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Algunos de los cambios que se iniciaron cuando los adultos jóvenes estaban a
mitad de su tercera década se hacen evidentes cuando se acercan a la quinta
década. Cuando tienen 40 años, la mayoría de los adultos pueden funcionar de
forma tan eficaz como lo hacían en su tercera década. Sin embargo, entre los
40 y los 65 años se producen muchos cambios físicos . Durante la madurez, la
producción de hormonas disminuye, tanto en los varones como en las mujeres.
La menopausia se refiere al denominado cambio de vida de las mujeres,
cuando la menstruación desaparece. Se dice que una mujer tiene la
menopausia cuando no ha tenido ningún período menstrual durante 12 meses.
Generalmente, la menopausia se produce entre los 40 y los 55 años, siendo el
promedio de edad de 47 años. En este momento, la actividad de los ovarios
disminuye hasta que desaparece la ovulación. Los síntomas comunes, que se
relacionan con la disminución de estrógenos, son sofocos, frío, la tendencia de
las mamas a hacerse más pequeñas y perder densidad, y la disminución del
metabolismo, que puede causar ganancia de peso. También pueden aparecer
insomnio y dolores de cabeza. Psicológicamente, durante la menopausia puede
producirse ansiedad, especialmente si la capacidad para tener hijos es una
parte integral del concepto de sí misma de la mujer. En otras mujeres, la
menopausia puede causar pocos síntomas, físicos o psicológicos (Banister,
2000). Tanto en los hombres como en las mujeres, la estimulación sexual es
más lenta durante la madurez que en la adultez juvenil. En los hombres no se
producen cambios comparables a los que suceden en las mujeres, aunque se
ha utilizado el término climaterio (andropausia) para denominar los cambios de
la respuesta sexual en los varones. La concentración de andrógenos disminuye
muy despacio; los hombres pueden tener hijos incluso al final de su vida.
Algunos hombres pueden tener dificultades para excitarse sexualmente debido
a motivos psicológicos, como la ansiedad.
Desarrollo psicosocial
Antes de mediados de los años noventa se prestaba poca atención a las tareas
de desarrollo de los adultos de mediana edad (Lachman, 2004). Havighurst
describió siete tareas para este grupo de edad Erikson (1963) creía que la
tarea de desarrollo de los adultos de mediana edad era la generatividad frente
al estancamiento. La generatividad se define como el interés por establecer y
guiar a la siguiente generación. En otras palabras, el interés por proporcionar
bienestar a la humanidad es igual al interés por proporcionárselo a sí mismo.
Las personas que tienen entre 20 y 40 años tienden a estar centrados en ellos
mismos y en su familia. Las personas maduras están «vinculadas al bienestar
de los demás» (Lachman, 2004). Las parejas tienen más tiempo para estar
juntos y divertirse, por lo que el matrimonio puede ser más satisfactorio en esta
época de la vida. Tienen tiempo para colaborar juntos en actividades de
voluntariado, y tiempo para que un miembro de la pareja salga a comer fuera
de casa y el otro miembro de la pareja se vaya a pescar. Las personas
maduras generativas se sienten cómodas con su estilo de vida y su
generosidad les resulta gratificante. Erikson escribió que las personas que no
son capaces de ampliar sus intereses en este momento de su vida y que no
asumen las responsabilidades de la madurez, tienen una sensación de
aburrimiento y empobrecimiento, es decir, de estancamiento. Estas personas
tienen dificultades para aceptar que sus cuerpos están envejeciendo, se
vuelven retraídas y se aíslan. Están preocupadas por ellas mismas y son
incapaces de entregarse a los demás. Algunas pueden regresar a patrones
juveniles de conducta y, por ejemplo, comportarse como un adolescente. Las
personas maduras parecen más mayores y también pueden sentirse viejas
(Banister, 2000). Generalmente, aceptan el hecho de que están envejeciendo;
sin embargo, algunas intentan resistir el paso de los años cambiando su forma
de vestir e incluso su forma de actuar. Surge una nueva libertad que les
permite ser independientes y seguir sus propios intereses. Antes de este
período, la pareja y otras personas eran fundamentales para definirse a sí
mismo. Las personas maduras ya no se comparan con los demás, no suelen
tener miedo a envejecer o a la muerte, el sentido de la competitividad se relaja
y disfrutan de la independencia y la libertad de la madurez. Las opiniones de
los demás pierden importancia y superan la costumbre que tenían antes de
intentar complacer a todo el mundo. La persona establece unas normas éticas
y morales independientes de las normas de los demás. El enfoque cambia
desde uno mismo y ser, a los otros y actuar. Los temas religiosos y filosóficos
se vuelven importantes. La «crisis de la mediana edad» es una idea popular
que ha dado origen a muchos chistes y anécdotas humorísticas. Esta crisis se
produce cuando el individuo se da cuenta de que ha llegado a la mitad de su
vida. La universalidad de la crisis de la mediana edad es discutible para
algunos autores, que piensan que algunas personas de mediana edad sufren
una crisis que fomenta su desarrollo posterior, mientras que otras pueden
haber estado viviendo en un estado de crisis permanente desde el principio de
su vida (Lachman, 2004). Las personas de mediana edad empiezan a darse
cuenta de que este tiempo es como un premio y que la vida no es eterna. La
juventud y la fortaleza física ya no son cosas que se den por asumidas.
Desarrollo cognitivo
Desarrollo moral
Desarrollo espiritual