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09 de julio del 2012

“La ética en Kant y Aristóteles”

Nombre: Daisy Cecilia Toro Ponce


Carrera: Pedagogía en Filosofía

Ramo: Filosofía Práctica

Profesor:
Índice

Introducción…………………………………………………………..1

Ética de Aristóteles…………………………………………………..2

Ética de Kant…………………………………………………………5

Ética: Aristóteles y Kant……………………………………………..7

Conclusión……………………………………………………………9

Bibliografía…………………………………………………………...10
Introducción

¿Qué debo hacer? ¿Cómo debo actuar? Son preguntas que todos en algún
momento nos hemos hecho. Cuestionarnos en ciertas situaciones es algo
cotidiano, por ejemplo cuando a alguien se le cae la billetera con dinero en el
autobús y nosotros la encontramos entra una encrucijada en nuestra mente donde
nos da dos opciones, o la entregamos y nos dejamos llevar por un bien inmediato
que en este caso sería tener dinero gratis, o la devolvemos porque es lo que
debemos hacer. Hay una extracto de Habermas que es muy cierto, y cito: “La
ética clásica, al igual que las teorías modernas, parten de la cuestión que se
impone al individuo necesitado de orientación cuando en una determinada
situación no sabe qué hacer ante una tarea a la que ha de enfrentarse en términos
práctico-morales: “¿cómo debo comportarme, qué debo hacer?” (Habermas; 2000,
pág. 87). Para responder a esta pregunta que nos ha incomodado tantas veces,
encontraremos dos postulados sobre la ética o la ley moral que debemos seguir a
la hora de hacernos estás preguntas. La primera es la ética presentada por la
visión Aristotélica, y para ello analizaré los libros I, II, VI y X de la Ética a
Nicómaco, está ética está centrada en la virtud como medio para un fin último, el
cual sería la felicidad. Por otra parte tomaré la visión Kantiana sobre la Ética
refiriéndome al libro crítica a la razón práctica y su libro Fundamentación de la
metafísica de las costumbres. En ambos libros Kant plantea una ética basada en
un deber que nos lleva a obrar bajo la buena voluntad que obtenemos a través de
nuestra capacidad de razonar. Ambos autores pretenden hacer de la ética un tipo
de ley universal, el primero basándose en la visión perfecta que tenía de Atenas, y
el segundo desde su punto de vista contextual armónico. Aristóteles con la
defensa de una ética teleológica nos muestra un mundo más sencillo, más real a
la actualidad, un mundo lleno de medios y fines. Kant por otra parte se basa en
una ética más rígida que intenta demostrar que no necesitamos de los deseos
para poder actuar conforme a una ley moral, si no que bastaría algo tan simple,
que sería que todos los seres humanos somos seres racionales, por ende
podemos seguir una ley moral universal sin caer en los instintos.

A continuación nos adentraremos en ambas visiones, tanto la Aristotélica como la


Kantiana, y responderemos a la pregunta ¿qué debo hacer? de la forma más
honesta posible, llevando a estos dos autores a un contexto lejano a su época, a
nuestra época actual.

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La Ética en Aristóteles

La ética ha sido abarcada por la filosofía desde la edad antigua. La ética es


aquella parte de la Filosofía que se dedica de lleno a la reflexión sobre la moral,
que consiste en un tipo de saber que en todo momento intenta construirse
racionalmente utilizando para ello el rigor conceptual y metódico propios de la
filosofía. Por ende la ética como reflexión sobre las cuestiones morales pretende
dar una respuesta argumentada que permita comprender la dimensión moral de
cada persona y como hacer de esta una ley universal que rija a todos dando una
base sólida.

Dos hombres filósofos intentaron dar respuesta a la cuestión sobre la ética y


moral, el primero fue Aristóteles (384 a. C-322 a. C) filosofo de la antigua Grecia,
que postulaba una teoría basada en la felicidad (εὐδαιμονία). El pensamiento
ético de Aristóteles podría resumirse en que si una acción es correcta nos hará
felices, pero si no es correcta no nos hará felices, por ende el filósofo griego marca
como objetivo de vida el alcanzar la felicidad. Para entender está teoría de la
felicidad hay que partir entendiendo que existen dos tipos de teorías éticas: La
primera es la Teleología, que consiste en la bondad o maldad de las acciones en
función de las consecuencias que están conllevan. La otra teoría ética es
ontológica, esto quieres decir que se considera que la acción es lo único que
debemos tener presente en el momento de analizar si la acción es correcta o no.

Aristóteles se caracteriza por tener una ética teleológica, advierte que todo arte,
todas las elecciones que tomamos mira siempre a un bien que nos parece digno
de ser alcanzado o realizado. Es aquí donde el filósofo se pregunta si existe acaso
un bien común para todos, que nos mueva a todos, y responde a esta pregunta
diciendo que la felicidad sería ese fin. Las acciones para alcanzar esa felicidad
serían los medios, así que todo nuestro actuar solo es un medio para llegar a este
fin último. Hay que recordar que Aristóteles concibe la felicidad no como un
estado o una posibilidad de gozar placer, sino como una actividad absolutamente
perfecta buscada y realizada por sí misma. La felicidad es la mejor vida, la más
bella, la más agradable. En la medida que la vida feliz dependa de nosotros, es la
vida virtuosa la que nos llevaría a esa felicidad. En la naturaleza los animales y
las plantas según sus funciones alcanzaran su perfección, en nuestro caso en
tanto seres humanos racionales por naturaleza, es el razonamiento quien nos
permitirá alcanzar dicha felicidad que es a donde todos tendemos. Pero ¿Cómo
podemos ser felices a través de la razón? La respuesta será que debemos buscar
el perfeccionamiento de dicha razón, y ese perfeccionamiento se encuentra en la
virtud, llevar una vida virtuosa.

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¿Qué es ser virtuoso según Aristóteles? Una virtud es un rasgo de carácter
manifiesto en la acción Habitual, lo habitual es importante, debe estar
normalizada, interiorizada. Por ejemplo la virtud de la verdad, alguien que dice la
verdad un par de veces no posee la virtud de la sinceridad, porque solo la usa
cuando le conviene, por ende no es un hombre virtuoso. ¿Cuáles son las
virtudes?, existen varias, pero pondré ejemplos breves: La Benevolencia, equidad,
paciencia, civilidad, simpatía, prudencia, compasión, generosidad, ser razonable,
escrupulosidad, sinceridad, autodisciplina, ser cooperativo, laboriosidad,
independencia, valor, justicia, tacto, cortesía, amabilidad, confiabilidad,
moderación, tolerancia. Todas estas cualidades deben tener los hombres para ser
virtuosos y alcanzar la felicidad. Sin embargo la crítica que se hace a Aristóteles
es que esa felicidad es una felicidad individual, presuponer que todos aspiren a la
misma felicidad es un poco utópico, y a mi parecer niega que todos somos
individuos con distintas metas, que tenemos nuestra propia noción de felicidad. Si
bien su definición de felicidad consiste en unir sabiamente la virtud, la
contemplación y los bienes exteriores, el filósofo nos invita a tener una vida de
conformismo. Por una parte nos dice que debemos unir la virtud con la
contemplación y los bienes externos, pero por otra parte defiende la esclavitud de
los seres humanos, postula que hay personas que nacen para ser esclavos. Una
de sus virtudes es la equidad, ¿Dónde está esa equidad cuando se piensa que las
mujeres y esclavos deben ser sometidos y justifica esto diciendo que es la
naturaleza de las cosas? Su ética no puede ser universal ni mucho menos una
ética del bien si pretende subyugar a más de la mitad de la humanidad a los amos,
que en sus casas, con comida, con lujos que llaman “necesarios” pretenden vivir
una vida virtuosa. Si bien se me podría argumentar que tengo que ver el contexto
de la época, y que Atenas teniendo esclavos, estos corrían mejor suerte que otros
estados de la misma época, donde los esclavos no podían ser asesinados por el
amo, entonces leer sus escritos en pleno siglo XXI igualmente sería
contraprudente, porque nuestro contexto está regido por la abolición de la
esclavitud. Aristóteles llegó a tener catorce esclavos, mientras se ponía a escribir
sobre la felicidad en las noches donde sus esclavos le vaciaban su estiércol y lo
bañaban. La vida de Atenas para el filósofo era la ideal, la perfecta, es por eso que
en su libro Política, plantea que la sociedad perfecta prácticamente era tener una
vida como se tenía en Atenas. Donde estaba marcado quienes eran ciudadanos y
quienes no, en este caso los esclavos y las mujeres no podían aspirar a ser
ciudadanos y ciudadanas, si bien las mujeres estaban por sobre los esclavos,
siempre estuvieron bajo los hombres, ellas solo podían llegar a ser esposas de un
ciudadano, hijas de un ciudadano, hermanas, etc. El Estagirita pretende un
concepto unitario en torno a la noción de naturaleza humana, pero por la primera,
se encuentra medido excesivamente por las condiciones específicas que recibe de
las diferentes situaciones en las que se le presenta el ser humano: esclavo,

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meteco, mujer griega, hombre griego. Así pretende por un lado convertir la ética
en un saber sobre lo universal, pero por otro lado quiere adecuarse a la situación
concreta de su tiempo. Ambos elementos conducen en Aristóteles a la defensa de
la esclavitud y el sometimiento de las mujeres. La existencia de hombres
destinados naturalmente a mandar y otros a obedecer. Para Aristóteles, «es
necesario admitir que unos son esclavos en todas partes y otros no lo son en
ninguna». En este intento de precisar las diferencias naturales entre esclavos y
libres, Aristóteles presenta un argumento que muestra toda la debilidad de su
posición: La distinción entre alma y cuerpo aplicada a la relación amo-esclavo. El
alma está destinada a regir sobre el cuerpo por su superioridad natural y esto
puede trasladarse a la relación con los animales. Lo mismo ocurre con la relación
entre el amo y el esclavo. Pero entonces cabe destacar la pregunta ¿El ser
humano es por naturaleza racional? Si es por naturaleza racional entonces el
esclavo y la mujer son seres racionales, en tanto son seres racionales pueden ser
virtuosos, tener una vida contemplativa y lograr mantener bienes externos que le
permitan esta vida, ¿O acaso Aristóteles considera que las mujeres y los esclavos
no pertenecen a la raza humana? Tanto los esclavos como las mujeres no
poseían riquezas en Atenas, las mujeres ni si quiera podían heredar y los esclavos
debían conformarse con tener comida y donde dormir, si bien según Aristóteles la
felicidad no puede consistir en las riquezas, las riquezas para el filósofo si
aportaban algo a la felicidad. (Aristóteles, 1 Ética c. 3 y 4 y 1 Política, c.1) lo que
me lleva a concluir que su supuesta ética universal solo va dirigida a quienes eran
considerados ciudadanos en Atenas. Ahora bien, cuando hablamos sobre la
fortuna, cabe destacar que poseerla era importante a la hora de querer llegar a la
esa felicidad que nos presenta Aristóteles “Sin los bienes exteriores, sometidos a
la fortuna, no es posible ser eudáimon” (MM, 1206b30-5) lo que haría que cayera
en contradicción, porque se supone que bastaría con llevar una vida virtuosa para
que lográramos la felicidad, que llevar una vida activa, tomar decisiones, hacer
uso de la prudencia, incorporar las emociones, forma parte de la actividad propia
de un sujeto para ser considerado moral, entonces ¿Qué espacios me deja la
fortuna para hacerme cargo de mi propia vida? ¿Una vida sin fortuna nos lleva a la
felicidad? Preguntas que no son respondidas por el filósofo griego. Otra critica
que se le puede hacer a la ética Aristotélica es que no consideró que muchas
veces nuestros objetivos y fines, las cosas a las que les damos importancia,
pueden tener elementos que consideramos valiosos y buenos pero estos lo son
solo para nosotros mismos como individuos, pero que no recomendaríamos en
especial para los demás. Los objetivos que podamos tener no son necesariamente
“buenos” en sí mismos, sino que lo son para el individuo que los incorporará a su
sistema de vida si él lo considera bueno. Lo que no pudo ver Aristóteles es que el
hombre no se ordena a sí mismo ni a sus acciones por su propia intención a tal fin,
por el cual ha sido creado (naturalmente), sino a otros fines distintos. Y de este

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modo puede parecer que no es necesario que el hombre tenga algún fin último de
sus acciones, porque por su libertad, su capacidad de decidir sobre su vida, puede
tener varios fines, y estos fines pueden ser distintos a lo que planeta el filósofo
griego.

La Ética en Kant

Ahora bien Immanuel Kant intenta dar otra respuesta a la ética usando una teoría
ontológica. Para Kant, a diferencia de Aristóteles, la ética y las leyes morales no
pueden ser concebidas como medios para alcanzar fines, al hacer esto ya no
existiría una ley moral, además Kant en ningún momento nos dice cómo debemos
ser, sino como debemos actuar. Un hombre actúa moralmente cuando actúa por
deber, el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley, no por una
utilidad o satisfacción que nuestras acciones nos puedan otorgar.

Lo que busca Kant es una ley universal para todos, y esta ley universal la creamos
nosotros, en tanto somos seres racionales, tenemos la capacidad de saber cómo
debemos obrar bajo la buena voluntad. Esté razonamiento lo podemos ver
aplicando el imperativo categórico, el cual nos dice que debemos actuar pensando
que nuestros actos fuesen leyes universales, por ejemplo, si mentimos, debemos
pensar si queremos que la mentira se convierta en una ley universal para todos, lo
que quiere decir que todos deben mentir, obviamente ningún ser humano racional
va a querer que se le mienta, por ende no podría buscar que la mentira sea una
ley universal. Si bien Aristóteles a la hora de hablar sobre la mentira nos habla
sobre la virtud de la sinceridad, comparte con Kant que alguien que posea esta
virtud no debe mentir, así mismo lo cree Kant, no se debe aceptar la mentira en
ninguna circunstancia.

Para Kant los hombres deben actuar conforme a la ley moral o a la buena voluntad
rigiéndose netamente por el deber, por ejemplo pone en un plan admirativo a los
hombres que, no teniendo amigos, o incluso siendo unos misántropos actúan
conforme a este deber, estos hombres inspirarían respeto a los demás, ya que no
se guían por sus pasiones, sus pasiones y deseos no los controlan, aun sabiendo
que no se benefician de actuar conforme a la ley moral deciden hacerlo porque en
tanto son seres racionales saben que es lo correcto. Por lo mismo un punto
importante en esta ética ontológica encontraríamos el respeto a las personas,
donde el filósofo despliega las líneas básicas de su pensamiento a lo largo de
varios tramos donde exige ver a las personas no como un medio, sino como un fin
en sí mismo, lo que se utiliza para distinguir dos faltas a la moral, la primera es
utilizar al otro como una cosa o instrumento, y la segunda no es simplemente

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cuestión de hacer algo que el otro en realidad no quiere o consciente, sino de
hacer algo a lo cual el otro no puede dar su consentimiento. Un ejemplo que se da
esto es lo siguiente: Quien engaña hace imposible que sus víctimas consientan
en la intención del engañador. Por lo mismo la tesis de Kant es que los principios
que debemos adoptar para no utilizar a los demás serán los principios mismos de
justicia que se identificaron al considerar que principios son universalizables para
los seres racionales.

Otro punto importante es la libertad para Kant, esta se basa en nuestro poder de
tomar decisiones, de hacernos cargo de nosotros mismos en tanto somos seres
racionales, ser racionales nos da esa capacidad de ser libres. Su noción de
libertad humana exige la consideración de los agentes humanos como seres
capaces de autodeterminación, en especial de determinación de acuerdo con los
principios del deber. Así mismo un hombre cuando intenta justificar sus acciones,
ya sea culpando a sus instintos a Dios, diciendo por ejemplo, violé a esa mujer
porque soy hombre, está en mi instinto, o por ejemplo diciendo que era su destino
ser así porque fue obra de Dios, lo que hace es negarse como ser racional, a la
misma vez niega que sea un ente libre.

Para resumir sobre la ética de Kant podemos decir que esta sigue siendo el
intento paradigmático y más influyente por afirmar principios morales universales
sin referencia a las preferencias. Y en realidad partiendo por esto, llevarla a cabo
en el mundo sería prácticamente imposible, puesto que se ve constantemente
desafiada por la insistencia cultural en que no podemos apelar a algo que vaya
más allá del discurso de las tradiciones de las sociedades particulares, por
ejemplo sería irreal pedirle a los musulmanes que aplicaran estás leyes morales
sin basarse en su contexto. Por otra parte el hombre es egoísta, si las leyes
morales no se basan en el utilitarismo es casi imposible que se quisiese aplicar.
Una crítica que podría hacer a la ética kantiana, es que obvia las relaciones
interpersonales, obvia que nuestro actuar está basado en cómo nos
desenvolvemos en sociedad. El ser humano es un ser emocional, y esa parte
emocional es una parte importante de ser seres racionales, la empatía, el amor,
nos mueven, también necesitamos fijar metas, o si no sentimos que no
caminamos a ningún lado.

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Ética: Aristóteles y Kant

Kant y Aristóteles tienen como punto de encuentro, y al mismo tiempo, de


distanciamiento el papel de la Razón en las cuestiones referidas al contenido ético
o moral de las acciones. Ambos filósofos, al destacar la Razón terminan
privilegiando distintos modos de hacerla ver. Esto es, que para el Estagirita el
mejor modo de realizar la racionalidad es en las cuestiones teóricas, mientras que
Kant le da el premio a la racionalidad práctica. Otra diferencia notable que tienen
es a la hora de hablar sobre el concepto de felicidad, para Aristóteles la felicidad
era asumida como la base fundamental a partir de la cual partía su principio para
elaborar una teoría ética, así, solo una interpretación de la felicidad a partir de la
función racional del hombre conduce a Aristóteles a plantear una ética de las
virtudes. En cambio en Kant la felicidad no puede ser asumida como la base de un
discurso moral y mucho menos en las leyes y principios que determinan cualquier
acción humana. Dicho esto, Kant se refiere a la felicidad diciendo, y cito: «Pues se
habrá visto por la analítica que, si se acepta antes que la ley moral, algún objeto
(...) entonces produciría siempre heteronomía y suprimiría el principio moral» Kant;
2010, pág. 189). Si bien Kant no pone como fin la felicidad, si la integra al sumo
bien. Aunque la felicidad no pueda ser un fundamento de la razón en su uso
práctico, si la hace objeto de la razón, incluso la vincula originariamente con la
virtud, diciendo que actuar conforme al deber nos hace “dignos” de la felicidad.
Actuar conforme a la virtud es un deber para Kant, sin embargo Aristóteles dice
que el fin de las acciones humanas es la felicidad, por ende esta representa al
hombre que hace su vida en función de la virtud interior y del dominio de sí mismo.
Para Aristóteles las virtudes están determinadas por la capacidad y el ejercicio de
los hábitos para comportarse de un modo determinado en cuanto se encuentra un
fin o un propósito, lo que hace a las acciones virtuosas y por ende utilitaristas.

Kant considera que la conducta humana es justa o buena en tanto que sus
acciones que se realizan las podemos usar para regir las de los demás, por eso
deben ser normas universales, aplicables para todos y que todos las quieran.
Aristóteles por otra parte piensa que la clave está en el término medio, es pensar
en no pecar por exceso ni por defecto.

Para terminar podría afirmar que los dos estudiosos sobre la ética coinciden en la
necesidad de la reflexión del conocimiento humano, sus acciones y
consecuencias, de la misma forma, ambos coinciden en darle a la racionalidad un
papel importante a la hora de hablar de la moral. Los dos autores sitúan la vida de
razón de un modo u otro en el centro de su reflexión filosófica: Kant nos lleva a
pensar por nosotros mismos, a usar la razón. Aristóteles, nos dice que la vida
teorética es la que nos hace merecedores de la felicidad. Otra semejanza es que
la ética de ambos autores tiene un carácter comunitario claro: tanto Kant

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como Aristóteles consideran que la ética es una forma de vida que está
necesariamente relacionada con la polis, o en el caso de Kant, con la humanidad
en su conjunto. Los dos buscan mejorar la sociedad en la que viven, los dos
buscan ilustrar, en el caso de Aristóteles con una ética más terrena, más cercana
al sentido común, más complaciente con la finitud del ser humano, sus deseos,
impulsos; en el caso de Kant con una ética más rigorista que no cesa de buscar un
fundamento incondicionado que va más allá de las limitación del ser humano. En
mi opinión la más realista y basándome en mi experiencia diría que es la ética de
Aristóteles, en cuanto entiende la naturaleza humana y sus deseos, si bien no
llamaría ética a algo que se base en deseos personales, para que la ética de Kant
se llevase a cabo tendríamos que partir alienando a toda la sociedad, socializar en
base a este deber ser, lo que a mi parecer solo sería factible en una sociedad que
no fuese capitalista, individualista y liberal. Lo que se asemeja más a esta
sociedad egoísta es la ética de Aristóteles.

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Conclusión

Tanto Kant como Aristóteles, han dado una respuesta racional a la idea de la
moral. Buscar universalizar ciertas conductas o acciones parece ser una misión
imposible en una sociedad profundamente enferma. Ambas tesis se contraponen
en cierta parte con la individualidad en la que está socializada todas nuestras
culturas. Generalmente se socializa en la competencia, en egocentrismo, en
pensar que cada uno es el centro del universo. La empatía al parecer solo es algo
que se le impone a las mujeres, pero a la hora de enseñarles a los hombres, se
les enseña que su valor está en ser el más fuerte, en resaltar, en verse como el
centro del universo, sin entender que existe un nosotros, que nosotros vivimos en
sociedad, donde está el otro, que piensa distinto, que siente, que tiene problemas.
Tristemente quienes han tomado el poder a base de la fuerza han sido ellos.
Podría decirse que lo más cercano a una ética universal serían los derechos
humanos, sin embargo estos no tienen ninguna justificación racional para que se
den. Y aunque la podemos encontrar, nuestra experiencia nos ha demostrado que,
el bien común, importa solo si se trata de ciertos sectores.

Cabe poner énfasis en que tanto Kant como Aristóteles también excluían a gran
parte de la humanidad a la hora de hablar sobre ética, como dije anteriormente
Aristóteles excluía a las mujeres y a los esclavos, no por nada la palabra virtud
tiene su raíz en la palabra latina vir, que significa varón, la virtud es algo propio de
los hombres, no existe algo como la muliertud (usé la raíz de mulier para hablar de
las mujeres) que incluya a las mujeres. Kant tampoco en este sentido se queda
atrás, al igual que Aristóteles tampoco consideraba ciudadanas a las mujeres, y
ambas visiones están plasmadas de un contexto social acomodado y misógino
que les ha impedido ver más allá de sus cunas de oro. Recordemos que
Aristóteles tenía varios esclavos y que Kant también tenía un sirviente. Creo
firmemente que si ambos filósofos hubiesen conocido otras realidades, otros
lugares, otras visiones, no caerían en la xenofobia, como es el caso de Aristóteles
que idolatraba a los griegos y despreciaba a quien no lo fuese, y en el caso de
Kant, entendería que hay gente que no se puede dar el lujo de seguir ciertos
parámetros, porque si los sigue se muere de hambre. Que si bien todos somos
racionales, hay una gran parte de la sociedad que está marginada en la sombra,
que no partimos de la misma base, y que la fortuna o las circunstancias no están a
su favor.

Hace falta una nueva forma de estudiar la ética, una forma que se dé
contemplando la realidad, el hoy y ahora, que de soluciones factibles, ya harto
hemos estudiado a filósofos que se basaron en sus experiencias de otra época,
debemos superar esa idolatración al pasado.

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Bibliografía

- Aristóteles. Ética a Nicómaco, Edit. Gredos. 2014.


- Aristóteles. Política. Edit. Austral. 2011.
- Kant. La metafísica de las costumbres. Edit. Tecnos. 2005.
- Kant. Critica a la razón práctica. Edit. Losada. 2008.

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