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Teoría de seguros

El seguro es un contrato por el cual el asegurador está obligado, mediante una prima que le abonó
o canceló el asegurado, a asumir el riesgo y pagar la indemnización en caso de que suceda un
siniestro. El seguro brinda protección frente a un daño inevitable e imprevisto, tratando de reparar
materialmente las consecuencias, en parte o en su totalidad, dependiendo de lo pactado. En los
contratos de seguro, se intenta obtener una protección económica de bienes o personas que
pudieran sufrir daños en el futuro, y a su vez, el asegurador cobra una prima por la prestación de
los servicios.

La historia del seguro se remonta a las antiguas civilizaciones griega, romana, probablemente a los
babilonios e hindúes quienes efectuaban contratos a la gruesa financiando pérdidas. Así como la
edad media donde era acostumbrado por las asociaciones religiosas, colectar y distribuir fondos
entre sus miembros en caso de muerte de alguno de ellos, hasta el moderno sistema actuarial
legal que rige todos los contratos de seguros en sus diferentes ramos y coberturas.

En la edad antigua podemos encontrar antecedentes de ciertas formas de seguro en civilizaciones


tan antiguas como la fenicia. Los mercaderes babilónicos, entre los 4000 y 3000 años antes de
Jesucristo.

En la edad media el desarrollo y crecimiento comercial, que sin lugar a dudas caracteriza a esa
época y desde la decadencia del imperio romano hasta el siglo XVII, apenas si progresó la
institución del seguro.

Durante la época moderna hubo la primera manifestación del seguro de daños, al conocerse la
existencia de unas cajas especiales de propietarios cuyo fin era exclusivamente agruparse para
socorrerse en caso de incendio.

Mientras en la edad contemporánea la industria aseguradora ya contempla varios ramos y The


Royal Exchange Insurance Corporation fue una de las primeras compañías que obtiene permiso
para comercializar además del ramo de seguros marítimos, el de vida y el de incendio, además de
formalizar sus negociaciones con las condiciones convenidas impresas y de carácter uniforme, así
como la proposición y documento previo de la formalización de un contrato de seguro, llamado
póliza, durante estos años toman gran importancia los seguros de incendios, agrícolas, y los
accidentes de ferrocarriles.

Clasificación de los Seguros

De diversos modos pueden clasificarse los seguros. En primer lugar, según se hallen a cargo del
Estado, en su función de tutela o de la actividad aseguradora privada, se dividen en seguros
sociales y seguros privados.

Seguros sociales:

Los seguros sociales tienen por objeto amparar a la clase trabajadora contra ciertos riesgos, como
la muerte, los accidentes, la invalidez, las enfermedades, la desocupación o la maternidad.
Son obligatorios sus primas están a cargo de los asegurados y empleadores, y en algunos casos el
Estado contribuye también con su aporte para la financiación de las indemnizaciones.

Otra de sus características es la falta de una póliza, con los derechos y obligaciones de las partes,
dado que estos seguros son establecidos por leyes y reglamentados por decretos, en donde se
precisan esos derechos y obligaciones.

Seguros privados:

Estos seguros son los que el asegurado contrata voluntariamente para cubrirse de ciertos riesgos,
mediante el pago de una prima que se halla a su cargo exclusivo. Además de estas características
podemos señalar:

Los seguros privados se concretan con la emisión de una póliza – el instrumento del contrato de
seguro – en la que constan los derechos y obligaciones del asegurado y asegurador.

De acuerdo con su objeto los seguros privados pueden clasificarse en seguros sobre las personas y
seguros sobre las cosas.

Seguros sobre las personas:

El seguro sobre las personas comprende los seguros sobre la vida, los seguros contra accidentes y
los seguros contra enfermedades o Seguros de Gastos Médicos.

Clasificación de los seguros de vida, conforme al riesgo que cubren

Seguros en caso de muerte:

En los seguros de este tipo, al fallecimiento del asegurado, el asegurador abona al beneficiario
instituido por aquél el importe del seguro.

Seguros en caso de vida:

En estos seguros la entidad aseguradora abona al asegurado el importe del seguro, siempre que
viva al vencimiento de un determinado periodo de tiempo.

También puede convenirse el pago de una renta periódica mientras viva el asegurado, a partir de
una fecha establecida de antemano.

Seguros mixtos:

Constituyen una combinación de los seguros de muerte y de vida. Por lo tanto, el importe del
seguro se paga a los beneficiarios si el asegurado muere antes de vencer el contrato, y se le
entrega a él si sobrevive a esa fecha.

Según que cubran a una o más personas:

Seguros sobre una persona:

Se paga el seguro cuando fallece la persona asegurada.


Sobre dos o más personas:

Mediante este contrato se asegura la vida de dos o más personas y el seguro se paga cuando
muere una de ellas a favor de la otra u otras.

Seguros individuales:

Son los contratos por medio de los cuales se asegura una persona con un seguro de muerte, de
vida o mixto.

Seguros colectivos:

En estos contratos se asegura la vida de numerosas personas. El seguro se paga a la muerte de


estas, a los beneficiarios instituidos.

-Según las cláusulas adicionales:

Seguros con cláusulas adicionales:

De acuerdo con estas cláusulas la póliza puede prever otros beneficios.

Seguros sin cláusulas adicionales: Son aquellos cuyas pólizas solo prevé el seguro de muerte, vida o
mixto.

Seguro sobre las cosas:

Seguro contra incendio:

Con este seguro se cubre los bienes muebles e inmuebles contra el riesgo de los incendios. La
compañía aseguradora indemniza al asegurado por el daño que hubieran sufrido los bienes objeto
del seguro, a causa de un incendio, por su puesto siempre que este no haya sido intencional.

Seguro contra granizo:

Las plantaciones pueden resultar muy dañadas, con la caída del granizo, por lo cual este seguro
presta un servicio de verdadera utilidad a los agricultores que han asegurado sus cosechas contra
este riesgo. Solo se indemniza por los daños que causa el granizo sin tener en cuenta las pérdidas
que puedan haber originado las lluvias o el viento.

Seguro de automóviles:

Responsabilidad civil:

Por lesiones causadas a terceros y por daños producidos a cosas de estos. Si el dueño del
automotor asegurado, causa por accidentes daños corporales o la muerte de un tercero, la
compañía responde hasta un determinado importe. La indemnización por daños materiales es más
reducida.

Incendio, accidente y robo:

La póliza ampara al propietario del vehículo contra estos riesgos de acuerdo con la suma
asegurada. En el caso de accidentes el seguro cubre los daños sufridos por al automotor.
Seguro de transporte:

Puede ser marítimo, terrestre y aéreo, y cubre los riesgos que pesan sobre los medios de
transportes, los efectos transportados y los pasajeros. La compañía indemniza al propietario de los
medios de transporte los daños que estos puedan sufrir en el cumplimiento de su misión por
diversos accidentes, conforme al capital asegurado.

También cubre este seguro los daños o lesiones que puedan sufrir los pasajeros como
consecuencia de accidentes de transportes.

Seguro de cristales:

Con este seguro se prevé la indemnización a favor de una persona o empresa por los daños que
puede acarrearle la rotura de los cristales de su negocio o propiedad.

Seguro contra robos:

Cubre la perdida que puede experimentar una persona por robos o hurtos.

Seguro de créditos:

Cubre el quebranto que le ocasiona a una persona o empresa la insolvencia de sus prestatarios.
Mediante una determinada prima la compañía de seguros se compromete a resarcirle esa pérdida
y lo sustituye en las acciones que se pueden intentar para perseguir el cobro de la deuda.

Seguro de fidelidad de los empleados:

Lo toman las empresas para cubrirse de las pérdidas que pueden sufrir por infidelidad de sus
empleados en caso de maniobras dolosas. Piense lo que tendría que enfrentar su familia si usted
no está asegurado o asegurada, y cómo podría hacerles más fáciles esos momentos difíciles.

Nuestra Misión es: Ayudarle a vivir una vida completamente libre de riesgos y también a alcanzar
sus objetivos financieros por medio de los mejores seguros de la industria.

Su seguridad y la de sus seres queridos es nuestra prioridad.

Permítanos ser sus Asesores de confianza en Seguros y Servicios Financieros.

Bibliografía

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[ CITATION Jon13 \l 3082 ]

[ CITATION Wik17 \l 3082 ]

[ CITATION Ago02 \l 3082 ]


Seguros que se mueven con el mundo: seguros de transporte

Cuanto más evolucionan las redes sociales, y la venta por Internet, más
necesario es contar con logística y transporte de mercancías. Y no solo
mercancías.

Pese a estar inmersos en la era de la megamacromultiultracomunicación,


deberíamos recordar algo muy importante: no sólo las tecnologías online nos
sirven para ponernos en contacto los unos con los otros, sea por un motivo
personal o profesional. Los medios de transporte siguen cumpliendo un papel
esencial en ello. Desde una moto de pequeña cilindrada a un avión de pasajeros,
de una bicicleta a un crucero marítimo. Por fortuna no sólo realizamos nuestra
vida atados a un ordenador, una Tablet o un Smartphone; el movimiento sigue
teniendo importancia y nos ayuda a relacionarnos, comunicarnos y trabajar.

El transporte es esencial para el desarrollo de miles de empresas. Y no sólo de


las que se dedican a ello como eje de su actividad, como una firma de
mensajería, una flota de taxis, una compañía de autobuses o un negocio de
transporte de mercancías. También son esenciales para el desempeño
profesional de otros muchos sectores.

Podemos daros miles de ejemplos: un restaurante con servicio de comida a


domicilio, un medio de comunicación, una farmacéutica con atención
domiciliaria, una marca de electrodomésticos cuyos comerciales deben moverse
constantemente, un hospital, una compañía de teatro…

Pero bueno, vamos con el seguro. Ya está de sobra reflejada la importancia del
transporte en el 99% de las empresas. Es el escenario perfecto para introducir a
nuestro protagonista del post, un producto a tener en cuenta para empresarios y
directivos cuya compañía dependa o precise de la movilidad constante de sus
medios materiales y humanos. Hablamos de los seguros de transporte.

Por tierra, mar y aire

Íbamos a titular este apartado Para qué sirven, pero dado el amplísimo espectro
tanto de productos aseguradores como de sectores profesionales en los que
operan, iba a ser realmente complicado sintetizarlo en unas pocas líneas. Para
comprenderlos mejor dividiremos los seguros de transporte en tres apartados:
tierra, mar y aire.

Empezamos por los seguros para transportes terrestres. La mayoría de ellos


operan en el sector del transporte de mercancías. Estos productos protegen los
intereses no sólo de los propietarios de los objetos que van de un lugar a otro,
sino de los propios transportistas durante el desplazamiento del material por
parte de vehículos terrestres, desde motocicletas a automóviles pasando por
camiones, trenes o furgonetas.

Se trata de seguros de daños materiales por los cuales la empresa aseguradora


se obliga a indemnizar al tomador por los daños que las mercancías puedan
sufrir a lo largo del transporte (siempre que se pruebe, claro está, que hayan
sido correctamente transportadas y protegidas). Si, por ejemplo, el conductor de
turno realizase una maniobra imprudente o una colección de porcelana se
rompiera al no estar bien embalada el seguro no cubriría los daños al material.
Los seguros de transporte marítimo pueden ser de muchísimos tipos. Unos van
dirigidos a empresas importadoras y exportadoras, mientras que otros se
destinan a los propietarios de embarcaciones de recreo cuyo negocio es
alquilarlas al público. Más allá de estas empresas también existen, por supuesto,
seguros que cubren a los barcos de uso particular.

Pero los seguros de transporte no sólo amparan a empresas móviles. De hecho,


hay decenas de productos destinados a otro tipo de compañías que realizan su
actividad en un mismo lugar: los armadores de buques, las navieras, los puertos
deportivos, marinas y clubes náuticos, los astilleros y talleres de reparación de
barcos…

Sin salir del mar citaremos también que existen otro tipo de seguros, como los
de responsabilidad civil relacionados con actividades marítimas o de transporte
o los de tripulación, que se dirigen a las compañías contratantes que quieran
proteger a sus trabajadores ante los posibles accidentes que éstos puedan sufrir
a bordo.

Por el aire el panorama es similar. Existen seguros para compañías importadoras


y exportadoras por vía aérea que se encargan de cubrir los daños a la mercancía
transportada, y otros dirigidos a empresas que trabajan en la explotación
comercial de aeronaves y la actividad aeroportuaria en general. Por supuesto,
los afortunados particulares que cuenten con un avión o varios entre sus
posesiones también poseen su seguro correspondiente.

Obras de arte

El transporte de obras de arte supone un pequeño capítulo aparte en este post.


Y es que, sea cual sea la vía por la que se desplacen (aérea, marítima o terrestre)
el valor del contenido es siempre elevado y el riesgo de pérdida, robo o daño
puede acarrear graves consecuencias.
Por esa razón existen seguros de transporte específicos para las obras de arte,
habitualmente productos multirriesgo que ofrecen cobertura no sólo durante su
exposición en el museo o centro correspondiente, sino a lo largo de su traslado.
Como se puede ver el tema del transporte, y los seguros que lo cubren, es tan
amplio y apasionante que seguro volveremos a él más adelante.
Seguros de vida y de decesos: similitudes y diferencias

La vida y la muerte son conceptos antagónicos, pero no sucede lo mismo con los
seguros de vida y los de decesos.

Cuentan con bastantes similitudes, pero también con numerosas diferencias, lo


que los convierte en seguros complementarios y no excluyentes, existiendo la
opción de contratar ambos si se pretende estar lo más cubierto posible aunque
siempre teniendo el acierto de informarnos de la mejor manera con el fin de
compatibilizar coberturas y no duplicar las que podamos tener contratadas.
Veamos en este post cuáles son sus similitudes y sus diferencias.

La mayor coincidencia es su objetivo, que es el de cubrir de la mejor manera


posible la complicada situación que deja el fallecimiento del asegurado, pero no
es lo mismo contratar un seguro de vida que uno de decesos. En el primero se
determina la cantidad que cobrarán los beneficiarios después de que se
produzca la muerte del tomador, mientras que el segundo se encarga más de los
trámites pertinentes (las gestiones administrativas, el traslado del fallecido o la
prestación del servicio funerario), así como de otras posibilidades como la
asistencia en viaje o los accidentes.

Ambos seguros se activan a la vez -cuando fallece una persona– y cubren el


mismo riesgo, la pérdida de la vida- pero no de la misma manera. Mientras el de
vida lo hace por medio de una prestación económica, el de decesos es
básicamente la prestación de servicios que resuelven los trámites de esta
situación. La cobertura principal es diferente pues en el caso del seguro de
decesos resulta más de carácter práctico (prestación de servicios) y en el de vida
de carácter económico (compensación monetaria).

Garantías adicionales
Es cierto que varias de las garantías adicionales de ambos seguros
(hospitalización, asistencia médica, repatriación…) pueden coincidir, pero
también que otras son exclusivas de cada tipo de seguro. El de vida cubre
supuestos como la invalidez por medio de una indemnización -que permite
afrontar pagos pendientes o asuntos futuros, como la formación escolar de los
hijos-y habitualmente permite la solicitud de un anticipo para hacer frente a los
gastos del sepelio e impuestos de sucesión; por su parte, el de decesos puede
contar con coberturas como servicio de repatriación, asistencia psicológica y
médica a la familia, conservación del ADN del fallecido… e incluso costear el
viaje de los familiares para realizar la identificación y acompañamiento de un
cadáver.

Hay que destacar también que en un seguro de decesos las compañías se


responsabilizan del coste del sepelio del asegurado, así como de los trámites que
rodean al mismo, ayudando a aliviar la ya de por sí pesada carga que llevan
encima los seres queridos del difunto. Así estos únicamente deberían avisar a la
aseguradora y quedarían liberados no sólo de la realización de trámites, sino del
pago de unos gastos que suelen ser realmente elevados. Un desembolso, por
cierto, que los familiares sí suelen tener que realizar si han contratado un seguro
de vida ya que la indemnización que reciben por parte de la aseguradora no se
abona de manera inmediata.

Más divergencias económicas


Otra diferencia relevante entre vida y decesos se refiere al pago de la prima. En
el primer caso el asegurado tiene la decisión sobre cuál es el capital que quiere
contratar en su póliza. En cambio, en el segundo caso (aunque el responsable de
aceptar o no suscribir el acuerdo es, por supuesto, el tomador) la decisión
corresponde a la aseguradora, que informa a su cliente del dinero a abonar
teniendo como referencia el coste del servicio ofrecido en el lugar de residencia
del tomador. Si posteriormente los gastos fúnebres resultan superiores de lo
acordado inicialmente, la diferencia correría a cargo de la familia del fallecido.
Hay que tener en cuenta además que cuando hablamos de un seguro de
decesos los gastos del sepelio pueden ir variando como consecuencia del paso
del tiempo, por lo que los contratos suelen incluir cláusulas de actualización.

Otras diferencias importantes


Con respecto a la contratación existe otra diferencia muy importante, pues
mientras que en el caso de un seguro de decesos no existe limitación alguna en
cuanto a la inclusión de personas en él, de hecho se trata de un seguro de
carácter familiar –suele incluirse a todos los miembros de la familia- en el de
vida suele ser un seguro individual, a lo sumo para el matrimonio, y un matiz
muy característico, no se puede asegurar a personas que sean menores de 14
años. Las primas, además, suelen resultar menores. Con todos estos aspectos a
tener en cuenta, ya vemos que se trata de seguros bastante complementarios,
de hecho las estadísticas señalan que en nuestro país la gente suele valorar la
contratación de un seguro de decesos, pues su porcentaje de contratación se
sitúa en alrededor de un 50% en España.
Seguros de salud para empresas: a empleados saludables,
compañías saludables

¿Cuántas veces se dan estas situaciones en el ámbito laboral? Todos estamos


expuestos a la posibilidad de sufrir una enfermedad o una grave lesión que nos
impida trabajar.

Lunes. 8.17 a.m.

– Buenos días, jefe. Lo siento, pero hoy no puedo ir a trabajar.

– ¿Y eso? ¿Qué le pasa?

– He pasado muy mala noche…

En consecuencia faltaremos a trabajar en nuestra empresa, en cualquiera de


estos casos y hasta que nos recuperemos, con la tranquilidad que nuestro
puesto de trabajo nos estará esperando después de una baja laboral.
En una situación tan habitual como esta puede ayudar, y mucho, un seguro de
salud para empresas. Al fin y al cabo, la salud de los empleados es la salud de las
compañías, sean estas grandes multinacionales o -todavía más importante-
pymes, donde cada pieza cobra si cabe una mayor importancia en el engranaje.
El seguro ayuda en el tratamiento de las dolencias y sirve de justificante para el
empresario respecto de la dolencia del empleado.

Para unos y otros

Los seguros de salud para empresas han surgido para servir de ayuda a ambas
partes, directivos y empleados. Los primeros pueden tener importantes
beneficios en caso de contratar un producto del ramo: en primer lugar,
contribuir a garantizar el derecho de los trabajadores a cuidar su salud,
ofreciendo a estos un importante incentivo que contribuye a su felicidad,
motivación laboral y fidelidad a la compañía que le ha contratado.

Ayudar a controlar el absentismo en el trabajo es otra de las razones. Las


ausencias por visitas al médico tienden a ser en este caso de menor duración
con respecto a otros sistemas de salud y se suele reducir el tiempo de espera.
Incluso algunas aseguradoras incluyen entre sus coberturas la prestación de
servicios asistenciales y ofrecen a las compañías interesadas la posibilidad de
contratar un seguro dental que complemente al de salud general.

Más allá de estas razones, contratar un seguro de salud para los empleados
puede tener también ventajas económicas para la empresa, ya que el gasto que
realiza la compañía es deducible en el Impuesto de Sociedades.

Al otro lado del río, los empleados, más allá de su mayor satisfacción en el
trabajo, cuentan con un servicio médico más cómodo y rápido a su disposición y
también gozan de beneficios económicos. Los primeros 500 euros que se
destinen al pago de seguros médicos no tienen por qué ser incluidos en la
declaración de la renta. Así la repercusión en los ingresos del trabajador es
mayor, ya que no se le retiene nada de esa parte.
Un seguro de salud para empresas ayuda también, aunque sea en una pequeña
medida, a fomentar la conciliación entre la vida laboral y la personal tanto de los
directivos como de los empleados.

Adaptados a toda empresa

Por supuesto, esta clase de productos deben estar adaptados al tipo de


empresa, teniendo en cuenta principalmente el número de trabajadores de que
consta –no es lo mismo asegurar a una multinacional que a una pyme– y el tipo
de actividad que la firma desarrolla –no es lo mismo una empresa que trabaja
con maquinaria pesada que una agencia de publicidad-. El tipo de producto y,
por supuesto, los precios de los seguros dependen de variables como estas, en la
que no debemos olvidar la edad media del colectivo de trabajadores.

También hay que decir que los seguros de empresa pueden estar destinados a
cubrir a todos los empleados de una compañía (lo que se conocen como
colectivos cerrados) u ofrecerse a los trabajadores como un seguro de
contratación opcional (colectivos abiertos). En el primer caso la empresa se haría
cargo de un único seguro colectivo, que pagaría en su totalidad o a través de
porcentajes de la nómina de cada persona.

Por último, no se puede dejar de citar un sistema mixto que algunas marcas
llevan a cabo al contratar su seguro de salud para empresas: el de la
cofinanciación. Este sistema facilita que una parte de la prima sea pagada por la
compañía correspondiente y la otra por cada empleado descontado de su
nómina.

En este terreno, como en casi todos los del seguro, hay soluciones a medida para
todos los casos y un agente profesional de seguros ayudará a elegir la más
adecuada.
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SEGUROS Y REASEGUROS PERSONALES UNIVIDA S.A.


Las mercancías que son transportadas de un lugar a otro casi siempre cuentan con un
seguro de transporte que puede ser terrestre, marítimo, o aéreo; ya que en el viaje
pueden sufrir algún tipo de siniestro y es por esto que las compañías optan por contratar
un seguro, sobre todo las que dependan de la movilidad contante de sus medios
materiales y humanos.

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