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D i s e ñ o de tapa: M a r i a L.

de C h i m o n d e g u y / Isabel R o d r i g u é
MARIANO BEN PLOTKIN

FREUD EN LAS PAMPAS

Orígenes y desarrollo de una cultura psicoanalítica


en la Argentina (1910-1983)

rOTOCOPIAS DIAGONAL
Carpeta^.í^tí.m.
Traducción de
Folio N8. .18. M A R C E L A BORINSKY

O/F^cb^^^^ihitti S/Fimillilllimillllll

EDITORIAL SUDAMERICANA
BUENOS AIRES
A864 Plotkin, Mariano
PLO Freud en las Pampas.- 1a. ed. - Buenos Aires :
Sudamericana, 2003.
352 p. ;23x16cm.

Traducción de: Marcela Borinsky


A Osi y a Garcia,
ISBN 950-07-2211-9 las dos "P" de mi vida.
I. Título - 1. Ensayo Argentino
Y a Victoria Cernido,
in memoriam

Todos los derechos reservados.


Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en,
o transmitida por, un sistema de recuperación de información,
en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico,
magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro,
sin permiso previo por escrito de la editorial.

IMPRESO EN LA ARGENTINA

Queda hecho el depósito


que previene la ley 11.723.
© 2003, Editorial Sudamericana S.A.®,
Humberto 1531, Buenos Aires.

www.edsudamericana.com.ar

ISBN 950-07-2211-9

© 2001 by the Board of Trustees of the


Leland Stanford Junior University.
All rights reserved.
Translated and published by arrangement
with Stanford University Press.

© 2001 del Consejo d e la Leland


Stanford Junior University.
Todos los derechos reservados.
Traducido y publicado por a c u e r d o con
Stanford University Press.

Título del original en inglés:


Freud in the Pampas: the emergence and development
of a psychoanalytic culture in Argentina
AGRADECIMIENTOS

Este libro es una versión modificada del que apareció en


inglés con el título Freud in the Pampas. The Emergence and
Development of a Psychoanalytic Culture in Argentina, publicado
por Stanford University Press en el 2000. Durante los años de
trabajo en este libro he incurrido en tantas deudas de distinta
clase con personas e instituciones que cualquier intento de nom-
brarlas a todas trae aparejado el riesgo de omisiones injustas. De
todos modos, quiero intentarlo. En principio, quiero expresar
mi gratitud a las instituciones que me brindaron el sostén finan-
ciero necesario para que este libro fuera posible. La investiga-
ción fue generosamente financiada por un subsidio del National
Endowment for the Humanities de los Estados Unidos (NEH) y
complementada por otro del Joint Committee on Latin
American Studies of the Social Sciences Research Council
(SSRC) y el American Council of Learned Societies, con fondos
provistos por el NEH. Estoy agradecido a ambas instituciones, y
en particular a Daniel Jones del NEH y a Eric Hershberg del
SSRC, por la ayuda continua recibida con las cuestiones admi-
nistrativas. Tengo una deuda especial de gratitud hacia el Colby
College, y en particular hacia Robert Weisbrot, jorge Olivares y
Robert Mac Arthur, por concederme dos años de licencia para
dedicarme con exclusividad a la investigación de mi proyecto
(licencia de la cual, confirmando sus peores sospechas, no retor-
né), sólo un año después de haber comenzado a dictar clases
allí. Estoy también muy agradecido a Peter Berger, director del
Institute for the Study of Economic Culture de la Boston
University, donde fui investigador durante dos años, por las
condiciones ideales de trabajo que él creó en el instituto, por su
apoyo continuo y por la oportunidad de establecer un activo
intercambio intelectual. Agradezco también a William Keylor,
titular del Departamento de Historia de la Boston University,
donde me desempeñé simultáneamente como docente hasta mi
retorno definitivo a la Argentina en julio de 2000. Quiero agra-
decer a la Asociación Psicoanalítica Argentina, en particular al

9
Dr. Moisés Kijak y al Dr. Carlos María Aslán, por haberme per- Universidad de Princeton, a cargo de Jeremy Adelman; la Aso-
mitido acceder a partes del archivo de APA, y a la bibliotecaria ciación Psicoanalítica Argentina; el Latin American Centre del
que recuerdo sólo como Anita; a la Asociación de Psicólogos de St. Antony College en la Universidad de Oxford; la Universidad
Buenos Aires, en especial a Miguel Tollo, quien me dio acceso Torcuata Di Telia en Buenos Aires; el Departamento de Historia
irrestricto a los archivos de la institución; y al personal del del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid;
Wellcome Institute for the History of Medicine de Londres, de la el Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro,
British Psychoanalytic Society, de los archivos de la Rockefeller y la Fundación Descartes/Antena Tucumán en San Miguel de
Foundation en Tanytown, Nueva York, del Insituto Psicoanalí- Tucumán. Mi agradecimiento a todas estas instituciones y a to-
tico de Nueva York, y de la Biblioteca del Congreso de los Esta- dos aquellos que participaron en estos seminarios.
dos Unidos. Me siento profundamente agradecido a los analistas y a los
Muchas personas me ayudaron de distintas maneras duran- intelectuales que me dedicaron su tiempo compartiendo recuer-
te la investigación. Mi esposa, Piroska Csúri, y mi hijo, Pascuel, dos e interpretaciones en entrevistas, a veces, de larga duración.
jugaron roles fundamentales en este proyecto así como en todos Muchas personas leyeron partes del manuscrito y sugirie-
los aspectos de mi vida. Piroska, además, leyó y comentó con su ron mejoras; les agradezco a todos ellos. Tulio Halperin Donghi
lucidez habitual varios capítulos de la versión original en in- leyó y comentó una versión preliminar del manuscrito comple-
glés. Mi gratitud a Hugo Vezzetti por su generosidad al compar- to. Él ha sido siempre, y continúa siéndolo, una fuente perma-
tir conmigo fuentes y materiales de su propia investigación así nente de inspiración. Jeremy Adelman y Ariel de la Fuente tam-
c o m o también por sus sugerencias y consejos (aunque no siem- bién leyeron y comentaron el libro completo y propusieron su-
pre los haya seguido). Agradezco a Germán García, director del gerencias útiles. Thomás Glick expresó su confianza en el pro-
Centro Descartes de Buenos Aires por la ayuda recibida. Los yecto desde sus comienzos. Sus comentarios sobre los primeros
doctores Juan Carlos Stagnaro y Emiliano Galende me permitie- borradores de algunos capítulos resultaron muy esclarecedores.
ron revisar libremente lo que había quedado de los archivos de Lila Caimares, Jorge Cañizares, Ricardo González, Joel
la Federación Argentina de Psiquiatras, y la doctora Martha Horowitz, Jorge Myers, Federico Neiburg y Kristin Ruggiero me
Rosenberg me autorizó a utilizar materiales de su archivo perso- dieron consejos importantes acerca de cómo brindar coherencia
nal. Horacio Tarcus me brindó la oportunidad de acceder de a una masa de información tan amplia y diversa. Mis amigos
manera irrestricta a su gran colección de publicaciones políticas Samuel Amaral, María Fernanda Arias, Anahí Ballent, Lila
y culturales argentinas cuando éstas aún se encontraban en el Caimari, Victoria Cernido, Raúl García Heras, Claudia Gilman,
altillo de su casa. Me dio también permiso para fotocopiar la Pablo Kreimer, Adrián Lerner, Telma Liberman, Raanan y
carta que su padre le envió a Freud y la correspondiente res- Mónica Rein, Norma Santoandré y Hugo Vezzetti me ayudaron
puesta que recibió de este último. La amistad con Horacio ha mucho más de lo que ellos hubieran podido imaginar. Tres asis-
sido uno de los frutos más lindos de esta investigación. Wa- tentes colaboraron eficientemente en la recolección de informa-
shington Luis Pereyra me dio también permiso para utilizar su ción, en la Argentina y en los Estados Unidos: María Isabel
Fontao en Buenos Aires, Felipe Santos en la Universidad de
colección de publicaciones. Jorge Balan me dio ánimo y consejos
Harvard y Gerardo Pérez en el Colby College. Les agradezco a
al comienzo de la investigación. El doctor Emilio Rodrigué com-
ellos su coloboración y trabajo.
partió sus impresiones conmigo en lo que él denominó un
"ciberdiálogo" vía Internet. Algunas partes del Capítulo 1 aparecieron anteriormente
Mientras estaba escribiendo el libro, tuve la fortuna de ser en dos artículos: "Freud, Politics, and the Porteños: The
invitado a presentar resultados parciales de la investigación en Reception of Psychoanalysis in Buenos Aires, 1910-1943",
distintas instituciones, entre ellos el Seminario de Historia Inte- Hispanic American Historical Review, volumen 77, nQ 1 (1997): 45-
lectual dirigido por Oscar Terán en la Universidad de Buenos 74, y "Tell Me Your Dreams: Psychoanalysis and Popular
Aires; el taller de historia del David Rockefeller Center for Latín Culture in Buenos Aires, 1930-1950", The Americas, volumen 55,
American Studies de la Universidad de Harvard, dirigido por n9 4 (1999): 601-29.
John Coatworth; el del Center for Latin American Studies de la

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INTRODUCCIÓN

Uno de los aspectos de nuestra cultura urbana que más sor-


prende a los visitantes extranjeros cuando visitan la Argentina
es la enorme presencia del psicoanálisis en la misma. Desde
políticos hasta gerentes de banco, desde estrellas de teleteatros
hasta choferes de taxis, y también algunos militares, todos ellos
parecieran necesitar del uso de conceptos de origen psicoanalí-
tico para expresar sus preocupaciones cotidianas. Tal como un
colega norteamericano describió, cualquier persona que se atre-
viera a cuestionar la existencia del inconsciente o del complejo
de Edipo en una reunión social en alguna ciudad importante de
la Argentina se sentiría del mismo modo que alguien que estu-
viera negando la virginidad de la Virgen María frente a un sí-
nodo de obispos católicos. Para amplios sectores de la sociedad
argentina, el psicoanálisis se ha convertido en un sistema inter-
pretativo —un mapa, en términos del brasileño Sérvulo
Figueira— utilizado para comprender aspectos diversos de la
realidad.1
Este libro intenta responder a dos preguntas: ¿cuáles son
los factores culturales, sociales y políticos presentes en el desa-
rrollo histórico reciente de la Argentina que permitieron —o
más bien podríamos decir promovieron— la difusión masiva
del psicoanálisis en el país? y ¿qué hay en el psicoanálisis que lo
hizo tan atractivo a la sociedad argentina? La respuesta a estos
interrogantes exige un análisis multidimensional en el cual el
desarrollo de la cultura psicoanalítica se convierte de hecho en
una ventana a través de la cual se pueden explorar aspectos más
amplios de la cultura argentina.
Llegado a este punto me veo obligado a definir los términos
que utilizo. A lo largo de este libro, la palabra "psicoanálisis"
alude no sólo a una teoría psicológica en particular o a una
técnica terapéutica sino a todos aquellos discursos y prácticas
que derivan su legitimidad de una inspiración freudiana, real o
supuesta, generando así lo que podría denominarse un universo
"psi", una cultura psicoanalítica que va más allá de las discusio-

13
nes posibles acerca de si las nociones de freudismo asociadas a Además del lugar central que ocupa el psicoanálisis dentro
estos discursos y prácticas son fieles o no al original. El psicoa- de la cultura del país, a nivel institucional el desarrollo del psi-
nálisis es mucho más que una teoría psicológica; constituye, en c o a n á l i s i s argentino ha tenido un impacto profundo sobre la
términos del poeta W. H. Auden, "a whole climate of opinion" evolución del movimiento psicoanalítico en otros países de
(un clima de opinión). Tal como John Forrester ha señalado, la América latina y aun en España. Gran parte de los miembros de
presencia del psicoanálisis en Occidente es "tan constante e la primera generación de psicoanalistas brasileños afiliados a la
invasiva que pretender escapar a su influencia está más allá de IPA (International Psychoanalytic Association) se formó en la
nuestras posibilidades". Pese a la existencia de una ola actual de Argentina. La Asociación Psicoanalítica Uruguaya nació como
sentimientos antifreudianos en los Estados Unidos y en otros un vástago de la Asociación Psicoanalítica Argentina, y la Aso-
países, pretender volver a las creencias prefreudianas sería algo ciación Mexicana fue puesta, en sus orígenes, bajo la supervi-
así como intentar "volver a las creencias precopernicanas". 2 El sión de la APA. La primera asociación lacaniana establecida en
análisis de los modos a través de los cuales este sistema de pen- España fue fundada por exiliados argentinos en la década del
samiento hizo su camino en diferentes culturas resulta funda- '70. El impacto del psicoanálisis argentino ha sido tan importan-
mental para comprender cómo y de qué manera llegó a adquirir te en ese país que los "psicoanalistas argentinos" han llegado a
tanta influencia. convertirse en un estereotipo social en Madrid y en Barcelona.4
Si aceptamos como válida la distinción que hace Sherry En contraposición al peso relativo ocupado por el psicoaná-
Turkle entre "movimiento psicoanalítico", consistente en lisis argentino en el movimiento psicoanalítico internacional o
analistas, pacientes, teorías psicoanalíticas y asociaciones profe- al menos regional y a su centralidad en la cultura argentina, los
sionales por un lado, y una "cultura psicoanalítica" definida investigadores que analizan la evolución del movimiento psi-
como la manera en que metáforas y formas de pensar derivadas coanalítico internacional no se han detenido a estudiar el desa-
del psicoanálisis entran en la vida cotidiana, entonces el tema de rrollo de la disciplina en nuestro país.5 Más sorprendente aún es
este libro sería el desarrollo de la cultura psicoanalítica argentina la escasez de trabajos sobre el tema de producción local. Hasta
más que el del movimiento.3 Sin embargo, como se verá luego, hace poco tiempo, los argentinos tampoco pensaban que el pro-
esta distinción es en la realidad menos clara de lo que propone ceso de expansión del psicoanálisis en su propio país merecía un
Turkle, aunque ella misma reconoce y trata en su libro las relacio- análisis riguroso y sólo bastante recientemente han comenzado
nes entre movimiento y cultura psicoanalítica en Francia. En el a aparecer investigaciones serias sobre el tema.6 Esta falta de
capítulo 4 se verá, por ejemplo, cómo algunos psicoanalistas per- curiosidad sugiere que el psicoanálisis llegó a entrelazarse tan
tenecientes a la APA, y por lo tanto parte del movimiento psicoa- profundamente en la cultura local que durante mucho tiempo
nalítico, jugaron un papel fundamental en la difusión del psicoa- fue considerado simplemente como algo dado, como una parte
nálisis más allá del círculo de profesionales y pacientes, con lo de aquello que n.o se cuestiona en la Argentina y que, por lo
que ocuparon un lugar importante en el desarrollo de la "cultura tanto, no haría falta analizar históricamente.
psicoanalítica". Además, como intento demostrar en los primeros Aparte del énfasis puesto en las historias del psicoanálisis
dos capítulos, es imposible separar el desarrollo del psicoanálisis internacional en los ejemplos de Europa y Estados Unidos (don-
institucional de las condiciones sociales, políticas y culturales en de se origina la mayoría de estos estudios), la falta de interés en
las que éste tuvo lugar y a las cuales de alguna manera, aunque la evolución del psicoanálisis en la Argentina puede relacionar-
sea marginal, afectó. Utilizaré, por lo tanto, el concepto "cultura se con el hecho de que, a diferencia de sus colegas franceses y
psicoanalítica", pero en un sentido ampliado que incluye la rela- norteamericanos, los analistas argentinos no se han distinguido
ción existente entre el desarrollo del psicoanálisis en todas sus por la producción de una escuela psicoanalítica de caracteres
formas, entendido éste en sentido lato, y los desarrollos sociales, locales. En el ámbito de las instituciones psicoanalíticas, la re-
culturales y políticos de la sociedad. Tal como luego veremos, el cepción del psicoanálisis en la Argentina fue más bien
psicoanálisis fue leído y apropiado de modos diversos por una derivativa. Hasta finales de los años '60, los psicoanalistas ar-
variedad de grupos sociales. El psicoanálisis desbordó, entonces, gentinos estaban profundamente influenciados por las teorías
el dominio puramente terapéutico. de Melanie Klein y la escuela inglesa; los analistas de la APA se

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enorgullecieron durante años de su kleinismo ultraortodoxo. necesidad de adaptar sus modos de pensar a ciertos valores pro-
Desde finales de los '60 y principios de los '70, aunque las teo- fundamente enraizados del nuevo hogar —a "americanizarlos"—
rías de Klein siguieron ejerciendo una influencia considerable si querían ser aceptados. En algunos aspectos, sus producciones
sobre los analistas afiliados a la IPA, la versión del psicoanálisis intelectuales fueron fuertemente influenciadas por el nuevo con-
propuesta por Lacan ha ganado una amplia audiencia. Desde texto en el que les tocó vivir.8
entonces, el centro de gravedad del psicoanálisis argentino se En contraste, la APA, fundada en 1942, fue construida como un
ha desplazado del kleinismo inglés al lacanismo francés. microcosmos de la sociedad argentina compuesta por un número
Huelga decir que el desarrollo del psicoanálisis argentino importante de europeos inmigrantes y la primera generación de sus
no se basó en una aceptación ciega o acrítica de teorías psicoana- hijos argentinos. Los seis miembros fundadores incluían a un espa-
líticas venidas de afuera. Ningún cuerpo de ideas es absorbido ñol emigrado con raíces familiares en la Argentina, una exiliada
pasivamente. Como luego veremos, en el proceso de recepción y austríaca proveniente de una familia judía asimilada, un argentino
divulgación del psicoanálisis en la Argentina tanto a nivel po- hijo de padres inmigrantes judíos, otro argentino descendiente de
pular como institucional hubo reelaboraciones, desviaciones y italianos, un psiquiatra nacido en Suiza pero criado en el Chaco, y un
apropiaciones selectivas de teorías extranjeras. Además, los psi- miembro católico perteneciente a la oligarquía terrateniente local.
coanalistas argentinos hicieron algunas contribuciones teóricas Aun antes de que la APA fuera creada, el psicoanálisis había llegado
innovadoras.7 Sin embargo, tal como los integrantes de la comu- al país a través de fuentes francesas, italianas y españolas. Puede
nidad analítica local han reconocido en varias oportunidades, el decirse que, al mejor estilo argentino, el psicoanálisis fue, en sus
movimiento psicoanalítico argentino no ha podido definir una inicios al menos, importado a la Argentina desde Europa por espa-
escuela teórica propia y distintiva. ñoles. A diferencia de lo sucedido en Estados Unidos, la Argentina
Indagar acerca de ¡as razones de este fracaso para crear una no recibió una oleada inmigratoria de analistas durante la Segunda
escuela identificable de psicoanálisis argentino es una tarea com- Guerra Mundial, por lo tanto había poco para "argentinizar". Hubo
pleja y, en este punto, sólo puedo especular. La Argentina tiene ciertamente inmigrantes europeos dentro de la comunidad psicoa-
una larga tradición intelectual basada en la admiración hacia nalítica argentina, pero la mayoría de ellos completaron e incluso
todo aquello proveniente de Europa. Francia e Inglaterra han algunos comenzaron su formación psicoanalítica en este país. La
constituido fuentes de inspiración para las elites intelectuales comunidad psicoanalítica argentina funcionó con mecanismos de
desde el siglo diecinueve. Además, a diferencia de lo sucedido en generación y autorreproducción locales.
Francia y en los Estados Unidos, en los tiempos en que el psicoa- La falta de una escuela teórica local consolidada puede expli-
nálisis comenzaba a ser discutido, la Argentina no disponía de car parcialmente la larga popularidad del psicoanálisis en nuestro
una tradición psiquiátrica y psicológica autónoma que hubiera país. Un prominente analista ha sugerido que, al seguir las diver-
podido funcionar como un filtro para la recepción del psicoanáli- sas corrientes teóricas internacionales, los psicoanalistas argenti-
sis. Por otra parte, el psicoanálisis tampoco era considerado aquí nos pudieron adaptar el psicoanálisis a un contexto político cam-
como una teoría exótica o foránea que necesitaba adaptarse al biante e inestable de modo de seguir manteniendo su relevancia en
estilo del consumo local. En Francia, el psicoanálisis promovido las situaciones más disímiles.9 Una escuela teórica local más
por Jacques Lacan ha sido interpretado como una versión france- estructurada, según este analista, hubiera chocado con esta reali-
sa del psicoanálisis; esto es, ni alemana ni judía, un "retorno" dad tan cambiante. Sean cuales fueren las razones que impidieron
francés a Freud. La mayoría de los miembros de las primeras que los analistas argentinos produjeran una escuela original de
generaciones de psicoanalistas norteamericanos, por otro lado, pensamiento psicoanalítico, el caso argentino amerita un estudio
eran europeos exiliados, que antes de emigrar ya habían forjado profundo y que vaya más allá del análisis del desarrollo del psicoa-
una carrera ascendente en Europa, y que ahora debían hacer su nálisis en el ámbito de sus instituciones y teorías.
camino en un ambiente cultural diferente y al que debían adap-
tarse. Los psicoanalistas europeos, tal como otros intelectuales
extranjeros, encontraron en los Estados Unidos una sociedad re- La historia del psicoanálisis en sentido amplio, en tanto fe-
ceptiva a sus teorías e ideas pero también se enfrentaron a la nómeno cultural, es el resultado de la combinación de los mo-

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dos particulares de difusión y recepción en diversas culturas y modo que la fe religiosa, el psicoanálisis brindaría herramientas
sociedades. Las ideas de Freud han sido comprendidas de ma- interpretativas para comprender y ordenar los elementos que, de
neras diferentes en los primeros años de la Rusia soviética, en otro modo, conformarían una realidad caótica. El entramado de
Japón, en Estados Unidos, en Francia y en la Argentina, y todos inteligibilidad que el psicoanálisis proporciona puede aplicarse a
estos patrones de recepción y divulgación constituyen una parte situaciones de diverso tipo. De este modo, el psicoanálisis, tal
fundamental de su historia. La historia de las ideas es también como Sherry Turkle señala, sería una "teoría apropiable" capaz
la historia de la implantación, la apropiación y la reelaboración de generar conceptos e ideas que resultan fáciles de manipular o,
de las mismas en culturas diferentes. Una exploración de los tal como ella lo plantea, "objetos para pensar". Los sueños y los
modos a través de los cuales el psicoanálisis se extendió en una actos fallidos proporcionan herramientas interpretativas casi tan-
sociedad en particular nos dice cosas acerca del psicoanálisis y gibles que, según esta autora, podrían ser aplicadas a una varie-
también de esa cultura concreta. Como cuerpo de conocimien- dad de conductas humanas.12
tos, el psicoanálisis ha transformado las culturas en las que fue Estas hipótesis sociológicas generales pueden, sin embargo,
introducido; y del mismo modo que todas las teorías científicas explicar sólo una parte de esta historia. Los elementos definidos
o conjuntos de saberes, ha sufrido cambios y adaptaciones en antes constituyen en el mejor de los casos los factores necesarios
este proceso. Más allá del reclamo de algunos practicantes, no que permiten entender la emergencia de una cultura psicoanalítica
hay un "psicoanálisis verdadero" que pueda servir como un pero no resultan suficientes. De otro modo, ¿cómo explicar enton-
modelo con el cual se comparen todos los otros. ces que la difusión masiva del psicoanálisis se haya desarrollado a
¿Cómo podemos explicar la difusión del psicoanálisis en partir de la década del '30 en Estados Unidos, sólo desde finales de
una cultura dada? Los estudios de origen sociológico concuer- la década del '60 en Francia y desde finales de la década del '50 en
dan en general con la hipótesis de que la receptividad hacia el la Argentina? Y ningún movimiento de las mismas proporciones
psicoanálisis por parte de la cultura occidental se debe a la rápi- tuvo lugar en Inglaterra, donde se gestaron algunas de las innova-
da modernización, a la secularización, a los quiebres en las for- ciones teóricas más interesantes y donde Freud pasó sus últimos
mas tradicionales de interacción social y a la emergencia de días. El psicoanálisis fue ampliamente popular en los primeros
nuevas formas de entender la subjetividad. El psicoanálisis, se- tiempos de la Unión Soviética pero luego fue censurado por razo-
gún esta perspectiva, llenó el vacío creado por la separación nes políticas e ideológicas. Sería difícil argumentar que la sociedad
entre la identidad pública y la privada generada por cambios soviética era de alguna manera más "moderna" a comienzos de los
derivados de la industrialización y la pérdida de los sentimien- años '20 que la sociedad inglesa o francesa de los '50. Además, un
tos tradicionales de comunidad. Según esta visión, el psicoaná- abordaje meramente sociológico no puede explicar por qué el psi-
lisis brindaría contención a las sociedades que viven cambios coanálisis fue desde el principio una disciplina médica absorbida
acelerados y que atraviesan crisis de sus valores morales acepta- por el establishment psiquiátrico en los Estados Unidos mientras
dos cuando los modos tradicionales de interpretar las experien- que en Francia desarrolló una orientación lingüística y filosófica.13
cias colectivas resultan inadecuados.10 Sólo un abordaje histórico puede llegar a responder estos
El psicoanálisis ha sido considerado también un sustituto interrogantes. Por "abordaje histórico" quiero significar algo
secular de la religión. De acuerdo con Clifford Geertz, las religio- que es bastante obvio pero que muchas veces es pasado por alto.
nes son fundamentalmente sistemas ordenadores cuya preocupa- Primero, la difusión del psicoanálisis se desarrolla en el tiempo,
ción no es evitar el sufrimiento sino enseñar a soportarlo transfor- es un proceso y no la consecuencia directa de la creación de una
mándolo en algo tolerable, comprensible y expresable. Las reli- institución psicoanalítica o de una ortodoxia que lucha por im-
giones ofrecen un sistema de inteligibilidad que sirve para enten- ponerse frente a la "resistencia" de la sociedad, tal como algu-
der el sufrimiento.11 Desde sus orígenes, el psicoanálisis se pro- nas historias originadas en el interior de la comunidad psicoa-
puso brindar "tolerabilidad" más que alivio. Freud mismo había nalítica han sostenido.14 Segundo, la extensión del psicoanálisis
expresado que la meta del psicoanálisis era transformar la mise- en cada sociedad particular y la manera en que eso ocurre es el
ria neurótica en infelicidad "sufrible" a través de una compren- resultado de la combinación o, podríamos decir, cruces particu-
sión más profunda de los mecanismos inconscientes. Del mismo lares de factores sociales, culturales, económicos, intelectuales y

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políticos, sobre los cuales a su vez actúa al convertirse en herra- espacios en que este proceso ocurrió, como si se tratase de com-
mienta interpretativa.15 Lo que este libro explora son precisa- partimientos separados, empobrece el análisis. La asimilación por
mente esos cruces. parte de la sociedad de un nuevo sistema de pensamiento sólo
puede ser entendida en su profunda dimensión cultural si la
abordamos como un fenómeno complejo que ocurre en diferentes
Hugo Vezzetti nos previene contra la tentación de escribir la momentos y en intensidades diversas en una pluralidad de nive-
historia de la difusión del psicoanálisis en la Argentina desde una les. Una historia que reconoce la existencia de niveles distintos de
mirada retrospectiva. Si la Argentina (en particular Buenos Aires) r e c e p c i ó n y aceptación de un nuevo sistema de pensamiento, al
es reconocida hoy como una de las capitales mundiales del psi- tiempo que enfrenta la "diversidad de problemas y la heteroge-
coanálisis (o la capital mundial del psicoanálisis, como sostienen neidad de las fuentes", no tiene necesariamente que limitarse al
algunos), resulta tentador pensar que el lugar que el psicoanálisis estudio de casos independientes. Sólo un abordaje multidimensional
ocupa hoy en la vida cultural del país habría estado determinado, que contemple dentro del relato la complejidad de condiciones y relacio-
desde siempre, en estado embrionario; que hay elementos esen- nes que facilitaron el fenómeno puede explicar por qué y cómo se conso-
ciales de la cultura argentina que necesariamente conducirían a la lidó una cultura psicoanalítica. Un análisis que reconozca las difi-
emergencia de una cultura psicoanalítica. La gran expansión del cultades que conlleva la complejidad misma del fenómeno inves-
psicoanálisis en la Argentina comenzó a finales de la década del tigado pero que, al mismo tiempo, explore las interrelaciones
'50. Hasta ese momento, el psicoanálisis había ocupado un lugar entre las diferentes áreas implicadas en la difusión del psicoaná-
relativamente importante en la vida cultural de algunas grandes lisis, tal como están entretejidos todos los niveles de la cultura, no
ciudades tales como Buenos Aires, Córdoba y Rosario, pero este tiene por qué transformarse necesariamente en una "historia con-
lugar distaba de ser central y no había ningún indicio que hubiera tada desde el final", tal como Vezzetti teme. Si yo no logro cubrir
podido predecir lo que vendría después. Si bien existía una de- el campo de estas interrelaciones adecuadamente, esto obedece,
manda incipiente de psicoanálisis cuando se fundó la APA, esta solamente, a las limitaciones de mis habilidades narrativas y tam-
demanda estaba muy lejos de ser masiva. Brasil y Perú habían bién a que, como Borges ha señalado, uno se ve obligado a usar
sido países más receptivos al psicoanálisis de lo que fue la Argen- lenguaje sucesivo para referirse a percepciones simultáneas.
tina en las décadas del '10 y del '20. Por lo tanto, creo que Vezzetti
Este libro explora la recepción y difusión del psicoanálisis
tiene razón al señalar el peligro que implica un abordaje teleoló-
en la Argentina, analizando las dimensiones múltiples del fenó-
gico del tema. Sin embargo, no estoy enteramente convencido del
meno. Abarca el desarrollo y la extensión de una doctrina com-
remedio que él propone. Vezzetti destaca el carácter casi azaroso
pleja y heterogénea con pretensiones de cientificidad (no entra-
que definió la recepción del psicoanálisis en nuestro país. De
ré a discutir hasta qué punto estas aspiraciones son justificadas
acuerdo con su perspectiva, esta recepción se produjo en diferen-
o no); la creación y ampliación de un campo profesional, y la
tes áreas culturales y no respondió a la lógica de un sistema: a
evolución de un contexto cultural, social y político que facilitó
partir de su investigación sobre la historia del psicoanálisis,
esta difusión. Debido a que todos estos desarrollos formaron
Vezzetti no ha logrado encontrar "nada semejante a un sistema,
parte del mismo proceso político, cultural y social, el lector en-
ni a un 'campo' o una trama, y en el curso de la investigación
contrará algunas superposiciones inevitables y ciertas repeticio-
quedó claro que una grilla interpretativa que acentuara alguna
nes a lo largo de los capítulos.
dimensión 'estructural' de ese horizonte de discursos dejaría de
lado un costado fundamental de estas historias".16 El capítulo 1 estudia la recepción del psicoanálisis en los
círculos médicos e intelectuales a comienzos del siglo veinte.
El acento que Vezzetti coloca en el modo compartimentado También analiza los usos ideológicos que hicieron del psicoaná-
que adquirió la recepción del psicoanálisis es, según él mismo, lisis diversos grupos intelectuales. Y explora la divulgación
una elección metodológica destinada a evitar la trampa temprana de la doctrina freudiana en un público más amplio al
teleológica. No obstante, si bien la recepción y la primera difu- tiempo que rastrea el camino recorrido en periódicos y revistas
sión del psicoanálisis en el país no obedecieron a un proceso "es- populares. Este capítulo muestra que en el momento en que la
tructurado", me parece que focalizar la atención en los diferentes Asociación Psicoanalítica Argentina fue fundada, en 1942, el

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psicoanálisis ya era tema de discusión importante entre médicos valores profundamente enraizados en la sociedad. Este proceso
e intelectuales y había incluso permeado en ciertas áreas de la resultó particularmente importante para una sociedad tironeada
cultura popular. entre el deseo de modernidad y la persistencia de costumbres
El capítulo 2 discute los antecedentes y la creación de la sociales conservadoras.
Asociación Psicoanalítica Argentina en 1942 y la expansión del Los capítulos 5, 6 y 7 analizan áreas específicas de la recep-
psicoanálisis como campo profesional. También analiza las con- ción y difusión del pensamiento psicoanalítico. Estas áreas
diciones políticas e ideológicas que rodearon el desarrollo de la abrieron líneas confluyentes para la diseminación de una cultu-
joven asociación. Hacia fines de la década del '30 y principios de ra "psi" y facilitaron el logro de una legitimidad creciente de la
la del '40 la sociedad argentina estaba políticamente polarizada. disciplina. El capítulo 5 discute la aceptación del psicoanálisis
Las diferencias políticas e ideológicas fueron invadiendo la casi por parte de sectores progresistas del establishment psiquiátri-
totalidad del discurso público, incluido el de la ciencia. Para ese co. Explora la evolución de la psiquiatría en la Argentina, su
entonces, la coexistencia pacífica de personas adscriptas a ideo- constitución como especialidad médica autónoma en los años
logías políticas opuestas ya no encontraba cabida. Esta polariza- '50 y su politización a finales de los años '60 y principios de los
ción tuvo efectos sobre el desarrollo temprano del movimiento '70. El capítulo también explora la convergencia entre el psicoa-
psicoanalítico argentino. Los capítulos 1 y 2 analizan, entonces, nálisis y la psiquiatría, y el desarrollo de las condiciones que
el impacto que tuvieron estos desarrollos políticos e ideológicos hicieron posible la introducción del psicoanálisis en los hospita-
sobre el campo psicoanalítico. les públicos a partir de la década del '60. Este desarrollo fue
El capítulo 3 toma un eje diferente. Analiza el boom psicoa- particularmente importante porque incrementó la disponibili-
nalítico de la década del '60 y el surgimiento de una cultura dad de la terapia analítica para amplios sectores de la población.
"psi". Realiza un trazado de la convergencia de factores socia- El capítulo 6 examina la creación de las carreras de psicología
les, económicos, políticos y culturales vinculados a la difusión en la Universidad de Buenos Aires y en otras partes del país y el
del psicoanálisis. Explora, además, los múltiples significados impacto que tuvo la expansión masiva que sufrieron estas carre-
del discurso psicoanalítico. También estudia la consolidación de ras en la difusión del psicoanálisis. Analiza también el complejo
la APA como institución y la expansión de la oferta de técnicas proceso de profesionalización de la psicología y, en particular, las
psicoterapéuticas inspiradas en el psicoanálisis, tales como la relaciones que se establecieron entre los psicólogos, los psiquia-
terapia de grupo y el psicodrama. La introducción de estas téc- tras y los psicoanalistas, así como también el papel jugado por las
nicas permitió que ideas y discursos de origen psicoanalítico se diferencias de género en estas relaciones. El hecho de que los
volvieran disponibles para un público ampliado. Además, la psicólogos fueran predominantemente mujeres y los psicoanalis-
terapia de grupo promovió un diálogo entre el psicoanálisis y tas en su mayoría hombres fomentó la posición de subordinación
las ciencias sociales. que los psicólogos ocuparon dentro de las profesiones "psi".
El capítulo 4 aborda el boom psicoanalítico desde otra pers- Los capítulos 7 y 8 estudian la vinculación del psicoanálisis
pectiva. Analiza el rol de los "difusores": personas y publicacio- con la cultura de izquierda. El capítulo 7 se ocupa de la recep-
nes que cumplieron un papel activo en la divulgación del siste- ción del psicoanálisis por parte de intelectuales críticos de iz-
ma freudiano a través de canales diferentes. Algunos de ellos quierda durante la década del '60. Aunque la izquierda tradicio-
formaban parte del establishment psicoanalítico y otros no. En- nal había rechazado al psicoanálisis, el desarrollo de una nueva
tre los primeros se encontraban psicoanalistas notorios cuyos izquierda crítica en los años '60 abrió un espacio importante
trabajos llegaban a un público amplio. Entre los últimos había para la difusión del pensamiento psicoanalítico. La nueva iz-
escritores que se ocupaban de la crianza de los niños y colabora- quierda que emergió en esos años era receptiva a las ciencias
dores en revistas y en otras publicaciones populares. Desarrollo sociales en general y al psicoanálisis en particular. El capítulo
en este capítulo la idea de que la atracción que ejerció el psicoa- también analiza los trabajos de tres influyentes intelectuales de
nálisis sobre la sociedad argentina se debió, en parte, a que las izquierda: José Bleger, León Rozitchner y Oscar Masotta, y el
teorías sostenidas por los miembros más notorios de la comuni- modo en que cada uno de ellos se apropió de aspectos específi-
dad psicoanalítica constituían un canal moderno para legitimar cos de la teoría psicoanalítica.
100
23
El capítulo 8 explora la politización y radicalización de la Ostáculos y perspectivas, Buenos Aires, Catálogos, con el propósito de desafiar
sociedad y la cultura a fines de la década del '60 y comienzos de la historia oficial contada por la APA desde una perspectiva claramente par-
tidaria. Luego Hugo Vezzetti ha escrito dos volúmenes importantes sobre la
la del '70. Analiza el lugar cambiante que ocupó el psicoanálisis historia del psicoanálisis en la Argentina: una recolección de fuentes prima-
en la cultura de izquierda de esos años. En particular, estudia la rias precedida por un largo estudio preliminar, Freud en Buenos Aires, 1910-
politización del psicoanálisis en sí mismo, el surgimiento y la 1939, Buenos Aires, Puntosur, 1989, y una monografía. Aventuras de Freud en
extensión del psicoanálisis lacaniano y la relación del psicoaná- el país de los argentinos: de José Ingenieros a Enrique Pichón Rivière, Buenos Aires,
lisis con el discurso de la opresión y la liberación que estaba de Paidós, 1996. Ambos libros se concentran en el principio de esta historia antes
de la fundación de la APA. Una historia de la APA y de sus miembros más
moda entonces. destacados se encuentra en Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografía colec-
Finalmente, el capítulo 9 analiza las consecuencias del pro- tiva del psicoanálisis en la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991.
ceso. estudiado en el capítulo 8 centrándose en los efectos que 7 Dos analistas destacados que hicieron contribuciones importantes a la

tuvo sobre el universo "psi" la dictadura militar que tomó el teoría psicoanalítica fueron Ángel Garma, que retrabajó la teoría freudiana de
los sueños, y Heinrich Racker, un inmigrante polaco educado en Viena, que
poder en 1976. Este último capítulo culmina con algunas re- completó su formación analítica en la Argentina. Racker ha sido reconocido
flexiones acerca de la práctica del psicoanálisis en un contexto por los aportes que realizó a la teoría de la contratransferencia.
político fuertemente autoritario. • Sobre la americanización de la psicología de la Gestalt, ver Harrington,
Anne, Reenchanted Science: Holism in German Culture from Wilhelm II to Hitler,
Princeton, Princeton University Press, 1996. Para el caso específico del psi-
coanálisis, ver Fuller, Robert, Americans and the Unconscious, New York,
Oxford University Press, 1986.
NOTAS 9 Emiliano Galende, citado en "El psicoanálisis argentino: un cuestiona-

miento", en Vuelta, Ciudad de Mexico, 2, número 16, noviembre de 1987,


1 Figueira, Sérvulo, Nos bastidores de psicanálise: Sobre historia, estrutura e página 39.
dinámica do campo psicanalítico, Río de Janeiro, Imago, 1994. Ver Dispositio: 10 Ver, entre otros. Berger, Peter, 'Towards a Sociological Understanding
Revista Americana de Estudios Comparados y Culturales 18, número 45, 1993, of Psychoanalysis", en Social Research 32, 1965, páginas 25-41; Gellner, Ernest,
dedicado a la "producción del psicoanálisis en Buenos Aires". The Psychoanalytic Movement; or, The Cunning of Unreason, London, Grafton
2 Forrester, John, " 'A Whole Climate of Opinion': Rewriting the History Books, 1985; Turkle, Sherry, Psychoanalytic Politics.
of Psychoanalysis", en Discovering the History of Psychiatry, Micale, Mark, y " Geertz, Clifford, "Religion as a Cultural System", en Anthropological
Roy Proter (comps.). New York, Oxford University Press, 1994, página 174, y Approaches to the Study of Religion, Banton (comp.), London, Tavistock, 1966,
Dispatches from the Freud Wars: Psychoanalysis and Its Passions, Cambridge, página 19.
Harvard University Press, 1997, página 2. 12 Turkle, Sherry, Psychoanalytic Politics, XVI.
3 Turkle, Sherry, Psychoanalytic Politics: Jacques Lacan and Freud's French 13 Para una historia del psicoanálisis en Francia, ver Roudinesco,
Revolution, 2* edición, London, Free Association Books, 1992, Prefacio, XIV. Elisabeth, La bataille de cent ans: l'histoire de la psychanalyse en France, 2 volúme-
* Una canción popular del español Joaquín Sabina, Estaban todos menos nes, París, Seuil, 1986. Para los Estados Unidos, ver Hale, Nathan, The
tú, escrita en los '90, incluye entre los típicos personajes madrileños a "un Beginning of Psychoanalysis in the United States, 1876-1971, New York, Oxford
psicólogo argentino mostrándote el camino." University Press, 1971, y The Rise and Crisis of Psychoanalysis in the United
5 Ver v.g., Kurzweil, Edith, The Freudians: A Comparative Perspective, New States: Freud and the Americans, 1917-1985, New York, Oxford University
Haven, Yale University Press, 1989, que ni siquiera menciona a la Argentina. Press, 1995. Para Rusia, ver Etkind, Alexander, Eros of the Impossible: The
Dos excepciones son Roudinesco, Elisabeth, y Michel Plon, Dictionnaire de la History of Psychoanalysis in Russia, Boulder, Westview, 1997. Para una pers-
psychanalyse, Paris, Fayard, 1997, que tiene nueve entradas sobre el movimiento pectiva comparativa, ver Kurzweil, The Freudians, y la menos precisa de
psicoanalítico argentino y seis más sobre el latinoamericano, y Hollander, Jaccard, Roland, Histoire de la psychanalyse, 2 volúmenes, París, Hachette,
Nancy Caro, Love in Time of Hate: Liberation Psychology in Latin America, New 1982.
Brunswick, Rutgers University Press, 1997. El libro de Hollander, sin embargo, M Éste ha sido el argumento de la "historia oficial" del psicoanálisis
se ocupa específicamente de la politización del psicoanálisis en la Argentina, desde los tiempos de Freud. Para el caso particular de la Argentina, ver las
Chile y Uruguay en los años '70 y el impacto de los regímenes represivos que historias del psicoanálisis escritas por miembros de la APA: Aberastury,
gobernaron esos países. Dos psicoanalistas de la IPA observaron que el psicoa- Arminda, Marcelo Aberastury y Fidias Cesio, Historia, enseñanza y ejercicio
nálisis de niños se encuentra más extendido en la Argentina que en otro país legal del psicoanálisis, Buenos Aires, Omega, 1967, y el volumen de
del mundo: Geissmann, Pierre, y Claudine Geissmann, A History of Child Psy- autoconmemoración público que realizó la APA en su aniversario número
choanalysis, London, Routledge, 1985, páginas 275-84. cuarenta. Asociación Psicoanalítica Argentina, y Asociación Psicoanalítica Ar-
6 En 1978 el analista lacaniano Germán García escribió la primera histo- gentina, APA, 1942-1992, Buenos Aires, APA, 1994.
ria del psicoanálisis argentino. Entrada del psicoanálisis en la Argentina: 15 Ver Demos, John, "Oedipus and America: Historical Perspectives on

100
25
the Reception of Psychoanalysis in the United States", en Inventing the
Psychological: Toward a Cultural History of Emotional Life in America, Joel Pfister
y Nancy Schong (comps.). New Haven, Yale University Press, 1997, páginas
63-78.
16 Vezzetti, Hugo, Aventuras de Freud, 11-12.

CAPÍTULO 1

LOS COMIENZOS DEL PSICOANÁLISIS


EN LA ARGENTINA

En 1927 el(Pr. luán Ramón BeItráñ]\médico psiquiatra con


una larga trayectoria en medicina forense, fue nombrado perito
por un juez en lo penal para determinar el grado de competencia
de un hombre acusado de haber cometido un número considera-
ble de asesinatos. En su reporte al juez, Beltrán concluía que el
acugado era claramente un degenerado y un criminal innato en
el, sentido lombrosiano:—o sea, un remanente atávico de etapas
anteriores de la evolución humana. La degeneración se manifes-
taba en la presencia de abundantes "estigmas físicos" incluyen-
do pies planos, y una forma inusual de las orejas y los dientes.
Pero Beltrán no se detenía allí. Luego de investigar la conducta
sexual del paciente, terminaba su reporte señalando que "lo que
hace la observación más interesante es la historia sexual del,
paciente... Esto constituye un serio argumento en favor de la
muy atacada tesis freudiana, que en este caso aceptamos com-
pletamente"1.
Para Beltrán, por lo tanto, la conducta violenta del criminal era
el resultado de una combinación de degeneración e impulsos
sexuales patológicos. Para realizar su análisis Beltrán utilizó dos,
cuerpos teóricos aparentemente incompatibles: la teoría de la dege-
neración y el psicoanálisis de Freud. La teoría de la degeneración
siguió siendo durante décadas una corriente de pensamiento im-
portante en la psiquiatría argentina. Esta teoría se basaba en la idea
de que ciertas enfermedades físicas y mentales se transmitían de
generación en generación cada vez en proporciones más fuertes y
destructivas.2 En la Argentina esta teoría fue combinada con la
antropología criminal del italiano Cesare Lombroso.3
La extraña combinación teórica llevada a cabo por Beltrán
formaba parte en realidad de un patrón más amplio de recepción
del psicoanálisis por parte de los círculos médicos en la Argenti-
na_durante las primeras décadas del siglo veintef patrón que po-

100 26
dría ser definido como de (amalgamación"; El psicoanálisis y años '20, y la de la Asociación de Biotipología, Eugenesia y Me :
"otras corrientes de pensamiento Tueron añadidos al arsenal tera- Hjcina Social, creada a principios de la década de 1930, por ejerñ-
péutico y teórico existente, y esto dio origen a una mezcla que plo, revelan un número importante de Qii^mbros^jegps^En estas
contenía elementos muchas veces difícilmente compatibles entre asociaciones convivían psiquiatras qi^_enseñaban_psicp_logxa y
sí. Por otro lado este patrón de recepción no fue lineal sino que la escribían ficción con escritores y políticos interesados en los
aceptación de nuevas ideas, como veremos, estaba vinculada a problemas vinculados a la enfermedad mental.
desarrollos culturales y políticos más amplios del país. F.n la recepción del psicoanálisis en la Argentina se pueden
Si bien puede resultar tentador —y ya se ha intentado en el ¿fctjpgnir tres mompnl-ns. Desde fines dp la ripea da del '10 hasta
caso de otros países— distinguir una recepnó" TnpHira dfl psi- el comienzo de los años '20r el psicoanálisis fue discutido inicial-
coanálisis de una recepción c u t r a l y psirológira. creo que para mente en círculos médicos y era considerado upa rWfrina extran-
^ e l caso argentino esta dicotomía puede resultar engañosa. Hasta jera- Su conocimiento provenía casi en su totalidad de fuentes
finales de los '40 la psiquiatría no estaba definida en la Argentina francesas y en general era concebido como una teoría puramente
como una especialidad médica autónoma yjegítima (y por cierto médica. Desde mediarlos Hp lns añn<? '20 hasta finales de los '30
mucho menos el psicoanálisis). Aunque algunos psiquiatras res- los psiquiatras más progresistas comenzaron a incorporarlo gra-
petados gozaban de una amplia notoriedad en la sociedad y la dualmente a su arsenal terapéutico, o a criticarlo fuertemente,
política, la psiquiatría era considerada una subespecialidad me- demostrando en ambos casos que la disciplina ya tenía un lugar
nor de la medicina. La Facultad de Medicina contaba con una asegurado dentro del campo de las terapias jLieorías disponibles.
cátedra de psiquiatría desde finales del siglo diecinueve pero re- Al mismo tiempo, versiones popularizadas HpI pensamiento freu-
cién comenzó a ofrecerse una especialización para graduados en diano comenzaron a circular entre el público general. El psicoa-
la década del '40. Más allá de los esfuerzos realizados por los nálisis era reconocido rnti^n in^rorriente imparta ri^P d*» p^n«=a-
psiquiatras para obtener reconocimiento como miembros de ple- mientaaun por aquellos que se oponían a él. Era imposible igno-
no derecho dentro de la comunidad científica, éstos no eran con- rar a Freud y sus teorías. Hacia fines de la década del '20 el psi-
siderados como especialistas sino más bien como un conglomera- coanálisis no era sólo una técnica terapéutica sino también un
do de administradores de hospitales, diletantes, científicos y objeto de consumo cultural. Finalmente, entre 1930 y 1940, el psi-
filántropos. La importancia de los psiquiatras respondía más a su.. coanálisis y la psiquiatría llegaron a establecerse como especiali-
función social y política que a su status científico» En 1929(Arturo\ dades autónomas en una sociedad altamente polarizada. En el
|Ameghino) uno de los psiquiatras más prestigiosos de su tiempo, capítulo siguiente veremos cómo esta polarización afectó el desa-
todavía consideraba necesario recordar a sus colegas que, "no rrollo temprano de la disciplina. Para 1942. cuando un grupo de
obstante la muy generalizada convicción contraria, el examen médicos fundaba la Asociación Psicoanalítica Argentina, el psi-
psiquiátrico requiere idoneidad y experiencia".4 coanálisis ya se había ganado un lugar importante en la cultura
urbana del país. .Este capítulo discute los dos primeros momentos
Esta imagen era reforzada por los propios profesionales, de de la recepción del psicoanálisis. El tercer momento será debatido
los cuales algunos de los más prestigiosos cultivaban cierta ima- en detalle en el capítulo 2.
gen de_diletantismo incursionando en otros ramggs como la li-
teratura, el arte, la filosofía y aun la políticlT-(Fernado GorritiJ
por ejemplo, un psiquiatra bien considerado, no sólo procuraba
analizar trabajos literarios desde una perspectiva psiquiátrica (y Primer momento. El psicoanálisis como una idea extranjera
más tarde psicoanalítica) sino que llegó a descubrir nuevas
tipologías de enfermedades mentales en personajes de obras de Los psiquiatras argentinos fueron menos receptivos al psi-
ficción.5 La psiquiatría además atrajo desde temprano la aten- coanálisis^ del siglo veinte que sus
ción de los //np_ especialistas'' porque la asistencia-de parientes colegas de otros países^ como los Estados Unidos o incluso Bra-
mentales era tambiénconsideradaunjema importante vincula- sil. Sin embargo, aunque muchos médicos argentinos considera-
do a cuestiones de política y control social. La nómina de socios ban que el psicoanálisis era una disciplina más apropiada para
déla Liga Argenfiñá'de Higiene^Mental, fundada a fines de los artistas que para científicos, Ia_conmnicLad_.p_«qui^
100
29
primer grupo que. inició juna. discusión, seria,sobre las ideas psicoanálisis en San Pablo a partir de 1919. Durante las primeras
freudianas, a diferencia de Francia, donde en un principio cier- dos décadas del siglo veinte círculos de profesionales interesa-
tos grupos artísticos de vanguardia se mostraron más abiertos a dos en el psicoanálisis comenzaron a formarse en San Pablo, Río
las ideas de Viena que los círculos profesionales.6 La primera „ •: de Janeiro y Bahía. En 1927 un grupo de médicos e intelectuales
"mención al psicoanálisis en un foro científico en la Argentina liderados por Durval Marcontes fundó en San Pablo una asocia-
fue probablemente la de (Germán Greve) un médico chileno. . ción psicoanalítica y una revista. Ambas tuvieron muy corta
cuando leyó una ponencia titulada "Sobre psicología y psicote- duración y la revista publicó sólo un número. Más tarde, ya
rapia de ciertos estados angustiosos" en el Congreso Internacio- durante el régimen varguista, el pensamiento psicoanalítico
nal Americano de Medicina e Higiene en 1910 en la ciudad de hizo su entrada en algunas agencias educativas estatales y en
JBuenos Aires. Greve y su presentación adquirieron status histó- 1938 se creó en San Pablo una sección de higiene mental escolar
rico cuando Freud los mencionó en su Historia del movimiento cuya clínica de orientación infantil pasó a ser dirigida por el
psicoanalítico. Greve elogiaba la teoría freudianade la etiología propio Marcontes. Es interesante destacar, sin embargo, la exis-
sexual de las neurosis y r e ^ m e r ^ a ] ^ tencia de un cierto patrón de recepción por parte de los médicos
sión poco ortodoxa del método psicqanalítico. El médico chile- brasileños. Para algunos de ellos, el psicoanálisis era la ciencia
no, consciente de estar cuestionando un paradigma al introducir que permitiría comprender y por lo tanto domesticar los compo-
una teoría nueva y controvertida, trató de amoldar su perspec- nentes "exóticos" y "salvajes" de su propia cultura. En ese sen-
tiva a una tradición establecida: la escuela^francesa que había tido se dirigen también los trabajos de corte antropológico lleva-
SfluídxTnotablemente en el desarrollo de la psiquiatría argenti- dos a cabo por Arthur Ramos desde finales de la década del '20.
na: "y, permítaseme poner frente a frente la opinión que Freud Este desarrollo estaba muy vinculado a la percepción que la
tiene sobre la etiología primera de las neurosis con la que Janet elite brasileña tenía de su propia sociedad.®
ha emitido sobre la misma cuestión, ya que quisiéramos hacer
notar las concordancias de ambas, a fin de conciliaria con opi-
nión tan distinguida".7 Durante la primera década del siglo veinte la psiquiatría
De este modo, Greve inició una tradición que daría forma a argentina se desarrolló bajo la influencia de l*ff fran-
x la recepción temprana del psicoanálisis en la Argentina. Freud ' cesa je. italiana y no fue demasiado hospitalaria con la nueva
^ seria leído en francés tanto por sus simpatizantes como por sus ^ .disciplina.10 La elite local miraba hacia Europa, en especial a
detractores y, en general, de s e g a d a manota través décoínen^ ; Francia como un faro de la civilización, al tiempo que sólo
tadores. Éste parece haber sido el modo característico de lectura aquellos profesionales que lograban demostrar éxito en Euro-
de Freud aun después de encontrarse disponible la traducción pa eran reconocidos por el establishment médico de nuestro
de las Obras completas llevada a cabo por Antonio López Balles- país. "Desde el punto de vista intelectual, somos franceses",
teros en los años '20, traducción que por lo demás, y a pesar de declaraba Horacio Piñero, el psiquiatra que ocupaba la cátedra
las deficiencias que se le atribuirían luego, contó con la aproba- de psicología en la Universidad de Buenos Aires en 1903." El
ción del propio Freud.8 No conocemos cómo respondieron los francés y , en menor medida, el italiano eran c o n s i d e r a d o « ; l o s
colegas de Greve a su ponencia, pero sí podemos saber que jjara__ idiomas de uso obligatorio por los médicos argentinos, y las
finales de la década del '10 el psicoanálisis estaba comenzando^ revistas locales publicaban habituaímente artículos en estos
a ser discutido por un número creciente de psiquiatras. idiomas.12 Las tradiciones psiquiátricas francesa e italiana nó\
oW^ Esta primera recepcióñ~fue. sin embargo. generaliñente_ne=^-- fueron, aunque por razones diferentes, particularmente recep-
Jk^ Sativa. El psicoanálisis se discutía fundamentalmente para criti-^ tivas al psicoanálisis durante los primeros años del siglo vein-1
^ cario. En otros países latinoamericanos, más notablemente en te. EnFrancia la recepción del psicoanálisis se dio más tempraü
Brasil, la recepción fue más temprana y más positiva (al menos ñámente en círculos artísticos e intelectuales que en la medici-
entre algunos psiquiatras). Ya en 1899 Juliano Moreira había nadla eriíaSaípLjradición neurológica, la influencia de psicó-
logos como (cierre JaniDque había desarrollado su propia con-
incluido el psicoanálisis en sus clases de la Facultad de Medici-
ceptualización de los fenómenos inconscientes (en muchos as-
na de Bahía. Franco da Rocha, por su lado, comenzó a enseñar

100 31
pectos incompatible con la freudiana), y la existencia de cierto parte de un engranaje médico más amplio erigido por el Estado
sentimiento nacionalista antialemán (y antisemita) conspira- para controlar y al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida
ron contra la aceptación del psicoanálisis en los círculos psi- Je las nuevas masas urbanas. El higienismo y otras concepciones
quiátricos. En Italia el prestigio de la antropología criminal de intervencionistas desarrolladas más tarde en la medicina social
Cesare Lombroso por un lado y la vasta influencia de la Iglesia tuvieron su apogeo hacia finales del siglo diecinueve y comienzos
Católica por el otro obstaculizaron la recepción del psicoanáli- del veinte. Estas concepciones luego se combinaron con las nocio-
sis. Posteriormente, el surgimiento del fascismo operó como nes eugenégicas, las cuales eran abrazadas tanto por sectores de
una restricción adicional en la difusión de las ideas freudianas, izquierda (incluso anarquistas) como por la derecha.16
a pesar de la ambivalencia inicial que mostró el Duce frente al HastaJÜ3Q.V también un poco más tarde, la psiquiatría en la
psicoanálisis.13 Argentina.estaba en sintonía con aquello que Nathan Hale de-
La teoría de la degeneración, introducida en Francia por nomina "estilo somático". Era una idea generalmente aceptada
el médico Benedict August Morel y modificada por Valentín que los orígenes de las enfermedades mentales podían descu-
Magnan en el siglo diecinueve, fue durante décadas la co- brirse en la morfología del cerebro o del sistema nervioso y que
rriente dominante del pensamiento psiquiátrico en la Argen- livs trastornos debían ser tratados de un modo acorde. 17
tina. Hasta bien entrada la década del '40, el examen típico de Cristofredo TakobP un neurólogo alemán y fanático del
los psiquiatras (en especial de los forenses) incluía la búsque- somatismo que fue contratado por el gobierno argentino para
da de estigmas físicos de degeneración tales como el pie pla- dirigir el laboratorio de clínica psiquiátrica y neurología del
no, una forma particular de las orejas o del paladar y los dien- Ijpcpirio de las Merced^, influyó ampliamente en la promo-
tes torcidos. ción de esta "psiquiatría somática". En 1913 fue nombrado di-
Z- En la Argentina r la teoría de la degeneración adquirió una rector del laboratorio del Hospital Nacional de Alienadas, el
dimensión particular al ser asociada con el tema de la inmigra- hospital psiquiátrico para mujeres, y fue llamado para ejercer la
ción masiva. El boom demográfico generado por la inmigración docencia en las universidades de Buenos Aires y La Plata.
fue acompañado por problemas sociales que desafiaron a la elite Otra figura de capital importancia en la psiquiatría argenti-
local. De este modo, así como originalmente los inmigrantes ha- na —y en la criminología— fue(José Ingenieros^ quien en 1907
bían sido bienvenidos como la simiente codiciada para civilizar el fue nombrado director del Instituto de Criminología.18 Ingenie-
país, hacia 1910 éstos eran vistos como instigadores de conflictos ros ilustra con claridad la figura clásica del médico que se movía
sociales y políticos. A comienzos del siglo veinte, intelectuales con libertad entre disciplinas que no tenían todavía fronteras
SU^/'
nacionalistas argumentaban —citando evidencia "científica"— totalmente definidas. En 1902 se convirtió en el editor de Archi-
que la inmigración sin control podía degradar la raza nacional vos de Criminología, Medicina Legal y Psiquiatría, una revista fun-
incorporando grandes cantidades de degenerados en la sociedad. dada por su maestro Francisco de Veyga. Con cambios sucesi-
La figura del "inmigrante loco" se convirtió en un elemento im- vos de nombre y de directores la revista continuó publicándose
portante del imaginario popular durante las primeras décadas hasta fines de la década de 1940 convirtiéndose de este modo en
del siglo. Las novelas naturalistas de la época (muchas de ellas una de las publicaciones periódicas médicas más longevas de la
escritas por médicos) enfatizaban la importancia de mantener Argentina. En 1915, Ingenieros fundó además la Revista de Filo-
una "raza argentina sana", o sea libre de (malas) influencias sofía, un foro prestigioso para la divulgación de ideas científicas
foráneas. El argumento de muchas de estas novelas giraba alrede- y filosóficas. Si bien se declaraba somatista —para él la psicolo-
dor de las horrendas consecuencias producidas por la introduc- gía era una rama de la biología—, Ingenieros introdujo y promo-
ción de inmigración degenerada (en general italiana) en familias vió los estudios sobre la hipnosis, los sueños y la sexualidad,
de prosapia local.14 De acuerdo con el psiquiatra Gonzalo Bosch, todos temas que, como señala Vezzetti, abrían espacios de re-
uno de los miembros fundadores de la Liga Argentina de Higiene cepción para el psicoanálisis.19
Mental y director del Hospicio de las Mercedes, "Alberdi decía: Aunque Ingenieros se oponía al psicoanálisis —lo consideraba
'gobernar el poblar', concepto propio de su época; nosotros, hoy, una doctrina carente de fundamento científico—, su interés por la I
diríamos: 'gobernar es seleccionar'".15 La psiquiatría formaba hipnosis y la psicoterapia así como también sus escritos sobre las I

100
33
patologías sexuales y la histeria, que llegaban a un público que ca adquirida a través de sus lecturas de t?¡erre Janet^En la edición
excedía el campo limitado de los especialistas, generaron curiosi- de 1919 de su influyente texto Histeria y sugestión, atacaba las
dad —y a la vez respondían a ella—, sobre temas cercanos al psi- t e o r í a s freudianas utilizando para ello argumentos expuestos por
coanálisis. Sus discusiones sobre psicoterapia promovieron la idea • J a n e t en un texto polémico gregentado en Londres en 1913.22 Otro
de que el enfermo mental debía ser escuchado; en otras palabras, i caso puntual fue el del<DnAle jandro Raitzin^lun psiquiatra"
que el discurso del paciente tenía un significado; no podía ser des- f o r e n s e que había colaborado con Cabred en la creación de la
preciado como un mero delirio.20 Ingenieros, además, contribuyó a colonia psiquiátrica de puertas abiertas y que luego se interesaría
quebrar la hegemonía del discurso católico sobre la familia. En en el psicoanálisis. En 1919 Raitzin publicó un artículo sobre la
obras tales como su Tratado dd gmnr (publicado postumamente l o c u r a y los sueños en el que ofrecía una extensa crítica de las
como libro pero algunos de cuyos capítulos habían aparecido en teorías freudianas. Alfinaldel texto, sin embargo, Raitzin recono-
revistas) presentaba una visión del amor fuertemente influenciada cía que su conocimiento del psicoanálisis estaba restringido a
por el evolucionismo darwiniano, que separaba tajantemente el aquello que había leído en Psychanalyse des névroses et des
amor, en su dimensión erótica, de la domesticidád y que promovía psychoses, de los psiquiatras franceses Emmanuel Régis y Angelo
la disolución de la familia tradicional. Nuevamente, a pesar de que H e s n a r d , un libro sumamente crítico sobre el psicoanálisis que
el psicoanálisis no es tenido en cuenta en esta obra, su renovadoj había sido publicado en Francia en 1914.23
discurso sobre la familia la colocaba en un registro cercano a otros Influidos porja mirada francesa los argentinos caracteriza-
temas que serían luego retomados por el discurso psicoanalítico. i ban el psicoanálisis como una teoría pansexualista. Además se
Ingenieros además enseñó psicología en la Facultad de Filo- la criticaba por deslizarse hacia un terreno no científico de cosas
sofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires entre 1904 y
"demasiado mundanas y prácticas". Para muchos médicos ar-
1919. Los cursos de psicología tuvieron una orientación clínica y
gentinos, las únicas partes aceptables de la teoría freudiana eran
psicopatológica desde el comienzo, que continuó a lo largo de
aquellas compatibles con la tradición psiquiátrica francesa, la
las décadas. Aunque Ingenieros no discutía explícitamente el
que, en todo caso, tenía el mérito de haberlas descubierto antes.
psicoanálisis, trataba temas que estaban relacionados con algu-
nos aspectos de la teoría freudiana. En el programa de estudios Aunque algunos elementos del método freudiano fueron acep-
de 1909, por ejemplo, figuraban como temas "sugestión y psico- tados de manera gradual, Ereud seguía siendo criticado por su
terapia" y "sueños ra&iees-e.interpretaciones psicológicas^'. No "dogmatismo" —esto es. por el énfasis que ponía en la preemi-
pude localizar la lista de lecturas indicadas en ese programa, nencia de la sexualidad en la etiología de las neurosis—. Mien-
por lo tanto resulta muy difícil saber con precisión qué obras tras los psiquiatras brasileños estaban adoptando y adaptando
-trabajó con los alumnos. Es probable, sin embargo, que Ingenie- el énfasis que el psicoanálisis ponía en la sexualidad como un
ros haya usado escritos del psiquiatra italiano Santo de Sanctis, método para controlarla, los médicos argentinos se mostraban
a quien admiraba, y cuyas teorías sobre los sueños coincidían de más cerrados a la recepción de las ideas freudianas.
manera parcial con las de Freud en varios aspectos. Ingenieros Sin embargo, el psicoanálisis iría gradualmente teniendo al-
murió prematuramente en 1925 sin haber fundado realmente gún significado para los médicos argentinos al punto que, incluso
_una escuela de pensamiento psiquiátrico; pero fujejt.travé^de^la aquellos que adherían a concepciones puramente biológicas de la
lgctma-dejos trabajos de Ingenieros sobre, la hipnosis^samtLal enfermedad pnental. sentían que era necesario prestarle atención.
menos dos practicantes importantes del psicoanálisis, Jorge Ep_1917,(£ristofredo lakob>¡scribiendo para una prestigiosa revis-
Thénon y Celes Cárcamo (éste último uno de los futuros funda- ta científica, dedicó cuatro páginas completas de su artículo sobre
dores de la APA), llegaron a interesarse en él.21 corrientes psiquiátricas modernas al psicoanálisis antes de des-
echarlo por anticientífico.24 El hecho de que Jakob se hubiera senti-
Las primeras menciones de Freud por parte de psiquiatras do forzado a discutir el psicoanálisis extensamente a efectos de
argentinos eran por lo general, ya lo dijimos, negativas y estaban poder descalificarlo es de por sí evidencia del lugar crecientemente
basadas en las opiniones de psiquiatras franceses acerca de la- central que la disciplina iba adquiriendo aun para sus detractores.
llamada escuela de Viena, El mismo Ingenieros basaba sus críti- Jakob representaba la tendencia principal de la medicina de su
cas a Freud en un sumario conocimiento de la teoría psicoanalíti- tiempo. Hacia 1920, sin embargo, su visión positivista del mundo

100 34
demostraba señales de crisis y esta crisis, como veremos, abriría j Algunos visitantes ilustres también jugaron un rol importan-
nuevas puertas para la recepción del psicoanálisis. | te en la difusión de corrientes filosóficas alternativas. Un segun-
Desde fines de la década del '10 se verificó un creciente interés 1 do curso de psicología fue creado en la Facultad de Filosofía y
por parte de los intelectuales latinoamericanos hacia corrientes fi- L e t r a s de la Universidad de Buenos Aires en 1907 (la primera
losóficas de origen europeo continental, alejadas del positivismo, J cátedra había sido creada en 1896). El primer titular de la segunda
que había sido la corriente hegemónica de pensamiento desde las ; cátedra fue el psicólogo alemán Félix Krueger, estudiante prime-
últimas décadas del siglo diecinueve. Esto se debió a diversos fac- i ro y luego sucesor de Wilhelm Wundt en el laboratorio de psico-
tores. El positivismo comenzó a ser percibido por algunos influ- : logía experimental de Leipzig. Krueger, quien permaneció en la
yentes intelectuales latinoamericanos como una filosofía que legi- ; A r g e n t i n a durante sólo dos años, enfatizó los aspectos no experi-
timaba el materialismo asociado a la creciente amenaza del impe- mentales del trabajo de Wundt e introdujo las obras de autores
rio del Norte. Desde el Ateneo de la Juventud, organizado en alejados de la tradición positivista y poco conocidos en la Argen-
México por jóvenes intelectuales entre los cuales se encontraba ; tina hasta entonces, tales como Wilhelm Dilthey. La enseñanza de
José Vasconcelos, hasta el impacto de trabajos como Ariel de Enri- ; Krueger ayudó a desencadenar la reacción antipositivista de la
que Rodó, publicado en 1900, una ola antipositivista/antimateria- ; década siguiente.29 Otro visitante que contribuyó a la declinación
lista se fue extendiendo a lo largo de América latina. Años más del positivismo fue el filósofo español José Ortega y Gasset que
tarde, la Primera Guerra Mundial aceleró la crisis del positivismo v i s i t ó la Argentina por primera vez en 1916 e introdujo las pers-
en América latina al poner en evidencia el potencial destructivo pectivas filosóficas alemanas. La crítica devastadora del positivis-
del desarrollo científico y tecnológico promovido por la civiliza- mo realizada por Ortega encontró una buena recepción en la jo-
ción europea cuando era puesto al servicio de la muerte. En las ven generación de estudiantes de filosofía.30 A Ortega le tocó
décadas anteriores el desarrollo científico y tecnológico había sido escribir el prólogo de la primera traducción al castellano de las
considerado como un bien en sí mismo por importantes sectores Obras completas de Freud en 1922. Además, la Revista de Occidente,
de las elites intelectuales. Los horrores de la guerra mostraban su dirigida por Ortega y ampliamente leída por los intelectuales ar-
lado oscuro y esto favorecía la búsqueda de sistemas de pensa- gentinos, publicó numerosos artículos sobre psicoanálisis entre
miento alternativos que enfatizaran la dimensión espiritual de la 1923 y 1925, incluyendo reseñas de trabajos freudianos nuevos y
realidad. Finalmente, el creciente sentimiento nacionalista de tin- í recientemente traducidos.31
tes xenofóbicos, promovido por algunos intelectuales que busca-
La crisis del positivismo afectó también a la profesión médi-
ban, frente al aluvión inmigratorio, las "verdaderas raíces de la
ca y abrió la puerta a la recepción de teorías terapéuticas alterna-
nacionalidad" en la tradición espiritual ligada al catolicismo y a la
tivas. Durante la década del '20, el paradigma de la degeneración
lengua española, también contribuyó a la crisis del pensamiento
hereditaria comenzó lentamente a perder su hegemonía. Los psi-
positivista.25 La declinación del positivismo coincidió con la emer-
quiatras pasaron gradualmente de un abordaje puramente somá-
gencia de un campo de producción cultural —en proceso de
tico de la enfermedad mental a una visión más global de los pa-
autonomización nunca logrado completamente— ligado a la profe-
cientes que abarcaba la dimensión psíquica, la mente tanto como
sionalización de disciplinas tales como lafilosofíay la literatura.26
el cerebro. Los psiquiatras no abandonaron las nociones previas
La crisis general de creencias hasta entonces sólidamente
pero combinaron la teoría de la degeneración con la psiquiatría
establecidas que produjo la Primera Guerra Mundial tuvo un
constitucional de Ernst Kretschmer, la biotipología de Nicola
fuerte impacto en América latina, enriqueciendo (y al mismo
Pende, la psicobiología de Adolf Meyer y otras teorías. El declive
tiempo complejizando) el ambiente ideológico.27 El declive de la
del positivismo y la incorporación de terapias alternativas cola-
política autoritaria y de las practicas académicas asociadas a ver-
boraron con la aceptación de al menos ciertas lecturas del psicoa-
siones particulares del positivismo también contribuyó a la caída
nálisis por parte de la comunidad psiquiátrica y de círculos inte-
del mismo. En 1916 Hipólito Yrigoyen, un krausista,28 se convir-
lectuales más amplios donde las ideas de Freud eran en general
tió en el primer presidente elegido por sufragio universal En
asociadas con las del filósofo francés Henri Bergson.32
1918 el movimiento de la Reforma Universitaria se puso en mar-
cha en la ciudad de Córdoba.

100
37
Sin embargo, las primeras personas que presentaron el psi- algunos comenzaron a interesarse por el psicoanálisis y al me-
coanálisis (o cierta versión de él) desde una luz positiva fueron nos uno de ellos, el Dr. Juan Ramón Beltrán, llegó a ser un entu-
médicos extranjeros. En 1918, por ejemplo, Antonio Austregesi- s i a s t a aunque eclético practicante.
lo, un distinguido psiquiatra brasileño y practicante no orto-? Mientras tanto, el psicoanálisis comenzaba a ser discutido
doxo del psicoanálisis, visitó Buenos Aires a efectos de dar una en círculos no médicos. La Revista de Filosofía, bajo la dirección
serie de conferencias sobre psicoanálisis y otros temas en la. de José Ingenieros y luego de su discípulo Aníbal Ponce, tam-
Academia Nacional de Medicina. La Semana Médica, la revista; bién publicó artículos de Delgado y de otros escritores a favor
médica más prestigiosa de la Argentina y probablemente de del psicoanálisis pese a que tanto Ingenieros como Ponce lo
Latinoamérica, publicó algunos de sus artículos y conferencias. rechazaban en nombre del positivismo y el monismo biológico.
Austregesilo combinaba las ideas de Freud sobre sexualidad in- Ponce se refería al psicoanálisis como "el monstruoso aparato
fantil —las que él consideraba como tendencias a educar y diri- clínico de Viena" pero no tenía problemas en publicar las pers-
gir— con las nociones clásicas de la degeneración.33 pectivas de defensores de la doctrina vienesa en su revista. 38
El peruano Honorio Delgado fue otro médico extranjero
que publicó artículos en defensa del psicoanálisis en revistas
argentinas. Se consideraba a sí mismo un "psicoanalista hetero- Segundo momento. La extensión y la intemalización del psicoanálisis
doxo". Delgado había establecido una relación personal con
Freud e introdujo el pensamiento psicoanalítico en el Perú. Pu- Mientras el positivismo perdía su influencia sobre la elite
blicó mucho sobre la materia hasta finales de los años '20, cuan- intelectual argentina en tanto visión del mundo, y la idea de la
do comenzó a sentirse desencantado con el psicoanálisis; por degeneración hereditaria dejaba lenta pero gradualmente de go-
último lo rechazó completamente. En los años '30 simpatizó con zar del favor de los psiquiatras, el psicoanálisis hacía algunos
el fascismo y desde entonces hasta el final de su vida fue un progresos en los círculos médicos. En 1929 un grupo de psiquia-
opositor ferviente del psicoanálisis.34 La versión del psicoanáli- tras fundó la Liga Argentina de Higiene Mental, influidos por el
sis que proponía Delgado era muy ecléctica; nunca aceptó la movimiento de higiene mental que había surgido en Estados
teoría de la libido y de hecho fue más adleriano que freudiano.35; Unidos y en otros lugares del mundo. Los higienistas mentales
En 1918 la Revista de Criminología (la sucesora de los Archivos de promovieron la noción de que la enfermedad mental podía ser
Ingenieros) publicó dos artículos de Delgado en favor del psi- prevenida y curada así como también que la psicoterapia era una
coanálisis en el mismo número.36 Los libros de Delgado sobre técnica efectiva. La idea de la posible curación de los trastornos
psicoanálisis, incluso su biografía de Freud, recibieron reseñas mentales disparó el interés por la búsqueda de nuevas formas de
elogiosas en importantes revistas profesionales argentinas. tratamiento. Además, la posibilidad de prevenir la enfermedad
Otro introductor importante del psicoanálisis proveniente mental dependía de la detección y el tratamiento tempranos. Las
del exterior fue el reconocido psiquiatra y neurólogo español neurosis leves fueron entonces uno de los focos de atención de la
Gonzalo Rodríguez Lafora. En 1923 Rodríguez Lafora, un discí-; Liga, por lo que el énfasis estaba dirigido al tratamiento de pa-
pulo del Premio Nobel Santiago Ramón y Cajal, visitó el país y cientes ambulatorios y a la psicoterapia. Asimismo, si las neuro-
dio conferencias en la Facultad de Medicina sobre una variedad^ sis leves eran merecedoras de tratamiento, la frontera entre la
alienación y la "normalidad" comenzaba a desdibujarse. "El
de temas que iban de la fisiología al psicoanálisis. Sus diserta-
alienado no es un ajeno", afirmaba Bosch, en 1941, durante la
ciones convocaron a una amplia audiencia de estudiantes, facul-
inauguración de una exhibición de trabajos artísticos realizados
tativos, abogados y criminólogos, varios de ellos interesados en
por pacientes de los institutos psiquiátricos de la Liga. "Nadie es
aplicar el psicoanálisis a la criminología.37 Muchas de sus confe-
absolutamente sano", continuaba el psiquiatra.39 Aunque Bosch
rencias fueron publicadas en diversas revistas y diarios inclu- no practicaba el psicoanálisis, mostraba cierto interés en él y apo-
yendo La Nación. Lafora, que tampoco era un psicoanalista orto- yaba el trabajo de aquellos que, como Enrique Pichón Rivière y E.
doxo, comenzó una de sus conferencias afirmando que era un' Eduardo Krapf (ambos miembros de la Liga), intentaban introdu-
psicoanalista pero no un freudiano. Criticaba lo que él llamaba cirlo en el Hospicio.
los "excesos y dogmatismos" del sabio vienés. Entre su público.

100 38
La Liga, en tanto organización que promovía la renovación mientras los psiquiatras en la Argentina, y en otras partes,
de la psiquiatría, atraía naturalmente a jóvenes psiquiatras inte admitían no saber claramente cómo y por qué operaban las tera-
resados en nuevos caminos de abordaje de los trastornos menta- p i a s de shock, Enrique Pichón Rivière, un pionero en el uso de la
les. En 1940, Enrique Pichón Rivière y su mujer, Arminda terapia electroconvulsiva en el país y más tarde miembro funda-
Aberastury, trabajaban en los consultorios externos creados po dor de la APA, propuso una explicación psicoanalítica. La terapia
la Liga en el Hospicio junto a Arnaldo Rascovsky, otro futuro Je shock funcionaba en los casos de "melancolía" (enfermedad
fundador de la APA. Otro miembro de la Liga fue Mauricio Gol que sería luego considerada por Pichón como la base de toda
demberg, un joven psiquiatra que hizo mucho por la promoció- enfermedad mental) porque satisfacía el deseo de castigo del pa-
del psicoanálisis en los '50 y los '60 como director del servici c i e n t e , reduciendo así sus tensiones y ansiedades.41
psiquiátrico del Hospital Gregorio Aráoz Alfaro de Lanús y sr> Por otro lado, en los años '20 y '30 el psicoanálisis comenza-
bre el que nos referiremos en detalle en un capítulo posterior; ba a popularizarse en círculos no médicos. Aparte de su status
Aquellos médicos que ya demostraban curiosidad por el psicoa ^ como técnica psiquiátrica, el psicoanálisis comenzó a ser consi-
nálisis (Pichón Rivière, García Reynoso, otro futuro miembro d derado como una de las corrientes espirituales más importantes
la APA que actuó en la Liga) pudieron sacar provecho de lai del momento (para bien o para mal).42 Algunos intelectuales
presencia en la Liga de E. Eduardo Krapf, un psiquiatra alemá comparaban y asociaban las idea^ de Freud con las de Bergson
interesado en la obra de Freud que luego llevaría a cabo su for- (aunque Freud negó siempre esta relación). Hacia 1930, el psi-
mación analítica oficial en la APA. Krapf fue uno de los prime-j coanálisis era discutido en nuevos contextos. La revista popular
ros psiquiatras en introducir técnicas analíticas rigurosas en e" El Hogar, por ejemplo, publicaba diversos artículos sobre este
Hospicio. tema ya desde la década del '20 y a menudo se mencionaba a
En la década del '30, nuevas terapias psiquiátricas comen- Freud como uno de los pensadores más importantes de la épo-
zaron a estar disponibles en todo el mundo, entre ellas diver ca.43 Las ideas freudianas llegaron a ser bien conocidas por el
sos tipos de shock (eléctricos o químicos). Estas terapias era público en general. Las alusiones al psicoanálisis en El Hogar
relativamente efectivas, al menos en algunos casos, pese a n aparecían en artículos referidos a temas de interés popular tales
contar siempre con un anclaje teórico firme. Aunque la prácti como la hipnosis y la literatura de actualidad. Términos psicoa-
ca de la psiquiatría seguía centrada en el Hospicio, algunos nalíticos básicos eran introducidos sin explicación asumiendo,
hospitales argentinos comenzaron a ofrecer servicios de con por lo tanto, que el público lector tenía cierta familiaridad con
sultorios externos, a menudo a instancias de la Liga Argentini Freud y sus teorías.44
de Higiene Mental. Además, algunos médicos de inclinaciones El reconocimiento del psicoanálisis como moda intelectual
progresistas empezaron a cuestionar los fundamentos básico no implicaba necesariamente una evaluación positiva del mis-
de la práctica psiquiátrica (y por extensión de la práctica mèdi mo. En los años '20 y '30 Aníbal Ponce, por ese entonces profe-
ca). Ellos tenían una concepción más amplia de la medicina en sor de psicología en el Instituto Nacional de Profesorado, antes
la cual la dimensión psicológica de la enfermedad y el trata de ser exonerado de ese puesto debido a sus simpatías con el
miento médico no podían ser ignorados. Desde los médicos' marxismo en 1935, escribió artículos —muchos de ellos publica-
que recomendaban un abordaje más humano de los paciente^ dos en El Hogar— denigrando el psicoanálisis como una nove-
("psicoterapia menor") hasta aquellos que promovían técnicas dad frivola en boga en los salones parisinos pero carente de
psicoterapéuticas específicas ("psicoterapia mayor") había una cualquier fundamentación científica.45 De un modo u otro, se
tendencia a la aceptación de los usos alternativos de la psicote asociaba el psicoanálisis con la modernidad.
rapia y un reconocimiento de que los pacientes debían ser es- Entre fines de la década del '20 y durante toda la del '30 un
cuchados. Algunos terapeutas veían el psicoanálisis como una número creciente de psiquiatras prominentes se sintieron atraí-
de las terapias alternativas disponibles, aquella que tenía la dos por la doctrina freudiana, no como un método exclusivo sino
fundamentación teórica más sólida.40 como una herramienta que podía ser agregada a técnicas y teorías
El psicoanálisis podía incluso ofrecer una fundamentación más tradicionales, y a veces combinada con ellas. La historiogra-
teórica para algunas terapias somáticas. A finales de la década d< * fía tradicional originada en el interior de la comunidad psicoana-

100 40
lítica desdeñó este uso ecléctico del psicoanálisis y lo consideró necesarios para su mejor control y reeducación. El objetivo del
una evidencia de las resistencias que generaban las teorías psicoanálisis, según Gorriti, era tomar esos elementos "intesti-
freudianas en la profesión médica.46 Este tipo de aceptación par- n a l e s " y "tornarlos altamente morales por medio de la autorre-
cial, sin embargo, debe ser considerada como un desarrollo natu- educación que el mismo enfermo efectúa".50 Siguiendo la tradi-
ral de cualquier disciplina nueva que desafía el canon estableci- c i ó n argentina, Gorriti se sentía obligado a legitimar su simpatía
do. En realidad, la combinación de psicoanálisis con las teorías ya con el freudismo señalando que los médicos franceses ya habían
aceptadas dio cuenta de una gran flexibilidad por parte de los a p l i c a d o el método psicoanalítico con éxito. Mientras tanto, se
psiquiatras y contribuyó al proceso de legitimación de la discipli- organizaban grupos de estudio para explorar el psicoanálisis en
na. Tal como señala Richard Whitley, el proceso de populariza- R o s a r i o , Córdoba y otros lugares del país. Además, pese a que el
ción de una disciplina científica implica necesariamente un cam- psicoanálisis no estaba incluido en el currículo formal de las
bio y una redefinición de su cuerpo de conocimientos.47 carreras de medicina (a excepción de Córdoba, donde Gregorio
En la Argentina, incluso aquellos que veían el psicoanálisis Bermann venía dando clases sobre aspectos diversos de la teoría
con desaprobación reconocían que al menos algunos conceptos freudiana desde la década del '20), era conocido por estudiantes
de origen psicoanalítico merecían ser tomados en serio. Nerio curiosos e incluso uno de ellos llegó a escribirse con Freud.51
Rojas, que había caracterizado al psicoanálisis como una "doc-
trina entre científica y pornográfica", admitía, no obstante, la
utilidad de la concepción dinámica de Freud sobre el funciona- La apropiación ideológica del psicoanálisis
miento del inconsciente así como también de su teoría de los
sueños.48 En 1930 Rojas llegó a visitar a Freud en Viena y publi- Una vez que el psicoanálisis comenzó a integrarse en la
có sus impresiones respetuosas aunque críticas en La Nación. cultura argentina se convirtió también en un tema sujeto a la
Otro psiquiatra eminente que comenzó a utilizar el psicoa- apropiación ideológica. En la Argentina el consenso liberal,
nálisis fue el médico paraguayo Fernando Gorriti, a quien ya que había conformado una suerte de "mito unificador" para la
hemos hecho mención. Gorriti había sido vicedirector de la co- elite a partir de la segunda mitad del siglo diecinueve, entró en
lonia de puertas abiertas en Luján y uno de los fundadores de la crisis en los años '20 y '30, cuando comenzó a hacerse evidente
Liga Argentina de Higiene Mental y de la Sociedad Argentina que la "mano invisible" de la economía no seguiría benefician-
de Medicina Social. En 1926, Gorriti presentó un trabajo en la do eternamente los productos pampeanos, y cuando, por otro
Sociedad de Neurología y Psiquiatría titulado "Reparos al com- lado, se hizo claro que una sociedad cada vez más compleja
plejo de Edipo", en donde negaba la existencia de la sexualidad requería intervenciones que iban mucho más allá de las que
infantil aunque reconocía el valor del método psicoanalítico. resultaban aceptables a los "liberales reformistas" de las déca-
Pocos años después, Gorriti comenzó a aplicar métodos de das anteriores.52 El enrarecido clima ideológico de la primera
orientación psicoanalítica. En 1930 publicó un libro sobre su posguerra también contribuyó a acelerar la crisis del liberalis-
experiencia en el análisis de más de 70 sueños de un mismo mo. Sin embargo, hasta fines de la década del 30, en un contex-
paciente que había sido previamente tratado por Ingenieros, to ideológico que aún no alcanzaba los niveles de polarización
aparentemente sin resultado positivo.49 Gorriti envió una copia a los que llegaría sólo unos pocos años después, todavía era
del trabajo a Freud, que se mostró halagado al saber que el cono- posible una coexistencia pacífica entre personas pertenecientes
cimiento del psicoanálisis había dejado sus huellas en tierras tan a extremos opuestos del espectro ideológico. Esta posibilidad
exóticas. se materializaba en todos los espacios del discurso público,
El libro sobre los sueños de Gorriti da cuenta de una inter- incluyendo el de la ciencia. Veamos el caso particular del psi-
pretación particular, que podríamos caracterizar como conser- coanálisis.
vadora, del psicoanálisis. Gorriti afirmaba que, si bien el psicoa- En la República Española, donde se vivía un contexto polí-
nálisis "mete frecuentemente las manos en la masa del conteni- tico más agitado, la izquierda se apropió del pensamiento psi-
do intestinal de los procesos sexuales calificados de pornográfi- coanalítico como una herramienta para la liberación sexual y
cos", la disciplina no era inmoral porque brindaba los elementos política mientras que los sectores conservadores asociados a la
100
43
Iglesia Católica lo rechazaban como inmoral. Algo semejante en nU , 57 sin embargo, no hay evidencias en esos años de la existen-
cuanto a apropiación política de teorías científicas había ocurri- cia en la Argentina de un movimiento freudo-marxista estructu-
do en España con el darwinismo y tendría lugar más tarde con rado como los que surgieron en Francia y Alemania, y los médi-
la teoría de la relatividad. En la misma época, en cambio, en la c o S de izquierda que se acercaron al psicoanálisis en los años '30
Argentina el psicoanálisis podía ser aceptado, aunque haciendo lo hacían con la idea de usarlo para la fundación de una psiquia-
lecturas diferentes de él, por sectores tanto progresistas como tría renovada al tiempo que como método para la crítica social.
conservadores. En nuestro país había aún espacio para el discur- Uno de estos médicos fue Gregorio Bermann, "compañero
so civil en la ciencia. Este discurso civil, definido por Thomas de ruta" de larga data del Partido Comunista Argentino, que
Glick como la posibilidad de una discusión abierta de conceptos enseñaba medicina forense y toxicología en la Universidad de
científicos sin necesidad de que los mismos encajen en luchas C ó r d o b a . Bermann se había interesado en el psicoanálisis en la
ideológicas previas, presuponía la existencia de cierta autono- década del '20 y había publicado varios artículos sobre el
mía del campo científico respecto de la política. Esto no implica- tema.58 Graduado en filosofía y medicina, había sido discípulo
ba que no se hicieran lecturas de teorías científicas desde agen- de José Ingenieros y participado activamente en el movimiento
das ideológicas particulares, sino que los criterios de validez de r e f o r m i s t a de 1918. A Bermann le interesaba la aplicación del
una teoría se dirimían finalmente dentro de las reglas del campo psicoanálisis a la criminología y en un sentido más amplio pen-
de la ciencia, al menos tal como éstas estaban definidas en la saba que el psicoanálisis habría de jugar un rol importante en la
Argentina.53 Había lugar para lecturas parciales e ideológicas largamente demorada modernización de los métodos psiquiátri-
del psicoanálisis (como lo había para cualquier otro sistema de cos en la Argentina.
ideas) pero la validez de este cuerpo de pensamientos no estaba
En 1936 Bermann fundó una revista. Psicoterapia: Revista de
en general relacionado con una ideología determinada, excepto
Psicoterapia, Psicología Médica, Psicopatología, Psiquiatría,
para sectores extremistas de izquierda y de derecha.
Caracterología, Higiene Mental, de la cual publicó sólo cuatro nú-
Esta situación iba a cambiar a partir de fines de los años '30, meros antes de partir hacia España a ofrecer sus servicios al
en especial después del comienzo de la Guerra Civil Española y ejército republicano. Una lectura de la revista y aun de su mis-
sobre todo de la Segunda Guerra Mundial, debido a que estos mo título con sus referencias a múltiples marcos conceptuales
acontecimientos profundizaron una polarización ideológica ya revela una cierta falta de consistencia teórica cercana al eclecti-
existente, aunque todavía atenuada, en la sociedad argentina. cismo. En el primer número, publicado en enero de 1936, los
La polarización política del país se iba a volver infranqueable editores proclamaban su admiración no sólo por Freud, "cuyo
después del surgimiento del peronismo en 1945 y tendría efec- nombre no puede ser recordado aquí sin admiración y gratitud"
tos sobre todas las áreas del discurso público.54 sino también por Cari Gustav Jung, Alfred Adler, Wilhelm
En la década del '30 algunos médicos de izquierda cercanos Stekel, Ernst Kretschmer, Karl Jaspers, Pierre Janet, Ivan Pavlov
al Partido Comunista comenzaron a ver el psicoanálisis como y "cientos más". El tercer número estaba dedicado a Freud como
una teoría compatible con su ideología. Sin embargo, como ha homenaje a su cumpleaños número ochenta; el cuarto y último,
señalado Vezzetti, no es posible identificar una lectura coheren- publicado en mayo de 1937, era un tributo a la España republi-
te y consistente de la obra de Freud por parte de la izquierda. cana. Psiquiatras eminentes, entre ellos Gonzalo Bosch, publica-
Algunos intelectuales de izquierda, como Aníbal Ponce y el es- ron artículos sobre el creador del psicoanálisis en Psicoterapia.
critor Elias Castelnuovo, se opusieron al psicoanálisis al consi- El comité editorial representaba a un amplio abanico de
derarlo una doctrina idealista sostenida en la sustitución erró- ideas: entre sus miembros estaban los psicoanalistas franceses
nea del hambre por el sexo como motor principal del accionar René Allendy y Rudolph Loewenstein (que fue por un tiempo el
humano.55 Muchos socialistas sostenían además un discurso rí- analista de Lacan), el psicoanalista norteamericano A. A. Brill,
gido y moralista sobre la sexualidad cerrándose de este modo al Honorio Delgado (que para esa época se había convertido en
impacto de las ideas freudianas.56 Otros, sin embargo, como el opositor al psicoanálisis), Paulina H. de Rabinovich (que inten-
poeta Raúl González Tuñón, aceptaron el psicoanálisis como taba combinar el psicoanálisis con la reflexología de Pavlov),
una doctrina liberadora que podía conjugarse con el socialis- Emilio Pizarro Crespo y Aníbal Ponce.59 Para el segundo núme-

100 44
ro, Juan Ramón Beltrán (un derechista cercano a los grupos mi- marxista húngaro-francés Georges Politzer, quien había estado
litares antidemocráticos que, como luego veremos, también jugó i n t e r e s a d o en el psicoanálisis durante un tiempo para luego re-
un papel importante en la difusión del psicoanálisis) pasó tam- c h a z a r l o , finalmente comprendió que el psicoanálisis no era
bién a formar parte del comité editorial. Aunque la tendencia compatible con sus propias convicciones políticas.64 A finales
ideológica de izquierda de la revista era clara desde el principio, de los años '40, Bermann denunció al psicoanálisis como una
la participación de algunos derechistas demuestra que había es- c i e n c i a idealista burguesa, aunque unos años antes había parti-
pacio aun para el discurso civil. Como se mencionará más ade- c i p a d o de las reuniones preliminares para la creación de la
lante, las revistas de derecha eran del mismo modo receptivas a APA.65 En los años '50 y '60 Bermann continuó promoviendo
gente que profesaba otras ideas. Las revistas y las instituciones formas de psicoterapia no psicoanalíticas y la modernización de
podían declarar abiertamente sus preferencias políticas aunque la psiquiatría.
el valor de las teorías científicas discutidas en ellas se justificaba La posición de Emilio Pizarío Crespo en el establishment
dentro de la lógica del discurso científico. médico era más periférica que la de Bermann aunque publicó
Para Psicoterapia, la psicoterapia era una respuesta moderna bastante en revistas prestigiosas. Sin embargo, como lo recuerda
a los problemas modernos originados por las condiciones críti- su amigo y asociado, Lelio Zeno, Pizarra Crespo era más cono-
cas de la época. La psicoterapia iba a jugar un papel importante cido en los círculos artísticos y bohemios rosarinos que dentro
en la construcción de una sociedad nueva, un rol que iría más de la comunidad médica; aun así fue uno de los primeros médi-
allá de la mera cura de las neurosis. "En este momento crucial cos argentinos que trabajaron y escribieron seriamente sobre
de la historia del mundo, crece la inquietud e inestabilidad del medicina psicosomàtica.66 Pizarra Crespo se había graduado en
hombre y paralelamente su preocupación por encontrar una res- la Universidad de Córdoba y luego se trasladó a Rosario, donde
puesta a sus angustias y vacilaciones y el afán de poner en claro, ejerció la psicoterapia. Como a Bermann, con quien colaboró en
para su mejor dirección, los procesos que lo mueven".60 La psi- Psicoterapia, a Pizarra Crespo le interesaba activamente la políti-
coterapia facilitaría esta clarificación. ca. Simpatizaba con el comunismo y visitó la Unión Soviética en
La revista planteaba la necesidad de establecer una ruptura 1935. También como Bermann, Pizarro Crespo partió para Espa-
con la psiquiatría tradicional. La psicoterapia moderna y científi- ña en 1937 pero pronto se sintió desencantado con los republica-
ca que la revista proponía estaba "tan distante de la que se enseña nos y con la izquierda en general. Murió en 1944 luego de hacer
comúnmente, como puede serlo la localización de las facultades un giro de ciento ochenta grados en su pensamiento político. Su
hechas por Gall al conocimiento de las funciones corticales elabo- último trabajo. Afirmación gaucha, era un panfleto nacionalista.
rado por Von Monakow y Pavlov, por Vogt y Brodtmann."61 Fue Del mismo modo que otros médicos de su época, Pizarro
la primera revista en la Argentina que publicó trabajos de Freud Crespo admiraba Francia. Allí tuvo la oportunidad de presentar
y Jung traducidos al castellano.62 Incidentalmente, merece desta- un trabajo sobre medicina psicosomàtica en la Société
carse que Psicoterapia publicó los primeros artículos en la Argen- Psychanalytique de Paris, que sería luego publicado en la revis-
tina del psicoanalista español Ángel Garma, que luego sería el ta oficial de la entidad y que le valió ser elegido como miembro
padre fundador del psicoanálisis ortodoxo argentino, cuando aún asociado.67 Los analistas lacanianos argentinos le reconocen el
se encontraba en Europa.® mérito de haber sido el primero en hablar de Lacan en la Argen-
El programa de Psicoterapia era mucho más ambicioso que tina. En un artículo acerca de los usos de la psicoterapia, publi-
la simple promoción de la psicoterapia como técnica. La psi- cado en Psicoterapia, Pizarro Crespo elogió la tesis doctoral de
quiatría debía ser profundamente renovada, y la psicoterapia Lacan de 1932 sobre la paranoia.68 En 1934, un médico del círcu-
sería un componente esencial de esta renovación y también par- lo de Pizarro Crespo le escribió a Freud para informarle que un
te de un programa político. La psicoterapia era considerada una grupo de médicos de Córdoba interesados en el psicoanálisis
herramienta para una mejor comprensión de las críticas condi- estaban buscando la afiliación a la International Psychoanalytic
ciones históricas y sociales por las que estaba atravesando el Association (IPA). La respuesta de Freud fue fría: hasta que no
mundo contemporáneo. abandonaran las teorías de Stekel a las cuales adherían no serían
Bermann, influenciado en parte por el psicólogo y filósofo bienvenidos en la IPA. Les aconsejaba buscar un maestro (euro-
100
47
peo) debidamente entrenado. Aparentemente el grupo cordobés ganó un prestigioso premio además de su publicación. Este re-
no estaba al tanto de las disputas existentes dentro del campo conocimiento a la tesis de Thénon da cuenta de un cierto grado
psicoanalítico vienés. Pizarro Crespo le escribió luego a Ernest de aceptación del psicoanálisis en la profesión médica. Thénon
Jones que ellos "habían clarificado ciertos defectos de la técnica envió una copia del libro a Freud, quien le sugirió publicar un
activa, similares a los de Stekel".69 A fines de los '30 Pizarro r e s u m e n del mismo en el International Journal of Psycho-
Crespo publicó artículos sobre temas vinculados a la familia y la Analysis.75 Aunque el subtítulo del trabajo es Contribución al es-
crianza de los hijos en revistas populares como El Hogar, traba- • tudio psicoanalítico del sueño en la neurosis, el tema de los sueños
jos que tenían un enfoque psicoanalítico.70 es tratado sólo en un capítulo. De hecho, casi la mitad del libro
Antes de convertirse al nacionalismo de derecha, Pizarro e s t á dedicado a la hipnosis y a la sugestión como técnicas tera-
Crespo intentó, como otros médicos de izquierda interesados péuticas.76 Psicoterapia comparada no puede ser considerado un
en las ideas freudianas, usar el psicoanálisis como una herra- texto psicoanalítico en un sentido ortodoxo. Freud es menciona-
mienta para la modernización de la psiquiatría y como una do junto a Jung, Adler y Stekel, su teoría como una más entre
metodología para la crítica social. "Corresponde particular- otras. El conocimiento de Thénon de las ideas de Freud parecía
mente a la escuela psicoanalítica —y en especial a la labor de limitarse entonces sólo a sus trabajos tempranos, en especial a
su iniciador y maestro, Segismundo Freud— el mérito incalcu- Estudios sobre la histeria, La interpretación de los sueños y Tres ensa-
lable de haber arrebatado por primera vez, (...) los trastornos yos para una teoría sexual, citados de una traducción del francés.
neuróticos obsesivos, histéricos, fóbicos, etcétera, del reducto Como Ingenieros antes, Thénon destacaba la importancia de
sombrío del fatalismo genético y evolutivo (...), a que los te- la psicoterapia como una técnica terapéutica general. Considera-
nían condenados las doctrinas médicas imperantes sobre la ba que el psicoanálisis demandaba un grado mayor de especiali-
'constitución', la 'herencia', la 'degeneración', etc."71 zación que otras técnicas, pero pensaba que los médicos clínicos
De todos los médicos que intentaron combinar las ideas de debían conocer sus principios básicos porque éstos les darían una
Freud y las de Marx, Pizarro Crespo fue el más perseverante. En mejor comprensión de 1a histeria y de otros trastornos que po-
1934, explicaba el narcisismo como una enfermedad inherente a drían tener un origen psíquico. Psicoterapia comparada plantea una
la sociedad burguesa que sólo podía superarse con el estableci- ruptura con el paradigma de la degeneración hereditaria.
miento de una sociedad socialista.72 Sus combinaciones teóricas En 1935, el mismo año en que ganó una beca para estudiar
no se destacaban de las de sus colegas. En sus últimos artículos en Francia, Thénon publicó otro libro importante, La neurosis
Pizarro Crespo defendía un "monismo dialéctico y materialista" obsesiva, que fue reseñado elogiosamente por Gregorio Bermann
aunque también reconocía la primacía del inconsciente.73 Antes en Psicoterapia en mayo de 1937; éste valoraba los esfuerzos de
de virar a la derecha, intentó compatibilizar el psicoanálisis Thénon para convertirse en psicoanalista:
freudiano con la teoría pavloviana de los reflejos condicionados, "Es, sin duda, un gran esfuerzo el que ha realizado, princi-
la teoría oficial de la URSS. palmente cuando se adquiere noción cabal del duro camino que
Jorge Thénon era más joven que Bermann y Pizarro Crespo. debe recorrer entre nosotros el que desee hacerse psicoanalista,
Su interés por el psicoanálisis surgió como consecuencia de sus no sólo por la falta de ambiente propicio, sino principalmente
experimentos con la hipnosis luego de haber leído los trabajos por la carencia de maestros y la imposibilidad, por lo tanto, de
de José Ingenieros. Como otros médicos progresistas, Thénon previo análisis didáctico".77
promovía una psiquiatría que fuera, como expresaba un colega La neurosis obsesiva revela con claridad que el conocimiento
y compañero suyo del Partido Comunista, lo opuesto a la "psi- que tenía Thénon del psicoanálisis se había incrementado nota-
quiatría oficial" practicada en el Hospicio.74 Para Thénon, así blemente luego de cinco años. 78 Sin embargo, entonces más
como para Pizarro Crespo y Bermann, la dimensión psíquica y comprometido con el marxismo —en algún momento se afilió
hasta espiritual de los trastornos debía integrarse en la práctica formalmente al Partido Comunista— Thénon explicitaba sus de-
médica. sacuerdos con los "aspectos metapsicológicos" de la teoría
En 1930 Thénon publicó su disertación doctoral influencia- freudiana. Aunque Thénon aceptaba el método psicoanalítico,
da por el psicoanálisis Psicoterapia comparada y psicogénesis, que desvalorizaba sus teorías como especulaciones metafísicas. El

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49
materialismo que sostenía las ideas psiquiátricas de Thénon lle- co- Además, el psicoanálisis podía brindar algunas herramien-
gó a convencerlo de que un factor orgánico permanecía detrás tas para la crítica social. Algunos médicos de derecha también
de toda enfermedad mental. Sin embargo, reconocía al mismo s e a c e r c a r o n al psicoanálisis pero con una mirada distinta. El

tiempo la importancia de la investigación en el terreno psíquico. más notorio entre ellos fue Juan Ramón Beltrán.
Como Pizarro Crespo, Thénon proponía una lectura socio- Durante la década de 1930 Beltrán enseñaba en diversas ins-
lógica de algunos aspectos de la teoría psicoanalítica: "Desde los tituciones: la Academia Militar, el Colegio Nacional y las carreras
primeros atisbos de la conciencia rudimentaria hasta su pleno de medicina y filosofía de la Universidad de Buenos Aires. Escri-
desarrollo, la psiquis expresa la manera de ser social del suje- bió cientos de páginas sobre psicoanálisis y sus posibles aplica-
to". 79 Mientras que para Pizarro Crespo, por ejemplo, el narci- ciones a la criminología. En términos ideológicos, estaba cerca de
sismo era una enfermedad asociada a un estadio particular del la derecha católica y de grupos militares antidemocráticos. No
desarrollo social (el capitalismo burgués), para Thénon el com- obstante, colaboraba con psiquiatras de izquierda en varias orga-
plejo de Edipo estaba relacionado con la familia patriarcal: nizaciones vinculadas a la salud mental y hasta integró el comité
"La leyenda [de Edipo] simboliza la apropiación del gobier- editorial de Psicoterapia, como vimos.82 Beltrán se definía a sí mis-
no (...) y de los bienes del trabajo, mediante la eliminación del mo como psicoanalista. En 1939 fundó y fue el primer presidente
rival durante la hegemonía del régimen patriarcal. El mito se de la Sociedad de Psicología Médica y Psicoanálisis, una rama de
reproduce en los sueños porque las circunstancias que conduje- la Asociación Médica Argentina. Sus puntos de vista, sin embar-
ron a la creación de la leyenda popular concurren todavía aj go, eran bastante eclécticos como lo muestra el ejemplo que abre
mantenimiento de una desigualdad de potencia que justifica la este capítulo. Lombrosiano convencido, combinaba el psicoanáli-
venganza, el asalto y el crimen".80 sis con la antropología criminal y la teoría de la degeneración.83
Las actividades políticas de Thénon le hicieron perder su Como muchos otros, Beltrán no rechazaba sus ideas anteriores
empleo en el Hospicio de las Mercedes. Siguió interesado en el sino que las amalgamaba al psicoanálisis. Realizaba además una
psicoanálisis y continuó escribiendo sobre él hasta principios de lectura idiosincrática de las ideas de Freud. En 1936, por ejemplo,
los '40. Proscripto en las universidades, dio conferencias sobre afirmaba que uno de los descubrimientos más importantes de la
psicoanálisis en el Colegio Libre de Estudios Superiores, una teoría psicoanalítica era "que el niño, lejos de ser un ser casto,
especie de universidad paralela creada, entre otros, por su ami- puro, sin mácula moral, es inmoral, impuro. La educación, la so-
go Aníbal Ponce. En el ambiente tenso e ideológicamente rígido ciedad, las costumbres, la familia, etcétera, lo purificarán, le da-
de la Guerra Fría, sin embargo, sus simpatías políticas se revela- rán con el tiempo la moral necesaria, elevarán su temperamento y
ron incompatibles con el psicoanálisis. A fines de los años '40 sus tendencias naturales".84 Los agentes de control social, lejos de
redefinió sus intereses teóricos y terapéuticos y se puso en la engendrar patología, tenían para Beltrán un efecto "purificador".
senda de la psiquiatría pavloviana. En una conferencia que pro- Beltrán consideraba el psicoanálisis como una herramienta edu-
nunció en el Colegio Libre en 1952 denunció al psicoanálisis cativa destinada a mantener el orden social. Más allá de su
como un método burgués anticientífico: eclecticismo teórico y del conocimiento bastante superficial que
tenía de los conceptos psicoanalíticos básicos, Beltrán era recono-
"En la abstracción 'propiedad privada' que ellos [los psi- cido como psicoanalista porque era miembro asociado de la
coanalistas] vinculan a la libido oral y anal... se oculta el proce- Société Psychanalytique de Paris y, al igual que Pizarro Crespo,
so que marcha desde la choza de Fabrizio al trust de Rockefeller, había publicado un artículo en su revista oficial.85
proceso dramático que comienza con la comunidad primitiva
(...) ty continúa en] el feudalismo y la burguesía".81 Pizarro Crespo, Bermann, Thénon y Beltrán representan sólo
Thénon, Bermann, Pizarro Crespo, entre otros, hicieron una algunos ejemplos, entre muchos otros, de personas que buscaban
lectura de izquierda del psicoanálisis en la década del '30. Aun- compatibilizar el psicoanálisis con sus respectivas posiciones
que rechazaban algunos aspectos de la teoría, el psicoanálisis ideológicas. Todos ellos combinaron el psicoanálisis con otras
era para ellos uno de los métodos disponibles (quizás el más teorías psiquiátricas. El objetivo de los médicos de izquierda era
importante) para una modernización general y demorada de la la renovación de las prácticas terapéuticas, al tiempo que sugirie-
psiquiatría en tiempos de crisis del paradigma hereditario clási- ron que el psicoanálisis podía ser usado como una herramienta

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para la crítica social. Beltrán junto con otros derechistas conjuga- una sección española cuyo presidente honorario en 1935 era
ron el psicoanálisis con otras teorías con la idea de utilizarlo nada menos que el embajador de la República Española.
como un instrumento de control social. Derechistas e izquierdis- Para Pende, las enfermedades mentales estaban determinadas
tas, sin embargo, no debatían; sólo coexistían. Beltrán y Bermann por el biotipo pero muchos de los colaboradores que escribían en
no analizaban en detalle la política o la teoría que defendía el otro los Anales pensaban de otro modo. En un artículo publicado en el
sino que ambos acordaban en la necesidad de una medicina más primer número, por ejemplo, Federico Aberastury reconocía que
amplia que incorporara una dimensión psicológica. La ausencia algunas enfermedades mentales no obedecían a causas somáticas y
de una asociación psicoanalítica oficial y la fluidez ideológica de se refería a Freud como el "genio del siglo".89 En una serie de
los años '20 y los tempranos '30 permitieron esta coexistencia artículos publicados en la misma revista, sin embargo, Arturo
pacífica. Ninguno de los psiquiatras interesados en el psicoanáli- Rossi, director del Instituto de Biotipología, abordaba el asunto
sis podía reclamar la representación de un psicoanálisis "verda- desde una perspectiva radicalmente diferente. Mientras que
dero" debido a que la ortodoxia no había sido todavía definida en Aberastury destacaba como el principal mérito de Freud el hecho
la Argentina. Ellos abordaban un campo abierto donde podían de haber reintegrado la sexualidad al reino de la ciencia, para Rossi
convivir distintas perspectivas. la virtud del psicoanálisis (no de Freud, a quien él desdeñaba)
Otro caso puntual es el de la Asociación de Biotipología, radicaba en que proponía una alternativa a la psiquiatría materia-
Eugenesia y Medicina Social y de los Anales, su publicación lista que, según él, negaba la existencia de Dios. Rossi rechazaba a
oficial, creada en 1931.86 La asociación se inspiró en las ideas Freud a causa de su "pansexualismo" al tiempo que encontraba
de Nicola Pende, un médico italiano simpatizante de más aceptable la psicología individual de Adler, a la que conside-
Mussolini, que sostenía que la población humana podía raba como una forma de pensamiento psicoanalítico. No obstante,
clasificarse en tipos, cada uno de los cuales tendría asociadas con motivo de la muerte de Freud en 1939 los Anales publicaron
enfermedades características y un perfil psicológico propio.87 una necrológica en la cual lamentaban la pérdida de un gran cien-
La biotipología, que admitía una lectura claramente racista, tífico.90 En el próximo capítulo mostraremos cómo esta coexisten-
llegó a ser una disciplina muy influyente y la asociación, una cia se volvió imposible a causa de la polarización de la sociedad a
institución ampliamente respetada: tuvo un hospital propio y ñnales de los años '30 y en el transcurso de los '40.
un instituto de formación que fue inaugurado en 1933 por el
presidente de la Nación, Agustín justo, y el arzobispo de Bue-
nos Aires. Psicoanálisis para un público expandido
A pesar de que las relaciones entre Pende (que visitó Bue-
nos Aires a comienzos de los años '30) y el fascismo no pueden PSICOANÁLISIS Y OTRAS DISCIPLINAS
ser obviadas, el comité de directores de la asociación era una
mezcla curiosa de psiquiatras destacados como Gonzalo Bosch, Mientras tanto, el psicoanálisis comenzaba a gozar de una
Osvaldo Loudet y Juan Obarrio; educadores progresistas como creciente aceptación en otros ámbitos. Si bien la Universidad de
Víctor Mercante, Ernesto Nelson y Rosario Vera Peñaloza; edu- Buenos Aires no contaría con una carrera de psicologíá hasta
cadores nacionalistas como E. Julio Picareli, y antisemitas como bien entrados los años '50, existía sí una cátedra de psicología
el escritor Gustavo Martínez Zuviría. El primer presidente de la desde 1896. El psicoanálisis fue introducido como tópico de dis-
asociación fue el prestigioso Dr. Mariano Castex. La simpatía de cusión en un programa de estudios por primera vez en 1914
la institución por el fascismo italiano y aun por el nazismo fue cuando Horacio Piñero, un psiquiatra (la mayor parte de los
clara desde el comienzo.88 Sin embargo, muchos de los colabora- profesores de psicología serían psiquiatras hasta la década del
dores de la revista (entre ellos Alfredo Palacios) y hasta algunos '40), propuso una comparación entre las teorías de la histeria de
miembros del comité de directores difícilmente podrían haber Freud y Breuer por un lado y las de Janet por el otro. La orien-
sido considerados filofascistas. Para confundir aún más el pano- tación clínica psicopatológica del primer curso (el segundo cur-
rama, la asociación creó, por un lado, una sección de cultura so creado en 1907 tenía una orientación más filosófica) y el de-
latina auspiciada por grupos pro fascistas, y al mismo tiempo clive del positivismo entre los intelectuales argentinos abrieron

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una puerta para la entrada del psicoanálisis en el currículo de to de Freud con la tradición denominada por Mercante "de psico-
psicología, como se verá en el capítulo 6. No obstante, sería En- logía genética", entre cuyos practicantes incluía a Lombroso, An-
rique Mouchet, un psiquiatra miembro del Partido Socialista, a tonio Marro, Georges Sotel y Lascassagne. La yuxtaposición de
quien se le debe una presentación más acabada y extensa del Freud y Lombroso delinea un camino de entrada para las ideas de
psicoanálisis en los programas de estudios de psicología. Freud que resulta evidente también en los trabajos de Juan Ra-
Mouchet fue profesor adjunto del primer curso hasta 1919 y a món Beltrán. En los otros dos capítulos sobre el psicoanálisis
partir de entonces profesor titular. Mercante se refiere a conversaciones que afirmaba haber tenido
En 1924, Mouchet dedicó el curso completo a la discusión en Europa con Santo de Sanctis sobre los sueños, y con Freud
del psicoanálisis. Lo consideraba como uno de los métodos mo- mismo sobre psicoanálisis. Mercante relata haber entrado en con-
dernos de investigación psicológica y lo presentaba junto a otros tacto con los trabajos freudianos en 1911 a través de las traduccio-
métodos de la psicología experimental. Para Mouchet, entonces, nes de sus trabajos al francés aparecidas en la Revue Philosophique
el psicoanálisis era menos una técnica clínica que un método de de Théodule Ribot. En un comienzo, cuenta Mercante, él cuestio-
investigación. El pensamiento psicoánalítico tenía puntos de naba la importancia que le daba Freud a la sexualidad pero luego
coincidencia con su proyecto de sistematizar una nueva "psico- comenzó a reconocer el valor que detentaba el psicoanálisis para
logía vital" que él definía como una "introspección biológica". la educación. Mercante también había detectado la existencia de
Mouchet sostenía que no se podía separar el instinto de la inte- la sexualidad en niños pequeños y la necesidad de no reprimirla.
ligencia y, en este sentido, apreciaba la importancia que les otor- Con relación a este punto, Mercante asumía una posición diferen-
gaba el psicoanálisis a los instintos. Al mismo tiempo, criticaba te de la de los lectores de Freud que, desde la derecha (como
La "parcialidad y exageración" de Freud al ignorar los aspectos Beltrán), enfatizaban la utilidad del psicoanálisis para controlar
fisiológicos, anatómicos e histológicos de la enfermedad mental. la actividad sexual "sucia".
Mouchet también le daba la bienvenida al psicoanálisis como Mientras tanto, algunos criminalistas estaban estableciendo
innovación en el campo de la psicología y como puente entre la contactos con el psicoanálisis. Beltrán, tal como hemos visto, era
psicología y la psiquiatría. El curso de Mouchet sobre psicoaná- el más visible pero no fue el único. En 1935, dos miembros del
lisis parece haber sido muy popular. 91 En 1930, Mouchet Patronato de Recluidas y Liberadas, una institución que promo-
refundo la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, que había vía el bienestar de las prisioneras y de las mujeres recién libera-
sido originalmente creada por Ingenieros, Pinero y otros en 1910 das de las cárceles, viajaron a Brasil y allí se encontraron con el
y que había cerrado sus puertas en 1914. Freud se contaba entre Dr. J. P. Porto Carrero, uno de los líderes tempranos del psicoa-
los miembros corresponsales extranjeros de la sociedad nálisis en ese país, a quien invitaron a dar una conferencia en la
reconstituida. Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires ese
Mientras Mouchet presentaba el psicoanálisis a sus estu- mismo año. Durante la década del '30 se publicaron en Buenos
diantes de psicología, Víctor Mercante destacaba sus usos en la Aires muchos artículos que versaban sobre la aplicación del psi-
pedagogía. Mercante fue un educador positivista que ocupó coanálisis a la criminología,93 al tiempo que los psiquiatras
diversos puestos oficiales de importancia, entre ellos el deca- forenses citaban, cada vez más, a Freud y se preocupaban por
nato de la carrera de ciencias pedagógicas en la Universidad escuchar a los reclusos con posibles trastornos mentales.94
de La Plata. Si bien el psicoanálisis no tuvo mayor impacto
sobre las prácticas pedagógicas en la Argentina hasta la déca- EL PSICOANÁLISIS ENTRE LA CULTURA DE ELITE
da del '60, el abordaje de Mercante tiene el valor de introducir Y LA CULTURA POPULAR
otra manera de leer a Freud. Mercante, formado en la Escuela
Normal de Paraná, fue un reformista en educación que inter- El interés de Mercante por el psicoanálisis emanaba de su
pretaba el pensamiento de Freud desde una perspectiva curiosidad personal y profesional pero también de una percep-
biologicista. ción más general de la importancia del descubrimiento, freudia-
Tres capítulos del libro de Mercante La paidología, de 1927, no no sólo en el ámbito de la psicología y la psiquiatría sino
discuten el psicoanálisis.92 El capítulo 3 asocia la teoría del instin- como un componente esencial de la modernidad. El psicoanáli-
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sis se fue transformando en un objeto de consumo cultural. Si en como el grupo asociado a la revista Martín Fierro en los años '20,
la década del '20 los críticos afirmaban que la "naturaleza litera- se propusieron objetivos mucho más moderados que los de sus
ria" del psicoanálisis era una prueba suficiente de su falta de colegas de otras partes del mundo.97 Para ver esto, basta con
fundamento científico, en los años '30, la misma "naturaleza comparar el manifiesto de la revista con cualquiera de los mani-
literaria" era evaluada favorablemente. No fue, sin embargo, a fiestos de los modernistas brasileños de la misma época. Mien-
través de la vanguardia literaria como el psicoanálisis llegó a un tras Martín Fierro afirmaba encarnar un movimiento de ruptura
público más amplio, al menos hasta mucho más adelante. con la literatura "tradicional" —no sólo la de los decadentistas
En la Argentina, el psicoanálisis no tuvo una influencia des- sino la de los modernistas representada por Rubén Darío—,98
tacada en las vanguardias artísticas durante los años '20 y '30 reconocía al mismo tiempo que esta posición no era incompati-
como tuvo en Francia, por ejemplo, donde los surrealistas plan- ble con la de tener —"como en las mejores familias"— un álbum
tearon claramente una relación estrecha entre sus concepciones de fotos familiares para reírse de ellas pero también para reve-
artísticas y la teoría psicoanalítica; algunos artistas surrealistas renciarlas. Si bien algunas partes del manifiesto de la revista
llegaron, incluso, a establecer contactos personales con Freud, parecen inspiradas en el "Manifiesto Futurista" de F. T.
aproximaciones que éste aceptaba con cierto desdén.95 Los artis- M a r i n e t t i , el tono de Martín Fierro era ciertamente más dócil.99
tas y los escritores franceses le dieron la bienvenida al psicoaná- De un modo similar, en el homenaje que la revista brindó al
lisis antes de que la comunidad médica estuviera lista para acep- padre fundador del futurismo durante su visita al país en 1926,
tarlo. En Brasü, los miembros del movimiento modernista de los se describía a Marinetti como un hombre que ya estaba acercán-
'20, que estaban influidos por el dadaísmo y el surrealismo al dose a la cincuentena, con una notoria calvicie y casado, y no ya
tiempo que anhelaban destacar los "elementos exóticos" de su como el poeta iconoclasta de la década anterior.100
cultura nativa para nacionalizarla y conmover así la estética bur- Como señala Beatriz Sarlo, los intelectuales que participaron
guesa, se inspiraron en el psicoanálisis y cantaron loas a su crea- en el proyecto de Martín Fierro y sus seguidores buscaban liberar
dor. Los círculos brasileños de vanguardia recibieron el psicoaná- a la literatura de sus orígenes ideológicos y sociales y en este
lisis no sólo como una doctrina controvertida apropiada para sentido estaban en el extremo opuesto de movimientos como el
épater les bourgeois sino también como un cuerpo de ideas que se surrealismo, el futurismo y hasta del modernismo brasileño. La
ocupaba de las tendencias salvajes y peligrosas de la naturaleza ruptura propuesta por Martín Fierro estaba definida en términos
humana no para dominarlas como proponían los psiquiatras, puramente estéticos.101 En este proyecto con su fuerte carácter
sino para exaltarlas. La teoría freudiana les brindó a los antipsicológico no había cabida para el psicoanálisis, aunque se
modernistas un nuevo vocabulario y se constituyó en una fuente reconocía su valor como "un nuevo sistema de psicoterapia".102
de inspiración para sus ideas estéticas.96 Mientras tanto en Perú, A diferencia de Martín Fierro, Nosotros, la revista literaria
José Carlos Mariátegui escribía sobre las relaciones potencial- más importante de la década del '20 y de principios de los '30,
mente fructíferas entre psicoanálisis y literatura. asociada a la tradición del laicismo progresista, se ocupó de
La vanguardia argentina, sin embargo, estaba muy lejos de Freud y del psicoanálisis en diversas ocasiones. El tono de estas
estas aproximaciones. El surrealismo y el psicoanálisis influye- referencias, sin embargo, supone dos cosas: primero, que el psi-
ron en la literatura (o en la pintura) bastante más tarde. En la coanálisis era considerado algo más que una curiosidad, un
narrativa y la crítica de los años '20 y '30 pueden encontrarse nuevo sistema de pensamiento que estaba de moda en Euro-
algunas referencias superficiales al psicoanálisis pero la litera- pa;103 y segundo, que no podía ser ignorado por nadie que tuvie-
tura no funcionó como un canal a través del cual el discurso ra pretensiones intelectuales. Otras revistas literarias también
psicoanalítico podría haber ingresado a la cultura argentina. publicaron artículos acerca de las relaciones entre psicoanálisis
Aun décadas después, cuando los escritores comenzaron a tra- y literatura pero muy pocos intentaron incorporar el psicoanáli-
tar al psicoanálisis de una manera más abierta y sistemática, lo sis en la práctica literaria concreta.104
hicieron más bien como una respuesta a una demanda preexis- Sur, la notoria revista literaria editada por Victoria
tente por parte del público. Los escritores vanguardistas argen- Ocampo, también publicó algunos artículos sobre psicoanálisis
tinos, aun aquellos ansiosos por sacudir al establishment, tales y en junio de 1936 un tributo a Freud, en conmemoración de sus

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ochenta años de vida, destacando los aspectos literarios de su psicoanalíticos. Arlt, sin embargo, entretejió versiones populares
doctrina.105 El artículo del crítico español Guillermo de Torre fue del psicoanálisis en la trama de sus novelas del mismo modo que
publicado como respuesta a un pedido formulado por persona- i n c o r p o r ó conocimientos técnicos populares como una demostra-
lidades de rango internacional para que Sur se asociara a un ción de su fascinación con lo moderno más que como una herra-
homenaje a Freud con motivo de su cumpleaños. El pedido esta- mienta literaria o analítica.112 No obstante, en otras áreas de la
ba firmado por Thomas Mann, Romain Rolland, Jules Romains, cultura porteña, notablemente en la ensayística de la década del
H. G. Wells, Virginia Woolf y Stefan Zweig. Estos nombres dan '30, el psicoanálisis tuvo un impacto más visible. Un ejemplo es
cuenta no sólo del reconocimiento que Freud había obtenido a Radiografía de la pampa (1933) de Ezequiel Martínez Estrada, don-
nivel internacional, sino de las áreas culturales en las que su de el psicoanálisis funcionaba como un instrumento interpretati-
labor estaba influyendo con más fuerza. vo. En este ensayo, su autor se proponía explicar la crisis argen-
Victoria Ocampo misma estaba interesada en el psicoanáli- tina a través de un análisis de los traumas de origen del país como
sis (al menos en su versión junguiana) y llegó a establecer con- entidad política y social. Martínez Estrada mismo reconoció la
tacto con Jung. Es sabido que Hermann Keyserling consultó a influencia central de Freud en ese libro. En 1969 Martínez Estrada
Jung acerca de la tumultuosa relación que había tenido con la dijo respecto de Radiografía...: 'Tuve dos guías... Spengler...,
fundadora de Sur. A propósito de Victoria Ocampo (a quien aún Freud... Hasta el más miope... hubiera podido percibir que 1a
no conocía), Jung escribió a Keyserling: configuración de la Radiografía de la pampa débese a Spengler, con
"Su excelente descripción del decisivo intermezzo con X su lectura simbólica de los hechos, a Freud con su examen de las
(Victoria Ocampo) muestra claramente que es un encuentro con perturbaciones de la psique social, y a Simmel con su método
una 'mujer de la tierra'".106 Finalmente, Victoria Ocampo visitó a configuracionista.. . " m
Jung en 1934 y lo invitó a dar conferencias en Buenos Aires, lo
cual él declinó desdeñosamente, arguyendo que en esas tierras EL PSICOANÁLISIS EN LA CULTURA POPULAR
lejanas nadie comprendería sus ideas.107 Durante los años '30
Victoria Ocampo conoció también a Jacques Lacan y pronto es- Las publicaciones dirigidas a un público masivo prolifera-
tableció una fuerte amistad con éL Victoria Ocampo describe a ron durante la primera y la segunda década del siglo veinte
Lacan como "un individuo... inteligente y ambicioso. Lleno de como consecuencia del aumento creciente de la población alfa-
no sé qué energía desaforada que lo devora física y moralmente. betizada. Hugo Vezzetti analizó algunos de los espacios a través
Con sueños napoleónicos de poderío".108 Continuaron escribién- de los cuales ciertas áreas del pensamiento freudiano ingresaron
dose al menos hasta fines de los '60. Sin embargo, la opinión en la cultura popular argentina: un creciente interés en la
sobre el psicoanálisis no era homogénea dentro de Sur. Una nota sexología, la ampliamente leída biografía de Freud escrita por
sin firma de la sección calendario de la revista reportaba la Stefan Zweig y las ediciones baratas de obras de divulgación del
muerte de Freud y terminaba diciendo: "Su obra, ya suficiente- pensamiento psicoanalítico, y la interpretación de los sueños.114
mente discutida, cumplió con su misión y ahora queda atrás. Ha En parte, el creciente interés por temas relacionados con el psi-
muerto Freud, glorioso y superado".109 Por otro lado, poco des- coanálisis estaba vinculado a los cambios sociales y culturales
pués Patricio Canto escribía un artículo de tono muy positivo que estaba viviendo el país y en especial la ciudad de Buenos
rescatando la vigencia del pensamiento freudiano.110 De cual- Aires, los que de alguna forma definieron las condiciones para
quier manera la publicación por parte de Sur de artículos sobre la difusión del discurso psicoanalítico.
psicoanálisis era consistente con su proyecto de difundir co- El influjo de los inmigrantes europeos (la población de la
rrientes de pensamiento europeas en América latina. ciudad se duplicó en menos de veinticinco años), la rápida
Más allá de algunos intentos de leer el psicoanálisis como modernización económica y la impresionante expansión del
literatura, los conceptos psicoanalíticos tuvieron un impacto su- sistema educativo tuvieron efectos importantes sobre el tejido
perficial sobre la crítica Literaria y 1a narrativa durante el trans- cultural de la ciudad.115 Bajas tasas de analfabetismo (que se
curso de aquellas décadas.111 Sólo unos pocos novelistas —el más comparaban favorablemente aun con las de algunos países de
notable fue sin duda Roberto Arlt— utilizaron algunos conceptos Europa occidental) ampliaron el grupo de consumidores po-

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tenciales de literatura popular, y el mercado de ediciones bara- través de un lenguaje diferente, viejas obsesiones sobre temas
tas gozó de una expansión sin precedentes durante los años de tales como las curas milagrosas, la telepatía y las comunicacio-
entreguerras. Nuevas editoriales publicaban ediciones econó- nes con los muertos. Todos estos temas bien conocidos podían
micas de obras que iban desde los clásicos hasta trabajos más o e x p r e s a r s e y legitimarse por medio del lenguaje de la ciencia.120
menos científicos sobre sexología pasando por versiones popu- E s t e saber técnico y semicientífico brindaba la oportunidad de
lares del psicoanálisis.116 Algunos de estos editores publicaban r e o r g a n i z a r la jerarquía social del conocimiento. Siguiendo a
también revistas literarias populares que eran leídas por una S a r l o , "la cultura artística letrada, que no incorporaba a la técni-
gran cantidad de personas. Estas publicaciones estaban cons- ca como valor central, puede ahora ser vista desde afuera y con-
truyendo un público lector y al mismo tiempo respondiendo a t r a p u e s t a a los discursos aprendidos en libros de divulgación o
su demanda. Algunas de estas nuevas editoriales —la más en diarios y revistas. La técnica compensa ausencias de saber y
notable fue Claridad, propiedad del socialista español Antonio de 'saber hacer' en otras dimensiones".121 En un mundo en pro-
Zamora— fueron concebidas como parte de un proyecto de ceso de cambio constante, este "saber técnico" podría operar
más amplio alcance dirigido a la educación de las masas con como un valor para personas excluidas de la alta cultura letrada.
un énfasis destacado en la difusión de las corrientes principa- Partes de este saber técnico convergían con la medicina no
les del pensamiento contemporáneo. tradicional. Pese a que Ingenieros había promovido un uso
Estos cambios demográficos y culturales estaban transfor- "científico" de la hipnosis, por ejemplo, este procedimiento no
mando a Buenos Aires en una ciudad moderna. Normas y cos- era universalmente reconocido como una técnica médica válida.
tumbres que habían sido rechazadas hasta hacía poco tiempo se El hecho de aparecer, en general, asociado al entretenimiento
volvían aceptables. Las relaciones entre los sexos y la sexuali- conspiraba contra su aceptación completa en los círculos médi-
dad en general podían ser ahora discutidas más abiertamente. cos. Sin embargo, una gran parte del público estaba interesada
La dimensión erótica del amor empezaba de manera lenta a ser en el fenómeno de la hipnosis y en algunos casos este interés se
considerada independientemente de su mera función reproduc- superponía con el de la medicina científica, lo cual generaba una
tiva. Se abría entonces un nuevo espacio discursivo que debía en especie de "zona gris". Consideremos el caso de James Mapelli,
parte su existencia al esfuerzo literario y científico de José Inge- un hipnotista italiano, que llegó a la Argentina en la década del
nieros.117 Esta apertura era evidente no sólo en la oleada de tra- '20 acompañado de su fama de ilusionista y que comenzó a rea-
bajos populares sobre sexología, publicados en ediciones bara- lizar demostraciones de hipnotismo y transmisión de pensa-
tas por Claridad y Tor durante el transcurso de los años '20 y miento en teatros porteños hacia 1925. Muy pronto accedió a los
'30, sino en las discusiones sobre erotismo en general estimula- círculos médicos y fue tan bien recibido que algunos profesiona-
das por las novelas por entregas semanales y hasta por algunas les empezaron a derivarle pacientes. Mapelli llegó a publicar
obras de vanguardia. La educación sexual de los niños también artículos en prestigiosas revistas profesionales tales como El Día
se transformó en un tema de análisis en las revistas de interés Médico.122 Fue también miembro del comité editorial de Psicote-
general.118 Estos nuevos discursos, sin embargo, estaban común- rapia. Mapelli abrió su consultorio privado y comenzó a atender
mente limitados a los sectores vinculados al laicismo progresis- pacientes. Había inventado una técnica terapéutica que denomi-
ta y no debe sobrestimarse su difusión. nó psicoineroación que consistía en producirle al paciente diver-
sos shocks emocionales mediante sugestión hasta que el sínto-
Otro efecto de los cambios sociales y culturales fue la emer- ma desapareciera. En un determinado momento le ofrecieron
gencia de lo que Beatriz Sarlo denominó "los saberes del pobre", atender pacientes en un hospital público, cosa que hizo hasta
que ella definió como "esa mezcla desprolija de discursos sobre que las autoridades sanitarias no lo permitieron más.123
química e ingeniería, metalurgia y electricidad, geografías exó-
ticas y visiones que anuncian la metrópolis futura".119. Este sa- De un modo similiar, cuando Jorge Thénon comenzó sus
ber, transmitido por periódicos y revistas populares así como investigaciones sobre hipnosis a fines de la década del '20, un
también por vías no académicas, fue la base de una "imagina- amigo suyo que tenía vínculos estrechos con la prensa local le
ción técnica" que muchas veces estaba más cerca de la ficción ofreció una amplia cobertura y la posibilidad de una fama inme-
que de la realidad. La imaginación técnica popular renovaba, a diata. Thénon, como científico serio que se consideraba, rechazó

100 61
la oferta.124 La gran cantidad de artículos que se publicaban so- curiosidades de viejo cuño surgían nuevas áreas de interés: la
bre hipnosis en las revistas de circulación masiva, como El Ho- medicina alternativa, la grafología, los experimentos biológi-
gar, o en diarios como Crítica dan cuenta del claro interés del cos y los milagros médicos.128
público en este tema. En este contexto Jornada introdujo una columna sobre psi-
De algún modo, el psicoanálisis también formaba parte de c o a n á l i s i s e interpretación de los sueños firmada con el seudóni-
esta zona gris definida entre la ciencia y la cultura popular. mo de "Freudiano". Al tiempo que la nueva columna brindaba
Federico Aberastury, cuñado del psicoanalista Enrique Pichón una idea más o menos adecuada acerca de cuál era el objeto del
Rivière, no contaba con el título de médico y era no obstante psicoanálisis, su núcleo estaba conformado por los sueños que
aceptado en círculos profesionales, publicaba en revisteis espe- los lectores eran invitados a enviar para ser analizados por Freu-
cializadas y presentaba trabajos en congresos. Arminda diano. Se aconsejaba a los lectores que remitieran además infor-
Aberastury, la hermana de Federico y la mujer de Pichón, tam- mación personal —edad, sexo, estado civil— y las asociaciones
bién había establecido una relación interesante con el mundo libres que les despertaban los sueños. Lo más interesante de esta
médico pese a no tener, tampoco, un título profesional. Tal columna es el modo en que presentaba al psicoanálisis y la clase
como veremos en el capítulo 2, en la década del 40 Arminda se de discusiones que establecía. Tal como Jornada lo muestra, el
convirtió en una de las primeras psicoanalistas de niños en la psicoanálisis se ubicaba en la confluencia de lo moderno con lo
Argentina. Antes de esto, ella venía publicando reseñas de li- arcaico. Era "una ciencia moderna para la interpretación de los
bros de psiquiatría en índex de Neurología y Psiquiatría, una revis- fenómenos del alma". "¿En qué consiste esta ciencia que es se-
ta psiquiátrica prestigiosa y órgano oficial del Hospicio de las guida apasionadamente en Europa y América del Norte pero
Mercedes (su marido estaba en el comité editorial).125 que entre nosotros está aún confinada al estudio del científico?",
El psicoanálisis encontró así un lugar en la cultura popu- se preguntaba Freudiano retóricamente. Freud era presentado
lar: en la convergencia de un discurso más abierto sobre la como un hijo de la era de las máquinas del mismo modo que
sexualidad con una nueva forma "científica" del conocimiento. Henry Ford.129
Se podía presentar el psicoanálisis como una de las nuevas El psicoanálisis atraía, entonces, porque era moderno. La
tecnologías disponibles para la modernización de las costum- afirmación de su cientificidad estaba en parte legitimada por los
bres sociales, una versión moderna del hipnotismo, una nueva lazos estrechos que mantenía con la medicina.130 Los actos falli-
teoría psicológica de avanzada al tiempo que como un nuevo dos, los chistes repetitivos y los sueños misteriosos debían ser
instrumento para lidiar con temas de interés tradicionales y monitoreados de cerca porque podrían ser síntomas de una "le-
muy populares como la interpretación y el misterio de los sue- sión en el subconsciente". Los lectores eran advertidos para que
ños.126 consultaran a un-especialista si sospechaban de la existencia de
En 1931, el diario Jornada introdujo una columna sobre psi- una lesión de este tipo y se desalentaba cualquier intento de
coanálisis. Jornada era el nuevo nombre que asumía Crítica, el cura personal (sin el auxilio experto). El análisis que Freudiano
diario más moderno y popular de la época, luego de ser clau- hacía de los sueños era descripto como una "autopsia del alma".
surado por el gobierno militar que tomó el poder en septiem- Freudiano también se empeñaba en diferenciar el psicoanálisis
bre de 1930. Desde el comienzo de la década del '20 Crítica del curanderismo. Cuando los lectores le preguntaban acerca de
venía demostrando un interés creciente por los temas científi- la verdad de los sueños premonitorios, Freudiano les recordaba
cos y técnicos.127 En 1925, cuando Albert Einstein visitó la Ar- que "el psicoanálisis es una ciencia profunda y real, y en su
gentina, el diario publicó nueve artículos sobre él además de verdadera naturaleza no puede ser confundida con profecías
una entrevista exclusiva. Crítica tenía secciones regulares so- absurdas".131
bre carreras de autos, radio e inventos. La cobertura que hacía De acuerdo con Freudiano, el psicoanálisis podría ocupar
de cuestiones técnicas y científicas se articulaba con temas que también un rol importante en la modernización de las costum-
fascinaban al público desde el siglo diecinueve: mellizos bres sociales arcaicas. Se urgía a los padres a enviar cartas con
siameses, monstruos y experimentos con animales. En la en- detalles sobre las dificultades de carácter de los niños, de modo
crucijada donde las nuevas tecnologías se juntaban con las que Freudiano pudiera recomendar maneras de mejorar su edu-
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63
cación. Se enfatizaba siempre el valor de la educación sexual fiaba en demostrar su carácter científico y moderno, después de
temprana. Según la visión de Freudiano, la sociedad necesitaba, todo era esta modernidad la que legitimaba su inclusión en Jor-
siguiendo las enseñanzas del psicoanálisis, desembarazarse de nada. Por el otro, la interpretación de los sueños, un viejo tema
sus prejuicios religiosos en nombre de la ciencia.132 de interés, lo ubicaba más cerca de lo arcaico. Esta ambigüedad
Si bien Jornada asociaba el psicoanálisis con la ciencia mo- nos ayuda a entender la diversidad de lectores que convocaba
derna y la tecnología, pareciera que muchos de los lectores que Freudiano. El interés en la interpretación de los sueños creció
consultaban a Freudiano eran mujeres jóvenes que tenían pro- durante los años '40 y '50 y otras publicaciones populares tam-
blemas amorosos, suponiendo, claro está, que las cartas fueran bién abrieron sus espacios para ocuparse de ella.137
genuinas. Ellas veían seguramente en Freudiano a un consultor El final de la década del '20 y el comienzo de la siguiente
sentimental como el que estaban acostumbradas a encontrar en fue un período de difusión del psicoanálisis en la cultura argen-
las revistas femeninas. Al mismo tiempo, el "carácter científico" tina. La crisis del positivismo y en particular del paradigma de
de la columna, que permitía una discusión más o menos abierta la degeneración hereditaria en psiquiatría facilitaron la intro-
de cuestiones sexuales, atraía también a jóvenes que necesitaban ducción del psicoanálisis en los circuitos médicds e intelectua-
plantear sus problemas de esta índole. En este sentido, la colum- les. Los cambios sociales y culturales volvieron a la gente más
na de Freudiano debe ser entendida en el contexto del interés receptiva a esta novedad. La transformación de las costumbres,
creciente de los porteños por la sexología. un renovado interés por la sexología y la difusión del saber en la
No he podido determinar la identidad de Freudiano, aun- población general despertaron el interés por las versiones popu-
que estaba, ciertamente, en contacto con psicólogos progresistas lares de las teorías freudianas, como lo atestiguan la columna de
de renombre. En una oportunidad aconsejó a las maestras que Freudiano y los catálogos de las editoriales de interés general.
profundizaran sus conocimientos sobre psicología infantil con- En 1935, una de estas editoriales, Tor, publicó una serie llamada
curriendo a las conferencias de Aníbal Ponce que, como sabe- Freud al alcance de todos, que fue reeditada en varias oportunida-
mos, no ocultaba su oposición al psicoanálisis. Freudiano tam- des hasta 1946. El autor, "Dr. J. Gómez Nerea", era en realidad
bién mencionó a Jorge Thénon en términos amistosos cuando le el poeta peruano vanguardista Alberto Hidalgo, que aceptó la
tocó distinguir entre psicoanálisis científico y curanderismo.133 propuesta empujado por necesidades económicas.138 De más
Es evidente que Freudiano tenía algunos conocimientos sobre está decirlo, todos los casos eran inventados. Freud había llega-
las corrientes psicológicas actuales y sobre el psicoanálisis en do a ser tan popular que casi cualquier cosa que pretendiera
particular, aunque a veces sustituía las ideas y la terminología explicar sus teorías lograba un éxito de ventas.
de Janet o Adler por las de Freud. Sus respuestas a las inquietu-
des de los lectores eran una mezcla de consejos de sentido co-
mún y teoría psicológica elemental. Las "terapias" que reco-
NOTAS
mendaba iban desde la utilización de bromuro de alcanfor y
duchas frías hasta una vida sexual más activa.134 1 Beltrán, Juan Ramón, "Psicopatologia de la duda", en La Semana Médi-

Jornada presentaba el psicoanálisis como una respuesta mo- ca, 39, número 3, enero 1927, páginas 160-162. Ver también Beltrán, "La psi-
derna a problemas modernos dado que, de acuerdo con Freudia- coanálisis al servicio de la criminología", en Revista de Criminología, Psiquia-
no, la sociedad contemporánea reprimía la sexualidad.135 El tría y Medicina Legal, número 10, 1923, página 442. —
1 Ver Carlson, Eric, "Medicine and Degeneration: Theory and Praxis",
psicoanálisis se mostraba también como un instrumento para en Chamberlain, Edward, y Sander Gilman (comps.). Degeneration. The Dark
llevar a cabo la demorada modernización de la psiquiatría tradi- Side of Progress, New York, Coluiftbia University Press, 1985, página 122.
cional al mismo tiempo que algunos psiquiatras progresistas 3 Algunos criminólogos abandonaron la noción de atavismo debido a l a

estaban utilizándolo con ese fin. Siguiendo a Freudiano, mien- influencia de José Ingenieros. Como señala Ricardo Salvatore en "Criminolo-
tras que la vieja psiquiatría estaba interesada sólo en los sínto- gy, Prisión Reform, and the Buenos Aires Working Class", en fournal of
Interdisciplinary History 23, número 2, otoño de 1992, páginas 279-99, una
mas, el psicoanálisis se proponía indagar en el porqué de las dimensión psicológica se agregaba a las interpretaciones de la criminalidad.
enfermedades mentales.136 En Jornada, sin embargo, el psicoaná- Sin embargo, Lombroso y la degeneración seguían siendo mencionados en los
lisis poseía un doble carácter. Por un lado, Freudiano se empe- reportes forenses hasta bien entrados los años '30 y todavía en los '40.

100
65
4 Ameghino, Arturo, "Delirio de interpretación", en Revista de.
mentales en la Argentina", en Revista de la Liga Argentina de Higiene Mental,
Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, número 16,1929, página 487. ¿ño II número 4, 1931.
5 En su colección de ensayos Histeria, estados baldeicos y baldeísmo en lg 16 Ver Stepan, Nancy Leys, "Hour of eugenics" : Race, Gender, and Nation in U
histeria y en la constitución histérica respectivamente, Buenos Aires, Ideas, 1948, latin America, Ithaca, Cornell University Press, 1991. 1 ..
muchos de ellos escritos en los '30, Gorriti citaba a Freud repetidas veces. 17 Ver Hale, Nathan, The Beginnings of Psychoanalysis in the United States,
Estado baldeico y baldeísmo son términos utilizados para referirse a una 1876-1917, New York, Oxford University Press, 1971, página 47. '
patología mental especial (según Gorriti nunca descripta con anterioridad) 18 Ver Zimmerman, Eduardo, "Racial Ideas and Social Reform: Argenti-W^
que aparece en un personaje de la novela de Rosa Bazán de Cámara, El poz n a 1890-1916", en Hispanic American Historical Review 72, número 1, febrero del
de balde: tragedia de los llanos de La Rioja, s / d , 1931. ELugojie personajes de 1992, páginas 23-46.
ficción para describir.enfermedades mentales había_sido una práctica má: 19 Ver Vezzetti, Hugo, Aventuras de Freud en el país de los argentinos: De
común ae lo que "podría esperarse en la profesión médica. Ver Micale, Mar José ingenieros a Enrique Pichón Rivière, Buenos Aires, Paidós, 1996, cap. 1.
S., Approachmg Hysteria: Disease and Its Interprétations, Princeton, Princeton 20 Esta idea señaló un camino en los trabajos de sus discípulos. En 1908.
University Press, 1995, esp. 235. Juan A n t " " ' ? presentó una disertación titulada "Psicoterapia y
6 "A decir verdad, más que por los hombres de ciencia esta doctrina ha ciyducación psíquica". Tesis. Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Ai-
sido aceptada por los artistas y los hombres de letras", Sierra, Adolfo, res, 1908, bajo la supervisión de José Ingenieros. En el capítulo "Reeducación
"Sexualidad" (lección de profesorado en la cátedra de psicología, con fecha 7 psíquica" Agrelo enfatizaba la necesidad de escuchar a la persona enferma. En la
de mayo de 1929), Revista Argentina de Neurología, Psiquiatría y Medicina LegaÛ página 64 leemos: "En el interrogatorio conviene seguir el método socrático,
III, 18 noviembre-diciembre de 1929. Para el caso de Francia, ver Roudinesco,! dirigiéndolo solamente en la exposición, tratando sobre todo de investigar las
Elisabeth, Bataille de cent ans: l'histoire de la psychanalyse en France, 2 volúmej causas morales de la afección constatada (...) (El médico) tratará de hacer renacer
nés, Paris, Seuil, 1986, cap. I. en él (el paciente) una confianza, una esperanza (...) mostrándole cómo los tras-
7 Greve, Germán, "Sobre psicología y psicoterapia de ciertos estadal! tornos que experimenta están ligados a causas morales y analizando su mecanis-
angustiosos" (1910), reproducido en Vezzetti, Hugo (comp.), Freud en Buenosf mo de formación puramente psíquico". Ni Freud ni tampoco el psicoanálisis, sin
Aires. 1910-1939, Buenos Aires, Puntosur, 1989, páginas 89-105. embargo, son mencionados en la tesis. lr\í.
8 Aunque posteriormente se señalaron diversos problemas en esta trà-i 21 Para un resumen de la vida de Ingenieros, ver Ponce, Aníbal, " P a r a - ' ^ stfA
ducción, debe destacarse que fue la primera colección completa de los trabajj una historia de Ingenieros", en Revista de Filosofía 12, número 1, enero de
jos de Freud publicada en cualquier idioma. 1926, páginas 1-82. Ver también Bermann, Gregorio, "La obra científica de
9 Ver Nunes, Alexim, "Da medicina social á psicanálise", en Birman, Joeîl
José Ingenieros", en La Semana Médica, XXXVI, número 29, 18 de julio de
(comp.), Percursos na historia da psicanálise, Río de Janeiro, Taurus, 1988. Veri 1929.
también Mokrejs, Elisabete, A psicanálise no Brasil. As origens do pensamento] 22 La primera edición del trabajo de Ingenieros fue publicada como Los
psicanalitico, Petropolis, Vozes, 1993. >f accidentes histéricos y las sugestiones terapéuticas, Buenos Aires, Librería J.
10 La psiquiatría argentina está todavía esperando a su historiador. Paral
Menéndez, 1904. En la 2 ' edición, en 1906, se cambió el título. El texto origi-
uvv una visión general, ver Guerrino, Alberto Martín, La psiquiatría argentimi nal de Janet fue presentado originalmente en el XVIII Congreso Internacional
Buenos Aires, Cuatri, 1982; Loudet, Osvaldo, y Elias Loudet, Historia de ta de Medicina en Londres en 1913 y fue traducido y publicado en Buenos Aires
psiquiatría argentina, Buenos Aires, Troquel, 1971; Balbo, Eduardo, "Argentiner como "El psico-análisis", en Archivos de Ciencias de la Educación, I, La Plata,
Alienism from 1852 to 1918", en History ofPsychiatry 2, número 6, abril- junio 1914, páginas 175-229. Ver Vezzetti, Aventuras de Freud, 16-17.
de 1991, páginas 181-92; Vezzetti, Hugo, La locura en la Argentina, Buenos: 23 Raitzin, Alejandro, "La locura y los sueños", en Revista de
Aires, Folios, 1983. Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, año 6, 1919; Régis, Emmanuel, y
11 Piñero, Horacio, "La psicología experimental en la República Argén"
Angelo Hesnard, La psychanalyse des névroses et des psychoses, ses applications
na", en El nacimiento de la psicología en la Argentina, Hugo Vezzetti (comp.), medicales et extra médicales, París, Alean, 1914. Este libro se transformó en la
Buenos Aires, Puntosur, 1988, páginas 43-54. versión estándar del psicoanálisis para muchos médicos argentinos.
12 La influencia cultural francesa sorprendió a más de un visitante fran Hesnard luego se convirtió en psicoanalista y fue miembro fundador de la
cés. Ver v.g., Janet, Pierre, "Le progrès scientifique", en Journal des Natiottti Asociación Francesa en 1926. Otra fuente sobre el pensamiento freudiano
Américaines: Argentine, número 7, 8 de junio de 1933. era el libro —también muy crítico— de un psiquiatra positivista italiano y
u Para Francia, ver Roudinesco, Bataille de cent ans; para Italia, ver Da- seguidor de Lombroso: Morselli, Enrico, Psicanalisi. Studii ed Appunti Critici,
vid, Michel, La psicanàlisi nella cultura italiana, Turin, Boringhieri, 1966. publicado a principios del siglo XX.
- H Ver, por ejemplo, novelas tales como la de Eugenio Cambaceres, En 24Jakob, Cristofredo, "Problemas actuales de psiquiatría general y susj
- , la sangre, s / d , 1887, o la de Julián Martel, La bolsa, s / d , 1891. Para una' relaciones con las ciencias sociales y jurídicas", en Revista de Criminología,!
JS
.i&n discusión sobre el desarrollo de la novela nacionalista-naturalista en la Ar-
gentina, ver Neuzeilles, Gabriela, Ficciones somáticas. Naturalismo, nacionalis-
Psiquiatría y Medicina Legal, año IV, 1917.
25 Hale, Charles, "Politicai and Social Ideas", en Latin America: Economy
mo y políticas médicas del cuerpo (Argentina 1880-1910), Buenos Aires, Beatriz:. and Society, 1870-1930, Leslie Bethell (comp.), páginas 274-75. Sobre el impac-
LViterbo, 2000. to de la inmigración, ver Halperin Donghi, Tulio, "¿Para qué la inmigración?
15 Bosch, Gonzalo, "Organización de la profilaxis de las enfermedades
Ideología y política inmigratoria en la Argentina (1810-1914)", en Tulio

100
67
Halperin Donghi, El espejo de la historia: problemas argentinos y perspectiva v de las psicosis funcionales" en Revista de Criminología, Psiquiatría y Medi-
hispanoamericanas, Buenos Aires, Sudamericana, 1987. %á Legal, año VI, 1919.
26 Sobre la constitución del "campo literario", ver Altamirano, Carlos j¡, 17 La Prensa, 6 de junio de 1923, página 13. Otros médicos españoles
Beatriz Sarlo, "La Argentina del centenario: campo intelectual, vida literar' u e influyeron en la difusión de versiones no ortodoxas del psicoanálisis
y temas ideológicos", en Altamirano y Sarlo, Ensayos argentinos: de Sarmienta iueron Gregorio Marañón, César Juarros, José Sacristán, José Sanchis Banus
a la vanguardia, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1983. v luego Emilio Mira y López. Sus trabajos se publicaban habitualmente en
27 Ver la admirable discusión de Halperin Donghi, Tulio, Vida y muerte de ¡a
las revistas psiquiátricas argentinas. También se debe al penalista e intelec-
República verdadera <1910-1930), Buenos Aires, Ariel, 1999, estudio preliminar. tual español establecido en Buenos Aires, Luis Jiménez de Asúa, la primera
24 El krausismo era un sistema filosófico ideado por Karl Christia-
iraducción de una obra de Freud realizada en la Argentina en 1939: Moisés
Friedrich Krause a comienzos del siglo diecinueve. Ha sido denominado ca- v ia religión monoteísta, Buenos Aires, Losada, 1939. Ver Vezzetti, Hugo,
tolicismo sin Iglesia. Ver Rock, David, Authoritarian Argentina: The Nationalist- "Traducir a Freud en Buenos Aires", en Punto de Vista, número 39, diciem-
Movements, Its History, and Impact, Berkeley, University of California Press bre 1990, página 34. Para una discusión del impacto del psicoanálisis en
1993, páginas 61-62. España en aquellos años, ver Glick, Thomas, 'The Naked Science: Psychoa-
29 Alberini, Coriolano, Precisiones sobre la evolución del pensamiento argén nalysis in Spain, 1914-1948", en Comparative Studies in Society and History 24,
tino, Buenos Aires, Dolencia-Proyecto Cinae, 1981, página 145. 1982, páginas 534-71, y "El impacto del psicoanálisis en la psiquiatría espa-
30 Sobre la primera visita de Ortega a la Argentina, ver Medin, Tzv rtóla de entreguerras", en Ciencia y Sociedad en España: de ¡a Ilustración a la
Ortega y Gasset en la cultura hispanoamericana, México, Fondo de Cultura Ec Querrá Civil, Ron Sánchez y José Mauens (comps.), Madrid, Arquero, 1988,
nómica, 1994, páginas 15-22. páginas 205-21.
31 Entre ellos podemos mencionar a Manuel García Morente, "El chiste y; 35 Ver, por ejemplo. Delgado, Honorio, "Nueva faz de la psicología", en
su teoría", septiembre, 1923; J. M. Sacristán, "Das Ich und das Es", noviem- Revista de Filosofía 6, número 4, julio de 1920, páginas 31-37. Para una discusión
bre, 1923, y "Freud ante sus contradicciones", febrero, 1925; Gonzal general del "biologismo" freudiano, ver Sulloway, Frank, Freud, Biologist ofthe
Rodríguez Lafora, "La interpretación de los sueños", octubre, 1924. La orien Mind: Beyond the Psychoanalytic Legend, Cambridge, Harvard University Press,
tación de la revista cambió después de 1925. Freud casi desapareció de su 1992. La Revista de Filosofía, 10, número 2, mayo de 1924, por ejemplo, contiene
páginas y Jung se convirtió en un colaborador habitual (siete colaboracione un artículo de José Crespo, "Psicoanálisis", en el que el autor afirma que sólo
entre 1925 y 1936). Para una visión panorámica sobre la revista, ver Lópe el psicoanálisis tiene una concepción significativa de la conciencia y el incons-
Campillo, Evelyne, La Revista de Occidente y laformaciónde minorías (1923 ciente, y un artículo de Aníbal Ponce, "Psicología y clínica" que empezaba con
1936), Madrid, Taurus, 1972. un desdeñoso señalamiento sobre el psicoanálisis. De un modo similar, la Re-
32 Nerio Rojas, por ejemplo, trató de convencer a Freud de que sus idea pista de Filosofía publicaba artículos sobre la filosofía idealista italiana.
eran compatibles con las de Bergson. Ver Rojas, Nerio, "Una visita a Freud" 39 "Palabras pronunciadas por el Dr. Gonzalo Bosch con motivo de la

en La Nación, 17 de marzo de 1930 y "De Bergson y Freud", en La Nación, 2" inauguración de la primera exposición de trabajos de alienados" en la Liga
de noviembre de 1939. Ver también Fondani, Benjamín, "La conciencia d Argentina de Higiene Mental, Memoria.
venturada: Freud, Bergson y los dioses", en Sur 5, número 15, diciembre dr 40 Ver v.g., Lambruschini, Carlos, "Influencia del psicoanálisis en la psi-
1935, páginas 30-80. coterapia actual", en Revista Argentina de Neurología y Psiquiatría (Rosario),
33 Austregesi, "Los errores del pan y los errores del amor", en La Seman Vol. 4, números 3-4, 1939. Lambruschini analizó las teorías de Adler y de
Médica, XXV, 7 14 de febrero de 1918, y "Sexualidad y psiconeurosis" Jung tanto como las de Freud. Siguiendo su esquema bien definido, él distin-
Semana Médica XXV 48, 28 de noviembre de 1918. guía entre una doctrina psicoanalítica (cuestionable) y un método psicoanalí-
34 Freud atribuyó a Delgado el mérito de introducir el psicoanálisis ¡ tico (utilizable). Reconocía, sin embargo, que el psicoanálisis representaba un
América latina en Historia del movimiento psicoanalítico, 202. Ver Rey Castr gran adelanto con respecto a los métodos terapéuticos disponibles debido a
Alvaro, "Freud y Honorio Delgado: crónica de un desencuentro", en Hu ser el primero en estar basado en una teoría (aunque él no estaba de acuerdo
Húmero 1 5 / 1 6 , enero-marzo de 1983, y "El psicoanálisis en el Perú: : con partes importantes de ésta).
marginales", en Debates de Sociología II, 1986. La correspondencia entre Freu 41 Para una evaluación general de las terapias somáticas, ver Scull,
y Delgado ha sido recopilada en "Lettres de Sigmund Freud á Honorio De Andrew, "Somatic Treatments and the Historiography of Psychiatry", en
gado". History of Psychiatry 5, número 18, 1994, páginas 1-12, y Merskey, H.,
35 Freud perdonó el eclecticismo de Delgado por una cuestión de interés "Somatic Treatments, Ignorance and the Historiography of Psychiatry", en
Con relación a este punto, Freud estaba más interesado en la difusión de History of Psychiatry 5, número 19, 1994, páginas 387-91. Para la Argentina,
psicoanálisis en "entornos exóticos" que en asegurarse la comprensión de su~ ver Ortega, Luis, "El tratamiento de la psicosis por el shock insulínico", en
teorías. Era más tolerante con las desviaciones de seguidores lejanos que c Revista de Psiquiatría y Criminología 3, número 13, enero-febrero de 1938. Orte-
los pequeños desacuerdos dentro de su círculo íntimo. ga reconocía la efectividad del shock insulínico pero también aceptaba "lo
36 Delgado, Honorio, "Ontogenia del instinto sexual y la subconciencia resbaladizo de sus bases teóricas". En la misma vena, ver Martínez Dalke,
según el psicoanálisis", en Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Lega Luis, "La terapéutica convulsionante en las enfermedades mentales.", en Re-
año V, 1918, y "Rehabilitación de la interpretación de los sueños", ibíd. Ver vista de Psiquiatría y Criminología 4, número 20, marzo-abril de 1939; Castedo,
también Delgado, "Interpretación psicoanalítica del mecanismo de las neuro César, "Electro-shock en el Pabellón Charcot del Hospital Melchor Romero",

100 68
en Revista de Psiquiatría y Criminología 7, número 39, septiembre-octubre de re $pondió con rapidez y cortesía. Agradezco a Horacio Tarcus, quien me
1942; Krapf, E. Eduardo, "Doctrina y tratamiento de la alienación a través de facilitó una copia de la carta de su padre y de la respuesta de Freud.
los siglos", en Anales de la Sociedad Científica Argentina 128, número 5, noviem- 52 Zimmermann, Eduardo, Los liberales reformistas, Buenos Aires, Suda-

bre de 1939 (Krapf, un futuro miembro de la APA, contrastaba las "verdades" mericana, 1992.
de Freud con el empirismo de los biologistas). Sobre la concepción de Pichón 53 Glick, Thomas, "La transferencia de las revoluciones científicas a tra-

de la "enfermedad única", ver su trabajo 'Técnica de los grupos operativos^ vés de las fronteras culturales", en Ciencia y Desarrollo 12, número 72, México,
en Acta Neuropsiquiátrica Argentina 6,1960. enero-febrero de 1987, página 82. Un caso para señalar es el de Ortega y
42 En 1925, el psicólogo Augusto Bunge, que no simpatizaba con el psi- Gasset, que había desarrollado fuertes reservas filosóficas contra el psicoaná-
coanálisis, criticaba a Alberto Palcos por no haber mencionado a Freud en lisis a mediados de los '20 pero se sintió obligado a sostenerlo porque aque-
uno de sus libros. Ver la reseña de La vida emotiva de Palcos realizada por llos que se oponían eran personas de mala catadura; Ortega y Gasset, "Vitali-
Bunge en Nosotros, 20, número 203, abril de 1926, páginas 436-37. dad, alma, espíritu", en Obras completas, Madrid, Revista de Occidente, 1946,
43 Gómez de Baquero, Eduardo, "Leyendo a Pérez de Ayala: una novela 2:452-53, 1924, citado en Glick, 'The Naked Science: Psycoanalysis in Spain,
y .un problema", 4 de mayo de 1923; Cabrera, Rómulo, "Los precursores del 1914-1948", en Comparative Studies in Society and History 24,1982, página 542.
Freud", 18 de mayo de 1923; "El desarrollo de la psicología", 29 de mayo de; 54 Ver Plotkin, Mariano, "Freud, Politics, and the Porteños: The

1925; "Dionisio fue un precursor del Dr. Freud", 4 de mayo del928. El propó- Reception of Psychoanalysis in Buenos Aires, 1910-1943", en Hispanic
sito de la mayoría de estos artículos era negar la originalidad de las ideas de American Historical Review 77, número 1, mayo de 1997, páginas 45-74.
Freud (reconociendo al mismo tiempo su importancia). Pueden encontrarse 55 Para Castelnuovo, el psicoanálisis era mucho más que un método
también referencias al psicoanálisis en las narraciones breves de El Hogar. Ver terapéutico y su crítica apuntaba, precisamente, a su naturaleza d e
v.g., Pelayo, F., "Un chico que tenía futuro", 12 de mayo de 1929. Para una Weltansdwuung: "Porque el psicoanálisis no es una manera de encarar la pa-
visión negativa del psicoanálisis, ver Ponce, Aníbal, "Madame Sokolnicka y tología del espíritu. Es una manera de encarar al hombre y al mundo y, por su
el psicoanálisis francés", 10 de mayo de 1929. Promediando los '30, El Hoga intermedio, a la sociedad y a sus formas de existencia. Vale decir: es una
publicó artículos y notas que empleaban conceptos freudianos sin atribuirse? filosofía, una interpretación del proceso histórico". Psicoanálisis sexual y psi-
los a Freud. Ver v.g.. Casal Castel, A., "El tema de la inquietud" 31 de julio d coanálisis social. Examen de una nueva teoría de desorientación polñica y económica,
1936, y dos artículos de Pizarro Crespo, "Por qué debe evitarse la violencia en Buenos Aires, Claridad, 1938, página 2, y unas pocas páginas después: "(El
los niños" y "Razones de la elección amorosa". psicoanálisis) no se conforma ya con explicar el malestar de un enfermo del
44 Acerca de una mujer que encontraba dificultades en un viaje de mar sistema nervioso. Quiere explicar hasta el malestar de la civilización... como
decía, por ejemplo, que tenía problemas que "ni Freud era capaz de explicar* si la civilización no fuese un conflicto político y económico, sino un conflicto
(E. Amorín, "Viajar es conversar", 9 de agosto de 1929). De un modo similar, de sanatorio", página 8.
en un comentario crítico de la obra de Molinar La fábula y el lobo, que sutil- 56 Ver Barrancos, Dora, La escena iluminada: ciencias para trabajadores

mente relacionaba los sueños con la realidad, Raúl Scalabrini Ortiz brindaba <1890-1930), Buenos Aires, Plus Ultra/1996, página 197.
un breve resumen de las ideas de Freud sobre los sueños ("Desde la platea: la 57 González Tuñón era el editor de la revista Contra, que comenzó a salir
fábula del loco", 29 de noviembre de 1929). en 1933 y de la cual aparecieron sólo cinco números. Beatriz Sarlo dice: "De
45 Luis Campos Aguirre (Aníbal Ponce), "La divertida estética d las citas con que la dirección de Contra organiza el álbum de recortes de la
Freud", en Revista de Filosofía 9, número 17, 1923, páginas 89-93; Ponce, izquierda, podría armarse un colage, muy de época, entre psicoanálisis y
"Madame Sokolnicka". / política en la versión de los tempranos años treinta". Una modernidad
46 Ver v.g.. Rocha, Gilberto Santos da, Introduqao ao nascimento de periférica: Buenos Aires, 1920 y 1930, Buenos Aires, Nueva Visión, 1988, página
psicanálise no Brasil, Río de Janeiro, Forense Universitaria, 1989. 140.
47 Whitley, Richard, "Knowledge Producers and Knowledge Acquir; 58 V.g., "Patogenia de las neurosis obsesivas", en La Semana Médica, 4 de
x
Popularization as a Relation Between Scientific Fields and Their Publics", en marzo de 1927. Revirtiendo el patrón habitual, Bermann criticaba las teorías
Expository Science: Forms and Function of Popularization, Terry Shinn y Richard janetianas a la luz de las teorías freudianas. Ver también "Una grave deficien-
Whitley (comps.), Dordrecht, Reidel, 1985, página 7. cia en la medicina argentina", en La Semana Médica 47, número 19, 9 de mayo
48 Rojas, Nerio, " L a histeria después de Charcot", en Revista de de 1940.
Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal 12,1925, página 458 y ss. V 59 Otros editores eran Arturo Ameghino, un psiquiatra tradicional; Gon-
49 Gorriti, Fernando, Psicoanálisis de los sueños en un síndrome de zalo Bosch; el psicólogo y ensayista Alberto Palcos; Enrique Mouchet, un
desposesión: estudio psicosexual freudiano de 74 sueños de un alienado que terminó líder socialista, psiquiatra y profesor de psicología; los médicos españoles
por curarse de este modo, Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos, 1930. En Emilio Mira y López y Gonzalo Rodríguez Lafora; Edoardo Weiss, un psicoa-
el mismo año hizo un intento de crítica literaria usando el psicoanálisis en nalista italiano, y una figura por demás interesante, James Mapelli, un
"La fuerza ciega del Dr. Vicente Martínez Cuitino desde el punto de vista hipnotista que había llegado a la Argentina desde Italia en 1920 con la repu-
freudiano", en La Semana Médica, 1" de agosto de 1929, páginas 320-23. tación de ilusionista. Volveremos sobre él más adelante.
50 Gorriti, Psicoanálisis, 15. 60 "Programa", Psicoterapia, número 1, enero, 1936.
. 51 En 1935 un estudiante de medicina de tercer año le escribió a Freud en 61 Ibíd.

castellano criticando algunos aspectos de su teoría de los sueños. Freud le a Prof. Segismundo (sic) Freud, "Dostoyevsky y el parricidio", Psicotera-

100 71
pia, número 3, septiembre de 1936; Prof. Dr. Sigmund Freud, "Los tipos psi-! tesia general para convencer a un paciente de que un tumor que en realidad
cológicos", y C. G. Yung (sic), "Los símbolos religiosos de la madre y elj nQ existía había sido extraído. También relata haber engañado a una paciente
renacimiento", en Psicoterapia, número 4, mayo de 1937. El mismo número ' para sugestionarla. La paciente era fácil de engañar, dice Thénon, debido a su
incluía un obituario sobre Alfred Adler. "simplicidad (mental)". Psicoterapia comparada, 66-67, 74 y ss., 93 y ss.
63 Garma, Ángel, "La proyección y la vuelta de los instintos contra el yol 77 Psicoterapia, 2, mayo, 1936.
en el sueño", en Psicoterapia, número 3, septiembre de 1936, y "Evolución y| ™ Ahora Thénon citaba los trabajos de Freud en francés, castellano y
nuevos problemas en la teoría", en Psicoterapia, número 3, septiembre dej a l e m á n así como también desarrollos recientes de la teoría psicoanalítica tales
1936. como un artículo de Melitta Schmideberg, la hija de Melanie Klein, de 1933.
64 En 1948 Bermann escribió el prólogo para el libro Principios elementales|
" Thénon, Jorge, Neurosis obsesiva: el sado-masoquismo en el pensamiento
de filosofía, de Politzer, Buenos Aires, Problemas, 1948. obsesivo y en la evolución sexual, Buenos Aires, Ateneo, 1935, página 48.
65 Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografía colectiva del psicoanálisis enjj
"Ibíd., 378.
la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991, página 60. É " Thénon, "La psiquiatría en el año 50 del siglo XX.", en Cursos y
66 Pizarro Crespo, Emilio, y Lelio Zeno, Clínica psicosomàtica, Bueno«] Conferencias 21, octubre-diciembre de 1952, página 352. Resulta interesante
Aires, Ateneo, 1945. comparar esta visión crítica del psicoanálisis con las ideas que Thénon
67 Pizarro Crespo, Emilio, "Rôle des facteurs psychiques dans lei había expresado antes en la misma institución. Ver v.g., "Alfredo Adler
domaine de la clinique (communication fait à la Société Psychanalytique del (1870-1937): las proyecciones de su teoría en la psiquiatría moderna", en
Paris, le 2 mai 1935)", en Revue Française de Psychanalyse 8,1935. Cursos y Conferencias 7, abril de 1937, páginas 69-83, y "Sigmund Freud: su
68 Pizarro Crespo, Emilio, "El movimiento psicoteràpico en Francia", en| influencia". Aunque Thénon seguía simpatizando con el psicoanálisis a
Psicoterapia, número 1, enero de 1936. En "Las neurosis obsesivas y las fobiasJ finales de los '30, estaba dándole forma a la idea que se convertiría en la
aportaciones psicoterapéuticas y metodológicas de cinco casos clínicos", eaj base de su crítica posterior: el psicoanálisis no tiene en cuenta el factor
Psicoterapia, número 2, mayo de 1936, citaba a Lacan, también a Jaspers y aj social. Ver Thénon, "Sigmund Freud", en Vezzetti, Freud en Buenos Aires,
Jung- _ 280-293.
69 La respuesta de Freud (dirigida al Dr. Monteiro García de Cordobán a Para datos biográficos sobre Beltrán, ver Kohn Loncarica, Alfredo,

estaba fechada el 18 de enero de 1934; se encuentra en la Colección Sigmund» "Juan Ramón Beltrán (1894-1947): datos bibliográficos y bibliografía históri-
Freud, Caja B17, Biblioteca del Congreso. La carta de Pizarro Crespo a Jonejf ca", en Actas de las Segundas Jornadas de Historias del Pensamiento Científico
está fechada el 23 del diciembre de 1934 y se halla en el archivo de la BritisM Argentino, Buenos Aires, 5, 6 y 7 de julio de 1984.
a Ver Beltrán, Juan Ramón, "La tumba de Lombroso", en La Semana
Psychoanalytic Society, doc. g 0 7 / b c / f 0 5 / 0 9 . Agradezco al staff de ambas insf
tituciones por facilitar mi trabajo en esos archivos. No pude localizar la prij Médica, 31 de octubre de 1929.
84 Beltrán, Juan Ramón, "Psicoanálisis y el médico práctico", en Psicote-
mera carta enviada a Freud.
™ Ver Pizarro Crespo, Emilio, "¿Por qué debe evitarse la violencia en ksd rapia 3, septiembre de 1936. Entre otros errores de interpretación, Beltrán
niños?", en El Hogar, 1® de enero de 1937, y "Las razones de la elección amof atribuía la asociación libre a Jung. Para un análisis de los usos del psicoaná-
rosa", en El Hogar, 15 de octubre de 1937. I lisis en la educación, ver Beltrán, "El psicoanálisis en sus relaciones con la
71 Pizarro Crespo, "Neurosis obsesiva", 43. pedagogía", en Humanidades 5, La Plata, 1922, páginas 29-42.
n Pizarro Crespo, Emilio, "El narcisismo: de una actitud psíquica a u n i 45 Las minutas de la sociedad revelan que estaba experimentando difi-

enfermedad social del erotismo", en Freud en Buenos Aires, 1910-1930, Huga cultades financieras y que el nombramiento de miembros titulares era una
Vezzetti (comp.), Buenos Aires, Puntosur, 1989, páginas 240-44. fuente importante de ingreso de fondos. Ver "Séance du 17 mars 1931", en
73 Pizarro Crespo, Emilio, "Psicodiagnóstico y psicoanálisis: aportacicfl "Comptes Rendus", Revue Française de Psydtanalyse, número 4, 1930-31.
nes clínicas y terapéuticas", en La Semana Médica, 7 de marzo de 1935, página * Enrique Pichón Rivière publicó su primer artículo sobre psicoterapia
782. f (basado en Jung y en Adler más que en Freud) en los Anales de Biotipologia,
74 Cabrai, César Augusto, "Jorge Thénon y la psiquiatría argentina", e j Eugenesia y Medicina Social en enero de 1934.
Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 15,1969, páginas 367-81. " Sobre las ideas de Pende, ver Stepan, "Hour of Eugenics"..., 60.
73 Thénon, Jorge, "Thénon visto por Thénon", en Acta Psiquiátrica y Psii M Un artículo sobre Alemania publicado en los Anales, I, número 7,1® de

cológica de América Latina 15,1969, páginas 381-85. La carta de Freud se perdi« julio de 1933, expresa lo siguiente: 'Tenemos, pues, motivos para pensar que
cuando la policía, buscando a un militante anarquista, allanó la imprentJ con el resurgir de Alemania, dentro del régimen de disciplina que caracteriza
donde se la estaba imprimiendo. Una copia de ella, sin embargo, se publica su actual organización política, los seguros sociales serán para ese país, lo
traducida en la Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, número 171 que previeron las estadistas del Imperio, y en consecuencia no podrían sino
1930, junto a un artículo de Thénon, "Contribuciones a un estudio del sueño favorecer a las clases productivas".
en las neurosis". El artículo y la carta están incluidos en el libro de Vezzettil " Aberastury, Federico, "Medicina del espíritu", en Anales de
Freud en Buenos Aires 1910-1939, Buenos Aires, Puntosur, 1989, páginas l9tt| Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social I, número 3,1® de mayo de 1931, pági-
214. Thénon añrmó haber recibido dos cartas más de Freud pero nunca las| nas 15-25. Ver también su artículo "Las teorías de Freud", en Anales de
hizo públicas. Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social 7, 1® de julio de 1933.
76 Thénon refiere haber practicado cinco cirugías injustificadas con anesf 90 Anales, 3, número 88, octubre de 1939, 2. Resulta interesante señalar

100
73
si

que otras revistas, menos comprometidas políticamente, no publicaron notas] reS, Ediciones Culturales Argentinas, 1962, páginas 38-39; Sarlo, Modernidad,
necrológicas cuando Freud murió. -1 107.
91 Foradori, Américo, Perfiles psicológicos argentinos, Buenos Aires, 1944.1 102 Martín Fierro 3, número 3 0 , 8 de julio de 1926. Esta es la única referen-
92 Mercante, Víctor, La paidología: estudio del alumno, Buenos Aires, M.J
cia al psicoanálisis que encontré en Martín Fierro. Sólo pude hallar una men-
Gleizer, 1927. | ción al psicoanálisis en Proa. Ver Guillermo de Torre, "Neodadaísmo y supe-
® Ver v.g., Jiménez de Asúa, Luis, "Valor de la psicología profunda en¡ rrealismo", Proa 2, número 6, enero de 1925.
ciencias penales (psicoanálisis y psicología individual)", en Revista del 103 Ver por ejemplo. Giusti, Roberto, "La polémica sobre Freud", en
Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal 22, número 131, 1925, páginas 596.1 tlosotros. julio de 1924; Rabinovich, Marcos, "Psicología freudiana", en Noso-
630; Rodríguez Lafora, Gonzalo, "La paranoia ante los tribunales de justicia";! tros, enero de 1930. Nosotros también publicó algunos extractos de Gog, de
en Revista de Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal 22, número 131, 1925,1 Giovanni Papini, entre ellos una entrevista simulada a Freud y un comentario
páginas 631-50. A J e Francisco Romero sobre el psicoanálisis.
94 Ver, por ejemplo, J. Delpiano y E. López Bancalardi, "Pericia médico-1 104 Sagitario, de La Plata, publicó dos artículos sobre el tema: Mariátegui,
legal. El estado mental del homicida Rafael Ladrón de Guevara", en Revista de José Carlos, "Freudismo en la literatura contemporánea", julio-agosto de 1927,
Psiquiatría y Criminología VI, número 32, mayo-junio 1941, donde luego de y Rodríguez, Mariano Ibérico, "Bergson y Freud", octubre-noviembre de 1926.
enfatizar los aspectos inconscientes que llevaron al criminal a cometer el< 105 Ver también "El punto de vista de C. G. Jung y la 'realidad del alma'",
men (citando a Freud, Jung y Adler), se lo declara competente. agosto de 1935, y una reseña del texto de Freud, Moisés y la religión monoteísta,
55 Roudinesco, Bataille de cent ans, 2, cap. I. Ver también Bretón, André, junio de 1939.
"First Manifest of Surrealism", en Art in Theory, 1900-1990: An Anthology i 106 Jung, C. G., Letters, I, Princeton, Princeton U.P, 1973, página 72, citado

Changing Ideas, Charles Harrison y Paul Word (comps.), Oxford, Blackwel£ en King, John, Sur. Estudio de la revista argentina y de su papel en el desarrollo de
1992, páginas 432-39. Un análisis interesante acerca de las similitudes y difeí una cultura, 1931-1970, México, Fondo de Cultura Económica, 1989, página 51.
rencias entre la concepción del inconsciente de los surrealistas y la de Freud 107 Ocampo, Victoria, Autobiografia, volumen 5, Buenos Aires, Sur, 1983,

se encuentra en Starobinski, Jean, "Freud, Bretón, Myers", en Starobinski, La página 140.


rélation critique, París, Gallimard, 1970, páginas 320-41. I0» "Carta a Angélica", París, 20 de enero de 1930, en Ocampo, Victoria,
96 Sagawa, Roberto Yutaka, "A psicanálise pioneira e os pioneros da Cartas a Angélica y otros, Buenos Aires, Sudamericana, 1997, página 20.
109 Sur, 60, septiembre 1939, página 96.
psicanálise em Sao Paulo", en Cultura da psicanálise, Sérvulo A. Figueir*
110 Canto, Patricio, "A propósito de Freud", en Sur, 62, noviembre 1939,
(comp.), Sao Paulo, Brasilense, 1985. Ver, por ejemplo, de Mario de Andrade,
"Prefácio Interessantíssimo", 1928, ambos en Schwartz, Jorge, Vanguardü páginas 62-3.
latino-americanas: Polémicas, manifestos e textos críticos, San Pablo, Editora d» ni Ver v.g., Calimano, E. Luis, "El narcisismo en la poesía femenina de
Universidade de Sao Paulo, 1995. Para una discusión esclarecedora acerca de Hispano-América", en Nosotros 25, número 264, mayo de 1931. Para un uso
las diferencias entre el modernismo brasileño y el argentino, ver Morse, muy crítico de los conceptos freudianos, ver Gómez de Baquero, Eduardo,
Richard, 'The Multiverse of Latín American Identity, c. 1920-c. 1970", en "Lerendo a Pérez de Ayala: una novela y un problema", en El Hogar, 5 de
Ideas and Ideologies in Twentieth-Century Latin America, Leslie Bethell (comp.) mayo de 1923. Ver también Oria, José, "El teatro de Lenormand, antes y
New York, Cambridge University Press, 1996, páginas 3-132. después de la influencia de Freud", en Revista de Criminología, Psiquiatría y
97 Sarlo, Beatriz, "Vanguardia y criollismo: la aventura de Martín Fierro" Medicina Legal 22, 1935, páginas 554-72 y Gorriti, "Fuerza ciega".
112 Ver, por ejemplo, el análisis que hace el narrador sobre los deseos
en Carlos Altamirano y Beatriz Sarlo, Ensayos argentinos: de Sarmiento a '
vanguardia, Buenas Aires, Centro Editor de América Latina, 1983, página* inconscientes de Erdosain y cómo sitúa sus orígenes en el vínculo establecido
211-60. con su padre durante la infancia, en Arlt, Roberto, Los lanzallamas, Caracas,
* El término "modernismo" se refiere aquí a dos cosas diferentes. Para Biblioteca Ayacucho, 1978, páginas 312-13.
el caso de Brasil alude concretamente al movimiento de vanguardia originado- 1,3 Martínez Estrada, Ezequiel, "Sobre Radiografía de la pampa (preguntas

en la "Semana Modernista" de San Pablo de 1922. En la Argentina y otro» y respuestas)", en Leer y escribir, Buenos Aires, 1969, citado en León Sigal,
países latinoamericanos lo que se conoce como literatura modernista es e' "La radiografía de la pampa: un saber espectral", en Martínez Estrada, Radio-
movimiento estetizante del que el nicaragüense Rubén Darío fue tal vez c grafía de la pampa, edición crítica, 503.
máximo exponente. Era en oposición a este último que la vanguardia argén 114 Vezzetti, Aventuras de Freud.

tina se definía a sí misma. Ver Morse, Richard, "The Multiverse of Latín- 115 Scobie, James, Buenos Aires: Plaza to Siiburb, 1870-1910, New York,

American Identity". Oxford University Press, 1974; Romero, José Luis, y Luis Alberto Romero,
99 Mientras el "Manifiesto Futurista", por ejemplo, señalaba que "un Buenos Aires, historia de cuatro siglos, 2 volúmenes, Buenos Aires, 1983; Walter,
automóvil rugiente que parece atrepellar a una ametralladora es más belL Richard, Politics and Urban Growth in Buenos Aires, 1910-1942, New York,
que la Victoria de Samotracia", Martín Fierro "mantiene que un buen Hispana Cambridge University Press, 1993.
Suiza es una obra de arte mucho más perfecta que una silla sedán de los 116 Sobre libros baratos, ver Romero, Luis Alberto, "Una empresa cultu-

tiempos de Luis XV". ral: los libros baratos", en Sectores populares, cultura y política: Buenos Aires en
100 Martín Fierro 3, 8 de junio de 1926, páginas 229-30. '« entreguerra, Luis Alberto Romero y Leandro Gutiérrez (comps.), Buenos
101 Córdova Iturburu, Cayetano, La revolución martinfierrista, Buenos Ai Aires, Sudamericana, 1995.

100
75
ì

1,7 Para una mirada perceptiva acerca de los cambios en las relaciones enti%| 134 Jornada, 30 de enero de 1932.
los sexos emanada de un contemporáneo, ver Scalabrini Ortiz, Raúl, El hombrtí 135 Jornada, 19 de septiembre de 1931.
que está solo y espera (1931), Buenos Aires, Hyspamérica, 1986, páginas 55-56. 136 Jornada, 20 de agosto de 1931. Sobre desarrollos en psiquiatría ver
íi» Ver v.g., "¿Se debe decir a los niños siempre la verdad?", en El Hogarí piotkin, "Freud, Politics".
19 de enero de 1923. d 137 Para una discusión de otros ejemplos sobre análisis de sueños en
119 Sarlo, Beatriz, La imaginación técnica: sueños modernos de la adtura ar-| publicaciones populares ver Piotkin, Mariano, 'Tell me your Dreams: Psy-
gentina, Buenos Aires, Nueva Visión, 1992, página 15. choanalysis and Popular Culture in Buenos Aires, 1930-1950", en The
120 En 1919, El Hogar publicó una serie de artículos titulada "La ciencia ali Americas 55, número 4, abril de 1999.
alcance de todos" donde se trataban temas como el sistema nervioso de lasl i3» Para más detalles sobre el libro de Hidalgo-Gómez Nerea, ver
plantas, experimentos en física, obesidad, química y alquimia. 'A Vezzetti, Aventuras de Freud, 183-245.
121 Sarlo, Imaginación técnica, página 13. Sa
122 Balán, Jorge, Profesión e identidad en una sociedad dividida: la medicina y eñ

origen del psicoanálisis en la Argentina, Buenos Aires, CEDES, 1988, página 9.-í|
123 Mapelli, James, La psicoinervación: estudio de la acción psíquica sobre í

funciones vitales, Buenos Aires, Ateneo, 1928. Ver también-Bermann, Gregorio!


"James Mapelli", en Revista Latinoamericana de Psiquiatría I, número 2, 1952¡|
Balán, Cuéntame tu vida, páginas 54-55. Ú
124 Thénon, "Thénon visto por Thénon". -m
125 índex publicó ocho reseñas de libros realizadas por Arminda

Aberastury en un solo número (noviembre de 1942). «


126 Los sueños han sido un tema de interés desde mucho antes de la

llegada del psicoanálisis. Entre los artículos sobre experimentos científicos f.


psicológicos. El Hogar publicó una cantidad de notas sobre sueños en la déca-
da del '20; v.g., "Una teoría del ensueño", 25 de agosto de 1922; "Los sueños"^
31 de octubre de 1924. Algunos de los relatos breves también trataban de
sueños, v.g., J. García Gómez, "El extraño caso de Carlos Funes", 21 de no-
viembre de 1924.
127 La combinación que efectuaba Crítica entre la actualización tecnológica

y el sensacionalismo atrajo a una gran cantidad de lectores, en especial de las


clases bajas y medias. Ver Sarlo, Imaginación técnica, página 68. Su staff incluí
a algunos de los mejores escritores del país: Roberto Arlt, Conrado Nalé Roxlo,
Enrique y Raúl González Tuñón y Jorge Luis Borges. Durante un período breve
de tiempo, Enrique Pichón Rivière escribió notas sobre deportes y artes. Vei
Zito Lema, Vicente, Conversaciones con Enrique Pichón Rivière sobre el arte y la
locura, Buenos Aires, Cinco, 1992, página 127. Para detalles sobre CriticaiJorna-
da ver Saítta, Silvia, Regueros de tinta: el diario Crítica en la década de 1920,
Buenos Aires, Sudamericana, 1998; Botana, Helvio, Memorias. Tras los diente^
del perro, Buenos Aires, Peña Lillo, 1977; Talice, Roberto, 100.000 ejemplares pei
hora. Memorias de un redactor de Crítica, Buenos Aires, Corregidor, 1977.
124 Sarlo, Imaginación técnica, páginas 68-69. Un interés similar se encueté!

tra en publicaciones como El Hogar. %


129 Jornada, 20 y 22 de agosto de 1931.
130 Para enfatizar el abordaje científico del psicoanálisis, el 25 de agosto^

de 1935 Jornada publicó una larga entrevista con el psicólogo francés Georg"
Dumas —estaba de visita en Buenos Aires en ese momento— acerca de l i
importancia del psicoanálisis.
131 Jornada, 25 de agosto y 28 de noviembre de 1931.
131 Jornada, 16 de enero y 18 de febrero de 1932".
133 Jornada, 24 de octubre de 1931. Aparentemente un curandero cubani

había nombrado a Thénon como coautor de uno de sus libros. Jornada s~


preocupó por aclarar que un psicoanalista tan serio como Thénon no podi"
tener nada que ver con el curanderismo.

100 76
CAPÍTULO 2

LA FUNDACIÓN DE LA APA Y EL DESARROLLO DEL


MOVIMIENTO PSICOANALÍTICO ARGENTINO

El año 194% marcó el comienzo de una nueva era en el desa-


rrollo del psicoanálisis en la Argentina. En ese año un grupo de
médicos relativamente jóvenes y con ideas renovadoras,
liderados por el emigrado español Angel Garma, fundó la Aso-
ciación Psicoanalítica Argentina (APA).1 La nueva asociación
recibió el reconocimiento de Ernest Jones, en ese entonces presi-
dente de la International Psychoanalytic Association CIPA). Este
reconocimiento, sin embargo, era sólo provisional ya que la
aceptación formal de una nueva asociación psicoanalítica por
parte de la IPA sólo podía llevarse a cabo por votación en uno
de los congresos internacionales, y la guerra en Europa no per-
mitía prever cuándo se realizaría el siguiente. Finalmente, la_
incorporación oficial de la APA a la IPA se materializó en 1949
durante el primer congreso psicoanalítico de posguerra que
tayo lugar en Zurich. La APA se convirtió así en la primera"
asociación psicoanalítica latinoamericana admitida formalmen-
te en el seno de la organización internacional.
Desde el comienzo la nueva asociación llevó a cabo una
intensa actividad. Un año después de su creación, en 1943. la
APA comenzó a editar la primera revista psicoanalítica del
mundo publicada en idioma español: la Revista de Psicoanálisis,
que ha continuado saliendo sin interrupción hasta la fecha, con-
virtiéndose además en una de las revistas más longevaís del
país. Los fundadores de la APA, con excepción de uno, estaban
conectados sólo marginalmente con el establishment psiquiátri-
co; constituían un grupo profesional bastante particular y bien
diferenciado de los psiquiatras que se habían interesado en el
psicoanálisis en las décadas anteriores. —
Desde mediados de la década del '30M.rnaldo Rascovsky^
un joven pediatra que había desarrollado un fuerte interés por
la medicina psicosomática y la endocrinología, se venía reunien-

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do los domingos a la tarde en su consultorio con un grupo de diversos antecedentes profesionales y personales. Mientras Ras-
personas, muchas de los cuales no pertenecían a la profesión c o v s k y utilizaba terapias de orientación psicoanalítica para tratar
médica, para leer y discutir las obras de Freud. Las reuniones n i ñ o s obesos, el abogado Simón Wenceblatt su cuñado, no veía
eran informales y en ellas participaban también miembros de la para el psicoanálisis una aplicación profesional inmediata con
fapEnüÍa-de_Ras.Cí2YsJk.3C-.y de su_esposa Matilde Wenceblatt. En e x c e p c i ó n de una posible utilización e_n la criminología.
algún momento Rascovsky fue presentado a Enrique Pichón Aparte del interés por el psicoanálisis, los miembros del
Rivière; los dos mantenían relaciones con círculos artísticos de grupo original tenían bastante poco en común.(Rascovsky)era
vanguardia que para entonces habían comenzado a mostrar in- un médico judío proveniente de una familia de inmigrantes ru-
terés en el psicoanálisis como sistema de pensamiento.2 (Pichón sos, educado en un ambiente liberal y relativamente culto. Se
jRivièrj)v su esposajCTCíminda Aberastury) pronto comenzaron a había graduado en medicina muy joven y en 1930 ya era un
participar de las reuniones organizadas por Rascovsky. Este respetado pediatra con una nutrida clientela proveniente parti-
grupo fue ampliando gradualmente el número de sus miem- cularmente de la clase media judía porteña. También trabajaba
bros. Matilde Wenceblatt y otras^sgosas de los miembros_xlg~ en el Hospital de Niños, donde enfrentaba una creciente ola de
grupo (en su amplia mayoría hombres) que asistían a los en-, antisemitismo.
cuentros no poseían títulos universitarios y en un principio par- (Pichón Riviére^nacido en Suiza, había emigrado a la Argen-
ticipaban sólo marginalmente en las discusiones. Sin embargo, tina con sus padres cuando era un niño pequeño y creció en la
pronto se fueron interesando en el psicoanálisis y comenzaron a provincia de Corrientes, donde su familia se había establecido a
-intervenir más activamente. Más tarde, cuando finalmente se poco de llegar al país. Más tarde se mudó a Buenos Aires para
creó la asociación, fueron admitidas como integrantes y poste- estudiar medicina y, mientras concurría a la universidad, se co-
riormente llegaron a la jerarquía más alta de la profesión analí- nectó con el ambiente de la bohemia porteña y de los artistas de
t i c a como miembros didactas.3 / vanguardia. En ese medio desarrolló un fuerte interés pnr P !
Para los participantes de este grupo de discusión informal surrealBamay en particular por la obra del poeta franco-urugua-
el psicoanálisis era un tópico de discusión permanente y se con-* yo del_ siglo diecinueve Isidore Ducasse, más conocido como
virtió en el tema de conversación obligada en las reuniones fa J Conde de LaatréamonL. sobre el que escribió numerosos artícu-
miliares de los Rascovsky-Wenceblatt. "En la sobremesa se que-: los. Cuando conoció a Rascovsky y pasó a formar parte del gru-
daban Arnaldo y algunos hermanos de Matilde y entonces... se po de estudio de psicoanálisis, Pichón era un psiquiatra joven
contaban los sueños y se los analizaban", recuerda Carlos Mario pero ya bien establecido en el sistema público de asistencia psi-
Aslán, sobrino de Rascovsky y él mismo un prestigioso analista, quiátrica. Su carrera se desarrollaba bajo la tutela del(0r. Gonza-j
ex presidente de la APA. El psicoanálisis formaba parte también [lo Bosch^ entonces director del Hospicio de las Mercedes.
de las conversaciones con los niños de la familia: La esposa de Pichón,(Arminda Aberastury) pertenecía a una
"Después de que Arnaldo terminaba de trabajar, los sába- familia de intelectuales de ascendencia vasca que gozaba de
dos dormía la siesta... y a las 5 nos llevaba a Raquelita y a mí, y buena posición social. Uno de los hermanos de Arminda, Fede-
a algún otro amigo, al cine. Salíamos del cine e íbamos a comer rico Aberastury, había estudiado medicina y, pese a que aparen-
pizza a Las Cuartetas, y él interpretaba la película. Me daba temente no logró terminar sus estudios, desarrolló un fuerte
vergüenza por las cosas que decía, yo era un púber, ni siquiera interés por el psicoanálisis y publicó diversos artículos sobre el
un adolescente".4 tema tanto en revistas médicas como en otras de carácter popu-
lar.5 El caso de Federico Aberastury e j e m p l i f i c a muy bien la
existencia de esa "zona gris" ocupada por la psicoterapia en los
En esos momentos tempranos los miembros del grupo de márgenes de la. profesión médica. Aunque no poseía título
; estudios aún no consideraban el psicoanálisis como una proíe- ; profesionajLera_bien aceptado en losdrculos médicos. Otro her-
; sión. Además KchonRiviereera el[único^d^ellos que tenía co- mano de Arminda. Pedro,, era abogado y también se interesó por
1 nexiones fírmesTcon el mundo de la psiquiatría/M psicoanálisis el psicoanálisis. Pronto pasó a formar parte del gupo de Ras-
I era vivido como una pasión intelectual^ compartida por gente con covsky y más tarde se convirtió en el asesor legal de la joven

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APA. En 1957 fue nombrado subsecretario de Educación de la tos para la formación psicoanalítica establecidos jporJa IPA. De
Nación. Otros miembros del grupo original, tales como Luisa hecho Garma eramiémbrotitülái^de la ^asociación internacio-
Alvarez de Toledo o Alberto Tallaferro, eran estudiantes o gra- nal.10 Por 1° tanto, llegó a Buenos Aires portando credenciales
duados recientes en medicina. En algún momento, Konstantin psicoanajíticas indiscutibles y en cierta medida jimcas,. A efec- '
Gavrilov. un exiliado de origen ruso que había estudiado refle- tos de legalizar su situación revalidó su título de médico poco j
jos condicionados con Pavlov y que escribiría un libro sobre las * después de llegar al país. En 1939 Cárcamo también se instaló /
posibles relaciones entre el psicoanálisis y los reflejos condicio-;; definitivamente en la Argentina con credenciales semejantes a jG«¿Lcommo
nados, también se acercó al grupo de Rascovsky aunque no se las de Garma.
integraría a la APA. 6 Los arribos de Garma y de Cárcamo al país inyectaron nue-
En 1938/AngeTGarnuDemigró a Buenos Aires. Garma eraui\1 va energía al proceso de difusión del psicoanálisis dentro de los
psiquiatra egpañol que había completado su formación psicoa-| círculos médicos. El mito oficial promovido por la APA y por
nalítica en Berlín bajo la dirección de TheodorRgik. Kn bspana ] Garma mismo enfatiza la férrea resistencia que los psiquiatras , ,au2}Jtf
había estudiado bajo la guía del Premio Nobel Sántiago Ramón ; locales supuestamente opusieron al psicoanálisis. Además, en J
y Cajal y del fisiólogo Gregorio Marañón, quien en algún mo- i una entrevista otorgada en 1979 Garma dijo que, a la luz de su
mentó también se interesó por el psicoanálisis. Originalmente ¡ experiencia previa en España, él había tratado de evitar todo
Garma había ido a Alemania con la idea de completar allí su contacto con el establishment psiquiátrico de la Argentina debi-
especialización en psiquiatría pero pronto cambió de opinión (y do a lo poco que se podía esperar de él.11 La naturaleza del
de carrera) luego de que una compañera de estudios en Berlín lo vínculo entre los primeros psicoanalistas y los psiquiatras pare-
introdujera en el mundo del psicoanálisis. Así fue como Garma ce, sin embargo, haber sido muy distinta de la recordada por
abandonó su idea original de perfeccionarse en psiquiatría y en s Garma o la descripta por la narrativa oficial de APA.
cambio entró en contacto con Max Eitington, entonces presiden- : Desde el momento mismo de su arribo a Buenos Aires, tan-
te de la asociación psicoanalítica berlinesa. Eitington lo derivó a l to Garma coim CárcamcL (el primero en particular) recibieron I
Reik para su análisis didáctico. Casi sesenta años después de su una cálida bienvenida de parte de las figuras más destacadas de|
encuentro con el psicoanálisis, Garma lo describía como "una í la psiquiatría argentina. El importante libro de Garma, Psicoaná-
cosa maravillosa. Tuve la sensación de que eso es lo que había ; lisisdeTossueños, recibió excelentes comentarios críticos en pres-
estado buscando toda mi vida, sin saberlo". 7 En Alemania ? tigiosas revistas médicas, entre ellas, la Revista de la Asociación
Garma tuvo la oportunidad de supervisar casos con algunos de Médica Argentina. Garma y Cárcamo comenzaron pronto a pu-
los grandes nombres del psicoanálisis internacional tales como blicar artículos en casi todas las revistas psiquiátricas importan-
Karen Horney y Otto FenicheL De vuelta en España. Garma se;; tes) incluyendo la Revista deTsicfuiatría y CriminQÍagfo~(sucesora
empleó como experto forense en el tribunal de menores de Ma- ' de la legendaria Archivos de Ingenieros) eíndeXj, la revista biblio-
drid. Cuandoegtaljó la Gugrra Civil, se mudó a Francia, donde •• gráfica que funcionaba como publicación oEcial del Hospicio de
estableció contactos con la comunidad~psicoánafítica parisina. las Mercedes. Tanto Garma como Cárcamo participaban activa-
En París conoció, a través del español Rof Carballo, a (Celes Cár-j mente en congresos y daban conferencias, en. distintas socieda-
jicamo,) un médico argentino que estaba haciendo en ese momen- des médicas y criminológicas.12 Garma, en particular, parece
to su formación psicoanalítica allí.8 Garma tenía parientes cerca- haber ocupado un papel muy activo dentro de la comunidad
nos establecidos en la Argentina,9 y dado que la situación en psiquiátrica argentina. En 1941 la Revista de Psiquiatría yLt-""
España se estaba deteriorando rápidamente, se dejó convencer Criminología introdujo el psicoanálisis como una nueva catego-
por Cárcamo, quien estaba planeando su propio retorno al país, ría en su sección de reseñas bibliográficas. En los años siguien-
y emigró también él a la Argentina. tes el número de las reseñas de libros sobre psicoanálisis creció,
Cuando llegó al país Garma ya era conocido en los círculos superando ampliamente las de libros sobre otras temáticas.
psiquiátricos locales. Había publicado artículos en revistas pres- Garma era,virtualmente el únim rpcp^aHpr libros psicoanalí-
tigiosas como Psicoterapia. Además era la jíiñcajgersoja <*n L» ticos^y se convirtió, de este modo, en una presencia relevante
Argentina que había completado satisfactQrj^amejqteJQSjcequiai- dentro de la revista. Un fenómeno similar ocurrió en la revista^
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índex, de la cual Enrique Pichón Rivière era uno de sus editores, sus servicios como traductora y asLxonocjó _a_ Garma. Pronto
bl nombre de Garma venía figurando en la lista de colaborado- comenzó a colaborar con Arminda Aberastury en la traducción
res de la revista desde 1939, y él comenzó a publicar reseñas de de las obrastie Melanie Klein. Aberastury, que hacía poco había
libros sobre psicoanálisis a partir de 1941. Index publicó su libro c o m e n z a d o ~ s u carrera como analista de niños, convenció a
Psicoanálisis: presente y perspectiva. G o o d e de que ella también tomara ese camino y comenzara a
Rascovsky y Pirho^ pronto se acercaron a Garma v Cárra- p r a c t i c a r psicoanálisis infantil: "...la Negra [Aberastury] tam-
ajo. El interés en la relación así establecida era mutuo. Rascovs-; bién me dijo, ¿por qué estás dando clases de inglés cuando po-
ky y, en especial, Pichón Rivière podían (y de hecho parecen' drías estar analizando chicos? Empecé a analizar chicos".14 Las
haberlo hecho) facilitar el contacto de los recién llegados con los esposas de tres de los miembros del grupo de fundadores de lar'
círculos médicos y psiquiátricos. Por otro lado, Garma y Cárca- APA, Matilde Wenceblatt, Arminda Aberastury y Betty Goode,
mo, los únicos dos analistas en la Argentina que podían exHIBif se unieron a la APA como candidatas tan pronto como la insti-
credenciales psicoanalíticas reconocidas internacionalmente, tución fue creada. Llegarían poco después al rango de analistas
eran por este motivo ljDs únicos autorizados para llevar a cabo el didactas. Goode y Aberastury fueron las primeras analistas de
análisis didáctico requerido por la IPA. En consecuencia, los nuestro país enaplicar el pgicoanális^
miembros del grupo de Rascovsky que quisieron comenzar su En 1940 se comenzó a discutir en el seno del grupo infor-
análisis, terapéutico o didáctico, debieron hacerlo con uno de mal, liderado por Garma y en menor medida por Cárcamo, la
los dos. Esto dio lugar a más de una situación confusa. Buena posibilidad de formar una asociación psicoanalítica afiliada a la
parte de la familia Rascovsky, por ejemplo, se analizaba con IPA.-La presencia en la Argentina de dos analistas con forma-
Garma^ Tal como recuerda un miembro de la misma, "empeza- ción completa y afiliación a la IPA daba credibilidad al proyec-
ron todos y Garma, creo que de una manera totalmente errónea, to. Con este objetivo se llevaron a cabo reuniones en una confi-
los tomó a todos. Analizó a toda la familia, a los siete hermanos tería de moda. Participaron de estos encuentros los miembros
y a casi todos los cónyuges, y a los hijos también. Un quilombo más destacados del grupo original y fueron invitados también
notable..." 13 algunosjdeJogjxiá^
En Buenos Airpg Harma conoció a la mujer que sería su cando el pskocmálisis de manera informado que: haWan^escrito
segunda esposa(Elizabeth (Betty) Goode^una mujer joven naci- sojire Al terna—como Cregorio~~Bérmann y Jorge Thénon. Todos
da en la Argentina y perteneciente a una familia británica, que los invitados a esas reuniones eran hombres y, salvo uno, eran
había pasado parte de su infancia en Inglaterra. Según su propio médicos.15 Laidea principal detrás de estas reuniones era legiti-
testimonio, Goode había sido muy popular entre la comunidad mar el psicoanálisis a través de su transformación en una espe-
británica de la Argentina como cantante y bailarina. Además cialidad médica. Hl.provecto. sin embargo, fracasó en su primer
daba lecciones particulares de inglés y de este modo entró en intento. Aquellos, médicos que durante años habían estado prac- 1
contacto con la familia Rascovsky-Wenceblatt. Hay que recor- ticando psicoanálisis "silvestre" (sin formación psicoanalítica
dar que a partir de la década de 1930 el idioma inglés había id adecuada) rehusaban someterse a uno de los requerimientos
desplazando gradualmente al alemán como lengua oficial de básicos de la IPA: el análisis didáctico ..extremadamente costoso
movimiento psicoanalítico internacional.. Los miembros del gru- gntérminos de dinero y de tiempo. Además, para complicar aún
po protopsicoanalítico pronto persuadieron a Betty Goode para más las cosas, los únicos analistas calificados para administrar
que iniciara su análisis con (M arie Langer) una joven médica el análisis didáctico eran Garma y Cárcamo, cuya posición den-
í austríaca que había aprendido psicoanálisis en su país natal tro de la jerarquía profesional médica era considerada menos
! antes de marchar a España para servir como médica en el ejérci- sólida que la de aquellos que deberían convertirse en sus pa-
j to republicano. " Y o ya estaba en psicoanálisis porque me aga- cientes.16 Como veremos más adelante, otros factores importan-
' rraron entre todos estos psicoanalistas. ¿Cómo podía ser que yo tes impidieron que Bermann y Thénon se unieran al grupo fun-
no estuviera en análisis? Y me metieron en análisis", recuerda dador. De todos modos, según el testimonio de Rascovsky, el
Goode. proyecto no era viable en ese momento porque muy poca gente
Un día informaron a Goode que "el maestro" necesitaba de en Buenos Aires contaba con un tratamiento psicoanalítico aca-

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bado y con tres años de análisis didáctico.17 Finalmente en 1942, ausencia constituye un fénomeno particular dexLtrqdel desarro-
en un contexto diferente, se creó la Asociación Psicoanalítica llo del movimiento psicoanalítico internacional- En otros luga-
Argentina. Si bien todos los miembros fundadores tenían título res, los practicantes de psicoanálisis "silvestre" se integraban
médico, la APA también aceptaba en susL,orígenes_miembros no generalmente a la asociación oficial una vez que ésta se forma-
médicos tales-como lasTesposas deJos^fundadores. ba. Un caso típico es el de Durval Marcondes, quien fue pionero
Aunque algunos de los analistas argentinos mas prestigio- del psicoanálisis en Brasil. Luego de practicar la disciplina por
sos eran inmigrantes, el psicoanálisis se desarrolló en el país décadas sin sanción oficial ni entrenamiento adecuado (incluso
como una disciplina de carácter "local", a diferencia de lo suce- había fundado una Asociación Brasileña de Psicoanálisis de
dido en otros países como, por ejemplo, los Estados Unidos. Los muy corta duración en 1927), Marcondes promovió la instala-
miembros fundadores de la APA conformaban un microcosmos ción de la eminente psicoanalista alemana Adelaide Koch en
de la sociedad porteña de clase media. Sólo dos de ellos eran Brasil, que se convirtió en la primera analista del país con rango
extranjeros: Garma y Marie Langer (Pichón también lo era "téc- de didacta. Koch analizó a Marcondes (en el consultorio de este
nicamente" porque había nacido en Suiza, pero había vivido en último, al menos al principio), quien se tranformaría luego en
el país desde su tierna infancia). Además Garma era español, uno de los líderes del movimiento psicoanalítico "oficial" de
como lo era una porción considerable de la población de Buenos Brasil. Patrones similares (aunque menos extremos) se pueden
Aires durante las primeras décadas del siglo veinte, y tenía fa- observar en el desarrollo temprano del psicoanálisis en los Esta-
milia cercana en la Argentina. Celes Cárcamo era miembro de dos Unidos y en Francia.20
una familia aristocrática de terratenientes. Por otra parte, sólo
dos de los miembros fundadores (Rascovsky y Langer) eran de
origen judío. Profesionalización en una sociedad polarizada
En contraste con lo sucedido en Estados Unidos en las déca- f QS
das del 30 y del 40, la Argentina no recibió a un número impor- A partir de la década del 20 la IPA había logrado imponer i
. tante de analistas europeos con carreras ya establecidas en Eu- pautas muy estrictas para la formación de psicoanalistas. Estas /
ropa. En Estados Unidos, los chistes sobre psicoanalistas se con- normas se hicieron aún más rígidas después de la Segunda Gue-
taban invariablemente simulando un acento alemán; nada de rra Mundial. La formación analítica en una asociación psicoana-
esto ocurría en la Argentina donde en general (salvo pocas ex- lítica afiliada a la IPA era (y sigue siendo, aunque algunas de las
cepciones) el español que hablaban los psicoanalistas era perfec- normas se han flexibilizado en las últimas décadas) muyjcostosa
tamente fluido.18 De hecho, la mayoría de los analistas argenti- en tiempo y dinero, y sumamente rigurosa. Con algunas varia-
nos nacidos en el exterior (y en este sentido Garma y Langer ciones entre los distintos países, los requisitos impuestos por la
fueron más la excepción que la norma) había comenzado su for- IPA para un entrenamiento psicoanalítico típico incluían, en los ^
mación analítica en el país y, por lo tanto, no eran percibidos años '40 y '50, alrededor de 300 horas de análisis didáctico, asis-
como extranjeros que trataban de imponer sus ideas en la socie- tencia y aprobación de seminarios durante tres o cuatro años, a
_dad. Como los psicoanalistas argentinos eran un producto local, tratamiento de dos o tres casos completos bajo la supervisión des,
su disciplina no era percibida como "exótica" o "judía" tal como un analista didacta y la presentación de un trabajo monográfico!
^ocurría en otros países.19 importante. Después de todo esto, el candidato exitoso lograba!
,-s»" Ninguno de los psiquiatras que habían mostrado interés ser aceptado como miembro adherente de la asociación, con la|
por el psicoanálisis durante las décadas anteriores se sumó a la esperanza de que, al cabo de años de práctica y nuevos trabajos
nueva asociación. Ni siquiera los miembros de la Sociedad Ar- teóricos, él o ella pudiera, eventualmente, ser admitido como
gentina de Psicología Medirá y Psirna^álisi«^ una rama de la miembro titular. El pináculo de la jerarquía psicoanalítica con-
Asociación Médica Argentina, creada por Juan RajponJBeltjgn sistía en ser elegido miembro didacta, es decir aquel analista
en la década de 1930f se adhirieron a la APA. Más bien ocurriría autorízatelo a formar a otros aspirantes a psicoanalista, sin que
lo contrario. En las décadas siguientes la Sociedad Argentina necesariamente tenga que estar en análisis él mismo. Si bierr^
estaría casi enteramente formada por miembros de la APA. Esta pueden encontrarse diferencias entre las estructuras internas y
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las tradiciones de cada asociación, más o menos todas ellas si- t r a b a j a d o r e s sociales; raramente el psicoanálisis es reconocido
guieron —al menos en teoría— el mismo modelo desde la Se- l e g a l m e n t e como una profesión autónoma. D u r a n t ^ l p j ^ p r i m e i o s
gunda Guerra Mundial. Las asociaciones psicoanalíticas cuen- a ñ o s de existencia de la APA la práctica d e la psicoterapia no
tan con institutos de formación donde se dictan los seminarios. pstaba legislada en la Argentina, y esta falta de regulación daba
Aunque estos institutos forman también parte de la asociación, lugar a la existencia de uña "zona gris" discutida en el capítulo
en ocasiones disponen de algún grado de autonomía. Así, las anterior. En 1954, el ministro de Salud Pública reglamentó la
asociaciones psicoanalíticas se convirtieron no sólo en organiza- práctica de la psicoterapia limitándola a los médicos. Esta regula-
ciones profesionales sino que también monopolizaron la forma- cjón tendría importantes consecuencias para el desarrollo poste-
ción de los futuros analistas. rior de la APA. Teóricamente, esta norma, lejos de garantizar el
Dentro de cada asociación, los analista-«? didarfoff tenían un monopolio legal sobre el psicoanálisis a los miembros de la APA,
poder enormg: al tiempo que administraban los análisis permitía a cualquier graduado de una de las facultades de medi-
didácticos que exigía la asociación, eran los maestros y los cina del país autotitularse psicoanalista (aunque no haya ni si-
evaluadores de los candidatos. En una asociación pequeña, esto quiera visto un diván) y abrir su propio consultorio privado. Nc
podía dar lugar a situaciones algo turbias. Un analista didacta obstante, pocos médicos lo hicieron debido a que la APA logre
que conoce los secretos más íntimos de un candidato es quien imponer su propia hegemonía a través del establecimiento de un
debe evaluar además su desempeño académico.21 Asimismo, monopolio simbólico sobre la formación psicoanalítica sin que
cuando la asociación cuenta con pocos miembros didactas, éstos nadie pudiera desafiarla realmente hasta los años '70.
poseen una fuente adicional de poder provista por el mercado: la No resulta difícil entender la popularidad de la formación
escasez. En 1961 existían sólo diecisiete analistas didactas para psicoanalítica "oficial" entre los jóvenes psiquiatras de los Esta-
atender a los 166 miembros de la APA, más una cantidad aún dos Unidos. Como surge de las conclusiones de una encuesta
mucho mayor de candidatos y aspirantes. Las personas interesa- realizada en ese país a finales de la década del '50:
das en llevar adelante un psicoanálisis didáctico tenían a veces "El psiquiatra formado psicoanalíticamente es buscado por
que esperar años hasta que uno de los didactas contara con una numerosos centros de enseñanza universitaria, por las clínicas
hora disponible. Dado que un cierto número de horas de análisis de salud mental y por el público más sofisticado. Esto lo sabe el
didáctico era requerido antes del ingreso al instituto como candi- residente de psiquiatría. Hay cierta base concreta en estas reali-
dato, el aspirante —probablemente un médico con una especiali- dades dado que la teoría psicoanalítica se ocupa de cómo funcio-
zación en psiquiatría ya completa— debía esperar quizás cuatro o na la mente, lo que provee el trampolín necesario para la psico-
cinco años sólo para ser aceptado como candidato. terapia, es decir, la principal afirmación del psiquiatra como
^^^^e^axiemá^elevabaJg^reciQs. Los honorarios de los especialista".22
psicoanalistas didactas eran muy altos y, debido a que los candi- En el caso argentino, sin embargo, las cosas no eran tan
datos no tenían permitido ejercer el psicoanálisis libremente du- simples. En sus comienzos, la APA también intentó establecen
rante su período de formación, el sacrificio financiero era enorme. vínculos lo más estrechos posiblescon la comunidad médica
Para hacer las condiciones menos onerosas y con el fin de atraer local. En 1945, en una conferencia organizada por la Sociedad de
una mayor cantidad de candidatos, Garma dispuso que los mis- Neurología y Psiquiatría de Buenos Aires, su presidente, el Dr.
mos pudieran atender pacientes privados a tarifas no reguladas Roque Orlando, ofreció una cálida bienvenida a los representan-
durante su formación. Sin embargo, el número limitado de pa- tes de la APA. Uno de estos representantes, Enrique Pichón
cientes que un candidato podía ver difícilmente alcanzara para Rivière, reafirmó el compromiso de la asociación psicoanalítica
pagar su propio entrenamiento y análisis didáctico. de estrechar lazos con la comunidad psiquiátrica. Al mismo
A diferencia de otras profesiones liberales, por lo general la _ tiempo, Pichón Rivière dejó en claro la identidad distintiva de
práctica del psicoanálisis no está regulada legalmente. Los títulos los analistas: "Nuestro grupo forma parte de la Asociación Psi-
que otorgan las asociaciones psicoanalíticas no cuentan con un coanalítica Argentina, una rama de la Asociación Psicoanalítica
soporte legal. Algunos países han limitado la práctica de la psico- Internacional".23
terapia a los médicos y en ciertos casos a los psicólogos o a los Sin embargo, a diferencia de los Estados Unidos, no iba a
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ser dentro del ámbito de la profesión médica donde el psicoaná- ' POLARIZACIÓN POLÍTICA DE LA SOCIEDAD ARGENTINA.
lisis argentino estaba destinado a florecer. Luego de la funda- 'i EL FINAL DE LA COEXISTENCIA PACÍFICA
ciónjle la APA, los psicoanalistas en general^e_roantuyxeron
apartados 3el éstablishmentmédico. Hasta finales de la década j T.a maleabilidad del psicoanálisis permitió diversas lecturas
del '50 rara veiirpartícipaban en conferencias organizadas fuera ideológicas, de él. Sherry Turkle señala que los conceptos psicoa-
del circuito psicoanalítico y, luego de la salida de la Revista de i ñálíticos son "casi tangibles". Los sueños, los actos fallidos y los
\Psicoanálisis en 1943, en contadas ocasiones aparecieron sus tra- i chistes funcionan como "cosas u objetos con los que podemos
bajos en otras publicaciones médicas.24 Hacia 1944 la sección de i jugar". Como las ideas psicoanalíticas pueden ser manipuladas
psicoanálisis de la Revista de Psiquiatría y Criminología había em- i como objetos, son fácilmente apropiables y permiten generar una
pezado a reducirse y pronto desaparecería. Del mismo modo, en } rnltura.^ No obstante, fueron las condiciones sociales y políticas
1943 índex eliminó el nombre de Garma de su lista de colabora-1 las que permitieron no sólo las interpretaciones múltiples del
dores. Ambas revistas dejaron de salir poco tiempo después del ¡ psicoanálisis sino también la posibilidad de coexistencia pacífica
cpmienzo del primer gobierno de Perón. \ de las mismas como vimos en el capítulo anterior. Hasta la funda-
Es evidente que las condiciones de formación y de organi- riónjle la APA en 1942 no había una ortodoxia institucional psi-
zación profesional de los analistas contribuyeron a su aisla- ; coanalítica establecida en la Argentina y, por lo tanto, nadie po-
miento relativo durante los primeros años de existencia de la i día reclamar para sí el monopolio de la verdad del pensamiento
APA.Jil status profesional de los psicoanalistas provenía de su freudiano. El psicoanálisis era un campo abierto. Por otra parte, el
afiliación a una institución privada que no tenía vínculos forma- I contexto político de la Argentina hasta mediados de la década del
les con la estructura médica tradicional. Sin embargo, los psi- 1 '30 había generado las condiciones para la convivencia de inter-
coanalistas pertenecían a una rama de una organización interna- % pretaciones ideológicas diferentes, a veces incompatibles del psi-
cional y formaban parte de una estrecha red de relaciones de i coanálisis. Médicos e intelectuales de izquierda y de derecha se
alcance global. Trabajaban enteramente dentro de una institu- 1 apropiaron de diferentes aspectos del pensamiento de Freud,
ción analítica que definía una verdadera subcultura: hablaban 1 aunque la validez como disciplina científica del mismo no se ligó
en su propia jerga y se comportaban de manera semejante. Sus J de manera automática a una determinada posición ideológica
amigos eran en general otros psicoanalistas; pasaban los fines 1 como sí sucedió en la España republicana.
de semana y se iban de vacaciones juntos. Buscaban el sexo y i Los casos de la revista Psicoterapia y de la Asociación de .
elegían pareja entre ellos mismos; gran parte de sus conversa- 1 Biotipología. Eugenesia y Medicina Social discutidos antes fue-
ciones giraban alrededor de la profesión, aun durante el tiempo J ron paradigmáticos pero no fueron los únicos. En la misma re-
libre, y miraban el mundo a través del filtro del psicoanálisis. I vista, Archivos Arventinna de Psicología Normal y Patológica^ don-
Los conflictos eran explicados en términos de las neurosis de % de Emilio Pizarro .Crespo había publicado un artículo que inten-
sus oponentes. Un analista comparó a la APA con una sociedad 1 taba articular marxismo y psicoanálisis, aparecería poco des-
secreta.25 Los psicoanalistas solían romper además con algunas 1 pués un editorial que elogiaba las nuevas leyes eugenésicas de/toP^""
reglas implícitas de la etiqueta médica. Por ejemplo, a diferencia I la Alemania nazi. Dos años más tarde la revista publicó una
de otro tipo de doctores, ellos cobraban a sus colegas las mismas I ponencia presentada por el Dr. Carlos lesinghaus —represen-
tarifas que a los legos. Estas características de la comunidad 1 tante oficial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-
psicoanalítica generaron tensiones de diverso tipo pero no ex- I dad de Buenos Aires— en una conferencia psicológica en Ale-
plican por sí solas las peculiaridades del desarrollo posterior de 1 mania, en la cual aprobaba abiertamente el nazismo.28 Sin em-
la APA. Para entender la evolución de la APA y la complejidad I bargo, ese mismo año la revista publicó en francés un saludo a
de las relaciones que establecieron con la comunidad médica | Freud, Addler (sic) y Dubois, solicitando artículos de los "tres
durante sus dos primeras décadas de funcionamiento, resulta 1 maestros" así como también una nota muy favorable sobre la
necesario dirigir nuestra atención hacia otros desarrollos más | revista de Gregorio Bermann Psicoterapia. Del mismo modo, La
amplios en la sociedad y la cultura argentinas desde mediados | Semana Médica, cuyo comité de dirección estaba conformado por
de la década del 30. I varios médicos liberales, publicó un artículo de Héctor Stoker

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en el cual se detallaban los beneficios_que producían lasleyesj particular del psicoanálisis, provocó nuevos alineamientos, Jor-
aleinanas de_esterilización forzada. Entre las fuentes citadas por | geJThénon y Gregorio Bermann. quienes habían logrado conci-
el autor figuraba Mein KampfP | liar sus simpatías izquierdistas con una particular interpreta-
Entre mediados de los años '30 y comienzos de los '40 la 1 ción del pensamiento freudiano, se vieron obligados a elegir
sociedad argentina sufrió una serie de transformaciones políti- 1 en tre ambos. Bermann y Thénon mantuvieron sus lealtades po-

cas que tendrían importantes consecuencias sobre los intelec- j líticas y rechazaron el psicoanálisis, el cual era en ese momento
tuales. El_gQlpe.de_EstadQ protagonizado por el general Uriburu | considerado por la izquierda tradicional ligada al Partido Co-
en 1930 puso un triste término a un período de más de medio | ranista como una doctrina idealista burguesa y sin fundamen-
siglo de relativa estabilidad institucional.30 Por otro lado, proce- J to científico. En el otro extremo del espectro ideológico, la Aso-
sos internacionales tales como la Guerra Civil Española, la ¿ j-iyión de Biotipología se volvió cada vez más homogénea. To-
emergencia del nazismo, la radicalización del fascismo de ^ dos los autores progresistas que alguna vez habían publicado en
Mussolini, la Segunda Guerra Mundial y, fundamentalmente a los Anales desaparecieron de sus páginas. Desaparecieron tam-
bién las referencias favorables al psicoanálisis (ahora considera-
nivel nacional, el golpe militar de 1943 y el surgimiento de :
do como una doctrina judía), con excepción de la necrológica de
Perón contribuyerona la polarización-ideológica y a la politiza^-
Freud en 1939.
ción delasiociedad.31 La política también invadió el mundo de la j
cienciaTComo Telma Reca —una renombrada psiquiatra infan- : ConJ a llegada del peronismo en 1945, la polarización poli-
til— le escribía a un funcionario de la Fundación Rockefeller en ticale incrementó. El gobierñcTde Perón tuvo efectos traumáti"
1944: "La situación política presente... ejerce su influencia sobre eos para la sociedad argentina. La importancia de la experiencia
todas nuestras actividades."32 I peronista al redefinir no sólo las identidades políticas sino tam-
La radicalización de la política internacional forzó a los in-1 bién las sociales es bien conocida pero no puede dejar de subra-
telectuales argentinos a tomar partido. Las diferencias ideológi- i yarse. El peronismo hizo posible que la clase obrera se convirtie-
cas se transformaron en irreconciliables. Esto fue reconocido i ra en una fuerza crucial en la política argentina. Perón les otorgó
por el historiador nacionalista Julio Irazusta, quien escribió, en j a los trabajadores una nueva identidad en tanto clase social y
sus memorias, acerca de los habituales encuentros de intelectua- entidad política.35 Las facciones que se le opusieron, desde so-
les en la casa de Victoria Ocampo: •* cialistas y comunistas hasta liberales y algunos conservadores,
"Eduardo Mallea, Pedro Henríquez Ureña, María de formaron una coalición heterogénea que se definió únicamente
Maetzu, Carmen Gándara... e innúmeros otros que no tengo por su oposición a Perón. Desde sus comienzos, el peronismo
fue caracterizado por sus oponentes como una aberración polí-
presentes, alternaban con nosotros en un ambiente de conviven-1
tica, como el "otro" esencial y como una patología en la historia
cia civilizada... Si este experimento cesó fue en parte debido a la
argentina. Durante la década de gobierno de Perón, la política se
guerra europea, que confundió los espíritus y los dividió en
cargó de un fuerte componente afectivo en ambos lados, pero-
banderías internacionales".33
nista y antiperonista, de un modo que no se conocía desde los
í— Dos bandos políticos y culturales fueron quedando clara-; tiempos de Juan Manuel de Rosas.36
\ mente definidos en el tejido cultural argentino: uno liberal-pro-
e<jgresista, el otro católico-nacionalista; cada uno de ellos a su vez
Otra consecuencia de este ambiente político densamente
' 'cruzado de tensiones internas más o menos evidentes. De a i cargado fue lapérdida de legitimidad y de prestigio de las ins-
j poco, la distancia entre ambos polos ideológicos se volvió in- - tituciones académicas tradicionales, en particularae las univer-
[franqueable. Cada uno de estos grupos definió sus propios es- sidades. El movimiento democratizador de la Reforma de 1918
(pacios de expresión y debate. Los liberales y los nacionalistas se; KaEía" generado un fuerte sentimiento de identidad y politiza-
¡encerraron en sus instituciones y publicaciones desde donde ción en las universidades argentinas. Sin embargo, las universi-
¡daban cuenta de sus alianzas ideológicas dejando poco espacio dades no pudieron permanecer mucho tiempo aisladas de los
[para los representantes del otro lado. avatares políticos del país y a lo largo del siglo veinte fueron
Este contexto de polarización política impactó directamente ; extremadamente vulnerables a las presiones deljstado. en par-
sobre algunos sectores de la comunidad científica.34 En el caso ticular durante los períodos en que el país estuvo gobernado por

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93
íi
regímenes militares. Una de las primeras medidas tomadas por y positivista de la década del 20 había abierto un espacio de \
el gobierno militar que derrocó a Yrigoyen en 1930 fue eliminar múltiples lecturas para el psicoanálisis, la crisis ideológica y i
por decreto la autonomía universitaria obtenida como conse- política de los años '30 y '40 limitó esos espacios. La existencia I
cuencia de la Reforma. No obstante, tal como señala Silvia Sigal, de una ortodgjdaj?sicoanalítica luegode 1942 restringió aún"
el golpe de 1943 mostró con claridad patética la fragilidad de la másalos ámbitos de~discusiónT Aunque Perón no perseguía
situación de las universidades y, paradójicamente, hasta qué abiertamente a sus opositores culturales, el aparato de propa-
punto esa misma fragilidad las convertía en actores políticos dé' ganda del régimen consideraba que el arte de vanguardia, el
importancia. Las autoridades emergidas del golpe del '43 no existencialismo y otras corrientes intelectuales "modernas"
sólo colocaron figuras de la derecha nacionalista y católica al eran antinacionales y antipopulares y, por lo tanto, antipero-
frente de las universidades, sino que dejaron cesantes a un enor-: nistas. En este contexto, e]_psicoanálisis,,eja_.percibido como
me número de profesores por motivos puramente políticos. parte del_sistema de "resi^ncia..cuItural^aLp&ronismo. Aun-
Durante el gobierno de Perón la intervención estatal en las uni- que los psicoanalistas no eran perseguidos directamente, siem-j
versidades se profundizó aún más. Entre renuncias y cesantías pre había policías uniformados en las reuniones de la APA y
la universidad había perdido más de mil profesores en 1946.37 A algunos psicoanalistas se sintieron tan amenazados como para I
partir de 1943 y durante el régimen peronista, sectores impor- considerar la opción de emigrar. El neurocirujano Ramón Ca- \
tantes dentro de la universidad, particularmente dentro del sec-; rrillo, ministro de Salud Pública, no perdía oportunidad de l
tor estudiantil, se convirtieron en focos de resistencia contra el denigrar el psicoanálisis públicamente.41 —J
gobierno al tiempo que éste trataba de utilizar a las instituciones En esta tensa atmósfera cultural, resulta más fácil entender
educativas con el fin de promover su propia agenda política y, el éxito y el desarrollo de una institucxóncomo la APA así como
cultural.38 i. también su relativo aislamiento institucional. Los primeros
Esta pérdida relativa de prestigio.porgarte de lasjnstitu^ miembros de la APA estaban fuertemente identificados con la
dones oficiales contribuyó a acelerar un proceso que venía ma- tradición liberal ahora bajo asalto. Garma y otros habían dado
durando desde la década del 30: el desarrollo de una intensa- charlas y participado en el Centro Republicano EspañoL Pichón
vida intelectual por f u e r a de l a s universidades. En 1930 un gru- Rivière tenía un pasado socialista y Marie Langer había pertene-
~po deinteiectualeiT había creado el Colegio Libre de Estudios cido al Partido Comunista en su Viena natal. Todos ellos en todo
Superiores (CLES), que funcionaba como una universidad para- caso estaban cerca de los grupos liberales^antiper^p^^c Algu-
lela. La creación y el primer año de vida del CLES constituyen nos miembros de APA daban conferencias en el CLES. Ya en
una evidencia clara de las consecuencias del proceso de polari- 1939 el CLES había organizado un ciclo anual de charlas sobre
zación política que se venía desarrollando en la sociedad argen- psicoanálisis. Allí, el año siguiente, Garma, Rascovsky y Cárca-
tina. Cinco de los miembros fundadores del CLES simpatizaban mo ofrecieron un curso de teoría y práctica de psicoanálisis y
de una manera o de otra con el socialismo,39 el sexto era el inte- más tarde se repetirían otros.
lectual nacionalista de derecha Carlos Ibarguren. Luego del gol- Como portadores de una nueva y controvertida disciplina,
pe de 1930 Ibarguren fue nombrado interventor en la provincia lgs psicpanalistas no fueron. bien en las instituciones
de Córdoba. La coexistencia pacífica no podía durar mucho públicaTy en Inhospitales. La APA podía ser vista como parte
tiempo más. En 1931 Ibarguren renunció a su posición en el de la red paralela de instituciones culturales y educativas crea-
cuerpo directivo del CLES argumentando que la institución sé- das en esos años, cuya legitimidad y fuerza entre los grupos
había convertido en un nido de simpatizantes comunistas. Du- opositores al peronismo se originaban precisamente en su falta
rante las décadas del 30 y 40 el CLES definió un espacio para la de relación con las instituciones públicas. Más aún, la APA, al
difusión de la cultura y la ciencia. Al mismo tiempo, funcioné ser una organización puramente científica y profesional que no
como un ámbito de resistencia frente a los avances del naciona-* tenía conexiones con el Estado, comenzó a ser percibida como
lismo católico en la cultura oficial.40 un lugar en donde las esferas culturales y científicas podían
En este contexto general se institucionalizó el psicoanáli-* mantener cierta autonomía en momentos en que esta indepen- j
is en la Argentina. Mientras la crisis de la psiquiatría somática dencia se volvía cada vez más difícil de sostener. -J

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La consolidación de la APA y la evolución de su imagen je moda unas a las otras, mientras que las escuelas privadas
progresistas incorporaban nuevas técnicas pedagógicas deriva-
La APA no fue creada en el vacío. La demanda de psicoaná- das del psicoanálisis con el fin de satisfacer una demanda cre-
lisis en tanto terapia y en tanto artefacto cultural se había venido ciente. La familia Rascovsky-Wenceblatt acercaba el psicoanáli-
gestando desde la década anterior al menos, y de hecho se vio sis a la comunidad judía de clase media y Celes Cárcamo atraía
potenciada con la creación de la institución psicoanalítica. Ya en a los pacientes de origen católico. Tal como Rascovsky lo recuer-
1944 apareció una nueva edición (la primera realizada en la Ar- da, había una verdadera división del trabajo en la difusión del
gentína) de las Obras completas de Freud que venía a reemplazar psicoanálisis: "Nos dividíamos la tarea. Pichón, que era miem-
la traducción de López Ballesteros agotada desde hacía muchos bro de la Sociedad de Psiquiatría, trabajaba en los ambientes
años. Esta nueva edición también se agotaría al poco tiempo. psiquiátricos, mientras que yo, como miembro titular de la So-
Hacia fines de la década del 40Jos, psicoanalistas,,jpcupaban u ciedad de Pediatría, tenía influencia entre los pediatras".42
lugar tanjestacado en Wsociedad-argentina que Leopoldo Mare- La AEA inauguró muy propto_.una política simultánea de
chal los ubicaba en su novela Adán Buenosayres de 1947 junto a los im-lusión/exclusión que resultó ser sumamente exitosa. Su círcu-
teosofistas, los agnósticos y los médicos materialistas en el octavo lo interno, formado por los miembros asociados y titulares, con
y más profundo nivel del infierno (reservado para las almas cul- los candidatos en los márgenes, fue muy selectivo y lo seguiría
pables del pecado de arrogancia) en su dantesca Cacodelfia. En; siendo aún más al establecerse, con el paso del tiempo, requeri-
1946, el escritor y dramaturgo Arturo Capdevila escribió una obra mientos adicionales para la aceptación de los candidatos. La es-
titulada La consumación de Sigmund Freud, cuyo argumento se ba- tructura era extremadamente jerárquica. Sólo los miembros titu-
saba en el viaje de Freud a través del reino de los sueños y del lares tenían voto en el gobierno de la institución. Los analistas
inconsciente. La obra fue reseñada positivamente en revistas didactas tenían un poder enorme en el manejo de la asociación.
médicas y profesionales, entre ellas la Revista de Psicoanálisis. Si- Al mismo tiempo, la APA realizaba esfuerzos para expandir su
multáneamente, hacia fines de los '40, la revista de fotonovelas ámbito de influencia. La Revista de Psicoanálisis se distribuyó ori-
rIdilio incorporaba una sección de psicoanálisis que invitaba a las
ginalmente en forma gratuita entre médicos, abogados y otros
lectoras a enviar relatos de sus sueños, los que serían analizados profesionales. El primer número afirmaba contar ya con 185
¿JtJO* por un experto versado que firmaba con el seudónimo de Richard suscriptores, la mayoría de los cuales, de más está decirlo, no eran
Rest. En realidad, Rest era el seudónimo con el que firmaban miembros de la APA ni practicantes del psicoanálisis.43 Para
Gino Germani y Enrique Butelman, quienes habían sido expulsar cuando el segundo número estaba en la calle, la Revista ya tenía
dos de la universidad por las autoridades peronistas. En cada 211 suscriptores y este número se incrementaría considerable-
número de la revista uno de los sueños era ilustrado con un mente en los años siguientes. La APA también organizaba confe-
fotomontaje realizado por la fotógrafa Grete Stern. rencias públicas y cpntaba con un círculo de "amigos de la APA"
Sin embargo, el mercado potencial para la terapia psicoana- para quienes la institución preparaba programas especiales.
jlítica estaba constituido básicamente por una elite económica Durante su primera década de existencia la APA recibió un
(cultural relativamente reducida en tamaño. En esos primeros- seguro soporte económico de la Fundación Francisco Muñoz, que
^ ^ años, los miembros dé la^APA_fueron muy activos en la cons- financiaba no sólo la Revista de Psicoanálisis sino también un pro-
trucción de s^TcIíentela. Enrique Pichón Riviére diseminó la grama de becas para candidatos latinoamericanos. Francisco
palabra analítica en los círculos psiquiátricos y entre la comuni- Muñoz era un inmigrante español dueño de una tienda de ramos
dad artística de vanguardia. La ubicación de Rascovsky entre generales. Su gerente sufría de agorafobia y fue tratado —y su-
los pediatras progresistas tuvo un efecto multiplicador: los pe- puestamente curado— por Pichón Riviére. La creación de la Fun-
diatras interesados en el abordaje psicoanalítico irían de a poco; dación fue el camino elegido por Muñoz para expresar su recono-
educando a las madres y derivando a los niños a los consulto cimiento a la labor terapéutica realizada con uno de sus emplea-
rios psicoanalíticos; contribuían así a la generación de una cul- dos. Gracias a la Fundación, la Argentina se convirtió en el centro
tura psicoanalítica entre la clase media de ideas de avanzada: más importante de formación psicoanalítica en América latina.44
Las madres se recomendaban el psicoanálisis y psicoanalista Paulatinamente, la APA comenzó a promover la difusión

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del psicoanálisis de manera más activa, en particular durante Mientras los psicoanalistas conformaron un grupo informal, el
la presidencia de Pichón Riviére a comienzos de los '50. En su: objetivo era atraer la mayor cantidad de gente posible. Una vez.
reporte anual de 1951, Pichón señaló que uno de los objetivos asociación se hubo fundado, la prioridad fue legitimar la
de su administración había sido el de establecer contactos "con nueva profesión.
grupos y sociedades médicas para diseminar el psicoanálisis Ta iinayiv^pl psicoanálisis profesional que los fundadores""!
entre ellos".45 Si bien enfatizaba el esfuerzo en los círculos mé- jeja APA promovieron en los orígenes era estrictamente mèdi- [
dicos, sus metas eran de hecho más ambiciosas. Los psicoana- ¿¡"aunque se desarrollara por fuera de las instituciones profe- \
listas daban charlas informativas enjugaresjcomo galerías dq siónales, y estaba claramente relacionada con la medicina psico-4
:te y escuelas. En 1954, miembros de la Asociación Nacional somática-En los comienzos de la Revista se reflejaba esta orien-
de Jardines de Infantes organizaron un curso de psicoanálisis tación. Así podemos leer en su primer número:
dirigido por psicoanalistas de la APA. Pichón Rivière fue muy "El psicoanálisis nació como una necesidad terapéutica
activo en la construcción de puentes entre el psicoanálisis y para interpretar y aliviar los sufrimientos de un determinado
diversos ámbitos sociales y culturales. En 1959, la Revista de sector de pacientes. Su evolución ulterior lo condujo a ampliar
Psicoanálisis agregó una sección titulada "Anchorena 1357" (la el campo de sus actividades médicas y de su material inicial,
dirección de la APA) con el objetivo de "atraer simpatizantes constituido por los psiconeuróticos, fue extendiéndose en un
nuestra casa". La APA, que una vez se había percibido a sentido para dar una interpretación más profunda de los meca-
misma como una institución exclusiva fundada para educar nismos mentales ocurrentes en la psiquiatría. Por otra parte,
una nueva elite de psicoanalistas, devenía en un lugar de e aspectos insospechados hasta entonces de la medicina interna
cuentro para "toda la gente de la ciudad de Buenos Aires int pasaron a ser campo fértil para sus investigaciones".
resada en el psicoanálisis; es también un punto de partida de Además, sus regulaciones requerían que los candidatos"!
de el cual irradiar una serie de actividades que muestren ' asistieran a las clases sobre psicosis que Pichón Rivière daba eivj
penetración del pensamiento psicoanalítico en todos los órd el Hospicio.48
nes de la vida".46 En 1959 Garma escribía acerca de la impo Ya tempranamente, jen 1942, fue propuesta la exigencia
tancia de difundir el conocimiento psicoanalítico entre las de un título médico para ingresar a laAPA con la salvedad de
milias y las profesiones. que los candidatos no médicos podrían ser admitidos en la
La retórica general de "abrir la AEA_aJa sociedad!! con: institución en circunstancias excepcionales si su candidatura
con las políticas de la asociación. En 1961 comenzó a funciona fuera aprobada por dos tercios de los miembros titulares. Esta
Ía^llínka Racker, llamada así en honor a un distinguido mie propuesta no fue adoptada_debido a que los estatutos origi-
bro de la APA recientemente fallecido, Heinrich Racker, qi nales estaban en aquel momento bajo la consideración del
había adquirido notoriedad por el desarrollo de una teoría de Estado y los líderes de la APA prefirieron no introducir cam-
"contratransferencia". El trabajo de la clínica fue sostenido p bios hasta que el estatuto de la asociación fuera legalmente
candidatos que no percibían honorarios pero que en compensa , aprobado.49 En 1948. el requerimiento de un título universita-
ción obtenían supervisión gratuita por parte de analista rio fue finalmente adoptado: un título médico para aquellos
didactas. El propósito original de la clínica era "ofrecer trata que querían ejercer el psicoanálisis y algún otro título para
miento psicoanalítico a gente de recursos económicos limitad aquellos que deseaban aplicar el psicoanálisis a otras profe-
pero que, debido a la naturaleza de su trabajo, tengan un g: siones. Los postulantes debían realizar un análisis didáctico
impacto en amplios sectores de la población, tales como mae de al menos 300 sesiones y no podían ser admitidos como
tros o enfermeras". La clínica logró reconocimiento oficial el añ candidatos si no habían completado 250 horas.50 Los requeri-
siguiente.47 mientos se volvieron luego aún más estrictos pero siempre
"" Pese a que algunos de los miembros de la primera gen© quedaron algunos resquicios para aquellos miembros (en su
ción de la APA no contaban con título médico, los requisit: mayoría, aunque no exclusivamente, mujeres) que habían al-
canzado posiciones altas en la jerarquía psicoanalítica sin
para la admisión pronto se transformaron en un problema cri
contar con el diploma de médico.
co en la agenda de profesionalización de los psicoanalista

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Desde sus comienzos la APA dio una orientación clínica .mbros de la APA realizada en otras instituciones era carac-
psicoanálisis. La Segunda Guerra Mundial marcó la transició terizada como "satisfacción de tendencias masoquistas".55
del psicoanálisis europeo, de carácter claramente humanística,
la orientación clínica dominante del modelo norteamericano,
alemán iba cediendo su lugar al inglés como idioma del psicoJ En la Argentina, como en otros lugares del mundo, los
nálisis. Tal como Ernest Jones escribió en su carta de recono- sicoanalistas tenían una enorme confianza en las posibilida-
miento a la APA por su fundación: des terapéuticas de su disciplina, las cuales no estaban circuns-
"El conocimiento del alemán, aun deseable, fue en otra ép •r¡plás~artratarniento de la enfermedad mental. La medicina
ca indispensable para los propósitos de vinculación internaci psicosomáiiea ofrecía un campo casi ilimitado de aplicaciones
nal relacionados con nuestra labor, pero está cediendo su p médicas J
mer lugar al inglés y es de esperar que la colaboración politi Las historias de curas casi milagrosas obtenidas con la apli-
creciente entre los países de habla castellana e inglesa se acó cación de métodos puramente psicoanalíticos, en casos en los
pañe de una correspondiente colaboración estrecha de núes' c u a l e s la medicina tradicional había fallado, reafirmaban la pro-
trabajo científico".51 p j a identidad del psicoanálisis». Un caso interesante es el de
En 1949, 450 de los 800 miembros de la IPA eran norteam HmiÚo Rodrigué, quien a comienzos de los '40 era un estudiante
ricanos y 122 eran ingleses; mientras que el alemán había sido m e d i o c r e de medicina con un desorden tiroideo serio. Luego de
lengua materna del 90% de los miembros de la organización un año de terapia psicoanalítica con Arnaldo Rascovsky, que
1929, el inglés era el idioma de origen del 70% en 1949.52 Gar p o s t e r i o r m e n t e publicó el caso en la Revista de Psicoanálisis, las
que había llevado a cabo su análisis didáctico en alemán, recJ pruebas médicas realizadas mostraron que no quedaba ningún
noció que prefería trabajar con la traducción de James Strach r a s t r o de este trastorno. Cuando Rodrigué terminó su terapia se
de la obra de Freud a hacerlo con las ediciones originales aler convirtió en un excelente estudiante y luego en un psicoanalista
ñas o con las sucesivas traducciones al español. Durante s ' prominente, presidente de la APA, vicepresidente de la IPA y
primeros años la APA estaba erLSJJXtQílía con los desarrollos : liH (• r^pPlata forma. uno de los grupos que se dividieron de l a j
Inglaterra y en Estados Üñldosy esta tendenciaseTreforzó con APA por razones políticas en el año 1971.56
rápido avance de la medicina psicosomàtica.53 Posteriormen' En el contexto cultural más abierto qup pmergió luego de la
iSe estableció una firme alianza con la escuela teórica inglesa.' caída dePerón, los analistas se convirtieron en figuras públicas.
En parte como resultado cfiTsu dificultad para asegurar La Facultad de Medicina celebró oficialmente el centenario de
posiciones en el sistema público de salud pero también coi Freud en 1956. El centro de estudiantes invitó a destacados
una manera de construir su propia identidad profesional, analistas para dar conferencias y organizar cursos de psicoaná-
psicoanalistas fueron gradualmente definiéndose a sí mism lisis. Éstos fueron exitosos y muchos estudiantes comenzaron su
en oposición a la psiquiatría tr a d i r inn a ^giín Ángel Gari análisis luego de participar en ellos. ErulSSS, el Centro para la
una de las consecuencias más importantes del desarrollo Promoción de la Educación Psicológica, patrocinado por el Cen-
psicoanálisis fue "un renacimiento hermoso de la psiquiatría tro de Estudiantes de la Facultad de Medicina, comenzó a editar
que el psicoanálisis transformó en "una disciplina médica fu una revista de orientación psicoanalítica titulada Psique en la
damental, al revés de lo que era la antigua psiquiatría clásica" Universidad. Su comité editorial estaba formado por psicoanalis-
En aquel momentola APA se dividió entre quienes pensab tas ya establecidos y algunos que lo serían en un futuro.57 Las
que la terapia psicoanalítica debía quedar limitada al diván d razones de la existencia de la revista, según escribían sus edito-
analista y quienes, como Pichón Rivière y sus discípulos, buse res en el primer número, se originaban en "el creciente interés
ban ampliar y socializar el campo del psicoanálisis. En cualqui demostrado por estudiantes de todas las facultades, quienes en
caso, la APA desalentaba, particularmente durante el perón1 gran número concurrieron a los cursos de Introducción a la Psi-
mo, que sus miembros pudieran asumir responsabilidades p~ cología Profunda, dictados por los doctores Ángel Garma y
fesionales fuera de su jurisdicción. La institución llegó a fornr Arnaldo Rascovsky durante los años 1956 y 1957". La aproxima-
lar una patología para quienes hacían esto: la actividad de I ción al psicoanálisis de los jóvenes editores de Psique tenía algo

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de revelación: "Al aproximarnos a la inmensidad del incons los otros, como usualmente hacían. Parte del problema, señalaba
ciente nos encontramos como quien sale de un sótano oscuro j VVender, era la falta de experiencia de los analistas en el manejo
enfrentar el pleno sol". 58 Los artículos incluidos muestran ui del mundo externo. Cabe destacar que muchos analistas no con-
intento de enfatizar el vínculo entre^psicaailáligig y otras djs t a b a n con experiencia institucional en hospitales.61
ciplinas. Mientras tanto7Ta~médiciña psicosomàtica aparecía
como un foco de interés para los estudiantes de medicina pro»
gresistas. En 1958, un graduado reciente, que luego se convertí? Durante la década del '50 surgieron entre los analistas '
ría en un psicoanalista muy conocido, se quejaba de la ausencia djjartas grupos que competían entre sí. Estas divisiones se re-1
de formación psicológica en la Facultad de Medicina. "Es bier plicaban entre los candidatos que se veían forzados a mostrar/
sabido que en cualquier especialidad, el 50% de los paciente; una alineación ciega con sus superiores en la jerarquía analítica.!
que nos visitan presenta 'trastornos psíquicos' que son el origer Amedida que fue creciendo el sectarismo dentro HVla APA Ira
de las enfermedades orgánicas que acusan; pero nos sentimos analistas comenzaron a pensar en el p s i c o a n á l i s i s mnw y j i a
impotentes de poder ayudarles porque carecemos de la más elei ideología que definía sus estilos de v i d a En un simposio reali-
mental preparación para enfrentarlos."5® Algunos analistas s< ¿ido en 1959 con el sugestivo título de "Relaciones entre
incorporaron como docentes en la nueva Carrera de Psicología analistas", una candidata mostró claramente el modo en que los
mientras otros daban conferencias en lugares insospechado« conflictos entre los didactas se reproducían en los niveles más
como el Ministerio de Defensa. Muchos de ellos adquirieron ui bajos de la organización:
alto grado de exposición erólos medios. ^ "Me resulta difícil poder aceptar enseñanza por parte de
En tanto el psicoanálisis se transformó en una disciplina quienes no comparten la idea de que tener creencias religiosas
más popular, la imagen de los psicoanalistas como pioneros lu- sean cuales fueren éstas, es un aspecto serio de neurosis más allá
chando en un mundo que se les resistía dejó lugar a uiyjj de lo que a un analista se le debe tolerar; que circuncidar o
autopercepción más acorde a la realidad. Hacia mediados de loa bautizar a un hijo es entrar en un tipo de sometimiento que
fl'60. los psicoanalistas eran vistos (y_ge veían a sí mismos) cornil combatimos en nuestros pacientes. Me resulta difícil plegarme a

IM
profesionales liberales exitosos que jugaban un rol central enTa prácticas así llamadas terapéuticas tóxicas mediante la adminis-
cultura de la clase media argentina. Como Madeleine Barangei| tración de drogas o de electroshock, también me resulta difícil
miembro importante de la APA nacida en Francia, señaló e| escuchar críticas con respecto a aquellos que estimulan la
1970: "En el tiempo de los pioneros (...) hacerse psicoanalisti genitalidad de sus pacientes, críticas formuladas la mayoría de
era una aventura (...) Esto ha cambiado, el análisis ha conquidj las veces con un tono poco científico y ético".62
tado el 'establishment'. El análisis aparece razonablemente Recordemos que en ese preciso momento, un reducido grupo
como una carrera en la cual se puede alcanzar rápidamente un| de didactas_ptomovía el uso terapéutico de drogas. No resulta
posición de prestigio y de relativo desahogo económico"60 difícil adivinar a qué grupo pertenecía la oradora. Ángel Garma
Más allá de estos intentos de apertura, la APA seguía siend<3 expresó sentimientos casi idénticos. Según Garma, nadie que no
una socied afi ferrada desgarrada por tensiones internas. Por ujj crea en la importancia de una vida genital anterior al matrimonio
lado, parte de estas tensiones era causada por ios modos de relaj puede ser un buen analista. "Exactamente lo mismo tiene que
ción casi incestuosos que la caracterizaban. Por el otro, no exiaj ocurrir con quien tiene ideas intensas de mutilar a su hijo [se
tían en nuestro país instituciones nacionales alternativas que hití refiere a la circuncisión]... La tolerancia de tales ideologías en el
bieran podido servir como válvulas de escape para estas tensioj seno de una asociación psicoanalítica significa una cierta acepta-
nes tal como las que había en Europa y en Estados Unidos. Efl ción de ideas que luchan contra el psicoanálisis".63
1959, el analista Leonardo Wender se quejaba desde las páginas Marie Langer, por su parte, comparó a la APA con el Partido '
de la Revista de Psicoanálisis de las dificultades que los analista| Comunista. Este lograba un alto grado de cohesión cuando se
experimentaban en su interacción con ámbitos no psicoanalíticoft veía obligado a pelear contra un entorno hostil, pero cuando ga-
En este sentido, urgía a sus colegas a asumir sus propias responsj naba poder los conflictos internos se volvían evidentes. Como el
sabilidades en el asunto sin atribuir el problema a las neurosis dfl Partido Comunista, la APA tenía una ideología propia.64 La ideo-.

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logia a la que Marie Langer se refería era el compromiso de estratos más elevados (analistas didactas y miembros titulares)
^APAjron las teorías y las técnicas kleinianas. tal como otros par -e v e í a n a sí mismos como "científicos".67
ticipantes del simposio reconocieron abiertamente.
Más adelante, en el convulsionado clima político y socia
^de finales de los años '60, muchos psicoanalistas asumieron m Kleitiistno y análisis de niños
mayor compromiso cnn p] rol social del psicoanálisis. La
comenzó a tener una presencia más activa en el mundo exte Tal como se ha sugerido antes, el psicoanálisis de niños
rior. En los años 1969 y 1970, la APA expresaba solidaridad co| fue un canal importante para la difusión del psicoanálisis en la
las víctimas de la represión policial a través de comunicado c l a s e media. El psicoanálisis infantil era un área casi monopo-
de prensa al tiempo que analistas de la institución apoyaba! l i z a d a por mujeres que no tenían, en los comienzos, títulos
huelgas convocadas por sindicatos de trabajadores de la salud habilitantes en medicina. Hacia finales de los años '50 y en los
En esa atmósfera cambiante la identidad del psicoanalista tai '60 esta situación cambió parcialmente cuando un contingente
bién cambiaba. Muchos psicoanalistas comenzaron a verse a ¡ importante de mujeres médicas comenzaron a incorporarse a
mismos más como intelectuales progresistas que la APA. Más aún, el análisis infantil pavimentó el camino para
sionales, mientras otros cuestionaban abiertamente el rol so la recepción de las doctrinas y teorías de Melanie Klein, las
cial del psicoanálisis. En 1968, cuando Garma todavía insistíi c u a l e s ejercerían una influencia predominante en la APA hasta
en los aspectos clínicos del psicoanálisis, Hernán Kesselmar el comienzo de los años '70.
un joven psicoanalista de izquierda, declaró que el psicoanálil En los tiempos en que la APA fue fundada, la psiquiatría
sis no debía ser una mera técnica terapéutica; se trataba má V la psicología infantiles se encontraban en los márgenes del
bien de una técnica de investigación. Para él, la obsesión por ! éstablishment psiquiátrico argentino. Aunque hay quienes
_cura funcionaba como obstáculo para la investigación.65 sostienen que la primera cátedra de psiquiatría infantil en el
el final de los años '60 se esperaba de los p s i c o a n a l i s t a s g^il mundo fue creada en la Universidad de Rosario en 1921, anti-
fueran no sólo profesionales exitosos, poseedores de un conoj cipándose así por cuatro años a una cátedra similar en Francia,
cimiento semimágico, tal como Mauricio Abadi había declara ia especialización no se desarrolló en la Argentina sino hasta
do una década atrás, sino que también tuvieran intereses pot mucho tiempo después. El Centro de Psicología y Psiquiatría
ticos, sensibilidad política y una tendjtpciajLteabaiar para caí Infantil de la Dra. Telma Reca fue una de las pocas excepcio-
biar las estructuras sociales y económicas.66 De todos modos, ] nes. Telma Reca se graduó en la Facultad de Medicina a co-
mayor partedeTos analistas de la APA permaneció atada a ui mienzos de los años '30 y ganó una beca para estudiar psicolo-
concepción médico-clínica del psicoanálisis y no se involucr gía infantil y delincuencia juvenil en el Vassar College en
en debates políticos de ninguna clase. Poughkeepsie, Nueva York. Luego de su regreso al país, fue
L Una encuesta realizada en el Segundo Congreso Panamer nombrada jefa del Servicio de Higiene Mental del Departa-
cano de Psicoanálisis (1967) nos brinda datos interesantes ac mento de Pediatría de la Facultad de Medicina. Reca mantenía
ca del modo en que los psicoanalistas se veían a sí mismos I una buena relación de trabajo con la Fundación Rockefeller, la
mediados de los '60. Los analistas que estaban activamente coi que continuó otorgando apoyo financiero para muchos de sus
prometidos con la difusión del psicoanálisis eran una minor proyectos. Así consiguió establecer un centro para la investiga-
aunque muy visible. Entre los tres grupos de analistas considé ción y asistencia de niños con problemas que ofrecía, además,
rados en la encuesta (argentinos, otros latinoamericanos y nof servicios a pacientes ambulatorios.
teamericanos), los argentinos se mostraban menos interesac" Desde el comienzo, Telma Reca intentó modernizar la psi-
| en colaborar con publicaciones no psicoanalíticas. Aquellos qul quiatría infantil en el país utilizando para ello los métodos diná-
| se encontraban en los niveles inferiores de la profesión estaba micos que había aprendido en los Estados Unidos. Por otra parte,
más interesados en hacerlo que los que se hallaban en lo alto tenía una concepción interdisciplinaria y abierta acerca de cómo
Los analistas de rango más bajo tendían a definirse a sí mismc tratar a los niños. Para 1943, el staff del centro estaba conformado
como "profesionales" mientras que quienes se ubicaban en lo por tres médicos, un trabajador social y un experto en

100 105
fonoaudiología. En 1947 el centro evaluó a 250 pacientes nuevos bleció correspondencia con la psicoanalista inglesa. El
y administró 1.612 tratamientos psicoterapéuticos, a pesar de qué kleinismo se convirtió en la ideología hegemónica del psicoa-
el gobierno de Perón había reducido sustancialmente los fondo nálisis en la APA (y por extensión en América latina) debido
que le asignaba.68 El abordaje de Reca era flexible. Aunque nó e n parte a esta vinculación temprana. Poco tiempo después
simpatizaba particularmente con aquello que ella visualizaba G o o d e también comenzó a analizar niños; entre ellos, a los
como rigidez del psicoanálisis (luego de la fundación de la AP/ hijos de otros analistas. Posteriormente, Aberastury y Goode
asumió posiciones muy críticas hacia el establishment psicoanalí: o r g a n i z a r í a n grupos terapéuticos de madres, pediatras y
tico), sus métodos y teorías daban cuenta de una deuda evidenl o d o n t o p e d i a t r a s que serían muy populares en los '60. Durante
con los descubrimientos psicoanalíticos.69 los años que siguieron a la introducción del psicoanálisis in-
Sin embargo, quienes introdujeron el psicoanálisis ortodo f a n t i l en la Argentina, la APA fue una institución kleiniana
de niños en la Argentina no fueron médicos sino las esposas d o r t o d o x a . Aunque Melanie Klein no llegaría a visitar la Argen-
los fundadores de la APA. El liderazgo lego del análisis infan' tina, varios de sus discípulos y colaboradores directos sí lo
no fue un fenómeno único de la Argentina. Ni Anna Freud hicieron, al tiempo que algunos analistas argentinos viajaron a
Melanie Klein, las líderes de las dos escuelas antagónicas de ps: L o n d r e s en busca de formación y de supervisión, incluyendo a
coanálisis de niños dentro de la IPA, tenían título médico. ~ E m i l i o Rodrigué, que afirma haber sido el analista de uno de
general, el psicoanálisis infantil era percibido como una especia los nietos de Klein.
Üdad menor que les cuadraba mejor a las mujeres. En la Argenti* La adscripción de la APA en tanto institución al kleinismo
na, la primera persona en ejercerlo fue Arminda Aberastury. c o m o ideología terapéutica fue el resultado de la confluencia de
Según su propio relato, Aberastury comenzó a interesar episodios fortuitos y de opciones técnicas básicas más que una
en la terapia infantil cuando empezó a observar a una niña co~ decisión deliberada. Al principio los miembros de la APA esta-
problemas de aprendizaje. La madre de esta pequeña estaba i ban también interesados en el trabajo de Anna Freud; sus escri-
tratamiento con Pichón Rivière en los consultorios externos d tos, sin embargo, desaparecerían del canon de la APA en la dé-
Hospicio de las Mercedes. Mientras la niña aguardaba a su cada siguiente. Según Elizabeth Goode de Garma, cuando ella y
dre en la sala de espera, Arminda Aberastury estableció con el Arminda Aberastury empezaron a realizar análisis infantiles
un vínculo terapéutico de carácter informal. Luego de un tiei casi sin formación (Goode analizaba a los hijos de Aberastury
po de "tratamiento", Aberastury concluyó que las dificultad mientras ésta estaba en análisis con Garma), los dos textos dis-
de aprendizaje de la niña se originaban en que ésta no quer ponibles para ellas eran uno de Anna Freud y otro de Klein.
saber acerca de la psicosis de su madre y deseaba reprimir 1 Goode encontró que la teoría de la defensa de Anna Freud era
episodios penosos que había presenciado. Al tiempo qu~ útil, "pero a la técnica, para decirnos qué teníamos que hacer
Aberastury trabajaba con la niña, los problemas de aprendiza"" con un niño que .venía con un conflicto, con un problema,
iban desapareciendo. La joven aprendiz de terapeuta, entusií Melanie Klein nos daba más instrumentos".70 Además, Klein
mada con su éxito, quiso estudiar cómo tratar niños de ur proporcionaba un conjunto muy definido de lineamientos que
manera más sistemática. Aberastury sacó provecho de la e> podían seguirse con relativa facilidad.
tencia de esa "zona gris" que ocupaba la psicoterapia en 1 Otras razones para la elección del kleinismo fueron de ca-
márgenes de la profesión médica y empezó a tratar niños en rácter más personal. Garma conocía a Paula Heimann, una co-
Hospicio de las Mercedes sin contar con un título profesión laboradora muy cercana de Klein, desde sus épocas de forma-
habilitante. ción en Alemania. Cuando él y su esposa fueron a Zurich para
Más adelante, Aberastury comenzó su análisis didácti el Congreso Internacional de Psicoanálisis de 1949, les resultó
con Garma y posteriormente descubrió las teorías de Melan; muy fácil a ambos establecer un contacto a través de ella con
Klein y sus técnicas para analizar el juego de los niños. Al po: Klein, quien, interesada como estaba en la expansión de su
tiempo, ella no sólo traducía los trabajos de Klein al castellar círculo de seguidores en el exterior, los recibió con mucha cor-
(con la ayuda de Betty Goode) sino que se convertía en la e; dialidad.71
bajadora informal de Klein en América latina. Asimismo, est Factores adicionales contribuyeron a la adopción por parte

100 107
de la APA de la ortodoxia kleiniana. A diferencia de otras teo Según Melanie Klein no había diferencias esenciales entre
alternativas, Klein colocaba un énfasis especial en la técnic •1 análisis de un niño y el de un adulto (las diferencias funda-
creando un encuadre analítico rígido pero relativamente fácil m e n t a l e s se originaban en el tipo de técnica utilizada). Los
reproducir. Gran parte de la correspondencia entre Klein a n a l i s t a s kleinianos ofrecían muchas veces interpretaciones bru-
Aberastury estaba centrada en temas técnicos básicos: cuán tales a pacientes muy jóvenes. Esta es la manera, por ejemplo, en
debía cobrarse por sesión, si la madre del niño podía estar prese u e G o o d e interpretaba el juego de su paciente de veintiún
te durante el trabajo con él, con qué juguetes había que armar m e s e s : "Tenías miedo de que papá se enojara mucho contigo
caja de juegos y cómo debía organizarse el proceso terapéutico p o r q u e querías morderle y sacarle el pito a él para tenerlo t ú y
su conjunto. IQein ofrecía un conjunto de reglas estrictas tan chocarlo conmigo".73
para el análisis de niños como para el de adultos. Estas ñor Una consecuencia importante puede establecerse en el te-
estaban dirigidas a sostener la neutralidad afectiva del analista; r r e n o profesional a partir de esta división de corrientes psicoa-
del settitig analítico en general. Como sugiere Jorge Balan, en u nalíticas. En principio, los educadores podrían llevar adelante la
asociación pequeña y joven como la APA, donde las relación" v e r s i ó n annafreudiana del análisis infantil, mientras que la ver-
entre los miembros y las jerarquías internas eran difíciles de de sión kleiniana requería conocimientos específicos que sólo la
nir con precisión, el kleinismo ayudó a establecer reglas cía f o r m a c i ó n analítica podía proveer. La perspectiva kleiniana re-
Las visitas periódicas de los analistas kleinianos desde Lond forzaba de este modo el monopolio de la APA sobre el campo
ayudaron a poner las cosas en orden y transmitían a los analis del psicoanálisis infantil.74
argentinos la sensación de estar identificados con una ortodox El compromiso con el kleinismo tuvo otra consecuencia: gra-
estricta. Por ejemplo, luego de una visita de Hanna Segal, en 1 dualmente colocaba al psicoanálisis argentino en el lado opuesto al
'50, se estableció que los candidatos en análisis didáctico no p cerco teórico establecido por el psicoanálisis norteamericano que,
dían participar de los seminarios ni de los grupos de estudio qu entre los '50 y los '60, se encontraba bajo la influencia de la psico-
daban sus analistas didactas, situación que había dado origen; logía del yo originado en las teorías de Anna Freud y de las escue-
innumerables dificultades en el pasado.72 las culturalistas nativas. El entusiasmo que la APA había demos-
La alineación con el kleinismo proporcionó una fuente ad trado durante sus primeros años de existencia por permanecer en
cional de identidad y legitimidad para los analistas argentin contacto con los desarrollos del psicoanálisis norteamericano decli-
Anna Freud dudaba acerca de la posibilidad de llevar adelan nó rápidamente, con excepción del continuo interés por la medici-
un verdadero análisis infantil debido a que los padres estab" na psicosomàtica. Sólo el 28% de los argentinos encuestados en el
todavía demasiado presentes en la vida del niño y, entonces,: Segundo Congreso Panamericano en 1967 afirmaron estar al día
se podía establecer una adecuada relación transferencial entre con los desarrollos del psicoanálisis en otros lugares del mundo
pequeño paciente y el analista. Por esta razón, ella considera" (contra 40% de otrqs latinoamericanos y 34% de los representantes
indispensable enlazar el análisis de niños con un trabajo ped de Estados Unidos). El psicoanálisis norteamericano en particular
gógico previo. despertaba muy poco interés entre los argentinos: sólo el 18% seña-
Por otro lado, Klein pensaba que la transferencia podía i laba estar al tanto de estos desarrollos (comparado con el 58% que
tablecerse muy temprano en la vida de los niños y que ést decía estar actualizado con los desarrollos ingleses). De hecho, los
eran tan analizables como los adultos. Según Klein, 1 encuestados de todos los países tenían la impresión general de que
pulsiones libidinales se entrecruzaban con las tendencia existía una división teórica profunda entre los psicoanalistas norte-
edípicas casi desde el comienzo de la vida de un niño. E americanos y los argentinos.
enfatizaba la existencia de tendencias agresivas inconscient
en los pequeños y creía que el superyó se formaba con anteri
ridad a lo que Amia Freud suponía. Los niños demasiado La agitación política y cultural que había venido caracteri-
queños para expresarse verbalmente podían dar cuenta de zando a la Argentina desde la década del '30 y que se profundizó
fantasías inconscientes a través de juegos y dibujos; el juego d con el advenimiento del peronismo influyó directamente en la
los niños sustituía a la asociación libre de los adultos. historia temprana de la APA y en la emergencia del psicoanálisis

100 109
como una profesión liberal La sociedad estaba polarizada politi- . üuiatría y Criminología 10, número 28, julio-agosto de 1940; "La génesis del
superyó y la angustia", en Revista de Psiquiatría y Criminología 7, número 36,
ca e ideológicamente. En este sentido, resulta mucho más intere- ; enero-abril de 1942, y "Psicoanálisis e interpretación de los sueños", en Revis-
sante para un análisis global del psicoanálisis en la Argentina : ta de Psiquiatría y Criminología 7, número 38, julio-agosto de 1942; Cárcamo,
pensar que la distancia que separaba el psicoanálisis de la comu- Celes, "Mecanismos patogénicos de la impotencia psíquica masculina", en
nidad médica era un efecto del contexto general y no una conse- ; Revista de Psiquiatría y Criminología 7, número 39, septiembre-octubre de 1942,
cuencia de la resistencia psiquiátrica a la doctrina freudiana. ^ páginas 367-80.
° Entrevista con el Dr. Carlos Mario Aslán.
14 Entrevista con Elizabeth Goode de Garma.
15 La única excepción fue Béla Székely, un húngaro practicante lego del

psicoanálisis, que se transformó en un divulgador temprano de la doctrina


NOTAS ij freudiana y del test de Rorschach. Ver Balán, Cuéntame tu vida, 36-37.
16 Ibíd., 71.
1 Existen algunas dudas acerca de quiénes fueron exactamente los J 17 "Entrevista a los fundadores", II.

miembros que participaron del acto fundacional. Siempre se pensó que ha-T " Ver Kurzweil, Edith, The Freudians: A Comparative Perspective, New
bían sido Ángel Garma, CelgS-Xárcamo, Enrique Pichón Rivière. Arnaldol Haven, Yale University Press, 1989, páginas 290-292.
19 Con el tiempo la APA se convertiría en una institución "más judía".
Rascovsky, Emilio Ferrari Hardoy y Marie Langer. Sin embargo, Rascovsky |
ñegoqué Langer (la única mujer del grupo) fuera una de las fundadoras. Verá Hn 1971 los apellidos de casi la mitad de sus miembros tenían origen judío.
"Entrevista a los fundadores", II, en Revista de Psicoanálisis 41, números 2-3,1 20 Sagawa, Roberto Yutaka, "Durval Marcondes e o inicio do movimien-

1984. De este grupo original sólo Garma, Pichón y en menor medida Cárcamo J to psicanalítico brasileiro", en Cuadernos Freud Lacanianos 2, San Pablo, 1980,
habían tenido una formación psiquiátrica formal. **f páginas 99-118. Para el desarrollo temprano del psicoanálisis en los Estados
2 Durante los primeros años de la APA artistas de vanguardia organiza-1 Unidos, ver Hale, Nathan, The Beginnings of Psychoanalysis in the United States:
ron exhibiciones de sus obras para colaborar económicamente con la instituya 1876-1917, New York, Oxford University Press, 1971.
21 En una asociación pequeña, los problemas de "análisis cruzados" se
ción. 4
3 Para un análisis de las primeras etapas del proceso de institucionaliza-, multiplican. La primera mujer de Garma, Simone se analizaba con Cárcamo. En
ción del psicoanálisis, ver Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografìa colectiva* un determinado momento, Garma sintió la necesidad de volver a analizarse y
del psicoanálisis en la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991. | lo hizo con Marie Langer. Langer, poco tiempo después sintió la misma nece-
* Entrevista con Carlos Mario Aslán, 8 de octubre de 1996. sidad y recurrió a Celes Cárcamo. Por lo tanto, el analista de Garma estaba en
5 V.g., Bosch, Gonzalo, y Federico Aberastuiy, "Conceptos generales^ análisis con el analista de la mujer de Garma, y todos ellos eran analistas
sobre la profilaxis neurótica", en Psicoterapia I, número 2, 1936; Aberastury,. didactas que trabajan juntos en la APA. Ver Balán, Cuéntame tu vida, 185.
22 Howard Potter et al., "Problems Related to the Costs of Psychiatric
Federico, "Las teorías de Freud", en Anales de Biotipología, Eugenesia y Medici•]
na Social 7,1® de julio de 1933. Él también escribía una columna sobre grafo-« and Psychoanalytic Training", en American Journal of Psychiatry, número 1131,
logia en Crítica. " mayo 1957, citado por Nathan Hale, The Rise and Crisis of Psychoanalysis in the
6 Gavrilov, Konstantin, Reflexologfa, Buenos Aires, Vázquez, 1944. m¡ United States: Freud and the Americans, 1917-1985, New York, Oxford
7 "Entrevista a los fundadores", I, en Revista de Psicoanálisis 40, números^ University Press, 1995, página 227.
23 Ver Revista de Psicoanálisis 2, número 3, 1945, páginas 562-65.
5-6, 1983. i
24 Del mismo modo, después de sus primeros números, la Revista de
» Ver carta de Rof Carballo a Thomas Glick, 20 de septiembre de 1974,_
papeles de Thomas Glick. Agradezco al profesor Glick su generosidad aE Psicoanálisis no publicó reseñas de trabajos realizados por personas que no
brindarme el acceso a estas y otras cartas de su archivo personal. eran psicoanalistas.
9 Hermanos de Garma habían emigrado a la Argentina décadas antes.| 25 Abadi, Mauricio, "El grupo psicoanalítico como sociedad secreta", en

De hecho, parece que su padre había muerto en Buenos Aires. Entrevista con¿ Revista de Psicoanálisis 17, número 2,1960, páginas 407-16.
Elizabeth Goode de Garma, 3 de octubre de 1996. j 26 Ver Turkle, Sherry, Psychoanalytic Politics: Jacques Lacan and Freud's
10 Garma había sido miembro de la Asociación Psicoanalítica Alemana?! French Revolution, 2* edición, London, Free Association Books, 1992, prefacio.
27 Archivos Argentinos de Psicología Normal y Patológica I, números 3-4
Renunció cuando la asociación fue tomada por los nazis y, a partir de allí, sé*
convirtió en un miembro independiente de la IPA. -I noviembre-diciembre de 1933.
u Ibíd 2, número 1, enero-marzo de 1935. En 1929, Carlos Jesinghaus
" Entrevista a Garma por Thomas Glick, 11 de noviembre de 1979, Bue-j
nos Aires. Agradezco al profesor Glick el permitirme utilizar material no^ había realizado referencias elogiosas a Freud y al psicoanálisis. Ver "Las
publicado. Ver también Grinberg, León, "Reseña histórica de la Asociación^ tases científicas de la orientación profesional", en Nosotros 23, números 236-
Psicoanalítica Argentina: discurso pronunciado por el doctor León Grinberg: 37, enero-febrero de 1929.
el día 29 de junio de 1961", en Revista de Psicoanálisis 18, número 3, 196V 29 Stocker, Héctor, "Ley alemana de esterilización", en La Semana Médi-

páginas 259-303. I ca, 8 de agosto de 1935.


a Ver v.g., Garma, Ángel, "Psicología del suicidio", en Revista de Pshj 30 Halperin Donghi, Tulio, "El lugar del peronismo en la tradición polí-

100 110
tica argentina", en Perón, del exilio al poder, Samuel Amaral y Mariano PlotkinJ argentinos fueron traducidos a otros idiomas. Los fragmentos de las cartas
Buenos Aires, Cántaro, 1993; Buchrucker, Cristian, Nacionalismo y peronismo:j intercambiadas entre Melanie Klein y Arminda Aberastuiy que publicó Silvia
la Argentina en la crisis ideológica mundial (1927-1955), Buenos Aires, Sudame-i l-Vendrik revelan que Klein asumió una actitud casi desdeñosa hacia Aberastury.
ricana, 1987. Aunque en la Argentina Aberastury era reconocida como una autoridad en el
31 Sobre el impacto de la Segunda Guerra Mundial en la sociedad argenti-1 psicoanálisis de niños desde comienzos de los '50, cuando envió un artículo para
na, ver Falcoff, Mark, "Argentina", en Falcoff, Mark, y Frederick Pike, Theí su publicación en el International Jourrnl of Psycho-Analysis en 1948, Klein le dijo
Spanish Civil War, 1936-1939: American Hemispheric Perspectives, Lincoln,! que tenía todavía que trabajar bastante para alcanzar los estándares de la revista.
University of Nebraska Press, 1982; Rein, Raanan, The Franco-Perón AlliancÁ De un modo análogo, Klein cuestionó varias de las afirmaciones de originalidad
Relations Between Spain and Argentina, 1946-1955, Pittsburg, Pittsburg Universityl J e Aberastury. Ver Fendrik, Silvia Inés, Desventuras del psicoanálisis: Donald
Press, 1993, en especial el cap. 5. Sobre el impacto del nazismo, ver NewtonJ Y/inicottlArminda Aberastury¡Telma Reca, Buenos Aires, Ariel, 1993, páginas 43 y
Ronald, The 'Nazi Menace' in Argentina, 1931-1947, Stanfbrd, Stanford Universityl ss. Celes Cárcamo recibió una respuesta desdeñosa similar cuando invitó a Anna
Press, 1992; para una visión general, Buchrucker, Nacionalismo y peronismo. 'é Kreud a colaborar con el comité editorial de una revista que él estaba organizan-
32 Telma Reca a Robert Lambert, 28 de julio de 1944. Rockefeller] do en los comienzos de los '70. Cárcamo parecía haber liderado un ala
Foundation Archives, ser. 301 A, caja 3, carpeta 34. 1 annafreudiana en la APA. Ver los papeles de Anna Freud, Biblioteca del Congre-
35 Irazusta, Julio, Memorias: historia de un historiador a la fuerza, Buenos; so, caja 13, para las cartas intercambiadas entre Anna Freud y Cárcamo desde
Aires, Ediciones Culturales Argentinas, 1975, página 227. i'i finales de los '40 hasta los "70. Un ejemplo más: en el Congreso Psicoanalítico de
34 Un análisis completo sobre la politización del campo científico va más 1 Viena, a principios de los '70, Marie Langer presentó a un grupo de analistas
allá de los objetivos propuestos para este libro. Pueden encontrarse ideas uruguayos que querían formar una asociación. Más allá de su posición en la APA
esclarecedoras sobre este tema, en particular acerca del período postperonist* y de su reputación en América latina, Langer reconoció que tuvo que enfatizar el
en Sigal, Silvia, Intelectuales y poder en la década del 60, Buenos Aires, Puntosur, hecho de ser austríaca cuando se presentó a Anna Freud. Nadie tomaba a un
1991, y en Neiburg, Federico, Los intelectuales y la invención del peronismo, latinoamericano muy en serio. Ver Langer, Marie, Enrique Guinsberg y Jaime del
Buenos Aires, Alianza, 1998. -? Palacio, Memoria, historia y diálogo psicoanatítíco, México, Folio, 1981, página 104.
35 Sobre la nueva identidad de la clase trabajadora durante el primer pero* Personalmente, no pude encontrar un solo libro de un argentino en la biblioteca
nismo, ver James, Daniel, Resistance and Integration: Peronism and the Argentint del Boston Psychoanalytic Institute.
Working Class, 1946-1955, New York, Cambridge University Press, 1988 cap.l. 45 Revista de Psicoanálisis 8, número 4, 1951, página 294.
36 He trabajado este tema en profundidad en Mañana es San Perón: propa- 46 Ibíd. 16, número 3, julio-septiembre de 1959.
ganda, rituales políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955), Buenos 47 Paulatinamente, la clínica fue dejando de lado su rol clínico y se
Aires, Planeta, 1993. focalizó en la investigación. En 1964, su nombre cambió por el de Centro
37 Neiburg, Intelectuales, página 166. Con la caída de Perón la situación^ Enrique Racker de Orientación e Investigación. La función clínica fue elimi-
se revirtió. El descubrimiento de un supuesto pasado peronista de algún prO-j nada en 1968. De todos modos la Clínica Racker nunca tuvo un número im-
fesor era motivo suficiente para su inmediata exoneración. J portante de pacientes. Por ejemplo, en 1964, el staff había entrevistado a 25
38 Para una historia de la Universidad de Buenos Aires en aquellos años,0 posibles pacientes y tratado a 14. Ver Archivos de la APA, "Libros de actas",
ver Halperin Donghi, Tulio, Historia de la Universidad de Buenos Aires, Buenos: acta 164, 23 de marzo de 1965.
Aires, EUDEBA, 1963, y Walter, Richard, Students Politics in Argentina, New 48 Cuando Pichón renunció al Hospicio se les siguió exigiendo a los
York, Basic Books, 1968. V estudiantes participar de sus conferencias en la institución privada que él
39 Alejandro Korn, Narciso Laclau, Aníbal Ponce, Roberto Giusti y Luisj dirigía. Este requerimiento fue luego eliminado.
Reissing. Para una discusión esclarecedora sobre el CLES, ver Neiburg, iwte-j 49 Archivos de la APA, "Libro de actas". Acta 1,15 de diciembre de 1942,
lectuales. Vi y acta 3, 18 de marzo de 1943.
• Para una confirmación del programa político y cultural del CLES, ver| 50 La regulación de 1948 fue publicada en la Revista de Psicoanálisis, 5,

la carta de Reissing publicada en Cursos y Conferencias, julio de 1945. Durante! número 3, 1948, páginas 850-854.
el régimen peronista los profesores expulsados de la universidad por insu-| 51 Revista de Psicoanálisis I, julio 1943- abril de 1944, página 2.

bordinación política podían continuar sus carreras académicas en el CLES. j 52 Ver Kurzweil, Freudians, página 204.
41 A tono con la ideología peronista, Carrillo criticaba el psicoanálisis^ 53 Ver, v.g., Rosenthal, Ludovico, y Arnaldo Rascovsky, "La formación
por su limitación para considerar los aspectos sociales, religiosos y espiritua- psicoanalítica: consideraciones sobre el desarrollo del movimiento psicoana-
les de la enfermedad mental. Ver Carrillo, Ramón, "Posición de la medicina' lítico en América Latina", en Revista de Psicoanálisis 4, número 4, abril de 1947.
psicosomática", en Archivos de Salud Pública, números 6-8, septiembre de; 54 Garma, Ángel, "Freud en la medicina contemporánea", en Psique en la
1949, diciembre de 1950, páginas 213-19. j Universidad I, número 1, 1958.
42 "Entrevista a los ftindadores", II. | 55 Balán, Cuéntame tu vida, páginas 116-117.
43 Balán, Cuéntame tu vida, página 123. 56 Rascovsky, Arnaldo, "Interpretación psicodinámica de la función
44 Si bien la Argentina se convirtió en el principal centro de difusión del tiroidea: observaciones sobre disfunciones tiroideas en psiconeuróticos", en
psicoanálisis en América latina, resulta mucho menos claro el grado de recomH Revista de Psicoanálisis 4, número 3, enero de 1947, páginas 413-50.
cimiento que obtuvo en Europa y en Estados Unidos. Pocos libros de analistas^ 57 Balán, Cuéntame tu vida, páginas 149-51. Resulta interesante señalar la

112 Í 113
existencia de una gran cantidad de establecimientos comerciales que publica- History of the Behavioral Sciences 32, número 2, abril de 1996, páginas 160-76;
ban sus avisos en la revista. Viner, Russel Me ame Klein and Anna Freud: The Discourse of the Early
58 "Editorial", en Psique en la Universidad, 1, 1958, página 5.
Dispute , en Journal of the History of the Behavioral Sciences 32, número 1, enero
" Eduardo Pavlovsky, carta al editor. Psique en la Universidad 1, número Je VaATa,S Hugl}«», Judith, Reshaping the Psychoanalytic Domain:
1, 1958, página 60. The Work of Melante Klein. W. R. D. Fairbairn,and D W.WinniJtt, Berkeley
60 Baranger, Madeleine, "Introducción al grupo B. Teoría e institución
University of California Press, 1989. Una edición crítica de los textos de la
psicoanalítica. La formación psicoanalítica", en Revista de Psicoanálisis 27, nú- controversia Anna Freud-Klein es la de King, Pearl, y Ricardo Steiner, The
mero 2, abril-junio de 1970, páginas 211-16. Freud-Klem Controversies, 1941-1945, London, Tavistock/Routledge 1985
61 Wender, Leonardo, "Relaciones del analista con el medio ambiente", •

en Revista de Psicoanálisis 16, número 4, octubre-diciembre de 1959, páginas


333-36.
62 Lustig de Ferrer, Susana, "Mis vivencias de pregraduada frente a las

relaciones entre analistas", en Revista de Psicoanálisis 16, número 4, octubre-


diciembre de 1959, página 335. La mayoría de las ponencias presentadas en'
este simposium proponían soluciones que partían del mismo esquema analíti-
co: más psicoanálisis didáctico para todos.
63 Garma, Ángel, "Algunos contenidos latentes de las discordias entre

psicoanalistas", en Revista de Psicoanálisis 16, número 4, octubre-diciembre de


1959, páginas 354-61. J
44 Garma, Ángel, "Cómo mejorar las relaciones entre psicoanalistas", en

Revista de Psicoanálisis 16, número 4, octubre-diciembre de 1959, páginas 362-


67. Resulta interesante observar cómo este simposium tuvo lugar en un mo-:
mentó en que un conflicto muy especial afectaba a la APA. Un grupo de
analistas que había estado experimentando con LSD se había visto forzado!
recientemente a renunciar. La APA emitió un comunicado de prensa por el
cual negaba cualquier tipo de conexión entre el psicoanálisis y el LSD. J
65 Hernán Kesselman en "El psicoanálisis no existe". Primera Plana, 20;

de agosto de 1968, página 50.


46 Mom, Jorge, 'Teoría psicoanalítica y forma de vida", en Revista de:

Psicoanálisis 27, número 2, abril-junio de 1970. J


67 Nilda Sito, "Evaluación del II Congreso Panamericano de PsicoanáU-|

sis: informe sociológico" (n.d). Archivos de la APA, carpeta 12.


68 Ver la correspondencia entre Telma Reca y diversos empleados de la*

Fundación Rockefeller en Archivos de la Fundación Rockefeller, R.G. I.I, será


301 A, caja 3, archivo 34. .,Jj
" Sobre Telma Reca, ver Fendrick, Desventuras del psicoanálisis, páginasl
193-262. J
70 Entrevista con Goode de Garma. -É
71 Para sorpresa de Klein, Goode presentó el caso de un niño de veintiún;

meses a quien ella había tratado siguiendo las técnicas de Klein. El paciente]
más joven de Klein tenía dos años. Klein invitó a Goode a pasar un año en¡
Londres a estudiar con ella pero Garma se opuso al plan. No obstante, lo$j
Garma volvieron a Inglaterra por un período breve para estudiar y supervfe
sar a comienzos de los '50. Ver el prólogo de Ángel Garma al libro de Betijr]
Garma, Niños en análisis: clínica psicoanalítica, Buenos Aires, Kargieman, 1992J
71 Balan, Cuéntame tu vida, páginas 189-90. |
73 B^tty Garma, "Psicoanálisis de un niño de 21 meses" en su libro Niñom

en análisis, página 91. i


74 Sobre las técnicas y teorías de Klein y sus diferencias con Anna Freu<|

que provocaron la división política en la Asociación Inglesa de Psicoanálisis


en los '40, ver Donaldson, Gail, "Between Practice and Theory: Melanie Klein|
Anna Freud and the Development of Child Analysis.", en Journal of

114 115
CAPÍTULO 3

EL CAMBIO SOCIAL Y LA EXPANSIÓN


DEL MUNDO PSICOANALÍTICO

La divulgación del psicoanálisis en nuestro país se desarrolló


velozmente. Hacia fines de los '60, lenguaje y conceptos de origen
psicoanalítico inundaban las revistas populares, los shows
televisivos, el teatro, laficcióny los ensayos. Se podría argumentar
que a lo largo de la década el psicoanálisis desbordó su campo
original de aplicación y se transformó, al menos para algunos sec-
tores sociales, en un "núcleo de significación", que brindaba una
herramienta interpretativa para comprender y explicar diversos
aspectos de la realidad social y política.1 Incluso sectores de la Igle-
sia Católica que no habían tenido nunca nada demasiado positivo
para decir acerca del psicoanálisis comenzaban a utilizar conceptos
derivados de él. En 1962, por ejemplo, el arzobispo de Buenos Ai-
res publicó una carta pastoral por la cual condenaba la pornografía
no sólo por su carácter pecaminoso sino también porque
traumatizaba a los niños; la pornografía podía dejar profundas
"huellas psíquicas" en sus tiernas mentes.2 Las escuelas católicas
comenzaron a publicitar "consultorios psicológicos" entre los ser-
vicios ofrecidos. Al mismo tiempo, la demanda de terapias de
orientación psicoanalítica se expandió de manera considerable.
Sólo unos pocos años antes, sin embargo, la situación había
sido muy diferente. Una encuesta llevada a cabo en 1959 revelaba
que la mayoría de los argentinos que vivían en grandes ciudades
consideraba a las neurosis como deficiencias morales en lugar de
verlas como manifestaciones de enfermedad mental. Solamente
el 8% de los encuestados citó a la psicoterapia y al psicoanálisis
como curas posibles para los trastornos mentales mientras que el
32% consideraba el electroshock como la terapia más adecuada.3
¿De qué modo y por qué razones logró el psicoanálisis una difu-
sión tan amplia en un período tan corto de tiempo?
Acá cabe repetir una aclaración ya hecha en la introducción
pero que sirve para aclarar conceptos. A lo largo de este capítulo,

117
particularmente en la primera parte, utilizo una definición muy militantes políticos, quienes buscaron en el psicoanálisis un ele-
amplia de la palabra psicoanálisis que se refiere no sólo al uso mento articulador entre ambas.
riguroso de la teoría y técnica freudianas, sino a todos los discur- Los acelerados cambios que atravesaron los '60 provocaron
sos y prácticas sociales que reconocen una inspiración psicoana- una sensación generalizada de ansiedad e incertidumbre.4 "¿So-
lítica y se legitiman en ella. Dado que lo que interesa aquí es mos todos neuróticos?", se preguntaba retóricamente la revista
analizar el psicoanálisis como artefacto cultural, creo que este uso primera Plana en su primer número de 1963. Nuestros Hijos, una
amplio se justifica. El hecho de que se intente legitimar un discur- revista popular dedicada al tema de la crianza de los niños,
so o práctica en el psicoanálisis (aunque no se base en un conoci- declaró en mayo de 1961: "El suelo se sacude bajo nuestros
miento riguroso del mismo) es ya de por sí un indicio del nivel de pies". Mientras tanto, los grupos católicos, tanto los más progre-
implantación del sistema creado por Freud. sistas como los conservadores, debatían el rol que la Iglesia de-
bía jugar en tiempos de tanta incertidumbre.5 La gente deman-
daba respuestas que le permitieran explicar lo que estaba expe-
Los años '60 fueron una década de cambios sociales y cultura- rimentando y un sistema adecuado para lograr entenderlo. Para
les profundos en la Argentina, tal como sucedió también en casi muchas personas, el discurso psicoanalítico proveía un sistema
todo el mundo occidental. El carácter único del caso argentino se (entre otros) con el cual se podía intentar poner orden en el caos.
basó en el modo particular en que se combinaron los acontecimien- A lo largo de la década del '60, el psicoanálisis fue apropiado
tos y el ritmo especial en que ellos se sucedieron. Ninguno de estos simultáneamente como un método terapéutico, un vehículo para
factores explicaría de por sí la difusión del psicoanálisis en nuestro canalizar y legitimar ansiedades sociales y como un objeto de con-
país. Es a los cruces particulares que se dieron y a la forma en que sumo que otorgaba status a un sector de la población obsesionado
éstos ocurrieron hacia donde debe orientarse la investigación. En con la "modernidad"; después, fue también una herramienta para
primer lugar, se produjo un acelerado crecimiento de la clientela la revolución social. Sobre todo, el psicoanálisis funcionó como un
potencial del psicoanálisis, que estaba conformada por una clase sistema interpretativo y, si se quiere, un común denominador para
media relativamente rica y educada con nuevas expectativas y distintos sectores de la sociedad argentina.6 Así, la revista Gente
pautas de consumo. En segundo lugar, las modificaciones en la afirmaba en los primeros años de la década del '70, exagerando sin
concepción tradicional de la familia y en la del rol de la mujer en el duda, pero no demasiado, que el psicoanálisis se había transforma-
hogar y la sociedad, en una sociedad que seguía siendo conserva- do en un lenguaje común que atravesaba las barreréis de clase.7
dora en muchos aspectos, abrieron un espacio importante para la
recepción del psicoanálisis. Los rápidos cambios sociales y cultura-
les que sucedieron a la caída de Perón crearon las condiciones para Este capítulo está dividido en dos secciones: la primera ana-
cuestionar los usos y costumbres tradicionales; durante la década liza los cambios sociales y culturales que generaron un campo
del 60, para algunos sectores influyentes de la sociedad argentina, propicio para la difusión del psicoanálisis entendido, nuevamen-
"modernidad" fue un concepto clave. El psicoanálisis brindaba un te, en sentido amplio. La segunda parte del capítulo discute la
lenguaje apropiado para este cuestionamiento y para canalizar las expansión de la oferta de terapias de orientación psicoanalítica
ansiedades que el mismo generaba. Tercero, la caída de Perón fue parcialmente como contrapartida de los desarrollos comentados
seguida por conflictos políticos que explotaron con una violencia en la primera parte.
sin precedentes hacia elfinalde los '60. Hacia comienzos de los '70,
el sistema político había perdido legitimidad y vastos sectores de la
población se enfrentaban a la necesidad de redefinir sus identidad Las transformaciones de la clase media y la expansión
des políticas así como también las públicas. El surgimiento de mo- de la clientela potencial del psicoanálisis
vimientos radicales de izquierda y de la violencia como elemento
central de la cultura política argentina complicó aún más el pano- La clase media se expandió significativamente en la década
rama. Como veremos en capítulos siguientes, estos desarrollos del '60.8 Más interesante que su desarrollo (la clase media había
abrieron una cesura entre la vida pública y privada de muchos crecido aún con mayor rapidez durante las primeras décadas

100 119
del siglo veinte) fue la pronta transformación en su composi- sión de una clase media con estudios superiores compuesta
ción. Una nueva clase media, integrada principalmente por téc- principalmente por ejecutivos y técnicos vinculados a las indus-
nicos y ejecutivos, creció a expensas de los sectores más tradi- trias modernas. Esta clase desarrolló pautas específicas de con-
cionales y autónomos como consecuencia de los cambios econó- sumo tanto en lo referido a los bienes materiales como a los
micos llevados a cabo por los gobiernos posperonistas. El régi- : culturales. No por casualidad, en el transcurso de la década
men de Perón había enfatizado el desarrollo de una industria e m e r g i ó un gran número de publicaciones orientadas a satisfa-
liviana orientada hacia el mercado doméstico urbano. La indus- cer y, al mismo tiempo, orientar los gustos de esta clase." Los
tria liviana fue la generadora de empleo más importante duran- '60 observaron la proliferación de "expertos" —sociólogos, psi-
te ese período (luego de la construcción). Después de la caída de cólogos, economistas y demás— al servicio del nuevo modelo
Perón, el gobierno, a través de nuevas políticas "desarrollistas", de desarrollo económico, que tenía como uno de sus valores más
abrió sus puertas a las inversiones extranjeras y promovió la preciados el estilo americano de la eficiencia.
emergencia de un sector industrial más concentrado orientado a; De la mano de las actividades económicas modernas vinieron
la sustitución de importaciones de bienes durables. Las nuevas las enfermedades modernas, imaginarias o reales. Estrés, aliena-
industrias apuntaron a mercados de gran escala y estaban orien- ción y neurosis se convirtieron en las nuevas palabras clave. En el
tadas al consumo de los sectores de mayores ingresos. mundo moderno, según una revista femenina de gran circulación,
La reformulación del modelo económico permitió una mayor las amas de casa eran tan vulnerables como los ejecutivos a la
productividad de la fuerza de trabajo industrial, particularmente enfermedad moderna por excelencia: el surmemge.12 "La neurosis
en los sectores más dinámicos. La habilidad del sector industrial es la enfermedad de nuestro tiempo", declaró Primera Plana, un
para generar empleo disminuyó drásticamente. Entre 1960 y 1970, promotor abierto de la modernización cultural. Si la neurosis era
el sector servicios se convirtió en el generador más importante de una enfermedad moderna, entonces el psicoanálisis era la terapia
empleo luego de la construcción. En 1947, el sector servicios em- moderna para curarla, y esto fue percibido por casi todas las revis-
pleaba al 45% de la población económicamente activa; para 1970, el tas y publicaciones. El psicoanálisis se transformó en un objeto de
porcentaje había subido al 51,7.9 Además, las áreas del sector ser- consumo para ciertos sectores y, en palabras de un analista líder,
vicios que habían experimentado el crecimiento más rápido luego hasta en una inversión. Según Ángel Garma, los analizados inver-
de la caída de Perón eran las más "modernas": aquellas vinculadas tían grandes sumas de dinero en terapia porque sabían que, en
a las nuevas industrias y a las instituciones financieras. Entre 1947 tanto mejoraba su personalidad, el psicoanálisis los haría más pro-
y 1960, el sector definido como "servicios vinculados a las indus- ductivos y entonces podrían aumentar sus futuros ingresos.13
trias" había crecido el 10,7%; entre 1960 y 1970, su crecimiento fue
del 37%. Aunque en términos absolutos esa área de actividad em- LA MUJER Y E L CAMBIO SOCIAL
pleaba sólo al 2,8% de la fuerza de trabajo en 1970, su dramática
expansión muestra el dinamismo de un sector compuesto princi- Las mujeres también cambiaron sus pautas de participación
palmente por la clase media, profesionales con educación superior en la fuerza de trabajo durante este período. En 1947, las muje-
y técnicos. Asimismo, el numero de pequeños fabricantes y comer- res sumaban sólo el 21,7% del total de la población trabajadora,
ciantes independientes, que habían proliferado en las décadas anr • la proporción más baja en la historia argentina moderna. Esta
teriores, declinó claramente en los años '60 para dejar lugar a la proporción creció modestamente hasta 1960 y luego con mayor
nueva clase media asalariada dependiente de las industrias moder- velocidad en los años '60 y '70. En 1947 había una mujer por
nas. Un desarrollo similar puede ser observado aun dentro del cada cuatro hombres entre la población económicamente activa;
mismo sector industrial. De 1947 a 1960, su expansión se asoció al en 1970, había una mujer cada menos de tres hombres. Éste es
crecimiento significativo de la clase obrera asalariada; entre 1960 y un indicador que demuestra cómo durante los años que van de
1970, el sector que experimentó el crecimiento más rápido fue el de 1947 a 1970 las mujeres fueron ingresando al mercado de trabajo
técnicos y profesionales.10 Este proceso se destacó por su impor- en mayor proporción que los hombres.14
tancia en el Gran Buenos Aires. '' El cambio más importante, sin embargo, ocurrió dentro
Por lo tanto, los años '60 fueron testigos de la rápida expari- mismo de la fuerza de trabajo femenina. Entre 1960 y 1970, el

100 120
número y la proporción de mujeres casadas y separadas que nuevas universidades, tanto públicas como privadas, a partir de
ingresaron al mercado de trabajo creció significativamente. Las la década del 60 también contribuyó al crecimiento de la inscrip-
mujeres casadas constituyeron el grupo de crecimiento más ve- ción femenina.
loz dentro de la fuerza de trabajo femenina entre 1950 y 1970.15 Por otra parte, el peronismo introdujo cambios importantes
Además, la edad media de las mujeres trabajadoras se incre- en la situación social de las mujeres. En 1947, el gobierno garan-
mentó durante el período de 28,8 años en 1947 a 30,5 en 1970. tizó el voto femenino. Sin embargo, el discurso de Perón sobre
Estos cambios sugieren que un creciente número de madres es- las mujeres era ambiguo. Mientras enfatizaba la importancia de
taba participando en la fuerza de trabajo y, por lo tanto, introdu- sus nuevos derechos políticos, se refería a la participación de la
ciendo cambios en el modelo familiar tradicional. Tal como ya lo mujer en la esfera pública como una extensión de las actividades
señalamos, el discurso psicoanalítico brindaba una serie de he- "naturales" de su mundo privado. De acuerdo con la propagan-
rramientas para discutir estos cambios y al mismo tiempo para da peronista, al participar en la rama femenina del partido, las
canalizar las ansiedades que los mismos generaban. mujeres no se comprometían con actividades políticas sino que
Las mujeres no sólo ingresaron al mercado de trabajo en una lo hacían con el "trabajo social".22 A pesar de esto, el otorga-
cantidad sin precedentes en la historia argentina, sino que también miento del voto a la mujer y el incremento de la participación de
las mismas en la vida pública (cualquiera sea el nombre que
estaban mucho mejor educadas. Durante el régimen de Perón el
Perón quisiera darle) contribuyeron a un cambio profundo en el
sistema educativo se había expandido de manera notable. De 1945
rol social de la mujer. Para 1960, las mujeres se encontraban
a 1955, la educación básica había llegado prácticamente a su punto
integradas en la vida pública de un modo en que no lo habían
de saturación.16 El número de estudiantes inscriptos en escuelas
estado nunca antes en nuestra sociedad.
secundarias y en universidades también creció sustancialmente.
En 1942,17.742 estudiantes estaban llevando a cabo su formación A comienzos de los años '70, un movimiento feminista de
de grado en la Universidad de Buenos Aires; diez años después reducidas dimensiones pero de ideología más radical emergió
este número subió a 41325. En 1950, la Argentina ocupaba el tercer entre las clases medias y asalariadas femeninas. Trabajos teóri-
lugar en el ranking mundial de estudiantes universitarios por cada cos de pensadoras feministas de Europa y Estados Unidos co-
100.000 habitantes, luego de Estados Unidos y Filipinas.17 El núme- menzaron a ser traducidos al castellano.23 Además, desde fina-
ro total de estudiantes inscriptos en universidades públicas subió les de los años '60, el surgimiento de grupos armados de iz-
de 137.673 en 1958 a 207.437 en 1965.18 Desde 1950, la tesa de ins- quierda en los cuales participaban mujeres, incluso en posicio-
cripción había aumentado más en instituciones de enseñanza su- nes de liderazgo, dio todavía otra vuelta de tuerca al lugar de la
perior que en las escuelas primarias y secundarias y era más alta mujer en la vida pública. Las mujeres que "cayeron en combate"
aún que la tasa de crecimiento de la población. mientras participaban en actividades de la guerrilla entraron al
Dentro de este panorama el número de mujeres que concu- panteón de los mártires para la izquierda revolucionaria. La
rrían a escuelas secundarias también subió. En 1960, en el Gran participación de las mujeres en la lucha armada también cambió
Buenos Aires el número de mujeres inscriptas en establecimien- la percepción que el Estado tenía de ellas. Hasta la emergencia
tos de enseñanza media superaba al de hombres. Asimismo, el del movimiento de la guerrilla urbana, la prisión de mujeres era
porcentaje de mujeres inscriptas en la Universidad de Buenos administrada por religiosas de la orden del Buen Pastor. El Es-
tado no consideraba a las mujeres lo suficientemente peligrosas
Aires subió del 14,51% en 1941 al 18,03% en 1951.19 En las déca-
como para invertir el mismo tipo de recursos que en el sistema
das que siguieron a la caída de Perón, la población universitaria
correccional de hombres. A comienzos de los años '70, cuando
continuó creciendo y así lo hizo también la proporción de muje-
ya un gran número de mujeres encarceladas eran prisioneras
res. En 1950, la Argentina ocupaba el noveno lugar en América
políticas, el Estado se hizo cargo de la prisión. Las presidiarías
latina en términos de mujeres inscriptas en instituciones de en- mujeres ahora comenzarían a recibir el mismo tratamiento que
señanza superior sobre el total de alumnos. En 1970 compartía los hombres.24
el primer lugar con Costa Rica y Panamá.20 Para el comienzo de
los '80, el 43% de los estudiantes que concurrían a las universi- La percepción del cambio del rol de la mujer, sin embargo,
dades públicas en la Argentina eran mujeres.21 La creación de fue ambigua aun entre los grupos de izquierda que las acepta-

100 123
ban como combatientes en pie de igualdad.25 Las percepciones como veremos en el capítulo siguiente. Por otro lado, el psicoa-
de los argentinos acerca de las relaciones entre los géneros cam- nálisis legitimó la discusión sobre ciertos temas en el nombre de
biaron con más lentitud que el lugar concreto ocupado por las la ciencia. Cuando el psicoanálisis fue reconocido como la cien-
mujeres en la sociedad. La izquierda revolucionaria demandaba cia que estudiaba la sexualidad, la discusión de la sexualidad en
igualdad entre los géneros pero de algún modo le costaba toda- términos psicoanalíticos se tornó más fácilmente aceptable.
vía considerar a las mujeres como iguales. La revista El Descami-
sado, por ejemplo, órgano del peronismo revolucionario, afirma-
ba: "Aquí no hay ni hombres ni mujeres; lo que hay son explo- El cambio político y la necesidad de comprenderlo
tadores y explotados", mientras al mismo tiempo daba por sen-
tado que las mujeres estaban menos educadas políticamente que La década peronista tuvo importantes consecuencias para
los hombres debido a que "tienen que cumplir obligaciones la clase media.30 Los cambios sociales y económicos que produjo
como esposas y madres, trabajando en el hogar y educando a los el gobierno de Perón subvirtieron las jerarquías sociales y las
hijos".26 Estas "tareas especiales" asignadas a las mujeres no costumbres. Las políticas peronistas hicieron que la clase traba-
fueron nunca seriamente cuestionadas por gran parte de los sec- jadora ocupara un lugar central en la arena política.31 Luego de
tores de la izquierda revolucionaria.27 la caída de Perón resultó evidente que muchos de estos cambios
Si los sectores más radicalmente progresistas no se encon- serían permanentes. La experiencia peronista planteó desde el
traban del todo cómodos con la igualdad entre los géneros, los comienzo un enigma para la clase media y para sectores impor-
sectores más conservadores de la clase media lo estaban aún tantes de la izquierda intelectual, un enigma que requería expli-
mucho menos. La mayoría de las mujeres entrevistadas por Pri- cación y forzó a la sociedad en su conjunto a interrogar a la
mera Plana en 1963 acerca de la infidelidad contestó que la infi- realidad política y social argentina. La clase media, y en particu-
delidad masculina era más aceptable que la femenina y que los lar la intelectualidad antiperonista, percibía al régimen peronis-
hombres necesitaban más contacto sexual que las mujeres. Una ta como una patología en el desarrollo histórico del país. La
encuesta similar realizada entre hombres mostraba posiciones constatación de que luego de la caída de Perón la clase obrera
idénticas.28 Más allá de su valor estadístico limitado, estas en- continuaría siéndole leal, en contra de todas las predicciones,
cuestas ponen de manifiesto la adherencia de la clase media agregó otra dimensión importante al problema.32 Se ha argu-
(aun de su sector más "moderno") a los valores tradicionales. mentado que el desarrollo de la sociología en la Argentina estu-
Estos valores fueron reforzados por la legislación autoritaria es- vo estrechamente relacionado con la necesidad de proveer una
tablecida por el régimen militar a lo largo de la década del '60.29 "explicación científica" del peronismo.33 Esta necesidad de ex-
A pesar de esto, las mujeres en general fueron escapando lenta- plicación abrió el camino a miradas críticas para contemplar la
mente de espacios tradicionales y de la percepción social de realidad social. M.uchas cosas que antes se daban por sentadas
ellos. En tanto las mujeres se fueron independizando, temáticas eran ahora fuertemente cuestionadas.
que habían estado limitadas al espacio de la moral o la medici- La caída de Perón provocó una sensación general de inesta-
na, tales como la sexualidad femenina, adquirieron nuevos sig- bilidad, especialmente entre la gente joven. El peronismo había
nificados y comenzaron a ser discutidas de otra manera en pu- redefinido las identidades políticas y sociales, que durante el
blicaciones femeninas populares. En el capítulo siguiente se régimen de Perón se habían articulado alrededor de la dicoto-
analizará con más detalle la evolución del contenido de algunas mía peronismo/antiperonismo. Su derrocamiento forzó a los ar-
de estas publicaciones. gentinos a revisar estas identidades, lo cual generó incertidum-
En este punto, el psicoanálisis satisfizo dos necesidades. bre. El consenso liberal antiperonista que había surgido durante
Por una parte, propuso un discurso por fuera de la religión, la su gobierno se desintegró cuando el único factor que lo mante-
moral y el lenguaje tradicional de la eugenesia para canalizar las nía unido, Perón mismo, partió para el exilio. Esta situación creó
nuevas ansiedades de un modo no atemorizante. El discurso la necesidad de buscar nuevas herramientas interpretativas.
sobre género de psicoanalistas de renombre como Mane Langer Para ciertos sectores de la izquierda crítica que emergió luego
y Arnaldo Rascovsky fue sin embargo bastante conservador, de la caída de Perón, el psicoanálisis proporcionaba uno de los

100 125
posibles instrumentos teóricos para comprender los desarrollos 1 dad se había convertido en un ámbito sumamente politizado lue-
políticos y sociales. Esto será discutido con detenimiento en los í go de que, finalizada la represión de la década peronista, los es-
capítulos 7 y 8. Para otros sectores de la clase media, el lenguaje | tudiantes recuperaron su voz. Para los ojos de los militares, com-
psicoanalítico era un medio que permitía explicar la política en | prometidos con la así llamada doctrina de la seguridad nacional,
términos subjetivos, en otras palabras, psicologizar la política. | y sus aliados conservadores, la universidad se había transforma-
Los psicoanalistas aparecían en la TV y en la prensa escrita ex-1 do en un terreno fértil para la subversión comunista. Poco des-
plicando los acontecimientos políticos cotidianos en términos I pués de tomar el poder, el general Juan Carlos Onganía ordenó a
de neurosis, complejo de Edipo, etcétera. Ésta es la manera en i las fuerzas policiales ingresar en la universidad en el episodio
que uno de los expertos consultados por Primera Plana sintetiza- J recordado —quizás con cierta exageración considerando los suce-
ba el pasado reciente: | sos de la década siguiente— como "la Noche de los Bastones
"Desde 1930 hemos sufrido una serie de regímenes represi- J Largos". Este hecho terminó con lo que hoy es percibido como los
vos y el único sector que tuvo doce años para 'entrenarse' en la f diez años dorados de la universidad posperonista. La Universi-
expresión libre fue el peronista. El de ellos fue un sistema pater-1 dad de Buenos Aires perdió su autonomía una vez más. Estudian-
nal, 'la gran madre alimentadora' que les daba poder, protec- | tes y profesores fueron víctimas de la represión policial y muchos
ción, seguridad y dinero. Al caer se sintieron íntimamente frus-j de ellos fueron brutalmente golpeados. El resultado de este inci-
trados, resentidos, agresivos, paranoides... Con ellos se está pro-| dente, que llevó a la renuncia a casi una quinta parte del cuerpo
duciendo lo que en las neurosis individuales se llama 'contami-^ docente, fue catastrófico. Muchos de los que renunciaron eran
nación'". 34 ¿1 profesores e investigadores de fama internacional.36 En el trans-
El lenguaje del psicoanálisis permitía entonces al "experto''! curso de los primeros tres meses posteriores al golpe de Estado,
satisfacer una obsesión de la clase media antiperonista:J 108 docentes e investigadores se exiliaron, y muchos de ellos
patologizar el peronismo y al mismo tiempo tornarlo inteligible!! nunca regresarían.
El golpe militar de 1966 tuvo consecuencias muy perturba-i Lejos de descomprimir la situación, la represión militar la
doras para la cultura. Si bien inicialmente contó con la aproba-H exacerbó. Si bien no era la primera vez que un gobierno atacaba a
ción o al menos con la neutralidad de vastos sectores de la po-| la universidad, una variedad de factores hizo que los episodios
blación, incluso de ciertos sectores de la izquierda, las políticas del '66 fueran particularmente explosivos. En primer lugar, la
represivas del gobierno de la llamada Revolución Argentina^ politización de la universidad estaba articulada con la de la socie-
tuvieron efectos traumáticos de larga duración.35 El gobierno! dad. Segundo, el tumultuoso "espíritu de los sesenta" había in-
militar eliminó el debate político y disolvió la esfera pública^ fluido en la cultura de los estudiantes. Tercero, la universidad
abolió los partidos políticos y estableció un régimen altamentej posperonista era percibida y celebrada como un agente destacado
centralizado y autoritario. --'M de modernización .cultural y científica. Hacia 1966 había un grupo
Las políticas del gobierno afectaron de manera negativa a laj importante de académicos profesionales que dedicaban sus vidas
universidad. Ésta, dañada durante la década peronista, había re-J exclusivamente a la docencia y a la investigación y que, por lo
cuperado su prestigio luego de la caída de Perón, y una vez másj tanto, tenían mucho para perder con el colapso de la universidad.
se había transformado en una usina de modernización cultural jr] En tanto las tensiones se acumulaban, la sociedad comenzó a
científica. Se crearon nuevas carreras, entre ellas la de sociología^ radicalizarse. Entre finales de los años '60 y comienzos de los '70,
y la de psicología, esta última con una fuerte orientación psicoa-j la violencia fue invadiendo progresivamente el país y convirtién-
nalítica, como veremos más adelante. La estructura completa de| dose en un elemento central de la cultura política de la época.
la universidad fué redefinida. Por primera vez la Universidad dé| La universidad no fue la única víctima de las políticas cul-
Buenos Aires (y otras también) comenzó a contratar un número turales de la Revolución Argentina. Cualquier evidencia de
importante de docentes con dedicación de tiempo completo a laa movimiento contracultural era objeto de represión policial. Ésta
investigación. La actividad tradicional del movimiento estudian?! era llevada adelante en nombre de la moral pública, muchas
til, silenciada durante el peronato, recuperó su relevancia en tantQ| veces con apoyo de la población. En tanto la furia moralizadora
la universidad recobró su autonomía. Antes del '66, la universll de la policía era dirigida contra sectores relativamente margina-

100 127
les, fue tolerada y hasta sostenida por la burguesía. El verdade- ligada a los cambios sociales que hemos señalado antes. Un
ro problema empezó cuando la policía, no satisfecha con forzar ; vigoroso movimiento intelectual y cultural que había quedado
a los jóvenes a cortarse el pelo, comenzó a arrestar a artistas enterrado bajo el antiintelectualismo peronista emergió rápi-
conocidos, clausuró exhibiciones artísticas de vanguardia y ce- damente luego del '55. Durante los diez años de régimen pero-
rró lugares típicos de encuentro de la burguesía. La revista Gen- nista, las tendencias intelectuales tales como el existencialismo
te, que nunca se había destacado por su actitud crítica hacia los francés y el arte de vanguardia habían sido, si no abiertamente
gobiernos militares y que había expresado su aprobación bene-, reprimidos, al menos desalentados e identificados con el pen-
volente cuando la policía dirigía su ira hacia los hippies locales, samiento opositor.40 Luego de la caída de Perón, el existencia-
asumió una actitud mucho más crítica cuando la represión se lismo de Jean-Paul Sartre, las películas de Ingmar Bergman,
extendió a otros sectores.37 Después de 1966 los espacios públi- del neorrealismo italiano y más tarde de la Nouvelle Vague
cos de debate social y político fueron cerrados. En una sociedad francesa se pusieron de moda.41 Precisamente fue a través de
altamente politizada, este movimiento tendría consecuencias Sartre, tal como veremos en el capítulo 7, que muchos intelec-
explosivas. __ ; tuales desarrollaron un interés teórico por el psicoanálisis; y
La interacción de variables políticas, sociales y económicas; fue en la búsqueda de un autoconocimiento existencial más
generó una impresión general de crisis sin fin y de inseguridad. profundo que muchos de ellos terminaron en el diván del
Aunque la inestabilidad era un fenómeno global en los '60, en la analista.
Argentina tuvo sus peculiaridades. La experiencia peronista fue Esta sed de novedad reprimida durante la era peronista
profundamente traumática para la sociedad; la misma requería sentó las bases para la explosión cultural de finales de los '50 y
de una explicación y, más importante aún, generó entre algunos ' '60, cuando nuevas fuentes de financiación se volvieron dispo-
sectores de la burguesía una visión personalizada e internaliza- nibles para sostener emprendimientos de este tipo. El Estado
da de la política. Además, los regímenes autoritarios eliminaron argentino, que históricamente había mostrado poco entusiasmo
la política como un canal de expresión de las demandas sociales/ en el financiamiento de desarrollos científicos y culturales, co-
restringiendo de esta manera la esfera pública. Cuando vastos menzó a jugar un papel mucho más activo,42 al tiempo que se
sectores sociales son privados de representación política, el sis-, volvieron disponibles nuevos recursos económicos provenien-
tema político pierde legitimidad. Como señala Tulio Halperin, tes de fundaciones extranjeras (muchas norteamericanas) bajo el
el sistema político, lejos de ser un canal para la resolución pací- paraguas de la Alianza para el Progreso.
fica de los conflictos sociales, se convirtió en una "caja de reso- El prestigio de las instituciones culturales tradicionales de-
nancia" que los amplificaba.38 La mejor captación de esta pola- clinó rápidamente como consecuencia de estos desarrollos. La
rización política y social fue dibujada en una historieta de revista Sur, que había sido el foro literario más respetado desde
Quino, tal vez uno de los caricaturistas más perceptivos de su creación a comienzos de los '30, era ahora severamente criti-
nuestro país. La tira publicada en la revista 4 Patas en 1960 cada por su mentalidad política cerrada y su adherencia a la
muestra a un policía persiguiendo a un trabajador que está in- literatura tradicional "no comprometida". Lo mismo sucedió
tentando atrapar a un burgués, que está corriendo detrás de un con el suplemento literario del diario La Nación, que había defi-
terrorista, que está tratando de tirar una bomba a un cura, qué nido el buen gusto en literatura por décadas. El prestigio cultu-
está a un paso de romper un crucifijo en la cabeza de un libre- ral se desplazó hacia nuevas instituciones, tales como el Institu-
pensador, que está golpeando la espalda de un militar con un to Torcuata Di Telia, fundado a fines de la década del '50. El
libro, y así sucesivamente.39 instituto se convirtió en una referencia central para la vanguar-
dia y el pop art argentinos (y latinoamericanos) a lo largó de la
década, y sostuvo el arte experimental mediante un sistema de
premios y exhibiciones. Desdeñado por la izquierda tradicional
Los sesenta y la renovación cultural
como un promotor snob de frivolidades y por la derecha como
subversivo, el Di Telia generó su propio público entre la clase
El fin del régimen peronista en 1955 disparó el comienzo
media en expansión.43 En 1967, su mejor año, las exhibiciones en
de una dramática modernización cultural que estuvo en parte;

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el Centro de Artes Visuales del instituto convocaron alrededor cionaron como vehículos para nuevos tipos de discusiones. En
de 400.000 visitantes.44 10s comienzos de los '60 había en Buenos Aires tres programas
El Di Telia funcionó como uno de los puentes entre el psi- televisivos que tenían como figuras destacadas a psicoanalistas
que discutían frente a las cámaTas acerca de los temas más di-
coanálisis y la modernización cultural. Compartían el mismo
v e r s o s , desde la crianza de los niños hasta la política, desde un
público, una clase media cultivada fascinada con este proceso
punto de vista psicoanalítico.48
de modernización. La mayor parte del público que concurría a
las exhibiciones del Di Telia eran lectores de Primera Plana, una La expansión del consumo y las nuevas técnicas de marke-
revista que jugó un rol importante en la difusión del psicoanáli- ting permiten en parte explicar el boom literario de los '60, pro-
sis y en la promoción de la modernización cultural en generaL movido por la publicidad y las listas de best-sellers.49 Luego de
Psicoanalistas reconocidos iban al Di Telia y algunos de ellos; la importante caída experimentada en los años '50, la industria
compraban obras de arte que allí descubrían. 45 Además, editorial argentina volvió a crecer a un ritmo vertiginoso. Sur-
analistas de reconocida trayectoria como Pichón Rivière partici- gieron nuevas editoriales, entre ellas Eudeba, que comenzó a
paron en algunos de los acontecimientos más controvertidos del publicar ediciones con tiradas de gran cantidad de ejemplares
—muchas de ellas "más baratas que un paquete de cigarri-
instituto. Pichón aparecía en los medios brindando interpreta-
llos"— de libros cuyas temáticas iban desde los clásicos hasta
ciones psicoanalíticas de los happenings y de otras experiencias
las nuevas ciencias sociales. En esos días de apogeo, Eudeba
artísticas. Algunas personas que desarrollaron un interés teór
publicaba casi un libro por día.50
co por el psicoanálisis como Oscar Masotta también establecie4
ron vínculos cercanos con el instituto. Para la clase media pro¿ Los hábitos de lectura también cambiaron. Hacia la década
gresista (más en términos culturales que políticos muchas del '30, según una investigación realizada por Gino Germani, la
ees), el Instituto Di Telia y el psicoanálisis formaban parte clase media afirmaba leer literatura seria pero sólo el 1% leía
mismo entramado complejo representado por la modernizació- realmente revistas literarias.51 En los '60 el panorama cambió.
cultural. El tipo de arte que patrocinaba el Di Telia, un arte qu Rayuela, de Julio Cortázar, un libro complejo de leer, vendió
privilegiaba la percepción y el sentimiento por sobre el pensad 25.000 ejemplares por año desde su publicación en 1963 hasta el
miento, también contribuyó a crear un ambiente general favora final de la década para desconcierto de Victoria Ocampo, quien
ble a la difusión del psicoanálisis. En las salas del Di Telia, y t se expresaba de esta manera:
otras también, se podía experimentar con el teatro del absurdo ^ "Al mismo tiempo, hecho insólito, el vulgo compra las
muchas veces estas obras estaban plagadas de alusiones psicoa? obras de Cortázar (tan luego de Cortázar) y se pasea con sus
nalíticas. libros en Torino o en subte o en colectivo. Sin embargo, Cortázar
es netamente un autor para minorías, no para lectores a quienes
LA EXPANSIÓN DEL CONSUMO DE BIENES CULTURALES
ha de aburrir fabulosamente... porque no están preparados para
digerirlo y saborearlo". 52
De la mano de la expansión de la clase media creció el co" Determinados libros, como así también ciertas pautas de
sumo. Durante los '60 fueron introducidas nuevas metodolog " consumo, se convirtieron en símbolos de status social.53 El creci-
publicitarias y los medios de comunicación de masas miento del mercado editorial en los '20 y los '30 había sido ali-
incrementaron más rápido en la Argentina que en el resto mentado por la expansión del sistema de educación básica; en los
América latina.46 Aparecieron nuevas publicaciones (algunas < '60 lo nutrían personas que habían tenido acceso a la educación
ellas serán analizadas en el capítulo 4) y los aparatos de televí superior. Los Hbros y las artes se convirtieron en productos de
sión proliferaron. Dos años después de su introducción en 195" consumo vendibles a través de canales y técnicas nuevos.54
ya había 5.000 aparatos en el país, número que creció a 80.000 Los argentinos no sólo leían más libros sino que incursiona-
1960 y a 3.700.000 diez años después.47 La televisión difund5 ban en temas que habían sido considerados tabúes hasta unos
nuevas pautas de marketing; nuevos productos tanto materia" pocos años atrás. La literatura cambió luego de la caída de Perón.
como culturales fueron vendidos a través de la pantalla, Bajo la influencia del existencialismo francés, la "generación del
nuevos medios, que llegaban a un público más cultivado, J 55" evitó las tradicionales belles lettres. Los escritores que

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irrumpieron después del primer peronismo se ocuparon de las respuesta de los sectores más reaccionarios. Muchas encuestas de
relaciones humanas de una manera que había sido marginal en la opinión dan cuenta de que la sociedad argentina estaba más ata-
tradición literaria nacional. Discusiones más o menos abiertas da a las costumbres tradicionales que lo que se suponía.56 En la
sobre la sexualidad comenzaron a ocupar un lugar destacado en Argentina de los '60 coexistían con dificultad tendencias
novelas de escritores populares como David Viñas y Beatriz modernizadoras y tradicionalistas que provocaban conflictos,
Guido. Fue en esos años cuando Roberto Arlt, que había sido el malentendidos y una sensación general de inquietud.
precursor de un nuevo discurso sobre la sexualidad en la década El contexto de cambio social, cultural y político de los '60
del '30, fue recuperado e incluido en un puesto de privilegio en el f a c i l i t ó la recepción de un sistema de pensamiento que brindaba
nuevo canon literario. La influencia francesa y la discusión más fundamentos para comprender una nueva subjetividad y para
abierta acerca de la sexualidad sentaron las bases para introducir responder a los interrogantes que ésta planteaba. Ninguno de
el psicoanálisis en la literatura. En los años '60 una cierta manera estos factores por sí mismos puede explicar la emergencia de
de pensar inspirada en el psicoanálisis influía en las obras dé una cultura psicoanalítica. Se trata más bien de buscar una inter-
autores argentinos, en especial en el trabajo de los escritores de la pretación en la manera particular en que todos estos ingredien-
nueva generación como Manuel Puig. Para citar un ejemplo, su- tes fueron combinados. Además, el psicoanálisis podía equipar
libro casi autobiográfico La traición de Rita Hayworth está atravesa- a un conjunto amplio de sectores sociales con herramientas ana-
do por una mirada de origen psicoanalítico aunque la palabra no1; líticas fácilmente utilizables para poner orden en el caos. Más
aparezca nunca. La novela gira alrededor del descubrimiento que aún, el psicoanálisis propuso un discurso científico y progresis-
el protagonista hace de su propia homosexualidad.55 Cuando en ta que iba a contrapelo de la psiquiatría tradicional sin amena-
1966 Pedro Orgambide editó una colección de cuentos cortos con' zar los valores tradicionales. Resulta significativo que entre las
el título Crónicas del psicoanálisis, hasta la revista católica Criterio prácticas cuasi religiosas que proliferaron durante los '60, una
la elogió con entusiasmo. de las más populares fuera la astrología, que también reclamaba
para sí el dominio de una vía "científica" para explicar lo que
parecía inexplicable.57
Asimismo, el psicoanálisis invadía también otros géneros; En una atmósfera en donde la esfera pública estaba restrin-
Los ensayos sobre la realidad argentina, un-género de amplia gida, el psicoanálisis brindaba herramientas para trasladar el
trayectoria en nuestro país, proliferaron renovados también en análisis de la realidad externa conflictiva hacia el interior, a la
los '60 como respuesta a la demanda de nuevas interpretaciones; realidad íntima. Este fenómeno fue percibido también en aque-
de la situación nacional. Los temas centrales no eran necesaria, lla época. Para la psiquiatra de izquierda Sylvia Bermann, el
mente nuevos pero el modo de abordarlos sí lo era. Otra vez la psicoanálisis era un pobre sustituto de la política. Los argenti-
sexualidad ocupaba un lugar central en obras como el best nos estaban poniendo demasiada "angustia y energía creativa"
seller de Sebreli Buenos Aires: vida cotidiana y alienación, y má en el esfuerzo de entenderse a sí mismos, cuando deberían usar
explícitamente en Revolución sexual en la Argentina de Julio esa energía para trabajar en la transformación del país y para
Mafud. Ambos rebosaban de referencias al psicoanálisis. sobrellevar la crisis.58
Mientras algunos sectores de la sociedad participaban acti- Algunos autores sugirieron que el nacimiento del psicoaná-
vamente en el proceso de modernización cultural en una búsqu: lisis estuvo estrechamente ligado a la atmósfera de restricción
da casi compulsiva de lo nuevo, otros sectores se aferraban a los política y al mismo tiempo densamente politizada de la Viena
valores tradicionales. Los ultraconservadores, los nacionalistas de fin de siglo. Cari Schorske, por ejemplo, plantea la hipótesis
los católicos tradicionalistas compensaban su debilidad numérk de que el origen del psicoanálisis puede ser explicado en parte
con su capacidad para ejercer influencia en las esferas del poder; en el contexto sociopolítico de la Viena imperial tardía y estaría
La censura se hizo sentir durante los años '60, aun durante 1 fuertemente vinculado a la crisis del liberalismo, como resulta-
gobiernos elegidos democráticamente. Luego del golpe mili' do de la cual, en la visión de Schorske, ciertos sectores que se
del '66 la represión cultural se tornó más violenta y abierta. P vieron excluidos de participar de manera directa en la acción
esta represión no fue solamente una consecuencia directa de política sustituyeron la producción cultural por ella. Según este

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autor, Freud, a quien como judío liberal le estaba vedada una tieron ampliar considerablemente la demanda de psicoanálisis.
participación activa en la política de su tiempo y estaba por el : Este rápido incremento de la demanda se articuló con la expan-
mismo motivo condenado a una cierta marginalidad social, sus- sión de la oferta de psicoanálisis y de terapias de orientación
tituyó una teoría de la subversión interna por la posibilidad de psicoanalítica, en las cuales la APA jugó un rol significativo.
practicarla en la vida social.59 Como ilustración de lo antedicho,
han sido señalados, por un lado, los contenidos abiertamente;
políticos de muchos de los propios sueños de Freud analizados, La expansión de la oferta psicoanalítica
en La interpretación de los sueños, y por el otro, la utilización por;
parte de Freud de metáforas políticas (represión, censura) para La difusión del psicoanálisis determinó también un cambio
explicar el trabajo del inconsciente.60 f en el modo en que se percibían a sí mismos los psicoanalistas y
Un argumento similar, pero que arriba a conclusiones, puso en evidencia algunos problemas. La APA sola no podía
opuestas, ha sido utilizado para explicar el boom del psicoaná- satisfacer la demanda creciente de formación psicoanalítica.
lisis en Brasil. Según Luciano Martins, el desarrollo del psicoa-í Desde finales de los '50 se observa una proliferación de grupos
nálisis en Brasil hacia el final de los '60 fue el resultado de la de estudio privados y "escuelas para graduados", que ofrecían
alienación de la generación que llegó a la mayoría de edad du- cierto tipo de formación en psicoanálisis. Si bien no recibían
rante el régimen militar autoritario establecido en 1964.61 En reconocimiento oficial por parte del establishment psicoanalíti-
Brasil, según Martins, el psicoanálisis fue también un sustituto co, estas instituciones ayudaron a aligerar el cuello de botella.
de la política pero allí dio cuenta de la alienación de la pobla- Muchas de estas escuelas estaban dirigidas por miembros jóve-
ción. Desde la perspectiva de Martins, el psicoanálisis, las dro- nes de la APA.
gas y ciertas prácticas new age formaban parte de un sistema^ Mientras no enseñaran técnicas psicoanalíticas, las activi-
cultural que eliminó la política como forma de expresión social* dades de estas instituciones no eran objetadas. Sin embargo, la
Los psicoanalistas brasileños, a diferencia de los argentinos, no creación de la Escuela de Psicoterapia para Graduados en 1965
usaban el psicoanálisis como un instrumento para la reflexión- por parte de jóvenes miembros de APA fue observada con cre-
sino que respondía a una demanda de escapismo. ciente preocupación. Aunque llamaban a su escuela de "psicote-
Si la evaluación de Martins es correcta, una variedad de rapia" y no de "psicoanálisis", la idea que guiaba a sus fundado-
factores pueden ser mencionados para explicar las diferencias? res era ofrecer educación psicoanalítica a gente, mayoritaria-
entre los modos de relación del psicoanálisis con la política ei£ mente psicólogos, que por alguna razón no podía ser admitida
Brasil y en la Argentina. El sistema político brasileño era mucha en la APA. Los líderes de la APA veían a la escuela como una
más estable que el argentino. La crisis generalizada de consenso; amenaza a su monopolio respecto del entrenamiento psicoana-
y la polarización que sufrió la sociedad argentina no fueron sen lítico, en especial porque sus profesores podían ostentar la legi-
tidas en Brasil con la misma intensidad.62 Además, la experien timidad que les daba su afiliación a la APA. Ésta les exigió limi-
cia populista brasileña durante el gobierno de Getulio Vargas e" tar su campo de enseñanza de modo de "evitar cualquier situa-
los '40 y los '50 no planteó el mismo tipo de problemas de Ínter? ción de ambigüedad o incompatibilidad".63 En contra de los
pretación que despertó Perón entre la intelectualidad argentina^ deseos de la APA, la escuela fue un éxito, en especial entre los
La apropiación que los intelectuales de izquierda hicieron d psicólogos que la llamaban "Apita".64 Un año después de la fun-
psicoanálisis como un instrumento interpretativo cumplió u f dación de la Escuela, la APA convocó a una asamblea extraordi-
papel importante en su legitimación y difusión en nuestro país» naria para discutir "formas y posibilidades de difusión y ense-
como veremos en el capítulo 7. Influyentes sectores de la vr ñanza del psicoanálisis". Uno de los temas más candentes fue,
quierda crítica argentina, lejos de sentirse despolitizada po precisamente, el trabajo de los psicoanalistas en centros de for-
efecto del psicoanálisis, lo consideraron una herramienta parí mación privados, que habían empezado a proliferar más allá de
una mejor comprensión de la realidad política. 'as posibilidades de la institución de controlarlos.
Los cambios acelerados que tuvieron lugar en la Argentin La creciente notoriedad de los psicoanalistas y la populariza-
luego de la caída de Perón definieron las condiciones que per " ción de la doctrina freudiana luego de la caída de Perón se articu-

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laron con un aumento de la oferta del psicoanálisis como terapia ,Trupal- Uno de ellos fue el servicio de pediatría del Hospital de
y como artefacto cultural que, al mismo tiempo, respondía a unjf Niños, bajo la jefatura de Florencio Escardó, quien era asistido
demanda previa en una especie de proceso de autoalimentaciór. por Diego García Reynoso, un miembro de la APA. Allí, los
p s i c ó l o g o s trabajaban con médicos y psiquiatras en "equipos
permanente. La APA no se encontraba en condiciones, por sq
t e r a p é u t i c o s " . Si bien practicaban una forma del psicoanálisis
estructura y por la dinámica interna que la caracterizaba, de satis!
facer la demanda generada. Pese a que el número de sus mier poco ortodoxa, servían a las necesidades del hospital público
bros se expandía, todavía era reducido. Además, ya desde final- pediátrico y, en 1968, los equipos terapéuticos atendieron a más
de la década del '50, algunos de sus miembros más destacad" j e 10.000 niños.66
habían comenzado a buscar canales alternativos para la difusió La introducción de la terapia de grupo tuvo consecuencias
de la disciplina, en tanto práctica y en tanto teoría social, importantes de características diversas. Primero, expandió
fuera de las fronteras de la organización. drásticamente la clientela potencial de las terapias de orienta-
ción psicoanalítica. La terapia de grupo era más barata que la
analítica tradicional y los hospitales públicos se volvieron re-
PSICOTERAPIA DE GRUPO:
ceptivos a la aplicación de este tipo de tratamientos luego de la
EL PSICOANÁLISIS COMO CIENCIA SOCIAL
caída de Perón. Segundo, la definición misma de psicología de
grupos también se expandió para permitir un uso no sólo tera-
La introducción de la terapia de grupo a finales de los ' ' péutico en sentido estricto sino para tratar las relaciones labo-
fue una contribución central para la difusión del discurso y rales. Grupos de orientación psicoanalítica proliferaron entre
práctica del psicoanálisis. Enrique Pichón Rivière había estad maestros de escuela, compañeros de trabajo y músicos que es-
dirigiendo grupos terapéuticos en el Hospicio de las Merced peraban mejorar la dinámica de sus vínculos de trabajo y per-
desde la década del '40, pero estos experimentos llegaron a . sonales. Tercero, la terapia grupal permitía a los psicólogos
fin cuando al poco tiempo fue exonerado del hospital por " trabajar en equipo con los médicos en una situación de casi
autoridades peronistas. No obstante, Pichón continuó prot igualdad. La Asociación Argentina de Psicología y Psicotera-
viendo la terapia de grupo y elaboró sus propias teorías al ; pia de Grupo admitía a graduados en psicología como miem-
pecto. Alrededor de 1950, también miembro de la APA, bros titulares. Cuarto, este uso ampliado de los conceptos y las
Eduardo Krapf, empezó a realizar sesiones grupales en el H técnicas de origen psicoanalítico redefinió el alcance y el status
picio con la colaboración de algunos de sus estudiantes. A profesional de la disciplina. Para los promotores de la terapia
mienzos de los '50, otro grupo de psicoanalistas de la APA de grupo, el psicoanálisis no era una especialidad médica (o al
sumó a la gente que estaba trabajando en el Hospicio con' menos no lo era de manera exclusiva), sino que tenía su lugar
objetivo de desarrollar técnicas de terapia grupal más ort entre las ciencias sociales junto a la antropología, la psicología
doxas. Uno de ellos era Emilio Rodrigué, que había recibid y la sociología.
formación analítica en Inglaterra. Allí había tenido la posib'
dad de estudiar las teorías de psicoanálisis grupal de Wil" Desde la década de 1950, algunos científicos sociales habían
Bion en la Clínica Tavistock. En 1954, Rodrigué fue uno de intentado incorporar al psicoanálisis entre las ciencias sociales.
fundadores de la Asociación Argentina de Psicología y Psico" Gino Germani discutía el lugar que debía ocupar el psicoanálisis
rapia de Grupo, desde donde se organizaron cursos y se prom entre las mismas y los beneficios que los conceptos psicoanalíti-
vieron con éxito las terapias de grupo de orientación psicoa" cos podían brindar a estas disciplinas. Desde su juventud en
litica.65 En 1957, la asociación organizó la Primera Conferen Italia Germani se había interesado en la doctrina freudiana y
Latinoamericana de Terapia de Grupo en Buenos Aires, que ¡ había leído a Freud en su adolescencia. En la Argentina, comen-
sultó un gran éxito, y en 1962 comenzó a editar la Revista zó a organizar a partir de 1940 la publicación de libros de socio-
Psicología y Psicoterapia de Grupo. Los miembros de la asociad* logía, psicología social y disciplinas conexas. Entre ellos, había
daban conferencias regularmente en la Facultad de Medicina^ obras de Erich Fromm, George Mead y Bronislaw Malinowski.67
pedido del centro de estudiantes. Los servicios psiquiátricos A comienzos de los '40, Germani había dictado seminarios sobre
los hospitales públicos ofrecían distintas formas de terap Freud y Marx. Germani reconocía la importancia de las contri-

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buciones teóricas del psicoanálisis, en particular en la versión social, podía y debía entonces discutir sus incumbencias con sus
culturalista norteamericana, para las ciencias sociales. Pero, af. iguales: la sociología, la antropología y el resto de las discipli-
mismo tiempo, se preocupaba por dejar en claro que cuando se nas. Además, la apertura del psicoanálisis hacia las ciencias so-
refería al psicoanálisis no se trataba del psicoanálisis institución c i a l e s , realizada desde dentro del campo psicoanalítico, allanó
nal tal como era practicado y teorizado por la APA. Germani el camino para su uso como una herramienta de análisis social y
señalaba que las contribuciones psicoanalíticas a las ciencia?, para una posterior lectura política de la realidad social/ 0
humanas no podían estar restringidas a ninguna corriente e^ R o d r i g u é enfatizó la convergencia del psicoanálisis y las cien-
particular, incluidas aquellas que pretendían representar un| cias sociales con mayor claridad aún en su Biografía de una comu-
cierta pureza y ortodoxia de manera excluyente.68 El psicoanáli- nidad terapéutica, donde discutió sus experiencias en el Austen
sis al que se refería el sociólogo quedaba fuera de la institución R i g g s Center en Stockbridge, Massachusetts, a finales de los
psicoanalítica. Según Germani, la escuela de psicoanálisis más años '50. Dedicó el libro a las personas "interesadas en las cien-
relevante era la culturalista norteamericana representada por cias sociales... en particular, a aquellas interesadas en la política
Erich Fromm, Karen Horney y Harry Sack Sullivan, ninguno de como ciencia". Para Rodrigué, entonces, la comunidad terapéu-
los cuales integraba el panteón oficial de la APA. Desde la pers^ tica era un lugar donde el psicoanálisis, la psiquiatría y la polí-
pectiva de Germani, el psicoanálisis le agregaría la dimensión^ tica se articulaban. Terminando la década del '50, el psicoanáli-
subjetiva al análisis social. Por lo tanto, el psicoanálisis que la$í sis estaba ampliando su campo de acción más allá del dominio
ciencias sociales deberían aceptar no era precisamente la clase puramente médico y terapéutico.
de psicoanálisis que el establishment psicoanalítico reconocía Otra consecuencia importante de la terapia de grupo fue la
como propio. Si bien este acercamiento tendría pocas conse expansión de la clientela de las terapias de orientación psicoanalí-
cuencias prácticas en el trabajo posterior del sociólogo, permi'" tica y, por lo tanto, la creación de canales alternativos de difusión
instalar la disciplina freudiana en el centro de un debate más. de los conceptos y las ideas psicoanalíticas. Médicos progresistas
amplio acerca de las ciencias sociales en la universidad, donde en los hospitales públicos derivaban pacientes a los grupos donde
Germani ocupaba un lugar destacado. •.* podían recibir tratamiento gratuito, difundiendo así la psicoterapia
Con el surgimiento de la terapia de grupo, el intento de hacer entre los hombres y las mujeres de menores recursos.71
un lugar para el psicoanálisis entre las ciencias sociales provinó La expansión de la clientela del psicoanálisis introdujo algu-
por primera vez del interior mismo de la comunidad psicoanalí' nas preocupaciones nuevas entre sus practicantes. El primer tema
tica. En 1957, tres analistas de renombre —León Grinberg, Marr de discusión era el encuadre. Mientras los psicoanalistas tradicio-
Langer y Emilio Rodrigué— publicaron un libro sobre la psicol nales podían ignorar las condiciones políticas y sociales o, en el
rapia de grupo. La revolución freudiana, escribían, debía ser e mejor de los casos, verlas a través de lentes psicoanalíticos, en un
tendida sólo en el contexto de las ciencias sociales aunque acep? hospital estas condiciones se presentaban a veces de una manera
taban que el psicoanálisis había realizado pocas generalización brutal. Uno de los grupos de Marie Langer enfrentó problemas
sociológicas valederas. Los análisis sociales de Freud, opinaba serios que pusieron en riesgo su propia existencia: "Cambio de
los tres analistas, formaban parte de una estructura teórica qi observadores, dificultades con el servicio de enfermería, dos re-
había envejecido prematuramente.® De este modo, ellos reconoí voluciones, etcétera". No había nada para hacer salvo esperar
cían que el psicoanálisis era un miembro de pleno derecho ent hasta que el panorama se aclarara un poco.72
las ciencias sociales pero que no las sustituía. De todas formas, En segundo lugar, la clase de vínculo (incluida la contra-
psicoanálisis había hecho contribuciones importantes a la soci. transferencia) que los terapeutas podían establecer con los pa-
logia, tales como la teoría del superyó y la aplicación del métodü cientes de menores recursos, cuyos intereses y conocimientos
histórico al aquí y ahora de la sociología, al vincular trau: eran obviamente diferentes de los suyos, no era el que se podía
lejanos con problemas actuales. establecer con los pacientes de clase media y media-alta en el
El emplazamiento del psicoanálisis entre las ciencias soci consultorio privado. Durante la primera década de existencia de
les permitió desmitificarlo, quitándole el aura misteriosa y has la APA muchos pacientes eran de hecho conocidos del psicoa-
metafísica que lo rodeaba. Si el psicoanálisis era una cien * nalista y, en general, derivados por amigos del terapeuta.

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Langer, por ejemplo, tenía amigos en común o era conocida de t r a b a j o como psicodramatista.76 El psicodrama colocaba a la
miembros de las familias de la mayoría de sus pacientes. Este p s i c o t e r a p i a fuera del consultorio y la transformaba en un es-
trasfondo compartido permitía que la relación transferencial se p e c t á c u l o para un público ávido de nuevas oportunidades de
desarrollara con mayor facilidad sin obstáculos culturales o so- participar en experiencias modernas de expresión. Algunas
ciales. Como señala Langer, habitualmente había una compren- sesiones de psicodrama se realizaron en salas alquiladas y
sión profunda entre el analista y su paciente de la cual surgía atrajeron a más de 300 personas entre participantes y espec-
una gestalt. En ese mundo los factores externos no intervenían tadores.77
en el tratamiento. Analista y paciente compartían las mismas También proliferaron otras técnicas no ortodoxas inspira-
posiciones políticas (ambos eran por lo general profundamente das en el psicoanálisis. Una de ellas, que resultó exitosa entre
antiperonistas), que más tarde podían ser interpretadas psicoa- algunos sectores políticamente progresistas, fue el uso de dro-
nalíticamente.73 J' gas psicodélicas, en especial el LSD-25 y la mescalina. Una vez
No se trataba precisamente del caso de quienes concurrían; más, Pichón Rivière había anticipado una tendencia cuando
al hospital público. Langer caracteriza a los pacientes de uno de experimentaba con el uso de drogas para facilitar el proceso
estos grupos como "de bajo nivel intelectual y social". Las pa- analítico en los años '40. Una década más tarde, Alberto
cientes de otro grupo eran "mujeres de pobres condiciones físi- Tallaferro y José Bleger le dedicaron muchas páginas a este
cas e intelectuales". Uno de los grupos incluía a una ex prostitu- tema. Finalmente, en 1956, Luisa Álvarez de Toledo, entonces
ta con una enfermedad aguda de la piel y a una maestra de presidenta de la APA, organizó un grupo para experimentar
escuela que complementaba sus ganancias trabajando por las con LSD. Otros participantes de él fueron Alberto Fontana, un
mañanas en un hospital psiquiátrico. Además muchos pacientes miembro asociado de la APA, y Francisco Pérez Morales, un
no eran exactamente neuróticos sino borderlines, cercanos a la candidato.78 Fontana había fundado una clínica junto con
psicosis. En la terapia de grupo, siguiendo a Langer, la gestalt se Pichón, Bleger y otros psicoanalistas donde ofrecía tratamiento
desarrollaba dentro del grupo en sí y no con el terapeuta; los con LSD. Esta droga era usada para facilitar el psicoanálisis y
pacientes visualizaban a sus terapeutas como un agente externo. no para sustituirlo; de hecho, las bases teóricas para la inter-
Langer describía su rol como el de "líder intelectual" del gru-í pretación eran básicamente kleinianas. En general, la droga se
po.74 La introducción del análisis grupal redefinió la identidad administraba en "sesiones prolongadas" que duraban varias
social de la disciplina al mismo tiempo que amplió drásticamen- horas, a veces un día entero; la comida y la música se introdu-
te su mercado. Además, la terapia de grupo atrajo a un vasto, cían también con propósitos terapéuticos. La mayoría de los
número de médicos y psicólogos, tal como lo testimonia el éxito miembros conservadores de la APA rechazó el uso terapéutico
de una conferencia sobre análisis grupal realizada en Buenos de drogas; a ellos les resultaba más fácil aceptar desviaciones
Aires en 1957. teóricas profundas que innovaciones técnicas.79 Álvarez de
Otra técnica que se puso de moda en esos años fue el f Toledo fue condenada al ostracismo y no volvió a ocupar nin-
psicodrama, introducida por dos miembros jóvenes de la APA: f gún otro cargo importante en la APA luego de que concluyera
Eduardo Pavlovsky y el colombiano Jaime Rojas Bermúdez. su mandato como presidenta. Pérez Morales fue forzado a re-
Ambos fundaron la Asociación de Psicodrama y Terapia de • nunciar cuando la monografía que presentó para su promoción
Grupo a comienzos de los '60. Si bien seguían la técnica desa- a miembro asociado fue rechazada, mientras que Fontana di-
rrollada por el psicólogo rumano Jacob Moreno, a quien visita- mitió en solidaridad.80
ron en Estados Unidos, le agregaron un giro psicoanalítico que : La clínica de Fontana, en donde el LSD se combinaba con el
no formaba parte de la técnica original.75 Para esa época, f psicodrama y el psicoanálisis grupal, atrajo a un grupo importan-
Pavlovsky también era famoso como actor y escritor teatral. te de intelectuales comprometidos políticamente. Para los
Pese a que él siempre afirmó que su carrera como psicoanalista analistas ortodoxos, el asunto del LSD era serio porque ponía en
estaba desvinculada de su carrera como actor, su alta populari- cuestión la identidad profesional de la APA y del psicoanálisis.
dad en el teatro influyó en su carrera profesional y muchas ; Los medios de comunicación comenzaban a vincular el psicoaná-
veces resultaba difícil distinguir entre su trabajo teatral y su lisis con el uso de drogas. En 1961, la Revista de Psicoanálisis publi-

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có una declaración de una página entera en la que señalaba que 2 Ver Criterio, número 35, Buenos Aires, 22 de marzo de 1962, páginas

"las desviaciones vinculadas al uso de drogas (LSD, mescalina ti0-25. Para un ejemplo de un libro antisemita y antipsicoanalítico escrito por
benzedrina, tranquilizantes, cortisona, etcétera) o a otras t é c n i c a s úñ cura ultranacionalista, ver Castellani, Leonardo, Freud en cifras, Buenos
que modifican la manera en que trabaja la mente del paciente..; Aires, Cruz y Fierro, 1996.
3 Ferrara, Floreal, y Milcíades Peña, "Qué signiñca la salud mental para
no deben ser consideradas como tratamiento psicoanalítico, sin los argentinos: resultados de una encuesta por muestreo", en Acta Neuropsi-
importar quién lleva a cabo dichos tratamientos".81 ifuiátrka Argentina 5, número 4, Buenos Aires, octubre-diciembre de 1969,
En el año 1968 la variedad de terapias de origen psicoanal*. páginas 361-65.
tico existentes en el mercado era tal que Primera Plana publicó un 4 La sensación de crisis era discutida en distintos foros. El rol

largo artículo clarificando las diferencias entre ellas.82 La mayor estructurante que se esperaba que cumpliera la Iglesia Católica es discutido
en José Enrique Miguens, "La Iglesia ante el cambio social en la Argentina",
parte de estas psicoterapias, aun aquellas que no se habían origi- en Gera y colab.. La Iglesia y el país, Buenos Aires, Búsqueda, 1967.
nado en el psicoanálisis, adquirían en la Argentina una clara 5 Los debates pueden seguirse en la revista católica Criterio a lo largo de
orientación psicoanalítica. Un terapeuta gestáltico criticaba a los la década.
clínicos gestálticos americanos porque ellos "no son psicoanalis- 6 Los usos múltiples que se hicieron del psicoanálisis resultan típicos

tas. Ellos no interpretan". De manera similar, un reflexólogo una vez que éste comienza a difundirse, tal como lo muestra Moscovici en
pavloviano reconocía que, a principios de los '70, no tenía sentido5, Psychanalise.
7 "Una pregunta pocas veces respondida: ¿por qué se sicoanalizan (sic)
negar la existencia del inconsciente; lo que la reflexología ofrecía? los jóvenes?", en Gente, 27 de julio de 1972, páginas 68-70.
era una nueva metodología para su abordaje.83 4 La clase media conformaba el 38,4% de la población urbana en 1947 y el

La terapia de grupo, el psicodrama y otras técnicas alternati- 43,1% en 1970. Torrado, Susana, Estructura social de la Argentina, 1945-1983,
vas de orientación psicoanalítica expandieron el universo del psi- Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1992, cuadro 6.1, página 146; cuadro 8.2,
página 180.
coanálisis tanto en la teoría como en la práctica. Al mismo tiem- 9 Ibíd., cuadro 5.1, página 124. En términos comparativos, el sector servi-
po, algunos psicoanalistas estaban buscando un abordaje teórico cios en Chile empleaba al 23,8% de la fuerza de trabajo en 1960 y el 28,1% en
para áreas distintas de aquellas estrictamente clínicas. La plastici- 1980. Ver Angelí, Alan, "Chile since 1958", en Bethell, Leslie, Chile Since
dad del psicoanálisis le permitía adaptarse a las exigencias de ¡ ¡ndependence, Cambridge, Cambridge University Press, 1992, páginas 129-202.
10 Torrado, Susana, Estructura social de la Argentina, 1945-1983, Buenos Ai-
públicos diversos. La difusión del psicoanálisis en la Argentina res, Ediciones de la Flor, 1992, cuadro 5.3, página 128; cuadro 55, página 134.
en los '60 fue el resultado de una combinación compleja de desa- " La nueva clase de ejecutivos se hizo visible en la cultura popular. En
rrollos sociales, culturales y políticos que generaron la demanda Mafalda, Manolito, el hijo del almacenero, hacía publicidad para la tienda de
de un sistema de creencias para interpretar la realidad. Debido a su padre diciendo que se vendían arvejas para "ejecutivos". La cantante
su naturaleza, a su disponibilidad, a su maleabilidad y a su capa- María Elena Walsh escribió una canción irónica que comenzaba "Ay, qué
vivos que son los ejecutivos/qué vivos qne son..."
cidad de adaptación, el psicoanálisis consiguió cumplir con las 12 "Las dueñas de casa padecen más el surmenage que los hombres de
expectativas. Por otra parte, logró satisfacer la demanda de gru- negocios", en Para Ti, 12 de junio de 1967.
pos sociales que escapaban a su clientela "natural", la clase media 13 Garma, Ángel, "Algunos contenidos latentes de las discordias entre

en ascenso. Gracias a la articulación de estas variables analizadas^ psicoanalistas", en Revista de Psicoanálisis 16, número 4, Buenos Aires, octu-
bre-diciembre de 1959, páginas 354-61. Treinta años después, R. Horacio
el psicoanálisis se transformó en un común denominador para Etchegoyen comentó: "Es cierto que hubo una distorsión en algunos
varios grupos de la sociedad argentina. analistas, no en todos (respecto de ganar más dinero como objetivo del aná-
lisis y hasta como criterio de evaluación)". Ver Stizman, Jorge, Conversaciones
í. con R. Horacio Etchegoyen, Buenos Aires, Amorrortu, 1998, página 14.
14 Torrado, Estructura social, cuadro 3.10, página 92. La tasa de creci-

miento de la población femenina económicamente activa fue del 22,3 por


NOTAS 1.000 en 1947-60 (la tasa de crecimiento para los hombres, 11,2 por 1.000 en el
mismo período) y 29,6 por 1.000 en 1960-70 (12,8 para los hombres).
15 Recchini de Lattes, Zulma, y Catalina Wainerman, Estado civil y trabajo
1 Para un análisis de la difusión del psicoanálisis en París llevado a cabo
en los '50, ver Moscovici, Serge, La psychanalyse, son image et son public: étude femenino: un análisis de las cohortes, Buenos Aires, Centro de Estudios de Pobla-
sur ¡a representaron sociale de la psychanalyse, París, Presses Universitaires de- ción, 1983, página 17.
16 Para 1960 el porcentaje de analfabetismo entre la población argentina
France, 1961, páginas 1-27.
de 14 años en adelante era del 8,9%.

86 142 191
17 Germani, Gino, y Ruth Sautu, Regularidad y origen social en los estudian- 32 Para una discusión de las primeras interpretaciones del peronismo,

tes universitarios, Buenos Aires, Instituto de Sociología, Universidad de Bue- ver Plotkin, Mariano, 'The Changing Perceptions of Peronism: A Review
nos Aires, 1965, página 14. Essay", en Peronism in Argentina, James Brennan (ed.), Wilmington, Scholary
18 En la Universidad de Buenos Aires, el número de estudiantes creció de Resources, 1998, páginas 29-56.
33 Neiburg, Federico, Los intelectuales y la invención del peronismo, Buenos
59.901 en 1958 a 90.251 en 1965. Ver Argentina, Secretaría de Estado de Cultura
y Educación, Educación en cifras 1958-1967, s / d , cuadro VI.I.3, página 88. Aires, Alianza, 1998, páginas 183-214.
19 Ver Plotkin, Mariano Ben, Mañana es San Perón: propaganda, rituales 34 Primera Plana, Buenos Aires, 13 de noviembre de 1962.
35 Para una discusión del golpe del '66 y sus consecuencias, ver Sigal,
políticos y educación en el régimen peronista (1946-1955), Buenos Aires, Planeta,
1933, página 333. Silvia y Oscar Terán, "Los intelectuales frente a la política" en Punto de Vista
20 Fernández, Marta, y Silvia Arata, Series estadísticas universitarias argen- 14, número 42, Buenos Aires, abril de 1992, páginas 42-48.
36 Sólo en la Facultad de Ciencias Exactas y Matemáticas renunciaron 335
tinas. Voi. I. Estadísticas internacionales sobre educación superior: América Latina y
Europa, 1950-1978, Buenos Aires, ISIS-CONICET, s/d^cuadro I, página 7. profesores luego del golpe. En la Facultad de Filosofía y Letras, 300. Ver
21 El porcentaje de mujeres que concurrían a las universidades naciona- Oteiza, Enrique, "La emigración de personal altamente calificado de la Argen-
les era el 32% en 1963. Cano, Daniel, La educación superior en la Argentina, tina: Un caso de "brain drain' latinoamericano", en El intelectual latinoamericano,
Buenos Aires, FLACSO, 1998, 69 y cuadro 11, página 132. Juan Marsal (ed.), Buenos Aires, Editorial del Instituto, 1970, página 225.
22 Ver Bianchi, Susana, y Norma Sachís, El Partido Peronista Femenino, Bue- 37 Ver v.g., "El 'hippismo' no es un deporte", en Gente, 2 de enero de

nos Aires, Centro Editor de América Latina, 1986, y Plotkin, Mañana es San Perón. 1968, página 6; cf. "¿Qué está haciendo la policía?" en Gente, 15 de febrero de
23 Ver Hollander, Nancy Caro, Love in a Time of Hate: Liberation Psychology 1968, páginas 4-5.
in Latín America, New Brunswick, Rutgers University Press, 1997, páginas 75- 38 Halperin Donghi, Tulio, La larga agonía de la Argentina peronista, Bue-

76. Para una discusión de las actitudes generales hacia la mujer en la Argenti- nos Aires, Ariel, 1994, página 41.
na, ver Menéndez, Susana, En búsqueda de las mujeres: percepciones sobre género, 39 La tira cómica publicada en la revista 4 Patas en 1960 es discutida en

trabajo y sexualidad, Buenos Aires, 1900-1930, Amsterdam, CEDLA, 1997. Jorge Rivera, "Historia del humor gráfico argentino", en Ford, Aníbal; Jorge
24 Caimari, Lila, "Whose Prisoners Are These? Church, State and Patro- Rivera, y Eduardo Romano, Medios de comunicación y cultura popular, Buenos
natos and Rehabilitation of Female Crimináis (Buenos Aires, 1890-1970)", en Aires, Legasa, 1985, páginas 124-125.
The Americas 54, número 2, octubre de 1997. 40 Esta tendencia puede ser seguida con facilidad en la prensa oficial
25 Resulta interesante señalar que Raquel Liliana Gelin, la primera mu- peronista, en particular en Mundo Peronista.
jer integrante de un grupo guerrillero que murió en un enfrentamiento con 41 El Lorraine, un teatro que convocaba a una cantidad importante de

los militares en 1970, fue recordada como la virgencita montonera. público a finales de los '50 y en los '60 cuando pasaba las películas de
26 El Descamisado, Buenos Aires, 6 de noviembre de 1973, página 30, y 26 Bergman y de la Nouvelle Vague, había exhibido cine arte en salas vacías diez
de septiembre de 1973, página 25. años atrás. Ver Sebreli, Buenos Aires, 112. Ver también Goldar, Ernesto, Buenos
27 Ver la colección fascinante de entrevistas a mujeres miembros del ERP Aires, vida cotidiana en la década del 50, Buenos Aires, Legasa, 1980.
42 Entre las instituciones gubernamentales creadas para promover el
en Diana, Marta, Mujeres guerrilleras: la militancia de los setenta en el testimonio
de las protagonistas femeninas, Buenos Aires, Planeta, 1996. Se esperaba de las arte luego de la caída de Perón, podemos mencionar el Fondo Nacional de las
mujeres que no sólo tomaran parte en operaciones riesgosas sino que también Artes, el Instituto Nacional de Cinematografía y el Museo de Arte Moderno.
llevaran adelante sus "obligaciones femeninas": cuidar a los niños, preparar En 1958, el gobierno también creó el Conicet.
la comida, etcétera. En general, las mujeres no ocuparon posiciones de 43 A finales de los '60, por ejemplo, el director de cine izquierdista

liderazgo en las organizaciones revolucionarias y muchas veces dependieron Eduardo "Pino" Solanas describía al Instituto Di Telia como una institución
de imágenes tradicionales de la femineidad (seductoras, madres o esposas) decadente burguesa en La hora de los hornos. Para un análisis del público del
para escapar de la policía o de los militares. Di Telia, ver Slemenson, Marta, y Germán Kratochwill, "Un arte de
29 "Encuestas: el hombre argentino cree en el amor pero subestima a su difusores" en Marsal, Juan (ed.). El intelectual latinoamericano: un simposio so-
pareja", en Primera Plana, Buenos Aires, 3 de septiembre de 1963. bre la sociología de los intelectuales, Buenos Aires, Editorial del Instituto, 1970.
29 En 1969, las autoridades militares aprobaron una ley que forzaba a las 44 King, John, El Di Telia y el desarrollo cultural argentino en la década del

mujeres casadas a agregar el apellido de sus maridos precedido por "de" a su sesenta, Buenos Aires, Arte Gaglianone, 1985, páginas 58-59. Dos excelentes
propio apellido. Ver Wainerman, Catalina, y Rebeca Barck de Raijman, discusiones del mundo del arte en los sesenta pueden encontrarse en los
Sexismo en los libros de lectura de la escuela primaria, Buenos Aires, IDES, 1987, recientes libros de Giunta, Andrea, Vanguardia, internacionalismo y política.
páginas 85-86. Arte argentino en los años sesenta, Buenos Aires, Paidós, 2001, y Longoni, Ana
30 Para una discusión impresionista pero interesante, ver Sebreli,.Juan y Mariano Mestman, Del Di Telia a "Tucumán arde". Vanguardia artística y
José, Buenos Aires: vida cotidiana y alienación, 15* edición, Buenos Aires, política en el '68 argentino, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000.
Hyspamérica, 1986. 45 Primera Plana, Buenos Aires, 10 de octubre de 1964, menciona a varios
31 James, Daniel, Resistance and Integration: Peronism and the Argentine psicoanalistas famosos que habían comprado obras de arte exhibidas en el Di
Working Class, 1946-1955, New York, Cambridge University Press, 1988, capí- Telia y en otras galerías de vanguardia. Uno de ellos dijo que iba a quitar
tulo I. algunas partes de la pieza porque podían afectar a sus pacientes.

86 144 191
46 Ver Aníbal Ford y Jorge Rivera, "Los medios masivos de comunicación en Castel, Robert, Psychanalysme: l'ordre psychanalytique et le pouvoir, París, Union
la Argentina", en Ford, Rivera y Romano, Medios de comunicación, páginas 24-45. Genérale d'Éditions, 1976, esp. 362, nota número 9, y 378.
47 King, John, El Di Telia, páginas 19-20. 60 Para una discusión de los elementos políticos de las teorías
48 Los tres programas televisivos protagonizados por analistas eran freudianas, ver Brunner, José, Freud and the Politics of Psychoanalysis, Oxford,
Claudia mira la vida (Mauricio Abadi), Esta noche indagamos (Enrique Pichón Blackwell, 1995.
Rivière) y El otro yo (Alberto Fontana). Ver Primera Plana, Buenos Aires, 26 de 61 Martins, Luciano "A geragáo AI-5 (Um ensaio sobre autoritarismo e

febrero de 1963, página 45. - alienagao)", en Ensayos de Opiniao, II, Río de Janeiro, 1979, páginas 72-102.
49 Ver La narrativa: "La generación del 55", Capítulo: La historia de la lite- 62 Para un análisis que subraya las continuidades en el pensamiento de

ratura argentina, página 53, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina; los intelectuales brasileños, ver Pécault, Daniel, Entre le peuple et la nation: Les
1975. También "Las últimas promociones: la narrativa y la poesía", Capítulo: ; intellectuels et la politique au Brasil, París, Maison des sciences de l'homme, 1989.
La historia de la literatura argentina, Buenos Aires, 1975 página 55; y Rivera,'; 63 Archivo APA, "Libro de actas", acta 64,21 de marzo de 1964, página 45.

Jorge, Apogeo y crisis de la industria del libro: 1955-1970, Capítulo: página 99, í 64 Entrevista con Roberto Harari, 11 de noviembre de 1996.

Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1975. wf 65 Su comité de dirección estaba compuesto por ocho miembros de la
50 Sagastizábal, Leandro, La edición de libros en la Argentina: una empresa APA: Juan Morgan, Emilio Rodrigué, Raúl Usandivaras, Jorge Mom, José
de cultura, Buenos Aires, Eudeba, 1955, página 150. En 1964, Eudeba publicó Bleger, Alberto Fontana, León Grinberg y Marie Langer. Mom, Usandivaras y
239 títulos. Morgan participaron de la Primera Conferencia Internacional de Terapia de
51 Germani, Gino, "Sociografía de la clase media en Buenos Aires: caracú Grupo en Toronto, en 1954.
terísticas culturales de la clase media en la ciudad de Buenos Aires estudiada 66 Giberti, Eva, Roberto Barreto, Irene Meter y Silvia Zaigner, "Técnicas

a través del empleo de sus horas libres", en Boletín del Instituto de Sociología 2, ; de abordaje psicológico en una sala de pediatría", en Revista Latinoamericana
1943, citado en Sebreli, Buenos Aires, página 95. '¡i ' de Psicología 2, número 3, 1970, páginas 343-51.
52 Ocampo, Victoria, "Después de cuarenta años", en Sur, 325, julio- 67 Información sobre Germani puede ser encontrada en Kahl, Joseph,

agosto 1970,1. Cit. en John King, Sur. Estudio de la revista literaria argentina y Three Latín American Sociologists: Gino Germani, Pablo González Casanova, Fernan-
de su papel en el desarrollo de una cultura, 1931-1970, México, 1989, página 212; ¡ do Henrique Cardoso, New Brunswick, NJ, Transaction, 1987, páginas 23-74. Las
Obras anteriores y ampliamente olvidadas de autores que se habían vuelto - introducciones de Germani a El miedo a la libertad de Fromm y a otros trabajos
famosos fueron reeditadas y vendidas rápidamente. Bestiario de Cortázar, de Mead y Malinowski fueron reeditadas en Germani, Gino, Estudios de psico-
publicada en 1951, necesitó más de diez años para agotar su primera edición logía social, México, Biblioteca de Ensayos Sociológicos, Universidad Nacional
de 3.000 ejemplares; en 1964, vendió 3.000 ejemplares en menos de un año, y de México, s / d . Información adicional puede ser buscada en Vezzetti, Hugo,
en 1965 iba por su quinta edición. Rivera, Apogeo y crisis. "Las ciencias sociales y el campo de la salud mental en la década del sesenta",
55 Borello, Rodolfo, "Autores, situación del libro y entorno material de en Punto de Vista, abril de 1995, páginas 29-33. La traducción de Germani de El
la literatura argentina del siglo XX", en Cuadernos Hispanoamericanos, núme- miedo a la libertad de Fromm llevaba vendidos 150.000 ejemplares en 1969.
ros 322-23, abril-mayo de 1977, páginas 25-35. Para una mirada completa e 68 Germani, Gino, "El psicoanálisis y las ciencias del hombre", en Revista

interesante de la literatura argentina en los '60, ver Prieto, Adolfo, "Los años de la Universidad 3, La Plata, enero-marzo de 1958, páginas 61-67.
sesenta", en Revista Iberoamericana 34, número 66, julio-diciembre de 1968; 69 Grinberg, León, Marie Langer y Emilio Rodrigué, Psicoterapia de gru-

Dellepiane, Ángela, "La novela argentina desde 1950 a 1965", en Revista Ibe-', po: un enfoque psicoanálitico, Buenos Aires, Paidós, 1957, páginas 21, 27.
roamericana 34, número 66, julio-diciembre de 1968. i 70 Ver también Langer, Marie, Fantasías eternas a la luz del psicoanálisis, 21
54 García Canclini, Néstor, "Movimientos artísticos y transformaciones edición, Buenos Aires, s / d , 1966, prólogo y epílogo.
sociales en la Argentina (1960-1975): informe de una investigación", en Cuader- 71 Rodrigué, por"ejemplo, trabajaba en el servicio del Dr. Juan Garrahan

nos Americanos 35, número 66, noviembre-diciembre de 1976, páginas 24-41. -> en el Hospital de Niños.
® En algunas de las novelas posteriores de Puig como The Buenos Aires; 72 Langer, Fantasías eternas, 135, 137.

affaire, 1975, el psicoanálisis aparece más abiertamente. 73 Ibíd, 108, lOOn.


56 Ver, v.g., los ejemplos citados por Anguita, Eduardo, y Martiri 74 Ibíd, 112-115.

Caparros, La voluntad: una historia de la militancia revolucionaria en la Argentina, 75 En 1967 Pavlovsky y Rojas se separaron porque Rojas se aferraba más

1966-1973, volumen I, Buenos Aires, Norma, páginas 53, 248-50, 391. estrictamente a la técnica de Moreno mientras que Pavlovsky defendía una
57 Ver Buting, Aldo, El catolicismo popular en la Argentina, Buenos Aires; orientación más psicoanalítica.
Bonum, 1969. 76 Ver,v.g., "Psicoanálisis, una candileja más", en Primera Plana, 29 de
58 Bermann, Sylvia, "Verdad y mentira del psicoanálisis", en Primen octubre de 1963, página 43.
Plana, Buenos Aires, 24 de octubre de 1967. í 77 Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una autobiografía colectiva del psicoanálisis
59 Para esta interpretación, ver Schorske, Cari; Fin-de-Siècle Vienat en la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991, página 194. Ver también "Conclu-
Politics and Culture, New York, Vintage Books, 1981, capítulo 4; McGrath, yó el sábado el Congreso Internacional de Psicodrama y Sociodrama. Y colorín
William, Freud's Discovery of Psychoanalysis: The Politics of Hysteria, Ithaca; colorado, mis complejos he curado", en Gente, 4 de septiembre de 1969, páginas
Cornell University Press, 1986. Para una interpretación que enfatiza el roí 84-85. La conferencia se llevó a cabo en la Facultad de Medicina de la UBA.
jugado por el psicoanálisis en la despolitización de la sociedad moderna, ver 78 Balán, Cuéntame tu vida, páginas 192-93.

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" Los miembros de la APA que propusieron desviaciones técnicas fue-
ron condenados al ostracismo mientras que quienes propusieron desviacio- *
nes teóricas más audaces pero continuaron aferrados a la técnica kleiniana no '
fueron molestados. Como ejemplo podemos mencionar a José Bleger, quien \
intentó articular el psicoanálisis y el marxismo. Discutiremos este tema con I
detenimiento en el capítulo 6. Hasta Marie Langer y Arnaldo Rascovsky, tal í
como veremos en el capítulo 4, plantearon importantes desviaciones teóricas. " CAPÍTULO 4
80 El Dr. Alberto Fontana me contó en una entrevista personal que las

razones de su renuncia y del castigo contra Pérez Morales se relacionaron con


cuestiones de política interna, incluso de política sexual. También afirma que EL PAPEL DE LOS DIVULGADORES
muchos analistas de la APA continuaron con las experiencias con LSD en \ EN LA EXPANSIÓN DEL MUNDO PSICOANALÍTICO
secreto a pesar de la prohibición. Fontana, Alberto, entrevista personal, Bue- V
nos Aires, 17 de marzo de 1998.
81 Revista de Psicoanálisis, 18, número 2, 1961, página 197.

" "El psicoanálisis no existe", en Primera Plana, 20 de agosto de 1968,


páginas 39-51. Si el estudio de las condiciones sociales, políticas y cultura-
a Citado en Brignardello, Luisa, "Psicoterapias y psicoterapeutas en i. les resulta necesario para entender la difusión del psicoanálisis,
Argentina", en Revista Interamericana de Psicología 9, números 1-2,1975, pági- estas condiciones no son suficientes por sí mismas para explicar
ñas 187-211. el fenómeno. Hacia fines de la década del '50 el psicoanálisis ya
era un producto disponible en el mercado de las ideas argenti-
nas y era promovido por un grupo activo de divulgadores. Por
"divulgadores" quiero significar personas, instituciones y pu-
blicaciones que disponían de una audiencia considerable, cuyo
discurso contaba con algún grado de legitimidad social, y que
activamente transmitían la palabra del psicoanálisis (nueva-
mente entendido éste tanto en su sentido restringido como am-
plio): psicoanalistas prestigiosos; pediatras "modernos" con
una orientación psicoanalítica y con una exposición importante
en los medios; revistas populares que divulgaban las ideas del
psicoanálisis de una manera o de otra, y columnistas de periódi-
cos. Ellos ajustaron sus versiones del psicoanálisis a la medida
de las expectativas de su público.
Dentro de la APA, Marie Langer y Arnaldo Rascovsky es-
cribieron sobre temas vinculados a la familia. Langer, en espe-
cial, se consideraba a sí misma y era reconocida como la única
representante de una versión femenina del psicoanálisis en la
Argentina, en contraste con lo que se percibía como las ideas
falocéntricas freudianas promovidas por sus colegas masculi-
nos. Sus escritos, sin embargo, muestran la particularidad y los
límites de un abordaje femenino del psicoanálisis realizado des-
de la Argentina. Si bien Langer fue una de las primeras analistas
en el país en abordar la sexualidad femenina y la maternidad
desde el punto de vista psicoanalítico, sus conclusiones sobre
las relaciones de género no fueron demasiado diferentes de las
propuestas elaboradas por los psicoanalistas hombres. Rascovs-
ky, por su parte, escribió sobre los vínculos entre padres e hijos.

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Para él, el lugar "natural" de la mujer era en el hogar, cuidando determinados roles asumidos y con los modos particulares en
a los niños. El éxito de Langer y de Rascovsky en la difusión del que cada integrante de la misma se relacionaba con los otros, y
psicoanálisis estuvo estrechamente ligado al hecho de que nin-S n 0 a causa de un proceso degenerativo hereditario e irreversi-
guno de los dos desafío los valores tradicionales en temas como" ble. Sin embargo, los psicoanalistas argentinos no desafiaban
las relaciones entre los sexos y la familia patriarcal. Usaron r completamente el lugar tradicionalmente asignado a la mujer en
ideas y un lenguaje moderno para legitimar los modelos tradi- la familia y en la sociedad. No sorprende entonces que las ideas
cionales de familia y de maternidad, patrones que eran compa- de Rascovsky y de Langer se hicieran populares entre los padres
tibles con los valores aceptados por la clase media, cuya pasión de clase media. A comienzos de los '70, Langer daría un drástico
por la modernidad, ya lo vimos, tenía límites bastante precisos.? vuelco ideológico hacia la izquierda comprometiéndose con el
Enrique Pichón Riviére contribuyó de manera considerable feminismo y el marxismo. Además, lideró uno de los grupos
a la expansión del espacio y discurso "psi" y a la popularización - radicales que se escindieron de la APA en el año 1971, como
en general de una cultura "psi". Paradójicamente, esta tarea fue: luego veremos. En este capítulo, sin embargo, nos detendremos
realizada más allá de las fronteras del campo psicóanalítico y de en el análisis de su rol como divulgadora del psicoanálisis en los
las instituciones que él mismo había contribuido a crear. •«. años '50 y '60.
Los divulgadores que no provenían de la APA se dirigían
a públicos diversos y más amplios. Desde finales de los '50 Eva MARIE LANGER: FAMILIA Y FEMINEIDAD
Giberti aparecía regularmente en los medios, desde donde dis-
cutía temas relacionados con la crianza de los hijos y las dife- Después de su radicalización política en los años '70 Marie
rencias entre los sexos. Los libros y los artículos de Giberti se Langer reconstruyó su propio pasado. En sus escritos de aque-
orientaban especialmente a la clase media-baja. Su best-seller; llos años y en especial en su autobiografía, Langer afirmaba
Escuela para padres vendió cientos de miles de ejemplares. El rol que el feminismo y el marxismo habían estado siempre presen-
desempeñado por Giberti en la Argentina puede ser compara-: tes en el corazón de su pensamiento. Además, argumentaba
do al de Benjamín Spock en los Estados Unidos, pese a que, que ella había simpatizado con Perón y que, durante su primer
como luego veremos, su idea acerca del mundo centrado alre- gobierno, había considerado seriamente su afiliación a la rama
dedor del niño difería significativamente de la del pediatra femenina del Partido Peronista. Según esta versión de su pasa-
estadounidense. j do, Langer había profesado una gran admiración por la figura
Finalmente el capítulo analiza el papel cumplido por una de Evita. Insistía también en que había sido aislada por otros
serie de revistas de amplia circulación en la difusión del len- miembros de la APA, en su mayoría antiperonistas, debido a
guaje y forma de pensar psicoanalíticos. En particular se discu- sus simpatías políticas.1 Con posterioridad a su ruptura con la
ten publicaciones femeninas y populares y el caso de una re- APA en 1971, Marie Langer fue considerada una de las repre-
vista en especial, que sobresale de las otras por su naturaleza sentantes de una visión supuestamente feminista y de izquier-
como agente de promoción de la modernidad cultural: Primera da de la teoría psicoanalítica en la Argentina en oposición al
Plana. abordaje machista y de derecha de los psicoanalistas de la
APA. Como analista crítica de izquierda se hizo conocida en
América latina y en los Estados Unidos.2 Sin embargo, en los
Los difusores de la APA trabajos psicoanalíticos que escribió en los años '50 y '60, ni el
marxismo ni el feminismo y menos aún el peronismo ocuparon
El psicoanálisis cuestionó la imagen tradicional de la fami- el lugar central que luego reclamó. Aunque Marie Langer ex-
lia promovida por la psiquiatría clásica. En lugar de considerar presó en varias oportunidades sus simpatías marxistas durante
a la familia como el locus donde se originaba la degeneración, ese período, no utilizó al marxismo como herramienta teórica y
los psicoanalistas veían a las familias como unidades dinámicas abiertamente rechazó el feminismo y más aún el peronismo.3
definidas por vínculos interpersonales y roles. Si la familia Marie Langer había nacido en Viena en 1910 en el seno de una
constituía una causa de patología, era debido a problemas con familia perteneciente a la burguesía judía asimilada. Mientras estu-

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diaba medicina se afilió al Partido Comunista Austríaco y simultá- Argentina para morir en 1987. Mientras vivió en México fue
neamente comenzó su formación psicoanalítica. Su primer acerca- una activa defensora del gobierno sandinista nicaragüense, al
miento al psicoanálisis estuvo determinado por factores externos cual ofreció sus servicios como organizadora del sistema psi-
más que por una vocación definida. En una época en que muy quiátrico de asistencia pública.
pocos judíos lograban acceder a cargos de residentes en los hospi-
Más allá de su reputación como purista en todo lo referido
tales públicos de Austria, era muy difícil para ellos completar su
a la técnica psicoanalítica (en la APA la llamaban "Virgen Ma-
formación clínica. El psicoanálisis ofrecía una carrera alternativa.
ría" por su oposición tajante a todo tipo de innovaciones, entre
Langer fue entrevistada por Anna Freud en el Instituto Psicoanalí-
ellas al uso de drogas para facilitar el análisis), Marie Langer
tico de Viena, comenzó su análisis didáctico con Richard Sterba al
jugó un papel importante en la ampliación del campo psicoana-
tiempo que supervisó algunos casos clínicos con Jeanne Lampl-de-
lítico promoviendo la combinación de la teoría psicoanalítica
Groot. En 1934 Freud prohibió a los analistas ser miembros, e inclu-
con otras disciplinas. Su libro Maternidad y sexo, publicado origi-
so hasta analizar a miembros de cualquier clase de organización
nalmente en 1951, revisado en 1964 y en 1972 y reeditado varias
ilegal, en un momento en que la mayor parte de los partidos polí-
veces, no sólo es el primer análisis de la sexualidad femenina
ticos eran ilegales en Austria, entre ellos y particularmente el Par-
realizado desde una perspectiva psicoanalítica en la Argentina,
tido Comunista. Forzada a elegir, y ante la amenaza por parte de la
sino que va más allá del psicoanálisis canónico. Langer combina
asociación vienesa de exponer públicamente su afiliación política,
la perspectiva kleiniana con otras disciplinas y tradiciones inte-
lo que la hubiera convertido en víctima fácil de la represión estatal,
lectuales, tales como la antropología cultural, auspiciando de
Langer eligió el Partido. En 1936, partió con su esposo hacia Espa-
este modo la integración del psicoanálisis con las ciencias socia-
ña para servir como médica en el Ejército de la República. Volvió a
les. En relación con este punto, recordemos que fue coautora de
Viena antes de que finalizara la Guerra Civil Española y abandonó
un libro sobre psicoterapia de grupo. Además, Langer fue la
Austria justo a tiempo para escapar de la ocupación nazi, embar-
primera analista en la Argentina que colocó a la mujer en el
cándose hacia Uruguay como exiliada política. Allí trabajó como
centro del discurso del psicoanálisis.
cocinera y realizó distintas tareas hasta que su marido consiguió
un empleo en una fábrica textil en Buenos Aires. En la Argentina Hugo Vezzetti investigó las fuentes teóricas, algunas de
Langer estableció contactos con la comunidad psicoanalítica en ellas de dudosa compatibilidad, del trabajo de Langer. 4 Para
formación. Tal como ella señala en sus memorias, sus credenciales nuestros objetivos resulta suficiente señalar que Langer sostenía
psicoanalíticas eran más importantes que las de la mayoría de los sus argumentos en la combinación de una variedad de
cultores del psicoanálisis en la Argentina de aquella época. Años abordajes teóricos que se relativizaban entre sí. Por ejemplo,
más tarde Langer sería la única mujer que participaría en la funda- para mitigar el énfasis kleiniano en las fantasías inconscientes,
ción de la APA. Langer destacaba la importancia de los episodios reales de la
primera infancia en el desarrollo de la neurosis. De manera si-
Una vez comprometida con el psicoanálisis Langer aban- milar suavizaba la perspectiva culturalista de Margaret Mead
donó la política. Según ella misma relata, sustituyó la con una concepción biológica de la diferencia sexual basada en
militancia política por la analítica, tal como Freud lo había he- Freud. Siguiendo a Langer, mientras la cultura juega un rol cen-
cho en otro contexto de acuerdo con el análisis de Schorske. De tral en la determinación de las diferencias entre los géneros,
hecho Langer se convirtió en una de las líderes informales de estas diferencias encuentran su raíz profunda en la biología. De
un grupo de puristas de la técnica dentro de la asociación. No un modo análogo, Langer usaba la teoría kleiniana para refutar
obstante, a mediados de los '60 comenzó a involucrarse nueva- la tesis freudiana de la envidia del pene como elemento consti-
mente con la política. Su militancia creció hacia el final de la tutivo del desarrollo de la sexualidad femenina.
década y en 1971 fue una de las dirigentes del grupo Platafor-
ma y jugó un papel muy activo en la politizada Federación El psicoanálisis legitimó la discusión pública de temas que
Argentina de Psiquiatras. Sus actividades políticas la llevaron habían sido tabúes y que habían pertenecido al dominio de la
al exilio una vez más. En 1974 se instaló en México, donde medicina tradicional o del confesionario. Langer enfatizó la di-
permaneció hasta que le diagnosticaron cáncer. Volvió a la ferencia entre su propio abordaje de la sexualidad y el expuesto
por Theodor H. van de Velde en Matrimonio perfecto, obra suma-

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mente popular en la década del '30. Siguiendo a Melanie Klein provocativas de Mead, subrayando que las diferencias entre los
y los primeros trabajos de Karen Horney, Langer rechazó la ca- sexos están basadas en diferencias anatómicas y, por lo tanto, no
racterización freudiana de la mujer como un hombre castrado. ; están determinadas culturalmente. "Si consideramos al ser hu-
Su redefinición del estatuto de la mujer en la teoría psicoanalí- 5 mano como una unidad psicosomática, no podemos suponer
tica sufrió, sin embargo, serias limitaciones. Si bien las preocu- que las diferencias anatómicas y funcionales entre los hombres
paciones de Langer se situaban bastante lejos de las del discurso y las mujeres no involucran una diferenciación psicológica pro-
católico o eugenésico, las consecuencias prácticas que se des- funda". En consecuencia, dado que para Langer la femineidad
prendían de estos trabajos no eran tan distintas como cabía es- , se realizaba en la procreación, el rechazo de la maternidad era
perar. Según Langer, la mujer sólo podía encontrar su satisfac- un equivalente a rechazar la femineidad. Hasta el trabajo, según
ción plena en la maternidad y, por lo tanto, la sexualidad feme- la psicoanalista, tenía un significado totalmente diferente para
nina sólo podía realizarse plenamente en la reproducción. las mujeres y para los hombres. Mientras que los hombres sólo
Langer combinaba los abordajes modernos de la medicina psi- sublimaban sus impulsos sexuales en el trabajo, las mujeres
cosomática y de la antropología cultural con una visión tradicio- también sublimaban sus instintos maternales. Desde la perspec-
nal del rol de la mujer y la familia. Este mensaje seducía a una tiva de Langer, el trabajo de las mujeres era aceptable siempre y
parte de la sociedad que, mientras clamaba por modernidad, se; cuando lograra complementar su maternidad. "La mujer que
aferraba a valores tradicionales. Resulta interesante señalar que renuncia del todo a su maternidad generalmente no será feliz ni
la autora, aparentemente sensible a la respuesta del público a su capaz de pleno goce sexual".6 De acuerdo con sus recomenda-
trabajo (y tal vez también a la censura), en ediciones posteriores: ciones, las madres debían amamantar a sus hijos tanto tiempo
de su texto suprimió toda mención al marxismo y hasta alguna como pudieran y dedicarles la mayor parte de sus energías. Sólo
sugerencia que pudiera hacer pensar en la posibilidad de la sa-r en el contexto de una familia saludable, las niñas podían desa-
tisfacción de la mujer más allá de la maternidad, que estaban rrollar una sexualidad saludable. ¿Qué es una familia saludable
presentes en la primera edición. -¿ para Langer? Una familia caracterizada por la armonía de roles
La tesis principal de Maternidad y sexo es la siguiente: mien- sexuales definidos:
tras la sociedad tradicional reprimía la expresión de la sexualidad "Ambos padres deben darle (a la niña) bastante cariño para
femenina, la misma promovía, sin embargo, las funciones que ella acepte sin demasiada envidia sus relaciones sexuales.
reproductivas de la mujer. Las características de la sociedad tradi-; Un padre fuerte y lleno de ternura para con su hijita le facilitará
cional contribuyeron al crecimiento de la histeria como patología abandonar a la madre como objeto amoroso e inclinarse
pero, en ese pasado, los trastornos reproductivos eran mucho femeninamente hacia él. Una madre feliz con su marido no se
menos comunes que en los tiempos presentes. En la sociedad verá en la tentación de poner todo su amor insatisfecho en su
moderna, las mujeres han ganado en libertad sexual pero su rol hija, sobreestimulándola, ni de rechazarla ni de despreciarla por
maternal se ha visto perjudicado. Esta nueva situación ha genera- no ser varón, porque ella misma está contenta con su feminei-
do enfermedades psicosomáticas del sistema reproductivo. "A la dad. Permitirá a su hija identificarse con una madre cariñosa
vista de un ratón", escribe Langer, "nuestras abuelas se subían á con los hijos y amante de su esposo".7
una silla y recogían las faldas pidiendo auxilio a gritos, pero ge- Más allá de los esfuerzos de Langer para reconstruir su
neralmente no tenían dificultades en amamantar a sus hijos; pasado desde la perspectiva de su radicalismo posterior, sus
mientras que actualmente las jóvenes saben manejar autos, am- ideas fueron mucho más conservadoras de lo que ella estaba
bulancias y hasta aviones, pero frecuentemente no saben alimen- dispuesta a aceptar.8 En la edición de 1972 de Maternidad y sexo
tar a sus criaturas o renuncian de antemano a esta tarea".5 Langer incluyó un capítulo adicional fechado en 1969, en el cual
Langer toma ejemplos del trabajo de Margaret Mead en se sugiere que la rebelión contracultural emergió en los países
Samoa para ilustrar la diferencia entre lo que es intrínsecamente anglosajones porque allí las madres sustituyeron el pecho por la
femenino y lo que estaría culturalmente determinado. Se propo- mamadera. Frente a los anticonceptivos (un tema que no se dis-
ne mostrar cómo las actitudes sociales hacia las mujeres generan cutía para nada en las primeras ediciones del libro), Langer
diferentes tipos de neurosis, aunque relativiza las ideas más (igual que otras psicoanalistas mujeres) se oponía al uso de la
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pildora.9 Argumentaba en contra de los efectos hormonales que Si Langer reformuló sus ideas sobre el feminismo y la
ésta producía y de los efectos psicológicos que de ellos se deri- sexualidad femenina como resultado de su radicalización poste-
vaban. También se oponía al D1U porque forzaba a la mujer a rior, lo mismo puede ser dicho acerca de sus ideas políticas.11
delegar su fertilidad en manos del ginecólogo. Estaba a favor Para sostener el reclamo de que sus trabajos de los '50 habían
del uso del diafragma porque era médicamente inocuo. No obs- sido impecablemente izquierdistas, argumentó en su favor que
tante, aunque ella no lo dijera, parecía que había algo más que la psiquiatra de izquierda Sylvia Bermann había realizado una
eso. El diafragma, a diferencia de otros métodos anticonceptivos reseña positiva de Maternidad y sexo en la Revista Latinoamericana
femeninos, obliga a la mujer a realizar una elección explícita en de Psiquiatría. De hecho la reseña de Bermann no había sido tan
contra de la maternidad cada vez que desea o espera una rela- positiva como recordaba Langer; Bermann había criticado la
ción sexual. La maternidad era todavía el eje de la femineidad, ausencia de una discusión acerca de las diferencias de clase en
en 1969. La edición de 1972 de Maternidad y sexo termina con la la presentación de los casos clínicos al tiempo que se refería
anécdota relacionada con una ex paciente de Langer que la lla- despectivamente al psicoanálisis como una escuela de pensa-
ma para pedirle una cita porque se sentía deprimida. En el miento limitada por su falta de fundamentos científicos.12
transcurso de la sesión surgió con claridad la ausencia de causas El hecho concreto es que Marx (aunque mencionado) no era
objetivas para explicar la depresión. Hacia el final del encuentro un referente importante en los trabajos de Langer de los '50 y de
terapéutico la paciente mencionó que había pensado en dejar, los primeros años de los '60. El lugar ocupado por Perón era aún
luego de siete años de uso, la pildora anticonceptiva. Cuando más complejo. En un artículo titulado "El mito del niño asado,"
Langer volvió a encontrar a su paciente en una reunión social su publicado en la Revista de Psicoanálisis en 1950 e incluido con
aspecto era radiante. Hasta había conseguido persuadir a su algunos cambios en Maternidad y sexo, Langer analizaba una his-
marido para comprar la casa soñada en los suburbios. ¿Cuál era toria que circulaba en Buenos Aires hacia fines de los '40. Según
el secreto? Finalmente, había dejado de tomar la pildora... - se decía, una joven pareja salió una noche dejando a su pequeño
El verdadero cambio en las ideas de Langer vino más tarde. hijo al cuidado de una niñera recientemente contratada. A su
En el año 1973 la experiencia cubana la había llevado a concluir regreso encontraron a la niñera vestida con el traje de novia de
que la función doméstica que realizaba la mujer era una construc- la señora. En tono misterioso les hizo saber que les había prepa-
ción social y no una fatalidad del destino. Ahora Langer cuestio- rado una sorpresa. La sorpresa consistía en una mesa servida
naba efectivamente la importancia del amamantamiento para el como para un gran banquete y, en el centro de la misma, el niño
desarrollo de un vínculo psíquico entre la madre y su hijo. fi
asado como plato principal. En la versión original Langer inter-
"Yo, como otros psicoanalistas, estaba hasta hace poco con- pretaba el mito desde un punto de vista estrictamente psicoana-
vencida de la importancia del amamantamiento y del valor fun- lítico. La niñera era una versión degradada de la "madre mala"
damental de una relación madre-hijo intensa para la salud men- kleiniana.
tal de ambos. ¿Pero realmente importa tanto la alternativa pe-
En 1957, Langer incluyó este artículo en un libro de ensayos
cho o mamadera? O, para dar un paso más (y creo, el decisivo),
titulado Fantasías eternas a la luz del psicoanálisis. Esta segunda
¿realmente está mal que en los países socialistas muchos niños
versión, ahora titulada "El niño asado y otros mitos sobre Eva
se críen desde la segunda semana de vida en guarderías? Creo
Perón", era contada desde una perspectiva nueva: la política. La
que está bien."10 ?
dimensión política es importante por dos razones. Por un lado,
Si en Maternidad y sexo Langer había afirmado que tanto la la APA proclamaba su neutralidad política (aunque el
modernidad como el abandono del ideal de maternidad eran antiperonismo de sus miembros era bien conocido) y Langer fue
factores cruciales para explicar las neurosis de las mujeres, en la primera entre los miembros de la jerarquía institucional en
1973, luego de leer los trabajos de R. D. Laing y David Cooper, publicar un artículo que aplicaba el psicoanálisis al análisis de
la familia ya no parecía una institución tan saludable. Quizás, una situación política. Por otra parte, este texto nos muestra con
especulaba Langer, cuando las mujeres se volvieran creativas en claridad cómo era la mirada política de Langer en aquellos tiem-
trabajos "visibles" necesitarían un vínculo menos estrecho con pos y qué diferente era de la versión retrospectiva que constru-
sus hijos. yó sobre ella misma.

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Desde el principio de Fantasías eternas Langer afirma que la difusión del psicoanálisis. Propuso un abordaje psicoanalítico
mirada del psicoanálisis debe ir más allá del terreno clínico. de la problemática femenina y fue pionera en la aplicación del
Según la autora, el campo psicoanalítico cubría no sólo el de la psicoanálisis a la política. Sin embargo, y más allá de sus recla-
medicina, sino también el de la psicología, el de la antropología mos posteriores. Marie Langer estuvo muy lejos de haber sim-
y muchos otros. Ahora, Langer analizaba el mito del niño asado patizado con el peronismo así como también de haber sido la
a la luz de la atmósfera política existente cuando el mismo circu- campeona del feminismo. Sus perspectivas fueron bienvenidas
laba. Cuando escribió la primera versión del artículo, recuerda por una clase media que se encontraba en la búsqueda de nue-
Langer, "evité analizar hasta qué punto... el mito se originaba, vas herramientas analíticas para entender el peronismo. Al mis-
en la situación política existente. Lo evité por obvias razones, ya mo tiempo, Langer confirmaba que el peronismo podía ser en-
que un análisis de ese tipo hubiera hecho imposible su publica- tendido como una patología.
ción en ese momento. Ahora la situación política en la Argenti-
na ha cambiado y vuelvo al tema para completarlo".13 RASCOVSKY Y LA UBICUIDAD DEL FILICIDIO
Unas líneas más abajo Langer caracteriza al gobierno de
Perón como una "dictadura" y compara a Perón con Hitler y Arnaldo Rascovsky solía aparecer regularmente en la TV, la
MussolinL Algunas páginas adelante, sin embargo, agrega que radio y las revistas populares discutiendo los dos temas que
originalmente había tenido algunas dudas acerca de la interpre-' llegarían a convertirse en las obsesiones de su vida: la actividad
tación política del mito. Sus dudas provocaron una "discusión psíquica del feto, una teoría que venía desarrollando desde fina-
acalorada" en la APA, en la que Arnaldo Rascovsky tomó él les de los años '50, y el filicidio, el asesinato, real o simbólico, de
liderazgo. Sus colegas le respondieron que el origen del mito se los hijos por parte de los padres. Tal como hemos visto, Ras-
relacionaba claramente con la situación política imperante; "era covsky llegó al psicoanálisis a través de su trabajo como pedia-
la dictadura de Eva Perón, la madre todopoderosa que domina- tra y se transformó en uno de los promotores más activos de la
ba a todos".14 De acuerdo con esta interpretación, Eva Perón se medicina psicosomàtica. Su carrera se distinguía de la de otros
presentaba a sí misma como la sirvienta, una mujer de origen miembros de la APA por su notoriedad pública y la reputación
humilde que estaba dando todo de sí para mejorar la vida de los internacional obtenida a principios de los años '70 por la funda-
pobres, cuando de hecho era perversa, peligrosa y temible. El ción FILIUM, una organización destinada a la investigación,
niño asado era la Argentina y se construía un mito porque las educación y prevención del maltrato de niños. A partir de 1974
condiciones políticas no permitían criticar abiertamente a Evita.. FILIUM pasó a contar con el auspicio de la UNESCO.
El análisis que Marie Langer hace del mito introduce en la De acuerdo con el relato del propio Rascovsky, las ideas
escritura psicoanalítica una dimensión sociohistórica que había sobre filicidio se originaron durante su trabajo como pediatra,
estado ausente de la producción de gran parte de sus colegas; cuando observaba que muchos padres insistían en el uso de
Esta dimensión se privilegió en los '60. En un nuevo epílogo; procedimientos médicos dolorosos para sus hijos aun cuando
agregado a la segunda edición de Fantasías eternas, Langer expo- disponían de otros métodos no traumáticos. Esta observación
ne abiertamente su interés en vincular el psicoanálisis con el lo condujo a nuevas investigaciones que lo llevaron a concluir
"mundo externo". Expresa también sus dudas acerca de la vali- que existía una tendencia filogenètica en los padres dirigida a
dez de la palabra "eterna" para caracterizar las fantasías que destruir a sus hijos.16 Esta tendencia sería evidente, según Ras-
describe, argumentando que ya eran tiempos de terminar con el covsky, no sólo en el gran número de padres que realmente
determinismo y de comenzar a integrar los conceptos psicoana- matan a sus hijos sino también en las conductas cotidianas
líticos con las ciencias sociales. Langer dejaba claro que el psi- tales como la aplicación de castigos corporales, la denigración,
coanálisis ya no podía seguir ignorando el mundo exterior y los insultos y el abandono.
concluía con una glosa a la famosa frase de Marx: "Alguien dijo Más allá de la aparente radicalidad de estas teorías, de ellas
que estamos en el mundo para cambiarlo. Si es así, tenemos que. se pueden derivar conclusiones coherentes con una visión con-
conocer este mundo y a nosotros mismos muy bien".15 servadora de la sociedad; sus ideas sobre la organización fami-
En los '50 y los '60 Langer jugó un papel importante en la liar, por ejemplo, estaban basadas en una división tradicional de

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los roles sexuales. Además, el giro teórico que les dio a las ideas s e n c i a regular en los medios argentinos. Sus ideas fueron recibi-
freudianas ayudó a suavizar sus aristas más controvertidas. El das con poco entusiasmo en los círculos psicoanalíticos interna-
pequeño asesino en potencia freudiano, que inconscientemente cionales pero fueron muy importantes para la aceptación públi-
deseaba eliminar a su padre para tener acceso sexual a su ma- ca del psicoanálisis en nuestro país.
dre, se transformaba en la versión de Rascovsky en una víctima Desde la perspectiva de Rascovsky, el filicidio puede ser ob-
débil de los deseos homicidas de su padre. servado, aunque de modo encubierto, en casi todas las interaccio-
Según Rascovsky, las tendencias filicidas serían tan anti- nes que los adultos establecen con los niños. Conductas tales
guas como la civilización misma y estarían entre las raíces más como enviar a los recién nacidos a guarderías, no amamantar a
importantes del tabú del incesto. La matanza de niños aparece los bebés, mandar a los niños mayores al jardín de infantes, eran
en distintos mitos y relatos que datan de los "orígenes de la consideradas por él "microabandonos".19 Finalmente, Rascovsky
cultura", incluyendo por supuesto la historia de Edipo. Recor- propuso un modelo conservador de familia centrado en la madre.
demos que la tragedia de Edipo comienza con el intento de Layo i En ese modelo la mujer, una vez más, debía permanecer en su
de mutilar y matar a su hijo para evitar el cumplimiento de la- hogar cuidando a sus hijos. "La creciente participación de la
profecía oracular que vaticinaba que el niño crecería para matar- mujer en múltiples actividades industriales, profesionales, artísti-
lo y casarse con su madre. De acuerdo con Rascovsky, en tiem- cas y científicas... ha sido llevada a cabo a expensas de la función
pos primitivos el filicidio era un medio para imponer la autori- maternal. La función maternal implica una constante presencia y
dad paterna. Paralelamente, en ese mismo acto se originaba el apoyo emocional durante el desarrollo temprano del niño, no
superyó. Mientras los niños son jóvenes, afirma Rascovsky, la interrumpida por otras actividades."20
prohibición del incesto se puede hacer cumplir porque los pa-í En cada oportunidad posible, Rascovsky acusaba al feminis-
dres tienen más poder que los niños. La situación se torna difícil mo de ser causa de la proliferación de enfermedades mentales. El
cuando los niños crecen y se vuelven más fuertes que sus enve- feminismo obliga a las mujeres a tomar distancia de su función
jecidos padres. Rascovsky sostiene que la sociedad primitiva primordial en la vida: la maternidad.21 Este abandono de las obli-
entendió pronto que los padres tenían que establecer su supreí gaciones familiares tiene consecuencias sociales importantes por-
macía cuando todavía era posible: mientras los hijos fueran pe-, que los niños que han sufrido el filicidio, aunque sea en sus for-
queños y débiles. La sociedad primitiva, por lo tanto, creó una: mas leves, pueden desarrollar actitudes antisociales. Por qué toda
técnica que en la visión del autor estaría todavía en uso aunque1 ia responsabilidad de la crianza de los hijos recae sobre las ma-
de manera escondida: la matanza de algunos hijos y la mutila- dres y no sobre los padres es una pregunta que Rascovsky nunca
ción y el amedrentamiento de otros.17 J se formula. En 1980, Rascovsky explicaba con mayor claridad aún
El otro objetivo del filicidio, definido de manera amplia; sus ideas acerca de la familia y el rol del terapeuta:
como abuso en general, es, en la perspectiva de Rascovsky, peda- "Un psicólogo debe llevar al sujeto a adaptarse al medio en
gógico. Es usado socialmente para imponer el conocimiento. Si- que vive. Y en ese sentido la defensa de la familia es un elemen-
guiendo a Rascovsky, la versión freudiana del parricidio original to central. La familia es la base de la organización social, y un
en Tótem y tabú requeriría una investigación de sus antecedentes. buen terapeuta debe llevar a la salud mental que representa la
Las tendencias parricidas, argumenta Rascovsky, son el resultado buena integración con la madre y con el padre".22
de tendencias filicidas previas que estarían profundamente Combinada con su otra teoría mimada, el psicodinamismo
enraizadas en el inconsciente colectivo. Para Rascovsky las ten-j fetal, de la teoría filicida se desprendía un claro determinismo.
dencias filicidas explican muchas conductas humanas, entre ellas Las actitudes filicidas de los padres, presentes aun desde antes
la guerra, visualizada por el autor como un filicidio en masa.18!? del nacimiento del niño, determinarían las conductas futuras
La lucha de Rascovsky en contra del maltrato de niños sé del mismo.23
materializó en 1971 con la creación de FILIÜM y el establecí» Marie Langer y Arnaldo Rascovsky, a su manera y siguien-
miento de sus filiales en varios países de Europa y de América. do sus propios intereses teóricos, aplicaron el psicoanálisis al
En la Argentina, FILIUM fue muy popular entre los padres pro- análisis social. Ambos fueron escuchados más allá del círculo
gresistas de clase media, y Rascovsky se convirtió en una pr cerrado de los analistas y, por lo tanto, jugaron roles importan-

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tes en la difusión de la doctrina freudiana. El psicoanálisis br estilo de vida bohemio y una afinidad política con la izquierda
daba un lenguaje con el que discutir y explicar tanto los probi, (simpatía que nunca articuló con claridad). Su interés por la
mas sexuales de las mujeres como las relaciones entre padres < vanguardia estética y su relevancia pública contribuyeron a
hijos. Al mismo tiempo, al utilizar un lenguaje científico y atraer a sectores importantes de la intelectualidad argentina al
entramado teórico moderno, el psicoanálisis lograba apropiar psicoanálisis. En los años '40 sus conferencias en el Hospicio de
de estos temas que tradicionalmente habían estado en man {as Mercedes ofrecían una alternativa a la práctica psiquiátrica
del sexólogo, el cura y el médico. tradicional, rígida y anacrónicamente asociada a los viejos
En lo referido al lugar de la mujer en la familia, las conci- paradigmas.26 Pichón Rivière era visto como alguien "con calle",
siones prácticas a las que arriban ambos psicoanalistas no ; que podía mirar, interpretar y comprender el mundo utilizando
demasiado diferentes de las sostenidas por los viejos discursc herramientas originadas en el psicoanálisis.
Para ellos, la familia se organiza alrededor de la madre, Si bien Pichón había sido uno de los miembros fundadores
factores ambientales desplazaron a la herencia en la concept de la APA, era percibido como un outsider: "Después de conocer
lización psicoanalítica; sin embargo, la misión a la que esta" al viejo Pichón" recuerda Isidoro Vegh, quien luego se converti-
destinada la mujer en la vida sólo se podía cumplir a través < ría en un reconocido analista lacaniano, "¿cómo iba a seguir mi
la maternidad. Aunque estas versiones del psicoanálisis no formación en la APA?" 27 El título de la colección de los escritos
safían los valores tradicionales, proponen un nuevo sistei de Pichón publicada en 1970, Del psicoanálisis a la psicología so-
para comprenderlos y un nuevo lenguaje para expresarlos. Est cial, da cuenta de manera explícita de la distancia que lo separa-
particular combinación de modernidad y tradición nos permi ba del psicoanálisis ortodoxo de la APA.28 Algunos analistas
acercarnos a una explicación del éxito del psicoanálisis en como Ignacio Maldonado, que estaban recibiendo entrenamien-
Argentina. to formal en la APA pero que encontraban allí un ambiente algo
sofocante, participaban al mismo tiempo en grupos informales
ENRIQUE PICHON RIVIÈRE: PSICOANÁLISIS Y BOHEMIA dirigidos por Pichón, donde compartían el aprendizaje con estu-
diantes que no eran médicos.29 Para los médicos jóvenes progre-
Enrique Pichón Rivière contaba ya con una sólida for sistas, Pichón ofrecía la posibilidad de articular, por un lado, la
ción psiquiátrica cuando se encontró con el psicoanálisis. En legitimidad que proporcionaba la APA y, por el otro, la promesa
momento de unirse al grupo de los fundadores de la APA goz~ de nuevos modos de abordar el psicoanálisis.
ba de un puesto relativamente seguro en un establecimiento ps Dos generaciones de analistas y de psiquiatras han reivindi-
quiátrico. Pichón fue un innovador de la psiquiatría, siempre « cado a Pichón como su maestro. Sin embargo, tal como uno de sus
la búsqueda de nuevos métodos terapéuticos y nuevo
discípulos más cercanos puntualiza, la función de Pichón Rivière
abordajes teóricos. Introdujo la terapia de electroshock en "
como docente era. paradójicamente desestructurante. "Con su
Argentina y fue el primero en formular una teoría psicoanalític
palabra y sus maneras llega a poner en cuestión los valores de
para explicar su eficacia. Para Pichón, la teoría freudiana debía
quien lo escucha, sin predicar ninguna buena nueva... Más que
constituir el fundamento de una psiquiatría modernizada.24 i
taba siempre abierto a maneras creativas de combinar teo extranjero, Pichón Rivière promovía extranjería".30 El vínculo que
diferentes. Poco a poco, luego de concluir su mandato coi se generaba entre Pichón y sus alumnos iba en general más allá
presidente de la APA, Pichón Rivière fue tomando distancia i de la formación, fuera ésta formal o informal. Así es como Isidoro
la institución para dedicarse a su interés principal: la psicologi, Vegh recuerda su interacción con Pichón Rivière a comienzos de
social. Si bien durante el transcurso de una década y media ads? los '60, cuando era un joven estudiante:
cribió formalmente a la ideología oficial sostenida por la AP/ "íbamos, suponete, a comer a Pipo donde el viejo tenía la
el kleinismo y la medicina psicosomàtica, sus enseñanzas fu teoría de que había que escribir..., entonces escribíamos
ron siempre más allá de estas líneas teóricas orientándolas haci pelotudeces... pero teníamos la ilusión de que estábamos ha-
sus propias preocupaciones.25 ciendo algo. Después nos íbamos al café La Paz hasta las dos,
tres de la mañana y después nos íbamos a su consultorio. Nos
A lo largo de toda su existencia Pichón Rivière mantuvo ' tiraba varias revistas pornográficas y nos decía 'ocúpense' (te-

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níamos 18 a 20 años). Nos hacía eso para que nos despertara^ este modo, tornarlos tratables con la terapia psicoanalítica (que
mos, y empezaba a leer a [Norbert] Wiener, que acá ni existía, te sí curaba). Podemos observar así de qué manera Pichón promo-
estoy hablando de los años '62 o '63. A leer a Wiener, cibernètici vió un encuentro entre psicoanálisis y psiquiatría que nadie en
ca, hasta las 7 de la mañana. íbamos cayendo como moscas, la Argentina había intentado anteriormente.
dormidos; algunos se dormían a las 4, y él seguía leyendo. A las' Al mismo tiempo, Pichón estaba interesado también en la
7 decía: 'Bueno, bueno, vamos que tengo un paciente.' Se tomai, m e d i c i n a psicosomàtica y en el uso terapéutico y pedagógico de
ba un vaso de whisky, nos echaba a todos y se iba a atender".3!; los grupos operativos. El trabajo psicoterapèutico podía prepa-
La vida de Pichón Rivière ha quedado tan entrelazada coft rar el terreno para el aprendizaje de temas que provocaban re-
el mito que resulta muy difícil separar los hechos de la ficción! s i s t e n c i a tal como sucedía con el psicoanálisis.36 El abordaje de
Su hijo Marcelo ha dicho: "Mi padre, como Borges, a veces pre? P i c h ó n combinaba diferentes escuelas de pensamiento de una
feria una frase feliz a una frase verdadera. Era una de sus formai m a n e r a creativa. En la década del '50 se fue involucrando con
de seducción".32 las teorías kleinianas e intentó combinarlas (de un modo no
El interés de Pichón Rivière por el psicoanálisis abreva eifc muy exitoso) con su interés por el surrealismo en su esfuerzo
tres fuentes. Una de ellas fue su acercamiento temprano a las por analizar los poemas de Lautréamont.
ideas pedagógicas y sociales de Alfred Adler. 33 La segunda fue La producción escrita de Pichón había sido prolifica antes
su pasión por el surrealismo, adquirida durante su juventudí de 1950. Posteriormente, se concentró en sus conferencias y es-
bohemia como estudiante de medicina. Una de sus obsesiones c r i b i ó muy poco. Algunos de sus admiradores lo comparan (con
fue la vida del Conde de Lautréamont, un icono del movimiento1 cierta exageración) con Jacques Lacan. Ambos contaban con una
surrealista, sobre el que escribió varios artículos.34 El tercer ca« sólida formación psiquiátrica y arribaron al psicoanálisis a tra-
mino que lo llevó al psicoanálisis fue su experiencia como psi- vés del trabajo clínico con la psicosis. Sus respectivas enseñan-
quiatra en el tratamiento de la psicosis. Freud había arribado al zas estaban sostenidas en el valor de la palabra hablada. Pichón
psicoanálisis a través del tratamiento de neuróticos (mujeres Rivière afirmaba ser amigo personal de Lacan. Según la versión
histéricas en especial); Pichón, por el contrario, llegó al psicoa- más conocida, fue Pichón quien le hizo conocer a Oscar Masotta
nálisis a través de su trato con los psicóticos, en particular cori; los trabajos de Lacan y así fue como Masotta, a través de Pichón,
los epilépticos (que él consideraba psicóticos). Pichón nunca introdujo a Lacan en la Argentina.37 Es posible constatar que
abandonó la psiquiatría. No obstante, si el psicoanálisis podía Pichón citaba repetidamente los escritos de Lacan sobre la para-
brindar un anclaje teórico para la nueva psiquiatría, Pichón deí noia hacia el final de los '30, pero luego ya no se encuentran
mostraba más apertura mental sobre cuestiones de técnica: referencias lacanianas en su desarrollo teórico.
psicoanálitica que otros analistas de la APA. $ Pichón se volvió muy popular en los '60 como resultado
Paulatinamente Pichón desarrolló su teoría de la "enferme- de su trabajo con grupos y con la psicología social. Del psicoa-
dad única" como causa de todas las enfermedades mentales. Là- nálisis y la psiquiatría su interés se orientó hacia su "teoría del
"enfermedad única" era la melancolía, la sujeción de un yo" vínculo" y el funcionamiento de los grupos. Pichón elaboró su
masoquista a un superyó punitivo. Todas las demás estructuras' teoría basándose en la siguiente hipótesis: el enfermo mental
patológicas no eran más que intentos fracasados e inadecuados era en realidad designado como tal por su grupo de pertenen-
de cura.35 Por lo tanto, el trabajo terapéutico debía centrarse en cia, esto es por su familia, constituyéndose en el portavoz de la
suavizar las relaciones entre el yo y el superyó. Al satisfacer enfermedad familiar. Entonces, para lograr una terapia efecti-
temporariamente al superyó sádico y al yo masoquista, el ata- va, ésta debía operar sobre el grupo familiar en su conjunto,
que epiléptico funcionaba como una válvula de escape para al- sus interrelaciones y los roles efectivamente ocupados por
gunos psicóticos. El electroshock se usaba para crear esta "vál- cada uno de los integrantes.
vula de escape" artificialmente en los psicóticos, para quienes Durante el transcurso de la década, las sucesivas institucio-
no estaban "disponibles" los ataques epilépticos reales. Por lo nes que fundó —el Instituto Argentino de Estudios Sociales
tanto, si bien el electroshock no curaba a los pacientes (IAES), la Escuela de Psiquiatría Social y, finalmente, la Escuela
psicóticos, los volvía neuróticos de manera temporaria para, de de Psicología Social— brindaron espacios alternativos de forma-

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ción para médicos jóvenes y psicólogos que no se encontraban? tiempo, teorizaba acerca de la aplicación de la psicología a la
cómodos con la APA. En general, la gente que rodeaba a Pichón administración de empresas.43 Era visto frecuentemente en el
prefería trabajar en un encuadre institucional más que en un Instituto Di Telia interpretando psicoanalíticamente los
consultorio privado. Muchos médicos de izquierda que se nega- ¡tappenings y otros sucesos del mundo del arte. También se lo
ron a ingresar a la APA por razones ideológicas comenzaron a podía encontrar en Mau-Mau, una botte de moda, hasta la ma-
interesarse en el psicoanálisis a través de las enseñanzas de drugada. Además, aunque Pichón cultivaba la imagen del eter-
Pichón. Después de su muerte en 1977 su Escuela de Psicología no outsider, estaba bien integrado en los sectores progresistas
Social, bajo la dirección de su segunda esposa Ana Quirogaf del establishment psiquiátrico.44
estableció una política abierta de admisión y se transformó en Pichón Rivière organizó otras experiencias controvertidas
un espacio popular donde cualquiera —no sólo estudiantes sino] relacionadas con la difusión del psicoanálisis. En 1958 intentó
amas de casa, jugadores de fútbol y boxeadores— podía aprenl transformar a toda la ciudad de Rosario en un "grupo operati-
der algo de psicoanálisis y de psicología.38 . j| vo", de modo de practicar una psicología social de orientación
Entre las raíces de los trabajos de Pichón se encontraba^ psicoanalítica que bajara en cascada a toda la población. Llevó
algunas ideas relacionadas de modo poco preciso con el mad adelante el experimento con la ayuda de jóvenes médicos y es-
xismo, en especial, su concepto de la terapia como un procestf tudiantes del LA.ES de Buenos Aires y el soporte de una gran
dialéctico; un espiral dialéctico, tal como él lo definía. Para variedad de instituciones públicas, entre ellas la Facultad de
Pichón, el objetivo esencial de la psiquiatría era la transforma»! Ciencias Económicas, el Instituto de Estadística, la Facultad de
ción de una situación estática en una situación dialéctica qu<» Filosofía y el Departamento de Psicología de la Carrera de Me-
asume la forma de espiral mientras se lleva a cabo una tarea' dicina.45 Durante un fin de semana entero, alrededor de mil per-
determinada.39 También toma del marxismo el concepto de sonas participaron en la experiencia coordinadas por veinte
praxis, al tiempo que enfatizaba los aspectos sociales de la psig analistas. Uno de ellos, en ese entonces un joven candidato de la
cología. El sistema que daba forma a estas ideas no era siempr§ APA, recuerda que en el tren a Rosario, algunos de los partici-
consistente.40 En 1966 Pichón Rivière afirmó que el objetivo de pantes le pidieron a Pichón precisiones teóricas y técnicas sobre
la psiquiatría moderna era buscar "métodos y estrategias para el experimento. La respuesta de Pichón fue típica de su estilo:
cambiar la estructura económica y social de la cual emerge <¡j "Si cuando tomemos el tren de vuelta nos tiran con bosta, quiere
paciente... El paciente expresa las ansiedades y conflictos d| decir que cuando un grupo como éste hace en Rosario lo que
su grupo inmediato, esto es, la familia. Y estas ansiedades^ terminemos haciendo, al irse le tiran con bosta".46
conflictos asumidos por la persona enferma son económicos" Otro de los experimentos de Pichón fue una fiesta a la que
Aun así, en otro texto, dando un giro que lo acercaba a la e invitó a un numeroso grupo de personas de reconocida trayec-
cuela culturalista americana, señaló que el principal objetiy toria en el ambiente del arte, la política y la sociedad. Sobre la
de la terapia era adaptar a los pacientes a las condicio: base del cruce de información de antecedentes, roles sociales y
neuróticas de la sociedad moderna y no cambiar la estructu: características físicas, una computadora armaba parejas. Ningu-
social y económica.41 no de los matrimonios casados que participaron del evento fue
Más que por sus teorías, Pichón atraía la mirada del públi unido por la máquina. Pichón concluyó entonces: "Se fortalece
por sus apariciones en los medios y, por lo tanto, en la ca la idea de que el matrimonio está en crisis" y que "el criterio
Algunos analistas opinaban que Pichón hablaba de viejas ve: para unirse y compatibilizar con el otro debe ser modificado".47
des en un lenguaje psicoanalítico, y que por lo tanto había f Durante los años 1966 y 1967 Pichón Rivière escribía regular-
de original en sus teorías.42 En los '60 Pichón fue el abanderad mente una columna para Primera Plana, donde analizaba aspectos
de todo un sistema cultural organizado alrededor de la idea à diversos de la vida cotidiana que iban desde los campeonatos de
"modernidad". Logró conectar los aspectos miás frivolos del ps. fútbol hasta las vacaciones, desdé el punto de vista de la psicolo-
coanálisis con una psiquiatría comprometida socialmente. Fu, gía social. Las ideas que sostenía acerca de las diferencias sexua-
percibido como un progresista con inclinaciones izquierdisr les, la estructura familiar y las relaciones entre las clases sociales
—identidad que por otra parte él reivindicaba— y, al eran bastante conservadoras. El mensaje es que había que adap-

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tarse al medio social: "Cuando los impulsos de una estructura la difusión del psicoanálisis desde afuera de la APA
psíquica se dirigen a objetivos socialmente aprobados, apoyan y
afianzan a esa persona eri sus funciones, porque se verifica un EVA GIBERTI Y LA "ESCUELA PARA PADRES"
ajuste entre el rol adjudicado y el rol asumido".48 La función del
psicólogo social, siguiendo a Pichón, sería reforzar el sentimiento Hombres y mujeres que escribían sobre temas vinculados a
de seguridad del paciente en medio de un contexto general de la crianza de los niños en la década del '60 aceptaron ideas de
inestabilidad generado por la organización social moderna. En origen psicoanalítico con facilidad. Si bien los pedagogos y los
otra parte destaca la importancia de ciertos mecanismos de con- reformadores de la educación venían bregando por una ense-
trol social que brindan seguridad.49 Pichón Rivière nunca cuestio- ñanza más libre y menos represiva ya desde la década de 1920,
nó la división tradicional de roles sexuales y enfatizó que la elec- las prácticas de crianza habían sido consideradas un tema priva-
ción de pareja debía realizarse entre gente de la misma clase so-; tivo de la familia. "El relajamiento de las relaciones entre padres
cial y similares antecedentes.50 e hijos es un factor que conspira contra la institución de la fami-
La muerte de Pichón Rivière en 1977 fue precedida por una lia, amenazada por influencias modernas", afirmaba Para Ti en
larga declinación física causada por el abuso de drogas y alco- junio de 1950. La familia tradicional, enraizada en una moral
hol. Debido a su conducta había sido despojado de su status de tradicional, era un lugar de refugio mientras que la intrusión de
analista didacta por parte de la institución que él había contri- la "modernidad" significaba un peligro porque plantaba la se-
buido a fundar. Pichón jugó un papel crucial en la expansión del milla de futuros problemas, como la criminalidad. Un niño era
mundo "psi". Fue u n constructor de puentes. En los primeros "cera maleable" que absorbía lo que aprendía en su hogar.51
años de la APA contribuyó activamente a la puesta en contacto En este ámbito las cosas cambiaron rápidamente en los pri-
de la psiquiatría y el psicoanálisis. Después se volvió un símbo- meros años de la década del 60. El mundo moderno dejó de ser
lo de la modernización cultural y de las ideas políticas de avan- considerado un peligro que debió ser evitado y comenzó a mirar-
zada dentro de la comunidad "psi". Siguió forjando lazos entre se como un desafío por resolver. En 1960, Para Ti recomendaba un
el psicoanálisis, los psiquiatras progresistas y los psicólogos, abordaje de la crianza de los niños a mitad de camino entre la
profesionales que de otro modo se hubieran sentido ajenos a la modernidad y la tradición. Desde fines de los años '50 se empezó
disciplina. Fue útil en el proceso de transformación del psicoa- a hablar con nuevos términos; palabras como "trauma" y "com-
nálisis en un artefacto cultural. Sus experimentos para sacar el plejo de Edipo" hicieron su aparición pública aunque todavía
psicoanálisis a la calle, ampliamente cubiertos por los medios, requerían de una explicación. Las madres necesitaban ahora en-
hicieron mucho p o r la popularización del psicoanálisis y tam- viar a sus hijos al jardín de infantes no sólo porque era bueno
bién por la del mismo Pichón Rivière. - para que los niños se socializaran, sino porque esto beneficiaba a
Langer, Rascovsky y Pichón Rivière, entre otros, jugaron un las madres con un poco de tiempo libre. Con relación a este pun-
rol importante en la difusión del psicoanálisis a través de su to, las revistas populares fueron más progresistas que algunos
presencia activa en tes medios. Sus respectivas preocupaciones analistas que, como Rascovsky, se oponían de manera terminante
teóricas, caracterizadas por márgenes abiertos, también ayuda- al envío de niños a jardines de infantes y guarderías.
ron a abrir las puertas del psicoanálisis más allá del dominio dé Si los tiempos estaban cambiando, las familias necesitaban
los expertos. Su público, sin embargo, no traspasó las fronteras ayuda para enfrentar estas modificaciones. Se volvía necesaria
de la clase media intelectual. Otro grupo de divulgadores, sin entonces la presencia de expertos. Columnas escritas regular-
relación con el establishment psicoanalítico, resultaron más úti- mente sobre temas relacionados con la salud (en general prepara-
les en el proceso d e difusión del discurso psicoanalítico a una das por médicos) formaban parte de la tradición de las revistas
audiencia más amplia. populares desde los años '20. Cuando los psicólogos y los psicoa-
nalistas se transformaron en los expertos más visibles en los años
'60, la naturaleza de los consejos ofrecidos en las columnas tam-
bién cambió. El pediatra Florencio Escardó y su esposa Eva
Giberti ocuparon un lugar destacado dentro de este grupo de

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expertos. Ellos cumplieron un papel crucial en la popularización experimentando una "mutación". El libro en sí mismo es un pro-
del discurso psicoanalítico. Escardó era un pediatra conocido, jefe ducto interesante. La primera edición fue pensada para ser exhi-
de un servicio en el Hospital de Niños y un profesor popular en bida tanto como para ser leída. Estaba encuadernada con cuero
la universidad. A lo largo de toda la década publicó artículos en rojo almohadillado donde se destacaban las letras doradas en las
revistas dirigidas a un público masivo y aparecía regularmente tapas y en los lomos. Sin embargo, esta cubierta lujosa protegía
en la TV y en la radio. Introdujo una nueva concepción de la una edición barata impresa en papel grueso y adornada con ilus-
pediatría que incluía, entre otras herramientas, el manejo del psi- traciones toscas. El libro estaba dirigido a un público que pudiera
coanálisis. Esta manera distinta de entender la profesión tuvo un enorgullecerse de exhibirlo entre sus objetos y muebles.
impacto enorme en una nueva generación de pediatras. A los El tono en el que está escrito y los ejemplos que presenta
padres los conminaba a "comprender" las enfermedades de sus nos dan un indicio del tipo de audiencia a la que se pretendía
hijos y evitar la sobremedicación. Escardó se ocupaba de la medi- llegar. El lenguaje utilizado nos permite inferir que se trataba de
cina psicosomática y proponía nuevas técnicas pediátricas, tales un público sin conocimientos previos sobre psicología infantil.
como la preparación psicológica para niños que debían sufrir in- La familia a la que alude generalmente Giberti con sus ejemplos
tervenciones quirúrgicas. En general, promovía un modelo de pa- es una familia típica (a veces hasta estereotipada) de clase me-
ternidad más relajado y libre de preconceptos. No obstante, fue dia-baja. El padre trabaja pero el dinero es escaso. Si la madre
su mujer Eva Giberti, a través de su Escuela para padres, quien trabaja es sólo para poder llegar a fin de mes, no por su propio
logró difundir nuevas técnicas de crianza basadas en el psicoaná- desarrollo personal o profesional. Habitualmente la mujer tra-
lisis entre sectores más amplios de la sociedad. baja en una fábrica o en una oficina como secretaria. La familia
Eva Giberti se graduó como trabajadora social antes de típica de Giberti vive en un departamento pequeño siempre cer-
que la carrera de psicología fuera creada en la universidad. ca de tíos, tías y abuelos. Cuando Giberti analiza la conducta de
Luego de estudiar algunos años en Europa con una beca de la los padres que prohiben a sus hijos socializar con niños de un
Organización Mundial de la Salud, Giberti retornó a la Ar- nivel social más bajo, resulta obvio que los lectores a los que se
gentina y trabajó para el Ministerio de Acción Social. En Eu- dirige son los padres de los niños que en general son exclui-
ropa había tomado contacto con el movimiento Escuela para dos.55
Padres. Pronto se transformó en una figura ampliamente co- El libro está escrito en un lenguaje coloquial sin terminolo-
nocida debido a su presencia en los medios. Entre 1957 y fines gía técnica. Los padres pueden identificarse fácilmente con los
de 1960 escribió regularmente una columna centrada en la problemas y las situaciones que se presentan. Cada capítulo co-
problemática de la crianza de los niños en el diario La Razón, mienza con una pequeña escena en la que se muestra a uno de
tres veces a la semana. Hacia finales de los '60 dirigía además los miembros de la familia, en general a la madre, en una situa-
un programa de TV llamado Escuela para padres, en el cual se ción de la vida cotidiana conversando con alguien y a Giberti
dramatizaban con actores casos clínicos reales.52 Giberti orga- escuchando. Una clásica frase de apertura: "Esperando en la
nizó, por otro lado, Escuelas para Padres en el Hospital de cola de la tienda, escuché el siguiente diálogo". Los diálogos
Niños así como también en ámbitos privados.53 Una colección presentan el problema, las confusiones de los protagonistas y
de sus artículos, publicados originalmente en periódicos y sus interpretaciones erróneas. Después que el problema se clari-
revistas populares, se editó en un libro de tres volúmenes fica (un niño con mala conducta, otro niño que se niega a comer,
titulado Escuela para padres, que fue sucesivamente reeditado etcétera) Giberti interviene y aporta la interpretación correcta.
y llegó a vender más de 150.000 ejemplares.54 Luego siguió Como introducción a una serie de sus artículos publicados en la
escribiendo y publicando libros y artículos sobre educación revista Para Ti en 1967 se explica que las lectoras se identifica-
sexual, divorcio y otros temas, que fueron también reeditados rían fácilmente con Giberti, quien se comunica con ellas a un
varias veces. nivel esencialmente humano, con un lenguaje llano apoyado, no
Escuela para padres fue publicado por primera vez en 1961 con obstante, por años de estudio y experiencia.56
un prólogo de Escardó. En el mismo se subrayaba la importancia Escuela para padres comienza problematizando la materni-
del libro en un contexto donde "la conciencia colectiva" estaba dad y la paternidad. Según Giberti, la psicología (entendida

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como sinónimo de psicoanálisis) nos enseña que los aconteci- El objetivo de Escuela para padres es "entender" cosas que
mientos que jalonan los primeros cinco años de vida del niño habían sido anteriormente consideradas como no problemáti-
determinan su vida futura. "Un gran porcentaje de delincuentes cas. El primer capítulo concluye con una lista de los temas que
ha crecido sin cuidados maternos." Por lo tanto, los padres tie- los padres deberían aprender, entre ellas que muchas enferme-
nen la obligación moral y social de aprender a ser padres. La dades infantiles derivan de problemas psicológicos y que las
experiencia no es suficiente; los padres no pueden enfrentar este conductas de los niños tienen un sentido que no siempre resulta
aprendizaje sólo a través del hacer. Un conocimiento preciso es evidente. E n consecuencia, Escuela para padres ofrece un sistema
necesario, y éste puede ser adquirido mediante años de estudio organizado al tiempo que una herramienta de interpretación
o bien siguiendo alguno de los atajos propuestos por Giberti. para comprender los problemas cotidianos.
Escuela para padres hace posible la difusión de este conocimiento El mensaje de Giberti llegaba con facilidad a amplios secto-
"sin entrar en honduras psicológicas aunque sí respaldándose res porque se presentaba como científico y progresista sin pare-
en ellas".57 cer subversivo ni resultar intimidatorio. Giberti abogaba por
El estilo general del libro es prescriptivo. Hay un saber al mayores libertades para los niños pero aconsejaba la imposición
que sólo se puede acceder a través de la mediación de un espe- de límites estrictos. Aunque se oponía a los castigos corporales,
cialista —Giberti—, quien es la que sabe por qué suceden las reconocía que algunas veces el castigo era necesario. Giberti
cosas y qué es lo que hay que hacer con ellas. A diferencia de advertía explícitamente a los padres contra algunas actitudes
Spock, quien aconsejaba a las madres "confiar en sí misma', laissez-faire generadas por ciertas teorías psicológicas "moder-
Giberti señala que "la mayoría de los padres ignora cómo se nas".60 Por otra parte, Giberti nunca cruzó el umbral de lo acep-
educa a un hijo. Sienten, intuyen cuál es el camino, pero no table por la moral tradicional. Para citar un ejemplo, sus re-
saben".58 Si bien Giberti puede llegar a compartir este saber con flexiones sobre educación sexual están cargadas de consejos
los padres, solamente ella es la depositaría última de este cono-, basados en el sentido común (es mejor decir la verdad porque
cimiento. Claramente, Giberti habla desde una posición de auto-; de otro modo los niños pueden recibir de extraños información
ridad. A lo largo de todo el texto utiliza una estrategia muy- errónea) pero contienen muy pocos ejemplos concretos acerca
particular. Mientras insiste repetidas veces que sus casos son de cómo tratar el tema. Les proporciona a los padres un modelo
tomados "de la calle" y por lo tanto no son "casos clínicos", el para explicar a los niños de dónde vienen los bebés pero dice
texto está cargado de referencias casuales a su práctica profesio-; bastante poco acerca de cómo explicar la manera en la que llega
nal y a su consultorio privado. Ella es "una de las nuestras", una; el bebé al vientre de la madre. La existencia de una sexualidad
mujer común que escucha charlas de otros cuando espera en la infantil es sugerida vagamente pero nunca discutida de manera
cola del almacén, y al mismo tiempo no deja de recordarle al explícita. Su versión del psicoanálisis, influenciada por la co-
lector que está investida de una autoridad especial construida
rriente culturalista norteamericana, diluye el lugar central de la
sobre la base de años de estudios y de una actividad profesional
sexualidad, en particular de la sexualidad infantil, que fue uno
importante.
de los ejes del pensamiento freudiano más resistidos. Si los ni-
Desde el comienzo del libro, Giberti enfatiza la necesidad ños se tocan unos a los otros y llevan su juego de "papá y
de adquirir conocimientos técnicos adecuados para educar a los mamá" más allá de los límites aceptables, los padres no deben
padres. Al comentar una recomendación realizada en una confet reprimirlos, nos dice Giberti. En el mejor de los casos, estos
rencia psiquiátrica en 1959, en la que se sostenía que los padres juegos son una consecuencia normal del proceso de maduración
debían formar cooperativas para organizar cursos sobre paterni- y, en el peor de ellos, una copia de lo que los niños deben de
dad, Giberti advierte que tales cursos deben ser dirigidos por haber visto en la habitación de sus padres. En este último caso,
profesionales. "Loadas sean todas las asociaciones y cooperati- . la culpa es de los padres por compartir la habitación con los
vas que están construyendo los pilares sociales de la coexisten- niños.61 En ninguna ocasión (salvo en circunstancias excepcio-
cia y la comprensión con los niños. Pero ¡que los dioses nos nales) estos juegos son considerados como el resultado de la
protejan de los cursos improvisados sin supervisión técnica y existencia de instintos sexuales tempranos.
profesional adecuada!"59 « Giberti utiliza el mismo abordaje cauteloso cuando se expla-

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ya sobre otros temas típicamente psicoanalíticos, tales como el y la fantasía. Por lo tanto, se puede redefinir la inteligencia para
complejo de Edipo. Es interesante comparar la mirada de Giberti aplicarla a las responsabilidades domésticas. Giberti anima a las
sobre este tema con la de Benjamín Spock. Las observaciones de mujeres a educarse a sí mismas, a condición de no descuidar sus
Spock sobre el complejo de Edipo y sobre las consecuencias para obligaciones maternales.
el niño del encuentro con sus padres desnudos remiten abierta- A pesar de las limitaciones de su mensaje, o quizá debido
mente a la sexualidad desde un modelo claramente íreudiano: "El precisamente a ellas, Giberti jugó un papel crucial en la introduc-
niño ama a su madre más de lo que ama a cualquier niña. Siente ción de un discurso de orientación psicoanalítica en un número
mucha más rivalidad contra su padre que contra cualquier niño. importante de hogares argentinos. Ella adaptó este discurso a las
Por lo tanto, la vista de su madre desnuda puede resultarle exce- necesidades de un público en expansión que fue tornándose cada
sivamente estimulante y la posibilidad de compararse desfavora- vez más receptivo.65 La posición de Giberti en la periferia del
blemente con su padre cotidianamente puede darle ganas de ha- establishment psicoanalítico colaboró con su popularidad. Como
cer algo violento contra él".62 Giberti prefiere no hablar del com- psicóloga sin título médico (estudió psicología una vez que fue
plejo de Edipo aunque reconoce su importancia: "Lá escuela psi- creada la carrera) no podía ingresar a la APA; ella agrega además
coanalítica advirtió acerca de las vinculaciones sexuales que exis- que la comunidad psicoanalítica la ignoró durante mucho tiem-
ten en estas situaciones que se dan invariablemente en todo niño. po.66 Aunque fue docente en la Universidad de Buenos Aires,
Apareció de esta manera el famoso complejo de Edipo, cuyo ma- obtuvo su título de grado relativamente tarde y fue también con-
nejo y planteo es lo suficientemente delicado y respetable como
siderada una outsider por la comunidad de psicólogos. Los psicó-
para intentar su comentario en un breve párrafo". Para la mirada
logos veían en su simplificación de la teoría psicoanalítica y en su
de los niños, "los padres no tienen sexo visible y tangible como el
eclecticismo una amenaza para el de por sí ambiguo status de su
resto de los mortales". El peligro que puede generar la exposición
profesión.67 Esta marginalidad sin embargo le permitió a Giberti
de los padres desnudos frente a sus hijos no tiene nada que ver
con la estimulación de impulsos sexuales preexistentes que esta moverse con una mayor independencia respecto de las institucio-
conducta puede llegar a ocasionar. El peligro que conlleva la des- nes. Su mensaje fue lo suficientemente aceptable para ser bien
nudez de los padres "es una manera de imponerle (al niño) una recibido en sindicatos, escuelas públicas y privadas, y hasta en
sexualidad ajena a sus necesidades"; esto crea "problemas artifi- una escuela dirigida por monjas de clausura en donde dio una
ciales e innecesarios".63 Giberti propuso a una audiencia amplia conferencia sobre las teorías de Erik Erikson.68 Su trabajo en el
un sistema orientado psicoanalíticamente para educar a sus hijos. Hospital de Niños atrajo a una gran cantidad de padres que la
Preparándoles un "psicoanálisis a medida" al precio de dejar conocían de la TV y que no podían pagar una psicoterapia tradi-
afuera la sexualidad. cional. Durante la dictadura militar su hijo fue encarcelado y ella
fue censurada en los medios. Sin embargo, hoy se encuentra nue-
Giberti también mantuvo sus opiniones sobre las mujeres y vamente trabajando de manera muy activa en temas de derechos
la maternidad dentro de límites tolerables. Ella aceptaba el traba-, humanos y en la difusión del discurso psicoanalítico.
jo de las mujeres fuera de su hogar sólo si éste no atentaba contra
la prioridad que se debía otorgar a los niños.64 Según Giberti, es
esperable que una mujer que trabaja todo el día en una fábrica Las revistas femeninas y otras publicaciones populares como
retorne a su hogar con buen humor y con suficiente energía para vehículos de difusión del psicoanálisis
cumplir con sus obligaciones como madre y ama de casa; la posi-
bilidad de que los hombres compartan las tareas domésticas sólo La presencia del discurso psicoanalítico en los medios du-
es sugerida de manera difusa. En este mundo de Giberti, centrado rante los últimos años de los '50 y en los primeros de los '60 se
en el niño, las mujeres no trabajan para lograr su satisfacción articuló con una nueva concepción de la familia en parte origi-
personal; ellas sólo trabajan porque deben contribuir al sostén del nada en los cambios sociales discutidos en el capítulo anterior.
hogar. Las obligaciones de la mujer en su casa merecen respeto, La familia comenzó a ser percibida como un ámbito de realiza-
escribe Giberti. La inteligencia no es necesariamente sinónimo de ción de los deseos personales en lugar de una célula para la
trabajo intelectual; ésta opera también en el nivel de la percepción reproducción de la especie. Del mismo modo, la sexualidad dejó

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de ser considerada solamente desde e: punto de vista de su demanda ya existente de herramientas interpretativas y
mera función reproductiva para ganar un legítimo lugar en el predictivas. También aparecían columnas sobre orientación vo-
espacio de los placeres. Los especialistas en las nuevas discipli- cacional. "Ud. cree que se conoce a Ud. misma muy bien", ad-
nas —psicólogos, sociólogos y psicopecagogos— comenzaron a vertía Claudia a sus lectoras en marzo de 1961, "pero nosotras le
ser consultados como expertos para resolver estos temas, que decimos que ése no es el caso". Los psicólogos y psicoanalistas
iban ganando complejidad. Este reciente énfasis en el individuo eran consultados como autoridades.72 El rol ocupado por los
trajo consigo nuevas tecnologías para el autoconocimiento. psicólogos (más bien psicólogas) es particularmente importante.
En este contexto, el psicoanálisis (usualmente, en una ver- Desde el momento de su creación, la carrera de psicología fue
sión vulgarizada) jugó un rol prescriptivo e interpretativo. Du- considerada como una "profesión de mujeres". Por primera vez,
rante la década del '60, las publicaciones femeninas y de crianza una nueva generación de mujeres que ocupaba un lugar diferen-
de niños estaban inundadas de conceptos psicoanalíticos. Si el te del de los curas y los médicos podía hablar con otras mujeres
niño tenía dificultades en el colegio, por ejemplo, eso no se de- acerca de temas femeninos con un discurso que estaba legitima-
bía a la vagancia, sino a cierto problema psicológico que una do por la ciencia.
psicopedagoga (otra especialista nueva) nos explica en Para Ti Poco a poco, las psicoanalistas mujeres reemplazaron a los
en estos términos: "La niña que sentía que estaba siendo despla- curas en muchas revistas femeninas al mismo tiempo que los con-
zada del afecto de su madre, que sentía que su hermano menor ceptos psicoanalíticos sustituyeron el discurso moral y religioso
era un poderoso rival, tomó revancha sobre su madre hiriéndola establecido. La evolución es clara incluso en aquellas revistas
de una manera que ella sabía sería dolorosa".69 que, como Nuestros Hijos, habían estado originalmente ligadas a
Paulatinamente, temas que habían sido tabúes pocos años círculos católicos. En los años '60, cuando se consultaba sobre un
atrás —sexualidad infantil, masturbación— comenzaron a ser mismo tema a un cura y a un psicoanalista, era el religioso quien
discutidos y legitimados por un nuevo discurso científico soste- debía adaptar su discurso a los nuevos tiempos. Para Ti, por ejem-
nido en el psicoanálisis. Un lector que escribió a Nuestros Hijos plo, publicaba una columna titulada "Secretos de Confesión",
en busca de consejo recibió como respuesta la indicación de donde un sacerdote católico respondía a las inquietudes de sus
buscar un buen psicoanalista y la advertencia de mantenerse lectoras. Si bien sus consejos se mantenían dentro de los límites
alejado de los psiquiatras que no practicaban esta técnica.70 Al de la doctrina católica, es posible observar el desarrollo gradual
mismo tiempo, se ponía un nuevo énfasis en la educación sexual de una tendencia dirigida a la comprensión de temáticas que iban
de los niños. más allá de cuestiones estrictamente religiosas. El padre Agustín
El psicoanálisis también impregnó otros aspectos del dis- aconsejaba a una mujer que no había podido consumar su matri-
curso y prácticas educacionales. Para vastos sectores de la clase monio que consultara a un buen neuropsiquiatra. Asimismo, ins-
media en expansión, el psicoanálisis ocupaba un lugar central taba a otra mujer a sobrellevar el trauma psíquico que le impedía
en el proceso de crianza de sus hijos. Ir al consultorio del. psicoa- casarse. De algún modo, el padre Agustín se mostraba preocupa-
nalista cuatro veces por semana era considerado normal para un do porque el psicoanálisis podía disputarle el alma de sus lecto-
niño de clase media. Muchos de los colegios privados y jardines ras y reaccionaba de la siguiente manera: "Publicitado recurso
de infantes que florecieron durante los '60 para satisfacer la selecto, lavadero de cerebros por excelencia, farisaico y corrupto
demanda de educación "moderna" por parte de la clase media remedo de la confesión sacramental... Es necesario rectificar fal-
profesional incorporaron ideas psicoanalíticas entre sus técnicas sos esquemas que se han identificado con la juventud moderna
pedagógicas.71 (...) la solución más completa está, mis rebeldes jovencitas, en el
Los '60 fueron años de proliferación de "psicotests" publi- confesionario de alguna iglesia".73 Si bien reaccionaba en contra
cados en revistas femeninas y populares para ayudar a sus lec- del psicoanálisis, no por ello dejaba de utilizar términos como
toras a "descubrir" los aspectos ocultos de la personalidad. En "proyección" y "trauma". El discurso psicoanalítico proporciona-
1963 Para Ti publicaba tres columnas de manera regular: un ba nuevas herramientas para comprender y expresar una reali-
horóscopo, una columna grafológica y un psicotest. Las tres téc- dad que no encontraba ya su representación dentro del sistema
nicas —cada una en su propio nivel— parecían responder a una de creencias tradicionales.

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EL LUGAR DE LA MUJER EN LA FAMILIA Y sin llegar a saberlos, que nunca encuentran un trabajo a la medi-
EN LA SOCIEDAD SEGÚN LAS REVISTAS FEMENINAS da de su injustificado descontento, nos sentimos aprendices de
psicoanalistas (...) A la vista de la propensión al 'narcisismo'
De manera general, podemos decir que la imagen dominan- femenino (...), lo primero en que la mujer tiene que pensar es en
te de la mujer presentada por las revistas femeninas, los manua- su posible pareja (...) Toda mujer que no vive la ilusión de su
les escolares y otras publicaciones de carácter masivo hasta posible matrimonio comienza a 'no saber qué hacer' (...) Pasa-
mediados de la década del '50 estaba claramente influenciada ron los tiempos de la mujer decorativa".77
por la tradición católica.74 Los libros y las revistas hablaban de El problema principal no era que las mujeres se compro-
las mujeres desde una mirada masculina (se trataba preferente- metieran con actividades fuera de su hogar en detrimento de
mente de curas o médicos). El lugar natural de una mujer era su sus obligaciones naturales, sino que la falta de anclaje en sus
casa. "A menos que descuide sus obligaciones en forma imper- hogares las "descentraba" y, por lo tanto, las hacía fracasar en
donable, la mujer que tiene un hijo debe criarlo dedicándole su sus otras actividades. Se presentaba el matrimonio como una
tiempo y sus atenciones", afirmaba Para Ti en un editorial de fuente de satisfacción personal más allá de sus objetivos
1950.75 La maternidad era un "deber sagrado" y la única fuente reproductivos. Muchas veces la felicidad de la mujer en el ho-
de satisfacción plena para la mujer. A pesar de que el lenguaje gar podía llegar a ser un prerrequisito para obtener logros fue-
en que se expresaba así como las ideas que lo fundamentaban ra de él. Para gran parte de las revistas de los tempranos '60, el
eran obviamente distintos, las conclusiones que se derivan de ideal de mujer se encontraba a mitad de camino entre las "de-
este tipo de razonamiento no estaban demasiado lejos de aque- fensoras del existencialismo, siempre en manos del psicoana-
llas a que se arribaba en las teorías de algunos psicoanalistas, lista" y aquellas mujeres demasiado tradicionales que vivían
como vimos antes. El marido oficiaba de puente entre el hogar y atadas a la rigidez del pasado. De manera gradual el rol de la
el mundo externo. El rol femenino en la pareja era el de "conte- mujer en el hogar también se iba redefiniendo. En la nueva
ner" al esposo: versión no se esperaba que la esposa tuviera una actitud de
"Si las esposas tuvieran más comprensión no se sentirían agradecimiento constante hacia su marido sino que compartie-
tan dolidas cada vez que 'él' regresa a casa con ceño adusto, ra sus intereses, problemas y actividades. El esposo, por su
dedicándose a gritar a los niños y responder con monosílabos parte, debía respetar a su mujer porque de otro modo, ésta
cortantes (...) En lugar de disolverse en lágrimas o lanzar indi- podía sufrir un "complejo de mucama". 78
rectas acerca de la opinión que les merecen los hombres que En tanto los '60 avanzaban, las madres trabajadoras, lejos
desahogan su malhumor en el hogar, debieran apurar la cena, de merecer la reprobación moral por no cuidar adecuadamente
dejándolo en paz hasta que, descansado, bien comido y con los a sus familias, se convirtieron en una realidad social a la que
nervios relajados, él mismo afloje su tensión".76 había que considerar y sostener si las revistas buscaban conser-
Esta "contención" también debía jugarse en el terreno var a sus lectoras. En 1960, Nuestros Hijos dedicó su número de
sexual: "Toda mujer debería recordar que aunque esté cansada o octubre a las madres trabajadoras. De los "especialistas" consul-
consumida de preocupación, nunca debe decir no a su marido", tados por la revista sólo un cura sostuvo la idea de que el lugar
transmitía Nuestros Hijos en julio de 1960. La vida moderna era natural de la mujer era su hogar. Ocho meses más tarde la revis-
considerada incompatible con las obligaciones domésticas de la ta llamaba a terminar con la discriminación contra las madres
mujer. solteras. Para Ti, que había proclamado en los años '50 que las
Hacia 1960, de la mano de los cambios sociales que hemos mujeres debían permanecer en sus casas para cuidar a hijos y
analizado, esta imagen tradicional comenzó a cambiar rápida- esposos, en 1964 publicaba una serie de "tests psicológicos" de
mente. Todo aquello que parecía garantizado acerca de los roles orientación vocacional con el objetivo de ayudar a la mujer a
establecidos para la mujer empezaba a ser observado como un encontrar el tipo de trabajo que se adecuaba mejor a su persona-
problema que requería explicación. Podemos leer en Para Ti: lidad. Reconocía de este modo que las mujeres estaban buscan-
"Cuando nos encontramos con amigas descentradas que do actividades fuera de su hogar. Un "especialista" del staff de
empiezan una carrera y no la terminan, que aprenden idiomas Para Ti aconsejaba a una lectora que estudiara historia debido a

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su "temperamento ciclotímico", al tiempo que él le explicaba a bre eso.80 Los psicoanalistas se volvieron los representantes de
otra lectora con problemas que las dificultades que encontraba un discurso "científico" cuando se hablaba de sexualidad.81
para tomar decisiones tenían una "etiología inconsciente", y le
aconsejaba ver a un psicólogo.79 IMÁGENES DEL PSICOANÁLISIS
Las revistas populares también comenzaron a publicar ar-
tículos sobre sexualidad femenina y métodos anticonceptivos, El lenguaje psicoanalítico calaba con fuerza en los medios
muchos de ellos escritos por psicólogas o psicoanalistas. En aunque la figura del psicoanalista seguía, todavía a mediados de
1960, Nuestros Hijos publicó una serie de artículos sobre "frigi- los años '60, rodeada de misterio. En 1966, Gente presentaba sus
dez" sugiriendo que podía ser curada con psicoterapia. La ar- impresiones sobre la Conferencia Panamericana de Psicoanáli-
monía, sexual era ahora considerada una condición necesaria sis, que estaba teniendo lugar en Buenos Aires. El periodista
para la felicidad en el matrimonio. Una vez que las relaciones destacaba en su crónica el clima de silencio y misterio que per-
sexuales comenzaron a ser aceptadas como un medio para el cibía en el encuentro (la prensa no estaba admitida). "Gente pe-
placer y no sólo por sus fines reproductivos, las técnicas netró las intimidades del secreto concilio y revela detalles inédi-
anticonceptivas fueron ampliamente'discutidas. Sin embargo, tos. ¿Qué se dijo? Conclusiones a las que llegaron los muy exclu-
hasta mediados de los '60 la pregunta no era cómo emplearlas sivos discípulos de Freud. ¿Quiénes lo siguen? ¿Quiénes se opo-
sino hasta qué punto su uso podía ser legítimo. nen a las teorías por él sustentadas?" Según el cronista de Gente,
la conferencia "parecía una reunión de magos o escritores de
En 1966, el ensayista Julio Mafud publicó un libro muy leído.
cuentos infantiles. Sólo se hablaba de fantasías, sueños, símbo-
La revolución sexual en la Argentina, que llegó a la lista de best-
los, infancia, influencias maternales y otras fuerzas que deter-
sellers de Gente junto con la Sexólogía de las familias de Florencio
minan, desde Freud a la fecha, que no nos creamos tan normales
Escardó y una colección llamada Crónicas del sexo. La obra se pro-
como aparentemente nos veamos (stc)".82
ponía explorar las consecuencias de la revolución sexual que, se-
gún la percepción del autor, se estaba desarrollando efectivamen- Este modo de caracterizar a los psicoanalistas muestra un
te en la Argentina. Se trataba más bien de un ensayo impresionis- patrón interesante en la difusión del psicoanálisis. Primero, el
ta y poco coherente sobre los cambios en las normas sexuales y hecho de que una revista como Gente, que usualmente demos-
estaba basado supuestamente en entrevistas. Su valor científico o traba más interés por las estrellas de cine que por las conferen-
informativo era al menos dudoso. Su lenguaje llano, muchas ve- cias científicas, dedicara tres páginas al encuentro indica que se
asumía que los lectores de clase media de la revista tenían inte-
ces explícito, y su reivindicación del derecho de la mujer a la
rés en el psicoanálisis y algún conocimiento sobre él. Quizá lo
libertad sexual reflejaban un cambio en el rol de la mujer y ayu-
más interesante es el tono del artículo, que comparaba el en-
daron a que la sexualidad femenina se instalara como tema de
cuentro de analistas con una reunión de magos que contaban
discusión. El hecho de que para Mafud esta libertad sexual debie-
historias imaginarias. Sin embargo, el autor no sólo no cuestio-
ra ser ejercitada sólo dentro de los límites del matrimonio revela, naba la validez del psicoanálisis sino que sobreentendía su esta-
sin embargo, la presencia de elementos tradicionales en un dis- tuto legítimo. Si los participantes enigmáticos del encuentro
curso que pretendía ser "moderno". Debido a esto, precisamente, hablaban de sueños y fantasías, se debía a que los sueños y las
sus argumentos fueron fácilmente aceptados. fantasías eran las fuerzas que "determinan, desde Freud a la
La sexualidad no era un tema nuevo. Libros que versaban fecha, que no nos creamos tan normales como aparentemente
sobre aspectos diversos de la sexualidad habían sido amplia- nos vemos". El periodista distinguía entre la disciplina psicoa-
mente leídos en Buenos Aires desde la década del '20. Sin em- nalítica (incuestionable) y sus practicantes (misteriosos y exóti-
bargo, muchos de ellos miraban la sexualidad con los lentes de cos). Algunas investigaciones llevadas a cabo en otros contextos
la fisiología; en 1960 el tema se convirtió en un problema social han señalado que ésta era, precisamente, la imagen del psicoa-
que merecía ser analizado en obras "sociológicas" como las de nalista en el imaginario popular, en tiempos en que el psicoaná-
Mafud a través del lenguaje del psicoanálisis. Como la influen- lisis iba ganando aceptación pública.83
cia de Freud y la psicología moderna en cuestiones de sexo esta-
ban asumidas, explica Mafud, no veía necesario explayarse so- Gradualmente, pero con rapidez, el psicoanálisis se tornó

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menos exótico. Hacia 1968 los psicoanalistas eran consultados analista?"87 La experiencia psicoanalítica, ya sea de un tipo o de
de manera habitual sobre temas diversos al tiempo que se en- otro, estaba disponible no sólo para los ricos sino también para
los hijos de familias menos pudientes.
contraban entre los "famosos" entrevistados por Gente en Punta
del Este.84 La revista presentaba a estos profesionales como
PSICOANÁLISIS PARA EJECUTIVOS: PRIMERA PLANA
miembros de una nueva elite intelectual y económica. Por otro
lado, se caracterizaba el psicoanálisis como un objeto de consu-
mo conspicuo. Atlántida, otra publicación lanzada por el editor La revista Primera Plana, que influyó de manera considera-
de Gente y dirigida a la misma audiencia de clase media, incluía ble en el periodismo argentino, también contribuyó mucho,
un suplemento de humor, cuyo número de 1968 se titulaba aunque en un nivel distinto del de las revistas citadas antes, en
"Agenda de un Hombre Importante" y que simulaba ser el libro la difusión del psicoanálisis. Primera Plana hizo su aparición pú-
de citas de un ejecutivo. En la entrada del 15 de febrero se lee: blica en 1962 con el objetivo de apoyar a la facción "azul" del
"Hacer cita, Bleger, Pichón Rivière, Pérez Morales: preguntar el ejército (supuestamente liberal y leal al gobierno) en un conflic-
significado del pez espada". Aparentemente, los editores igno- to interno que tuvo amplias repercusiones políticas. Desde sus
raban que los psicoanalistas argentinos eran inhallables en fe- comienzos la revista, dirigida en un principio por Jacobo
brero cuando ellos usualmente tomaban sus vacaciones,85 pero Timerman, promovía la modernización cultural mientras res-
de cualquier manera la revista daba por sentado que un ejecuti- paldaba un proyecto político autoritario que salió a la luz con el
vo debería estar consultando a un analista y que, además, con golpe de 1966.88 Esta aparente contradicción entre moderniza-
uno solo no alcanzaba, el "hombre importante" necesitaba tres. ción cultural y autoritarismo político reflejaba las tensiones
Asimismo, daban por supuesto que sus lectores deberían reco- profundas que atravesaban a la sociedad argentina y terminó
nocer los nombres de estos analistas prominentes y caros. finalmente con la revista. En 1969 fue silenciada por el mismo
régimen militar que había ayudado a entronizar.
Revistas como Gente y Atlántida presentaban el psicoanáli-
sis como un objeto de consumo de ricos y famosos. En 1966, Primera Plana tomó el modelo de las revistas norteamerica-
Gente diseñó una serie de ocho preguntas para hacerle a un gru- nas y europeas que cubrían los asuntos culturales y políticos.89
po de famosos, la segunda de las cuales era si ellos necesitaban El staff estaba conformado por periodistas talentosos que escri-
psicoanálisis. A Hugo Guerrero Martinheitz le preguntaron si bían sobre acontecimientos y tendencias nacionales e interna-
creía en Dios y si creía en el psicoanálisis (en ese orden). Guerre- cionales. Primera Plana se convirtió no sólo en una fuente esen-
ro respondió con rapidez que creía en ambos. El lenguaje psi- cial de información para algunos sectores influyentes de la so-
coanalítico se convirtió en un código social. Las entrevistas con ciedad sino que funcionaba también como un referente clave
las estrellas de cine incluían discusiones acerca de sus respecti- para los asuntos literarios, culturales y artísticos. Fue la primera
vas neurosis y sobre la necesidad de una terapia. Si la actriz no revista en la Argentina que introdujo las listas de best-sellers.
usaba la terminología psicoanalítica, el periodista traducía sus Promovió el boom de la literatura latinoamericana de los '60, en
palabras a la jerga "psi". Mientras una joven actriz relataba sus especial el de la literatura argentina, y fue uno de los pocos
creencias religiosas, el entrevistador concluía que "toda su neu- espacios (si no el único) donde se valoraban y discutían con
rosis es un conflicto entre la conciencia y el inconsciente". seriedad las expresiones de vanguardia artísticas.
Cuando la misma actriz se refirió a su nerviosismo, el entrevis- A diferencia de Gente y Para Ti, Primera Plana se dirigía a un
tador estaba listo para dar su explicación: lo que ella llamaba grupo de lectores limitado en su composición numérica pero
"nervios" era de hecho su neurosis.86 que mostraba capacidad de influencia en la economía, la cultura
El psicoanálisis se convirtió en un componente central de la y la política. Un aviso publicado en 1966 afirmaba explícitamen-
cultura popular durante el transcurso de la década. Dos pelícu- te: "Hay medios cuyo objetivo es alcanzar a un selecto núcleo de
las de Héctor Olivera y Fernando Ayala, Sexoanálisis y Los lectores, y que por lo tanto no están interesados en mostrar
sexoanalizados, se burlaban de las obsesiones provocadas por el cuánto venden sino a quién venden."90 Su precio era entre un
análisis de la sexualidad. En los primeros años de la década del 60% y un 80% más alto que el de Gente. El lector al que se dirigía
'70, la pregunta principal era: "¿Por qué tanta gente va al Primera Plana era el nuevo "ejecutivo," un miembro de la nueva

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clase media que había surgido y se había desarrollado como la propia revista promovía. El claro éxito de las publicaciones
consecuencia de la modernización industrial de finales de los sobre psicoanálisis y la saludable situación financiera de los
años '50 y principios de los '60. Eran progresistas en el terreno psicoanalistas indicaban, de acuerdo con el artículo, hasta qué
cultural pero no necesariamente en el campo político. La revista punto la neurosis se había propagado; sin embargo, los argen-
también se dirigía a la clase media intelectual, cuyos miembros tinos no la veían como una enfermedad mental. El reconoci-
compartían con los ejecutivos el interés por los desarrollos cul- miento de la neurosis y la búsqueda de ayuda a un psicoanalis-
turales europeos y norteamericanos. La introducción del psicoa- ta entonces, lejos de evidenciar un problema mental, podían de
nálisis en Primera Plana desde su primer número fue un meca- hecho ser interpretados como un signo de salud. El psicoanáli-
nismo consciente dirigido a la promoción de la modernización sis era también un producto de consumo cultural. De acuerdo
cultural. con Primera Plana, mucha gente empezaba su tratamiento psi-
Primera Plana hacía un uso generoso de la terminología y coanalítico estimulada por miembros de su familia o amigos
los conceptos tomados del psicoanálisis y la sociología. Una que estaban ya en análisis y con quienes podrían ahora com-
reseña de la película The Manchurian Candidate era titulada partir el lenguaje.
"Consecuencias del complejo de Edipo". Palabras como "com- Primera Plana fue esencialmente una revista política y un
plejo de Edipo" y "transferencia" se utilizaban sin explicación buen ejemplo de psicologización de la política, en particular en
dando por supuesto que sus lectores entendían su significado: su tratamiento de la bête noire de la política argentina, el pero-
"La técnica analítica, como es bien sabido, genera en el pacien- nismo. Según la revista, uno de los factores que contribuían a la
te una transferencia con el analista, y como consecuencia, hay epidemia de neurosis era la situación política, que paradójica-
una contratransferencia en el analista".91 Los editores asumían mente era interpretada como un resultado de la neurosis que se
también que los analistas renombrados eran conocidos por sus suponía debía explicar. Este modo particular de pensar las rela-
lectores. Enrique Pichón Rivière, quien escribió una columna ciones dialécticas entre la política y la necesidad de terapia psi-
regularmente entre 1966 y 1967, no necesitaba presentación coanalítica era compartido por muchos de los expertos consulta-
debido a que "su carrera como analista e investigador es bien dos por Primera Plana. Un médico urgía a su paciente mujer para
conocida". que consultara a un psicoanalista debido a que "todos viven con
El primer número de Primera Plana incluía un artículo ansiedad" como consecuencia de los conflictos políticos no re-
titulado "¿Somos todos neuróticos?" en el que opinaban una sueltos.
variedad de expertos. 92 Esta nota es claramente representati- Arnaldo Rascovsky ofrecía la siguiente interpretación de la
va del estilo general de la revista. El psicoanálisis es una situación: una ola de depresión caía sobre el país debido a que los
moda pero también una necesidad. Además podemos inferir conflictos políticos seguían en aumento. Los gobernantes repre-
que el psicoanálisis es hasta "glamouroso", a partir de una de sentaban a los padres. Las sociedades, como los individuos, te-
las fotografías que ilustran el texto. En ella se ve a Arnaldo nían un ello, un superyó y un yo. El peronismo funcionaba como
Rascovsky y a su esposa. La fotografía había sido tomada en un superyó social. Cuando Perón fue derrocado nadie asumió
una fiesta: él aparecía orgulloso vestido de gala y ella res- este lugar y, por lo tanto, la estructura social se hundió en la
plandecía entre joyas relucientes con una copa de champagne anarquía. Rascovsky mencionaba como evidencias de esta situa-
en la mano. No estaban posando, la cámara parecía haberlos ción anárquica la proliferación de cheques sin fondos, las cuentas
sorprendido por azar en ese acontecimiento social. El gusto impagas y un desplazamiento general de valores. Algunos años
por las fiestas parecía ser algo natural para los psicoanalistas más tarde Pichón Rivière también estableció una conexión entre
famosos. El encabezamiento decía con obvia ironía: "Arnaldo neurosis y política. Durante una inundación en la provincia de
Rascovsky ve a la Argentina hundida en una inmensa depre- Entre Ríos los síntomas neuróticos desarrollados por algunas de
sión", depresión que a juzgar por la fotografía no parecía las víctimas podían ser leídos políticamente. Una de las víctimas,
afectar a Rascovsky. por ejemplo, asumió el rol de líder organizando los esfuerzos de
Según el artículo, la neurosis era "la enfermedad del mo- socorro. Desde la perspectiva de Pichón Rivière, esta forma parti-
mento", el precio que debía pagarse por la modernización que cular de neurosis tenía connotaciones políticas debido a los ru-

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mores de golpe de Estado y el organizador autoelegido asumía hacia temáticas como la sexualidad, la familia y la enfermedad
inconscientemente el rol de sus líderes.93 mental. Sin embargo, para sorpresa del staff de la revista, el hecho
El psicoanálisis (o al menos una versión del mismo) era un de que sus lectores fueran receptivos al mensaje de la modernidad
instrumento adecuado para explicar casi todos los aspectos de no les impedía seguir adheridos a los valores tradicionales. Los
la vida social, tal como lo demostraba Pichón Rivière en su resultados de las encuestas de opinión eran sorprendentemente
columna semanal En ella se discutían temas tan diversos como consistentes. Las encuestas mostraban que no sólo la gente se sen-
la moda, el fútbol, las vacaciones y la censura, interpretándo- tía más cómoda con un "gobierno fuerte", bajo la influencia de un
los desde una mirada de inspiración psicoanalítica. El sociólo- líder carismàtico, sino que sus actitudes hacia la sexualidad y las
go José Miguens recurría a conceptos psicoanalíticos para ex- relaciones de género estaban lejos de ser modernas.
plicar por qué el sector "azul" del ejército (la facción a la que él
asesoraba) utilizaba, a diferencia del "rojo", la verdad como un
arma psicológica. Florencio Escardó, quien escribía regular- El boom del psicoanálisis fue la consecuencia de una varie-
mente una columna durante los primeros años de la revista, dad de factores. Del lado de la demanda fue la respuesta a los
esgrimía sus ideas sobre la medicina psicosomàtica y señalaba rápidos cambios sociales, culturales y políticos analizados en el
la importancia de la psicoterapia. Más aún, Escardó planteaba capítulo 3. Amplios sectores de la sociedad argentina sentían la
la necesidad de contar con algún tipo de terapia de base psi- necesidad de nuevas herramientas interpretativas para compren-
coanalítica para atender a los pacientes de bajos ingresos que der la crisis que estaban viviendo. Pero ¿por qué pasó el psicoa-
concurrían al hospital.94 nálisis a ocupar un lugar tan importante en el discurso público?
Primera Plana educaba a su público acerca de las diferencias Hacia el final de la década del '50 estaba disponible en el mercado
entre las escuelas psicoanalíticas y les contaba los detalles de la de ideas. Una asociación psicoanalítica activa y visible y otras
carrera psicoanalítica. La revista se ocupaba de aclarar si el ex- instituciones de salud mental influidas por el psicoanálisis colo-
perto consultado era un psicólogo, un psiquiatra que practicaba caron la nueva doctrina ante los ojos del público. Del mismo
psicoanálisis o un psicoanalista "verdadero" que pertenecía a la modo que otros sistemas de ideas, el psicoanálisis requiere de
APA. La mayor parte de los integrantes de la APA a los que se divulgadores activos para llegar a amplios sectores de la socie-
consultaba eran analistas didactas. Eva Giberti, quien era regu- dad. Tal como hemos visto, contaba con muchos de ellos, quienes
larmente consultada por muchas revistas populares, estaba lla- promovían una modalidad original de pensamiento para abordar
mativamente ausente de las páginas de Primera Plana. problemas nuevos en términos que no entraban en conflicto con
La tapa del número especial de la revista del 20 de agosto los valores culturales establecidos. El logro de los divulgadores
de 1968 mostraba una caricatura de Freud acompañada por el entonces puede ser explicado por la combinación exitosa que rea-
encabezado: "El psicoanálisis no existe". La nota de tapa discu- lizaron entre lo tradicional y lo moderno en una sociedad que
tía la naturaleza del psicoanálisis, las críticas de los epistemólo- estaba (y todavía está) tensionada entre estas dos culturas.
gos y proponía una clasificación de las escuelas terapéuticas que
iba desde el psicoanálisis ortodoxo hasta la reflexología
pavloviana. El artículo también incluía la respuesta de quince
terapeutas de diversas orientaciones (todos ellos sin embargo de NOTAS
formación psicoanalítica) a un conjunto de preguntas estandari-
zadas que trataban desde cuál era la respuesta más adecuada 1 Ver Langer, Marie, Enrique Guinsberg y Jaime del Palacio, Memoria,

para darle a un paciente que quería tener relaciones sexuales historia y diálogo psicoanalítico, México, Folio, 1981, esp. páginas 79-81.
2 Ver Langer, Marie, From Vienna to Managua: Journey of a Psychoanalyst,
con su analista, hasta los honorarios que cobraba. El uso del London, Free Association Books, 1989.
lenguaje técnico que hace la revista nos permite inferir los pre- 3 Ver v.g., su discusión sobre feminismo en Langer, Marie, Maternidad y
supuestos tácitos de ella acerca del alto grado de conocimiento sexo: estudio psicoanalítico y psicosomático, Buenos Aires, Nova, 1951, cap. 1.
psicoanalítico de sus lectores. 4 Los dos párrafos que sigue se basan en dos artículos de Vezzetti: "Marie

Primera Plana presuponía un público con actitudes modernas Langer: de la maternidad y de los mitos sobre Eva Perón", presentado en el

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24 Vezzetti, Hugo, Aventuras de Freud en los país de los argentinos: de José
Congreso Internacional de LASA, 28 de septiembre de 1995, y "Marie Langer: la
maternidad y la revolución", en Tres al Cuarto, 3, primavera 1994, páginas 38-41. Ingenieros a Enrique Pichón Rivière, Buenos Aires, Paidós, 1996, página 265.
25 Ver su Teoría del vínculo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1985, basado en
5 Langer, Maternidad y sexo, introducción.
6 Ibíd 48-49, 25-26, 232, 131. En la primera edición, Langer todavía de- las notas de sus clases sobre técnica de la sesión terapéutica dadas en la APA
jaba abierta la posibilidad de satisfacción a través de la sublimación de las en 1956 y 1957.
26 Cerejido, Marcelino, La nuca de Houssay: la ciencia argentina entre
funciones reproductivas.
7 Ibíd, página 130. Billiken y el exilio, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1990.
27 Entrevista con Isidoro Vegh, Buenos Aires, 19 de noviembre de 1996.
8 Ver Langer et al., Memoria, página 2.
9 Ver v.g., "Proceso a la pildora anticonceptiva", en Gente, 19 de enero 28 En el prólogo. Pichón señala explícitamente que el desarrollo de su

de 1967, página 12. "teoría del vínculo" y su giro hacia la psicología social requerían una ruptura
10 Langer, Marie, "La mujer, sus limitaciones y potencialidades", en con el psicoanálisis tradicional.
29 Entrevista con Ignacio Maldonado, Ciudad de México, 15 de abril de
Cuestionamos: 1971 Plataforma-Documento, ruptura con la APA, Buenos Aires,
Búsqueda, 1987, página 200. El libro es una edición resumida de los dos ; 1997.
30 Ulloa, Fernando, Novela clínica psicoanalítica: historia de una práctica,
volúmenes de Cuestionamos (1971-1973), discutido en el capítulo 8.
" Ver Sigal, Silvia, y Eliseo Verón, ¡Perón o muerte! Los fundamentos Buenos Aires, Paidós, 1995, página 55.
31 Vegh, entrevista.
discursivos del fenómeno peronista, Buenos Aires, Legasa, 1986.
12 Ver Revista Latinoamericana de Psiquiatría I, número 4, julio de 1952, 32 Pichón Rivière, Marcelo. Introducción a Enrique Pichón Rivière, Psi-

páginas 80-83. A comienzos de los '70, luego de la radicalización de Langer, coanálisis del Conde de Lautréamont, Buenos Aires, Argonauta, 1992.
33 Su primer artículo de psicología fue acerca de Adler y Jung, no sobre
ella y Sylvia Bermann escribieron artículos juntas.
13 Langer, Marie, Fantasías eternas a la luz del psicoanálisis, Buenos Aires, Freud. Ver Pichón Rivière, "Dos problemas psicológicos", en Anales de
1966, s / d , páginas 9, 91, 92. Biotipología, Eugenesia y Medicina Social 1, número 18, 1934.
M Ibíd, página 95. 34 La mayor parte de estos artículos están compilados en Enrique Pichón

a Ibíd, página 172. Rivière, Psicoanálisis del Conde de Lautréamont.


16 Rascovsky, Arnaldo, "Esquema autobiográfico", en su La matanza de 35 Pichón Rivière, Enrique, "Grupos operativos y enfermedad única", en

los hijos y otros ensayos, Buenos Aires, Kargieman, 1975, páginas 64-65. Del psicoanálisis a la psicología social, 2 volúmenes, Buenos Aires, Galerna,
17 Rascovsky, La matanza de los hijos, página 27. s 1970-71, páginas 2: 279.
36 Pichón Rivière, Enrique, y Ricardo Horacio Etchegoyen, "La psiquia-
" Langer recuerda que en el Congreso Psicoanalítico de Viena algu-
nos periodistas se acercaron a un miembro prominente de la IPA para tría en el contexto de los estudios médicos", en Revista de la Asociación Médica
confirmar "si los psicoanalistas creían seriamente que las causas de la Argentina 71, números 11-12, noviembre-diciembre de 1957, páginas 442-46.
37 En una entrevista, el Dr. Alberto Fontana afirmó que fue él y no
guerra eran las tendencias filicidas de los generales". Ver Langer et al.;
Memoria, página 106. Pichón quien le presentó los trabajos de Lacan a Masotta. También señala que
19 Rascovsky se oponía a los jardines de infantes, argumentando que Masotta estuvo internado un tiempo en su clínica y no en la casa de Pichón,
los niños de esas edades deberían estar en casa con sus madres. Ver Carli, tal como sostenía el propio Masotta. Alberto Fontana, entrevista personal,
Sandra, "Infancia, psicoanálisis y crisis de generaciones: una exploración de Buenos Aires, 17 de marzo de 1998.
38 Cuando yo era un estudiante hacia finales de los '70, lo que había que
las nuevas formas del debate en educación (1955-1983)", en Dictaduras y
utopías en la historia reciente de la educación argentina (1955-1983), Adriana hacer si uno estaba interesado en la psicología pero no en el rigor de los
Puiggrós (comp.), Buenos Aires, Galerna, 1997, página 269. estudios serios era inscribirse en la escuelita de Pichón. La cola para inscribirse
20 Rascovsky, La matanza de los hijos, páginas 14-15. se formaba desde la noche anterior.
21 Rascovsky, Arnaldo, Conversaciones con Rascovsky, acerca de la vida, el 39 "Reportaje: Dr. Enrique Pichón Rivière", en Revista Latinoamericana de

amor, el sexo y la libertad, 3 volúmenes, Buenos Aires, Dobledía, 1987, 1:35. Salud Mental 10, noviembre de 1966, páginas 250-52.
22 Citado por Hugo Vezzetti, "La situación actual del psicoanálisis.", 40 Ver Pichón Rivière, Teoría del vínculo, página 22. En algún lugar escri-

en Langer, Cuestionamos: 1971 Plataforma-documento, 221. Sobre el discurso bió: "Nuestro esquema conceptual, referencial y operativo está constituido
oficial del régimen militar acerca de la familia, ver File, Judith, Entre el sobre todo en su aspecto genético, histórico y estructural, por las ideas de
parentesco y la política: familia y dictadura, 1976-1983, Buenos Aires, Biblos, Freud y Melanie Klein, mientras en el aspecto social nos apoyamos en K.
1997. Lewin"; Pichón Rivière, "Estructura de una escuela destinada a la formación
23 La evaluación de las teorías de Rascovsky es divergente. En 1962 de psicólogos sociales", en Del psicoanálisis, páginas 2: 318. Para las teorías de
Horacio Etchegoyen, que luego sería el primer argentino (y primer latino- Kurt Lewin sobre la psicología social, ver su Field Theory in Social Science:
americano) presidente de la IPA, señalaba: "En general, fuera del grupo del Selected Theoretical Papers, New York, Harper, 1951.
41 Pichón Rivière, "La psicología social", en Primera Plana, 3 de mayo de
doctor Rascovsky, pocos psicoanalistas creen que la teoría del psiquismo
fetal esté suficientemente fundada como para que pueda ser operante en 1966, página 49.
42 En una entrevista Carlos María Aslán dijo: "Enrique inventaba cosas,
nuestra práctica clínica, en Gregorio Bermann, Las psicoterapias y el
psicoterapeuta, Buenos Aires, Paidós, 1964, página 233. inventaba palabras nuevas para las mismas cosas viejas... Me acuerdo de que

86 188 191
w

primera mitad del siglo, realizado por feministas argentinas, ver Lavrin,
en unas clases que él daba le pregunté: Decime, Enrique, ¿qué diferencia hay ;
Asunción, Women, Feminism, and Social Change in Argentina, Chile and Uru-
entre lo que acabás de decir y la complacencia somática que hay en las histe-
guay, 1890-1940, Lincoln, University of Nebraska Press, 1995, capítulo 2.
rias? Ninguna". Alsán, Carlos, entrevista personal, Buenos Aires, 8 de octu- 65 Una mamá que participaba de uno de los grupos de Giberti en el
bre de 1996. , , , , , Hospital de Niños le preguntó si su bebé de dos meses podía ser considerado
43 Pichón Rivière, "Prólogo" a Martelli, "Las enfermedades de las em-
neurótico. (Archivo personal de Giberti.)
presas", en Cuadernos de Mr. Crusoe: Arte-Ciencia-Ideas I, noviembre de 1966, 66 Giberti, Eva, entrevista personal, Buenos Aires, 6 de noviembre de
páginas 24-26. 1996.
44 En las jornadas y los encuentros psiquiátricos realizados durante la 67 Ver, por ej., la reseña del libro de Giberti "Argentinos y el amor", en
década del '60, los psiquiatras de las escuelas más disímiles sostenían a f Revista de Psicología 8, número 2, junio de 1971.
Pichón Rivière como su maestro. Ver, v.g., Gregorio Bermann, Las v 68 Giberti, entrevista.
psicoterapias y el psicoterapeuta, Buenos Aires, Paidós, 1964. -, 49 Para Ti, 8 de marzo de 1960.
45 Para una descripción de la Operación Rosario, ver Pichón Rivière y 70 'Tribuna de la Juventud", en Nuestros Hijos, marzo de 1960, página 58.
colab., "Técnica de los grupos operativos", en Acta Neuropsiquidtrica Argentina » 71 Ver Carli, "Infancia, psicoanálisis y crisis", páginas 221-87.

6,1960.
46 Ulloa, Novela clínica, página 64. Z
í
71 En abril de 1962, Claudia consultó a un psicoanalista —"no a un juez,

47 Pichón Rivière, "Destino y computadora", en Primera Plana, 22 de * a un psicoanalista"— acerca de la bigamia.


73 Para Ti, 16 de junio de 1964.
noviembre de 1966, página 65. 74 Sobre el discurso de la Iglesia Católica acerca de las mujeres, ver
44 Pichón Rivière, "Mirada, cuerpo y motivaciones", en Primera Plana, 7 r Wainennan, Catalina, La mujer y el trabajo en la Argentina desde la perspectiva de
de junio de 1966, página 53. Ver también, "Afiliación y pertenencia", ibíd., 18 ? la Iglesia Católica, Buenos Aires, CENEP, 1980. Sobre manuales escolares, ver
de octubre de 1966, página 49. í Wainennan, Catalina, y Rebeca Barck de Raijman, Sexismo en los libros de
49 Pichón Rivière, "La psicología social", ibíd., 3 de mayo de 1966, pági- „ lectura de la escuela primaria, Buenos Aires, IDES, 1987.
na 49, y "Censor y censurado", ibíd., 6 de noviembre de 1966, página 49. J 75 Para Ti, 22 de abril de 1950.
50 Pichón Rivière, "La elección de pareja", ibíd., 25 de octubre de 1966, > 76 Para Ti, 22 de abril de 1950.

página 53. J| 77 Para Ti, 22 de abril de 1950.


51 Para Ti, 24 dé agosto de 1954. Üí * Ibíd., 12 de enero de 1960.
a En 1968 Giberti participó en otro programa de TV, Tribunal de Apela- 'I: 79 Ibíd., 28 de abril y 9 de junio de 1964.

ríón, junto con su esposo y un abogado, donde casos reales de conflictos 80 Mafud, Julio, La revolución sexual argentina, Buenos Aires, Americalee,

familiares se presentaban a la audiencia, se discutían y analizaban. 1966, página 12.


» Giberti y Escardó hicieron uso desde el comienzo de técnicas moder- > 81 Ver v.g., "Proceso a la pildora anticonceptiva", en Gente, 12 de enero

ñas para difundir su mensaje. En 1963 sacaron un disco de vinilo. Ejercíaos de 1967. El grupo de personas entrevistadas para la nota incluía a una actriz
para el bebé, que se vendía en los puestos de revistas. Los ejercicios servían £ soltera, un ginecólogo, una actriz casada, un ama de casa "con siete hijos, un
para ayudar al bebé a "formar su propio esquema corporal en el contexto del cura jesuítico y un psicoanalista. Para una mirada positiva sobre la pildora
contacto con la madre". Agradezco a Eva Giberti haberme permitido acceder que enfatiza las posibilidades para disfrutar del sexo que ésta permite, ver
a su archivo personal. 9 "La verdad sobre la pildora", en Para Ti, 22 de junio de 1970.
54 Según Giberti, se hicieron 30 ediciones del libro, cada una de 5.000 3Í a Gente, 11 de agosto de 1966, páginas 36-38.

copias, más una edición no autorizada. Ver Eva Giberti, "Psicoanálisis y di- X 83 Moscovici, Serge, La psychanalyse, son image et son public: étude sur la

vulgación. La experiencia de Escuela para Padres", en Todo es Historia N" 280, représentation sociale déla psychanalyse, París, Presses Universitaires de France
1990, páginas 64-72. 1961.
84 Gente, 29 de febrero de 1968.
* Giberti, Eva, Escuela para padres, 3 volúmenes, Buenos Aires, Losada,
85 En los '60 los psicoanalistas argentinos cobraban igualmente sus ho-
1961, página 192. j?
56 Para Ti, 16 de octubre de 1967. 1 norarios aunque los pacientes no concurrieran a los turnos que estaban pre-
* Giberti, Escuela para padres, 1:15,18. i jp viamente acordados. De este modo, los analistas forzaban a sus pacientes a
58 Ibíd., página 23. í. agendar sus vacaciones para hacerlas coincidir con las de ellos ya que si
59 En otro lugar les exige a los padres respetar la "labor jerárquica del < decidían tomar sus vacaciones en otro momento deberían abonar las sesiones
perdidas.
médico" y no poner obstáculos en su camino, ibíd., 2:294. -j».
88 Gente, 6 de octubre de 1966; 9 de abril 1967; 24 de septiembre de 1970.
60 Ibíd, páginas 240-41. f
87 "Una pregunta pocas veces respondida: ¿por qué se sicoanalizan los
a Ibíd., página 70. *
62 Citado en Nathan Hale, Rise and Crisis of Psychoahalysis in the United ~ jóvenes?", en Gente, 27 de julio de 1972, páginas 68-70.
88 Sobre Primera Plana ver Alvarado, Maité, y Renata Rocco-Cuzzi, "Prime-
States: Freud and the Americans, 1917-1985, New York, Oxford University >
Press, 1995, página 286. ^ ra Plana: el nuevo discurso periodístico de la década del '60", en Punto de Vista,
63 Giberti, Escuela para padres, I: 186, 2: 64. diciembre de 1984, páginas 27-30; Terán, Oscar, Nuestros años sesenta, Buenos
44 Para una discusión de los debates sobre el trabajo femenino en la

190 86 191
Aires, Puntosur, 1991, páginas 80-84, y Mazzei, Daniel Horacio, "Primera Plana,
modernización y golpismo en los sesenta", en Asociación Argentina de Edito-
res de Revistas, Historia de revistas argentinas, Buenos Aires, s / d .
89 En los '60, otras revistas similares pero menos influyentes fueron Con-

firmado y Panorama. Ambas estaban también llenas de lenguaje psicoanalítico.


90 Citado en Mazzei, "Primera Plana", página 25.
91 Primera Plana, I o de enero y 13 de febrero de 1963.
CAPÍTULO 5
" Ibíd., 20 de noviembre de 1962, páginas 45-49.
93 Pichón Riviére, Enrique, "Inundados: las reacciones psicológicas ante

el desastre", en Primera Plana, 29 de marzo de 1966. EL ENCUENTRO ENTRE EL PSICOANÁLISIS Y LA PSIQUIATRÍA


94 Primera Plana, 9 de abril y 18 de febrero de 1963.

Los psicoanalistas argentinos construyeron su identidad


profesional en oposición a la psiquiatría clásica somática. No
obstante, la convergencia gradual producida a lo largo de la
década del 60 entre psicoanalistas que orientaron sus intereses
hacia problemáticas sociales y psiquiatras que cuestionaban la
psiquiatría tradicional centrada en el manicomio ayudó clara-
mente a la difusión del psicoanálisis.1 En la medida en que el
acercamiento entre las dos disciplinas se producía, cada una
tuvo que redefinir su dominio, sus objetivos y sus prácticas.
De manera similar a como había ocurrido con la psicoterapia
de grupo, la introducción del psicoanálisis en los servicios psi-
quiátricos de los hospitales públicos amplió de manera notable el
grupo de potenciales consumidores de terapias de orientación
psicoanalítica. Estas terapias se volvieron repentinamente accesi-
bles para mucha gente que de otra manera no hubiera podido
acercarse a ellas. Esta situación promovió además la difusión de
una manera psicoanalítica de pensar tanto entre los médicos
como entre el público general. Los psiquiatras progresistas que
deseaban modernizar el sistema de asistencia psiquiátrica absor-
bían el psicoanálisis porque éste gozaba de una amplia acepta-
ción social y era considerado una técnica moderna, no represiva y
avalada por una sólida fundamentación científica.
Algunos psiquiatras habían demostrado interés por el psi-
coanálisis desde la década del '20, tal como fue discutido en el
capítulo 1. Si bien muchos de ellos eran miembros destacados en
su profesión, no habían sido capaces de imponer el psicoanálisis
dentro de la comente dominante de la psiquiatría de su época.
Estos psiquiatras no contaban con una formación analítica formal
y no pertenecían a una institución analítica oficial. Por lo tanto,
no eran percibidos como verdaderos representantes del freudis-
mo dentro de la comunidad psiquiátrica. Debido a esta situación
anómala, muchos de ellos abandonaron el psicoanálisis, algunos

86 192 191
por razones ideológicas y otros simplemente porque lo encontra- I La consolidación de la psiquiatría como un campo autónomo
ron incompatible con su trabajo en el asilo. Mientras que los psi- ¡ y la politización de la salud mental
quiatras norteamericanos absorbieron gradualmente el psicoaná-
lisis luego de la temprana fundación de la primera asociación i La psiquiatría vivió cambios importantes en los años '40 y
psicoanalítica en 1911, en la Argentina, los dos campos se desa- '50. En tanto especialidad médica, adquirió una autonomía cre-
rrollaron como disciplinas separadas, orientadas a diferentes pú- ciente (en particular con respecto a la neurología) y un status
blicos y manteniéndose relativamente independientes una de la % científico más claro. Hasta la década del '30, la psiquiatría ha-
otra, más allá de los esfuerzos tempranos de algunos miembros bía sido considerada una hija bastarda de la medicina. Era una
de la APA por asegurar un lugar para el psicoanálisis entre los disciplina básicamente empírica en la que predominaban una
círculos médicos y psiquiátricos. mezcla de teorías y una terapéutica de alcances m u y
limitados.2 En un sistema centrado en el asilo, los psiquiatras
Sin embargo, hacia fines de la década del '50, ambos domi-
eran vistos más como administradores y diletantes que como
nios, psiquiatría y psicoanálisis, comenzaron a acercarse cuan-
científicos verdaderos. En los años '30 y '40, la introducción de
do se modernizaron los servicios de salud en nuestro país, al i
nuevas técnicas somáticas —en especial las terapias convulsi-
tiempo que el contexto político y cultural se transformaba lue- ?
vas, quirúrgicas y medicamentosas— comenzó a ofrecer a los
go de la caída de Perón. Cuando finalmente los hospitales ge-" pacientes algo más que una esperanza por primera vez desde
nerales empezaron a ofrecer servicios psiquiátricos orientados que en 1917 Julius Wagner-Jauregg descubrió un método efi-
psícoanalíticamente, éstos ayudaron a cambiar el modo de ciente para la cura de la parálisis general. Si bien nadie podía
pensar de la gente acerca de las enfermedades mentales y tam- decir por qué el shock insulínico y el electroshock resultaban
bién a elevar la legitimidad científica del psicoanálisis ante los efectivos (y esto sucedía sólo a veces), el hecho fue que con
ojos del público. ellos la psiquiatría finalmente encontraba métodos que pare-
En el transcurso de los años '50 surgieron nuevos abordajes* cían servir para tratar al menos ciertas patologías.3 Las nuevas
teóricos dentro del campo psiquiátrico. La "nueva psiquiatría" terapias fueron discutidas y aplicadas con sorprendente rapi-
promovida por sectores renovadores dentro de la profesión dez en la Argentina. Con los nuevos métodos la psiquiatría
comenzó a cuestionar el sistema tradicional de asistencia basa- podía reclamar finalmente un status científico para sí misma.
do en el asilo como modelo de tratamiento psiquiátrico, y a pro- Estos cambios aceleraron la caída del paradigma de la degene-
mover otro concepto de la disciplina. Ahora el psicoanálisis ración que había colocado el acento en la herencia.4 En la era
podía ser considerado como una técnica válida, al menos por los de la posguerra, el desarrollo de las drogas psicotrópicas y la
miembros más progresistas de la comunidad psiquiátrica. creciente aceptación del psicoanálisis y de otros métodos psi-
Aquellos sectores más conservadores del establishment psiquiá- coterapéuticos, en especial en los Estados Unidos, renovaron
trico que permanecieron vinculados al hospicio continuaron completamente el campo del tratamiento de la enfermedad
siendo por lo general impermeables a las innovaciones teóricas. mental.5
Al mismo tiempo, la comunidad psicoanalítica se transformaba.
Un grupo de analistas con mayor conciencia social emergía en la La difusión de las nuevas técnicas terapéuticas encendió la
periferia de la APA, reunido alrededor de Enrique Pichón chispa de un debate teórico. Por primera vez se podía avanzar
Rivière, José Bleger, Fernando Ulloa, David Liberman y otros más allá de la mera discusión de criterios para la clasificación de
discípulos de Pichón, que consideraban que la práctica del psi- los desórdenes mentales. En 1942, cuando finalmente se creó en
coanálisis no debía quedar confinada al consultorio privado del la Universidad de Buenos Aires el primer programa para gra-
psicoanalista; ellos querían entrar en contacto con un público duados en psiquiatría, los psiquiatras argentinos recibieron por
más amplio. El trabajo de Pichón Rivière y de otros analistas con primera vez en su historia profesional una formación específica
pacientes psicóticos allanaba el camino para una reconciliación en la disciplina.
entre psicoanálisis y psiquiatría. Durante el transcurso de la década del '50 el psicoanálisis
fue ingresando de a poco en algunas áreas del universo psiquiá-
trico, incluso en revistas dedicadas a temas que parecían aleja-

86 194 191
¥
dos de él. Muchos de los psiquiatras más prestigiosos, algunos psicoterapia se relacionó también con el énfasis renovado en la
de ellos miembros de la Liga de Higiene Mental, colaboraban prevención y luego en el tratamiento de las neurosis. La psicote-
con la revista Neuropsiquiatría, editada por el Ministerio de Sa- rapia era considerada el método más adecuado para tratar a los
lud Pública. Neuropsiquiatría se publicó entre 1948 y 1953; a dife- pacientes neuróticos ambulatorios.
rencia de otras revistas del régimen peronista, se trataba de un • La introducción del psicoanálisis en las áreas más renovadas
empredimiento serio en el terreno científico y no sujeto a una del sistema público de asistencia psiquiátrica fue en parte una
agenda política obvia. Si bien su título indica con claridad el consecuencia de las reformas llevadas a cabo por el Estado en la
tipo de abordaje que se proponía, la presencia de Eduardo Krapf era posperonista. Más allá de las buenas intenciones de institu-
entre sus colaboradores facilitó el ingreso de conceptos psicoa- ciones como la Liga Argentina de Higiene Mental, las condicio-
nalíticos en la reseña de libros y en algunos artículos.6 * ,? nes en los hospitales públicos psiquiátricos no mejoraron signifi-
La volatilidad del entorno cultural y político de los años 1 cativamente, pese a que la cantidad de psiquiatras iba en aumen-
'50 y '60 impactó directamente sobre el campo psiquiátrico a to. En 1970, la Argentina contaba de lejos con la mayor cantidad
pesar de la autonomía creciente que éste iba adquiriendo. I' de psiquiatras de América latina, seguida a la distancia por Brasil
Muchos abordajes nuevos estaban relacionados con ideolo- y México.10 Sin embargo, los hospitales públicos psiquiátricos se-
gías políticas. Los psiquiatras comunistas, por ejemplo, pro- guían estando superpoblados. El Hospital Neuropsiquiátrico
movían la reflexología pavloviana. La reflexología estaba - Nacional de Mujeres (antes llamado Hospital Nacional de
destinada a ofrecer una alternativa institucional y social im- , Alienadas y luego Hospital Braulio Moyano) tenía 223 pacientes
portante al psicoanálisis antes de los primeros años de la dé- -- cada 100 camas en 1955 y 187 en 1956. Sólo durante el año 1957,
cada del '60. Reflexólogos prestigiosos, como Jorge Thénon, 1 este número de pacientes cada 100 camas descendió a 87. El Hos-
Julio Luis Peluffo, Antonio Caparros y Jorge Itzigsohn, ejer- i pital Neuropsiquiátrico Nacional de Hombres (el viejo Hospicio
cieron la docencia en la carrera de psicología y, en ocasiones, J de las Mercedes, luego rebautizado Hospital José T. Borda) tenía
dieron conferencias en las carreras de medicina. Desde fina- | 173 pacientes cada 100 camas en 1957. La tasa de mortalidad de
les de los años '50 se produjeron acercamientos entre ellos y los hospitales psiquiátricos alcanzaba en algunos casos propor-
los profesionales de izquierda de la comunidad psicoanalíti- f ciones escalofriantes. La causa más importante de deshospitaliza-
ca, tal como luego veremos. 7 -t ción en la Colonia Cerdá para niños retardados en 1957 (58,6% del
fe total) era la muerte.11 En general, las condiciones eran deplora-
EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE SALUD MENTAL ¡¿ bles; los hospitales mentales eran percibidos más como depósitos
de locos que como instituciones terapéuticas.12
La aceptación de las técnicas psicoterapéuticas nuevas en- "f En los años que siguieron a la caída de Perón, psiquiatras
tre los psiquiatras argentinos menos conservadores puede ser * destacados publicaron numerosos artículos por los cuales criti-
explicada por la combinación de una variedad de factores. Pro- "f caban las condiciones de los servicios psiquiátricos y proponían
bablemente, lá influencia creciente de la psiquiatría americana e ^ mejoras. Todos acordaban en que la situación debía ser modifi-
inglesa entre los profesionales argentinos luego de la Segunda cada y había un grado relativamente alto de consenso acerca de
Guerra Mundial fue uno de los más importantes. Otro factor fue • cuáles eran los cambios concretos que deberían implementarse.
el desarrollo de las drogas psicotrópicas.8 Según el psiquiatra La propuesta de reformas incluía el mejoramiento de la capaci-
Guillermo Vidal, la aceptación del psicoanálisis por parte de los tación y la remuneración de enfermeros y personal de apoyo, el
psiquiatras estuvo estrechamente ligada a la difusión de los establecimiento de servicios externos de psiquiatría en hospita-
psicofármacos porque ambos abordaban el mismo fenómeno les generales; el uso de nuevas técnicas terapéuticas (las técnicas
desde ángulos diferentes. Mientras el psicoanálisis aportaba la elegidas dependían de la orientación teórica del médico) y sobre
idea de que los pacientes debían ser escuchados, la medicación todo un incremento del presupuesto nacional para los servicios
generaba las condiciones necesarias para que el paciente pudiera de salud mental.13
ser oído. Las dos técnicas eran complementarias en el proceso s Más receptivo a estas sugerencias que sus predecesores, el
de "personalización" del paciente mental.9 La aceptación de la J gobierno que siguió al régimen peronista creó el Insituto Nacio-

86 196 191
nal de Salud Mental (INSM) en 1957. El INSM era una entidad condición positiva producto de una variedad de factores socia-
gubernamental independiente que centralizaba los servicios pú- les, económicos y ambientales, y así era reconocida explícita-
blicos de psiquiatría y de prevención. Hay que entender su crea- mente por la ley que creó el INSM en 1957.16
ción en el contexto de las políticas desarrollistas de los gobiernos La composición original del cuerpo de directores del INSM
que sucedieron a Perón.14 Los objetivos del INSM —cuyo nombre, refleja el carácter interdisciplinario que se quería dar a la salud
debemos notar, alude a la salud mental y ya no a la higiene men- mental: cuatro psiquiatras (dos de los cuales eran especialistas
tal— eran: a) prevenir los desórdenes neuropsiquiátricos; b) pro- en psiquiatría infantil), dos neurólogos, un educador, un soció-
mover la investigación científica; c) brindar amplia asistencia a logo, un abogado y un economista. La creación del INSM pudo
los pacientes neuropsiquiátricos; d) contribuir a la rehabilitación haber significado un cambio de rumbo en el sistema de asisten-
social de los enfermos mentales; e) proveer asesoramiento técni- cia psiquiátrica. Lamentablemente, este impulso renovador
co; y f) coordinar las actividades de las organizaciones naciona- * tuvo corta vida. Esto se debió en parte a la eterna falta de fondos
les, provinciales y municipales y otorgar soporte técnico y finan- f y también a la inestabilidad política que el país sufrió en el
ciero. El psicoanálisis jugó un rol central en la renovación de la j| transcurso de los años '60. El INSM perdió rápidamente rele-
psiquiatría porque era percibido como un componente esencial % vancia. Paradójicamente fue revivido por el gobierno militar de
de la modernidad y porque estaba hundiendo sus raíces profun- Onganía como parte de otro intento autoritario de modernizar
damente en la cultura argentina. Pichón Riviére fue sólo uno de || el país. No obstante, el movimiento de salud mental tuvo impor-
los varios psicoanalistas convocados por el INSM. tantes efectos a largo plazo. Generó las condiciones para una
El INSM fue una de las respuestas a una nueva concepción 1 introducción más amplia de los abordajes psicoanalíticos. Un
de salud mental entendida ésta como escuela de pensamiento. grupo activo de analistas, que estaban listos para cuestionar las
La salud mental era promovida por la Organización Mundial de -1v prácticas ortodoxas centradas en el diván, facilitó la tarea.
Salud y se inspiraba en las nuevas ideas sobre cuidado psiquiá- '#
trico desarrolladas en Europa (en especial en Gran Bretaña) y en & NUEVOS FOROS DE DEBATE: REVISTA LATINOAMERICANA
los Estados Unidos luego de la Segunda Guerra Mundial. Mien- DE PSIQUIATRÍA Y ACTA NEUROPSIQUIÁTRICA ARGENTINA
tras que los fines de la higiene mental habían sido el mejora- «g
miento de las condiciones del tratamiento de los enfermos men- ff El declive del paradigma de la degeneración y la creciente
tales y la prevención de esta clase de trastornos, los objetivos de autonomía de la psiquiatría como campo médico permitieron
la salud mental se dirigían al mejoramiento de las condiciones 1 el surgimiento de nuevos foros de discusión y debate. En 1951
de vida de la población en su conjunto destacando la positivi- Gregorio Bermann, que había promovido el psicoanálisis des-
dad del valor de la salud. La idea era trabajar no sólo con gente de la década del '20 para luego abandonarlo por Marx, fundó
que ya sufría trastornos mentales sino también (y fundamental- una nueva revista; la Revista Latinoamericana de Psiquiatría. El
mente) con la población sana. Según Gregorio Bermann, la salud || año anterior, la Revista de Psiquiatría y Criminología, la heredera
no debe entenderse sólo como la ausencia de enfermedad sino || de los legendarios Archivos de José Ingenieros y la más presti-
como un estado de equilibrio físico y mental y de bienestar so- J giosa de las revistas psiquiátricas argentinas, había dejado de
cial.15 Este concepto de salud mental implicaba una redefinición publicarse debido a la presión ejercida por el gobierno pero-
completa del campo psiquiátrico. La salud mental ya no perte- % nista. La Revista Latinoamericana desembarcó en el espacio que
necia solamente al dominio de la psiquiatría; ésta era sólo una * había dejado vacante la Revista de Psiquiatría. Su comité edito-
de las herramientas posibles para alcanzarla. La salud mental ,, rial estaba conformado por un grupo heterogéneo que incluía,
era una faceta del bienestar general y por lo tanto debía ser • entre otros, al brasileño Antonio Austregesilo, a José Bleger
considerada desde distintas perspectivas provenientes de disci- •» (que todavía no era psicoanalista), al peruano Honorio Delga-
plinas diferentes. Así como el movimiento de la higiene mental "t do (que renunciaría pronto por razones políticas), al psiquiatra
había centrado su atención en la institución psiquiátrica tradi- >& español Emilio Mira y López, a Nerio Rojas y a Jorge Thénon.
cional con el fin de mejorarla, la salud mental sólo podía cobrar 1| El programa de la revista revelaba una concepción totalmente
toda su significación fuera del asilo. La salud mental era una -M novedosa de la psiquiatría y los desórdenes mentales. Para los

86 198 191
?
editores de la Revista, los trastornos mentales eran "un proble- les entre el Partido Comunista y el régimen peronista.21 Sin em-
ma médico pero no en menor grado que un problema social y bargo, el mismo año en que desaparecía la revista de Bermann,
un problema político". 1 7 La psiquiatría podía entonces otra surgía para ocupar su lugar. Acta Neuropsiquiátrica Argenti-
arrogarse el derecho de pertenecer plenamente al campo de las na declaró desde su primer número ser una revista estrictamen-
ciencias humanas. Ni el psicoanálisis ni la psiquiatría somática te científica sin compromisos políticos ni ideológicos.22 Su fun-
podían por su cuenta responder a los problemas complejos que - dador y director, Guillermo Vidal, era un psiquiatra nacido en la
planteaban los trastornos mentales. La revista promovía una Argentina que había estudiado medicina en Paraguay y luego se
psiquiatría que debía ser al mismo tiempo humanística y social < había formado como psiquiatra en la Universidad de Buenos
y que en la búsqueda de una comprensión acabada del proceso Aires y como psicoanalista en la APA, aunque no llegó a com-
mental recabara la colaboración de otras ciencias, tales como la £ pletar su entrenamiento allí. Temprano en su carrera, Vidal ha-
psicología, la antropología cultural, la sociología e incluso el bía estado interesado en la psiquiatría de base biológica y más
arte. El foco estaba puesto en lo que Bermann llamaba tarde retornaría a ella. Se describe a sí mismo, sin embargo,
"sociopsiquiatría". 18 % como un "psicoanalista frustrado". Vidal sostiene que su pre-
Si bien el comité editorial de la revista incluía a psiquiatras 1 sentación final en la APA no fue aprobada debido al sesgo
de trayectorias políticas diversas, el grupo más influyente desde junguiano que le había dado.23 Según Vidal, el objetivo de Acta
el comienzo estaba compuesto por médicos comunistas * era instalar un espacio para la discusión de la psiquiatría cientí-
(Thénon, Bleger, Peluffo) o simpatizantes (Bermann mismo). En fica. En otras palabras, quería remover la ideología de la psi-
el tercer número de la revista apareció la carta de renuncia de „ quiatría. Vidal era amigo de Bermann; había colaborado en los
Honorio Delgado, quien consideraba que la publicación estaba J últimos números de la Revista y Bermann participó en el comité
demasiado politizada (o sea criticaba su tendencia de izquier- de asesores de Acta hasta 1968, cuando renunció por desacuer-
da). Es verdad que luego de sus dos primeros números, la Revis- s* dos políticos. El comité editorial original de Acta incluía a psi-
ta siguió de manera bastante estrecha la línea del Partido Comu- f quiatras progresistas cercanos al psicoanálisis, tales como
nista, predominantemente pavloviana y antipsicoanalítica. Más Mauricio Goldemberg quien fue, además, uno de sus cofunda-
allá de esto, la Revista se transformó en un foro importante para ' - dores, y también analistas de extracción católica tales como Raúl
la discusión de las nuevas teorías psiquiátricas por fuera del ? Usandivaras, discípulo de Celes Cárcamo. A partir del segundo
establishment conservador de la psiquiatría, fuertemente asen- ^ número, Cárcamo mismo se unió al comité editorial. A lo largo
tado en una concepción clásica de la misma. # de los años '60, un número importante de psicoanalistas forma-
La Revista promovía un tipo de intercambio que había estado J; dos en la APA ingresaron al comité editorial y por un tiempo la
ausente en las revistas psiquiátricas hasta entonces: el debate % revista tuvo una orientación predominantemente psicoanalítica.
entre representantes de líneas teóricas diferentes.19 Cuando las Desde el comienzo, la nueva revista se mostraba más abierta a
revistas psiquiátricas publicaban artículos sobre- distintos la diversidad de corrientes que su predecesora. Los pavlovianos
abordajes terapéuticos en los años '20 y '30, los bandos en pugna I discutían con los psicoanalistas, los neurólogos con los psicofarma-
no parecían preocupados por discutir unos con los otros, pero % cólogos. En concordancia con su visión de la salud mental, Acta
ahora que el campo había empezado a mostrar mayor vitalidad, publicaba además artículos de sociólogos, antropólogos y otros
Bermann abría un espacio para animar el debate. Aunque él se científicos sociales.24 En un sentido, Acta llevó adelante el progra-
había vuelto contrario al psicoanálisis desde los años '40, promo- s ma que Bermann había intentado establecer para su Revista, pero
vía, sin embargo, un uso amplio de la psicoterapia y su combina- que no había logrado desarrollar por su compromiso con la políti-
ción con shocks y tratamientos medicamentosos para los casos en ca. El psicoanálisis estaba presente en Acta de un modo en que no
que el paciente no respondiera a un solo tipo terapia.20 lo había estado en la Revista, y no sólo el psicoanálisis ortodoxo al
Pese a su fuerza inicial, la Revista Latinoamericana tuvo corta estilo de Ángel Garma. Emilio Rodrigué publicó un artículo sobre
vida y desapareció en 1954. Las razones de su fin no están claras la teoría de Bion y la terapia de grupo en el primer número.25 Luego
pero probablemente tuvieron que ver con conflictos internos y > Acta abrió sus páginas a los terapeutas que combinaban el uso de
con la conclusión de las breves relaciones relativamente cordia- <t LSD con el psicoanálisis.26

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201 191
FI

Revista y Acta promovieron una psiquiatría "científica" defi- Sin embargo, a lo largo de los años '60, la comunidad de
nida por una mayor autonomía. Nuevos métodos terapéuticos profesionales vinculados a la salud mental estaba dividida en
con bases teóricas más sólidas estaban ahora disponibles para ser varios grupos con algunas superposiciones entre ellos. La línea
discutidos. Acta, que se convertiría en la revista psiquiátrica más divisoria principal se definía entre los psiquiatras ligados al siste-
prestigiosa de América latina, jugó un papel crucial en la conso- ma asilar y aquellos que lo rechazaban, incluyendo quienes esta-
lidación de una psiquiatría de base psicoanalítica que, al mismo ban próximos al psicoanálisis. Dentro de este último grupo (al
tiempo, podía proclamar su autonomía científica. En 1962 la pu- : que llamaremos progresista) había, sin embargo, temas importan-
blicación cambió su nombre por el de Acta Psiquiátrica y Psicológi- £ tes de desacuerdo. ¿Qué lugar había que otorgarles a los factores
ca Argentina, y diez años después volvió a modificarlo por el de ' sociales en la etiología de las neurosis y de qué modo considerar
Acta Psiquiátrica y Psicológica Latinoamericana. El cambio de de- i el impacto social de la psicoterapia? Para los analistas ortodoxos,
nominación da cuenta del reconocimiento de la creciente inde- |¡,* el consultorio del psicoanalista era el único encuadre posible para
pendencia de la psiquiatría con respecto a la neurología. En 1966 & realizar un tratamiento psicoterapèutico. Otros profesionales, en
Vidal creó la Fundación Acta para La Salud Mental, que fue hasta * cambio, enfatizaban la importancia de las interacciones sociales
finales de los años '70 uno de los centros más importantes y diná- ^ en la etiología de las neurosis y por lo tanto la necesidad de rea-
micos para la investigación y la docencia en psiquiatría en el país. " lizar abordajes terapéuticos diferentes que excedían el ámbito re-
Si bien Acta profundizó su orientación psicoanalítica a tra- ^ ducido del consultorio privado.28 Aun dentro de este grupo había
vés del tiempo (más y más analistas de la APA se integraron en posiciones divergentes acerca de la naturaleza del proceso
los comités editoriales y de redacción), la revista nunca perdió " psicoterapèutico. José Bleger, por ejemplo, intentó construir un
su identidad como publicación psiquiátrica. De este modo Acta, a sistema de "psicohigiene" aplicando teorías provenientes del psi-
diferencia de la Revista de Psicoanálisis, situaba el psicoanálisis < ' coanálisis al campo institucional, grupal y a la prevención de la
dentro del campo psiquiátrico legitimando así la participación tf enfermedad mental. Según Bleger:
de los psicoanalistas en los foros psiquiátricos. Al mismo tiem- Z "[Su] trascendencia social [del psicoanálisis] no reside en la
po, los psiquiatras de otras tendencias teóricas o clínicas tam- \ cantidad de pacientes que pueden curar con este procedimiento,
bién encontraban un espacio entre sus páginas. Por lo tanto, los ^ sino que reside en el adelanto de nuestros conocimientos sobre
psicoanalistas debían compartir el escenario con ellos.27 ' el proceso del desarrollo normal y patológico y la posibilidad de
Resulta imposible saber cuál era el número real de los lecto- jjj fomentar con ellos técnicas y procedimientos de terapia breve
res de Acta, pero especialistas de todas las tendencias acuerdan ¿g (narcoanálisis, hipnoanálisis, ácido lisérgico, etc.), y por sobre
en afirmar que fue el foro psiquiátrico más prestigioso de la ¿P todo, en la creación de instrumentos para el campo de la (
Argentina y de América latina. Puede dudarse que el psicoaná- !. psicohigiene".29
lisis hubiera logrado una aceptación tan rápida de parte de los Otros, como Jpsé Itzigsohn y Jorge Thénon, rechazaron el
sectores progresistas de la comunidad psiquiátrica de no mediar $ psicoanálisis y en cambio promovían el uso de la reflexología
la influencia de la revista. pavloviana. Para ellos la conducta humana era el resultado de
reflejos condicionados, no había una "naturaleza humana"
PSIQUIATRÍA E IDEOLOGÍA A FINALES DE LOS AÑOS '60 5 universal y la psicoterapia apropiada podía crear un "hombre
€ nuevo" adecuadamente "condicionado" para aprender nuevas
formas de vida. De acuerdo con Jorge Thénon y algunos de sus
Revistas tales como Acta y las múltiples conferencias y con- |
gresos sobre psiquiatría que se llevaron a cabo a lo largo de la £ colegas, la psicoterapia era esencialmente un proceso de ense-
primera mitad de la década del '60 fueron expresiones de la J, ñanza-aprendizaje a través del cual el terapeuta debía tratar
creciente vitalidad y autonomía del campo psiquiátrico. Los ^ racionalmente de destruir todo lo que fuera negativo en el pa-
psiquiatras lograron establecer mecanismos relátivamente inde- & ciente y "corregir errores".30 Para este propósito, la posición
pendientes de reconocimiento profesional y de debate científico ^ ideológica del terapeuta debía estar claramente establecida
que funcionaron según reglas establecidas en el interior de la 3 desde el principio del proceso. De cualquier manera, ideas
profesión. jn provenientes de cada una de las escuelas psicoterapéuticas lo-
191
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w

graron influir en las otras mucho más de lo que cualquiera de psiquiatras se había desplazado de los abordajes terapéuticos y
sus adherentes estaba dispuesto a admitir. Algunos reflexólo- las teorías a dos problemas interrelacionados: a) la política, en
gos pavlovianos se acercaron a la técnica freudiana. Los re- tiempos en que algunos psiquiatras eran perseguidos por el
flexólogos daban clase en la carrera de psicología y eran invi- gobierno militar, y b) el rol social de los psiquiatras. Esto expli-
tados a dar conferencias en la facultad de medicina juntamente ca por qué Rodrigué, un psicoanalista carismàtico y considera-
con los psicoanalistas. Algunos de ellos también trabajaron en do de izquierda, había sido elegido en ausencia presidente de
los servicios de psiquiatría de orientación psicoanalítica en los la FAP Buenos Aires por una comisión dominada por psiquia-
hospitales generales. En 1958 un grupo de psiquiatras de ex- tras comunistas que en general profesaban muy pocas simpa-
tracciones diversas, entre ellos reflexólogos y psicoanalistas, tías por el psicoanálisis. Rodrigué compartía con ellos la ideo-
fundaron el influyente Ateneo Psiquiátrico de Buenos Aires. logía marxista al tiempo que tenía la habilidad —según
Además, según cuenta Marie Langer, los reflexólogos deriva- j-i Balán— de seducir a los jóvenes analistas de izquierda para
ban con frecuencia sus pacientes a los psicoanalistas cuando su "transformar la FAP en un instrumento de lucha profesional y
modalidad clínica de abordaje fallaba. Otras escuelas, como la política".32 Su compromiso con el psicoanálisis no aparecía
fenomenología, también sedujeron a algunos psicoanalistas como un obstáculo para ello. En contraposición, Mauricio Gol-
católicos, como Jorge Sauri. En este clima, el psicoanálisis se % demberg, fuertemente identificado con el grupo más progre-
fue transformando en un clima de opinión que afectaba las t sista pero que sin embargo había aceptado un nombramiento
relaciones entre los psiquiatras. oficial durante el gobierno militar para ocupar un puesto en el
Poco a poco, sin embargo, los términos del debate fueron ? Instituto Nacional de Salud Mental, fue obligado a renunciar a
cambiando, en particular luego del golpe del '66, y con mayor J| la FAP cuando intentó invitar al director del INSM, su jefe, a
dramatismo a partir de los movimientos sociales que emergie- una conferencia psiquiátrica. Tal como un psiquiatra porteño
ron después del '69. Los nuevos debates se desarrollaron en el sostuvo en 1969, los tiempos en que los psiquiatras podían
seno de la Federación Argentina de Psiquiatras (FAP), creada en debatir acerca de la utilidad del psicoanálisis o los méritos de
1960. El grupo fundador de esta institución había estado forma-, la psiquiatría dinámica versus los abordajes somáticos habían
do por representantes de una variedad de escuelas psiquiátri- terminado. Ahora la línea divisoria pasaba entre aquellos psi-
cas, incluyendo además a psicoanalistas como Enrique Pichón quiatras para quienes su compromiso profesional consistía en
Rivière, Horacio Etchegoyen y José Bleger, que combinaban el cambiar las condiciones sociales y económicas que eran las
psicoanálisis con una práctica psiquiátrica institucional.31 La que, precisamente, causaban las enfermedades por un lado; y
FAP fue perdiendo gradualmente su importancia cuando se in- en la vereda de enfrente, aquellos que se limitaban a practicar
tensificaron, por un lado, los conflictos entre los practicantes de la psiquiatría tradicional (que incluía también el psicoanálisis
diferentes escuelas, y por el otro, entre los psiquiatras del inte- ortodoxo). Según palabras de un miembro de la institución,
rior y los porteños. Después de 1967 la FAP fue reorganizada y sólo los que pertenecían al primer grupo debían ser bienveni-
se transformó en una organización muy activa políticamente^ dos como miembros de la FAP.33 Esta posición contaba con un
Un número creciente de psicoanalistas hastiados de lo que ellos fuerte apoyo. José Bleger en particular creía que "como psi-
veían como el elitismo de la APA en tiempos de fermentación quiatras y como médicos debemos involucrarnos hasta la coro-
política, comenzó a interesarse en las actividades de la FAP. nilla en los problemas económicos y sociales". Los psiquiatras
Emilio Rodrigué, quien había sido presidente de la APA poco conservadores amenazaron con renunciar. El Boletín Informati-
tiempo atrás, fue elegido para ese mismo cargo en la Asociación vo, la publicación de la Asociación de Psiquiatras de la Capital,
de Psiquiatras de la Capital Federal, una rama de la FAP. El dejó sentada su posición en 1971:
mero hecho de convertirse en miembro de la FAP obligaba a los "Están los psiquiatras que colaboran con el régimen y po-
psicoanalistas a redefinir la identidad profesional. De esta ma- nen su ciencia al servicio de una clase que domina y daña al
nera Rodrigué se refiere a "nosotros, los psiquiatras" en una pueblo. Están aquellos que pretenden aislar su ciencia de la rea-
carta a la FAP en 1969. lidad social en que viven, y finalmente están los psiquiatras que
Hacia el final de los años '60 el eje del debate entre los se cuestionan su razón de ser como psiquiatras y que asumen las

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contradicciones determinadas por su inserción y extracción de aquel que fue rodeado de mitos después de su cierre por las
clase. El ideario de la FAP ha desempeñado un papel hegemóni- autoridades militares en la década del 70, fue el dirigido por
co en esta polarización".34 Mauricio Goldemberg en el Hospital Gregorio Aráoz Alfaro ("el
En los primeros años de la década del '70 la FAP se convir- Lanús"). En la memoria colectiva así como también en la histo-
tió en el centro de operaciones de los psicoanalistas de izquier- ria del movimiento psicoanalítico argentino, el servicio de Gol-
da que atacaban el elitismo de la APA y que luego abandona- demberg representa una "edad de oro". Goldemberg dejó la Ar-
rían la institución. Los nuevos debates redefinieron identida- gentina en los años '70, luego del asesinato de dos de sus hijos
des dentro de la comunidad psiquiátrica. En tiempos en que por parte de los militares, y se instaló en Venezuela. En el '83,
toda la sociedad argentina estaba polarizada políticamente, las con el retorno de la democracia, se organizaron diversos actos
diferencias teóricas fueron menos importantes que los compro- oficiales para homenajear a Goldemberg y a sus colaboradores
misos políticos. Cuando el debate sobre el impacto social de la más cercanos.35 Goldemberg tiene el mérito de haber moderni-
psiquiatría recién comenzaba en los años '60, para Bermann y zado el sistema de salud mental en la Argentina y, más impor-
su grupo, la dimensión social de la psiquiatría consistía funda- tante aún para un país como el nuestro, lo hizo a través de la
mentalmente en una comprensión más amplia del lugar del introducción del psicoanálisis en los hospitales públicos.
individuo en la sociedad; para la joven generación de activis- En 1956 Mauricio Goldemberg, entonces un joven psiquia-
tas que emergió a la vida política una década después, la psi- tra que había pasado varios años en Francia luego de su forma-
quiatría era un instrumento de lucha social y política. Los de- ción en el Hospicio con Gonzalo Bosch, fue nombrado jefe del
bates teóricos promovidos por Acta tempranamente en los servicio de psicopatología del Hospital Gregorio Aráoz Alfaro,
años '60 habían perdido gran parte de su sentido. Cuando las uno de los hospitales más grandes construidos durante el go-
posiciones se endurecieron, el psicoanálisis fue empujado al bierno de Perón. Goldemberg introdujo un abordaje interdisci-
foro de debate porque era percibido como una ciencia que se plinario en el que el psicoanálisis jugó un papel cada vez más
oponía a la psiquiatría represiva tradicional y a las terapias importante. A pesar de sus afirmaciones recientes, sin embargo,
exclusivamente somáticas, que eran ahora visualizadas como el psicoanálisis no había estado en el centro de sus preocupacio-
instrumentos de control social. Además, la existencia de un nes teóricas tempranas. Igual que Marie Langer, Goldemberg ha
grupo de psiquiatras de tendencia izquierdista formado por reconstruido su historia desde el presente y a partir de sus pers-
Pichón Rivière, Rodrigué, Bleger y Langer podía atraer a un pectivas actuales.36
gran número de psiquiatras jóvenes de ideas progresistas, que Durante su paso por el Hospicio y por la Liga Argentina de
creían que la adquisición de algún tipo de conocimiento sobre Higiene Mental (en los años '40 Goldemberg formaba parte de
psicoanálisis era indispensable en el proceso de formación del su comité de dirección), la orientación clínica de Goldemberg
psiquiatra. Más tarde, los psicoanalistas y psiquiatras de la había estado más cerca de la eugenesia tradicional que del psi-
FAP se redefinirían a sí mismos como "trabajadores de la salud coanálisis. Sus priineras publicaciones abordaban temas como el
mental", colocándose así en un pie de igualdad con los psicó- alcoholismo y la relación entre la inmigración y la locura. En
logos, los enfermeros y otros "trabajadores". estos trabajos, Goldemberg propone medidas eugenésicas clási-
cas, tales como el control de la inmigración y el encarcelamiento
de los alcohólicos. Asimismo, estaba interesado en los trata-
La salud mental y la psiquiatría en el hospital general mientos somáticos, y con Mario Sbarbi, un psiquiatra firmemen-
te opuesto al psicoanálisis, escribió artículos acerca del uso de la
. Con algunas excepciones, la integración de la terapia psi- terapia electroconvulsiva y la psicoterapia. En aquel momento
coanalítica dentro del sistema de atención psiquiátrica tuvo lu- las ideas de Goldemberg sobre psicoterapia se encontraban a
gar no en los manicomios, sino en los servicios psiquiátricos considerable distancia del psicoanálisis: luego de administrar
establecidos en los hospitales generales luego de la caída de terapia electroconvulsiva a los pacientes, su "psicoterapia inten-
Perón. Estos servicios fueron creados como componentes del siva" consistía en poner música para actuar sugestivamente so-
renovado sistema de salud mental. El servicio más importante. bre sus mentes.37 Sin embargo, como jefe del Servicio de Psiquia-

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tría del Lanús, Goldemberg se convertiría en uno de los líderes vicios de salud mental —el Hospital Rawson contaba ya con
del movimiento de modernización de la psiquiatría. En 1958 fue un servicio psiquiátrico desde 1950— pero el servicio de Gol-
nombrado presidente del INSM y a mediados de los años '60 fue demberg fue el primero en brindar un abordaje completo de
uno de los integrantes de la comisión convocada para proponer asistencia psiquiátrica que iba desde la hospitalización de los
una revisión general del sistema de salud mental de la ciudad pacientes hasta la oferta de tratamiento ambulatorio. Poco a
de Buenos Aires. poco, el servicio de Goldemberg se transformó en uno de los
Goldemberg formuló sus objetivos de reforma en varias pu- (si no el) centros más importantes de asistencia psiquiátrica,
blicaciones y conferencias. En un artículo presentado en la Se- investigación y docencia del país, al tiempo que su integración
gunda Conferencia Argentina de Asistencia Psiquiátrica, en con los demás servicios del nosocomio hizo de él un modelo
1958, sintetizó sus ideas más importantes. Gran parte de sus para otros hospitales generales. El servicio no se limitaba a la
propuestas en aquel momento eran una actualización del viejo asistencia de pacientes psiquiátricos, sino que ofrecía asesora-
programa de la Liga Argentina de Higiene Mental, "aggiornan- miento y asistencia psicológica a pacientes que consultaban
do" sus ideas con elementos aportados por el movimiento de por problemas clínicos. El Aráoz Alfaro fue el primer hospital
salud mental. Goldemberg escribía sobre la necesidad de una en integrar la psiquiatría y la psicología con la medicina gene-
detección temprana de los trastornos mentales y sobre la impor- ral. Dentro del mismo el servicio de Goldemberg se expandía
tancia de un tratamiento adecuado de las neurosis. Si bien des- progresivamente. En 1960 atendió a 6.767 pacientes. En 1964, la
tacaba el valor de la psicoterapia, no tenía nada que decir acerca cifra trepó a 14.222 (más del 10% de todos los pacientes atendi-
del psicoanálisis. Para los casos más graves recomendaba trata- dos en el hospital ese año).40
mientos de shock de diversas clases. Más importante aún, Del mismo modo que en Estados Unidos, los servicios psi-
enfatizaba la necesidad de contar con servicios de salud mental quiátricos en hospitales generales jugaron en nuestro país un rol
en los hospitales generales y hospitales de día reservando los crucial en la difusión del psicoanálisis. En principio porque
asilos tradicionales y las colonias sólo para los casos crónicos. acercaron la psicoterapia a pacientes de bajos recursos que de
Estos eran los viejos temas de la higiene mental con ropajes otro modo no hubieran podido acceder a ella. En 1960 el 39,5%
modernos. No obstante, Goldemberg, influenciado por la pers- de los pacientes atendidos en el servicio de Goldemberg había
pectiva de la salud mental, extendió el programa de la Liga, sido diagnosticado como neurótico y esta proporción alcanzó el
insistiendo con la idea de que la mayoría de los pacientes podía 54% en 1964.41 Debido a que la mayor parte de las terapias que
ser tratada ambulatoriamente. Su modelo se sostenía en el siste- se ofrecían eran de orientación psicoanalítica, tanto en forma
ma de asistencia comunitaria de posguerra de los Estados Uni- individual como grupal, el servicio ayudó a difundir un cierto
dos y pronto se convirtió él mismo en un promotor del movi- tipo de cultura psicoanalítica entre los pacientes de clase obrera,
miento de la salud mental en la Argentina.38 Además Goldem- que constituían la mayoría de los atendidos en el hospital.42 De
berg concentraba su atención fundamentalmente en un proble- los 50 médicos qué trabajaban en el servicio en 1962, 32 estaban
ma determinado: el impacto de las condiciones sociales sobre la en análisis didáctico o lo habían finalizado, y este número no
salud mental. Esta preocupación lo colocaba cerca del grupo de incluye el grupo que seguía las corrientes lideradas por Harry
psiquiatras progresistas que incluía a Gregorio Bermann y Enri- Stack Sullivan y Erich Fromm en los EE.UU.43
que Pichón Riviére. Los servicios psiquiátricos cumplieron un viejo sueño de
Goldemberg tenía muchos amigos dentro de la comunidad los higienistas: removieron el estigma moral de los enfermos
psicoanalítica. Desde el comienzo de su trabajo en el Aráoz mentales. Ahora estos pacientes eran tratados como cualquier
Alfaro contrató psiquiatras jóvenes y capaces sin considerar sus otro tipo de pacientes. Con este cambio, las actitudes populares
orientaciones teóricas, entre ellos a diversos psicoanalistas. hacia los trastornos mentales comenzaron a modificarse del
Además, promovió la formación de grupos interdisciplinarios; mismo modo que la cultura de los hospitales. Los médicos em-
su servicio fue uno de los primeros en incluir psicólogos y luego pezaron a prestar más atención a la dimensión psicológica de las
incorporó sociólogos, antropólogos y otros científicos sociales.39 enfermedades y la terminología "psi" invadió el lenguaje clíni-
El Aráoz Alfaro no fue el primer hospital que ofreció ser- co. La presencia de los psiquiatras en los staffs de los hospitales

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les brindó legitimidad al tiempo que la profesión ganaba en interpretaciones psicoanalíticas cuando esto era posible. "En gene-
aceptación y prestigio.44 ral [cuando debía realizarse un procedimiento médico traumático]
Un servicio como el de Goldemberg funcionaba como un la madre y el niño son debidamente informados, en lenguaje sim-
espacio alternativo para la formación psiquiátrica de médicos jó- ple, de cómo será realizado el procedimiento. Luego las fantasías y
venes con ideas progresistas e intereses sociales; la presencia de ansiedades generadas por la situación traumática son interpreta-
das." La comunicación se dificultaba a veces porque muchos de sus
los psicoanalistas también ayudó a finalizar el debate entre los
pacientes eran de bajo nivel educativo. "Luego de muchos fraca-
defensores del abordaje institucional y aquellos que sostenían la
sos, descubrimos la eficacia del lenguaje de la acción." A veces, la
centralidad del diván del analista. La experiencia de Goldemberg
urgencia de la situación obligaba a los psicólogos a redefinir cues-
en el Lanús cambió la manera de ejercer la psiquiatría y las per-
tiones técnicas básicas como el manejo de la transferencia. Cuando
cepciones que tenía la gente de ella. Como señala Hugo Vezzetti, se debía implementar un procedimiento traumático a un niño y la
si el servicio de Goldemberg era presentado como una alternativa madre no se encontraba disponible, el psicólogo, más que interpre-
a la psiquiatría tradicional centrada en el asilo, también lo era tar la relación transferencia! que se generaba, tomaba el lugar de la
respecto del psicoanálisis de la APA organizado alrededor del madre omnipotente y lo actuaba.46
diván. El servicio no ofrecía psicoanálisis en el sentido tradicional
sino una aproximación a los trastornos mentales fuertemente in- Los servicios psiquiátricos de algunos hospitales generales
fluenciada por el psicoanálisis.45 constituyeron un espacio privilegiado para la difusión de una
La difusión del psicoanálisis se vio también fortalecida por manera psicoanalítica de pensar acerca de los problemas y de las
la creación del Departamento de Psiquiatría y Psicología en el relaciones humanas. En el servicio de Escardó, el sostén psicoló-
servicio del Dr. Florencio Escardó en el Hospital de Niños. El gico de orientación psicoanalítica no se brindaba a demanda sino
Departamento de Psiquiatría y Psicología estaba dirigido por que era una parte importante de la asistencia médica integral. En
tres miembros de la APA y funcionó como la base de operacio- este contexto los psiciólogos compartían con los pediatras el aura
nes de la Escuela para Padres de Eva Giberti. El servicio de de autoridad que emanaba del ambiente hospitalario.
Escardó atendió a más de 1.000 pacientes internados entre 1965 La renovación del sistema de salud mental facilitó la entra-
y 1968, y más de 9.000 pacientes ambulatorios sólo en 1968. Los da de los psicoanalistas a algunos ámbitos que eran patrimonio
psicólogos y los médicos trabajaban en igualdad de condiciones del establishment psiquiátrico. A mediados de los años '60 Gol-
para brindar contención psicológica a sus pequeños pacientes. demberg, como funcionario del sistema de salud mental de la
Cada profesional tenía bajo su responsabilidad tres o cuatro ca- ciudad, firmó un acuerdo con la APA para la formación de mé-
mas y una cantidad considerable de pacientes en consulta exter- dicos municipales. Algunos de los médicos a cargo de las refor-
na. Los psicólogos no limitaban su tarea al tratamiento de niños mas habían completado su entrenamiento psicoanalítico. En ese
con desórdenes psicológicos claramente definidos sino que sus entonces el psicoanálisis era el único abordaje no somático sóli-
servicios formaban parte de la asistencia general que se ofrecía. damente establecido en el país. Experiencias como las llevadas a
a todos los pacientes. Los psicólogos y los médicos conformaban cabo en el Hospital Aráoz Alfaro tuvieron también un impacto
un equipo terapéutico. Los profesionales que trabajan en el ser- sobre la profesión analítica. Los analistas progresistas, que tu-
vicio de Escardó se preocupaban especialmente por el bienestar vieron que adaptar sus técnicas a condiciones y a un tipo de
psicológico de los pacientes. Para ello, entre otras medidas se paciente con el que no se habían encontrado nunca antes, co-
comenzó a exigir la presencia de las madres junto a sus hijos día menzaron a mirar el psicoanálisis como una herramienta de
y noche mientras los mismos permanecían internados. cambio social.
Los psicólogos formados psicoanalíticamente tuvieron que
adaptar la teoría y la técnica aprendidas a las condiciones de traba-
jo en un hospital público. "Debido a nuestra formación psicoanalí- Comunidades terapéuticas
tica", escribían Giberti y sus colegas, "al principio era difícil para
nosotros olvidamos de las metas ambiciosas del psicoanálisis y Paradójicamente, algunas de las innovaciones terapéuticas
satisfacemos con oteas más modestas". Se brindaban libremente mas radicales de los años '60, tales como las comunidades tera-
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péuticas basadas en modelos ingleses o norteamericanos, cuyos mo grupo estaba conformado por maestros y trabajadores de la
objetivos eran la transformación total y la democratización de comunidad, quienes debían promover la salud mental en sus
las condiciones de asistencia psiquiátrica, fueron promovidas, respectivas áreas de injerencia.
en circunstancias totalmente diferentes de lo sucedido en sus El INSM formuló un plan nacional de salud mental que
países de origen, por el gobierno militar establecido en 1966. La convocaba a la organización de una red de centros para brindar
retórica modernizadora del régimen militar atrajo, en particular asistencia psiquiátrica por fuera de los viejos hospitales menta-
al comienzo de la gestión, a algunos técnicos jóvenes y muy les. El plan también proponía la reforma de los antiguos asilos y
capaces para desempeñarse en diversas áreas, entre ellas la psi- el establecimiento de hospitales de día y de comunidades tera-
quiatría. Las nuevas autoridades designaron al coronel Dr. Julio péuticas en hospitales públicos.49 Las comunidades terapéuticas
Ricardo Estévez, un médico militar con ideas progresistas en lo más conocidas fueron las establecidas en el Hospital A. L.
que respecta a psiquiatría, como interventor del INSM. Estévez Roballos en Entre Ríos, en una clínica nueva en Federal —en la
nombró a su vez a otros psiquiatras tales como Mauricio Gol- misma provincia— y en el Hospital José Esteves en Lomas de
demberg y Wilbur Ricardo Grimson en posiciones clave en el Zamora.
área de salud mental. El concepto de comunidad terapéutica había sido formula-
La renovación de los servicios psiquiátricos durante la lla- do originalmente en Gran Bretaña por Maxwell Jones, un mé-
mada "Revolución Argentina" formó parte de la preocupación dico escocés nacido en Sudáfrica, que se desempeñaba en el
del gobierno militar por la modernización y la eficiencia. Las Hospital de Emergencias Mili Hill, al norte de Londres, en la
políticas de salud mental que promovían su democratización década del '40. La idea se desarrolló luego con una orientación
estaban, sin embargo, en franco conflicto con el modelo corpora- más psicoanalítica en Inglaterra y en especial en los Estados
tivo y autoritario del gobierno. Como señala Grimson, que diri- Unidos.50 En una comunidad terapéutica todas las facetas que
gía una comunidad terapéutica creada después de 1966: "En hacen al funcionamiento de la institución, incluidas las rela-
1972 no se votaba en ninguna parte en la Argentina, sin embar- ciones entre los pacientes y el staff así como también entre los
go la gente votaba en el hospital psiquiátrico".47 El sistema de mismos pacientes, devienen herramientas terapéuticas. El pro-
salud mental se modernizó no sólo a nivel nacional sino tam- yecto implicaba una democratización drástica de la estructura
bién a nivel municipal (aunque más tarde muchas de estas refor- hospitalaria. En su versión más radical, bajo la influencia del
mas fueron desmanteladas). Los presupuestos se incrementaron movimiento antipsiquiátrico, cada paciente debía tener voz y
y nuevos experimentos se llevaron a cabo. Los temas centrales voto en temas de política general (en algunos casos hasta en lo
de la salud mental fueron explícitamente incorporados a los pla- relativo a la admisión y la externación de otros pacientes), que
nes del Estado. El plan de salud mental de Buenos Aires para eran discutidos en asambleas conformadas por representantes
1969, preparado con el asesoramiento de Goldemberg entre del staff y de los pacientes.51 La comunidad terapéutica repre-
otros, subrayaba la importancia de las condiciones sociales en sentaba una ruptura absoluta con la psiquiatría tradicional y
los trastornos mentales. "La asistencia se lleva a cabo con una con la práctica psicoanalítica ortodoxa y desestructuraba la
concepción comprehensiva del individuo en relación con la fa- autoridad de los psiquiatras. En una comunidad terapéutica se
milia, la atmósfera laboral y la comunidad, bajo sus condiciones suponía que los pacientes no eran receptores pasivos de las
geográficas y culturales."48 El plan tomaba como modelo la Ley manipulaciones médicas sino participantes activos en un pro-
de Salud Mental firmada por John F. Kennedy en 1963 y propo- ceso terapéutico.
nía un sistema de servicios psiquiátricos separados del Hospicio Paradójicamente, a los psiquiatras educados en la escuela
y establecidos en hospitales generales y en centros de salud tradicional les resultaba a veces más fácil adaptarse al nuevo
mental. Se ponía el acento en la atención a nivel comunitario, en entorno que a algunos analistas jóvenes.
la psicoterapia individual o grupal, en la formación de equipos Grimson recuerda:
interdisciplinarios compuestos por psiquiatras, psicólogos, tra- "[En la comunidad terapéutica] descubrí una cosa: que los
bajadores sociales, sociólogos y educadores, y en el entrena- tipos con formación hospiciaria o de colonia eran más fácilmen-
miento de los así llamados "agentes de salud mental". Este últi- te convertibles en profesionales de la comunidad terapéutica

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que los jóvenes psicoanalistas... Es decir, que a un tipo que estas experiencias renovadoras se sintetiza en el deseo de pre-
siempre vio psicofármacos e hizo electroshock lo convencías de tender lo imposible. La FAP lo definió de este modo: imponer
que tenía que armar un equipo de fútbol y salir a jugar a la democracia en el sistema de asistencia psiquiátrica por orden
cancha, mientras que el psicoanalista se quedaba con el guarda- militar. Las comunidades terapéuticas fueron impuestas desde
polvo puesto y su etiqueta... identificándolo para no perder la arriba en hospitales donde los médicos estaban siendo persegui-
identidad, mirando el partido y diciendo 'qué interesante', pero dos por razones políticas.57 Además, mientras que el plan de
se preguntaba qué iba a ocurrir con la transferencia. Ahí lo úni- salud mental llamaba a la conformación de equipos interdisci-
co que importa es la transferencia de la pelota, la pelota tiene plinarios, el gobierno promulgó una ley que restringía la com-
que ir para adelante y llegar al arco rival; hemos jugado pacien- petencia legal de los psicólogos al campo de la investigación y
tes contra personal y nos ganaron los pacientes."52 de la administración de tests. Más aún, mientras el INSM pro-
Al mismo tiempo, Grimson admitía que la mayor parte de movía la democracia en el tratamiento de la enfermedad mental,
las terapias llevadas a cabo en Lomas de Zamora —musicotera- se estaba proponiendo al mismo tiempo un cambio en la legisla-
pia, psicodrama y otras— estaban basadas en conceptos psicoa- ción que incrementaría la cantidad de causales que podían lle-
nalíticos.53 var a la internación forzada de una persona en un asilo sin me-
Estos esfuerzos por revitalizar el sistema psiquiátrico fraca- diar un fallo judicial de declaración de incompetencia.58
saron luego de unos pocos años. Este fracaso se debió en parte a Luego de que Estévez fuera destituido del INSM a princi-
la resistencia opuesta por la poderosa camarilla de psiquiatras de pios de los años '70 y reemplazado por un médico de la Policía
la vieja escuela que seguía controlando la cátedra de psiquiatría Federal, las comunidades terapéuticas fueron eliminadas for-
de la UBA y los grandes hospicios, al tiempo que contaba con malmente y los pacientes fueron transferidos a los hospitales
conexiones importantes con el gobierno militar. Ellos se manifes- tradicionales. Grimson y otros médicos que habían participado
taron para persuadir a los generales de que las comunidades tera- de estas experiencias fueron despedidos.59 Algunos de ellos fue-
péuticas eran de inspiración comunista ignorando que habían ron perseguidos por el gobierno militar que llegó al poder en
sido introducidas desde Estados Unidos y que hubieran llenado 1976 y tuvieron que exiliarse. Unos pocos perdieron la vida. Se
de espanto a los psiquiatras soviéticos.54 había invertido mucha energía en la revitalización del sistema
Si bien algunos médicos progresistas podían ser invitados oca- de asistencia psiquiátrica pero finalmente no hubo cambios de
sionalmente a dar conferencias en la carrera de medicina, ningún fondo. Sin embargo, estas experiencias tuvieron una consecuen-
desarrollo nuevo que proviniera de afuera del establishment psi- cia importante: reforzaron el lugar que el psicoanálisis ya tenía
quiátrico tradicional podía hacer pie allí.55 Esta resistencia a las en la sociedad argentina.
innovaciones resultó evidente en 1965, cuando la cátedra de psi-
quiatría quedó vacante, y Goldemberg, en ese entonces profesor
asociado, se propuso para el cargo. Horacio Etchegoyen, un psicoa-
nalista que ocupaba la cátedra de psiquiatría en la Universidad de NOTAS
Cuyo y que contaba con el apoyo de Florencio Escardó, fue llama-
do para formar parte del jurado del concurso. Etchegoyen quizá 1 Vezzetti, Hugo, "Las ciencias sociales y el campo de la salud mental en

favorecería a Goldemberg de manera demasiado explícita. La po- la década del sesenta", en Punto de Vista, abril de 1995, páginas 29-33.
2 La rama psiquiátrica de la Asociación Médica Argentina no se encon-
derosa maquinaria ligada al Hospicio devolvió el golpe y final- tró nunca entre las más activas. Las revistas psiquiátricas se quejaban de que
mente logró lo que buscaba al remover a Etchegoyen del jurado, la psiquiatría no era tomada en serio: "La psiquiatría fue siempre una materia
acusándolo de haber presentado un artículo pornográfico en la que, incluida dentro del programa de los estudios médicos, era mirada, y aún
APA. Sin Etchegoyen, que finalmente perdió también su cargo en lo es por el estudiante, como una asignatura de escasa importancia, cuyo
Mendoza, Goldemberg fue rechazado por las presiones llevadas a conocimiento mediocre excedía los límites de lo necesario, y que sólo le bas-
taba con saber que un alienado debía ser recluido en un nosocomio de la
cabo por sus enemigos políticos en Buenos Aires. Un psiquiatra de especialidad, y allí que se entendieran". Vivaldo, Carlos, "Breve reseña sobre
la vieja escuela ganó la cátedra.56 la terapéutica de las enfermedades mentales", en Anales de la Sociedad Cientí-
Sin embargo, la explicación más contundente del fracaso de fica Argentina 128, número 5, noviembre de 1939.

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215 191
3 Para una discusión de la terapia electroconvulsiva, ver Berrios, G. E.
14 El ministro de Salud Pública de Córdoba señaló en la Segunda Confe-
"The Scientific Origins of Electroconvulsive Theraphy: A Conceptual rencia de Asistencia Psiquiátrica en 1958: "Entiende mi gobierno que las so-
History", en tìistory of Psychiatry 8, nùmero 29, marzo de 1997, páginas 105- luciones de problemas de la salud pública así como el resto de las cuestiones
19. Para una mirada abarcativa (aunque antipsicoanalitica) de la historia de vinculadas a la seguridad social son inseparables de una política que aliente
los métodos psiquiátricos, ver Shorter, Edward, A History of Psychiatry: Front el desarrollo y el progreso económico. En otras palabras, que de no
the Era of the Asylum to the Edge of Prozac, New York, Wiley, 1997. impulsarse y lograrse tal desarrollo, fallará la base económica que hace posi-
4 El paradigma de la degeneración sobrevivió, a pesar de todo, entre los
ble las soluciones más adecuadas". Acta Neuropsiquiátrica Argentina, 14,1958,
sectores más conservadores de la comunidad psiquiátrica. Aun en los años página 262.
'40, los expertos forenses seguían buscando "signos físicos de degeneración" , s Para una discusión general acerca de las diferencias entre la higie-
en los criminales. Ver v.g., Ciafardo, Roberto, "Homicidio cometido por un ne mental tradicional y la salud mental, ver Gregorio Bermann, "De la hi-
epiléptico-imputabilidad", en Revista de Psiquiatría y Criminología 5, número giene mental mítica de ayer a la higiene mental racional", en su libro Proble-
28, julio-agosto de 1940. Un año antes, un miembro de la Sociedad Argentina mas psiquiátricos, Buenos Aires, Paidós, 1966, páginas 391-403.
de Criminología había realizado un "estudio antropológico" del cerebro de 16 Ver decreto ley 12.628, "Considerandos", Boletín Oficial, 18 de no-
un anarquista que había sido ejecutado en 1931 y concluía que la pieza ana- viembre de 1957, páginas 2-3.
tómica "presenta anomalías de desarrollo, estigmas de degeneración y carac- 17 "Programa", en Revista Latinoamericana de Psiquiatría I, número 1, oc-
teres de regresión atávica que han preparado biológicamente un terreno favo-
tubre de 1951.
rable para que otro conjunto de factores, ya de naturaleza ambiente y social, 18 Bermann, Gregorio, "Sociopsiquiatría: desintegración social y dete-
pudieran complementarlos eficazmente para que la peligrosidad de Paulino
rioración mental", en Revista Latinoamericana de Psiquiatría I, número 1, octu-
Scarfo se manifestara de forma tan franca y decidida". Revista de Psiquiatría y
bre 1951, página 7.
Criminología, 4, número 22, julio-agosto 1939, página 27. 19 Ver v.g., "Polémica sobre el psicoanálisis", en Revista Latinoamericana
5 Sin embargo, en 1933 el director asistente del hospicio recomendaba la
de Psiquiatría I, número 2, noviembre de 1951. El debate consistió en una serie
sangría para casos de excitación maníaca. Ver Esteves Balado, Luis, 'Trata- de artículos (algunos de ellos ya habían sido publicados en otras revistas),
miento de agitación", en Archivos Argentinos de Psicología Normal y Patológica que incluían a Gregorio Bermann, "El psicoanálisis enjuiciado", páginas 97-
I, número 1, agosto de 1933, página 39. 99; Arturo Capdevila, "El dios Freud: diálogo con Gregorio Bermann", pági-
6 Ver v.g., Krapf, E. Eduardo, "Sobre la despersonalización: estudio
nas 99-101, y Bermann, "Las falacias del psicoanálisis: respuesta a Arturo
psicopatológico", en Neuropsiquiatría 2, número 1, marzo de 1951, páginas 64- Capdevila", páginas 101-6.
72. Otros colaboradores eran Roque Orlando, Ramón Melgar, Mario Sbarbi, 20 Bermann, Gregorio, 'Tratamiento de elección en las esquizofrenias",
Atlántico Francia y Gonzalo Bosch. Pichón Rivière aparecía también en la en Revista Latinoamericana de Psiquiatría 2, número 8, julio de 1953, páginas 11-
lista de colaboradores pero no publicó en la revista. 22.. Para su visión de las explicaciones psicoanalíticas de la realidad, ver su
7 El "manifiesto" de la refiexología fue el artículo de Thénon "Psiquia-
"Etiopatogenia de las neurosis". Mientras Bermann subrayaba los factores
tría en el año '50". Ver también Gavrilov, Konstantin, El psicoanálisis a la luz sociales en la etiología de las neurosis, Garma negaba esta influencia. .
de la refiexología, Buenos Aires, Paidós, 1953. a Vidal, Guillermo, entrevista.
8 Bermann, Claudio, "La psicoterapia en el ambiente sanatorial", en
22 En los '70, el psiquiatra comunista César Augusto Cabrai acusó a la
Gregorio Bermann, Las psicoterapias y el psicoterapeuta, Buenos Aires, Paidós, revista de ser cientificista, desatando una polémica con Sylvia Bermann. Ver
1964, páginas 127-39. En la misma dirección, ver Bleger, José, "Progresos Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 17, número 3, junio de 1971 y
farmacéuticos en psiquiatría: tratamientos farmacológicos", en Revista Lati- número 4, agosto de 1971.
noamericana de Psiquiatría I, número 2, diciembre de 1951, página 43. 23 "Guillermo Vidal", en Alarcón, Renato, Identidad de la psiquiatría lati-
9 Vidal, Guillermo, entrevista personal, Buenos Aires, 18 de junio de 1997.
10 La Argentina tenía 1.474 psiquiatras, Brasil 774 y México 381. Ver Acta
noamericana: voces y exploraciones en torno a una ciencia solidaria, México, Siglo
XXI, 1990, páginas 610-620.
Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 16, número 1, marzo de 1970, página 5. 14 Ver v.g., Verón, Eliseo, "Notas para una concepción estructural en
11 Bermann, Sylvia, "Análisis de algunos datos de estadística psiquiátri-
psiquiatría social", en Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 9, núme-
ca", en Acta Neuropsiquiátrica Argentina 5, 1959, páginas 150-60. ro 4, diciembre de 1963, 287-92; Korn, Francis, y Analía Kornblit, "Revisión
12 Ver Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, "Informe presen-
de un concepto sociológico de la normalidad", en Acta Psiquiátrica y Psicológi-
tado por el consultor en Administración de Hospitales de la Oficina Sanitaria ca de América Latina 9, número 4, diciembre de 1963, páginas 292-97.
Panamericana, Dr. Odiar Pedroso, 1959", 1968, página 17. 25 Rodrigué, Emilio, "Bion y la psicoterapia de grupo", en Acta Neuropsi-
13 Ver, entre otros. Sbarbi, Mario, y Mario Zipilivan, "Aspectos de la
quiátrica Argentina I, número 1, octubre de 1954, páginas 108-13.
asistencia en nuestros establecimientos psiquiátricos", en Orientación Médica 26 Álvarez de Toledo, Fontana y Pérez Morales, "Psicoanálisis y
4,1955, páginas 458-61; Esteves Balado, Luis, "Consideraciones sobre la orga- dietilamida del ácido lisérgico: fundamentos para una terapéutica combina-
nización de la asistencia de alienados en la República Argentina", en Psiquia- da", en Acta Neuropsiquiátrica Argentina 4, número 1, enero-marzo de 1958.
tría I, abril-junio del958, páginas 26-33; Goldemberg, Mauricio, "Estado ac- 27 Entre los psiquiatras que publicaron en la revista durante esos años
tual de la asistencia psiquiátrica en nuestro país", en Acta Neuropsiquiátrica estaban Honorio Delgado, Gregorio Bermann, Julio Endara, Enrique Pichón
Argentina 4, número 4, octubre-noviembre de 1958, páginas 401-10. Rivière, Jorge Thénon, Ángel Garma y Mauricio Goldemberg.

86 216 191
atribuía el incremento de pacientes neuróticos a la mayor información por
28 En 1964, durante una conferencia sobre psicoterapia en Cordoba,
parte del público y al subsecuente aflojamiento de resistencias y prejuicios
Bermann dijo: "Yo me siento feliz con la compañía de psicoanalistas del ran-
hacia los desórdenes mentales entre la población general y los médicos.
go humano de Etchegoyen y de Taragano y de otros miembros de la mesa y 42 Para un análisis sociológico de los pacientes atendidos en el servicio
del público. Ahora bien, el hecho real e incontrovertible es que tal vez el 90 o
de Goldemberg, ver Tarnopolsky, Alejandro, y colab., "Características socio-
el 95 por ciento de los psicoanalistas permanece encerrado tras los muros de
lógicas de pacientes psiquiátricos en tratamiento hospitalario: estudio
sus consultorios, ajenos a las otras cosas. La referencia va para ellos y por lo
exploratorio", en Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 14, número 3,
que pueda haber en el psicoanálisis que favorezca esa tendencia, de la que
septiembre de 1968, páginas 217-28.
escapan los colegas nombrados y los otros". Bermann, La psicoterapia de ¡a 43 Goldemberg respondió a esta pregunta en las Primeras Jornadas Ar-
niñez a la senectud, Buenos Aires, Paidós, 1971, página 225.
29 Bleger, José, "El tratamiento psicoanalítico", en Bermann, Gregorio
gentinas de Psicoterapia, Córdoba, julio de 1962, en Gregorio Bermann,
Psicoterapias y el psicoterapeuta, página 155.
(comp.), Las psicoterapias y el psicoterapeuta, Buenos Aires, Paidós, 1964, pági- 44 Ibíd., página 156.
na 73. 45 Vezzetti, "Ciencias sociales".
30 Thénon en Gregorio Bermann, Psicoterapia de la niñez, 61. 46 Giberti, Eva y colab., 'Técnicas de abordaje psicológico en una sala de
31 Ver Acta Psiquiátrica y Psicológica Argentina 8, 1962, página 177.
pediatría", en Revista Latinoamericana de Psicología 2, número 3,1970, páginas
32 Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografia colectiva del psicoanálisis en la
343-51.
Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991, página 207. 47 Grimson, Wilbur Ricardo, entrevista personal, Buenos Aires, 28 de
33 "Asamblea de la Federación Argentina de Psiquiatras", s / d , 1969,
noviembre de 1996.
mimeo, archivos de la FAP. 48 Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, Plan de Salud Mental,
34 Boletín Informativo 2, número 6, abril-mayo 1971,1.
1969, página 8.
35 Desde 1983 se han organizado varios eventos de homenaje a Goldem- 49 "Sin muros, sin miedos: los hospitales neuropsiquiátricos se transfor-
berg en la Universidad de Buenos Aires. Las Primeras Jornadas Encuentro del man en centros modernos que se encargan de la prevención, asistencia y
Servicio de Psicopatologia del Policlinico Lanús se realizaron en 1992 con rehabilitación de enfermos", Gente, 12 de diciembre de 1968, páginas 10-11;
Goldemberg y Valentín Baremblit, su sucesor en el Aráoz Alfaro, como invi- "La sociedad espera," Gente, 1® de mayo de 1969, página 46. Ver también
tados de honor. En 1996 la Carrera de Psicología de la Universidad de Buenos Galende, Emiliano, Psicoanálisis y salud mental: para una crítica de la razón psi-
Aires publicó un volumen en homenaje a Goldemberg, Testimonio para la expe- quiátrica, Buenos Aires, Paidós, 1994, página 112, y Acta Psiquiátrica y Psicoló-
riencia de enseñar: Mauricio Goldemberg, maestro, médico, psiquiatra, humanista. gica de América Latina 13, 1967, página 285.
Para un análisis instructivo sobre el mito Goldemberg y su lugar en la memo- 50 Jones, Maxwell, Social Psychiatry: A Study of Therapeutic Communities,
ria colectiva, ver Visacovsky, Sergio Eduardo, "Genealogías rompidas: London, Tavistock, 1952.
memòria, política e filiado na psicanálise argentina", en Mozaico, Revista de 51 Para un análisis instructivo de las comunidades terapéuticas y una
Cüncias Sociais, Espíritu Santo, Brasil, número I, 1998, páginas 197-225. reflexión sobre la experiencia del Centro Austen Riggs en Massachusetts, ver
36 En Testimonios, páginas 59-63, Goldemberg sostiene haber completado
Rodrigué, Emilio, Biografía de una comunidad terapéutica, Buenos Aires, Eudeba,
su formación analítica aunque, en verdad, no lo había hecho. 1965. La experiencia de Lomas de Zamora es discutida en Grimson, Wilbur
37 Sbarbi, Mario, y Mauricio Goldemberg, "Electroshock y psicotera-
Ricardo, 'Transformación del hospital psiquiátrico: una experiencia de comu-
pia intensivos", en Neuropsiquiatria I, número 1, noviembre de 1949, pági- nidad terapéutica", en Acta Psiquiátrica y Psicológica de América Latina 16, núme-
nas 32-39. ro 4, diciembre de 1970, páginas 354-60. Para la experiencia del Hospital
31 Goldemberg, "Estado actual". Para los desarrollos en los Estados Uni- Roballos, ver Guedes Arroyo, Luis César "Hospital Dr. A. L. Roballos, primer
dos, ver Boshes, Benjamin, "The Function of the Psychiatrist in the General centro piloto psiquiátrico regional: El Hospital como comunidad terapéutica",
Hospital", en Frontiers in general hospital Psychiatry, Louis Linn (comp.), New 1968, mimeo.
York, International Universities Press, 1961; Ayd, Frank, "Psychiatric 51 Grimson, entrevista.

Patients on General Medical Wards"en Frontiers in General Hospital Psychiatry, 53 Grimson, 'Transformación del hospital psiquiátrico", página 358.

Louis Linn y Fairwather, George W, et al., Community Life far the Mentally III: 54 Grimson, entrevista, y García Badaracco, Jorge, entrevista personal,

An Alternative to Institutìonal Care, Chicago, Aldine, 1969. Buenos Aires, 16 de octubre de 1996.
39 En 1966, en el servicio trabajaban 48 médicos, 18 residentes, 16 psicó- 55 Goldemberg, "Estado actual"; Etchegoyen, R. Horacio, "Nuestra cá-

logos, 2 sociólogos, 2 licenciados en educación y un terapista ocupacional. tedra de psiquiatría", en Acta Neuropsiquidtrica Argentina 4, 1958, páginas
Cabe destacar que sólo cinco de ellos recibían remuneración por sus tareas. 231-32.
40 Goldemberg, Mauricio, y colab., "La psiquiatría en el hospital gene- 56 Testimonios para la experiencia de enseñar, 218; Etchegoyen, R. Horacio,
ral: historia y estructura actual del servico de psicopatologia y neurología del entrevista personal, Buenos Aires, 14 de noviembre de 1996.
policlinico 'Profesor Dr. Gregorio Aráoz Alfaro'", en La Semana Médica, 4 de 57 Federación Argentina de Psiquiatras, "Ante la situación del Instituto
enero de 1966, páginas 80-102. Nacional de Salud Mental", noviembre de 1970, mimeo, archivos FAP. La
41 Ibíd. Ver también Sluzki, Carlos, "Informe estadístico del Servicio de
FAP también señaló que la comunidad terapéutica era un producto importa-
Psicopatologia y Neurología del Policlinico de Lanús", en Acta Psiquiátrica y do sin raíces en la tradición argentina. Ver también "Un balance de cinco
Psicológica de América Latina 2, número 2, junio de 1965, páginas 145-47. Sluzki

86 219 191
años: enjuician los especialistas la política oficial de salud mental". La Opi-
nión, 6 de julio de 1971, página 18. Los documentos de la FAP me fueron
gentilmente provistos por el Dr. Juan Carlos Stagnaro y el Dr. Emiliano
Galende.
58 Esta propuesta fue rechazada en diciembre de 1966.
59 Los pacientes y el staff resistieron la intervención gubernamental, lo

que provocó la intervención policial. Grimson tuvo que saltar una pared para CAPÍTULO 6
escapar al arresto.
LOS PSICÓLOGOS APARECEN EN ESCENA

La creación de carreras de psicología en varias universida-


des del país, en especial en la Universidad de Buenos Aires, a
fines de los años '50, fue otro factor importante en la difusión
del psiconálisis en los años 760 y 770. La mayoría de estas carre-
ras se desarrollaría con una fuerte orientación psicoanalítica.
Una encuesta realizada entre los psicólogos argentinos ya reci-
bidos a principios de los años '70 muestra que el 92% de ellos se
desempeñaba en el campo de la psicología clínica, esto es, prac-
ticando alguna clase de terapia de índole psicoanalítica.1
"" En la Argentina, el psicoanálisis había tenido un lugar en la
j enseñanza de la psicología desde temprano. En otros países. la
| "psicología científica" (experimental) ya era un campo de saber
j_bien consolidado cuando surgió el psicoanálisis. En los Estados \),S,A
Unidos en particular, durante décadas la psicología se definió a sí
misma en oposición al psicoanálisis, que era desdeñado como
cuerpo de conocimientos por su supuesta falta de fundamenta-
ción científica. Los psicólogos experimentales visualizaban en la
interpretación psicoanalítica sólo una etiqueta nueva para hablar
de la vieja práctica de la sugestión. En las décadas del '40 y del
'50, años del apogeo del psicoanálisis en los EE.UU., los psicólo-
gos norteamericanos se propusieron contrastar las teorías
psicoanalíticas con sus propios métodos experimentales para de-
mostrar la ausencia de bases científicas firmes de aquéllas.2 Re-
cién en los años '60. con la emergencia de la psicología clínica
como una especialidad ampliamente aceptada, los psicólogos
norteamericanos empezaron a incorporar de a poco las ideas
freudianas, no obstante lo cual la psicología preservó la autono-
mía profesional y científica de su campo de acción. EnTa Argen-
tina, por el contrario, el sostén de la psicología como ciencia a
partir de la creación de las carreras estuvo claramente asociado al
psicoanálisis. En este sentido, de acuerdo con una publicación
emanada de un grupo de psicólogos, "la psicología llegaba a ser |

86 220 191
una ciencia" sólo a través del psicoanálisis. Las demás teorías contraste con los norteamericanos, fueron tomando distancia
psicológicas eran percibidas como meras técnicas menores, con la paulatinamente de la medicina clásica.
posible excepción de la psicología genética de Jean Piaget.3 p Las_carreras de psicología en las universidades (ubicadas
Para mediados de los años '60, nuevas universidades pri- jen general en las facultades de Humanidades o, en el caso de la
vadas y públicas extendían la oferta de formación psicoanalí- de Buenos Aires, en la Facultad de Filosofía y Letras) promovie-
tica.4 En 1968 había 2.787 estudiantes de psicología sólo en la ron, además, la difusión del psicoanálisis a través de la dinámi-
Universidad de Buenos Aires. 5 En 1995, los graduados de las ca misma de su funcionamiento institucional. Estudiantes de \
carreras de psicología en la Argentina eran 38.825, la mayor otras carreras tomaban lecciones de psicoanálisis y los profeso- \
parte de los cuales ejercía alguna forma de psicoanálisis. 6 j e s de psicología daban clases también en otras carreras. DuraíF
Más del 50% de los psicólogos se concentraban en la ciudad te años el filósofo León Rozitchner, por ejemplo, dirigió un se-
de Buenos Aires. En ese año, de acuerdo con una investiga- minario sobre Freud y Marx que atraía a una gran cantidad de
ción llevada a cabo en la Universidad de Buenos Aires, había estudiantes de diferentes carreras. EL resultado de estos inter-
506 psicólogos por cada 100.000 habitantes de la ciudad; en cambios fue la rápida difusión del saber "psi". así como la crea-
otras palabras, uno de cada 198 porteños era psicólogo. Si ción de nuevas oportunidades para combinar el psicoanálisis
estas cifras son correctas, la Argentina (y en particular la ciu- conjas^jencias sociales. En 1964, por ejemplo, el Instituto de
dad de Buenos Aires) tiene más psicólogos que cualquier otro Desarrollo Económico y Social, un prestigioso centro privado de
país de América y, probablemente también del mundo, en investigación dedicado a las ciencias sociales, organizó una con-
proporción a su población total.7 ferencia acerca de las relaciones entre psicología y sociología en
En el transcurso de los añosJ^Ojt^ZQ, lgg_ed^QgS§xUal£QS- la que participaron psiquiatras, psicólogos, sociólogos y hasta
ampliaron drásticamente la jofexta.-deJ:era^ias psicoanalíticas. algunos analistas de la APA. cüuam. As_
Su¿honorarios eran, en general, considerablemente más bajos Luego del golpe del '66, con sus devastadoras consecuen- Jidn rL¡*.
que los que cobraban los psicoanalistas formados en la APA. La cias para la universidad, los estudiantes buscaron modos alter-
APA era todavía una institución relativamente pequeña, y la nativos de satisfacer sus demandas de saber en grupos de estu-
presencia de tal cantidad de psicólogos" permitió que mucha dioorganiiados por intelectuales de moda. Estíos gnipos llega-
más gente pudiera acceder a un tratamiento psicoanalítico con ron a ser una tradición, una especie de universidad de las cata-
un costo másjiccesible. Los psicólogos, como grupo profesional cumbas. Este mecanismo puso a los estudiantes de psicología en
además de sus prácticas privadas, buscaban una inserción pro- contacto con filósofos y científicos sociales que habían sido ex-
fesional en instituciones publicas, en especial al comienzo de su pulsados de las universidades por las autoridades militares lo
carrera profesional (en general cobrando salarios muy reduci- cual generó, de este modo, otros ámbitos de interacción entre el
dos o en muchos casos nulos). El trabajo en instituciones públi- pensamiento ^ s i ^ y las ciencias. sociales.
cas les permitía adquirir experiencia práctica concreta que no Los psicólogos hicieron crecer no sólo la oferta de psicoaná-
habían encontrado en la universidad. Hacia el inicio de los años lisis sino también la demanda. Los psicólogos no pudieron in-
'70, el 49% de un grupo representativo de psicólogos encuesta- gresar a la APA sino hasta mediados de los años '80- por lo
dos trabajaba en alguna institución pública, en general en forma tanto, durante casi tres décadas trataron de reproducir, apelan-
part-time y sin cobrar por sus tareas. De este modo, los psicólo- do a sus propios recursos, el modelo de formación que brindaba
gos funcionaron como agentes de difusión de una psicología de la APA. Ellos complementaban la formación académica univer-
orientación psicoanalítica en los hospitales públicos. SiiTembár- sitaria —provista en gran parte por analistas de la A P A — con
go, el hecho real de que la mayor parte de las terapias psicoana- un análisis didáctico no oficial dirigido en general por analistas
líticas fueran administradas por psicólogos más que por médi- jóvenes de la APA por un lado y. por el otro, a través Hp la
cos, reforzó la tendencia, que habían comenzado a definir los supervisión cIínica.con-imembros de la APA pn forma privada.
psicoanalistas ortodoxos, de diferenciar su propio campo de A comienzos de los años '70, el 95% de una muestra representa-
acción del de los psiquiatras, con los matices que fueron discu- tiva de psicólogos estaba en tratamiento analítico o lo había es-
tidos en capítulos anteriores. Los psicoanalistas argentinos, en tado con anterioridad. De este grupo, el 82% estaba o había es-
191
86 222
¥

tado en análisis con un psicoanalista formado en la APA mien- psicología. Los psicólogos que realizaban terapias de orienta-
tras que sólo el 11% había elegido a otro psicólogo como tera- ción psicoanalítica eran considerados una amenaza seria para el
peuta.8 En 1986, en el contexto de una severa recesión económi- monopolio médico sobre el arte de curar. A los psicólogos que
ca, el 68% de los estudiantes de psicología estaba aún en algún practicaban psicoterapia se los veía como competidores que es-
tipo de tratamiento psicoterapèutico.9 Además, los psicólogos taban franqueando un límite de manera inaceptable. Sin embar-
se convirtieron enjeLgrapqjnás. numerosa de consumidores de_ go, los psicólogos dependían estrechamente de los psiquiatras
para obtener residencias en las instituciones psiquiátricas, un
la literatura producida por log psicoanalistas de la APA.. Los
componente central de su formación profesional.
psicólogos cumplieron una función importante como agentes de
difusión de la práctica psicoanalítica hacia fuera de la APA. Eara comprender el proceso de profesionalización y el de-
Más allá de la notoriedad que proporcionaba la cantidad, la sarrollo de la psicología en la Argentina debemos primero ana-
posición de los psicólogos en la comunidad "psi" no dejaba de lizar las reJ<i£¿&rjes complejas que la nueva profesión estableció
ser problemática. T-aprofesiorializacipn de la psicología había con el Estado y con la profesión médica sostenida por el Estado
sido un tema complejo desde el principio. Desde el comienzo de por un lado, y con la comunidad, analítica, por el otro._ Tenemos
r l a década del '60, los psicólogos recibieron formación psicoa- que situar este entramado de relaciones en el escenario de una
nalítica de parte de psicoanalistas que, al mismo tiempo, no les disciplina de límites difusos frente a la cual se destacaba la au-
permitían ingresar a la APA, la única institución que podía brin- sencia de modelos alternativos para la construcción de una
dar una formación analítica considerada legítima. Además, en identidad profesional.
ciertas partes del país, en especial en la ciudad de Buenos Aires, Otro factor que debemos subrayar en el desarrollo de una
donde la mayoría vivía y trabajaba, los psicólogos no podían identidad profesional fue la problemática concreta del género.
ejercer legalmente la psicoterapia por prohibición expresa esta- Mientras la medicina era percibida como una profesión mascu-
blecida por una ley aprobada en 196Z por el gobierno militar. La lina, la psicología era vista como esencialmente femenina. Casi
lev 17.132 restringía el status profesional de los psicólogos al de todos los graduados de la primera generación de psicólogos re-
meros "auxiliares de la psiquiatría", poniéndolos en el mismo cibidos habían sido mujeres y, en 1986, el 74% del cuerpo estu-
nivel que los enfermeros, y formulaba explícitamente la prohibi- diantil de la carrera de psicología de la UBA estaba constituido
ción de practicar el psicoanálisis. Esta ley reafirmaba la resolu- por mujeres.11 La Asociación de Psicólogos de Buenos Aires
ción del Ministerio de Salud Pública de 1954 que limitaba la (APBA). fundada en 1962 para defender los intereses profesio-
práctica de la psicoterapia, especialmente del psicoanálisis, a los nales de los psicólogos, estuvo conformada casi enteramente
médicos. A los psicólogos sólo se los habilitaba legalmente para J¡6 por mujeres durante sus primeros años de existencia. Los psicó-
administrar tests y para investigar bajo la supervisión de un || logos debían entonces luchar para obtener un reconocimiento
médico.10 i profesional desde una posición definida a priori como débil: una
r- Sin embargo, y a pesar de las restricciones legales, gran posición femenina. Esta variable de género tendría un efecto
Sf' directo sobre el particular modo de relación que establecieron
I parte de los psicólogos ejerció la práctica psicoanalítica en Bue-
I nos Aires y muchos de ellos hasta llevaban a cabo tratamientos los psicólogos con los miembros de la comunidad psicoanalítica
I psicoterapéuticos en servicios psiquiátricos de hospitales públi- mayoritariamente masculina.12
|_cos. Aunque la ley parecería no haberse aplicado, tuvo efectos
negativos en el terreno práctico y profesional. Desde el comien-
zo, los psicólogos cargaron con el estigma de ilegalidad que, La psicología en la Argentina antes de la creación de las carreras
traducido en términos económicos, implicaba, entre otras cosas,
cobrar honorarios mucho más baratos que los que podían obte- Desde sus orígenes, el desarrollo de la psicología en nuestro
ner los analistas "verdaderos". país no contó con un status científico claro ni con un dominio
La relación que establecieron los psicólogos ron pl p^a- disciplinario definido. Mientras que en Estados Unidos la for-
blishment médico (en particular, con los psiquiatras) operó mación académica en psicología se había destacado siempre por
como otro obstáculo en el proceso cfiTprofesionalización de la la importancia otorgada a la experimentación, en la Argentina la
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dios sobre la histeria y la hipnosis de Jean-Marie Charcot en la
psicología ocupaba un espacio de límites difusos entre la filoso-
Salpetrière en París, y el lanzamiento de la revista de Théodule
fía, la biología y las ciencias sociales. La ausencia hasta fines de
Ribot, Revue Philosophique.17 O sea, según Piñero, la psicología se
los años '50 de programas de educación formal en la disciplina
asentaba en un trípode apoyado sobre la experimentación, la
contribuyó sin duda a esta ambigüedad. Sin embargo, desde la
psicopatologia y la filosofía. Sin embargo, como vimos, la ense^l ¡Jl-^'
creación del primer curso de psicología en la Universidad de
ñanza concreta de psicología durante los primeros años del si- y^o'-C
Buenos Aires a fines del siglo diecinueve, la enseñanza de la
glo veinte tuvo una orientación psicopatológica bastante claray/ '
psicología se había caracterizado por una clara orientación clíni-
co-psicopatológica que dejaba abierta la puerta para el ingreso La temprana tendencia clíníco-psicopatológica de la ense-
del psicoanálisis. La dificultad de la psicología para definir su ñanza de la psicología se originaba en parte en la popularidad de
» propio campo de acción permite explicar, en parte, cómo el psi- (CharcotV en especial de(ííft>oí)por un lado, y por el otro en el
coanálisis vino a llenar —luego de la creación de las carreras— hecho de que casi todos los titulares de los cursos de psicología
eran médicos. El abordaje psicopatológico dado por Piñero a su
W^nm vacío teórico preexistente.
curso resulta evidente tanto en los contenidos concretos que tra-
Entre los países latinoamericanos, la Argentina gozaba de taba la materia como también por la exigencia que les planteaba
cierto prestigio en la enseñanza de la psicología y, en menor a sus estudiantes de participar en las conferencias y demostracio-
medida, en el terreno de la investigación. El primer laboratorio nes clínicas en el servicio psiquiátrico que él dirigía en el Hospital /
de psicología experimental establecido en América latina, si- Nacional de Alienadas. Esta orientación claramente abría_una w ./
, guiendo el modelo del dirigido por Wilhelm Wundt en Leipzig, puerta de entrada posible para la introducción del psicoanálisis.
, fue creado por Horacio Pinero en 1898 en Buenos Aires.13 No En 1907 se creó otro curso de psicología con el objetivo de darle a
i obstante, los trabajos de Wundt se conocieron en la Argentina la enseñanza de la disciplina una orientación más filosófica. El
' [por medio de traducciones francesas, en la mayoría de los casos, primer curso (llamado originalmente "Psicología normal y pato-
|y fueron leídos a través del filtro del positivismo. Desde esta lógica", luego "Psicología experimental y fisiológica") se ocupa-
perspectiva, se valoraron sólo los aspectos de los mismos vincu- ría de los aspectos clínicos y experimentales de la disciplina; el
lados a la fisiología.14 segundo se concentraría en las funciones mentales superiores, la
Si bien la psicología se enseñó en momentos diversos en las conciencia y las relaciones entre psicología y filosofía.
carreras de medicina y derecho, finalmente se estableció en la
£>trn factor qnp mptribuyó a la introducción posterior del
Facultad de Filosofía y Letras.15 En sus orígenes, la enseñanza de
psicoanálisis erLlauensgnanzajde la psicología fue la declinación
JTla psicología no tuvo una orientación psicoanalítica; más bien
general del paradigma positivista a comienzos de la década del
^ Testaba organizada alrededor de otras tradiciones académicas y '20 y la redacción ^antipositivista que surgió en consecuencia y
I teóricas que, en algunos aspectos, eran incompatibles con el psi- que fue discutida en el capítulo 1. Esta reacción antipositivista
\ coanálisis. Sin embargo, había matices que dejaban entreabierta promovió una lectura más "espiritual" de la psicología; uno de
"la posibilidad de que se colara ja_doctrina_vienesa, la cual, a los líderes de esa reacción, el filósofo Coroliano Alberini, fue el
partir de la década del '20, comenzó a ocupar un lugar creciente titular del segundo curso durante casi veinte años. Si bien no se
en los programas de enseñanza de psicología de la Universidad ocupaba específicamente del psicoanálisis, Alberini se mostraba
de Buenos Aires.16 La ambigüedad que rodeaba la definición del abierto a sus innovaciones y algunos de sus estudiantes desarro-
dominio de la psicología era reconocida y discutida por los llaron un interés por la teoría freudiana mientras asistían a sus
hombres que enseñaban los dos cursos existentes y se reflejaba clases.18 Paulatinamente, los contenidos experimentales del pri-
en los contenidos de los programas de estudio. Orientaciones mer curso fueron siendo dejados de lado debido a que los diver-
fisiológicas, experimentales, clínicas y filosóficas coexistían sin sos laboratorios creados en los años '20 fueron finalmente cerra-
dificultad. Cuando Horacio Pinero, un médico positivista titular dos por el gobierno peronista en 1949.19 Un abordaje más huma-
del primer curso de psicología desde 1901, trazó la genealogía nístico de la psicología, influenciado por el pensamiento
de la disciplina, nombró tres acontecimientos críticos en el naci- fenomenològico, permeable a las innovaciones freudianas, ganó
miento de la psicología moderna: la creación del laboratorio de espacio durante esos años.
psicología experimental de Wilhelm Wundt en Leipzig, los estu-
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\~~ La enseñanza de la psicología en la Universidad de Buenos asuntos tratados dan cuenta de la competencia entre distintas
Aires abrevó, entonces, de dos corrignteg aparentemente distin- tradiciones teóricas pero también de la falta de predominio de
tas que, sin embargo, convergieron en el psicoanálisis. Por un alguna de ellas en particular. La primera monografía fue Intro-
lado, la tradición clínico-psicopatológica, que había surgido con ducción a la psicopatología, del peruano Honorio Delgado. La se-
el positivismo pero que había logrado sobrevivir a su declina- gunda, en la tradición experimental, fue Eidética: memoria senso-
ción, mantuvo abierto un espacio para la discusión de técnicas rial y su investigación. La tercera, la séptima y la octava versaban
i psicoterapéuticas. Por otro lado, el declive del positivismo per- sobre temas filosóficos. La contribución de García de Onrubia,
! mitió el desarrollo de orientaciones psicológicas menos ligadas Psicología intencional, muestra una influencia importante de la
\ a la tradición biológica y fisiológica. fenomenología y del existencialismo sartreano. La cuarta mono-
Freud fue mencionado por primera vez en el curso de grafía fue Caracterología, de Emil Utitz; y la quinta, un análisis
Horacio Piñero en 1914. A partir de allí, el psicoanálisis incre- de la teoría gestáltica por Oscar Oñativia. Por último, la sexta
monografía era un resumen de una tesis de posgrado sobre el
mentó gradualmente su presencia en los programas de los cur-
uso de técnicas psicométricas. Llama la atención, sin embargo,
sos de psicología, en especial luego de que Enrique Mouchet,
la ausencia del psicoanálisis en estas monografías pese a que
cuyo interés por el psicoanálisis ya hemos analizado, ganara la
tanto la teoría gestáltica como el psicoanálisis ocupaban un lu-
cátedra en la década del '20. El programa de 1930 hacía varias
gar destacado en la enseñanza de García de Onrubia.
referencias al psicoanálisis, e incluía un punto específico sobre
las relaciones entre psicoanálisis y psicología. De este modo, Resumiendo, el lugar central que adquirió el psicoanálisis
podemos observar cómo hacia 1930 el psicoanálisis era presen- en la enseñanza de psicología, aún antes de la creación de la
tado en el programa de psicología como una ciencia autónoma carrera, fue el resultado de la combinación de una diversidad de
cuyas vinculaciones con la psicología necesitaban ser definidas factores. Primero, la existencia de la vieja tradición clínico-
y discutidas. En adelante, Mouchet analizaría no sólo el sistema psicopatológica, que facilitó la discusión de la psicoterapia. Se-
freudiano en general sino aspectos específicos de la teoría psi- gundo, el declive de la psicología experimental, que siguió a la
coanalítica. El programa de estudios correspondiente al año caída del positivismo y dejó abierta una puerta para el ingreso
1931 incluía una discusión sobre "el inconsciente freudiano y la de teorías de carácter "espiritual". Tercero, la ausencia de un
teoría psicoanalítica" y el de 1936 un punto titulado "¿Qué es dominio específico, válido y autónomo de la psicología que di-
verdad en el psicoanálisis?". Aunque el modo de expresar la ficultó el surgimiento de un paradigma "psicológico" dominan-
pregunta sugiere cierto escepticismo, el hecho mismo de ser for- te. El psicoanálisis llenó este vacío teórico y proporcionó a los
mulada presuponía una cierta familiaridad con el tema por par- psicólogos un modelo profesional. Finalmente, hay que consi-
te de los estudiantes. En 1942, Mouchet dedicó una parte sustan- derar la curiosidad natural y espontánea de los estudiantes por
cial de su curso a discutir el psicoanálisis y también la vida de la doctrina vienesa.
Freud y algunos de sus trabajos en particular.
Luego de que Mouchet dejara la cátedra en 1943, el psicoa-
nálisis continuó creciendo en importancia en los cursos de psi- La creación de las carreras de psicología
cología. Durante el régimen peronista, la enseñanza de la psico-
logía se orientó más hacia la filosofía con un énfasis especial en Desde el principio de la década del '50, en los círculos aca-
la corriente fenomenológica. El nuevo profesor de psicología; démicos y profesionales comenzó a crecer la percepción de que
Luis Felipe García de Onrubia, un graduado de la carrera de estaban dadas las condiciones para la creación de un programa
filosofía sin título médico, estaba particularmente preocupado profesional de enseñanza de la psicología. Ya desde la década
por definir los límites de la disciplina que estaba enseñando. del '20, las fuerzas armadas y algunos sistemas educionales pro-
Igual que su predecesor, encontraba dificultades para anclar la vinciales habían establecido gabinetes psicológicos para evaluar
psicología en una tradición académica concreta. En 1950, García al personal y a los nuevos ingresantes. En 1925 el gobierno creó
de Onrubia editó la primera de una serie de monografías sobre el Instituto de Psicotecnia y Orientación Profesional, con la di-
temas de psicología publicadas por la carrera de filosofía. Los rección de Carlos Jesinghaus, un médico alemán, interesado en

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T
examinar aptitudes ocupacionales. La necesidad de profesiona- Las carreras de psicología y el psicoanálisis
les especializados, debidamente formados para llevar adelante
estas actividades, pronto resultó evidente.20 En 1953 se creó una Desde el principio, por lo tanto, la identidad profesional de
carrera de auxiliar de psicotecnia en Rosario y en 1954 la nece- los futuros graduados en psicología fue al menos tan problemá-
sidad de crear una carrera de psicología en el nivel universitario tica como la definición del dominio de la ciencia que estaban
fue discutida en un congreso internacional de psicología que estudiando. No había psicólogos disponibles para ejercer la do-
tuvo lugar en Tucumán, donde participaron docentes de psico- cencia y funcionar como modelos de identificación profesional.
logia y algunos psicoanalistas de la APA.21 Sin embargo, no se ; Muchos profesores eran médicos que demostraban una clara
concretó la creación de ninguna carrera hasta la caída de Perón, preocupación por defender el monopolio de la profesión médica
cuando el impulso modernizador empujó a las universidades a V sobre el arte de curar. Los futuros psicólogos estaban siendo
satisfacer esta demanda.22 Cuando la primera carrera de psicolo- j* formados por docentes que no estaban interesados en servir
gía se creó en Rosario en 1956, doscientos alumnos ya se encon- £ como modelos de identidad profesional para ellos. Si bien la
traban cursando la carrera de psicotecnia. En 1956, cuando el | orientación original de la carrera era académica, muchos estu-
Instituto de Rehabilitación del Lisiado de Buenos Aires ofreció diantes deseaban aprender psicoanálisis, no sólo porque era
un curso de tres años, dictado en su mayoría por psicoanalistas, % popular sino también porque era visualizado como una fuente
para formar asistentes en psiquiatría infantü, diez candidatos | potencial de ingresos. Por otro lado, el psicoanálisis había sido
(casi todas mujeres) se anotaron para cubrir cada una de las * históricamente un ingrediente importante en la enseñanza de la
vacantes disponibles.23 % psicología durante décadas. La demanda de psicoanálisis ya
En un comienzo, las carreras de psicología ofrecidas en Rosa- % existía en la sociedad argentina y la psicología moderna era con-
rio y en Buenos Aires reflejaban la supervivencia de las viejas || siderada sinónimo de psicoanálisis. Además, debido a que el
tradiciones de enseñanza así como también la vaguedad perenne J§ mundo académico no ofrecía una alternativa profesional intere-
del status científico de la disciplina. En Buenos Aires, la ubicación gP sante, los futuros psicólogos se vieron empujados a buscar op-
de la carrera en la Facultad de Filosofía (en vez de en la Facultad ¥ ciones profesionales en otros ámbitos. La alternativa más clara y
de Medicina) daba cuenta de la antigua modalidad de situar la % evidente era la elección del modelo clínico. Se ofrecían también
psicología en el terreno de la filosofía, aunque su primer director j | otras áreas de especialización —psicología laboral y educacio-
haya sido un médico: Marcos Victoria. Victoria representaba cía- |f| nal por ejemplo— pero la mayoría de los estudiantes se orientó
ramente la convergencia de dos tradiciones. Había sido colabora- J|§ a la psicología clínica, es decir, al psicoanálisis.
dor y discípulo de dos figuras de características o p u e s t a s : ® Muy pronto resultó evidente que las expectativas de los
Cristofredo Jakob, el padre de la neurología argentina y positivis- I | alumnos se encontraban en abierto conflicto con la orientación
ta extremo, y Coriolano Alberini, el filósofo antipositivista. El ® de la carrera (o con la ausencia de ésta). El cuerpo estudiantil,
perfil profesional de la nueva carrera no estaba bien definido ni Jj| que había recuperado su voz luego de 1955, demandaba refor-
en Rosario ni en Buenos Aires: ambas carreras habían sido origi- |j| mas curriculares y cambios en la facultad. En Rosario, bajo el
nalmente diseñadas para brindar formación en el campo de la * liderazgo de Jaime Bernstein, cofundador de la editorial Paidós,
psicología académica y no figuraba ninguna especificación con l l los estudiantes y algunos profesores invitaron a psicoanalistas
respecto a la inserción laboral de los futuros graduados.24 Sin M; de Buenos Aires para enseñar psicología clínica. Los estudiantes
embargo, parecía estar más claro para las autoridades università- ® de Buenos Aires, con la colaboración de algunos miembros del
rias aquello que los futuros psicólogos no estarían habilitados a ® cuerpo docente, lograron reemplazar a Marcos Victoria por En-
realizar: los graduados no iban a poder ejercer la psicoterapia, y ||| rique Butelman, profesor de psicología social y socio de
esto era, precisamente, lo que la mayoría de los estudiantes espe- J|| Bernstein en Paidós en la dirección de la carrera, así como tam-
raba de la formación de grado. El Dr. Marcos Victoria luchó obs- ® bién la contratación de psicoanalistas para ejercer la docencia.
tinadamente en contra de cualquier tentativa por parte de los M Uno de los primeros psicoanalistas contratados, tanto en Rosa-
psicólogos de llevar a cabo una práctica clínica.25 j |I| rio como en Buenos Aires, fue José Bleger. Ya en 1959, los estu-
diantes podían asistir a un curso específico sobre psicoanálisis

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dictado por León Ostrov (un miembro no médico de la APA) y tían la orientación original de las carreras. Tercero, en el mo-
a cursos sobre psicología y psicopatología ofrecidos por Bleger y mento en que se crearon las carreras no había paradigmas psico-
José García Badaracco. Para 1964, los estudiantes de psicología lógicos alternativos disponibles, sólo una mezcla de tradiciones
de la Universidad de Buenos Aires cursaban once materias obli- antiguas y nuevas. El psicoanálisis, una disciplina bien consoli-
gatorias de orientación claramente psicoanalítica, siete de ellas dada que gozaba de legitimidad y de popularidad creciente,
dictadas por miembros de la APA. representaba lo nuevo en psicología al tiempo que brindaba un
El interés de los alumnos por el psicoanálisis estaba, sin modelo para el ejercicio profesional.27
embargo, matizado por otros factores. Las carreras de psicología
se crearon en parte para responder a las ansiedades moderniza-
doras de ciertos sectores de la sociedad, entre ellos una propor- La profesionalización de la psicología
ción importante de la comunidad universitaria. Los estudiantes
de psicología, sociología y otras ciencias sociales "nuevas" se LOS PSICÓLOGOS Y LA CORPORACIÓN MÉDICA
veían a sí mismos como agentes de esta modernización. Ellos
estaban interesados en el psicoanálisis porque representaba a la Al igual que sus colegas en Estados Unidos, los psiquiatras
psicología "moderna": "Consideramos que con el psicoanálisis argentinos se opusieron al desarrollo de un grupo autónomo y
se inaugura la psicología como ciencia, y por lo tanto para noso- profesionalizado de psicólogos clínicos. Sin embargo, en los Esta-
tros el psicoanálisis es psicología", sostenía una publicación es- dos Unidos los psicólogos que eligieron la especialización clínica
tudiantil.26 Pero, por otro lado, estos estudiantes no querían ser emergieron como un fuerte y bien consolidado grupo en el seno de
formados^ por los psicoanalistas "conservadores" de la APA. una profesión sólidamente establecida. La organización que los
Cuando Ángel Garma, ya muy popular en la Facultad de Medi- y representaba, la American Psychological Association, contaba con
ciña, de tendencia más conservadora, presentó su candidatura \ la capacidad para negociar de igual a igual con la American
para cubrir la titularidad de una cátedra de psicoanálisis, fue ^ Medical Association. Cuando los psiquiatras afirmaban que "el
rechazado por los alumnos; ellos estaban más interesados en ^ psicoterapeuta lego es un curandero", los psicólogos les respon-
figuras como José Bleger y Fernando Ulloa, que podían presen- dían que el psiquiatra "es una persona que practica psicoterapia
tar una mirada política crítica acerca de la realidad junto con sus f sin haber alcanzado siquiera su Ph. D".28 Las relaciones que se
credenciales psicoanalíticas. Bleger, en especial, había teorizado establecieron en la Argentina entre psicólogos y médicos fueron
sobre la compatibilidad entre Freud y Marx. Sus estudiantes lo § muy diferentes. En nuestro país, la psicología profesional se conso-
veían como un psicoanalista marxista interesado además en ® lidó en un momento en que el psicoanálisis ya era una profesión
otras ciencias sociales. Los estudiantes estaban también dis- |f prestigiosa y atractiva. Asimismo, a la psicología le tocó ocupar la
posición más débil entre las profesiones "psi". La psicología adqui-
puestos a aceptar las clases dictadas por Telma Reca, una psi- |§
rió su status profesional en la Argentina en el entramado de unas
quiatra infantil que, si bien no era psicoanalista, estaba compro- m
relaciones turbulentas con la psiquiatría y el psicoanálisis.
metida políticamente con los ideales de izquierda al tiempo que ||
con las tendencias modernas en psiquiatría. La facultad además M El conflicto entre los psiquiatras y los psicólogos derivaba,
contrató profesores como José Itzigsohn, un reflexólogo comu- * en parte, del desequilibrio generado por la formación que ad-
nista que había establecido relaciones cordiales con algunos quirían los psicólogos en la universidad. Los psicólogos se
psicoanalistas progresistas, y a su asistente, Antonio Caparros, ^ graduaban con saberes y conocimientos de los que muchos mé-
de similares orientaciones teóricas e ideológicas. dicos carecían. La formación psicológica que recibían los estu-
La orientación psicoanalítica de la carrera fue, pues, el re- diantes de medicina era superficial, consistente sólo en unos
sultado de la combinación de factores complejos. Primero, de la pocos cursos de psiquatría clásica somática. La psicoterapia y el
existencia de una tradición de enseñanza del psicoanálisis que « psicoanálisis no figuraban en el currículo de los estudiantes de
ya había ganado un espacio importante cuando se creó la carre- £ medicina.29 Esto permite explicar el éxito obtenido por los cur-
ra. Segundo, del dinamismo de un grupo poderoso de estudian- | sos extracurriculares de psicoanálisis dictados por los miembros
tes que estaban interesados en el psicoanálisis y que no compar- jB de la APA a finales de los años '50. Hasta hace muy poco tiem-

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po, la Facultad de Medicina de la UBA, cuyo departamento de responsabilidad los así llamados desórdenes funcionales de la
psiquiatría estaba dirigido por psiquiatras formados en la tradi- personalidad como las neurosis o psiconeurosis o realizar
diagnósticos". No obstante, los psicólogos debían formarse
ción somática, no ofrecía formación en ningún tipo de técnica
adecuadamente en biología y fisiología para poder, de este
psicoterapèutica y mucho menos en psicoanálisis.30
modo, asistir a los psiquiatras.
Mientras el psicoanálisis era practicado por analistas afilia-
dos a la APA, en su mayoría médicos, los psiquiatras conservado- ; La corporación médica argentina visualizó la nueva profe-
res podían menospreciarlo como medicina empobrecida o ' sión como una amenaza en un momento en que la profesión
"charlatanerismo" pero no lo veían como una amenaza directa a ;: médica había finalmente adquirido una hegemonía indiscutible
la profesión médica. Las carreras de psicología cambiaron los tér- en el sector de salud y estaba reformulando sus relaciones con el
minos de la resistencia médica. Ahora los psicólogos eran vistos J Estado al tiempo que su propia identidad profesional.33 Esa
como una nueva clase de profesionales no médicos y a esto se le t zona gris de la psicoterapia, que había permitido a ciertas perso-
sumaba una cuestión concreta de género. La gran mayoría de los nas sin título médico la obtención de prestigio y legitimidad
psicólogos eran mujeres que se atrevían a disputarles a los medi- ; i dentro mismo de los círculos médicos, había finalmente desapa-
eos el monopolio del arte de curar. La reacción de los médicos fue v recido. Los psicólogos, con cinco años de formación en teorías
inmediata y atravesó barreras teóricas e ideológicas. Marcos Vic- psicológicas y en métodos psicoterapéuticos, proclamaban con
toria declaró: "Nadie que no sea médico diplomado tiene derecho # cierta razón estar, de hecho, mejor preparados que muchos gra-
a curar con medios físicos o psicológicos".31 Gregorio Bermann duados en medicina para llevar adelante tratamientos psicotera-
compartió esta postura al observar con horror que la primera cá- péuticos en un momento en que los mismos, y particularmente
tedra de psicopatologia de la Universidad de Córdoba se estable- S el psicoanálisis, se estaban tornando muy rentables, como recor-
cía en la Facultad de Filosofía y Humanidades y no en la de Me- è daba la revista Primera Plana.
dicina. Para colmo de males, el profesor a cargo de la cátedra no Y La negativa de parte de los psiquiatras a aceptar a los psicó-
era médico. "El psiquiatra —sostenía Bermann— es un médico A logos como psicoterapeutas tuvo importantes consecuencias
que se ha especializado en enfermedades mentales; el psicólogo para el desarrollo del psicoanálisis como disciplina. Mauricio
es un técnico que es llevado a veces a plantearse problemas de Knobel, un psicoanalista que gozaba de alta exposición en los
patología mental... El psicólogo es un técnico cuya ayuda deman- 1 medios, se quejaba de que muchos psicólogos, a efectos de evi-
da el psiquiatra, pero no tiene que 'pensar' al enfermo, y mucho -Sí- tar someterse al modelo médico, buscaban técnicas de aproxi-
menos diagnosticar y prescribir."32 t mación a la enfermedad mental que eran abiertamente no médi-
Marcos Victoria y Bermann diferían en el rumbo de sus ; cas.34 Los psicólogos fueron en parte forzados a desarrollar una
respectivas orientaciones teóricas y en su ideología política. j t : identidad profesional más cercana a la de un "intelectual" que a
Sin embargo, unieron fuerzas para alcanzar el objetivo com- l, la de un integrante, de la comunidad médica. Esto puede ayu-
partido de mantener a los psicólogos fuera del negocio médico. jL darnos a entender la receptividad que demostraron los psicólo-
Ideas similares fueron planteadas por los cuatro médicos que ^ gos frente al modelo francés del psicoanálisis, de destacado
publicaron "Educación y formación de los psicólogos" en Hu- * cuño teórico y a la vez no médico, que se transformaría en la
inanidades, la revista de la Universidad de La Plata, en 1961. Si * corriente principal del psicoanálisis argentino.
bien la carrera de psicología de La Plata formaba a los futuros %
psicólogos para "llevar a cabo tareas clínicas, educacionales y P PSICÓLOGOS Y PSICOANALISTAS
laborales", se dejaba constancia de que la práctica del diagnós- fx
tico y el tratamiento no les correspondía a los psicólogos, quie- ^ El conflicto entre los psicólogos y los psiquiatras adquirió,
nes debían limitar el ejercicio de sus funciones a la administra- í en oportunidades, un alto grado de violencia y agresividad ver-
ción de tests, la parametrización de técnicas de evaluación, la 'J* baL La compleja relación entre los psicólogos y los psicoanalis-
formulación de sugerencias y a proponer recomendaciones |í tas fue más sutil. Mientras que los psiquiatras sólo pretendían
para la "mejor adaptación del individuo". El psicólogo c l í n i c o * mantener alejados a los psicólogos de su negocio de curar gente,
"no está en una posición que le permita tratar bajo su propia® las intenciones de los psicoanalistas eran más complicadas.

235
Los psicoanalistas enseñaban aspectos de la teoría psicoana- eufemismos sobre este tema en la presentación del curso de psi-
lítica a estudiantes que estaban ansiosos por aprenderlos pero coanálisis que dio en la universidad. El psicoanálisis profano,
que sabían, también, que las puertas de la APA permanecerían expresaba Bleger, es "aquel ejercido por personas de correcta y
cerradas para ellos. Si bien la APA había admitido ocasionalmen- completa formación, pero ajenas a la profesión médica. Este pro-
te a algunos miembros legos, se negaban a admitir psicólogos blema no es solamente de carácter legal, pero cuya discusión (si'c)
escudándose en la regulación ministerial de 1954, que limitaba la no toca a la enseñanza que se imparte en la universidad, porque
práctica de la psicoterapia y del psicoanálisis sólo a los médicos. ya hemos definido claramente que hasta ahora, y seguramente
Cabe destacar, sin embargo, que ni la regulación ni la ley aproba- por mucho tiempo aún, los psicoanalistas se forman única y ex-
da en 1967 (que, según parece, había sido revisada y avalada clusivamente en los institutos de psicoanálisis".37
técnicamente por miembros de la APA)35 le prohibían a la APA Desde la perspectiva de Bleger, los psicólogos tenían que
aceptar a miembros no médicos. Tal como la regulación de 1954 jugar un rol crucial en la promoción de la salud mental. Él de-
había establecido explícitamente, los diplomas que brindaba la seaba socializar la asistencia psiquiátrica y psicológica.38 La
APA no tenían reconocimiento oficial y, por lo tanto, el título en psicohigiene, que él proponía, no era sino otra versión de la
sí mismo no habilitaba a los graduados de su instituto de forma- salud mental; la definía como la promoción de la salud mental,
ción para ejercer ningún tipo de terapia. En lo que respecta a los la asistencia a gente sana en las situaciones críticas cotidianas.
alcances de la regulación ministerial y posterior ley, los médicos La psicohigiene, un campo no médico pero fundamentado en la
graduados de la APA podían ejercer el psicoanálisis porque eran teoría psicoanalítica, era el espacio apropiado para desarrollar
médicos y no porque habían recibido su formación analítica en la la actividad profesional del psicólogo. Los psicólogos debían
APA. Legalmente, todos los médicos estaban habilitados para lla- difundir el conocimiento psicoanalítico sin practicar el psicoa-
marse a sí mismos psicoanalistas aunque no hubieran puesto nálisis ellos mismos. La razón era planteada por Bleger en estos
nunca un pie en la APA. La aceptación de psicólogos para llevar términos: "El psicólogo no debe ser alentado a ser terapeuta... los
a cabo su formación analítica no hubiera cambiado el status legal psicólogos tienen que ser orientados profesionalmente al campo
de los mismos; los psicólogos no estaban habilitados legalmente de la psicohigiene, se les debe muñir de los conocimientos nece-
para practicar psicoterapia en la ciudad de Buenos Aires y en sarios para actuar antes de que la genté enferme, dentro de activi-
algunas provincias del país, y la pertenencia o no a la APA hubie- dades grupales, institucionales y de trabajo en la comunidad".39
ra resultado irrelevante en este sentido. Pero debido a que, pese a Lo que se necesitaba, según Bleger, no era formar más psi-
todo, los psicólogos estaban llevando a cabo tratamientos psicoa- coanalistas, debido a que el impacto social de sus tareas tendría
nalíticos, la negativa de la APA a admitirlos en su seno no parecía un alcance limitado, sino crear un gran ejército de agentes de
responder a una mera cuestión de respeto por la ley sino a razo- salud mental, psicólogos formados en la teoría psicoanalítica
nes de orden estrictamente profesional; esto es, a la decisión de que podrían acceder a amplios sectores de la población para
restringir la oferta de analistas adecuadamente capacitados por prevenir las enfermedades mentales. El psicoanálisis era toda-
una institución reconocida como la única autorizada legítima- vía necesario, pero su práctica debía ser dejada a aquellos que
mente a formarlos. hubieran obtenido una formación adecuada en la APA, o sea a
Si bien la APA como institución no admitía psicólogos, los los médicos. En la práctica, las consecuencias concretas de su
psicoanalistas en forma individual sí los aceptaban con gusto en propuesta dejaban a los psicólogos subordinados de manera
grupos de estudio, para supervisión y para realizar tratamientos permanente al dominio de los psicoanalistas. Pero sigamos la
didácticos no oficiales. Muchos psicoanalistas de la APA eran lógica de su razonamiento.
docentes en la universidad o en instituciones privadas que ellos De acuerdo con Bleger (y con Freud), la terapia psicoanalí-
mismos organizaban.36 La comunidad psicoanalítica,, sin embar- tica y la investigación clínica son en realidad dos caras de la
go, no reconocía esta clase de formación. De hecho, aun los psi- misma moneda. Bleger define el psicoanálisis en sentido estricto
coanalistas más progresistas de la APA se mostraban tan preocu- como "el proceso de investigación y terapia que se realiza utili-
pados como sus colegas conservadores por mantener el saber zando la interpretación sistemática de la transferencia, anali-
"psi" bajo su jurisdicción y control. José Bleger se expidió sin zando la neurosis de transferencia y empleando la contratrans-
191
86 236
ferencia".40 Además, afirmaba que la clínica psicoanalítica era el numeroso, fueron los consumidores principales de los libros y
fundamento de la psicología científica. Los psicólogos, enton- otros escritos publicados por psicoanalistas. El prefacio de casi
ces, debían formarse en psicoanálisis y debían ser alentados a todos ellos da cuenta de esta tendencia.
utilizar esta teoría en su trabajo. Sin embargo, dado que a los Sin embargo, para que esta situación persistiera se necesita-
psicólogos no se les permitía ingresar al Instituto de Psicoanáli- ban dos condiciones: los psicólogos debían continuar formándo-
sis de la APA, no podían, por lo tanto, convertirse en psicoana- se en la doctrina psicoanalítica, en el uso de la teoría y la técnica,
listas y tampoco debían ser estimulados en esta dirección. "No pero al mismo tiempo no debían producir teoría por su cuenta al
debemos enseñarles a manejar el psicoanálisis clínico, aunque sí tiempo que debían seguir privados de la legitimidad de la prác-
deben tener información correcta y completa del mismo." 41 tica psicoanalítica.43 Este último punto era particularmente im-
Bleger llegó a proponer que la APA creara un instituto dirigido portante debido a que la dependencia teórica de los psicólogos
específicamente a la formación de los psicólogos pero dejando los empujaba a convertirse en clientes de los psicoanalistas de la
en claro que su objetivo no era educarlos para practicar el psi- APA. Bleger mismo sugirió esta idea:
coanálisis. Él también reconocía la importancia de las escuelas "El problema es entonces hallar los medios para que los psi-
privadas de psicoanálisis por fuera de la APA, siempre y cuan- cólogos reciban el aporte del psicoanálisis, sin dejar de ser psicólo-
do esas instituciones "se limiten a enseñar la teoría psicoanalíti- gos y sin que se transformen en psicoanalistas silvestres o en terapeu-
ca (y no su práctica)". El problema es que estaba incurriendo en tas... Lo que se hace necesario es que enseñemos [los psicoanalis-
una contradicción al establecer la distinción entre la teoría y la tas] el psicoanálisis de tal manera que incorporen [los psicólogos]
práctica ya que, tal como señalábamos, Bleger indicaba al mis- el pensamiento psicoanalítico... y que puedan operar según esa
mo tiempo que la teoría y la terapia no podían ser separadas. La comprensión con técnicas y procedimientos psicológicos".**
conclusión es, entonces, que los psicólogos podían difundir un Obsérvese el uso que hace Bleger de la expresión "analistas
saber psicoanalítico que por definición no podía ser generado ni silvestres" para referirse a los psicólogos que practicaban el psi-
teorizado por ellos. coanálisis. Este había sido el término utilizado por Freud para
Aunque el rol que Bleger proponía para los psicólogos describir a aquellos que ejercían el psicoanálisis sin una forma-
abrevaba en sus ideas acerca de cómo debía llevarse a cabo la ción adecuada; las personas que habían tenido una formación
organización de un sistema de salud mental, éste era cierta- analítica adecuada pero que no tenían título médico eran consi-
mente consistente con los intereses profesionales de los psicoa- deradas por el maestro vienés "analistas legos" o "profanos".
nalistas. Los psicólogos conformaban un segmento importante Mauricio Knobel estaba menos interesado que Bleger en
del mercado de terapias analíticas. Ellos tenían que buscar su asignarles a los psicólogos un rol específico como difusores del
formación en grupos privados y llevar adelante un análisis a saber psicoanalítico. Para él, a los psicólogos se les debería per-
costa de un sacrificio económico importante. De este modo, se mitir la práctica de la psicoterapia pero bajo la estricta supervi-
mantenía una rígida jerarquía. Mientras que los pocos sión de un médico. Esta restricción, según Knobel, aseguraría
analistas didactas certificados por la APA atendían sólo a que los psicólogos no pudieran invadir el dominio médico.
miembros de la APA, otros analistas de menor rango dentro de Knobel, como otros psicoanalistas, psicoanalizaba los términos
la institución (algunos, miembros adherentes o aun también del conflicto profesional: "Para el psicólogo, la lucha puede ser
candidatos) construían su clientela mayoritariamente con los ardua y angustiante. Las ansiedades depresivo-melancólicas
psicólogos. La porción del mercado que les quedaba a los psi- pueden movilizar reacciones también francamente maníacas,
cólogos estaba conformada por todos aquellos que no estaban uno de cuyos ejemplos puede ser el sentimiento de omnipoten-
en condiciones de afrontar las tarifas astronómicas que cobra- cia que permita presuponer que toda la patología humana es
ban los psicoanalistas de la APA. 42 Esta fragmentación del asequible y controlable mediante el manipuleo psíquico". Al
mercado y el prestigio de que gozaban los psicoanalistas expli- "psicoanalizar" los conflictos, Knobel, por lo tanto, estaba acu-
can por qué sus ingresos no se vieron afectados significativa- sando a los psicólogos del mismo pecado que él estaba come-
mente por la presencia de los nuevos profesionales. Además, tiendo: "omnipotencia psicológica". Según Knobel los psicólo-
debido a que los psicólogos constituían ahora un grupo tan gos deberían poder realizar tratamientos psicoterapéuticos sólo

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en aquellos casos en que la dimensión estrictamente anatomo- Desde el principio, la psicología (como el magisterio) fue
patológica de la enfermedad no se considerara relevante. Cómo considerada una profesión femenina. La carrera atraía a las
podía llevarse a cabo esta distinción, sin embargo, no queda mujeres, al menos, por tres razones. Primero, la misma estaba
claro.45 Lo que sí quedaba claro, a partir de estas afirmaciones, ubicada en la Facultad de Filosofía y Letras que había sido tra-
es que cualquier concepción del ser humano como "unidad dicionalmente una "facultad de mujeres". Segundo, dado que la
psicobiológica" dejaría la psicoterapia fuera del campo de ac- carrera de psicología era menos prestigiosa y exigente que la de
ción de los psicólogos. medicina, que demandaba guardias hospitalarias a veces noc-
De este modo, los psicólogos fueron ubicados por sus pro- turnas, era visualizada como una especialidad apropiada para
pios maestros en el medio de un sistema autoalimentado que los mujeres modernas en una sociedad conservadora. Tercero, la
subordinaba al poder de los psicoanalistas. Aunque los psicólo- psicología (en especial la psicología clínica) podía ser ejercida
gos trataban a un gran número de pacientes, tanto en sus con- en el hogar y, de este modo, a diferencia de otras profesiones,
sultorios privados como en instituciones, ellos sabían que el interfería menos con el decurso natural de las "obligaciones
prestigio social y profesional del que gozaban los analistas de la domésticas" de la mujer. La feminización de la profesión refor-
APA les estaba vedado.46 zaría la subordinación de los psicólogos al poder de psiquiatras
y psicoanalistas. En 1962, un grupo de graduados recientes en
GÉNERO Y PROFESIÓN psicología fundó la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires
(APBA) con el objetivo de proteger y desarrollar el status profe-
Desde el comienzo los psicólogos enfrentaron la necesidad sional al tiempo que para presionar por la reforma de la ley que
de definir una identidad profesional diferente de la de sus maes- limitaba sus actividades profesionales. Todos sus fundadores
tros y también tuvieron que confrontarse con los conflictos deri- menos uno eran mujeres.
vados de esta posición de subordinación. Este último aspecto se A veces no era fácil distinguir entre percepciones de género
complicaba, aún más, cuando se desarrollaba una fuerte relación e intereses corporativos. Adela Duarte, una de las fundadoras
transferencial entre profesor y alumno. Una cuestión de género de la APBA, recuerda la respuesta que recibió de parte del direc-
tornaba más difícil esta relación. Si bien había un creciente núme- tor nacional de Salud Mental (un psiquiatra) cuando fueron a
ro de mujeres médicas, los médicos y en particular los psiquiatras peticionar una nueva regulación que permitiera a los psicólogos
eran predominantemente hombres al igual que los psicoanalistas. ejercer la psicoterapia. "¿Cuántas son ustedes? ¿Doscientas chi-
Pese a que un número relativamente alto de mujeres había ingre- cas? Nosotros somos 28.000 médicos y ¿ustedes realmente pien-
sado a la APA, ellas constituían una minoría, sobre todo entre los san que vamos a entregar los recursos así para que ustedes pue-
analistas de mayor rango dentro de la institución. En 1970 sólo 22 dan sacarnos los pacientes?"49 A los psiquiatras les preocupaba,
de los 72 miembros titulares y 37 de los 108 miembros asociados además de la competencia, el hecho de que la nueva profesión
eran mujeres. Casi todos los psicoanalistas que ejercieron la do- estuviera copada por "chicas".
cencia en los cargos de titulares o adjuntos en la universidad en Poco a poco, sin embargo, más hombres comenzaron a estu-
los primeros años de las carreras de psicología fueron hombres.47 diar psicología y, rápidamente, ocuparon posiciones de liderazgo
Los estudiantes de psicología, en especial en los comienzos, en la APBA. De hecho se podría decir que la sobrerrepresentación
fueron en su mayoría mujeres. Rubén Ardila describía al "psicó- masculina entre aquellos que ocupaban cargos directivos es evi-
logo argentino típico" de principios de los '70 como una mujer dencia de que dentro de la institución de alguna manera se repro-
de alrededor de 31 años, que se dedicaba al psicoanálisis y que ducían los esquemas de dominación de género. El primer comité
estaba casada con un médico o con otro psicólogo. Comenzaba de dirección contaba con un solo hombre. El que cumplió su
su carrera en una institución pública trabajando sin cobrar para mandato entre 1967 y 1968 ya incluía a cinco. En 1968 el primer
obtener experiencia y luego abría su propio consultorio privado. presidente hombre asumió sus funciones. Desde entonces hasta
Sus ingresos no eran altos y leía sólo revistas profesionales pu- 1986, aunque la gran mayoría de los miembros de la asociación
blicadas en castellano, en general argentinas. Además, estaba en continuaban siendo mujeres, sólo tres ocuparon la posición de
tratamiento analítico.48 presidenta. Una de ellas, Beatriz Perossio, fue detenida-desapa-

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recida por la dictadura militar en 1977 mientras cumplía sus ta- éstos objetaron la inclusión de los trabajadores sociales en los
reas de presidenta de la organización y fue sucedida por el vice- servicios psiquiátricos con argumentos que sonaban muy pare-
presidente Hugo Vezzetti. Paulatinamente, la conformación del cidos a los utilizados por los médicos para excluir a los psicó-
alumnado fue cambiando y se fueron graduando más psicólogos logos.55
hombres. De este modo, la profesión comenzó a ser percibida Más allá de las tensiones y contradicciones que atravesa-
como un espacio también "masculino". Como contrapartida, los ban la identidad profesional de los psicólogos, los sectores más
psicólogos asumieron una actitud más activa para desafiar el sta- críticos de la profesión se concentraron en liberar a los psicólo-
tus de subordinación en el que se encontraban. Como señala una gos del modelo de formación establecido por la APA. A sus
integrante femenina de la APBA, el año 1968 significó un momen- actividades gremiales tradicionales, la APBA fue incorporando
to de viraje para la APBA y la profesión: "Tal vez no sea casual gradualmente otras caracterizadas como "científicas o educati-
que él [Osvaldo Devries] —nuestro primer presidente hombre— vas". A fines de los años '60, bajo la dirección de su primer
haya tomado para sí la tarea de reorganizar".50 presidente hombre, se organizaron cursos y seminarios, mu-
La masculinización de la profesión y la efervescencia políti- chos de ellos a cargo de psicoanalistas "progresistas" y otros
ca de fines de los años '60 alentaron a los profesionales a cues- dictados por psicólogos. El objetivo era crear un espacio alter-
tionar los modelos tradicionales. La APBA asumió un compro- nativo de formación por fuera de la APA y, de este modo,
miso activo en el terreno político. En 1967 la CGT de los Argen- adquirir independencia respecto del circuito tradicional del
tinos invitó a la APBA a trabajar en villas miseria. Sobre el final psicoanálisis; en otras palabras, cortar el "cordón umbilical"
de los años '60 la APBA organizaba huelgas en los hospitales que ataba a los psicólogos al establishment psicoanalítico.
generalmente en respuesta a los abusos de poder que los médi- Además, a medida que se graduaban más generaciones de psi-
cos ejercían sobre los psicólogos.51 cólogos en las diferentes universidades (entre ellas, las univer-
Algunos psicólogos comprometidos políticamente comen- sidades privadas que proliferaron en los años '60 y cuyos gra-
zaron a considerar su profesión como una herramienta para la duados fueron admitidos en la APBA luego de 1972), había
revolución social y, en esta dirección, a criticar el modelo psi- cada vez más profesores universitarios psicólogos que podían
coanalítico de la psicología como profesión liberal. De acuerdo ahora servir como modelos profesionales alternativos. De to-
con la APBA, la mayoría de los psicólogos se veían a sí mismos dos modos, la actitud de los psicólogos hacia el psicoanálisis
como profesionales con un alto grado de preparación científi- siguió siendo ambivalente. La mayoría de los psicólogos consi-
ca, poseedores de "instrumentos conceptuales que les permi- deraba todavía a los psicoanalistas didactas de la APA como
tían modificar la realidad humana".52 En el mismo sentido, el sus padres intelectuales. Esto explica por qué la gran mayoría
40% de un grupo de psicólogos encuestados a comienzos de los de los psicólogos entrevistados a comienzos de los años '70
años '70 decía que para ellos el "trabajo ideal" sería la "plani- estaban en análisis con psicoanalistas.56
ficación, psicohigiene, psicología comunitaria, institucional".53 Sin embargo, en el clima politizado de fines de los años '60
Esta percepción del rol del psicólogo, muy cercana a la pro- las actitudes hacia el psicoanálisis tradicional se volvieron más
puesta de Bleger, coexistía con los reclamos continuos contra críticas. La APA comenzó a ser vista como una institución
las intenciones de subordinar la práctica profesional de los psi- opresiva y cuando ella misma atravesó su crisis en 1971, los
cólogos al poder de los psiquiatras y psicoanalistas.54 Más allá psicólogos respondieron con rapidez para aliarse con los psi-
de su retórica crecientemente revolucionaria, sin embargo, la coanalistas disidentes que abandonaron la institución. Bleger,
APBA continuó trabajando intensamente en pos de la afirma- que eligió quedarse en la APA, fue abiertamente criticado a
ción de un lugar para la psicología entre las profesiones libera- pesar del papel que había jugado como "padre espiritual" para
les. Para muchos psicólogos, la única fuente de ingresos era la varias generaciones de psicólogos. Una serie de documentos
práctica privada. Paradójicamente, a medida que los psicólo- publicados por estudiantes y profesionales, muchos de ellos
gos veían que sus esfuerzos eran recompensados, tomaron compilados en un volumen publicado en 1973 con el título El
medidas para excluir a sus potenciales competidores. Según el rol del psicólogo, reconocía claramente la contradicción que
relato de los psicoanalistas que trabajaron cerca de psicólogos, existía entre "la identificación profesional con la práctica pro-
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fesional de nuestros maestros (psicoanalistas) que ofrece un estado de pureza pero está suficientemente elaborado para
lugar confortable dentro del sistema (práctica liberal en el con- aguantar la amalgama con la realidad social".61
sultorio privado) y, por otro lado, la necesidad de adquirir una Roberto Harari, futuro presidente de la APBA y uno de los
identidad profesional que incluya la dimensión social... (el rol primeros psicólogos en publicar trabajos sobre la teoría psicoa-
de) agentes de cambio social".57 nalítica lacaniana, le respondió a Danis con dureza.62 Para
Estas tensiones aparecían reflejadas también en las páginas Harari, las diferencias entre la labor del psicólogo y la del psi-
de la Revista Argentina de Psicología (RAP), la publicación oficial coanalista eran superficiales. Los psicólogos tenían los mismos
de la APBA, fundada en 1969.58 Si bien la revista tenía un enfo- derechos que los psicoanalistas formados en la APA para ejercer
que más interdisciplinario que el de la Revista de Psicoanálisis de el psicoanálisis. En este sentido, Harari introducía una clara lí-
la APA, a la vez que criticaba abiertamente a esta institución nea divisoria entre ciencia y profesión. Dado que el psicoanáli-
desde sus páginas se invitaba a analistas destacados de la Aso- sis era una ciencia y no una profesión, concluía Harari, no tenía
ciación Psicoanalítica a que enviaran artículos y a participar en sentido usar la caracterización de psicólogo o de psicoanalista
las mesas redondas. La APBA también buscó el apoyo de la para discutir una práctica e identidad profesionales.63
APA (sin éxito) en su lucha por mejorar el status profesional de Cabe destacar que los participantes de este debate asumieron
los psicólogos.59 posiciones acordes a la percepción de su género. Danis compartía
En el primer número de la RAP el analista lacaniano Oscar con los psicoanalistas (hombres) la idea de que los psicólogos (en
Masotta atacó las ideas psicoanalíticas de Emilio Rodrigué con su mayoría mujeres) debían tener una identidad diferente de la
ácida ironía.60 Rodrigué había sido el presidente de la APA has- de los psicoanalistas y subordinarse a ellos. Ella estaba "femini-
ta el año anterior. Las críticas de Masotta iban dirigidas no sólo zando" la profesión. Harari, en cambio, no reconocía diferencias
contra Rodrigué sino contra todo el establishment psicoanalíti- entre los psicólogos y los psicoanalistas. Para él, la cuestión cen-
co. Su argumento principal era que los analistas de la APA no tral no era el status de la profesión sino el status epistemológico
entendían a Freud y que tampoco estaban en condiciones de de una ciencia para la que los psicólogos estaban tan bien prepa-
hacerlo. Rodrigué respondió con la misma ironía en el número rados como los médicos para practicar y teorizar.
siguiente. Masotta no era miembro de la APBA y ni siquiera era
psicólogo. El hecho de que la primera crítica fuerte a la APA BUSCANDO UN LUGAR BAJO EL SOL
enunciada desde las páginas de la RAP proviniera de un outsider
y que, sin embargo. Rodrigué haya tenido la oportunidad de A diferencia de la APA, la APBA pronto se comprometió
contestarle quedándose con la última palabra (no se lo autorizó políticamente. La APBA se organizó desde un principio y fun-
a Masotta a responder a Rodrigué, y recién pudo hacerlo en 1971
cionó como una asociación gremial más que como una institu-
en la revista Cuadernos Sigmund Freud) permite observar los sen-
ción científica o educativa, al tiempo que seguía manteniendo
timientos contradictorios de los psicólogos hacia el establish-
un vínculo estrecho con las universidades. Los psicoanalistas de
ment psicoanalítico.
la APA, en cambio, tomaron distancia de la profesión médica
Las tensiones derivadas de las cuestiones de género en la salvo en las ocasiones en las que necesitaban hacer uso de sus
profesión estaban también presentes dentro de las páginas de la credenciales profesionales.64 Los psicólogos tenían también una
RAP. En el primer número Juana Danis hacía propia la propues- presencia más amplia que los psicoanalistas en el sistema públi-
ta de Bleger en el sentido de que los psicólogos debían adquirir co de salud, donde trabajaban con pacientes pertenecientes a la
conocimientos psicoanalíticos pero abstenerse de su práctica, y clase obrera. Los psicólogos demostraban, en general, una actitud
que al mismo tiempo las teorías psicoanalíticas tenían que asu- más flexible que los psicoanalistas ortodoxos de la APA frente a
mir un rol más bien social que terapéutico. Los psicólogos de- métodos psicoterapéuticos alternativos. Las políticas represivas
bían operar como "agentes de cambio" en la comunidad. No era de los regímenes militares que se sucedieron guardaron una rela-
su función principal curar o profundizar en los aspectos incons- ción estrecha con el proceso de politización de los psicólogos. Los
cientes de las conductas sociales. Según Danis, en manos de los militares visualizaron la Facultad de Filosofía y Letras, y las ca-
psicólogos, el saber psicoanalítico "ha perdido quizás algo de su rreras de psicología y de sociología en particular, como un terre-
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no fértil para el desarrollo de la subversión. En los años '70 un tener el reconocimiento legal de su función como psicoterapeu-
general tildó a Freud y a Marx como delincuentes intelectuales.65 tas. La nueva alianza eliminaba de hecho las distinciones profe-
Después del golpe del '66, la carrera de psicología fue vir- sionales; FAP, APBA y otras asociaciones formaban ahora la
tualmente cerrada y muchos docentes fueron obligados a renun- organización izquierdista Coordinadora de Trabajadores de la
ciar. El gobierno militar que tomó el poder en 1976 perjudicó la Salud Mental. Todos los profesionales que trataban con enfer-
carrera aún más colocándola bajo la supervisión directa del rec- mos mentales, desde los psiquiatras hasta las enfermeras, eran
tor de la universidad y contratando como directores de ella a considerados ahora "trabajadores de la salud mental", sin dis-
personas totalmente ajenas a la profesión.66 Los gobiernos mili- tinción de rango. La base más importante de la formación de
tares que manejaron el país en los años '60 y los '70 no se estos trabajadores provenía de la teoría psicoanalítica y esto no
entrometieron mayormente con la APA como institución, aun- era objeto de discusión. Como resultado de este proceso, sin
que algunos de sus miembros sufrieron persecuciones; en cam- embargo, la APA había perdido su monopolio. Aunque legal-
bio, la carrera de psicología era usualmente el primer lugar don- mente aún no contaban con el derecho de ejercer la psicoterapia,
de descargaban su furia. La APBA también sintió las consecuen- en la práctica habían logrado extender el dominio "psi".
cias de las políticas militares, en especial después de 1976. Tal Los psicólogos encajaban mejor que muchos analistas de la
como hemos señalado, una de sus presidentas desapareció, fue APA en el modelo de intelectual politizado del período. Además,
torturada brutalmente antes de ser asesinada por los militares y contribuyeron con el proceso de desmedicalización de la profe-
muchos psicólogos fueron arrestados y sufrieron tormentos. La sión al abrir el juego a través de la búsqueda de fuentes alterna-
sede de la APBA fue allanada varias veces. Los psicólogos (par- tivas de legitimación. Se mostraron, entonces, más receptivos a la
ticularmente los más comprometidos social y políticamente) lectura lacaniana del psicoanálisis, que establecía vínculos estre-
eran vistos como agentes de resistencia al orden militar y así chos con la lingüística y la filosofía en detrimento de la medicina.
comenzaron a verse a sí mismos. El status profesional de los psicoanalistas ortodoxos derivaba de
La politización de la profesión y la posición subordinada que su pertenencia a una organización internacional, la IPA. Jacques
ocupaban los psicólogos en la jerarquía "psi" permiten explicar la Lacan, que había sido expulsado de la IPA en los años '50, se
alianza establecida con los disidentes de la APA en 1971. Los había convertido en un crítico agudo de esta organización y había
psicólogos se habían mostrado tradicionalmente reticentes a bus- fundado su propia escuela, que ofrecía una fuente de legitimidad
car el apoyo de los médicos. Aun en 1970, algunos miembros de para la práctica analítica que no sólo se ubicaba fuera de la IPA,
la APBA objetaron la idea de pedir el apoyo de la FAP cuando sino en franca oposición a ella. La alianza de los psicólogos argen-
entraron en conflicto con las autoridades de un hospital. Los psi- tinos con el lacanismo se vio reflejada en las páginas de la RAP.
cólogos, argumentaban, debían ser capaces de pelear sus propias En ella convivían artículos sobre Louis Althusser, la lingüística, la
batallas; en todo caso, consideraban que podían esperar poca semiótica y la antropología, con trabajos sobre la teoría psicoana-
ayuda de parte de los médicos. Sin embargo, dos años después, la lítica o acerca de problemas específicos de la profesión. El
APBA se unió a la FAP para auspiciar el Centro de Docencia e lacanismo encontró un hogar en la RAP mucho antes de que el
Investigación (CDI), una organización paraguas, abiertamente iz- nombre de Lacan apareciera por primera vez en la Revista de Psi-
quierdista, que brindaba formación psicoanalítica para el grupo coanálisis. El índice de contenidos de un número de la RAP de
ahora definido como de "trabajadores de la salud mental".67 1971 es representativo de la amplitud de intereses de sus editores:
Como la mayor parte de la intelectualidad argentina de izquier- "Función del padre y creaciones culturales", del psicoanalista
da, muchos psicólogos políticamente activos se comprometieron francés Guy Rosolato; "Acción y estructura", de Jacques-Alain
con el ala izquierdista del peronismo. Miller; "Condiciones de producción y de ideologización de las
La participación de los psicólogos en el CDI y su asociación ciencias sociales en los países dependientes", de Mario Margulis;
con la FAP y con los analistas disidentes permitieron la consoli- "La responsabilidad de los padres y los medios de comunicación
dación de un status profesional más elevado. Ellos podían con- masivos", de Eva Giberti, y "La problemática de Louis Althusser
tar ahora con el apoyo de sectores progresistas de la profesión y la epistemología de las ciencias sociales" de Eliseo Verón y Raúl
médica para lograr el objetivo, tan largamente anhelado, de ob- Sciarreta.
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La expansión del lacanismo debe ser leída pues sobre el 1982, páginas 103-22, en promedio sólo el 9% de los psicólogos latinoamerica-
fondo del clima intelectual de los años '70 y la relación con el nos trabajaba en la práctica privada.
2 De acuerdo con Hornstein, Gail, "The Return of the Repressed:
estructuralismo. Para aquellos psicólogos que estaban prepara- Psychology's Problematic Relations with Psychoanalysis, 1909-1960", en
dos para romper definitivamente con la APA, el lacanismo les American Psychologist 47, número 2, febrero de 1992, páginas 254-63, "hacia
ofrecía una fuente adicional de identidad profesional.68 El difícil 1950, la investigación en psicoanálisis había llegado a ser tan popular que
proceso de construir una identidad llevó a los psicólogos a bus- (...) una nueva industria nació de esta demanda". Para una visión general
car modelos en las versiones no médicas del psicoanálisis. Tal del desarrollo de la psicología como profesión en los Estados Unidos, ver
Capshew, James, Psychologists on the March: Science, Practice and Professional
como dos psicólogos prominentes destacaron, el lacanismo fue Identity in America, 1929-1969, New York, Cambridge University Press,
la primera teoría psicoanalítica novedosa que consiguió una 1999.
amplia aceptación sin haber sido propuesta por la APA.69 Por 3 Grego, Beatriz, e Irene Kauman, "El lugar del psicólogo en el proceso

otro lado, en un clima de alta efervescencia política como el que de la producción del psicoanálisis en Buenos Aires", en Britch et al.. El rol del
estaba viviendo el país, el lacanismo ofrecía una lectura "iz- psicólogo, Buenos aires, Nueva Visión, 1973, página 72.
4 Según los datos de una encuesta realizada por la Asociación de Psicó-
quierdista" y contestataria del psicoanálisis, por fuera de las logos de Buenos Aires en 1970, tres de las cinco carreras de psicología de las
instituciones oficiales. Finalmente, los médicos perdieron el universidades privadas de Buenos Aires tenían una orientación psicoanalíti-
control de la terapia psicoanalítica y de la teoría freudiana. ca definida. Archivo APBA, "Libro de asambleas", vol. 2, 19 de octubre de
Las tensiones provocadas entre los psicólogos por la defini- 1970, páginas 40-42.
5 Había además 1.159 estudiantes de psicología en la Universidad de
ción de una identidad profesional se relajaron sólo cuando, a co- Córdoba, 699 en Rosario, 693 en La Plata, 360 en Tucumán y 245 en Cuyo. Ver
mienzos de los años '80, la prohibición de la práctica de la psicote- Chaparro, Félix, "La carrera de psicología en las universidades nacionales",
rapia fue finalmente eliminada luego de un intenso lobby llevado a en Revista Argentina de Psicología I, número 2, diciembre de 1969, páginas 147-
cabo por un grupo grande de gente con el eslogan "Hacer legal lo 54. Aunque no poseo cifras sobre los graduados, la conjunción de licenciados
que es legítimo". Cuando se suprimió la prohibición, la APA y la en psicología y sociología que se graduaron en la Facultad de Filosofía y
Letras aumentó de 78 en 1961 a 655 en 1967. En los últimos años sólo 142 eran
Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA, escindida de hombres. El número de estudiantes que cursaban las carreras de filosofía,
la APA en 1976) permitieron el ingreso de los psicólogos para rea- literatura y humanidades en universidades públicas de todo el país creció de
lizar una formación analítica ortodoxa. Por otra parte, las institu- 9.732 en 1958 a 19.943 en 1965. Ver Argentina, Ministerio de Cultura y Edu-
ciones psicoanalíticas no afiliadas a la IPA, muchas de ellas asocia- cación, Educación en cifras, 1961-1970, cuadro VI.I.8, página 261, y Educación en
cifras, 1958-1967, cuadro VI.I.4, página 89.
das a las doctrinas de Lacan, proliferaron en Buenos Aires a lo 6 No todos ellos, por supuesto, estaban ejerciéndolo. Ver Alonso, Mo*"
largo de las décadas del '70 y del '80. Algunas ofrecieron formación desto, La psicología en la República Argentina, Buenos Aires, mimeo, 1996.
analítica según los cánones lacanianos, que en general son mucho 7 La Argentina tiene a lo largo de todo el país 120 psicólogos cada
menos rígidos y exigentes que los de la IPA. Asimismo, dado que 100.000 habitantes. Brasil tiene 54 y Estados Unidos 56. Ver Alonso, Psicología
el movimiento lacaniano ya había obtenido una amplia aceptación en la República Argentina.
entre los porteños, los psicólogos dejaron de esperar de la IPA el ' Litvinoff y Gómel, El psicólogo y su profesión, página 118. El 7% restante
debe haber elegido' "análistas salvajes", psicoanalistas que ejercían sin haber
reconocimiento profesional como psicoanalistas. Los psicólogos, completado su formación analítica.
luego de ocupar un papel principal en la difusión del psicoanálisis 9 En ese año, el 24% de todos los estudiantes de la UBA estaba en trata-

en la cultura argentina durante más de veinte años, lograron por miento psicoterapéutico, el 28% del total de estudiantes en tratamiento perte-
fin reclamar este dominio del saber. necía a la clase social de ingresos más altos y el 22%, a una clase menos
pudiente. Ver Toer, Mario, Cómo son los estudiantes: perfil socioeconómico y cul-
tural de los estudiantes de la UBA, Buenos Aires, Catálogos, 1990. Resulta inte-
resante destacar que los investigadores hayan decidido incluir una pregunta
acerca de la psicoterapia en una investigación sobre el status socioeconómico
y cultural de los estudiantes universitarios.
NOTAS 10 En la ley 17.132, artículo 93, se lee lo siguiente: "(Psicólogos) podrán
V actuar en psicopatología únicamente como colaboradores del médico especia-
1Ver Litvinoff, Norberto, y Silvia de Gomel, El psicólogo y su profesión, lizado en psiquiatría, por su indicación y bajo su supervisión (...) debiendo
Buenos Aires, Nueva Visión, 1975. De acuerdo con Rubén Ardila, limitar su actuación a la obtención de tests psicológicos y a la colaboración en
"Psychology in Latin America Today", en Annual Review of Psychology 33, tareas de investigación (...) Les está prohibida toda actividad con personas

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enfermas fuera de lo expresamente autorizado en párrafos precedentes, asi- Emerging Profession: Psychology, Sociology, and Medicine", en American
mismo como la práctica del psicoanálisis y la utilización de psicodrogas". Ver Sociological Review 15, diciembre de 1960, páginas 902-14.
29 Ver Etehegoyen, "Estado actual de la psicoterapia en la Argentina",
Boletín Oficial, 31 de enero de 1967, páginas 2-9.
" Toer, Cómo son los estudiantes, página 15. en Bermann, Gregorio (comp.). Las psicoterapias y el psicoterapeuta, Buenos
12 Ahora los psicólogos ya pueden ingresar en las asociaciones Aires, Paidós, 1964.
30 Sobre las reacciones de los psiquiatras frente al psicoanálisis, ver
psicoanalíticas; el 96% de los psicólogos afiliados a la APA y a APdeBA si-
guen siendo mujeres. Ver Alonso, Psicología en la República Argentina. Knobel, Mauricio, "Diagnóstico y psicoterapia: una concepción psicodi-
13 Ardila, "Psychology". Papini, Mauricio, "La psicología experimental ar- námica de la psiquiatría de urgencia y del rol del psicólogo", en Revista
gentina durante el período 1930-1955", en Revista Latinoamericana de Psicología 10, Interamericana de Psicología 6, números 1-2, 1972, páginas 111-20.
31 Balán, Cuéntame tu vida, página 148.
número 2, 1978, páginas 227-58, menciona un laboratorio de psicología experi-
32 Bermann, Gregorio, "Los psicólogos en la práctica médica", en
mental creado por Víctor Mercante en la Escuela Normal de San Juan en 1891.
14 Alberini, Coriolano, Precisiones sobre la evolución del pensamiento argen- Bermann, Nuestra psiquiatría, Buenos Aires, Paidós, 1960, página 177.
33 Sobre la evolución de las relaciones entre la corporación médica y el
tino, Buenos Aires, Dolencia/Proyecto Cinae, 1981, página 80. Ver también
Klappenbach, Hugo, "La recepción de Wundt en la Argentina, 1907: creación Estado en los años '60, ver Belmartino, Susana, y Carlos Boch, El sector salud
del segundo curso de psicología en la Universidad de Buenos Aires", en en la Argentina: actores, conflictos de intereses y modelos organizativos, 1960-1985,
Revista de Historia de la Psicología 15, 1994. Buenos Aires, Organización Panamericana de la Salud, 1994.
15 Para una introducción esclarecedora acerca de los orígenes de la psi- 34 Knobel, "Diagnóstico y psicoterapia".
35 Galende, Emiliano, Psicoanálisis y salud mental: para una crñica de la
cología en la Argentina, ver Vezzetti, Hugo, "Estudio preliminar", en
Vezzetti (comp.). El nacimiento de la psicología en la Argentina. Pensamiento razón psiquiátrica, 3« edición, Buenos Aires, Paidós, 1994, página 252.
psicológico y positivismo, Buenos Aires, Puntosur, 1988. 36 Una encuesta realizada entre un grupo representativo de psicólogos a
16 Lo que sigue se basa en uno de los programas que se dictaron en los comienzos de los años '70 indicaba que una gran cantidad de ellos no sólo
cursos de psicología de la Universidad de Buenos Aires. Para un análisis más estaba en terapia con psicoanalistas sino que también controlaba sus casos con
detallado, ver Plotkin, Mariano, "Freud en la Universidad de Buenos Aires: la psicoanalistas. Ver Litvinoff y Gomel, El psicólogo y su profesión, página 108.
primera etapa hasta la creación de la carrera de psicología", en Estudios Inter- 37 Acta Psiquiátrica y Psicológica Argentina 8, número 1, marzo de 1962.

disciplinarios de América Latina y el Caribe 7, número 1, enero-junio de 1996, 33 En 1965 se creó una cátedra de Higiene Mental en la carrera de psico-

páginas 23-40. logía de la Facultad de Filosofía, y Bleger fue su titular. Bleger debía saber
17 Ver Piñero, Horacio, "La psicología experimental en la República que los psicólogos necesitaban trabajar como profesionales independientes
Argentina", en El nacimiento de la psicología en la Argentina, Hugo Vezzetti porque muchas instituciones que los contrataban (aun las más progresistas,
(comp.), Buenos Aires, Puntosur, 1988, páginas 43-54. como el Hospital Aráoz Alfaro) no les pagaban. Ver Bleger, José, Psicohigiene
" Serebriani, Reggy, entrevista personal, Buenos Aires, 3 de octubre de y psicología institucional, Buenos Aires, Paidós, 1976, página 41.
39 Ibíd., 185; el subrayado es de Bleger.
1996.
19 Ver Rossi, Lucía, y colab.. La psicología antes de la profesión: el desafío de 40 Ibíd., 172; Bleger, José, "El tratamiento psicoanalítico", en Las

ayer: instituir las prácticas, Buenos Aires, Eudeba, 1997. psicoterapias y el psicoterapeuta, Gregorio Bermann (comp.), Buenos Aires,
20 Papini, "Psicología experimental". Paidós, 1964, página 70.
21 Los psicoanalistas de la APA eran Willy Baranger, Angel Garma, 41 Bleger, Psicohigiene, página 186.
42 Grego y Kauman, "Lugar del psicólogo", página 86.
Mauricio Knobel y Emilio Rodrigué.
22 Vezzetti, Hugo, "Orígenes de la psicología", en Gaceta Psicológica, 43 La ausencia dfe investigación psicólogica llevada adelante por psicólo-

número 93, octubre-noviembre de 1992, páginas 23-25. gos fue señalada por Eliseo Verón en 1965. "Coloquio sobre las relaciones
23 Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografía colectiva del psicoanálisis en entre psicología y sociología", en Revista Latinoamericana de Sociología I, núme-
la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991, páginas 146-47. ro 1, marzo de 1965, página 118. En 1968 había sólo tres proyectos de inves-
24 Se crearon carreras similares en La Plata, Córdoba, Tucumán y en tigación en curso en el Instituto de Psicología. Entre 1969 y 1973 no hubo
otros lugares. Es interesante señalar que la Universidad de Buenos Aires ninguno. Ver Papini, "Psicología experimental".
44 Citado en Estudiantes delegados de materia (Psicoanalítica II) y do-
concedía el título académico de licenciado mientras que otras carreras otorga-
ban el grado profesional de psicólogo. La necesidad de estudios de doctorado centes de la Asociación de Docentes de la Facultad de Filosofía y Letras de la
se propuso en diversas oportunidades en Buenos Aires pero no se materializó UBA, primer cuatrimestre de 1971, "La producción del psicoanálisis en Bue-
hasta bastante recientemente. nos Aires y la relación entre el psicoanalista y el psicólogo.", en Susana Britch
25 Balán, Cuéntame tu vida, página 148. (comp.). El rol del psicólogo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1973, página 36.
_ 26 Grego y Kauman, "El lugar del psicólogo", página 71. Subrayado en el original.
27 La idea de que el psicoanálisis llenaba un vacío teórico fue sugerida 45 Knobel, Mauricio, "La función psicoterapéutica del psicólogo", en

por Luis Felipe García de Onrubia, 'Tres momentos en la constitución de la Susana Britch (comp.), El rol del psicólogo, páginas 228, 239.
o psicología argentina", en Rossi, Psicología antes de la profesión, página 68. 46 Ver v.g., "Una pregunta pocas veces respondida: ¿por qué se

' 28 Ver Goode, William, "Encroachment, Charlatanísm, and the sicoanalizan los jóvenes?". Gente, 27 de agosto de 1972. Dos de los jóvenes

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entrevistados dijeron que tenían más confianza en sus psicoanalistas porque psicanalitico no Rio de Janeiro na década de 70: A produçâo de urna
eran médicos. Uno de ellos, sin embargo, dijo que estaba en ese momento en psicologia psicanalitica e seus efeitos sobre a formaçâo profissionai" en Joël
terapia con un psicólogo y que era una buena experiencia. Birman, Percusos na historia da psicandlise. Rio de Janeiro, Taurus, 1988, pági-
47 Por ejemplo, todas las posiciones de jefe de trabajos prácticos y de nas 123-50. ' r e
adjunto de la cátedra de Bleger de Higiene Mental estaban ocupadas por 69 Grego y Kauman, "Lugar del psicòlogo", página 118.
hombres. Todas las de ayudantes de docencia y auxiliar, por mujeres. Ver
Bleger, Psicohigiene, página 202.
® Ardila, Rubén, "La psicología en la Argentina", en Revista Latinoame-
ricana de Psicologia, IX, 1979.
49 Revista Argentina de Psicología 68, enero-febrero de 1986, página 7.
50 Ares, Isabel, "La 'fuerza' de una institución: crecimiento y participa-

ción", en Revista Argentina de Psicología 68, enero-febrero de 1986, página 22;


el subrayado es mío.
51 Cuando un grupo de psicólogos peticionó por mejores condiciones de

trabajo en el Hospital Tornú en 1970, les dijeron que deberían estar agradeci-
dos por el solo hecho de trabajar en el hospital. Archivos APBA, "Libro de
actas", voi. 2, 15 de septiembre de 1970, página 33.
52 Confederación de Psicólogos de la República Argentina, "Declaración

de principios y anteproyecto de estatutos", en Revista Argentina de Psicología


3, número 11, mayo de 1972, páginas 193-97.
53 Grego y Kauman, "Lugar del psicólogo", página 125.
54 A modo de ejemplo de estas contradicciones, ver Estudiantes delega-

dos, "Producción del psicoanálisis", páginas 42, 44.


55 Knobel, "Función psicoterapèutica", página 229.
56 Litvinoff y Gomel, El psicólogo y su profesión, página 227.
57 Susana Bricht y colab., "Para dialogar sobre el rol del psicólogo", en

Bricht y colab.. Rol del psicólogo, páginas 7-8.


58 En 1966 la APBA tenía 112 miembros titulares (graduados) y 14 miem-

bros asociados (estudiantes que habían cursado más de 20 materias).


39 Harari, Roberto, entrevista personal, Buenos Aires, 11 de noviembre

de 1996.
60 Masotta, Oscar, "Leer a Freud", en Revista Argentina de Psicología I,

número 1, septiembre de 1969, páginas 19-25.


61 Danis, Juana, "El psicólogo y el psicoanálisis", en Revista Argentina de

Psicología I, número 1, septiembre de 1969, páginas 75-82.


42 Roberto Harari ganó legitimidad como teórico cuando le envió un

artículo a Louis Althusser y recibió una carta de felicitación por la cual lo


alentaba a seguir trabajando en esa dirección. El artículo y la carta de
Althusser se reproducen en Bricht y colab.. Rol del psicólogo.
a Harari, Roberto, "El psicoanálisis y la psicoanalización del psicólogo

(a partir de 'El psicólogo y el psicoanálisis' de Juana Danis)", en Revista Ar-


gentina de Psicología I, número 3, marzo de 1970, páginas 147-59.
64 Avelluto, Oscar, entrevista personal, Buenos Aires, 10 de diciembre

de 1996.
65 Era el secretario general de la Universidad de Córdoba, un oficial

militar en actividad.
66 Uno de estos directores fue un criminòlogo.
47 Archivos APBA, "Libro de actas", voi. 2, 15 de septiembre de 1970,

página 34.
a La profesionalización de los psicólogos argentinos y la influencia de

Lacan sobre el psicoanálisis argentino se pueden leer en espejo a través de los


desarrollos en Brasil; ver Ana Cristina Figueiredo, "O movimento

191
86 252
CAPÍTULO 7

EL ENCUENTRO ENTRE MARX Y FREUD

Uno de los fenómenos culturales más importantes que con-


tribuyeron a la emergencia de una cultura psicoanalítica en la
Argentina sólo ha sido mencionado de manera tangencial hasta
ahora en este trabajo: el cruce entre el psicoanálisis y la política
y, en especial, la incorporación del psicoanálisis entre las herra-
mientas teóricas de la izquierda intelectual. Durante los años
'60, sectores críticos de la izquierda comenzaron a ver en el psi-
coanálisis no sólo una técnica terapéutica sino también un ins-
trumento teórico para analizar a la sociedad. Esto constituyó un
estímulo fundamental para el psicoanálisis debido a la enorme
influencia de la que gozaba esta nueva izquierda en la cultura
argentina de aquellos años.1 En la década y media que sucedió a
la Revolución Cubana, los intelectuales de izquierda dominaron
el campo de la producción cultural en América latina como nun-
ca antes lo habían hecho. Los intelectuales de la nueva izquier-
da, muchos de ellos sin una adscripción partidaria formal, ejer-
cieron una amplia influencia desde México hasta la Argentina.
Dos elementos que hicieron de la Argentina un caso particular
fueron el lugar central que jugó la experiencia peronista en la
definición de la identidad de la nueva izquierda y la incorpora-
ción del psicoanálisis a su artillería conceptual.

El psicoanálisis, la política y la izquierda

Los desencuentros entre la izquierda comunista tradicional


y el psicoanálisis son parte de una historia antigua que se re-
monta a la década del '30. Después de la Revolución Bolchevi-
que, el Estado soviético no sólo permitió el desarrollo del psi-
coanálisis sino que creó varias instituciones dedicadas a la in-
vestigación psicoanalítica y a su práctica. Detrás de este interés
por la disciplina estaban León Trotsky y un grupo de intelectua-

I 255
les y médicos que se reunían a su alrededor. Luego de la caída do al nivel de aceptación que tenía el psicoanálisis entre secto-
de Trotsky, y en parte como consecuencia de ella, los psicoana- res independientes. Ya en 1960 Héctor Agosti se quejaba públi-
listas cayeron en desgracia, las instituciones se cerraron, y hacia camente de los "neomarxistas" que "se alimentan de una sopa
el principio de los años '30 el psicoanálisis había sido silenciado ecléctica: marxismo mezclado con psicoanálisis".5 En 1961, la
en la Unión Soviética.2 revista cultural de izquierda El Escarabajo de Oro distinguía en-
A lo largo de los años '30, aunque oficialmente repudiaba al tre el verdadero revolucionario de izquierda y el snob
psicoanálisis, el Partido Comunista Argentino era más o menos pseudoizquierdista que estaba más preocupado por el psicoaná-
tolerante con este tipo de desviaciones en el contexto más am- lisis, la mescalina y el rock que por los avatares de la Revolución
plio de las políticas de frente popular. Como vimos en el capítu- Cubana.6 Para la izquierda tradicional, el psicoanálisis era un
lo 1, médicos cercanos al partido mostraron interés por el psi- lujo burgués como también lo era la vanguardia artística promo-
coanálisis, en algunos casos intentando combinarlo con la vida por el Instituto Torcuato Di Telia.7 Sin embargo, y para
reflexología, sin sufrir por ello mayores consecuencias. Más tar- regocijo de los psicoanalistas, algunos comunistas se psicoanali-
de, luego del fin de la Segunda Guerra Mundial, en la nueva zaban en secreto después de haber padecido experiencias frus-
atmósfera intelectual signada por las rigideces de la Guerra Fría, trantes con la reflexología.8 Incluso algunos psiquiatras comu-
la situación cambió radicalmente. El psicoanálisis fue condena- nistas encontraban que la reflexología no estaba a la altura de
do de manera tajante como una doctrina burguesa e idealista.3 sus expectativas y comenzaron a probar terapias de orientación
A partir de 1942, la existencia de una asociación psicoanalítica psicoanalítica.9 Algunos de ellos se acercaron a Pichón Rivière
afiliada a la IPA contribuyó a profundizar la percepción de que para adquirir un entrenamiento psicoanalítico informal por fue-
había una incompatibilidad entre una militancia política y una ra de la APA. La mayoría de ellos rechazaba el psicoanálisis en
psicoanalítica. En los años '40 y '50 los miembros de la izquierda el plano teórico pero lo aceptaba como técnica terapéutica.
tradicional cuyo punto de referencia era el Partido Comunista
Mientras tanto, algunos intelectuales independientes de iz-
(estuvieran o no afiliados a él) tuvieron dificultades para acer-
quierda buscaban caminos alternativos para reconciliar el psicoa-
carse al psicoanálisis. Como vimos, tanto Jorge Thénon (miem-
nálisis con el marxismo. Ellos pudieron aceptar con mayor flexi-
bro del Partido), como Gregorio Bermann (simpatizante) termi-
naron abandonando y denunciando el psicoanálisis. A partir de bilidad la doctrina freudiana, como terapia y como teoría, debido,
la década del '50 Bermann comenzó a promover lo que él llama- en parte, al rápido debilitamiento de la hegemonía del Partido
ba "psiquiatría humanista", a la que él consideraba como una de dentro de la cultura de izquierda argentina y a una nueva apertu-
las ciencias humanas. Bermann rechazaba tanto la psiquiatría ra hacia a las "modernas" ciencias sociales y a novedosos instru-
puramente somática como el psicoanálisis y enfatizaba, en cam- mentos analíticos. El psicoanálisis entró en la izquierda a través
bio, la importancia de entender las causas sociales de las enfer- de dos vías: una terapéutica y otra teórica. Estos patrones de re-
medades mentales.4 La posición de Thénon era distinta. Sus re- cepción no respondieron necesariamente a la misma lógica pero,
servas respecto del psicoanálisis se hicieron evidentes a finales en muchos casos, convergieron. Muchos intelectuales que inten-
de la década del '30, aunque años antes había publicado dos taron usar el psicoanálisis como herramienta teórica se habían
libros basados en el método psicoanalítico. Sin embargo, psicoanalizado anteriormente y viceversa.10
Thénon continuó escribiendo y conferenciando sobre psicoaná-
lisis a lo largo de la década del '40 hasta que a comienzos de los
años '50 terminó por denunciar públicamente las ideas de Freud Perón, Frondizi y la nueva izquierda crítica
y se volcó, en cambio, a practicar reflexología.
La coalición antiperonista que había puesto del mismo lado
El psicoanálisis ocupó un lugar marginal en las discusiones a los comunistas, los conservadores y los liberales no sobrevivió
teóricas de la izquierda tradicional durante los primeros años de a la caída de Perón." Una combinación de causas desplazó a la
la década del '60; era percibido como una moda frivola. Algunas izquierda de las posturas liberales que habían mantenido ciertos
referencias al psicoanálisis en las publicaciones de izquierda sectores de ella durante la década peronista. Estos factores iban
dan cuenta, sin embargo, de cierto grado de preocupación debi- desde la brutalidad mostrada por la Revolución Libertadora,

86 257 191
que reprimió violentamente a simpatizantes peronistas en nom- mo tiempo, al demostrar que la violencia podía ser utilizada
bre de la restauración democrática, hasta la sensación generali- como un instrumento para lograr el cambio social y político
zada de que la sociedad burguesa y sus valores se estaban desafiaron la moderación tradicional de los partidos comunistas
desintegrando.12 Más aún, debido a que el partido peronista es- latinoamericanos, que en general se oponían al uso de la violen-
cia para fines políticos. Por otra parte, los sucesos de Cuba y
tuvo proscripto hasta 1972, el orden político posperonista se de-
Argelia colorearon con un matiz nacionalista la idea abstracta
sarrolló acompañado de una marca de ilegitimidad desde sus
de revolución. Eran revoluciones sociales pero también naciona-
orígenes. les. Todos estos factores tuvieron un fuerte impacto sobre las
La experiencia peronista planteó problemas complejos a los rígidas estructuras ideológicas de la izquierda tradicional y faci-
sectores más críticos de la izquierda, tanto dentro como fuera del litaron la emergencia de nuevos grupos de izquierda que dispu-
Partido. Comunista. La respuesta canónica que proponían los li- taron el monopolio del Partido sobre la interpretación "correc-
berales para explicar el fenómeno peronista como una aberración ta" de Marx. Estos grupos compartían tres actitudes básicas: la
histórica no resultaba satisfactoria.13 Después de todo, más allá de búsqueda de independencia de las estructuras esclerosadas del
las expectativas de los "libertadores", socialistas y comunistas, la Partido, la disposición a integrar nuevas herramientas para ana-
clase trabajadora mantuvo a Perón en ei centro de la escena aun lizar la compleja realidad argentina y su autodefinición como
después de su partida. Desde 1945 Perón, monopolizando el apo- intelectuales. Los años '60 fueron de fuertes cuestionamientos
yo de la clase obrera, había acaparado los "votos naturales" de la de certezas preexistentes y, en palabras de Juan Carlos Torre, de
izquierda. También había creado una brecha, aparentemente in- "navegación sin brújula".
franqueable, entre los intelectuales y los trabajadores. A partir de
1955, sin embargo, la dicotomía peronismo/antiperonismo que Desde los últimos años del gobierno de Perón, un grupo de
había definido las identidades políticas durante una década su- jóvenes intelectuales de izquierda, la mayor parte estudiantes o
frió modificaciones. Entonces, la generación de jóvenes de iz- graduados recientes de la Facultad de Filosofía y Letras de la
quierda que llegó a la mayoría de edad durante la década de Universidad de Buenos Aires (UBA), venía publicando una re-
Perón se enfrentó a un dilema. Era evidente que había una brecha vista literaria, Contorno, que luego se orientó hacia la política.14
profunda entre la izquierda y el proletariado, la clase que se su- En su época de auge, cuando según algunos cálculos lograban
ponía debía llevar adelante los designios revolucionarios. En los vender 10.000 ejemplares, Contorno funcionaba como guía ideo-
años posteriores a la caída de Perón los intelectuales indepen- lógica para mucha gente joven.15 La revista representaba a una
dientes de izquierda se vieron forzados no sólo a revisar las inter- nueva generación de intelectuales deseosos de tomar distancia
pretaciones liberales del peronismo sino también a redefinir sus de los escritores liberales de Sur, la publicación literaria más
propias identidades políticas. prestigiosa antes de la caída de Perón. La posición política de
Si bien el lugar central del peronismo en los debates políti- Contorno puede ser descripta como "anti-antiperonista". No era
cos de la izquierda no puede dejar de ser subrayado, éste no fue una revista perorata pero reconocía la importancia del vínculo
el único factor que enturbió la identidad de la izquierda. Como establecido entre Perón y la clase obrera. Contorno intentó cons-
en otras partes de América latina, los intelectuales de izquierda truir una interpretación alternativa del fenómeno peronista.
argentinos tuvieron que rever sus posiciones al enfrentarse con La mayoría de los contomistas, como muchos otros intelec-
las revelaciones de Kruschev en el XX Congreso del Partido Co- tuales de izquierda argentinos de entonces, estaban profunda-
munista de la Unión Soviética; el aplastamiento de la rebelión mente influenciados por el existencialismo francés. Para ellos, la
húngara de 1956 (y doce años después la entrada de los tanques política era vivida en términos morales; se ubicaban "en la his-
soviéticos en Checoslovaquia); la Revolución Cultural llevada a toria" como intelectuales comprometidos. Luego de la caída de
cabo por Mao en China; la Revolución Cubana, y la descoloniza- Perón trataron de comprender lo sucedido durante los diez años
ción de África, en especial la lucha de Argelia porsu indepen- anteriores y la responsabilidad que les cabía como intelectuales
dencia. Cuba y Argelia fueron acontecimientos importantes. de clase media por haberse distanciado de las masas. Al mismo
Cuestionaron el lugar que se suponía ocupaba el Partido Comu- tiempo, intentaban definir su propia identidad en la Argentina
nista en la definición y guía del proceso revolucionario. Al mis- posperonista. En 1956 se dedicó un número completo de Contor-

86 258 191
no al análisis e interpretación del peronismo. La caída de Perón cial en el contexto de un nacionalismo económico. Frondizi era
les brindaba a los contornistas una oportunidad histórica única considerado una alternativa frente a la disyuntiva entre el pero-
para terminar con su aislamiento de la clase obrera. Ellos sabían nismo y el antiperonismo planteada por los herederos de la Re-
que el proceso iba a ser doloroso. Uno de los líderes del grupo, volución Libertadora. Desde la mirada de algunos sectores de la
Ismael Viñas, lo planteó en estos términos: nueva izquierda, Frondizi estaba ofreciendo una revolución de-
"Es necesario librarse de esa trampa (...): la tendencia que mocrático-burguesa que podía llevar adelante los cambios es-
tenemos los hijos de las clases medias a abdicar del privilegio tructurales necesarios para el logro de una revolución exitosa.19
económico en que nos encontramos, pero sólo a condición de Para los grupos de izquierda que lo apoyaron, Frondizi era, en
intentar reemplazarlo por el acatamiento que presten las clases palabras de Ismael Viñas, una especie de Lenin que ocupaba el
proletarias a nuestro liderazgo; es decir, si ellas aceptan la pre- lugar de Kerensky.20
sunta superioridad que nos da esa cultura que sólo se debe, jus- Frondizi les dio una nueva identidad política —aunque efí-
tamente, a nuestro privilegio económico (...) Ésa es la ilusión mera— a los intelectuales de izquierda independientes. Sobre el
que malea la Reforma Universitaria, el gambito por el que las apoyo a Frondizi por parte de estos grupos, Silvia Sigal escribe:
clases medias pretendemos llegar a ser los dirigentes en una "Los numerosos intelectuales —y fracciones de las clases me-
nueva situación, por un movimiento dirigido por nosotros y en dias— que no lograban extraer un pleno sentido político del
el que el proletariado sería nuestra masa de maniobra (...) No es solo rechazo a la Revolución Libertadora, ni tampoco de la do-
suficiente militar en un cierto partido político, no es suficiente ble posición de no peronistas y no antiperonistas, encontraron
con leer a Marx (...) tenemos que darnos vuelta como un guante entonces la solución final en un proyecto que prometía la inte-
y ésa es una operación dolorosa y profunda.16 gración popular en una empresa de desarrollo con acentos na-
Este tipo de sentimientos generaron toda una literatura de cionalistas".21
automortificación. Intelectuales progresistas de clase media se Estas expectativas se vieron rápidamente defraudadas.
flagelaban por haber abandonado a los obreros después de Frondizi hizo un giro de ciento ochenta grados con respecto a
1945.17 La crisis de identidad que conmovió a los intelectuales las posiciones que había sostenido durante décadas de actividad
de izquierda cuando descubrieron que desde 1945 se habían política. Bajo la presión de los militares, que sospechaban de sus
equivocado de bando produjo lo que Silvia Sigal denominó contactos con Perón y con la izquierda, Frondizi tomó duras
"puesta en disponibilidad de los intelectuales": "A la crisis de medidas en contra de los obreros peronistas combativos e
identidad le sigue una 'puesta en disponibilidad', una apertura, implemento políticas económicas que tenían poco que ver con la
que induce a una búsqueda de nuevas combinaciones ideológi- ideología nacionalista que venía predicando desde décadas
cas capaces de proporcionarles un lugar, como intelectuales, en atrás. Firmó contratos con compañías extranjeras (casi todas
la sociedad y en la política".18 norteamericanas) para la explotación de depósitos de petróleo
Otro acontecimiento importante que redefinió la identidad en la Patagonia. Para agregar insultos a la injuria, Frondizi,
de la izquierda fue lo que en su momento fue percibido como "la aceptando presiones de sectores católicos, legalizó la creación
traición Frondizi". En 1958, Arturo Frondizi fue elegido presi- de universidades privadas en pie de igualdad con las universi-
dente de la Argentina con un fuerte apoyo de algunos grupos de dades públicas. Luego de un año de gobierno Frondizi había
perdido a sus seguidores de derecha y de izquierda, quienes se
la nueva izquierda (entre ellos los miembros del grupo Contor-
sintieron traicionados. Finalmente, en 1962 fue derrocado por
nó). El programa de gobierno de Frondizi sedujo a los intelec-
ún golpe militar.
tuales de izquierda porque representaba todo lo opuesto a aque-
llo que había encarnado la Revolución Libertadora. El plan de El sentimiento de traición tuvo importantes consecuencias
Frondizi incluía un acercamiento a las masas obreras peronistas para la nueva izquierda. No sólo sus expectativas políticas se
(su triunfo electoral, recordémoslo, fue el resultado de un pacto vieron frustradas. Si luego de la caída de Perón habían debido
secreto con Perón). Los seguidores de izquierda de Frondizi enfrentarse a la redefinición de su identidad en relación con la
veían su gobierno como el primer paso para una "revolución clase obrera, después de la experiencia de Frondizi se vieron
nacional": lograría una rápida modernización económica y so- forzados a determinar nuevamente su rol como intelectuales y

86 260 191
su relación con el Estado. Una vez más sintieron que habían Desencanto político y psicoanálisis
quedado ubicados en el lado incorrecto de la historia. El "affai-
re Frondizi" y sus consecuencias derivaron en el debilitamien- El "affaire Frondizi" no sólo contribuyó a la radicalización
to de la creencia en la capacidad del sistema democrático y del de la izquierda; los problemas de identidad que provocó el
Estado para canalizar las demandas políticas y sociales. Tal sentimiento de traición incentivaron a algunos intelectuales
como lo definió León Rozitchner en 1959, cuando la izquierda progresistas a acercarse al psicoanálisis, no sólo en busca de
acababa de revocar su apoyo a Frondizi, "la democracia es una una terapia sino, fundamentalmente, de un instrumento que
les ayudara a comprender la realidad y el lugar que les tocaba
ficción y una concesión formal". 22
ocupar en ella. Para la gente que vivía la política como una
Después de Frondizi vino una serie de gobiernos civiles moral del compromiso, descubrirse, de repente, a sí mismos
interrumpidos por regímenes militares. El juego político estaba sin una identidad política clara y, una vez más, en el lado inco-
manejado desde afuera de los partidos políticos y de la formali- rrecto de la historia no se aceptaba sin sufrimiento. Aún más,
dad del sistema. La política era dominada por lo que se dio en esto era vivido como un fracaso personal. "Abandono la polí-
llamar "grupos de presión", o sea los intereses sectoriales. La tica porque estoy cansado de sufrir", le dijo el antiguo contor-
desconfianza general hacia el sistema político se hizo evidente nista Ramón Alcalde a Ismael Viñas en algún momento duran-
en la reacción cautelosa, casi benevolente, de muchos sectores te los años '60.
de la sociedad argentina, entre ellos algunos de los simpatizan-
tes de la nueva izquierda, frente al golpe militar de 1966.23 Para Para algunos miembros de la generación de Contorno, los
entonces el sistema político había perdido su legitimidad hasta desencantos políticos derivaron en consecuencias más serias.
tal punto que, cuando Onganía derrocó al presidente lllia, Er- Ismael Viñas sufrió un episodio psicòtico luego de entrevistar a
nesto Sabato dijo en una entrevista: Frondizi. Poco tiempo después buscó un tratamiento psicoanalí-
tico en la clínica del Dr. Alberto Fontana. "Fui a un encuentro
"Creo que es el fin de una era. Llegó el momento de barrer con
con Frondizi en la Casa Rosada. Me estaba mintiendo, y yo sabía
prejuicios y valores apócrifos que no responden más a la realidad.
que me mentía. Cuando salí del encuentro; tuve un episodio
Debemos tener el coraje de comprender (y decir) que han acabado,
psicòtico. Me vi a mí mismo volando sobre la Plaza de Mayo." 26
que habían acabado, instituciones en las que nadie creía seriamen-
Por supuesto que sería ima lectura demasiado simplista inter-
te. ¿Vos creés en la Cámara de Diputados? ¿Conocés mucha gente pretar las alucinaciones de Viñas como una consecuencia
que crea en esa clase de farsas? Por eso la gente común de la calle unívoca y directa de su encuentro con Frondizi. De hecho, él
ha sentido un profundo sentimiento de liberación [con el derroca- mismo reconoce que en ese momento estaba atravesando una
miento de lllia] (...) Nadie, o casi nadie se ha 'alegrado' de la caída época díficil en su vida personal. De todos modos, resulta signi-
de lllia; nuestro pueblo es generoso y bueno y nadie se ha alegrado ficativo destacar que durante mi entrevista telefónica con él,
de la penosa deposición de un hombre que, seguramente, es hones- cuando le pregunté qué lo había llevado al psicoanálisis, lo pri-
to y un excelente hombre. Se trata de que estamos hartos de mero que le vino a la mente fue la "traición Frondizi".
mistificaciones, hartos de politiquerías, de comités, de combinacio-
nes astutas para ganar tal o cual elección (...) Sé que hay personas A comienzos de los años '60, un grupo de ex contornistas
que están en puestos clave [del nuevo gobierno] y que piensan dirigidos por Ismael Viñas, Ramón Alcalde y Susana Fiorito for-
lúcidamente, y así se lo he dicho (...) a Nicanor Costa Méndez, mó un nuevo partido político, el Movimiento de Liberación Na-
actual canciller y viejo amigo mío".24 cional (MLN). Otros ex integrantes de Contorno, como León
Rozitchner, se mantuvieron cerca del partido sin llegar a afiliar-
Tal como lo definió el sociólogo Juan Carlos Torre, la repre-
se a él. En términos ideológicos, el MLN proponía una versión
sión llevada a cabo por el gobierno que tomó el poder en 1966
radicalizada del programa original de Frondizi, sus banderas
anuló la esfera pública como espacio de arbitraje de demandas e eran la liberación nacional, la lucha contra el imperialismo y el
intercambio político, al tiempo que golpeó duramente a la clase acercamiento a las masas obreras peronistas. El MLN atrajo a
obrera y a la juventud progresista.25 miembros de la nueva izquierda porque sus líderes eran intelec-
tuales notorios e influyentes pero, fundamentalmente, porque a

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diferencia de otros partidos de izquierda había logrado conse- asistía a una reunión del grupo de izquierda radicalizada al que
pertenecía, uno de los presentes preguntó si la reunión siguiente
guir un cierto apoyo por parte de algunos sindicatos obreros.
podía pasarse para una fecha distinta de la prevista porque de
Cabe destacar que casi todos los miembros del comité de
otro modo interferiría con su sesión de análisis. Nadie objetó
dirección del MLN realizaban terapia de grupo en la clínica del
este pedido. No pasó mucho tiempo antes de que él mismo co-
Dr. Alberto Fontana. Algunos de ellos bromeaban sobre el signi-
menzara a psicoanalizarse porque "todo el mundo lo hacía y si
ficado de la sigla MLN: Movimiento Lisergístico Nacional.27 La uno no se analizaba lo miraban mal". El psicoanálisis y la
atracción entre los miembros del MLN por el psicoanálisis com- militancia se alimentaban el uno al otro. El psicoanálisis "no te
binado con drogas psicodélicas no debe confundirse con la con- impedía militar, ni cambiaba la dirección de tu militancia; por el
vergencia que se dio en los Estados Unidos entre la nueva iz- contrario, la podía clarificar".31
quierda, y los movimientos contraculturales.28 Los integrantes
del MLN, tal como uno de ellos lo recuerda, tenían en general
una visión rígida y muy crítica respecto de los movimientos
contraculturales y los consideraban poco más que un capricho Política, psicoanálisis y las nuevas ciencias sociales
de niños burgueses consentidos. Para ellos, la terapia de Fonta-
na era una manera radical de explorar la interioridad para obte- Si los militantes de la nueva izquierda gradualmente acep-
ner una mejor comprensión de su propia subjetividad revolucio- taron la violencia como un medio para , lograr el cambio social,
naria y de su identidad grupal. Para algunos, la terapia de Fon- ellos también se preocuparon por preservar la autonomía de la
tana era una experiencia de tipo existencial: "poner el cuerpo" esfera intelectual más allá de la creciente politización de sus
tal como lo recuerda un antiguo miembro del MLN.29 Muchas proyectos intelectuales.32 Ellos se veían a sí mismos como la
"conciencia crítica de la sociedad" mientras buscaban afanosa-
veces las cuestiones políticas surgían en las sesiones grupales
mente nuevos recursos conceptuales que reemplazaran sus anti-
que derivaban entonces en discusiones políticas y filosóficas.
guas certezas ahora resquebrajadas. Esta búsqueda se expresaba
Finalmente, el grupo terapéutico Conforno-MLN se disolvió por-
en las distintas revistas culturales y políticas que prolüeraron
que Fontana no compartía el compromiso formal que asumían
durante la década del 60. Una de ellas fue Cuestiones de Filosofía,
sus integrantes con el marxismo. No obstante, éste no fue el editada por estudiantes y graduados de la Facultad de Filosofía
final del proceso terapéutico, cada uno de sus miembros se inte- a comienzos de los años '60. Cuestiones tuvo una corta pero in-
gró a otro grupo o comenzó un análisis individual.30 fluyente existencia y manifestaba el punto de vista de sus edito-
No estoy sugiriendo aquí que la frustración política condu- res de la siguiente manera:
jera de manera lineal y directa al psicoanálisis. Sólo pienso que
resulta razonable concluir que, para algunos miembros de la "Mientras las condiciones históricas no sean transformadas
generación de Contorno, la política fue una experiencia no podremos lograr una cultura plenamente autónoma, pero
traumática que los empujó a repensar sus identidades políticas necesitamos elaborarla para pensarnos a nosotros mismos, para
y personales. Algunos de ellos encontraron en el psicoanálisis pensar la práctica política y elaborar el más sólido y amplio
conocimiento posible de sus condiciones. El círculo, pues, re-
un instrumento para la comprensión de sí mismos. Este acerca-
quiere que la labor cultural no sea relegada, que comience a
miento al psicoanálisis como terapia se combinó con un renova-
elaborarse confundida en los propósitos y separada como mo-
do interés por la teoría psicoanalítica.
mento reflexivo de la acción política".33
Hacia mediados de los años '60, el psicoanálisis se convirtió
en un elemento importante de la cultura de izquierda, por lo Los editores de Cuestiones de Filosofía no rechazaban la ac-
menos en Buenos Aires. Un antiguo activista político recuerda ción política pero consideraban que su rol en esta acción estaba
definido desde su posición de intelectuales. Esta autonomía a la
el asombro que le provocó al llegar por primera vez a la ciudad
que aspiraban les daba la posibilidad de incorporar perspecti-
porteña desde su Corrientes natal en aquellos años la omnipre-
vas diferentes y a veces difícilmente compatibles. Mientras de-
sencia del psicoanálisis. Tal como se podía esperar de un joven
fendían la visión humanista de Sartre sobre el marxismo, intro-
militante de izquierda proveniente del interior, él no había co-
ducían el estructuralismo como un medio para analizar la socie-
nocido nunca a nadie que se hubiera analizado. Un día mientras

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dad. La nueva izquierda, desilusionada con la democracia libe- nálisis, deben ser analizados en el contexto de la creciente acepta-
ral y en el proceso de formulación de una identidad, se mostró ción del pensamiento psicoanalítico dentro del campo de las cien-
mucho más abierta a la introducción de nuevas herramientas cias sociales en un escenario totalmente diferente del de las prácti-
analíticas que la izquierda tradicional. Entre estas herramientas cas terapéuticas promovidas por la APA.
se encontraba el discurso de las nuevas ciencias sociales, que se
había diseminado con rapidez desde la creación de las carreras
de sociología y psicología en la Universidad de Buenos Aires.34 La política tendió a psicologizarse en los años '60 en la Argen-
Un número de Cuestiones de Filosofía dedicado a las ciencias so- tina y en todas partes. Cuando "lo personal es político", la política
ciales incluyó un artículo de José Bleger sobre psicoanálisis y se personaliza. Este proceso se produjo, al menos en la Argentina,
marxismo. Al ubicar el psicoanálisis entre las ciencias sociales en clave psicoanalítica. En los Estados Unidos, la izquierda abrazó
los editores de Cuestiones estaban aceptando implícitamente su una psicología humanista que había nacido como una alternativa
incorporación como uno de los nuevos instrumentos analíticos optimista frente al psicoanálisis. El psicoanálisis se había converti-
disponibles para lograr una mejor comprensión de la sociedad. do en la corriente principal de la psiquiatría americana desde la
Segunda Guerra Mundial. La psicología humanista había nacido
Los editores de Pasado y Presente tenían objetivos más ambi-
como respuesta a la preocupación por crear las mejores condicio-
ciosos. Esta revista, creada en Córdoba por un grupo de miem-
nes individuales para una democracia verdadera en el mundo de
bros críticos del Partido Comunista que intentaban llevar a cabo
posguerra. En los años '60 la nueva izquierda se apropió de la
una renovación ideológica desde el interior del mismo, jugó un
psicología humanista. El psicoanálisis según su versión transmitía
papel central en la difusión del pensamiento de Antonio Gramsci una imagen pesimista del ser humano en eterno conflicto consigo
en América latina. Sus editores, que fueron expulsados del Parti- mismo; los psicólogos humanistas exhortaban a sus colegas a des-
do con motivo de la revista, se propusieron la tarea de construir viar la mirada de las ruinas que había provocado el psicoanálisis en
una teoría revolucionaria a medida de la Argentina. En pos del los sueños de autodeterminación.38 Esta perspectiva era compatible
cumplimiento de esta tarea, no dudaron a la hora de buscar la con el espíritu utópico que caracterizaba a la nueva izquierda en
ayuda de las nuevas ciencias sociales "burguesas". El marxismo los Estados Unidos.
debía ser enriquecido con el aporte de otras teorías. "El marxismo
triunfa usando las armas de sus adversarios y enriqueciéndose En la Argentina, la situación era diferente. Aquí la nueva
con sus tesoros, no como botín de guerra, sino como premio por izquierda nació de una búsqueda interior de origen traumático.
su reconocida victoria."35 Esta visión del lugar que les tocaba Los intelectuales de izquierda argentinos se mostraban más in-
ocupar en el mundo en tanto intelectuales les permitía incorporar teresados por preparar las condiciones para la revolución y por
los análisis del existencialismo sartreano, la fenomenología de entender por qué siempre quedaban entrampados en el lado
Edmund Husserl, el estructuralismo de Claude Lévi-Strauss y el incorrecto de la historia que por concentrarse en objetivos con-
psicoanálisis lacaniano. Fue precisamente en esta revista donde cretos como la lucha (de la cual sus pares del Norte resultaron
Oscar Masotta publicó su primer artículo sobre Lacan en 1965.36 finalmente triunfadores) por los derechos civiles o el fin de la
Hacia mediados de los años '60 la nueva izquierda ubicaba el guerra en Vietnam. El psicoanálisis era una herramienta que se
psicoanálisis decididamente entre las ciencias sociales. adaptaba mejor que la psicología humanista a las necesidades
La convergencia entre las ciencias sociales y el psicoanálisis de la autocomprensión en una época en la que la izquierda ar-
siguió su curso en varios frentes. A finales de los años '50 Pichón gentina tenía pocos motivos para sentirse optimista.
Rivière fundó su Escuela de Psiquiatría Social, dedicada a la psico- Si bien en determinadas zonas del pensamiento de izquier-
logía social. Desde la década del '40 Gino Germani, bajo la influen- da de los EE.UU. había elementos importantes de origen psicoa-
cia del psicoanálisis culturalista desarrollado en Estados Unidos, nalítico, particularmente entre pensadores tales como Herbert
había abogado por la construcción de una alianza entre las ciencias Marcuse, el psicoanálisis no podía usarse allí como arma en con-
sociales y el psicoanálisis liberada de las constricciones impuestas tra del establishment porque ya formaba parte de él. El psicoa-
por la institución psicoanalítica.37 Los trabajos de Bleger, Masotta y nálisis se enseñaba en las carreras de medicina más destacadas
Rozitchner, que combinaron marxismo, ciencias sociales y psicoa- y la mayor parte de los psiquiatras estaban formados en el uso

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de sus procedimientos terapéuticos. El conservadurismo social munista. De ahí en adelante y a lo largo de toda su carrera, Bleger
de la comunidad psicoanalítica americana contribuyó, cierta- se propuso como desafío continuar el trabajo que Politzer había
mente, a la percepción de que el psicoanálisis era una doctrina iniciado en Francia tres décadas atrás: definir una "psicología
ubicada dentro del campo de las corrientes psiquiátricas en concreta" sostenida en los elementos no idealistas y por lo tanto
boga.39 En la Argentina, aunque el psicoanálisis logró ingresar "recuperables" del psicoanálisis. Esta psicología concreta permi-
en áreas progresistas del sistema de salud mental, era todavía tiría superar las dicotomías clásicas de la psicología entre la expe-
percibido como una disciplina que se desarrollaba a contrapelo rimentación y la introspección al tiempo que haría de la psicolo-
de la psiquiatría clásica. El movimiento de izquierda argentino gía una disciplina "más psicológica"; en otras palabras, menos
pudo incorporar el psicoanálisis como una herramienta concep- dependiente de la biología y la neurología.42
tual contestataria con mayor facilidad que sus colegas de los Según Bleger, la caracterización del psicoanálisis como una
Estados Unidos. ciencia idealista hecha desde el marxismo era válida pero sólo si
iba dirigida contra el blanco correcto: los contenidos ideológicos
de la teoría freudiana. En su estructura conceptual, en cambio,
Freud entre los marxistas el psicoanálisis representaba una ruptura radical en la historia
del saber psicológico porque introducía el pensamiento dialécti-
Tres intelectuales argentinos ocuparon un lugar importante co. Siguiendo a Politzer, Bleger hacía una clara distinción entre
en la ubicación del psicoanálisis dentro de la artillería teórica de los descubrimientos psicoanalíticos y la práctica del psicoanáli-
la izquierda argentina. Más allá de las diferencias entre ellos, los sis que representaba para él la verdadera revolución freudiana,
tres compartían una mirada no médica sobre el psicoanálisis. y ciertos aspectos de la teoría psicoanalítica que, por el contra-
rio, se basaban en conceptos mecánicos e idealistas. Compárese
JOSÉ BLEGER, LECTOR DE GEORGES POLITZER
esta perspectiva con el lugar que Bleger les asignaba a los psicó-
logos y que fue discutido en el capítulo anterior. Bleger se con-
José Bleger se encontraba en una posición privilegiada para centró en los trabajos tempranos de Freud, aquellos en los que
articular psicoanálisis y marxismo dado que, por un lado, era un podía leer la introducción del "drama" (en el sentido politzeria-
psicoanalista practicante afiliado a la APA y, por el otro, un no: hacer y actuar de seres humanos concretos) en la psicología.
miembro del Partido Comunista. La posición de Bleger, su com- Bleger rechazaba al igual que Politzer lo que éste consideraba
promiso con dos sistemas de pensamiento aparentemente con- como el retorno freudiano a una "psicología animista e idealis-
tradictorios, era análoga a aquella que le había tocado vivir a ta" centrada en la teoría de los instintos y en la reificación de la
Wilhelm Reich a comienzos de la década del '30.40 Como los noción de libido. Bleger discernía una divergencia gradual entre
primeros freudo-marxistas, Bleger se propuso reconciliar el psi- la práctica del psicoanálisis que utiliza el drama y la teoría psi-
coanálisis y la dialéctica materialista. Sin embargo, tomó como coanalítica concebida según un modo dinámico de funciona-
guía, en lugar de los pensadores marxistas alemanes, al filósofo miento. Por teoría dinámica Bleger entendía aquella que expli-
franco-húngaro Georges Politzer.41 caba hechos en términos de una lógica pulsional reificada.43
Del mismo modo que su maestro Enrique Pichón Riviére, Mientras que los freudo-marxistas alemanes consideraban la
Bleger era un docente querido por los alumnos al tiempo que teoría de los instintos y la idea de libido como los aspectos más
funcionaba como un intermediario entre el psicoanálisis y los revolucionarios del psicoanálisis, Bleger quería erradicar estos
psiquiatras comunistas desencantados con la reflexología. Bleger dos conceptos del sistema freudiano.
se convirtió en miembro asociado a la APA en 1958 pero nunca El libro de Bleger está compuesto por ocho ensayos escritos
aceptó algunas de las proposiciones teóricas básicas del psicoaná- a lo largo de siete años. Cuatro de estos trabajos habían sido
lisis tales como, por ejemplo, la teoría de los instintos. No obstan- publicados o presentados en conferencias psicoanalíticas con
te, él era en el terreno técnico un seguidor ortodoxo de las ideas anterioridad. Bleger se encontraba tensado entre dos ortodo-
de Melanie Klein. En 1958 Bleger publicó un libro, Psicoanálisis y xias, la lealtad a sus ideales políticos y al Partido, y la lealtad a
dialéctica materialista, que provocó su expulsión del Partido Co- su profesión y a su formación psicoanalítica. Cuando lo presio-

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naron para que reconociera la validez científica de la reflexolo- biaron radicalmente al afiliarse al Partido Comunista francés.
gía, se sintió compelido a demostrar que ésta era compatible con Cuando Politzer utilizaba el psicoanálisis para sentar las bases
de su psicología concreta era marxista (aunque fuertemente
el psicoanálisis y la psicoterapia en genera].44 influenciado por el existencialismo) pero aún no comunista.
En su esfuerzo por subrayar la originalidad freudiana, Cuando el filósofo húngaro-francés se unió al Partido, denunció
Bleger cometió un error que nosotros podríamos interpretar públicamente al psicoanálisis. Entonces, para usar a Politzer con
como un acto fallido. En su texto, Bleger acredita a Freud el el propósito de legitimar su proyecto intelectual, Bleger necesi-
haber descubierto la dialéctica de los hechos, avance teórico de taba construir un Politzer que fuera al mismo tiempo comunista
carácter absolutamente original y por lo tanto no remisible a y defensor del psicoanálisis. Nuestro autor intentó resolver el
fuentes anteriores. "Freud nació en 1846 —señala Bleger—, dilema sosteniendo la existencia de una continuidad del pensa-
quince años después de la muerte de Hegel y dos años antes de miento de Politzer: el Politzer precomunista había estado buscan-
la publicación del Manifiesto Comunista de Marx y Engels."45 De do el modo de fundamentar su psicología concreta en los elemen-
hecho, tal como Bleger sabía muy bien, Freud había nacido en tos aceptables del psicoanálisis, mientras el Politzer comunista
1856, veinticinco años después de la muerte de Hegel y ocho siguió sustentando esta línea de pensamiento exponiendo los as-
años después del Manifiesto Comunista. Trasladando el naci- pectos objetables del sistema freudiano. Tal como luego veremos,
miento de Freud diez años hacia atrás, Bleger intentaba (¿in- las ideas de Bleger cambiarían con relación a este punto.
conscientemente?) enfatizar la originalidad de los aspectos posi- Psicoanálisis y dialéctica materialista fue duramente criticado
tivos del pensamiento de Freud. Asimismo, se tomaba el trabajo por los médicos comunistas y por el Partido.46 La Comisión de
de demostrar que los aspectos "idealistas" de la teoría freudiana Cultura del Partido Comunista organizó un debate sobre el libro
estaban claramente determinados por las corrientes científicas y lo publicó en su órgano oficial, Cuadernos de Cultura.47 La línea
dominantes de la época en la que Freud estudió y escribió. Por del Partido iba dirigida a demostrar que la distinción, propuesta
lo tanto, el costado negativo de la teoría psicoanalítica estaba por Bleger, entre el método psicoanalítico (aceptable) y la teoría
determinado por razones históricas, la influencia sobre Freud freudiana (cuestionable) era insostenible. El psicoanálisis era
de la ciencia contemporánea, mientras que los elementos positi- para las autoridades partidarias una estrategia de la guerra im-
vos (materialistas y dialécticos) eran totalmente originales y perialista. Según Thénon, "el psicoanálisis es uno de los instru-
atribuibles a la genialidad del autor. mentos más eficaces en la táctica de guerra del imperialismo
Bleger escribió este libro para tres públicos distintos: a los contra los pueblos, contra nuestro pueblo, pues no queda acan-
psicoanalistas les demostraba que la teoría freudiana no debía tonado en el ámbito académico ni en el gabinete del psicólogo".
ser leída de un modo superficial y que los contenidos ideológi- El debate terminaba con la autocrítica de rigor. "Como corolario
cos que ésta incluía debían ser explicitados; a los marxistas les de la reunión quedó expuesta la necesidad —reconocida por el
decía que su crítica al psicoanálisis era válida siempre y cuando propio Bleger— de que una militancia más activa en el Partido
estuviera dirigida al verdadero foco del problema. En lugar de ayudará al autor a superar debilidades ideológicas y a encontrar
quedarse sólo con una lectura de los aspectos ideológicos del una salida correcta en el campo de la psicología."48 De cualquier
psicoanálisis, debían dirigir sus esfuerzos críticos al análisis de manera, poco después Bleger seria expulsado del Partido.
los fundamentos epistemológicos de la disciplina. Un análisis Paradójicamente, y más allá de la publicidad negativa gene-
de estas características podría llegar a demostrar, según Bleger, rada por el Partido, el libro no fue discutido dentro de la APA.®
que en el psicoanálisis ya están contenidos los elementos nece- La Revista de Psicoanálisis, que reseñaba todos los trabajos publi-
sarios para sentar las bases de una teoría psicológica dialéctica y cados por miembros de la institución, hizo una excepción con
materialista (y de este modo suplantar a la reflexología) pero este libro. La única recensión del libro escrita por un integrante
sólo después de quitarle sus componentes idealistas. El tercer de la APA (Fernando Ulloa) se publicó en Acta Neuropsiquidtrica
público estaba conformado por jóvenes estudiantes y profesio- Argentina.50 Esta omisión muestra al mismo tiempo los límites y
nales: sus alumnos de psicología. la flexibilidad de la APA para aceptar desviaciones. La asocia-
Un obstáculo, difícil de salvar, que enfrentó Bleger al tomar ción cerraba los ojos frente a las desviaciones teóricas siempre y
a Politzer como guía fue que las ideas del filósofo europeo cam-

270 137
cuando la técnica psicoanalítica fuera preservada. En aquellos de Politzer y se vio compelido a rechazar algunos conceptos
años, otros miembros de la APA que no cuestionaban las bases básicos de la teoría freudiana como los de instinto y libido; pre-
teóricas del psicoanálisis como lo estaba haciendo Bleger fueron cisamente, los conceptos que freudo-marxistas como Wilhelm
expulsados de la institución por introducir modificaciones en el Reich, Herbert Marcuse y Erich Fromm (en sus primeros traba-
jos) habían considerado los elementos más revolucionarios de la
encuadre terapéutico establecido. Sin embargo, la asociación
doctrina freudiana.
prefirió ignorar el libro de Bleger.
Psicoanálisis fue reeditado en 1963 y en 1973 y fue amplia- Mientras Bleger se preocupaba por demostrar que la iz-
mente leído por los estudiantes y los psiquiatras progresistas. quierda debía ser más cuidadosa en sus afirmaciones sobre el
Sin embargo,, el proyecto de Bleger de crear una nueva psicolo- psicoanálisis, otros estaban intentando utilizar a éste como una
gía fue tan poco exitoso como lo había sido el de Politzer. Igual- herramienta analítica para iluminar la teoría marxista. León
Rozitchner era uno de ellos.
mente, Psicoanálisis y dialéctica materialista tuvo el mérito de per-
mitir la circulación de ideas entre el psicoanálisis y el pensa-
LEÓN ROZITCHNER Y EL PROBLEMA DE LA SUBJETIVIDAD
miento de izquierda. De este modo, el psicoanálisis sé convirtió
en un objeto atractivo para los estudiantes de izquierda y mu-
chos intelectuales en una época en la que el psicoanálisis se Oscar Masotta definió a Rozitchner como uno de los princi-
estaba volviendo cada vez más popular como terapia y como pales "sofistas" de la década del '60.53 Los "sofistas" eran inte-
artefacto cultural, al tiempo que los sectores de izquierda no lectuales que, al igual que Masotta mismo, "vendían" su saber
comunistas se encontraban más dispuestos a incorporar diferen- en grupos de estudio privados, construyendo así una especie de
tes perspectivas teóricas. universidad paralela luego del golpe del '66. Rozitchner había
En el esfuerzo por explicitar el tipo de relación que podía sido también un profesor popular en la universidad y sus semi-
narios sobre Freud y Marx convocaban a un gran número de
establecerse entre Freud y Marx, Bleger desarrolló sus ideas en
estudiantes.54 La trayectoria intelectual pública de Rozitchner
su artículo titulado "Psicoanálisis y marxismo". Dado que el
comenzó a principios de los años '50 en el grupo Contorno. Ya
psicoanálisis y el marxismo tenían un status epistemológico dis-
desde entonces había demostrado poca paciencia con respecto a
tinto, la única relación posible debía fundamentarse, según
la izquierda tradicional argentina, a la que no consideraba a la
Bleger, en una evaluación de los métodos, hipótesis y teorías del altura de su misión revolucionaria.55 En los primeros años de la
psicoanálisis desde la perspectiva marxista. Una aplicación de década del '70, Rozitchner estaría cerca de uno de los grupos
las leyes generales de la dialéctica para encontrar las formas que se separaron de la APA y daría clases sobre Freud y Marx en
específicas y particulares que tienen en el psicoanálisis podría una de las escuelas que ellos organizaron.
enriquecer tanto la dialéctica como la ciencia. Así Bleger abría
un espacio en el que el psicoanálisis y el marxismo se comple- Rozitchner había estudiado filosofía con Jean Wahl en París.
mentarían. De vuelta en la Argentina se unió al grupo que publicó Contorno
A pesar de su alto grado de compromiso político,51 Bleger y después desarrolló vínculos estrechos con el MLN. Se había
continuó defendiendo la autonomía de la ciencia. Él sostenía la acercado al psicoanálisis cuando era todavía un estudiante en
idea de que los psicoanalistas debían comprometerse con la París, probablemente, bajo la influencia del filósofo Maurice
política pero que el psicoanálisis como ciencia debía permane- Merleau-Ponty, interesado en la teoría freudiana y amigo perso-
nal de Jacques Lacan. A finales de los años '50, Rozitchner tradujo
cer separado de ella: "La indagación y la discusión científica
el libro de Pontalis Vigencia de Sigmund Freud. Posteriormente,
tienen que ser llevadas a cabo como campos y problemáticas
utilizó el psicoanálisis para dilucidar aquello que él y los
valiosos y valederos por sí mismos".52 De acuerdo con estos
existencialistas franceses consideraban el punto ciego más grave
ideales de autonomía del campo científico, Bleger rechazó la
de la teoría marxista: el problema de la subjetividad.
propuesta de abandonar la APA en 1971.
El libro de Bleger fue el primer intento serio realizado en la Como Bleger, Rozitchner tenía una concepción humanista
Argentina de articular el materialismo dialéctico y el psicoaná- del marxismo y por lo tanto se opuso a la ola estructuralista-
lisis. En pos de este objetivo, Bleger leyó el psicoanálisis a través althusseriana-lacaniana de la década del '70.56 Sin embargo, los
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proyectos de Bleger y de Rozitchner eran radicalmente diferen- de llegar a la clase obrera. Si la revolución no había sucedido en
tes. Rozitchner no tenía ningún interés en identificar los ele- las condiciones que las categorías analíticas de la izquierda ha-
mentos dialéctico-materialistas del psicoanálisis o en fundar bían anticipado, argumentaba Rozitchner, esto obedecía a que la
una nueva psicología; más bien buscaba en el psicoanálisis una lógica con la que se manejaba la izquierda no era adecuada. Se
herramienta de análisis para comprender la racionalidad revo- necesitaba una nueva lógica revolucionaria que podría emerger
lucionaria, la intersubjetividad y la construcción del sujeto revo- sólo a partir de un sujeto revolucionario, libre de toda contami-
lucionario. Del mismo modo que otros intelectuales de su tiem- nación burguesa.58 De este modo, la transición desde una cultu-
ra burguesa hacia una verdaderamente revolucionaria necesita-
po, Rozitchner estaba buscando instrumentos teóricos que le
ba descubrir las contradicciones del sistema burgués no sólo en
permitieran entender el fracaso de la izquierda en su intento de
el nivel social, económico y político sino, más importante aún, a
persuadir a la clase obrera de llevar a cabo sus designios revolu-
nivel individual, dentro de cada militante de izquierda. El psi-
cionarios. Este problema estaba ligado al otro gran enigma de la
coanálisis podría brindar los instrumentos para enfrentar este
política argentina: la persistencia del peronismo. De acuerdo conflicto.
con Rozitchner, la teoría de Freud era perfectamente compatible
con las ideas de Marx y esta combinación era adecuada para Rozitchner volvió sobre estos problemas en Freud y los lími-
enfrentar ambos problemas. Si bien Freud no había sido un po- tes del individualismo burgués, publicado en 1972. Se trata de un
lítico revolucionario, sus obras podían ser leídas como revolu- texto denso, de más de quinientas páginas, organizado alrede-
cionarias. Como los freudo-marxistas alemanes, Rozitchner con- dor del análisis minucioso de dos de los textos "sociales" de
sideraba que tanto la libido como el inconsciente, lejos de ser Freud —aquellos que Bleger había despreciado como productos
conceptos problemáticos como lo eran para Bleger, estaban en el de un "pensamiento pseudo-sociológico"—: El malestar en la cul-
centro de una teoría psicoanalítica revolucionaria. tura y Psicología de las masas y análisis del yo. Para Bleger, los
En un artículo titulado "La izquierda sin sujeto", publicado escritos "sociales"de Freud eran desvíos injustificados hacia el
en septiembre de 1966 en la revista de izquierda La Rosa Blinda- campo de la sociología; para Rozitchner constituían un avance
da, en respuesta a un artículo anterior de John William Cooke, en la inclusión del individuo en el análisis de los procesos colec-
Rozitchner adelantaba algunos de los temas que luego aparece- tivos. De acuerdo con la lectura de Rozitchner, la psicología in-
rían en su libro Freud y los límites del individualismo burgués, en el dividual y la psicología social no debían separarse debido a que
que ya estaba trabajando. La Rosa Blindada era una publicación cada una dependía estrechamente de la otra.59
cultural y literaria fundada por miembros del Partido Comunis- A diferencia de Politzer y de Bleger, Rozitchner le asigna-
ta a quienes, como a los editores de Pasado y Presente, la revista ba al inconsciente un lugar clave en el proceso de liberación
les valió su expulsión de la organización. En su comité editorial del sujeto respecto de la represión impuesta por la cultura.
figuraba, entre otros, Antonio Caparros, un psiquiatra que en Otorgándoles primacía a los instintos, el autor identificaba el
algún momento estuvo cerca de los círculos psicoanalíticos aun- inconsciente con. el ello freudiano de los últimos trabajos. Si
que luego, como veremos en el capítulo siguiente, tomaría una para Bleger la teoría de la libido era un atavismo idealista en la
actitud muy crítica respecto de la disciplina. En 1966, La Rosa teoría freudiana, para Rozitchner, en cambio, se situaba en el
Blindada, que participaba como otras revistas de la época en la corazón mismo de la teoría dialéctica y materialista de Freud.
búsqueda de nuevas formas de pensamiento, publicó una rese- De este modo, el descubrimiento freudiano de un cuerpo de-
ña de un texto de Lacan sobre la sexualidad femenina.57 terminado libidinalmente permitía establecer algunos parale-
En "La izquierda sin sujeto" Rozitchner analiza las condi- lismos con el descubrimiento marxista del ser humano esen-
ciones para el desarrollo de una racionalidad revolucionaria. Al cialmente ligado a la naturaleza.60 Mientras Bleger encontraba
mismo tiempo, y ubicándose en este sentido en la vereda de las categorías más revolucionarias del psicoanálisis en las pri-
enfrente de Cooke, demuestra por qué el peronismo no puede meras obras freudianas, tales como La interpretación de los sue-
constituirse en la base de un proceso revolucionario. El artículo ños, para Rozitchner, por el contrario, era en los trabajos madu-
puede leerse también como una crítica aguda a la rigidez inte- ros de Freud, como El yo y el ello y Más allá del principio de
lectual y política de la izquierda tradicional y a su imposibilidad placer, donde el maestro vienés desarrollaba una teoría de las
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pulsiones en la que el psicoanálisis realmente deviene en un "Pero debemos ser muy cautelosos y no olvidar que, des-
sistema dialéctico. pués de todo, sólo estamos tratando con analogías y que es pe-
Bleger había trazado una clara línea divisoria entre, por ligroso, no sólo con hombres, sino también con conceptos, sepa-
un lado, la práctica del psicoanálisis, la dialéctica y el drama y, rarlos de la esfera en la cual se han originado y en la cual han
por el otro, la teoría psicoanalítica, todavía contaminada por evolucionado. Además, la diagnosis de neurosis colectiva se
elementos mecanicistas e idealistas.61 Rozitchner, por el con- enfrenta con una dificultad especial. En una neurosis individual
trario, valoraba la teoría psicoanalítica e identificaba su prácti- tomamos como nuestro punto de partida el contraste que distin-
ca concreta con el tipo de terapia realizada por los analistas de gue al paciente de su entorno, que se asume como "norma".
la APA firmemente comprometidos con el sistema de valores Para un grupo en el que todos sus miembros están afectados por
burgueses y por la cual sentía poco respeto. Desde la mirada una y la misma enfermedad no podría existir semejante entorno:
de Rozitchner, el único modelo social que un analista típico de debería ser encontrado en otra parte".64
la APA podía tener como referencia era el de la familia burgue- Para Freud, entonces, el eje del problema no consistía en
sa. Al centrarse sólo en el problema de la represión sexual, el encontrar al terapeuta "revolucionario" que demostrara las con-
analista burgués obtenía una visión parcial de la cuestión debi- diciones necesarias para conducir la "terapia" apropiada de un
do a que la represión sexual era apenas una de las variables de determinado grupo social sino en reconocer que la analogía pro-
un sistema represivo más amplio impuesto por la lógica de puesta entre la neurosis individual y la neurosis social no podía
funcionamiento del capitalismo.62 Para Rozitchner, un análisis ser llevada demasiado lejos.65
"verdadero" del individuo basado en su liberación del Más idiosincrásica aún fue la lectura que hizo Rozitchner
superyó paterno debería derivar en una "cura colectiva" que de Psicología de las masas, ya que se sostenía en lo que Freud no
liberaría a la sociedad del superyó colectivo impuesto por la decía, a efectos de enfatizar los aspectos supuestamente revolu-
burguesía dominante. Dicho de otro modo, a nivel social el cionarios del texto. Freud dedica la primera parte de Psicología
psicoanálisis podía conducir a la revolución. de las masas a una lectura crítica de Psicología de las multitudes de
Para demostrar en qué consistía específicamente un psi- Gustave Le Bon, centrándose en sus proposiciones teóricas y sin
coanálisis "verdadero", Rozitchner leía a Freud de una manera hacer referencias explícitas a las posiciones políticas del autor
muy personal. Esta lectura comenzaba atribuyéndole a Freud francés. Rozitchner consideraba que en tanto Psicología de las
una idea de historicidad que resulta difícil encontrar en los masas de Freud se proponía "la destrucción científica de la psi-
escritos del vienés. Freud nunca analizaba los problemas de la cología social de la burguesía y de la individualidad burguesa
cultura en términos de "modos de producción", tal como afir- integrada en sus instituciones", entonces su punto de partida
ma Rozitchner. Freud describe la "cultura" y la "civilización" debía haber sido el texto completo de Le Bon, en especial aque-
como procesos dolorosos pero inevitables derivados del desa- llas partes que Freud no había incluido en su análisis: "Porque
rrollo de las necesidades instintivas. Además, define con clari- también este textp excluido está presente en su combate teórico,
dad su posición con respecto a algunas discusiones marxistas; que es entonces político..."66 Rozitchner no parecía estar intere-
para Freud, un cambio radical en las relaciones de producción sado en las razones que habrían podido llevar a Freud a excluir
no tendría un impacto directo sobre las consecuencias a nivel algunas partes de Psicología de las multitudes; por el contrario, se
del individuo de los efectos represivos de la cultura. 63 De esforzaba por explicar por qué Freud debía estar interesado en
acuerdo con Rozitchner, Freud sabía que las "neurosis socia- aquello que no había incluido en su texto. Dicho con otras pala-
les" (como la alienación) había que tratarlas del mismo modo bras, Rozitchner explicaba la obra freudiana analizando lo que
que el psicoanálisis trataba la neurosis individual. Freud sólo no estaba presente en la misma.
había fallado en la comprensión del rol que el líder revolucio- La peculiar lectura que hace Rozitchner de Psicología de las
nario debía cumplir para administrar la "terapia" social. Pero masas vuelve a aparecer cuando analiza la caracterización que
Freud había sido mucho más cauteloso que Rozitchner para hace Freud de uno de los grupos "artificiales" que discute: el
establecer analogías entre la neurosis individual y la neurosis ejército. Con relación a este punto, Rozitchner nuevamente les
social. En El porvenir de una ilusión Freud escribe: atribuye a las ideas de Freud una dimensión histórica que no se
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encuentra en el texto original. Para explicar su hipótesis de que zos libidinales en razones concretas más que en fundamentos
los grupos se mantienen unidos por lazos libidinales, Freud afir- teóricos. La mayoría de los casos de neurosis de guerra obede-
ma que un ejército permanece unido debido a la ilusión de que el cía, según Freud, al maltrato que los soldados habían recibido
comandante general, del mismo modo que Cristo para la Iglesia de parte de sus superiores.69 De este modo, Rozitchner toma la
Católica, "es un padre que ama por igual a todos sus soldados". categoría universal propuesta por Freud y la transforma en una
Sin embargo, Freud anticipa algunas objeciones que son citadas categoría histórica con el fin de subrayar el carácter revolucio-
de esta manera por Rozitchner. "Se objetará, con razón que [el nario de la teoría freudiana.
análisis de esta masa] prescinde en absoluto de las ideas de pa- El intento por parte de Rozitchner de compatibilizar a
tria, de gloria nacional, etcétera, tan importantes para la cohesión Freud y a Marx es diferente del de Bleger. El esfuerzo de Bleger
del ejército. (...) [Pero] dichas ideas no son indispensables para el para encontrar elementos dialécticos en el psicoanálisis lo llevó
mantenimiento de la cohesión de un ejército".67 Rozitchner con- a rechazar la teoría freudiana de los instintos. Su negativa a
cluye que la desestimación por parte de Freud de esta objeción aceptar las hipótesis relativas al funcionamiento libidinal lo co-
estaba justificada por su referencia a un ejército "burgués". locó, paradójicamente, cerca de los críticos de derecha del pen-
Rozitchner explica: "El ejército, como ejercicio del poder que una samiento de Freud. Rozitchner se propuso demostrar que la es-
clase privilegiada ejerce sobre la mayoría de la población, no tructura teórica del psicoanálisis era revolucionaria y que podía
puede mostrar la racionalidad verdadera que lo regula: el de ser ser usada como una herramienta analítica para comprender y
el ejército de una clase y, por lo tanto, el tener que utilizar a los cambiar la sociedad. De acuerdo con Rozitchner, Freud, al seña-
mismos hombres dominados para ejercer el poder que los siga lar las relaciones necesarias entre la psicología social y la indivi-
sometiendo".68 En un ejército burgués, sostiene Rozitchner, con- dual, logró historizar a ambos, al sujeto y a la sociedad. No
ceptos como el de patria y orgullo nacional son abstracciones que obstante, esta operación requería una lectura de Freud que in-
sólo sirven para confirmar que el ejército burgués es un ejército trodujera la historicidad desde fuera.
de clase. Pero ¿era, realmente, el ejército burgués aquel que Freud
tenía en mente a la hora de escribir Psicología de las masas? Si OSCAR MASOTTA: DE SARTRE A LACAN
nosotros completamos la parte que Rozitchner silencia de la cita
del texto freudiano (subrayado en el pasaje que sigue), el panora- Oscar Masotta fue uno de los intelectuales más influyentes
ma es otro. Ésta es la cita completa de Freud: de la década del 60. Beatriz Sarlo lo caracteriza como un intelec-
"Contra esta concepción de la estructura libidinosa del ejér- tual faro. Masotta fue un autodidacta que estableció vínculos
cito se objetará, con razón, que prescinde en absoluto de las formales con la Universidad de Buenos Aires sin haber obtenido
ideas de patria, de gloria nacional, etcétera, tan importantes un título de grado. A finales de la década del '50 trabajaba y
para la cohesión del ejército. En respuesta a tal objeción alegaremos publicaba en la Revista de la Universidad de Buenos Aires. A co-
que se trata de un caso distinto y mucho menos sencillo de formación mienzos de los años '60 era investigador, con dedicación exclu-
colectiva, y que los ejemplos de grandes capitanes, tales como César, siva, en el Centro de Estudios Superiores de Arte, dependiente
Wallenstein y Napoleón, demuestran que estas ideas no son indis- de la universidad, hasta que fue expulsado por las autoridades
pensables para el mantenimiento de la cohesión de un ejército". militares que tomaron el poder en 1966. La trayectoria intelec-
Los ejércitos de César, Wallenstein y Napoleón (con la dis- tual de Masotta, como la de Rozitchner, había comenzado en
cutible excepción de Napoleón) difícilmente pueden ser caracte- Contorno en los años '50. Pertenecía a un grupo marginal dentro
rizados como burgueses. De este modo, el lazo libidinal entre el de la revista. El grupo de Masotta se distinguía por su adhesión
jefe y sus subordinados, que para Rozitchner sólo sería necesa- casi fanática al existencialismo de Jean-Paul Sartre, y por su sim-
rio en un ejército burgués en el que nociones como, las de patria patía más o menos explícita por el peronismo.70 En aquellos
tienen un valor abstracto, parece tener un carácter ahistórico y tiempos Masotta estaba interesado en la literatura y en la filoso-
mucho más general para Freud. De hecho, cuando Freud dio un fía. Si bien no estaba afiliado a ningún partido político, se defi-
ejemplo de ejército burgués —el ejército alemán en la Primera nía a sí mismo como marxista y escribía para una revista de
Guerra Mundial— justificó la elección de su referencia a los la- izquierda.71 Masotta desarrolló lazos estrechos con los círculos

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de vanguardia asociada al Instituto Di Telia y organizó grupos en evidencia que él no estaba dispuesto todavía a renunciar del
de estudio privados sobre temas tan diversos como la filosofía, todo a la conciencia.
el marxismo, el arte y luego sobre el psicoanálisis lacaniano. En El proyecto de Masotta era diferente del de Rozitchner y del
un determinado momento llegó a tener más de cuatrocientos de Bleger. Para Masotta, el psicoanálisis era una de las nuevas
alumnos en estos grupos. ciencias sociales que podían actualizar la teoría marxista. Me voy a
El alto grado de influencia que ejerció Masotta sobre los centrar aquí en el primer Masotta, el joven que estaba todavía vi-
jóvenes fue el resultado de la confluencia de dos factores: su viendo el pasaje desde el existencialismo y el marxismo hacia el
personalidad multifacética y su amplio abanico de intereses in- estructuralismo y el psicoanálisis, transición que fue probablemen-
telectuales. A lo largo de toda su vida impactó como escritor en te menos brusca de lo que algunos de sus discípulos estarían dis-
el terreno de la filosofía, la crítica literaria, el arte pop y el psi- puestos a aceptar. A lo largo de este proceso, Masotta introdujo el
coanálisis lacaniano. En 1974 fundó la primera asociación de psicoanálisis como una herramienta que le permitía complementar
psicoanálisis lacaniano en la Argentina, y probablemente en el e iluminar la teoría marxista tradicional. En el próximo capítulo
mundo hispanoparlante, la Escuela Freudiana de Buenos Aires. discutiremos algunos aspectos de la carrera posterior de Masotta.
Una vez creada la escuela, la que pronto se vio envuelta en Desde mediados de la década del '50 Masotta había estado intere-
serios conflictos internos, Masotta partió hacia Europa. Murió sado en los desarrollos teóricos de los psicoanalistas franceses, en
en España en 1979, luego de haber introducido el psicoanálisis especial luego de la ruptura de Lacan con la Asociación Psicoana-
lacaniano en ese país. En los últimos años se publicaron nume- lítica Internacional en 1953. Cabe destacar que Masotta no llega al
rosos libros que abordan distintos aspectos de su personalidad y psicoanálisis a través de Lacan sino a partir de sus lecturas de
de su carrera intelectual. Se puede decir que Masotta se ha con- Sartre y Merleau-Ponty. Lacan fue un descubrimiento tardío que
vertido casi en objeto de culto. Tal como lo define el título de Masotta trató de integrar en la filosofía existendal.
uno de estos libros, escrito por un viejo amigo suyo, Carlos Co- En 1957 Sartre publicó "Questions de méthode" en Les
rreas, ha habido una verdadera "operación Masotta".72 Temps Modernes,74 En este artículo, luego incluido como la pri-
La transición de Masotta desde el existencialismo de Sartre mera parte de la Crítica de la razón dialéctica (la única parte que
al estructuralismo de Lévi-Strauss y al psicoanálisis de Lacan Masotta entendió o quizá la única que leyó, de acuerdo con
puede ser leída como un proceso de suma de nuevos elementos Carlos Correas), Sartre criticaba el antihumanismo del marxis-
que iban gradualmente desplazando a los antiguos más que mo comunista y su pretensión de universalidad. Para corregir
como la construcción de nuevos sistemas de pensamiento com- esta desviación, Sartre proponía introducir las ciencias socia-
pletos que reemplazaban a los anteriores. Tal como Masotta les, y entre ellas se destacaba el psicoanálisis. Su objetivo era
mismo señaló, en 1968, en el prefacio a una colección de artícu- volver a situar al ser humano en el marxismo. El psicoanálisis
los previamente publicados: podría jugar un papel importante en este programa como la
"Yo no he evolucionado desde el marxismo al arte 'pop'; ni ciencia que "permite recuperar al hombre entero en el adulto,
ocupándome de las obras de los artistas 'pop' traiciono, ni des- es decir, no solamente sus determinaciones presentes, sino
digo, ni abandono el marximo de antaño (...) Al revés, al ocu- también el peso de su historia".75 Según Sartre, el materialismo
parme de esa nueva tendencia viviente de la producción artísti- dialéctico no hubiera podido enfrentar durante demasiado
ca más contemporánea, entiendo permanecer fiel a los vacíos, a tiempo la falta de un instrumento que le permitiera encontrar
las exigencias y a las necesidades de la teoría marxista. Desde el al individuo en la masa.
punto de vista de mis posiciones ideológicas es preciso entonces Fue Sartre, entonces, quien sostuvo la necesidad de intro-
leer acumulativamente los trabajos aquí reunidos (...) Mis posi- ducir el psicoanálisis en el marxismo de modo de cubrir uno de
ciones generales —básicas— con respecto a la lucha de clases, al los puntos ciegos más problemáticos de la teoría. El mensaje fue
papel del proletariado en la historia, a la necesidad de la revolu- tomado al pie de la letra por Masotta en una época en la que el
ción, son las mismas hoy que hace quince años atrás".73 problema de la subjetividad constituía una preocupación cen-
El título mismo del libro. Conciencia y estructura —incluso si tral para los intelectuales de izquierda de la Argentina. En 1960,
Masotta tomaba partido abiertamente por la estructura— pone Masotta compartía la necesidad de adoptar el psicoanálisis

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como un instrumento interpretativo: "Se tratará, entonces, de 1964 y que publicó en 1965 en Pasado y Presente. Fue la primera
restituir [al marxismo], mediante la utilización de técnicas inter- presentación del pensamiento de Lacan en la Argentina y, se-
pretativas adecuadas, la posibilidad de dar cuenta de la emer- gún algunos, también en lengua castellana. Tan interesante
gencia de toda la historia individual en la perspectiva dialéctica como el artículo en sí mismo resulta el hecho de que haya apa-
de una relación con la totalidad de la historia en curso. En pri- recido en Pasado y Presente. La publicación en esta revista puede
mer lugar, entre esos instrumentos que el marxismo debe asimi- leerse como un paso importante en el proceso de legitimación
lar, se halla el psicoanálisis".76 del psicoanálisis por parte de la cultura de izquierda.
El año 1960 fue particularmente importante en la vida de Desde el comienzo mismo del artículo puede observarse
Masotta. Durante ese lapso, su interés teórico por el psicoanáli- cómo Masotta intenta articular sus propios intereses filosóficos
sis coincidió con su descubrimiento de la terapia psicoanalítica. con la lectura que había hecho de Lacan. Para Masotta, el núcleo
Luego de la muerte de su padre, Masotta se hundió en una pro- más importante de la posición de Lacan se resumía en la "radi-
funda depresión.77 Este período tuvo dos consecuencias impor- cal opacidad del sujeto". "Jacques Lacan" es un artículo en el
tantes. La primera, tal como lo planteó él mismo algunos años que Masotta trata de comprender las ideas del psicoanalista
más tarde, fue el descubrimiento del psicoanálisis: "Me tuve francés desde el sistema de pensamiento que él consideraba más
que olvidar de golpe de Merleau-Ponty y de Sartre, de las ideas relevante: la fenomenología existencial francesa. La última parte
y de la política, del 'compromiso' y de las ideas que había forja- del escrito presenta un análisis acerca de los modos de reconci-
do sobre mí mismo. Tuve entonces que buscarme un psicoana- liar la teoría lacaniana y el marxismo. A diferencia de
lista".78 Éste fue su primer acercamiento al psicoanálisis como Rozitchner, sin embargo, Masotta no se interesa por la teoría
terapia. Aquello que Masotta describe como sustitución fue de social elaborada por Freud, sino que llega a la conclusión de que
hecho una convergencia. Había sido a través de Sartre que el vínculo entre psicoanálisis y marxismo debe ser definido a
Masotta se había acercado a la teoría psicoanalítica por primera partir de las propuestas de Lacan. De acuerdo con Masotta, era
vez. En el momento en que Masotta escribía este artículo, ya Lacan quien había establecido las relaciones entre el nivel indi-
había iniciado el proceso de construcción de su identidad como vidual por un lado y el histórico-social por el otro.
pionero del psicoanálisis lacaniano y, por lo tanto, estaba más Según Masotta, el valor que les daba Lacan al lenguaje y al
interesado en destacar las rupturas que las continuidades en su inconsciente como estructura abrió un nuevo escenario de pro-
trayectoria intelectual. blemas relacionados con la compatibilidad entre psicoanálisis,
Otra consecuencia que acarreó la depresión de Masotta fue marxismo y estructuralismo. Esto fue dicho en un momento en
su encuentro personal con Pichón Rivière. Durante la crisis, el que muy pocos intelectuales en la Argentina habían tenido acce-
psicoanalista se lo llevó a vivir a su casa.79 Allí Masotta tuvo so a los escritos de Althusser. La idea misma de estructura era
acceso a los escritos de Lacan y tiempo para estudiarlos con todavía problemática para Masotta: "Pero ¿cuánto vale esta on-
dedicación. "En lo que se refiere al Saber", escribió Masotta, "en tología sin cogito, esta filosofía del inconsciente y de las estruc-
estos años he 'descubierto' a Lévi-Strauss, a la lingüística estruc- turas, que por momentos parece convertirse en un formalismo
tural, a Jacques Lacan."80 Masotta mantuvo una relación estre- generalizado donde el hombre tiene menos contextura que los
cha con Pichón Rivière, quien luego contribuyó a difundir los símbolos y donde los modelos preexisten al individuo?" Aun-
happenings que Masotta organizaba en el Instituto Di Telia brin- que Masotta no encuentra una respuesta satisfactoria a esta pre-
dando interpretaciones psicoanalíticas en los medios. gunta, él concluye: "Fenomenología, estructuralismo, marxis-
Gradualmente, la pasión de Masotta por el existencialismo mo, psicoanálisis, convergen en Lacan y esto al nivel más inma-
fue declinando (si bien Sartre continuó siendo una influencia nente de su obra y de su enseñanza".81 Sin embargo, Masotta le
importante por un tiempo) y en el lugar que quedó vacante se reprocha a Lacan su silencio sobre cuestiones políticas concre-
ubicaron el pop art y Lacan, que en un primer 'momento, sin tas. A diferencia de Sartre, Lacan no establecía relaciones entre
embargo, coexistían con sus intereses anteriores. El primer re- su definición del sujeto y las necesidades "materiales" para la
sultado de sus estudios sobre Lacan fue una conferencia que lucha de clases.
presentó en la Escuela de Psiquiatría Social de Pichón Rivière en En "Jacques Lacan" Masotta sugiere que es el momento de
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hacer un pasaje teórico desde la comprensión sartreana del mar- comenzó a circular entre los intelectuales argentinos la lectura
xismo a un marxismo iluminado por las nuevas ciencias socia- estructuralista que hacía Althusser de Marx y del psicoanáli-
les, el estructuralismo y el psicoanálisis lacaniano. De esta ma- sis.83 Sin embargo, ya en la década del '60 el psicoanálisis y el
nera Masotta escribía en "Roberto Arlt, yo mismo" un ensayo marxismo eran dos sistemas de ideas que estaban cerca uno del
autobiográfico: otro. Considerando el importante lugar ocupado por los intelec-
"Recién hoy comienzo a comprender que el marxismo no tuales de izquierda en la cultura argentina de los años '60, esta
es, en absoluto, una filosofía de la conciencia; y que, por lo mis- aceptación del psicoanálisis tuvo un efecto multiplicador en la
mo, y de manera radical excluye a la fenomenología. La filosofía sociedad argentina. Bleger, Rozitchner y Masotta, cada uno a su
del marxismo debe ser reencontrada y precisada en las moder- manera, trataron de construir un espacio para el psicoanálisis en
nas doctrinas (o 'ciencias') de los lenguajes, de las estructuras y la cultura de izquierda.
del inconsciente. En los modelos lingüísticos y en el inconscien- Más tarde, cuando los grupos de izquierda se volcaron a la
te de los freudianos. A la alternativa: ¿o conciencia o estructu- lucha armada y la violencia se transformó en un elemento cen-
ra?, hay que contestar, pienso, optando por la estructura".82 tral de la cultura política argentina, al psicoanálisis todavía le
Aunque los respectivos proyectos fueran en distintas direc- quedaba por ocupar un lugar importante en la vida de los mi-
ciones, los primeros intentos de Masotta de articular marxismo litantes políticos. Pertenecer a una organización armada borra-
y psicoanálisis iban en la misma dirección-que los de ba las fronteras entre la vida pública y la privada. La familia y
Rozitchner. Ambos llegaron al psicoanálisis a través de la in- la subjetividad estaban subordinadas a la primacía de la polí-
fluencia del existenciafismo francés; los dos encontraban en el tica. Vivir una vida clandestina con el riesgo de una amenaza
psicoanálisis un modo de resolver algunos problemas que Marx permanente fue una experiencia terriblemente difícil. Muchos
no había logrado superar. Al final, sin embargo, sus caminos se militantes de izquierda, entrevistados por María Matilde
abrieron en bifurcaciones diferentes. Mientras el existencialis- Ollier, relataron que habían empezado su tratamiento psicoa-
mo de Masotta condujo a Lacan por la vía del estructuralismo, nalítico con la esperanza de resolver los conflictos internos
Rozitchner siguió fiel al marxismo humanista y continuó bus- derivados de sus actividades políticas. Para muchos militan-
cando en el psicoanálisis lo que estaba ausente del marxismo. tes, el psicoanálisis era un espacio que les permitía articular y
En algún sentido, la trayectoria intelectual de Masotta fue bas- pensar las relaciones entre la intimidad de su mundo privado
tante típica; muchos intelectuales latinoamericanos abandona- y las exigencias de dedicación completa a la militancia. Para
ron la fenomenología por el estructuralismo y empezaron a leer otros, la sesión de análisis era la única oportunidad que encon-
a Marx desde la mirada de Althusser. Sin embargo, no debemos traban para hablar en calma en un entorno seguro. Un ex mili-
tampoco sobreenfatizar el lado típico de la carrera intelectual de tante recuerda que "en el grupo político tenían que hablarse
Masotta. A comienzos de los años '70, cuando la política invadía todos los temas privados, personales. Esto para mí era un bluff
todos los espacios del campo intelectual, Masotta y sus seguido- y yo empecé a pensar, en esa época, que la terapia era buena
res trataron de mantener el psicoanálisis separado de la política. para las cosas privadas". Otra ex integrante de una organiza-
En el prefacio a sus Ensayos lacanianos, publicado en 1976, ción armada contó que "en el '75 empecé a analizarme con 28
Masotta señala que su artículo escrito en 1965 sobre Lacan "se años. Yo me preguntaba cómo articulaba lo individual con lo
apoya en referencias que tenemos hoy si no por superadas, lo socialista".84
que sería improbable, al menos por abandonadas: un cierto Para otros, en particular para los psicoanalistas que estaban
globalismo, la necesidad de conectar, de sellar la 'unión' del comprometidos con la política, cuando la actividad política se
psicoanálisis y el marxismo. También un cierto lenguaje a la tornó peligrosa y el entorno cada vez más represivo, el psicoa-
moda que nos permitía comparar masivamente campos si no nálisis sustituyó a la política una vez más. Un renombrado
adversos ni lejanos, al menos difíciles de manipular (existencia- analista lacaniano relata que, luego de haber escapado de ser
fismo, estructuralismo, fenomenología)". asesinado por un escuadrón de la muerte de la Triple A y de
El encuentro final entre el psicoanálisis y la izquierda revo- haber tomado conciencia de que no sería capaz de matar a otro
lucionaria tuvo lugar a principios de la década del '70, cuando ser humano, abandonó la política y se dedicó a la investigación
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y a la práctica del psicoanálisis.85 Mientras para algunos militan- Katra, William, "Contorno": Literary Engagement in Post-Peronist Argentina,
Rutherford, N.J., Fairleigh Dickinson Umversity Press, 1988.
tes de izquierda el psicoanálisis iluminaba su militancia políti- 15 Szusterman, Celia, Frondizi and the Politics of Developmentalism in Ar-
ca, para otros se transformaba en un sustituto de ella. gentina, 1955-1962, London, Macmillan, 1993, página 171.
14 Viñas, Ismael, "Orden y progreso", en Contorno, números 9-10, abril
de 1959, página 23.
17 Altamirano, Carlos, "La pequeña burguesía, una clase en el purgato-
NOTAS rio", trabajo presentado en las Jomadas sobre Ideas, Intelectuales y Cultura
en la Primera Mitad del Siglo XX, Universidad Nacional de Quilmes, noviem-
1 Acerca del importante lugar ocupado por la izquierda intelectual en la bre de 1995.
15 Sigal, Intelectuales y poder, página 149.
cultura argentina en los anos '60, ver Terán, Oscar, Nuestros anos sesenta,
19 Szusterman, Frondizi, página 174.
Buenos Aires, Puntosur, 1991.
20 En el curso de una entrevista telefónica mantenida el 31 de julio de
2 El psicoanálisis reapareció sólo después del colapso del régimen co-
1997, Ismael Viñas dijo: "Nosotros creíamos que él era Lenin".
munista cuando los trabajos de Freud fueron publicados otra vez en traduc- 21 Sigal, Intelectuales y poder, página 166.
ciones rusas. Para una fascinante historia cultural del psicoanálisis en Rusia,
22 Contomo, números 9-10, abril de 1959, página 4, citado en Szusterman,
ver Etkind, Alexander, Eros of the Impossible: The History of Psychoanalysis in
Russia, Boulder, Westview, 1997. Frondizi, página 175.
3 Durante sus últimos años en Viena, Freud también separó el psicoaná- 23 Ver v.g., la reacción cautelosa de algunas revistas de izquierda como

lisis de la izquierda. Tal como vimos en el caso de Marie Langer, él prohibió El Escarabajo de Oro, números 30-31; El Barrilete, agosto de 1966; Hoy en la
a los miembros de la asociación vienesa que aceptaran psicoanalistas afilia- Cultura, 29 de julio de 1966. Todas las revistas acordaban con la idea de que
dos a partidos de izquierda y hasta psicoanalizar a sus miembros. Ver la democracia liberal era un sistema obsoleto, por lo tanto, los generales se
Langer, Marie, From Vienna to Managua: Journey of a Psychoanalist. London, reservaban cierto crédito por haberlo eliminado. Una vez más, la desilusión
Free Association Books, 1989, páginas 78-79. llegó con rapidez cuando se puso de manifiesto la naturaleza real de la Revo-
4 "Programa", en Revista Latinoamericana de Psiquiatría I, número 1, octu-
lución Argentina.
24 Sabato, Ernesto, "El fin de una era", en Gente, 28 de julio de 1966,
bre de 1951, páginas 2-3. páginas 30-31.
s "La crisis del marxismo", en ¿Qué es la izquierda?, Buenos Aires, Docu- 25 Torre, Juan Carlos, "A partir del Cordobazo", en Estudios 4, diciembre
mentos, 1960, página 57, citado en Sigal, Silvia, Intelectuales y poder en la de 1994, página 16.
década del 60, Buenos Aires, Puntosur, 1991, página 194. 24 Viñas, Ismael, entrevista telefónica, 31 de julio de 1997.
4 El Escarabajo de Oro 2, julio-agosto de 1961, página 2. 27 Filipelli, Rafael, entrevista personal, Buenos Aires, 18 de junio de 1997.
7 El Escarabajo de Oro 2, julio-agosto de 1961, página 2. 38 Ver Gitlin,Todd, The Sixties: Years of Hope, Days of Rage, New York,

* Ver Langer, Marie, Jaime del Palacio y Enrique Guinsberg, Memoria, Bantam, 1987, páginas 203-14.
historia y diálogo psicoanalüico, México, Folio, 1981, página 29 Filipelli, entrevista.
9 Rosenberg, Martha, entrevista personal, Buenos Aires,89.
15 de diciembre
30 Viñas, Ismael, entrevista telefónica, 6 de agosto de 1997; Fontana,
de 1996.
10 Para un análisis de desarrollos similares pero en una escala mucho Alberto, entrevista personal, Buenos Aires, 17 de marzo de 1998.
31 Altamirano, Carlos, entrevista personal, Buenos Aires, 4 de noviem-
más reducida en Gran Bretaña, ver Richards, Barry, "The Eupsychian Impul- bre de 1996.
se: Psychoanalysis and Left Politics since 1968", en Radical Philosophy 48, 32 Terán, Nuestros años sesenta, página 171.
1998, páginas 3-13. 33 Cuestiones de Filosofía I, números 2-3,1962, página 3.
11 Para un análisis excelente, ver Oscar Terán, "Rasgos de la cultura
34 El número de estudiantes que cursaban la carrera de sociología en la
argentina en la década de 1950", en Terán, En busca de la ideología argentina,
UBA creció de 283 en 1960 a 533 en 1966 y a 1.032 en 1970. N. Rodríguez
Buenos Aires, Catálogos, 1986.
12 Terán, Nuestros años sesenta, página 65 y ss. La moda del existencialis-
Bustamante, "La sociologie dans l'Amérique Latine contemporaine:
l'expérience de l'Argentine", en Revue Internationale de Sciences Sociales 31,
mo y el éxito de libros como Bonjour tristesse de Françoise Sagan deben de número 1,1979, página 105, citado en Sigal, Intelectuales y poder, página 87.
haber contribuido con esta sensación. 35 Citado en Aricó, José, La cola del diablo: itinerario de Gramsci en América
u Luego de la caída de Perón una oleada de libros que presentaban
Latina, Buenos Aires, Puntosur, 1988, página 64.
interpretaciones políticas basadas en la metáfora de la contaminación inundó 34 Masotta, Oscar, "Jacques Lacan, o el inconsciente en los fundamentos
el mercado argentino. Para una visión general, ver Plotkin, Mariano, "Perón de la filosofía", en Pasado y Presente 3, número 9, abril-septiembre de 1965,
y el peronismo: un ensayo bibliográfico", en Estudios Intérdisciplinarios de páginas 1-15.
América Latina y el Caribe 2, número 1, enero-junio de 1999. 37 Para un análisis general de los desarrollos no institucionales del pen-
14 Sobre Contorno ver, entre otros, Terán, "Rasgos de la cultura argentina
samiento psicoanalítico en los años '60, ver Vezzetti, "El psicoanálisis y la
en la década de 1950", en Terán, En busca; Sarlo, Beatriz, "Los dos ojos de cultura intelectual", en Punto de Vista, noviembre de 1992, páginas 33-37, y
Contorno", en Punto de Vista 4, número 13, noviembre de 1981, páginas 3-8, y
191
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"Las ciencias sociales y el campo de la salud mental en la década del sesenta", dada 2, número 8, abril-mayo de 1966, página 2. El artículo decía: "A nosotros,
en Punto de Vista, abril de 1995, páginas 29-33. y para finalizar, nos parece también necesario agregar un enfoque que vuelva
38 Hermán, Ellen, "Being and Döing: Humanistic Psychology and the más tonalizante la comprensión que el psicólogo obtiene de estos temas. Nos
Spirit of the 1960s", en Sights on the Sixties, Barbara Tischler (comp.), New interesaría, por ejemplo, una comprensión más cabal sobre las contradicciones
Brunswick, Rutgers University Press, 1992, página 90. que recaen sobre la mujer actual que debe resolver un 'compañerismo' econó-
39 Ver Burnham, John C , "From Avant-Garde to Specialism: Psychoanaly- mico, social y político al lado de su pareja reteniendo aquellos atributos pro-
sis in America.", en Journal of the History ofBehaoioral Science 15, abril de 1979, pios de su carácter de mujer".
58 Este tópico no era nuevo y había estado en la agenda de los freudo-marxis-
páginas 128-34.
40 Sobre los freudo-marxistas, ver Wolfenstein, Eugene Victor, tas desde tiempo atrás. Ver Jacoby, Russel, Social Amnesia: A Critique of
Psychoanalytic Marxistn: Groundwork, London, Free Association Books, 1993, Contemporary Psydiology, 1975, New Brunswick, N.J., Transaction, 1996, página 76.
59 Rozitchner, León, Freud y los límites del individualismo burgués, Buenos
capítulo 3.
41 Bieger editó la primera traducción completa de los trabajos psicológi- Aires, Siglo XXI, 1972, páginas 442, 103.
60 Ibíd, páginas 184, 337, 343.
cos de Politzer publicados en castellano: Escritos psicológicos de Georges
61 Bleger, Psicoanálisis, página 145n.
Politzer, José Bleger (comp.), Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1965-66. Una tra-
42 Rozitchner, Freud, página 248. Sobre este tema, las ideas de
ducción de algunos trabajos de Politzer había sido publicada en 1948 con un
prólogo de Gregorio Bermann. Rozitchner son similares a las presentadas por Erich Fromm en La crisis del
42 Bleger, José, "El tratamiento psicoanalítico", en Las psicoterapias y el psicoanálisis, Barcelona, Paidós, 1970, páginas 11-51.
43 Freud, Sigmund, Civilization and Its Descontents, Vol. 21 de The Stan-
psicoterapeuta, Gregorio Bermann (comp.), Buenos Aires, Paidós, 1964.
43 Bleger, José, Psicoanálisis y dialéctica materialista: estudio sobre la estruc- dard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, en James
tura del psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1958, página 140. Strachey (ed.), London, Hogarth, 1955, páginas 113; cf. 143. Se pueden encon-
44 Ibíd, página 121. trar críticas más específicas sobre el marxismo en New Introductory Lectures of
45 Ibíd, página 157. Psycho-Analysis, Vol. 23 de The Standard Edition, páginas 176-82.
64 Freud, Sigmund, The Future of an Illusion, en Vol. 23 de The Standard
Ver Bermann, Gregorio, "Psicoanálisis y materialismo dialéctico",
en su libro Nuestra psiquiatría, Buenos Aires, Paidós, 1960, páginas 107-26; Edition, página 6.
45 Para una interpretación de los "escritos sociales" de Freud como apolí-
Cabral, César Augusto, "Algo sobre psicoanálisis y materialismo dialéctico",
en Anales Argentinos de Medicina 4, números 2-3, abril-septiembre de 1959, y ticos, ver Castel, Robert, La psychanalysme: l'ordre psychanalytique et le pouvoir, 2'
"Algo más sobre psicoanálisis y materialismo dialéctico", en Anales Argenti- edición, París, Union Générale d'Editions, 1976, paginas 340-41.
44 Rozitchner, Freud, página 283.
nos de Medicina 4, número 4, octubre-diciembre de 1959; Bleger, José, "Crítica
47 Rozitchner, Freud, página 351.
de la crítica a Psicoanálisis y dialéctica materialista", en Anales Argentinos de
48 Rozitchner, Freud, página 352.
Medicina 4, número 4 , octubre-diciembre de 1959. Ver también Vezzetti,
Hugo, "La querella Bleger: psicoanálisis y cultura comunista", en Ciudad Fu- 49 Ibíd, páginas 94, 351, 352, 95.

tura 27, febrero-marzo de 1991. 10 Rodrigues de Andrade, Rosangela, Puzzle(s) Masotta. Oscar Masotta: lo
48 "Crónica del tiempo: un debate sobre marxismo y psicoanálisis", en imaginario (búsqueda teórica y búsqueda de imágenes matrices), Rosario, Homo
Cuadernos de Cultura 43, septiembre-octubre de 1959, páginas 78-93. Sapiens, 1997, página 94.
49 Ver Langer, Marie, "Analizado del año 2000", en Revista de Psicoaná- 71 García, Germán, Oscar Masotta y el psicoanálisis en castellano, Buenos

lisis 25, números 3-4, julio-diciembre de 1968, páginas 617-40. Aires, Puntosur, 1991, páginas 22-23.
50 Acta Neuropskjuiátrica Argentina 5, número 1, enero-marzo de 1959. 72 Además del Oscar Masotta de García, otros libros son: La operación
51 Después de su expulsión del Partido Comunista, Bleger, sin abando- Masotta (cuando la muerte también fracasa), Buenos Aires, Catálogos, 1991, de
nar su fe marxista, se convirtió en un sionista comprometido con la causa. Carlos Correas, Puzzle(s) Masotta, de Rodrigues de Andrade, y Masotta: el
52 Bleger, José, "Ideología y política", en Revista de Psicoanálisis 30, nú- revés de la trama, Buenos Aires, Atuel/Anáfora, 1999, de Marcelo Izaguirre.
mero 2, abril-junio d e 1973. Correas le contó a un entrevistador que eligió el título "porque él hace como
53 Masotta, Oscar, "Sur la fondation de l'école Freudienne de Buenos una operación, algo que él lleva a cabo y por lo cual, a partir de unos orígenes
Aires", en Ornicar?, París, números 20-21,1980, páginas 227-35. muy humildes, este muchacho de Floresta llega a ser el Oscar Masotta que
54 Terán, Oscar, entrevista personal, Buenos Aires, 11 de noviembre de está provocando este diálogo entre vos y yo". "Entrevista a Carlos Correas",
1996. en Rodrigues de Andrade, Puzzle(s) Masotta, página 99.
55 Para un análisis de la posición de Rozitchner con respecto a la izquier- 73 Masotta, Oscar, Conciencia y estructura, 1968, Buenos Aires, Corregi-

da, ver De ípola, Emilio, "León Rozitchner: la especulación filosófica como dor, 1990, prólogo, página 10.
74 Les Temps Modernes 13, número 139, septiembre de 1957, páginas 339-
política sustituta", en Punto de Vista, noviembre de 1986, páginas 9-14.
56 Para una discusión de Lacan, ver Rozitchner, León, Las desventuras del 417, y 140, octubre de 1957, páginas 658-98.
75 "...permet de retrouver l'homme entier dans l'adulte, c'est-à-dire non
sujeto político: ensayos y errores, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 1996, pági-
nas 225-28. seulement ses déterminations présents mais aussi le poids de son histoire".
57 "Un enfoque de Lacan sobre la sexualidad femenina", en La Rosa Blin- Ibíd, número 139, página 380.

86 288 191
n Oscar Masotta, "Destrucción y promoción del marxismo contemporá-

neo" (I960), en Contienda y estructura, páginas 49-63.


77 Masotta cuenta sus intentos de suicidio en "Roberto Arlt, yo mismo",

en Conciencia y estructura. Sobre las impresiones de sus amigos, ver "Entrevis-


te a Carlos Correas" y "Entrevista a Jorge Lafforgue" en Rodrigues de
Andrade, Puzzk(s) Masotta.
n Masotta, "Roberto Arlt, yo mismo", en Masotta, Conciencia y estructu- CAPÍTULO 8
ra, Buenos Aires, Corregidor, 1968, página 197.
79 El Dr. Alberto Fontana afirma que fue él quien cuidó a Masotta y que
IZQUIERDA INTELECTUAL, POLÍTICA Y LACANISMO
también él lo introdujo en los trabajos de Lacan.
" Masotta, "Roberto Arlt, yo mismo", página 201.
™ Masotta, "Jacques Lacan", página 15.
« Masotta, "Roberto Arlt, yo mismo", página 202.
° Sobre la recepción de las ideas de Althusser en América latina, ver La entrada del psicoanálisis en el discurso de la izquierda
Portantiero, Juan Carlos, "II marxismo latinoamericano", en Storia del marxis- fue un factor que facilitó la creciente aceptación del mismo en el
mo, voi. 4, II marxismo oggi, Turín, Giulio Einaudi, 1982.
M Ollier, María Matilde, La creencia y la pasión: privado, público y político mundo de la cultura, como fue discutido en el capítulo anterior.
en la izquierda revolucionaria, Buenos Aires, Ariel, 1998, páginas 196, 198. Los Hacia mediados de la década del '70, los intelectuales de iz-
analistas que atendían a integrantes de las organizaciones armadas debían quierda de todas las tendencias coincidían eii la valoración del
trabajar bajo estrictas condiciones de seguridad. A menudo tenían que mudar psicoanálisis como un tema lo suficientemente importante como
sus consultorios y, en determinadas circunstancias, debían conducir sesiones
en espacios públicos o sin conocer la identidad del paciente. Ver Hollander,
para ser pensado y discutido. En la década del '60 la izquierda
Nancy Caro, Love in a Time of Hate: Liberation Psychology in Latín America, New aceptó el psicoanálisis y lo incorporó en el abanico de sus in-
Brunswick, Rutgers University Press, 1997, páginas 74, 75, 85. quietudes e intereses. En los comienzos de la década siguiente,
45 Vegh, Isidoro, entrevista personal, Buenos Aires, 19 de noviembre de los intelectuales de izquierda se convirtieron en agentes activos
1996, y Ramos, Evaristo, entrevista personal, Buenos Aires, 30 de octubre de de su difusión. Cuando en 1979 Noé Jitrik reseñó los logros ar-
1996. Ramos era un ex comunista que buscó en la enseñanza de Lacan un
medio para vincular el psicoanálisis con el marxismo "sin mezclarlos".
tísticos y científicos de los primeros años de la década del '70, le
pareció natural incluir el psicoanálisis entre las áreas de "pro-
ducción cultural" merecedoras de análisis.1 A principios de la
década, revistas culturales importantes dedicaron números
completos al psicoanálisis, mientras el lenguaje de inspiración
psicoanalítica comenzó a filtrarse en el lenguaje de la ficción y el
de la crítica literaria.
Esa integración profunda del psicoanálisis con la cultura de
izquierda fue el resultado de la combinación de varios factores,
de los cuales analizaremos con cierto detalle tres. Primero, des-
de finales de la década del '60 algunos psicoanalistas habían
adquirido un alto grado de compromiso con la política y de
hecho la disciplina misma se politizó. En 1971, un grupo de
miembros de izquierda de la APA, entre ellos uno de los funda-
dores y un ex presidente, rompió con la institución y con la IPA.
Fue la primera vez en la historia del movimiento psicoanalítico
internacional que un grupo se separaba de la IPA, en tanto gru-
po, por razones puramente políticas. Los que se fueron no sólo
desafiaron la rigidez del sistema institucional de la APA sino
que abrieron un debate amplio cuyos efectos se hicieron sentir
mucho más allá de la comunidad "psi".

86 290 191
El segundo factor fue la rápida recepción de las teorías de tigios de la "subversión de izquierda". Las medidas represivas que
Lacan. Mientras que los psicoanalistas ortodoxos de la APA te- llevaron adelante con este fin tuvieron el efecto de encender la
nían por lo general una clara orientación clínica, el psicoanálisis pasión de los militantes de izquierda y de radicalizar las posiciones
lacaniano se acercaba más claramente al mundo de la cultura. de los jóvenes de clase media.3 Los intentos llevados a cabo por el
Muchos lacanianos tenían una formación previa en filosofía, lite- régimen tendientes a eliminar la política empujaron a sectores
ratura o psicología y muy pocos en medicina. Algunos de ellos ya politizados a buscar alternativas a través del uso de la violencia,
habían adquirido reputación como escritores o críticos cuando se pues la experiencia cubana había demostrado que podía ser efecti-
acercaron al psicoanálisis. Esto constituía una ventaja competiti- va para lograr un cambio de estructuras. Como en otras partes, los
va en un país como la Argentina, donde la elite intelectual había trabajos de Franz Fanón y el Che Guevara empezaron a ser leídos
sido tradicionalmente pequeña y fluida; y donde, por lo tanto, el con avidez por jóvenes radicalizados.4 Desde el comienzo de los
capital simbólico acumulado en un campo podía ser fácilmente años '60, Cuba se había transformado en una tierra de peregrinaje
transferido a otro. Los lacanianos llevaron las perspectivas del y de entrenamiento político-militar para aquellos que querían
psicoanálisis y su lenguaje al campo de la literatura y la crítica emular la gesta del Che y, también, en un icono cultural para los
literaria. Además, la recepción del psicoanálisis lacaniano ayudó intelectuales progresistas. En palabras de Tulio Halperin Donghi,
a definir un status profesional para los psicólogos. La Habana se convirtió en "la Roma del Caribe". Más tarde las
Un tercer factor fue la lectura política de la problemática de experiencias del Mayo Francés y de la Revolución Cultural China
la enfermedad mental y la reclusión de los locos. Se identificó a tuvieron un fuerte impacto sobre la radicalización de la juventud.
los enfermos mentales como un grupo oprimido social, política Las políticas represivas del gobierno del '66 colocaron, por
y económicamente y a las instituciones psiquiátricas como me- primera vez desde el '45, a los estudiantes universitarios y a los
canismos de control social. Esta mirada política sobre la salud y obreros del mismo lado: la represión oficial se desató con saña
la enfermedad mental provenía de la traducción de los trabajos sobre ambos grupos. Ahora, una visión menos rígida de la rea-
más representativos del movimiento antipsiquiátrico inglés y lidad comenzó también a percibirse entre algunos sectores de la
francés y de la percepción creciente de un mundo dividido entre clase obrera sindicalizada, aun entre aquellos que todavía pro-
oprimidos y opresores. clamaban su fidelidad a Perón. El sindicalismo peronista tradi-
cional había perdido su capacidad para defender con energía los
derechos de los trabajadores y cultivaba sus relaciones con el
Cuando "Todo es política" gobierno militar. Los trabajadores progresistas nucleados en los
sindicatos combativos de Córdoba y en la Confederación Gene-
Tal como ha sido señalado en el capítulo anterior, muchos ral del Trabajo de los Argentinos (CGTA) estaban más dispues-
intelectuales de izquierda buscaron a través de las ciencias so- tos a escuchar lo que los intelectuales tenían para decir que los
ciales el modo de comprender el fenómeno del peronismo y sus sindicatos ortodoxos peronistas.5 Ningún sector de la sociedad
propias limitaciones para acceder a la clase obrera. La sensación por sí solo puede derrotar a la dictadura, sostenía Raimundo
general era de pesimismo: "Tenemos que darnos vuelta como Ongaro, líder de la CGTA en 1970. De acuerdo con Ongaro, la
un guante", había dicho Ismael Viñas a finales de los años '50. clase trabajadora necesitaba el apoyo de todos los otros grupos
"En la Argentina, en 1965, los intelectuales de izquierda somos oprimidos: estudiantes, intelectuales, curas que cuestionaban la
inofensivos (...) Padecemos la justificada indiferencia de la úni- jerarquía eclesiástica, incluso suboficiales de las fuerzas arma-
ca clase a la que confiamos nuestra liberación", escribía Ricardo das que se rebelaban contra la opresión de los generales y almi-
Piglia algunos años después.2 Perón había logrado seducir a la rantes vinculados a los monopolios internacionales.6
clase obrera demasiado bien. El Cordobazo marcó el principio del fin del régimen militar
El período que comenzó con el golpe del '66 hivo consecuen- de 1966. En la versión argentina de los episodios que habían
cias inesperadas para el régimen militar y para las relaciones entre convulsionado a París exactamente un año antes, obreros y estu-
intelectuales y trabajadores. Una de las obsesiones principales de diantes se movilizaron juntos en la ciudad de Córdoba en una
los generales fue despolitizar la sociedad y eliminar todos los ves- rebelión violenta que debilitó al gobierno militar. El antiguo

86 292 191
sueño de los intelectuales, poder marchar hombro con hombro Mientras tanto, otros canales de participación política se
con los trabajadores, se había vuelto, finalmente, realidad. El abrieron para los jóvenes de clase media. En la estela dejada por
Cordobazo cambió la manera en que los intelectuales se veían a el Concilio Vaticano II y la Conferencia Latinoamericana de
sí mismos y su situación en el esquema de cosas de la Argentina, Obispos de Medellín de 1968, sectores radicalizados surgieron
afirmaba Piglia en 19737 En el mismo sentido, Marie Langer, en los márgenes de la Iglesia Católica argentina, tradicional-
líder de uno de los grupos de izquierda que se escindieron de la mente caracterizada por su conservadurismo. La Teología de la
APA, decía en 1971: "A nosotros como institución, nos despertó Liberación sedujo a muchos estudiantes católicos secundarios y
el Cordobazo".8 Los intelectuales parecían encontrar, finalmen- universitarios. En esta lectura politizada de la doctrina católica,
te, su lugar en el proceso revolucionario, que era, cada vez más, los jóvenes encontraban la justificación para la lucha política
visto como inminente. El Cordobazo también abrió un período armada. Rechazaban los partidos políticos liberales así como
de violencia política sin precedentes en la historia argentina del también el principio de la separación de la esfera política de la
siglo veinte. Los episodios de Córdoba habían demostrado que religiosa. Para algunos, el peronismo era la opción natural debi-
en el corto plazo, al menos, el "pueblo" podía ejercer violencia do a la imagen que éste se había construido de sí mismo como
contra el régimen y conmoverlo. Durante el transcurso de esos movimiento nacional en oposición a los partidos políticos tradi-
años, agrupaciones políticas de diferentes tendencias, desde cionales y al sistema liberal de partidos en general. La izquierda
guevaristas y trotskistas hasta peronistas, comenzaron a organi- católica compartía con la izquierda radicalizada la convicción
zar la lucha armada para derribar el régimen y realizar, final- de que sólo los cambios revolucionarios podían resolver los pro-
mente, el sueño revolucionario. En 1968, un grupo de guerrille- blemas de la Argentina. El ejemplo de Camilo Torres, el cura
ros peronistas intentó organizar un movimiento armado en Taco colombiano que se unió a la guerrilla y fue asesinado en acción,
Ralo, provincia de Tucumán, y en 1969 surgieron las primeras iluminaba el camino.10 En 1968 nacía el Movimiento de Sacerdo-
guerrillas urbanas cuando un grupo autodenominado Fuerzas tes del Tercer Mundo de tendencia peronista e izquierdista.
Armadas de Liberación (FAL) atacó una guarnición militar. El peronismo vivió un renacimiento masivo con la politiza-
Pronto se atacaron también otras guarniciones militares y comi- ción de la clase media. Hasta bien entrados los años '60, la mayo-
sarías; hubo robos en bancos al tiempo que ciudades enteras ría de los intelectuales no había encontrado un espacio común
eran tomadas; se secuestraron gerentes de compañías multina- con el peronismo. Ahora, en cambio, el peronismo comenzaba a
cionales y oficiales de las fuerzas armadas, algunos de los cuales simbolizar rebelión contra la vieja generación antiperonista, re-
fueron ejecutados (el caso más notorio fue el del ex presidente sistencia a la dictadura y, sobre todas las cosas, seguía siendo el
Pedro Aramburu). Las acciones de estos grupos recibieron como objeto de la lealtad de la clase obrera. El peronismo era conside-
contrapartida torturas sistemáticas, ejecuciones ilegales y, pau- rado el único movimiento que podía conducir a la Argentina al
latinamente, la desaparición de militantes de izquierda llevada logro de una versión nacional del socialismo. Para los católicos de
a cabo por grupos de extrema derecha que gozaban de total izquierda, además, el peronismo significaba una manera de acer-
impunidad. Hacia el comienzo de los años '70, la violencia se carse al socialismo sin Marx. Todas estas interpretaciones fueron
había transformado en la característica distintiva de la política alentadas por Perón, que adaptó su discurso (aunque no su ideo-
argentina.9 logía) a las nuevas condiciones que plantearon los años '60.11
Las guerrillas urbanas no fueron un fénomeno exclusivo de Hacia 1970 eran pocos los jóvenes radicalizados que se atrevían a
la Argentina. En su película Ese oscuro objeto de deseo, Luis poner en duda el potencial revolucionario del peronismo. En
Buñuel parodia la sopa alfabética formada por los nombres de aquellos años, el retorno de Perón al país desde su exilio madri-
los movimientos guerrilleros europeos conocidos por sus inicia- leño se había convertido en una obsesión. La llegada al poder del
les. Un fenómeno similar se desarrolló en otros lugares de Amé- gobierno de la Unidad Popular con Salvador Allende en Chile en
rica latina. En aquellos años los grupos revolucionarios susti- 1970 promovía en los jóvenes argentinos la ilusión de que el esta-
tuían el modelo de guerrilla rural de inspiración cubana por el blecimiento del socialismo era una posibilidad real y concreta.
de guerrilla urbana, en especial en los países más desarrollados Finalmente, en 1973 Perón volvió a la Argentina para asumir la
de América del Sur. presidencia por tercera vez y morir en julio de 1974. Durante el

86 294 191
breve período en que Perón ejerció sus funciones y en el que de Rossana Rossanda, Jean-Paul Sartre y Mario Vargas Llosa pu-
siguió, con la presidencia de su esposa María Estela Martínez, el blicaron una carta por la cual denunciaban el maltrato a Padilla.
peronismo de izquierda se enfrentó a la dolorosa evidencia de Las reacciones en la Argentina fueron mezcladas. Aunque mu-
que sus expectativas no serían satisfechas y que las consecuencias chos intelectuales mostraron su acuerdo con la carta de los escri-
de su error serían sangrientas. tores, la revista Los Libros denunció a Padilla y a sus colaborado-
res defendiendo el régimen de Castro. Esta posición generó algu-
LA POLITIZACIÓN DE LA CULTURA
nas tensiones internas en el comité editorial de la publicación.15
Frente a esta situación, una serie de dicotomías empezaron a
La radicalización de la sociedad tuvo importantes conse- oficiar como filtros a partir de los cuales se llevaban a cabo aná-
cuencias para la izquierda intelectual. La revolución, que en los lisis de la realidad, la dicotomía principal que daba sentido a las
comienzos de la década del '60 había sido visualizada como demás era liberación o dependencia. El discurso de la liberación
necesaria pero remota, ahora parecía no sólo posible sino tam- había sido un tema de discusión en los años '60, cuando la teoría
bién inminente. La línea divisoria entre la miíitancia política y de la dependencia había sido en un principio formulada funda-
la actividad intelectual había comenzado a desdibujarse. Para mentalmente en círculos académicos. Esta teoría, que en aquel
muchos la actividad intelectual se había transformado en otro momento había sido propuesta como un nuevo modo de pensar
modo de hacer política. "Hoy más que nunca, cuando América la situación actual de América latina a partir de su desarrollo
latina está encaminada hacia cambios revolucionarios —como histórico, pasó a constituirse en los años '70 en una verdad in-
muestran la Revolución Cubana y los eventos de Chile—, la cuestionable y en una herramienta de lectura principal para ana-
literatura no puede —no debe— estar separada de la política", lizar la sociedad y la política.16 El discurso de la dependencia
declaraba una crítica literaria; "más aún, debe estar subordina- sobrepasó a la izquierda radical. Los textos de escritores naciona-
da a ella".12 El modelo sartreano del intelectual "comprometi- listas, tales como Juan José Hernández Arregui y Arturo
do" social y políticamente estaba siendo desplazado por el mo- Jauretche, se convirtieron en lecturas obligadas así como también
delo inspirado en las ideas y la práctica revolucionaria de los trabajos de los historiadores revisionistas que cuestionaban la
Fanón: el intelectual militante y combatiente.13 herencia liberal del país. La idea de liberación era tan poderosa
que hasta un partido neoliberal de derecha adoptó la palabra para
Rápidamente, un optimismo eufórico fue desplazando a la
la campaña electoral de 1973.17 El discurso de la liberación tenía,
culpa colectiva que había ensombrecido a los intelectuales al co-
también, una dimensión subjetiva que brindaba la posibilidad de
mienzo de los años '60. En aquel entonces el problema había sido
establecer una zona compartida con el discurso psicoanalítico.
comprender si y cómo debían los intelectuales cumplir un rol en el
proceso revolucionario aún remoto, y si, por el contrario, esto no
era posible, a qué se debía esta respuesta negativa. En los años '70
el tema central pasó a ser definir con precisión qué papel le toca- En el clima dé fines de los años '60 quedaba poco espacio
ría jugar al intelectual durante el advenimiento del orden socia- para el tipo de experiencias vanguardistas promovidas por el Ins-
lista y qué lugar ocuparía luego de su establecimiento.14 No obs- tituto Di Telia. Las dificultades financieras que atravesaba la em-
tante, la tensión generada entre la autonomía y la subordinación presa que lo sostenía y la censura que ejercía el gobierno hubieran
de los intelectuales con respecto a la política se convirtió en una terminado con el Di Telia, de un modo o de otro, pero la defección
preocupación para algunos intelectuales de izquierda, particular- de los artistas significó el golpe mortal. Muchos artistas que ha-
mente después del "asunto Padilla". En 1971, el poeta cubano bían tenido un rol activo en la institución rompieron sus vínculos
Heriberto Padilla fue enviado a prisión por el régimen de Castro con ella a finales de los años '60 con el argumento de que las
y obligado a realizar una exhibición humillante de autocrítica actividades que allí se desarrollaban eran elitistas y no tenían
pública por el contenido de algunos de sus poemas. Esta situa- contacto alguno con las necesidades culturales del "pueblo". Las
ción provocó un quiebre en la relación entre el gobierno revolu- relaciones entre la vanguardia cultural y la vanguardia política se
cionario de Cuba y un número importante de intelectuales pro- volvieron mucho más complejas que antes.18
gresistas. Personalidades latinoamericanas y europeas de la talla En aquellos años turbulentos se profundizó un proceso de-

137
296
sencadenado en la década anterior: la combinación de marcos conocido como escritor de obras de teatro, adquirió notoriedad
conceptuales a veces difícilmente compatibles entre sí. El estruc- cuando se decidió a explorar la psicología del torturador en la
turalismo, que en el comienzo de la década del '60 había sido un obra El Señor Galíndez estrenada a principios de los años '70. Los
objeto de interés fundamentalmente de sociólogos y de algunos militares pusieron a Pavlovsky en su lista de la muerte después
críticos literarios, se convirtió hacia el fin de la década en una del golpe de 1976. Otro psicoanalista que se volvió escritor fue
moda que trascendía al público académico. Los intelectuales de Emilio Rodrigué, cuya novela Heroína (1969), que trataba
izquierda más receptivos a la moda estructuralista quedaron satíricamente al establishment psicoanalítico, se transformó lue-
capturados por los trabajos de Louis Althusser, que eran leídos go en un largometraje.21 Heroína le valió a Rodrigué el reconoci-
en general a través de comentadores.19 El primer número de los miento como escritor por parte de las revistas literarias, que lo
Cuadernos de Psicología Concreta mezclaba libremente el nombre entrevistaron como un especialista en literatura. Pero la verdade-
de Althusser con el discurso antiimperialista y generosas refe- ra politización del psicoanálisis se dio en otros espacios.
rencias a Franz Fanón.20
La tensión entre la acelerada politización de la actividad LOS DEBATES DE 1965
intelectual y la especificidad de los discursos requerida implíci-
tamente por los "nuevos saberes" atravesaba las páginas de al- En el año 1965 un grupo de psicólogos organizó un debate
gunas de las revistas culturales más leídas en aquel entonces. La en la Facultad de Filosofía y Letras sobre las relaciones entre
más prestigiosa de ellas, Los Libros ("un mes de publicaciones en ideología, psicología y ciencia. Las ponencias y las discusiones
América Latina"), se dedicaba a la reseña crítica de obras de también abordaron la cuestión de los alcances del compromiso
ficción y no ficción. En sus páginas Althusser se codeaba con político de los psicólogos y, por extensión, de los intelectuales
Lacan, Ñoam Chomsky y Umberto Eco. El "discurso específico y en general. Entre los invitados a polemizar estaban José Bleger,
el método riguroso" que los editores prometían para la crítica de León Rozitchner, Antonio Caparros, Enrique Pichón Riviére y
libros fue gradualmente dejando su lugar al discurso de la de- Armando Bauleo. Este debate significó un punto de ruptura:
pendencia. En 1971, el eslogan de la revista se transformó en ideas que ocuparían un lugar central en la posterior politización
"por una crítica política de la cultura", y en 1975 fue simplemen- del psicoanálisis quedaron definidas en aquellos días. A lo largo
te "una política en la cultura". El énfasis en la especificidad de de todo el debate, a menos que se indique explícitamente lo
los discursos continuó siendo, sin embargo, un elemento impor- contrario, el término "psicología" era utilizado como sinónimo
tante en el proyecto de Los Libros (lo que le valió ser acusada de de "psicoanálisis".
elitismo), pero la posición de la revista frente al asunto Padilla Desde el principio, dos posiciones quedaron definidas con
sugiere que su compromiso con la autonomía del campo intelec- claridad. Una de ellas fue la sostenida por los dos miembros de
tual se estaba debilitando. Luego de una serie de cambios en la la APA, Bleger y Pichón Riviére, mientras que la otra, con dife-
conformación de su comité editorial. Los Libros llegó a ser una rentes matices, fue presentada por Rozitchner, Caparros y
revista totalmente politizada. La reseña de libros dejaba su lu- Bauleo (un integrante de la APA que tenía vínculos estrechos
gar a las discusiones políticas. En 1975, Ricardo Piglia, uno de con la izquierda). Bleger enfatizó la necesidad de mantener la
los tres miembros del comité editorial en aquel momento, re- autonomía del campo científico y defendió una concepción hu-
nunció argumentando que él tenía una mirada diferente de la manista de la psicología. De acuerdo con él, "hay una praxis del
del resto de sus compañeros sobre el gobierno de Isabel Perón. campo científico que tiene que ser respetada, de otra manera,
tendremos psicólogos 'automutilados', psicólogos deteriorados
que, en otras palabras, no son ni psicólogos ni ideólogos". Los
La politización del psicoanálisis psicólogos que se comprometían con la actividad política de-
bían trabajar en dos niveles diferentes: el nivel de la militancia
La emergencia de un grupo de psicoanalistas considerados política e ideológica, por un lado, y el nivel de la práctica cien-
de izquierda que se hicieron conocidos en otros ámbitos contribu- tífica, por el otro. Los dos niveles debían permancer separados.
yó al proceso de difusión del psicoanálisis. Eduardo Pavlovsky, La referencia de Bleger a la "automutilación" no era inocente. Se

86 298 191
refería al término que Henri Lefebvre había utilizado para refe- psicólogos corrían el riesgo de permanecer atrapados en meras
rirse a la actitud asumida por Politzer cuando abandonó el psi- abstracciones burguesas.
coanálisis para afiliarse al Partido Comunista en 1929. A esta Antonio Caparros compartía el enfoque general planteado
altura Bleger ya no estaba interesado en establecer continuida- por Rozitchner pero adoptaba una perspectiva más radicaliza-
des en el pensamiento de Politzer. La figura que ilustraba la da. Para Caparros no era posible establecer ninguna diferencia
actitud opuesta a la asumida por Politzer era Henri Wallon, el entre el psicólogo como científico y el psicólogo como militante.
psicólogo francés a quien se acredita haber inspirado el desarro- "No alcanza con ser psicólogo, uno debe ser un hombre, [y]
llo de la teoría del estadio del espejo de Lacan. Wallon compar- como hombre tiene que capturar su momento, su tiempo, y ac-
tía el compromiso político de Politzer (como el filósofo húngaro- tuar de acuerdo a ciertas metas. Y como psicólogo tiene que ser
francés —quien había muerto fusilado por los nazis—, él tam- un militante que hace psicología."22 La psicología, que para
bién peleó en la Resistencia francesa), pero continuó investigan- Caparros no era equivalente al psicoanálisis, no podía disociar-
do y publicando en el campo de la psicología. Bleger no propo- se de la ideología, al tiempo que la ideología debía ponerse en
nía una separación absoluta de la práctica ideológica y la prác- práctica a través de la militancia política. Si por alguna razón la
tica científica pero sí una distinción que protegiera la autonomía militancia no pudiera articularse con la actividad profesional,
de la ciencia. Los psicólogos debían establecer relaciones entre era evidente que para Caparros la militancia siempre era la prio-
su dominio científico y el mundo externo pero necesitaban ase- ridad.
gurarse de que sus ideas políticas no contaminaran la práctica Estos debates mostraban dos modos de comprender y de
psicológica. encarar la misión del intelectual. Uno de ellos, sostenido por
Desde una perspectiva levemente diferente, Pichón Rivière Bleger, en la tradición de Sartre, proponía el compromiso políti-
expresaba una posición que era compatible con la de su discípulo. co pero desde una posición de autonomía del intelectual. El
Para Pichón, los fundamentos de toda práctica terapéutica esta- otro, defendido en su versión más radical por Caparros, era el
ban contenidos en lo que él llamaba ECRO (esquema conceptual, del intelectual militante que emergería triunfante a comienzos
referencial y operativo), que brindaba el marco referencial para de la década del '70. La ciencia sólo tendría sentido como una
encarar cualquier tratamiento psicoterapèutico. El ECRO incluía actividad subordinada a la militancia política.
también la ideología del terapeuta. La práctica psicológica debía, Los debates de 1965 proponían además una revisión gene-
sin embargo, desarrollarse sólo desde una lógica psicoanalítica. ral de las bases filosóficas de la psicología. ¿Debía preocuparse
La ideología política no tenía lugar en la práctica psicológica co- del problema de la verdad o limitarse a la esfera de la acción y
tidiana. De acuerdo con Pichón, el criterio de validez de la prác- a la aplicación de medidas concretas? ¿Qué había implícito en
tica terapéutica debía ser su efectividad. los conceptos de normalidad y locura? Este debate llevó la dis-
Las posiciones sostenidas por León Rozitchner y Antonio cusión del psicoanálisis mucho más lejos de lo que la APA esta-
Caparros no podían haber presentado diferencias más marcadas ba dispuesta a ir y cuestionó los cimientos mismos de la práctica
con las anteriores. Según Rozitchner, un psicólogo podía articu- psicoanalítica promovida por la institución oficial.
lar la práctica científica con la ideología de dos maneras diferen-
tes: o bien para determinar si una conducta específica era o no 1971: ANNUS HORRIBILIS DE LA APA:
era coherente con la ideología de su actor, aunque sin conside- LA RUPTURA DE PLATAFORMA-DOCUMENTO
rar la verdad de esa ideología, o bien para determinar el grado
de verdad involucrada en una ideología en particular. Para Como ya vimos, desde mediados de la década del '60 los
Rozitchner, la misión del psicólogo era investigar la ideología y psicólogos se habían mostrado más dispuestos a politizarse que
determinar su verdad. En este sentido, la práctica de la psicolo- muchos analistas afiliados a la APA. Teóricamente, la APA per-
gía concreta no podía restringirse al campo científico en sí mis- manecía neutral en el terreno político; sin embargo, el sismo que
mo sino que necesitaba buscar sus criterios de verdad en la filo- hizo temblar a la comunidad analítica en 1971 se desató en el
sofía considerando, en un sentido marxista, las múltiples deter- seno mismo de la institución. Ya desde los últimos años de la
minaciones de los desarrollos psicológicos. De otro modo, los década del 60, fricciones internas venían conmoviendo el clima

86 300 191
y las relaciones interpersonales en la asociación. Los jóvenes diatribas contra el elitismo de la APA. Simultáneamente, surgió
candidatos y los miembros asociados comenzaron a cuestionar otro grupo que pedía la democratización de la institución. Este
la estructura jerárquica del sistema de formación y gobierno de grupo, llamado Documento, se unió a Plataforma en sus recla-
la institución. Muchos jóvenes analistas trabajaban también en mos de reforma y radicalización.24 En el Congreso Internacional
hospitales públicos, algunos en el servicio de Goldemberg en el de Psicoanálisis realizado en 1971, en Viena, en un artículo titu-
Lanús, y sus experiencias allí les hicieron entrar en contacto con lado "Psicoanálisis y / o revolución social", Marie Langer subra-
un mundo social y político radicalmente distinto del de la APA. yaba que si en los años '30 ella había abandonado el marxismo
Muchos analistas jóvenes eran discípulos de Pichón Rivière y por el psicoanálisis, en ese momento no estaba dispuesta a tener
Bleger, quienes dentro de los límites que les exigía su pertenen- que resignar uno por el otro. Cuando los directivos de la APA se
cia a la asociación proponían un psicoanálisis comprometido negaron a publicar el artículo de Marie Langer en la Revista de
con objetivos sociales y políticos. Psicoanálisis, los grupos Plataforma y Documento renunciaron a
Los analistas más progresistas de la APA asimilaron la at- la APA y en ese mismo acto, también, a la afiliación a la IPA. A
mósfera densamente cargada de los años '60. En 1969, algunos Plataforma y Documento se unieron pronto dos filósofos, que
miembros de la APA participaron de la huelga declarada en desde diferentes lecturas estaban interesados en el psicoanáli-
duelo por las víctimas de la represión policial de Córdoba y sis, León Rozitchner y Raúl Sciarreta, así como también un am-
publicaron su adhesión a la misma en un periódico importante plio número de intelectuales de alto perfil. Pichón Rivière y
para transmitir su apoyo explícitamente. La dirección conserva- Bleger, considerados los líderes espirituales de los dos grupos
dora de la APA reaccionó contra estas muestras de compromiso disidentes, sin embargo, decidieron permanecer en la APA.
político.23 La crisis final llegó como consecuencia de una combi- La separación de los grupos Plataforma y Documento tuvo
nación de acontecimientos internacionales y locales. En 1969 el un fuerte impacto sobre la APA, aunque en las publicaciones ofi-
congreso internacional de psicoanálisis se realizó en Roma. Bajo ciales de la institución y aun en sus libros de actas se silenciaran
la influencia del "espíritu del '68" un grupo de jóvenes analistas los conflictos. La estructura de la APA fue parcialmente democra-
europeos decidieron no participar del congreso que tenía lugar tizada. Todos los miembros titulares podían acceder ahora a la
en el Hotel Hilton y organizaron, en cambio, su propio congreso función didáctica con sólo solicitarlo, y los miembros asociados
paralelo o contracongreso en una cantina. Allí debatieron los adquirieron el derecho a voto en las asambleas generales y a par-
fundamentos del sistema de formación de analistas, la estructu- ticipar en el gobierno de la institución. De todos modos, la orga-
ra jerárquica de la institución psicoanalítica y la ideología bur- nización que reunía a todos los psicoanalistas políticamente com-
guesa del psicoanálisis. El grupo definió una plataforma política prometidos (y ahora autopercibidos como revolucionarios) era la
que en lo sucesivo fue conocida como Plataforma Internacional. FAP. Poco después de la escisión, Marie Langer fue elegida pre-
Algunos analistas argentinos se unieron a este movimiento y sidenta de la FAP- La FAP, la APBA y la Asociación de
cuando volvieron al país fundaron la agrupación local, Platafor- Psicopedagogos formaron juntas la Coordinadora de Trabajado-
ma, liderada por Armando Bauleo y Hernán Kesselman, dos res de la Salud Mental, que reunía a todos los "trabajadores de la
miembros jóvenes de la APA y pacientes, ambos, de Marie salud mental" en igualdad de condiciones. Psicoanalistas, psicó-
Langer. Ellos fueron seguidos por un grupo grande de jóvenes y logos, psiquiatras y enfermeras pasaron a ser, a partir de ese
algunos analistas de más larga trayectoria, tales como Rodrigué, momento, "trabajadores de la salud mental" sin distinción de je-
Langer y Pavlovsky. rarquía. Al mismo tiempo, la Coordinadora creó el Centro de
Plataforma se propuso movilizar a otros miembros de la Docencia e Investigación (CDI), dirigido por analistas de Plata-
institución oficial y politizar la APA, al tiempo que un grupo de forma y Documento, que ofrecía cursos de psicoanálisis y filoso-
disidentes comenzaron a militar en grupos políticos radicaliza- fía marxista dentro de una variedad de ofertas temáticas a los
dos y a participar activamente en la FAP. Algunos "de ellos se trabajadores de la salud mental. Siguiendo una tendencia típica
acercaron a organizaciones del peronismo revolucionario y de- de aquellos tiempos de comunión política, el CDI funcionó, por un
sarrollaron vínculos con otras agrupaciones de izquierda. Pre- período breve, en una oficina provista sin cargo por el sindicato de
ocupaciones de claro contenido político se mezclaban con los trabajadores gráficos, dirigido por Raimundo Ongaro, líder de
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la CGTA. La FAP y el CDI llegaron a ser, por lejos, las organizacio- cié de ensalada teórica con referencias a Althusser. En el nivel de
nes profesionales más radicalizadas de aquel período.25 la práctica profesional, las consecuencias de ubicar el psicoanáli-
El CDI y la Coordinadora les dieron a los psicólogos la sis al servicio de la revolución eran menos claras. "No propone-
oportunidad de obtener formación analítica por fuera de la APA mos la eliminación del tratamiento individual —comentaba un
al tiempo que reconocimiento profesional por parte de destaca- miembro de Plataforma— pero creemos que no debemos ignorar
dos analistas. No sorprende, entonces, que una gran cantidad de ninguna teoría o técnica que refuerce nuestra posición ideológi-
psicólogos y de psiquiatras radicalizados haya ingresado a la ca." Otro analista de Plataforma decía que la cuestión no era
Coordinadora y tomado cursos allí. Para los psicólogos de iz- "ofrecer psicoanálisis barato (...) Nosotros también somos parte
quierda, la participación en el CDI les posibilitaba resolver dos del sistema de producción. Mientras actuemos en esta sociedad
cuestiones críticas: el CDI les otorgaba reconocimiento profesio- (...) la relación analista-paciente es una relación comercial, el psi-
nal debido a que los psicoanalistas que allí actuaban los consi- coanálisis es un producto de consumo".28 Algunos analistas ofre-
deraban colegas y, además, les permitía compatibilizar su com- cían sus servicios en las villas de emergencia, otros trabajaban en
promiso político con la práctica profesional. Ambas actividades hospitales públicos, en muchos casos sin necesidad de abandonar
eran ahora percibidas como las dos caras de la misma moneda. sus prácticas en el consultorio privado. Otros (o los mismos) tu-
Plataforma justificó su separación de la APA en una carta vieron una militancia activa en partidos de izquierda y algunos
abierta dirigida a "todos los trabajadores de la salud mental" en organizaciones armadas. Eduardo Pavlovsky, por ejemplo, fue
publicada, entre otros medios, en Los Libros: la APA había dis- candidato a diputado por el Partido Socialista de los Trabajadores
torsionado el psicoanálisis. Como verdaderos representantes (PST). Durante la dictadura, algunos plataformistas que se queda-
del "psicoanálisis real" los plataformistas se proponían colocar ron en el país se convirtieron en militantes activos en los organis-
sus conocimientos "al servicio de las ideologías que cuestionan mos de derechos humanos. Muchos se exiliaron y, al menos, uno
sin pactos al sistema que en nuestro país se caracteriza por favo- de ellos desapareció.
recer la explotación de las clases oprimidas, por entregar las La separación de los grupos Plataforma y Documento tuvo
riquezas nacionales a los grandes monopolios y por reprimir vastas repercusiones en los medios y en la sociedad en su conjun-
toda manifestación política que tienda a rebelarse contra él".26 to. El episodio modificó las condiciones para el desarrollo y la
Plataforma se comprometía a luchar por la liberación nacional y difusión del psicoanálisis en la Argentina; quebró el poder hege-
por la construcción de una sociedad socialista. Luego de la afir- mónico de la APA en la regulación de la práctica del psicoanáli-
mación de principios, el comunicado pasaba a realizar una críti- sis. Más importante aún, cuestionó la existencia misma de una
ca detallada de la estructura jerárquica y elistista de la APA y a institución que legitimara el ejercicio de la profesión. El trabajo
un análisis de su ideología. Para los miembros de Plataforma, el de los disidentes en hospitales y villas de emergencia hizo del
establecimiento del socialismo parecía estar íntimamente vincu- psicoanálisis una terapia disponible y conocida como una teoría
lado al funcionamiento de la APA. La agrupación Documento psiquiátrica de izquierda. La ruptura con la APA, muy bien
publicó un comunicado con un tono similar. Ellos, también, aso- publicitada, colocó el psicoanálisis como un tema de debate entre
ciaban en la misma crítica la denuncia contra la APA y un pro- los intelectuales de izquierda. Las discusiones aparecerían publi-
yecto político más ambicioso. cadas en revistas tales como Nuevo Hombre y Los Libros. En esos
En el plano teórico, proponer el psicoanálisis como instru- medios las controversias sobre psicoanálisis formaban parte de
mento al servicio de la revolución significaba explicátar la ideolo- otra más amplia acerca de la autonomía del trabajo intelectual.
gía burguesa y reaccionaria que estaba silenciada en su práctica, "El conflicto que agita a la institución psicoanalítica argentina
supuestamente libre de valores, sostenida por los miembros de la desde hace algunos meses aparece como signo de una situación
institución oficial y, al mismo tiempo, explorar caminos alternati- general que incluye a todos en la medida que los problemas que
vos para la articulación del marxismo y el psicoanálisis.27 En este delata hacen al porvenir de la cultura, es decir al porvenir político
proyecto, el descubrimiento de los primeros trabajos de Wilhelm del país entero."29 La disputa que resquebrajó a la APA era una
Reich jugó un papel importante. Según un estilo característico en prueba clara que demostraba que la distinción liberal entre la
aquellos tiempos, las teorías de Reich se combinaron en una espe- vida profesional y la vida política perdía sentido en los tiempos
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previos a la revolución. El psicoanálisis, como la literatura, era toda la experiencia aparece con claridad en el libro de Rodrigué,
sólo una de las áreas donde la relación entre actividad política y el Anti-yoyo, un relato levemente ficcionalizado de los aconteci-
actividad intelectual debía ser especificada. Del mismo modo que mientos de ese período.33 La dimensión frivola de este experi-
los críticos literarios, los realizadores cinematográficos y los es- mento condujo a algunos izquierdistas veteranos a tomar distan-
critores, los psicoanalistas radicalizados reclamaban un espacio cia de sus propuestas. Demostrando poca capacidad para superar
para su campo profesional en el marco de las actividades intelec- sus contradicciones internas (y el narcisismo de sus miembros, de
tuales revolucionarias y contrarias al slatu quo. acuerdo con Rodrigué), Plataforma dejó de existir un año después
La ruptura de los grupos Plataforma y Documento generó de la ruptura.34 Más allá de la corta vida de la agrupación, el
algunos comentarios críticos en varios sectores de la izquierda episodio Plataforma-Documento generó consecuencias de largo
intelectual30 El filósofo Raúl Sciarreta, por ejemplo, renunció a alcance tanto para la comunidad "psi" como para la izquierda
intelectuaL
Plataforma sólo un mes después de producida la separación de la
APA. Como filósofo, él había venido enseñando los trabajos de Aunque las limitaciones teóricas y políticas del proyecto Pla-
Marx, Althusser y Lacan a psicólogos y otros miembros de la taforma-Documento se hicieron evidentes con rapidez, la ruptura
comunidad "psi" en seminarios privados durante años. Su carta con la APA logró que el psicoanálisis se convirtiera en un tema de
de renuncia destaca lo que él consideraba el problema más serio interés para la izquierda intelectuaL Por primera vez, las revistas
que obstaculizaba el proyecto de Plataforma. Plataforma se asig- literarias y culturales discutían el psicoanálisis con seriedad.
naba a sí misma un rol de guía en la organización de los trabaja- En agosto de 1971, Hernán Kesselman publicó un artículo
dores de la salud mental y, de este modo, reproducía la estructura en la revista de izquierda Nuevo Hombre (él estaba en su comité
jerárquica contra la que supuestamente estaba luchando. editorial) titulado: "Plataforma Internacional. Psicoanálisis y
Sciarreta también señalaba la rigidez ideológica y la intolerancia antiimperialismo". Era la primera vez que esta revista publicaba
de sus integrantes. De acuerdo con Sciarreta, el proyecto de Pla- algo relacionado con el psicoanálisis.35 El artículo de Kesselman
taforma consistía sólo en una retórica revolucionaria vacía, popu- consistía en un breve análisis de la historia del movimiento Pla-
lista y sin sustento teórico sólido. Además, caracterizaba la ideo- taforma Internacional y de su orientación ideológica. La lógica
logía del grupo como infantil.31 de su argumentación recordaba el manifiesto de Plataforma.
Otro problema que Plataforma y Documento tuvieron que Según Kesselman, el intelectualismo de los psicoanalistas única-
enfrentar fue el de la heterogeneidad política de sus miembros. mente sería superado cuando ellos no sólo se integraran con
Algunos eran militantes del peronismo de izquierda, otros perte- otros intelectuales militantes, sino que además se mezclaran con
necían a diversas agrupaciones marxistas; unos pocos eran afilia- los sectores más explotados de la población a efectos de luchar
dos al Partido Comunista. Muchos de ellos, sin embargo, no ha- juntos hasta las últimas consecuencias.36
bían tenido una experiencia política previa y trataron de apren- El modo en que se llevaría a cabo esta integración no se
der todo, desde la teoría marxista hasta versiones del psicoanáli- definió nunca con.claridad. El artículo de Kesselman incorpora-
sis no respaldadas por la APA, tan rápido como fuera posible. ba algunas consignas populistas. Un nuevo orden social, la libe-
"Nos faltaba calle", reconoce Emilio Rodrigué hoy. Además, para ración nacional y algunos eslóganes peronistas (libertad econó-
algunos de los líderes de Plataforma (en particular los mayores, mica, justicia social y soberanía política) eran presentados como
que eran, en general, los que contaban con menos experiencia los prerrequisitos necesarios para encarar una revisión radical
política), el proceso en su conjunto formaba parte de una expe- del psicoanálisis que, a su vez, ayudaría a obtener la liberación
riencia existencial más amplia que incluía algunos elementos nacional en una suerte de proceso dialéctico.
lúdicos y cierta frivolidad.32 Rodrigué admite ahora que entre los Unos pocos meses más tarde, Antonio Caparrós le respon-
elementos que contribuyeron a la agitación provocada por el pro- dió a Kesselman con un artículo crítico.37 Caparrós comenzaba
yecto Plataforma, "yo agregaría, créase o no, la Casona". La Caso- su trabajo negando la posibilidad de una alianza entre el psi-
na era una casa que Rodrigué alquilaba junto con Pavlovsky, coanálisis, que, según él, tenía como objetivo adaptar a los pa-
Bauleo y Kesselman, una suerte de fraternidad de solteros combi- cientes al sistema, y una revolución antiimperialista. Los psi-
nada con una comunidad tiew age. El espíritu lúdico que rodeó coanalistas podían aliarse con los sectores más explotados de

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la población sólo como militantes políticos, nunca como psi- ducía un eclecticismo teórico laxo que había quedado en eviden-
coanalistas, porque el psicoanálisis estaba en sus mismas bases cia en la lista de cursos ofrecidos por el Centro de Docencia e
ideológicamente contaminado. De acuerdo con Caparros, la in- Investigación, que abarcaba desde economía marxista hasta psi-
compatibilidad entre el psicoanálisis y la revolución ya había coanálisis y cibernética, sin un orden de prioridades.
sido probada en Cuba, adonde él había sido invitado por el Además, si el marxismo funcionaba como un "mito unifica-
Che Guevara a mediados de los años '60 para llevar adelante dor" para los rebeldes, la relación concreta entre marxismo y
un experimento sobre la utilización de "incentivos morales".38 psicoanálisis nunca había sido definida con precisión. ¿Cuál es
Este experimento había sido posible, sostenía Caparros, sólo la práctica específica del psicoanálisis en la cual el contacto en-
luego de haber abandonado completamente todos los presu- tre el mismo y el marxismo podría tener lugar?, se preguntaban
puestos teóricos del psicoanálisis. Nótese que Caparros no Chorne y Torre. Plataforma y Documento no tenían una res-
podría haber "abandonado" las formulaciones psicoanalíticas puesta para esta pregunta básica. Para Chorne y Torre, las limi-
si no las hubiera adoptado antes; el psicoanálisis se filtraba taciones principales de los proyectos Plataforma y Documento
aun en el pensamiento de sus críticos. Para Caparros, entonces, eran las limitaciones políticas y teóricas de las personas
la intención que guiaba a Plataforma —armonizar el marxismo involucradas en ellos. El psicoanálisis contaba con un potencial
y el psicoanálisis y colocar al psicoanálisis al servicio de la revolucionario pero se necesitaba mayor precisión teórica para
revolución— era una empresa imposible porque el psicoanáli- desarrollarlo; Torre y Chorne ponían en duda la capacidad de
sis, en tanto práctica burguesa e ideológicamente reaccionaria, los psicoanalistas disidentes para lograrlo.
era por definición antirrevolucionario. El proyecto de Platafor-
ma, entonces, caía por su propio peso.
La psicóloga Miriam Chorne y el sociólogo Juan Carlos To- Roberto Harari, ex presidente de la APBA, y Germán García
rre plantearon otra línea de crítica desde la revista Los Libros. proponían otra línea de crítica. Los dos estaban estudiando las
Ellos hicieron hincapié en las limitaciones teóricas e ideológicas teorías de Lacan pero pertenecían a grupos distintos. García era
de los psicoanalistas rebeldes. Según su argumentación, la afir- amigo y discípulo de Oscar Masotta; Harari había abordado a
mación de la neutralidad política e ideológica de la APA era en Lacan de manera independiente. Si bien los blancos a los que se
realidad una coartada para encubrir los importantes componen- dirigían sus críticas eran diferentes, sus ideas se sostenían en
tes ideológicos que tenía la práctica analítica y que exigían una bases teóricas similares.
completa revisión. En este sentido los problemas que enfrenta- Roberto Harari se metió de lleno en el debate respondiendo
ban los psicoanalistas que cuestionaban, no sólo la institución, a Caparros y Kesselman.40 Mientras que Caparros y Kesselman
sino también los fundamentos últimos de su ciencia, eran simi- compartían la idea de que podía establecerse un vínculo entre el
lares a aquellos a los que debían hacer frente otros profesionales psicoanálisis y la revolución (de carácter negativo para
e intelectuales. El problema principal, desde la perspectiva de Caparros, positivo para Kesselman), Harari desplazó las coor-
Chorne y Torre, era que Plataforma y Documento tenían poco denadas del debate a un escenario completamente diferente e
para ofrecer a cambio. La pobreza programática que los caracte- introdujo a un nuevo àrbitro: Louis Althusser. Siguiendo al filó-
rizaba era el resultado lógico del aislamiento político y social sofo francés, Harari sostenía que no podía concebirse un vínculo
que la institución psicoanalítica había impuesto a sus miembros que relacionara los dos términos. El psicoanálisis era una cien-
y que afectaba también a los disidentes. Los miembros de Plata- cia y, por lo tanto, no podía ser confundido ni con la ideología
forma y Documento habían abandonado los recursos canónicos (que por definición no era científica) ni con el discurso político,
para interpretar la realidad que habían aprendido en la APA, de cualquier clase que éste fuera. Según Caparros, el psicoanáli-
pero para enfrentar nuevos desafíos contaban sólo con "las de- sis fortalecía el funcionamiento del sistema y, de este modo, no
ficiencias del mundo que estaban ahora abandonando".39 La podía ser agente de su destrucción. Harari refutaba este argu-
carencia de herramientas adecuadas para el análisis de la reali- mento, recordándoles a los lectores y a Caparros que, de acuer-
dad y de contactos políticos empujaba a los psicoanalistas a do con Marx, los obreros también reforzaban la lógica del siste-
buscarlos de manera acrítica y desesperada. Esta búsqueda pro- ma de explotación capitalista a través de su trabajo en las fábri-

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cas y sin embargo a ellos les tocaría, en tanto clase, llevar a cabo rebeldes. Pero mientras Torre y Chorne habían destacado la fal-
la destrucción de ese mismo sistema. En otras palabras, para ta de experiencia y sofisticación política de los integrantes de
Harari no tenía sentido usar el psicoanálisis como punto de par- Plataforma y Documento, García subrayaba la ausencia de refi-
tida para la actividad política; había una clara distinción entre la namiento psicoanalítico. No se podía encontrar un abordaje
tarea del científico y la militancia política y esta diferencia debía "verdadero" del psicoanálisis en la militancia política, tal como
ser mantenida. Esta división tajante entre la esfera científica y la proclamaban los disidentes. El único abordaje "verdadero" del
política entraba en contradicción con la tendencia existente a psicoanálisis era el que proponía Lacan a través de su "retorno
subordinar la actividad científica a fines políticos, por un lado, a Freud". "Las declaraciones o prácticas políticas de los
pero también en cierto sentido con el viejo modelo sartreano del analistas corren el riesgo de convertirse en una coartada para la
"intelectual comprometido". ceguera teórica de su práctica científica."41 La explosión de un
Harari iba más allá de lo que había ido Bleger en su afirma- mundo "psi" en los años '60 y, en particular, la emergencia de
ción de la autonomía del campo científico. Si bien Bleger nunca un movimiento lacaniano no médico permitían que se dieran
llegó a abandonar el psicoanálisis, sostuvo la ilusión de que situaciones como ésta: García, que no contaba con una forma-
sería posible limpiar el sistema freudiano de sus componentes ción analítica formal y ni siquiera un diploma universitario, dic-
ideológicos y crear una "psicología concreta" fundamentada en taba cátedra sobre psicoanálisis a psicoanalistas que, hasta hacía
conceptos válidos. Para Harari, el discurso de la ciencia y el de muy poco tiempo, habían estado en la cima de la jerarquía de la
la ideología eran completamente independientes. La ciencia es institución que reclamaba para sí el monopolio de la práctica
revolucionaria en sí misma porque descentra el eje reconoci- legítima de la disciplina.
miento/ignorancia al cual la gente está limitada antes de la Contra el voluntarismo y el humanismo de Plataforma, Gar-
constitución de un nuevo territorio científico. La ciencia no debe cía proponía una visión de la realidad basada en el estructuralis-
ser tenida por un mero "reflejo superestructural de un modo de mo lacaniano, según el cual los actos humanos y las creencias
producción dado sino que debía considerarse su autonomía". estaban predeterminados por la estructura del deseo; la misión
Para Harari, entonces, no tenía ningún sentido politizar el psi- del psicoanálisis debía ser, entonces, descifrar esta estructura. No
coanálisis. se trataba de dejar a un lado la práctica psicoanalítica para com-
Harari discutía también la afirmación de Caparros de que prometerse con la política ya que la actividad política y las ideas
una teoría psicológica no psicoanalítica podía llegar a ser revolu- estaban también determinadas por "la angustia puesta en juego
cionaria. La respuesta de Harari se sostenía en la misma argu- en relación con el riesgo de dolor y muerte".
mentación anterior: cualquier persona que trabaje en el sistema Más allá de la diferencia en el foco, Harari y García estaban
actual de dominación está, en tanto profesional, contribuyendo a la de acuerdo en una cuestión básica. El psicoanálisis era esen-
reproducción del sistema, cualquiera sea la fundamentación teó- cialmente revolucionario y esta característica no tenía nada que
rica de la profesión. Más importante aún, para Harari resultaba ver con su posible.alianza con el marxismo o con sus usos posi-
imposible entender cómo un esquema teórico cualquiera podría bles para metas políticas. La naturaleza revolucionaria del psi-
proveer una explicación de las motivaciones profundas de los coanálisis estaba contenida en sus condiciones intrínsecas de
individuos sin utilizar para ello el concepto "formal y abstracto" constitución. García exhortaba a los plataformistas de no "ahogar
del inconsciente; un inconsciente, señala Harari, "que no es ni en la declamación política —ni en la práctica— ese otro ámbito
burgués ni proletario". El psicoanálisis, la ciencia del inconscien- de la revolución psicoanalítica: el análisis del deseo (...)". 42
te, era la única teoría psicológica qüe podía responder a estos Los debates que siguieron a la politización del psicoaná-
interrogantes. lisis tuvieron efectos que se hicieron sentir más allá de la
La crítica de Germán García se fundamentaba en premisas comunidad "psi". Las polémicas acerca de los vínculos posi-
similares. De acuerdo con García, el problema principal no era bles entre psicoanálisis y revolución no eran nuevas en la
la relación entre política y psicoanálisis, temas que para él, del Argentina pero, hasta el momento, habían estado restringidas
mismo modo que para Harari, pertenecían a dominios diferen- a los integrantes del campo "psi". Cuando el psicoanálisis se
tes. El problema más importante era la pobreza teórica de los politiza, se transforma en un objeto que trasciende los círcu-

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los psicoanalíticos y en el curso de este proceso comienza a intelectuales. No obstante, no todos los miembros de la comuni-
formar parte de la discusión más general acerca de las rela- dad lacaniana habían llegado a su maestro a través de Masotta
ciones entre intelectuales y política. Paradójicamente, el psi- ni todos ellos se unieron a su institución. Muchos intelectuales
coanálisis entra en estas discusiones en parte de la mano de de izquierda comenzaron a ser atraídos por los trabajos de
un movimiento que, finalmente, va a sacarlo del terreno de la Lacan a partir de un interés previo por el estructuralismo y las
política: el lacanismo. modas intelectuales francesas y, en especial, a través de la lectu-
ra de Althusser.46 No estoy sugiriendo, de ningún modo, que
todos los lectores argentinos de Althusser (o de sus comentado-
El lacanismo: el surgimiento del intelectual psicoanalítico res) se hayan transformado en lacanianos, pero las palabras del
filósofo marxista habían adquirido tal importancia entre los
La introducción y la difusión del psicoanálisis lacaniano en la grupos de intelectuales de izquierda que su aprobación del psi-
Argentina es un tema complejo y controvertido. Los críticos desta- coanálisis de Lacan constituyó un puente hacia el conocimiento
can la supuesta neutralidad política de esta versión del psicoanáli- del psicoanálisis.
sis y el hecho concreto de que se haya expandido durante la dicta- En 1964, Althusser publicó un artículo sobre Freud y Lacan
dura militar que sufrió el país entre 1976 y 1983, años de muerte y que fue rápidamente traducido al castellano.47 Este texto legiti-
persecución política en los que los analistas activos políticamente maba para los lectores de izquierda el status del psicoanálisis
fueron torturados, desaparecidos y asesinados. Los lacanianos nie- como ciencia autónoma. Sólo Lacan, afirmaba Althusser, había
gan con energía estas acusaciones; ellos también, afirman, fueron logrado "buscar, discernir y cernir en él (Freud) la teoría de la
víctimas de la feroz represión que asoló al país a fines de los años que todo lo demás, tanto la técnica como la práctica, ha surgido
'70. No me propongo aquí entrar en esta polémica; mi interés es el por derecho". Por lo tanto, la llave que abría la comprensión de
de explorar de qué manera el lacanismo funcionó como otra vía la teoría científica freudiana estaba en manos de Lacan.
para difundir el psicoanálisis entre los intelectuales. Althusser subrayaba los aspectos antihumanistas de la teoría
La recepción temprana del lacanismo en la Argentina ha lacaniana: la pequeña entidad biológica (el bebé) llega a ser su-
quedado asociada al nombre de Oscar Masotta a partir de la jeto humano por mediación del orden simbólico, que lo antece-
publicación de su artículo sobre Lacan en 1965. En 1969 Masotta de y determina. "Allí donde una lectura superficial u orientada
fundó el Grupo Lacaniano de Buenos Aires, una agrupación de de Freud no veía más que la infancia feliz y sin leyes, el paraíso
intelectuales de izquierda dedicada a la lectura de la obra de de la 'perversidad poliforma', (...) Lacan ve la eficacia del Or-
Lacan. El grupo estaba formado por psicólogos, filósofos, críti- den, de la Ley, que acecha desde antes de su nacimiento a todo
cos literarios y algunos pocos médicos, a quienes Masotta sedu- hombrecito por nacer, y se apodera de él desde su primer grito,
jo con el objetivo de fortalecer la legitimidad de su proyecto.43 para asignarle su lugar y su rol, por consiguiente su destinación
Al poco tiempo, el grupo comenzó a editar su propia revista, forzada".48 La "normalidad" se desprende de la sumisión al or-
Cuadernos Sigmund Freud, que se transformó en el punto de par- den simbólico impuesto por la resolución de la situación "trági-
tida de la primera institución psicoanalítica lacaniana en el ca" pero también "benéfica" de la castración. Finalmente,
mundo hispano-hablante: la Escuela Freudiana de Buenos Ai- Althusser dedica palabras críticas a los psicoanalistas ortodoxos
res. Desde la mirada de su antiguo amigo y posterior detractor, avalados por la IPA. De acuerdo con Althusser, el psicoanálisis
León Rozitchner, Masotta dejó de ser el bohemio intelectual sar- no puede ser reducido a una mera técnica terapéutica tal como
treano de principios de los años '60 para transformarse en un estaban haciendo los norteamericanos. El psicoanálisis era una
líder institucional autoritario a comienzos de los '70.44 Ensegui- ciencia que se encontraba en pie de igualdad con las otras por-
da después de fundar su escuela (que muy pronto sufrió su pri- que tenía un objeto propio de estudio: el inconsciente; objeto
mera escisión al más puro estilo lacaniano), Masotta se exilió en específico e irreductible al dominio de cualquier otra ciencia.
Europa; fundó una escuela lacaniana en España y "presentó" la La lectura de Althusser de la lectura que Lacan hacía de
escuela argentina a su maestro francés.45 Murió allí en 1979. Freud o, para ser más precisos, la lectura que hacían los lacania-
La personalidad de Masotta sedujo a un gran numero de nos argentinos de la lectura que hacía Althusser de la lectura

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que Lacan había hecho de Freud no tenía nada en común con la sino el olvido imperdonable en el que habían incurrido al aban-
interpretación que hacía Rozitchner del sistema freudiano (ni donar al "verdadero" Freud y colocar en su lugar las ideas de
con la que había propuesto Bleger). Estaba también lejos del Melanie Klein y Ernest Jones. Otro blanco de los lacanianos era
modo de entender el psicoanálisis que proponía Plataforma. "El la práctica ritualizada del psicoanálisis promovido por la APA a
psicoanálisis no es práctica política", decía Masotta desde las partir de la defensa a ultranza del "encuadre" kleiniano. Las
páginas de Cuadernos Sigmund Freud. La cuestión ya había deja- lacanianos discutieron con vehemencia dos cuestiones técnicas
do de ser cómo descubrir los elementos "concretos" del psicoa- que formaban parte de la identidad del psicoanálisis ortodoxo.
nálisis con el fin de liberarlo de ideología, o cómo articular mar- Se cuestionó el sistema de formación analítica; "el analista se
xismo y psicoanálisis para ubicarlo al servicio de la revolución. autoriza a sí mismo", decía Lacan aunque él consideraba el pro-
pio análisis del analista como un elemento central en su apren-
La función del psicoanálisis pasaba a ser el descubrimiento de la
dizaje. Por otro lado, la duración fija de la sesión analítica su-
inevitable sujeción humana al orden simbólico y de las modali-
frió, también, los embates de las críticas lacanianas. Paradójica-
dades particulares que definen en cada hombre o mujer su pasa-
mente, los lacanianos llegaron a ser grandes fundadores de ins-
je por la "estructura dramática" del Edipo. El psicoanálisis hu-
tituciones, caracterizadas por sistemas altamente ritualizados
manista no tenía cabida en este nuevo sistema. Tal como García que derivaban en crisis y múltiples divisiones.
señalaba, durante generaciones los hombres han pasado a tra-
vés de grillas simbólicas que los producen pero que no son pro- Para los lacanianos, la única lectura "correcta" de Freud era
ducidas por ellos.49 Cuando los lacanianos hablaban de cultura, la realizada por Lacan. "La teoría de Lacan es la teoría psicoana-
no se referían a la sociedad capitalista en particular, tal como lítica tal como ella debe y puede ser leída en los textos de
Rozitchner suponía que hacía Freud, sino que aludían a un sis- Freud." Los lacanianos se identificaron de tal modo con el maes-
tema simbólico ubicado en cierta medida fuera del devenir his- tro francés que, a veces, resulta difícil dilucidar desde qué voz
tórico. La naturaleza revolucionaria del lacanismo era una cate- se hablaba. ¿Se trataba de Lacan? ¿O de los lacanianos argenti-
goría fundamental utilizada para describir los efectos del nos? ¿O es Lacan a través de los lacanianos argentinos? Tome-
descentramiento del sujeto cartesiano que había permitido cons- mos como ejemplo a Masotta cuando habla de Melanie Klein:
truir esta nueva ciencia del inconsciente. Cualquier revolución "¿Qué pensamos de Melanie Klein? Ante todo, se lo adivina, no
política que ignorara la sujeción del sujeto al orden simbólico somos kleinianos... Lacan, sin embargo, no deja de ser cautelo-
era visualizada como carente de sentido. No sorprende entonces so".52 El paso de la primera persona del plural a la tercera del
que mientras, al menos, algunos miembros de Plataforma apo- singular es significativo. Es la cautela de Lacan la que habilitaba
yaban la lucha armada, pocos lacanianos se hayan comprometi- la cautela de Masotta con respecto a Klein.
do con este modo de hacer política. Para algunos analistas que Si bien los lacanianos creían tener la llave mágica para acce-
habían sido alguna vez miembros de organizaciones radicaliza- der a la lectura correcta de Freud, la mayoría de ellos carecía de
das, el psicoanálisis lacaniano fue un sustituto de la militancia un componente crucial de la experiencia analítica: la experiencia
política más que un complemento de ella.50 El lacanismo, sin clínica. Esta limitación, según Masotta, era sólo parcial: "Escan-
embargo, además de la dimensión política que le otorgaba natu- dalizará tal vez nuestra falta de experiencia clínica: no la oculta-
ralmente su recepción vía Althusser, introdujo la política en el mos, pero en algunos de nosotros ya no existe, en otros es sólo
psicoanálisis a un nivel más básico, a través de su tono contes- momentánea. En otros —los más viejos, es mi caso— es una
tatario y de su definición como "anti": anti-APA, anti-IPA, anti- condena. Pero ¿quién sabe?... Ahí están los textos, que no son
establishment. El carácter "subversivo" del lacanismo es señala- tan fáciles de leer, y que en buen lacanismo son tan sensatos
do de manera explícita por Héctor Yan-kelevich: "La retórica como la clínica misma".53 Por lo tanto, los textos podían susti-
lacaniana es políticamente una ideología de resistencia".51 tuir a la experiencia clínica. Esta carencia de formación clínica
Los lacanianos iniciaron su empresa de apropiación del sorprendió a la analista francesa Maud Mannoni cuando llegó a
Buenos Aires con su marido, invitados por Oscar Masotta, en
psicoanálisis definiendo una identidad en oposición a la de los
1972.54
psicoanalistas ortodoxos de la APA. De acuerdo con ellos, el
problema de la APA no era su supuesta neutralidad ideólogica A despecho de sus limitaciones clínicas, los lacanianos

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lisis lacaniano en revistas culturales tales como Los Libros, don-
atacaban públicamente la institución oficial psicoanalítica. En
de se colocaba al psicoanálisis entre las ciencias sociales. En sus
estos ataques se repetían, al menos, dos temas. Los lacanianos
artículos, el psicoanálisis era una teoría, no una terapia. Para
(en especial, los psicólogos) usaban el lacanismo como un arie-
comprender el psicoanálisis lacaniano, según Masotta, había
te para abatir el monopolio que pretendía la APA en la legiti-
que tener una buena base de formación teórica en los problemas
mación del psicoanálisis. El psicoanálisis lacaniano aparecía
de la significación tal como ésta era debatida en la lingüística
como una fuente de legitimidad alternativa proveedora de co-
pero también en "la intertextualidad del marxismo althusseria-
nexiones internacionales para sostener una práctica analítica
no, el debate epistemológico del posestructuralismo, las discu-
por fuera de la IPA.55 Otra línea de ataque era de carácter teó-
siones sobre la ideología de la ciencia y el antifonetismo de
rico. En 1969, Oscar Masotta había publicado un artículo en la
Derrida".59 Más tarde, sin embargo, los psicoanalistas lacania-
Revista Argentina de Psicología desde el que criticaba ferozmen-
nos enfatizaron efectivamente los aspectos clínicos de su prácti-
te a Rodrigué, entonces presidente de la APA. El principio
ca y se transformaron en las figuras destacadas del establish-
mismo del artículo ilustra con claridad el tipo de ejercicio retó-
ment psicoanalítico argentino. Mientras que en Estados Unidos
rico al que los lacanianos se aficionaron con rapidez: "Es
el conocimiento del psicoanálisis lacaniano había quedado rele-
Althusser —quien lee a Marx no sin haber leído a Lacan— el
gado al ámbito académico (en especial a los departamentos de
que nos sugiere el sentido y el alcance de la tarea: leer a
literatura comparada), en América latina, y en particular en la
Freud". Tal como Germán García señalaba, con humor,
Argentina, se convirtió, pese a sus orígenes, en una técnica tera-
Rodrigué no iba a poder hacer demasiado contra Marx,
péutica ampliamente utilizada.
Althusser, Lacan y Freud, todos juntos en una sola oración.56 El
problema principal es que, según Masotta, en la APA "lo que Los psicoanalistas lacanianos abrieron un espacio para la
está reprimido es Freud". Rodrigué contestó a las críticas de convergencia del psicoanálisis y la literatura. Grupo Cero, una
Masotta con ácida ironía.57 La crítica despiadada de Masotta a agrupación de psicoanalistas-poetas que había permanecido
fuera de la APA (pese a reclamar el padrinazgo intelectual de
Rodrigué constituyó, probablemente, la primera vez en la his-
Pichón Rivière) y que había apoyado a Plataforma en los co-
toria de la APA que un integrante de esa jerarquía era atacado
mienzos, se acercó al lacanismo antes de trasladarse a España en
duramente por alguien ajeno por completo al establishment
1976.60 Germán García también introdujo conceptos lacanianos
psicoanalítico oficial. Masotta ni siquiera era psicólogo y no
en sus escritos sobre literatura. En 1973 comenzó a editar una
sólo se atrevía a negar el derecho que la APA se autoadjudica- revista literaria, Literal, con un grupo de escritores a los que lo
ba para dictaminar qué era psicoanálisis y qué no lo era, sino unían afinidades estilísticas e intelectuales.61 El lenguaje de la
que, además, pretendía darle lecciones a su presidente acerca revista estaba densamente cargado de terminología y conceptos
de cómo leer a Freud. lacanianos; también publicó fragmentos de los escritos de Lacan
Los psicoanalistas lacanianos encontraron, rápidamente, un traducidos por Masotta.
lugar en las discusiones que se estaban llevando a cabo en otros
campos del saber. La teoría lacaniana era vista como una de las El primer número de Literal incluía dos artículos que mere-
tendencias intelectuales entonces de moda y, de hecho, lo era. cen ser examinados con algún detalle. El primero, titulado su-
gestivamente "No matar la palabra, no dejarse matar por ella",
Muchos lacanianos habían llegado a ser conocidos en otros ámbi-
es una especie de manifiesto en pos de la autonomía de la litera-
tos antes de descubrir el psicoanálisis. Si Masotta encontró las
tura. Literal cuestionaba la idea básica de una literatura compro-
condiciones necesarias para publicar su artículo contra Rodrigué
metida con una causa, tema que estaba en el centro de los deba-
en un foro de psicólogos, esto obedecía a que contaba con un
tes intelectuales de la época. Literal no proponía el arte por amor
prestigio obtenido en otras disciplinas. De un modo similar, al arte sino el arte porque sí. Mientras la tendencia general era
Germán García había adquirido fama en los círculos intelectuales subordinar la literatura (y la actividad intelectual en su conjun-
a través de sus novelas y trabajos de crítica literaria.58 Este tipo de to) a la política, Literal aconsejaba a sus lectores no dejarse matar
personalidades podía introducir con facilidad el psicoanálisis por palabras. El segundo artículo mencionado se refería a la
lacaniano en análisis o debates que trataban de otras cosas. situación política coyunturai y estaba fechado en julio de 1973.
Masotta publicó gran cantidad de artículos sobre psicoaná-

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En un momento en el que la mayoría de los intelectuales de en Italia, parcialmente inspirados en el trabajo de Erving Goffman
izquierda mostraba una adhesión eufórica a la utopía peronis- sobre las "instituciones totales" fueron traducidos, analizados y
ta,62 Literal declaraba, aunque de una manera algo críptica, la discutidos por la comunidad "psi". En 1969, Cooper visitó la Ar-
imposibilidad de llenar con la figura de Perón el vacío existente. gentina para dar una serie de conferencias.64 Mientras tanto, los
El proyecto de restauración peronista era irrealizable en los tér- trabajos de Michel Foucault, en particular su Historia de la locura, y
minos en los que estaba planteado. un poco más tarde el Antiedipo de Gilíes Deleuze y Félix Guattari
Los intentos lacanianos de separar la esfera del psicoaná- también aparecieron traducidos y se difundieron rápidamente.
lisis de la política provocaron reacciones encendidas entre Desde diferentes plintos de partida, estos autores coincidían en
aquellos que, precisamente, estaban tratando de borrar la lí- que el concepto de locura era una construcción social y que los
nea demarcatoria entre ambos territorios. Se decía que los la- hospitales mentales eran agentes de control social más que institu-
canianos estaban colonizados, que eran pequeño burgueses, ciones terapéuticas; ellos desafiaron los fundamentos mismos de
que estaban atrapados en la rigidez del cientificismo, entre los conceptos de esquizofrenia y de terapia.
otras cosas. Es cierto que la identificación casi religiosa de los Algunos profesionales de izquierda comenzaron a pensar
lacanianos con su maestro y con el movimiento que él había acerca de las instituciones psiquiátricas desde un contexto cul-
fundado llevó a muchos de ellos a importar debates que se tural general que ponía el acento en la "liberación personal" y
realizaban en Francia y que sólo tenían sentido en el contexto en el psicoanálisis como un medio para acceder a ella. En la
francés. Tal como un destacado analista lacaniano lo descri- utopía de la liberación nacional que comprometía a todos los
bió, ellos estaban cubriendo sus rostros con la máscara de sectores de izquierda, todos los grupos oprimidos deberían ser
Lacan. Esta "colonización" llegó a adquirir, en ocasiones, ri- liberados, incluso los enfermos mentales. Tal como proclamaba
betes grotescos, especialmente luego del terror desatado por El Descamisado, los hospitales mentales también debían ser pro-
la dictadura militar a partir de 1976. Hugo Vezzetti sostiene tagonistas de la revolución peronista.65 Crisis, una revista de
que los lacanianos se fueron encerrando, gradualmente, en izquierda ampliamente leída y dirigida por Eduardo Galeano,
sus disputas institucionales internas, protegiéndose de la rea- dedicó una parte importante de uno de sus números a poemas y
lidad social con su jerga opaca y su obsesión por el otros trabajos artísticos realizados por enfermos mentales. Uno
significante.63 Sin embargo, esta tendencia no era evidente al de los pacientes presentados era Jacobo Fijman, un poeta cono-
principio, y ya vimos el carácter contestatario que se atribuía cido en los años '20, que había estado cercano a los círculos de
al pensamiento lacaniano. vanguardia y asociado a la revista Martín Fierro. Las colabora-
ciones de los pacientes eran anunciadas como creaciones cultu-
rales de hombres oprimidos que formaban parte de una clase
El psicoanálisis y el discurso de la opresión social oprimida y que vivían en condiciones dolorosas en un
país que también había sido oprimido.66 La recuperación de las
La redefinición de los enfermos mentales como seres oprimi- voces de los enfermos mentales era parte del proyecto más am-
dos dentro de la lógica del encierro del sistema de asilo le dio al plio impulsado por Crisis para borrar la línea divisoria entre la
psicoanálisis otro impulso paya ingresar en el discurso de la iz- cultura "alta" y la "popular", al tiempo que brindaba notorie-
quierda intelectual. Hacia el comienzo de los años '70, el discurso dad a aquellas personas tradicionalmente marginadas por la
de la opresión y la liberación circulaba por todas partes. Más allá cultura dominante.
de la larga historia de reformas, la situación de los hospitales públi- La salud mental se ubicaba en la convergencia de preocupa-
cos era deplorable y todavía hoy lo sigue siendo. Hasta la década ciones teóricas y políticas. Tal como señalaba Los Libros, el cam-
del '60 la discusión de sus condiciones estuvo limitada a los círcu- po de la salud mental había quedado ubicado en la encrucijada
los médicos; ahora era el turno de la política. El movimiento definida por las movilizaciones políticas y profesionales y las
antipsiquiátrico iba ganando adeptos en Europa y Estados Unidos. discusiones teóricas sobre el psicoanálisis y sus relaciones con el
Las experiencias y los escritos de Roland Laing y David Cooper en marxismo.67 Opresión, liberación y dependencia eran las pala-
Inglaterra, Thomas Szasz en los Estados Unidos y Franco Basaglia bras que se destacan en todas las respuestas a una serie de pre-

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guntas enviadas por Los Libros a un grupo de profesionales de la procesamiento de mi práctica específica". El psicoanálisis
salud mental. Todos los encuestados veían las pavorosas condi- politizado, de acuerdo con la posición de Vezzetti y otros, pro-
ciones del sistema de salud mental como características funcio- porcionaba el único medio posible para la liberación de los en-
nales a una sociedad que ellos definían como dependiente. La fermos mentales. El discurso de la opresión y la liberación se
liberación de los enfermos mentales era un escalón más en el constituía, entonces, en otro camino alternativo para que la iz-
proyecto de liberación nacional y social. Pichón Rivière, revir- quierda difundiera el mensaje del psicoanálisis.
tiendo su posición de 1965, llegaba a la conclusión de que los
psiquiatras, sociólogos y otros trabajadores de la salud mental
eran cómplices del "aparato de dominación" dado que la locura
era una construcción social. Gregorio Baremblit y otros arriba- NOTAS
ron a conclusiones similares.
¿Cómo se incluía el psicoanálisis en estos debates? Las tera-
1 Jitrik, Noé, "La producción 'cultural', 1972-1974: las desventuras de la
pias somáticas utilizadas en las instituciones de salud pública
crítica", en. Cuadernos de Marcha I, número 2, julio-agosto de 1979, México,
eran percibidas como instrumentos diseñados por el establish- páginas 39-48. Cabe destacar que este número de Cuadernos de Marcha, dedica-
ment para reprimir a quienes se desviaban de las normas que do a los primeros años de la década del '70 en la Argentina, incluye un articulo
éste había prescripto. La neuropsiquiátría era visualizada como de Enrique Guinsberg titulado "Marx y Freud, delincuentes ideológicos", que
un arma empuñada por las clases dominantes para mantener su se refiere, precisamente, al desarrollo del psicoanálisis en aquellos años.
1 Piglia, Ricardo, "Literatura y sociedad", en Literatura y Sociedad I, nú-
dominio.68 Miriam Chorne y otros, por ejemplo, criticaron a mero 1, octubre-diciembre de 1965, página 1.
Wilbur Grimson por su utilización de terapias somáticas en sus 3 El marxismo también se puso de moda. Ver "El A.B.C. del marxismo",

comunidades terapéuticas cuando él lo consideraba necesario, en Gente, 5 de agosto de 1971, páginas 54-55.
ya que éstas eran incompatibles con el discurso de liberación 4 Los jóvenes radicalizados que devoraban los trabajos de Franz Fanón

que las comunidades supuestamente promovían. 69 De este en los Estados Unidos veían en él a un hombre negro bregando por la libera-
ción de los negros contra la dominación de los blancos; en América latina,
modo, si la única alternativa terapéutica no represiva era la psi- donde muchos pensaban que Fanón era argelino, lo veían como un apóstol de
coterapia y si el psicoanálisis era la única psicoterapia que tenía la liberación nacional de las colonias oprimidas.
una fundamentación científica sólida, entonces el psicoanálisis 5 Análisis excelentes sobre los sindicatos y la política en aquellos años

era, claramente, la terapia elegida. Además, casi todos los movi- se encuentran en Brennan, James, The Labor W«rs in Córdoba, 1955-1976:
Ideology, Work, and Labor Politics in an Argentine Industrial City, Cambridge,
mientos antipsiquiátricos tenían al psicoanálisis como su punto Harvard University Place, 1994, y James, Daniel, Resistance and Integration:
de partida o estaban basados en algunos aspectos de la teoría Peronism and the Argentine Working Class, 1946-1955, New York, Cambridge
psicoanalítica. Por otro lado, siguiendo la lógica de que los ene- University Press, 1988. Ver también Anzorena, Oscar, Tiempo de violencia y
migos de los enemigos son amigos, la oposición de los psiquia- utopía (1966-1976), Buenos Aires, Contrapunto, 1988.
6 Ongaro, Raimundo; "1970: año de la organización", citado en Anzore-
tras tradicionales al psicoanálisis convertía a este último en la na, Tiempo de violencia, 111.
referencia necesaria para encarar cualquier abordaje crítico de la 7 Nuevos Aires 6, diciembre de 1971-febrero de 1972, página 73.

salud mental. La politización del psicoanálisis y su legitimación * Langer, Mane, Cuestionamos: documento de ¡a critica a la ubicación actual
por parte de la izquierda agregaron otra dimensión a la oposi- del psicoanálisis, 2 vol., Buenos Aires, Granica, 1971-73, página 15.
ción clásica entre la psiquiatría represiva y el psicoanálisis libe- * Ver Ollier, María Matilde, La creencia y la pasión: privado, público y
rador. En su artículo "Salud mental" Vezzetti analizaba cómo la político en la izquierda revolucionaria, Buenos Aires, Ariel, 1998.
10 El centro católico, llamado en honor de Pierre Teilhard de Chardin,
psiquiatría tradicional que había rechazado a Freud era utiliza- que publicaba la revista revolucionaria Cristianismo- y Revolución cambió su
da como un mecanismo de control social por parte del Estado nombre por el de Camilo Torres.
capitalista. Es interesante destacar que Vezzetti se presentaba a 51 Sobre la evolución del discurso peronista, ver Plotkin, Mariano, "La

sí mismo como "miembro de la tendencia Práctica Revoluciona- ideología de Perón: continuidades y rupturas", en Amaral, Samuel, y Maria-
no Plotkin, Perón del exilio al poder, Buenos Aires, Cántaro, 1993.
ria de Trabajadores de Salud Mental", aclarando al mismo tiem- 12 Respuesta de Nora Dottori a un cuestionario dirigido a críticos litera-
po que "esta agrupación constituye no sólo el marco de referen- rios por la revista Latinoamericana, junio de 1973.
cia político-ideológico sino el ámbito colectivo de producción y 13 Ricardo Piglia sostenía que los intelectuales sólo podían jugar su pa-

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peí de revolucionarios uniéndose a una organización revolucionaria. Piglia 31 Una copia de la carta de renuncia de Sciarreta, fechada el 4 de diciem-

mismo era en ese momento miembro de Vanguardia Comunista. bre de 1971, me fue generosamente provista por el Dr. Juan Carlos Stagnaro.
" Ver v.g., la mesa redonda "Intelectuales y revolución: ¿conciencia 32 En una entrevista Pavlovsky me dijo: "Para mí había una distorsión

crítica o conciencia culpable?", en Nuevos Aires 5, diciembre 1971-febrero personal en la entidad del analista y su ser como intelectual latinoamericano,
1972, páginas 3-81. y creo que esta sola inquietud justificaba nuestra renuncia (...) a nivel del
t5 y e r "Punto de partida para una discusión", en Los Libros 2, número devenir existencial. Queríamos militar, queríamos realizarnos, queríamos ser
20, junio de 1971, páginas 3-9. Para una posición más matizada, ver "Cuba: candidatos a diputados trotskistas, queríamos encontrarnos con otra gente y
¿revolución en la cultura?", en Nuevos Aires 4, septiembre-noviembre.de 1971, esto nos daba la intuición de gueto, que reducía nuestro potencial, lo que
páginas 3-12. llamaría la potencia de actuar". Pavlovsky, Eduardo, entrevista personal,
16 Sobre el discurso de la dependencia, ver Panesi, Jorge, "La crítica ar- Buenos Aires, 16 de diciembre de 1996.
33 En el mes de octubre de 1971, cuando su novela Heroína estaba por
gentina y el discurso de la dependencia", en Fitología 20,1985, páginas 171-58.
17 El eslogan del partido neoliberal Nueva Fuerza era GOLES, por empezar a ser filmada, Emilio Rodrigué fue entrevistado junto con Mane
"Grandeza, Orden, Liberación, Estabilidad, Seguridad". Langer para una revista popular. El encabezado de la nota era: "Dos grandes
14 Ver King, John, El Di Telia y el desarrollo cultural argentino en la década psicoanalistas, actores de cine. Emilio Rodrigué y Marie Langer. 'Vamos a
del sesenta, Buenos Aires, Arte Gaglianone, 1985, páginas 119-22. Ver en hacer un desastre'". El subtítulo era "Como José María Rosa (historiador),
particular los recientes trabajos de Giunta, Andrea, Vanguardia, internaciona- Chunchuna Villafañe (modelo), Jacobo Timerman (periodista), Amadeo Ca-
lismo y política. Arte argentino en los años sesenta, Buenos Aires, Paidós, 2001, rrizo (futbolista) y antes Juan Carlos Paz (músico), ahora Emilio Rodrigué y
y Longoni, Ana, y Mariano Mestman, Del Di Telia a "Tucumán Arde". Van- Marie Langer, destacados psicoanalistas, actuarán en cine. Se representarán a
guardia artística y política en el '68 argentino, Buenos Aires, El Cielo por Asal- sí mismos...". Clarín, 28 de octubre de 1971, páginas 18-19.
34 Pavlovsky, entrevista.
to, 2000.
w El libro de Marta Harnecker, Conceptos elementales del materialismo his- 38 Nuevo Hombre comenzó como el proyecto de un grupo de intelectuales

tórico (ella era alumna de Althusser), vendió miles de ejemplares en la Argen- independientes de izquierda y de abogados vinculados a los organismos de
tina y en otros lugares de América latina y fue reeditado sucesivas veces. derechos humanos. La idea original era crear una revista independiente con
20 "Presentación", en Cuadernos de Psicología Concreta 1, número 1, 1969, estándares profesionales. Paulatinamente, comenzó a comprometerse con las
página 9. agrupaciones armadas de izquierda y, finalmente, fue vendido al PRT, el
21 La novela Heroína fue reseñada por Josefina Ludmer en Los Libros 7, brazo político del poderoso grupo revolucionario trotskista-guevarista ERP.
enero de 1970. Ver Anguita, Eduardo, y Martín Caparros, La voluntad: una historia de la
21 Caparros, Antonio, "Ideología y psicología". Cuadernos de Psicología militancia revolucionaria en ¡a Argentina, 1966-1973, 3 vol., Buenos Aires, Nor-
Concreta, ibíd., página 15. ma, 1997, vol. I, páginas 488-92.
21 Ver Guinsberg, Enrique, "Marx y Freud, delincuentes ideológicos", en 36 Kesselman, Hernán, "Plataforma Internacional: psicoanálisis y an-

Cuadernos de Marcha I, número 2, julio-agosto de 1979, México, páginas 73-81. tiimperialismo", en Nuevo Hombre I, número 6, agosto de 1971, página 10.
24 Las diferencias entre Plataforma y Documento nunca fueron claras. 37 Caparrós, Antonio, "Perspectiva nacional-, psicoanálisis o antiimperia-

En una entrevista con Fernando Ulloa, líder de Documento, él describe a esta lismo", en Nuevo Hombre 1, número 10,22-28 de septiembre de 1971, página 10.
38 La invitación de Guevara llegó luego de la publicación por parte de
agrupación como más moderada, ellos serían los mencheviques y los de Pla-
taforma eran los bolcheviques. Ulloa, Fernando, entrevista personal, Buenos Caparrós de un artículo sobre los incentivos morales. Cuando Caparrós ate-
Aires, 21 de diciembre de 1996. rrizó en Cuba con un grupo de seguidores, incluyendo a su mujer, Martha
25 Para un análisis excelente de la politización del psicoanálisis, ver Rosenberg, Guevara ya no se encontraba allí y, aparentemente, el gobierno
Guinsberg, "Marx y Freud". cubano no había sido informado sobre la invitación de Guevara. Luego de un
24 Plataforma, "A los trabajadores de salud mental", en Los Libros, marzo mes de deliberaciones, fueron enviados a Sierra Maestra para trabajar con
de 1972. maestros de escuela. Antes de volver, Caparrós recibió un mandato de Castro
27 Langer escribió: "De esta manera dimos algunos pasos concretos en el para organizar un movimiento guerrillero en la Argentina para apoyar a
tan debatido terreno de la interrelación entre marxismo y psicoanálisis, otor- Guevara en Bolivia. Caparrós había dejado el Partido Comunista debido a la
gando a la práctica el privilegio que le adjudican Marx, Gramsci y Mao". reticencia del mismo a apoyar la lucha armada. Ver Anguita y Caparros, La
Citado en Guinsberg, "Marx y Freud", página 76. voluntad, I, página 56.
a La Opinión, 17 de noviemnre de 1971, página 12. La Opinión le dedicó 39 Chorne, Miriam, y Juan Carlos Torre, "El porvenir de una ilusión", en
tres notas periodísticas a Plataforma. Los Libros 25, marzo de 1971, páginas 3-4.
29 "En este número", en Los Libros 3, número 25, marzo de 1972, página 2. 40 Harari, Roberto, "Psicoanálisis/stalinismo", en Nuevo Hombre I, nú-
30 Ellos nunca pudieron definir con claridad cuál era el lugar que le mero 14, 20-26 de octubre de 1971, páginas 14-15.
tocaría ocupar al psicoanálisis en una futura sociedad socialista. Ver v.g., las 41 García, Germán, "Cuestionamos: las aventuras del bien social", en Los
respuestas que dieron Emilio Rodrigué, Gilberte García Reinoso y Mane Libros 3, número 25, marzo de 1972, página 13.
Langer en una entrevista realizada en abril de 1971, antes de la ruptura, en 42 Ibíd.
"Psicoanálisis: ¿de Freud a Marx?", en Análisis, 6-12 de abril de 1971. 43 En una entrevista con Isidoro Vegh, uno de los primeros integrantes

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del grupo organizado por Masotta (más tarde se distanciaron), éste señaló a Ver v.g., "La larga marcha al socialismo en la Argentina", en Pasado y
que muchos de los miembros del grupo no tenían experiencia clínica y, por lo Presente, n.s. 4, número 1, abril-junio de 1973, páginas 3-29.
tanto, Masotta intentó atraer la mayor cantidad de médicos posible para darle 43 Vezzetti, Hugo, "Situación actual del psicoanálisis", en Langer,
al grupo "legitimidad clínica". Vegh, Isidoro, entrevista personal, Buenos Marie, Cuestionamos: 1971 Plataforma-Documento, ruptura con la APA, Buenos
Aires, 19 de noviembre de 1996. Aires, Búsqueda, 1987, páginas 215-26.
44 Rozitchner, León, entrevista personal, Buenos Aires, 12 de diciembre
64 En una entrevista con Wilbur Grimson, que participó en la organiza-
de 1996. ción de las conferencias, éste contó que la visita de Cooper fue un fiasco.
45 Ver Masotta, Oscar, "Sur la fondation de l'ecole Freudienne de Bue-
Estuvo borracho la mayor parte del tiempo y las conferencias fueron un de-
nos Aires", en Ornica?, números 20-21, París, 1980, páginas 227-35. sastre. Grimson, Wilbur Ricardo, entrevista personal, Buenos Aires, 28 de
46 Harari, Roberto, entrevista personal, Buenos Aires, 11 de noviembre noviembre de 1996.
de 1996. 65 "¿Hospitales psiquiátricos o campos de exterminio?", en El Descamisa-
47 Hay una traducción inglesa, "Freud and Lacan", en Althusser, Louis,
do, 10 de julio de 1973, páginas 16-19.
Writting on Psychoanalysis: Freud and Lacan, editada por Olivier Corpet and 44 "La emoción y el asombro", en Crisis II, marzo de 1974, páginas 3-23.
François Matheron, New York, Columbia University Press, 1996. Las citas 47 Los Libros 34, marzo-abril de 1974, página 3. La mayor parte de este
corresponden a esta edición. número se dedicó a la salud mental. Se entrevistó a varios profesionales,
48 Ib id., páginas 18, 26.
entre ellos Pichón Riviére, Roberto Harari, Fernando Ulloa, Gregorio
49 García, Germán, "Rozitchner y los límites del individualismo bur-
Baremblit y Wilbur Grimson. Anteriormente, la reviste había publicado "Sa-
gués", en Latinoamérica 2, junio de 1973, página 7. lud mental", de Hugo Vezzetti, que trataba sobre los fundamentos ideológi-
50 Vegh, entrevista.
cos de las políticas actuales de salud mental.
51 Yanquelevich, Héctor, "Algunas reflexiones sobre la ciencia y la ver-
68 Brain, Andrés, y Carlos Bertoldo, "Acerca de la psiquiatría biológica",
dad", en Imago, 2, 1974. Citado por Marcela Borinsky, "Retórica lacaniana, en Los Libros 38, noviembre-diciembre de 1974, páginas 16-19.
política e ideología", mimeo, s / d . 49 En un debate con Miriam Chorne, Irene Kauman y Beatriz Grego
52 "Presentación del Segundo Congreso Lacaniano", octubre de 1969,
acerca de la reseña realizada por Grimson del libro Internados, de Erving
Cuadernos Sigmund Freud I, mayo de 1971, páginas 5-6; los puntos suspensivos Goffman, en el que Grimson defendía a las comunidades terapéuticas contra
corresponden al original. las acusaciones de los partidarios de la antipsiquiatría. Ver Grimson, "Apun-
3 Ibíd., página 5.
tes sobre la locura", en Los Libros 14, diciembre de 1970, páginas 14-15;
54 De acuerdo con Mannoni, fueron invitados a Buenos Aires con la
Chorne, Kauman y Greco, "Acerca de las comunidades terapéuticas", ibíd.,
condición de no participar en ninguna actividad propuesta por la APA. Sin 29-30; Grimson, "Cerca de las comunidades terapéuticas", ibíd., 15-16, enero-
embargo, muchos miembros de la APA y varios de los disidentes fueron febrero de 1971, 54-55; Chorne, Kauman y Greco, "Cerca de la locura", ibíd.,
invitados a los debates. Los recuerdos de Maud Mannoni son a veces inexac- 17, marzo de 1971, 29. Cabe destacar que ni Laing ni Cooper, los padres
tos. Ver Mannoni, Maud, Ce qui manque à la vérité pour être dite, París, Denoël, fundadores de la antipsiquiatría, se oponían a priori al uso de terapias
1988, páginas 103-9. somáticas cuando esto era necesario.
55 Este es el abordaje realizado por Roberto Harari. Ver su artículo "El

objeto de la operación del psicólogo", en Britch, Susana y colab.. El rol del


psicólogo, Buenos Aires, Nueva Visión, 1973, páginas 153-216.
54 García, Germán, "Nosotros los de entonces", en Gaceta Psicológica 93,

octubre-noviembre de 1993, página 41.


57 Rodrigué, "Leer a Rodrigué", en Revista Argentina de Psicología, I,

número 2, diciembre de 1969. Masotta volvió a responderle a Rodrigué en


"Anotaciones para un psicoanálisis de E. Rodrigué", en Cuadernos Sigmund
Freud 1, mayo de 1971.
58 Ver v.g., su reseña de la novela de Luis Gusmán, El frasquito en Nuevos

Aires 10, abril-junio de 1973, páginas 79-86.


59 Masotta, Oscar, "Aclaraciones en torno a Jacques Lacan", en Los Libros

10, agosto de 1971, páginas 6-7.


60 Para una colección de fuentes sobre el Grupo Cero, ver Menassa,

Miguel Oscar, Poesía y psicoanálisis (1971-1991): veinte años de la historia del


Grupo Cero, Madrid, Grupo Cero, 1995. Ver también Menassa, Freud y Lacan
hablados, Madrid, Escuela de Psicoanálisis Grupo Cero, 1987.
41 A partir de lo que pude averiguar, sólo se publicaron dos números de

Literal en noviembre de 1973 y en mayo de 1975. Mi agradecimiento a Germán


García por permitirme fotocopiar estos números de su revista.

191
86 324
CAPÍTULO 9

CONCLUSIONES

Como es bien conocido, la euforia que acompañó al retorno


de Perón y la restauración de la democracia en la Argentina
pronto fue disuelta en sangre. La violencia que se desató entre la
izquierda y la derecha peronista durante la demostración masi-
va que se organizó para dar la bienvenida a Perón el 20 de junio
de 1973 fue sólo un tibio preaviso de lo que estaba por venir. El
terrorismo había comenzado antes de este acontecimiento popu-
lar. Luego del arribo de Perón al poder por tercera vez aquel
año, los jóvenes de izquierda que habían luchado por su retorno
empezaron a darse cuenta, con dolor, de que sus expectativas no
serían satisfechas. Lejos de ser el líder revolucionario que ellos
esperaban, Perón se apoyó abiertamente en sus seguidores de
derecha, en particular, en la burocracia sindical corrupta.1 En un
episodio que adquirió ribetes dramáticos, durante su última
aparición pública el l 9 de mayo de 1974, Perón expulsó a los
jóvenes peronistas radicalizados de la Plaza de Mayo.
Cuando Perón murió en julio de 1974, su tercera esposa,
María Estela Martínez (Isabel), asumió la presidencia de la Na-
ción constituyéndose en la primera mujer en ocupar la jefatura
de Estado en el hemisferio. Durante la administración de Isabel,
las condiciones políticas y económicas se deterioraron rápida-
mente y el país entró en un período de caos. Los sectores más
corruptos y reaccionarios del peronismo habían adquirido el
control total del Estado. El ministro de Bienestar Social, José
López Rega, una personalidad enigmática que había sido el se-
cretario personal de Perón y que era conocido por su interés en
la magia negra (fue apodado "El Brujo"), llegó a convertirse en
la figura más poderosa del gobierno. Organizó la Alianza
Anticomunista Argentina, la infame triple A, cuyo objetivo era
matar a los militantes de izquierda y a aquellos que simpatiza-
ban con estos grupos. Al mismo tiempo, las guerrillas de iz-
quierda siguieron adelante con sus operaciones contra blancos

327
litares. Casi todas estas madres fueron asesinadas después de dar
civiles y militares transformando el país en un verdadero campo a luz. La cultura del terror funcionaba como un complemento
de batalla. El sistema económico colapso y la inflación subió indispensable de un programa ecónomico dirigido a redistribuir
desmesuradamente. los ingresos desde la industria y la clase obrera hacia los intereses
Frente a esta situación de caos económico, político y civil financieros. La especulación se convirtió en la única actividad
pocos se sorprendieron cuando una Junta Militar tomó el poder económica rentable. La política económica y el terror eran las dos
el 24 de marzo de 1976 con el apoyo de vastos sectores de la caras del programa delineado por el Proceso para lograr el con-
sociedad. Los austeros generales y almirantes que derrocaron a trol social.4
Isabel Perón prometieron restablecer la moralidad en el gobier- Si bien la mayoría de las víctimas de la represión estatal
no, poner orden en la economía liberándola de las restricciones fueron obreros o militantes gremiales, los líderes del Proceso
estatales y "erradicar" los elementos subversivos de la socie- aclararon, desde el principio, que consideraban a los intelectua-
dad.2 De hecho, la actividad de la guerrilla se encontraba en les progresistas como uno de los grupos sociales más peligrosos.
franco declive cuando los militares tomaron el poder. Un decre- De acuerdo con los generales, la guerra que ellos estaban libran-
to firmado por el gobierno anterior les había dado a los militares do no se limitaba sólo a la confrontación armada contra las agru-
autoridad plena para "aniquilar" a la subversión y el ejército paciones guerrilleras; ésta debía pelearse fundamentalmente en
había montado una ofensiva a gran escala. Sin embargo el el terreno ideológico. Los educadores, desde las maestras jardi-
autotitulado Proceso de Reorganización Nacional inauguró una neras hasta los profesores universitarios, debían estar estrecha-
nueva y oscura era en la historia argentina. mente controlados porque eran los quintacolumnistas potencia-
Los generales, profundamente influenciados por la doctrina les de la subversión internacional. No por casualidad el 21% de
de la seguridad nacional, definieron una estrategia basada en el los desaparecidos fueron estudiantes (entre ellos estudiantes
terror para disciplinar y desmovilizar a la población. Durante los secundarios) y otro 10% profesionales.5 Tal como declaró el go-
ocho años de régimen militar, un número no determinado de bernador militar de la provincia de Buenos Aires, "la guerrilla
personas —estimado entre 9.000 y 30.000— desapareció sin dejar es sólo la expresión armada de una ideología que se infiltra y
rastro. La mayor parte de ellos fue torturada antes de ser asesina- trabaja dentro de la universidad, en las escuelas, en la prensa, en
da por los militares o por grupos paramilitares.3 Aunque el terror las artes, en la industria, usando mil modos de operación".6
estaba dirigido, teóricamente, contra los "subversivos" —una Maestros de escuela y profesores universitarios, supuestamente
palabra que abarcaba no sólo a los guerrilleros sino a cualquiera sospechosos, fueron exonerados de sus trabajos y perseguidos.
que se opusiera al nuevo régimen o que intentara cuestionarlo—> El sistema educativo en todos sus niveles quedó bajo la respon-
el terrorismo de Estado que promovió el Proceso generó una di- sabilidad de grupos reaccionarios que asumían la misión de res-
námica propia. El terror se alimentó de varias fuentes, entre ellas taurar los "valores cristianos tradicionales" que constituían, se-
de conflictos internos dentro de las propias fuerzas armadas. Bajo gún ellos, la esencia de la vida nacional.7 Tal como Juan Corradi
la égida de un Estado autoritario, presumiblemente centralizado señala, "la derecha argentina ofrecía el espectáculo de un país
y monolítico, bandas armadas operaban con poco control. El te- joven defendiendo antiguos valores míticos, de un moderno cri-
rror era también un instrumento que generaba beneficios perso- sol venerando tradiciones que nunca tuvo, de conservadores
nales. A las detenciones ilegales seguían el saqueo de las perte- con poco para conservar".8 Las universidades fueron práctica-
nencias de las víctimas que, muchas veces, eran obligadas a fir- mente tomadas por los militares, en especial aquellas facultades
mar documentos por los cuales transferían sus propiedades a los y carreras consideradas abono fértil para el desarrollo de la sub-
militares que los habían secuestrado y torturado. Nadie estaba versión: las de ciencias sociales.9
exento del terror. Los "grupos de tareas" torturaron a niños de-
lante de sus padres para extraer información que en muchas Para la profesión "psi" los vientos políticos habían empezado
oportunidades no existía. Mujeres embarazadas fueron también a cambiar aun antes del golpe del '76. En 1975, Marie Langer se vio
torturadas y cuando finalmente parían (si no perdían el embarazo obligada a emprender el camino del exilio por segunda vez en su
durante los tormentos), se les retiraba a sus bebés recién nacidos vida, esta vez hacia México, cuando un paciente le reveló que su
para entregarlos a parejas sin hijos bien relacionadas con los mi- nombre figuraba en la lista de la muerte de la Triple A. Bandas

328 137
tiva de profesionales, sin embargo, los efectos concretos que
paramilitares de derecha allanaron la APBA. El CDI se disolvió en
tuvo el Proceso sobre las profesiones "psi" en general no son
parte a causa de sus propias tensiones internas pero cuando las
del todo claros y parecen bastante complejos. Si bien se ha
fuerzas armadas tomaron el poder la situación empeoró considera-
sostenido en varias ocasiones que psicólogos y psicoanalistas
blemente. Los servicios psiquiátricos progresistas que se habían
fueron blancos escogidos particularmente por el aparato repre-
creado en los años '60 y principios de los 7 0 fueron cerrados por la
sivo, esto no ha podido ser confirmado. Los profesionales libe-
fuerza y su personal fue exonerado y en muchos casos estuvo suje-
rales que sufrieron represalias, como los abogados, artistas y
to a persecuciones. Mauricio Goldemberg tuvo que abandonar el
periodistas, fueron victimizados no por la clase de profesión
país luego de que los militares asesinaran a dos de sus hijos que
que ejercían sino por sus simpatías, reales o supuestas, con las
habían estado involucrados en organizaciones armadas de izquier-
ideas de izquierda o por su oposición al régimen. Perossio y
da. El Dr. Valentín Baremblit, su sucesor en el Lanús, fue despedi-
Pavlovsky ilustran con claridad este punto. Pavlovsky se había
do y luego detenido y torturado; finalmente, fue liberado con la
convertido en una espina para los militares desde el estreno de
condición de que abandonara el país. Desde entonces, vive en Es-
su obra El Señor Galfndez.'12 Su posterior candidatura por un
paña. Un miembro del staff del Lanús desapareció y nunca más se
partido trotskista no contribuyó ciertamente a mejorar su ima-
supo de él. Otros servicios de similares características sufrieron
gen entre los militares.
igual suerte. La lógica que guiaba este tipo de represión fue
expliátada por un oficial de la marina en 1976: En la época en que desapareció, Beatriz Perossio era una de
"Centros asistenciales de salud mental habían sido conver- las líderes de Vanguardia Comunista, un partido de tendencia
maoísta. Todos los líderes del partido desaparecieron mientras
tidos en lugares de adoctrinamiento subversivo. Algunos hospi-
que los psicólogos que se encontraban en los niveles inferiores
tales han debido ser ocupados por fuerzas militares para reali-
de la organización o que habían sido miembros pero ya no lo
zar su intervención, encontrándose claras pruebas de su utiliza-
eran no fueron tocados.13 En general, los militares persiguieron
ción como aguantaderos y refugios de la guerrilla. Imprentas
a los analistas que habían participado en los grupos Plataforma
dedicadas a la confección de material pornográfico, promiscui-
y Documento, en particular a aquellos que habían tenido un rol
dad sexual entre los internados psiquiátricos alentada por pro- activo en el CDI. Pero, una vez más, esta represión selectiva
paganda que la justificaba a través de una suerte de liberación parecía deberse más a las afiliaciones políticas de esos analistas
de depresiones psíquicas".10 que a sus elecciones profesionales. En este sentido, las cifras
disponibles en nuestro país dan cuenta de entre 30 y 60 psicólo-
Algunos psicoanalistas que habían militado políticamente gos desaparecidos y un puñado de psicoanalistas, una propor-
fueron detenidos y perseguidos. Eduardo Pavlovsky escapó por ción similar a la registrada entre otros grupos profesionales.14
una ventana de su consultorio durante una sesión de terapia de Durante el gobierno militar se creó en Buenos Aires otra
grupo mientras hombres armados y enmascarados forzaban la institución afiliada a la IPA: la Asociación Psicoanalítica de Bue-
puerta. Beatriz Perossio, presidenta de la APBA, no fue la única nos Aires (APdeBÁ). Esta institución fue fundada en 1976 por
profesional secuestrada y desaparecida. Para los militares, cual- los miembros de la APA que se habían opuesto a los cambios
quier teoría que cuestionara la familia tradicional y los modelos sufridos por la asociación en los '70, entre ellos el acceso amplia-
sociales establecidos era un arma potencial en manos de los sub- do a la función didáctica, arguyendo que estos cambios provo-
versivos. Una fuente militar consultada por Somos, una revista carían una disminución en la calidad de la formación analítica.
popular que brindaba apoyo incondicional al Proceso, procla- En general, los secesionistas eran psicoanalistas más conserva-
maba que "desde el comienzo de esta guerra contra la subver- dores en el terreno teórico que en el terreno político. APdeBA
sión, entre la información evaluada estaba la relación entre psi- era vista como una institución de un ldeinismo más ortodoxo
coanálisis y terrorismo (...) Se ha probado que muchos subver- que el de la APA.15 Los militares no intervinieron en la dinámica
sivos fueron reclutados en la lucha activa luego de haber pasado de ninguna de estas dos instituciones y, salvo excepciones, tam-
poco reprimieron a sus miembros. La APA llegó, incluso, a reci-
por el diván del psicoanalista".11
bir apoyo económico de parte del Ministerio de Salud Pública
Más allá de este tipo de retórica y de la persecución efec-
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dos meses después del golpe militar para cubrir el costo de or- prohibía a los psicólogos ejercer cualquier clase de psicoterapia
ganización de un Congreso Psicoanalítico Latinoamericano.16 en territorios bajo jurisdicción federal (esto significaba princi-
Aun después de la escisión de Plataforma-Documento y de la palmente la ciudad de Buenos Aires). Si bien la resolución no
pérdida de 134 profesionales que se pasaron a la nueva APdeBA introducía cambios en la ley, la comunidad de psicólogos perci-
—38 miembros titulares, 26 asociados y 70 candidatos— la APA bió esta imposición como una humillación y una amenaza. Sin
embargo, el diálogo entre la APBA y las autoridades militares
siguió creciendo. En 1979 era la cuarta institución en tamaño y
no se interrumpió y la norma legal nunca llegó a aplicarse efec-
magnitud de miembros entre las asociaciones psicoanalíticas
tivamente. Los psicólogos continuaron ejerciendo el psicoanáli-
afiliadas a la IPA de todo el mundo. Además, los analistas de
sis sin protección legal aun en algunos hospitales públicos.
APA y APdeBA continuaron viajando, sin inconvenientes, a lo
largo y ancho del país para dar cursos y formar futuros Llegados a este punto, debemos preguntarnos por qué si
analistas. En 1980, el presidente de la APA, una figura conocida miembros destacados del régimen creían realmente que el psi-
en los medios, pudo vanagloriarse del lugar que ocupaba la ins- coanálisis era una amenaza para sus valores tan estimados no
titución en la vida cultural de la nación más allá de los límites de actuaron de un modo más enérgico contra la comunidad "psi"
la comunidad psicoanalítica.17 en general. En este punto sólo puedo ofrecer algunas especula-
A los psicólogos no les fue tan bien como a los psicoanalis- ciones. El régimen militar, lejos de constituir un bloque homo-
tas asociados a la IPA durante el Proceso. La carrera de psicolo- géneo, estaba atravesado por múltiples tensiones internas. Los
gía dejó de pertenecer a la Facultad de Filosofía y Letras y quedó promotores de los valores católicos tradicionales debían convi-
bajo la responsabilidad directa y el control del rector de la uni- vir con modernizadores que proponían la eficiencia como obje-
versidad a través de un delegado interventor. La carrera de so- tivo prioritario. Así, mientras que algunos funcionarios del go-
ciología corrió la misma suerte. Un alto funcionario del Minis- bierno creían que el psicoanálisis era esencialmente subversivo,
terio de Educación explicaba en 1980 que el boom de carreras a otros les preocupaba ser tildados de "oscurantistas" por negar
como psicología, antropología, sociología y pedagogía (en ese la importancia de la doctrina freudiana.21 Además el psicoanáli-
orden), disciplinas que promovían un cambio social, era el re- sis ya estaba tan incorporado a la cultura argentina de aquel
sultado de una estrategia marxista.18 momento que algunos oficiales de alto rango tenían hijos psicó-
logos o incluso estaban realizando un tratamiento análitico ellos
El primer interventor de la carrera de psicología durante el mismos.22 Más importante aún, las autoridades militares se ha-
Proceso fue Luis Felipe García de Onrubia, un integrante del bían apropiado de algunos elementos del discurso psicoanalíti-
claustro docente de larga trayectoria en la universidad que sim- co, aquellos aspectos promovidos, precisamente, por los psicoa-
patizaba con el psicoanálisis.19 No obstante, fue pronto reempla- nalistas más conservadores. Esta apropiación fue posible debido
zado por una serie de funcionarios que no tenían relación algu- a que ambos discursos convergían en ciertos temas.
na con la enseñanza que se impartía en la carrera, al tiempo que
sospechaban del potencial subversivo del psicoanálisis y de La familia ocupába un lugar central en el discurso del régi-
cualquier otra teoría psicológica moderna. El ingreso a la carrera men militar. De acuerdo con Las autoridades de Proceso, el país
se restringió drásticamente y las autoridades trataron de mante- llegaría a inmunizarse contra la "infección subversiva" cuando
ner la orientación de la misma lejos del psicoanálisis. Estos es- la familia lograra sostenerse firmemente en los valores de la
fuerzos derivaron en consecuencias inesperadas. Las universi- jerarquía, la disciplina y la autoridad. Si el orden social debía,
dades privadas, que florecieron en ese período, respondieron a tal como lo definía un manual escolar, "emerger de un orden
la demanda de carreras de orientación psicoanalítica.20 Además, moral basado en la voluntad de Dios", entonces la familia tradi-
como en las décadas anteriores, las deficiencias de la universi- cional basada en la autoridad del padre era el fundamento natu-
dad pública empujaron a los estudiantes a recurrir, más que ral de dicho orden. Desde la retórica militar, la sociedad podría
nunca, a los grupos de estudio privados, que otra vez se convir- volver a ser "otra vez saludable" sólo a partir de la restauración
tieron en una especie de universidad subterránea. de la función desciplinaria de la familia.23 El mensaje que conti-
nuamente transmitía la televisión controlada por el Estado era:
En 1980 el ministro de Educación firmó una resolución re- "¿Usted sabe qué está haciendo su hijo en este momento?". Si la
afirmando la ley aprobada por el régimen militar anterior que
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subversión había echado raíces en la sociedad argentina, esto se justificaba el uso de recursos drásticos: debía ser "removida
debía a que los padres no habían cumplido adecuadamente con quirúrgicamente". Los subversivos eran gente enferma con pro-
su rol disciplinario. Un oficial del ejército advertía: "Yo le pre- blemas mentales y las más enfermas de todas eran las mujeres.
guntaría a cada pareja con una hija adolescente qué están ha- "La guerrillera es una psicópata", titulaba Somos en un artículo de
ciendo para evitar que su hija se convierta en guerrillera (...) contenido previsible.26 El lenguaje y algunos conceptos psicoana-
Ellos no controlan sus amigos, los libros que leen, las escuelas a líticos —prohibidos en la Unión Soviética tal como Somos había
las que van". 24 En el discurso de los militares, la política se descubierto con cierto placer— podían ser usufructuados por los
privatizaba y se transformaba en una responsabilidad familiar. militares para construir un discurso "moderno" sobre la familia.
La retórica que enfatizaba un modelo tradicional de familia
basado en la autoridad paterna tenía también, sin embargo, un
costado más progresista. Los jóvenes caían en el peligro de la Además de la represión directa sufrida por los psicoanalistas
subversión cuando no podían encontrar un ambiente cálido y y psicólogos que fueron perseguidos por los militares, el Proceso
afectivo en el hogar. Las mismas categorías de análisis utiliza- trajo aparejados efectos de carácter más general sobre el mundo
das por algunos criminólogos y psicólogos progresistas para "psi". Quizás el más evidente fue la despolitización del psicoaná-
explicar la criminalidad juvenil eran aplicadas por los militares lisis y la interrupción del diálogo entre el psicoanálisis y la iz-
para dar cuenta de la "subversión". Los padres debían "hablar" quierda; aunque más allá del terror, algunos psicoanalistas y psi-
con sus hijos, cuidarlos, brindarles contención psicológica en cólogos comenzaron a participar activamente en los movimientos
situaciones críticas, con el fin de mantenerlos a salvo de la ten- de derechos humanos, aun poniendo en riesgo sus vidas.27 La
tación subversiva. Esta retórica, dirigida a padres de clase me- APA y la APdeBA rechazaron todo compromiso con la política en
dia fuertemente influenciados por el psicoanálisis, tomaba algu- nombre de la neutralidad analítica. Del mismo modo que otras
nos elementos centrales de aquellos aspectos más conservado- asociaciones profesionales, las instituciones analíticas en general
res del discurso psicoanalítico. se mantuvieron al margen de la realidad social. Esta actitud que-
En los primeros tiempos del Proceso, el psicoanálisis había dó puesta en evidencia cuando una delegación de la APBA le
casi desparecido de las publicaciones sostenidas o controladas pidió apoyo a la APA para pedir la liberación de Beatriz Perossio.
por el régimen militar. ¿Cómo podían darle espacio a una doc- Según el relato de uno de los miembros de la APBA que partici-
trina que había desafiado el modelo tradicional de familia? Sin paron en la reunión, el presidente de la APA se excusó señalando
embargo, algunos psicoanalistas comenzaron a reaparecer poco que sería peligroso presentar el caso Perossio en una asamblea
a poco en los medios. Arnaldo Rascovsky, por ejemplo, se con- porque "uno no sabía qué clase de elementos podía aparecer uti-
virtió en una presencia habitual en revistas ampliamente leídas lizando ese tema para alborotar una asamblea de la APA". 28 De
y que apoyaban abiertamente al Proceso, tales como Somos y manera similar, según Baremblit, la APA como institución no
Para Ti, así como también de la radio y la televisión controlada abogó por su liberación luego del secuestro, pese a que se trataba
por el Estado. Él seguía insistiendo con la idea de que la familia de un miembro activo de la asociación.29
tradicional era el fundamento de una sociedad saludable. De La APBA fue tomando de a poco un rumbo más "profesio-
acuerdo con Rascovsky, el terrorismo (entendido por él como nal". Si bien nunca dejó de pedir por la liberación de Perossio, su
subversión de izquierda) era una enfermedad mental que se prioridad era, una vez más, el levantamiento de la prohibición
ubicaba en la misma categoría que la psicosis, la neurosis, la del ejercicio de la psicoterapia: "Seguíamos luchando por la ley
adicción al tabaco y a las drogas, todas ellas causadas por la [que habilitaría a los psicólogos a practicar psicoterapia] y nos
crisis de la familia tradicional.25 entrevistábamos con las autoridades, que en ese tiempo eran los
La patologización de la actividad política formaba parte, militares", recuerda un dirigente de la APBA.30 La Revista Argen-
también, de las estrategias del régimen. La afición de los militares tina de Psicología se orientó claramente al psicoanálisis —aunque
por las metáforas médicas ha sido señalada en varias oportunida- con un creciente sabor lacaniano—, dejando de lado la política.
des. La subversión era un "cáncer" social o una "infección" que Los artículos sobre temas sociales y aplicaciones sociales del psi-
podía ser transportada en secreto por cualquiera y por lo tanto coanálisis que habían proliferado hasta mediados de los '70 deja-
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ron su lugar a preocupaciones más urgentes y cotidianas tales ¿Qué nos enseña la experiencia del Proceso acerca de la
cómo las artimañas que debían utilizar los psicólogos y psicoana- práctica del psicoanálisis en una atmósfera de represión políti-
listas para enfrentarse al eterno problema de la inflación.31 ca? Desde los tiempos de Freud se ha dicho en innumerables
En tanto el psicoanálisis quedó confinado una vez más al oportunidades que es necesario un contexto que garantice una
ámbito restringido de los consultorios privados, el régimen mi- cierta libertad política y social para el ejercicio del psicoanálisis,
litar dejó de percibirlo como una amenaza y lo comenzó a ver una ciencia dirigida al levantamiento de la represión y cuya
como aliado potencial en un programa social que exaltaba el práctica se sostiene en la asociación libre sin censura. La teoría
individualismo dirigido, tal como lo definió Juan Corradi, a la psicoanalítica interroga, supuestamente, a todo aquello que no
"corrosión de las redes sociales". La terapia psicoanalítica pro- se cuestiona. Sin embargo, el desarrollo histórico del psicoanáli-
porcionaba un ámbito en el que toda preocupación podía ser sis en el mundo demuestra que éste puede ser manipulado en
resuelta de un modo privado. Algunos psicoanalistas incluso pos de propósitos muy diversos. Puede transformarse en parte
acordaban con la idea de que su misión era ayudar a los pacien- de la cultura dominante, o también en un elemento definitorio
tes a adaptarse al entorno vital, al tiempo que no consideraban de aquello que no se cuestiona. Lejos de desafiar los valores
de su competencia expedirse sobre la calidad de dicho entorno sociales establecidos, algunas formas de la práctica psicoanalíti-
y mucho menos intentar transformarlo.32 Además, en una época ca pueden reforzar esos valores o proporcionar nuevos medios
para canalizarlos, tal como los generales del Proceso compren-
de terror e incertidumbre, el diván del analista era para muchos
dieron rápidamente.
el único lugar donde se permitían estructurar y analizar sus ex-
periencias cotidianas. En este sentido, resulta importante distinguir entre el psi-
La expansión del lacanismo fue otro desarrrollo que tuvo coanálisis como un cuerpo de conocimientos y como una prác-
efectos de largo alcance sobre la comunidad "psi". Si bien el po- tica. Mientras un importante núcleo del sistema freudiano
tencial despolitizador del psicoanálisis lacaniano se puso en evi- cuestiona los valores tradicionales, la práctica concreta del psi-
dencia desde un principio, es importante recordar que la emer- coanálisis es otro tema. Una cierta versión de la práctica psi-
gencia de esta corriente en la Argentina coincidió con el cuestio- coanalítica brinda un marco para la privatización de las rela-
namiento de las instituciones analíticas ortodoxas, al tiempo que ciones sociales. Si todo es psicológico (incluso la pertenencia a
estuvo estrechamente relacionado con la politización de finales una agrupación guerrillera) y si todo puede ser interpretado en
de los '60. Durante el Proceso los analistas lacanianos, del mismo términos psicológicos (incluso el rechazo de las Madres de Pla-
modo que otros intelectuales, perdieron espacios para debatir y za de Mayo a aceptar la muerte de sus hijos y de este modo a
confrontar posiciones teóricas. Muchos lacanianos se transforma- "trabajar el proceso de duelo"), quedan, entonces, muy pocos
ron en aquello que habían criticado sólo unos pocos años atrás: incentivos para tratar de cambiar el mundo.34 Los militares
practicantes clínicos de una versión altamente ritualizada del más reflexivos eran, seguramente, conscientes de este aspecto
psicoanálisis caracterizada por una jerga oscura y una indiferen- potencialmente conservador del psicoanálisis. Sin duda había
cia absoluta frente a la realidad social. Esto puede explicar la alguna razón para que la práctica del psicoanálisis fuera per-
cantidad de grupos lacanianos, algunos con sólo un puñado de mitida mientras que la terapia de grupo era sospechada de
subversiva. El hecho de que los militares pudieran encontrar
miembros, que proliferaron durante esos años. Más aún, la im-
que algunos aspectos del modelo psicoanalítico podían ser
portancia otorgada por los lacanianos al "significante" y al "dis-
usados para sus propósitos demuestra, una vez más, la flexibi-
curso" (todo es discurso) por encima de las condiciones de pro-
lidad del sistema freudiano.
ducción de esos discursos también contribuyó al proceso de
deshistorización del psicoanálisis y debilitó su capacidad para La comunidad psicoanalítica internacional ha contado con
analizar la realidad. Tal como un destacado psicoanalista señaló, algunos represores en su seno. El caso más notorio tuvo lugar en
una cierta sincronía —no necesariamente causal— puede estable- Brasil, donde en 1973 un candidato a psicoanalista de la Socie-
cerse entre el desarrollo del lacanismo, que denuncia la ilusión de dad Psicoanalítica de Río de Janeiro, un médico del ejército, fue
la idea de cura, y un contexto en el que todo intento de transfor- acusado de torturar prisioneros políticos. El caso fue silenciado
mar la realidad era peligroso y estaba destinado al fracaso.33 por la asociación carioca y el torturador pudo continuar su for-
191
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mación. El asunto se resolvió finalmente a comienzos de los social y política ya no tenía cabida.36 Desde 1983 los psicoanalis-
años '90.35 tas vienen ocupando un lugar cada vez más destacado en el
En la Argentina, el psicoanálisis se ha convertido en un sis- sistema público de asistencia en salud mental, incluso en los
tema interpretativo para una gran parte de su población. Funcio- hospitales psiquiátricos tradicionales. Como resultado de la di-
na como un mapa que orienta y da sentido a las lecturas que námica interna generada durante el Proceso y también de una
realiza la gente dé la realidad y también proporciona un lenguaje política agresiva dirigida a la "ocupación de espacios", el psi-
que permite expresarla. Para la época en que los militares toma- coanálisis lacaniano se convirtió en la corriente hegemónica del
ron el poder, el psicoanálisis estaba tan profundamente psicoanálisis y la Argentina es hoy uno de los centros mundiales
enraizado en la cultura argentina que cualquier intento serio de de este tipo de psicoanálisis. El castellano es uno de los lengua-
desarraigarlo hubiera culminado en un fracaso. A través de la jes "oficiales" del movimiento lacaniano. Jacques Alain MUler,
apropiación de algunos elementos del sistema psicoanalítico, la el yerno y heredero de Lacan, ha venido haciendo visitas anua-
exaltación del individualismo y la conversión de las interacciones les a Buenos Aires, donde dicta conferencias sobre temáticas
sociales en trampas a ser evitadas, el Proceso generó, de hecho, difíciles de la teoría lacaniana en la Biblioteca Nacional y en
las condiciones para la difusión de ciertas formas de la práctica otros lugares públicos. Estas conferencias atraen a miles de per-
psicoanalítica que funcionaran como válvulas de escape. Me inte- sonas. Los psicoanalistas lacanianos que rehúsan someterse a la
resa destacar que no estoy sosteniendo, de ningún modo, que la "tiranía de Miller" conforman, también, un grupo grande de
comunidad psicoanalítica en su conjunto fuera cómplice de los seguidores.37 La expansión del lacanismo debe ser analizada
militares. Estoy planteando solamente que las condiciones im- sobre el fondo de la influencia francesa de larga duración en la
puestas por el Proceso favorecieron el desarrollo de determina- cultura argentina.
das prácticas psicoanalíticas, del mismo modo que las condicio- La importancia de la Argentina como centro mundial de
nes generales de las décadas del '60 y del '70 habían promovido psicoanálisis no se limita sólo al movimiento lacaniano. A co-
otro tipo de prácticas. La experiencia del Proceso confirma la hi- mienzos de los años '90 un analista latinoamericano fue elegido,
pótesis general de que una vez que el discurso psicoanalítico echa por primera vez, presidente de la IPA: el Dr. R. Horacio
raíces en una sociedad y llega a estar ampliamente disponible, Etchegoyen de la APdeBA. No fue casual, entonces, que la pri-
pueden tomarse con facilicidad diferentes aspectos del mismo sin mera reunión cumbre realizada entre los líderes de los dos im-
cambiar su identidad. De este modo, durante el primer peronis- perios psicoanalíticós internacionales, Etchegoyen y Miller, se
mo, en los '40 y '50, el psicoanálisis formaba parte del sistema de llevara a cabo en Buenos Aires.
resistencia cultural al régimen. En la década del '60 y a comienzos En 1985, luego de presionar políticamente en el Congreso
de los '70, llegó a ser simultáneamente un instrumento de moder- durante dos años, los psicólogos obtuvieron su tan ansiada ley
nización cultural y una herramienta para la revolución social. A que les permitía, a partir de ese momento, practicar la psicotera-
finales de los '70 y principios de los '80, en un contexto social y pia y el psicoanálisis en pie de igualdad con los médicos. Algu-
político diferente, los militares utilizaron algunos aspectos del nos psicólogos fueron convocados para dirigir servicios de
sistema psicoanalítico para legitimar sus políticas al tiempo que psicopatología en hospitales públicos. Poco después de aproba-
suprimían otras partes de éL da la ley que "legalizaba lo que era legítimo", la APA y la
Con el retorno de la democracia en 1983, luego del fracaso APdeBA admitieron el ingreso de los psicólogos para brindarles
en Malvinas, las fuerzas que habían permanecido reprimidas formación analítica en sus instituciones. Los psicólogos son aho-
durante ocho años reaparecieron. Los psicoanalistas se propu- ra aceptados como psicoanalistas de pleno derecho. Por primera
sieron dar sentido a las experiencias traumáticas de los años vez, facultades de psicología autónomas se crearon en la Uni-
recientes. En 1985 la APA organizó una conferencia internacio- versidad de Buenos Aires y en otras universidades públicas.
nal acerca de los efectos psicológicos del terrorismo de Estado. En los tiempos que corren, los psicoanalistas están enfren-
Las revistas de la APA y la APdeBA publicaron muchos artícu- tando otro desafío: los efectos de la profunda crisis económica y
los sobre este tema. El escenario había cambiado y en este nuevo el florecimiento de terapias cortas alternativas, prácticas new age
contexto un psicoanálisis neutral que no considerara la realidad y tratamientos farmacológicos.38 Sin embargo, el lugar que ocu-

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el psicoanálisis en la cultura del país sigue siendo indisputa- " "El psicoanálisis en la picota", en Somos, 19 de septiembre de 1980,
ble. Los periódicos publican secciones sobre psicología regular- página 6.
u Pavlovsky me contó que cuando la obra se estrenó por primera vez,
nente y el psicoanálisis aún conserva su espacio en los medios,
Marie Langer, que era en ese entonces su analista, le dijo: "Nunca te perdona-
in 1995 cuando el general Martín Balza hizo su dramática rán esto. Nunca". Luego, cuando estaba escondido y uno de sus hermanos le
lutocrítica pública por los crímenes cometidos por los militares preguntó a un amigo de la marina acerca de su situación, él oficial le contestó:
durante el Proceso, el lenguaje que eligió para expresar sus sen- "¿Quién, Galíndez? ¿Vive todavía?".
13 Vezzetti, Hugo, entrevista personal, Buenos Aires, 10 de octubre de
.imientos estaba plagado de conceptos de claro origen psicoana-
1996. Cuando Perossio fue atrapada, Vezzetti era el vicepresidente de la
itico tales como el de "inconsciente colectivo" y el de la "nece- APBA. Él también había pertenecido a Vanguardia Comunista pero se había
sidad de trabajar en un proceso de duelo". El hecho de que un alejado del grupo. No fue perseguido por los militares y asumió la presiden-
efe militar pensara que el lenguaje del psicoanálisis fuera el cia de la APBA.
más apropiado para transmitir su mensaje de reconciliación es 14 Avelluto, Oscar, entrevista personal, Buenos Aires, 10 de diciembre

in dato que habla por sí mismo. de 1996. El Lic. Avelluto es miembro activo de la APBA y fue su presidente
durante el Proceso.
15 Ver Balán, Jorge, Cuéntame tu vida: una biografía colectiva del psicoaná-

lisis en la Argentina, Buenos Aires, Planeta, 1991, páginas 210-12.


16 Archivos de la APA, "Libro de actas", en Acta 301, 18 de mayo de

NJOTAS 1976, página 132.


17 Ibíd., Acta 437,11 de noviembre de 1980, 1971.
18 "Psicoanálisis en la picota", página 6.
1 Para un análisis de este malentendido entre la izquierda peronista y su
19 Ver "Qué pasará con la carrera de psicología", en Actualidad Psicológi-
iíder, ver Sigal, Silvia, y Elíseo Verón, ¡Perón o muerte! Los fundamentos
ca 2, número 21, noviembre de 1976.
iiscursivos del fenómeno peronista, Buenos Aires, Legasa, 1986. 20 El proceso promovió el desarrollo de las universidades privadas
2 Ver Proceso de Reorganización Nacional, Fundamentos de la decisión
como parte de su política de descentralización y privatización del sistema
adoptada por las Fuerzas Armadas Argentinas el 24 de marzo de 1976, Presidencia
educativo. Ver Tedesco, Braslavsky y Carciofi, Proyecto educativo autoritario.
de la Nación, 1976. Agradezco a Andrew Wilson, alumno mío de la Universi- 21 "Psicoanálisis en la picota".
dad de Harvard, por facilitarme copias de los documentos que él recolectó 22 Un psicoanalista recuerda que durante el Proceso un oficial estrechamen-
sobre el Proceso.
3 La literatura sobre el Proceso se ha incrementado en los últimos años.
te comprometido con la represión ilegal requirió atención psicoanalítica por una
disfunción sexuaL Ver Nélida Sakalik de Montagna, "El psicoanálisis y la repre-
Para un informe detallado de las torturas, ver Comisión Nacional sobre la
sión política en la Argentina: una visión como psicoterapeuta de grupo", en
Desaparición de Personas (CONADEP), Nunca más, EUDEBA, 1984.
4 Para un análisis perceptivo de la política económica como herramienta
Abudara, Oscar, y colab., Argentina, psicoanálisis y represión política, Buenos Aires,
Kargieman, 1986, página 142. En el mismo libro se analizan otros casos.
de disciplinamiento social, ver Canitrot, Adolfo, "La disciplina como objetivo 23 Para un análisis esclarecedor acerca del discurso del Proceso sobre la
de la política económica: un ensayo sobre el programa económico del gobier-
familia, ver File, Judith, Entre el parentesco y la política: familia y dictadura, 1976-
no argentino desde 1976", en Estudios CEDES 2, número 6, 1979.
s Comisión Nacional, Nunca más, página 296.
1983, Buenos Aires, Biblos, 1997, capítulo 1. File destaca que mientras la esfe-
6 Saint Jean, Ibérico, Mensaje del gobernador de la provincia de Buenos
ra privada se politizaba debido a la intromisión de los militares en los asun-
tos de familia, el mundo político se privatizaba.
Aires a los empresarios, octubre de 1976. 24 "Las guerrilleras: la cruenta historia de la mujer en el terrorismo", en
7 Ver Tedesco, Juan Carlos, Cecilia Braslavsky y Ricardo Carciofi, Pro-
Somos, 10 de diciembre de 1976, páginas 10-17.
yecto educativo autoritario: Argentina, 1976-1982, Buenos Aires, FLACSO, 1983, 25 "Psicoanálisis en la picota", página 8.
página 32. 26 "La guerrillera es una psicópata", en Somos, 10 de diciembre de 1976,
* Corradi, Juan E., The Fitful Republic: Economy, Society, and Politics in
página 16. Un oficial militar consultado por la revista explicaba que las mu-
Argentina, Boulder, Westview, 1985, página 126.
jeres eran más peligrosas que los hombres porque usaban su "poder de se-
' El celo con el que intentaban erradicar la "subversión" llevó a algunas ducción" para corromper a los militares y obtener información. Por defini-
situaciones grotescas. Los generales se opusieron a la enseñanza de las "ma- ción las mujeres subversivas eran malas madres porque usaban a sus hijos
temáticas modernas" y buscaron la opinión de expertos para decidir si el como escudos.
término "vector" podía ser considerado subversivo. 27 Algunos de ellos brindaron asistencia terapéutica sin cargo a las Ma-
10 "Declaraciones del capitán de navio Manuel Irán Campo.", en Clarín,
dres de Plaza de Mayo. Ver Hollander, Nancy Caro, Lave in a Time of Hate:
10 de septiembre de 1976, citado en Vezzetti, Hugo, "Situación actual del
Liberation Psychology en Latín America, New Brunswick, Rutgers University
psicoanálisis", en Langer, Marie, Cuestionamos: 1971 Plataforma-Documento,
Press, 1997, y Kordon, Diana, y Lucila Edelman, Efectos psicológicos de la repre-
ruptura con la APA, Buenos Aires, Búsqueda, 1987, página 221.
sión política, Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1986.

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28 Vezzetti, entrevista.
29 Entrevista al Dr. Valentín Baremblit, 13 de mayo de 1991, Barcelona,
citado en Feldman, Nelson Roberto, "Psychiatrie en Argentina: Tendances et
évolutions au XIX*"* et au XX*"® siècle. Psychiatrie et psychanalyse.Le service
de l'Hôpital de Lanús", en Mémoire de spécialisation en psychiatrie, Université
René Descartes-Paris V, 1992, página 123.
30 Avelluto, entrevista.
31 Ver Dubcovsky, Santiago, "La inflación", en Revista Argentina de Psi-
ÍNDICE
cología 9, número 25, octubre de 1979, páginas 25-52.
32 Arnaldo Rascovsky, citado en "Psicoanálisis en la picota", página 8.
33 Emiliano Galende, entrevistado en "El psicoanálisis argentino: un cues- AGRADECIMIENTOS 9
tiona miento", en Vuelta 2, número 16, noviembre de 1987, México, páginas 25-40.
34 Para una crítica general de los aspectos conformistas del psicoanálisis

contemporáneo, ver Jacoby, Russel, Social Amnesia: A Crittique ofContemporary INTRODUCCIÓN 13


Psychology (1975), New Brunswick, N.J., Transaction, 1996.
35 La acusación contra este médico fue hecha pública por Langer y

Bauleo, "Algo más sobre tortura", en Langer, Marie, Cuestionamos: Documen- 1. LOS COMIENZOS DEL PSICOANÁLISIS EN LA ARGENTINA 27
tos, I, páginas 151-52; ver también Santiago Dubcovsky, "Follow up de una
denuncia: psicoanálisis, política y moral (1984), post-scriptum", ibid., pági- Primer momento. El psicoanálisis como una idea extranjera 29
nas 153-66, y Stitzman, Jorge, Conversaciones con R. Horacio Etchegoyen, Buenos
Aires. Amorrortu, 1998, páginas 211-20.
Segundo momento: La extensión y la internalización
36 Raúl Jorge Aragonén, "Presentación", en Abudara y colab., Argentina, del psicoanálisis 39
psicoanálisis y represión política, páginas 12-13. La apropiación ideológica del psicoanálisis 43
37 Para un análisis de la situación del psicoanálisis en Francia que ha Psicoanálisis para un público expandido 53
impactado directamente sobre la Argentina, ver Roudinesco, Elisabeth, Psicoanálisis y otras disciplinas 53
Jacques Lacan & Co: A History of Psychoanalysis in France, 1925-1985, London, El psicoanálisis entre la cultura de élite y la cultura popular 55
Free Association Books, 1990, pt. 3, y Turkle, Sherry, Psychoanalytic Politics: El psicoanálisis en la cultura popular 59
Jacques Lacan and Freud's French Revolution, 2* edición, London, Free
Association Books, 1992, páginas 227-303.
31 Sobre la difusión de las terapias alternativas en la Argentina, ver
2. LA FUNDACIÓN DE LA APA Y EL DESARROLLO DEL
Gorbato, Viviana, Los competidores del diván: el auge de las terapias alternativas
MOVIMIENTO PSICOANALfTICO ARGENTINO 79
en ¡a Argentina, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1994.
Profesionalización en una sociedad polarizada 87
Polarización política de la sociedad argentina. El final de
la coexistencia pacífica 91
La consolidación de la APA y la evolución de su imagen 96
Kleinismo y análisis de niños 105

3. EL CAMBIO SOCIAL Y LA EXPANSIÓN DEL MUNDO PSICOANAIÍTICO .... 1 1 7

Las transformaciones de la clase media y la expansión


de la clientela potencial del psicoanálisis .,- 119
La mujer y el cambio social 121
El cambio político y la necesidad de comprenderlo 125
Los sesenta y la renovación cultural 128
La expansión del consunto de bienes culturales 130
La expansión de la oferta psicoanalítica 135
Psicoterapia de grupo: el psicoanálisis como ciencia social 136

191
86 342
i. EL PAPEL DE LOS DIVULGADORES EN LA EXPANSIÓN DEL Freud entre los marxistas 268
MUNDO PSICOANALfnCO 149 José Bleger, lector de Georges Politzer 268
León Rozitchner y el problema de la subjetividad 273
Los difusores de la APA 150 Oscar Masotta: de Sartre a Locan 279
MarieLanger: familia y femineidad 151
Rascoosky y la ubicuidad dd filicidio 159
Enrique Pichón Rivière: psicoanálisis y bohemia 162 8. IZQUIERDA INTELECTUAL, POLÍTICA Y LACAN1SMO 291
La difusión del psicoanálisis desde afuera de la APA 169
Eva Giberti y la "Escuela para padres" 169 Cuando "Todo es política" 292
Las revistas femeninas y otras publicaciones populares La politización de la cultura 296
como vehículos de difusión del psicoanálisis 175 La politización del psicoanálisis 298
El lugar de la mujer en la familia y en la sociedad Los debates de 1965 299
según las revistas femeninas 178 1971: Annus horribilis de la APA: la ruptura de
Imágenes del psicoanálisis 181 Plataforma-Documento 301
Psicoanálisis para ejecutivos: Primera Plana 183 El laconismo: el surgimiento del intelectual psicoanalítico 312
El psicoanálisis y el discurso de la opresión 318
5. EL ENCUENTRO ENTRE EL PSICOANÁLISIS Y LA PSIQUIATRÍA 193
9. CONCLUSIONES 327
La consolidación de la psiquiatría como un campo autónomo
y la politización de la saliti mental 195
El surgimiento del amceptode salud mental 196
Nuevos foros de déjate: Revista Latinoamericana de Psiquiatría
y Acta Neuropsiquiátrica Argentina 199
Psiquiatría e ideología afinóles de los años '60 202
La salud mental y la psiquiatría en el hospital general 206
Comunidades terapéuticas 211

5. LOS PSICÓLOGOS APARECEN ENvJiSCENA 221

La psicología en la Argentina antes de la creación de las carreras 225


La creación de las carreras de psicología 229
Las carreras de psicología y. eLpsicoanálisis 231
La profesionalización de la psicología 233
Los psicólogos y la corporación médica 233
Psicólogos y psicoanalistas 235
Género y profesión . 240
Buscando un lugar bajo d sel 245

7. EL ENCUENTRO ENTRE MASX Y FREUD 255

El psicoanálisis, la política y la izquierda .'. 255


Perón, Frondia y la nueva izquierda crítica 257
Desencanto político y psicoanálisis 263
Política, psicoanálisis y las nuevas ciencias sociales 265

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Esta edición de 3.000 ejemplares
se terminó de imprimir en
lndugrafS.A.,
Sánchez de Loria 2231, Buenos Aires,
en el mes de febrero de 2003.

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