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Pharies – Breve historia de la lengua española

Cap. 1: EL CAMBIO LINGÜÍSTICO


La inexorabilidad del cambio lingüístico
La naturaleza de nuestro mundo y de nuestro universo es que todo cambia sin cesar. Algunas
cosas cambian tan lentamente que los cambios apenas son perceptibles, como en el caso del
cambio geológico, por el cual, a lo largo de varios millones de años, una montaña se convierte
en llanura. Otras cosas cambian tan deprisa que resultan igualmente imperceptibles, como
los movimientos de partículas subatómicas. En cambio, las modificaciones paulatinas en la
civilización humana sí permiten una observación detallada.
Estas observaciones ponen de relieve que todos los aspectos de la cultura humana,
incluyendo la moda, la política, los medios de comunicación, la tecnología y las relaciones
humanas, están sujetos a un proceso implacable de cambio. Esto explica, por ejemplo, el que
los abuelos de hoy no se vistan como sus nietos y tampoco estén de acuerdo con sus
opiniones políticas, también el que sean reacios a aceptar la moderna tecnología digital y los
nuevos medios de comunicación, y que estén desconcertados por las actuales costumbres
sexuales y sistemas de educación. Inevitablemente, para cuando los niños de hoy sean
abuelos, estarán igualmente perplejos ante el mundo de sus propios nietos.
El lenguaje, como aspecto central de la cultura humana, está también expuesto a este
proceso inevitable de cambio. Algunos cambios lingüísticos—especialmente la acuñación de
nuevas palabras—responden a innovaciones en otros ámbitos culturales, pero incluso los
componentes más abstractos y fundamentales de una lengua como sus sonidos, formas
gramaticales y reglas sintácticas pasan por un proceso que con el tiempo transformará las
lenguas de hoy hasta el punto de que resultarán difíciles de entender para los hablantes del
futuro.
Naturaleza del cambio lingüístico
Para caracterizar la naturaleza del cambio lingüístico es conveniente distinguir entre la
iniciación de un cambio y su difusión.
Un cambio lingüístico se inicia cuando se introduce una innovación, es decir, una
nueva manera de expresar algo. Por ejemplo, surge la posibilidad de decir coach por entrenador
(innovación léxica), freído por frito (innovación morfológica) o el hombre que su casa se vendió por
el hombre cuya casa se vendió (innovación sintáctica denominada quesuismo). Es posible
entender canguro como “persona que cuida a los niños” (innovación semántica) y de
pronunciar prehidente por presidente (innovación fonética, denominada jejeo).
Las innovaciones así producidas entran en competencia con las formas establecidas.
Por esta razón, como explican Florentino Paredes y Pedro Sánchez-Prieto Borja (2008:22),
lo que perciben los hablantes no es “cambio” sino “variación”. Variantes establecidas y
nuevas alternan entre sí y se distribuyen estadísticamente de una manera específica según
factores sociales, regionales y estilísticos. Con el tiempo, esta distribución varía, ganando en
importancia algunas variantes y perdiendo otras, proceso que puede representarse de la
manera siguiente, donde la introducción de una variante innovadora (=V2) se resuelve con la
sustitución de la variante original (V1):

V1 => V1 V2 => V1 V2 => V2


Lo que calificamos de “cambio”, entonces, es la diferencia a largo plazo entre
el comienzo y el final de este proceso. Durante el tiempo en que están en
competencia las variantes, este proceso suele denominarse un cambio en
marcha.

La caracterización del cambio como competencia entre variantes plantea


dos preguntas: ¿de dónde surgen las nuevas variantes? y ¿qué principios rigen
la selección entre ellas?

Factores en la producción de variantes innovadoras


Es probable que la mayoría de las innovaciones se deban a la naturaleza heterogénea de la
lengua, o sea, a las incontables variantes que surgen involuntariamente en el habla humana.
En algunos casos es posible identificar causas más específicas. En la fonología, por ejemplo,
destacan algunas tendencias que derivan de las propiedades físicas de los aparatos fonador y
auditivo del ser humano. Estos factores se perfilan en el capítulo 5, que se dedica a este
aspecto de la evolución de la lengua. Centrándonos en los demás componentes lingüísticos,
que tienen un carácter más cognitivo, identificamos algunas fuentes generales productoras
de innovaciones:

 Economía de esfuerzo. En la lengua, como en toda actividad humana, hay una tendencia
general a la economía del esfuerzo al cumplir con las necesidades comunicativas. En
la morfología, esta economía se refleja en la analogía, es decir, en la modificación de
determinadas palabras para acomodarlas a un modelo más frecuente o más regular
en la lengua. Este proceso explica el reanálisis y subsiguiente regularización de los
participios pasivos fito > freído y preso > prendido y de los nombres de los agentes
femeninos presidente > presidenta y juez > jueza.
 Influencia de otras lenguas o variedades. En la morfología derivativa, es común la adopción
de afijos foráneos (visigótico -ingos > cast. -engo) y en el léxico son comunes varios
tipos de influencia como la que actualmente ejerce el inglés sobre el español, más
obviamente en el caso de los préstamos léxicos (bluf “fiasco” < bluff), pero también
en los calcos léxicos (año luz, sobre ligth year) y fraseológicos (tener en mente, sobre to
have in mind) y los préstamos semánticos (educado “que tiene buenos modales” >
“escolarizado”, por influencia del inglés educated. Además, el contacto entre hablantes
de muchas variedades de una misma lengua o de lenguas muy emparentadas suele
dar lugar a un proceso de koinización que puede generar nuevas variantes.
 La gramaticalización. Se trata de un proceso por el cual una palabra se vacía de
significado léxico y se convierte en un elemento gramatical. En español la palabra
gramaticalizada que más se cita es el cast. med. auer “tener”, que a lo largo del
medievo cede al verbo tener su función léxica de denotar posesión, tomando carácter
de puro verbo auxiliar, única función que desempeña su descendiente, el esp. Mod.
Haber. Como veremos en los capítulos 6 y 7, la gramaticalización actúa también en la
aparición de los artículos, los pronombres de tercera persona, el objeto directo con
a personal y muchas otras construcciones.
 Reacción a un cambio en otro componente lingüístico. Se suele decir que el lenguaje es un
sistema de componentes tan estrechamente asociados que un cambio en uno de ellos
necesariamente provoca cambios en otros. Ejemplifica este principio la pérdida de
las desinencias casuales del latín, que, en fases más evolucionadas de la lengua, obliga
a los hablantes a emplear un orden de palabras menos libre y utilizar preposiciones
para señalar las funciones gramaticales antes indicadas por las desinencias casuales.

Factores en la selección de variantes

Está claro, con todo, que una vez introducidas estas nuevas variantes o innovaciones, tiene
que haber un proceso o mecanismo que regula su selección y difusión. Gracias a la
sociolingüística moderna, reconocemos ahora que lo que impulsa este mecanismo es el
factor social. En este sentido han sido fundamentales los estudios de William Labov (1927.),
catedrático de lingüística de la Universidad de Pennsylvania. Mediante determinadas
innovaciones metodológicas, Labov logró demostrar que, contra lo que se venía
manteniendo, el cambio lingüístico sí se puede observar a nivel sincrónico, gracias a un
fenómeno que se llama “tiempo aparente”. Las investigaciones de este tipo aplican el análisis
estadístico para comparar sistemáticamente la forma de hablar de los miembros de mayor
edad de una comunidad lingüística frente a la de los adultos más jóvenes. Las diferencias
entre los dos grupos son representativas del cambio lingüístico en una generación. Si se
acepta la validez de este planteamiento—que presupone que la forma de hablar de una
persona no cambia sustancialmente una vez alcanzada la madurez—es posible llevar a cabo
estudios empíricos del cambio lingüístico en una muestra de población científicamente
seleccionada y analizada.

Los principios fundamentales del mecanismo del cambio lingüístico descubiertos por
Labov, y expuestos de forma más completa en los dos volúmenes titulados Principles o
Linguistic Change de 1994 y 2001, son los siguientes:

 La variación es una característica intrínseca de las lenguas. Tradicionalmente los lingüistas


incurrían en la paradoja de reconocer la heterogeneidad del lenguaje como realidad
cotidiana y al mismo tiempo negar su importancia par la teoría del cambio lingüístico.
Para Labov, en cambio, la variación—posibilidad de decir la misma cosa de muchas
maneras diferentes—es un aspecto esencial del lenguaje, sin el que no sería capaz de
desempeñar las múltiples funciones que le exigen los hablantes.
 Los grupos sociales utilizan variantes lingüísticas para marcar su identidad dentro de la sociedad.
Según Labov, un cambio se inicia cuando una variante lingüística adquiere un valor
específico para un grupo social que por alguna razón considera amenazada su
identidad dentro de la comunidad. En otras palabras, el grupo instrumentaliza la
variante para indicar quiénes se identifican con el grupo y quiénes no. Una vez
adoptada por los miembros más prestigiosos dentro del grupo, la variante se propaga
al resto del grupo y eventualmente a otros grupos de la comunidad. De esta manera,
el grupo emplea un rasgo lingüístico para poner de relieve una diferencia social.

A veces todos los hablantes de la lengua terminan adoptando un cambio, pero otras
veces la comunidad lo rechaza y lo estigmatiza. El factor decisivo en el triunfo o fracaso de
un cambio es el prestigio, primero dentro del grupo en que aparece, luego en los demás
grupos que constituyen la comunidad en su totalidad. Si el cambio se origina en un grupo de
alto prestigio, lo probable es que sea un cambio consciente (un llamado “cambio desde
arriba”) que aparece primero en el habla esmerada. Por el contrario, los cambios “desde
abajo” suelen ser más bien inconscientes, y su éxito depende de cuestiones de identidad y
prestigio encubierto (Caravedo 2003:49). Ralph Penny (2000:69) cree que la aspiración de
/s/ en posición implosiva (final de sílaba, como en estos tíos [‘eh toh ‘ti oh]) ejemplifica este
último tipo de cambio en el español actual. Otro posible ejemplo es la sustitución de la
vibrante múltiple (frecuentemente sorda) /r/ por la fricativa uvular sorda /χ/ en el habla de
Puerto Rico, donde parece ir cobrando el valor de símbolo del orgullo nacional (Lipski
1996:140).

LA SOCIOLINGÜÍSTICA

La lingüística se define como la ciencia que estudia el lenguaje. Como tal, se dedica
fundamentalmente a la descripción, análisis y explicación de las estructuras fonológicas,
morfológicas, sintácticas, semánticas y léxicas de las lenguas humanas. Éstas son las tareas de
la lingüística descriptiva y de la lingüística teórica.

Al mismo tiempo, es posible estudiar el lenguaje desde otras perspectivas. La


psicolingüística, por ejemplo, estudia los procesos cognitivos, uso e interpretación del
lenguaje. La lingüística aplicada se centra sobre todo en el aprendizaje de las lenguas
extranjeras, pero también entran dentro de esta especialidad materias como la traducción y
la lexicografía. Un grupo muy importante de disciplinas lingüísticas se ocupa de la variabilidad
intrínseca de las lenguas, tanto en el tiempo (objeto de estudio de la lingüística histórica o
diacrónica) como en el espacio (tarea de la lingüística geográfica, también llamada dialectología)
o en la sociedad (enfoques de la lingüística social, comúnmente llamada sociolingüística). Para
muchos lingüistas, la sociolingüística incluye tanto la variación geográfica como la social. En
la lingüística europea se suele denominar distópica la variación regional, distrática la social
y diafásica la que se refiere a los diversos registros. El término diacrónico, que ya hemos
mencionado, denota a ambos lados del Atlántico la variación temporal.

Los sociolingüistas han demostrado que la variación en la lengua va ligada a factores


sociales. Es decir, han observado que la manera de expresarse de las personas dentro de una
comunidad de habla depende de variables sociales como el sexo, edad, nivel socioeconómico,
nivel de educación, etnia y situación. Por eso, estudian las diferencias entre el habla de los
hombres y las mujeres, los viejos y los jóvenes, la clase alta, media y baja, y tratan de descubrir
el efecto de las diferentes situaciones o registros sobre el comportamiento lingüístico de los
hablantes.

 Los cambios se propagan gradualmente tanto por el léxico como para la comunidad lingüística.
Frente a lo que se creía antes, las innovaciones lingüísticas no se propagan de forma
instantánea, sino gradualmente, tanto a través del léxico como de la escala social. En
el caso de las innovaciones fonológicas y morfológicas, la novedad afecta primero a
un grupo selecto de palabras y se propaga paulatinamente por el resto del léxico.
Todas las innovaciones, sea cual sea el componente afectado, se extienden también
Enel plano social al ser adoptadas por grupos sociales cada vez más numerosos. Este
fenómeno es consecuencia trivial del hecho de que un solo hablante puede pertenecer
a varios grupos.

Parece evidente que, al indagar en la naturaleza del cambio lingüístico, hemos


descubierto al mismo tiempo sus causas. En vista de lo arriba expuesto, quizás sea acertado
decir que la causa del cambio lingüístico son los hablantes. Gracias a los estudios de Labov
hemos podido ver que nosotros mismos queremos—incluso necesitamos—que nuestras
lenguas cambien para desempeñar ciertas funciones sociales. Desde esta perspectiva, el
lenguaje humano representa un estado de equilibrio entre fuerzas conservadoras, necesarias
para que el lenguaje funcione como instrumento de comunicación, y fuerzas innovadoras
opuestas, gracias a las cuales el lenguaje es capaz de satisfacer nuestro deseo de mostrar, a
través de nuestra forma de hablar, quiénes somos y a qué grupos pertenecemos.

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