En el ambiente jurídico, las pruebas son la esencia del acto judicial que se está realizando, para ello se deben llevar a cabo ciertos pasos y conocer el procedimiento legal, que reviste este hecho, entre las pruebas conocidas, se cita la prueba documental, que es uno de los medios disponibles para demostrar la veracidad de un hecho alegado, por cuanto la información que consta en documentos o escritos puede ser valorada por el juzgador como muestra veraz de la autenticidad de un hecho. En este sentido, se considera un medio de prueba Judicial, consistente en objeto o cosa producto de un acto humano, que representa un hecho del mundo exterior que tiene significación probatoria dentro de un proceso para demostrar y convencer al juzgador de la existencia o ocurrencias de hechos jurídicos en el presente, pasado y futuro. Par que esta prueba tenga su efecto legal, se rige por el Código Civil Venezolano, en el artículo 1.355 el cual expresa: “El instrumento redactado por las partes y contentivo de sus convenciones es sólo un medio probatorio; su validez o su nulidad no tiene ninguna influencia sobre la validez del hecho jurídico que está destinado a probar, salvo los casos en que el instrumento se requiera como solemnidad del acto”. De esta forma, se establece que el documento solo puede probar lo ya demostrado durante el proceso judicial, siendo este un soporte de papel o electrónico, o tenidos legalmente por reconocidos, pueden ser emanados de la contraparte o emanados de terceros ajenos al proceso, debiendo cumplir con los requisitos en el Código Civil, para su existencia deben cumplir con los elementos de existencia, validez jurídica y su eficacia probatoria. Por lo tanto, su existencia se basa en la representación que ella representa, la cual es de un hecho cualquiera, porque cumple un papel de expresión, sobre cuestiones de hecho o de derecho, que tengan interés en registrar para efectos futuros, siendo todo lo que soporte el documento que representa un hecho o acto jurídico, no debiendo confundirse el uno con el otro, el mismo debe ser autorizado por un funcionario público competente. El funcionario, conforme a la legislación nacional, puede ser un Registrador, Notario o un Juez; debe agregarse que el funcionario debe estar en sus funciones. En este mismo sentido, se destaca que el documento será autorizado en el lugar en que el funcionario ejerza sus funciones, esto en virtud de la competencia territorial, pues, sería no existente un documento autorizado por un funcionario fuera de su competencia sin disponer de los instrumentos propios de asiento o registro del acto, y uno de los requisitos más importante es la firma del instrumento. Por lo tanto, el documento público hace plena fe de su contenido en todo lo que se refiere a las afirmaciones hechas por el funcionario en su carácter legal y en el ejercicio de su función, dejando constancia de todo aquello que fue por él realizado y de lo dicho y hecho en su presencia, y de lo que por la ley está llamado a dar fe. Así, para impugnar la verdad de los dichos del funcionario sobre lo que se ha hecho o ejecutado en su presencia, habrá de recurrirse a la acción de tacha de falsedad. Como todo documento, adquiere eficacia probatoria cuando se encuentre establecida su autenticidad, es decir, que se demuestre su certeza o certidumbre, de lo contrario carecerá de eficacia probatoria, no dejando lugar a dudas acerca de su verdad; del mismo modo que sea idóneo o conducente para demostrar los hechos que alega en el proceso., que también sea reproducido en el proceso sin alteraciones, tachaduras o enmendaduras. Cuando se trata del documento privado, este se puede presentar de distintas formas, existiendo dentro de este tipo: las copias o reproducciones de los instrumentos públicos o privados; Documentos privados sin firma (cartas misivas); Medios electrónicos, publicitarios y de servicio público, (Fax, correo, internet) y Documentos públicos imperfectos. El valor probatorio del documento privado, se estima cuando todos los actos y contratos que por disposición de la ley no requieran ser extendidos en escritura pública o revestir solemnidades legales, pero, esa clase de instrumentos no valen por sí mismos ni nada, mientras no sean reconocidos por la parte a quien se oponen, o tenidos legalmente por reconocidos, tal como lo señala el artículo 1.363 del Código civil, su autenticidad debe probarse por quien lo asevere. Del mismo modo, los documentos privados pueden probarse en todos los actos o contratos que por disposición de la Ley no requieran ser extendidos en escritura pública o revestir solemnidades legales. Pero, esa clase de instrumentos no valen por sí mismos nada, mientras no sean reconocidos por la parte a quien se oponen, o tenidos legalmente por reconocidos, tal como lo señala el artículo 1.363 del Código Civil, para que esto cumpla con eficacia probatoria, no hace plena prueba de los hechos que se expresan en su contenido Es importante señalar, que los documentos públicos como privados, representan esa parte del derecho probatorio donde se plasma todo aquello que las personas dicen, piensa, o esperan se cumpla, de ahí el valor de ellos, pero existen diferencias entre los documentos que los distinguen, como el caso del documento públicos, que son sustanciado por el funcionario público con competencia para ello; su contenido es redactado y creado por el funcionario público; el mismo contiene las menciones que indica la ley y no lo que a las partes les interese privadamente. También los documentos públicos se caracterizan por ser autorizados y presenciados, con las solemnidades legales, por un registrador, juez u otro funcionario o empleado público que tenga facultades para dar fe pública; ellos tienen fuerza probatoria, en cuanto que hace plena fe de su contenido en todo los que se refiere a las afirmaciones hechas por el funcionario en su carácter legal y en el ejercicio de su función; constituyen instrumentos, escrituras o escritos con que se prueba, confirma o justifica alguna cosa, al menos, que se aduce con tal propósito. En este sentido, se sabe que la prueba por escrito resulta de un instrumento público o privado, por lo que todo documento que nace privado, aun cuando sea registrado seguirá siendo privado, y el hecho de autenticarse no le quita lo privado ni lo convierte en público, su autenticación lo que hace es darle el efecto de público al otorgamiento, pero jamás al contenido del documento., son redactados y firmados por las partes interesadas sin que intervenga ningún funcionario público. Con el documento privado puede probarse todos los actos o contratos que por disposición de la ley que no requieren ser extendidos escritura pública o revertirse de solemnidades legales; por lo que son escritos con que se prueba, confirma o justifica alguna cosa, tienen fuerza probatoria que el público aun de las cosas que no han sido enunciadas, con tal que las mismas tengan relación directa con el acto. Del mismo modo, otorga a las partes, con o sin testigos y sin asistencia de ninguna autoridad capaz de darle autenticidad; el instrumento privado reconocido o tenido legalmente reconocido, tiene entre las partes y respecto a terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones : hace fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas declaraciones; los documentos privados solo tienen valor de prueba plena cuando son reconocidos o autenticados por el propio otorgante o por los representantes legales.