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Ramón Indalecio Cardozo, destacado docente paraguayo, propulsor de la corriente

pedagógica "Escuela Nueva", Nació el 16 de mayo de 1876, en la ciudad de Villarrica.


Tuvo seis hermanos, de su educación se encargaron su madre y una tía llamada Balbina.
En el año 1885 ingresó a la Escuela Municipal de Villarrica. Y en 1892 termina el tercer
Curso y se prepara para viajar a la capital a proseguir, sus estudios. Fue becado por el
Gobierno. En las vacaciones de 1892 tuvo su primer empleo como Bibliotecario de la
Sociedad “El Porvenir Guaireño”. En el año 1893 ingresó al Colegio Nacional de la
Capital, en 1895 su situación económica le obliga a trabajar y así se inicia como maestro
de grado en el Colegio Modelo de Dr. Clementino Billordo (Correntino). En 1896 se
crea la Escuela Normal de Maestro y en ella se preparó para serlo.

En 1921, presentó su Plan de Acción que tenía como lemas: Problema de aumento
máximo de la inscripción escolar; el del perfeccionamiento de la docencia, el de la
colaboración popular y el de la estructuración de una didáctica paraguaya de una
escuela paraguaya.

En 1922 presentó su primera Memoria sobre la enseñanza primaria y normal por el cual
mereció felicitaciones del Ministro Da Rosa. En 1923 presentó su segunda Memoria
sobre el estado de la instrucción primaria y normal. Ese mismo año sometió a
consideración del Consejo, el proyecto de dar a las escuelas nacionales nombres de los
países americanos para apoyar en forma objetiva al americanismo. El Consejo lo aprobó
y la idea encontró mucha simpatía en el público. Surgieron entonces las escuelas
“República Argentina”, “República del Brasil”, “República Oriental del Uruguay”,
“República de Chile”, hasta la de “República de Bolivia.

En 1928 para estimular el desarrollo de la enseñanza del arte culinario realizó en la


escuela “Adela Speratti” la primera exposición del arte culinario, esto fue aprobado por
el Consejo para las escuelas nocturnas, destinados a aquellas personas que trabajaban
durante el día y acudían al aula durante la noche. También se dedicaron a la enseñanza
de la música en la escuela, para educar el sentimiento, para desarrollar la cultura
artística.

En el año 1924 bajo la presidencia del Dr. Eligio Ayala fue aceptado su proyecto sobre
la Reforma Escolar, iba a hacerse la primera ley de educación primaria. El 18 de
diciembre de 1924 fue aprobada por decreto la Ley Nº 689.

En febrero de 1925 presentó a la consideración del Consejo un Proyecto de


modificación del plan de estudios de las Escuelas Normales y nuevos programas
analíticos para los mismos, los cuales fueron estudiado, aprobado y elevado al Poder
Ejecutivo que decretó el 21 de febrero su aprobación y uso.

Él decía que la escuela no era ninguna fabrica que lanza maquinas perfectas de acuerdo
con un solo tipo, un estándar común. Sino que prepara, desenvuelve aptitudes y cada
niño que es una individualidad, asimila a su manera según su propia capacidad. De aquí
la desigualdad intelectual.
Para el, la educación no podía triunfar si no perseguía una finalidad determinada en
donde el maestro debe saber lo que persigue en su ardua y difícil misión de modelador
del

El Maestro Cardozo preocupado por la formación de los niños paraguayos que leían
libros hechos por argentinos y enseñados por maestros argentinos tomó la
determinación de hacer el libro “El paraguayo I " y en 1927 ya puso en circulación “El
paraguayo II y III”. alma popular.

El libro de lectura elemental no era una simple aglomeración de frases y trozos más o
menos selectos sino una composición técnica sujeta a los principios y leyes de la
psicología infantil, de la biología y de la pedagogía. En su confección muchas veces uno
se ve constreñido a violar reglar literarias, pero no gramaticales por la exigencia de la
adaptación. Todos los libros de lecturas han pasado por el proceso indicado y han
necesitado años para ser más o menos perfectos.

Creía en un movimiento mundial tendiente a transformar la educación empírica del


pasado en educación científica; es decir, fundada en la psicología del niño y en la
sociología. Dicha reforma es más bien una vuelta a la naturaleza, escuela activa en
remplazo de la neoclásista, espontanea en lugar de estricta, voluntaria en vez de
dulcemente disciplinada y de colaboración entre maestros y alumnos en lugar del
sometimiento temeroso del niño al domine. Menos reglamentación y más atractivos
naturales. Fomentando el trabajo manual educativo, sin perjuicio de la supremacía del
espíritu, que es el principio cardinal de la nueva escuela.

Quería despertar la delicada individualidad del niño, maleable por eso mismo sagrada,
respetando e interpretando las tendencias innatas del escolar ya que en su espontaneidad
obedecía a leyes profundas. No olvidando que cada uno tiene un carácter personalísimo,
por ende, toda disciplina implica colaboración, la cooperación superior a la
concurrencia egoísta. Esto implicaba ventajas positivas al permitir la influencia benéfica
y reciproca donde se buscaba la mayor dignificación del hombre.

En 1930, la visita del Profesor Adolfo Férriére (suizo) tuvo eco en el


mundo pedagógico y marcó época en la escuela paraguaya, doctor en sociología,
Vicepresidente de la Liga Internacional de Educación Nueva, director adjunto de la
Oficina Internacional de Educación en Ginebra, redactor en jefe de la revista “Para la
Era Nueva”, autor de libros sobre la escuela activa. Visitó varias escuelas tanto en la
capital como en el interior del país. Quedó realmente impresionado de la enseñanza
activa.

Elogió la labor del Maestro Ramón Indalecio Cardozo diciendo: “Es un hombre sabio y
concienzudo; habla poco; pero lee mucho. Ve claro y su voluntad, hecha de paciencia,
mueve montaña. Las montañas de la inercias, de prejuicios, de las bestialidades
humanas”.
El profesor Férrière dijo: realmente encontré una escuela rural mejor adaptada a las
necesidades rurales como no hallé en ninguna otra parte mejor, preponderancia de la
jardinería sistemática, teórica y sobre todo práctica y de trabajos manuales; pequeñas
industrias practicadas con las materias primas del país. Encontré la coeducación de los
sexos francamente aceptada, con división del trabajo útil; enseñanza de menesteres de
casa y de la puericultura a las jóvenes en todas las escuelas y elementos de preparación
profesional reservada a los varones. Un maestro como Ramón I. Cardozo honra no
solamente su nación sino también la humanidad.

Para el la mentira era uno de los más grandes defectos morales. Creía que el que miente
no tiene nobleza en el alma, o por la menos altivez para sostener sus convicciones.

Suprimió el clásico horario sustituyéndolo por un plan de trabajo y redacto un programa


de trabajo. Colocando al maestro en su lugar y al niño en su ambiente. Donde el maestro
distribuía los trabajos del día y pasaría de un tema a otro según el grado de interés de la
clase.

Presento también estudio sobre la educación y la economía tratando de demostrar en


forma patente la necesidad de orientar la enseñanza en sus diversos niveles, primaria,
secundaria y universitaria, buscando la formación espiritual y técnica de la juventud
para desarrollar en ella la vocación al trabajo productor por considerar a la escuela como
factor que contribuye productivamente a ello.

Toda su vida no busco el aplauso de sus paisanos sino la conciencia del deber amplio y
dejar lecciones para la posterioridad.

En 1932 después de haber desempeñado con dignidad y honradez el cargo de Director


General de Escuelas presenta su renuncia definitiva el 1 de noviembre, la que recién en
marzo de 1933 lo aceptan, entonces presenta su solicitud de jubilación en la que le fue
acordada 4 mil patacones.

Continúa con sus cátedras en el Colegio Internacional y en la Escuela Alemana. A fines


de 1934 a raíz de una grave enfermedad fue trasladado a un Sanatorio de Buenos
Aires y luego a comienzo de 1935 vuelve a retomar sus cátedras en el Colegio
Internacional y Alemán.

En 1936 trabajó afanosamente en la redacción de sus libros “El Guairá” y “La


Pedagogía de la Escuela Activa” En octubre de 1937, por razones de salud volvió
a Buenos Aires donde permaneció hasta el 12 de febrero de 1938 fecha en la que tomo
el barco de vuelta a su tierra. Trabajó hasta fines de ese año en el Colegio Internacional.

En 1939 bajo la presidencia del General Estigarribeña fue nombrado Director de Tierras
y Colonias, cargo que aceptó para colaborar con el nuevo gobierno.

En 1943 el 20 de abril fallece en Buenos Aires, República Argentina. Fue padre del
historiador Efraín Cardozo, Presidente del Partido Liberal Radical.
Con la implantación de esta reforma en la enseñanza primaria, el Paraguay se ubicaba
en este orden, entre los primeros del continente en llevar a la práctica la nueva
educación fundada en las escuelas pedagógicas más adelantadas de la época.

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