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UNIVERSIDAD PONTIFICIA COMILLAS

ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE INGENIERÍA (ICAI)

MÁSTER DEL SECTOR ELÉCTRICO

TESIS DE FIN DE MÁSTER

VIABILIDAD TÉCNICA Y
ECONÓMICA DE LA COBERTURA
DE LA DEMANDA EN EL
HORIZONTE 2020 -2030.
ALTERNATIVAS DE SUMINISTRO.

JAVIER GOROSPE SARASÚA

MADRID, febrero de 2010


Autorizada la entrega del proyecto al alumno:

Javier Gorospe Sarasúa

EL DIRECTOR DEL PROYECTO

Pedro Linares

Fdo: Fecha:

Vº Bº del Coordinador de Proyectos

Michel Rivier

Fdo: Fecha:
Agradecimientos iii

Agradecimientos

La presente Tesis es consecuencia y fruto de haber cursado el Master del Sector


Eléctrico. En primer lugar quiero agradecer a Lucía Muñoz Moro y Julián Calvo Moya,
mis responsables directos en Iberdrola, por el ofrecimiento y las facilidades dadas para
haber podido cursar este Master.

También quiero agradecer a mi tutor de Tesis, Pedro Linares, por su disponibilidad,


escucha, y sus aportaciones y consejos, que me han facilitado el enfoque y la
realización de este trabajo.

Por último, quiero agradecer muy especialmente a Alejandro López Aguayo,


compañero del grupo de Planificación y Prospectiva, por su enorme generosidad en
tiempo y conocimientos compartidos, que sin duda han enriquecido esta Tesis mucho
más que si se hubiera realizado sin su aportación.

Madrid, febrero de 2010


Resumen iv

Resumen

El objetivo de esta Tesis es evaluar la situación del Parque Generador Español a


largo plazo (2020-2030), así como las consecuencias técnicas y económicas que se
derivan de los Objetivos de Reducción de Emisiones y de Desarrollo de Generación en
Régimen Especial en el Sistema Eléctrico Peninsular que asuma el Estado Español en su
política energética.

La política energética que se adopte en los próximos años tendrá una importancia
capital para el desarrollo económico y social de España. El campo de juego es un
mundo globalizado, en el que la mayoría de las decisiones y acuerdos que se toman,
sea a nivel nacional o internacional, repercuten directa o indirectamente a nivel global.

Las prioridades en materia energética son muy diferentes en unos y otros países,
dependiendo del grado de desarrollo, disponibilidad de recursos, etc. En el caso de
España, la electricidad tiene carácter de “bien esencial”; se da por hecho el acceso
universal al suministro eléctrico, en condiciones de calidad y coste “razonables”.

¿Qué objetivos debe perseguir la política energética española a medio plazo? Hay
diversas opiniones (y múltiples formulaciones) para responder a esta pregunta. Una
posible respuesta “de consenso” podría ser “garantizar el suministro de energía en
condiciones lo más competitivas posibles, minimizando el impacto ambiental”.
Desarrollo sostenible de la actividad eléctrica (garantía/seguridad de suministro), que
necesariamente habrá de ser sostenible económicamente (competitividad) y sostenible
ambientalmente (minimización de impacto ambiental).

Las decisiones de explotación e inversión (planificación), que en un sistema


liberalizado son tomadas en gran medida por las empresas, dependerán muy
fuertemente de las decisiones y compromisos que adopten las Administraciones en
materia energética. El objetivo de esta Tesis es analizar la viabilidad y robustez de
distintos escenarios de generación asociados a objetivos de sostenibilidad de
suministro/medioambiental/económica más o menos ambiciosos.
Summary v

Summary

The goal of this Thesis is to evaluate the situation of the Spanish Generation System
in the long term (2020-2030), and the technical and economical consequences of the
Emission Reduction Mechanisms and Renewable Developing Schemes assumed by the
Spanish Administration within its energy policy.

The energy policy adopted during the next years will be extremely important for the
social and economical development of Spain. These decisions will take place in a global
World, in which the great majority of decisions and agreements, made either at a
national or international level, have global repercussion.

Priorities in energy policy are usually different among different countries,


depending on their degree of development, resources availability, etc. In the case of
Spain, electricity is considered an “essential good”, which means that every citizen’s
access to electricity should be guaranteed at a reasonable level of quality and cost.

¿Which goals should be pursued by the Spanish energy policy in the medium term?
There are many possible answers. One of them could be “to guarantee the security of
supply in the most competitive conditions, minimizing the environmental impact”.
Sustainable development in the electric activity (assuring the supply), that must also be
economically sustainable (competitive) and environmentally sustainable (minimization
of the environmental impact).

Investment and operation decisions (planning), which in a liberalised environment


are mostly taken by companies, will strongly depend on decisions and compromises
assumed by the Administration within its energy policy. The main goal of this Thesis is
to analyze the viability and robustness of different generation scenarios built upon
more or less ambitious security of supply/environmental/economical sustainability
objectives.
Índice vi

Índice

1 INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................. 2

1.1 Planificación energética. Horizontes temporales de decisión...................... 2


1.2 Retos de la política energética .......................................................................... 4
1.3 La respuesta de los agentes: señales de largo plazo...................................... 7
1.4 Cuantificación de objetivos. Planes y Compromisos .................................... 9
1.5 Particularización del caso español: situación actual y perspectivas ......... 11

2 METODOLOGÍA DEL ESTUDIO Y CARACTERÍSTICAS DEL MODELO.......................... 2

2.1 Esquema de trabajo ............................................................................................ 2


2.2 Descripción del modelo..................................................................................... 2
2.2.1 Declaración de variables y función objetivo. Utilidad del modelo. Forma de uso 2
2.2.2 Características generales del modelo 3
2.2.3 Perfiles de demanda y producción renovable 5
2.2.4 Cobertura de la demanda. Coordinación hidrotérmica 5

2.3 Elección de escenarios. Consideraciones previas .......................................... 7


2.4 Hipótesis consideradas...................................................................................... 9
2.5 Análisis de los resultados. Discusión del hueco térmico. Vertidos........... 11

3 COBERTURA DE LA DEMANDA EN 2020.................................................................................. 2

3.1 Situación del Parque Generador Español en 2020 ......................................... 2


3.2 Definición de escenarios. Hipótesis ................................................................. 5
3.2.1 Escenario 1: Seguridad de Suministro 5
3.2.2 Escenario 2: Medio Ambiente 6
3.2.3 Escenario 3: Competitividad 7
3.2.4 Resumen de los casos 8

3.3 Resultados del modelo. Análisis .................................................................... 10


3.3.1 Cobertura según los distintos escenarios. Discusión del hueco térmico 10
3.3.1.1 Caso 1: Seguridad de Suministro .......................................................................................... 10
3.3.1.2 Caso 2: Medio Ambiente ........................................................................................................ 14
3.3.1.3 Caso 3: Competitividad.......................................................................................................... 18
3.3.2 Viabilidad técnica y robustez del sistema. Comparación entre escenarios 22
3.3.3 Inversión necesaria y expectativas de retorno. Viabilidad económica 25

3.4 Conclusión......................................................................................................... 30
Índice vii

4 COBERTURA DE LA DEMANDA EN 2030.................................................................................. 2

4.1 Situación del Parque Generador Español en 2030 ......................................... 2


4.2 Evolución de los escenarios. Hipótesis ........................................................... 5
4.2.1 Transición 2020 – 2030. Consideraciones previas 5
4.2.2 Escenario 1: Seguridad de Suministro 6
4.2.3 Escenario 2: Medio Ambiente 7
4.2.4 Escenario 3: Competitividad 9
4.2.5 Resumen de los casos 11

4.3 Resultados del modelo. Análisis .................................................................... 12


4.3.1 Cobertura según los distintos escenarios. Viabilidad técnica y robustez del sistema 12
4.3.1.1 Caso 1: Seguridad de Suministro .......................................................................................... 12
4.3.1.2 Caso 2: Medio Ambiente ........................................................................................................ 15
4.3.1.3 Caso 3: Competitividad.......................................................................................................... 18
4.3.2 Viabilidad técnica y robustez del sistema. Comparación entre escenarios. Evolución
de los escenarios 2020 – 2030. 22
4.3.3 Inversión necesaria y expectativas de retorno. Viabilidad económica. Evolución de
los escenarios 2020 – 2030. 25

4.4 Conclusión......................................................................................................... 32

5 RESUMEN Y CONCLUSIONES ..................................................................................................... 2

6 DOCUMENTACIÓN Y REFERENCIAS........................................................................................ 2

6.1 Documentación referenciada ............................................................................ 2


6.2 Relación de figuras ............................................................................................. 4
6.3 Relación de tablas ............................................................................................... 6

A PARQUE NACIONAL DE CARBÓN ........................................................................................... 10

B CÁLCULO DEL ÍNDICE DE COBERTURA ............................................................................... 13

B.1 Definición .......................................................................................................... 13


B.2 Tabla Resumen.................................................................................................. 15
1
Introducción
1 Introducción 2

1 Introducción

1.1 Planificación energética. Horizontes temporales de decisión

¿Qué inversiones debe acometer el sector de generación eléctrica en España durante


los próximos veinte años? ¿Hacia qué mix de generación avanza el sector? ¿Hasta qué
punto serán capaces de competir (técnica y económicamente) las tecnologías de
generación tradicionales con tecnologías renovables subvencionadas?

Estos ejemplos son algunas de las preguntas que se pueden plantear los agentes del
sistema eléctrico en relación al futuro del sector a medio y largo plazo. Desde la
planificación energética (sea realizada a título individual por las empresas o por la
Administración), se trata de formular preguntas similares a estas, analizar alternativas,
predecir situaciones, identificar soluciones, etc… que permitan dar respuestas, tomar
decisiones disponiendo de la mejor información posible.

Una cuestión fundamental a la hora de abordar un estudio de planificación es


identificar las escalas temporales que se van a emplear. Qué tipo de resultados se
espera obtener, qué grado de detalle se quiere observar, hasta qué punto resultan
fiables las hipótesis consideradas. Todas estas cuestiones (que constituyen la guía
fundamental de un estudio de planificación) dependen en gran medida de las
características del horizonte temporal que se esté considerando.

Las decisiones relacionadas con el parque de generación eléctrica van desde el


tiempo real (sincronismo de la red) hasta las decenas de años (plan de negocio de una
planta nuclear, p.e.). El “medio plazo” al que hace referencia el Resumen de esta Tesis
es lógicamente un término relativo; para algunas cuestiones y decisiones, 2020 es
prácticamente el presente, mientras que para otras puede quedar aún cierto camino por
recorrer. 2030 puede parecer un futuro relativamente lejano, pero las decisiones que se
toman en la actualidad (y las que se tomarán en los próximos años) influyen
indudablemente en el diseño y configuración del sector de generación en 2030.

En un sistema liberalizado, gran parte de las decisiones (con los aciertos y errores
que conllevan) recaen sobre empresas privadas. No obstante, la propia naturaleza del
sector eléctrico y su carácter estratégico otorgan un papel muy importante a la
1 Introducción 3

intervención de la Administración. En España existe una tradición muy notable de


empresa e inversión privadas en el sector eléctrico, que hasta 1998 era un sistema
básicamente regulado. El entendimiento entre empresas y Administración es una
cuestión fundamental para un buen funcionamiento y desarrollo del sistema.

En el sector eléctrico, fuertemente intensivo en capital, la planificación es esencial; la


capacidad de generación, el mallado de la red o la seguridad de suministro no son
cuestiones que se puedan improvisar de un día para otro, sino el resultado de procesos
de negociación, de estudio y de elección que han tenido lugar con meses, años o
incluso décadas de anterioridad.

En un sistema regulado, la planificación se realiza típicamente de manera


“centralizada” (la Administración estudia las necesidades y alternativas del sistema a
medio y largo plazo y propone las inversiones necesarias, que llevarán a cabo
entidades públicas o privadas). Con la liberalización, la inversión en capacidad de
generación pasa a ser decisión de la empresa privada, que es la que asume los riesgos
del proyecto. Esto no significa que la Administración se desentienda de la planificación
a medio y largo plazo; por ejemplo, en España sigue existiendo una planificación
“indicativa”, que se materializa en compromisos, objetivos y diversas acciones
regulatorias, que condicionan las decisiones de las empresas. Sin embargo, la decisión
final de inversión recae sobre las empresas.

Sobre el papel, la planificación energética puede resultar “sencilla”. Qué necesita el


sistema, cómo se internalizan/ponderan los distintos elementos estratégicos y
medioambientales, qué alternativas existen para minimizar costes, etc… Es un
problema de optimización con numerosas restricciones, que puede encontrar diversas
soluciones teóricas. Pero la planificación real es mucho más compleja: por un camino u
otro (planificación centralizada vs liberalización) se busca lo mismo -el óptimo, la
minimización de costes que cumpla las restricciones planteadas. ¿Qué dificulta el paso
de la teoría económica, de los conceptos de inversión, riesgo, rentabilidad, retorno,
etc… a la realidad, aparte de la inevitable incertidumbre? Probablemente un factor
importante sea la divergencia entre los horizontes temporales de los sujetos electores
(Administración, inversión privada) y el horizonte temporal del objeto de elección
(infraestructuras con largos periodos de uso y amortización). El horizonte temporal de
la Administración está muy relacionado con el de la política, con los ciclos electorales
1 Introducción 4

(4 años). Cualquier decisión que no se pueda “rentabilizar” políticamente de una u otra


manera (o que suponga un perjuicio político) es susceptible de encontrar obstáculos en
su camino o de ser sustituida por alguna alternativa menos costosa en términos
electorales. Lo mismo ocurre con el horizonte temporal del inversor privado, que busca
la mejor relación riesgo-beneficio como destino de su capital. Inversiones en grandes
plantas de carbón con captura de CO2, centrales hidroeléctricas o nucleares pueden
formar parte de un mix “óptimo” teórico, pero encontrar dificultades de financiación
por los elevados períodos de retorno.

En resumen: el sector eléctrico necesita anticiparse varios años a las necesidades y


decisiones de inversión. En un sistema liberalizado, la empresa es la que asume la
mayor parte del riesgo, pero el entendimiento con la Administración y la existencia de
un marco regulatorio apropiado son necesarios para que las decisiones sean finalmente
tomadas. Partiendo de la situación actual del parque generador y de los compromisos
y sendas regulatorias planteadas por la Administración, el objetivo de esta Tesis es
evaluar distintos escenarios de generación a medio y largo plazo y tratar de extraer
conclusiones acerca de la viabilidad técnica y económica de los mismos.

1.2 Retos de la política energética

La generación eléctrica es una actividad industrial que produce un bien de


consumo: la electricidad.

Cualquier proceso industrial admitiría una definición casi trivial similar a ésta. Las
centrales son fábricas que se abastecen de diversas materias primas, y el producto
obtenido se transporta y distribuye para alcanzar los puntos de consumo dispersos.
¿Por qué se dispensa al suministro eléctrico un tratamiento regulatorio y mediático tan
particular, cuando los procesos de fabricación, transporte y distribución son tan
comunes en el mundo industrial? ¿Por qué no es tan fácil como dejar que oferta y
demanda se encuentren, y dejar que la competencia haga el resto?

Se podrían señalar multitud de factores que hacen del sector eléctrico una
particularidad dentro del mundo industrial. A continuación se citan algunos de ellos:
1 Introducción 5

• La electricidad es un bien esencial (ha de garantizarse su acceso al conjunto


de la sociedad). La Administración tiene el deber de proteger a los
consumidores más vulnerables.

• En el campo de generación eléctrica coexisten soluciones tecnológicas


notablemente distintas, sin que una se imponga como solución óptima y
desplace al resto. Los períodos de vida de estas tecnologías son largos (del
orden de las decenas de años), y generalmente distintos unos de otros.

• Con la tecnología actual, la electricidad es uno de los “productos


energéticos” más difíciles de almacenar (a un coste razonable). Sin embargo,
la producción y la demanda deben estar perfectamente igualadas a tiempo
real.

• El precio de la electricidad influye de manera relevante en aspectos


macroeconómicos de un país (competitividad, inflación, etc…)

• Existen economías de escala muy fuertes en muchos de los negocios


asociados al suministro eléctrico.

Por estos y otros motivos, puede afirmarse que el sector eléctrico no es “un sector
más”. Igualmente, podría afirmarse también que el suministro eléctrico es una
prioridad de primer orden en materia política y económica para cualquier país.

¿A qué retos se enfrente este sector singular, imprescindible para el tejido


económico y social de toda sociedad?

Los retos a los que se enfrenta el sector eléctrico en este comienzo de siglo son
complejos, diversos, y están fuertemente interrelacionados. El acceso a fuentes de
energía es un pilar fundamental del desarrollo y el bienestar. El PIB y los índices de
calidad de vida de un país están fuertemente relacionados con el consumo energético.
No obstante, esta relación no es lineal, ya que a partir de un determinado nivel de renta
per cápita, el aumento de consumo energético no supone una mejora relevante de las
condiciones de vida ni de la productividad de un país (concepto de intensidad
energética).
1 Introducción 6

Dichos retos son muy diferentes para unos países y otros, dependiendo del grado de
desarrollo, disponibilidad de recursos, etc… Además, existen cuestiones transversales
que afectan globalmente (mercados de materias primas, medioambiente…), y otras que
influyen a nivel local.

Dada la finitud de los recursos fósiles, el coste de explotación de los recursos


renovables y el impacto medioambiental de la actividad de suministro eléctrico, los
principales retos que se plantean a medio plazo en el sector eléctrico para un país como
España, donde el acceso a la red y el suministro eléctricos “se dan por hecho”, tienen
que ver con 1) la garantía de suministro eléctrico 2) en condiciones lo más competitivas
posibles, 3) minimizando el impacto ambiental. Esquemáticamente, la figura que
representa estos objetivos es la siguiente:

Seguridad de
suministro

Control Competitividad y
Medioambiental Eficiencia

Figura 1. Desafíos del sector eléctrico

Estos tres objetivos, que podrían considerarse comunes para el conjunto de países
de la UE, no son independientes, y mucho menos mutuamente excluyentes. Los tres
remiten de alguna manera a conceptos de sostenibilidad –la del propio suministro,
asegurando y diversificando tecnologías y fuentes de energía primarias, la
sostenibilidad medioambiental, a través de diversos mecanismos de control, y la
sostenibilidad económica, garantizando una lógica económica que prime la
competitividad y la eficiencia. Desatender uno de estos tres objetivos, aunque sea con
el fin de favorecer cualquiera de los otros dos, puede terminar afectando directa o
indirectamente de manera grave al equilibrio del conjunto.
1 Introducción 7

1.3 La respuesta de los agentes: señales de largo plazo

No basta con enunciar retos y objetivos; las empresas, que son las que canalizan las
inversiones necesarias en el sector de generación, abordarán sus proyectos si tienen la
expectativa de rentabilizar su inversión incurriendo en un riesgo asumible por la
compañía.

Los ingresos de una central eléctrica provienen fundamentalmente de la producción


y venta de energía eléctrica. Dependiendo del tipo de tecnología, las centrales también
podrán percibir ingresos por prestar diversos servicios requeridos por el sistema
(capacidad, reserva, etc…). Adicionalmente, determinadas tecnologías cuyos costes
fijos o variables sean demasiado altos como para invertir en ellas o mantenerlas
operativas en condiciones puramente “de mercado”, pero que se quiera que formen (o
sigan formando) parte del sistema, podrán ser incentivadas mediante pago de primas o
subvenciones (p.e. renovables , carbón nacional).

En un mercado liberalizado como el español, la lógica económica implica que el


despacho de las centrales se realice siguiendo un orden de mérito basado en el coste
variable de operación (asumiendo un comportamiento competitivo de los agentes y
satisfechos los requerimientos técnicos del Operador del Sistema (OS)). Ofertar por
encima o por debajo del coste variable o de oportunidad no parece un comportamiento
razonable, ya que puede suponer renunciar a oportunidades o funcionar a pérdidas.

Por tanto, el precio de la energía dependerá, generalmente, del coste variable de la


tecnología marginal que sea necesaria para abastecer la demanda. De esta manera, las
centrales “submarginales” (con costes fijos típicamente superiores al de las centrales
marginales) recuperarán en esas horas sus costes fijos a través del margen obtenido, y
la operación en el corto plazo estará enviando una señal de inversión a largo plazo. La
hipotética “central marginal del sistema” recuperaría su inversión a través de un precio
instrumental, que aplicaría cuando la oferta de todo el sistema no alcanzase a cubrir la
demanda.

El párrafo anterior serviría para sintetizar y explicar el funcionamiento del mercado


eléctrico en un sistema liberalizado. El exceso o defecto de oferta respecto a la demanda
estaría generando las señales de precio correspondientes, frenando o acelerando la
1 Introducción 8

inversión en nueva de capacidad (de base o de pico, según sean las necesidades del
sistema).

Pero, como suele suceder, el mundo real dista notablemente del modelo teórico. Por
lo general, las Administraciones no quieren que la demanda se quede sin cubrir por
falta de capacidad de generación (activando el precio instrumental de “energía no
servida”), por lo que se suele recurrir a algún tipo de pago por capacidad para retribuir
al generador marginal, de cara a que pueda rentabilizar su inversión y contribuir así a
mantener un margen de reserva aceptable [1]. Existen también restricciones de tipo
físico (mínimos técnicos, nucleares que funcionan en base, etc…), o de tipo económico,
asociadas a la rigidez en los contratos de abastecimiento (take-or-pays, etc…), que
influyen en mayor o menor medida sobre la formación de precios de la energía.

En el caso del mercado español, un elemento que distorsiona de manera muy


notable el “esquema teórico” de despacho eficiente/teórico anteriormente descrito es la
elevada aportación de energía renovable (fundamentalmente eólica, pero también
solar) al mix de generación. Estas tecnologías no son sensibles al precio, sino a la
disponibilidad del recurso (sol y viento), ya que se retribuyen fundamentalmente a
través de primas (feed in tariff o precio de mercado + prima con o sin floor/cap) [2] y [3].
Puesto que el producto es el mismo, la producción de estas tecnologías compite
directamente con la de las centrales de régimen ordinario (carbón, nuclear, hidráulica,
ciclo combinado, etc…). Para las centrales “convencionales”, de régimen ordinario, la
producción subvencionada de las tecnologías renovables supone una disminución de
cantidad “demandada” (menor hueco térmico) además de una minoración del precio
(la eólica se oferta a cero, desplazando la oferta marginal hacia otras centrales de
menor coste variable).

España se ha destacado los últimos años por una apuesta notable a favor del
desarrollo de energías renovables. La mayoría de estas tecnologías se encuentran en un
proceso de maduración, mejorando sus prestaciones técnicas y económicas
(abaratándose en definitiva, siguiendo distintas curvas de aprendizaje). Si bien ninguna
(o casi ninguna) de estas tecnologías se encuentra en condiciones de competir “de igual
a igual” con las centrales de régimen ordinario, los sistemas de primas implantados
han favorecido la inversión, hasta completar más de 3500 MW de fotovoltaica y 17000
MW de eólica de la actualidad.
1 Introducción 9

En el corto plazo, España goza de un margen de reserva relativamente amplio,


gracias en gran medida a la inversión en ciclos combinados que se ha llevado a cabo en
los últimos años. Las tecnologías renovables, que indudablemente contribuyen a
mejorar la sostenibilidad ambiental del sistema y la seguridad de suministro (en cuanto
a sostenibilidad económica, existe un gran debate al respecto), suponen un cierto
perjuicio para los ciclos combinados, ya que reducen el hueco térmico y tienden a
disminuir el precio del mercado, al ser ofertada su producción a cero.

A medio y largo plazo, ¿qué consecuencias puede tener para la generación de


régimen ordinario el grado de penetración, más o menos elevado, de la generación en
régimen especial? ¿Hasta qué punto pueden “convivir” generación tradicional y
renovable con el esquema actual del mercado? ¿Qué señales se desprenden de cara a
nuevas inversiones, cuando éstas se hagan necesarias? ¿Podrán recuperar las empresas
las inversiones realizadas en los últimos años en ciclos combinados (y otras
infraestructuras de gas), teniendo en cuenta el reducido factor de carga que están
alcanzando estas centrales?

Estas son algunas de las preguntas que se analizarán en profundidad en los puntos
siguientes.

1.4 Cuantificación de objetivos. Planes y Compromisos

Como se ha comentado en el apartado anterior, el mercado de generación envía


señales de inversión (o de no inversión) a los agentes, en función del mix existente y de
la evolución de la demanda.

En un sistema puramente liberalizado, sin primas ni pagos por capacidad, algunas


tecnologías (como la mayoría de renovables, las tecnologías de punta, quizás la
nuclear) podrían quedarse fuera del sistema por falta de competitividad o por incurrir
en un excesivo riesgo. Sin embargo, al valorar las externalidades que aportan estas
tecnologías (garantizar la cobertura, mejorar el grado de dependencia energética,
fomentar una industria nacional, disminuir las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero (GEI)), la Administración puede considerar beneficioso su incorporación
1 Introducción 10

al sistema, incentivado su inversión a través de diversos mecanismos (pagos por


capacidad, garantías, certificados verdes, primas, etc…).

Del mismo modo, la Administración también puede considerar externalidades


“nocivas” (emisiones ácidas, GEI, impacto ambiental, etc…), y establecer los
mecanismos correspondientes (PNRE, límites y autorizaciones ambientales, burbujas,
etc…).

Algunos de estos mecanismos se legislan y regulan a nivel local o nacional, y otros


son frutos de acuerdos internacionales.

Algunos de los acuerdos, planes y compromisos más relevantes para el sistema


español son:

• 20-20-20: Acuerdo alcanzado por los países miembros de la UE para reducir


las emisiones las emisiones globales de la UE en un 20% y lograr que un 20%
de la energía final proceda de fuentes renovables y [4].

• EU-ETS (European Union Emission Trading Scheme): pilar fundamental de


la política energética común de la UE. Consiste en un mecanismo de cap-and-
trade que persigue reducir las emisiones globales de CO2, obligando a las
empresas pertenecientes a los sectores incluidos en el esquema a presentar al
final de cada ejercicio tantos derechos de emisión (previamente emitidos y
repartidos entre los países y agentes) como toneladas de CO2 hayan emitido
a la atmósfera [5].

• PNRE-GIC (Plan Nacional de Reducción de Emisiones para las Grandes


Instalaciones de Combustión existentes): aprobado en diciembre de 2007,
recoge una serie de valores límite y medidas de cumplimiento que afectan a
las centrales térmicas de potencia superior a 50 MWth. Afecta al cierre de
numerosas plantas de Régimen Ordinario [6].

• Reales Decretos 436/2004 y 611/2007, 6/2009, etc.: regulan el régimen


retributivo de las instalaciones en régimen especial (renovables).
1 Introducción 11

• Plan Nacional de la Minería 2007-2012 [7]: asigna cupos de carbón que han
de ser comprados por las centrales térmicas del sistema en función de la
producción de las cuencas mineras adyacentes.

La regulación del sector de generación depende en gran medida de estos puntos y


de otros similares. Las señales que envían estos objetivos y compromisos motivan
acciones tan diversas como el elevado nivel de inversión en generación renovable, la
instalación de equipos de desulfuración (y eventualmente de desnitrificación) en el
parque térmico, el desplazamiento de generación con tecnologías de baja emisión de
CO2 (gas) por otras de mayor emisión unitaria (carbón), la inminente aparición de un
RD para priorizar la quema de carbón nacional, etc… Cuestiones todas ellas que
podrían no aflorar en un mercado que atendiera exclusivamente a una lógica de costes
variables de producción.

1.5 Particularización del caso español: situación actual y perspectivas

Todo sistema eléctrico tiene sus singularidades, y por tanto retos y prioridades que
pueden diferir más o menos de los del resto de países. Dichos retos y prioridades se
basan en cierta medida de una valoración subjetiva, y dependen de la importancia que
se le quiera dar a las distintas características del sistema (competitividad, seguridad de
suministro, desarrollo de tecnologías o recursos nacionales, empleo, etc…).

Como es bien sabido, la electricidad es un producto que puede “fabricarse” a partir


de materias primas muy diferentes (siguiendo procedimientos y técnicas igualmente
diversas). Una cuestión clave a la hora de evaluar la situación energética y las
necesidades de un sistema tiene que ver con la disponibilidad es estas materias primas.
La pregunta sería: ¿con qué recursos energéticos primarios cuenta España y cuál ha
sido la evolución del parque generador de los últimos años?

El único combustible fósil relativamente abundante en España es el carbón, cuyos


yacimientos más importantes se encuentran en la cuenca minera astur-leonesa, Teruel,
Ciudad Real, etc… Aunque la calidad del carbón es relativamente baja y los costes de
explotación son (por lo general) bastante elevados, el carbón ha jugado un papel muy
importante en el mix de generación español de los últimos 30 años. La minería juega
1 Introducción 12

un papel socio-económico muy importante en determinadas zonas de Asturias y


Galicia, lo que hace que se trate de un sector sensible, política y económicamente. Una
consecuencia del desarrollo del carbón nacional es la elevada capacidad de generación
instalada en el noroeste del país, próxima a las minas.

Las explotaciones de gas y petróleo son nulas (o casi nulas). La principal fuente de
generación eléctrica en España en la actualidad son los ciclos combinados (gas natural),
cuyo suministro entra en la península a través de gasoductos (entrando desde Francia
o el Magreb) y buques de GNL. La generación a partir de fuel-oil (actualmente
reducida a cantidades testimoniales relacionadas con restricciones zonales), que tuvo
una importancia notable en la cobertura de puntas entre 1980 y 2000, se abastecía de
petróleo importado.

Por el contrario, la orografía española permite un aprovechamiento de recursos


hidroeléctricos relativamente elevado, si la comparamos con otros países del entorno
(Francia, Italia, Reino Unido…). Los comienzos de la industria eléctrica española están
muy ligados al aprovechamiento de saltos hidroeléctricos. Aunque el crecimiento de la
demanda durante los últimos 30 años (unido a la saturación de aprovechamientos
hidroeléctricos) ha provocado una disminución progresiva del peso de la producción
hidroeléctrica en el mix español, la importancia del agua sigue siendo capital para la
operación del sistema, el índice de cobertura de la demanda, etc…

Existen también algunos yacimientos de uranio en la península (principalmente en


las proximidades de Salamanca), aunque la explotación de los mismos ha estado
parada en los últimos años, importándose un 100% de las necesidades de los reactores
nucleares.

En cuanto a recursos renovables (aparte del agua), España es un país bastante


propicio para la instalación de tecnologías solares y eólicas, lo que unido a una
regulación favorable y a una apuesta político-económica por el sector de las
renovables, ha hecho que estas tecnologías estén cobrando cada vez un mayor
protagonismo en el mix de producción.

La conclusión que se desprende de lo anterior es que España es un país muy


dependiente energéticamente en cuanto a combustibles fósiles, pero cuenta con un
importante potencial de energías renovables.
1 Introducción 13

¿Cuál ha sido la apuesta de los últimos años para cubrir el suministro eléctrico?

La producción eléctrica española está bastante repartida entre las diferentes


tecnologías (nuclear, carbón, ciclos combinados, hidráulica, eólica, resto de régimen
especial…). Durante los últimos 15 años, la demanda ha ido creciendo a un ritmo
elevado (4-5% anual), crecimiento que ha sufrido una brusca discontinuidad a partir de
mediados de 2008, motivada por la actual crisis económica [8]. Desde el año 2000 se
podrían identificar dos importantes ciclos inversores: el primero tiene que ver con la
entrada de las grandes empresas eléctricas en el negocio del gas (construcción de más
de 20 000 MW de ciclos combinados, 6 plantas regasificadoras, intenso desarrollo de
red, inversiones up y mid-stream, firma de contratos de suministro a largo plazo, etc…).
Gracias a estas inversiones se ha garantizado la cobertura de la demanda para los
próximos años, desplazando producción de tecnologías más caras (fuel) y
contaminantes (carbón). El segundo ciclo tiene que ver con el impresionante despegue
y crecimiento de tecnologías renovables, fundamentalmente la éolica (y en segundo
término la fotovoltaica). En la actualidad hay más de 17 000 MW de eólica y 3 500 MW
de fotovoltaica instalados en España, que generan una cuota cada vez mayor de
energía limpia y autóctona. La inversión en energías renovables ha sido llevada a cabo
no sólo por las grandes empresas eléctricas, sino también por empresas del sector de la
construcción y otras sociedades menores (también particulares).

La recuperación de estas inversiones habrá de tener lugar en el marco de


liberalización y competencia que rige en el Sistema Eléctrico. Un diseño inadecuado de
las tarifas eléctricas en los últimos años ha motivado la aparición de un déficit que
asciende en la actualidad a unos 16 000 millones de €, que deberán se abonados por los
clientes (de forma laminada) durante los próximos años. El montante de las primas a
las renovables, la recuperación de las inversiones en el negocio del gas y la subsanación
del déficit de tarifa son tres factores importantes de cara a lograr un equilibrio del
sector en los próximos años.

Particularizando el esquema representado por la Figura 1 al caso español, ¿cuáles


son los retos y perspectivas del sistema eléctrico para lograr un equilibrio (desarrollo)
sostenible?

• Seguridad de suministro: la situación actual tiene un amplio margen de


mejora. Aumentar las interconexiones con el resto de Europa (tanto eléctricas
1 Introducción 14

como de gas) es una prioridad de primer orden, así como disminuir


progresivamente el grado de dependencia en importación de combustibles
fósiles.

• Competitividad (sostenibilidad económica): de las múltiples soluciones para


abastecer la demanda (condición necesaria), hay que buscar fórmulas y
acciones que hagan lo más competitivo posible al sistema en el corto, medio
y largo plazo. Racionalizar la implantación de renovables, alargar la vida de
las centrales nucleares existentes, desarrollar una regulación estable y
adecuada son algunos de los elementos que favorecerían una mayor
competitividad del sistema.

• Control Medioambiental: España está muy desviada de su objetivo de


reducción de emisiones firmado en el protocolo de Kyoto. El desarrollo de
tecnologías de baja emisión de CO2 (renovables, nuclear, ciclos combinados),
así como de equipos de abatimiento de emisiones (desulfuradoras,
desnitrificadotas, CCS [Carbon Capture and Sequestration]) contribuirán a
lograr un mix menos intensivo en emisiones de CO2.

Todos estos elementos serán desarrollados y analizados en las siguientes secciones


de la Tesis, mediante la elaboración de escenarios “futuribles” de cobertura de la
demanda.
2 Metodología de estudio y características del modelo 1

2
Metodología del estudio y
características del modelo
2 Metodología del estudio y características del modelo 2

2 Metodología del estudio y características del modelo

2.1 Esquema de trabajo

Realizar un estudio de cobertura de la demanda para un horizonte temporal


determinado consiste en asignar la producción futura estimada a las centrales
existentes en el momento considerado.

El interés de la presente Tesis consiste fundamentalmente en analizar la cobertura


de la demanda española en el medio plazo, centrando la atención en dos años de
referencia: 2020 y 2030. Para ello se elaborarán distintos escenarios o alternativas de
despacho mediante la utilización de un modelo de optimización programado en
GAMS (General Algebraic Modeling System), que incorpora como hipótesis los datos de
demanda, producción de régimen especial y composición del parque generador, y
“reparte” la producción hora a hora (hasta completar las 8760 horas del año) entre las
distintas tecnologías minimizando el coste (siguiendo el orden de mérito y
despachando el agua de la manera más eficiente posible).

Los resultados obtenidos a través del modelo se analizarán posteriormente de


manera individual y conjunta (comparando los distintos escenarios de un mismo año y
la posible evolución de cada escenario de 2020 a 2030).

2.2 Descripción del modelo

2.2.1 Declaración de variables y función objetivo. Utilidad del modelo. Forma de uso

El modelo de GAMS que se va a emplear es un solver cuya función objetivo es la


minimización del coste total del sistema. El uso de este tipo de modelos es muy
frecuente en la planificación de las actividades de generación de una empresa eléctrica.
Este tipo de modelos pueden emplearse para tareas de corto plazo (p.e., los modelos de
unit commitment, con variables booleanas de arranques y paradas, restricciones de
mínimos técnicos, indisponibilidades, etc… que tratan de modelizar el despacho “real”
en un período de tiempo relativamente corto y próximo), o de medio y largo plazo
(modelos que estiman por ejemplo el número de horas que funcionará una
2 Metodología de estudio y características del modelo 3

determinada central o tecnología en un período de tiempo más largo y no


necesariamente próximo), según sean las necesidades de planificación. En el caso que
nos ocupa, el modelo utilizado es de largo plazo, lo que tiene una serie de
implicaciones que se explicarán a continuación.

En la definición del modelo se incluyen la declaración de variables (p.e. potencia


hidráulica disponible, emisiones unitarias de las centrales), la declaración y definición
de ecuaciones (p.e. energía embalsada en bombeo, consumo diario de vehículo
eléctrico), y las restricciones del sistema (p.e. que determinados valores sean
estrictamente mayores que cero, disponibilidad de agua aportada o bombeada para
turbinación).

La ejecución del modelo llama a un fichero de texto (un fichero .prn procedente de
un Excel que recoge todas las características del sistema) con un elevado número de
datos que incluyen información relativa a las centrales activas del sistema (p.e.
potencia, coste unitario de combustible, emisión unitaria, etc…), perfiles de demanda y
producción eólica y solar (8760 valores de cada uno), datos de producible hidráulico,
etc… Para facilitar la elaboración de escenarios, los cambios a introducir en las
hipótesis (que son las que conducen a diferentes resultados) se realizan en un mismo
fichero de Excel, y luego éste se guarda con el formato legible por el GAMS. Siguiendo
el proceso inverso, la salida del modelo (un voluminoso fichero de texto con más de
350 000 filas de datos) se exporta a una hoja Excel nueva para el tratamiento de datos
mediante el uso de tablas dinámicas.

2.2.2 Características generales del modelo

El modelo empleado contiene información relativa a los sistemas español y al


portugués (centrales, combustibles, MW de interconexión entre ambos países,
características hidroeléctricas [embalses, producible hidráulico, fluyente], potencia
renovable, indisponibilidades medias, etc…). El programa reparte la producción
necesaria para cubrir la demanda entre las centrales activas de cada sistema (portugués
y español) minimizando el coste conjunto (si detecta diferencias de precio [tecnología
marginal] entre los dos países, aumenta la producción del país “barato” y disminuye la
del país “caro” hasta completar [saturar] la potencia de interconexión o igualar el
2 Metodología del estudio y características del modelo 4

precio). Las interconexiones con Francia o Marruecos no están incorporadas al modelo,


y las consideraciones sobre las mismas habrán de hacerse a la vista de los resultados.

La elaboración de los distintos escenarios requiere formular gran número de


hipótesis al respecto. A la hora de diseñar un estudio de este tipo, algunos valores que
pueden basarse de alguna manera en datos históricos (como el producible hidráulico,
la cantidad de viento/energía eólica producible, el índice de cobertura que aportan las
distintas tecnologías o el perfil de la demanda) admiten distintas aproximaciones,
según la motivación que tenga el propio estudio.

Por poner un ejemplo, imaginemos que una empresa desea realizar un plan de
negocio de una turbina de gas a cielo abierto, y se pregunta cuántas horas de
funcionamiento puede esperar para la máquina en 2020. Si alimenta el modelo con
datos medios (producible medio, eolicidad media, perfil de demanda media, etc…),
probablemente obtenga como resultado cero horas de funcionamiento, ya que una
tecnología peaker no es requerida en el despacho de situaciones medias, sino en
situaciones concretas o excepcionales (frío, año seco, bajada de viento, etc…) que
pueden escaparse de un modelo alimentado con información media. Es posible que
algunos años (o la mayoría) esa central funcionase pocas horas (o ninguna), pero otros
años sí que podrían presentarse oportunidades que un modelo “medio” no
contemplaría.

Sin embargo, para un estudio de cobertura de demanda del conjunto del sistema, el
balance de producción más probable se construye a partir de valores medios (p.e., el
producible mensual medio de los últimos 30 años). La ventaja de recurrir a perfiles
concretos (o la necesidad de recurrir a dichos perfiles, en caso de carecer de suficientes
registros) es que así pueden ponerse de relieve situaciones más particulares,
características del sistema que pueden darse excepcionalmente y que pueden servir
para valorar mejor la robustez del sistema, pero para estudiar un año medio, los
valores más representativos o probables son los valores medios.

Cuando se adopten las hipótesis para la elaboración de los distintos escenarios, se


irá explicando la pertinencia de los criterios considerados.
2 Metodología de estudio y características del modelo 5

2.2.3 Perfiles de demanda y producción renovable

La demanda eléctrica es un input básico de todos los modelos y escenarios de


cobertura eléctrica. Si por falta de capacidad o por haber impuesto restricciones
demasiado fuertes el sistema no fuera capaz de abastecer la demanda, es probable
(depende del diseño del modelo, p.e. de si éste incorpora demanda interrumpible) que
aparezca un mensaje de error y se interrumpa el proceso de cálculo (como es el caso del
modelo GAMS utilizado).

El perfil de producción renovable (eólica, fotovoltaica y termosolar en cada una de


las 8760 horas del año) también es un input fundamental, ya que al tener coste variable
nulo, su despacho es prioritario (al igual que la hidráulica fluyente, la nuclear [coste
variable muy bajo, en la práctica es insensible al precio], las cogeneraciones asociadas a
actividad industrial en base, etc…).

En la presente Tesis, los perfiles de demanda y producción renovable que se van a


emplear corresponden a un año concreto (2008). Utilizando estos perfiles concretos se
observarán situaciones reales que, sin llegar a ser extremas, sí pueden ilustrar
momentos particulares para el sistema que escaparían del estudio si se empleasen
valores promedio (determinados transitorios, vertidos, etc…).

2.2.4 Cobertura de la demanda. Coordinación hidrotérmica

Básicamente, el funcionamiento de este modelo de despacho a largo plazo consiste


en:

• Para cada una de las 8760 horas del año (hi), calcular el hueco térmico
necesario: demanda en hi (dato) – potencia “forzada” en hi (dato de
producción eólica, solar, resto de régimen especial, fluyente, etc…)

• Cubrir dicho hueco con potencia térmica (nuclear, carbón, ciclo) e hidráulica
regulable siguiendo un orden de mérito basado en el coste variable de
producción (que depende del coste del combustible y del CO2, y la eficiencia
de cada central, siendo todos ellos datos de partida)
2 Metodología del estudio y características del modelo 6

• En caso de existir excedentes, gestionarlos en la medida de lo posible


mediante el uso de bombeo

Por tanto, una vez fijados los perfiles de demanda y de producción de régimen
especial, el problema de cobertura de la demanda se transforma en cobertura del hueco
térmico (mejor dicho, hueco “hidrotérmico”).

Si el mix estuviera compuesto únicamente de centrales térmicas, la cobertura de la


demanda sería relativamente sencilla de calcular (habría una relación unívoca entre
hueco térmico y central marginal). Al disponer de energía hidroeléctrica, que carece de
coste variable, se hace necesaria la coordinación hidrotérmica (determinar cuándo y en
qué cantidad se produce con centrales hidráulicas). Una de las grandes ventajas que
supone el uso de un modelo como éste es la optimización del recurso hidráulico, ya
que el modelo ensaya diferentes soluciones hasta dar con la que minimiza el coste total
del sistema, colocando la producción hidráulica en las puntas de demanda típicamente.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que la explotación hidráulica está sujeta a una
serie de restricciones físicas que limitan su flexibilidad (y por tanto su explotación
“óptima” en el horizonte temporal de un año completo). Para que el perfil de
producción hidráulica sea más “realista” (y el programa no se limite a laminar el
producible anual en las horas de mayor hueco térmico, situación que correspondería a
despacho eficiente con información y capacidad de gestión hidráulica infinitas), se
imponen al modelo una serie de condiciones:

• Para cada mes, se fija una cantidad de producción hidráulica en base (que
representa la energía fluyente media de los últimos 30 años). Esta energía
entra en el mix con prioridad de despacho, al igual que el régimen especial,
por tener coste variable nulo.

• La energía hidráulica gestionable (una parte de la que producen los embalses


mensuales, anuales e hiperanuales) es otro valor medio para cada mes,
basado en cálculos históricos. Al restringir la posibilidad de producir esa
agua en un horizonte mensual, se está reflejando el hecho de que el sistema
real no tiene “información total” para gestionar el recurso hidráulico, es
decir, no reserva energía en una punta de febrero para cubrir una punta aún
mayor en noviembre, puesto que no sabe si esa punta se producirá o no y si
2 Metodología de estudio y características del modelo 7

estará en condiciones de guardar el agua durante todo ese tiempo sin que un
episodio de lluvias intermedio obligue a desembalsar o verter en peores
condiciones.

Es decir, hay que cumplir dos “cupos” de producción hidráulica cada mes: el de la
energía fluyente, que entra en base -insensible al precio- y el de la energía gestionable,
que entra principalmente en las puntas –minimizando el coste del sistema, muy
sensible al precio-.

Finalmente, el hueco que dejan las renovables y el resto de régimen especial, la


fluyente y la hidráulica regulable, habrá de cubrirlo el parque térmico (nucleares,
centrales de carbón y ciclos combinados). Aunque el modelo trabaja con centrales
individuales, por motivos de capacidad de cálculo (las soluciones del modelo se
exportan como ficheros con cientos de miles de filas) y también de rigor (el modelo
lamina la demanda térmica, dejando numerosas centrales sin funcionar y otras muchas
haciendo entre 7000 y 8000 horas al año, lo que no se ajusta a la realidad del despacho),
las salidas del modelo con las que se va a trabajar contienen la producción térmica
agregada, sin diferenciar la producción de carbón de la de ciclo combinado, ni detallar
qué centrales funcionan más y cuáles menos. Este análisis del hueco puramente
térmico (carbones y ciclos) se hará particularizando según las hipótesis consideradas
para cada escenario, y constituye una parte muy importante de la Tesis.

2.3 Elección de escenarios. Consideraciones previas

Para el análisis que se pretende realizar en esta Tesis se ha optado por considerar
tres escenarios posibles de referencia:

• Escenario de “Seguridad de Suministro”

• Escenario de “Medio Ambiente”

• Escenario de “Competitividad”

La elección de estos tres escenarios no es trivial, como tampoco lo es el hecho de que


sea tres el número de escenarios considerados. Esta elección particular obedece a una
reflexión previa en la que se han sentado las bases del estudio, y que se cree
2 Metodología del estudio y características del modelo 8

conveniente explicar a continuación, para tratar de responder a las siguientes


preguntas: ¿Para qué estudiar distintos escenarios? ¿Por qué estudiar tres y no más (o
menos) escenarios? ¿Por qué elegir estos escenarios y no otros?

El objetivo de esta Tesis es proporcionar una visión lo mejor confeccionada posible


de la situación del parque generador en 2020 y 2030. Ante este reto de recrear “los
mejores escenarios posibles”, hay que ser conscientes de las limitaciones humanas y
técnicas que se tienen, no tanto para disculpar la imperfección del trabajo como para no
equivocar el planteamiento con errores de base. Es decir, hay que partir de la idea de
que las previsiones numéricas a 10 – 20 años vista simplemente no pueden cumplirse
matemáticamente –no tiene sentido pretender un grado de detalle del orden de los
MWh o de los k€, esto sería un error conceptual de plano, como querer medir las
micras o nanómetros de un corpúsculo con una regla escolar. Los abundantes números
que presenta esta Tesis no pretenden acertar con la “realidad” de 2020 (si lo hicieran
sería pura casualidad), sino establecer referencias, rangos, señalar efectos o debilidades
estructurales cuya probabilidad de ocurrencia sea más o menos elevada, de acuerdo
con los resultados aportados por el modelo, según distintas hipótesis de partida. Dotar
a todo el proceso de una coherencia interna, bastante compleja, que no siempre se
logra. Interpretar la realidad actual y extrapolar lo “extrapolable” a 2020 o 2030,
aventurando sendas, evoluciones y obstáculos que puedan surgir por el camino. Los
escenarios pretenden ser eso, referencias, nodos por los que a buen seguro no pasará
exactamente la realidad, pero a los que puede que se acerque si el devenir de los
hechos se aproxima a las hipótesis que alimentan ese preciso escenario – nodo.
Permítase el siguiente símil algebraico: lanzar un único escenario es hacer una única
apuesta sobre el futuro, que podría asemejarse a establecer un único punto en un
espacio de soluciones de n dimensiones. Entre la realidad (habría que esperar a 2020
para ver dónde se sitúa la realidad en ese espacio de soluciones) y ese único nodo,
habrá una distancia, un error que podrá ser mayor o menor. Elegir varios escenarios
equivale a realizar varias apuestas diferentes, a situar varios nodos de referencia en el
espacio de soluciones, por lo que habrá no sólo un error relativo a cada escenario (una
vez llegue “la realidad”), sino también una posición relativa entre nodos y solución,
que tiene su interés por lo siguiente: puestos a hacer una apuesta de cómo será el
futuro (objetivo básico de toda planificación) acertar la solución exacta es muy poco
probable, por muchos escenarios – nodos que se planteen; generando rangos de
2 Metodología de estudio y características del modelo 9

soluciones (subespacios generados por dichos nodos), aumentan las probabilidades de


contener la solución “entre” los escenarios considerados.

Asumiendo lo dicho en el párrafo anterior, podría plantearse por qué tres y no más
escenarios. Aquí entran también las limitaciones humanas y técnicas: por poder,
podrían plantearse infinitos escenarios posibles (infinitos puntos del espacio de
soluciones). Además, existe, como en toda actividad relacionada con la ingeniería, una
relación de compromiso entre el grado de detalle y el tiempo de trabajo (podrían
dedicarse infinitas horas para afinar el modelo y las hipótesis de los tres escenarios,
pero esto no sería razonable). Tres es un número razonable, como también podría serlo
dos o cuatro o cinco escenarios.

¿Y por qué estos tres escenarios? Por varios motivos. Por un lado, se trata de tres
prioridades muy presentes en el discurso de los agentes que forman parte del sistema,
y que han dado lugar a una formulación de consenso acerca del equilibrio del sistema.
Por otro lado, se trata de tres escenarios no-alineados (no “linealmente dependientes”),
ya que cuando se presentan tres escenarios alineados (del tipo “menos – medio – más”)
se tiende a pensar que el más probable es el escenario central (por una cuestión
psicológica, entre otras cosas). Lo que se está asumiendo en definitiva al plantear estos
tres escenarios es que el sistema – conjunto de agentes – “realidad” apostará por
satisfacer en mayor medida una de estas prioridades que las demás (terminará
situándose más cerca de un nodo que de los otros dos).

Por último, cabe imaginar que estos tres conceptos – prioridades seguirán vigentes
en mayor o menor medida en 2030, por lo que parecen idóneos para construir los
escenarios – hipótesis alrededor suyo, con el fin de dotar al estudio de una cierta
continuidad (aunque esto es mucho suponer, ya que la línea a seguir en política
energética no es precisamente nítida ni continuista en muchos aspectos).

2.4 Hipótesis consideradas

Una buena definición de las distintas hipótesis que se considerarán en los sucesivos
estudios de la presente Tesis es fundamental de cara a lograr los objetivos planteados
(esto es, analizar la viabilidad y robustez de distintos escenarios de generación en el
2 Metodología del estudio y características del modelo 10

horizonte 2020 – 2030). Cada escenario está basado en una serie de hipótesis
particulares, que se detallan al comienzo de cada estudio.

En general (más adelante se especificarán concretamente cada una de ellas), las


hipótesis que habrá que considerar en la determinación de cada escenario serán:

• Demandas del sistema: evolución del consumo eléctrico de clientes


tradicionales, posible influencia de programas de eficiencia, grado de
penetración del vehículo eléctrico.

• Grado de implantación de renovables: la apuesta estratégica del sector y la


Administración durante estos últimos años ha ido enfocada en gran medida
a desarrollar el parque de generación renovable, que ha gozado de un fuerte
respaldo regulatorio. Esta apuesta continuará casi con toda seguridad (en
mayor o menor medida) a medio y largo plazo, por lo que todos los
escenarios contemplan aumentos de capacidad eólica, fotovoltaica y
termosolar instalada.

• Cierre de centrales existentes: decidir qué centrales del parque actual siguen
activas en 2020 y 2030 (vida útil de centrales nucleares, cierre de grupos
térmicos acogidos a las 20000 horas del PNRE-GIC, etc…). Mantenimiento
de parque térmico como reserva de potencia para cumplir con el índice de
cobertura solicitado.

• Cobertura del hueco térmico: el reparto de la producción térmica entre ciclos


y carbones se discutirá en función de diversos elementos (límites de
emisiones de CO2 y NOx, morfología del hueco térmico, papel de la minería
nacional, presión de legislación medioambiental, obligaciones take-or-pay,
instalación de CCS, etc…)

• Inversiones en nueva capacidad hidráulica, nuclear y térmica: según


necesidades de cobertura de hueco térmico, back-up de renovables, índices
de cobertura exigidos, disminución de vertidos (bombeo), etc…
2 Metodología de estudio y características del modelo 11

Respecto a este último punto, cabe destacar que las inversiones en nueva capacidad
“convencional” son sustancialmente menores para 2020 que para 2030, por la actual
sobrecapacidad del sistema y la previsible introducción progresiva de nuevas
instalaciones renovables.

2.5 Análisis de los resultados. Discusión del hueco térmico. Vertidos

El análisis de los resultados obtenidos es la parte más importante de esta Tesis.


Dicho análisis estará lógicamente muy relacionado con las hipótesis empleadas en cada
escenario. Sin embargo, sería deseable que dicho análisis se realizase con una cierta
“independencia” de las hipótesis consideradas, ya que puede suceder que los
resultados muestren en ocasiones situaciones que no sean “las que se esperaban”, y
que no por ello el escenario esté mal planteado ni las hipótesis mal ajustadas, sino que
precisamente el análisis haya conducido a reflexiones, ideas o cuestionamientos que no
existían a priori.

El análisis también debe contemplar elementos cualitativos, que no estén incluidos


en la solución numérica aportada por el modelo, pero que tienen mucha influencia en
la viabilidad y robustez de los distintos escenarios, por las consecuencias técnicas y
económicas que implican (p.e., discusión acerca de pagos por capacidad,
interconexiones, necesidad de nuevas infraestructuras de gas y electricidad,
armonización regulatoria, etc…)

La clave del análisis (y por tanto de las conclusiones que se obtengan de esta Tesis)
consistirá en integrar los resultados numéricos – deterministas que se desprenden del
uso del modelo (suponiendo que las hipótesis consideradas son razonables y
congruentes) con una visión intuitiva – cualitativa que tiene que ver con el
comportamiento de los agentes (estrategia de las empresas, prioridades para la
Administración, respuesta de los clientes), y que difícilmente podría incorporarse en el
modelo de GAMS. El éxito de toda planificación (al menos de esta Tesis) dependerá en
gran medida de tratar de elaborar los “mejores” escenarios posibles (los más probables
y coherentes), pero también de lograr una correcta interpretación de los resultados
obtenidos a través del modelo, valorando los intangibles, las internalidades y
externalidades, tratando de entender en definitiva cuál sería la respuesta de los
2 Metodología del estudio y características del modelo 12

engranajes que componen el sistema y que se encargarán de modificar el resultado


numérico “óptimo” de cualquier modelo de planificación para tratar de satisfacer los
distintos intereses que conviven en el propio sistema en la medida de lo posible.

Un ejemplo de esta necesidad de trasladar o integrar resultados numéricos del


modelo con una visión más adecuada a la realidad del sistema es la determinación de
la cobertura del hueco térmico. La discusión sobre cómo queda cubierta esta energía
(cuánta cantidad cubre el carbón y cuánta el ciclo) es muy importante de cara a
determinar la situación del mix de producción, y es muy interesante conceptualmente,
ya que requiere entender (o tratar de prever) el rol que habrá de jugar cada tecnología
(técnica y estratégicamente); se va a tratar de explicar en qué consiste este análisis –
discusión de cobertura del hueco térmico y qué implicaciones tiene.

Básicamente hay dos formas de repartir producción térmica entre carbón y ciclos:

1) Establecer hipótesis de precio de combustibles (carbón, gas, CO2), y cubrir la


energía en función del orden de mérito (el hueco térmico se “lamina”
siguiendo siempre el mismo orden: de la central más económica a la menos
económica). Esta forma de calcular la producción tiene una ventaja
fundamental: es la más sencilla (de hecho, es el mecanismo que utiliza el
modelo para asignar la producción a las centrales). También tiene dos
inconvenientes notables: supone inventarse muchos datos (hay que fijar
precios al carbón, gas y CO2, determinando la competitividad relativa de
ambas tecnologías “a priori”), y el despacho que resulta de correr el modelo
no refleja la “realidad” de la operativa de las centrales (las más eficientes se
llevan prácticamente todo el hueco térmico, obteniendo elevadísimos factores
de utilización, y las menos eficientes quedan fuera del despacho).

2) Agrupar toda la producción térmica, y discutir la participación de cada


tecnología en el mix de producción (sin pretender un detalle “central por
central”). Este planteamiento es más modesto que el anterior, ya que asume
de partida que no se sabe hasta qué punto será más competitivo el coste de
ciclos que de carbones (incluyendo CO2). El reparto del hueco se construye a
base de hipótesis -¿cuántos MW competitivos tengo de carbón importado –
2 Metodología de estudio y características del modelo 13

costero? ¿Cuántos de carbón nacional – interior? ¿Cuántas horas equivalentes


a plena carga se supone que funcionarán? ¿Cuánto hueco le queda entonces al
ciclo, y qué factor de carga supone esta energía, suponiendo que la eficiencia
de los ciclos es bastante pareja y se reparten la producción? ¿Es esto
sostenible? El consumo de carbón nacional, ¿es suficiente para mantener las
minas operativas? Etc… Se entiende que los escenarios serán más carboneros
o más “gasísticos” en función del precio real de las materias primas en 2020.
Lo que trata de aportar esta metodología de cálculo es un reflejo de la
operativa “real”, es decir, unos rangos o límites de funcionamiento adecuados
a la realidad del Parque Generador español; por ejemplo, puede tener más
sentido pensar que se mantendrán operativos 1500 MW eficientes de carbón
importado a 5000 horas (Barrios y Litoral) que 5000 MW menos eficientes de
carbón importado apuntando a 1500 horas; la energía es la misma, pero el mix
puede resultar diferente (independientemente de los MW térmicos que se
quieran mantener por necesidades de operación del sistema [reserva o
necesidad de aliviar restricciones zonales]). Esta es la metodología que se va a
seguir en esta Tesis; en cada caso, se discutirán las consideraciones que hayan
conducido a un determinado reparto del hueco térmico.

El Parque Generador español cuenta actualmente con unos 11300 MW de carbón,


que típicamente se clasifican en “nacionales” (queman un porcentaje elevado de carbón
autóctono) e “importados” (importan la totalidad o práctica totalidad de sus
necesidades de terceros países [Rusia, Indonesia, Colombia, Sudáfrica, etc…]).

Así como los ciclos combinados suelen quemar un gas de características químicas
similares (prácticamente todos “beben” de la misma fuente, la red de gasoductos
peninsular), casi todas las calderas de carbón de centrales distintas (a veces incluso de
la misma central), tienen características técnicas muy diferentes, y están preparadas
para quemar calidades de carbón muy distintas (distintos poderes caloríficos,
humedades, % de azufre, inquemados, etc…). La denominación tradicional de “carbón
nacional” corresponde a aquellos grupos que se construyeron en las proximidades de
yacimientos de carbón en Galicia, Asturias, Palencia, Teruel, Ciudad Real, etc…, y
cuyas calderas se diseñaron para quemar esos tipos de carbón (lignito pardo y negro,
hulla, antracita…). Muchas de esas instalaciones toleran quemar una mezcla de
combustible local – importado, o se han adaptado para ello. Por otro lado, la
2 Metodología del estudio y características del modelo 14

denominación “carbón importado” hace referencia a aquellos carbones que se


construyeron próximos a la costa (en Galicia, Almería, País Vasco…) con el fin de
abaratar los costes logísticos asociados a la importación de carbón producido en otros
países, en condiciones generalmente más competitivas que las de la minería española.

En esta Tesis, se propone una formulación alternativa a la tradicional “nacional vs


importado”, ya que las calderas tienen una cierta flexibilidad y posibilidad de sustituir
unas calidades de carbón por otras (o adaptarse a tal fin), por lo que se diferenciará
también entre carbón “de interior” y carbón “de costa”, ya que de cara a mantener
grupos menos eficientes como reserva o con el fin de diversificar capacidad y
suministros, podría interesar priorizar aquellos grupos que tengan mejor acceso para la
importación de las calidades especificadas para su consumo (los grupos costeros
tendrían ventaja sobre los de interior). El detalle de los grupos de carbón existentes
actualmente en el Parque Generador español (potencia, combustible, localización, fecha
de cierre estimada) puede verse en el Anexo 1.

Otro aspecto importante de esta Tesis consiste en analizar los excedentes de energía
no gestionable. Con el crecimiento que está experimentando el parque renovable, los
valles nocturnos con mucho viento (especialmente si la fluyente hidráulica es elevada y
el parque nuclear tiene la mayoría de grupos acoplados) están provocando ya
situaciones de exceso de energía (precios bajos o nulos en el mercado spot, producción
térmica al mínimo) que en ocasiones obligan al operador del sistema a ordenar el corte
de algunos de los grupos en funcionamiento (típicamente parques eólicos). Estos
cortes están recibiendo un interés mediático notable (aunque no es en absoluto un
fenómeno nuevo, ya que los vertidos de hidráulica en las avenidas son tan antiguas
como el propio parque hidroeléctrico), puesto que se trata de energía renovable
“desperdiciada” (una vez se agotan las posibilidades de exportar dicha energía o de
almacenarla mediante bombeo). Caracterizar dicha energía “excedentaria” (horas de
corte, volumen de energía vertida, posibilidades para el bombeo, etc…) es de gran
interés para el conjunto de los agentes (empresas, operador del sistema,
Administración), por lo que se ha convertido en un apartado recurrente de los estudios
de planificación a medio y largo plazo realizados en la actualidad.

Igual que se habla de una “curva de carga térmica”, se va a estudiar la “curva de


vertidos” que se producirían en cada escenario, evaluando el impacto de incorporar
2 Metodología de estudio y características del modelo 15

nuevos grupos de bombeo puro al sistema (cuantos más grupos, menos horas de corte
y volumen de energía vertida).
3 Cobertura de la demanda en 2020 1

3
Cobertura de la demanda en 2020
3 Cobertura de la demanda en 2020 2

3 Cobertura de la demanda en 2020

3.1 Situación del Parque Generador Español en 2020

Las necesidades de generación (potencia instalada de las distintas tecnologías)


dependen fundamentalmente de la demanda eléctrica del sistema, ya que el objetivo
del Parque Generador es cubrir dicha demanda en las condiciones técnicas, económicas
y medioambientales adecuadas. Para cuantificar las necesidades de generación de un
sistema en un horizonte temporal determinado se suele recurrir a indicadores tales
como el índice de cobertura (capacidad teórica disponible para cubrir la punta de
demanda esperada), el grado de autoabastecimiento, etc… que partiendo generalmente
de una hipótesis de demanda, permiten valorar si el sistema requiere nueva potencia
de base, de punta, si depende en exceso de un determinado
combustible/suministrador, etc…

Una de las cuestiones previas a la hora de plantear la presente Tesis ha consistido en


decidir el período de estudio. De cara a elaborar distintos escenarios/composiciones
del Parque Generador, 2020 puede considerarse como un año relativamente
“próximo”, es decir, no hay mucho margen para nuevas inversiones (y por tanto para
diferenciar distintos escenarios). Esto se debe fundamentalmente a la situación de
relativa sobrecapacidad que se ha presentado en el sistema debido al fuerte ciclo
inversor de la última década (ciclos y renovables) y al descenso de demanda
coyuntural – estructural que ha tenido lugar debido a la crisis económica. Por tanto,
podría pensarse que 2020 es casi un “nodo único”, es decir, partiendo de la situación
actual, el mix en 2020 tiene pocos grados de libertad (no hay necesidad de grandes
inversiones, y tampoco excesivo tiempo para lanzar determinados proyectos, como
centrales nucleares o grandes instalaciones hidroeléctricas). Casi podría aventurarse a
pensar que de aquí a 2020 se terminarán los ciclos combinados actualmente en
construcción, se seguirán instalando más renovables, y se acometerá algún proyecto
hidroeléctrico, pero poco más. Hay un cierto consenso en que se espera un crecimiento
moderado de demanda (recuperación lenta de la crisis) que de alguna manera se irá
cubriendo con la instalación de nueva capacidad renovable.
3 Cobertura de la demanda en 2020 3

Sin embargo, 2020 es un horizonte con gran resonancia en el ámbito de la


planificación energética de la UE, ya que constituye el año de referencia para el
cumplimiento de ambiciosos objetivos que se han impuesto los países miembros de la
Unión. Los objetivos del “20-20-20” son una referencia ineludible en el diseño del
sistema y en la toma de decisiones regulatorias en la actualidad. Por ello se ha
considerado pertinente realizar un análisis de la situación del sistema en 2020, aunque
las diferencias que puedan encontrarse entre unos escenarios y otros no sean
demasiado grandes.

En líneas generales, las características del Parque Generador español en 2020 serán:

• Mantenimiento de la potencia nuclear actual, a excepción de la central de


Santa María de Garoña, cuyo cierre previsto tendría lugar en 2013

• Varios grupos de carbón (típicamente aquellos que se hayan acogido a las


20000 horas del PNRE) y todos los fueles del sistema cerrarán como tarde en
2015. El resto de carbones deberá invertir en instalaciones de desulfuración
(y eventualmente en sistemas SCR [Selective Catalytic Reactor], para disminuir
emisiones de NOx).

• Mantenimiento de los ciclos combinados existentes en la actualidad más los


cerca de 2000 MW en ejecución.

• Aumento sostenido de capacidad renovable, fundamentalmente eólica y


termosolar. Los ritmos de entrada de esta nueva potencia dependerán del
impulso regulatorio que reciban por parte de la Administración, así como de
la evolución de sus costes de inversión (CAPEX) y de su competitividad
relativa con los combustibles fósiles.

• Mantenimiento de la potencia hidroeléctrica, con la posibilidad de


incrementos de potencia en algunas centrales existentes o de construcción de
algún bombeo puro nuevo.

Por tanto, el mix de potencia del sistema no diferirá en exceso del mix actual (en
general, más potencia y energía renovable, cierre de los grupos térmicos menos
eficientes, disminución del hueco hidrotérmico).
3 Cobertura de la demanda en 2020 4

También hay que tener en cuenta otras variables generales que afectarían al sistema:

• Demanda: después de un período de fuerte crecimiento, se espera un ritmo


más moderado de crecimiento de la demanda. La velocidad de recuperación
de la crisis, el grado de penetración de vehículo eléctrico (VEH) y las
mejoras en eficiencia son algunos de los factores más relevantes.

• Interconexiones: se prevé un reforzamiento de las interconexiones eléctricas


con Francia y Portugal. También se supondrá un aumento de la capacidad
de interconexión gasística con Francia.

• Vehículo eléctrico: durante los últimos meses, el VEH está recibiendo una
atención cada vez mayor por parte de los medios, reflejando el gran interés
que suscita el desarrollo de las tecnologías asociadas al mismo (muy ligadas
a las industrias eléctrica y automovilística) y el respaldo regulatorio que se
está construyendo para dar soporte al despegue de esta alternativa de
transporte. No obstante, el grado de penetración del VEH es una incógnita,
y dependerá de numerosos factores (aunque existe consenso en pensar que
existirá una flota de vehículos relevante).

• Medio ambiente: las presiones medioambientales sobre las actividades de


generación han ido en aumento durante los últimos años. Cabe esperar que
esta tendencia se mantenga, dando lugar a una regulación más restrictiva en
lo relativo a emisiones ácidas, gases de efecto invernadero y otros impactos
(ruido, contaminación de aguas, riesgo civil, etc…).

• Regulación y competencia: a nivel europeo, la tendencia deseable (de


acuerdo con las Directivas propugnadas por la UE) es la de avanzar hacia
una mayor integración, convergencia y armonización de los mercados
eléctricos, en línea con los presupuestos de libre circulación de mercancías y
capitales en los que se basa la política económica de la Unión, con el fin de
fomentar la competitividad y la eficiencia de los procesos productivos. Esto,
unido a una preocupación cada vez mayor por la alta dependencia
energética de Europa, se traduce en aumento de interconexiones, de fuentes
energéticas autóctonas, mayor coordinación regulatoria, fomento de la
competencia, etc…
3 Cobertura de la demanda en 2020 5

Todas estas variables (parque generador, demanda, regulación, etc…) se ajustarán a


diferentes valores (hipótesis) en función de los escenarios de estudio considerados,
como podrá verse en el siguiente apartado.

3.2 Definición de escenarios. Hipótesis

A continuación se detallan las hipótesis concretas relativas a cada uno de los tres
escenarios:

3.2.1 Escenario 1: Seguridad de Suministro

Este escenario prioriza la seguridad de suministro del sistema (asegurar el


suministro minimizando riesgos asociados a fallos técnicos, situaciones climatológicas
excepcionales y dependencia de terceros países). Las hipótesis consideradas e
introducidas en el modelo son las siguientes:

• Demanda interna (sin contar intercambios ni VEH): demanda crece al 1.2%


compuesto alcanzando 304 TWh en 2020 (igual que el resto de escenarios).

• Renovables: 35000 MW de eólica, 4940 MW de fotovoltaica, 5700 MW de


termosolar.

• Se alarga la vida de la central nuclear de Garoña hasta los 55 – 60 años


(presente en 2020).

• Se mantiene operativa la minería de carbón nacional, incentivando la


utilización de dicho carbón a través de distintos mecanismos regulatorios.

• La interconexión con Portugal asciende a 4000 MW (dato del modelo,


cualitativamente también se considera un refuerzo de la interconexión con
Francia).

• La penetración del VEH asciende a un 7.5% del parque automovilístico (20


millones de vehículos).
3 Cobertura de la demanda en 2020 6

• Se exige un índice de cobertura del sistema del 12%.

• Se esperan pagos por capacidad mayores que los actuales, acordes con el
grado de cobertura deseado y el papel de back-up de la térmica.

El mix de potencia necesario para satisfacer estas restricciones (cubrir el hueco


hidrotérmico que dejan renovables, fluyente y nuclear), así como la energía aportada
por cada una de las distintas tecnologías se discutirán a partir de los resultados del
modelo, alimentado con las hipótesis mencionadas.

3.2.2 Escenario 2: Medio Ambiente

En este escenario, se presupone una mayor exigencia medioambiental a todos los


niveles (UE, Administración, etc…), que se traduce en un apoyo muy fuerte a la
implantación de renovables y una legislación más restrictiva con las instalaciones
térmicas, que penaliza principalmente a los grupos de carbón menos eficientes. Las
hipótesis consideradas son las siguientes:

• Demanda: 304 TWh.

• Renovables: 41000 MW de eólica, 5420 MW de fotovoltaica, 7400 MW de


termosolar. [Nótese que las potencias instaladas son mayores que en el caso
anterior, a pesar de que las renovables favorecen la seguridad de suministro, en la
medida en que reducen la importación de combustibles fósiles; un escenario 100%
renovable (si fuera técnicamente posible) sería el “súmmum” de la seguridad de
suministro. Este tipo de “paradojas” son inevitables y se repiten en todos los
escenarios, pero es necesario decidirse por unos valores u otros y priorizar para poder
construirlos].

• Cierre de la CN Garoña [de nuevo, aunque las nucleares no emiten CO2, no son
percibidas como amigables medioambientalmente e interfieren con los objetivos y
producción renovables].

• Menor peso de grupos de carbón (legislación más restrictiva), por lo que se


mantienen más como reserva que como parte relevante del mix de
producción.
3 Cobertura de la demanda en 2020 7

• 3000 MW de interconexión con Portugal. Puede suponerse un mayor


incentivo a aumentar interconexión con Francia, para mejorar la viabilidad
técnica y dar salida a los excedentes de energía no gestionable.

• Penetración del VEH del 10% del parque automovilístico.

• Se exige un índice de cobertura del 10%.

• Se asumen pagos por capacidad medios-altos, debido fundamentalmente a


las necesidades de back-up.

La apuesta fundamental de este escenario son las energías renovables, así como un
recorte importante de emisiones de grupos térmicos, penalizando a las instalaciones
más antiguas e ineficientes.

Éste es el escenario que más robustez exige del sistema (mayores transitorios [de
producción eléctrica y demanda de gas] y necesidades de back-up, mayores excedentes
de energía no gestionable previstos, mayores problemas de congestiones de red), por lo
que se prestará especial atención en su análisis a los posibles condicionantes técnicos
(redes, reserva rodante, etc…).

3.2.3 Escenario 3: Competitividad

En este escenario se prioriza el ahorro, es decir, se busca que los costes totales del
sistema (fijos y variables) sean lo más bajos posibles (el sustantivo “competitividad”
hace referencia a que el precio de la electricidad repercute directamente sobre la
mayoría de procesos productivos, por lo que es un factor crítico para poder competir
con otras economías).

En este sentido, lo más barato en cuanto a inversiones es no realizar inversiones o


acometer las menos posibles, tanto de infraestructuras como de nueva capacidad, por
lo que se tratará de sacar el máximo partido a la capacidad e infraestructura existente,
amortizarla al máximo. Además, se va a suponer que a 2020 las renovables siguen
teniendo un coste total superior al del resto de tecnologías “no renovables”, por lo que
el ritmo de incorporación de nueva potencia eólica y solar será más lento que en los
otros dos escenarios. Así, las hipótesis consideradas son:
3 Cobertura de la demanda en 2020 8

• Demanda: 304 TWh.

• Renovables: 33200 MW de eólica, 4460 MW de fotovoltaica y 3500 MW de


termosolar (aunque las renovables necesiten subvenciones, se asume que se
seguirá apostando por ellas como herramienta fundamental que permita
alcanzar los objetivos del 20-20-20).

• Mantenimiento de la CN Garoña.

• 3000 MW de interconexión con Portugal.

• Penetración del 5% del VEH en el parque automovilístico (al igual que con
las renovables, se supone que en 2020 el VEH va a seguir siendo “caro”, es
decir, estará incentivado de alguna manera).

• Se pide un índice de cobertura del 10% (como se verá, podrá alcanzarse sin
necesidad de realizar inversiones en nueva capacidad térmica).

• Se asumen pagos por capacidad bajos, es decir, menores que en los otros dos
escenarios.

De alguna manera, podría pensarse que éste es un escenario “de mínimos”, ya que
mientras los otros dos apuestan por determinadas inversiones ya para 2020 (renovables
+ carbón autóctono + redes en el caso de Seguridad de Suministro, renovables + back-
up en el caso de Medio Ambiente), en éste se apuesta por hacer lo menos posible. En el
estudio de 2030 se verá que éste también es un caso “activo”, es decir, tendrá que
apostar por un mix de inversiones igualmente.

3.2.4 Resumen de los casos

Hasta aquí las diferencias a introducir en el modelo, que determinarán resultados


distintos para cada escenario. La discusión de cobertura de hueco térmico (ciclo vs
carbón vs turbina de gas) se realizará a posteriori, razonando sobre el perfil térmico
resultante y en base a las hipótesis consideradas.
3 Cobertura de la demanda en 2020 9

Cabe destacar que algunos elementos pueden parecer favorables para los tres
escenarios (p.e., más interconexiones son buenas para la Seguridad de Suminstro, pero
también para un escenario con mayores excedentes renovables, como el de Medio
Ambiente, y también favorecen la Competitividad en la medida en que racionalizan el
despacho; lo mismo ocurre con otros elementos como la eficiencia, las renovables
[hasta cierto punto], etc…). Aquí la clave es priorizar: cierto que más mallado de red es
bueno para los tres escenarios, pero ¿cuál de ellos lo incentivaría más, para cuál sería
más prioritario? Esta cuestión se amplificará notablemente en el estudio de 2030, ya
que para ese año los tres escenarios requerirán un mayor volumen de inversiones.

A modo de resumen, las hipótesis señaladas en los puntos anteriores quedarían de


la siguiente manera:

1. Potencia instalada de eólica, fotovoltaica y termosolar:

Eólica Fotovoltaica Termosolar


Seguridad de suministro 35000 4940 5700
Medio Ambiente 41000 5420 7400
Competitividad 33200 4460 3500

Tabla 1. Potencia renovable en 2020

2. Garoña, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura exigido:

Garoña MW de interconexion VEH Índice Cobertura


Seguridad de suministro SÍ 4000 7.5% 1.12
Medio Ambiente NO 3000 10% 1.10
Competitividad SÍ 3000 5% 1.10

Tabla 2. Garoña, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura en 2020

3. Otras consideraciones (parque de carbón, pagos por capacidad previstos):

CN CI Pagos por capacidad


Seguridad de suministro Sí Sí Altos
Medio Ambiente Cierres Eficiente Medios
Competitividad Reserva Sí Bajos

Tabla 3. Carbón nacional, carbón importado, pagos por capacidad previstos


3 Cobertura de la demanda en 2020 10

Como se dijo anteriormente, las inversiones necesarias (en caso de haberlas) y el


funcionamiento de los grupos térmicos se discutirá posteriormente, a la vista de los
resultados obtenidos con el modelo.

3.3 Resultados del modelo. Análisis

3.3.1 Cobertura según los distintos escenarios. Discusión del hueco térmico

Los datos de salida del modelo se almacenan en un fichero de texto que contiene un
gran número de datos (más de 300 000 filas), que caracterizan el estado tanto del
sistema español como del sistema portugués (potencia disponible y energía producida
por cada tecnología, situación de embalses de bombeo, demanda convencional, energía
transitada entre España y Portugal, demanda de VEH, etc…) para cada una de las 8760
horas del año.

Los resultados obtenidos al introducir las hipótesis señaladas anteriormente en el


modelo son las siguientes:

3.3.1.1 Caso 1: Seguridad de Suministro

Con las hipótesis introducidas, la producción total del sistema asciende a 308 TWh
(incluyendo demanda interna, saldo exportador, bombeo, vertidos y VEH), con un 19%
de producción nuclear, un 26% de producción térmica convencional (carbón y ciclos
combinados), un 10% de producción hidráulica (incluyendo bombeo) y un 45% de
producción en régimen especial, que engloba producción eólica, fotovoltaica,
termosolar y resto de régimen especial (fundamentalmente cogeneración pero también
biomasa, etc…). El hueco térmico asciende a 81 TWh. Gráficamente, la producción total
quedaría de la siguiente manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 11

0%
9% Nuclear
19%
CN

CI
14%
CCGT
5% TG

Eólica
5% 4%
Fotovoltaica
2%
Termosolar

Resto Rég. Esp.


18%
Hidráulica

24% Bombeo
0%

Figura 2. Mix de producción en 2020 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, los 81 TWh de hueco térmico (una vez repartida la producción
hidroeléctrica para minimizar la función objetivo), son cubiertos por el carbón
nacional, el importado y los ciclos combinados.

El mantenimiento de la minería autóctona y de la flota de carbón nacional es una de


las hipótesis del caso que nos ocupa (Seguridad de Suministro). De los cerca de 5000
MW de carbón nacional en funcionamiento actualmente, se ha supuesto que 3500 (3
grupos de Teruel y Compostilla, grupos más eficientes de Puertollano, Guardo, La
Robla, Puente Nuevo) se mantendrían operativos, con un funcionamiento anual de
unas 4000 horas (producción de 14 TWh de mezcla de carbón autóctono – importado,
para la que se necesitaría extraer unos 8 – 10 Mt de mineral, que permitiría mantener
las explotaciones mineras más económicas operativas “en base”).

Los grupos de carbón importado y ciclos combinados competirían por los 67 TWh
restantes; si consideramos una flota operativa de carbón importado “eficiente” de 4000
MW (Litoral, Barrios, Puentes de García Rodríguez, Aboño, Lada) funcionando una
media de 3000 h (12 TWh anuales), los 25 000 MW de ciclos quedarían con un factor de
carga medio del 25%, valor del que difícilmente podrían bajar por competitividad y
presiones contractuales. De esta manera, los ciclos producirían 55 TWh.

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 12

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 25000 3500 4000 7500 32500
horas equiv, 2197 4000 3000 3467 2490
factor de carga 25% 46% 34% 40% 28%
TWh prod. 54.9 14 12 26 80.9
% respecto SEP 18% 5% 4% 8% 26%
% respecto térmica 68% 17% 15% 32% 100%
Emis. CO2 (Mt) 20.0 - - 24.7 44.7
Emis. NOx (kt) 11.0 - - 39.0 50.0

MW Punta térmica 20000 supone de térmica instalada 58%

Tabla 4. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Seguridad de Suministro

En cuanto a los vertidos que se producirían (horas en que el modelo devuelve


producción térmica nula), se han observado los siguientes valores:

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 5 5.5 6 6.5 7


Horas de corte 108 90 73 65 58
Energía sobre potencia 802 708 611 562 515
Energía vertida (GWh) 262 213 173 139.5 109

MW Punta Bombeo 12500 supone 2.3 veces el bombeo instalado

Tabla 5. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, para una potencia de bombeo de 5500 MW (la que se estima
habrá en 2020 en un caso base), habría 90 horas de corte en las que se verterían 213
GWh. Aumentar la potencia de bombeo instalando nuevos grupos no parece rentable,
ya que un nuevo grupo de bombeo puro de 500 MW apenas evitaría 17 horas de corte y
40 GWh de vertido, lo que a todas luces no justificaría la inversión (las centrales de
bombeo tienen unos costes fijos elevados que difícilmente podrían recuperar).

Una vez comprobado que el hueco térmico que dejan la nuclear, la hidráulica y la
potencia de régimen especial considerada a 2020 (unos 45000 MW entre eólica,
fotovoltaica y termosolar, más cogeneración y otros) queda cubierto con la potencia
térmica existente (suponiendo un aumento de demanda interanual del 1,2%), cabe
preguntarse cuál es el estado de los distintos objetivos “cualitativos” (independencia
energética, nivel de emisiones, grado de cobertura, etc…) para este escenario
particular.
3 Cobertura de la demanda en 2020 13

Una magnitud de especial relevancia es el índice de cobertura (ver Anexo 2), que
refleja la capacidad teórica disponible para cubrir el pico de demanda en condiciones
desfavorables (p.e. pico de verano en año seco y caluroso). El pico de demanda
estimado en los tres escenarios de 2020 es de 49500 MW (punta en noche fría de
invierno). En este escenario particular se pedía un índice de cobertura de 1.12.
Sumando toda la potencia considerada (nuclear + térmica operativa + renovables +
4900 MW de resto de régimen especial + 17000 MW de hidráulica + 5500 MW de
bombeo [de los cuales 3500 corresponden a bombeo puro y 2000 a bombeo mixto]), y
calculando el grado de cobertura que aporta cada tecnología, no se alcanza el valor
deseado (esto ocurrirá en casi todos los escenarios).

Por tanto, para alcanzar dicho índice de cobertura, habrá que incrementar la
potencia instalada. Para esto hay dos alternativas básicas: mantener grupos térmicos
ineficientes que habrán de funcionar muy pocas o ninguna horas, o instalar nueva
potencia. En este escenario se ha optado por mantener 1000 MW de carbón de reserva
(grupos pequeños y/o menos eficientes) y por instalar 800 MW de capacidad de punta
(turbinas de gas de ciclo abierto o peakers).

Por tanto, el mix de producción quedaría de la siguiente manera:

Caso1: Seguridad de Suministro


Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 7455 58.8 19% 7082
CN 4500 14 5% 4050
CI 4000 12 4% 3600
CCGT 25000 54.9 18% 23750
TG 800 0 0% 784
Eólica 35000 75.2 24% 2450
Fotovoltaica 4490 6.6 2% 0
Termosolar 5700 14.8 5% 0
Resto Rég. Esp. 4904 43 14% 3923
Hidráulica 17000 27.7 9% 6800
Bombeo 5500 1.2 0% 2975
308.2 100% 55414

Índice de Cobertura 12%


Grado de Autoabastecimiento 69%
Producción Renovable
TWh % SEP
Hidro + Eól + Sol + Resto 139.6 45%

Tabla 6: Cobertura de la demanda en 2020 – Seguridad de Suministro


3 Cobertura de la demanda en 2020 14

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.12, con un grado de


autoabastecimiento del 69% (nuclear + carbón nacional + eólica + fotovoltaica +
termosolar + hidráulica + bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando
cogeneración]), y una producción de origen renovable que supone el 45% del total de
producción.

3.3.1.2 Caso 2: Medio Ambiente

Con las hipótesis introducidas (cierre de Garoña, elevado ritmo de implantación de


renovables y vehículo eléctrico, etc…), la producción total del sistema asciende a 312
TWh, con un 18% de producción nuclear, un 22% de producción térmica convencional
(carbón y ciclos combinados), un 10% de producción hidráulica y un 51% de
producción en régimen especial, en la que destacan un 28% de energía eólica y un 6%
de producción termosolar. El hueco térmico asciende a 68 TWh. Gráficamente, la
producción total quedaría de la siguiente manera:

1% Nuclear
9%
18%
CN

CI
14%
0% CCGT
6%
TG

Eólica
6%
Fotovoltaica

3% 16% Termosolar

Resto Rég. Esp.

Hidráulica
0%
Bombeo
28%

Figura 3. Mix de producción en 2020 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, los 68 TWh de hueco térmico son cubiertos por el carbón
importado y los ciclos combinados. Como se dijo anteriormente, este escenario se
caracteriza por un apoyo regulatorio notable hacia las tecnologías renovables
3 Cobertura de la demanda en 2020 15

(materializado a través de primas, subvenciones, etc…), y también por una legislación


más restrictiva relativa a los grupos térmicos. Esto penalizaría especialmente a los
grupos de carbón nacional, por dos motivos: por una lado, se trata (en general) de
grupos relativamente antiguos, es decir, menos competitivos económicamente y más
contaminantes. Por otro lado, regímenes muy bajos de funcionamiento impiden
mantener operativa la industria minera autóctona. Este escenario conllevaría la
ejecución de un Plan Nacional de Minería que contemplase el cierre progresivo de las
minas de carbón. Aún no existiendo minería nacional, las empresas podrían decidir
mantener aquellas centrales “de carbón nacional” cuyas calderas (y logística)
permitiesen quemar carbón importado de características similares (puede resultar
interesante mantener potencia de este tipo como reserva o ante emergencias del
sistema, si se establecen los pagos de garantía de potencia pertinentes).

Descartado el carbón nacional del mercado de producción, serían los grupos de


carbón importado y ciclos combinados los que competirían por los 68 TWh de hueco
térmico. En cuanto al carbón importado, hay dos efectos contrapuestos: por un lado, se
asume un escenario de prioridad medioambiental local y global (objetivos de
reducción más restrictivos y por tanto mayores precios de CO2), que penaliza su
competitividad relativa con los ciclos. Sin embargo, la desaparición del carbón nacional
de mix de mercado, el “hueco de carbón” (interés estratégico en no abandonar esta
tecnología, mayor hueco térmico) se lo llevarían las centrales más eficientes (Barrios,
Litoral, Puentes, Aboño). Por tanto, se han considerado menos MW que en el caso
anterior (3500 MW más eficientes) funcionando más intensivamente (5000 horas
anuales). De esta manera el carbón importado produciría 17 TWh, y los ciclos
producirían los 51 TWh restantes, alcanzando un factor de carga del 23%.

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 16

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 25000 0 3500 3500 28500
horas equiv, 2028 0 5000 5000 2393
factor de carga 23% 0% 57% 57% 27%
TWh prod. 50.7 0 17.5 17.5 68.2
% respecto SEP 16% 0% 6% 6% 22%
% respecto térmica 74% 0% 26% 26% 100%
Emis. CO2 (Mt) 18.5 - - 16.6 35.1
Emis. NOx (kt) 10.1 - - 26.3 36.4

MW Punta térmica 18500 supone de térmica instalada 56%

Tabla 7. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Medio Ambiente

En cuanto a los vertidos que se producirían, se han observado los siguientes valores:

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 5 5.5 6 6.5 7


Horas de corte 301 264 228 203 169
Energía sobre potencia 2462 2269 2063 1906 1678
Energía vertida 957 817 695 586.5 495

MW Punta Bombeo 18000 supone 3.3 veces el bombeo instalado

Tabla 8. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 – Medio Ambiente

Como puede verse, para una potencia de bombeo de 5500 MW habría 264 horas de
corte en las que se verterían 817 GWh. Aumentando 500 MW se evitarían 36 horas de
vertido, y la energía vertida disminuiría a 695 GWh (-122 GWh). Incorporar nueva
potencia (por encima de los 5500 MW de referencia) no parece justificado en términos
de energía “ahorrada” (no vertida). No obstante, de invertir en más capacidad de
bombeo en 2020, éste sería el escenario más propicio, ya que las oportunidades de
bombeo económico (el modelo no detecta oportunidades de bombeo que en la práctica
existen en los valles, por la presión de funcionamiento de los grupos térmicos que no
quieran parar o que están sujetos a take-or-pays, etc…) serían mayores que en los otros
dos escenarios. Además, el ahorro que supone para el sistema evitar vertidos de
energía y las ventajas que supone para el OS contar con mayor capacidad de bombeo
podría ser reconocido por la Administración mediante incentivos o primas, de cara a la
promoción y desarrollo de nuevos proyectos. La forma de los excedentes previstos en
este escenario puede verse en la siguiente gráfica:
3 Cobertura de la demanda en 2020 17

20
18
16
Vertidos (GW)
14
12
10
8
6
4
2
0
1 101 201 301 401 501 601 701 801 901 1001

Figura 4. Curva de vertidos en 2020 - Medio Ambiente

Para este escenario se pedía un índice de cobertura de 1.10. Sumando toda la


potencia considerada (nuclear + térmica operativa + renovables + 4900 MW de resto de
régimen especial + 17000 MW de hidráulica + 5500 MW de bombeo [de los cuales 3500
corresponden a bombeo puro y 2000 a bombeo mixto]), y calculando el grado de
cobertura que aporta cada tecnología, no se alcanza el valor deseado.

Por tanto, para alcanzar dicho índice de cobertura, habrá que incrementar la
potencia instalada. En este escenario se ha optado por mantener 4000 MW de carbón
“nacional” o importado de reserva (grupos que adaptando o no sus calderas puedan
funcionar con 100% de carbón importado de similares características, o incluso otros
combustibles como fuel oil o gas oil en caso de emergencia) y por instalar 800 MW de
capacidad de punta (turbinas de gas de ciclo abierto o peakers).

Por tanto, el mix de producción quedaría de la siguiente manera:


3 Cobertura de la demanda en 2020 18

Caso2: Medio Ambiente


Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 7000 55.1 18% 6650
CN 4000 0 0% 3600
CI 3500 17.5 6% 3150
CCGT 25000 50.7 16% 23750
TG 800 0 0% 784
Eólica 41000 88 28% 2870
Fotovoltaica 5420 8 3% 0
Termosolar 7400 19.2 6% 0
Resto Rég. Esp. 4904 43 14% 3923.2
Hidráulica 17000 27.7 9% 6800
Bombeo 5500 2.8 1% 2975
312 100% 54502.2

Índice de Cobertura 10%


Grado de Autoabastecimiento 69%
Producción Renovable
TWh % SEP
Hidro + Eól + Sol + Resto 158.2 51%

Tabla 9: Cobertura de la demanda en 2020 – Medio Ambiente

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.10, con un grado de


autoabastecimiento del 69% (nuclear + eólica + fotovoltaica + termosolar + hidráulica +
bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando cogeneración]), y una
producción de origen renovable que supone el 51% del total de producción.

3.3.1.3 Caso 3: Competitividad

Con las hipótesis introducidas (mantener Garoña, menor ritmo de instalación de


renovables, carbón importado competitivo, escasa penetración de vehículo eléctrico,
etc…) la producción total del sistema asciende a 306 TWh, con un 19% de producción
nuclear, un 30% de producción térmica convencional (carbón importado y ciclos
combinados), un 9% de producción hidráulica y un 42% de producción en régimen
especial. Nótese que éste es el escenario con menor demanda/producción de los tres
(sobre la base de 304 TWh común a los tres escenarios, éste es el de menor saldo
exportador, menor consumo de vehículo eléctrico, y menores excedentes/vertidos de
energía). El hueco térmico asciende a 89 TWh (el mayor de los tres escenarios).
Gráficamente, la producción total quedaría de la siguiente manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 19

9% 0% Nuclear
19%
CN

CI
14%
CCGT
0%
TG
7%

3% Eólica

2% Fotovoltaica

Termosolar

Resto Rég. Esp.


23% Hidráulica
23%
Bombeo
0%

Figura 5. Mix de producción en 2020 – Competitividad

Como puede verse, los 89 TWh de hueco térmico son cubiertos por el carbón
importado y los ciclos combinados. Como se dijo anteriormente, este escenario se
caracteriza por un coste mínimo del abastecimiento (asumiendo una continuidad de las
políticas de apoyo a renovables, a pesar de no ser a priori las tecnologías más
económicas). Lo que va a tratar este escenario es de minimizar las inversiones, tanto en
infraestructuras como en nueva capacidad; no hay inversión más “barata” que la que
ya está hecha. Por tanto, la potencia existente se mantendrá disponible en la medida de
lo posible. Por eso, aunque no se incentive la minería nacional, se ha supuesto el
mantenimiento de grupos de carbón nacional (como en el caso anterior, adaptando las
calderas y equipos si procede) como potencia de reserva.

Por tanto, se ha supuesto una mayor potencia de carbón importado operativo


(aparte de los grupos más eficientes mencionados anteriormente, podrían permanecer
en “mercado” grupos como La Robla, Narcea, Soto de Ribera, etc…), alcanzando los
5000 MW de potencia operativa, con un funcionamiento medio de 4000 horas (menor
que la del caso anterior [medio ambiente], ya que la eficiencia media del parque es
menor).

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 20

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 25000 0 5000 5000 30000
horas equiv, 2764 0 4000 4000 2970
factor de carga 32% 0% 46% 46% 34%
TWh prod. 69.1 0 20 20 89.1
% respecto SEP 23% 0% 7% 7% 29%
% respecto térmica 78% 0% 22% 22% 100%
Emis. CO2 (Mt) 25.2 - - 19.0 44.2
Emis. NOx (kt) 13.8 - - 30.0 43.8

MW Punta térmica 21000 supone de térmica instalada 63%

Tabla 10. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Competitividad

Si bien el caso anterior podría ser el caso más exigente para el OS (cuanta mayor
proporción de renovables, mayores transitorios de despacho hidrotérmico), este caso es
el que presenta mayores factores de carga de los grupos térmicos y una producción
instantánea máxima de ciclos y carbones. La forma del hueco térmico puede apreciarse
en la figura siguiente:

25

20
Curva de carga térmica (GW)

15

10

0
1253
1566
1879
2192
2505
2818
3131
3444
3757
4070
4383
4696
5009
5322
5635
5948
6261
6574
6887
7200
7513
7826
8139
8452
314
627
940
1

Figura 6. Curva de carga térmica 2020 - Competitividad

La punta de producción térmica asciende a 21000 MW, lo que supone un 63% de la


potencia térmica instalada.

En cuanto a los vertidos que se producirían, se han obtenido los siguientes valores:
3 Cobertura de la demanda en 2020 21

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 5 5.5 6 6.5 7


Horas de corte 49 39 31 22 19
Energía sobre potencia 328 276 229 174 153
Energía vertida 83 61.5 43 31 20

MW Punta Bombeo 9500 supone 1.7 veces el bombeo instalado

Tabla 11. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 – Competitividad

Como puede verse, para una potencia de bombeo de 5500 MW habría 39 horas de
corte en las que se verterían 61 GWh. Este escenario sería el menos propicio para el
aumento de potencia de bombeo (menores excedentes y diferenciales de precio valle –
punta previstos).

En este escenario se pedía un índice de cobertura de 1.10. Sumando toda la potencia


operativa considerada y calculando el grado de cobertura que aporta cada tecnología,
no se alcanza el valor deseado.

Por tanto, para alcanzar dicho índice de cobertura, habrá que incrementar la
potencia instalada. Como se dijo anteriormente, la térmica de respaldo para reserva –
con un rol similar al que tienen hoy día los grupos de fuel- más económica son los
grupos ya existentes. En este caso sería necesario mantener 3500 MW de carbón
adicionales, entre “nacionales e importados” (como puede verse, para actuar como
potencia de reserva [siempre que se establezcan los incentivos necesarios para cubrir
los costes que supone conservar dicha potencia], poco importa la denominación
“nacional” o “importado”, ya que sólo se requeriría su funcionamiento en situaciones
excepcionales, para las que se obtendría el combustible necesario “al precio que
fuera”).

Con todas estas consideraciones, el mix de producción quedaría de la siguiente


manera:
3 Cobertura de la demanda en 2020 22

Caso3: Competitividad
Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 7455 58.8 19% 7082.25
CN 3500 0 0% 3150
CI 5000 20 7% 4500
CCGT 25000 69.1 23% 23750
TG 0 0 0% 0
Eólica 33200 71.3 23% 2324
Fotovoltaica 4460 6.6 2% 0
Termosolar 3500 9.1 3% 0
Resto Rég. Esp. 4904 43 14% 3923.2
Hidráulica 17000 27.7 9% 6800
Bombeo 5500 0.7 0% 2975
306.3 100% 54504.45

Índice de Cobertura 10%


Grado de Autoabastecimiento 62%

Tabla 12: Cobertura de la demanda en 2020 – Medio Ambiente

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.10, con un grado de


autoabastecimiento del 62% (nuclear + eólica + fotovoltaica + termosolar + hidráulica +
bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando cogeneración]), y una
producción de origen renovable que supone el 42% del total de producción.

3.3.2 Viabilidad técnica y robustez del sistema. Comparación entre escenarios

Como se ha visto en el apartado anterior, para cubrir la demanda estimada en 2020


no parece necesario acometer demasiadas inversiones. Según las hipótesis
consideradas, la década 2010 – 2020 se caracterizaría por un crecimiento moderado de
la demanda eléctrica (entre un 1% y un 2%), una continuidad en la apuesta por las
energías renovables y la introducción paulatina del vehículo eléctrico en el parque
automovilístico.

En condiciones “normales”, la punta de demanda térmica en 2020 se cubriría sin


problemas prácticamente solo con los 25000 MW de ciclos combinados que como
mínimo habrá en el Parque Generador. Por supuesto, las situaciones excepcionales
pueden tener lugar: coincidencia de varias nucleares paradas simultáneamente, año
muy seco, cortes de suministro de gas, etc… Por todo esto resulta importante lograr
3 Cobertura de la demanda en 2020 23

una diversificación de combustibles, tecnologías, suministradores, etc… para eso se


dimensiona el sistema con un margen razonable, que trate de garantizar el suministro
en una noche invernal sin viento de un 2020 seco y con varias nucleares indisponibles.

Por tanto, la viabilidad técnica (transitorios, reserva, restricciones, etc…) parece


factible con las inversiones indicadas en cada uno de los escenarios estudiados. No
obstante, uno de los objetivos de esta Tesis es poder comparar el “grado” de robustez
de los distintos escenarios planteados. Se han estudiado dos parámetros fundamentales
que podrían considerarse indicadores de la robustez del sistema:

• Grado de autoabastecimiento (incluye producción nuclear): cuanto menor


sea la energía primaria importada (gas, carbón importado) menos vulnerable
será el sistema a posibles contingencias de suministro (conflictos con
suministradores, crisis de materias primas, etc…). Como puede verse en la
siguiente gráfica, los escenarios “Seguridad de Suministro” y “Medio
Ambiente” alcanzarían un nivel muy similar de autoabastecimiento a través
de dos caminos distintos (el primero a través de una diversificación nuclear
[mantener Garoña] – carbón nacional – renovables, y el otro muy focalizado
en la promoción de energía renovable). El escenario más “dependiente” es el
competitivo, que mantiene Garoña pero no apuesta por el carbón nacional ni
por un ritmo tan alto de incorporación de renovables:

Grado autoabastecimiento
80%

70%
60%

50%
40%

30%
20%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 7. Grado de autoabastecimiento en 2020


3 Cobertura de la demanda en 2020 24

• Porcentaje de térmica en punta de potencia térmica: la correlación histórica


entre demanda y hueco térmico está viéndose modificada por la aportación
creciente de tecnologías como la solar y la eólica, que poseen patrones
bastante estacionales (más la primera que la segunda). Dicho de otra manera:
el momento crítico no tiene por qué ser la punta de demanda, sino la punta
de hueco térmico, ligeramente desacoplada de la anterior. Por ejemplo, se
observa ya que en las puntas de “mediodía de verano” el hueco térmico está
reduciéndose en parte debido al pico de producción solar que tiene lugar en
esas horas del día. El perfil de viento es más irregular, a pesar de que el
perfil medio sí que tiene una cierta estacionalidad a lo largo del año. En
cualquier caso, la contribución de las renovables contribuye a minorar no
sólo el hueco térmico (esto lo hace muy notablemente), sino también la punta
de térmica exigida (en menor medida), como puede verse en la siguiente
comparativa:

% térmica en punta potencia térmica


100%

80%

60%

40%

20%

0%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 8. Porcentaje de térmica en punta de demanda térmica en 2020

Como se dijo al principio del presente capítulo, las diferencias entre los distintos
escenarios a 2020 no son excesivas, ya que se trata de un año relativamente próximo en
términos de planificación. Sin embargo, el “punto de llegada” a 2020 es el “punto de
partida” para 2030, horizonte para el cual ya hay margen para plantear escenarios
sustancialmente distintos. En este sentido, la senda que sigue el escenario “Seguridad
de suministro” presenta una mayor robustez técnica que la senda seguida por el
escenario de “Competitividad”, lo que es lógico, ya que la garantía de suministro es su
prioridad fundamental. Cabe destacar que el escenario de “Medio Ambiente” logra a
2020 unos niveles de autoabastecimiento y de cobertura térmica similar o incluso mejor
3 Cobertura de la demanda en 2020 25

que el de “Seguridad de Suministro” casi “sin proponérselo”, gracias a la gran


inversión que supondría en generación renovable.

3.3.3 Inversión necesaria y expectativas de retorno. Viabilidad económica

El escenario de “Seguridad de Suministro” implica una inversión notable en


renovables (+18000 MW eólica, +1440 MW de fotovoltaica, +5500 MW de termosolar).
Además, para cumplir con el índice de cobertura deseado, se contempla la
construcción de 800 MW de turbinas de gas (para reserva, cobertura, restricciones,
etc…). Aparte de estas inversiones en nueva capacidad, cabe esperar un refuerzo de
interconexiones eléctricas y gasísticas (una de las prioridades en materia de seguridad
energética) y otras infraestructuras tales como almacenamientos de gas, etc… Para
lograr un índice de cobertura mayor que el de otros escenarios, sería necesario
implementar pagos por capacidad que permitieran mantener la capacidad de reserva
calculada (1000 MW de carbón, 800 MW de turbinas de gas, etc…), así como unos
factores de carga reducidos de ciclos combinados de respaldo. A esto habría que añadir
el sobrecoste que supone mantener operativa la industria de la minería de carbón
nacional.

El escenario de “Medio Ambiente” implica una inversión muy alta en nueva


capacidad renovable (+24000 MW eólicos [incluyendo offshore y repotenciaciones,
+1920 MW fotovoltaicos, +7200 MW termosolares). El desarrollo de todo este volumen
de capacidad implica a su vez mayores inversiones en redes de transporte y
distribución para permitir la evacuación de los parques y aliviar posibles congestiones
estructurales (p.e., zona del noroeste peninsular). Este es el escenario que mayor
necesidad de reserva térmica tiene (se han calculado 4000 MW de carbón y 800 MW de
nuevas turbinas de gas) y que menor factor de carga de ciclos presenta, por lo que
también cabe esperar pagos por capacidad más elevados que hagan viable
económicamente mantener esta potencia “ociosa”.

El escenario de “Competitividad” es el que menos inversión requiere, como era de


esperar. Se mantiene un ritmo de incorporación de renovables similar al actual (+16000
MW eólicos, +960 MW fotovoltaicos, +3300 MW termosolares), pero sin alcanzar los
niveles de los otros dos escenarios. Para los 3500 MW de carbón de reserva, cabe
3 Cobertura de la demanda en 2020 26

esperar unos pagos por capacidad moderados, así como para unos ciclos combinados
con un factor de carga por encima del 30%. No haría falta invertir en nueva potencia
térmica (turbinas de gas).

Aparte de las inversiones mencionadas, habría que contemplar también:

• Factor de carga de los ciclos: aparte de los pagos por capacidad ya


mencionados, este indicador da una medida del uso no sólo de los propios
ciclos, sino de toda la inversión en la cadena del gas del sistema (contratos a
largo plazo, up y mid stream, capacidad de regasificación y almacenamiento,
etc…). Con la perspectiva actual (después de la crisis y la disminución de la
demanda), hay cierto consenso en que ha existido una sobreinversión en
capacidad de ciclos e infraestructuras de gas. El debate acerca de por qué se
ha llegado a esta situación (malas señales dadas por la Administración vs
error de planificación y expectativas de las empresas) es muy interesante y
complejo a la vez. Lo cierto es que el oneroso ciclo inversor en gas ha
solapado un tanto bruscamente con otro potente ciclo inversor, el de las
renovables, y que esta situación ha quedado en evidencia a partir de la crisis
(en forma de precios de pool por debajo de costes de producción, precios
nulos durante decenas de horas, etc…). Los factores de carga de ciclos a 2020
serían los siguientes:

Factor de carga ciclos


35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 9. Factor de carga de ciclos en 2020

Destaca la escasa utilización media en los escenarios de “Medio Ambiente” y


“Seguridad de Suministro”, por debajo del 25%.
3 Cobertura de la demanda en 2020 27

• Porcentaje de producción de origen renovable: este indicador revela


fundamentalmente dos efectos contrapuestos; por un lado, cuanto mayor sea
la aportación de tecnologías renovables (hidráulica, eólica, solar, etc…), más
presión habrá sobre el precio de la electricidad en el mercado mayorista (se
trata de energía con coste variable prácticamente nulo y prioridad de
despacho, que desplaza hacia la derecha la curva de oferta). Este efecto es
observable hoy día (el agua y el viento fundamentalmente tienen gran
influencia en la formación de precio), y sería lógico que el aumento esperado
de la producción renovable lo acentúe a futuro. Por el contrario, el coste
asociado a las primas será mayor cuanto mayor se a la producción renovable
(así como los costes asociados a la potencia y energía de respaldo), lo que
supondría un aumento del coste – precio final de la energía para los clientes.

% producción Renovable
60%

50%

40%

30%

20%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 10. Producción de origen renovable en 2020

Como era de esperar, el porcentaje de producción depende fundamentalmente de la


aportación de las renovables al mix de potencia/producción.

• Energía vertida: los excedentes de energía que no puedan ser absorbidos por
el bombeo (ni exportados a terceros países) también suponen una pérdida o
ineficiencia del sistema (además de un lucro cesante que podría ser
reclamado en caso de generalizarse). A pesar de reconocerse como una
limitación o ineficiencia del sistema, los vertidos originados en los distintos
escenarios pueden resultar más eficientes económicamente que el remedio a
los propios vertidos, que pasaría por la construcción de nueva capacidad de
bombeo puro y de embalsado o de nuevas redes. En cualquier caso, los
3 Cobertura de la demanda en 2020 28

vertidos que se producirían en los tres escenarios (asumiendo que la


potencia de bombeo del sistema permanece en 5,5 GW) serían los siguientes:

Energía vertida (TWh)


1.0

0.8

0.6

0.4

0.2

0.0
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 11. Energía vertida en 2020

Como puede verse, las diferencias entre escenarios son notables.

• Emisiones: Otros datos relevantes son las emisiones de CO2 y NOx del
sistema. Por un lado, el volumen de emisiones de CO2 supone un coste
directo para el sistema (hay que comprar derechos para cubrir esas
emisiones). Por otro, estos valores dan una medida de la inversión en
equipos de abatimiento de emisiones que sería necesaria (equipos de
desulfuración/desnitrificación, partículas, etc…) para cumplir con la
regulación y Directivas correspondientes:

Emisiones CO2 (Mt) Emisiones NOx (kt)


60

50

40

30

20

10

0
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 12. Emisiones de CO2 y NOx en 2020


3 Cobertura de la demanda en 2020 29

Las empresas ya han acometido numerosas inversiones en instalaciones de


desulfuración para grupos de carbón, por lo que las emisiones ácidas de este tipo no se
incluirán en el estudio.

• Vehículo eléctrico: el grado de penetración del VEH es un dato de entrada al


modelo, por lo que ya se ha fijado de antemano la energía que demanda este
concepto: 3, 4 y 2 TWh en los escenarios “Seguridad de Suministro”, “Medio
Ambiente” y “Competitividad”. Cabe esperar que el desarrollo de
infraestructura eléctrica para los usuarios suponga un sobrecoste frente a la
alternativa de mantener la flota tradicional de “vehículos termodinámicos”,
por lo que aquellos escenarios con mayor presencia de VEH llevarían
aparejados mayores costes globales.

En resumen:

1) El volumen de inversión requerida por el sistema para la década 2010 – 2020


parece menor que el de la década anterior. El grueso de los costes de inversión
recaerá en la construcción de nueva capacidad renovable, así como en las
infraestructuras que permitan desarrollar dichas tecnologías (redes, back-up).

2) En los escenarios “Seguridad de Suministro” y “Medio Ambiente”, cabe


esperar que el precio de la energía sea menor que en el escenario
“Competitividad”, ya que habrá más producción de tecnologías no
gestionables (producen independientemente de la referencia de precio del
mercado). Sin embargo, es de esperar que el precio final de la electricidad
pagado por los clientes sea mayor, ya que la tarifa de acceso habrá de recoger
unos mayores costes asociados a renovables (prima + desarrollos de red), al
mantenimiento de la minería nacional, a los costes de distribución asociados al
VEH (si es que estos se ubican en la tarifa eléctrica), etc...

3) Las infraestructuras gasísticas (especialmente los ciclos combinados),


dimensionadas para un uso mayor del que previsiblemente tendrán en la
próxima década, encontrarán en su mayoría problemas para recuperar las
inversiones realizadas. La competencia no sólo por el hueco térmico
(“contenido” por el avance de las renovables) sino también por proveer los
servicios complementarios requeridos por el OS, unido a la presión que
3 Cobertura de la demanda en 2020 30

ejercen las cláusulas ToP que tienen la mayoría de los contratos de


aprovisionamiento de gas en España, probablemente hagan que exista un
nivel de competitividad muy alto en el mercado de ciclos. Esta situación
podría agravarse en los escenarios “Seguridad de Suministro” y “Medio
Ambiente” por la mayor cuota de producción renovable y por la producción
forzada de carbón nacional en el primero. En general, el rol de los ciclos
combinados (y de la térmica en general) va a desplazarse progresivamente de
ser la tecnología con mayor cuota de producción en la actualidad a ser
potencia – energía de respaldo de las renovables (únicamente en el caso
“Competitividad” el nivel de producción esperado de los ciclos empata con la
aportación de la eólica).

3.4 Conclusión

A la vista de los resultados obtenidos en los tres escenarios considerados a 2020 y


del análisis realizado, cabe destacar los siguientes aspectos a modo de conclusión.

1) Gracias a las inversiones realizadas los últimos años, la situación del sistema
eléctrico español se presenta relativamente holgada de aquí a 2020, con escasa
inversión prevista en tecnologías de régimen ordinario (al contrario que otros países
del entorno, como UK, Alemania o Italia). Parece razonable pensar que los tres pilares
de una política energética “responsable” (Seguridad de suministro, competitividad y
control medioambiental) seguirán siendo prioridades para el sector en 2020; según se
apueste más por uno de estos elementos que por los otros, las decisiones de los agentes
podrían conducir al sistema hacia escenarios con ciertas diferencias, que son las que se
han tratado de reflejar en los escenarios seleccionados de partida.

2) En esta situación de relativa “holgura”, es de esperar que la Administración se


sienta algo más cómoda que las empresas de generación, especialmente aquellas que
produzcan en Régimen Ordinario. Este “sentirse cómodo” de la Administración habría
que entenderlo como que dos de las grandes prioridades de ésta (que se garantice el
suministro y que exista una presión competitiva que garantice precios ajustados a
mercado) parecen cumplirse a poco que se mantengan los objetivos de inversión en
nueva capacidad renovable y que la demanda tenga un crecimiento medio moderado
3 Cobertura de la demanda en 2020 31

(por debajo del 3-4%). Esta presión competitiva esperable en el sector de generación,
que se manifiesta en los bajos factores de carga obtenidos para tecnologías térmicas o
las numerosas horas con excedentes de energías no gestionables, dificultará el retorno
de determinadas inversiones (ciclos combinados, desulfuradoras, etc..), pero no
garantizará una disminución del precio total del suministro eléctrico, ya que lo
esperable es que los costes regulados de la tarifa (que incluyen primas, incentivos,
redes, etc…) suban notablemente, independientemente del coste de la energía (que
dependerá de los mercados internacionales de commodities y de las situaciones
concretas del sistema español [eolicidad, hidraulicidad, flexibilidad de los
aprovisionamientos, etc…]). Por tanto, una tarea muy importante que habrá de abordar
la Administración será no tanto diseñar señales para la incorporación de nueva
inversión, sino establecer una adecuada asignación de los costes del sistema y
reconocer la aportación de la reserva térmica que habrá de respaldar la generación
renovable cubriendo un hueco térmico cada vez más apuntado, trasladando los costes
reales del suministro a los usuarios, evitando que se generen déficits de tarifa como en
los últimos años. Por ejemplo, repercutir a las renovables una parte mayor del coste de
desarrollo de redes que implica su implantación, o establecer mecanismos de pago por
garantía de potencia.

3) Unido a lo anterior, la Administración y los agentes de generación tanto de


régimen ordinario como de régimen especial (en varios casos se trata de empresas del
mismo grupo), deberían reflexionar sobre las señales económicas que se derivan de un
mercado liberalizado en el que compiten tecnologías subvencionadas (renovables) con
otras que no lo están. La distorsión que suponen la eólica y la solar en el esquema
teórico tradicional de recuperación de costes fijos de las tecnologías submarginales es
evidente: reducen la cantidad y el precio en el mercado, apuntan el perfil del hueco
térmico. En una situación de relativa “comodidad” de cobertura de la demanda, como
se decía anteriormente, esto puede parecer secundario, incluso se puede afirmar que la
señal que da el mercado es la adecuada: no invertir, hay sobrecapacidad. Sin embargo,
podría entenderse como agravante o como equivocación del sistema el hecho de que el
ciclo inversor en renovables, relativamente posterior al de ciclos combinados, esté
perjudicando notablemente la recuperabilidad de los ciclos y otras infraestructuras
gasísticas por esta competencia entre tecnologías sensibles e insensibles
(subvencionadas) al precio. Pero esta supuesta “mala planificación” (de los agentes o
de la Administración o de ambos) es, tal y como se comentó anteriormente, un debate
3 Cobertura de la demanda en 2020 32

muy complejo, y que tampoco conduciría a un solución del problema planteado. En


todo caso, hay que resaltar que un esquema de mercado como el actual no atraería
inversión en nueva térmica hasta que se alcanzaran períodos de escasez considerables
(precio instrumental, activación de interrumpibilidad, etc…), lo que es dudoso que
quisiese permitir la Administración.

Dicho esto, el diagnóstico que puede hacerse del sistema en la actualidad y de las
perspectivas a 2020, podría ser el siguiente: en apenas 10 años, el sistema español, con
una punta de demanda en torno a 45 GW, ha incorporado más de 20 GW de nueva
potencia térmica (ciclos) y otros 20 GW de nueva potencia renovable, desarrollando las
infraestructuras que llevan aparejadas estas inversiones. Esto en un país con un parque
nuclear, hidroeléctrico y carbonero relevante. El resultado es que una cuasi isla
energética, con precios de gas generalmente por encima de los precios spot
continentales, con un muy elevado grado de dependencia energética motivado por la
falta de recursos fósiles autóctonos (a excepción de un carbón de escasa calidad y caro
de extraer, sujeto tradicionalmente a subvenciones para mantener su explotación) está
presentando casi sistemáticamente los precios de energía eléctrica más bajos del
continente (a excepción de Nordpool). Es cierto que España tiene un recurso
hidroeléctrico relativamente abundante que ayuda a suavizar los precios, pero no deja
de ser llamativo este hecho. Esta situación de exceso tiene ventajas e inconvenientes,
pero lo que es cierto es que cuesta encontrar un proceder similar en el entorno (ningún
país ha introducido un porcentaje tan alto de ciclos a un ritmo similar salvo quizás
Italia [precio marginal marcado por fuel] ni de renovables salvo quizás Dinamarca
[fuertemente conectada al mercado alemán y por tanto al resto de mercados de Europa
Occidental, que ejercen de back-up y de referencia de precios “continentales”]).
Ningún país ha sido tan “radical” como España, y el tiempo dirá si la apuesta española
(que tiene prácticamente los deberes hechos en cuanto a nueva inversión no-renovable
a 2020) ha sido acertada o desacertada. Lo que sí es esperable es que esta tendencia de
precios de energía bajos se mantengan al menos unos años, mientras que las tarifas de
acceso vayan subiendo (fundamentalmente por los costes asociados a las renovables),
como ha ocurrido en la última revisión de tarifas (a pesar de que la energía ha bajado
de precio, las tarifas de acceso y la tarifa en conjunto han aumentado).

¿A cuál de los tres escenarios planteados sería preferible que se “aproximase” la


realidad en 2020? Es difícil saberlo. El escenario “Medio Ambiente” parece la apuesta
3 Cobertura de la demanda en 2020 33

más ambiciosa, quizás también la más arriesgada, y desde luego la que presenta más
retos desde el punto de vista regulatorio, para poder equilibrar el sistema y asignar los
costes y las retribuciones de manera responsable y eficiente. El éxito de un modelo de
este tipo depende en gran medida de las muy debatidas externalidades que supone la
industria renovable en España (empleo, balanza comercial con terceros países,
desarrollo rural, seguridad de suministro, competitividad con hidrocarburos en el
futuro, etc…). A priori, a 2020 se trata de un escenario caro, al igual que “Seguridad de
Suministro” que es el más conservador y seguro de los tres, el que más puertas deja
abiertas (nuclear, carbón nacional, etc…). El escenario “Competitividad” se desmarca
de los anteriores en el sentido de que no parece perseguir un mix de un tipo (verde) u
otro (diversificado), sino un mix/sistema lo más económico posible dentro de un
orden. Esta contención de costes es perfectamente factible a 2020 por la situación de
sobrecapacidad actual, y puede resultar tentadora después del “empacho inversor” de
los últimos años, pero no hay que perder de vista que el mundo no se termina en 2020,
sino que 2020 es punto de partida para 2030 (y así sucesivamente), por lo que retrasar
al máximo la inversión puede ser la decisión más económica a corto/medio plazo, pero
podría no serlo a más largo plazo.

Para completar estas conclusiones puede resultar interesante observar la evolución


esperable de los tres escenarios en la década siguiente, lo que podrá verse en el
apartado siguiente.
4 Cobertura de la demanda en 2030 1

4
Cobertura de la demanda en 2030
4 Cobertura de la demanda en 2030 2

4 Cobertura de la demanda en 2030

4.1 Situación del Parque Generador Español en 2030

La composición del mix español en 2030 es notablemente más incierta que la de 2020
(donde las diferencias se encuentran fundamentalmente en el porcentaje de renovables
alcanzado o el mantenimiento de determinados grupos de carbón o nucleares más
antiguos). Al realizar previsiones a veinte años vista hay que asumir cierta
probabilidad de ocurrencia de hechos excepcionales (p.e., un accidente nuclear tipo
Chernobyl que impacte desarrollos/parques nucleares), avances tecnológicos que
cambien las “reglas del juego” (p.e. abaratamiento de tecnologías renovables hasta
hacerlas plenamente competitivas con tecnologías tradicionales, irrupción de la
economía del hidrógeno), decisiones políticas más radicales (p.e. esquemas de
reducción de emisiones más agresivos y ambiciosos), etc…

Estas excepcionalidades conducirían hacia escenarios con características diferentes a


los contemplados en la actualidad o a 2020; por ejemplo, si la curva de aprendizaje de
renovables alcanza un punto de competitividad mayor que la generación tradicional
(y/o se produce un encarecimiento masivo de los combustibles fósiles [evento tipo
peak-oil]), cabría esperar una apuesta muy fuerte por las tecnologías renovables, lo que
conduciría hacia un mix de generación y una organización general del sector muy
diferentes de los actuales. O, si hay un gran accidente nuclear, cabe esperar que se
paralicen los nuevos desarrollos y se den de baja los grupos de tecnología similar a la
accidentada, como ocurrió en los años 80. Y así sucesivamente.

En este sentido, también se van a adoptar una serie de hipótesis generales


relacionadas con la evolución del sector de 2020 a 2030, que se detallarán a
continuación. En cualquier caso, hay que destacar que los tres escenarios que se
definirán posteriormente (las evoluciones de “Seguridad de Suministro”, “Medio
Ambiente” y “Competitividad” a 2020) serán escenarios “convencionales”, es decir, la
electricidad seguirá produciéndose con un mix tecnológico diverso que incluirá
básicamente tecnologías termodinámicas (carbón, nuclear, turbinas de gas, termosolar,
geotérmica, biomasa, etc…), fluidomecánicas (eólica, hidroeléctrica, marina, etc…) y
fotoeléctricas (fotovoltaica).
4 Cobertura de la demanda en 2030 3

En líneas generales, las características que se van a asumir para el Parque Generador
español en 2030 serán:

• Mantenimiento de la potencia nuclear existente, a excepción la CN Garoña.


Todas las centrales estarían por encima de los 40 años de funcionamiento.
Algunos escenarios contemplan construcción de nuevas centrales.

• En general, el carbón reducirá su peso en el mix del sistema español. Los


grupos que permanecerán con un funcionamiento “normal” de mercado
serán previsiblemente grupos de costa/carbón importado. La excepción es el
caso “Seguridad de Suministro”, en el que se tratará de mantener una cuota
representativa de carbón nacional e importado (por diversificación de
combustibles y producción autóctona). No se contempla inversión en nuevas
centrales (sí en CCS en caso que se considere oportuno).

• Mantenimiento de los ciclos combinados existentes en 2020 (25000 MW) y


de las turbinas de gas incorporadas. Se contempla la inversión en nuevos
grupos de gas (especialmente en turbinas a cielo abierto para cubrir puntas y
respaldar tecnologías intermitentes).

• Aumento sostenido de capacidad renovable, fundamentalmente eólica y


solar, en todos los escenarios. Se asume un abaratamiento generalizado de
estas tecnologías (contemplando repotenciaciones eólicas, offshore, etc…),
sin que se llegue a superar claramente el punto de competitividad con
tecnologías tradicionales. Los ritmos de entrada de esta nueva potencia
dependerán del impulso regulatorio que reciban por parte de la
Administración, así como de la evolución de sus costes de inversión
(CAPEX) y de su competitividad relativa con los combustibles fósiles.

• Ligero aumento de la potencia hidroeléctrica (1000 MW en repotenciaciones


de grupos ya existentes que no suponen aumento de energía pero sí
contribución al margen de reserva). Se contempla la inversión en nuevos
bombeos, especialmente en aquellos escenarios que presenten mayores
vertidos.
4 Cobertura de la demanda en 2030 4

Por tanto, el mix de potencia del sistema estará compuesto por tecnologías similares
a las actuales (cabe destacar la consideración de turbinas de gas, muy escasas en la
actualidad). Cada escenario optará por un mix de inversiones diferente, acorde con sus
prioridades de planificación.

También hay que tener en cuenta otras variables generales que afectarían al sistema:

• Demanda: se va a considerar un crecimiento medio (1,5% anual). Este valor


reflejaría una mezcla de tendencias – crecimiento demográfico medio,
aumento de usos eléctricos en el hogar y el transporte ferroviario, mejora
notable de la eficiencia. Determinados escenarios contemplan un esfuerzo
en eficiencia extra que se explicará posteriormente.

• Interconexiones: la interconexión con Portugal permanece en el rango 3000 –


4000 MW. Se prevén mejoras en la interconexión con el continente, lo que
supondría una gradual armonización de precios, mayor posibilidad de
exportación de excedentes de renovable, mejora de la seguridad de
suministro, etc…

• Vehículo eléctrico: cabe esperar que para 2030, el grado de penetración del
VEH sea notable en aquellos escenarios en que se considere prioritario.
Como hipótesis general, se considerará que esta alternativa de transporte
seguirá sin ser una opción plenamente competitiva con las alternativas
tradicionales basadas en hidrocarburos (deberá estar incentivada de alguna
manera).

• Medio ambiente: es previsible que las presiones para lograr un mayor


control medioambiental no sólo se mantengan sino que vaya en aumento, lo
que implicaría políticas más restrictivas relativas a la emisión de GEI,
obligación de invertir en equipos de abatimiento de emisiones ácidas no
sólo en carbones, sino también en turbinas de gas, etc…

• Regulación y competencia: a nivel europeo, sería deseable que la UE se


encontrase como mínimo cerca de haber logrado la convergencia de los
distintos mercados regionales existentes en la actualidad, convirtiendo a
Europa en un gran y único sistema compuesto de subsistemas que
4 Cobertura de la demanda en 2030 5

ocasionalmente queden desacoplados, pero que por lo general se encuentren


con una misma referencia de precio y respaldo técnico y de seguridad de
suministro notablemente mayor del actual. Este hecho pasa por reforzar las
interconexiones y armonizar la regulación de los distintos países, lo que no
es tarea fácil. En todo caso, España, por su situación geográfica particular, es
susceptible de permanecer relativamente más aislada/desacoplada del resto
del continente que el resto de países (especialmente en cuanto a mercados
de gas), por lo que seguirá considerando un valor o prioridad en materia de
política energética asegurar el suministro como se ha venido haciendo
históricamente (suministros diversificados de GNL, renovables, nuclear,
etc…).

Todas estas variables (parque generador, demanda, regulación, etc…) se ajustarán a


diferentes valores (hipótesis) en función de los escenarios de estudio considerados,
como puede verse en el siguiente apartado.

4.2 Evolución de los escenarios. Hipótesis

4.2.1 Transición 2020 – 2030. Consideraciones previas

Anteriormente se ha señalado que el estudio de 2020 tenía especial interés por ser
éste el horizonte de importantes objetivos regulatorios comunitarios en relación a las
emisiones, el desarrollo de renovables, etc…, pero que de entrada podía pensarse que
los escenarios no tenían mucho margen de diferenciación unos de otros, ya que no hay
demasiadas decisiones pendientes de ser tomadas respecto al parque generador (cierre
o no de Garoña, de grupos de carbón antiguos, mayor o menor ritmo de entrada de
renovables, etc…). En definitiva, que 2020 iba a constituir poco menos que un nodo
único. Como ha podido comprobarse a posteriori, las diferencias han sido mayores de
lo que se creía en un principio, especialmente en determinados conceptos como factor
de carga de ciclos o vertidos de excedente renovable.

Sin embargo, a 2030, considerando un crecimiento de la demanda del 1,5%, cabe


esperar que el hueco se abra, es decir, que se haga necesario un volumen de inversión
mayor que el de la década 2010 – 2020 para poder cubrir la demanda y proporcionar
4 Cobertura de la demanda en 2030 6

un índice de cobertura deseado. Por tanto, la discusión sobre la inversión necesaria y la


coherencia entre escenarios es más compleja que en el caso anterior.

La decisión de mantener tres mismos escenarios tipo en 2020 y 2030 puede tener su
interés. De alguna manera, si las prioridades a 2030 no estuvieran perfectamente
equilibradas en el centro del triángulo Seguridad de Suministro – Medio Ambiente –
Competitividad, sino que se inclinarán más hacia alguno(s) de los tres vértices, por
ejemplo Medio Ambiente, lo lógico/eficiente desde el punto de vista económico sería
que ya en 2020 se reconociera esa prioridad y se apuntara hacia un escenario de este
tipo (con hipótesis no muy diferentes de las descritas anteriormente).

Como es lógico, es muy difícil que durante veinte años las prioridades sean siempre
las mismas (ni los agentes van a ser los mismos, ni la política energética, etc…). Pero sí
que se puede asumir que el punto de partida hacia el mix de 2030 es el mix de 2020, y
en ese sentido se va a considerar que los escenarios “Seguridad de Suministro”,
“Medio Ambiente” y “Competitividad” en 2030 son una prolongación de los
escenarios homónimos a 2020. Por tanto, dichos escenarios se construyen sobre la
potencia/nueva inversión definida en el punto anterior.

A continuación se describen las hipótesis particulares para los 3 escenarios


considerados a 2030 (prolongación de los definidos en el estudio de 2020).

4.2.2 Escenario 1: Seguridad de Suministro

Este escenario prioriza la seguridad de suministro del sistema (asegurar el


suministro minimizando riesgos asociados a fallos técnicos, situaciones climatológicas
excepcionales y dependencia de terceros países). Las hipótesis consideradas e
introducidas en el modelo son las siguientes:

• Demanda interna (sin contar intercambios ni VEH): demanda crece al 1.5%


compuesto alcanzando 353 TWh en 2030 (igual que el resto de escenarios).
Sin embargo, se ha considerado que éste es el escenario que mayor
importancia otorga a los planes de eficiencia y ahorro energético, por lo que
se va a aplicar un factor de reducción del 5% (-18 TWh) en concepto de
eficiencias no económicas introducidas mediante diversos incentivos [Puede
4 Cobertura de la demanda en 2030 7

resultar llamativo que este escenario busque mayor ahorro o eficiencia que el
escenario de competitividad; la clave está en la consideración de que este 5% de
eficiencias añadidas es “antieconómico”, y por tanto puede resultar más competitivo
no acometerlas que hacerlo. El caso contrario se ve más claramente: países con
recursos energéticos en abundancia (Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Rusia…)
raramente se convierten en modelos de ahorro y eficiencia].

• Renovables: 45000 MW de eólica, 6940 MW de fotovoltaica, 8700 MW de


termosolar.

• Cierre de la CN Garoña, mantenimiento del resto del parque y construcción


de dos nuevos grupos de 1400 MW (Generación III).

• Se mantiene operativa la minería de carbón nacional, incentivando la


utilización de dicho carbón a través de distintos mecanismos regulatorios.
También se contempla un mantenimiento de los grupos de carbón
importado operativos en 2020 (para diversificar combustibles y aportar
margen de reserva). Para no exceder los límites de emisiones de GEI
previstos, presumiblemente habrán de construirse instalaciones de CCS en
aquellas centrales que vayan a tener una utilización más intensiva.

• La interconexión con Portugal se mantiene en los 4000 MW alcanzados para


2020.

• La penetración del VEH asciende a un 25% del parque automovilístico.

• Se exige un índice de cobertura del sistema del 12%.

El mix de potencia necesario para satisfacer estas restricciones (cubrir el hueco


hidrotérmico que dejan renovables, fluyente y nuclear), así como la energía aportada
por cada una de las distintas tecnologías, se discutirán a partir de los resultados del
modelo, alimentado con las hipótesis mencionadas.

4.2.3 Escenario 2: Medio Ambiente

Al igual que para 2020, en este escenario se presupone una mayor exigencia
medioambiental a todos los niveles (UE, Administración, etc…), que se traduce en un
apoyo muy fuerte a la implantación de renovables y una legislación más restrictiva con
4 Cobertura de la demanda en 2030 8

las instalaciones térmicas, que penaliza principalmente a los grupos de carbón menos
eficientes. Las hipótesis consideradas son las siguientes:

• Demanda: 353 TWh de demanda interna, con un factor de reducción del


2.5% extra sobre el total (-9 TWh) asumiendo que un escenario con mayor
sensibilización medioambiental también va a fomentar eficiencias añadidas a
las ya incluidas en ese crecimiento del 1.5% base que se contempla para la
próxima década.

• Renovables: 55000 MW de eólica (incluyendo repotenciaciones de los


parques más antiguos e instalación de molinos offshore), 8420 MW de
fotovoltaica, 11400 MW de termosolar.

• Nuclear: misma situación que 2020 (todos los grupos actuales operativos
excepto la CN Garoña).

• Cierre de la mayoría de grupos de carbón, excepto las centrales de carbón


importado más eficientes.

• Misma interconexión con Portugal que en 2020 (3000 MW).

• Penetración del VEH del 40% del parque automovilístico, un objetivo


bastante ambicioso. Al igual que en 2020, este es el escenario con mayor
presencia del VEH, lo que refleja las sinergias existentes entre ambas
tecnologías (el VEH disminuye vertidos en los valles provocados
fundamentalmente por excedentes de energías no gestionables), así como la
mayor preocupación e impulso regulatorio por el control medioambiental (el
VEH es notablemente más beneficioso para el medio ambiente,
fundamentalmente en las ciudades).

• Se exige un índice de cobertura del 10%

• Se asumen pagos por capacidad medios, debido fundamentalmente a las


necesidades de back-up de las renovables.

En definitiva, se trata nuevamente de un escenario muy ambicioso en cuanto a


objetivo de penetración de tecnologías no plenamente competitivas en la actualidad
4 Cobertura de la demanda en 2030 9

(renovables, VEH), que plantea importantes retos técnicos (back-up, transitorios,


vertidos en valles) y regulatorios.

4.2.4 Escenario 3: Competitividad

Al igual que en 2020, el objetivo de este escenario es plantear un mix energético lo


más económico posible para el sistema. La diferencia fundamental con 2020 (año para
el cual basta con mantener la potencia actual, crecer en renovables moderadamente y
poco más) es que hacen falta inversiones para cubrir la demanda, no es suficiente con
prolongar la vida de las instalaciones actuales (aparte del hecho de que es previsible
que las tecnologías actuales sean menos eficientes que las que existan en 2030, lo que
podría hacer rentable económicamente una cierta renovación del parque generador).

Además, se va a considerar un ritmo relevante de incorporación de potencia


renovable (menor que en los otros dos escenarios) y también un aumento del grado de
penetración del VEH, aunque estas tecnologías no sean estrictamente competitivas
según las hipótesis generales consideradas, ya que lo esperable es que estas apuestas
estratégicas a corto y medio plazo se mantengan a largo plazo.

• Demanda: 353 TWh.

• Renovables: 39200 MW de eólica, 5460 MW de fotovoltaica y 5500 MW de


termosolar.

• Cierre de la CN Garoña, mantenimiento del resto del parque, construcción


de dos nuevos grupos de 1400 MW. A priori, la nuclear no es una opción
necesariamente competitiva: depende mucho de los costes de inversión, y
más concretamente del marco regulatorio, que es el que determina en gran
medida la percepción de riesgo y por tanto el coste del capital, y también de
la capacidad y el know-how necesarios para acometer la construcción de las
nuevas centrales sin incurrir en demoras o sobrecostes excesivos. Sin
embargo, en determinadas condiciones, puede contribuir a mejorar la
competitividad del sistema, y desde luego, contribuye al control
medioambiental y a mejorar la seguridad del suministro, por lo que, en
principio, no se puede afirmar que la nuclear sea una opción clara en
4 Cobertura de la demanda en 2030 10

ninguno de los tres escenarios (en todo caso, “Seguridad de Suministro”


parece el escenario más proclive a contar con esta alternativa). Dicho esto, la
decisión de incrementar la potencia nuclear en este escenario concreto se
debe a varios motivos: la escasa inversión a 2020 y el ritmo moderado de
incorporación de renovables hacen que se abra un hueco notable de
generación, y más concretamente de generación en base (buen encaje con la
nuclear). Por otro lado, dado que la apuesta por las renovables es más
moderada que en los otros dos escenarios, la alternativa más competitiva
para cubrir el hueco base probablemente sería incrementar la potencia y
producción de ciclos y carbón importado hasta niveles elevados, lo que
comprometería la seguridad de suministro y los objetivos medioambientales.
Estos dos factores, unidos a la experiencia que previsiblemente se habrá
acumulado en el período 2015 – 2025 en construcción de centrales de nueva
generación en Europa invitan a pensar que, en caso de contar con una
regulación adecuada, la opción nuclear pueda formar parte de un escenario
competitivo a 2030.

• 3000 MW de interconexión con Portugal.

• Penetración del 12.5% del VEH en el parque automovilístico.

• Se pide un índice de cobertura del 8% (se asume que los avances técnicos en
gestión de redes y una mayor interconexión con el continente hacen viable
un índice de cobertura menor al 10%, por la mejora competitiva que supone
no tener que invertir en más reserva [en caso de emergencia, un cierto grado
de interrumpibilidad sería también más competitiva económicamente que la
construcción de reserva adicional]).

En el análisis de los resultados de este escenario se verán detalladamente las


alternativas de cobertura del hueco térmico y de las inversiones que llevan aparejadas,
sensiblemente más cuantiosas que las del mismo escenario en 2020.
4 Cobertura de la demanda en 2030 11

4.2.5 Resumen de los casos

Hasta aquí las diferentes hipótesis a introducir en el modelo para cada escenario.
Como en el punto anterior, la discusión de cobertura de hueco térmico (ciclo vs carbón
vs turbina de gas) se realizará a posteriori, razonando sobre el perfil térmico resultante.

Cabe destacar que las hipótesis de partida se han “amplificado” respecto a 2020 (los
rangos de los distintos parámetros son más amplios, por lo que cabe esperar resultados
más alejados entre unos escenarios y otros).

A modo de resumen, las hipótesis señaladas en los puntos anteriores quedarían de


la siguiente manera:

1. Potencia instalada de eólica, fotovoltaica y termosolar:

Eólica Fotovoltaica Termosolar


Seguridad de suministro 45000 6940 8700
Medio Ambiente 55000 8420 11400
Competitividad 39200 5460 5500

Tabla 13. Potencia renovable en 2030

2. Garoña, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura exigido:

Nuclear MW de interconexion VEH Índice Cobertura


Seguridad de suministro 2 grupos nuevos 4000 25% 1.12
Medio Ambiente Mantenimiento 3000 40% 1.10
Competitividad 2 grupos nuevos 3000 12.5% 1.08

Tabla 14. Nucleares, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura en 2030

3. Otras consideraciones (parque de carbón, pagos por capacidad previstos:

CN CI Pagos por capacidad


Seguridad de suministro Sí (con CCS) Sí Medios
Medio Ambiente Cierre Eficiente Altos
Competitividad Reserva Sí Bajos

Tabla 15. Carbón nacional, carbón importado, pagos por capacidad previstos en 2030
4 Cobertura de la demanda en 2030 12

4.3 Resultados del modelo. Análisis

4.3.1 Cobertura según los distintos escenarios. Viabilidad técnica y robustez del sistema

Los resultados obtenidos al introducir las hipótesis señaladas anteriormente en el


modelo son las siguientes:

4.3.1.1 Caso 1: Seguridad de Suministro

Con las hipótesis introducidas, la producción total del sistema asciende a 351 TWh
(incluyendo demanda interna, saldo exportador, bombeo, vertidos y VEH), con un 22%
de producción nuclear, un 18% de producción térmica convencional (carbón y ciclos
combinados), un 9% de producción hidráulica (incluyendo bombeo) y un 51% de
producción en régimen especial, que engloba producción eólica, fotovoltaica,
termosolar y resto de régimen especial (fundamentalmente cogeneración pero también
biomasa, etc…). El hueco térmico asciende a 62 TWh. Gráficamente, la producción total
quedaría de la siguiente manera:

1%
8% Nuclear

22% CN

14% CI

CCGT

TG

4% Eólica
6%
Fotovoltaica
5%
3% Termosolar

Resto Rég. Esp.


9%
Hidráulica
0%
Bombeo
28%

Figura 13. Mix de producción en 2030 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, los 62 TWh de hueco térmico (una vez repartida la producción
hidroeléctrica para minimizar la función objetivo), son cubiertos por el carbón
nacional, el importado y los ciclos combinados.
4 Cobertura de la demanda en 2030 13

La explotación de la minería autóctona y de la flota de carbón nacional se


mantendría en este escenario, aunque con algunas diferencias respecto a 2020: se va a
suponer que la producción se concentra en las cuencas más eficientes, por lo que la
potencia operativa disminuye de los 3500 MW contemplados en 2020 a 2500 MW
(Compostilla, Teruel, Guardo/Robla). Los países con una elevada dependencia del
carbón autóctono (como Polonia o Alemania) son los que más fuerte están apostando
por los sistemas de CCS; en el caso de que España quisiera mantener la minería y la
producción de carbón nacional, cabe esperar que instale CCS en estas centrales
(algunas, como Compostilla, ya tienen proyectos de captura y almacenamiento en
marcha en sus instalaciones), y que incentive un uso intensivo de las mismas, para
consumir la cantidad de carbón requerida y amortizar el CCS. Por tanto, se ha
supuesto que estos 2500 MW funcionen con un régimen elevado (6000 horas anuales),
alcanzando una producción de 15 TWh.

Los grupos de carbón importado y ciclos combinados competirían por los 47 TWh
restantes; si consideramos una flota operativa de carbón importado “eficiente” de 4000
MW (Litoral, Barrios, Puentes de García Rodríguez, Aboño, Lada) funcionando una
media de 4000 h (16 TWh anuales), los 25 000 MW de ciclos quedarían con un factor de
carga medio del 14% (jugando claramente un papel de back-up y cobertura de puntas),
con una producción total de 31 TWh. Con factores de carga tan bajos, cabría esperar un
aprovisionamiento de gas más tipo “compras spot” que perpetuar contratos take-or-pay.

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 25000 2500 4000 6500 31500
horas equiv, 1252 6000 4000 4769 1978
factor de carga 14% 68% 46% 54% 23%
TWh prod. 31.3 15 16 31 62.3
% respecto SEP 9% 4% 5% 9% 18%
% respecto térmica 50% 24% 26% 50% 100%
Emis. CO2 (Mt) 11.4 - - 0.0 11.4
Emis. NOx (kt) 6.3 - - 46.5 52.8

MW Punta térmica 16000 supone de térmica instalada 48%

Tabla 16. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Seguridad de Suministro

En cuanto a los vertidos que se producirían, se han observado los siguientes valores:
4 Cobertura de la demanda en 2030 14

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 6 8 10 12 14 16 18
Horas de corte 578 375 242 143 63 37 15
Energía sobre potencia 5797 4378 3189 2097 1062 674 303
Energía vertida 2329 1378 769 381 180 82 33

MW Punta Bombeo 24000 supone 3.0 veces el bombeo instalado

Tabla 17. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, para una potencia de bombeo de 8000 MW, habría 375 horas de
corte en las que se verterían 1378 GWh. El elevado porcentaje de energía no gestionable
contemplada en este escenario genera excedentes elevados en caso de mantener la
potencia de 5,5 – 6 GW existente en 2020, por lo que se considera razonable invertir en
2 GW de bombeo adicionales (además, por sus características, el bombeo tiene efectos
positivos sobre la seguridad de suministro)

El pico de demanda estimado difiere en cada uno de los tres escenarios


considerados a 2030; éste depende del perfil de demanda base (crecimiento del 1.5%,
mejoras en eficiencia propias de cada escenario). El grado de penetración de VEH es
demanda en “volumen”, pero en ningún caso afecta a la punta de demanda (los coches
se recargan de noche; en todo caso sería al revés [en caso de existir una red
suficientemente inteligente], los VEH que estuvieran enchufados en las horas de punta
podrían devolver su energía almacenada a la red). El pico de demanda de este
escenario ascendería a 54500 MW. En este escenario particular se pide un índice de
cobertura de 1.12. Sumando toda la potencia considerada (nuclear + térmica operativa
+ renovables + 5525 MW de resto de régimen especial + 18000 MW de hidráulica +
8000 MW de bombeo [de los cuales 6000 corresponden a bombeo puro y 2000 a
bombeo mixto]), y calculando el grado de cobertura que aporta cada tecnología, no se
alcanza el valor deseado (el margen de reserva se queda en 8%).

Por tanto, para alcanzar dicho índice de cobertura, habrá que incrementar la
potencia instalada. En 2020 ya habíamos supuesto la instalación de 800 MW de
turbinas de gas de ciclo abierto; para 2030, teniendo en cuenta el bajo factor de carga de
los ciclos combinados, la solución convencional más económica parece ser la
instalación de 1200 MW adicionales de turbinas de gas, con lo que se logra la cobertura
del 12% deseada.

Por tanto, el mix de producción quedaría de la siguiente manera:


4 Cobertura de la demanda en 2030 15

Caso1: Seguridad de Suministro


Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 10088 78.6 22% 9583.6
CN 2500 15 4% 2250
CI 4000 16 5% 3600
CCGT 25000 31.3 9% 23750
TG 2000 0 0% 1960
Eólica 45000 96.6 28% 3150
Fotovoltaica 6940 10.3 3% 0
Termosolar 8700 22.6 6% 0
Resto Rég. Esp. 5525 48.4 14% 4420
Hidráulica 18000 27.7 8% 7200
Bombeo 8000 4.1 1% 5100
351 100% 61013.6

Índice de Cobertura 12%


Grado de Autoabastecimiento 78%
Producción Renovable
TWh % SEP
Hidro + Eól + Sol + Resto 174.853 50%

Tabla 18: Cobertura de la demanda en 2030 – Seguridad de Suministro

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.12, con un grado de


autoabastecimiento del 78% (nuclear + carbón nacional + eólica + fotovoltaica +
termosolar + hidráulica + bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando
cogeneración]), y una producción de origen renovable que supone el 50% del total de
producción.

4.3.1.2 Caso 2: Medio Ambiente

Con las hipótesis introducidas, la producción total del sistema asciende a 368 TWh,
con un 15% de producción nuclear, un 20% de producción térmica convencional
(carbón y ciclos combinados), un 9% de producción hidráulica y un 57% de producción
en régimen especial, en la que destacan un 32% de energía eólica y un 8% de
producción termosolar. El hueco térmico asciende a 72 TWh. Gráficamente, la
producción total quedaría de la siguiente manera:
4 Cobertura de la demanda en 2030 16

1% Nuclear
8%
15%
CN
0%
CI
13% 2%
CCGT

TG

Eólica
18%
8%
Fotovoltaica

Termosolar
3%
0% Resto Rég. Esp.

Hidráulica

Bombeo
32%

Figura 14. Mix de producción en 2030 – Seguridad de Suministro

Como puede verse, los 72 TWh de hueco térmico los cubren fundamentalmente los
ciclos combinados y en menor medida el carbón importado. Cabe esperar que la
presión competitiva de la elevada producción no gestionable, así como la presión
regulatoria a favor de un mayor control medioambiental (precios altos de CO2),
reduzcan la capacidad de carbón importado a únicamente los grupos más eficientes
(Barrios, Litoral, Aboño/Meirama) con un régimen de funcionamiento medio – bajo
(2000 MW a 3000 horas para una producción de 6 TWh). Los ciclos cubrirían el resto
del hueco térmico, 66 TWh.

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 28000 0 2000 2000 30000
horas equiv, 2354 0 3000 3000 2397
factor de carga 27% 0% 34% 34% 27%
TWh prod. 65.9 0 6 6 71.9
% respecto SEP 18% 0% 2% 2% 20%
% respecto térmica 92% 0% 8% 8% 100%
Emis. CO2 (Mt) 24.1 - - 5.7 29.8
Emis. NOx (kt) 13.2 - - 9.0 22.2

MW Punta térmica 21000 supone de térmica instalada 61%

Tabla 19. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Medio Ambiente


4 Cobertura de la demanda en 2030 17

En cuanto a los vertidos que se producirían, se han observado los siguientes valores:

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 6 8 10 12 14
Horas de corte 507 373 270 192 124
Energía sobre potencia 5765 4827 3898 3044 2165
Energía vertida 2723 1843 1198 740 429

MW Punta Bombeo 26500 supone 2.7 veces el bombeo instalado

Tabla 20. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 – Medio Ambiente

Como puede verse, si se opta por aumentar la potencia instalada de bombeo hasta
los 10 GW habría 270 horas de corte en las que se verterían 1198 GWh. Al igual que
ocurre con 2020, éste sería el escenario más propicio para la inversión en nueva
capacidad de bombeo (por oportunidades de bombeo económico, volumen de
excedentes, y servicios para el OS). La forma de los excedentes previstos en este
escenario puede verse en la siguiente gráfica:

30

25
Vertidos (GW)
20

15

10

0
1036
1081
1126
46
91
136
181
226
271
316
361
406
451
496
541
586
631
676
721
766
811
856
901
946
991
1

Figura 15. Curva de vertidos en 2030 - Medio Ambiente

Para este escenario se pedía un índice de cobertura de 1.10. Sumando toda la


potencia considerada (nuclear + térmica operativa + renovables + 5525 MW de resto de
régimen especial + 18000 MW de hidráulica + 10000 MW de bombeo [de los cuales
8000 corresponden a bombeo puro y 2000 a bombeo mixto]), y calculando el grado de
cobertura que aporta cada tecnología, no se alcanza el valor deseado.
4 Cobertura de la demanda en 2030 18

Por tanto, para alcanzar dicho índice de cobertura, habrá que incrementar la
potencia instalada. En este escenario se ha optado por mantener 500 MW de carbón
importado de reserva (Aboño/Meirama) y por instalar 3000 MW de nueva capacidad
de turbinas de gas de ciclo abierto y otros 3000 MW de ciclos (anticipando necesidades
de potencia térmica de base para la siguiente década).

Por tanto, el mix de producción quedaría de la siguiente manera:

Caso2: Medio Ambiente


Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 7000 53.9 15% 6650
CN 0 0 0% 0
CI 2500 6 2% 2250
CCGT 28000 65.9 18% 26600
TG 3800 0 0% 3724
Eólica 55000 118.1 32% 3850
Fotovoltaica 8420 12.5 3% 0
Termosolar 11400 29.6 8% 0
Resto Rég. Esp. 5525 48.4 13% 4420
Hidráulica 18000 27.7 8% 7200
Bombeo 10000 5.5 1% 6800
367.6 100% 61494

Índice de Cobertura 10%


Grado de Autoabastecimiento 72%
Producción Renovable
TWh % SEP
Hidro + Eól + Sol + Resto 205.553 56%

Tabla 21: Cobertura de la demanda en 2030 – Medio Ambiente

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.10, con un grado de


autoabastecimiento del 72% (nuclear + eólica + fotovoltaica + termosolar + hidráulica +
bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando cogeneración]), y una
producción de origen renovable que supone el 56% del total de producción.

4.3.1.3 Caso 3: Competitividad

Con las hipótesis introducidas la producción total del sistema asciende a 358 TWh,
con un 22% de producción nuclear, un 26% de producción térmica convencional
(carbón importado y ciclos combinados), un 8% de producción hidráulica y un 44% de
4 Cobertura de la demanda en 2030 19

producción en régimen especial. El hueco térmico asciende a 95 TWh (el mayor de los
tres escenarios). Gráficamente, la producción total quedaría de la siguiente manera:

8% 0% Nuclear

22% CN

14% CI

CCGT

0% TG
4% 3%
Eólica
2%
Fotovoltaica

Termosolar

Resto Rég. Esp.


23% Hidráulica
24%
Bombeo
0%

Figura 16. Mix de producción en 2030 – Competitividad

Como puede verse, los 95 TWh de hueco térmico son cubiertos por el carbón
importado y los ciclos combinados. Cabe esperar que los grupos de carbón importado
más eficientes sigan funcionando “por mercado” en la medida que sean competitivos
frente a los ciclos combinados. Por tanto, se ha supuesto que permanecen operativos
4000 MW de carbón importado eficiente (Litoral, Barrios, Aboño, Meirama, Puentes)
con un régimen de funcionamiento medio (3000 horas), alcanzando una producción
total de 12 TWh. Los ciclos completarían el resto de hueco térmico, con una producción
de 83 TWh, que supone un factor de carga medio del 38%, notablemente más alto que
en los demás escenarios.

Los datos de potencias y producciones de la térmica operativa en 2020 quedarían de


la siguiente manera:
4 Cobertura de la demanda en 2030 20

Hueco Térmico

Ciclo Carbón Nac. Carbón Imp. Total Carbón Total Térmica


MW 25000 0 4000 4000 29000
horas equiv, 3308 0 3000 3000 3266
factor de carga 38% 0% 34% 34% 37%
TWh prod. 82.7 0 12 12 94.7
% respecto SEP 22% 0% 3% 3% 26%
% respecto térmica 87% 0% 13% 13% 100%
Emis. CO2 (Mt) 30.2 - - 11.4 41.6
Emis. NOx (kt) 16.5 - - 18.0 34.5

MW Punta térmica 24500 supone de térmica instalada 67%

Tabla 22. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Competitividad

Al igual que en 2020, este escenario es el más exigente en cuanto a cobertura de


hueco térmico (en él se alcanza el pico de producción térmica). La forma del hueco
térmico quedaría de la siguiente manera:

30

25
Curva de carga térmica (GW)
20

15

10

0
1054
1405
1756
2107
2458
2809
3160
3511
3862
4213
4564
4915
5266
5617
5968
6319
6670
7021
7372
7723
8074
8425
352
703
1

Figura 17. Curva de carga térmica 2030 - Competitividad

La punta de producción térmica asciende a 24500 MW, lo que supone un 67% de la


potencia térmica instalada (incluyendo las turbinas de gas que habrá que instalar para
mantener el margen de reserva deseado).

En cuanto a los vertidos que se producirían en este escenario, se han obtenido los
siguientes valores:
4 Cobertura de la demanda en 2030 21

Bombeos - Vertidos

Potencia (GW) 6 8 10 12 14
Horas de corte 86 48 18 6
Energía sobre potencia 741 482 212 77
Energía vertida 225 98 32 5 0

MW Punta Bombeo 13500 supone 2.3 veces el bombeo instalado

Tabla 23. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 – Competitividad

La situación es similar a la de 2020: los vertidos siguen siendo reducidos en


comparación con los otros dos escenarios. Como puede verse, para una potencia
instalada de 6 GW, habría 86 horas de corte en las que se verterían 225 GWh.

En este escenario se pedía un índice de cobertura de 1.08. Sumando toda la potencia


operativa considerada y calculando el grado de cobertura que aporta cada tecnología,
no se alcanza el valor deseado; es más, pasa a tener un valor negativo (-3%). Esto se
debe en gran medida a que la inversión a 2020 en potencia gestionable fue muy
reducida, lo que obliga a realizar un esfuerzo inversor mayor en esta década, y a que
este es el escenario con mayor demanda punta. Si se mantienen 2000 MW de carbón
nacional próximo a la costa (adaptable a calidades de carbón importadas) como reserva
fría del sistema, el índice subiría hasta el 0%; para alcanzar el 8% objetivo, habría que
introducir 4800 MW de turbinas de gas.

Con todas estas consideraciones, el mix de producción quedaría de la siguiente


manera:
4 Cobertura de la demanda en 2030 22

Caso3: Competitividad
Mix de Producción
MW TWh % SEP Grado cobertura
Nuclear 10088 79.5 22% 9583.6
CN 2000 0 0% 1800
CI 5000 12 3% 4500
CCGT 25000 82.7 23% 23750
TG 4800 0 0% 4704
Eólica 39200 84.2 24% 2744
Fotovoltaica 5460 8.1 2% 0
Termosolar 5500 14.3 4% 0
Resto Rég. Esp. 5525 48.4 14% 4420
Hidráulica 18000 27.7 8% 7200
Bombeo 6000 1.3 0% 3400
358.2 100% 62101.6

Índice de Cobertura 8%
Grado de Autoabastecimiento 65%
Producción Renovable
TWh % SEP
Hidro + Eól + Sol + Resto 151.953 42%

Tabla 24: Cobertura de la demanda en 2030 – Medio Ambiente

Como puede observarse, se alcanza un índice de cobertura de 1.08, con un grado de


autoabastecimiento del 65% (nuclear + eólica + fotovoltaica + termosolar + hidráulica +
bombeo [turbinación] + resto régimen especial [quitando cogeneración]), y una
producción de origen renovable que supone el 42% del total de producción.

4.3.2 Viabilidad técnica y robustez del sistema. Comparación entre escenarios. Evolución de
los escenarios 2020 – 2030.

Al igual que en el capítulo anterior, se va a realizar una valoración de la robustez


del sistema (entendida como fiabilidad del mismo de cara a garantizar la cobertura en
el máximo de demanda o en situaciones excepcionales) atendiendo a dos indicadores:
el grado de autoabastecimiento (cuanto mayor sea, menores serán las probabilidades
de sufrir un corte de suministro por contingencias con proveedores externos) y el
porcentaje de térmica utilizada en la punta de demanda (refleja la capacidad del
parque de responder a una demanda excepcionalmente elevada).
4 Cobertura de la demanda en 2030 23

• Grado de autoabastecimiento (incluye producción nuclear): como puede


verse en la siguiente gráfica, el escenario “Seguridad de Suministro” se
desmarca de los otros dos, gracias a la inversión en nuclear y renovables.
“Competitividad” sigue siendo el escenario más dependiente:

Grado autoabastecimiento
80%

70%
60%

50%
40%

30%
20%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 18. Grado de autoabastecimiento en 2030

Una vez obtenidos los valores de los distintos indicadores en 2020 y 2030, puede
resultar interesante observar la evolución de los mismos parar tratar de obtener
distintas conclusiones. En el caso del grado de autoabastecimiento, la evolución 2020 –
2030 quedaría de la siguiente manera:

90%

80%

70%

60%

50%
Seguridad de suministro
Medio Ambiente
40%
Competitividad

30%
2020 2030

Figura 19. Evolución del grado de autoabastecimiento 2020 – 2030


4 Cobertura de la demanda en 2030 24

Todos los escenarios mejoran su grado de autoabastecimiento, destacando


“Seguridad de Suministro”, como se ha señalado anteriormente.

• Porcentaje de térmica en punta de potencia térmica: A diferencia de 2020, en


2030 las puntas de demanda son diferentes en cada escenario (se considera
que en unos se invierte más que en otros en reducir demanda mediante
medidas de eficiencia, aunque éstas sean “antieconómicas” a corto plazo), y
los índices también varían (1.08 para “Competitividad” hasta el 1.12 de
“Seguridad de Suministro”). Los porcentajes de térmica funcionando en la
punta de potencia térmica son los siguientes:

% térmica en punta demanda


100%

80%

60%

40%

20%

0%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 20. Porcentaje de térmica en punta de demanda térmica en 2030

La tecnología nuclear contribuye a reducir este valor en el escenario


“Competitividad” y a aproximarlo a los niveles de “Medio Ambiente”. “Seguridad de
Suministro” se encuentra notablemente más holgado, entre un 15% y un 20% por
debajo de los otros dos.

La evolución seguida por este indicador en cada uno de los escenarios es la


siguiente:
4 Cobertura de la demanda en 2030 25

90%
Seguridad de suministro
80% Medio Ambiente
Competitividad
70%

60%

50%

40%

30%
2020 2030

Figura 21. Evolución del porcentaje de térmica en punta de hueco térmico 2020 – 2030

Como puede verse, la disminución de peso de la térmica en el escenario “Seguridad


de Suministro” hace que este valor baje a pesar del aumento de demanda, al contrario
que en los otros dos escenarios.

4.3.3 Inversión necesaria y expectativas de retorno. Viabilidad económica. Evolución de los


escenarios 2020 – 2030.

El escenario de “Seguridad de Suministro” implica una inversión notable en nueva


nuclear (dos nuevos grupos que sumarían unos 3000 MW) y renovables (+10000 MW
eólica, +2000 MW de fotovoltaica, +3000 MW de termosolar). Además, para cumplir
con el índice de cobertura deseado, se contempla la construcción de 1200 MW de
turbinas de gas (para reserva, cobertura, restricciones, etc…) y de 2500 MW de bombeo
puro (que además contribuirían a reducir los vertidos fruto del excedente de energía no
gestionable). Aparte de estas inversiones en nueva capacidad, cabe esperar un refuerzo
de interconexiones eléctricas y gasísticas con el resto del continente. Para lograr un
índice de cobertura mayor que en los otros dos escenarios, probablemente fuera
necesaria la implementación de pagos por capacidad que permitan mantener la
capacidad de reserva calculada, así como unos factores de carga muy reducidos de
ciclos combinados de respaldo. A esto habría que añadir el sobrecoste que supone
mantener operativa la industria de la minería de carbón nacional, así como las
instalaciones de CCS que hubieran de construirse para limitar las emisiones.
4 Cobertura de la demanda en 2030 26

El escenario de “Medio Ambiente” implica una inversión alta en nueva capacidad


renovable (+14000 MW eólicos [incluyendo offshore y repotenciaciones], +3000 MW
fotovoltaicos, +4000 MW termosolares). Al igual que para 2020, el desarrollo de todo
esta capacidad implicaría mayores inversiones en redes. Además, sería el escenario
más propicio para el desarrollo de una red inteligente o SmartGrid, con el sobrecoste de
desarrollo/I+D+i que implicaría a corto plazo. Este escenario requiere una reserva de
potencia térmica relevante; de los cerca de 6000 MW térmicos necesarios, se ha
supuesto un mix de inversión de ciclos (+3000 MW) y turbinas de gas (+3200 MW), con
el fin de garantizar la punta actual sin saturar el sistema de potencia de punta
(adelantando parte de las necesidades de reserva a más largo plazo). Además, se ha
contemplado la inversión en 4500 nuevos MW de bombeo puro por las oportunidades
de bombeo económico, aprovechamiento de excedentes y servicios de operación del
sistema que presentaría este escenario. Como ocurre con “Seguridad de suministro”,
también cabe esperar la implementación de mecanismos de pago por capacidad, para
que se invierta en potencia de punta y ésta pueda recuperar su inversión.

En cuanto al escenario de “Competitividad”, existen algunas diferencias relevantes


respecto a la inversión contemplada a 2020 que convendría resaltar; en el punto
anterior, para minimizar los costes del sistema (especialmente aquellos relacionados
con las tarifas de acceso) se optó por un menor ritmo inversor en renovables (apuesta
estratégica y transversal de todos los escenarios, como se ha visto, en mayor o menor
medida), un mantenimiento de la potencia térmica y nuclear, etc… De esta manera, el
sistema quedaba relativamente “ajustado” para afrontar la década 2020 – 2030.
Suponiendo el crecimiento de demanda discutido anteriormente, para cubrir la
demanda del sistema y lograr un margen de reserva del 8%, las inversiones necesarias
son considerables. Por un lado, como se razonó anteriormente, la opción nuclear
encontraría un encaje muy razonable con las necesidades del sistema en un escenario
de este tipo a medio y largo plazo: energía de base para completar una producción
renovable por debajo de la de los demás escenarios (la alternativa sería un crecimiento
del consumo de combustibles fósiles poco recomendable de cara a la seguridad de
suministro, el control medioambiental, y probablemente la competitividad). Por ello, se
ha optado por suponer la instalación de 2 nuevos grupos nucleares de III Generación
(+3000 MW). A esto habría que añadir un ritmo de instalación de potencia renovable
“moderado” (+6000 MW eólicos, +1000 MW fotovoltaicos, + 2000 MW termosolares) y
una potencia de back-up elevada: 500 MW de bombeo puro, y casi 7000 MW térmicos,
4 Cobertura de la demanda en 2030 27

para los que se ha considerado el mantenimiento de 2000 MW de carbón de reserva


próximo a la costa y la construcción de 4800 nuevos MW de turbinas de gas de ciclo
abierto. Como puede verse, el nivel de inversión es similar al de los otros dos
escenarios.

Aparte de las inversiones mencionadas, habría que contemplar también:

• Factor de carga de los ciclos: En 2030, las diferencias entre escenarios son
notablemente mayores que en 2020, como consecuencia de unas
composiciones de mix muy diferentes (sobre todo en lo que se refiere a
aportación de energías no gestionables: nuclear y renovables). Los factores
de carga de ciclos a 2030 serían los siguientes:

Factor de carga ciclos


40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 22. Factor de carga de ciclos en 2030

La utilización media en el escenario “Competitividad” es más del doble que la de


“Seguridad de Suministro”. Un factor de carga próximo al 40% (como es el caso para el
escenario “Competitividad”) podría suponer algún problema para grupos con casi 30
años de antigüedad, pero a priori parece un valor alcanzable (si el uso de las turbinas
es relativamente conservador [número de arranques, transitorios, mantenimientos,
etc…]). Si no fuera así, y el tipo de operación castigase el funcionamiento de las
máquinas (paradas en valles, etc…), cabría esperar una renovación de parte de la
maquinaria (álabes, cámaras de combustión) o incluso sustitución de grupos completos
por ciclos nuevos o turbinas de gas.

La evolución del factor de carga en los tres escenarios entre 2020 y 2030 es la
siguiente:
4 Cobertura de la demanda en 2030 28

40%

35%

30%

25%

20%

15%

10% Seguridad de suministro


Medio Ambiente
5% Competitividad
0%
2020 2030

Figura 23. Evolución del factor de carga de ciclos 2020 – 2030

El único escenario que prevé una disminución de las horas anuales de


funcionamiento de los ciclos es “Seguridad de Suministro”, lo que refleja la prioridad
que se otorga en este escenario a disminuir las importaciones de gas, diversificar el
mix, impulsar la nuclear y renovables, etc… El valor más elevado de factor de carga es
el de “Competitividad” (a pesar de los dos grupos nucleares que se incorporan a 2030),
próximo al 40%, lo que podría suponer algún reto de cara a mantener los equipos en
buen estado para que sigan operativos y fiables a 2030; en caso contrario, se verían
abocados a una sustitución parcial o total, con el coste asociado que supone.

• Porcentaje de producción de origen renovable: el porcentaje de energía


proveniente de fuentes renovables en 2030 quedaría de la siguiente manera:

% producción Renovable
60%

50%

40%

30%

20%
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 24. Producción de origen renovable en 2030


4 Cobertura de la demanda en 2030 29

Como puede observarse, la situación es similar a la de 2020:

60%

50%

40%

30%
Seguridad de suministro
20% Medio Ambiente
Competitividad
10%

0%
2020 2030

Figura 25. Evolución de la producción de origen renovable 2020 – 2030

• Energía vertida: los excedentes de energía a 2030 son notablemente


superiores a los de 2020, a pesar de la inversión considerada en nueva
potencia (+500 MW en “Competitividad”, +2500 en “Seguridad de
Suministro”, +4500 MW en “Medio Ambiente”) y del mayor grado de
penetración del VEH:

Energía vertida (TWh)


1.6
1.4
1.2
1.0
0.8
0.6
0.4
0.2
0.0
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 26. Energía vertida en 2030

La diferencia más relevante respecto a 2020 es el aumento de vertidos en “Seguridad


de Suministro”, debido a una mayor aportación de tecnologías no gestionables (nuclear
+ renovables):
4 Cobertura de la demanda en 2030 30

2.0
Seguridad de suministro
Medio Ambiente
1.6 Competitividad

1.2

0.8

0.4

0.0
2020 2030

Figura 27. Evolución de los TWh de vertidos 2020 – 2030

• Emisiones: Las emisiones de CO2 y NOx quedarían de la siguiente manera


(en caso de que no se construyeran instalaciones de desnitrificación):

Emisiones CO2 (Mt) Emisiones NOx (kt)


60

50

40

30

20

10

0
Seg Sum Med Amb Comp

Figura 28. Emisiones de CO2 y NOx en 2030

Destaca la elevada disminución de emisiones totales de CO2 en “Seguridad de


Suministro”, ya que, como se discutió anteriormente, en este escenario se ha
considerado la construcción de instalaciones de CCS en las centrales de carbón
nacional e importado por su mayor grado de funcionamiento. En cuanto a las
emisiones de NOx, se muestra el valor que se alcanzaría de no invertir en
desnitrificadoras, lo que implicaría probablemente exceder límites y por tanto abordar
4 Cobertura de la demanda en 2030 31

la construcción de estas instalaciones para reducir dichas emisiones (como se está


haciendo con las emisiones de azufre y las desulfuradoras). La evolución de las
emisiones de CO2 (en millones de toneladas) quedaría de la siguiente manera:

50
45
40
35
30
25
20
15
Seguridad de suministro
10
Medio Ambiente
5 Competitividad
0
2020 2030

Figura 29. Evolución de los Mt de emisiones de CO2 2020 – 2030

• Vehículo eléctrico: el grado de penetración del VEH es un dato de entrada al


modelo, por lo que ya se ha fijado de antemano la energía que demanda este
concepto: 10, 16 y 5 TWh en los escenarios “Seguridad de Suministro”,
“Medio Ambiente” y “Competitividad”. Al igual que en 2020, cabe esperar
sobrecostes asociados a la red en los escenarios con mayor grado de
penetración de VEH (a su vez, estos escenarios se benefician de la demanda
nocturna de los VEH para reducir los volúmenes de energía vertida).

En resumen:

1) El volumen de inversión requerida por el sistema para la década 2020 – 2030 es


mayor que el de la década precedente. Los tres escenarios requerirán un
aumento de potencia térmica instalada, a pesar de no tener factores de carga
excesivamente elevados. Cabe esperar una inversión más o menos cuantiosa en
nuevas renovables en los tres escenarios. En dos de ellos (“Seguridad de
Suministro” y “Competitividad”), la opción nuclear encontraría un encaje
adecuado, si se dan las condiciones políticas y sociales apropiadas.
4 Cobertura de la demanda en 2030 32

2) En general, puede afirmarse que los precios de la energía seguirán viéndose


presionados por volúmenes elevados de energía no gestionable, mientras que las
tarifas de acceso seguirán recogiendo mayores costes asociados a la seguridad
de suministro y al control medioambiental (renovables, nuclear, garantía de
potencia, etc…)

4.4 Conclusión

A la vista de los resultados obtenidos en los tres escenarios considerados a 2030 y


del análisis realizado, cabe destacar los siguientes aspectos a modo de conclusión.

1) Un aumento moderado de la demanda en el período 2020 – 2030 supondría hacia


finales de la década un aumento de necesidades de inversión en generación respecto al
período anterior (2010 – 2020). Esto se debe a la actual sobrecapacidad del sistema, que
irá desapareciendo progresivamente a medida que aumente la demanda (convencional,
VEH e intercambios internaciones) y se den de baja los grupos más antiguos del
sistema (por criterios económicos o medioambientales).

2) Si persisten las mismas prioridades en materia energética que existen en la


actualidad (seguridad de suministro, control medioambiental, competitividad), cabe
esperar inversiones en prácticamente todos los campos del sector (capacidad de
generación, redes, almacenamientos, i+D, equipos de abatimiento de emisiones,
renovables, etc…). Los mayores cambios o avances estructurales en el sector podrían
venir motivados por una apuesta decidida a nivel nacional y supranacional por la
investigación, el desarrollo y la innovación en procesos y productos, que podrían traer
consigo cambios profundos del sistema tal y como lo conocemos hoy día. En caso de
que alguno de estos cambios estructurales (redes inteligentes, renovables plenamente
competitivas, CCS plenamente competitivo, VEH plenamente competitivo, mercado
único europeo, etc…) se haya completado con éxito en el período 2020 – 2030, la
composición del mix y algunas prioridades del sistema podrían verse modificadas
sustancialmente. En caso de que dichos avances sigan en proceso de maduración,
mejorando en eficiencia/curvas de aprendizaje, cabe esperar unas fórmulas o recetas
similares a las actuales: diversificación, incentivos, tecnologías más respetuosas con el
medio ambiente, mejora de las interconexiones de gas y electricidad, etc…
4 Cobertura de la demanda en 2030 33

3) Si para 2020 ya se señaló la necesidad de afinar la regulación para tratar de


asignar costes/externalidades y reconocer servicios/internalidades de las distintas
tecnologías, agentes, prácticas, etc... de la manera más “justa” posible, como requisito
fundamental del equilibrio a medio y largo plazo del sistema, para 2030 esta necesidad
será aún mayor; como se dijo anteriormente, los precios de la energía probablemente se
verán presionados por una contribución cada vez mayor de energías no gestionables
(renovables, nuclear), mientras que los costes globales del sistema (que habrá de
recoger la tarifa) previsiblemente se mantendrán o incluso aumentarán, en función del
grado de exigencia en control medioambiental, en seguridad de suministro y en
resultados a corto plazo.

Por tanto, hay que asumir un grado de incertidumbre elevado de cara a valorar el
estado del sistema y las prioridades energéticas a 2030. ¿A qué ritmo habrá crecido la
demanda? ¿Cuál será el precio del gas? ¿Seguirán operativos los grupos térmicos
actuales, o habrá que invertir cantidades elevadas para sustituirlos/mejorar sus
prestaciones técnicas y/o medioambientales? ¿Hasta qué punto habrá avanzado el
estado del arte del conocimiento técnico energético? ¿Qué cambios estructurales
habrán motivado estos avances? ¿Cuáles serán las prioridades del sistema?

Más aún: ¿se habrá consolidado el modelo liberalizado como modelo exitoso de
gestión del sistema? Las señales enviadas por el sistema/mercado, ¿habrán sido
correctamente interpretadas por la Administración y las empresas? ¿Se habrá
respondido correctamente a esas señales?

Todos estos interrogantes plantean una infinidad de respuestas/soluciones


diferentes, cada una con un escenario aparejado. En el estudio realizado, se ha asumido
que la seguridad de suministro, el control medioambiental y la competitividad siguen
siendo prioridades del sistema a 2030. Esto ha permitido ordenar las hipótesis de la
forma más coherente posible y dar continuidad a los escenarios planteados a 2020,
observar la evolución de los mismos, etc…

¿A cuál de los tres escenarios planteados es más probable o preferible que se


acerque la realidad 2030? Al igual que se dijo para 2020, es muy difícil de saber. Aun en
caso de que no tenga lugar ninguno de los avances tecnológicos mencionados
anteriormente, no puede asegurarse al 100% que el control medioambiental vaya a
4 Cobertura de la demanda en 2030 34

tener más peso que la competitividad o la seguridad de suministro, de cara a ajustar las
señales regulatorias correspondientes, y viceversa.

Los tres escenarios presentan a priori ventajas e inconvenientes; básicamente, el


problema es cuánto se quiere mejorar y hasta qué punto se está dispuesto a pagar dos
aspectos “buenos y necesarios” como son el control medioambiental y la seguridad de
suministro, consensuar hasta qué punto es imprescindible/deseable avanzar. No será
fácil establecer un consenso a nivel nacional; más difícil será lograrlo a nivel
comunitario, y más difícil aún será establecer acuerdos a nivel mundial, dadas las
diferencias entre unas regiones y países y otras, como se dijo en la introducción de esta
Tesis. Por muy deseable que sea minimizar el impacto ambiental de la actividad de
suministro y garantizar la continuidad del mismo, ningún gobierno puede permitir
que el elevado coste del abastecimiento eléctrico prive de electricidad a una parte de su
población, o que su industria se vea fuertemente perjudicada y fuera de mercado por la
pérdida de competitividad que implican unos precios de energía disparados. Lo que
también queda claro, viendo la evolución del escenario “Competitividad”, es que hacer
lo mínimo imprescindible tampoco parece que sea la mejor idea a medio plazo; cortar
la inversión en renovables puede resultar económico a día de hoy, pero como apuesta
de medio – largo plazo, situaría a España en una situación poco deseable (además de
que no evitaría un ciclo inversor potente para cubrir el hueco térmico en 2030 a poco
que crezca la demanda por encima del 1%).

En todo caso, del estudio realizado a 2030 se pueden señalar algunos factores
relevantes, independientemente de la senda planificadora/regulatoria que se quiera
seguir. Por un lado, destaca el elevado apuntamiento de la energía de respaldo
necesaria; como puede verse en la figura 21 (curva de carga térmica del escenario
“Competitividad 2030”), hay cerca de 5 GW de potencia funcionando menos de 200
horas al año. ¿Resultará rentable construir y mantener esta potencia para un régimen
de funcionamiento tan bajo? ¿Será más rentable para el Sistema renunciar a la
cobertura de la demanda en todas horas y aplicar criterios de interrumpibilidad? El
apuntamiento estaría muy relacionado con un segundo aspecto que parece igualmente
clave, y que en la actualidad está empezando a acaparar una atención cada vez mayor:
el concepto de gestionabilidad. Con unos rangos de energía no gestionable en el
entorno del 60-75% del total (valores ligeramente menores en “Competitividad” que en
los otros dos escenarios), cabe preguntarse si una parte de la solución del problema
4 Cobertura de la demanda en 2030 35

anterior no pasaría por desarrollar mecanismos de almacenamiento-recuperación de


energía, con el doble objetivo de reducir vertidos y también necesidades de punta. A
día de hoy se contemplan diversas alternativas (bombeo, VEH, CAES [Compressed-Air
Energy Storage], almacenamientos de sales fundidas), cuyo éxito dependerá
fundamentalmente de su capacidad de reducir costes y alcanzar eficiencias que los
hagan plenamente competitivos con las tecnologías tradicionales; a día de hoy, lo
habitual es que no lo sean (al menos de manera generalizada). Otro desarrollo
fundamental, muy relacionado con los anteriores, serían las SmartGrids o redes
inteligentes, necesarias para integrar estos elementos e involucrar a la demanda
activamente, permitiendo una mejor gestionabilidad y contribuyendo también a
reducir el apuntamiento. Dicho esto, se llega al tercer punto, que resulta ser el menos
sofisticado, pero probablemente el más acuciante: aumentar la capacidad de
interconexión.

Este elemento merece una atención aparte. Las interconexiones son tan antiguas
como la propia electricidad, ya que en realidad llamamos interconexión a un cable más
o menos convencional que atraviesa una frontera arbitraria (política, administrativa,
etc…), por lo que en realidad, no es mucho más que un cable más o menos “grande”
(en la mayoría de los casos). Algo tan sencillo como eso, y sin embargo, tan difícil de
construir en muchas ocasiones, más por falta de consenso que por incompatibilidades
técnicas. Sin tener en cuenta el impacto directo de estos tramos de red (coste de
construcción y mantenimiento, impacto visual, radiaciones electromagnéticas, etc…), lo
cierto es que no hay otra pieza del puzzle eléctrico que presente unos beneficios tan
palpables en seguridad de suministro (evidente), control medioambiental (minimiza
vertidos no gestionables, ya que permite colocar esta energía en otros territorios) y
competitividad (evidente también: funcionan las centrales más eficientes del sistema
global, que suponen una eficiencia media mayor que el promedio de eficiencias de los
distintos subsistemas). Obviamente, seguirá siendo necesario construir centrales, optar
por uno u otro mix, construir potencia de base y de punta, etc… Pero de lo que no cabe
duda es que antes (o en todo caso, al mismo tiempo) de complicarse la vida con
desarrollos muy sofisticados y caros (SmartGrids, sales fundidas, etc…) urge estudiar
en profundidad el margen de mejora existente en los países de la UE y del entorno en
materia de interconexiones eléctricas y gasísticas.
4 Cobertura de la demanda en 2030 36

La exigencia para la red no va a ser menor en 2030 que en 2020 o la actualidad, casi
seguro que va a ser mayor. Se va a necesitar energía de base, sea nuclear, renovable,
fósil, combinación de las anteriores. También energía de punta, típicamente turbinas de
gas o centrales de bombeo puro (que además permitirán almacenar energía y mejorar
la gestionabilidad de red). También hará falta invertir “de más” en tecnologías
“descontaminantes” para disminuir el impacto ambiental (emisiones ácidas, GEI,
tratamiento de residuos) y en alternativas que mejoren la seguridad de suministro. Y
seguro que habrá más costes aparte de estos.

Los escenarios que se han definido y analizado tenían muchos puntos en común,
diferían básicamente en los ritmos de introducción de potencia renovable/de respaldo,
o en determinadas tecnologías (VEH, nuclear, carbón nacional, etc…). Continuamente
se planteaban relaciones de compromiso en las que había que optar: o más seguridad
de suministro, o más control medioambiental, o más competitividad, pero difícilmente
dos de ellas a la vez y casi imposible las tres simultáneamente. Pues bien, si hubiera
que señalar algún elemento común a los tres apartados, ése sería el “aumento de las
interconexiones”, como se ha señalado anteriormente. Una suerte de piedra angular
para cuya colocación habrá de realizarse un notable esfuerzo de armonización
regulatoria y un gran ejercicio de voluntad política. Llegar a 2030 sin un cuasi-mercado
único que abarque el conjunto del continente europeo podría interpretarse como un
fracaso notable en la política energética de la UE, con consecuencias especialmente
negativas (en forma de ineficiencias) en países periféricos, como es el caso de España.
5 Resumen y Conclusiones 1

5
Resumen y Conclusiones
5 Resumen y Conclusiones 2

5 Resumen y Conclusiones

El objetivo de todo estudio de planificación es tratar de anticipar, recrear y estudiar


hipotéticas situaciones futuras a partir de las circunstancias actuales y de las
necesidades previstas en el horizonte del estudio.

El punto de partida de esta Tesis ha sido la situación actual del sistema eléctrico
español: demanda, parque generador, grado de liberalización, ciclos inversores
recientes, infraestructuras… estos y otros elementos caracterizan el estado presente del
sistema, y constituyen el punto de partida para tratar de prever la evolución del mismo
en el medio y largo plazo.

Como marco general, se ha asumido un entorno energético liberalizado en el


horizonte de estudio. La actividad global de suministro eléctrico podría resumirse
como “producción y distribución de la electricidad demandada por los usuarios del
sistema de forma continua e instantánea”. En un entorno liberalizado, las distintas
sub-actividades que la componen (producción, transporte, distribución y
comercialización) son llevadas a cabo por empresas privadas y supervisadas por la
Administración (en sentido amplio), siguiendo diferentes lógicas económicas en
función de la naturaleza de las distintas actividades (libre competencia, monopolios
naturales, etc…), y el coste de dichas actividades ha de trasladarse finalmente a los
consumidores. En concreto, en la actividad de producción (que supone una parte muy
importante del coste global del sistema, tanto en costes fijos [inversión en plantas de
generación, infraestructuras asociadas] como variables [combustibles, mantenimientos,
CO2, etc…]), la lógica económica que aplica es la de libre competencia: funcionarán,
pues, las centrales que supongan un menor coste para el sistema. Puesto que la
inversión en una planta es un coste hundido, las centrales que despacharán energía
para cubrir la demanda en un momento dado serán aquellas con menores costes
variables, aflorando así los conceptos de coste marginal, coste de oportunidad, etc…
que serán los que rijan los criterios de despacho del parque generador.

Trabajar sobre un entorno liberalizado también implica asumir que las empresas
han de tomar decisiones asumiendo riesgos, y que su comportamiento será –en
general- un comportamiento racional, que responda a las señales enviadas por los
5 Resumen y Conclusiones 3

mercados, así como a los incentivos establecidos por la Administración. La


identificación de necesidades y la consiguiente definición de hipótesis, que han jugado
un papel fundamental en el diseño de los escenarios en los que se apoya esta Tesis, han
tratado de reproducir este comportamiento “lógico” de los agentes –qué pide el
sistema (la demanda), qué restricciones hay, qué pasos darían los agentes para
acometer las inversiones necesarias y la Administración para incentivar aquellas
acciones que se consideren necesarias pero que a priori no obedezcan a una lógica
económica.

En el planteamiento de esta Tesis se ha asumido que existen dos elementos que a


priori no son “imprescindibles” para mantener el suministro a corto plazo, pero que
deben ser tenidos en cuenta para tratar de preservar el equilibrio (incluso la
supervivencia) del sistema a medio y largo plazo: la seguridad de suministro y el
control medioambiental. A estos dos conceptos hay que añadir inmediatamente un
tercer factor: la competitividad, ya que no existe un máximo técnico que acote los dos
elementos anteriores, sino que es el coste de las medidas a implementar el que actuaría
como límite natural. En función de cuál de estos tres elementos -ampliamente
discutidos- figure como más prioritario en el futuro, cabe esperar decisiones en uno u
otro sentido (más o menos renovables, mantener o cerrar el carbón nacional, construir
o no nuevas nucleares, etc…)

A partir de aquí, lo que se ha hecho ha sido reproducir “cómo sería la cobertura” de


la demanda en dos años – horizontes temporales en particular: 2020 y 2030. En
realidad, 2020 podría interpretarse como la culminación de la década 2010 – 2020, y
2030 como la de 2020 – 2030, de manera que el análisis podría plantearse en términos
de inversión y costes asociados a lo largo de estas dos décadas, particularizados en un
año determinado.

Para reproducir el despacho eficiente en 2020 y 2030 se ha empleado un modelo


programado en GAMS, cuya salida constituye la opción de despacho más eficiente
durante las 8760 horas del año a partir de las hipótesis introducidas de partida (mix de
generación, producible hidráulico, perfiles de demanda y producción renovable, etc…).

Para alimentar el modelo se han elaborado tres escenarios (“Seguridad de


Suministro”, “Medio Ambiente” y “Competitividad”), comunes a 2020 y 2030. Los
parámetros que caracterizan el sistema (potencia eólica instalada, grado de penetración
5 Resumen y Conclusiones 4

de VEH, MW de interconexión con Portugal, etc…) toman distintos valores según las
prioridades de los distintos escenarios: autoabastecimiento/garantía de suministro,
renovables/reducción de emisiones y minimización/contención de costes
respectivamente.

En el caso de 2020, se trata de un horizonte de referencia para numerosas cuestiones


clave como las renovables, las emisiones de GEI o la eficiencia energética, que forman
parte de los conocidos objetivos del paquete “20-20-20”. A priori, el margen de
maniobra de los agentes en cuanto a nuevas inversiones es relativamente reducido, ya
que 2020 es un año “próximo” en términos de planificación, y la situación actual de
sobrecapacidad, unida a la apuesta decidida por las tecnologías renovables, hacen
pensar que las necesidades de inversión serán moderadas en el período 2010 – 2020 (en
contraste con la década anterior, en la que pueden identificarse dos potentes ciclos
inversores, en los que se han construido cerca de 20 GW de potencia renovable y de 25
GW de ciclos combinados). Las principales diferencias entre escenarios vienen dadas
por los diferentes ritmos de inversión en renovables o el mantenimiento de
determinadas centrales o tecnologías (como la CN Garoña o la industria de carbón
nacional). Algunos ejemplos de parámetros analizados una vez obtenida la solución de
despacho eficiente aportada por el modelo han sido el factor de carga de los ciclos, el
grado de autoabastecimiento, el porcentaje de producción de origen renovable, la
energía vertida, las emisiones de CO2 y NOx, etc…

2030 parece un horizonte temporal relativamente lejano, pero la realidad es que, al


igual que 2020, también encuentra su punto de partida en la situación actual del
sistema (es decir, heredará una parte importante del mix actual). Si 2020 es la referencia
numérica para diversos objetivos (renovables, emisiones, etc…), 2030 está ganando un
protagonismo cada vez mayor en el ámbito de la planificación y prospectiva, ya que el
margen de maniobra de los agentes será notablemente superior, y muy probablemente
se presenten mayores necesidades de inversión que la década 2010 – 2020, por lo que
“habrá más por hacer”. Es evidente que el grado de incertidumbre es notablemente
más alto que de cara a 2020 –no resulta fácil aventurar cuáles serán exactamente las
prioridades y cuál su orden relativo, ni si los avances tecnológicos asociados a
renovables, combustibles alternativos, redes inteligentes, etc… cambiarán
sensiblemente el aspecto del mapa energético. Lo que se ha supuesto es que la “tríada”
de prioridades actual (Seguridad de Suministro, Medio Ambiente, Competitividad)
5 Resumen y Conclusiones 5

sigue teniendo vigencia, ya que no es algo que se solucione “para siempre” en una o
dos décadas. Por tanto, los escenarios se han planteado de acuerdo a los mismos
principios que en 2020, quedando amplificadas las hipótesis y los resultados por el
mayor recorrido temporal: para 2030 queda el doble de tiempo, y además, cabe esperar
que con un crecimiento de demanda moderado (1-2%) y un envejecimiento de una
parte notable del parque térmico, se haga necesario un nuevo esfuerzo inversor
(independientemente de la inversión en renovables) para garantizar la cobertura de la
demanda y el mantenimiento de un índice de cobertura suficiente. Los resultados
analizados han sido los mismos de 2020 (factor de carga de los ciclos, grado de
autoabastecimiento, porcentaje de producción de origen renovable, energía vertida,
emisiones de CO2 y NOx, etc…), lo que además de presentar una “foto” del año 2030
permite observar la evolución seguida por los distintos escenarios.

En cuanto a las conclusiones obtenidas en la presente Tesis (algunas de ellas, ya


comentadas al final de los dos capítulos anteriores), se podrían clasificar en tres tipos:
conclusiones a 2020, conclusiones a 2030 y conclusiones – reflexiones generales.

Conclusiones a 2020:

• No se detectan necesidades evidentes de nueva potencia de base ni de punta


para satisfacer la demanda a 2020. Asumiendo que la apuesta por aumentar
la contribución de las renovables al mix español se mantendrá los próximos
años, no parece que vaya a haber una necesidad imperiosa de energía, es
decir, cabe esperar que los factores de carga de las centrales térmicas se
mantengan en unos rangos moderados; por ejemplo, para los ciclos
combinados se ha obtenido un factor de carga del 23% y del 32% en los
escenarios con más y menos renovables respectivamente.

• La incorporación progresiva de potencia renovable al sistema va a tener


diversas consecuencias sobre la gestión del parque hidrotérmico:

1) Apuntamiento del hueco térmico

2) Pérdida de correlación demanda – precio

3) Menor factor de carga – mayor exigencia técnica para responder a


transitorios de energías no gestionables
5 Resumen y Conclusiones 6

4) Elevada competencia entre carbón y ciclos para cubrir hueco

• Dado que las renovables no contribuyen significativamente a mejorar el


índice de cobertura del sistema, se plantea la necesidad de contar con
potencia térmica de reserva, para hacer frente a situaciones excepcionales
(frío sin viento en invierno seco, etc…). La opción más económica sería
alargar la vida de las centrales de carbón existentes –al menos de aquéllas
que puedan quemar calidades de carbón existentes en el mercado
internacional, ya que sólo necesitarían combustible para necesidades muy
puntuales (compras spot). En caso de que esta potencia fuera insuficiente, la
opción de inversión prioritaria serían turbinas de gas a cielo abierto (buen
complemento para la intermitencia de la eólica con menor coste unitario de
inversión que los ciclos).

• El solapamiento temporal de los ciclos inversores en ciclos combinados e


instalaciones renovables ha terminado por perjudicar más a los primeros que
a los segundos. El rol de los grupos térmicos está cambiando: de dar energía
en base, están pasando a dar respaldo a la intermitencia de las renovables
(back-up), lo que en las condiciones de mercado actuales, con tecnologías
subvencionadas (renovables) que no responden a señales de precio, está
poniendo en peligro la recuperabilidad de las inversiones en ciclos e
infraestructuras asociadas (gasoductos, regasificadoras, inversiones up y
mid-stream, etc…).

• La consecuencia de los dos puntos anteriores es que la Administración y los


agentes deberán ajustar correctamente los incentivos que permitan retribuir
a los grupos térmicos de back-up y reserva, para garantizar el
mantenimiento y servicio de estas tecnologías.

Conclusiones a 2030:

• Con un crecimiento moderado de demanda (1-2%), asumiendo el


mantenimiento del parque nuclear y de ciclos combinados y de los grupos
de carbón más eficientes, aparecen necesidades de generación de punta en
los tres escenarios (se ha considerado la inversión en turbinas de gas y
5 Resumen y Conclusiones 7

centrales de bombeo puro) y de base en el escenario con menos inversión en


renovables (“Competitividad”).

• Hay dos escenarios que presentan un buen encaje para incorporar nueva
potencia nuclear: “Seguridad de Suministro” (para disminuir dependencia
de combustibles fósiles) y “Competitividad” (por la necesidad de energía de
base). Respecto a este último escenario, cabe destacar que la decisión de
invertir lo mínimo posible a 2020 provoca que haya que acometer un
volumen de inversión notable a 2030 en nuclear y/o térmica.

• La proporción de energía proveniente de tecnologías no gestionables será


probablemente mayor en 2030 que en 2020, por lo que es esperable que los
efectos sobre el parque térmico mencionados anteriormente (apuntamiento,
mayores requerimientos técnicos, térmica cambiando de rol “base” a “back-
up”, aparición de nuevas estacionalidades anuales [períodos de mayor sol o
viento], etc…) se agudicen, cambiando la forma de operar (arranques y
transitorios) y probablemente las estrategias de aprovisionamiento (más
flexibilidad, menos take-or pay).

• Cabe esperar un aumento de oportunidades para el bombeo puro (mayor


frecuencia y volumen de vertidos, necesidades de back-up de renovables y
servicios demandados por el OS, mejora del índice de cobertura), por lo que
los tres escenarios presentan un menor o mayor encaje para nuevas
inversiones de este tipo (desde los 500 MW del escenario “Competitividad”
hasta los 4500 MW considerados en “Medio Ambiente”).

Reflexiones generales:

La situación actual del parque generador (y en gran medida la de 2020) está muy
influida por dos grandes ciclos inversores: por un lado, el del gas/ciclos, que se hizo
necesario para cubrir el elevado crecimiento de demanda del período 1994 – 2007 (4-5%
anual), sustituyendo progresivamente la producción de fuel-oil (Competitividad),
desplazando al carbón menos eficiente (Medio Ambiente) y asegurando el índice de
cobertura necesario (Seguridad de Suministro). Por otro lado, el de las renovables, que
se plantea, además de como una industria nacional estratégica, como una alternativa
de suministro que reduce la dependencia de combustibles fósiles importados
5 Resumen y Conclusiones 8

(Seguridad de Suministro) y que permite reducir el nivel de emisiones del parque


generador (Medio Ambiente).

La combinación “renovables + ciclos” parecía razonable para responder a las


necesidades del sistema español, y ha fomentado la consecución de objetivos
medioambientales/de seguridad de suministro. Lo que es más discutible es el ritmo de
incorporación de estas tecnologías; en apenas 10 años, el parque generador ha dado un
vuelco sin parangón en el resto de países del entorno, que o bien no han necesitado una
transformación tan radical, o bien no han querido acometerla tan rápido (dando tantas
facilidades a las renovables o acelerando tanto la inversión en infraestructuras
gasísticas).

Las dos críticas que más frecuentemente se hacen sobre este hecho (especialmente
en el contexto actual de caída de la demanda) son que las renovables “son muy caras y
están subvencionadas en exceso, amenazan la competitividad” y que “se han
construido demasiados ciclos y sobredimensionado las infraestructuras de gas”.

Al margen de la exactitud de estas afirmaciones, lo que sí se puede extraer del


estudio a 2020 es que los ciclos apuntan a factores de carga reducidos (entre el 25 y el
30%) en un entorno muy competitivo, por el exceso de capacidad y la flexibilidad
reducida de los aprovisionamientos de gas. Este nivel de competencia, tanto en energía
como en servicios requeridos por el OS, unido al volumen creciente de energía no
gestionable, con un coste de oportunidad prácticamente nulo, hace prever un entorno
de precios bajos de energía (enviándose una señal de no inversión y dificultándose la
recuperación de costes fijos a través del mercado mayorista) que no tiene por qué ir
acompañada necesariamente de un descenso en las tarifas, ya que los costes asociados
al suministro (primas, subvenciones, redes, pagos por capacidad, etc…)
probablemente aumenten.

Si el mix de inversiones a 2020 es relativamente reducido (básicamente renovables,


alguna turbina de gas), el abanico de posibilidades a 2030 es considerablemente mayor.
Con que la demanda aumente a un 1-2% anual, ya se abre hueco de base o punta como
para que haya que incorporar al parque generador algo más que renovables; la opción
nuclear podría tener encaje en escenarios que no contemplen una entrada masiva de
capacidad renovable (aquellas que prioricen la Competitividad o la Seguridad de
Suministro). Si en 2030 existiese una presión/exigencia medioambiental mayor que en
5 Resumen y Conclusiones 9

la actualidad, y el carbón siguiera formando parte del mix de forma relevante (por
consideraciones de Competitividad o de Seguridad de Suministro), cabría esperar que
se desarrollase el CCS en las centrales de uso más intensivo. El elevado grado de
penetración de renovables que puede esperarse en 2030 (especialmente si se prioriza el
Medio Ambiente) se traduce en un fuerte apuntamiento del hueco térmico, lo que
refleja a grandes rasgos las necesidades técnicas del sistema: flexibilidad,
gestionabilidad, potencia de respaldo, redes inteligentes, interconexiones. Como
complemento a lo anterior, y habida cuenta del previsible aumento de excedentes de
energía (p.e. en momentos de mucho viento), la opción de construir nuevos bombeos
mejora su encaje (en 2020 no parece justificable económicamente). También la
introducción del VEH puede contribuir a minimizar dichos vertidos (y a actuar como
“bombeos” que almacenan – devuelven energía al sistema de manera “inteligente”, en
la medida en que la red también lo sea).

En definitiva: como apuesta estratégica a medio-largo plazo, las renovables tienen


un buen encaje en el sistema español: existe potencial, tienen margen para crecer
(hueco) y para mejorar en eficiencia (curva de aprendizaje no saturada), mejoran el
autoabastecimiento energético, no emiten GEI. El inconveniente más claro es que a día
de hoy son una alternativa cara, algo de lo que el sector es perfectamente consciente,
pero que una gran parte de la sociedad no percibe (o no se le informa adecuadamente):
las renovables cuestan dinero -aunque el sol y el viento sean gratis- y hay que pagarlas.

El segundo inconveniente es que por muchas renovables que se introduzcan, existen


limitaciones técnicas, económicas y físicas para almacenar los excedentes que se
producen debido a la intermitencia que las caracteriza y para “usarlos” cuando exista
déficit de producción renovable. Hace falta potencia y energía de respaldo; a corto y
medio plazo, los ciclos combinados tienen un buen encaje (más aún cuando quedaban
fueles por desplazar del mercado de producción). El problema actual (y en cierta
medida futuro) es que esta potencia de ciclos “de respaldo” difícilmente recuperará la
inversión en un mercado de producción donde el propio ciclo es prácticamente la
tecnología marginal y además se ve presionado en precio y cantidad por las renovables
a las que respalda (agravado por el hecho de que el abastecimiento de los ciclos no es
precisamente flexible). Podría pensarse que si el mercado de producción no es
suficiente, y lo que se necesita son servicios de ajuste, será en estos mercados donde se
recupere una parte importante de la inversión, pero lo cierto es que la elevada
5 Resumen y Conclusiones 10

competencia en el mercado de producción se extiende fácilmente a los mercados de


ajuste (los ciclos compiten igualmente por dar reserva secundaria, terciaria, etc…).

La relación entre renovables y ciclos no es en absoluto simétrica: una es poco


gestionable, relativamente impredecible, prácticamente inmune a las señales de
mercado, está subvencionada. La otra opera de manera poco conservadora (en cuanto a
preservar las máquinas) para cubrir los huecos que deja la primera, permite una buena
gestionabilidad del sistema, responde a las señales de un mercado muy afectado por
las renovables (cuando hay viento se reduce el hueco y cae el precio, siendo la eólica,
como se ha dicho, prácticamente inmune a esto –tiene su prima que le garantiza el
ingreso).

No es que las renovables sean “malas” y los ciclos “buenos”, pero lo cierto es que
cuando en los años 90 se decidió pasar en España de un sistema más regulado a otro
más liberalizado, simplemente no existía una influencia tan fuerte como la actual de las
renovables, no había experiencia en regular un fenómeno de este tipo, quizá
simplemente no se previó o no se supo ver lo que iba a venir diez años después, con 20
GW de potencia renovable sobre una punta de unos 40 GW. Durante estos 12 años, se
ha atacado al mercado cuando los precios subían (acompañados curiosamente de picos
de precio en los mercados internacionales de commodities), se ha acusado a las empresas
de no actuar racionalmente, de ganar “de más con tecnologías amortizadas”. El
mercado entendido y juzgado exclusivamente como repartidor de ingresos. Toda la
atención concentrada en el “presente” del mercado, pocos o muy pocos alertando de
las señales que genera (¡y sobre todo que generará en unos años!) el mercado de
producción español; se regula y juzga el régimen especial por un lado, el régimen
ordinario por otro, como si fueran cosas más bien distintas. Si los dos convergen luego
en el mercado de producción, y han de estar perfectamente coordinados, ¿no estarán
contaminándose las señales por el hecho de regular tan “independientemente” los dos
regímenes? ¿No deberían revisarse en profundidad las internalidades y externalidades
que suponen unas tecnologías y otras en el mercado, para tratar de equilibrar mejor
responsabilidades y costes, y que las señales que afloren en el mercado reflejen mejor a
las necesidades del mismo?

Las necesidades de inversión en el parque de generación van a estar ahí:


flexibilidad, gestionabilidad, interconexiones, tecnologías de producción menos
5 Resumen y Conclusiones 11

emisoras, eficiencia, autoabastecimiento, etc… Las alternativas para cubrir estas


necesidades también estarán ahí, en la medida que lo permitan los avances
técnologicos. Para que exista una correlación entre ambas, y que las alternativas
respondan y se ajusten a las necesidades del Sistema, será imprescindible revisar las
señales enviadas por el mismo a medio y largo plazo, apoyándose en una buena
planificación que permita anticipar cómo evolucionará un mercado con 40 ó 50 GW de
renovables (vertidos, precios, back-up, señales), o qué patrón de funcionamiento
tendrán los grupos térmicos en un futuro con X renovables, VEH, grado de
interconexión… y regular el sistema en consecuencia.

Madrid, 8 de febrero de 2010


Documentación y Referencias

6
Documentación y Referencias
6 Documentación y Referencias 2

6 Documentación y Referencias

6.1 Documentación referenciada

• [1] Orden ITC/2794/2007, por la que se revisan las tarifas eléctricas a partir
del 1 de octubre de 2007 (pago por disponibilidad e incentivo a la inversión).

• [2] RD 436/2004, por el que se establece la metodología para la actualización


y sistematización del régimen jurídico y económico de la actividad de
producción de energía eléctrica en régimen especial. (Vigente hasta el 1 de
junio de 2007).

• [3] RD 661/2007, por el que se regula la actividad de producción de energía


eléctrica en régimen especial.

• [4] Paquete legislativo 20 – 20 – 20: reducción de un 20% de emisiones


respecto a 1990, incrementar a un 20% la cuota de energías renovables y
alcanzar un ahorro energético del 20% en el horizonte temporal de 2020. Más
información: http://ec.europa.eu/environment/climat/climate_action.htm

• [5] Directiva 2009/29/EC (modifica la anterior Directiva 2003/87/EC) para


mejorar y extender el esquema de comercio de emisiones en el seno de la UE
(European Union – Emission Trading Scheme).

• [6] ORDEN PRE/3539/2008, de 28 de noviembre, por la que se regulan las


disposiciones necesarias en relación con la información que deben remitir a
la Administración General del Estado los titulares de las grandes
instalaciones de combustión existentes, así como las medidas de control,
seguimiento y evaluación del Plan Nacional de Reducción de Emisiones de
las Grandes Instalaciones de Combustión existentes (PNRE-GIC).

• [7] Real Decreto 1219/2009, de 17 de julio, por el que se modifica el Real


Decreto 1112/2007, de 24 de agosto, por el que se establece el régimen de
ayudas al desarrollo de las infraestructuras en las comarcas mineras del
carbón. Véase también Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón
6 Documentación y Referencias

2006-2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Integral y Sostenible de las


Comarcas Mineras (Plan Nacional de la Minería).

• [8] Informe anual de REE. Los informes completos del sistema eléctrico (1995
– 2008) pueden verse en
http://www.ree.es/sistema_electrico/informeSEE.asp.
6 Documentación y Referencias 4

6.2 Relación de figuras

Figura 1. Desafíos del sector eléctrico………………………………………..cap 2, pág 5

Figura 2. Mix de producción en 2020 – Seguridad de Suministro……….cap 2, pág 11

Figura 3. Mix de producción en 2020 – Medio Ambiente…………………cap 3, pág 14

Figura 4. Curva de vertidos en 2020 - Medio Ambiente…………………..cap 3, pág 17

Figura 5. Mix de producción en 2020 – Competitividad………………….cap 3, pág 19

Figura 6. Curva de carga térmica 2020 – Competitividad………………...cap 3, pág 20

Figura 7. Grado de autoabastecimiento en 2020…………………………...cap 3, pág 23

Figura 8. Porcentaje de térmica en punta de demanda térmica en 2020...cap 3, pág 24

Figura 9. Factor de carga de ciclos en 2020…………………………………cap 3, pág 26

Figura 10. Producción de origen renovable en 2020……………………….cap 3, pág 27

Figura 11. Energía vertida en 2020…………………………………………...cap3, pág 28

Figura 12. Emisiones de CO2 y NOx en 2020………………………………cap 3, pág 28

Figura 13. Mix de producción en 2030 – Seguridad de Suministro……...cap 4, pág 12

Figura 14. Mix de producción en 2030 – Medio Ambiente……………….cap 4, pág 16

Figura 15. Curva de vertidos en 2030 - Medio Ambiente…………………cap 4, pág 17

Figura 16. Mix de producción en 2030 – Competitividad………………...cap 4, pág 19

Figura 17. Curva de carga térmica 2030 – Competitividad……………….cap 4, pág 20

Figura 18. Grado de autoabastecimiento en 2030………………………….cap 4, pág 23

Figura 19. Evolución del grado de autoabastecimiento 2020 – 2030……..cap 4, pág 23


6 Documentación y Referencias

Figura 20. Porcentaje térmico en punta de demanda térmica en 2030…..cap 4, pág 24

Figura 21. Evolución del porcentaje de térmica en punta de hueco térmico 2020 –
2030………………………………………………………………………………...cap 4, pág 25

Figura 22. Factor de carga de ciclos en 2030………………………………..cap 4, pág 27

Figura 23. Evolución del factor de carga de ciclos 2020 – 2030…………...cap 4, pág 28

Figura 24. Producción de origen renovable en 2030……………………….cap 4, pág 28

Figura 25. Evolución de producción de origen renovable 2020 – 2030…..cap 4, pág 29

Figura 26. Energía vertida en 2020…………………………………………..cap 4, pág 29

Figura 27. Evolución de la energía vertida 2020 - 2030……………………cap 4, pág 30

Figura 28. Emisiones de CO2 y NOx en 2020………………………………cap 4, pág 30

Figura 29. Evolución de los Mt de emisiones de CO2 2020 – 2030………cap 4, pág 31


6 Documentación y Referencias 6

6.3 Relación de tablas

Tabla 1. Potencia renovable en 2020………………………………………….cap 3, pág 9

Tabla 2. Garoña, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura en


2020………………………………………………………………………………….cap 3, pág 9

Tabla 3. Carbón nacional, carbón importado, pagos por capacidad


previstos…………………………………………………………………………….cap 3, pág 9

Tabla 4. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Seguridad de


Suministro…………………………………………………………………………cap 3, pág 12

Tabla 5. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 –


Seguridad de Suministro………………………………………………………...cap 3, pág 12

Tabla 6. Cobertura de la demanda en 2020 – Seguridad de Suministro…cap 3, pág 13

Tabla 7. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Medio Ambiente………cap 3, pág 16

Tabla 8. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 – Medio


Ambiente…………………………………………………………………………..cap 3, pág 16

Tabla 9. Cobertura de la demanda en 2020 – Medio Ambiente…………..cap 3, pág 18

Tabla 10. Cobertura del hueco térmico en 2020 – Competitividad………cap 3, pág 20

Tabla 11. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2020 –


Competitividad…………………………………………………………………...cap 3, pág 21

Tabla 12. Cobertura de la demanda en 2020 – Competitividad…………..cap 3, pág 22

Tabla 13. Potencia renovable en 2030……………………………………….cap 4, pág 11

Tabla 14. Nucleares, interconexión con Portugal, VEH e índice de cobertura en


2030………………………………………………………………………………...cap 4, pág 11
6 Documentación y Referencias

Tabla 15. Carbón nacional, carbón importado, pagos por capacidad


previstos…………………………………………………………………………...cap 4, pág 11

Tabla 16. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Seguridad de


Suministro…………………………………………………………………………cap 4, pág 13

Tabla 17. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 –


Seguridad de Suministro………………………………………………………...cap 4, pág 14

Tabla 18. Cobertura de la demanda en 2030 – Seguridad de


Suministro…………………………………………………………………………cap 4, pág 15

Tabla 19. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Medio Ambiente……..cap 4, pág 16

Tabla 20. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 – Medio


Ambiente…………………………………………………………………………..cap 4, pág 17

Tabla 21. Cobertura de la demanda en 2030 – Medio Ambiente…………cap 4, pág 18

Tabla 22. Cobertura del hueco térmico en 2030 – Competitividad………cap 4, pág 20

Tabla 23. Excedentes en función de capacidad de bombeo instalada en 2030 –


Competitividad…………………………………………………………………...cap 4, pág 21

Tabla 24. Cobertura de la demanda en 2030 – Competitividad…………..cap 4, pág 22


Anexos
A
Parque Nacional de Carbón
A Parque Nacional de Carbón 10

A Parque Nacional de Carbón

El parque nacional de carbón está formado por una veintena de centrales


compuestas por uno o varios grupos, totalizando cerca de 12000 MW de potencia. A
pesar de existir una notable diversificación geográfica y de combustibles empleados,
destaca la presencia de grupos hulleros y antraciteros en la cuenca astur-leonesa, que
suponen más de 5000 MW de potencia instalada. Dentro de este grupo, destacan por su
tamaño y logística las centrales de Aboño (916 MW, muy próxima a la costa) y
Compostilla (1341 MW), en la que están desarrollándose proyectos de CCS pioneros en
la Península.

Las centrales gallegas de Meirama (563 MW) y Puentes de García Rodríguez (1468
MW), diseñadas en un principio para utilizar lignito pardo, han adaptado sus calderas
para quemar carbón importado. Junto a las centrales andaluzas de Barrios (568 MW) y
Litoral (1159 MW), ambas situadas junto a la costa, constituyen el grupo de centrales
más eficientes del sistema.

Las otras dos zonas mineras más relevantes de la Península (Teruel, Ciudad Real)
también cuentan con centrales de carbón diseñadas para quemar el combustible
autóctono con posibilidad de mezcla con calidades importadas (hullas y antracitas).
Destaca la central de Teruel (1102 MW), por su tamaño y por encontrarse en las
proximidades de una de las explotaciones mineras más económicas de la Península, al
tratarse de una mina a cielo abierto.

Como se dijo anteriormente, la clasificación tradicional entre “carbones importados”


y “carbones nacionales” puede complementarse con la de carbones “de costa” y de
“interior”, ya que a efectos de planificación, la logística y flexibilidad de los grupos
para importar y quemar carbón con el mínimo coste determina su competitividad para
regímenes de funcionamiento bajos (típicamente como reserva o back-up de
renovables).

La situación geográfica de las diversas centrales puede observarse en la figura


siguiente:
A Parque Nacional de Carbón

Figura A.1. Parque Nacional de Carbón


B Cálculo del Índice de Cobertura

B
Cálculo del Índice de Cobertura
B Cálculo del Índice de Cobertura

B Cálculo del Índice de Cobertura

B.1 Definición

No todas las tecnologías de generación contribuyen de igual manera a la seguridad


de suministro energético. La contribución de una central debe medirse no tanto por su
potencia instalada, sino por su potencia firme, es decir, la potencia que puede ofrecer en
los momentos de punta con una mínima seguridad o certidumbre (p.e., si la punta de
un sistema tiene lugar típicamente durante la noche de un día laborable de invierno, la
contribución de la potencia solar a cubrir esa punta de demanda es nula). Este valor
depende de factores tales como la disponibilidad de la fuente de energía primaria
utilizada (combustible, viento, agua, etc…), el mantenimiento que se haga de ella o su
régimen de explotación.

Para dimensionar un sistema eléctrico se tiene en cuenta la


probabilidad/factibilidad de cubrir la punta de demanda en condiciones adversas (p.e.
punta de invierno en plena ola de frío de un año seco y con poco viento). Cada
tecnología aporta una potencia firme, y al agregar todas se podrá exceder, igualar o
quedar por debajo de dicha punta de demanda estimada (dando lugar a índices de
cobertura mayores, iguales o menores que 1 respectivamente). Por lo general, en los
sistemas desarrollados (como es el caso de España), existe un notable rechazo de los
consumidores a los cortes de suministro, por lo que la Administración tratará de
garantizar que el sistema se mantenga con índices de cobertura superiores a la unidad,
incentivando la instalación de nueva potencia si dicho valor se aproxima a 1. El
excedente de potencia firme sobre la punta de demanda estimada se conoce como
margen de reserva, y se calcula restándole al índice de cobertura la unidad (en %).

En este sentido, las consideraciones que pueden hacerse sobre las tecnologías que
forman parte del mix español son las siguientes:

• La generación eólica e hidráulica fluyente aportan poca seguridad de


suministro, ya que ni el viento ni el caudal de agua están necesariamente
disponibles en los momentos de mayor demanda (los beneficios de estas
B Cálculo del Índice de Cobertura

tecnologías se sitúan más en lo relativo al medioambiente y al


autoabastecimiento).

• La Seguridad de Suministro que aportan las nucleares es muy elevada. Esto


es debido a que la probabilidad de “averías” es muy baja y a que sus
mantenimientos se realizan en períodos de demanda baja y son
cortos/espaciados en el tiempo.

• Las centrales térmicas (ciclos combinados, carbón, fuel) ofrecen un nivel


elevado de seguridad de suministro. La tasa de disponibilidad depende en
gran medida de la antigüedad de las centrales.

• Las hidráulicas regulables (con embalse y de bombeo) aportan en general


una seguridad de suministro elevada, pues están incentivadas
económicamente a utilizar el agua en los periodos de precios altos (principal
indicador de “escasez” o necesidad de capacidad adicional). Esta aportación
depende en gran medida de la capacidad del embalse (centrales con
embalses de capacidad plurianual aportan una mayor Seguridad que
aquellas con embalses de capacidad anual).

La potencia firme puede calcularse como potencia instalada multiplicada por un


factor menor a la unidad, que refleja el grado de certidumbre de contar con dicha
potencia en la punta de demanda. Los valores numéricos considerados en esta Tesis
para las distintas tecnologías pueden verse en la tabla que se muestra a continuación.
B Cálculo del Índice de Cobertura

B.2 Tabla Resumen

Índice de Cobertura

Nuclear 0.95
CN 0.9
CI 0.9
CCGT 0.95
TG 0.98
Eólica 0.07
Fotovoltaica 0
Termosolar 0
Resto Rég. Esp. 0.8
Hidráulica 0.4
Bombeo 0.85

Tabla B.1: Coeficientes empleados para el cálculo del Índice de Cobertura – Margen de Reserva

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