El fútbol a simple vista o en una definición más técnica es un deporte compuesto

por dos equipos de once jugadores que para poder ganar es meter el balón a la
portería del equipo contrario llamado gol. Pero al observar con detenimiento el
comportamiento de las personas que ocasiona este deporte, se puede apreciar que
el fútbol es mucho más que la definición mencionada anteriormente; es amor, odio,
angustia, suspenso, dolor, unión y muchos valores que puede ocurrir en solo un
partido.
Ahora bien, ¿por qué sucede esto?, ¿cómo es posible que un deporte pueda
generar tantas emociones, actitudes o comportamiento humano? Cabe destacar
que el fútbol es el más popular del mundo y debido a sus 90 minutos de duración
en el juego puede pasar cualquier cosa, como peleas entre jugadores, discusiones,
trampas, esperanza de poder ganar, esfuerzos, lesiones, apoyo, euforia, alegría,
tristeza y entre otras. Este deporte es todo un espectáculo para un espectador
porque tiene de todo hasta lo más técnico – profesional, hasta lo más emocional
que se puede apreciar en un deporte.
En el fútbol existen personas que confían y aman a su equipo hasta el final de sus
días, mientras otras solo disfrutan de este pasatiempo jugándolo u observándolo,
causando reacciones tanto violentas como pacíficas, llegando a tal punto de
originarse una tragedia. Asimismo, este tipo de comportamientos son engendrados
en su mayoría por la cultura y educación que se procede de un país.
Un claro ejemplo para ello puede ser el mundial de fútbol que pasa cada 4 años, el
cual en muchos países se unen más las personas para apoyar a su equipo que los
representa, originando orgullo, confianza y un deber tanto para los jugadores como
para el espectador. De este modo es fácil de identificar en un equipo de fútbol la
representación etnográfica de un país.
Por no ir muy lejos, en el mundial de Rusia 2018 se evidenció el comportamiento de
diferentes culturas en un mismo estadio. Hubo situaciones ejemplares como otras
deplorables.
El 28 de junio del 2018 fanáticos de Japón y Senegal ayudaron a limpiar los
estadios, mientras que el 20 de junio hinchas colombianos se burlaban de dos
mujeres japonesas incitándolas a decir vulgaridades aprovechando la falta de
conocimiento del idioma. Este tipo de situaciones fue tendencia en redes sociales
identificando las cosas buenas y malas sobre los comportamientos de los hinchas
afectando muy probablemente las verdaderas virtudes que representa un país. Esto
hace que en un estadio de fútbol Colombia y Japón se muestre reflejado la
diferencia abismal que existe entre su cultura y su educación. Y no solamente ellos,
sino entre muchos otros países que se puede ver de igual forma acorde a la
situación de comparación entre lo ejemplar y lo vergonzoso.
Además, no es solamente observar el comportamiento del espectador, sino también
el de los jugadores que luchan para ganar un partido. A simple vista ellos cumplen
con la función y reglas del fútbol, pero lo más interesante es que llevan una gran
responsabilidad y presión frente a su fanaticada en darles la victoria, porque está
en juego su confianza y apoyo frente al equipo, lo cual se hace lo posible para no
quebrantarse.
Existe un evidente ejemplo que ocurrió en la copa América 2016 lo mencionado
anteriormente, y es el jugador Messi, uno de los mejores que ha habido en la historia
del fútbol que representó a su país Argentina jugando contra Chile para clasificar a
finales, el cual el partido llego a penaltis y en ello fallo en uno. Cuando se confirmó
la derrota de Argentina por los penaltis, el jugador empezó a llorar de manera
desconsolada e impotente de no poder hacer nada más por su país.
En pocas palabras el fútbol es un deporte que pone a vibrar a todo un país, un
estadio y una familia, dejando la gran responsabilidad a los jugadores que lo
representa manifestando un sinfín de comportamientos, emociones, orgullo y
batallas para obtener la victoria y dejar un país en alto.