Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Por
La disciplina surge en el año 1776 con la publicación de la famosa obra de Adam Smith La riqueza
de las naciones, convirtiéndose en una de las principales ciencias sociales de la actualidad.
Comúnmente es definida como «el estudio de la forma en que la sociedad utiliza los recursos
productivos escasos para obtener diferentes bienes y distribuirlos para su consumo presente o
futuro teniendo por objetivo analizar la conducta humana respecto a la producción, intercambio y
uso de bienes y servicios».
La economía estudia la manera en que se fijan los precios de los bienes y factores productivos, así
como el comportamiento de los mercados financieros a nivel local y global, la participación del
Estado y los gobiernos en el mercado y el comercio internacional.
El objetivo de esta ciencia es analizar todo tipo de fenómenos desde tres aspectos: la economía
descriptiva, la teoría económica y la economía aplicada.
Quizás te interese ¿Qué Problemas Aborda la Economía?
Microeconomía
Consiste en una serie de hipótesis teóricas que buscan explicar cómo funcionan los mercados
individuales, haciendo uso de diversas teorías: teoría del mercado, teoría de la demanda y el
consumidor, teoría de la oferta, la empresa y la producción y teoría sobre las estructuras de los
mercados.
Dicho enfoque suele aplicarse al estudio de la economía laboral o urbana, así como cuando se
desea analizar la regulación económica que llevan a cabo los mercados, economías domésticas o el
Estado.
Macroeconomía
Hace referencia al conjunto de construcciones teóricas que tienen por objetivo explicar cómo
funcionan las economías nacionales y globales, haciendo uso de diversas aproximaciones teóricas
como: la teoría de los ciclos, la teoría de las finanzas públicas, la teoría del dinero y el crédito y la
teoría de la economía internacional.
Este enfoque posee más aplicaciones relacionadas con la economía internacional, tras enfocarse
en el estudio de las finanzas públicas, la administración pública y la economía de los diferentes
países alrededor del mundo.
Método inductivo
También denominado empírico, fue uno de los primeros métodos propuestos por Adam Smith
para estudiar la economía.
Dicho método consiste en establecer proposiciones, teorías o análisis de carácter general
obtenidas por la observación y experimentación de casos particulares aislados. El objetivo es
estudiar lo específico para llegar a una conclusión general.
En primer lugar debe llevarse a cabo una etapa de observación y registro de los diferentes hechos
económicos que se están estudiando. Posteriormente analizar lo observado estableciendo
definiciones claras de los conceptos observados. Finalmente formular proposiciones científicas y
enunciados universales generales.
Un ejemplo de este método puede precisarse a través de la ley de oferta y demanda, donde el
hecho de que los precios de diferentes productos particulares hayan disminuido se deba a una
generalidad, a saber la existencia de mayor oferta.
Este método parte de la idea de que para llegar a las leyes que rigen la economía, es necesario
partir del estudio de casos particulares.
Acogido desde los escritos de David Ricardo, se enfoca en establecer proposiciones, teorías y
análisis partiendo de un principio general, a saber una hipótesis, con el objetivo de analizar y
explicar diferentes casos particulares.
En primer lugar, debe plantearse la hipótesis que se utilizará, luego deben analizarse los
fenómenos económicos en base a dicha hipótesis para posteriormente, enunciar leyes de carácter
general.
El método deductivo es opuesto al inductivo, ya que se busca estudiar una proposición general
para explicar lo particular. De igual forma puede tomarse la ley de la oferta y la demanda como
ejemplo.
Puede afirmarse que la existencia de una gran oferta de productos originara una disminución en la
demanda de éstos por lo que bajar los precios sea una acción razonable a realizar.
Método analítico-sintético
Al utilizar el método analítico se busca realizar un análisis profundo de las diversas variables que
conforman el fenómeno económico.
Mientras que al realizar un juicio sintético, el objetivo que se persigue es unificar sistemáticamente
los diferentes elementos heterogéneos y aislados que conforman al caso de estudio para
comprenderlo en su totalidad.
Partiendo de la idea de que la economía es una ciencia y que es crucial verificar y comprobar todas
las teorías propuestas, es imprescindible el uso de las matemáticas y los métodos estadísticos.
Éstos ayudan a comprobar si el fenómeno económico se ajusta bien o no a las predicciones, teorías
e hipótesis previamente elaboradas.
Método behaviorista
Tratándose de una ciencia social, es vital tomar métodos de la sociología o psicología para estudiar
cómo los comportamientos sociales influyen en las economías locales y globales.
Si bien la economía debe analizar la conducta de los diferentes agentes económicos que
intervienen en los mercados y lo qué les motiva a formar parte de los diferentes ciclos
económicos, se hace necesario el estudio de disciplinas que ayuden a entender la conducta
humana.
Política económica
La política económica hace referencia a las diversas estrategias que los gobiernos y el Estado
ponen en práctica para conducir la economía de un país.
De ahí que la economía deba a su vez estudiar y conocer las políticas fiscales y comerciales que los
gobiernos ponen en práctica, con el objetivo de analizar el hecho o fenómeno económico en su
totalidad.
falacia
Engaño o mentira que se esconde bajo algo, en especial cuando se pone de manifiesto su falta
de verdad.
"el propósito del libro es mostrar cómo el esoterismo es una falacia; la falacia de su
planteamiento tiene ocasión de comprobarse en la praxis ineficaz"
No debemos confundir validez y verdad, como ya hemos visto y las falacias se caracterizan
porque algo falla en el razonamiento mismo, es decir, o falla la forma y falla el contenido o
significado ---la materia--- de los argumentos supuestamente lógicos o válidos. Así sn
algunos casos el problema es la ambigüedad de algunos términos, que nos permitía
utilizarlos con dos sentidos distintos en distintas premisas, con lo que al final llegábamos a
una conclusión disparatada. Otras veces, en cambio, lo que están mal son las premisas
(partimos de premisas falsas que nos parecen verdaderas). Finalmente, hay veces en que lo
que está mal es la relación misma entre las premisas (que no es lógica).
Primera falacia: la austeridad trae crecimiento. Los países periféricos del euro,
sometidos a complejos procesos de sobreendeudamiento, público y privado, deben sin
duda, efectuar curas de adelgazamiento que fomenten un ahorro que permita devolver los
préstamos contraídos. De acuerdo. Pero dejando al margen el debate sobre los ritmos y los
plazos del proceso, someter a un país a un proceso intenso de austeridad, no es, como se
dice, condición necesaria para crecer luego. En economía, existe consenso sobre que un
recorte del gasto global, hace caer la demanda agregada y deprime la actividad. Es la
paradoja de la austeridad: un anacoreta, viviendo de bayas y frutos silvestres, puede ser
incluso un hombre santo, pero si todos fuésemos anacoretas, nuestra renta per cápita se
hundiría porque las empresas quebrarían. Puede que ello nos hiciera más felices, pero no
proporciona crecimiento. Por tanto, si estas muy endeudado, en una primera fase es
necesario ajustar gastos. Pero de ello no se derivará, de forma automática, mayores ingresos
posteriores (crecimiento). Y sin generar mayores ingresos (crecimiento), es imposible que
solo a base de apretarse el cinturón se pueda hacer frente a deudas tan cuantiosas como las
que tienen empresas, familias y estado ya que la capacidad de ahorro depende, sobre todo,
del nivel de ingresos. El centro de estudios del BBVA ha calculado que por cada punto de
reducción del déficit en España, el crecimiento se recorta en 0,5 décimas, similar a los 0,7
que calculó FUNCAS. Así, rebajar el déficit será necesario, pero deprime la economía, no
genera crecimiento, como sostiene la falacia defendida por algunos en base a teorías
pensadas en otros contextos según las cuales existen los “ajustes expansivos de gasto”.
Después de constatar que la luz que se veía al final del túnel era el temido tren
que venía en sentido contrario, el problema no se evapora por mucho que cerremos los ojos
o nos enzarcemos en discusiones sobre quien nos metió en el túnel y quien corrió hacia la
luz. Necesitamos cabeza fría, racionalidad, pactos y desechar falacias.
Vamos a ver tres falacias económicas que explica muy bien Sean Masaki Flynn y que
están de plena actualidad. Seguro que muchas personas se sorprenderán.
– La masa laboral:
Se suele presentar un argumento como solución al desempleo que no es otro que pensar que
existe una cantidad fija de trabajo que se puede dividir entre tanta gente como se quiera. La
idea es que si conviertes una semana laboral de 40 horas en una de 20 horas, las empresas
tendrán que contratar al doble de trabajadores. Que le pregunten a Francia cómo les fue tras
reducir la semana de trabajo a 35 horas. Y es que contratar nuevos trabajadores conlleva
gastos fijos como la Seguridad Social, de manera que sale más caro tener a dos trabajadores
20 horas a la semana cada uno que un solo trabajador 40 horas a la semana.
El proteccionismo se podría definir como aquella doctrina o rama económica que está a
favor de que un país proteja aquello que produce frente a los productos de otros países que
le suponen una competencia y para ello utiliza diversos medios tales como los derechos de
aduana y otras restricciones a las importaciones.
El problema es que se corre el riesgo real de que algunos bienes no puedan ser adquiridos
por todo el mundo y que puede provocar el cierre de determinados mercados, con el
consiguiente efecto pernicioso para la economía. Además, otros países podrían adoptar la
misma postura, con lo que la libre circulación de mercancías y bienes quedaría claramente
en entredicho y comprometida.
– Salarios bajos en el extranjero implican que los países ricos no pueden competir:
Se dice mucho que las empresas de los países ricos no pueden competir con las empresas de
los países en vía de desarrollo por las enormes diferencias de salarios. Bien, vamos a verlo
comparando una fábrica de USA con una fábrica de un país mucho más pobre…
Pongamos que la fábrica de USA paga a sus trabajadores 20 dólares la hora y la fábrica del
otro país paga 4 dólares la hora. Se podría pensar que como los costes laborales en la
fábrica extranjera son mucho más bajos, ésta puede vender a precios más bajos que la
fábrica de USA. Pero este argumento no tiene en cuenta dos cosas:
Lo que en realidad cuenta son los costes laborales por unidad, no los costes laborales por
hora.
Las diferencias en productividad suelen significar que los costes laborales por unidad son,
con frecuencia, casi idénticos, a pesar de la enorme diferencia en costes laborales por
hora.
Y es que como la fábrica de USA utiliza una tecnología mucho más avanzada, un trabajador
puede producir 20 unidades de producto en una hora y gana 20 dólares la hora, de manera
que el coste por unidad de producto es 1 dólar. En cambio la otra fábrica es menos
productiva, un trabajador produce sólo 4 unidades en una hora y al ser el salario 4 dólares la
hora el coste laboral por unidad de producto es también 1 dólar. Por tanto, no pueden
vender su producto a un precio más bajo que la fábrica de USA.