:! (vi d .
ra p. 5) .

1 .9.2.5. Ten i en do en cu en ta lo expl icado en el a p,:u-t ado an leri or,


pod ría m os, pues, defin i r los rasgos p ro._é l i c corn o cat.egorías.f ánolá-
p,-icns uonnalmr>11 f t> rf laci.onarta:\· con. vtirwr·imu's en el tono, lo sonía o la d u- 1
mrión, /Jero ruyas 111rtn ji staciom>s jbuétitas sn11 r:o·mjJ Lejas y a 11u,mulo 111 n/.- \
1

l ifJa ramhri r.as f' i nLerd r>/H'11 d ir '17 lt'S. S u. va lor I i ngü isti rn -rj1lf' Sf so/.aj;a \
1

.J"rí tilmP11/t> rrm ,,t ¡mra/.iugii ísti.co- sr' jHPti .w. en Lérm.inos rPl.ati-uos o grruluales
1
y su (fosrrij;áón, sistp111atizarilm y a nálisis j)l{ f.den alcanzar mnfr enwnria 1111 \

nhwl mnsidna!JlP de d firu/./ ad.

11 A pt11H«1 Cn1ttcndc11 ( I)(>: 181 ), hablando <.:11 n,n rr<.:to dcl a c11tonaci ó11, q ue "la
pu n t u.ici ún es as1111 to n: ser vado ;1 l.ts 1wrson ts ,d l;tl w1i1.ada., )', pw:sto q ue en cualc l'1icr
l<:nglla t·.,tas p<.T-;ona:-. ticnd c11 " sabn al 111e11os a lgo sol>rt• rn mát ica pero pon> o 11,1(h1
,;obre en tonació11, la pu11 t uación se prcsC'rihe> en funció11 de bs reglas gTa lll,H ica Je más
cp te como rdkjo de la cnwnación ''.
88 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA

].10. CONCLUSIÓN

En este capítulo se han introducido los conceptos principales y las


unidades de análisis de las dos disciplinas que integran el estudio del pla-
no fónico de las lenguas:la fonética y la fonología. El profesor de español
como segunda lengua debe conocer esta.S nociones, sin las cuales dificil-
mente podrá abordar la corrección de los errores de pronunciación co-
metidos por sus alumnos, porque para diseñar estrategias correctivas
realmente útiles necesitará saber de qué tipo es el error del que se parte
-fonético o fonológico- , en qué nivel se inscribe -segmenta!o supraseg-
mental-, y qué recursos le ofrece el sistema para corregirlo. Por poner un
ejemplo, si un profesor sabe que las vocales ante consonante sonora
tienden a ser naturalmente más largas (aunque esta sea una hipótesis
no confirmada de modo universal) , ante un error consistente en un ex-
cesivo acortamiento de los elementosvocálicos por parte de sus alumnos
aprendices, deberá reaccionar proponiéndoles modelos en los que todos
las vocales vayan situadas ante consonantes sonoras, para, en la medida
de lo posible, favorecer el pretendido alargamiento de las primeras. Sa-
berfonética y fonowgía es imprescindib/.e para enseñar pronunciación.

RESUMIENDO ...

-La fonética estudia los sonidos de las lenguas, la fonología, su orga-


nización lingüística.
-La fonética maneja sonidos; la fonología, fonemas .
-Los fonetistas emplean habitualmente el método experimenta· la fo-
nología se sirve de la conmutación para precisar cuáles son los ele-
men tos contrastivos en una lengua.
-Las ondas sonoras que conforman los sonidos en general pue-
den ser simpl.es o complejas, periódicas o aperiódicas.
-Los sonidos del habla responden a ondas sonor:as comp!,ejas, tanto
periódicas como aperiódicas.
-Los sonidos se describen y clasifican en función de su modo de ar-
ticulación, su lugar de articulación y la actividad de las cuerdas vocaÚ!s
durante su producción.
-El timbre de los diversos sonidos viene dado por las distintas ca-
racterísticas de su articulación, que entrañan consecuencias o co-
rrelatos acústicos también diferentes.
NOCIONES DE FONF.TI
C:.\ \' FONOLOCl \ GENERALES 89

- Los at ributos fu n damen La l es de Lodo sonido son, además del t im-


b re, su frt ru.r11ria o tono, su inleusid nrl o souía y su longit ud 1e1n po-
1

ral o rlu.ración.
- La t.muscri/xión .fo11hica es u n a Lécn ica conven cion a l ern plc1da
pa ra n:·prcscn Lar con 1iclelidad los son idos del h abla.
- {.os son idos que con trastan sig11i ficativam cn tc en un a lc11g11,1 se
han dc:n om in ado t radicionalrnenle Jcnwmas.
- Los fon em as n o se real izan en el h abl a siem pre del m ismo modo:
cada va1·i an tc ck u n fon ema depen dien te del con texto se conoce
con10 al1/'ono.
- Los fonemas deben i r siem pre 1rc1nscri tos f 11l r<' barras; los son id os.
1

111Ur<1 mrr/1elr1s.
- Las proµicdades fonol ógicas media n te las cuales s<-· caracteri zan
y se dist i ngu en entre sí l os fon emas son los msgos disli nlivos.
- Los rasgos d istintivos pued en ser inhPn 11.f,,s o pmsádú-os.
1

- Los rasgos prosód icos conslituycn la prosodia ele la lengua en n a·s-


tión y se relacio nan de m ,m era com p l < j a con l as vari acion es ex-
peri rnen tadas por los at ributos fnndamen Lak·s de los sonidos a rri-
ba nwn cionado:,,: fr('n1cncia, in t <:"nsidad y d 1u-K iún .

l. La fon t·tica es la ciencia que est ud ia:


a ) los son idos del h abla
b) los son idos en gen era l
e) súlo l os soni dos del habla qu e d ist i n gucn sign i ficacl os
el ) lo sonidos expresi vos

2. La fon ética:
a) se fu ndamen ta e.sen ciahnen Le en la fisiología
b) se fu nda men ta esen cial n1cnlc en la descripción art iculatoria
e) es un a su bd iscipli n a de la física acústica
d ) es, lünda me n tal mc n t.e, i n tercl iscipl i nar

• Las rcspt iesL;is raL011a1 las a estas y las resLanLc:-. pn·g1 tn1as propttl''-L:ts <'ll otros c;1-
Cl l('ltCll l l"<ll l al 1i11;d cid libro.
píutlo:-. 'iC
90 FOi'-;ÉTlCA l':-\Rr\ PROFESORES DF. ESPAÑOi.: DF. I.A TEORÍA J\ L \ PRi\C.TJ('.i\

3. ¿Cuál o cuáles ele las siguien tes afirmacion es son falsas? Si tiene
alguna duda sobre algu n o de los términos que en ellas apare-
cen , consulte el Glosario o h1 bibliografía recom en dada al fin a l
de esta obra. De este mod o, ampliará sus conocinlien Los de fo-
nética.
,.-t ) Las c<n1so1uu1Lcs n asales n o p1·cscn t an n i nguna ocl u si ón .
b) Las vocales son nor111al n1en te sonoras.
e) Los sonidos ingrt"sivos se producen con el aire proceden te de
los puhnones.
el ) Los son idos del habla están constiLu idus poi·on das pe ri ó-
dicas sim ples. De este modo, ampliará sus conocimien Los de
roné t ica.

4. Los órganos articuladores pueden ser a.rlivos o pasivos. De acuer-


do con ello, ¿cuál cree ust d q ue es el órgan o articul ador más
aCLivo en el proc<'so de prod ucci ón del h,1bla?
a) La m an díbu la.
b) Los dien tes superiores.
e) La lengua.
d) La úvula.

>. Una con :,tricción íutTl<.: en el Lracto voca l co111lcva un r uido ele:
a) n asal izac i ón
b) ve larizaciú n
c) fricd ú n
d) explosión

b. Seüale cuál o cuáles de léis siguientes afinnacioncs son verdaderas:


a) Los órganos que u Li l i zamos en la emisiún del habla Lie11en
como principal nüsión ese comeLido.
b) La un irlad de análisis de la [oné ü c-1 es el sonido del habla.
e) Fonación no sign ilic<-1 lo rn ismo q ue articnlnción.
d) La cavidad glótica es la cavidad laríngea.

7. En relación con la fon ética , la fon ología se i n teresa por:


a) l as reglas de la buen a pronunciación
b) el habla
e) el aspecto evol u tivo de los son i dos
d) la organ izar ión lingüística de los sonidos
NOLI01 ES DE FON
l
:TIC:A \' FONOLOGÍA CENERAl.f.S 91

8. La ordenación correcta de los d isli n Los tipos de sonidos, de 1na-


yor a men or grado de obstru cción , es la siguien te:
a) aproxi m an tes, ocl 1tsivas, fric1tivas, vocales
b) vocales, fricativas, oclusivas, aproxirnan t es
e) od usivas, fricativas, aprox iman tes, voca]es
el ) fricat ivas, a proxi1nan tcs, oclusivas, voca les

9. ¿Cuíl de bs sigu ien tes series está constit u ida por sonidos aperió-
clicos? Si desconoce el sign i f icado de algú n símbolo, consu lte el
Alfabeto Fonético ln ternacional reproducido en este capít u lo.
a) íml kl JTI [ l]
h) [s] [ÍJ [8] ípl
e) 1 ,,1 r ,J1 1rt1 1 j 1
el ) [·Jj [rJ ] [0] [,)]

A< :TIVlf>:\OF.S \' TEMAS PAR/\ REFLEXION,


\R

Sugiero al lector que t rat e ele rea l izlr las siu i en tes actividades, q ue:
le harán rellexion ar sobre l os con ceptos vistos hasta a hora y asi milarlos
1nt:jor. Si el lector es profesor de espaiiol pa ra exl ranjc ros, cabe la po-
sibi l idad de que lleve a cabo algu nas de estas actividades con sus al u m-
nos, pero sólo en el caso de ci11<· las ca ra<:t<.TÍ.sl icas pa rticu lares de stos
lo permitan y lo acon sejen (vid. al respect o el cap. ) .

l. ¿Sería usted capaz de respon der rápid.1mcn t e a estas prcgu n las


básicas? Si no es así, vuelva a leer las pri nH:'nt págin as de t>st e ca-
píllllO.
a. ¿Qu é se n ecesita para que M: prod uzca sonido?
b. ¿Tene mos un os órgan os específicos para prod ucir d ha hla o
son los mismos q ue u t i lizarn os pa ra respi rar?
e ¿El h abla se pro<l uce en la espiración o e11 la inspiración ?
<l. ¿Por qu é m edio se tran Rnlile el sonido?

2. Para fam iliarizarse más con los sím bolos fonéticos del AtfábP.toFo-
nétiro lnf.t ,rnruionaL, pron uncie estos son idos tan to a islados como inser-
tos en tre dos vocales rL . . .a.:

íd 3 l]r p y _J J1 z f ]
92 FONÉTICA PARA PROFESORES DE ESPAÑOL: DE LA TEORÍA A l.A PRÁCTICA

3. Realice los pequeños experimentos siguientes -recomendados


.por muchos autores- para percibir fís icamente la diferencia entre las
cualidades de los sonidos:
-Coloque su dedo índice sobre su nuez y pronuncie primero [p] y
luego [b]. ¿Nota la diferencia en sonoridad? ¿Cuál de los dos diría
usted que es el sonido sonoro? Pruebe ahora con [s] y con [i].
-Tápese los oídos y repita esos mismos sonidos. ¿En cuál o cuáles
de ellos sigue percibiendo la fonación?
-Pronuncie las palabras castellanas zapato, cie/,o, az:ul.ejo y zona con un
dedo en ]os labios (como cuando se pide silencio) . Compruebe si
el dedo se moja o no y relacione ese hecho con las características
articulatorias del sonido z ( [0]) .
4. Un símbolo fonético es en realidad, como ya sabe, un símbolo
que recubre un complejo de propiedades fonéticas. Defina, pues, cada
uno de los símbolos reproducidos abajo especificándolos con un (+) o
un (-) con respecto a la lista de propiedades de la izquierda:

[n] [0] [z] [v] [t] [<I>] [b] [J] [m] [] [rJ

Oclusiva
Fricativa
Africada
Vibrante
Lateral
Nasal
Sonora
Labial
Labio-dental
Interdnt.
Den tal
Alveolar
Palatal
Velar
NOCIONF.S Df. FONF.TICA Y FO;-.JOLO<.:ÍA !F.NEKALES

5. Proporcione el sím bolo del A fa/Jf to}rmético lnternaáonal que se co-


rresponde con estas d efin iciones y trate de pron unciarlo:

üEFlNlCIONl.' S SJ MBOLO

Velar oclusiva sorda

Nasal bi labial

Frica tiv;l labiode 11tal sonora

Fri cativa lold sorda

6. In1cn tc leer l as sigu ien tes pala bras (de d isti n tas lcn gw1s) e i n d i-
q ue si l a vocal q ue contienen es red rmdul(la o uo rnlonrf.t,ado. El sím bolo
['] rep rese n ta el acen to y se t ra n scri be siem pre delan te <le la sílaba que
lo reci be, es deci r, la sílaba tóuim:

l. ['kan] 2. ['g-J a:s] 3. í'pi:pl] 4. ['bóJ 5. ['i¿;io 1

7. [Adaptado d e Oalt on y Seicl l h ofcr ( 1994: 1 6) l . Ar t icu le en si-


l en ci o l as siguien tes secu en ci as d e pal a bras, fi_ jún dosc en cóm o su
boca va ce1Tán dosc progresiva m <.-' n le a m cd i da que carn bi an l as vo-
cales:

paso - /wrn -/Ji.w


¡wso -poso -¡m.so

Ah ora pron uncíe olra vez estas pa]a bras, pen > m ord iendo a la vez
la parte poste rior de u n lápiz de m odo q ue sus dien tes estén separa-
d os aprox imadamen te I c111. y sin que los 1novim i en tos de la kngua
se vean in Lerferidos. iv[an teniendo asi rígida la mandíbul a, Lrale de lo-
mar conciencia claramen te de los diferen tes grados de elevación de la
lengua.

8. ¿Cree usted que si dos lenguas com parten los 111isn1os son idos
han de con1parti r tan1bién el misrno siste1na fonológico? Razone su
respuesta.
94 FONitTICA PA1l'\ PROFESORES DF. ESPAÑOL: DE U\ TEOR ÍA A L\ PRÁCTICA

9. [Actividad propuesta en ll alle y Clem en ts ( 1991) ]. Ilustre los


conlrastcs fonológicos del espaí1ol reproducidos abjo con pares 1ní-
nimos, u no que m u csu·e el con traste en posición i n icial de pala bra, y
otro en posició n m edia, si es posible.

1 . / p. b/ 2. / p. ti 3. / t , d/ 4. / 0, el/ !°)'. h,, fi/ 6. /m, 11/ 7. / n, J1/ 8. / r, r/


9. / r, I/ l O. / tJ, j / 11. /k , g/ 1 2. /g, x/ l - / k. x/ 14. / l, )./ 1 !1. / ), , j /

1O. [Actividad adaptada de l a prop uesta en Hallé' y Clcrn en ls


( 199 1 ) l . En el Congo del Sur, ex isten dos grupos de sonidos: [t , s, z] y
lrJ, J, 3]. A pa r ti r de l os da t os que ab, jo se proporci on an , establezca
q u{·t i po de relación 111,mtienen l os sonid os del pri1ne r gr u po con res-
peno a l os son idos del segu ndo gr u po , csLO es, si su distribución es
predeci ble y, por tan to, son varia n tes ccnn bi n atorias o no ele tres fon e-
mas. ¿Dónde aparecen l os prilncros? ¿Dónde los segu ndos? ¿Cuáles
son los fon emas resul tan tes de este an álisis?

l. tobola 'h acer un agujero· 9. nst·lck 't erm it a'


2. 1Jin ·L 'cortar' l O. lolon Gi 'lavar'
3. kesoka ·ser cort ado' J 1 . zcvo 'entonces'
4. nkoJi 'león' 12. aGimola 'l im osna'
t> . zcng<t 'cort,u·' 13. n 7wct u 'n1Lestra casa'
6. Gima 'extender' 14. ku n czuh1 'beatificar'
7. kasu 'dc1narcarión ' l:'5. tanu ·cinco '
8. tf i ha 'plá tano'

11. Precise cuúl de las siguicntes afirm aciones es falsa y cuál es ver-
dadera, razonando su respuesta:

a) La fou ología es la cien cia q ue estudia la sust ancia fónica de los


scgmen Los de las knguas.
h) EJ fonema es una u n idad abstracta, el sonido es un a unidad con-
creta.

12. Im agi n e c¡ne h ah l a con u n a pe rson a Lo t.al rn cn te alejada del


m undo de la (jn gúística. Teniendo este dalo en cuenta, in te n te expli-
carle lo que es la fonética y lo que es la fonología, con el m enor n úmero
posible de t.ecn icis1nos y. cl aro está , del modo m ás di<láct.ico posi ble .
NOCIONES DE FONÉTIC/\ \' FONOI .OCÍr\ e :F.NF.R:\LES

l 3. Desde mediados dd siglo xx -au n que ya existían bri lla n t es pre-


ceden tes-se h a escrito rn u cho ace rca d e la existencia de u ni versales f'ó-
11ológicos, es deci r, caranerist icas fónicas, de d i ve rsos t i pos, comu n es a
Lodas l as lengu as. Rastree la bi bl iografía o la Red pa ra tra ta r de sin te ti-
zar q ué: sabern os hoy a cien ci a ('ier ta sobre esta cuestión . Pa ra un pro-
fesor de L2 es im portan te: con ocer qué rasgos tú n i cos son u n ive rsales )'
cuáles son particu la res de la len gua q u e en seiia.

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