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María Salud de los Enfermos

Sería bueno comenzar a preguntarnos qué es lo que realmente nos enferma. Estoy seguro
que podríamos dar muchos motivos o causas de lo que nos enferma. Existen tantas
causas como personas somos. Como no somos iguales lo que a unos les puede enfermar
puede no enfermar a otras; pero también hay que ver que existen algunas cosas que nos
enferman a todos.

Siempre os he dicho que en el ser humano existen varias dimensiones, desde las más
básicas hasta las más altruistas. Esas dimensiones reclaman nuestra atención y no
prestarles atención pueden acarrearnos a estados de insatisfacción, strees, cansancio,
enojos etc.etc y por consiguiente a enfermedades que van desde lo espiritual, pasando
por lo psíquico y lo espiritual. Sea como fuere, éstas dimensiones interactúan en nosotros
de manera tal que una influye en la otra y lo que es más grave que una dimensión no
satisfecha, o no tratada cuidadosamente, puede llevarnos a la enfermedad. Siempre lo
que más procuramos es estar bien física y psicológicamente pero, con frecuencia,
descuidamos la espiritual. Entendemos el ámbito espiritual solamente desde el punto de
vista religioso pero os invito también a considerar al mundo de lo espiritual como el
mundo de los valores que cada uno de nosotros.

Esos valores se ponen de manifiesto en todas nuestras relaciones, sean de amor conyugal,
de amor de amigos, de amor filial. Así como se ponen de manifiesto esas relaciones en
sentido positivo pueden aparecer reacciones que pueden parecernos negativas como la
ira, la tristeza, el miedo, la agresividad. Todas ellas ponen, en nosotros, en
funcionamiento mecanismos de defensa con la finalidad de protegernos de aquello que
sentimos nos amenaza sin embargo no siempre son amenazas reales. Cada uno de
nosotros puede revertir la situación que atraviesa, hay que quererlo, desearlo y ponerse
manos a la obra contando siempre con Dios. Hay muchas familias donde se han ido
perdiendo los valores de lo simple y hasta, diría, necesarios e importantes como por
ejemplo: el saludo cariñoso al levantarse; la ausencia de la demostración de los afectos,
las miradas no son dulces, la sonrisa se ha borrado. Cuando esto sucede estamos ante un
grave problema porque aparecen otros gestos que se convierten en "agresiones" hacia los
demás y de estos tampoco caemos en cuenta. No amamos desde nuestra humanidad y lo
que es peor amamos desde nuestra "intelectualidad o deber". Dios queridos hermanos,
nos ha creado humanos y desde ahi quiere que le amemos.

Si comprendiéramos lo importantes que son nuestros sentimientos seguramente


aprenderíamos a tratarnos con mucho respeto y mucho cariño. El cariño allana montañas,
rellena valles, voltea muros. Hoy nos hace falta amor y ese amor tiene una fuente que es
Dios y esa fuente tiene receptáculos que son nuestras familias. Hablar de María Santísima
bajo la advocación de Salud de los Enfermos es hablar de una mujer, de una esposa, de
una madre que ha sabido encarnar en su corazón y vivir en toda su vida al verdadero
amor, a la verdadera ternura que nos significan la intima relación que existía entre Ella y
Dios. María ha sido capacitada no solo por la alegría de la Anunciación sino por el fuego
del Amor de la Pasión para ser la continuadora de la obra amorosa de su Hijo. Es Jesús
quien nos ha pedido que aprendamos a mirar a su Madre para descubrirlo tambien a Él.
Ser continuadora de la obra de su Hijo ha supuesto para ella “hacerse cargo” de los hijos,
de los discípulos y comenzar una obra de educación para que en cada persona, en cada
enfermo, en cada necesitado aprendamos a mirar y a servir a su Hijo. Ésta es la alegría
del corazón de la Virgen que en cada rostro veamos el rostro de su Hijo amado.

Hablar de María salud de los enfermos es hablar de aquella que ha experimentado el dolor
y el sufrimiento. El dolor de ver juzgado a su Hijo, de ser calumniado, de ser rechazado,
de haber sido tomado por un loco... es haber pasado por el momento duro de la viudez.
Por lo tanto María es una mujer que conoce el dolor en carne propia. Esa experiencia la
hace modelo ante la presencia del dolor y del misterio. Ella sigue diciendo a Dios “Hágase
tu Voluntad” y nos invita a decirlo nosotros tambien. Ella jamás abandona a sus hijos,
mucho menos cuando están enfermos... Ella se convierte en salud de los enfermos porque
no solo cuenta con la experiencia del dolor sino que se nos muestra como modelo de
como se vive la Fe en los momentos de sufrimiento y prueba.

Si tomamos tres Verbos escogidos del Concilio para expresar la pieneza de la adhesión
de María al Misterio de la Salvación:

Consentir (consintiendo la Palabra Divina): la Virgen aceptó la Palabra y la acogió.


Ella acoge en el corazón y en el cuerpo al Verbo de Dios. Un autor de nuestro
tiempo, explica así este concepto: “Ella fue discípula y madre del Verbo. Discípula porque
se pone a la escucha de la Palabra, Madre porque ofrece su cuerpo a la Palabra y la
custodia por nueve meses en cofre del su cuerpo. La acoge en el corazón haciendo
amplio su pensamiento al pensamiento de Dios; ofrece voluntaria el terreno Virgen de su
espíritu a la germinación del Verbo; mas no se consideró expropiada de nada.
Abrazar (abrazando con todo el ánimo la voluntad salvífica de Dios), abrazar es más
fuerte con consentir, ella consiente, acoge la Palabra y a consecuencia abrazala
“voluntad salvífica” la abrazó “con todo el ánimo”
Consagrar: En este crecer gradual de su respuesta, Maria llega a un punto “se consagró
totalmente a la persona y a la obra del Hijo”. Consagrarse es entrar en espacio sacro, es
volverse parte de eso que es solamente de Dios, es pertenecer a él totalmente y para
siempre

Sentimientos:

Amor: Nada hay en Nuestra Madre que no nos hable del Amor. Ella es la mujer del Amor.
Es la que se ha dejado amar por Dios y se ha convertido, así, en la Discípula del Amor. En
Ella habita el Amor y es ese Amor el que la lleva a la busqueda permanente de Dios, a la
afirmación de su ser en Dios viviendo para Él y desde Él para los demás. Muestra de esto
es la acogida que les da a los pecadores, a los enfermos, a los necesitados.

Miedo: lo ha sentido y esto lo sabemos al leer el texto de la Encarnación. El Ángel le ha


dicho a ella “no temas”. Tener miedo no es malo. Tener miedo es normal. ¿A que le
tenemos miedo? A la amenaza exterior que sentimos. Tememos a algo cuando no lo
comprendemos. Éste es el temor de María Santísima pero tambien “Temer” para Ella es
haber hecho algo que no sea acorde a la Voluntad de Dios. Es lo que llamamos el “Santo
Temor de Dios”.

Alegría: es impensable que Nuestra Madre no haya sido una persona alegre pero no solo
la alegría humana sino tambien esa alegría espiritual que llamamos “GOZO”. El gozo
profundo de saberse amado, elegido, llamado, invitado, buscado por Dios. Es la alegría
que nace de la intimidad con Dios y sentirse sumergido en Él. Para que lo entendais es
como esa “dulce nostalgia” por el ser amado cuando recordamos a ese Ser maravilloso del
cual estamos enamorados. Su gozo era perfecto como perfecto era su amor. Ese gozo era
una experiencia viva. ¿Donde radicaba el gozo de María? En quella increbantable
seguridad de que algún día, cuando Dios lo dispusiera, iría a participar de una manera
excepcional de la plenitud del gozo que Dios reserva para sus elegidos. Aunque podemos
afirmar, tambien que el verdadero y mas profundo gozo de Nuestra Madre fue el misterio
de su divina maternidad. Dios la amaba y ella se sentía amada y, ambos, Dios y Ella se
donaban mutuamente.

Disponibilidad: Inmediatamente el Ángel le comunica el mensaje de Dios de que si acepta


será la Madre del Señor, Ella acepta de manera incondicional. Dice ese SI con máyusculas
que nunca conocerá el ocaso de un no. Su sumisión a Dios expresado en la respuesta al
Argángel San Gabriel “he aquí la esclava del Señor” era mucho más que una expresión era
SU VERDAD, VIVIFICADA por el Amor gozoso de Dios. Ella no solo fue una persona con
una disponibilidad maravillosa lo ES ahora tambien. Nunca deja de lado a un hijo de Dios
a la deriva.

Equilibrio: Nuestra Madre ha sido una mujer equilibrada. Ante el dolor interior, ante la
alegría, ante el pecado, ante la incomprensión ella sigue Amando. Es la mujer que sufre al
ver al Hijo de su corazón y de su viente condenado y en la cruz pero sabe que quien tiene
la última palabra la tiene Dios.

Fe y Esperanza: Es una mujer creyente que no espera “comprobaciones”. A Ella no le hace


falta que Dios le demuestre nada. Se le ha manifestado parte del Plan de Salvación del
cual es co-protagonista y eso le basta. Ella, en algunos momentos, confía aún sin
entender guardándolo en su corazón. Ella espera y no desespera.

Caridad: ayer, hoy, y siempre ella vivirá la Caridad. No dudo que antes lo hacía mediante
la atención a quienes la necesitaban materialmente hoy esa atención es más plena, mas
grande donde sus valores espirituales se ponen de manifiesto. Por algo su Hijo la ha
convertido en Madre de sus Discipulos y nos sentimos tan amados por Ella. Estamos en su
Corazón.
Así se pone a dispocisión de su Hijo y de sus hijos convirtiendose en MEDIADORA. Nada
de lo nuestro le resulta indiferente, nada le es ajeno. Todo lo tuyo, todo lo mio es
importante para ella cuando se trata de ir ante Dios.
Si nos preguntamos ¿todo le es importante? ¿hasta el minimo detalle? Cuando se trata del
BIEN podemos decir que absolutamente TODO le es importante.
Analicemos esto a la luz del texto de las Bodas de Caná: Jn 2,1-12
El significado y el papel que asume la presencia de la Virgen María se manifiesta cuando
falta el vino. Ella mujer, solícita, atenta, cariñosa, solícita ama de casa, se da cuenta e
interviene para que no se pierda la alegría de todos, es especial la de los esposos porque
si falta el vino la fiesta se vuelve un fracaso.
Ella se va hacia Jesús y le dice tres palabras “No tienen vino”, Ella le expresa su
preocupación por esa situación. Ella no duda de que su Hijo responderá favorablemente.
Ella espera algo extraordinario. Intuye que Jesús lo puede hacer. ¿Cómo lo hace? No lo se
porque Jesús no habia hecho antes ningún milagro. Me da a pensar en su FE, esa Fe
carismática que manifiesta la valentia y la certeza de que Dios responderá a su plegaria.
Logra el primer milagro de Jesús. Qué consideracióndel Hijo de Dios y de María concederle
a su Madre el primer milagro que despertará la fe de los discipulos y manifestará su
Gloria.
Así hoy la Madre acude por tí y por mi ante su Hijo Amado. Así pide cuando le falta el vino
de la alegría a tu vida y la tristeza se hace presente en tu corazón. Recuerda nada vale la
tristeza de tu corazón para la Madre. Ella te quiere feliz y no porque el dolor no la haya
afectado, porqué claro que le afecto al ver a su Hijo en la Cruz sino porqué pone su Fe en
Quien no defrauda. En Quien cuando promete lo cumple y sobre todo porque te ama
como nadie podrá hacerlo nunca.
Así como Nuestra Madre no abandonó a Jesús cuando estaba en la Cruz sino que
permanecía de pié, así hoy sigue ella de pie junto a sus hijos abrumados por el peso del
dolor y el sufrimiento. Ella jamás deja solo a nadie, todos los hombres hemos sido
confiados al cuidado de la Purísima y ella, obediente a la Palabra de Dios sigue
obedeciendo, amando y sirviendo. Si miramos el Evangelio comprobaremos el tan gran
título que le ha sido dado. Los enfermos del cuerpo, los enfermos del alma, los enfermos
de la mente TODOS son sus hijos. Cuando Ud. Esté enfermo/a no dude en invocarla y
comprobará esto que le digo. Es tan grande su Presencia, por haber sido el tabernáculo
del Hijo, que hasta los demonios tiemblan solo al escuchar su Nombre. Que María, Salud
de los Enfermos, nos regale de parte de Dios la Salud que estamos necesitando. Amén

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