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Asignatura:
Matricula:
16-10617
Facilitadora:
Ofelia Almánzar
Fecha:
13-08-2019
Estimado Participante:
En esta Unidad realizarás lo siguiente:
1. Realiza de un mapa mental considerándolos siguientes elementos:
1. a. Intensidad de las Actitudes
1. b. Influencias
1. c. Ejemplo de tipos de Actitudes
Actitudes
b) Intensidad o extremosidad
de su evaluación
El concepto fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo estadounidense
Leon Festinger, en su obra A Theory of Cognitive Dissonance (edición en español,
Teoría de la disonancia cognoscitiva). Festinger (1975).
Al cabo de una semana, Festinger llamó a todos los sujetos para preguntarles de
nuevo qué les pareció la tarea. Los del primer y tercer grupo reafirmaron su anterior
respuesta, que la tarea había sido muy aburrida. Sorprendentemente, descubrió que
los del segundo grupo creían que la tarea fue divertida. La explicación de por qué el
segundo grupo cambió de opinión es que al saber que recibieron menos dinero que el
tercer grupo, se vieron obligados a cambiar su pensamiento, dado que no tenían
justificación.
Entre los principales sobreentendidos de la disonancia cognitiva como teoría sobre los
procesos mentales, está la consideración de que la coherencia o la consonancia son
características esenciales del pensamiento humano. Sin embargo, la lógica de
racionalización humana ha avanzado hacia postulados retóricos que no buscan estas
fórmulas tan esencialistas en la ciencia psicológica.
La disonancia cognitiva implica cierta falta de coherencia entre actitud y acción. Robert
A. Baron y Donn Byrne escribieron: “Desgraciadamente, la disonancia cognitiva es una
experiencia muy común. Cada vez que dices cosas que realmente no crees, que
tomas una decisión difícil o descubres que algo que has comprado no es tan bueno
como esperabas, puedes experimentar disonancia. En todas estas situaciones, hay un
salto entre nuestras acciones y nuestras actitudes que tiende a hacernos sentir
bastante incómodos”. Baron y Byrne (1998)
Teniendo presente que nuestra actitud característica está constituida tanto por
componentes afectivos como cognitivos, puede decirse que la falta de coherencia que
experimentamos en la disonancia se debe a la falta de coincidencia entre nuestro
querer y nuestro pensar. Así, si de improviso se nos presenta una persona conocida
con la cual hemos tenido cierta desavenencia previa, debemos adoptar una postura
definida: no saludarla, por ejemplo, o bien fingir que uno siente que no ha pasado
nada. Si tenemos tiempo de prever la situación, es posible que la disonancia sea
menor, mientras que, si la situación se presenta en forma repentina, es posible que
luego recapacitemos por no estar del todo convencidos con la actitud adoptada. De ahí
que pueda considerarse que toda disonancia se produce cuando existe un conflicto
interno entre nuestros componentes afectivos y cognitivos. Este conflicto nos lleva a
cambiar nuestra actitud.
Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. Stanford, CA: Stanford University Press.
ISBN 978-0-8047-0911-8.
Baron, Robert A. y Donn Byrne. Psicología social. Prentice Hall Iberia. Madrid, 1998. ISBN 84-
8322-017-2.