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U fueru de b •'l"menti1ci6n que P""""'U Wolff.
enei;tepequeilolibro.n.diaenelW!is1s
lóg><:o-filoWlkodtlupremisuqueintenun
ltgitirn;lrlueioU'UCWn.sdepoder
Un Estado justo es un vopo de b lenr-a
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l!lprinc:iflioluodlmenuldeb•utori<Lldle¡ot•rru.
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U oolldez de su •'l"menucotm ¡usufoa plenamente
LllKUJn.deci;ulnvesupciOnconceptuaJ
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ROBERT PAUL WOLFF
EN DEFENSA DEL
ANARQUISMO
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Indice
17
Prdaeio 35
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1 Pico<klla~füundol4,Gim·ann(:(/rnr/oJr"°"'"'"d'fl'l/""<ll~86I
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laqucnoschaconscnlidocxpllei1amcntccsuna í;ilta,ounatt:-
ducción,delaautonomla.
Lao1rarazónjus1ilico1ivadc laobcdicnciabuscaapoyoen la
ley de mayuria habi1ualmen1e ulilizada en la lran.•íormación. por
una suerte de alquimia, de una plumlidad de pcr.mn1L• en un suje-
to úniw (Estado, cuerpo político o 1v1/unlad g1mcra/) que repre-
senta a todos y en el que reside la soberania de todos.
Para un liberal. como Rawls por ejemplo. cuya tcoria política
de la justicia como equidad obtuvo una buena audiencia. la obli·
gación poll1ica resulw nece!>llriamentedcl deber 11a111ral de pani-
eipar en insti1uciones sodalcs cuyas baso;:s "'n juslas, o ral'ona-
blcmentejustas,y«cadaindividuoesuiligadoacsasinstitucioncs
independientemente de sus actos voluniarios».' Sin embllrgo hay
qucsabcrqueesasinstitucionessonjustasapartirdeunmomcn-
tocontractual,hipoUcicoyoriginerioquefundalasinslitucioncs
dcj11re,pcroqueunavczpostulado«podemossimplementeolvi-
darlo». nos dice Rawls. Asi la ventaja politica reviene al poder
insliluido ya que las pcrsonassccn<;ucntran ligadas a la institu-
ciónpolfcicayalasobligacioBCsresultantcsporundebcrnaLural
dcjustieiaquee<nocxigcningúnaetovolun1arioparaejcr<:crsc.»i
Mb wherente con la realidad del poder -yo cn:o-1 lobbes rcc<r
nociacn la espada lagarantiadel pacto.
Nocscsteellugarparaunacriticacnregladelatcorialiheral
del ronrrato sociul. pero quisiera se~alar algunos aspectos que
wnsidero fundamentales para evaluar "Ja dcfür1S11 del anarquis-
mo'" en los términos de WolfT.
El cuntralu original, o la situación originoriH del a~uerdo. en
todos los casos d~ figura. presupone individuos libn:s, iguales y
racionales. decidiendo, en un momento en el que no e:1.istc todo-
via la sociedad civil. los principios del pac10 que los unini y la
forma en que se gobemanin. En tal situación hipol~Lica la plurali-
dodde Jl'C1SOllllS implicadas debe decidirporunanimidad. Kousscau
lo dice duramente: ¿Je dónde viene «la obligación para el pi.'<¡ue-
~·<k/<JJ,,,,1<..,. tJ;,;,-Ju S.:uil. Pmi•. l987. p. HS. 4Edoculn
~ l=.~l~on1:,T.."id "- l<t !"'""" FunM d< ("u[lum tronónnco. Ml•iro. 2IHKI.)
''ºnúmero de someterse 11 la elección <ld gran ni1mero, y <le <lón·
decicnquc<Juierenunamoticncnclden:chodevotarpordiCT.
<JUe no lo quien:n? La ley <le la pluralidad <le sufragios es ella
misma es111blccida por convención. y supone al menos una vez la
unonimi<lu<l.»"
Ahora bien. nadie <ludll. que los Estados ikfu1:1V existen. J"ICTO la
prctcn-.iónquclescsgcncrolmenten-.:onocidadeteneronnautori·
<laddcjure.csdccirelden:chodeordcnarydescrobcdccidos,esl11
ambiciosa prcicnsión que el anarquismo recusa. Tomar sus propias
d..-.:isioocs y :;eguirlas es un deber <k:I ser hum11no, piensa WoUT -y
seguramente no es el únkoen pensarlo-, por lo tanto no puede
obedecen las leyes <lcl Estado simplemente porque son lcyei;. debe
rcpre;entam:unprincipiomoralsupo..-riorquejustifiquela111xlica-
cióndesuvnluntallfn:nlea la voluntad de otros.
Una wz abandon.ados 111.~ cn:cncias en la intervención <le un
legislador e~terior a la sociedad o en el dem:ho divino de lamo·
norquia 11 gobernar. el origen de toda obligación -que excluye
evi<lentemcntc 11 la tiruniu. ilcgitim11 desde que el mundo polltico
existe- no puede residir mús q11<: en la participación de todos en
Ja fonm1laci6n de las leyes que nos gobiernan. Así, en un.asocie-
dad civil o pol!lica «la autoridad a la que se somctecada ciu<lada·
nnnoessolnmentclasuyasinoladel0011 lacolcctividad.» La
1knrllí:rm:iu directu por 1111a11i111iJad es entonces el único régimen
compatiblcconlaaulonomi11.
Frente a las dificulmdcs que surgen en toda sociedad complc·
j~ si~ pn:tcndeohtcncr una dcci•iún por consenso la solución
tmdic1onal hn sido la de reducir 111 c~igcnci11 de unanimidad a la
ley <le m11yoria y a 111 representación. Aqui comienza la dilicultad
teórica con 111 que se dcbu.tieron Lockc )' Rousscau. La lcgitimi·
dad de la obligación polltica es cvidemc e inmc<lialD en la dcmo·
-·
dij~'rumos
un cuadrado circular o un fuego frío o, aún, el agua
Escolio
Agregan! olgunas consideraciones y algunas criticas que no tocan
al meollo de lo argumentación, sino o cienos juicioso oprcciacio-
ncs colatcralcs que mcrcccn ser tcnidas cn cucnla.
Los argumentos críticos de Robcrt Wolff csuín dirigidos al ni-
vel abs1mcto de la teoria de la~mrx:rm;ia re~.rentutiom y mues·
lnm lo ful~ de legitimución o de j11s1ifo:ación moral del Estado
para reducir le minoría a la obediencia. Pero en la n:alidad de nues-
tro mundo llanw<lo dcmoenitico es la minoría la que dic!D. la ley o
lo mayoria. La mejor de las democm:ias, desde un punto de vista
f>Olítico y sociológico, no es otra COSll que un n!gimcn oligirquico
departicipllción.limilada,cnm1100SdcunaclasepoJilico-finmncic·
ra.Ladcmocrac1aesloidcologiadclalegitimación.
Pii:nso iambiCn que uno aulonomla plena del individuo es
imr?síblc i:n una sociedad heterónoma. Desde este punto de vis·
ID, s1 no P=tomos atención, en la di:fensa de la autonomia se
int"?~ucc s~brepticia~ente una ideología propia al liberalismo
~ln1cn: lo 1guoldKdJurldicaquecncubrc la desigualdad social.
El individuoabs1rac1odederecho.cn1roniu<loporlarcvolución
burgucsayhoycndiaalservicio<klsistcmarcprcsenu1tivoydc
laeconomiacapitalista,eslaperfoetaan1f1csisdelindividuocon·
crctosituadocnclcontcxtodesusvfnculossocialcs.
El atomismo social esui implícito en toda teoría de la demo-
cnicia que recurra al hipot~tico conLniLo original. El homhre libre
no existe con anterioridad a la sociedad política, él comienza a
existir en el proceso que lleva a laconwuccióndeunosociedad
libre. Pani vivir en anarquía hace falta un lmmbrc nuevo en una
sociedad nueva.
Eno1roordcndceosasmepareccncccsariosepararconc<:p-
tualmemc F.slado y Gobierno. El Estado es el garante me111flsico
dclgobicmoqueejerceungrupodcpcrsonas.
lg1U1lmente me resulta inaceptable pensar alguna íonna de
anarquismo en el interior de íron!cntS nacionales como parecen
sugerírlolusúltimaspéginasdeestclibro.
De todas maneras la solidcxdc la argumenlaciórijustifica ple-
namente la leclura de E11dcfen.mdel unurq11is111odc Roben WoUT.
Ed11anfo Colombo
París.Mayo~2004
Prefacio a la edición de 1998
."'
~o~u;:;:::~~=~~=:: ;~;=r:~i~~:~~ª~'~::~~~ó;~;d~::
Lns¡mrtid~rios según el orden en el cual figuraban lasca11didatu-
rus en la hslu de cado jl{lrlido. Asi. eumo Nelson Mandcla tuvo la
mayorcantidaddcvotosdcla listadccandidatosdelCongreso
Nacional Africano, fue el f!Jimcru al que se le asignó un lugar en
la Asamblea.
Al final. votaron casi veinte 1nílluncs de sudafricanos. Siete
panidos ganaron la cantidad de vo1os necesaria como para obte·
ncr al menos un cscailo en la Asamblea. El Congreso Nacional
Africano, con 62.6S por ciento del total de los votos. obtu''º 252
cscailos. m Partido l.ibcrtnrio lnkatlm (liderndo por el jefe
Bull1elczi) consiguió 43 barn;os. El viejo Punido Nacional, bas-
tión de los afrilutaners. logrú colocar 82 representantes. El menor
nómcro de cscailos íuc para el Partido Dcmót:m1a Cristiaoo Aíri-
cano. que con 0,45 porcicntudclosvotos.olltuvo•ólodosluga-
1ucn labancada.
Es evidente que este sistema reduce el nilmcro de "votos des-
perdiciados", Primero que nada. los votantes de los partidos mi·
noritarios lognin cierta representación, aunque obtengan menos
dcunoporeientodcl total de los votos en todo el país.Segundo,
hay pocos \'otos supcríluos. Cuántos más votantes eligieran al Con-
gn:"" Nm;ional Africano. que íue el gran ganador. mayor s.:ría la
n:pn:scn1aei6n de ese rartido. De todos modos. hay 11/gimus vo-
tos que :;e pierden. Como cada pan ido obtiene un es1:ailo por cada
cuarto de unoporcicntn de los votos a su favor, un panido que
consill'.a tres ocia vos del uno porcicn10 de los votos habrá p1:rdido
el último octa\'o de dicho uno por ciento. Pero el fonómeno de
p.!rditla <le \'Otos habrá sido marginal y no central. como en el
sistema de F.•tados Unidos. (los \'crdadcros n:sultados son un poco
más compliea<.los que esto. Cómo hay doce partidos muy pcqui:·
i'los que no lognmm ni si<1uicrn un cscai'lo, :;e redondeó el 10101 de
vo1os de los purti<.los ganadores salvo del Congreso Pannfrieano
-d antiguo partido de Uiko-. al <!UC con exactamente 1.25 por
ciento de los \'otos le corrcspondianjus10 cinco escm)os.)
Y todavía Cl'>iSICn muchas 01ra• pusibilidndcs. Pnr ejemplo. se
le puede dar a los votantes una cantida<.I de \'O\os que puctlcn
repartir entre varios candi<.latos n conccntmrlos todos en uno solo.
fato le permite a una miooría de votan1es coordinar su ''olación
pam elegir al m~nos a un representante. Se f)Odría continuar.
El debute que hubo en lus medios sobre las propucs1as de
Guinicrsebasubuenunpresupuntounivcrsalmcnlecompartido
quc.dehechu,csfalso.TodoslnsquentaearonaGuinierW>umie-
ronquceladualsistemoelcctoraldcEstadostJnidos.enbuca
circuitos brmialcs y en el cual i:l ganodnr se lleva lodos los votos,
es unu fonn11 ideal o perfecta de la democracia represe111ativ1.
Dcsdecsepumodcvlstn. lasprnpuestasdeGuinlcrconstituian
un in1cn10 de resolver un supuesto problcma comprometiendo ese
ideal. Porcsu.nslL~de1rnc1orcs lcsrcsuh6 r.i.cilat.11carla portralar
dcsrn::11v11rlosfundamcn1osdclademocracia.
Pero. como se demuestra en este libro, iodo gobierno n:prc-
scnl11tivoconstituye uncompromi,;ownel ideal de la aulogcstión
autónoma. La imica manera de prcscrnr la autonomía y lograr la
auiogcstión culc-.:1iva es uno dcmocrucia uniinime y directa. En
olraspal11brus,lanu1unumiasepucdcmnntcncrenclprocesolc·
gislativo sólo si c.ada persona quc dcha rcspellr las leyes panici-
pa dim;lllmentc en su creación. e incluso si cada uno tiene que
cumplir sólo las leyes que vota. El gobierno de la mayorin de
cualquicr tipo es un compmmiso wn la autonomía y la represen·
t111:ión. como scitalaba Kousseau hace trlnto tiempo. )' i:w no es
mucho mejor q11<: la cscln\·itud volumaria de uno mismo.
Si se iu:cpta esta conclusi<!m que yo defiendo, sólo quedan dos
opciones: Ose asume una posición absolucisla según la cual lodo
lo que no sea la au1ono1nla total i:s esclavitud -flcteronomia. en
lénninos kantianos-, o se 11dor1a la posición n:lativista de que
cxis1engrndosdcau1onomía,ycsmcjormw:haqucpoca.
Ahora. si adoptamo~ 111 rosició11 rclalivisla. surge una prcgun·
la intcrcsnnte: ¿culr.l es el mejor Lipo de compromiso con el ideal?
Dudo que cualquier fomw de Ja rcprcscmación es un alejamiento
del ideal de autonomia y como toda fonna de lidiar con lo inevi-
111blc de la división de opinione5 implii:a u11 compi'omiso fucnc.
¿cómo hacer para ajustarnos de lo mejor mancru posible a lss
impcrfcccionndclmundo?
Unavf:7'.qucseplantealapn:guntadccstaman<:r.1.se11brcel
de.bine y si: convierte en un compromiso gcnuin<> de visiones po·
Uucus comrctcntcs. En la dispula por elegir entre ID vowción por
cireuito• electorales>· el •i•Lcma sudlllíicano. por ejemplo. se ve
enscsuidll que hay muchosargumo::nLos H lilvory en cont111dc
cada opción. Por ejemplo. el primer sistem11 <ksper<licia vt>Los al
cmregarle todo el poder político disponible en un eireuito 11111
persona o partido que obtenga In mayoria simple de IO!l votos.
Pero el sistema sudaíricano tiene o::I problema de que no sc puede
identificara l11pcrsonaqucn:pn:scnLa11un11rcsión,hllrrioogru-
po dc pcn;onus en el gobierno. Con lo dificil que es hoy conseguir
In a1ención de un miembro del Congreso. imaginemos cómo sc-
rlon las co:.a.~ si oos viéramos obligados o aootumos en lo oficina
nacionul del Partido nem<'i<:rataocl ltepublicuno p.11rapcdiruna
audiencia. Un sistema como el sudafricano requicn:. adcmb. una
estric1adisciplinapanidaria.locu11lasuve:1.haccqueseaimpo-
sible el tipo de ncgociacionu y acuerdos que tnnLo se usan en el
Congresoestadounidcnscpa111n:ali7J1rnoornodospoliticos.
Sepodríaargumcntarquclavotacióncnbusculogoograílaes
pn:fcribleenunpaisdcdimensionc.<wnlincnllllcscomoEsLlldos
Unidos, donde e~istcn variaciones regionales 13cilmente identifi-
cables tanto en los intereses políticos como en lo.< ~'Conómieos de
los ciud11tbinos. Es1amos acostumbrados, por ejemplo. u ver que
un senador demócrata o republicano de alglin csiado agricota o
ganadero apoya unn ley fa\·orable a los !rabajadon:~ de la zona
rural. o que un representante de un Estado monlllfloso. fkmócra-
ID o Republicano, apoye uoo ley de conservación de la tierra. Este
tipo de representación regional seria dificil. si no impo.<iblo::. en
unsistcmacomoelsudafrica110.
Por oiro lodo. con un si~1cma como csie íiltimo. habria habido
más de ochcnLa reprcscntanto de pllrtido de Pcrot en el Congreso
luego de las ele<:cionc:; de 1992. y c~c habría sido un n:Ocjo mu·
chombficldelosdcscosdclclcctorJdoes1adounidcnsc.
SiscpudieramcdircuánLnio:alejaunsislcmadcrepre<enta-
ción del ideal de democracia unánime y directa. 'e podría esta·
blC"Oer una listo de los esquema~ disponible' por orden de ccn:a-
nin con dicho ideal. Pero no es posible lijar esa m~-dida. Cada
si'>lcma b<:ncficia a detcnninados grupos de vullln!es en detrimento
de o!ros f)c modo que dc!crminarcuál cs el mcnos indc~able '"
mú•hienunucucs1ióndcin1crcscsgruJllllesqucdc1coriapulili-
cn. E incl11So. o medido que vo c11111bi11ndo lo ~ituación sociul.
e<:nnómicu y politic11 subyacente, el esquema de repn:..~entaci•!m
qucn:sultohamennsmulodesdccl puntodevistadcungrupu.
puede volverse indci;eablc. NQ puL-.lc haber priocipios en esto,
sólo s.: trata de un cambio en los connicto~ de intereses.
RL"COllOl:ero:staverdadesunacxperientialibcrndorayalec-
cionadorn: lo primero porque no:< libera de 111 ilu~ión de que con
sulicicn1cscQ110Cimientosyanlllisis.ptxlrcmoscnconlrurunes-
qucmu que le :;irva a todas lus pcn<0nas raci\lnalcs de bueno vo-
luntad: y lo segundo, pt1rque implico que caJo uno reconnzcu ho-
ncstomcntc la n11tu111lezu de ~u compromiso e intereses, en lugar
de es.:nndcrlos Iras un fulro manto de objetividad. El simple hc-
cho cs quc unu uulnlegislación unónime, directa y genuino cscl
rundamento de un Esta.do rHlmcntc legitimo y todos los dem:is
w;ucrdos polilic<~• constituyen un compromiso implícita o cxpli-
citamcnlc pensado para servir los intereses de algunos in1egnm-
tcs de lo S<M:icdad y írustrar los de ntm~.
Ahora que tcno:mos ~'Sto clom. quizá podamos entender un poxu
mejor el impulso que •uhyocc D In IL'Ol"Ía del juego y la dc la elec-
ciiin colcctiv11cn 11-cncral.udcnuisdel trabojodcJohn Ruwlsen
particul11r'.l..11"lOOri11dclJuego.suisidadelarainodcl11economia
que se conoce como Economía del llicnc:star, J!O:lCodc i;abcr u prfori
el resultado de sí1W1cioM~ de i111cr.icciún compcti1ivo en la.~cuolcs
cada panicipante n:conocc y 1oma en cuenta fa pn:sencia de otro'
agentes similarmente interc:<:idos en si mismos. Como n.'Sul111 que
lo.•Ql.SOScn loscualcscualquicrCOS11quc ~e f'll!"C7.Cllll un 1con:mu
fonnal puede demoslrurse son de muy csca.o;o alt1111cc. se de!illrrolla
una investigación mlls amplia~· menos rigurosa de las siluaciunL'li
de racionalidad colectiva dc~m•llada OOjo los 1í1uJosde "Tcoria de
la Negociación" y ·~rcoría de lo Ekcción Colectiva··. Todas estas
investigaciones comp:inen el p~sopuesto inicial del acuerdo mu·
tuo,olaun11nimidad,comorcquisi1oporaquclnoccióncolcctiva
1eng11un íundamenlo'\lllisf111:torio.
Cuando escribí En defensa <kl mwrq11i.rnro. esa_~ ramas de la
t~'<.1rla ~'l:unómica eran ba!>l:lnh: nuc•·us (aunque John von Ncumann
ya hnbfo demostrado el teorema fundamental de lo Teoría del Jue-
go lreinwai\os anh:s). Encun~ccucncia. trato Jn unanimidad como
un ideal inolconzable.uncaso limite pensado para destacar la
imposihilidad de un fatadn ~almente legitimo. Pcm desde en-
tonces, ha habido una avalancha de trabajos fasci1111n1esque in-
vei<tigun las mültiples íonnns de la loma de d~'l:i~ioncs no unáni·
meylDvcrsiónmásfümosaycreativaeslateorfadelajusticiade
JohnRawls.
Cómo sabnln los lc.:to~s. Rawls concibió la idea de construir
elproblcmadcidcntilicnrlosprincipiosfundnmentalesdelaco-
nperación social como un juego Je BegociueiorM:s -en efecto. se
trota de una versión modenm del contmto social tradicional. Los
punicip¡intes deben llegar a un acu~rdo un:ínimc >Ubn: los princi·
pioo; fundamcntulcs que dehl:rlan gobernar sus interacciones so-
ciales. En sintesis, sus deliberaciones deben coníonnar el id~al
Je Ju democracia uniínimc y Jin:t:tu (aunque Rnwls admite luego
lo ~p~sentación y el gobierno de la mayoria). Finalmente. en
respuesta u debilidades tcóri~as intcnms de so argumentación.
Kawls dejó de lado los elementos de consulw y negoci11ción Je 111
lcoriu y 1\.-cunstruyú el pmblcmu como un simple asunto Je coor-
dinación. Otrns cambios redujeron estc juego a un rroblema Je
elección racional limitada al indi•·iJuo. Sin embllrgo. incluso en
lo versión finnl de In t~-oria, se ve que Rowls tiene el deseo suhya-
cenle de anclarse en 1(11; principios id~ah:s de Ju unanimidad y la
jXlrtieipación directo en el proceso de lcgislndón. Al final. sólo
puedo e.<UJrobligado a cumplir con lu.< lcyc~que haya hecho para
mim1smo.
Cuando escribí E11 defe11.•11 <k· '111i//Tfl/Í.•mo. I~ rc\·olución in-
Í<>nn:i.tica recicin comen1..aba. M~ compré lu primera computado-
m diccisiete 11i\os después-uno vieja Applc 11 co11 menos memo·
riu que el horno q~ tengo ahora>' 1111 disco duro Ji.'O y enonne de
seis megos. Cuondocmpec~ 11 corn;cbir la idea de una dcmoc:racia
directa de tecoología av11n1.11da. lo más que pude imagin11r fue el
usodcmonitoresdetelcvisiónydclL'<:l<m:sdchucllosdaetilarcs.
l'emahoraquchcmoscntradoporcomplctoenlacradclainfor-
mática.deberf11scrobvioqucschanrcsucltulosob.•lliculosrer:-
mcosparaladcmocraciadir1:ct11oplebiseilaria.
LaíLl<'rL11einmedi:ue7.conlaqucsurgcnubjL'<=innescontrala
democ:raciadirectacadavezquescmcncinn11cltemademucs1ra
meramente. si es que se necesita al~una prueba. que son muy po-
cos los teóricos políticos que realmcme cree11 en la democracia
Lu m11yoría de los queeomeman asuntos p(1blico~ prefieren depo·
sitarsuconlian1J1enlnclitcdepolílicosproícsionalcsyc¡¡pcnos
en política. El bccbo sigue siendo que la lcgitimid11d que poednn
tener [115 órdenes del Estado no sur¡c ni del conucimicmo que se
tcn"8delasmismas.nidclapcriciadequiéncslascrcan.sino
sólo del he.;:ho de que ban sido elaboradas en fonnu colectiva por
el mismo grupo de personas que supucslamente debe obcdi:cer-
las. l..a autonomía, que es la legislación para unu mismo, es la
únicapo.•ibilidaddcqueclliswunaauloridadlcgí1ima.
Entonces. ¿cuiil es el 1nensPjc de este librito para el nuevo
milenio'.'F.nunscntido.lasúltimastresdécudasfuc:ronbondado-
sns con los que cuestionamos la PUtorídad<kl F-~lado. DespuCs de
Vietnam, Waterga1e. l11 guerra se1:n:la en Nicaragua y las abcrra-
cioncsde lo contrede lrlin, noes tan dilicil dccirq11enoscpuede
coofiar en el F.~tado. Ningún 1.Ct'>rico, aunque esté inmerso en un
sucftonarcótico,podiahaberpreparadomejorcltern:noparael
an111quismo que Oliver North. Pero ¿hay un mensaje posilivo en
la critica u los r«lamos de amoridad dd E.~todo, o <k~mos con-
tentarnos sólo con la afinnación n~gativa ..¡no confics en nadie
mayor o menor de trcinu1 ai\os!.,'!
Tal como ocurre a menudo en la filosolia. la respuesta se en·
~~~~:.~.~lf~~,~~:;;,~~kj,!~if,~;.:-:;~:·~:,!~fc¡~J~,:~ª¿~:lt'.'.'.
cs111rl! condcnudo a la írustmción. Pero, supongamos que cambio
lapn:gun1aporcs1aow: .. ¿,11t¡11i<i11p11e</,,1mlr111e¡wm1el1f!r111111
,.,,,, obje/ilv.• y 11.1piracim1<:.• ("/ll/l_fl<lfl11h1.•? "'. En esh:
"11/Sfl n11111i11.
caw, tengo una pn:t:uma pcrfeccamcnlc rwsihlc de n:'pucSUI. Tengo
muchos compromisos con lni;demás, muchas mc:1as compartidas,
parnlascualese.•toydispuestoncomprometerrniCncl'Hill)'mis
n:cursus.Peronuncadcbocomcterclcrrordcsupnncrqucc.~is1c
un111'Hurncn10. )'ªsea formal o infonnul.que pruebe que miscom·
promisossoncom.'Clos. )'que cualquicrscrrociornil deheri" com-
partir. Por ese camino se encucntrn. pn-cio.amcnle. el error que
termina dc~tru)·cndo la ética de Kant. así como el intento moder-
no de R11wls de n:vi\·irla y rnisarla. Digo esto como alguien que
ha dedicado la m.:jorpartc de su vida a huscar -sin encomrar-
una justificación 11 priori de lus principios mvnilcs y p::ilílicos
fundamcntalcs.E...efuemiobjc1ivuJuran1cunascriedcpublica-
cioncs. hasta que me di cuenta de que fo bUs,queda se basaba en
una concepción equivocada. Si la tcoria poli1lc11 es la hU"¡uedo
de los principios fundamentales de laautoriJad legitima, tal como
yo mismo sugiero en las primeros páginas Je f.il<kkns<1<kl c111<1r-
q11is1110. cntonccs, la 1COría política cstá mucna. En su lugar. hny
~uc ubicar IP 1«·<:i,i11 p::ilrtica, gui~a pur la r11Zón y dirigiJa ni
c;umplimien10 de los objetivos colc.;tivos cun los cuales ustW )'
sus camaradas iic han comprometido. Y si u,tcd no tiene c~mara
das. no hoy nada que puedo ayudarlo, ni siquiera ~stc lihrito.
Pclma.Mass~chusetts
3dc ti:hrcrodc 1'!'l8
Prefacio
1cmcntc crela que si cuando anunció "El Es!ll<lo soy yo". La ca·
ractcrlsLica<listintiva<lclF.srndocslaauturidadsupA!ma.oloquc
los filósofos politicos solía11 l1amar "sohcrania", De modo que se
habla <le "sobcrJnía pnpufor". que es la doctrino s.:gím la cual el
puchlo es el Estado)'• por ~upucsto, el u,,., de ~sob.!rJnu" eom~
·rey" reílcjo uno supuesta concemración del poder en laauton·
dadsuprema<lcunamonarquia
LaaUluriJa<lcsel<lcn.-choadarórtlcncs)'.COO'CIUtivamcntc.
d dc:Rcho11scrolx.•tkci<ln. l layqucdislinguirladd [>Olkr,quces
l11capacid11dp¡¡niohligaralcumplimicn10.yaseaporcluso<lela
t'uerln u fM" la amcnv..a de usar la t'uer:za. Cuando le entrego mi
hilleterD o un ladró11 que me apu11ta con un arma. lo bago porque
suamcna1J1cspcor4uclapérdidadcdincroquc<lehosufrir.Es
i;ierto que el la<ln'm tiene pu<lcr sobro mi. pcm difieilmcnlc yo
pcnsoria en su m11uricl<1</. es decir. en su dcrc.:hu a exigir mi dine·
ro y mi nhligación de en1n::gán.clo. En cambio. cuando el gobier·
no me man<lu una facturo de impueslos. la pago (cn general) 111.111·
que no desee hacerlo. e incluso si creo que po<lrio arreglármelas
pani no pagnr. Después de tn<lo, se tl'lllll de gobierno ~onstituido
y. porlommo. 1icnc<lcn!clmacobranm:. 'lie11eC111/11ridm/sobf\:
n1i. A v«cs Lumhién le hngo trampas al gobiemo. pero aún asi,
n::conozco su autori<la<l yo que. ¿quién kahl11 de M/1C1cerle lram1xi'
aunht<lrón'?
Ajirmur <jUC uuu tiene autoridad es alinnur d derecho 11 i;cr
l>bcdcddn. frtier autorid11<l, entonces. ¡,<jl>é es'! Puede •ignilicar
1encro:sedcrttho.oquc11qutllosa<1uiencssc<lirigc lorcconor.-
c11n y lo acepten. El ttnnino "autori<lud" es ambiguo. ya que tiene
un sentido descriptivo y otro normotivo.
F.n corrcspundcnciawn tos dos !>l:ntidosdc autoridad. hay
dos conceptos de Esta<lo.1::11 el aspecto dcscriplivo. se puede de·
linirEsta<locomoungrupodcp::rsunwoquescn:<·•mocequetic·
nen autori<lad supn:mn en un Lcrritorio determinado -<[uiéncs n:·
cunocendichuau1oridadsona<1uéllosquees1ánsujclo.•alamis·
m11.EleMudiudclosfonnos,carac1cristicns.inslilucionesyfun·
.:ionamicnlo de los Estados <le fac/a, pur llamarlos <le alguna
mane ni. pertenece 11 Ju ciencia político. Si tomamos el t~rmino en
su acepción pn:scripLiva.d F.siadoconsiste.:nun grupodc:persu-
nas que 1icncn dcreclio acjcn:eraulnridad suprema den1ro dc un
territorio dado. F.I dcS1:ubrimicnlo, an<ilisis )' dcmos1ración de los
formas y principios de la autoridad legitima -del derecho a gn·
bcrnar·s.:llamalilnsoliapoli1icn.
;.Que significa aucoridad .m¡mmm? Algunos lilósofos polili·
cos, al O'll!ar la auturidad en sentido nomiativo, han dicho que el
vcrdadcroEs1odo1icncau10ridudUltimasnhre1odoslosasunlns
que<Jcurran dentro de su jurisdicción. Jcon-Jocqucs Rousseau.
por ejemplo, ~nstenía qiM: el controlo social por d cual se formo
una comunidad polilica juslll "brinda al órgano polilico con1rol
absohnu sohre los miembros por los cuales está formado: )' cs..:
poder, cuando está dirigido por lo voluntad general, es el que lle·
va ... clnumbredc«oobcrnnia»".JuhnLnckc,porsupanc,alir-
mabo que la auiuridad 'uprema del Estado justo se arlico sólo o
losnsun1osqueJccorrcspondeconlrolnr. F.I F.stadoes.sinduda.
la autoridad supremo, pero su derecho al control noc~absnluln.
Una de laspn:guntnsqiM: In filosofiapoliticatienequecontc:star
cssisepuedc:limitarclabanicodcasunto•sobreloscu11lesliene
autoridad un l:slado.
Tamhiénhayquc:cs1ablcccr ladifon:nci11entrecldcn.-.;hna
dar órdenes con autoridad y el argumento pcr..ua.~i\'o. Cuondo se
me ordema hacer algo. puedo elegir obedecer aunque no ~e me
amenace, porque creo que se trata de algo que debo hacer. Si ese
es el caso, entonces no estoy obcde<:iendo una orden, >ino má•
bien reconociendo la fuern de un argumento o lo ju~to de la or-
den. La persona que da la "urden" funcionn mcr11men1c como una
r1por11111id11<l de tomar conciencia de mi dehc:r y ese rol puede
cumplirlo. en oll'lls circnn•tandas. un amigo. o incluso mi proria
conciencia. Yo podria decir que la orden 1icnc auloridoJ ><>bn: mi.
queriendo d~~irquc debo actuar de acuerdo con la mismo. Pero la
persona. en si misma. no licne aucoridod -<>.pum ser míls pri.~i·
><l.•. el hecho de que yo cumpla con su orden no ~ignilica que
reconozcaningUntipudeau1urid11d.Purlntanto,autoridadresidc
rnlasrersonas;laticnenpor>crquiénessonynoporlusórdencs
que dan. Mi dchcr de o~eres un deber para con esas pcrso-
nas.noundehcrhncialalcymoral o los benclíciariosdelasac-
cioncsqucsemeordcnc haccr.
l'orsupues1u.existcnmuchas111loncspnrlascualcs los seres
humanos rcwnoun lo~ reclamos de auloridud. La mas común.
tcnicndocncuentatoda lahis1nriadc la humanidad. es simple·
mente la fuerza de lo lradición. El li«ho de que algo se haya
hecho siempn: de una mancm cunstilu>·e. para la ma)'Oria de las
~r.;onas. una 1117.ón perf«la para scguirha1.:iéndolo osi. ¿Por que
responder u un n:y? l'orque siempre hemos respondido a reyes.
Pero. ¿por qué~"' Qll(: el hijo mayor de un l'C}' se convierte en re)'
1suvcz'!Porqucloshijosmayuressicmprefüemnlosheredcros
de trono. La fuerza ,J.., la lm<lición esu\ grava<la 1an proíundamcn·
leen lamentc<le losscreshumanosqucni siquiera un estudio
:;obre los orígenes violentos y arhitmrio' de una familia real dchi-
lita su au1orida<l an1c la mimda de sus sujetos.
Algunasp<:r,mnas~<lquic,..,,nunauradcaulnridn<lpnrsusca·
rach:rísticasextraor<linarías:lidc"'smilirnrci<.hombresS11nlos.o
pcrsonali<latlcs l"ucncs.EsuspcrsonasrcUnenasualrcdedorasc-
guídorcs)'discipulosquelcsob1:deecnvoluntarilllt\cnte.sintener
cncocmasuspropio:;imcrescspcrsnnalcseinclusoron1rasu
volun1a<l. l.os seguidores creen que el líder tiene derecho u mU11·
rlur, ~"'decir. m11urüfad.
J,o mas comim hoy e11 día. en este mundo de ejércitos burocra·
tiza<losyrcligioncsinstitucionali?.adas.dnndcc.'eascanlnsn:yes
yvacnaumcntoclnúmcro<lcprol'clas.csquelaau11>ridadre.•ida
en aquéllos que ocupan posiciones olídalcs. Co1no ~•lataba
Wehcr.esta~posicioncsporece111cnerautoridadcnlumcnledela
moyorla de las pcr.;onas porque eslfin <lefinidas por cierto tipo <le
reglamcn1aeionesquct11sh11ccnpúhlicas.gcneralcs.pn:dccihles.
~c. Nos volvemos condicionados a n:spondcr a los signos visi·
bles de lo oficialidad. 1alcs como escarapelas y fonnularios con
mcmhrete. A v~cs podemos tener en mente la justilíc11ción <le
una afinnación de auturida<l. como 1.:u11ndo cumplimoi; una ordco
porque su autor es un funcionario elet:i<h Y muy a mcaudo, el
<é>lu h~..:ho de ver un u11ifom1c "knnza para ltaccmos sentir que el
<erhumanoquclollcvatiene<lcn:<:hoascrohed«ido.
l!lhechodequclasriersonas11ecedennlosro:clamosdcau10-
ridad suprema es evidente. Pero que dt'h<111 acceder a dich1m ro:-
elamos no es lan oh\"iO. Nucslra primcr11 pregunta debe ser. en-
tonces. ;,En qué condiciones y porqué moti\"os un11 rersonn tiene
autoridad suprema sohro: otro? l.a misma pregunta se puede
n:íonnular como sigue: ¡,en qué condiciones puede cxi~lir un Es-
tado (en .cntido normati\"n)'!
Kanl nos ha dado un nombro: cnn\"cnieotc para es1c 1ipo de
investigaciones. l.as llamó '"deducción'". que no signif"a dcmcis-
trar una proposición por medio de ulra, sino demostrar Ja legiti-
midad de un cunccpto. Cuando un concepto cscmpiricu. se dedu-
ce mernmcnle scllulando instancias de sus objctus. Por ejemplo.
Ja dt:du"ión del concepto "cahallo" consiste en mos1rar un caba·
llo. Cómo existen los cahallos. debe ser lcgi1imo empicar el con-
cepto. Del mismo modo. una deducción del concepto dt:scriptivo
de Estudo consiste simplemente co seftalnr los innumcrnbles ejcm-
plos de comuoitladcs humuoas cn las quc algunas pcr.;onas nfir·
man 1cncr autoridad supttma sobre las demás y soo obedecida,.
Pero cuaodo el concepto en cuestión no es empirico. el pnicedi-
mientodc ladeducciún cambia. Los conceptos mmna1i\"OS nuson
empíricos, porque se refieren al deber ser t'n logar de al i;cr. De
modo que no podemos justificar el c<mcepto (nonnali\·o) de auto-
ridad suprema prescnl11ndo instancias'. Tenemos que dcmostror
con un argumen10 "priori que pu~'<ien existir comunidades hu-
manas en las que algunos inlegrnntcs tienen el derecho moral de
gobernar. F.nslntcsi~. latareafun<.lam~ntaldcln filosofiapolitica
es brindar una dt'1lrn·d1j11 dt'I conn•p/" 1k f:.<tadu
Pa111 completar c.<la dcducciún, olco11211 co11 mos1mr que cxis-
tcn circunstandas en las que las pcrsonas debcn haccr lo quc or-
dcnan lasautoridadcsdefi1c10. Incluso bajn los gobierno• más
injunos. suele hnbcrbuenns !"<ll<!ncs para ob1:dccer en lugar de
desafiar. Puede ocurrir que clgobicmodclcasnordcncquc las
pcminos hag11n algo que. de hecho. ya tienen Jo obli¡¡:ici<in indc·
! l'<•rq11< c"'1J. '<' qu< orr..:olo"""" un <J<"'P~' J< "'"'.-idod l<~l<im.i. «••ln"m"' ~"'
°""p-k"" Of$11<n<""'"" <mplri<" ""'"" rn><to<><k "" 1q;;,,m1~od
pendiemcdeluu:er;opuedesucederque lasconsccuenciasncg11·
1ivnsdelcucs1ionamien1odclaor<lcnseanmuchopct>resque la
indignidud Je someterse a la misma. Lo que ordena un gobierno
puede promctcrcfcclus henefidosos, ya sea en forma intencional
o no. Por estas ra1ones. y también por prudencia, pu~-4: .s<.:r que
cslo! bien qu.;: una persona cumpla con las órdenes Je un gobierno
,fc/uc/<1 lllljo cu) a autoriJad se encuentra. l'ero nada de esto tiene
que ver"m In autoridad legltima, que se relaciona wn cldel1'dm
o dar órdenes y la oblig;u.:ión wrrela1iv11 Je <ffledecer u!" ¡1Jer.11ma
quc<l<1la11rrlcn
El pumo S<:1lalado en el párrafo anterior merece siempre un
poco miis de insi>lcnda. l.a ohcdiencia no wosisle en hacer lo
que otro dio;e que hagamos. sino en hacerlo ¡1<m¡uc c.m pcr.<mut fo
dice. La auLoridaJ. >·a sea legi1imo o•k1ure. licneque l'Crcon tos
mo1ivos y fuentes Je la obligación m1m1I.
Dlldoqucesindiscutiblequcexisicnpcrsonnsquc cn.:cnquc
u1rn.,1icncnautoridadsobn.:cllas.scpodriapensarqueeschct:ho
se puede u1ilizar par.1.demos1rarque en algim Indo, en un momcn·
10 o en 01ru. debe haber habido seres humanos que realmente po·
scfan uno auloridad legítima. Es decir que se puede pensar que,
aunquccicrto.•n::clamosdcauloridadscancquivocados.no1•HÍ<1.•
lo son, porque en ese caso nunca hahriamos llegado al cono;epto
de au1oridad legitima. Con un aigumcnto pan:cidu, algunus filó·
sof1u han intc111aJo mos1r.1r que no 1oJas nues1ms experiencias
son socílos. o mas gcncmlmcmc que. en lo experiencia, no todo
es opiiricncio en lugar Je realidaJ. El punto es que cxpn:sioncs
lll]cs como "'suc1)0" y "ap:iricncia" se Jefinen por contra.sic con
'"experiencia Je vigilia"'" '"realidad"', L>c modo que sólo pudimos
dcsarrollarunusodclas111ismusalenfn:ntamosusi1uacioncsen
laseualesalgunasexpericnciascransuc1losyo1rusno.oalgunas
cosusemnmcrasapariencfosyoLra.~.n:alidad.
MQs allá de Jo l'ucr.ta del argumento en gi:neml, no se puC<.lc
aplicar DI ~D•O de una autoridad deji¡¡'IU versus un11 <lcj11rc, ya
~~~:~~;~?~~~;!t~t~c~~~:E~:~~;~~~~!~~~: i~!:~
E/canj/~0'1H"'"'""idsJJJ'~ht<>O<..~<
)h>l..lof11o:!ollopullliac-...,di•<ipl11111kp:1.Jicnlcod<ri•..Jo.>~~""'loíll"'"ílº
d<l1cimci1J<rcnilcdclo•oorM-'<ld~im;,,,,h1¡·.J<l:><,,.,..,.kl•"""'I<"'"
""°"""""'~«brcol.Jlll)·l111•1<J•:dcuJ,lm ..... •fo1<0
~.1i>«i<SIM>•in11*-~l"'f"<"'qoo1•>••i<lo!'<""il .. i<hrS1n"'1\bo"i''·'"'""
fi!<l..>í""f"~l1iro>,cn<roo1""'ll'-llol111All>li11.lu111""""'<10q11cd""''-'Wº·ol
i&11olquol">rri""irio•d<la"'""id.J>cpu<J"'1<i<o1or.i.1 ..,.ronc<p<o•.kr•...,"
unhJ.id. r.,,cjcmplo,Alblin.kfincw10o.-dcn•"'"" lo•i1:mlica.:i•111Jc u11d<>ro.
~:="'~~:,-;;,:~,;:z,::.,-;, ~:;;,,=~~ºi\~ .. ,,.,,.mr1an '""º' tn•·
e iones de prin1;ipios mnroks generales ul ícnómcno purticular de
Ju polílicu 1k fi1c10. De modo que seria ~dccuado recuperar una
pulabraquehBcaldoendcsgracin)· bautil'..ilrcomocas11i.11i,·"11
unnramadclascicnei11s¡x>líticas.Cumoha)·pcrsonu,quereco-
nuecn los ri.-clumo.< de auloridad. huy l::Srndosde/aclu. Suponicn-
do quc cl diso:urso moml,<.:n gcneml,cs l<:gílimo. dcbc hu~cues-
1io11es morales que surgen rcspc..10 de dichos Cswdn.<. Por lo tan·
10. si existe la casuistica polilica como roma de la ética. Aün hlly
que decidir si e~iste la lilusofia polilica. pmpiamenl<: dicha.
2. El concepto de autonomía
El presupuc5to íundumcntnl Je la filosolfa moral es que los seres
humonos son responsables de sus 11c1;ioncs. lk este presupuesto
i;csiguc,n<:<.:c.<ariamcn!c,LulcomoscilalóKant,qucluspersonas
sonmelafislcamentelihrcs. luquesignific11quc.en1;icr10scnli·
do. son capacc~ de decidir ctimo actuar. La posibilidod de elegir
cómo actuar hace que un ser homonosc11 responsable, pero la
mera ek-cciOn no es suficiente en,¡ misma paruusumlr la n:~pon
snbilidad dc las propios occioncs. Asumir la rcsponsul>ilidad im·
plica el intcmo de d~..:idir qué e~ lu que no debería h111;Cr y eso,
como Jicen Jo, filósofosJcstkAristótclcs. implica las cargas odi·
ciunolcs de adquirir conocimiento. rencxionu sohrc los motivos.
JlfC\'cr resultado.<, criticor principios.)' la lista sigue.
l.aoblig111:ióndcasumirlan:sponsabilidaddclaspropi11S11C-
eioncs no se deriva sólo de la voluntad libre, ya que: se nccc.~iur. algo
mW. que libertad d.: elección para asumir una responsabilidaJ. Sólo
porqueclscrhumonoticn.:capacidaJder.rzonarsohrceslasop.;;iu·
ncs.si:p111.-dedccir4uctieneluubligaciónpemtanentcdcserrcs-
ponsobledcsusclccciunes. Esbasrnntcadc.:uadoqucloslllósofos
n1omles coloquen en el mi""n grupo a lm niilos ~·a los locos. que
no son to1almc111c rcsponii.:ihlcs de sus acciones, dado que asl como
i<e>UJIOllC4Ueloslocoonoticncnlihcrtaddcdl.'Cción.losni~no
ticnenaUnlacapacidnddcm.wnarbicndcsarrollada.lnclusoseriu
jusluasignarlcmásrcspnnsabilidadalui;nii\os.dadoquc:loslows,
debido a su can:ncia de libcrlad para elegir, :;on complewmente
im:sponsables mienir.is lfü niil<t~. en In medida en que 1iencn Ja
capacidad de razonar desarrollada hasm cieno punto, puL-den con-
sidcrar.;c cn cicnu gradu r.,,;punsalltes
Cada i;cr humano con libertad de elección y caJlDCÍdnd para
razonar 1ienc tu obligación de .cr n:•p.msable de sus accionL'S.
aunque puede ser que no se encucmrc p<:rm1111entcme111c en pro-
ceso de reílexión. investigación y dclibt:ración accn:a de cómo
dehcrfa actuar. Una per.ona anuncia cada tanto su de.seo de uu-
mir la responsabilidad de In consc.:ucncios de susacciuncs. ~un
quc no haya deliberado :;obre ellas o no 1cnsa intención de hacer-
lo en el futuro. Una declaración de ese tipo euns1ituye un avuM:e
""brc la negativa a a5umir la ,.,,sponsabilidad: al menos implica el
rcc:onocimien10 de la existencia de la oblisación. Pero no libl:ra
al individuo del deber de involucrarse en el proceso rcílcxivo anun-
ciado hasta el momento. Y no hay que dL-cir que un individuo
pucdcusumirlan:sp.m.... bilidaddesu~acciones)"&Cllmrenfor
mn equivocada. Cuando decimos que alsuicn es responsable. no
queremos decir que siempre hace todo bien. ~ino solamente que
manlicncprc.sentesudebcrdcbusc11rlocorrecto.
La persona rcsp.m~uble noescapricho.~n ni anárquica. ynque
ndmitc sus obligaciones morales. Pero insiste en que ello es la
únicnqucpucdcjuzgarculilcssoncsascons1ricciones. Puedees-
cucharconsejos de In• olnll<. pem toma sus propias decisiones en
basca loquclcparccenbucnassugcrcncins. Pucdcnpn:m/crdc
l"" Jcmñs acerca Je e'las obligaciones morales. pem sólo en el
sentido en que un malem<ilico aprende de otros matcm:í1icos ~s
decir. eS<:uehando sus argumentos. cuyo valide~ re<:onoce a pesar
de no haberlos concebido por si mi,mo. No upn:ndc en el .~entido
en que uno aprclllicdc une.\plor.:idor.e~dccir.aceplando la vera-
c;,,taddesusn:latossobrccosasqucunonop11cde'"crporsucucnta.
Dado que el ...:r humano responsable toma decisiones mora-
les que se manifiesta a si mismo como imp::rati\OS. J):klcmos de-
cir que se autolcgisla. C::n simcsis. es <1111ú1w11w. Cómo ~osticnc
Kam. la autonomia morJI e~ una combinación de libenad y n:s-
ponsabilidad; s..:: lmla dc n:spclllr la.~ leyesquenohacreadoparJ
si mismo. El im.Jividuo 11u1únumo. en la medida en que lo cs. no
~.,;uí sujeto a lo voJunLad de otro. Puede hacer lo que otro le digu.
pero no1>orq11c se lo hayan dichn. Por lo 1anlo, es Ullll persona
/ibn:,enscntidopolitico.
Dado que lu n.'Sponsahilidad tk cada persona por sus ae<::iones
escons•:cucnciadcsucop:icidaddcclccci6n.nopucdercnunciar
11 ellu o dejarla de lado. Pero puede negar.;c a reconocerlo. ya sea
en forma deliberada. o simplemente no reconociendo su condi-
ción moral. Todas las pcr.;onas se niegan u asumir la responsalli-
lidiKI de sus acciones en un momento u olro de su vida. y algunos
individuos recluwm tan sis1cmi\1kame111e su• dcbl:n:s que sepa-
recen mós 11 ni~<i• muy crecidos que a adultos. Si la autonomia
moral es sólo la com.lición de 11.~umir la responS11bilidad completa
de 1as propios acciones, se sigue que los io:res humanos puo:den
pcnlcr su aotonomiu a voluntad. Es decir. un individuo puede
decidir obedecer las ónlencs de olro sin intenrnr siquiera d«idir
porsimismosiloquc.~elconlcnacsbuenoointeligcnte.
F.stecsunpu11Loimportantcynodcbl:ríaco11fundirsecon la
ufinnaeión falsa de que un hombrepucdedcclinarlan:sponsabi-
lidod de sus acciones. lncluw luego de hal'icr:;c sometido al deseo
de otro. el individuo sigue siendo responsable de lo que hace.
l'eroalncgarsencntrarcndclibcr~cioncsmoralcs.alaccptarlas
ónknes d~ otros sin cucstionarlns. picnic su aulonnml11. De modo
que Rousscnutiencrvónaldccirqucunscrhumnnonopucde
seruneS<:lavonisiquiemporelc«iún,siconesoquien:de<.:irquc
hnsLa lose,clnvos son moralmente responsables de sus actos. Pero
está ci:¡uivocodo ~i con ello quien: decir que los seres humanos no
pucdcnubicn~voluntariamcntecnunaposiciúndcscrvilismoy
obediencia ciego.
f:!lisknvoriasformasydiver11osgradusdepénlidlldclam110-
oomla. Un individuo puede renunciar o su mdependcncia de jui-
cio .,\lo en rcl11ci611 a un asunto. o n:spc.;;to o cierto tipo d~ asun-
tos. Por ejemplo, cuando me pongo en manos de un m~'dico. me
comprometo a cumplir con el 1ratamiemo que él indique. pero
:Wlo en relación 11 mi sulud. No lo convierto en 1Tii consejero le·
gal. p<ir ejemplo. Una persona r>u~..Jc renunciar a su aotonomfa en
algunus temas -o en todo- Jurante un perio<lo de tiempo dctcnni·
nado. o p11ra toda la vi<la. l'ucdc cumplir con todas las órdem:s.
cu•lcsquierasc1111,salvoalguna•accioncscspccilicas(porejem·
plo. malar) que se niega a realizar. A panir <lcl ejemplo del mc!di·
co. es evidente que existen al menos dcrtas situaciones en las
cuales es razonable renunciar a la propia autonomia. Y de he<: OO.
en este complejo mundo de pericias técnicas. nos prcgunrnmos si
alguna\·czrcsult11razonahle1"'hacerlo
Uadoqucelconccptodcasumirorenunciaralaresponsabili·
dadeseentral paraladiscusiónquesiguc, vale lnpcnaaclarnrun
poco mh. Asumirla responsnbili<la<l<le las acciones que uno hace
significa tomar decisiones finales sobre lo que uno debi: huccr.
Para la persona autt;noma. no existen las Unl<'lll.'.<. en $Cntido es·
tricto. Si alguien de mi entumo esta <lando k• que se supone "'m
órdenes y espera que scanobcdcc1da,. ese hecho scnitcnidocn
cuenlll en mis dclibcraciunc,. Yu puedo decidir hacer lo que e""
pcrsunameordcnayhastapucdo:ocurrirqucclhcchnmismndc
qucdélll.'iórdcnesscaclfactorquchacequc.cnc:o;asituación.sca
<lciii:ahlccumplirlus. Por ejemplo.si me encuentro en un barco
que se eslá hundiendo y el cupillin <la lu orden de preparar los
botcssalvavidns.todoclmundoleobcdcccfX>rq11ee.<dcllpiltin.
pucdndecidirqueencsascu1.:un>tandiL,lnmcjorcshaccrloquc
él indica, dado que Ju confusión que iicneraría mi Jc~ol>l:<licnci11
seria perniciosa. l'ero. en la medido en que tomo esa decisión. no
estoy obedcáemlu u ,.,1 onk11. F.s decir. no estoy admilicndu que
él tiene outoridud snbrc mi. Tomarfo lo misma dc~isión. por los
mismos motivos. si uno de los pasajeros hubiera cmpc1.adn 11 dar
"órdcncs~y.cn laconfusión.hubicrasidoobi:dcddo.
En política. ni igual que en la vida en general, las rcr.;unas
suelen renunciar o su aulnm>miu. Existen numerosas causas parJ
este hecho y también numerosos 31'JllllllCl1los para justificarlo. l .a
moyoriu <le lns individuos. como)'ª ..cftalamM. siente tan imen·
!>Umcntclafoerzadclatradicibnolaburocmciaqueaccplan>in
pensar los reclamos de autoridad que lmccn su.• 'upucsl<" gobcr·
nantes. fararocnlahistori;idelahumanidad.queunmdividuo
llcgu~siquicraacucs1ionardder«hodcsusu111llSudarOr<lcnc'
ylaobligación.suyaydcsuscongfocrcs,dcobcdcccr.Pcmuna
vez inicindo el peligroso cuc.<tion11micnto,""' pueden presentar
muchosargumeotos paro demoolrar la 11u1oridad de: losgohcman-
te:>. En1n: los m•s 11111iguos. figoru la afinnación de Platón de que
losscn:shumanosdchcrían rcinilirscalaautoridaddequifocs
tienen un cnnodmiento o sabidurfu superior. Una vcr•ión moder-
na y nu!.s sofisticad11 dc csta idca es sos1cncr quc cs mlis probablc
qucclpon:cntajccducadodc unapohlacióndemocnltica partici-
pe11e1iv11mentecn l11vid11politicayquccsjusloqucclscgmento
nuil informado del clcctorudo pcrmanoca pasivo. yn que su in-
greso en la escena potílica sólo cons1i1uye un argumento para los
dcmugogm y los cx1n:misl11s. Varios cicnlistas políticos estado-
unidenses han llcgaJo a afinnar que la apatía de las masas de
Estados Unidosc.~unadc lascau'llsdc la estabilidad)'. por ende,
unahucnacosa.
Nucslru condición moral exige que reconoicamos la rcspon-
sabilid11J y prac1iqucmos la 11utonomi11 donde y cuánJo sea posi·
ble.A veces. eso implica una rcílcxión y dcli~ración moral; otras
veces. hay que reunir informncióncs~cial, incluso técnica. El
ciuda.da.no esladounidcnsc conlempon\neo. por ejemplo. tiene la
oh ligación Je conocer lo suficicnlc Je ciencia moderna como para
poder seguir los debates sohre poli1ica nuclear y llegar a uno con-
clusión indcpcndien1e'. Existen cnonncn obs11lc11Jos. algunos in-
supcrJblcs. para logrJr la aoionomia completa y raciono] en el
mundo contcmpor;ineo. Pero de todos modos. micntrJs admita-
mos la rcsponsabilidaJ por nocstrus acciones. y m:ono1.comos el
poderdcr.iwnarquetcncmos,JcbcmosadmiLirigualmente la
permancn1eobligacióndcserau1orcsdc lasórdenesquepoJria-
mos obedecer. La paradoja de In conJición humana en el mundo
;:;::~,:,:i,o;,:;•:;:,:!'..~',~~;: -'!'~~:~~~,:.;~;:".~~~.\~;:r...,,..doq0<Jo
moderno es que, cuánlo mds complelamente rtt0noce el dem:ho
y la obligación de ser su propio amo, mlis complclaim:nte se con·
vierte en el objeto pasivo de una tecnología y una burocracia cu-
yas complejidades no puede ni siquiera aspirar a entender. Hace
apenas unos pocoscientosdeailos.un individuo con una buena
fonnación podia ~nto:ndn los principales temas de gobierno. as!
como a su rey o Parlamento. Un ei;1udianlc terciario de hoy. que
no domina los temas de poUtica e:-:tcrna e interna acerca de los
cuales se Je pide que voie. podría entender ~in grandes diticulta-
de:i los problemas d~l siglo XVIII
Entcorio.cxis1cunasolució11paraclproblcmapla11tcudo)"Csle
hecho cs. en si mismo. bastante imponanle. Sin embargo. la solu-
ción requiere de la imposíci1'>11 de ".mdiciones muy rnlrictivas
que la vueh·cn aplicable sólo en situaciones reales bos1Dnlc raras.
l.osolucióncsunnJ~mocraciadin:cla---<:Sdccir.unacomunidad
politieacn laquecad•1pcrsonav<1tasobre~adnasunt<1-gobcma
do por unanimidad. l:,n la dcme>ero.:ia dircc1a y unllnime. cada
miembro de lasoc1cJad impul!lll libremente coda ley que scapruc-
bo. Dc manera quecs un ciudadanocon lcres a las eU11les ho pres-
tndo su conscn!imien10. Como un individuo cuyas únícus Limita·
cionc-s son los dictados de su propia voluntad es autónomo. se
sigue que en la.~ dcm<Krncia~ directa~ y unánimes. los so.:~' hu·
manos viven en una an11onia entre el deber de la autonomia y las
órdt:nesdcln11u1oridad.
SepoJriaalcgarquenisiquieru!!>.Leca.'iOlimitccsgcnuino,)'ª
que cada individuo se obedece 11 si mismo y, por lo tanto, no l'l:S·
poodc 11 urwautoridad legitima. Pero el caso es realmcn~diferente
Je la situación prcpoliticu (o apolítica) de la autodeterminación, ya
que luuutoridadalaquecadaciudndanol'l:spondcnocssimplc·
mente él mismo, sino la Je fo cumuniJad 1oda. lus lcyc-s ~ aprue-
ban cn nombre del soherano. que cs toda la población de la comu·
nid11d.Elpodcrquccjeeu1alalcy(sihubieraciudad11nosquc.lucgu
Jc:vutarunariorma.seresiMenacumplirla)eselpoderdctodos.
reunidoscnclpodcrpolicialdclEstado.DccstamuncruscexlerTmli·
1..a el cunílictomoralentre Jc:bi:rc inletts que aparece cada tanto en
Juspcrsonusyla vo:t.dcldcbcrscc.~prcS11conlaau1oriduJdcl11lcy.
Cada individuo, pur decirlo de algún modo. encuentra lo mejor de
•i mismo en la forma del Estado, ya que sus dictados son le}·csquc
lll!i personas di:cidicron aprobar, luegn de la debidu deliheraciOn
l.ademocraciadirccta)'Urninimcsólocsfactiblesiexistcun
acucrdosus1ancialcn1rc1'""'·'lm.m1cmbro.sdcurwcomuniilnJpcira
lrn; '"untrn; de mayor importaJ1eia. Dado que en el @Obiemo por
ur11111imidadunsolovo1oncgativoaka11:t.apararcclla.aircualquicr
moción, al menor desacuerdo re.~pee•o de un asunto imponan1e se
wspcndcn lasoperacionc,dc Loda la sociedad. Dejar.ide funcionar
como uoa comunidad polilica y entrará en una sihwición de 111111r-
quí11 (o al menos, de ilcgílimiJaJ; )' puc-Je surgir un gobierno <k
(a1:I<> que tome el con1rol). Sin embargo. no lllly que pensar que la
dc:mocmcio directo y unánime requiere. pura c.~islir. di.: 111111 po:rJi:c·
111 armonía de inlere~s o desern1 Je lodos los ciuJaJomis. Puede
!Xurrir que haya oposiciones fucncs. incluso violenta.~. Jcnlm Je la
comunidad. que podrlan ser de euilo económico. to linico que se
m:1:csi111csquc,cuandoloscioJadunosscrcUncnp<1raJclihcrJr
conelfindcresolvcrdichosconflic10s.scpong11ndcncucrdouná-
nimemente ocen:a de lu leyes que se deben nclop1or'
.
:~~~::,:~!':~·~~.~~;:;;;:,:.-:= :~:~r:·:.~m.::'.!~i:·~~,":~: ;:;~~:;· .
rn es que e.runa solución genuino al problema de lo au10nomía y
la autoridad. y que. como vcn:mo.•,esto la vuelve b.lstantc in·
usuul. Pero aún m1b importante es que la democracia Jitteta y
unánime es el ideal (a menudo inexprcsado) que subyace o buenu
pune de l11 tt:0ri11 chlsica de la democracia. Se introducen los me·
canismos de la mnyoríu y la rcprcs.:ntoción para superar los obs·
táculosqucseprcsentanparolaunanimid11dyl11dcmocraciadi·
1\.-cla. La ummimidud se cunsidera el métudo de tomar Jccisiones
más obviamente legitimo; las otras formas S<: pm•:ntan como
compromisos con este ideal y los argumentos con los que se de·
tienden pretenden mostrar que la 11u1oridru.J de uno democracia
un6nimcnosedcbilitapor1Dnecesidlldderecurriralarepresen-
rnción o el gobicmu de la mnyoría. Una prueba de la primacíu
teórica de la dcm1>1:raci11 directa y unlinime es el hcd10 de que en
tod11sl11~t.:ori11sdccunlrotosoci11l. la11dopciónorigin11lcolcctiva
dcdicbocon1r111osocialsicmprecsrcsul1adodeunadccisiónumi-
nimc. tomada entre lodrn< Jos que Juego pueden considerarse rcs-
ponlillblcs antc cl nuevo Estado. l.ucgoscintroduccn los meca·
nismos de 1.'11mpromiso como medidas prácticas, y su legitimidad
se deriva del& del oonlra1oorigin11I. 1.a pres1mciónde que la una·
nimidnd genera un Estado e/e j11re ni siquiera •C discute
acelorada111cntcy11quc, para la mayoriadclosteóricosde l11de-
mocraci11.esperfcctamcn1eobvia.
l. Democracia rcpresentaliva
Si bien el problema del desacuerdo es el más inmcdfoto, 1nuan!
primerolesdificultad~-i;dercuniónquecondoccn-.:nlatcoríadc
la democracia- a adoptar el mecanismo de un Parlamento reprc·
sentotivo'. Hay dos problemas q11c se rcs11clvcn con la rcpn:si.:n·
tación: primero. la ciudmfania completa puede ser demasiado
numerosa como para reunirse en una sala o un espacio abicno; y
segundo, los asunlos de gobierno pueden n:t¡ucrir una 111ención y
aplicación con1inu11.• que 51\lo fos neos que no trabajan, o los po-
liticos de cam:ra pucclen brindar.
Scpucdcdislinguircntn:\"ariostiposdel\:pn:s.:nmción.ik.."'1dc
una mera delegación del Jerccho a \"olar, hasta un cambio cnmple-
to cn toJ1LS lu funcioncs dc toma de dei;ision~'l>. L.apn:guntaquc
h&yqucn:spoOOcrcssialgunadccs:isformasdclan::prcs.:n1ación
manticni:nad..,.;uadarncnteloautonoml11t¡uccjcrccnlasperY1na.•a
trav~ de las decisiones que coma la comunidaJ coJa por unanimi-
dad. ~ n::sumcn, un indi\"iduo n:sponsable. ¿Jcl>l:ria compromc·
tcrscaobcdcccrlasleycscn:adasporsusreprcscntantcs?
f.ltipodcre¡m:senlaciónmilssimplcesladclcgacióncstric1a
Si no puedo paniciparen la asamblea donde se vo1a. puedo recu-
rrir a un delegado con instrucciones de cómo vutur(o;on mandato
imperativo). En ese caso, es ob\•io que estoy tan obligado por las
dccisiunesdelaasamblcacomosihuhicrncstadopn:scntcfisica·
menee. El papel del delegado legal estli detenninaJu demasiado
cstredwmcntc,pal'llqucsirvaJemudcloau11represcntantcdcc-
10. Enlaprác1ica,csimposiblcquclosrepn:scn1antcs1·uclvona
sudistrito11ntcsJccadavo1acióncn laasamblcaysondeea lru1
volantes. Claro que losciudaJanos pueden onnar11 su l\:¡m:scn-
tante con una lislll de preferencias para los votos futuros, pero
muchos de los lemas que se planiccn en lo asamblea no habnin
sido planteados en 111 comunidad en el momento de elección del
n:prcscn1an1c. Amcno~t¡uc vaya a haber una nueva elección en
ocasióndecadadclibcraciónnoprevism.losciudaJanossc1·eriln
obligados a elegir como representante a un indil·iduo cuya .. plata-
fonna .. gcneral c inclinaeioncs polilicas indiqucn quc, cn el fu1u-
ro, vota.-.1 como ellos imaginan t¡uc In harian respecto de Lemas
que ni los ciudadanos ni el n:pn:scm11ntc han siquicr.1. imaginado
Cwindol11scosastomanc•tecari.ttl<!scpamc:ióndc laJcmo-
craciadirecla.podemosprcgunt.1mossilalcgi1imidaddclacuerdo
inicial se mantiene. Tengo la obligación Je obedecer le>·c, t¡uc yo
mismo11f1rueho y tambi~n las aprobnda• por mi Jckgndocn cs1rie·
toacucrdocoumisinstruccio111.-.;.Pcro,¡.conqué11rgumcn1osscpuc-
.Je ufirmar que tengo la obligación de obl.-decer le)'CS que fueron hc-
ehas en mi nombre por una ¡xrsona que no tiene nbligudón de vo-
Larcomn yo mismo lo baria, y que oo licn..: manera de saber culili:s
son mis prcícrencias acerca de la medida que tiene d.:lance? Aun-
que ha)'& unanimidad en el l'arlame11to en cuanto a la adopción de
uno nueva medido. ese ~ho si.>lo puede obligar o los reprCS1:nUm-
l..:S, y no a todi~~ losdudadanosque se supone están repres<;:ntados.
Se podría rcsponder qu.: mi obligación descansa ..:n mi pm-
mcs11 dc nbcdt.-.:er y cso pucdcscrcierLo. l'erosi una promesa de
es.e tipo es el único argumcntoquejuslifico mi deber de obedecer.
no se put.-de decir qu..: yo siga siendo 11111ónonw. He dejado de ser
aulur d..: las leyes a las cuales me someco y me he con•·crtido en
sujeto(vulu111ario)dcotra persona. Prt...:isamenle, hayquefor-
mularlamismarespucslupara..:largumcnLndcquesiyoobcdeT.·
cu al l'arlamcnto, los resultados de es.e hecho !ICráll positivos. La
Jislinción moral Je u11 gobierno reprcscnlalivo, si lo huy, no !IC
basucn..:lhic11gencralquecaus11. nicnclhcehodcquesussuje-
Los hayan consentido en ser gobernados por un Parlamento. Lo
mismosepucdedccirJelacl..:ccióndcunrey,cosaquchaexisti-
do en las sociedades del pa.~odo. Se su1xmc que la legilimidad y
autoridad moral del gobierno rcprescnllltivo surge del hecho de
~ue es una e.•presiún de la voluntad dt'I pu~blo al que gobierna
Se dice que lo dcmncr.icia no <'S simplemente el gobicrno1x1r<1 el
pueblo, ~ino también Ci11directame1110:) d.:! pueblo. Debo obcdc·
ccr lo que aprueba el Porlmnento, .•·ca /u qm.' scu. porque su vo-
luntad es lambiCn lo mía. sus dcci~ioncsson misdccisionc~. )'por
lo tanto .~u autoridad nu es sino la suma de mi autoridad y la de
mis eu11Ciudadanos. Ahoru. un Parlamento cuyos representantes
votan ~in mandato cspccifirodc los ciudadanos nocxpn:sa mejor
•uvulunlDdqueunadicladuraquegobicmacunbucnasintcncio-
ttes pero independicntcmcmc Je sus sujcios. No importa que me
agmdcn los resullDdos. ni siquiera en el easo en que mi rcprescn-
lame haya volado lu qu<: imagina que a mi me habria guslado.
Micmra.~ yo no participe -ya wa en persona o por medin de un
dcle(!.ad~- en la aprobación de las leyes que me gobiernan. no
puedo al1rmar que soy autónomo
6)
4. Democracia mayoritaria
1Jnnjus1ilicaciónhnbitualdclgohicmodclamayoríocsque.
en término.• morales genera le~. funciona mejor que cualquier olm
sistemn conocido. Por cjcmplo. se dice qu"' la polltica dcm<Xrliti-
ca sustituye al gobierno de fos annus. que pre\' alce.: en las lil>1:ic·
Jedes i~nstitucionnks. Dado que es probable que la mayorin
sea el ºl'l:lºnismo superinr. en términos militares, deben ~r
gobernar mediuntc el voto puc~Ln que, de lo concrario. ~curriria
alusodclafucrzayhundiriaalosocicdadcnuncaos.Opuedc
succdcrquc.nucvamenlc. lnobscrvuciónhistóriearcv.:lcquccl
gobierno de la mayoria tiende a aproxima~c m~s hacia el bicncs-
1.11.r general que cuuk¡uicr otro sistema (comCI el gobierno de lo"
sabiosolu•ro<.lcrosos).dado4ucalcontrnriodc luquesupusic-
ron Plattln y otros. cl rucblo conoce mejor que nadie sus prorios
intereses. Se Jicc que la dcmucraciu ma)·oriiaria es el sistema
mús dica~ co111m cl gobierno de unu élite cgoista e hipócrita.
Desde el pumu Je vista del indh·iduo. •e podriu alcgurquc somc-
lcrsc ni gobierno de la mu}·nría es la mcjur updón que licnc. 11
largo pinzo. para JdCndcr sus intereses. dado que con el pa"<t> del
tiempo funnará ranc de ln ma>·oria )'la nlinoríacn fonnaaltcnm-
da. y el bcnclicio que surja de In acción colcc!iva !iCnÍ mayor que
h1sptrdiJ11squcsufmcuundnsupos1UmS1:amiooritarin.
Todiiscs1asdcfcnsas.al igualqucutrasquepodríanhasarsc
enlaconsiJeracióndedctcnninndosintcrcsi.!snresul1odosposi1i-
vos, J;1>n absolutamente irrclcvnnlcspara nuestra investigación.
Como justifkacioncs d<: la dccisiún autónomndc un individuo di!
cooperar con el Estado. pueden ser muy adecuadas; pcm como
<kmostmción de la 11111urid<1dcs1ntnl -h d~-cir. como pruebas del
dcrc<;ho del Es1udo a darle órdenes u una persona y la obligación
deéstadcobcdeccr<'ll<•/q11iermmqrll!.W!leordene-sonuníra·
easo. Si el indi~iduo co11,cr.'11 su autonomíu rcscmindosc encada
OCU.•ión la posibilida<l de decidir si OO<>[>llraro 00, niega de ese
modo lu autoridad del Esrndo; ,¡_ por el contmriu. •C rometc al
Estado y aceplil su autoridad. rierdc su autonomía
La~ dcfcnsos casubticas y prudcnciak.• de la dcmocr.icia nn
lugrancstoblcccrunadistinciónmoral~ntrcdichosis1cm11ycual·
quier olru forma de comunidad polilka. Una p.:rsuna puede dcsa-
rrollarscenunadictaduruounamonarquía,einclusopucdesuce-
der que el biem:stardcl pueblo en su Malided mejonlcon las
políticas de alguno de esos sistemas. l.a democracia no seria en·
loncei; más que un tipo d..: gobierno <fe/um• entn: otros. muchos.
cuy11svi11udes,situvieraalgun11.seríanpurJmente~lativas.Qui·
7.Ó, eumo io.:ilaló alguna vei: Winston Churcbill. la democrneia se.a
la peor fonna de gobierno. a excepción de toda~ las demás; pero
si eslo es asi. los "'ci111fndm10s·· de Estados Unido,; ntlin tan so-
mdidoi; o un poder extranjero como los espailoles durante el go·
bicmo de franco. o los rusos cuando gobm1aha Stalin. Simple·
mentesonmúsafor1un11dosconlosgoberoontesqueles1ocan.
.Se puede fundamentar una argumentación má:i seria a t"ilvor
del gobierno de la mayoría en el marco de un contrato por el cual
se consiimye el orden político. Según vario:; teóricos de la demo·
erada. la transición del gobierno uruinimc. tal como cjemplifi·
camos con laadopcióndel contrato social. hacia el gobierno de In
mayoría. de los que dependo,: el l"uncionnmicnto siguiente de la
sociedad, está p~visto en una cláusula del 11eucrdoorigin11I. Cada
uno se comprometen obedecer al go&iemo de la mayoría y, cuan·
do algún ciudadano se niega a obedecer una ley que no votó, se le
puede recordar su promesa. En ese pacio. se dice. descansa la
autonomía moral del fatadu mayoritario'.
Pero este argumento no es mejor que el anterior. La promesa
deresponderala\·ulunwddc la mayoria genera una obligación.
~Soh>llJblodon11><ho.~miti&1""l•iml"•••l"lid..ih1ill>ncam>1111l<>lod<l .. 1«1r1"'
dolron1r..,1.d<l""6<l<fmkiconn><11fón<odol""runlra1<•"0<iginol.A'"""'"'di«
po<<jcmpl<>.quo<IC0111n1<1<nllll1«cd< .... r"""ª<"""'"""1l<•l":"'""""'!"""•I
••b)°"'""'dolll""'ioJ..1.T.....in.q..,qua1ar<bruqu<'""'""rpma<i<ln,.,r.. ,.:00.
d<<>1c1ipo...,1in< .;"""""""''''"""'cJr<I ~·,¡,i<m<>d< l11Uo)<11l•mi.l'f"""''ª
"°""'nid&<n<I C<1111""• Una p"'m= <> ""' .:cio"'·"" .. .. """'<'pm.lin
~ 1u o
•ln1<•iodcunaololi¡.i<>0<1«<>1<nl<.G<"""'"""""'"'º',¡,1;¡uo;:W..alHdoncl< . ..,n<>
hlllllaningoua.'>cacual..,.nuobl1µ"1ilnn1onrl¡<ncnildo,..,.Jli1•,,...«<i<'lu.nu
prurr1<$1J<llJmla><"""'<n11nac.irpinJq-.oid"nl<dor<>J>01Ullll1l!<hlq""I'<''
sobrtno(. l.._lolonlo. i...1•1<lneo<qu<b<u<n11lok~i1imi.i...id<ln>J)'"""""''"'<n<I
<Oh<"'•<I•
""'lln!<I "" rucJ<n Ji<•IH~ d """""" <n un mil<.•. ,¡ ~u«rm m•nl<n.,. la
r.o«r•""''"'iod«or~u<fl\'<J<ll.>Nrrnldl<<.Ull.cir., .... ,¡>11cn'"') r-or<I~'"'"""'
loml>i<ln ""'""'"""'''"'~"domomt<•I"""' inm,·Jn p.ir.><,f'h"31"'•""''11"<"i""<k
1,..J<n<ra<."ion<'""-'""l<.'S.
1,.,,., e.vio oclln'I! prt'cisame111e ¡K>n¡ue llHIJ rt'llrmdu a .m fl/l/a/10-
mio. Se puc:dc perfectamente sacrificar la autonomfa. como ya
,·irnos. Si es sabio. bucnu. o correcto hacerlo es algo cucstionu-
l>le. pero que u110 puede hacerlo es obviu. De mixlo que, si los
ciudadaoos"linnan"uncontratopurelcuaJaceplanclgobiernu
de Ja ma}·uria. asumen uoo obligu.dón. del mismo modo en que se
vcrian obligados a cumplir cualquier promesa. El ~:.Stado tiene
entonces dcn:cho a darles órdenes, 'uponicndo que sea guiado
Wlo por la mayoría. Pero los ciudadanos han creado un Es1.ado
legitimo pagando el pn:<;io de su propio autonomía. Están obliga-
do~ a ob<:dcccr leyes que no desean e incluso algunas que recha-
zan. En la 111cdi<la en quc la dc111oc11Kia sc origina cn uno prom.:-
satal.noesmásvoluntariaquclacsclnvitudylac.aaracterización
que hace Rousscnu<le la repreo;entativi<lnd de lus inglcio:s tam-
bién se aplica a este caso.
Es dificil captar la fuera <le este argumento. pnrquc ~'Stwnos
tan profunda1ncnt.: im·olucrados con la ético del gobierno de lu
mayoriu que nos resulta tan frus1nmte como cualquier evidencia.
En Estados Unidos. u los niilos se les cnse1)• a pcnnitir que go-
bierne la mayoría .:o~i ame~ <le que tengan lo ~-Jad suficicnle para
contar los votos. Cuundo la fuerza o lo riqucta nmcmu.an con
drnninm una situación. se apela a la voz de la mayoría. como un
llamado a Ja morol y la razón. Si no es el gobierno de la mayoría.
¿quién gobierna?. nos prcguntamll.~. Quizá :servida rcíluiorw.r que
la justificación de la mayoría como resullado<lc una promesa ori-
ginal muestra la \"Ía de justificación de c.osi cualquierolra mixla-
lida<l pnra tomar <lecisioncs. ya que los ciu<lo<lanos que integran
el contrato también po<lr!an haber prometido respelllr a lu mi no-
ria. o la opción promedio, el gobierno de un monon:a. de los más
educados -o de los menos-, o induso el gobiemu de un dietudor
elegi<lou diario por uno~ cuantos.
Si el único argumento para defcndl.:r el gobierno de lo mayo-
rio es su legitimación por el voto unánime en el contnuo original.
cntonecsscpuedcpensarqucc1m/quicrmétodoparatomar<led-
siones que hubiera sido sancionado sería igualmente legitimo. Si
SU.•!Cnemosquc el gobicrno<lc la maymla tiene una validez espc-
cial, debo,, :ser debido a su propiu canicter y no a causa de una
promesa que 11odcmos haber imaginado que hicimos para obc:dc-
cer. l'or lo 1amo, lu quc s.i ncccsila cs unajuslilicaciO:m din:cla dcl
~is1cm11 de gobierno de la mayoría,'" decir, una demostración de
que bajo el gobicmodc Jamayorla, la minoría no sacrifica su
au1onomiaulsomctersealasdccisiunc~dclcolc.:1ivo.
John l.ockercconoccco parte la nc.:esidaddcdcmostrarcl
principio del gobierno de la maroria y, al principio del Seg11mlu
lralmJu ""'""el gobierno "''il oín.'Cc la siguiente posib1hdad:
~cuando un niimero cualquiera de pci;onas han consentido asi
cnfonnarun1comunidadoungubicmo,seinco1pOranparafor-
marunorganismopolilicocndquclama)'Oria1icncdcn:chua
actuareimplicaruln.-:;lQ.l'orquccuandoun11Umcrocualquicra
de individuosíonnaunacomunid1d,conclconsen1imicmodc
cada uno, hacen de la wmunidad un organismo, con puleslad
pan1ae1uarcQmo1al,lucualsóloocum;:graciasulavoluntnd)·
dc1cnninació11dclamayori11.Pnr<[uccomuluqucnc1ivaacual·
quicrcumunidadesclcnnscnlimicnlodclosindividuniquclll
ronfonnan, )'como pur ""r un organismo se licue que mm·cr en
unscntido,csneccsarioqucclcucrposemuevahadado11dclo
lleva la fue12a mayor, q11ccscl cwi..,ntimientodc la ma~oriH: de
lo contrario es imposible que aclllc n se mRnlcnga como un nrga·
nismo, una comunidad. que con el conse111imien10 de todos lo;.
individuosqucscunicronacllaacordamnqucHiíucm;ynsi,
1ndoscs1ánobligltdosporclconscn1imicnluaquelaUl1imarm-
lubrasealadclama>"OriK."(Cap.Vlll)
'·E'"">S''"'unJo<níorma<ldit.:niJ>.,.......,<lu,.mlum""«<Hl'O''MIJu.r1t0'<•""'
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bn:s disponibles y no pueden arreglarse ptiru ~dueir 11 lo mi!Dd el
tiempo de servicio y duplicar a los n:dulas, el método más justo
,,h: seleccionar personal es colocar los nombn:s de lodos en u11
~cipie111eysac11rpapclilosala2ar.
Como el deber de 11u1onomia implica usartO\la la infonnaeión
c/ispunible para tomar decisiones. esláclaroque el R1Cursodel
azar no implica ~nunciar a ese deber, cuando se ignora lo <lcmlÍs.
Estntambiéncscicrtocnclsegundocu.-;o,dcpagosin<livisiblcs.
1unquccstemosobligados11supcrorlainjusticiai11<:vit1blcincor-
porando el asunto a u11 contexto más amplio y equilibrando las
rewmpcnsa' y los costos en el futuro. Se concluye que el uso 001
azar para tomar de nas <lecisiom:s colectivas no violo lo au10110-
mi11. si suponemos por el mumc1110 que liar un ª"1crdo unánime
encua111oal11a<lopcióndcestccriterio.Pcro.¿quésepuedcdccir
de la decisión al 117.ar c11 los casos en que el obstáculo que se
plan1cap.ara1umarla<li:cisiónessimplcmwtccldesacuerdocn-
ln: los miembros <le lo nsambka y no Ja ignorancia de los resulta-
dos fu1uros. o la indivisibilido<l del pago? ¿Es é.•ta, quicl. una
soluciónalproblcmadclasujeción<lelaminoría'!
Altomarnnadecisión individuol.scpuedeapclora la suerte
e1111ndolainfomuM:iónm::o::c.'<llriaquccstaba<lisponiblcimpliC11.ria
un sacrilkio voluniario de la autunom!u. ¿Se podría concluir en-
ione<.-s que lo mismo es cierto para las dcc:ision~ colcc1ivas~ Se
podría argumen!Dr que no. Si podemos l'l:'D<limos a las limitaciones
lienucs1raignuranciasinperdcrlaautunomía,oalasn:s1riccio111:s
ineludibles de la n111urale1..a. ¡,porqué no podemGs apelar a las mis-
masjustificacionL-s para ajusiamos o las consiriccion.:s del colcc1i-
vo, como algo que se opone a la loma individual de dL'Cisioncs?
C1111ndolausambleadclpueblonulograllcgarau1111decisiónuml-
nime. la dcc:isión al azar e~ la ímicu l'oTTnil de cvilar Jos males ge-
melos de Ja inercia gubernamental y la tiranización de la minorla.
F.sie argumcmu me parece equivocado. aunque mis razones
para esta crco:ncia sólo aparecer.In detallada.~ en la Ultima p1111c de
este ensayo. En slntcsis. cxi~te una diíe~neia íundmncnllll cntn:
los obsuiculos que están fuera d.: nuestro control. como la igno-
rancia, y los que. al menos teóncamcmc. están al ale.anee. como
el conflitto psicológico (del individuo). o el desacucnlo (de la
sociedPdtoda).Aunquenoexistanrazonesp11rapcnsarqueundla
podremos superar par completo lo' obslliculos naturales., ni si-
quiera cn una socicdad idcul, dcbcmos suponcr quc cxiste algún
método pum resolver conflictos entre individuos racionales tk
bucnavolumadquelespermi1allegaraunacucrdosobn:susac-
tividades sin renunciar a su auLonomiD. La adopción gcneml de
de<.:isioncsala7..orviolarialaautonomiadelosciudadanos.
La defensa más ambiciosa dd m11yori1arismo en la literatura
de la teoria de la democracia es laque presentaJean Jacques
Rousscau en el Libro IV de Vd nm1ro1t1.~odu/. El problema fun-
damcnial de lu lilosofiapali!ica,,;egún ltousseau,esdescubrirsi
cxime"unaformadcasociaci6nquedeficndayprotcjacon1oda
la fuer.ta común a la perwna y la prnpiedad de cada inicgrnnte, y
porlacualcadaindi\·iduo.alunirseatodoslosdemús.seobe<le-l-
ca ii>lo a si mismo y se mantenga tan libre como antes'',• La solu-
ción a cs\c problema cscl conlralo social por el cual los indivi-
durn1 empic111n a confonnar una comunidad política. Por medio
dclcontrato. lasdiversasvolun1adcs paniculan:sydivisiblcstle
la comuni<Jatl prcpolitica :se transforman en la vo[unuitl general
del organismo colectivo. Cada parte con1nuan1c se compromclc a
"poner en común su persona y todo su poder bajo la dirección
suprema de la voluntad general; y como cuerpo único ... Lodos re-
ciben a cada miembro como panc indivisible del todo".
Rousscauconsideraqueunavoluntadcsgcneralen virtud de
su fonna y su contenido. o de su propósito. Fonnalmentc, una
voluntad es general en la mt.-didn en que se manilicsln en órJcncs
que adopLDn la fonnn de una ley general. en lugar de un edicto
particular.Asi.Rousscausuponcqucsólolaslcycsdt:luMJcit.-du.d
sonproductodclavoluntadgcncral;dela11plicacióndclaslcycs
a casos particulares. se ocupnn los gobiernos. que operan por
manda10 de 111 voluntad colectiva del pueblo. M11tcri11lmcntc, unn
ME,ccp1oc11es1ecnntr.1LOoriginnl.cssuficicHte11namayoriadc
losvo1osl"'mobli!(llra1<>doslosdcrmis.Esloesunaconsccucn-
cia del contrnlo 111 ismo. l'em "' p111.-.Jc rregunrnr cómo es que un
individuopu~-.ic,cr libn:y~incmbargn•·crscobligadoBconfor
mar ln volunLUd dc otrus. ¿Cómo es que son librcs lo<; oposilo
rcs.sics1ánsomc1idosolcycsquen11ncanccp1aron"!"'
Y sigue:
quelawrdadsccncuenlmcnlominoriaenlomayorpartedclas
dispu1asycsteesclcaso.cicnomcn1c.cnlosprimc111sctapas<lc
accfl(acióndclusnuevosdc:><:ubrimicruos.Entodocaso,si lana·
1uralc:ta del bien general e.• una cuestión Je conocimicmo. pare-
«:ria entonces que no hay buenos argumentos pura .•uponerque la
opinión mayoritaria sobre cuolquicr propu~!D para el bien gcnc-
ral sca correcta dc mancm inevi1ablc.
Crcoqucpo<lcmo.•111s1n::arcluri¡;cndelerror<leRousscauen
un par de confusiones. Primero. no distingue clammcmc entre
una aS1mblca que pretende lograr d bien general y 11na q~ rcnl-
mcntc lo logre. En un capilulo litulado "Sobre la pmihilidad de
que Ja voluntad general >Ca ~uivocadn", ulinna:
MS.: sig111: de lo dicho que lu voluntad general es <icmpn: corn.'l;-
ta y tiende siempre a una mejora pi1blica; pero no •e: •iguc qu.:
lasdelib.:racioncsdclaspersona•sicmpn:umganlamisman:c-
limd. Nuestra vohmlad siempre hus.:a d bien propio. pero ""
siempre percibimos q!W es. La gcn1c nunca es cormpla. pero
s11dc sentirse decepcionada y ~lo c1mndo esto ncum: pan:cc
qucquicrcnloquc~-,;malo.··(l.ibro r.cap.J)
.'' . .
lndnrkluol lndrYklUoll lndrYlduolll
'
' ''
Como los individuos 1y11 prefieren A ante; <jUC R. le ganan
en votos al individuo 111 y la sociedad en su conjunto prefiere A
anln que R. De modo similar. los individuos 11y111 lc ganan a 1 y
comprometen a la sociedad con IJ. antes qoc con C. Ahora. si I~
sociedad prefiere A ante• <!UC B. y B ante• <jUC C. es !Olalmcntc
coherente que prefiera A antes que C. Y eso es efecli\·amente lo
que ocurre. ya qoe lo.~ indiviJuos r y ll votan C!Nl preforenciu y.
por lo lanlo. lc ganan ul individuo 111 un3 ve¿ más. En cslc~a:;o. el
gobierno de la mayoria conviene a un conjunto coherente de <ir-
dcnes privados o irnlividuules.dc pre~cn:n-cias en un orden igual·
m.:nte coll<:rcnte de preferencia$ wcialcs. l'cro, lamcnwblcmen·
tc,nu~icmprecsasl.
Consideremos el conjun10 de óllkne• individuales respecto
de las mismas opciones, que figura en el Cuadn> 2.
. ..' ..'
lndMduol
'
'
lndlvlduoll lndl-"duolll
a.~e<oll>)Q•<"<•olarq•<no><p11<dc&wrn>dl"'b"'-P"''<m><i><«l•fü ..
"Ir•
....,.,...., l"';<ionhii<t> Lo d<r«h•¡ 1o..,;, la ;,~•iaJ• r.i" ..,.i.,i.: "''"" d
•nkn.J<•••r«Í<m><i.. «,,,Jo111l.oocurdinol
:~ 1 1: 1:.::.~.'.~~~~.::.::"':~ib::=~~·~.=~~h~<>occ;,~:.:'...~~.i!
Cuando un solo individuo evalúa las ullemntivas posibles. se
supone que la(s) variable(s) que lo ocupan se mancicncn iguales
durante la evaluación. Escncs una de las fuentes de enhcn.:ncia
interna. Pero cuandu muchos individuos evalúan las mismas op-
<::ioncs objetivas. pueden hacerlo bajo el supuesto de que se trata
de una diversidad de variables. El resuh1do es que. cuando se
amalgaman su..~ decisiones a 1n1vés del voto. el ¡;rupndc preferen-
cia puede tener incorporada la incongruencia de las modalidades
de evaluación que haya adoptado el electorado. considerando o
cadavntante. J>al'l."l:erlaentoncesqueelgobiemode la mayoría
pucdeoírecerresultadoscongrucntcscuandu toda laciudadania
considera que lasnp:;ioncsestán polarizadas.ycstoencuanloa
lasvariablesquchaccnqucseanamralprcforircadavczmenos
aquellas o¡x:innes que divergen, en una u otra dirección. de la
primcracleceióndccadouno.
P11111 ver cómo la can.:ncio de una imicu orción adecuada pue·
degenerar incongruencias. vamos a analizar brevemente 11 una
sociedndsimplilicadaenlacunlsúlohaytrcsvotantcs:unconscr-
vador, un liberal fovorublc al F.stado de biencscar y un socialista.
que deben cle¡;ircnlR: lres alternativas, que son el capitalismo de
libre mercado. el liberalismo del Estado de bicnestnr. y el socia-
lismo. Podemos suponer que el conservador pn.:ícrini. en primer
lugar,laopcióndclcapi1alismodcllbl'cmcn;ado;cnscgundo,la
del C..lado de bienestar: y en tcrecro, el socialismo. Tnmbifo es
plausible que el liberal coloque, en primer lugar. el Estado de
bicnestar;cn.se¡;undn instancia.el socialismo; rror último. el
cnpiialismo de litm: mercado. Pero el soeialisia. que se ubica en
laextrcmaiu¡uierdado::les~U'Opoliticoypn.:ficrc,o::nprimer
lugar,alsocialismo,podrln110culocaral Es1adodcbiencs1arcn
segundo lugar. Porque podría suceder que p:;nsnra que, en reali-
dad, el Estado de bicncstur tiene lo po."llr del capitalismo de libre
mercado y del socialismo, sin reunir ninguna de sus vir1udcs. El
¡""'"'
~ale •"pon<r. ,..~ ... °""J'Oll
i....ron...,..i~,.,, <k I• 1n1m-.:n<otlnJ"' "·
m1on1,,...,..,b.•0<Wi3111>.ci1110r=mm&<bienonclhicn<>UrylajUJ1iri:iooci:il«.
'1"<dk»aw<1Y..,1>egincl¡tra.lo>d<in!<nTI'ltlÓn<lcl~ol»mk>.
Estadodcbicncs1aronulalainida1iva individualque,endefinili·
va,ticncun11.-.criedeeonsccueneiassoci11lmen1edcsc11blcsbajo
unsistcmacapi111Ji.1.11.Alavc7.,lcogregoalasocicdadlao;argade
laburocraeio.sinoírteerlcclcontrolrocionaltolalquecsposiblc
enunrésimensoeialista.Elon.Jcndcpreíen:neiasdclsocialislll
podría ser. entonces: socialismo, primero; liberalismo. segundo;
y FA~tado de bienestar, último. 131 cuadro 3 sintcti;ui estos órdenes
de preferencias individuales: