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El documento discute el conocimiento como un problema filosófico. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto cognoscente y un objeto por conocer. Sin embargo, establecer esta relación es problemático debido a que el sujeto y el objeto pertenecen a esferas diferentes. Además, analiza cómo la epistemología estudia el conocimiento y los procesos cognitivos como la percepción y la memoria que pueden fallar en la adquisición del conocimiento. Finalmente, señala que aunque no podemos conocer la esencia de
El documento discute el conocimiento como un problema filosófico. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto cognoscente y un objeto por conocer. Sin embargo, establecer esta relación es problemático debido a que el sujeto y el objeto pertenecen a esferas diferentes. Además, analiza cómo la epistemología estudia el conocimiento y los procesos cognitivos como la percepción y la memoria que pueden fallar en la adquisición del conocimiento. Finalmente, señala que aunque no podemos conocer la esencia de
El documento discute el conocimiento como un problema filosófico. Explica que el conocimiento implica una relación entre un sujeto cognoscente y un objeto por conocer. Sin embargo, establecer esta relación es problemático debido a que el sujeto y el objeto pertenecen a esferas diferentes. Además, analiza cómo la epistemología estudia el conocimiento y los procesos cognitivos como la percepción y la memoria que pueden fallar en la adquisición del conocimiento. Finalmente, señala que aunque no podemos conocer la esencia de
Instituto de Mejoramiento Profesional del Magisterio Extensión Cumaná.
EL CONOCIMIENTO COMO PROBLEMA FILOSÓFICO EN EL
CONTENIDO PEDAGÓGICO Elaborado por: Pensamiento Filosófico Y Luis Eduardo Martinez Caspe Pedagógico C.I.Nª 25.281.566 Profesor: Carmelo José Ferrer G Área de Matemática
La Epistemología es la rama de la filosofía que estudia el conocimiento, porque
de hecho la palabra episteme significa, en griego, conocimiento. De la misma manera, por ejemplo, la rama de la filosofía que estudia la conducta moral de las personas, y las nociones acerca del bien y del mal, se le llama Ética. El conocimiento humano se puede entender como un proceso en el que se relacionan un sujeto cognoscente y un objeto por conocer. Esto quiere decir que los elementos esenciales de todo proceso de conocimiento son el sujeto cognoscente, el objeto por conocer y la relación que debe establecerse entre ellos para que se dé el conocimiento. La posibilidad del conocimiento es un problema filosófico sin solución definitiva que enfrentamos todos aquellos que tratamos de explorar, describir, explicar, interpretar o comprender cualquier realidad. Dicho problema se puede resolver, con conocimiento o desconocimiento del hecho, utilizando distintos supuestos filosóficos (dogmatismo, escepticismo, subjetivismo, relativismo, pragmatismo y criticismo) que dependen de la facultad o facultades (la razón y/o los sentidos) que el sujeto cognoscente ponga en práctica cuando pretenda conocer determinado fenómeno.
De acuerdo a lo planteado por (Polo, 2006, p. 41), “El objeto de conocimiento
surge en tanto que un ente (en este caso se supone que únicamente el ser humano es capaz de conocer) fija su atención en otro ente cualquiera (material o inmaterial) con la intención de conocerlo porque “la objetividad se convierte con la intencionalidad precisamente porque el objeto conocido no se da de suyo…”
El problema surge cuando el sujeto pretende establecer la relación de
conocimiento con el objeto, debido a que ambos (sujeto cognoscente y objeto por conocer) se encuentran en mundos diferentes, distintos y, hasta contrarios: el sujeto cognoscente es el alma humana, su psique, su pensamiento, su razón, su mente, etcétera.; y, por lo mismo, se encuentra en la esfera psicológica. En cambio, el objeto por conocer es la realidad (que puede ser material o inmaterial), pertenece a la esfera ontológica. Como el conocimiento en esencia es imposible, surge el problema del conocimiento: “…el espíritu no puede salir de sí mismo para coincidir con las cosas… una cosa no puede entrar en el espíritu; el conocimiento de la realidad, en esencia, es imposible; parece que los seres humanos no nacimos para conocer la realidad, tal vez solo vinimos a este mundo con las facultades necesarias para sobrevivir en él y no para conocerlo en esencia.
Existe una rama de la filosofía que se encarga de examinar las cuestiones
relativas al conocimiento: qué es eso de “saber” algo, de qué herramientas disponemos para adquirir conocimiento de las cosas, qué grado de fiabilidad nos proporciona cada una de esas herramientas, qué tipos de conocimiento existen y si hay o no límites para nuestra capacidad de conocer lo que hay. Esta rama se llama epistemología o teoría del conocimiento. En el desarrollo del conocimiento en lo que puede fallar en la educación está estrechamente vinculado con los procesos cognitivos como: inteligencia, la imaginación, la percepción, memoria entre otras; que al fallar ocasiona falla en adquirir un conocimiento.
Muchas veces el entender juega un rol fundamental en el desarrollo de adquirir
un conocimiento, al fallar el entendimiento se agotan las posibilidades de adquirir un conocimiento, y no solo eso, sino, la razón, que es aquello que nos induce a plantearnos el porqué de las cosas de manera incesante. Así, a cada respuesta que obtenemos de por qué sucede esto o lo otro, la razón nos invita a preguntarnos nuevamente cuál es la explicación de la causa que hemos encontrado. Del mismo modo la verdad, considerándola como parte fundamental sujeto al conocimiento.
Si los seres humanos no podemos conocer la esencia de la realidad, al menos
podemos suponer, estimar, presumir, conjeturar, atribuir, conceder o presuponer, qué es, cómo es, sus características, función, finalidad, clasificación, problemática; es decir, realizar un mapeo sobre todo aquello que podamos decir sobre cualquier fenómeno, hecho, suceso, acontecimiento u objeto. En esto se opina que consiste la relación lógica entre el sujeto cognoscente y el objeto por conocer, en realizar un discurso sobre el mismo utilizando las únicas capacidades con las que contamos para relacionarnos con cualquier realidad, sea esta concreta o abstracta: la razón y/o los sentidos.
El conocimiento como problema filosófico en el contenido pedagógico, va
desde la posibilidad del conocimiento, origen del conocimiento, esencia, tipos y criterios de verdad. En el ámbito educativo, es posible observar que las exploraciones, descripciones, explicaciones, interpretaciones o comprensiones de los fenómenos, hechos o acontecimientos pedagógicos están determinadas por los intereses ontológicos, existentes o reales de los sujetos que los elaboran.
Finalmente, en muchas ocasiones decimos que sabemos una cosa cuando, en
realidad, lo que estamos haciendo es aceptar la opinión de alguien o una explicación muy extendida sobre un tema. Para la filosofía nunca fue suficiente simplemente aceptar que algo es verdadero: es necesaria una buena razón que permita creerlo, la cual ha de ser respaldada por argumentos convincentes.