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;Oónderucel!lm.

"'dlltodeobedecerLlley1
Euapre¡uoti1rios_,fr..,ti1.tlconflictoinsos.by.tl>le
·..,ueLl•utonOmiadelindMduoyLl•utondlld
puti1tivi del Esa.do"
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Somos los hombre los que~ Lis
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El ongcn de tocD oblipcióri no put'de re.1d•r mb
que en LI plrtiC•plc.ión de todos en b formuLlci6n
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U fueru de b •'l"menti1ci6n que P""""'U Wolff.
enei;tepequeilolibro.n.diaenelW!is1s
lóg><:o-filoWlkodtlupremisuqueintenun
ltgitirn;lrlueioU'UCWn.sdepoder
Un Estado justo es un vopo de b lenr-a
"'Sibídoso&poloua..,~eneocontnr
l!lprinc:iflioluodlmenuldeb•utori<Lldle¡ot•rru.
suempres.aescicanden:idllalfn.aso"

-
U oolldez de su •'l"menucotm ¡usufoa plenamente
LllKUJn.deci;ulnvesupciOnconceptuaJ
··cndcfenYdel•n.arquovno·
ROBERT PAUL WOLFF

EN DEFENSA DEL
ANARQUISMO
OIJe'.....,;<!ny""""°dc-i.po ........ C ...... o
...modo."""'''•
IWNl~onl·'J'l70"'MIS•l
Dln1_z_,,,,...,o,bnldolOIM
Indice

Prcfaeio a la «lieión en cas1ellano

17
Prdaeio 35

l. El ro11}1ie10 en1rc 0111orídod y 0111ononrio


1. El conceplO de aulOridad 39
2. El conccp10 de au1onomla 46
J. El connicloenlre autoridad y aulOnomia 51

11. Lo so/11clót11/e lu denr1x:rllcio clá1ico


1. La democracia es la única solución practicable 5'
2.1.>cmocraeiadircc1ayunánime '6
3. lnmocracia represeniativa óO
4.Democrociamayorilaria 68

111. Mtll allá 1/el Estado legítimo


l. En b\isca d.::I Estado legitimo 97
2. Sinopsis utópica de un mundo sin Estado~ 105
Prefacio a la edición en castellano

<tf] milo de 111 legitimidad C• también un importante instrumento


de dominación». l.a gente cree en el Estado y no se ~ocupa de
sahl:r de donde viene lo obligación de obedecer a lo IC)'· Toda to
filnsofla politica antigua y moderno. sal\•o escasisimas y hunro-
sas exce¡w:ioncs. ha sido yes un e~fuc170 para justificar la a111ori-
zad1Ín de la coacción let:itima que reclama el poder instituido.
Peroelanarquistacsun incn:dulo.
Unn filosofin polilica nonnativa, que se: ~ICupa de valores.
que pretende analizar y discutir qué es lo bueno o lo mejor para
una comunidad humana. o para la sociedad en su to1alidad. debe
dar una respuesta al conllieto insoslayable «enlrc laautonomín
del individuo y la autoridad putativa del Estado.»
l.11 democracia se prescnlD en lrn1 tiempos moderno:; como 111
(lnicasoluciónatalconfliclo. Unlcntoprocesodcscculari1.aci6n
hadisucho lagarantíamctoílsicaqucsos1cnío1111dicionalmcn1e
laau1oridaddeltronoydclalt11renelOccidentccristiaoo.Apar-
tirdcla11.nchavfaabier1aporMaquiavclo11l1111cciónpolític11do:l
hombn:,llobbesylostcóricosdelcontratosocialquclcsuccdic-
ron.produjcronunaruptumrcvolucionariadelimaginariocol«·
tivo: Jaautoridad'"natuml"divinaypetcrnalccdiólaph11.1111un11
SO<:icdad poli1ica 11uto-ins1i1uida. Son los hombres los que crean
las instituciones con las que se gobieman. l.us convcnioi;, pactos.
convenciones, nonnas. fonnan el cUCl"fXI polltico y ascméjansc.
ri:emplllZándolo, «a aquelfiat, o lmgu11w.• al hombn!, pronuncia-
do por Dios en la creación.»'
Las cudenos que uncian el género humano a ~na volunwd tras-
i;endcntc cedieron frente a la rebelión y el espimu crítico, dejan-

~::~ r~~;~oh;:~~ 6.,~ :r::;;o;:r~:i~~"l':u:fin'!r5:~ic::,~n.:.7~;~~-


l.a consecuencia scni entonces que aquel que obedece a uno
ley-y "obedece" por rflZiJno;i;.dcjr111', u decir, si dejamos de lado
111 íuerai, laignoranciaolaapa1ía-.lohacesolopordosrazoncs:
f)Orque la encuentra justa y por que él mismo la 1\11 propuesto,
formulado o votado. o ha dado su consentirnicmo explicito de
una u otra manera.
l labr(a otra~ dos ruanes que pretenden justificar el deber de
obcdien<;ia u ob/lgm:i011 poiilict1 que reclama el Estado, pero ellas
soncon1r11riasalaautonomfadclindividuoyporlotantonorc-
suelven el CQnflicto. Sin embfirgo son estas dos razones las que
utili1.anlosfilósofoslibcralcs. Unadeellascs11ue"lajusticiade
l11estructuradcbasc"dclains1i1ucióncssuficientcparaj11S1ificar
la obligación politice. Lo que ya es un progreso sobre la posición
1radicionalhasadaenlasupucs1a"11.utoridad"deloqucestéesta-
blccido. Pascal dirí1111oc hay que obedecer a las leyes no porque
son justas sino porque son leyes,« asitodasnucslmSleycscsta-
blccidas scnln necesariamente reconocidas como just11.~ sin ser
exwninadas porque ellas han sido establecidas.»'
La gran vinud de recurrir al e:<amcn o al juicio sensato es que
la m7.Ón, poco a poco, corroe y modifica hasta sus propias basi.:s
históricas. Así, una vez aceptado el postulado de lo auto-institu·
ción de la sociedad civil o polilica, se vuelve necesario discutir
las opiniones y dor los argumentos que íondan o sostienen una
obligaciÓll de obediencia gen~rica o la ley que la existencia del
Estado supone. Siendo evidcote que estar obligado por una ley a

~l.t•Yui<r~.f-<kC'ul11nEcoOOmiu,~l.._ia>.l9-IO.p.J
1 Pico<klla~füundol4,Gim·ann(:(/rnr/oJr"°"'"'"d'fl'l/""<ll~86I
~¡::::~~:;;._.i:,· :'í'í.t' [1670] EJ./<.,, <k °""""'· Fsi•. 191l v•t.o I""'"'"' I•
laqucnoschaconscnlidocxpllei1amcntccsuna í;ilta,ounatt:-
ducción,delaautonomla.
Lao1rarazónjus1ilico1ivadc laobcdicnciabuscaapoyoen la
ley de mayuria habi1ualmen1e ulilizada en la lran.•íormación. por
una suerte de alquimia, de una plumlidad de pcr.mn1L• en un suje-
to úniw (Estado, cuerpo político o 1v1/unlad g1mcra/) que repre-
senta a todos y en el que reside la soberania de todos.
Para un liberal. como Rawls por ejemplo. cuya tcoria política
de la justicia como equidad obtuvo una buena audiencia. la obli·
gación poll1ica resulw nece!>llriamentedcl deber 11a111ral de pani-
eipar en insti1uciones sodalcs cuyas baso;:s "'n juslas, o ral'ona-
blcmentejustas,y«cadaindividuoesuiligadoacsasinstitucioncs
independientemente de sus actos voluniarios».' Sin embllrgo hay
qucsabcrqueesasinstitucionessonjustasapartirdeunmomcn-
tocontractual,hipoUcicoyoriginerioquefundalasinslitucioncs
dcj11re,pcroqueunavczpostulado«podemossimplementeolvi-
darlo». nos dice Rawls. Asi la ventaja politica reviene al poder
insliluido ya que las pcrsonassccn<;ucntran ligadas a la institu-
ciónpolfcicayalasobligacioBCsresultantcsporundebcrnaLural
dcjustieiaquee<nocxigcningúnaetovolun1arioparaejcr<:crsc.»i
Mb wherente con la realidad del poder -yo cn:o-1 lobbes rcc<r
nociacn la espada lagarantiadel pacto.
Nocscsteellugarparaunacriticacnregladelatcorialiheral
del ronrrato sociul. pero quisiera se~alar algunos aspectos que
wnsidero fundamentales para evaluar "Ja dcfür1S11 del anarquis-
mo'" en los términos de WolfT.
El cuntralu original, o la situación originoriH del a~uerdo. en
todos los casos d~ figura. presupone individuos libn:s, iguales y
racionales. decidiendo, en un momento en el que no e:1.istc todo-
via la sociedad civil. los principios del pac10 que los unini y la
forma en que se gobemanin. En tal situación hipol~Lica la plurali-
dodde Jl'C1SOllllS implicadas debe decidirporunanimidad. Kousscau
lo dice duramente: ¿Je dónde viene «la obligación para el pi.'<¡ue-
~·<k/<JJ,,,,1<..,. tJ;,;,-Ju S.:uil. Pmi•. l987. p. HS. 4Edoculn
~ l=.~l~on1:,T.."id "- l<t !"'""" FunM d< ("u[lum tronónnco. Ml•iro. 2IHKI.)
''ºnúmero de someterse 11 la elección <ld gran ni1mero, y <le <lón·
decicnquc<Juierenunamoticncnclden:chodevotarpordiCT.
<JUe no lo quien:n? La ley <le la pluralidad <le sufragios es ella
misma es111blccida por convención. y supone al menos una vez la
unonimi<lu<l.»"
Ahora bien. nadie <ludll. que los Estados ikfu1:1V existen. J"ICTO la
prctcn-.iónquclescsgcncrolmenten-.:onocidadeteneronnautori·
<laddcjure.csdccirelden:chodeordcnarydescrobcdccidos,esl11
ambiciosa prcicnsión que el anarquismo recusa. Tomar sus propias
d..-.:isioocs y :;eguirlas es un deber <k:I ser hum11no, piensa WoUT -y
seguramente no es el únkoen pensarlo-, por lo tanto no puede
obedecen las leyes <lcl Estado simplemente porque son lcyei;. debe
rcpre;entam:unprincipiomoralsupo..-riorquejustifiquela111xlica-
cióndesuvnluntallfn:nlea la voluntad de otros.
Una wz abandon.ados 111.~ cn:cncias en la intervención <le un
legislador e~terior a la sociedad o en el dem:ho divino de lamo·
norquia 11 gobernar. el origen de toda obligación -que excluye
evi<lentemcntc 11 la tiruniu. ilcgitim11 desde que el mundo polltico
existe- no puede residir mús q11<: en la participación de todos en
Ja fonm1laci6n de las leyes que nos gobiernan. Así, en un.asocie-
dad civil o pol!lica «la autoridad a la que se somctecada ciu<lada·
nnnoessolnmentclasuyasinoladel0011 lacolcctividad.» La
1knrllí:rm:iu directu por 1111a11i111iJad es entonces el único régimen
compatiblcconlaaulonomi11.
Frente a las dificulmdcs que surgen en toda sociedad complc·
j~ si~ pn:tcndeohtcncr una dcci•iún por consenso la solución
tmdic1onal hn sido la de reducir 111 c~igcnci11 de unanimidad a la
ley <le m11yoria y a 111 representación. Aqui comienza la dilicultad
teórica con 111 que se dcbu.tieron Lockc )' Rousscau. La lcgitimi·
dad de la obligación polltica es cvidemc e inmc<lialD en la dcmo·

~i~:~i:~~~;;i~~i~:n~~~n~.r~c~:."d~ ::i~:.::~ ~k::.~~nla·


TU<J11teorladc ladcmocraci11con"'1gra lm-obcraniadclpuc-
blo, el pwbkmaentonces está en saber si la forma rcpresenllltiva
y mayoritaria conserva dicha sobl:ranía haciéndola comratiblc con
la autoridad del fawdo.
fatc es d lema sohre el que se concentra la critica de Wolffy
<londe dicba critica. acomrailada por la raWn. es im:1:usal>lc: como
ya lo habia comprendido Ruuss.eau. la .wlh:rmria (o la aULuno-
mia) "" p11cde."1er repre"entad(I, toda trimsfen:ncinde wbcraniua
una inslanciaconstruida-asamblca<lcreprcscntan1cs.pcxlcrle-
llislativo- anula lo autonomla de los sujetos. y ror lo tanto lavo·
luntaddcl pucblo,quccslihrcdeexprcsarscsólocuandocscon-
vocadoparaclcgirsusreprescntantes. l.ucondenambaccrbadc
la<lcmocracio representativa. dice Wol!Tcitandoa Rousseau. cslé.
en /Je/ rnnrrat" social: «E-1 lo.< ("OT/a.< mumcnlos de .<11 lilh:nucf.
el rt.m q1te el ¡meblo hu~ de ella bien merece q11e /u picrclu.1>'
El argumenio mayoritario no n:suelvc el problema. porque
aún suponiendo que hay una fuer.ar. moral aditiva ya que cada
individuo tiene una fuerza moral igual. el n:sultado no justilica
que la minorla abdique <le sus opiniones y deba obcd~cr a la
mayoría. Las mayorías son fluctuant~ y la minoría a.~pirn a i;cr
moyorio. F.n ese juego el poder ins1i1ucionoli~11do pone su peso en
labalanzoyt11n:glam11yoriraria«gar11ntizoalnsmieml>rosdcla
mayorla que sus prefcreocillli tclldrún fuer1.a de ley», y condena a
los miembros de la mirM>ria a la ~omisión o p la rebelión.
La fuerLD de la argumentación <le Wolff est.IÍ en d análisis
lógico-filosóficudc las premisas que pn:1cndcnjustific~r un régi-
men dcmocrúlico, lo que Je permite demos1rnr que la dcm(>CrJcia
mayorilllria no puede en ningúncasosalisfa«rlasconJiciones
del ~~intratooriglnal. Como el mismo WolfTc5'ribc en el prefacio
a la segundo edición. la idea de la denwcmc1a 1/tnu:/<1por1t11tmi-
111idadno csti presentada como una forma ideal a la que la socie-
<la<l debe tender.Sino por el contrJriocomuunasituaci<;n inal-
ca11.t.abJc.1111c11•·u/lmi1e11fi/i;111/<'l'"roJ>1.mer1•11erid1mdt1/,,¡,,..
posibilidt1cf cfl.' 11n Esrado legitimo.
Un Estado justo es un !ropo de la lengua, un oximoru, como si


dij~'rumos
un cuadrado circular o un fuego frío o, aún, el agua

No h.ay que buscaren la Defensatlel ,1nurq11iJnro nada, o casi


na<lu, que vaya en ladin:eción de la actividad politica del anar·
guismo, ni «de las condiciones materiales, sociales o psiculógi-
c11.s cn las cU11lcs eJ anorquismo podria ser un modo de organiZP·
ción social realizable.» No es su objeto. Salvo, tal ver~ la conslll·
Loción siguiente: si la filosolia política se: empeila en encontrar el
principio fundamental de la au1orMml legillnra, su empresa eslá
condcnadB ol fracaso. Porconsecucncio: «En su lug&rdcbcrfais
ponCTh1aci.:ión politicn,guiada por lorazónydirigidahacia los
li~soolcctivosaloscuolcsvosotr()Syvues1roscompai'lcrosha­
™!is dcdica<lo vuc.>1ru cmpcilo. Y si no tcnCisoomp111'1.eros, cnton·
ces este pcqucilo libro no puede hacer nada por vosotros.»

Escolio
Agregan! olgunas consideraciones y algunas criticas que no tocan
al meollo de lo argumentación, sino o cienos juicioso oprcciacio-
ncs colatcralcs que mcrcccn ser tcnidas cn cucnla.
Los argumentos críticos de Robcrt Wolff csuín dirigidos al ni-
vel abs1mcto de la teoria de la~mrx:rm;ia re~.rentutiom y mues·
lnm lo ful~ de legitimución o de j11s1ifo:ación moral del Estado
para reducir le minoría a la obediencia. Pero en la n:alidad de nues-
tro mundo llanw<lo dcmoenitico es la minoría la que dic!D. la ley o
lo mayoria. La mejor de las democm:ias, desde un punto de vista
f>Olítico y sociológico, no es otra COSll que un n!gimcn oligirquico
departicipllción.limilada,cnm1100SdcunaclasepoJilico-finmncic·
ra.Ladcmocrac1aesloidcologiadclalegitimación.
Pii:nso iambiCn que uno aulonomla plena del individuo es
imr?síblc i:n una sociedad heterónoma. Desde este punto de vis·
ID, s1 no P=tomos atención, en la di:fensa de la autonomia se
int"?~ucc s~brepticia~ente una ideología propia al liberalismo
~ln1cn: lo 1guoldKdJurldicaquecncubrc la desigualdad social.
El individuoabs1rac1odederecho.cn1roniu<loporlarcvolución
burgucsayhoycndiaalservicio<klsistcmarcprcsenu1tivoydc
laeconomiacapitalista,eslaperfoetaan1f1csisdelindividuocon·
crctosituadocnclcontcxtodesusvfnculossocialcs.
El atomismo social esui implícito en toda teoría de la demo-
cnicia que recurra al hipot~tico conLniLo original. El homhre libre
no existe con anterioridad a la sociedad política, él comienza a
existir en el proceso que lleva a laconwuccióndeunosociedad
libre. Pani vivir en anarquía hace falta un lmmbrc nuevo en una
sociedad nueva.
Eno1roordcndceosasmepareccncccsariosepararconc<:p-
tualmemc F.slado y Gobierno. El Estado es el garante me111flsico
dclgobicmoqueejerceungrupodcpcrsonas.
lg1U1lmente me resulta inaceptable pensar alguna íonna de
anarquismo en el interior de íron!cntS nacionales como parecen
sugerírlolusúltimaspéginasdeestclibro.
De todas maneras la solidcxdc la argumenlaciórijustifica ple-
namente la leclura de E11dcfen.mdel unurq11is111odc Roben WoUT.

Ed11anfo Colombo
París.Mayo~2004
Prefacio a la edición de 1998

l lace más de un eU11rto tk ~iglu. publiq~ un librito con un 1i1ulo


provoculivo: In !Jc(en.re o/Amm:h1.•111 (F.n defensa del anarquis-
mo). Quiero creer que d libro cun1plía con la f6m1ula establecida
por Bertrand Rusa:ll para llcgara la .. forma idcal dc un trabajo tic
lilosolia.. (dto a Arthur Danto. articulo publicado el 17 de no-
viembre de 1997 en T1u: Nuliun): .. Debe-ría empczareon proposi-
eiunes incuestionablesy concluircon proposiciollCs inaceptables..
Laprcmisadcllibrocrohllslanleindiscutible:ca<Jaunodcnoso-
1ros tiene la obligación primordial de ser mo111lmente autónomo:
y Ja conclusión cru buslanlC c~ntlalusa: un Eslll<.lo moralmente
legítimo es una imposibilidad lógica.
CorTlael aílu 1970.justo en medio de lo que luego se dio en
llamar, de manera poco adecuada, '"IQs aílos sesenta"'. y el libro
n:<:ibiómuehaatcnciónparai;eruncnsa)'OÍlln"ificu.aunqut:casi
!Odas Ja.~ crí1icas fueron negativas. Cada critico -y fueron mu-
chos- dijo que el argumento e<::ntral del libro contcnia crron:.~ fa-
1alcs. Jeffrey Reimon llegó incluso a escribir un corto libro en
respuesta al mio. que lituhi In Di:fe11...: •!f Polrlrml Philmuph)
{En defensa de la filosofia polilica) y en el se dedicó a demuslr.lr
lafalsedaddemitcsis.LaUnicapcrsonudclunivcrsolilosófico
quccstuvodcacuenloconmigo.hastadondcy<> ..C. fue un joven
e.'tudiantcdcfilosofiadelallnil'cr:;idaddcFlandcrs.Austrnlin.
I'. Jcwell que dcícntlió mi pu"ición en ~u lc•i' tle tloclomtlo. Luc-
¡:u dcsarrollO dicha t~.,;is en un lihro llamado lly WIU1I A111lmrit)·?
.·/1111n:lii<m. 1lwS1<1I<' <111</1/w /11</fri<lmll(;.Con qué autoridad"!
Ana"lui,mo. Estado e Individuo)
Sin emb.u.rgu. p¡¡n:da 'lllC todo el mundu hahfa lddo el libro.
aunquemá,nofoeraparacxprcs.ur•udc"3cUcrdo.01raesrndian-
tc de doctorado. Tanyu Snegimva. de Moscú. hi.to de mi libro el
núcko de .m tesis [aunque. como me dijo cuando me visi16 en
NonhamplOn. Mass:ichus..o;cL<. tuvo que conseguir un pt:nnisn cs-
po;cial de sus orientadores ~m poder k-.::rloJ. Incluso llegó a ser
lectura r.:comendada durante un tiempo en Ciencias Monde" de
la Univco.idad de Cambridge. Sicm~ c•tuvc convencido de <JuC
el verdadero secreto de este éxi10 se debía a que era un 1rabajo
domiciliMio pi:rícdo r.1ra hnccr en una ""mana en cm·sos que. el
rcstodcl1icmpo.scdcdicanalatilosofiapolitic11dcla~c"ITientcs
dominan1c•. Ningímprofosorcn •uscubulc"lcdcdicariadcma-
siado tiempo en un semestre 11 una obra tan subversiva)
antiamcricana. pornodl-.::iramidcmocr.icica.pcro luego de bu-
cear por fo l~><>ria del contraco social en 11obbes, Lockc. Roussi:au
)'Kant.debía resulrnrbaslantcentretcnidodcspcrdiciaralsunas
clasesdeslru)·endo11Wolff.
l'or supucs10. hubo <1/gu1HJ.<dcícnsorcs. Cuandn se publicó el
libro, recibí canas cli.lidns y amables Je pane de varios liti.:mlcs
de derecha y debo confc.<ar que este hc-o;ho me dio mucho más
qucp\'nsarque lnpa.r-Jíernaliadccontranrgumcntostécnicosque
upurcciemn en las publicueioncs filosóficas. Pcm aplicando 111111
bucnn cmuidad de lúgica dialéctico. me ~><mvenci finalmente de
que yo no cm un rca~-cionariu cncubicno.
De modo <¡ue el lihri10 ha sobrevivido y ahora. gracias 11 la
generosidad de la Uni\Crsity uf California Prcss, tcndni una nuc-
\'ll ''ido. La edi1ura de los libros de bol~illo. Chnrlcnc Woudcock,
me in•·i1óacscribir un nuevo pr.:íocioparu /11 /k(cmepon:¡uc
qui~á. dij u.)'" quería agregar algo sohn: la relación de este ensa·
yo con 1rnbnjosdc lilosofio política publicados en los úl1imos tiem-
pos. LoharCm;\sadclantccncs!c preíacio.peroprirocro.dudo
que este lihri10 tiene una historia ba<cantc curiosa, han' el relaco
sohr.:susorigcnes.
F.'1<1cfcmadd <111<1n¡uismu sur¡ió en rcalidad en 1960, como
reacción al estrés cmuci(lnal que yo cslu.ba sufriendo debido a lu
campaíla contra las annas y la violencia nuclear. Yo en1 entonces
un joven profesor de filosolia y educación ge11Crul en Jlarvard y
me fui in•·olucrando.;ada vez más en el desesperado esfoor.lO ¡¡uc
varios hacíamos par~ peri;uadir a los estadounidenses de la locura
¡¡oc significaba .la ca mm tk las annas nucleares. La monstruosi·
dad del peligro nuclear y Ja ccgucrJ de nuestro~ lideres. elegidos
y no. ttos enloqueció un po;;o a todos. Pard mi, el quiebre se pro·
dujo una turde en el Sindicato de Harvard, cuando empe<:é a dis·
cu1irconalgunatuminariadela univcri;idad y nípid11mcntemc
encon1n! en una blualla a los gritos. No me acuerdo de quién cm
mi contrincante. pero loscandida1os crun numerosos. Harvard,
rnn10 entonces como ahom. estaba llena de hombres ambiciosos.
in1eligemcsy11utnsatisfix:hoscuyucn.....:nci11e11lainfalibilidadde
suin1elcctolosllc1·ab.D.poreltllminodeléxitoylalocura.llenry
Ki~~inger. McGcorge llundy y Zbignicw BrL1:1inski iban camino
u Washington, los oscsinalusen masa y el l'rcmio l\ubcl de la l'az.
D<:todasfonna.<.ladiscu>ióncnelSindicatose íocacal<1rdn·
do)' yo debo hnbcr perdido los c>tribos. port¡uc lo ~iguicme que
recuerdo es que iba corriendo por laA1·cnida Mas.'\llchusclL' bacía
laPlaZD H11rv1rdlomásnipidoqocpodía,enunataqoedeíuria
increíble. Cuando n1c rccupo.:~. decidí tomar di.,tancin de la in·
1ensidad del frustrante esfuerzo cotidiuno de convencer a oidos
sordos de que nos e,lábamo~ intem11J1do en un camino de Je,.
lrucción. Mi fnnna decuidor lo snlud.cn aquel nmmcnlo. fue
dediconne a lu teoría politicu y dedicar mi tiempo a pensar •obre
clfundumcntointelcctualdelalocuru¡¡uescprcscntahacomuln
politica oficinl de F~•tados Unido~. De mudo que i11vcrti un;1 bue·
nacantidaddchom•encalmutrJ!andodccntcnderla1eoriudcl
juego y Ja de In elección culecti\"n, a~i como In fisica de lo.< refu-
gios an1ibo1nbns. Pero también cmricc~ u im·cs!igar los limdu-
mcntos de lu legitimidad de la mnoridad dd btadu.
Como estudiante de la liloi.ofia de hnmunud Kant. natural·
mente co11ccbia lo pregunta wbrc lo lc¡;;ilimidnd del Estado como
el problcmu de cómo hucer de la au1ooomia moral del indi\"idu('I
-.;entro de la ética kantiana- algo compatible con 111• afirm•cio-
nc$ de la autoridad que Mii:-< Wcbi:r había idcmificlldo como oigo
distintivo del falllllo. A•í que mis prlmcros esfüem"' adoplllron
fonna de ens:i.yo, lilUlado "Tl1c Funllamcntul Problcm ofPolitical
Thcory" (El problema fundamental de la icaria JIOlitica). Leí el
ensayo aqul y allá, en Carnbri<lge y lui:gn en Chicago, dumncc
varios años. ha> ta que. en 19<>4, me ofrecieron un cmgo de profc-
80r en la Univer:>idad de ('ohnnbia. En ese momento, había em-
pezado a inquiemrme el hecho de pn:scmar un 1mbajo en el que
planteabii un problema sólo para conl"c~r que no podía encon-
trarle :solución. <le modo que habla decidido cambiar el titulo ori-
ginal ror ·•'lhc lmpos.~ibility of a Snlulion to thc Fundamental
Problem of Policical Philusophy"" (l.a imposibilidlld de cnconlrur-
lc una solución al problema fundamental de la lilosofia polílica).
Cuando llegué a Columbia. en otmlo de 1964, Anhur Danto,
que ya era miemhro del Dcparu11ncn10 de Filnsolia, me esperaba
con una propucs1a. La editorial Harp:r &; Row le habío pedido
que annam un wlumcn culedivn de ensayos originalc' reunidos
b<ljo el 1i1ulo Tire Harper (j11ü/e lo Pllila.mplry (Guia llarpcrdc
filosofia). Harpcrpensahaquc~stcscrlaunodcuna,;cricdevis·
\osos volúmenes que se tilularían. cm conjumo. Guías Harper
-lmbria una Guía Harper de ane, oira de miisica, y asi sucesiva-
mente. Según me explicó un editor algunos ai\os después cuando
lepreguntéquiénpodria lccrcsosvohimcncs.Harper"apunuiba
más al público compra<lor de libro~ quc al pirblico lector'". De
todo• modos,Anhur había conseguido un conjunlo cs1elar de au-
1ore~ pma i:stos ensayos. pero lsoiah llcrlin acababa de dejarlo
plantado ¡KJm la panc de li!osofia politica y empc:taha a dcsespc·
ror. Me prcguntó si me podia encargar ese trabajo. Y como yo
cstaha a puntodecmpczarunateropia psic:oanalíticadecuatro
,;csioncs semanales al prohihitivo precio de 25 dólares lu hora (mi
salorin anual. ese primer ai\o, era de: 11.000 dólares), la úniea
pregunta 11ue le hice fue "¿cuánto pag1m de adclomo?". Lo res-
puc.•UI fue '•quinientos'")' accplé. Eron cinco 'emana• de aniilisis.
El verano siguiente. 1nienlru~ <laha cla.....:s de verano, me puse
o escribir el ensayo. Anhur dijo \"Ogomcntc lla vaj!ucdad era una
caractcrisuca de su discurso] algo sobre mmar un panorama de lo
quecstabaocurriendocn"losdivcrnos frentesd..:16nta ... pcroyo
dccidf ignorarlo y simplemen1c pi oncear mi pmrio filowfio pnli-
iícn. Ouraole varios semanas d.: verano, escribi un en~>º de ochcn-
la p6ginas li1uladu Mf>oli1ical Philosophy", cncl que desplegaba
la ve,,.itin wmpleta de la discu~ión que: venia teniendo hacia cin-
co a.ios accrc.a dc luincomputibilidadcmrelnaulonumiamoral
individual y lo afirmación de la auloridad del 1-:stado.
Cuando cscribl el ensayo en 1965, hobia empezado el Mtwi-
mien10 de Ubre Discuno en Berio:eley, p:ru la GucrTD de Vietnam
re<:iéncstabacnsuscomienzosyloscues1ion11micn10sacual-
quicr lipodcuutoridad. que cendrinn unpupel preponderante en
la vida ~ú~lica de Estados Unidos, aún c~n cosa del futuro.

llama ahora]. En 1970, había publicado varias coSllS en las que


m<:ncionaba d ensayo como alb't> "dc rr<i),,ima rublicnción", con
bas1antc optimismo. pero el mercado lc.:tor había cambiado)' era
baslantcdaroquclasGuiasHaTJ>crnuno;aserianpublicadus.En
algún momento a principios de la primavera dc ese mismo a1)0,
tclcfunc~ al lugh Van Duscn paro ~guntv.rle si podia cilar Jibl'l:-
mcntc partes del ensoyo. Algo avergon2ado. me dij u que si. Lue-
go. me vino un pensamiento u lu <;ahc~.a: ¿por qué no publicar mi
ensayo como librito independiente? "b;celcnle idea", me dijo,
"podríamos publicar todos los ensayos como una serie de libros
pequc.ios. Pero "Filosofía politíca" es un titulo ba,,umtc aburrido.
¿PUt:dcspcnsarenalgomásulrapantc?".
Cuantlocra adolesccnle. me cn"an1aban los ensayos literarios
de Mario: Twain y en ose momento, me vino uno en particular a la
cahcZ11 ...... n ataque a las devocio11csdd cs1ahfahmen1 literario
1i1ulado "In dcfonsc ofHarric1 Shcllcy" (En defensa de HafTicl
Shellcy). "¡,Qué tol f.'11 defc11sc1 dt!l mu11q11i.<11m?'º, sugeri. A Van
Dusen le foS<:inó la idea y, así, seis mc.'o:!l má.s tarde y sólo cin'o
a~os después de hubcrlo escrito.y a diczar)osJc su 'ºn'epo;i<in.
opureció~'Ste librito.' Era el momcnlo para un libro con ese 1i1ulo.
Fue tm<lueido ol sue<:o, italiano. olcm~n y francés. y se vendieron
unos 100.000 cjcmplnres en inglés. l:staba claro que hahio tocado
unncr'l'iO.
El paiscnelquevivíocuandoescribiEndt:fc11.m<kl111wr-
</lllsnm era um diferente del Esla<los Unidos donde vivo ahom
que, aquéllos de no.<olros que tenemos la cdod suficiente como
para recordar los nílos euaren1a y los cincucota. solemos pensar
que hemos cmigmdo misteriosamente a otro país. Yo vivo en un
puehlilo llamado Pelma. en Massachuscns. situa<lo en lo que lo-
calmeme se llama el Vnlle del Pionero, y me rodean camioncms
pickup y Volvos con a<lhl.'si\·os contracultura les y rn<licall.'s en lo.~
paragolpes. Mi favurito -del que siempre fanla.'ICo en seereto que
soyclautor-es"cueslionarlaautori<la<l",quepodriascrunasin-
tcsis en <los palahras de la tesis de E11 111.'fcn<(l del mmrq11ismo.
Era imposible ver uno leyenda remotamente parcci<lo a Cs1aen un
paragolpes en 1965. que>"º sepa.
Pero no sólo en enclaves como el Valle del Pionero se vl.'n
muestras de los cambios ocurridos. Toda la cultura popular de
EstodosUnidosmucstra. hoy cndia. unadcsconlionzahaciacl
F.o;todo y sus reivindicaciones de aulori<lad kghima. Cuando yo
crajownyelcineeral.'nblan'<>yncgro.unpcrsonojl.'<jUe:o;e
presentaba como mii:mhro del l'Bt era nl¡¡uicn i:n quien se podla
cunfinr11ici1ami:n1e. l'.111 uno de los buenos. Ahol'll, en el cinc y la
televisión, el ª8~nlc <lcl FRI es casi siempn:d malo. Cuando apa-
rece en un dcpanamento de policía <le una gran ciudad, es el in-
truso, lislOJl'lnlestropearlajustieiosimplei:nnomhredeuna
investignci6n sccre1a, de alto nivi;J y ~ospcchosa.
l.a policia 1ambién está mal. Pensemos. por ejemplo. en In
serie maravillosamente re\·elndora de Rambo. En lu primera peU-
culn <le 111 serie, Pri111erasm1gre, John Ramhoes un veterano de
8Ucrra <le Vietnam <jUCObtuvo una medalln <l~ honor y lli:¡;acami-
no.!Klo 11 un pueblilQ del oeste. donde es inmedialllm~-nte dcspn::-
ciodo por el sheriff, Brian Dcnch)'. Todo está hecho para que nos
pongamos del lado de Rambo y vcumus al sheriff como un siidico
incolcrumc y co.túpidu. Y sin embargo, el shcriffticnc r.aón. Cn::c
quel{ambogeneraconllic1osyantesdo:I findelapelicula,varios
a)'Udantcs del shcriffmwrcn >'el pueblo va en vías de convenirse
enuninliemo.
Lll segunda película de la sene es min más n::vcladuru. Rambo
salcdcprisióngraciasalaCIAparallcvaracabounamisi6ncn
Victnam,supucstamcntc¡wrucncontrarnlosprisiuncrosJcgue-
rruqucaúnscencucruranalll. Pcron::suhaquccl1'erdadcroobjc-
tivo de la misión es qu1: Rumbo rrucusc, a fin d1: 'llK: el rumor de
lo:; prisiuncms de guem1vivientesse1em1im: de una ve1. por to-
dlls. Cuando RambQ. comra todo lo pn::visto, eneucmra y libera a
unos prísiorn:ms. el agente de la CIA ordena que lus abandone
Ese agente es el verdadero enemigo, y no lo~ 1·iemami1as del nor·
tcqu.::inlcntanm111araRambo
F.ste asunto de no poder confiar en los n::prcscmames oficia·
les del gobicmo de E.lados Unidos"" 1:xlicndc induo.o a lasco-
medias miis inverosímiles. Mm1lm11<111 J'mje«l es una pclicula di-
~enida accn:a de un adolescente muy !alentoso-y, a decir \'cr-
dnd, ex1111ordinar1amcn1c irresponsable- que construye un arma
nuclcur dd ur.mai'ln de una \'alija para una e~poo.ición de ciencia.
Sctratadcunabombndcpodcrinusualgraciasaunpxodcplu-
1onio cnriqui:cido. Cuando apun:ccn los militares, prontos Jlllfll
malllralchicnafindequitarleelarmacaf"l>'dematara1odaslas
per.;unasquc:.cellCucntrcndcntmdcdcrto radio>·dedestruir
hucnapancdcl paisaje que los rodca,clloswn Jos malos.y el
muchaclm apan:.:e apena• como unjuvcn irrespon!iirblc. con una
dulccnoviccitayuna imaginaciúnhiro:racti1·a.
1-:nlosai'los70,losqucdcsconliabondclaamoridaddclEsta·
docrunloo.dei1..quierJa.Hoy.ladeS1:onfiadaeslauhrade~cha
-las milicias de ciudadanos con sus rilks de nsalto y sus íamasias
acerca de los helicóptero..~ negros de la ONU. rcru la fo ha dccun-
lianla en la autoridad constituida parece hahersc co111crtido en
unodcloseonccptosbásicosdc lnculrnrn popufordc111rodclcs-
(!Cctrupolitieo.l.nspcliculnsmcncionadasylosdcmi\scntrcleni-
micntos son populares y masivos. lo cual constituye simplemente
ntrumaneradedecirqueladcseonfianzaenlaautoridadesendé·
mica. Por supuesto que no condeno este sentimiento popular. Al
contrario. me purcce una prueb~ de lB salud politica fundamental
del pueblo estadounidense. l.uego de trampa~. farsas y mentira.~
durnnte. por lo menos, los últi1nos o;incuenta ailos, los esladouni·
dcnses han concluido que no puedcnconliarensusrepn:scntan-
tesclcgidos.
Pementonces.sicstcgritosnlvajcdehacctrcintaailosscha
vuelto tan o;onoeido como un eslogan publicitario, ¿por qué hacer
una nueva edición? ¿Qué puede d~'Cirlcs este ensayo a los lco;to·
,..,.. de hoy1 l..11 respuc•la. creo y espero. es que aun tiene vigencia
porque si bien acumlmente hay much11s sospechas respc:clo de la
autoridad oonstituida.esca..ea la verdadera comprensión de los
fundamentos de la icaria dcmocnítica y la naturaleza problem,li·
ca del gobierno n:prescntali\·o. igual que succJ!o cuando se pu-
blicó por primera vez C'SIC pc:queilo libro. Una de las maneras de
r;omprobarlo es analizar el eiieándulu que se annó cuando el pre-
sidente Clinton nombró Vio;cprocuradora general a lo profesora
LaniGuinicr.
La ProcurJdora General Janet Reno hiw el oombnlmicnto de
lo profesora Guioicr, miembro de la facultad de Derecho de Ja
Universidod de Pcnnsylvunia y amiga de los Clinton desde 111 ~poca
de estudiantes en la Escuela de Derecho de Yalc, cl 30 de abril de
1993. El dereeho1rogloJi111. con el pemi de otaque Clint llolick a
focabczo,iniciódeinmcdiatounasalvajecampuilacon1ruGuinier
y, como era de esperar. Clinton retiró el nombramiento. El blanco
dca1aqueernunconjuntodcaniculoscscrilosporGuinicrhacia
bosianteticmposobrcelden:ehoavotaryladivisiónendistri1os
scgúnlnnun.
l lubo algo que resultó en un ¡xicLo con el diablo: los defenso-
res de lo.• intcn:ses polfcicosde los negros del Sur llegan:maun
ncnerdo con lo legislatura, prcdominanlcmcnlc republicana, que

~~·!~':¡::e~~~:tr~~!},~~s~r~~~s~~ :~~~¡;~ ~~n~; ~~~~~~~


de '"minarla mayoruaria ... El resultado fue <tUC aumcntó notoria·
mente el númerodc rcprescntantesafruesuidnunidensesen la
ülmam de Rcprcscntantcs -y disminuyó el número tolal dc ese&.·
ilosdclosdcmócratas.
Guinier.dc..Jclaizquicrda.o;riticóporcscritocSlntéccicaale·
gando que no sólo ero politicamcntc dcmolednro sino <tUC además
perpetuulm los defectos de la repre.renLación por b:irrins para el
ganador. l.11 propucSla de Guinier ero lo que cllil llamaba el princi·
pin de "'una persona, un valor··. De este modo. defendía una forma
dcrcprcscntaciónproporcionalquelcdariaalasminnrlasdclodo
tipo la posibilidad de cstllr ~p~ntadns en el Patlamento.
Sus argumentns. wmo vC!'!:mos, eran lmslanh: fuertes y su•
propuestas son muy meriturias. pero no pudo <kfender sus ideas
con la fueraadc<:uadadcbidoaunafalLadcclnridndfundamen·
tal en cuanto :il cs1atuto de la reprcscn111eión en In Leorfa de IR
dcmoeracia. Las debilidades intelectuales de su argumentación
no tuvieron nada que ver con la Lonncnta que dei;a1ó su nombra·
micnco. pnr supucslo. Bolick y su• colega• palcoconscrvadores
alacaronaGuinierporquesunumbrccra··raro"".supcim1docrn
"'curioso" y Ulmbién. casualmente. porque sus tcorias cnm -dc~e
su punto de vis111- violentamente 11n1idcmocníticas. Clin1on. siem·
pre pusihinimc, miró lla.ciaotro lado y Guinicr volvió a la Univcr·
sidaddcPcnnsylvania.
Lo~ deL~llcs de la lucha polltio;a no tienen imponancia. {Los
historiadores tendnín dilicuhadcs para cn:cr que el peinado de
Guinicr haya sido de verdad un argumento a la hora de elegir un
asistente de la Procuradora General de !krccllo Civil. O al me-
nos. eso espero.) Pero tos temas teóriws 'ubyaccntcs son mu)"
imponanLes )'serán considcmblemcnte iluminados por los argu·
mentosccntmlcsdcestelibro.
F.I argumenlo cenlral de Guinicr es el conccplo de ""vol<"
perdidos"'. Se puede hahlar de un voto perdido cW1ndo no al~cta
para nada a la elección de los lcgisladori:s. Ahora. el sistema
cstadounidcnsedereprescn111ciónscb8sacn ladivisiónpordis·
tri Los y en la noción de que el ganador se lleva todo. f_< d~-cir. los
miembros del Congreso ~p~sen11m dislritos geográficos y el
candidato que ob1icr1c mh votos en el tlisLritu gana el esca1lo.
En consccueneia, o;1: puede decir que lodos los \'OUmtcs que
apuc.~tanacandida1ospcrdcdorcs1iransuvotn.yoquesuacción
no afee la a lu selección de la pcr.;ona que los represcniar.:I. Tam-
bién se desperdician todos los vo1os por el candidalo g:inodor
quc5Upcrenlamayorianccei<aria,aunque,porsupucsto.nusc
puede decir cuU/tts son los votos cxlrn del candidato ganador
qucll.'sultonsupcrfluos.
Guinicr sci\ula com:ct11men1c que cxislcn divcn;o, sistemas
clcetoralesqueevitancldcspcrdiciodcvotos.Cadaur1oticncsus
íortalc:tas y. claro. alguna.~ debilidades. Cun•iikremos, por ejem-
plo, el sislema que se usó en lusprimcras clceciones libres de
Sudáfrica, en 1994 (cstc no es el ejemplo de Guinicr). Como se
acordó en las larga.~ negociaciones entre el Congreso Nacional
Africano y el gobicmu blanco tlcl apanhcid. cl 11ucvo órgano tic
reprcscnt11ción. que seria elegido por primera veT. por todos los
sudafricanos, constihairia la Cámara de Diputados o Asamblea
Nacional, de cualrucicntos miembros. y la C:lmarJ de Represen-
tantes o Con~jo Nacional de Provinci~•. formado por nueve rc-
pn:sen1antcsdc cutla una de los nueve provincia,, elegidos por las
l.egislnturasl'm\'incialcsyrc,p1m:;oblo:s1111clnsmismns.
La C'mara de Representan1es tcnio asi unH ba.""' geográfica,
pem lo Asamblea <.iencrnl no. y erJ la que tendria lo mayor pane
del poder. F.I sistema fuocionaría del modo siguienle: cada parti-
do que p.articipara en los clcxcioncs pndia nnmbrar hasta cuatro-
eicn1oseandidu.1os-unof>11racada lugar en la Asamblea Gene-
ral. Al final. bubo no menos de di.:cinuevc partidos en las clcc-
cion~"'· Los volantes Lcnían que volar una vez por un equiro de
un partido, no por un individuo. Cuando sccont11ron los votos.
cadu partido obtuvo una cantidad delerminada tic cscai\os en la
Asamblea, proporeionnl al p1•rcentajc de vo1os ob1cnitlt1s en re-
lación 111 total. Con cua1rociemos c:¡c~il"'· cada partido se ascgu-

."'
~o~u;:;:::~~=~~=:: ;~;=r:~i~~:~~ª~'~::~~~ó;~;d~::
Lns¡mrtid~rios según el orden en el cual figuraban lasca11didatu-
rus en la hslu de cado jl{lrlido. Asi. eumo Nelson Mandcla tuvo la
mayorcantidaddcvotosdcla listadccandidatosdelCongreso
Nacional Africano, fue el f!Jimcru al que se le asignó un lugar en
la Asamblea.
Al final. votaron casi veinte 1nílluncs de sudafricanos. Siete
panidos ganaron la cantidad de vo1os necesaria como para obte·
ncr al menos un cscailo en la Asamblea. El Congreso Nacional
Africano, con 62.6S por ciento del total de los votos. obtu''º 252
cscailos. m Partido l.ibcrtnrio lnkatlm (liderndo por el jefe
Bull1elczi) consiguió 43 barn;os. El viejo Punido Nacional, bas-
tión de los afrilutaners. logrú colocar 82 representantes. El menor
nómcro de cscailos íuc para el Partido Dcmót:m1a Cristiaoo Aíri-
cano. que con 0,45 porcicntudclosvotos.olltuvo•ólodosluga-
1ucn labancada.
Es evidente que este sistema reduce el nilmcro de "votos des-
perdiciados", Primero que nada. los votantes de los partidos mi·
noritarios lognin cierta representación, aunque obtengan menos
dcunoporeientodcl total de los votos en todo el país.Segundo,
hay pocos \'otos supcríluos. Cuántos más votantes eligieran al Con-
gn:"" Nm;ional Africano. que íue el gran ganador. mayor s.:ría la
n:pn:scn1aei6n de ese rartido. De todos modos. hay 11/gimus vo-
tos que :;e pierden. Como cada pan ido obtiene un es1:ailo por cada
cuarto de unoporcicntn de los votos a su favor, un panido que
consill'.a tres ocia vos del uno porcicn10 de los votos habrá p1:rdido
el último octa\'o de dicho uno por ciento. Pero el fonómeno de
p.!rditla <le \'Otos habrá sido marginal y no central. como en el
sistema de F.•tados Unidos. (los \'crdadcros n:sultados son un poco
más compliea<.los que esto. Cómo hay doce partidos muy pcqui:·
i'los que no lognmm ni si<1uicrn un cscai'lo, :;e redondeó el 10101 de
vo1os de los purti<.los ganadores salvo del Congreso Pannfrieano
-d antiguo partido de Uiko-. al <!UC con exactamente 1.25 por
ciento de los \'otos le corrcspondianjus10 cinco escm)os.)
Y todavía Cl'>iSICn muchas 01ra• pusibilidndcs. Pnr ejemplo. se
le puede dar a los votantes una cantida<.I de \'O\os que puctlcn
repartir entre varios candi<.latos n conccntmrlos todos en uno solo.
fato le permite a una miooría de votan1es coordinar su ''olación
pam elegir al m~nos a un representante. Se f)Odría continuar.
El debute que hubo en lus medios sobre las propucs1as de
Guinicrsebasubuenunpresupuntounivcrsalmcnlecompartido
quc.dehechu,csfalso.TodoslnsquentaearonaGuinierW>umie-
ronquceladualsistemoelcctoraldcEstadostJnidos.enbuca
circuitos brmialcs y en el cual i:l ganodnr se lleva lodos los votos,
es unu fonn11 ideal o perfecta de la democracia represe111ativ1.
Dcsdecsepumodcvlstn. lasprnpuestasdeGuinlcrconstituian
un in1cn10 de resolver un supuesto problcma comprometiendo ese
ideal. Porcsu.nslL~de1rnc1orcs lcsrcsuh6 r.i.cilat.11carla portralar
dcsrn::11v11rlosfundamcn1osdclademocracia.
Pero. como se demuestra en este libro, iodo gobierno n:prc-
scnl11tivoconstituye uncompromi,;ownel ideal de la aulogcstión
autónoma. La imica manera de prcscrnr la autonomía y lograr la
auiogcstión culc-.:1iva es uno dcmocrucia uniinime y directa. En
olraspal11brus,lanu1unumiasepucdcmnntcncrenclprocesolc·
gislativo sólo si c.ada persona quc dcha rcspellr las leyes panici-
pa dim;lllmentc en su creación. e incluso si cada uno tiene que
cumplir sólo las leyes que vota. El gobierno de la mayorin de
cualquicr tipo es un compmmiso wn la autonomía y la represen·
t111:ión. como scitalaba Kousseau hace trlnto tiempo. )' i:w no es
mucho mejor q11<: la cscln\·itud volumaria de uno mismo.
Si se iu:cpta esta conclusi<!m que yo defiendo, sólo quedan dos
opciones: Ose asume una posición absolucisla según la cual lodo
lo que no sea la au1ono1nla total i:s esclavitud -flcteronomia. en
lénninos kantianos-, o se 11dor1a la posición n:lativista de que
cxis1engrndosdcau1onomía,ycsmcjormw:haqucpoca.
Ahora. si adoptamo~ 111 rosició11 rclalivisla. surge una prcgun·
la intcrcsnnte: ¿culr.l es el mejor Lipo de compromiso con el ideal?
Dudo que cualquier fomw de Ja rcprcscmación es un alejamiento
del ideal de autonomia y como toda fonna de lidiar con lo inevi-
111blc de la división de opinione5 implii:a u11 compi'omiso fucnc.
¿cómo hacer para ajustarnos de lo mejor mancru posible a lss
impcrfcccionndclmundo?
Unavf:7'.qucseplantealapn:guntadccstaman<:r.1.se11brcel
de.bine y si: convierte en un compromiso gcnuin<> de visiones po·
Uucus comrctcntcs. En la dispula por elegir entre ID vowción por
cireuito• electorales>· el •i•Lcma sudlllíicano. por ejemplo. se ve
enscsuidll que hay muchosargumo::nLos H lilvory en cont111dc
cada opción. Por ejemplo. el primer sistem11 <ksper<licia vt>Los al
cmregarle todo el poder político disponible en un eireuito 11111
persona o partido que obtenga In mayoria simple de IO!l votos.
Pero el sistema sudaíricano tiene o::I problema de que no sc puede
identificara l11pcrsonaqucn:pn:scnLa11un11rcsión,hllrrioogru-
po dc pcn;onus en el gobierno. Con lo dificil que es hoy conseguir
In a1ención de un miembro del Congreso. imaginemos cómo sc-
rlon las co:.a.~ si oos viéramos obligados o aootumos en lo oficina
nacionul del Partido nem<'i<:rataocl ltepublicuno p.11rapcdiruna
audiencia. Un sistema como el sudafricano requicn:. adcmb. una
estric1adisciplinapanidaria.locu11lasuve:1.haccqueseaimpo-
sible el tipo de ncgociacionu y acuerdos que tnnLo se usan en el
Congresoestadounidcnscpa111n:ali7J1rnoornodospoliticos.
Sepodríaargumcntarquclavotacióncnbusculogoograílaes
pn:fcribleenunpaisdcdimensionc.<wnlincnllllcscomoEsLlldos
Unidos, donde e~istcn variaciones regionales 13cilmente identifi-
cables tanto en los intereses políticos como en lo.< ~'Conómieos de
los ciud11tbinos. Es1amos acostumbrados, por ejemplo. u ver que
un senador demócrata o republicano de alglin csiado agricota o
ganadero apoya unn ley fa\·orable a los !rabajadon:~ de la zona
rural. o que un representante de un Estado monlllfloso. fkmócra-
ID o Republicano, apoye uoo ley de conservación de la tierra. Este
tipo de representación regional seria dificil. si no impo.<iblo::. en
unsistcmacomoelsudafrica110.
Por oiro lodo. con un si~1cma como csie íiltimo. habria habido
más de ochcnLa reprcscntanto de pllrtido de Pcrot en el Congreso
luego de las ele<:cionc:; de 1992. y c~c habría sido un n:Ocjo mu·
chombficldelosdcscosdclclcctorJdoes1adounidcnsc.
SiscpudieramcdircuánLnio:alejaunsislcmadcrepre<enta-
ción del ideal de democracia unánime y directa. 'e podría esta·
blC"Oer una listo de los esquema~ disponible' por orden de ccn:a-
nin con dicho ideal. Pero no es posible lijar esa m~-dida. Cada
si'>lcma b<:ncficia a detcnninados grupos de vullln!es en detrimento
de o!ros f)c modo que dc!crminarcuál cs el mcnos indc~able '"
mú•hienunucucs1ióndcin1crcscsgruJllllesqucdc1coriapulili-
cn. E incl11So. o medido que vo c11111bi11ndo lo ~ituación sociul.
e<:nnómicu y politic11 subyacente, el esquema de repn:..~entaci•!m
qucn:sultohamennsmulodesdccl puntodevistadcungrupu.
puede volverse indci;eablc. NQ puL-.lc haber priocipios en esto,
sólo s.: trata de un cambio en los connicto~ de intereses.
RL"COllOl:ero:staverdadesunacxperientialibcrndorayalec-
cionadorn: lo primero porque no:< libera de 111 ilu~ión de que con
sulicicn1cscQ110Cimientosyanlllisis.ptxlrcmoscnconlrurunes-
qucmu que le :;irva a todas lus pcn<0nas raci\lnalcs de bueno vo-
luntad: y lo segundo, pt1rque implico que caJo uno reconnzcu ho-
ncstomcntc la n11tu111lezu de ~u compromiso e intereses, en lugar
de es.:nndcrlos Iras un fulro manto de objetividad. El simple hc-
cho cs quc unu uulnlegislación unónime, directa y genuino cscl
rundamento de un Esta.do rHlmcntc legitimo y todos los dem:is
w;ucrdos polilic<~• constituyen un compromiso implícita o cxpli-
citamcnlc pensado para servir los intereses de algunos in1egnm-
tcs de lo S<M:icdad y írustrar los de ntm~.
Ahora que tcno:mos ~'Sto clom. quizá podamos entender un poxu
mejor el impulso que •uhyocc D In IL'Ol"Ía del juego y la dc la elec-
ciiin colcctiv11cn 11-cncral.udcnuisdel trabojodcJohn Ruwlsen
particul11r'.l..11"lOOri11dclJuego.suisidadelarainodcl11economia
que se conoce como Economía del llicnc:star, J!O:lCodc i;abcr u prfori
el resultado de sí1W1cioM~ de i111cr.icciún compcti1ivo en la.~cuolcs
cada panicipante n:conocc y 1oma en cuenta fa pn:sencia de otro'
agentes similarmente interc:<:idos en si mismos. Como n.'Sul111 que
lo.•Ql.SOScn loscualcscualquicrCOS11quc ~e f'll!"C7.Cllll un 1con:mu
fonnal puede demoslrurse son de muy csca.o;o alt1111cc. se de!illrrolla
una investigación mlls amplia~· menos rigurosa de las siluaciunL'li
de racionalidad colectiva dc~m•llada OOjo los 1í1uJosde "Tcoria de
la Negociación" y ·~rcoría de lo Ekcción Colectiva··. Todas estas
investigaciones comp:inen el p~sopuesto inicial del acuerdo mu·
tuo,olaun11nimidad,comorcquisi1oporaquclnoccióncolcctiva
1eng11un íundamenlo'\lllisf111:torio.
Cuando escribí En defensa <kl mwrq11i.rnro. esa_~ ramas de la
t~'<.1rla ~'l:unómica eran ba!>l:lnh: nuc•·us (aunque John von Ncumann
ya hnbfo demostrado el teorema fundamental de lo Teoría del Jue-
go lreinwai\os anh:s). Encun~ccucncia. trato Jn unanimidad como
un ideal inolconzable.uncaso limite pensado para destacar la
imposihilidad de un fatadn ~almente legitimo. Pcm desde en-
tonces, ha habido una avalancha de trabajos fasci1111n1esque in-
vei<tigun las mültiples íonnns de la loma de d~'l:i~ioncs no unáni·
meylDvcrsiónmásfümosaycreativaeslateorfadelajusticiade
JohnRawls.
Cómo sabnln los lc.:to~s. Rawls concibió la idea de construir
elproblcmadcidcntilicnrlosprincipiosfundnmentalesdelaco-
nperación social como un juego Je BegociueiorM:s -en efecto. se
trota de una versión modenm del contmto social tradicional. Los
punicip¡intes deben llegar a un acu~rdo un:ínimc >Ubn: los princi·
pioo; fundamcntulcs que dehl:rlan gobernar sus interacciones so-
ciales. En sintesis, sus deliberaciones deben coníonnar el id~al
Je Ju democracia uniínimc y Jin:t:tu (aunque Rnwls admite luego
lo ~p~sentación y el gobierno de la mayoria). Finalmente. en
respuesta u debilidades tcóri~as intcnms de so argumentación.
Kawls dejó de lado los elementos de consulw y negoci11ción Je 111
lcoriu y 1\.-cunstruyú el pmblcmu como un simple asunto Je coor-
dinación. Otrns cambios redujeron estc juego a un rroblema Je
elección racional limitada al indi•·iJuo. Sin embllrgo. incluso en
lo versión finnl de In t~-oria, se ve que Rowls tiene el deseo suhya-
cenle de anclarse en 1(11; principios id~ah:s de Ju unanimidad y la
jXlrtieipación directo en el proceso de lcgislndón. Al final. sólo
puedo e.<UJrobligado a cumplir con lu.< lcyc~que haya hecho para
mim1smo.
Cuando escribí E11 defe11.•11 <k· '111i//Tfl/Í.•mo. I~ rc\·olución in-
Í<>nn:i.tica recicin comen1..aba. M~ compré lu primera computado-
m diccisiete 11i\os después-uno vieja Applc 11 co11 menos memo·
riu que el horno q~ tengo ahora>' 1111 disco duro Ji.'O y enonne de
seis megos. Cuondocmpec~ 11 corn;cbir la idea de una dcmoc:racia
directa de tecoología av11n1.11da. lo más que pude imagin11r fue el
usodcmonitoresdetelcvisiónydclL'<:l<m:sdchucllosdaetilarcs.
l'emahoraquchcmoscntradoporcomplctoenlacradclainfor-
mática.deberf11scrobvioqucschanrcsucltulosob.•lliculosrer:-
mcosparaladcmocraciadir1:ct11oplebiseilaria.
LaíLl<'rL11einmedi:ue7.conlaqucsurgcnubjL'<=innescontrala
democ:raciadirectacadavezquescmcncinn11cltemademucs1ra
meramente. si es que se necesita al~una prueba. que son muy po-
cos los teóricos políticos que realmcme cree11 en la democracia
Lu m11yoría de los queeomeman asuntos p(1blico~ prefieren depo·
sitarsuconlian1J1enlnclitcdepolílicosproícsionalcsyc¡¡pcnos
en política. El bccbo sigue siendo que la lcgitimid11d que poednn
tener [115 órdenes del Estado no sur¡c ni del conucimicmo que se
tcn"8delasmismas.nidclapcriciadequiéncslascrcan.sino
sólo del he.;:ho de que ban sido elaboradas en fonnu colectiva por
el mismo grupo de personas que supucslamente debe obcdi:cer-
las. l..a autonomía, que es la legislación para unu mismo, es la
únicapo.•ibilidaddcqueclliswunaauloridadlcgí1ima.
Entonces. ¿cuiil es el 1nensPjc de este librito para el nuevo
milenio'.'F.nunscntido.lasúltimastresdécudasfuc:ronbondado-
sns con los que cuestionamos la PUtorídad<kl F-~lado. DespuCs de
Vietnam, Waterga1e. l11 guerra se1:n:la en Nicaragua y las abcrra-
cioncsde lo contrede lrlin, noes tan dilicil dccirq11enoscpuede
coofiar en el F.~tado. Ningún 1.Ct'>rico, aunque esté inmerso en un
sucftonarcótico,podiahaberpreparadomejorcltern:noparael
an111quismo que Oliver North. Pero ¿hay un mensaje posilivo en
la critica u los r«lamos de amoridad dd E.~todo, o <k~mos con-
tentarnos sólo con la afinnación n~gativa ..¡no confics en nadie
mayor o menor de trcinu1 ai\os!.,'!
Tal como ocurre a menudo en la filosolia. la respuesta se en·

~~~~:.~.~lf~~,~~:;;,~~kj,!~if,~;.:-:;~:·~:,!~fc¡~J~,:~ª¿~:lt'.'.'.
cs111rl! condcnudo a la írustmción. Pero, supongamos que cambio
lapn:gun1aporcs1aow: .. ¿,11t¡11i<i11p11e</,,1mlr111e¡wm1el1f!r111111
,.,,,, obje/ilv.• y 11.1piracim1<:.• ("/ll/l_fl<lfl11h1.•? "'. En esh:
"11/Sfl n11111i11.
caw, tengo una pn:t:uma pcrfeccamcnlc rwsihlc de n:'pucSUI. Tengo
muchos compromisos con lni;demás, muchas mc:1as compartidas,
parnlascualese.•toydispuestoncomprometerrniCncl'Hill)'mis
n:cursus.Peronuncadcbocomcterclcrrordcsupnncrqucc.~is1c
un111'Hurncn10. )'ªsea formal o infonnul.que pruebe que miscom·
promisossoncom.'Clos. )'que cualquicrscrrociornil deheri" com-
partir. Por ese camino se encucntrn. pn-cio.amcnle. el error que
termina dc~tru)·cndo la ética de Kant. así como el intento moder-
no de R11wls de n:vi\·irla y rnisarla. Digo esto como alguien que
ha dedicado la m.:jorpartc de su vida a huscar -sin encomrar-
una justificación 11 priori de lus principios mvnilcs y p::ilílicos
fundamcntalcs.E...efuemiobjc1ivuJuran1cunascriedcpublica-
cioncs. hasta que me di cuenta de que fo bUs,queda se basaba en
una concepción equivocada. Si la tcoria poli1lc11 es la hU"¡uedo
de los principios fundamentales de laautoriJad legitima, tal como
yo mismo sugiero en las primeros páginas Je f.il<kkns<1<kl c111<1r-
q11is1110. cntonccs, la 1COría política cstá mucna. En su lugar. hny
~uc ubicar IP 1«·<:i,i11 p::ilrtica, gui~a pur la r11Zón y dirigiJa ni
c;umplimien10 de los objetivos colc.;tivos cun los cuales ustW )'
sus camaradas iic han comprometido. Y si u,tcd no tiene c~mara­
das. no hoy nada que puedo ayudarlo, ni siquiera ~stc lihrito.

Pclma.Mass~chusetts
3dc ti:hrcrodc 1'!'l8
Prefacio

Este ensnyo sobrc los íundan1cntos de la uutoridad del Estado


man:a unu el.apa en el desarrollo de mi interés por los problemas
dclaautoridadpolflicaylaautonomiamoral.Alprincipindemi
inten!scneslcasunto,confiabacncncuntrarunajustificaciónsu-
tisfactoria para In doctrina democrática trodiciunalcon la cual
estaba de acuerdo, en forma irn:nu.iva. Durante mi primer a1lu
como miembro del Depanamcntt> de l'ilosofia de la Universidad
deColumbia,diuncur.;odcfilosoílapuliticacnclcual~nuncié
que formularla y luego tc»olverío el problema l"undum~ntal de la
materia. No tuve problemas para formular el pnihlema -muy bn:-
vemcntc, cómo es que la autunomia moral de un individuo puede
volverse compatible con la aucorida<l lcgítima del Estado. Tam-
poco 1uve problcinas pam refu1ar\'arias supucsta5 sulucionesque
hablan sido presentadas por varios t1.-óricos del ""~lado dcmucclli-
co. Pero hada la mil.ad del semestre. mu)" a\·crgonza<ln, me vi
obligado a anunciarle a mis alumnos que no babia encomradu la
gran solución.
Alprincipio,micntrusluchabaconcldilcma,c.,1alxiconven-
cidodeque lu:>0Juci611 sccncontruba u la vuehadcuna.:squinu
conceptual. Cuando Id trnlxijos ~obre el 1cma en reuniones a las
queasistienvariasunivel'!;idades.mc\'i<.>bligadnunayt>trave1n
reprcscntennc como alguien que bu:.cuba una tcoria y simpl.:1ncntc
no podía CflCOnlrarla. De a p<.>co, fui cambiando el éníash d~ mi
e.•ptisidón. Finalmenlc, >'ª íuera como consecuencia tk: una re·
fk•ión filosófica o de pur.i tristeza. tu•· e que darme cuenta de que
en ittlidadestabadcfcndicndo lapancrtegativa.en lugar de blL•·
rnr fo posltil·a. El hccbo de no encontrar ningunajuslificación
teóricoparalaouturidaddel l':stadumchabiaconvcncidodcquc
1al \ustifiCBción no cxislia. En slntesis. me h.abia eonvcrtidoen un
anñrquis1afilosófico.
El primer capitulo de este ensa>'º fonnula el problema tal como
me lo planteé originalmente. hnce má.• de cinco altos. El segundo
oapitulo in\'esliga lo solución dcmoo::nitica clú~ica del problema y
expone las i11suficienci11s del modelo mayoritario y miís habiiual
deEs1adodemncr.llico.Elten:ercapi1ulocsunboccto,bastanlc
impresionista, e inclrn;o hegeliano. de la.• raioncs de mi e~pcmn·
mdccncontrarunasolución:ylaconclusiónesunalistabrevcdc
sugerencias.bastantcutópicas.cnbascalascualcspodríaíuncio-
naruna socieJadanarquista.
Dejando de lado los errores q111: pu~..:lan surgir de los argu·
men10,prc>Cn1adosencstaspáginas. cstccnS11yosufredoi;dcfi·
cie11ciascscncialcs. Porcl ladndelatooriapura,mchcvistoobli·
gado a Jur pnr clescm1t111/u.•· numerosas pro¡msiciom:s importan·
lesacercadelanaturalc:za,lasfuentcsylosllmitesJclaobliga·
ciónmorol. Paradecirlnclararncntc. hcdadn por sentada toda la
le-Oda ~tic o. f>orel Indo de la aplicación práctico, no be dicho casi
nada sob~ las condicinn~s mal eriales, sociales o psicológic11s en
la.• cuales seria factible el anarquismo como organi:tae1ón wcial.
Soy muy consciente de esos defectos y e~pcro poder publiellr un
trabajn más amplio en el futuro cercano. ¡xi111 decir mocho mAs
>nbre ambascosns. Si :;e me pcnnitc robarle a Kanl un titulo (y tal
vez quL'<J11r legitimado de esa man~ra). el subtituln -hu.•tantc pre·
lencioso-dc este e11sayo podria ser Tmhajn prrdimim.r para 111w
~•ctaffa-irn<li!I E..1mlu

Nueva York. mam• de 1970


l.
El conflicto entre
autoridad y dutonomía
1. El concepto de autoridad

l.a política es el ejercicio de poder del 1-:.~llldo. o d iniemo de


iníluiren ese ejcri:icio. De modo que. en rigor. la filrn1ofi11 pulíLi·
cacslafilosofiodclfawdo.Parndcfinirelcunlenidodclafiloso·
fia politica y determinar si rcalmcnle c11i~1c. ha)' que empcZllr por
analizorel concepto de F.~tado.
El Eswdownsislc en un grupo de personas que liencn )' cjer-
ccn au1oridad suprcma dcntm dc un te1Titorin dctcrminado. l la·
bríaqucdccirqucunEsladocsungrurndcpcrsonasqucticncn
autoridad suprema dcnim de un Lcrrhorio dado <l .whn: 1111<1 µo·
blaci6ndc1ermi11111/u. Una tribu nómada pu~-de tener la cstroctura
de podc:rde un EstOOo. siempre y cuando sus integrantes no estén
sujetos a laautoridadsupo:riordcun fatadolCITitorial'.EI fatadn
puede induira1odaslospersonosquccsuinsuje1u.asuou1ori·
dad, como ~urre con el Estado dcmocnitico según sus tcóricus;
iambién puede consistir en un wln individuo al que todos In• de·
más deben rcspondcr. l'ndcmus dudar deque alguna vez haya
existido un Estado de una sola pen;nna. aunque Luis XIV e'·idcn·

l. ~< puedo: m<onlrur ""º


Joíoni<i{IQ »molor d.: "ÍO•".i.,- cu el hlon> lo {'Oli1~"' ,...,.,
-i<ln. de M•• \\'<lo:•. l:l OIJ!or•ubr1¡n<I m<>I•• b f11<r<o· pnr<I rnul >< ""'"""'
~h.:~"~~:~~~~:;,-,i:~:.:.:.~~:::,~,:~~~!,'7,.,':.:,~;~~~~.., "'"'"'" ~"" ""'-hi<u
1;,,,¡.fr~1add"'""V"""'"

1cmcntc crela que si cuando anunció "El Es!ll<lo soy yo". La ca·
ractcrlsLica<listintiva<lclF.srndocslaauturidadsupA!ma.oloquc
los filósofos politicos solía11 l1amar "sohcrania", De modo que se
habla <le "sobcrJnía pnpufor". que es la doctrino s.:gím la cual el
puchlo es el Estado)'• por ~upucsto, el u,,., de ~sob.!rJnu" eom~
·rey" reílcjo uno supuesta concemración del poder en laauton·
dadsuprema<lcunamonarquia
LaaUluriJa<lcsel<lcn.-choadarórtlcncs)'.COO'CIUtivamcntc.
d dc:Rcho11scrolx.•tkci<ln. l layqucdislinguirladd [>Olkr,quces
l11capacid11dp¡¡niohligaralcumplimicn10.yaseaporcluso<lela
t'uerln u fM" la amcnv..a de usar la t'uer:za. Cuando le entrego mi
hilleterD o un ladró11 que me apu11ta con un arma. lo bago porque
suamcna1J1cspcor4uclapérdidadcdincroquc<lehosufrir.Es
i;ierto que el la<ln'm tiene pu<lcr sobro mi. pcm difieilmcnlc yo
pcnsoria en su m11uricl<1</. es decir. en su dcrc.:hu a exigir mi dine·
ro y mi nhligación de en1n::gán.clo. En cambio. cuando el gobier·
no me man<lu una facturo de impueslos. la pago (cn general) 111.111·
que no desee hacerlo. e incluso si creo que po<lrio arreglármelas
pani no pagnr. Después de tn<lo, se tl'lllll de gobierno ~onstituido
y. porlommo. 1icnc<lcn!clmacobranm:. 'lie11eC111/11ridm/sobf\:
n1i. A v«cs Lumhién le hngo trampas al gobiemo. pero aún asi,
n::conozco su autori<la<l yo que. ¿quién kahl11 de M/1C1cerle lram1xi'
aunht<lrón'?
Ajirmur <jUC uuu tiene autoridad es alinnur d derecho 11 i;cr
l>bcdcddn. frtier autorid11<l, entonces. ¡,<jl>é es'! Puede •ignilicar
1encro:sedcrttho.oquc11qutllosa<1uiencssc<lirigc lorcconor.-
c11n y lo acepten. El ttnnino "autori<lud" es ambiguo. ya que tiene
un sentido descriptivo y otro normotivo.
F.n corrcspundcnciawn tos dos !>l:ntidosdc autoridad. hay
dos conceptos de Esta<lo.1::11 el aspecto dcscriplivo. se puede de·
linirEsta<locomoungrupodcp::rsunwoquescn:<·•mocequetic·
nen autori<lad supn:mn en un Lcrritorio determinado -<[uiéncs n:·
cunocendichuau1oridadsona<1uéllosquees1ánsujclo.•alamis·
m11.EleMudiudclosfonnos,carac1cristicns.inslilucionesyfun·
.:ionamicnlo de los Estados <le fac/a, pur llamarlos <le alguna
mane ni. pertenece 11 Ju ciencia político. Si tomamos el t~rmino en
su acepción pn:scripLiva.d F.siadoconsiste.:nun grupodc:persu-
nas que 1icncn dcreclio acjcn:eraulnridad suprema den1ro dc un
territorio dado. F.I dcS1:ubrimicnlo, an<ilisis )' dcmos1ración de los
formas y principios de la autoridad legitima -del derecho a gn·
bcrnar·s.:llamalilnsoliapoli1icn.
;.Que significa aucoridad .m¡mmm? Algunos lilósofos polili·
cos, al O'll!ar la auturidad en sentido nomiativo, han dicho que el
vcrdadcroEs1odo1icncau10ridudUltimasnhre1odoslosasunlns
que<Jcurran dentro de su jurisdicción. Jcon-Jocqucs Rousseau.
por ejemplo, ~nstenía qiM: el controlo social por d cual se formo
una comunidad polilica juslll "brinda al órgano polilico con1rol
absohnu sohre los miembros por los cuales está formado: )' cs..:
poder, cuando está dirigido por lo voluntad general, es el que lle·
va ... clnumbredc«oobcrnnia»".JuhnLnckc,porsupanc,alir-
mabo que la auiuridad 'uprema del Estado justo se arlico sólo o
losnsun1osqueJccorrcspondeconlrolnr. F.I F.stadoes.sinduda.
la autoridad supremo, pero su derecho al control noc~absnluln.
Una de laspn:guntnsqiM: In filosofiapoliticatienequecontc:star
cssisepuedc:limitarclabanicodcasunto•sobreloscu11lesliene
autoridad un l:slado.
Tamhiénhayquc:cs1ablcccr ladifon:nci11entrecldcn.-.;hna
dar órdenes con autoridad y el argumento pcr..ua.~i\'o. Cuondo se
me ordema hacer algo. puedo elegir obedecer aunque no ~e me
amenace, porque creo que se trata de algo que debo hacer. Si ese
es el caso, entonces no estoy obcde<:iendo una orden, >ino má•
bien reconociendo la fuern de un argumento o lo ju~to de la or-
den. La persona que da la "urden" funcionn mcr11men1c como una
r1por11111id11<l de tomar conciencia de mi dehc:r y ese rol puede
cumplirlo. en oll'lls circnn•tandas. un amigo. o incluso mi proria
conciencia. Yo podria decir que la orden 1icnc auloridoJ ><>bn: mi.
queriendo d~~irquc debo actuar de acuerdo con la mismo. Pero la
persona. en si misma. no licne aucoridod -<>.pum ser míls pri.~i·
><l.•. el hecho de que yo cumpla con su orden no ~ignilica que
reconozcaningUntipudeau1urid11d.Purlntanto,autoridadresidc
rnlasrersonas;laticnenpor>crquiénessonynoporlusórdencs
que dan. Mi dchcr de o~eres un deber para con esas pcrso-
nas.noundehcrhncialalcymoral o los benclíciariosdelasac-
cioncsqucsemeordcnc haccr.
l'orsupues1u.existcnmuchas111loncspnrlascualcs los seres
humanos rcwnoun lo~ reclamos de auloridud. La mas común.
tcnicndocncuentatoda lahis1nriadc la humanidad. es simple·
mente la fuerza de lo lradición. El li«ho de que algo se haya
hecho siempn: de una mancm cunstilu>·e. para la ma)'Oria de las
~r.;onas. una 1117.ón perf«la para scguirha1.:iéndolo osi. ¿Por que
responder u un n:y? l'orque siempre hemos respondido a reyes.
Pero. ¿por qué~"' Qll(: el hijo mayor de un l'C}' se convierte en re)'
1suvcz'!Porqucloshijosmayuressicmprefüemnlosheredcros
de trono. La fuerza ,J.., la lm<lición esu\ grava<la 1an proíundamcn·
leen lamentc<le losscreshumanosqucni siquiera un estudio
:;obre los orígenes violentos y arhitmrio' de una familia real dchi-
lita su au1orida<l an1c la mimda de sus sujetos.
Algunasp<:r,mnas~<lquic,..,,nunauradcaulnridn<lpnrsusca·
rach:rísticasextraor<linarías:lidc"'smilirnrci<.hombresS11nlos.o
pcrsonali<latlcs l"ucncs.EsuspcrsonasrcUnenasualrcdedorasc-
guídorcs)'discipulosquelcsob1:deecnvoluntarilllt\cnte.sintener
cncocmasuspropio:;imcrescspcrsnnalcseinclusoron1rasu
volun1a<l. l.os seguidores creen que el líder tiene derecho u mU11·
rlur, ~"'decir. m11urüfad.
J,o mas comim hoy e11 día. en este mundo de ejércitos burocra·
tiza<losyrcligioncsinstitucionali?.adas.dnndcc.'eascanlnsn:yes
yvacnaumcntoclnúmcro<lcprol'clas.csquelaau11>ridadre.•ida
en aquéllos que ocupan posiciones olídalcs. Co1no ~•lataba
Wehcr.esta~posicioncsporece111cnerautoridadcnlumcnledela
moyorla de las pcr.;onas porque eslfin <lefinidas por cierto tipo <le
reglamcn1aeionesquct11sh11ccnpúhlicas.gcneralcs.pn:dccihles.
~c. Nos volvemos condicionados a n:spondcr a los signos visi·
bles de lo oficialidad. 1alcs como escarapelas y fonnularios con
mcmhrete. A v~cs podemos tener en mente la justilíc11ción <le
una afinnación de auturida<l. como 1.:u11ndo cumplimoi; una ordco
porque su autor es un funcionario elet:i<h Y muy a mcaudo, el
<é>lu h~..:ho de ver un u11ifom1c "knnza para ltaccmos sentir que el
<erhumanoquclollcvatiene<lcn:<:hoascrohed«ido.
l!lhechodequclasriersonas11ecedennlosro:clamosdcau10-
ridad suprema es evidente. Pero que dt'h<111 acceder a dich1m ro:-
elamos no es lan oh\"iO. Nucslra primcr11 pregunta debe ser. en-
tonces. ;,En qué condiciones y porqué moti\"os un11 rersonn tiene
autoridad suprema sohro: otro? l.a misma pregunta se puede
n:íonnular como sigue: ¡,en qué condiciones puede cxi~lir un Es-
tado (en .cntido normati\"n)'!
Kanl nos ha dado un nombro: cnn\"cnieotc para es1c 1ipo de
investigaciones. l.as llamó '"deducción'". que no signif"a dcmcis-
trar una proposición por medio de ulra, sino demostrar Ja legiti-
midad de un cunccpto. Cuando un concepto cscmpiricu. se dedu-
ce mernmcnle scllulando instancias de sus objctus. Por ejemplo.
Ja dt:du"ión del concepto "cahallo" consiste en mos1rar un caba·
llo. Cómo existen los cahallos. debe ser lcgi1imo empicar el con-
cepto. Del mismo modo. una deducción del concepto dt:scriptivo
de Estudo consiste simplemente co seftalnr los innumcrnbles ejcm-
plos de comuoitladcs humuoas cn las quc algunas pcr.;onas nfir·
man 1cncr autoridad supttma sobre las demás y soo obedecida,.
Pero cuaodo el concepto en cuestión no es empirico. el pnicedi-
mientodc ladeducciún cambia. Los conceptos mmna1i\"OS nuson
empíricos, porque se refieren al deber ser t'n logar de al i;cr. De
modo que no podemos justificar el c<mcepto (nonnali\·o) de auto-
ridad suprema prescnl11ndo instancias'. Tenemos que dcmostror
con un argumen10 "priori que pu~'<ien existir comunidades hu-
manas en las que algunos inlegrnntcs tienen el derecho moral de
gobernar. F.nslntcsi~. latareafun<.lam~ntaldcln filosofiapolitica
es brindar una dt'1lrn·d1j11 dt'I conn•p/" 1k f:.<tadu
Pa111 completar c.<la dcducciún, olco11211 co11 mos1mr que cxis-
tcn circunstandas en las que las pcrsonas debcn haccr lo quc or-
dcnan lasautoridadcsdefi1c10. Incluso bajn los gobierno• más
injunos. suele hnbcrbuenns !"<ll<!ncs para ob1:dccer en lugar de
desafiar. Puede ocurrir que clgobicmodclcasnordcncquc las
pcminos hag11n algo que. de hecho. ya tienen Jo obli¡¡:ici<in indc·

! l'<•rq11< c"'1J. '<' qu< orr..:olo"""" un <J<"'P~' J< "'"'.-idod l<~l<im.i. «••ln"m"' ~"'
°""p-k"" Of$11<n<""'"" <mplri<" ""'"" rn><to<><k "" 1q;;,,m1~od
pendiemcdeluu:er;opuedesucederque lasconsccuenciasncg11·
1ivnsdelcucs1ionamien1odclaor<lcnseanmuchopct>resque la
indignidud Je someterse a la misma. Lo que ordena un gobierno
puede promctcrcfcclus henefidosos, ya sea en forma intencional
o no. Por estas ra1ones. y también por prudencia, pu~-4: .s<.:r que
cslo! bien qu.;: una persona cumpla con las órdenes Je un gobierno
,fc/uc/<1 lllljo cu) a autoriJad se encuentra. l'ero nada de esto tiene
que ver"m In autoridad legltima, que se relaciona wn cldel1'dm
o dar órdenes y la oblig;u.:ión wrrela1iv11 Je <ffledecer u!" ¡1Jer.11ma
quc<l<1la11rrlcn
El pumo S<:1lalado en el párrafo anterior merece siempre un
poco miis de insi>lcnda. l.a ohcdiencia no wosisle en hacer lo
que otro dio;e que hagamos. sino en hacerlo ¡1<m¡uc c.m pcr.<mut fo
dice. La auLoridaJ. >·a sea legi1imo o•k1ure. licneque l'Crcon tos
mo1ivos y fuentes Je la obligación m1m1I.
Dlldoqucesindiscutiblequcexisicnpcrsonnsquc cn.:cnquc
u1rn.,1icncnautoridadsobn.:cllas.scpodriapensarqueeschct:ho
se puede u1ilizar par.1.demos1rarque en algim Indo, en un momcn·
10 o en 01ru. debe haber habido seres humanos que realmente po·
scfan uno auloridad legítima. Es decir que se puede pensar que,
aunquccicrto.•n::clamosdcauloridadscancquivocados.no1•HÍ<1.•
lo son, porque en ese caso nunca hahriamos llegado al cono;epto
de au1oridad legitima. Con un aigumcnto pan:cidu, algunus filó·
sof1u han intc111aJo mos1r.1r que no 1oJas nues1ms experiencias
son socílos. o mas gcncmlmcmc que. en lo experiencia, no todo
es opiiricncio en lugar Je realidaJ. El punto es que cxpn:sioncs
lll]cs como "'suc1)0" y "ap:iricncia" se Jefinen por contra.sic con
'"experiencia Je vigilia"'" '"realidad"', L>c modo que sólo pudimos
dcsarrollarunusodclas111ismusalenfn:ntamosusi1uacioncsen
laseualesalgunasexpericnciascransuc1losyo1rusno.oalgunas
cosusemnmcrasapariencfosyoLra.~.n:alidad.
MQs allá de Jo l'ucr.ta del argumento en gi:neml, no se puC<.lc
aplicar DI ~D•O de una autoridad deji¡¡'IU versus un11 <lcj11rc, ya

~~~:~~;~?~~~;!t~t~c~~~:E~:~~;~~~~!~~~: i~!:~
E/canj/~0'1H"'"'""idsJJJ'~ht<>O<..~<

lid•d de un Es1ado juslo. .mpmn:nrru que el discurso moml tient:


sentido)' que se han hecho d<:duc<.:i•mcs ado:i.:uadas de conccplos
como .. derecho ... ··obligación" y ··deber'"'.
Se puede inferir dc la e.~isten<.:ia de los Estados de fa<'lo que
los seres humanos C'l'l't:n en la existencia de fo au1oridad legitimo,
yaqueporsupucsto.unasi1uaciúndt:estetipnimplicaquo.:los
sujclos crean que es legilima (es decir, que realmcnle tiene 13
au1oridad que se au1oadjudica). Pueden estar cqui\'Ocados. De
hc-cltu,todacrecnciasobrelaautnridadpuedescrcm'inca-pue.clc
ser que nu haya habido ningún Estado con derecho a ser obedeci-
do en la historia de la humanidad. [n<.:luso podria :.cr imposihk
que tal Es111do existiem, esa es la cuestión que 1cncmos que tratar
dcn:.'iOlvcr.Peromicntaslossc:n:shumanoserean~nlaautoridad
dt:I Es1adn. podemos concluir<1w: poseen el cunccp10 de la au10-
ridad de j11/'l!'.
El concepto nurmati~o de Eswdu como comunidad humana
que rosee autoridad. con derecho. dentro de un territorio. cleline
cntonccscltcmadelafilosoffapolítica.Pem.aunquc:o;edemos-
trurn Ja imposibilidad de presentar una dcdueciún del concepto
-si no puede haber un !::nado de jllr'f-, sigue habiendo un grnn
númcro de cuestionamicntos morale:<1 n:sp«to de la n:lacióo del
individuo con el Estado defuc:l<J. Se puede rn:guntar. ¡x>r ejem-
plo, si existe algún principio moral que deba guiar al Estado a lo
hora de hacer los leyes. como poedc ser el ulililarismo. y en quC
condiciones es correcto que el individuo obedezca las leyes. l'o-
dcmos invesligar los ideas sociales de igualdad y autodt:sarrollo.
o los principios del ca.<tigo, o inclu.<o las justilicocioncs pam la
guerra. Todn.~ estas iovestigacioncs son. esencialmente, arlica-

)h>l..lof11o:!ollopullliac-...,di•<ipl11111kp:1.Jicnlcod<ri•..Jo.>~~""'loíll"'"ílº
d<l1cimci1J<rcnilcdclo•oorM-'<ld~im;,,,,h1¡·.J<l:><,,.,..,.kl•"""'I<"'"
""°"""""'~«brcol.Jlll)·l111•1<J•:dcuJ,lm ..... •fo1<0
~.1i>«i<SIM>•in11*-~l"'f"<"'qoo1•>••i<lo!'<""il .. i<hrS1n"'1\bo"i''·'"'""
fi!<l..>í""f"~l1iro>,cn<roo1""'ll'-llol111All>li11.lu111""""'<10q11cd""''-'Wº·ol
i&11olquol">rri""irio•d<la"'""id.J>cpu<J"'1<i<o1or.i.1 ..,.ronc<p<o•.kr•...,"
unhJ.id. r.,,cjcmplo,Alblin.kfincw10o.-dcn•"'"" lo•i1:mlica.:i•111Jc u11d<>ro.
~:="'~~:,-;;,:~,;:z,::.,-;, ~:;;,,=~~ºi\~ .. ,,.,,.mr1an '""º' tn•·
e iones de prin1;ipios mnroks generales ul ícnómcno purticular de
Ju polílicu 1k fi1c10. De modo que seria ~dccuado recuperar una
pulabraquehBcaldoendcsgracin)· bautil'..ilrcomocas11i.11i,·"11
unnramadclascicnei11s¡x>líticas.Cumoha)·pcrsonu,quereco-
nuecn los ri.-clumo.< de auloridad. huy l::Srndosde/aclu. Suponicn-
do quc cl diso:urso moml,<.:n gcneml,cs l<:gílimo. dcbc hu~cues-
1io11es morales que surgen rcspc..10 de dichos Cswdn.<. Por lo tan·
10. si existe la casuistica polilica como roma de la ética. Aün hlly
que decidir si e~iste la lilusofia polilica. pmpiamenl<: dicha.

2. El concepto de autonomía
El presupuc5to íundumcntnl Je la filosolfa moral es que los seres
humonos son responsables de sus 11c1;ioncs. lk este presupuesto
i;csiguc,n<:<.:c.<ariamcn!c,LulcomoscilalóKant,qucluspersonas
sonmelafislcamentelihrcs. luquesignific11quc.en1;icr10scnli·
do. son capacc~ de decidir ctimo actuar. La posibilidod de elegir
cómo actuar hace que un ser homonosc11 responsable, pero la
mera ek-cciOn no es suficiente en,¡ misma paruusumlr la n:~pon­
snbilidad dc las propios occioncs. Asumir la rcsponsul>ilidad im·
plica el intcmo de d~..:idir qué e~ lu que no debería h111;Cr y eso,
como Jicen Jo, filósofosJcstkAristótclcs. implica las cargas odi·
ciunolcs de adquirir conocimiento. rencxionu sohrc los motivos.
JlfC\'cr resultado.<, criticor principios.)' la lista sigue.
l.aoblig111:ióndcasumirlan:sponsabilidaddclaspropi11S11C-
eioncs no se deriva sólo de la voluntad libre, ya que: se nccc.~iur. algo
mW. que libertad d.: elección para asumir una responsabilidaJ. Sólo
porqueclscrhumonoticn.:capacidaJder.rzonarsohrceslasop.;;iu·
ncs.si:p111.-dedccir4uctieneluubligaciónpemtanentcdcserrcs-
ponsobledcsusclccciunes. Esbasrnntcadc.:uadoqucloslllósofos
n1omles coloquen en el mi""n grupo a lm niilos ~·a los locos. que
no son to1almc111c rcsponii.:ihlcs de sus acciones, dado que asl como
i<e>UJIOllC4Ueloslocoonoticncnlihcrtaddcdl.'Cción.losni~no
ticnenaUnlacapacidnddcm.wnarbicndcsarrollada.lnclusoseriu
jusluasignarlcmásrcspnnsabilidadalui;nii\os.dadoquc:loslows,
debido a su can:ncia de libcrlad para elegir, :;on complewmente
im:sponsables mienir.is lfü niil<t~. en In medida en que 1iencn Ja
capacidad de razonar desarrollada hasm cieno punto, puL-den con-
sidcrar.;c cn cicnu gradu r.,,;punsalltes
Cada i;cr humano con libertad de elección y caJlDCÍdnd para
razonar 1ienc tu obligación de .cr n:•p.msable de sus accionL'S.
aunque puede ser que no se encucmrc p<:rm1111entcme111c en pro-
ceso de reílexión. investigación y dclibt:ración accn:a de cómo
dehcrfa actuar. Una per.ona anuncia cada tanto su de.seo de uu-
mir la responsabilidad de In consc.:ucncios de susacciuncs. ~un­
quc no haya deliberado :;obre ellas o no 1cnsa intención de hacer-
lo en el futuro. Una declaración de ese tipo euns1ituye un avuM:e
""brc la negativa a a5umir la ,.,,sponsabilidad: al menos implica el
rcc:onocimien10 de la existencia de la oblisación. Pero no libl:ra
al individuo del deber de involucrarse en el proceso rcílcxivo anun-
ciado hasta el momento. Y no hay que dL-cir que un individuo
pucdcusumirlan:sp.m.... bilidaddesu~acciones)"&Cllmrenfor­
mn equivocada. Cuando decimos que alsuicn es responsable. no
queremos decir que siempre hace todo bien. ~ino solamente que
manlicncprc.sentesudebcrdcbusc11rlocorrecto.
La persona rcsp.m~uble noescapricho.~n ni anárquica. ynque
ndmitc sus obligaciones morales. Pero insiste en que ello es la
únicnqucpucdcjuzgarculilcssoncsascons1ricciones. Puedees-
cucharconsejos de In• olnll<. pem toma sus propias decisiones en
basca loquclcparccenbucnassugcrcncins. Pucdcnpn:m/crdc
l"" Jcmñs acerca Je e'las obligaciones morales. pem sólo en el
sentido en que un malem<ilico aprende de otros matcm:í1icos ~s
decir. eS<:uehando sus argumentos. cuyo valide~ re<:onoce a pesar
de no haberlos concebido por si mi,mo. No upn:ndc en el .~entido
en que uno aprclllicdc une.\plor.:idor.e~dccir.aceplando la vera-
c;,,taddesusn:latossobrccosasqucunonop11cde'"crporsucucnta.
Dado que el ...:r humano responsable toma decisiones mora-
les que se manifiesta a si mismo como imp::rati\OS. J):klcmos de-
cir que se autolcgisla. C::n simcsis. es <1111ú1w11w. Cómo ~osticnc
Kam. la autonomia morJI e~ una combinación de libenad y n:s-
ponsabilidad; s..:: lmla dc n:spclllr la.~ leyesquenohacreadoparJ
si mismo. El im.Jividuo 11u1únumo. en la medida en que lo cs. no
~.,;uí sujeto a lo voJunLad de otro. Puede hacer lo que otro le digu.
pero no1>orq11c se lo hayan dichn. Por lo 1anlo, es Ullll persona
/ibn:,enscntidopolitico.
Dado que lu n.'Sponsahilidad tk cada persona por sus ae<::iones
escons•:cucnciadcsucop:icidaddcclccci6n.nopucdercnunciar
11 ellu o dejarla de lado. Pero puede negar.;c a reconocerlo. ya sea
en forma deliberada. o simplemente no reconociendo su condi-
ción moral. Todas las pcr.;onas se niegan u asumir la responsalli-
lidiKI de sus acciones en un momento u olro de su vida. y algunos
individuos recluwm tan sis1cmi\1kame111e su• dcbl:n:s que sepa-
recen mós 11 ni~<i• muy crecidos que a adultos. Si la autonomia
moral es sólo la com.lición de 11.~umir la responS11bilidad completa
de 1as propios acciones, se sigue que los io:res humanos puo:den
pcnlcr su aotonomiu a voluntad. Es decir. un individuo puede
decidir obedecer las ónlencs de olro sin intenrnr siquiera d«idir
porsimismosiloquc.~elconlcnacsbuenoointeligcnte.
F.stecsunpu11Loimportantcynodcbl:ríaco11fundirsecon la
ufinnaeión falsa de que un hombrepucdedcclinarlan:sponsabi-
lidod de sus acciones. lncluw luego de hal'icr:;c sometido al deseo
de otro. el individuo sigue siendo responsable de lo que hace.
l'eroalncgarsencntrarcndclibcr~cioncsmoralcs.alaccptarlas
ónknes d~ otros sin cucstionarlns. picnic su aulonnml11. De modo
que Rousscnutiencrvónaldccirqucunscrhumnnonopucde
seruneS<:lavonisiquiemporelc«iún,siconesoquien:de<.:irquc
hnsLa lose,clnvos son moralmente responsables de sus actos. Pero
está ci:¡uivocodo ~i con ello quien: decir que los seres humanos no
pucdcnubicn~voluntariamcntecnunaposiciúndcscrvilismoy
obediencia ciego.
f:!lisknvoriasformasydiver11osgradusdepénlidlldclam110-
oomla. Un individuo puede renunciar o su mdependcncia de jui-
cio .,\lo en rcl11ci611 a un asunto. o n:spc.;;to o cierto tipo d~ asun-
tos. Por ejemplo, cuando me pongo en manos de un m~'dico. me
comprometo a cumplir con el 1ratamiemo que él indique. pero
:Wlo en relación 11 mi sulud. No lo convierto en 1Tii consejero le·
gal. p<ir ejemplo. Una persona r>u~..Jc renunciar a su aotonomfa en
algunus temas -o en todo- Jurante un perio<lo de tiempo dctcnni·
nado. o p11ra toda la vi<la. l'ucdc cumplir con todas las órdem:s.
cu•lcsquierasc1111,salvoalguna•accioncscspccilicas(porejem·
plo. malar) que se niega a realizar. A panir <lcl ejemplo del mc!di·
co. es evidente que existen al menos dcrtas situaciones en las
cuales es razonable renunciar a la propia autonomia. Y de he<: OO.
en este complejo mundo de pericias técnicas. nos prcgunrnmos si
alguna\·czrcsult11razonahle1"'hacerlo
Uadoqucelconccptodcasumirorenunciaralaresponsabili·
dadeseentral paraladiscusiónquesiguc, vale lnpcnaaclarnrun
poco mh. Asumirla responsnbili<la<l<le las acciones que uno hace
significa tomar decisiones finales sobre lo que uno debi: huccr.
Para la persona autt;noma. no existen las Unl<'lll.'.<. en $Cntido es·
tricto. Si alguien de mi entumo esta <lando k• que se supone "'m
órdenes y espera que scanobcdcc1da,. ese hecho scnitcnidocn
cuenlll en mis dclibcraciunc,. Yu puedo decidir hacer lo que e""
pcrsunameordcnayhastapucdo:ocurrirqucclhcchnmismndc
qucdélll.'iórdcnesscaclfactorquchacequc.cnc:o;asituación.sca
<lciii:ahlccumplirlus. Por ejemplo.si me encuentro en un barco
que se eslá hundiendo y el cupillin <la lu orden de preparar los
botcssalvavidns.todoclmundoleobcdcccfX>rq11ee.<dcllpiltin.
pucdndecidirqueencsascu1.:un>tandiL,lnmcjorcshaccrloquc
él indica, dado que Ju confusión que iicneraría mi Jc~ol>l:<licnci11
seria perniciosa. l'ero. en la medido en que tomo esa decisión. no
estoy obedcáemlu u ,.,1 onk11. F.s decir. no estoy admilicndu que
él tiene outoridud snbrc mi. Tomarfo lo misma dc~isión. por los
mismos motivos. si uno de los pasajeros hubiera cmpc1.adn 11 dar
"órdcncs~y.cn laconfusión.hubicrasidoobi:dcddo.
En política. ni igual que en la vida en general, las rcr.;unas
suelen renunciar o su aulnm>miu. Existen numerosas causas parJ
este hecho y también numerosos 31'JllllllCl1los para justificarlo. l .a
moyoriu <le lns individuos. como)'ª ..cftalamM. siente tan imen·
!>Umcntclafoerzadclatradicibnolaburocmciaqueaccplan>in
pensar los reclamos de autoridad que lmccn su.• 'upucsl<" gobcr·
nantes. fararocnlahistori;idelahumanidad.queunmdividuo
llcgu~siquicraacucs1ionardder«hodcsusu111llSudarOr<lcnc'
ylaobligación.suyaydcsuscongfocrcs,dcobcdcccr.Pcmuna
vez inicindo el peligroso cuc.<tion11micnto,""' pueden presentar
muchosargumeotos paro demoolrar la 11u1oridad de: losgohcman-
te:>. En1n: los m•s 11111iguos. figoru la afinnación de Platón de que
losscn:shumanosdchcrían rcinilirscalaautoridaddequifocs
tienen un cnnodmiento o sabidurfu superior. Una vcr•ión moder-
na y nu!.s sofisticad11 dc csta idca es sos1cncr quc cs mlis probablc
qucclpon:cntajccducadodc unapohlacióndemocnltica partici-
pe11e1iv11mentecn l11vid11politicayquccsjusloqucclscgmento
nuil informado del clcctorudo pcrmanoca pasivo. yn que su in-
greso en la escena potílica sólo cons1i1uye un argumento para los
dcmugogm y los cx1n:misl11s. Varios cicnlistas políticos estado-
unidenses han llcgaJo a afinnar que la apatía de las masas de
Estados Unidosc.~unadc lascau'llsdc la estabilidad)'. por ende,
unahucnacosa.
Nucslru condición moral exige que reconoicamos la rcspon-
sabilid11J y prac1iqucmos la 11utonomi11 donde y cuánJo sea posi·
ble.A veces. eso implica una rcílcxión y dcli~ración moral; otras
veces. hay que reunir informncióncs~cial, incluso técnica. El
ciuda.da.no esladounidcnsc conlempon\neo. por ejemplo. tiene la
oh ligación Je conocer lo suficicnlc Je ciencia moderna como para
poder seguir los debates sohre poli1ica nuclear y llegar a uno con-
clusión indcpcndien1e'. Existen cnonncn obs11lc11Jos. algunos in-
supcrJblcs. para logrJr la aoionomia completa y raciono] en el
mundo contcmpor;ineo. Pero de todos modos. micntrJs admita-
mos la rcsponsabilidaJ por nocstrus acciones. y m:ono1.comos el
poderdcr.iwnarquetcncmos,JcbcmosadmiLirigualmente la
permancn1eobligacióndcserau1orcsdc lasórdenesquepoJria-
mos obedecer. La paradoja de In conJición humana en el mundo

,, J~, no« 1omdolkd oonH• "'"""·da.lo""" nn '"'"' d°""""' d<toll0<1l<tlicm,.,


,,.i.,,.
leioricm par• IH d<ci>i•••"" pollu<a•. lle _.,,_el coudo.b•• ~"" nu """"lo
""!~<tod<lon.Ji..,i0001olmi<•nopucd<ni>iquicr•h,.,-;rdccuo:n10"""lic....,un.
opmu'Jnprnp .. ,.,¡,~11r..:1ihihdodd<l<.,n:fusi"'11ómi<0<:y«""''lu<ke<ión""""ill
'"'~"'.'"'""""1';.,d<prim<rlloquoo>q:~,,....,,,dopond<J<IJp..,.hilidoddo

;:;::~,:,:i,o;,:;•:;:,:!'..~',~~;: -'!'~~:~~~,:.;~;:".~~~.\~;:r...,,..doq0<Jo
moderno es que, cuánlo mds complelamente rtt0noce el dem:ho
y la obligación de ser su propio amo, mlis complclaim:nte se con·
vierte en el objeto pasivo de una tecnología y una burocracia cu-
yas complejidades no puede ni siquiera aspirar a entender. Hace
apenas unos pocoscientosdeailos.un individuo con una buena
fonnación podia ~nto:ndn los principales temas de gobierno. as!
como a su rey o Parlamento. Un ei;1udianlc terciario de hoy. que
no domina los temas de poUtica e:-:tcrna e interna acerca de los
cuales se Je pide que voie. podría entender ~in grandes diticulta-
de:i los problemas d~l siglo XVIII

3. El conflicto errtre autoridad y autonomía


La marca que define al Estadoe5 ID autoridad. el dered10 aguher-
nar. La obligación ¡'H"imordial del ser humano e~ la 11utonomia. el
rechazo a ser gobem<ido. Parecería. entonces. que no se pul-de
resolver el cuníliCto entn: la autonomía del individuo y la mnori-
dad putativa del Estado. En la medida en que un individuo cum·
placon suohligacióndcscrclautordcsusdccis10ncs. podnire-
sislir al rcctamo del Estado de tener autoridad SQhre él. F.s decir.
rechll7.1rá su ohligacióndeubedeccr las leyes del Estado¡,,,rcl
simple liedro tle q11e sa11 leyes. En He sentido. parecería que d
anarquismoutaímicaduo;;1rinapoliticacoherc11tcconlav1rtud
de la autonomía.
Pero un anarqui~'8 puede entender la necesidad de c11mplir
con la ley bajo ciertas circunstancias o por el momento. Puede
incluso dudar de que exista una posibilidad rcal de ctinunar el
Estado como insun1ción humana. l'em nunca sus1enJr:i que ia~
órdenes del Estado son legítima.<. en el ~entido de to:ner fuer¿.1
moral obligatoria. En \In sentido. podrínmos describir ni anarquista
como un indi\·iduo 5in pais. ya que aunque ciertos laws lo una11 n
la1ierradesuinfancia;ticneexnctamcntelamismarelacitlnmn-
ral con '"su"' gcibi~rnQ que cun el de cualquier utro pais en el que
podría pasar algUn tiempo. Cuando me VO)' de vacaciones a Gran
Bretailn, ohedo:LCU lu lcyC?>. tanlo por imen!s propio. cuanto por
Jas considcmciom:s momlcs obvia5 en cuanto al valor del orden,
lnsconsecuencinsgcncralmenteposiLivasdc pl'eliervarunsisLe·
madepropicdadyun11lis111largadeidcusporelesLilo.Alregrc-
sar a Estados Unidos, tengo 111 sensación de volver o 1111 pals y. si
pienso en el asun10. imugino que Lcngo una n;Jación m'5 intima
cnn las lcycsesllldounidenses. Fueron promulgada por mi gobier-
no y. por ello, tengo la obligación especial de obedecerlas. Pero el
nnorquisw me dice que mi sensación es puramcnu: emocional y
qllC no tiene base moral objetiva. Toda autoridad u igualmente
ilegítimu. aunque no pnrcllo igualmente 1ccp111ble o in1ccptable,
ymiobedicnciadcloslcyesestadounidenscsdebcprovcnirdclas
mismos coosideraciones que Lcngo íucra del país, si lo que quiero
es ser moralmente autónomo.
El dilema planteado 1<1: puede expresaren fonno sucinto como
el concepto de Es1ado 1k jlllf!. Si todos los seres humanos tienen
la obligación permancnLe de lograr el mayor grado de autonomlo
posible, fllln:<:ería que no existe ningún Es111do cuyos individuos
tengan la obligación mor.il de obelkcer sus órdenes. De me>do
guc el Estado legitimo de j11n! pon:<:erla ser un conccpLo vaclo y
cl11n11rquismolilosófico,lu(micacrc<:nciapolíticarazonablcpara
un ser humano bien informado.
11.
La solución de
la democracia clásica
l. La democracia es la única solución pra<.1icable

No L'S necesario oírc.:cr demasiados argumentos "'hn: In' m~ri·


to.•dclosdiver.;nsliJ10s<.h:E>.Ladnquc.tlcsdcPla1ón.hansidoel
tema típico de las filosofias politicas. A pc!illrdcqucaJohn Lockc
lcp11""i6qucvalíalapcnadcdicarunlrnladucnlcroa ladclCnsa
de losdcrcchoshcn."llilllriosdc los reyes que habia~dmSir Robcrt
Filmer. la creencia contemporimea en cualquier fomm de autori·
Jod Lmdiciunal e' Lnn débil cumu los argumcnlos que se planlean
a su füvor. Sólo exislc un tipo de comunidad rinlitica que riu~'<.la
of11:1;<:r alguna csricrJrl.lll de resolver el con nielo cnlrc autoridad
yautonomia.ycslademoxracia.
El argumcnlu es el siguiente: los seres humnno.• no pue<kn
scrlibrcsmicntrasc:;binsujcln'alavolun1addco1ros.yascauna
pcrsona(unmonarca)ovarias(losaris1Ó<;ralas).Pcm,ilosindi-
viduosscautngnhicrnan.sisonnlavc:i:lcgisladorcsylegislados.
pueden combinar los beneficios del gobierno con la grJcin de la
libertad. El gobierno purt1 el pueblo nocs más que una escla,·itud
bc11Cvolcmc.pcroelgobicmoc/dpuchlne'lavcn.Jaderalibcnad.
Mientra.~ un individuo participa en los asumos del Estado. e' go·
bcmante y gobernado. Su otilig¡iciñn de cumrilir con las leyes
cmana.noyndcldcrechodi\·inodcunmonarca.nidelaaulori·
dad ~rcdiiaria de una clasc noble. ~ino del hecho de que él mis·
mu ha sido rucnlc de las le)· es que 1,, gobicman.Alli se encuentra
el reculiarméri10 )'el n:clamo de legitimidad moral de un Estodo
Jcm.x:rúlico.
Lademucracia trnslada una p:ine na1ural del deber de au1ono-
mla al reino de la acción colectiva. Asi como el individuo rc.~pon­
sable se auiogobiema. oblig8.ndoSt" a actuar del modo que consi·
dcr11 com:<;!O. una •ociedaJ Je indi•·iduos responsables pue<.lc
obligarse a si mi.<ma a res pelar las leyes cread11.~ en fonna cole<:-
tivo, obligándose a cumplir con lo que entre todos considcron
correcto. 1;1 gobierno de un Estado lkmocrático. entonces. no es
sino un scr1·idur del pueblo en <.vnjumo --cstrie111mcntc hablan-
do- y está c1w;:uga<.ln de ejecutar la~ leyes acurdadas por todos.
En palabras de l~ousscau. -cada persona.aunqucsc una a tudas
la.~ demás.( ... ) se ob•:decc sólo a sf misma y permanece 1an libre
como an1es·· (be/ wmr<11" .>Od«f. Libro J. Capimlo 6).
El<ploremos cniunces esta propuesta de ccn:a. Empcll!rcmns
1.:onlaíunnarnássimplcqm:f>UcdCtenerunl3sladudcmocnítieo:
l11democrncia<.lirectoyunánimc.

2. Democrada directa y unánime

Entcorio.cxis1cunasolució11paraclproblcmapla11tcudo)"Csle
hecho cs. en si mismo. bastante imponanle. Sin embargo. la solu-
ción requiere de la imposíci1'>11 de ".mdiciones muy rnlrictivas
que la vueh·cn aplicable sólo en situaciones reales bos1Dnlc raras.
l.osolucióncsunnJ~mocraciadin:cla---<:Sdccir.unacomunidad
politieacn laquecad•1pcrsonav<1tasobre~adnasunt<1-gobcma­
do por unanimidad. l:,n la dcme>ero.:ia dircc1a y unllnime. cada
miembro de lasoc1cJad impul!lll libremente coda ley que scapruc-
bo. Dc manera quecs un ciudadanocon lcres a las eU11les ho pres-
tndo su conscn!imien10. Como un individuo cuyas únícus Limita·
cionc-s son los dictados de su propia voluntad es autónomo. se
sigue que en la.~ dcm<Krncia~ directa~ y unánimes. los so.:~' hu·
manos viven en una an11onia entre el deber de la autonomia y las
órdt:nesdcln11u1oridad.
SepoJriaalcgarquenisiquieru!!>.Leca.'iOlimitccsgcnuino,)'ª
que cada individuo se obedece 11 si mismo y, por lo tanto, no l'l:S·
poodc 11 urwautoridad legitima. Pero el caso es realmcn~diferente
Je la situación prcpoliticu (o apolítica) de la autodeterminación, ya
que luuutoridadalaquecadaciudndanol'l:spondcnocssimplc·
mente él mismo, sino la Je fo cumuniJad 1oda. lus lcyc-s ~ aprue-
ban cn nombre del soherano. que cs toda la población de la comu·
nid11d.Elpodcrquccjeeu1alalcy(sihubieraciudad11nosquc.lucgu
Jc:vutarunariorma.seresiMenacumplirla)eselpoderdctodos.
reunidoscnclpodcrpolicialdclEstado.DccstamuncruscexlerTmli·
1..a el cunílictomoralentre Jc:bi:rc inletts que aparece cada tanto en
Juspcrsonusyla vo:t.dcldcbcrscc.~prcS11conlaau1oriduJdcl11lcy.
Cada individuo, pur decirlo de algún modo. encuentra lo mejor de
•i mismo en la forma del Estado, ya que sus dictados son le}·csquc
lll!i personas di:cidicron aprobar, luegn de la debidu deliheraciOn
l.ademocraciadirccta)'Urninimcsólocsfactiblesiexistcun
acucrdosus1ancialcn1rc1'""'·'lm.m1cmbro.sdcurwcomuniilnJpcira
lrn; '"untrn; de mayor importaJ1eia. Dado que en el @Obiemo por
ur11111imidadunsolovo1oncgativoaka11:t.apararcclla.aircualquicr
moción, al menor desacuerdo re.~pee•o de un asunto imponan1e se
wspcndcn lasoperacionc,dc Loda la sociedad. Dejar.ide funcionar
como uoa comunidad polilica y entrará en una sihwición de 111111r-
quí11 (o al menos, de ilcgílimiJaJ; )' puc-Je surgir un gobierno <k
(a1:I<> que tome el con1rol). Sin embargo. no lllly que pensar que la
dc:mocmcio directo y unánime requiere. pura c.~islir. di.: 111111 po:rJi:c·
111 armonía de inlere~s o desern1 Je lodos los ciuJaJomis. Puede
!Xurrir que haya oposiciones fucncs. incluso violenta.~. Jcnlm Je la
comunidad. que podrlan ser de euilo económico. to linico que se
m:1:csi111csquc,cuandoloscioJadunosscrcUncnp<1raJclihcrJr
conelfindcresolvcrdichosconflic10s.scpong11ndcncucrdouná-
nimemente ocen:a de lu leyes que se deben nclop1or'

l. lnkD.úllinn .. •ftn>.nm11<n• ..,,. fol""'"''"''lloim•h"''º'rl• ..•J,.la•r"•i~iliJ..1<,


ilo lum1do.lo<i•i011«,..~W1>nimi.Jad) b•nJ...:nt.i<n"'l'"'"'ru<Jo l•>¡:rar "'"')"'
milldoho~uo'<<•P<"• Puto¡<n'lpl~.J....,R""l>.onnnon>D)»MU)""'""'iJo>lilnloJ.•
"lOU\1oiocomo'"l"i.iaJ"O-J.l.01•0-.M..J,,J.1o¡oo¡o¡),n1ili1••"'n'""nJ.:l,.. 1.,ma.ln•
ilolo"""l>J0Lonq1,.,;"'¡'¡,,potn•""l"'""b'"'"J'"i"n'""'i"l"<n•l<•""~"'l'"do
Por ejemplo, unu comuniduJ puede poncr.ic Je acuerJo en
forma unánime acerca de cienos principios de arbitroje obligato-
rio por medio de Jos cuales se rcsol\·cnin los connic1os ~'«lnómi­
cos. Unindividuoquehaya\·01adocsosprincipiospucdevcn.een
situacióndcdesvent11jaalaplic11rlosenuncasodi:tcrminodo.l'ero
sicn.-c que los mismos son justos y sabe que los votó. admitici(sc
supo~) su obligación moral de aeep111rlos aun11uc pn:fcriria no
estar sujeto a dichos normas. l~cconoceni eso.• principios como
propius.igual11uecualquieradcnorotrosquesehu)'aCOmprume-
1idoca11 u11 principio moral n.:conoccni •u obligatoriedad 11u11quc
len:sulteincu11venie11te.Má.spn....,ir.amc11tc.escindividuote11dni
lu obligació11 moral de obedecer las órJc11cs del conscjo o jumo
mediadora ..<en rn<1/ .¡ea fu dccisiim. porque los principios que la
gulanpmccdcndcsuproplavolu11Uld.Así.laju111Dte11dni11utori-
dudsobn.:él(esdccir.dercchoascrnhcdccida)yélcnnserv11rñsu
autonumíamuml
¡.f.11quécircunstunciaspodríaunudcm01:raciadin.'CID)"llD:i-
nime funcionar durante un período de tiempo ra:zonable sin con-
venirse en un~ serie de decisiones negativas"/ La n:spucsta. creo.
es 11ue hay dos tipos de democracia directo y unánime que "'"'ª"
prácticos. El primer tipo, es el de unu comu11idad di: personas
que. inspiradas puralgim ideal religiosoose<:ular. csté11 tutDl-
mentc de acuenlo e11 cua11to u los objc1ivos del grupo y los mc-
dioo para ulc11nz.orlos quc l11s dccisinnes sohre los 1cmas csc11cia-
les se pueden turnar por consenso. Lus comunidades utópicas del
siglo XIX y algunos kibuLl:im israelíes del siglo XX son i11s11111-
ci11s plausiblcsdel fu11cio11amiento dc csa unanimidad.Al final. cl
conscnllOscdisuclveyaparc.:endistintasfüccioncs.pcrocn11lgu-
nos casos la UM11imid11d se pudo conservardunmtc varios ai\os.
El segundo lipo posihle cscl de una comunidad de individuos
con intereses propios racionoles que deseubrcnquc sólo podrán
Co.'iCchnrlos írutusdc tncoopcraeiónsi mantienen launa11imi-
dad. La comunidad íuncionanl en ta medida en que cada miem-
bro esté convencido de que los b.:ncfieios que obtiene de la co-
uperación -incluso en condiciones de compmmiso impuesto por
loneccsidaddeunanimidad-supcranalosbcocficiosquetendria
si conara sus lv.os con los demlis. Por ejemplo. se supone que
todos los participantes aceptan la cconumia liberal dásica. go-
bcmadB por las leyes del mcn:ado, porque cadB uno reconoce mnto
q11e es mejor estar dentro q11c fücra del sistema. 0·1101110 qru: co11l-
quicr dcbilitamiento de la prohibición de rc1liz11r11Cucrdosquc
restrinjan el comercio tcnninaria causándole mb perjuicios que
bcncficios.Mientras1Qdosloscmpresarioscrcnncnc~111sdospro­
posicioncs,babnlunanimidadcncuanlo11luslcyesdelsis1cma.n
pcsnrdelaícrozcompc1eneia 1.
Apelllls surge un dCSBCucrdu en un asunto imponantc. se dcs-
lruye la unanimidad y el Estado, o bien deja de serdcjllfv. u bien
debe descubrir algím medio para resolver los problema.~ que gc-
ncnrron la disputa sin privar a ningún miembro de su au1onomfa.
Cuando la sociedad cn:<:e demasiado como para que sea ~onvc­
nicntc llamar regularmente a asamblea. hay que cnconirar lama-
nera de llevar adelante lo.~ 11s11n1os de J::smdo sin condenara la
mayorladelosciudadanosalacondicióndcsujctossinvuz.1-ll'
solucinncsque. tradicinnalmcnte, propone la Lcoria de lodCfllo-
cracia para estos problemas tipicos sun. obviamenle, la rcpn:!>en·
toción )' gobierno de la muyorio. Nuestra próxima tarea ~era en-
tonces descubrir si la democracia rcpo:sentuliva de la mo)oria
mantiene 111 autonomia que los seres bumanos logran bujo la de-
mocracia dir«:ta y unánime.
Dado que la democracia unánime ~ólo puede existir en condi-
ciones muy limitada.•. se pucd.:: pensar q11e no ~ale demasiado la
pena anali1..arla. Sin embar¡:o, hay dos 111zorn:s por la.~ cuales la
democracia directa tiene una gnrn impnr1ancia te6rica. La prime·

?. Cslric""oo101c hobloró>. C>I<..,~,_i,, ojomplo ik <•muni~oo.J """"""º '1.Nc ,.,.


irnpnfcao.¡a~uoo,;,.,c...,dof<m><i•in•J'OlllU<<nln:•-...nrrom<t<r>e•"<•uuurri•"'I'''

.
:~~~::,:~!':~·~~.~~;:;;;:,:.-:= :~:~r:·:.~m.::'.!~i:·~~,":~: ;:;~~:;· .
rn es que e.runa solución genuino al problema de lo au10nomía y
la autoridad. y que. como vcn:mo.•,esto la vuelve b.lstantc in·
usuul. Pero aún m1b importante es que la democracia Jitteta y
unánime es el ideal (a menudo inexprcsado) que subyace o buenu
pune de l11 tt:0ri11 chlsica de la democracia. Se introducen los me·
canismos de la mnyoríu y la rcprcs.:ntoción para superar los obs·
táculosqucseprcsentanparolaunanimid11dyl11dcmocraciadi·
1\.-cla. La ummimidud se cunsidera el métudo de tomar Jccisiones
más obviamente legitimo; las otras formas S<: pm•:ntan como
compromisos con este ideal y los argumentos con los que se de·
tienden pretenden mostrar que la 11u1oridru.J de uno democracia
un6nimcnosedcbilitapor1Dnecesidlldderecurriralarepresen-
rnción o el gobicmu de la mnyoría. Una prueba de la primacíu
teórica de la dcm1>1:raci11 directa y unlinime es el hcd10 de que en
tod11sl11~t.:ori11sdccunlrotosoci11l. la11dopciónorigin11lcolcctiva
dcdicbocon1r111osocialsicmprecsrcsul1adodeunadccisiónumi-
nimc. tomada entre lodrn< Jos que Juego pueden considerarse rcs-
ponlillblcs antc cl nuevo Estado. l.ucgoscintroduccn los meca·
nismos de 1.'11mpromiso como medidas prácticas, y su legitimidad
se deriva del& del oonlra1oorigin11I. 1.a pres1mciónde que la una·
nimidnd genera un Estado e/e j11re ni siquiera •C discute
acelorada111cntcy11quc, para la mayoriadclosteóricosde l11de-
mocraci11.esperfcctamcn1eobvia.

l. Democracia rcpresentaliva
Si bien el problema del desacuerdo es el más inmcdfoto, 1nuan!
primerolesdificultad~-i;dercuniónquecondoccn-.:nlatcoríadc
la democracia- a adoptar el mecanismo de un Parlamento reprc·
sentotivo'. Hay dos problemas q11c se rcs11clvcn con la rcpn:si.:n·
tación: primero. la ciudmfania completa puede ser demasiado
numerosa como para reunirse en una sala o un espacio abicno; y
segundo, los asunlos de gobierno pueden n:t¡ucrir una 111ención y
aplicación con1inu11.• que 51\lo fos neos que no trabajan, o los po-
liticos de cam:ra pucclen brindar.
Scpucdcdislinguircntn:\"ariostiposdel\:pn:s.:nmción.ik.."'1dc
una mera delegación del Jerccho a \"olar, hasta un cambio cnmple-
to cn toJ1LS lu funcioncs dc toma de dei;ision~'l>. L.apn:guntaquc
h&yqucn:spoOOcrcssialgunadccs:isformasdclan::prcs.:n1ación
manticni:nad..,.;uadarncnteloautonoml11t¡uccjcrccnlasperY1na.•a
trav~ de las decisiones que coma la comunidaJ coJa por unanimi-
dad. ~ n::sumcn, un indi\"iduo n:sponsable. ¿Jcl>l:ria compromc·
tcrscaobcdcccrlasleycscn:adasporsusreprcscntantcs?
f.ltipodcre¡m:senlaciónmilssimplcesladclcgacióncstric1a
Si no puedo paniciparen la asamblea donde se vo1a. puedo recu-
rrir a un delegado con instrucciones de cómo vutur(o;on mandato
imperativo). En ese caso, es ob\•io que estoy tan obligado por las
dccisiunesdelaasamblcacomosihuhicrncstadopn:scntcfisica·
menee. El papel del delegado legal estli detenninaJu demasiado
cstredwmcntc,pal'llqucsirvaJemudcloau11represcntantcdcc-
10. Enlaprác1ica,csimposiblcquclosrepn:scn1antcs1·uclvona
sudistrito11ntcsJccadavo1acióncn laasamblcaysondeea lru1
volantes. Claro que losciudaJanos pueden onnar11 su l\:¡m:scn-
tante con una lislll de preferencias para los votos futuros, pero
muchos de los lemas que se planiccn en lo asamblea no habnin
sido planteados en 111 comunidad en el momento de elección del
n:prcscn1an1c. Amcno~t¡uc vaya a haber una nueva elección en
ocasióndecadadclibcraciónnoprevism.losciudaJanossc1·eriln
obligados a elegir como representante a un indil·iduo cuya .. plata-
fonna .. gcneral c inclinaeioncs polilicas indiqucn quc, cn el fu1u-
ro, vota.-.1 como ellos imaginan t¡uc In harian respecto de Lemas
que ni los ciudadanos ni el n:pn:scm11ntc han siquicr.1. imaginado
Cwindol11scosastomanc•tecari.ttl<!scpamc:ióndc laJcmo-
craciadirecla.podemosprcgunt.1mossilalcgi1imidaddclacuerdo
inicial se mantiene. Tengo la obligación Je obedecer le>·c, t¡uc yo
mismo11f1rueho y tambi~n las aprobnda• por mi Jckgndocn cs1rie·
toacucrdocoumisinstruccio111.-.;.Pcro,¡.conqué11rgumcn1osscpuc-
.Je ufirmar que tengo la obligación de obl.-decer le)'CS que fueron hc-
ehas en mi nombre por una ¡xrsona que no tiene nbligudón de vo-
Larcomn yo mismo lo baria, y que oo licn..: manera de saber culili:s
son mis prcícrencias acerca de la medida que tiene d.:lance? Aun-
que ha)'& unanimidad en el l'arlame11to en cuanto a la adopción de
uno nueva medido. ese ~ho si.>lo puede obligar o los reprCS1:nUm-
l..:S, y no a todi~~ losdudadanosque se supone están repres<;:ntados.
Se podría rcsponder qu.: mi obligación descansa ..:n mi pm-
mcs11 dc nbcdt.-.:er y cso pucdcscrcierLo. l'erosi una promesa de
es.e tipo es el único argumcntoquejuslifico mi deber de obedecer.
no se put.-de decir qu..: yo siga siendo 11111ónonw. He dejado de ser
aulur d..: las leyes a las cuales me someco y me he con•·crtido en
sujeto(vulu111ario)dcotra persona. Prt...:isamenle, hayquefor-
mularlamismarespucslupara..:largumcnLndcquesiyoobcdeT.·
cu al l'arlamcnto, los resultados de es.e hecho !ICráll positivos. La
Jislinción moral Je u11 gobierno reprcscnlalivo, si lo huy, no !IC
basucn..:lhic11gencralquecaus11. nicnclhcehodcquesussuje-
Los hayan consentido en ser gobernados por un Parlamento. Lo
mismosepucdedccirJelacl..:ccióndcunrey,cosaquchaexisti-
do en las sociedades del pa.~odo. Se su1xmc que la legilimidad y
autoridad moral del gobierno rcprescnllltivo surge del hecho de
~ue es una e.•presiún de la voluntad dt'I pu~blo al que gobierna
Se dice que lo dcmncr.icia no <'S simplemente el gobicrno1x1r<1 el
pueblo, ~ino también Ci11directame1110:) d.:! pueblo. Debo obcdc·
ccr lo que aprueba el Porlmnento, .•·ca /u qm.' scu. porque su vo-
luntad es lambiCn lo mía. sus dcci~ioncsson misdccisionc~. )'por
lo tanto .~u autoridad nu es sino la suma de mi autoridad y la de
mis eu11Ciudadanos. Ahoru. un Parlamento cuyos representantes
votan ~in mandato cspccifirodc los ciudadanos nocxpn:sa mejor
•uvulunlDdqueunadicladuraquegobicmacunbucnasintcncio-
ttes pero independicntcmcmc Je sus sujcios. No importa que me
agmdcn los resullDdos. ni siquiera en el easo en que mi rcprescn-
lame haya volado lu qu<: imagina que a mi me habria guslado.
Micmra.~ yo no participe -ya wa en persona o por medin de un
dcle(!.ad~- en la aprobación de las leyes que me gobiernan. no
puedo al1rmar que soy autónomo
6)

A pesar de que Ja afirm11Ción Je h~ gobiernos n:prcsen1a1ivos


1radicionalcsdc estar pruh:gidos por el manto de lo lcgiLimiJatl es
infundada. p;irccc impccablccncomparaciOn con los reclamos
del tipo de políli'11 "dcm01:nilica" que cxiscc hoy en paises como
fatados Unidos. Ucsde la Segunda Guerra Mundial. los gubicr-
nos sc hun ido alcjando C11da vcz m6s de la vuluntad Jcl puehlo, 11
la hon de lomar decisiones. la complejidad de los asumos. la
ncce.~idad de co11ocimicn10 1«:nico y, más impmtantc alin, el w-
croto de todo lo que tenga que ver con la seguridad nacional. han
conspirado para atenuar la función rcprescnLativade los funcio·
nariosclcgidosaunpuntoqucpodrla llnmarsegcronciapolíticn.
o, como dir!a Pintón, "tutela ..,legible". El pm;idcntc de Esta<lu~
Unidoss61oticnclaobligación<leservirlosinu:rescsnoespecili-
c11dos de los ciudadanos. de manera.• no cs~cificodas.
Eldcrcchodcunsistcm11deesc1ipo11 llevar el rótulo de la
dcmuctaciascdcficnde.habitualmen1c.enba•colrcsargumen;
los: primero. los goh.:mantcs soo elegido..• por el pltl:blo de una
lisia que incluye al menos a dos cundi<la1os para cada pue.•m: se-
gundo. sc suponc quc los ¡¡.obemantesactúan en lo quc scglin cllos
es el imclis del pueblo; )" tcna:ro, el pueblo tiene la posibilidad
de cambiar con n:gularidad a sus gobcmanlcs. eligiendo olf'QS. En
términos generales, el sistema permite que los individuos lengan
cierta inliuencinmensurablcsobrc la élite gnlremantc. si asilo
desean. La genealogía del término ~<lemocracia"' no debe interc-
sarnos. Alcan7a cun scilalar quc el sistema dc lutcla elcgible cstá
tan lejos del ideal de auionomía y autogestión que ni siquiera pa-
rece unadcsviacióndedichui<leal. Noscpuedcpcn!illr.conscn-
liJo. que las personas son libres si sus rcprcsemnmcsvntancn
formaindcpcn<licn!i:<lesusdi:scos.osiaprucbanlcycssobrclc-
mas que no entienden. To1npoco se puc<le Imbiar de la libertad de
individuosquccslánsujelosad~-.;isioncssceretas..basadascndall»
sccn:los.cu>'osconsccucnciasafcctan•Ubicncstorysuvida
Poco dc,pué• d~I asc~inato de John Kcnncdy. aparccicrun
~arios infonncs sobre la hisloria interna de la di:.;i,ión de invadir
Cuba en 1961 y el riesgo de gocrrn nuclear <1ue provocó el blo·
quco 11 Cuba en l 962. Mús rc~icmcmcntc. c<>n el advenimiento
dtl gobierno de Nixon. empezamos a cn1cn11mos de cómo fue que
el pn:sid<:nle Johnson y sus asesores compromclicron al pais en
una guerra general en Vietnam. Mienlras cslc libro •e prepara
pan1supublicaeión.:<e1om11nnuc\'asJccisioncss..-..:n:1asqucpue-
Jcninvolucrural:s1ado•lJnidoscn lasiiuadúnde Laos.
Enningunadecsl1L~i11s11111ciasdetomadedccisinno:simpor·
tantesexistclamcnorrclaciónemrclusvcrdu.dcrasrazoncspara
dceidirla políiicaoficial y las nu.onesoíri.-..:iJa.~al consumo pú·
hlku. [)e modo que uno se pn:guma: ¿los c:siadounidcnscs cstlÍn
más infom13dos que los rusos que. pordixisiún de Kn.ischcv. pu-
dieron cQnocer pan e de la venfaJ suhre S111lin?
Incluso las formas del gobicmn rcprescnLBli~o que"" apro¡.¡j.
manaunsis1cmaderepren"11U1.ci611genuinas11frendcundefeeln
curinsoypocodestacadoqucanulalalibenaddeloselcc10n:spara
detcrmin:irbajoquéleycsvivinin. Lllpn.-su11Ci6nquesubyaccala
pnkiica de la n:prescnwciún es que cadaciudaJano licnc lauponu-
nidad. m~..Jianlc cl volo. dc dar u conoccr su prefercn<;Ín. Si por un
momcntodcjamusde 1encr en cuenta los problemas rela1ivos algo-
bierno de la mayoria e 1gnor:m1os 1:1mhién la anulación de lcgi1imi-
dad quc (1CU1TC Cu11ndo en cl Parlamcnlnlll:\'Otanosunlosnoplan-
Lcados dui-Jnle la cl~.....,¡,;n de los n:prescntantes.el ciu<.lndano que
hace uso de su Jcn:cho a volllr cs1:\ presente en la cámara a llaves
dclopersunudcsun:pn:scntant1:.Perocstoimplic11que.enelmo·
mcn10 de la clccciún. cada pcr.<ona tu1·0 la oponuniJaJ senuina Je
volur a un cunJidato que reprcscnL.a su punto d<: visco. Puede ser
mi noria.claro. y s.ucandida•o incluso p11<:de perder. Pero al meno.<.
ticnc la oponunidnd Je planicar s1L< prefcrcrtCias en las urnas
Pero si el ni1mem de ccma.• que se Jebaicn durunlc la campu-
ib electoral es mayor a uno n dos. y si hny l'MÍas oolucioncs posi-
bles {como es probable que suceda) para cada unu de los asuntos.
las pcrm111aciuncs de '"plalllfonn"""" compll:Las. al1cn1n1ivos y CU•
hcremci;. ser.in muchas 1nás que el número de candiWuos. Supon·
gamos. por ejem pin. que en las elecciones dc Estndos UniJus hay
cuatro puntosa discutir: una ley agricolo. atención de la salud para
los unciullOs. extensión del proyecto de ley y dcn.~hns ci1'iles. Si
simpliticornos considerableme111c el mundo real. podemos supo-
ncr que se eslin consiJerando 1n:s corsos de acción posibles para
el primer tc1na, cu11tro p¡ira el segundo, dos para el 1m:cro y tres
para el Ultimo. Por lo 1anto. cada persono puede elegir entre
3 K 4 x 2 x 3 ~ 72 solu1.:ium:s pa111 lus1.:uatro problema~ Por ejem-
plo, puede es1ar a favor de la paridad total. la am1iación del pro-
yecto del ley)" la inexis1enciade una ley sobre derechos civiles; o
a favor del libre mercado para los prndu1.:1os agrícolas. la ausen-
cia de servicios Je salud, la exlensión del proy«to de ley )'una
ley fuene de derechos civiles: y así su~sivamcnlc. Ahora, para
ICner la seguridad de que cada volante licne la oµor1u11id,,d de
vo1arporloquecrce,1endriaqucb11bcr72candidatos.cadauno
rcprci;entant.., de una de las opciones tógicamenle posibles. Si un
eiudadanonopucdeni siquieracncontrar11unt·,mclil/11wcuyas
opiniones coincidan con los SU)'as, es imposible que envle al Par-
lamenln a un r!!/>lf!.rel//allfe genuino. F.n 111 pníctica. sc les olfl:,¡;,;
a los vo1ames un pui\ndo de c11ndida1os y ellos de~n comprome-
ter sus cn:cncias antes de llegar a la~ um11s. En estas circuns1.-1n-
cias, es dificil \"er que con1enido 1iene la afinnación tic que las
elccciones1.:unstiluyenun11cxpn:sión<lc la voluntad del pueblo
Del comrato JOCial de Rousseau constituye el n:chazo más
pcncwntc 11 lademocraciarepresenlalí\'D. Cnn1rupcm11doro:scomu
Lockc,Rousscausosticncque:

"La sobcnmio 110 se puede JCtlrt'SClll.lr por la mismo ra7.ón que no


scpucdcalic11or;s11escnci11cslavolumadgcneralydicha•olu11-
1addcbcltablarporsímisn1R.0110c.xiste;esellamisma.,nolocs
no ha)· posibilidad intermedio. Porln1111110. losn::pre.1en1a111csdcl
pueblunoson,nipucdens.:r,1>Usn:pn::scntan1cs;sóloput.'tk:11S1Cr
sus comisionados y, como 1alo:s. no cmiu calificados pura wncluir
nao;lo en fonna definití~a. Ninguno de sus actos pued~ com eni~
~"Tilcy,amenosqocha)'DSidonuifica<luporelpncblucnpcrsona,
y sin es.i ratificación. ninguno es una l(y. El pueblo de lnglutcrm
~cngai111cwr.ndnsuponequceshhre:lncs.dehecho,sólodu111n­
tclael«cióndelns111icmbtnosdelP1rl1mentn:yaq~.encuanlu
scclige uno nuevo. \'UO:h'e a estar~-ncadenad"' y no~.,, rnKln. Y mí,
pordusuque hil\.'Cndi: sus l>Nwsm1>1nc111oodi: libo.'f1ad,mcrecci1
pcnlcrla.""(Librolll.e<rpi1ulu15)
Apéndice; U11<1 propuesl.i de democracia din.'l·/a inmediald
l.oimposibilid11dprácticadcladcmocraciadin:clllsuelcaccptar-
sc 1ácitnmcnlc en las discusiones conte1nponincas sobre ICQria
dcmocr.i.ticayscconsidcr11(.jUClaprcsuncióndcq11ccad11ci11da-
dano pueda votardin:ctamcn1c todas las leyes. por ejemplo. es un
aspccco desagradablemente utúpico de la lilo:•ufio de RouS11C<1u
Enrcalidad.losobstiiculosparaelejcrciciodcladcmocraciadi-
rcctawnmcromcntetCcnicos}'CSdesuponcrquccnestosdiasde
progreso 1ccnolúgico planifüadn. se podri11n resoh·er. La >i1111ie111c
propues1aesboiauno,nlució11dcc'ctipo.l11>to11lnslectorcsq11c
se sientan inclinados a rccha1..11rla a que n:n(xionen subre su real
actlludfrentcaladcmocracia.
Mi propuesta es que. a !in de supcrnr los ohstáculos que impi·
den el ejercicio dircetu de la democraciu, se establca:a un sís1e-
ma de máquinas dc vo1ación dcsde cl hogar. l:n cada cu.'M1, sclc
podria inslalar unuparato a la televisión que n:gislrura votos en
forma elccirónic11 y los cran>miliera a una computadora en Was-
hington. (Lus hogares donde no hubier.i una tekvisi<in recibírion
una como subsidiv fodcral. En la pnictica. esto no seria muy cu>-
toso. dado que sólo los muy pobres y los muy intelígcn1cs carecen
hoydeunatclc1·isi6n.)Parncvitarfraudcs.elurtilugioserlneapaz
de registrar huellas daccilan:~. De esa mnncru. cada persona po-
dría votnr..Olo una vct.. ya que la computadora rcchlli'J1rfaautomá-
ticamc:n1e lus mlns dublcs. Cm.Ja anochcccr. a la horn quc hoy se
destina a nuevos progmmas. habria un progrnmo 1devisivo en
todoslnsunalcsyentodoclpaisdu11dcsedcha1irfa111cmasíren·
tea coda la nación. Rcprese111antes de di1•crsosscctores diseuli-
rlan los proyectos de ley "presentados ante el Congreso" (como
los llamaríamos ahora). Habria informes de contexto sobre las
euc•tioncstoicnica1ncntecomplejas. al igual que debates forma-
les. prcgun1as y dcm:is. Se dc•ignnrinn cumités de expertos cuya
tarea serla reunir información. plantear sugerencia• y recomcn-
daeiones para la odopci6n dc nuevas mcdidas y rcdactar proyec-
IOSde ley. Se podria i11stiluir(aposicióndd Disidente l'úblico
f'ill'D gnrantiui.r el planlCQ de disensos y punlosdc vi.la inusuales.
Todos los viernes, lu.::go de u11a semana de debate y análisis, se
llevaría 1 cabo una votaci611. Las medid11s serian cxpuesw al
público. u11a por una. y toda la nación podria dar 11 eonoo;:r sus
pn::fcn::ncias ins1antáncamen1c gmcia' a la' milquinas. Podrla ser
necesario hacn algunos am:glos e.,pi:o;iulcs para aquéllos que no
pudieran estar en su casa a la hora de la 1·01ación. (Qui?..á vo1acio·
ncscnvario•horJriosdu111n1cddiaylanochi::pn::cedcnlcs.)!'R-
valcccria la mayoría simple. igual que ahora en el Congreso.
Lapropucsla 110c•pcrí~"Ctaponi1io:hay una grundifcn::nciaen·
lrctcncrclJlllpcl pasivodclc-scuchacn un dcbatcyasumirunrol
ac1ivodepanicipante.Sincml>i!rgo.1cndríaquco;crobvioqucuna
comunidad política que funcionara en bftsc a una .. democracia di-
n::c1a iost11n1ilnca"cstaria mucho milli~-crca de rcafüarcl idcal dc l11
democracia genuina que nosotros. en el ]l(lÍS supuestamente dcmo-
cnilico de hoy. La prini:ipal ohj«ión qi.io: 'ur¡¡iria de iomcdiam a mi
propues1a,sobn::todoporpancdcloscicnti>tuspoliticosc~o·
unidcnscs.~-sque<.:lsist<.:rnaio:ria ¡dcma,iadodemocr.iticu! ¡Qu¿
caos habría? ¡Qué anarquía! Las lllllsas incprns. libntdasacapri·
chosos cambios de opinitin. conwnirian nipidamcntc al gr.m go·
bicmu de Esrndos Unidos, estable y lcmo. en un absoluto desastre.
Scaprobarí11norceha7aríanproyec1osdeleyennl11mismairTt"s·
ponsuhilidadconlaqucho)·sedccidclapupularidaddcunaccrvc·
1.a. Las pcr.;ooas simpl~-:s. bien intcncionada.• e ignorantes serian
cngai\aJas con argumentos pervcn;oi; y pmlll('sas de que a cambio
dcsu\'otoobtcndriancloro>'clmoro. Lasrclacionc-scxtcriun:s
oscilariun cnlre el miliuirismo >' el 11i•laciunismo. Desapar«crian
losabiduria,eleono<:imicnto. l111raJicióny la experiencia.
La probabilidad de que se bicicmn cslos comcnlario5 indica
lo supcrficialiJ11d Je lu en:cucia cunlcmpor.ínca en Ja Jemocra·
cia. Es cvidculc que muy pocos indi,·iduo' creen Je verdad en d
guhi.:rim dd JJlll!blo. aunque por supuesto !od('ls deseamos mlu·
lamos. o noso!ro• mi:mu" > a nucslnm cn~migos. en 'u nombr.:.
O.: todos modo.•. los incridulos cslán equivocados, en ini opi·
ni6n. y no son leales a la re t¡uc proíc:.an. La ...,,puc~ta inicial a 1111
sis1emadcJCm0<;raeiadin...;1acinston1áncowrfosindudacatlti·
ca. Pero las [)Cri.01111< aprcnderian rápid11111cnlc-cos11 que ohora
no co:;urre-que su voto man:11 diferencias in medial.lis y visibles en
d mundo. Nudo genera un sentido de n:sponsobilidad ron lanla
velocidad como esa conciencia. E.•tados l Jnidos vería cn:ccr auto·
mtiticamcntc el interés de lns ciudadanos en la política. Casi no
,cri11nc:ccsoriolan1arcostososyfrusLranLcsc11mpail.asparacon·
""¡;uirvotos.Lapolilicacs111ríao:nhocadccodahombn:.mujcry
nillo lodos los dio.'. A medida que aumcnrnra el interés. se creario
una demanda cada Vtlnmyordcbucna..•fucntcsde infonnación.
lnclusoenclsis1cmuactW1l.enclqucpocoscstadounidcnscs1ic·
ncnlascnsuci<indcpanidparcnlosdceisiunc..<politica.<.lasnoti-
cias wn tan populares que los iníurmulivos de quin«: minutos sc
exLcndicmn u media horn. y hay programas L'llpccialcs de infor-
llllt('ión a cada rato. ¡,Alguien :;e uln:vc a llC!larquc la democracia
dircc111cinstantáncagcncrariaungradodcin1erésyp.anicipaci6n
en la vida política que hoy se considera imposible de lograr?
Enunsi..icmadcvcrdndcradcmucraciu,la.••·OCC$dclosmuchos
llhogarianlasdcluspocus.Lospobrcs.losnocdli.:Ddos..lostcmero·
sosdclusquchoyelb;tadosehacccargopcrununcaestánincluidos
en el pn.x:C'SO de g-0bicmo tendrían pcw. uno a uno, al igual que los
ricos, los intluycmcs y los bien relacionados. Buena parte de lo que
hnyesimpor1Pl11Cp.araelsistcmaestariacnpcligro.p<:roalmcnos
tloo:i;crialojusliciosocialcnun11mdonuncavis1011ntes.
Siqucn:mosrcnsorpositivamcnlc.losob~liiculospnícticosa
Ju democracia se pueden superar. Por el momento. no precis;imos
dis.:utirmásacen:adcsides.:omossupcnirlns:pcrocomonucstra
invc.<tigación implica lapo.<ihilidaddc cstablc.:cr un Estado don·
dclaantonomíoindividuulscacumpolil>lcconlaaulOridadcst.a·
tal.crc()qucpodcmossuponcrquclasdilicul11dcsquccnclpasa·
donoscondujcn:inoadoptorfonnasinsatisfactoriasdcladcmo-
cracianoconstituycnunproblcmntcórico¡;rave.

4. Democracia mayoritaria

La principal debilidad lcórica de la dcmncracia din:c1a y unlini-


mc es el requisito de que lu~ decisiones s.: 1omc11 por ununimidud
a fin de adquirir fuera Je ley. Comu cuestión pnictica, claro. este
requisito limi1a gravemente las situaciones rcales en las que pue-
de sur¡¡ir un F.s1ado.peniqui:r.áseaunerroraúnmá:;groved.: la
democracia um\nime el hecho de que no ofrcco:: ninguna v!a paro
que todos loshombrcsJcbucnavulun1uJ n:i;uclvansusdifcrcn·
cias.Sepucde¡xnsarque,almcnoscnteoria,dcbcrínso::rposible
solucionarconnic1oscnquo::losciud11J11nos picn.Jansuautono-
mla, o el Esllldo pierda su autoridad. No es ne.:e5arin que los con-
nictos sean moti1•ados por in1crcscs cgoistas: puede 1111111.rsc mc-
romcnle Je JcsacucrJos en cuanlo al mi:jor moJo de lograr el
bien colectivo.
La solución que primen> apart.'Ce ~-sel gobierno Je la mayoría.
por supuesto. CuanJocl electorado está dividido, se debe reali7ar
una volllción; darle 11 caJ11 inJiviJuo u11 1·010 y permitir que el
grupo e11tcro se comprometa y considere la preponderancia de
voces.Estáumextcndidalacrecnciaenelgobiem0Jel11mayoría
que no existe ninguna variante Je la te-0ria de la democracia que
no la mencione como la manero de contemplar las difrrencias }'
tomar decisiones. Nocslro tarea consiste en descubrir un argu-
mento que Jemuestre que la aultmomía Je la Jemocraci11 umini·
me se manlieno:: cuando el sisto::ma so:: guia ¡xir el gobierno de la
mayoria. En otras palabras. tenemos que averiguar ~i los miem-
bros de una comunidad democrática estin moralmente obligados
11 obedecer las decision~'li Je la mayoria y, si es nsi. por qu~.
él problema que se plantea concierne a quiénes forman la
minoría para cualquier asunto. Los miembros de la mayoría tic·
mm la misma n:lución con 111 ley que han aprobado que todos los
ciudadanos en una democracia unánime. Como la mayoría Je-
fendió la ley. est:i obligada a cumplirla y conscrva11 su aulonomia
al someterse a su autoridad. Pem los integrantes de la minoria.
que votaron contra la ley. se ven sin embargo obligaJos a obede-
ccrla, some1idos 11 un podcr suro;riur a cllos. La disposición pnra
deliberar y comprometerse con su decisión. exprua d des~o Je
autonomÍQ Je la persona que •·ota: pero en la medida en que dehe
somctem: a 111 volunuiJ Je la mayoría, par..'Cería que ~u deseo se
ve frustrado.
!"----------~fJ1J<fe1"<J<!./<1•l<l"1N¡,°'O

1Jnnjus1ilicaciónhnbitualdclgohicmodclamayoríocsque.
en término.• morales genera le~. funciona mejor que cualquier olm
sistemn conocido. Por cjcmplo. se dice qu"' la polltica dcm<Xrliti-
ca sustituye al gobierno de fos annus. que pre\' alce.: en las lil>1:ic·
Jedes i~nstitucionnks. Dado que es probable que la mayorin
sea el ºl'l:lºnismo superinr. en términos militares, deben ~r
gobernar mediuntc el voto puc~Ln que, de lo concrario. ~curriria
alusodclafucrzayhundiriaalosocicdadcnuncaos.Opuedc
succdcrquc.nucvamenlc. lnobscrvuciónhistóriearcv.:lcquccl
gobierno de la mayoria tiende a aproxima~c m~s hacia el bicncs-
1.11.r general que cuuk¡uicr otro sistema (comCI el gobierno de lo"
sabiosolu•ro<.lcrosos).dado4ucalcontrnriodc luquesupusic-
ron Plattln y otros. cl rucblo conoce mejor que nadie sus prorios
intereses. Se Jicc que la dcmucraciu ma)·oriiaria es el sistema
mús dica~ co111m cl gobierno de unu élite cgoista e hipócrita.
Desde el pumu Je vista del indh·iduo. •e podriu alcgurquc somc-
lcrsc ni gobierno de la mu}·nría es la mcjur updón que licnc. 11
largo pinzo. para JdCndcr sus intereses. dado que con el pa"<t> del
tiempo funnará ranc de ln ma>·oria )'la nlinoríacn fonnaaltcnm-
da. y el bcnclicio que surja de In acción colcc!iva !iCnÍ mayor que
h1sptrdiJ11squcsufmcuundnsupos1UmS1:amiooritarin.
Todiiscs1asdcfcnsas.al igualqucutrasquepodríanhasarsc
enlaconsiJeracióndedctcnninndosintcrcsi.!snresul1odosposi1i-
vos, J;1>n absolutamente irrclcvnnlcspara nuestra investigación.
Como justifkacioncs d<: la dccisiún autónomndc un individuo di!
cooperar con el Estado. pueden ser muy adecuadas; pcm como
<kmostmción de la 11111urid<1dcs1ntnl -h d~-cir. como pruebas del
dcrc<;ho del Es1udo a darle órdenes u una persona y la obligación
deéstadcobcdeccr<'ll<•/q11iermmqrll!.W!leordene-sonuníra·
easo. Si el indi~iduo co11,cr.'11 su autonomíu rcscmindosc encada
OCU.•ión la posibilida<l de decidir si OO<>[>llraro 00, niega de ese
modo lu autoridad del Esrndo; ,¡_ por el contmriu. •C rometc al
Estado y aceplil su autoridad. rierdc su autonomía
La~ dcfcnsos casubticas y prudcnciak.• de la dcmocr.icia nn
lugrancstoblcccrunadistinciónmoral~ntrcdichosis1cm11ycual·
quier olru forma de comunidad polilka. Una p.:rsuna puede dcsa-
rrollarscenunadictaduruounamonarquía,einclusopucdesuce-
der que el biem:stardcl pueblo en su Malided mejonlcon las
políticas de alguno de esos sistemas. l.a democracia no seria en·
loncei; más que un tipo d..: gobierno <fe/um• entn: otros. muchos.
cuy11svi11udes,situvieraalgun11.seríanpurJmente~lativas.Qui·
7.Ó, eumo io.:ilaló alguna vei: Winston Churcbill. la democrneia se.a
la peor fonna de gobierno. a excepción de toda~ las demás; pero
si eslo es asi. los "'ci111fndm10s·· de Estados Unido,; ntlin tan so-
mdidoi; o un poder extranjero como los espailoles durante el go·
bicmo de franco. o los rusos cuando gobm1aha Stalin. Simple·
mentesonmúsafor1un11dosconlosgoberoontesqueles1ocan.
.Se puede fundamentar una argumentación má:i seria a t"ilvor
del gobierno de la mayoría en el marco de un contrato por el cual
se consiimye el orden político. Según vario:; teóricos de la demo·
erada. la transición del gobierno uruinimc. tal como cjemplifi·
camos con laadopcióndel contrato social. hacia el gobierno de In
mayoría. de los que dependo,: el l"uncionnmicnto siguiente de la
sociedad, está p~visto en una cláusula del 11eucrdoorigin11I. Cada
uno se comprometen obedecer al go&iemo de la mayoría y, cuan·
do algún ciudadano se niega a obedecer una ley que no votó, se le
puede recordar su promesa. En ese pacio. se dice. descansa la
autonomía moral del fatadu mayoritario'.
Pero este argumento no es mejor que el anterior. La promesa
deresponderala\·ulunwddc la mayoria genera una obligación.

~Soh>llJblodon11><ho.~miti&1""l•iml"•••l"lid..ih1ill>ncam>1111l<>lod<l .. 1«1r1"'
dolron1r..,1.d<l""6<l<fmkiconn><11fón<odol""runlra1<•"0<iginol.A'"""'"'di«
po<<jcmpl<>.quo<IC0111n1<1<nllll1«cd< .... r"""ª<"""'"""1l<•l":"'""""'!"""•I
••b)°"'""'dolll""'ioJ..1.T.....in.q..,qua1ar<bruqu<'""'""rpma<i<ln,.,r.. ,.:00.
d<<>1c1ipo...,1in< .;"""""""''''"""'cJr<I ~·,¡,i<m<>d< l11Uo)<11l•mi.l'f"""''ª
"°""'nid&<n<I C<1111""• Una p"'m= <> ""' .:cio"'·"" .. .. """'<'pm.lin
~ 1u o
•ln1<•iodcunaololi¡.i<>0<1«<>1<nl<.G<"""'"""""'"'º',¡,1;¡uo;:W..alHdoncl< . ..,n<>
hlllllaningoua.'>cacual..,.nuobl1µ"1ilnn1onrl¡<ncnildo,..,.Jli1•,,...«<i<'lu.nu
prurr1<$1J<llJmla><"""'<n11nac.irpinJq-.oid"nl<dor<>J>01Ullll1l!<hlq""I'<''
sobrtno(. l.._lolonlo. i...1•1<lneo<qu<b<u<n11lok~i1imi.i...id<ln>J)'"""""''"'<n<I
<Oh<"'•<I•
""'lln!<I "" rucJ<n Ji<•IH~ d """""" <n un mil<.•. ,¡ ~u«rm m•nl<n.,. la
r.o«r•""''"'iod«or~u<fl\'<J<ll.>Nrrnldl<<.Ull.cir., .... ,¡>11cn'"') r-or<I~'"'"""'
loml>i<ln ""'""'"""'''"'~"domomt<•I"""' inm,·Jn p.ir.><,f'h"31"'•""''11"<"i""<k
1,..J<n<ra<."ion<'""-'""l<.'S.
1,.,,., e.vio oclln'I! prt'cisame111e ¡K>n¡ue llHIJ rt'llrmdu a .m fl/l/a/10-
mio. Se puc:dc perfectamente sacrificar la autonomfa. como ya
,·irnos. Si es sabio. bucnu. o correcto hacerlo es algo cucstionu-
l>le. pero que u110 puede hacerlo es obviu. De mixlo que, si los
ciudadaoos"linnan"uncontratopurelcuaJaceplanclgobiernu
de Ja ma}·uria. asumen uoo obligu.dón. del mismo modo en que se
vcrian obligados a cumplir cualquier promesa. El ~:.Stado tiene
entonces dcn:cho a darles órdenes, 'uponicndo que sea guiado
Wlo por la mayoría. Pero los ciudadanos han creado un Es1.ado
legitimo pagando el pn:<;io de su propio autonomía. Están obliga-
do~ a ob<:dcccr leyes que no desean e incluso algunas que recha-
zan. En la 111cdi<la en quc la dc111oc11Kia sc origina cn uno prom.:-
satal.noesmásvoluntariaquclacsclnvitudylac.aaracterización
que hace Rousscnu<le la repreo;entativi<lnd de lus inglcio:s tam-
bién se aplica a este caso.
Es dificil captar la fuera <le este argumento. pnrquc ~'Stwnos
tan profunda1ncnt.: im·olucrados con la ético del gobierno de lu
mayoriu que nos resulta tan frus1nmte como cualquier evidencia.
En Estados Unidos. u los niilos se les cnse1)• a pcnnitir que go-
bierne la mayoría .:o~i ame~ <le que tengan lo ~-Jad suficicnle para
contar los votos. Cuundo la fuerza o lo riqucta nmcmu.an con
drnninm una situación. se apela a la voz de la mayoría. como un
llamado a Ja morol y la razón. Si no es el gobierno de la mayoría.
¿quién gobierna?. nos prcguntamll.~. Quizá :servida rcíluiorw.r que
la justificación de la mayoría como resullado<lc una promesa ori-
ginal muestra la \"Ía de justificación de c.osi cualquierolra mixla-
lida<l pnra tomar <lecisioncs. ya que los ciu<lo<lanos que integran
el contrato también po<lr!an haber prometido respelllr a lu mi no-
ria. o la opción promedio, el gobierno de un monon:a. de los más
educados -o de los menos-, o induso el gobiemu de un dietudor
elegi<lou diario por uno~ cuantos.
Si el único argumento para defcndl.:r el gobierno de lo mayo-
rio es su legitimación por el voto unánime en el contnuo original.
cntonecsscpuedcpensarqucc1m/quicrmétodoparatomar<led-
siones que hubiera sido sancionado sería igualmente legitimo. Si
SU.•!Cnemosquc el gobicrno<lc la maymla tiene una validez espc-
cial, debo,, :ser debido a su propiu canicter y no a causa de una
promesa que 11odcmos haber imaginado que hicimos para obc:dc-
cer. l'or lo 1amo, lu quc s.i ncccsila cs unajuslilicaciO:m din:cla dcl
~is1cm11 de gobierno de la mayoría,'" decir, una demostración de
que bajo el gobicmodc Jamayorla, la minoría no sacrifica su
au1onomiaulsomctersealasdccisiunc~dclcolc.:1ivo.
John l.ockercconoccco parte la nc.:esidaddcdcmostrarcl
principio del gobierno de la maroria y, al principio del Seg11mlu
lralmJu ""'""el gobierno "''il oín.'Cc la siguiente posib1hdad:
~cuando un niimero cualquiera de pci;onas han consentido asi
cnfonnarun1comunidadoungubicmo,seinco1pOranparafor-
marunorganismopolilicocndquclama)'Oria1icncdcn:chua
actuareimplicaruln.-:;lQ.l'orquccuandoun11Umcrocualquicra
de individuosíonnaunacomunid1d,conclconsen1imicmodc
cada uno, hacen de la wmunidad un organismo, con puleslad
pan1ae1uarcQmo1al,lucualsóloocum;:graciasulavoluntnd)·
dc1cnninació11dclamayori11.Pnr<[uccomuluqucnc1ivaacual·
quicrcumunidadesclcnnscnlimicnlodclosindividuniquclll
ronfonnan, )'como pur ""r un organismo se licue que mm·cr en
unscntido,csneccsarioqucclcucrposemuevahadado11dclo
lleva la fue12a mayor, q11ccscl cwi..,ntimientodc la ma~oriH: de
lo contrario es imposible que aclllc n se mRnlcnga como un nrga·
nismo, una comunidad. que con el conse111imien10 de todos lo;.
individuosqucscunicronacllaacordamnqucHiíucm;ynsi,
1ndoscs1ánobligltdosporclconscn1imicnluaquelaUl1imarm-
lubrasealadclama>"OriK."(Cap.Vlll)

l.a clave del argumento es la afirmación de q111: el u~nismo


polilietldcbeserconducido~porl11fucr1amaror".Sics10signili­
ca que el btado debf. de hecha. movc~ en dim:ción de la prc-
pondcrancia del pockr~-s.Qtrivialmcmeverdndcm.sielpodcrsc
delincporsuscfcctos.ono1rivial pero si fülsa,yaque suele sc:r
una minoría la que domino lo conducción de lo.~ asuntos pliblicos
aunqucootenganlapn:pundcranciadelafue12adisponibkenla
:;ocicdad. Por otro l:ulo, si Lockc se rclicn: a q111: el F.st.ado debe
movcl'l;Ccndireccio:\nolamayorrucrL.a111"rol.en1nnccsesprob.a-
(,rokj.ru~Jd~'"'"I"'""''

ble quccr1:11q...., 111 voluntad de In ma>·ori11 poSCi: ~'Sii superiwida<l


moral porque ca<l11 individun cucn111 paro el cálculo moral. Sin
cmbllrgo. aunquc se pueda cnconlrur sentido a la noción <le la
rucr¿grnorol,scguimossintcncrh....,n11sruzoncsparoqucl11mi-
norlascvcaobligadauobcdcceral11m11yoriu.
Una lineo posible de argumcnlllción e~ suponer que el gobicr·
110de la mayoria o.e basa co el principio •upcrior<lc que todos los
in1cgmo1csdctusocic<laddcbcri11111cnerl11smismasposibili<la-
dcsdc hacer lllS leyes a pnnirdesus pn;l'cn:ncins. Suponiendo.
por el momento. que el principio <le isual<lad dc oponunidadC"S es
válido. ¿el gobierno <le la 1n11yoría protege esa igualdad'!
t:sdificildecidirsicsncsasí,dadoqucl11noción<lelaigual-
dad de oponunidades u la hora de convenir las pn:fcrcneia• pro·
piasenleycsbllstan1cambigua.F:nunscn1ido.clsobk'11lodelu
m11yorí11 le x11ra111i:<1 a los micmbms de la mayoría que su pn:fo-
rcncia sc cunvertir:i cn lcy. Oc modo que. si un individuo sabe
~ucesparte<lclaminorln.sc<lnnicucniadcquenoticncninguna
oponunid11d<lcqucseJlcvc11cabosuvol11n1ad.Es1aC"Slac1rac1c-
ris1icadc ladcmocraciamnyoritariaqucconduce11 la•mi11orfas
pcnnancntcs a la rcbcliún y pcnnilc lo que Mili llamú, conjusti·
cia. la "tirania de la mayoría''. A.~i. el sisiema de lcsi~ladón por
wrtco <lcbcríu ser mlis ocor<lc al principio de iguol<lad de oporto·
nidades. Ca<la indi\·iduo rxxlrío escribir sus preíen;ncins en un
JN1pelylalcyganadorapo<lría¡,acorse.11l117..ar.dconagranpapc-
lcra. l'odcmossuponcrquedc cs11 fonna.cadu individuoten<lria
cxuctomcmc las mismas posibilidu<lcs de que su voluntad !;e con-
viniera en ley. l'crolaprobuhilidodcsun11cicnciotramposa.de
mancraqueesn~..:csoriovolvcradctcnerscprunconsi<lerarcsle
asunio. Cada ciudad:1110 tendría las mismas posibilidades de que
1u papel fuero c>oeogido: pero es probuble que lo que dc~cc sea
simplemen1cquclalcydcsuprcfcrenci11sc1111prohada.noqucla
aprohaci6111cns11lugargraci11sasupapclpcrsnnal. E.nntraspala-
bnis, lambién se •enlirl11 s.alisfccho si saliera cuafq11ier p;ipcJ en
clquccsiuvicracscritasuprcli:renci11. Pcro,sihaymáspapclcs
cunl11al!cmo1ivar\q11ceunlaB.en1oncesl11probabilidaddcqoc
snlguAcsmnynrq...., la de que salga ll.Así.Ja legislación f)Clr
rorteu le brindarin oportunidades a In minoría, a diferencia del
gobierno de In mayoria, pero no le oín:ccrío a todos los ciw.liu.la-
nos los mism11S posibilidades dc 11ue se uprobara su ¡m:fen:ncia.
De todt" modos, pan:cc accn:n= més al ideal de igualdad de
nportunidodcs que el gubiemo de 111 mayoría.
Hemos mencionado el sis1cma de do:c:isiÓll por 111 cle1;1;i6n pro-
medio sobre todo como manera de exponer los debilidades de
una justificación dctenninadn del gobierno de la mayor!a, pero
antcsdepasarnotn:iargumcnL011fa1·ordedichosilitcm11.11Crfn
bucnnwnsidcrarsiludccisiónpromcdioesbuennt:11ndidatapara
laodopeitin pordcn:<:ho pwpio.¿fa rv.onableresolvcr lu.•dife-
n:neias de opinión al v..ar? ¿El compromiso con ese mecanismo
preserva la11utonomiadccadaciududano. aún cuando la sllCrte
esté en •u contra?
No huy que m:homr en l"omm muy radical el uso del azar. ya
que al menos en cicrtus situaciones pan:ccria ser cl mejor méLn-
do. Por ejemplo. si tengo que elegir entre \"arias posibilidndcs
cuyo,n:sulladosnopucdnprever.n:sul!apcrfcctamcnLcscn'uto
dejar que mi opción se haga por azar. Si esto>· perdido en un bos-
quc.~in la menor idea de la din:cción quc debo tomar parn snlir y
estoy convencido de que lo mejor es elegir un camino y seguir por
donde el mismo me lleve. entonces también puedo cerrar los <>.ins
yaod11rcncualquierdin:cción.E11Jli:ncral.csnu:nnableclcgir11I
aur enlrc las posibilidades que parecen promisorias'. La dcci-
sión al azar1ambién esrv.onablecn 01ro1ipo dc casos. cuando las
rci;ompensosoloscostosdcbcndi.•Lribuirirecn1n:ciudadanosquc
los mcn...:cn (o no) y. por su naiuralcza. el objeto que hay que
distribuircsindi1·isibkoimposibledcn:pn11ircofr11ccinncsigua·
les.Así. si las fuerzas anna<.las llaman sólo a la mitad de los hom-

'·E'"">S''"'unJo<níorma<ldit.:niJ>.,.......,<lu,.mlum""«<Hl'O''MIJu.r1t0'<•""'
"""'1>l>l<<uonpi..,<l...,,..l1aolom<""'P"'h.>lol<.:.onmuchoo\Olorp><unol.<unona
-"""'''mi•~l<r<•<>dc:mcno•'"~" [nl<mlH10<noO.l,'<n1«>-.l••-.r<i"W.
a•i¡·o-ri•dc:j-¡utorp<lfd<>!kol"d'l'"~"'"'f"'ndo.ol•<\p«tall»
rn......ibao. u 1., •llM>Ml\".. <IU<"' m< ¡n""'ton """ ~·cumonn) M"'~"'""'- .,, ,..
""1arrollod•l•Ln•l.odc:l]l><-Jo.~poo.,,J,r...-;, • .,1.i..i.i.11 ... ,im11""0oJd
n1ot.,......i.,...,....,ho¡nooloq•••"''º,."""""'"'""'""''"""'"""'""'"'"'"'º
i;..,,.u,.<OJ11<mp"rln••
bn:s disponibles y no pueden arreglarse ptiru ~dueir 11 lo mi!Dd el
tiempo de servicio y duplicar a los n:dulas, el método más justo
,,h: seleccionar personal es colocar los nombn:s de lodos en u11
~cipie111eysac11rpapclilosala2ar.
Como el deber de 11u1onomia implica usartO\la la infonnaeión
c/ispunible para tomar decisiones. esláclaroque el R1Cursodel
azar no implica ~nunciar a ese deber, cuando se ignora lo <lcmlÍs.
Estntambiéncscicrtocnclsegundocu.-;o,dcpagosin<livisiblcs.
1unquccstemosobligados11supcrorlainjusticiai11<:vit1blcincor-
porando el asunto a u11 contexto más amplio y equilibrando las
rewmpcnsa' y los costos en el futuro. Se concluye que el uso 001
azar para tomar de nas <lecisiom:s colectivas no violo lo au10110-
mi11. si suponemos por el mumc1110 que liar un ª"1crdo unánime
encua111oal11a<lopcióndcestccriterio.Pcro.¿quésepuedcdccir
de la decisión al 117.ar c11 los casos en que el obstáculo que se
plan1cap.ara1umarla<li:cisiónessimplcmwtccldesacuerdocn-
ln: los miembros <le lo nsambka y no Ja ignorancia de los resulta-
dos fu1uros. o la indivisibilido<l del pago? ¿Es é.•ta, quicl. una
soluciónalproblcmadclasujeción<lelaminoría'!
Altomarnnadecisión individuol.scpuedeapclora la suerte
e1111ndolainfomuM:iónm::o::c.'<llriaquccstaba<lisponiblcimpliC11.ria
un sacrilkio voluniario de la autunom!u. ¿Se podría concluir en-
ione<.-s que lo mismo es cierto para las dcc:ision~ colcc1ivas~ Se
podría argumen!Dr que no. Si podemos l'l:'D<limos a las limitaciones
lienucs1raignuranciasinperdcrlaautunomía,oalasn:s1riccio111:s
ineludibles de la n111urale1..a. ¡,porqué no podemGs apelar a las mis-
masjustificacionL-s para ajusiamos o las consiriccion.:s del colcc1i-
vo, como algo que se opone a la loma individual de dL'Cisioncs?
C1111ndolausambleadclpueblonulograllcgarau1111decisiónuml-
nime. la dcc:isión al azar e~ la ímicu l'oTTnil de cvilar Jos males ge-
melos de Ja inercia gubernamental y la tiranización de la minorla.
F.sie argumcmu me parece equivocado. aunque mis razones
para esta crco:ncia sólo aparecer.In detallada.~ en la Ultima p1111c de
este ensayo. En slntcsis. cxi~te una diíe~neia íundmncnllll cntn:
los obsuiculos que están fuera d.: nuestro control. como la igno-
rancia, y los que. al menos teóncamcmc. están al ale.anee. como
el conflitto psicológico (del individuo). o el desacucnlo (de la
sociedPdtoda).Aunquenoexistanrazonesp11rapcnsarqueundla
podremos superar par completo lo' obslliculos naturales., ni si-
quiera cn una socicdad idcul, dcbcmos suponcr quc cxiste algún
método pum resolver conflictos entre individuos racionales tk
bucnavolumadquelespermi1allegaraunacucrdosobn:susac-
tividades sin renunciar a su auLonomiD. La adopción gcneml de
de<.:isioncsala7..orviolarialaautonomiadelosciudadanos.
La defensa más ambiciosa dd m11yori1arismo en la literatura
de la teoria de la democracia es laque presentaJean Jacques
Rousscau en el Libro IV de Vd nm1ro1t1.~odu/. El problema fun-
damcnial de lu lilosofiapali!ica,,;egún ltousseau,esdescubrirsi
cxime"unaformadcasociaci6nquedeficndayprotcjacon1oda
la fuer.ta común a la perwna y la prnpiedad de cada inicgrnnte, y
porlacualcadaindi\·iduo.alunirseatodoslosdemús.seobe<le-l-
ca ii>lo a si mismo y se mantenga tan libre como antes'',• La solu-
ción a cs\c problema cscl conlralo social por el cual los indivi-
durn1 empic111n a confonnar una comunidad política. Por medio
dclcontrato. lasdiversasvolun1adcs paniculan:sydivisiblcstle
la comuni<Jatl prcpolitica :se transforman en la vo[unuitl general
del organismo colectivo. Cada parte con1nuan1c se compromclc a
"poner en común su persona y todo su poder bajo la dirección
suprema de la voluntad general; y como cuerpo único ... Lodos re-
ciben a cada miembro como panc indivisible del todo".
Rousscauconsideraqueunavoluntadcsgcneralen virtud de
su fonna y su contenido. o de su propósito. Fonnalmentc, una
voluntad es general en la mt.-didn en que se manilicsln en órJcncs
que adopLDn la fonnn de una ley general. en lugar de un edicto
particular.Asi.Rousscausuponcqucsólolaslcycsdt:luMJcit.-du.d
sonproductodclavoluntadgcncral;dela11plicacióndclaslcycs
a casos particulares. se ocupnn los gobiernos. que operan por
manda10 de 111 voluntad colectiva del pueblo. M11tcri11lmcntc, unn

6. lo•l<«< .1pnohl<••·-ho11.oonalo i...ioo ...... ;.1n de 1. "'"ihilkl.uld< la n~ •..,n.


l"'llti<o.l\o"""'o""""'"'><r<lprim<rnl•''"rP('<'IUi.:.•'l""'""'"'"''"'"'Pli<i1amcn1<cl
conílicwcn<rcl.,.c>o~<»<•,....,..,.,,.,,..,,,.,,".ll)"'"'.n.l.dlq¡loinu M;,;,;,.,J,,¡
('<'Olllcm&xbo>•fLDJam<nl>lm<ol<<nl><l<v<11"'h•"'""''(1hr<•l.c;ip.\'ll
voluntad es general en 1an10 que upun1n al bien colct:1ivo. en lu-
gar dcl bicnesmr particulm dc cicrto.~ individuos. Se puede decir
que un individuo tiene una voluntad general. o que busca la l'O-
lunlad general, si suobjetivuo:scl bicncslargcncralenlugardel
suyo propio. y si sus órdenes adopian la forma de la lcy. llcl mis-
1no modo. el grupo en su conjunto tiene una volunllld general
cuundoopruebaleycsqucopuntunalbicncstarge11Cml. Lh:cste
modo. Rousseuu di-lingue o unu vcrdadcm comunidad polilica de
unnosociaciúndc individuos con intcruscsplU1iculan:st¡ue bus·
cun Í011ll1L~dc negociar sus intereses. pero no están inten:sados en
el bicm:slar colectivo. (Se dice que existe Ja misma distinción de
funcione' cn1ru los micmbmsdcl C.:ongn:so. que repn:senrnn intc-
n:scs de divcrsos grupus y cluses socialcs. y cl pn:sidente.qucsc:
supone actúa guiado por el intcn!snacional.)
ScgúnRousscau.cuandounacomunidudpoliticadclihcrnso-
bn:elbicngcncmlcintcgracstadcliberaciúncnlaslcyesgencra-
les. adquicru autoridad lcgítimu sobn: todos los miembros del óq:a·
no dclibcmdor. o Parlamento. A,r, coda miembro de ID sociedad
lienclnobli¡;;aciónmomldcobcd«erlasJeyesquebansidopro·
puestas por la colec1ividod. Dicbaobligaciónsólo pucdcquedar
suspendidacuandos.:destruyel11volun1adgcncral.csdccir.so.llo
sielParlamcn1odc1odaslaspersonasdcjadebuscarclbicno:smr
general o de promulgar leyes.
Rousscao.almantcner.>eficlulatradicióndclatcoriadcmo-
cráticu. iotmdocc el mecanismo del gobierno de la mayoriu en el
contrato fundacional. Pero n:conoce que lo lcgilimidod de los lc-
yes aprobadas por la maynría dcl parlamcnto no pu~xlc rasLrear.;c
sólo en la fuerza oblig.itoriu de una promesa. En el Libro IV de
Del mnlmlo .mci11/. entonces. n:!oma el problema:

ME,ccp1oc11es1ecnntr.1LOoriginnl.cssuficicHte11namayoriadc
losvo1osl"'mobli!(llra1<>doslosdcrmis.Esloesunaconsccucn-
cia del contrnlo 111 ismo. l'em "' p111.-.Jc rregunrnr cómo es que un
individuopu~-.ic,cr libn:y~incmbargn•·crscobligadoBconfor­
mar ln volunLUd dc otrus. ¿Cómo es que son librcs lo<; oposilo
rcs.sics1ánsomc1idosolcycsquen11ncanccp1aron"!"'
Y sigue:

"Mi rc~pucstaesque lnpregun1a no..., plantea con justicio. CJ


ciudadano presto cuuoonlimiento a todas las k-yc•, la.~ que se
aprut:blln a pcSllr de su opoi;ición e i11clu~u las que In cas1i1111n si
viola alguna. La \'Ulumad constante de todns los micmbrm del
c.~u1doesla\•ohmtad¡,tcneral:esporell11quclosciud"d11nusson
libl'C$.Cu.,ndusepropnnt11nalc)·cuulquicruala11s11mbkadcl
pueblo, el asunto nocspn.'Cisamenteaveriguarsi apnicb.onu
recho1,an 111 propuesla. sino saber si IR misma es conforme a la
volu111ad ¡;cncrul, que es 1ambién la suya. Cada ciudadano. al
prestar su vo10. loma una decisi6n sobre el 1enm: ~· 1., voluntad
scncral ~e C()llocenl conlar IM votos. De muduque cuando gana
Ja opción a la que yo me opuse, e:;o sólo demuc~m que yo ~-s1a­
ba cquivncado y quc lo quc crcia ser la vnlun111d gcneml. 110 cm
taleosa.Si111iupiniónparticularhubicraprcv11lccidu.yuh11bria
tcnidoquchaccrloqucnuqucriay.cnconsccuencia.nnhobriR
estado en siluación de libertad.~

El clima par.iJojal que: envuelve a este p<1S11jc ha fastidiado a


los c~tudiows de H.ousseau desde el día en <1ue apa~dó D<:I rn,,.
/ra/Q:Wd(l/.Lanrn;ióndequcelindividuo~ve"nhligadnas<r
libn:". empicada pores1e filósofo político idealista pnrajusuticar
lorcprcs1ónes1atalddindi1·iduo""eni111erésdcsuvcrdadcmscr'".
se plll:Jc cn1;1•n1rar en esic •ri:umcmo. D..: hecho. como tm111rt de
mus1111r, el •ri:umcmo de Ruu~au no tiene ninguna con ......:ucn-
eia sinie~tru. aunque tampoco es v~lido.
F.I íundamento del ori:umcnto es una Jistinción. cuyo linaje
seexciendeal meno.<basla l'latón,en1rcactuardcacucrdoo la
voluntad y actuar de aelll:rdo al deseo. Se puede decir que una
persona hace loqU1:1lictasul'olun1ad sie111prcquclogrcrcali1.ar
le acción que se proporte; pero pu~-dc írucasarynolograrhaccrlo
quequierc,siclrcsultadndcsuacciónesdifcrcn1cdcloprcvisto
Por ejemplo: supon(lllmos que llego a la estaeiónju<tn cuando el
lren que debo turnar c~tá pur P"'rtir. Cómo no sé en qué andén
tengo que tomar el tren. corT()haeiaunconducturygritn ··¡.De
qué andfo salen lo• lrcncsa Uos1on?"'. El humbn: Joeilalael andén
6. p.:ro )'O entiendo mal y me <lirijo corriendo al S. <londc un tn:n
a l'ilade11in 1amhi~ncs1á por salir. l:lconductor,al darse cuenta
del error, tiene sólo dos op.:ioncs: puede pennitirme subir al 1n:n
equivocado, dejándome hacer lo que yo quiero, o empujarme ha·
cio el tn:n que me corresponde. obligAndome así a hacer lo que yo
quiero. t.adcio;ripeiónde Rousscaupan:ccpcrfcclamentcopor-
luna. Si d oonductnr no hace nada para <letencrme, yo no podré
haccrloqocquieroy,cnesc:><:ntido,nnscré libre.
Consideremos otro caso posible. el de un interno que está de
guardiacnlacmergcnciadc1,mhospi1alydiognostica,errónea-
mcnlc,uncm·cncnamic11to.Ordcnaqucselehagaalapcr.<nnaun
lovajc de c•lómago. que está apunto de n:ali:tarse cunn<lo npari:cc
dresidenlc,sostiencquc,cnreulidad,clin<lividuotieneunnapcn·
dicitis -paro la cual. un lavaje de estómago podria ser fata.1-y le
dice a la enfermera que no lo haga. En este caso, el objetivo del
in1cmoes.porsupuesto,curaralpucientc.ytograhoccrlogracias
nlacontrnnrdcndel rcsidentcqucloohliga(pord«irlodcalgún
modo) Dd~rlc al enfermo el trnlamientoadc-.:uodo. Si se le hubie-
ra pcnnitido seguir su propio diognóstico, habria hecho, prccisa-
mentc, lo quc rnenos deseabn.
Platón utiliw este mismo argumento en el Gorxi11.< y en /.a
replib/icaporadcmo>lrarqueeltirano,cnrealidad,no1icnetanto
poder. l:I tirano. igual que iodo el mundn, quiere lo que para .:1 es
bueno. Elpoder,cnlonccs,cslacapocidadpuraob1cncrloquces
bueno pura uno. Pcm el tirano. por un defecto del conocimiento
moral verdadero. en:ccquivocadamcntc que es bueno para .:1 dar-
sc los gustos. tratar dc manera injus1a a sus pari.:s y subnrdi11Pr sus
facuhadesracionalcsasuvolunladydesco. F.nconsccucncia.sc
con~·iertc en lo que hO)' llamariamos una pcrwna neurótica. Se
lanza compulsivamente en pos de una serie de objcti•·os
íaruasiOSOll,cuyaconsccueiónnolchrindounafclicidadrcal)'.de
ese modo, se muestra claramente impotenlc, o incapal. para con-
seguir lo que quien:.
Los tn:~ casos prescnia<los tienen tres caraeterisii~as cornu-
nes, snbn: las cualcs sc b.usa ladislincióncntn:n:aliwr l:ivolun-
lüdyconscguirloqueunoquiere. Prirnero,scsup0nequcesl:ias-
tantcfácildistinguirentrcclobjctivodclaacci(;nindividualylo•
medios que utiliw para cumplirlo. (Cl:uo que esto es diS1:utiblc
en el caso del lirano.pcmseria difícil negarlo en los otros dos.)
De modo que podemos decir que la volunlm.ly el deseo del agente
se dirigen hacia In finalidnd y. pnr lo 1111110. hace lo que indica su
voluntad pero no consigue lo que quiere. Segundo. el propósito,
cncadaeaso,esalcan1.arunasituació11cuyaexistenciasc puede
afinnar objetivamente y acerca de la cual se puede tc~r conoci-
miento. (Otra vez, el ejemplo de Platón queda abicno a cueshonn-
mientos, ya quc csle cs juswmcntc cl punto dcl dt:sarrollo de su
tcorlaéticaenclquehauusodeladoctrinadcqucuistcalgoasi
como el conocimiento moral.) Se sigue que. a veces. un individuo
pui:de s.nbcr menos correctamente lo que 11:almcntc quiere (es di:cir.
cómo cumplir con sus propias metas) que un observador indepcn·
diente. Finalmente, en los In:.< casos tenemos que supollCr que el
individuo le asigna un valor [MJramente instrumental a los medios
que adopta y que los dejaría de lado si crcrcraquc no le sirven
para lograr sus objetivos.
Lavidacslá llenadcsituacionessignificaLivascn lasque lu-
chamos para lograr algo objetivo y en lasque, por eso mismo. nns
daríapenasi~1doptarannues1ra.<1opinioncscquivocadasaccn:a
de los mcdiosm1b ~uadosde lograrlo. Porejcmpln.si un miem·
bro del Congreso realmente desea reducir la tusa de desempleo>·
si1sconvicciones1radicionalis1asacercadclasvirtudcsdcunprc·
supuesto equilibrado son pasadas por alto por una mayoria liberal
cuyo propósito es lograr la prosperidad para el pai.< ..1·,/eeJ<' m11dn
d1.rml•U1J'I."' /os imllce.< de tk.wm1pleo. el como:n·ador <.kberfo ¡¡en-
tir.;c ícliz tdcjando de lado el orgullo) de que su enfoque fuera
minoritario, porque seda cuenta de quc"'si buhicr.i prevalecido
suopiniónparticular,habríatcnidoquchuceralgoquenoqucriu
y, en consecuencia. no habriacstado en ~ituacióntle libertad'"
Y ahora podemos ver qu~ quería decir Rou~scau en el JllSaJC
anterionm:nte citatln. El prc:;uf'l'llC que la asamblea de pueblo
pretende liar órdenes con forma de le}' y losrarcl bien scneral. I'~•
legítimo que Rousscau Lcnga este presupuesto, )'8 que Milo le in-
lere!iD dc~cuhrir si una comunidad que ¡1re/1!1>rl<· lograr el bic11
comim le confierc legitimidad a las leyes que aprueba. La otra
pn:gunlll, lude si se puede enccintrar a menudo una asamblea que
.eu fiel al ideal del bien general en lugar de perseguir diversos
intercscsparticular<:s.tieneque"ercon laupli.;:acióndo.: lalcoríu
de Ruusscau. Los ccórioosdc 111 democracia suelen pre.~tar mucha
atención al problema de emir •alvaguardias oontm el partidismo
imposible de erradicar. incluso cmrc los indi\·iduos más brillan-
tes. Aunque se trata de un asunto importante. esa inquietud tiende
nocultarel pn:supuesto no analindo deque una democracia
mayoritaria de ciudadanos muy compcnetraJos oon la cul.L~a pú-
hlka. ,¡es que alguna vez existió tal cosa. tendría una auluriJaJ
legitima. l:sta es sólo una rcílc:1.ión m:h sobre In oonvicción uni-
~el'lial de que el gobierno de la mayoría es ob~iamcnlc lcgilimu.
Al r<:conocerlanc.;csiJaddcj1milicarindependientemen1eala
demucrnciamayori1aria.Rousscauadquicrc.cnlafilus11fiapoli-
1ica. el rol que tiene Hume en su IL'<lrio del conocimiento.
Rousscau supone. a<lem;is. que un proyecto de ley tiene. obje-
tivamente. la fonna adecuada)' apunta al bien general. Finalmen-
te, picnsa quc la vcrdadcm íonnado.:probarestascuestionesescl
voto, mediante el cual es itte\'itablc que Ja mayoría tome lo deci-
sión correcta. Asi. cuando un miembro Je la Asamblea vota. no
c:'lprc.'lll supn,fere11cw. sinnq11e mils bien ofn::cc su opinión sobre
el o;an\ctcrdc Ja medida propucs111. Es perfectamente posible que
prclierJ una meJiJa Jifen:nte. que sirva mejor o sus i111cn:scs y.
sin embargo, vo1c la propucs1a por cn:er que apunta al bien gene-
1111. Dado que fo mayoría siempre tiene razón, un miembro de lo
minoría, por ese mí$llW he<·hr,, estaría a¡xly1mJo medios Inade-
cuados para su pmpia liMliJad. r.n sfn\csis. la minoría escomo el
individon qlle corre hacin cl 1n::n equivocado. o como el inicmo
gucdiagnusticamulynrdenauntracamicnlocquivucadn.
Elerrordeestearg.umcmocs lapn::sunciún.opan:n1emcntc
~infundmnemo.Jcquclamayorfasiemprctienerazónencuanto
olhlcngcneml.(l{ou.seauapcloacslcsupucslouldccir.alpan:-
o.cr en forma inocua. que "el bien general se descubre al contar
los votos'".) ¿Qué pu~e haber llc1·ado a Rousscau a una conclu-
sión tan poco prub.ahle'I La experiencia parece sugerir m6s bien
8J

quelawrdadsccncuenlmcnlominoriaenlomayorpartedclas
dispu1asycsteesclcaso.cicnomcn1c.cnlosprimc111sctapas<lc
accfl(acióndclusnuevosdc:><:ubrimicruos.Entodocaso,si lana·
1uralc:ta del bien general e.• una cuestión Je conocimicmo. pare-
«:ria entonces que no hay buenos argumentos pura .•uponerque la
opinión mayoritaria sobre cuolquicr propu~!D para el bien gcnc-
ral sca correcta dc mancm inevi1ablc.
Crcoqucpo<lcmo.•111s1n::arcluri¡;cndelerror<leRousscauen
un par de confusiones. Primero. no distingue clammcmc entre
una aS1mblca que pretende lograr d bien general y 11na q~ rcnl-
mcntc lo logre. En un capilulo litulado "Sobre la pmihilidad de
que Ja voluntad general >Ca ~uivocadn", ulinna:
MS.: sig111: de lo dicho que lu voluntad general es <icmpn: corn.'l;-
ta y tiende siempre a una mejora pi1blica; pero no •e: •iguc qu.:
lasdelib.:racioncsdclaspersona•sicmpn:umganlamisman:c-
limd. Nuestra vohmlad siempre hus.:a d bien propio. pero ""
siempre percibimos q!W es. La gcn1c nunca es cormpla. pero
s11dc sentirse decepcionada y ~lo c1mndo esto ncum: pan:cc
qucquicrcnloquc~-,;malo.··(l.ibro r.cap.J)

Lu confusión.:st.úen el hecho de no dis1inguir1n:s posillles


condiciones de la asamblea. Primero. In ciudadanía puede vol:u
cnbascaintercs.espcrsonal1$.encuyocasonisiquicraimcntan
entender el bien general. Esto es Jo qoc Rouss.eau llama ··volun-
tad agrcsada"". Segundo. cl pucblo pucdc procurarcl bicn gcncrol
y, sin embargo. elegir lc)·es malas debido a ~u ignorancia. o sim-
plemcntc al caróch:r imprc:\·isible dc algunos aspc<;Los importan-
tes del problema que cnfn:nla. En la medida en quecada uno hace
lo mejor que puede pBra ob1encr el bien de lodos. fo cok-cti1·idad
es una genuina comunidad polílicu y moral. Finulmcntc. la asnm·
blea del pueblo puede apuntar al bien común y lograrlo. Pu~'<le
elegir leyes que. de hecho. ofr«cn J¡, mejor manera de lograr el
bien de la comunidad.
Ahora. puede haber algunos argumentos p.o.ra afirmar que una
asamhlu que se cncucn1ra en la s.:gunda condición tiene all!ori-
dad legitima sobre sus miembros: se podriu alegar que adqui~rc
autoridad en virtud del compromiso universal de sus miembros
con el bien común. Pero la prueba de Ruussc:au sobre la Jcgilimi-
dlld de la moyoria sólo funciunar.I ~i osun1im<>.'i qu<' la asamblea
sccncuen1racnla1c..,;er11siluación--quccuand<:'lseaguiadaporla
moyuria.rcalmcntclugrarlidirigirsebacioelbicngcncral.Enese
caso, serla realmente cierto que un miembro de la minoria podrio
obtener lo que busca (el bien común) sólo cuando no gana la pm-
pues1a quc él voló.
L11 confusión entre tratar dt' lograr el bien G<'ncral y lograrlo
:;e compone de uno segunda confusión. que lleva a Rousseau a
po..o;ar por alto algo que. en olro caso. seria un error bastante o~
vio. llay eres preguntas que se supone deberían plantearse 11 la
asamblea. Rous~eau mcnciunu dos: ¿qué ley prefiere'! y ¡,qué le)'
opuntualbicngcncral?l.ater«roscria:¿quéaltcmativagana·
rll'r Abur~. la peculiaridad de es•a última prc:gunla es que la opi·
nióndclamnyuríadebe<ero'Orri:c/<1.SiclYotodctt>doscsuna
predicción sobre el resultado. cntooces será dilkil que los miem-
bros de la mayoría deseco que gane su opción. ya que si así fuera
violarian el principio <l.:I gobierno <le la mayoría. con el cual se
supone están compromclidos. La expresión "voluntad general"
e• ambisua en Rousscau. aunque él intcn1a definirla al principio
de sucn,,,.yo. Debcria signilicar"leyesuriginsdasen la voluntad
queapuntonalbiengencral''.pemsueletcncrparao!lelsentido
de "opinión prcpondcr.inte" o "consenso grupal". Cuao<lo se le
prcguma o laa.<;amblca "si (la pmpuesta que se lesplonica) es
eonfonnc. o no. a la volunla<l gencn1I". se puede supooer ianlo
que se les pi<lc su opinión sobre el valor de la propucs1a paniel
bien general. cuanto que "' les pide que hagan una prc<licci6n
sobre el resullado de Ju votación. Yo sugi'ro que Rous..<eau con-
íundió estos <los scntidos y que ll<'gó asi al fülwsupuestu<leque
la opinión d, la mayoriu en la asomhlu c.~prcsa. con éxilo, lo
quclaminoríaenrealidadpn:len<le>··porlolanto,esobligaloria
~:e~~~~;,':,nto los que vuturon a fovor como los que lo hicic-
l'arcc.: que no queda ninguna ratón para crccr quc lu dcmo·
cracia dim:to gobcmnda por la moyorio puede prescrvur la 0010-
nomia moral del indivi<luo al conferirle uutoridad legítima al so-
hcrano. El prnhli:ma sc muntii:ne inu1cto. es dc.:ir. quiénes se so-
mc1cn11l11slcycscontralascuakshanvo1adodcjandcscrau1ó-
nomos, aunque In hagan l'Oluntariamentc. El mgu1ncnto m~s íuenc
11 favor de 111 autorida<l moral del gobicmo de la mayoría es que se
basaenunapmmesaunánime<lcnhcdienciadesussujetns.Sise
puede supt•ner que tal prome!Ol existe. el gobierno tiene el OOre-
cho moral de: dar órdenes. Pero no hemos encontrado ninguno
razónmoni/porlacual los individuosdcbcrfanhacerquccxisla
unEsllKlodemocniticocnbaseasupromcsa.ydcci;emodore-
nunciar a su autonomía. La afirmación implícita dc Loda teoría
dcmocn!.tica, rcpi10.esqucofrccc una solución al problcrna<lc
combinarla libertad moral (autonornia) enn autoridad politicn.
Es1nufinnaciónscjustificocnelcasocspeciol<lc la democracia
directo. Pero ninguno de los ar¡:umcnlos considcrn<los hasta aho-
ra demucstra quc csrn o.-;evcrnción lllmbién sca váliJa parn la de-
mocraciamayoritaria.
Esto no signific11 negar que existen 01ras razone~ para apoyar·
ladcmocracia<lcuntipouotmcnlascondicionesqucprcvafocen
octu&lmentc en los sociedades indu~trialcs avan1.11<las. Por cjcm-
plo, sc podría respondcrcon impacicncia 11 Lod11 l1111rgumcntación
pre.entada hasta aquí que el gobierno de la mayuría parc.:c fun-
cionar hasl1111tc bien y quc la.• minori11s 11u <l1111 seil11les <le sc1nirsc
pisotcadas,apcsardesusfrusirnciones. Yaeso,scpodriorcsp1m-
dcr qlK' la psicología de la pnlf1ic11 no es el tema que se e.•13 tm·
1an<lo.l.ascnsacióndcr'rdidadcla11utonomi11.aligualqucel
sentimiento de lcal111d. cslán dctcnnina<lo• por faclorcs llllcs como
el grado relativo de >illlisfacción )' frustmción <le deseos pmfun·
dos que cxperimcn1an. la dcmocmcia mndcma, inOui<la por gru·
posdeinten:•.cscncierta•ci~uns111ncias.unmedioefectivopara
reducir frustracioocs: 0111 menos rura reducir laconuión entre
frustraciónydesafecciónpt•liticas.Pcrocuulquicrotmlimnade
or¡:anizaciónpolíticapucdcscrvirparaeslo.inclusouna11mocra-
ciobenévola.nunadic111.iur11c11rismd!ica.P11ra11cord11rlccltitulo
de única forma moralmente legitimo de la política. la <lcmocrocia
deberesolvcrclproblcmadclaminoriahcLcrónoma
Apéndice: La imx:iorhllidJd del Sobktno de /;i mayorf;i
El b'<'biemo dc la muyOfíu se puede cuestionar en ba...: al hecho de
que oo presenia la libcna<l Je la minoria, aunque en i,oenmil ha sido
WllSiclcnidoal ~noscomu un método ro<:ional de tomar decisiones,
suponiendoquelusmicmbrusd.:Lacomunidllddeseanponersede
aeuerdoencuantoasuodopciún.Pero.cnrcalidad,elgobiemodela
mayoria es un sistema af«tado por una incon.•i.sl'-'llcia interna falal.
quclkt..'riadc~lilic11rlo11ntecu11lquiercumuniJa<lpolíticu.
Lu conl>istl."ncia imema, ú coherencia C(msigu mismo. es qui1.á
el modorná.~simplc de racionalidadqucsclccxigcacualquicr
¡xrsonn 1113 horo de pensar y accuar. Si un indi"iJuo pn:fierc un
estadodesituaciónaotro,y pttfierc un11si;gund11situaciónauna
1crccrn.locol1ercmcscríaqucpreliricraelprimcroaltcrwro.Por
supuesto,ooexis1cunaleypsicológic11qucobligueaun111".:roonaa
ser cohcrcnle en sus preferencias, como no hay mula que la obligue
11adoplllrsólolosmedios.quecrcaadccuaJospuraohtenerlosfincs
qucbusc11.Pcro11linvcstigarlaposibilid11JteóricadctcncrunF.s-
todo legitimo. ~ ju~ilica pcrl"ccUm1Cntc postular una comunidad
tlcciudadanos.qucaplkaeseprimergrudoderacionalidaJ.
Se ~opone que. además, deseamos que el método de la toma
grupal Je J~<t:isioncs aJoptaJo nos conduzca a una acción colecti-
va que mmhién tenga la vinuJ de la coherencia interne. La demo-
cracia un~nime logra este rin. ya que reproduce las preferencias
dccodalaciuJaJaniacn las leyes del l;:stado.Sisuspreferencias
soncohcrcnt~':<.tamhiénloscrúnlasdel Estado.Sepodrfa¡xnsar
que el gohicmo Je la maroría wmbién conscnia 111 coherencia de
las preferencias. pem los htthos inJican lo contrario. Cómo se
verúconunejernplo muy simplc.cspcrf«tarnente posible que
un grupo de individuos racionales con preferencia.~ coherentes
lleguen a un onlcn incohercntc de preferencias, a través del go-
bierno Je la 11111yoria. Su¡xmgomos. para simplificar, que la co-
munid11J cunsiste en 1rcs individ11os. quc sc cnfrcntan 11l prohlema
Jctencrqueeslllblccerun puntajcsocial parutm;pusihilidades'.
A eadu miembro d.e la comunidad elce10111 se le pide que primero
le asigne unpuntaJc a lastrespo•ibilidades, scgün supreforonci1.
Pucdcusarcl~ritcrioquedcscc-18 utilidad social.el intcréspcr·
sonal,etc.-,s1cmprcqucmantcnga l11cohercncia.Elgrupoesto-
blcccasisuprcfcrc11d11colcrlivaal vocarcntrclasdivcrsa.~posi­
bilidadcs. de a dos por vez. Como hay 1rcs11hcma1ivas. <jUe pode-
mos llamar A. B y C, habrá tres vo111ciollCs en total: primero A
contra R; luego A contra C; y finalmente. B contrJ C.
F:I orden de pnlíerencias en la socie<fad cslli. completamente
dctcnninado por los órdenes de preferencias de los individuos. ya
quccuandoscprcscnlan un pardcnhcmalivas.cada individuo
consulla su orden privado y vol.a ¡'Klr la opciún 11 la cual le ha
asignadoelmayorpuntojc.Ahora.existcn varios órdenes priva-
dos posibles que. cuand11 se amalgaman por el gobierno de la
mayoría. generan uo orden püblico cohen:nlc. Por ejemplo. con-
sideremos el Cuadro l.

.'' . .
lndnrkluol lndrYklUoll lndrYlduolll

'
' ''
Como los individuos 1y11 prefieren A ante; <jUC R. le ganan
en votos al individuo 111 y la sociedad en su conjunto prefiere A
anln que R. De modo similar. los individuos 11y111 lc ganan a 1 y
comprometen a la sociedad con IJ. antes qoc con C. Ahora. si I~
sociedad prefiere A ante• <!UC B. y B ante• <jUC C. es !Olalmcntc
coherente que prefiera A antes que C. Y eso es efecli\·amente lo
que ocurre. ya qoe lo.~ indiviJuos r y ll votan C!Nl preforenciu y.
por lo lanlo. lc ganan ul individuo 111 un3 ve¿ más. En cslc~a:;o. el
gobierno de la mayoria conviene a un conjunto coherente de <ir-
dcnes privados o irnlividuules.dc pre~cn:n-cias en un orden igual·
m.:nte coll<:rcnte de preferencia$ wcialcs. l'cro, lamcnwblcmen·
tc,nu~icmprecsasl.
Consideremos el conjun10 de óllkne• individuales respecto
de las mismas opciones, que figura en el Cuadn> 2.

. ..' ..'
lndMduol

'
'
lndlvlduoll lndl-"duolll

Cuando compurnmos las opciones y contamos lo~ voios. des·


cubrimos que A tiene la mayorla respecto de B (individuos 1 y 11)
y B tiene mayorla rupe.;to de C (individuos l y 11). pero no por
eso A tiene mayoria respecto de C. Al contrario, los individuos 11
y 111 prefieren Cantes que A y, por lo tanto. lo mismoocurrceun
la sociedad. 1:1 rcsultado es que el grupo. panicndo de preferen-
cias individuales muy coherentes. llega a un conjunto de prefe-
rencias abliurdo e im.:uhcrentc, a trav~s del gobierno mayorilllrio.
Se puede ohjctar que hemos prescmta<ln una imagen falsa <le
t:obiemo de la mayoría. Las asamblw• no votan todas las combi·
naciones posibles de Jo que se csui considerando. O votan todo
junto y pem1itcn que la pluralidad dccidn, o toman de a una mcdi·
daporvcz.adoptándolaoreo:haz.óndola. No hay grandes diferen-
cias. Las contradicciones que hemosdcscubicr1ocn la votación
dclamayoríascpucdenreprodueirencualquieradc las variacio-
nes hubirnale• que se adoptan en 1111a asamblea. Por ejemplo. su-
pongamos que se adop1a el procedimiento <le ~·otar por uno op-
ción cada vez, hastu que ~e adopte ul11una y i;c convierta en ley.
Cada ciudadano vota contra una propuesta si es que a(ln e.~is1c
olra opción prcícrible. Por otro lado. cuando una propuesta hu
sido votado, se elimina de ta concienda y el elcctllrado la ignora.
En este sistema. se puede mostrar lüeilmcntc que la medida gana·
dora queda detenninada (en el caso paradójico que sci\aldbamos
antes)solamentcporclordencnclcualscleprcscntanlasposibi-
lidlldcsalaciudadanfa. l'arn verqueesocseieno.con~ideremos
una vez más el modelo de preli:rencias d<:I Cuadro 2. Existen tres
opciones: A. B y C. Por lo tanto. ltay seis órdenes posibles para
presentarle a la asamblea. que son: ABC. ACB, BAC. llCA, CAB
y CIJA. Veamos qué sucede en cada caso según el siSlema de
votación eliminatoria.

Caso 1. Se plantea A ante la asamblea y pierde, dlldo que dos


individuos prefieren otra cosa.
Se le plantea Bala asamblea y gana. )'a que al haber
quedadoeliminlldoA.hay1boradosindividuosqueprc-
fiercn Bantesquecualquicrotracosa(es decir. Cl y
sólo unoqueaúnprefiercC.
AsiqueganalJ.
Caso 2. Se plantea A a la asamblea)' pierde; C también se plan-
tea y pienle: sólo qucda B. que gana.
Caso J. Siguiendo la misma línea de 1117.onamiento. cuando se
plantea 8, pierde; A lllmbién pierde; así que sólo queda
C,quegana
Caso4 ll pierde:Cgann
Caso 5. Se empieza con C, que pierde; se termina con A. que
gana.
Caso 6. üana A.

En resumen, cuando se volll la opción A en primer lugur, gana


la opción lJ; cuando se vota primero sobre FJ, gana C; y cuando se
vota prím~w C, gana la opción A. E.• obviamente irracional que
unasocicdadcambicdcpa~rrespectodctiesposibilidadcscadn
va que las considera en diSlinto orden.' Sería como decir que uno
prefiereelbeladotlechocolateenlugar<leldevainillacuandome
ofrecen primero el de chocolate, pero en cambio me quedo con el
de vainilla cuando es el sabor que me of~n primero.
Kenneth Arrow, en una monografía interesante titulada .'111-
cial Choice <1ml /mlil•id1111/ IM1ws (Opción social y valores indi-
viduales), a demostrado que la incohercoci11 de Ja paradoja del
vo1antcinfcctaacasitodos losmC:lod<.l'ldeelccci6nsocialquc
pwden llamarse "democr.itkos". ¿Cómo puede ser que cuando
individuos racionalc" con preferencias cohcrcnlc• toman d1Xisio-
ncs col«tivas [Xlr el mec.anismo aparentcmen1e lcgi1imo del go-
bierno de la mayoria, lleguen u un grupo incohercotc de prcfcrcn-
ciu.s? ¿Que pasa con d procedimicn10 de loma de docisione5 co-
lectivas que introduce un elemento de irracionalidad?
La n:spucsta par«e estar en un descubrimiento muy interc·
sanie de Duncan lllacksuhre luscondicioncs bajo las cuales se
puede confiar que el gobierno de la mayoria genere n:sultados
cohcren1cs. Es obvio que podc1nos garamiz.o.r la coherencia del
gobierno de la mayoría si se nos permite limitar los modelos de
preferencias individuales que pueden adopiar los votantes. E11 d
caso extremo, por ejemplo, si le pedimos u todos <JUC adopten el
mismo orlkn de preferencias, el gobierno de la meyoríe simple-
mente reproducirá ese orden como preferencia social, loeual será
co~rcnte. Pero ¿existen ri:striccio11cs "'7.0Mblc• que cumplan
c!<llfunción'.'La rcspucs1uuimnoseconocc.pero 0lack ha de-
mostrado que con una n:stricción intcre.'18nte y natural, el gobier-
no dc la mayoria funcionaria de manera cohcren1e.
Brevemente, la n:stricción o:s que el orden de preferencias de
cada individuo dehc 1encr Ja camcteristica que Black llama "efoc-
ción única" cuando se observa individu.almcnle. Esto significa
que hay una fonna unidimensional de desplegar todas las al1cr-
nativas, en la que coda individuo puede cnlocar su primera op·
ción,yquefuncinnadcl~iguientcmodo:paracadapcrsona,el.llinLo
mis hacia la derecha se aleja una alternativa de su primera elec-
ción. menos la prefiere; y cu4n10 miis se aleja hacio 111 i1.quicrdo
de su prim.:ra opción, también la prefiere menos. A todos nos
resulta familiar este funcionamiento, que en politica se con~
comoclcspo:ctrodcposibilidadcsquchaycnueladcn.'Chay lo
i1.quierda.Si rcviSDmosl~sdivcrsa<posicioncspolíLicasquchay
cnelespcctrodesdeJuextn:maiu¡uierda,olaiT.quierdani<lical,
hasta lacxtn:maderccha.o la derecha rcaccionaria,ocunc<¡uc
lo siguiente es verdadero: primero, cadu indi• :duo •C puede co-
locar en el cspeclro; sc¡:undo, una vez que cado unocrn;uentrasu
lugar, que es la posición de su primera opción, cwinto mils a la
derecha o a la izquierda se cncucn1r11unacosa. menos le gusta'.
Por ejemplo. un republicano moderado pn:ficrc a un conservador
qucaunrodicalytombiénpreficrcaunrcpubliwnolibcral.quc
11 un demócrata moderado. Un <lcmócraw de i1..quicrda prclierc a
un socialista que 11 un comunisl.R, y también a un dcmócnll.11 mo-
dcrado, 11ntes que 11 un rcpublicanoJc Eiscnlmwer. lllack ha de-
mostrado matcmliticumenle que si todas las personas pueden cum-
plir con sus prefen:ncias cn fonnasalisl"acloriadentrodelespcc·
tro.clgobiemodclamayoríadcbcgcncrarpn:fercncias""'iales
cohcnmtes.
No está del todo claro el sentido más profundo del descubri-
miento de Black. Una pista podria ser que la dispmición dentro
del cs~c1ro de dcrcch11 a i1q11icrdn se da cuando cado in1cgnm1c
dclosocicdadopinaquclasaltcrnativasposiblcsrcprcscnlangra·
dos variables de uno imica magnitud. f_~Ln es ba.<o1.0ntc acorde a lo
vinud segtinAristótcles.quc la consideraba unmcdiocn1rc los
cxtrcmos. Sesuponcquccadavinud(icupa una posición en la
escala. (más o menos) a medio .;amino entn: el exceso y el dcl'ec-
to. Por ejemplo. la valcnLia se considera un punto medio entre la
impcluosidady lawbardia. Se supone quccuánln uno más se
alejahacincualquicradclosdo.~extremos,pc<irleva.Enpolilica.
hay que interpretar el espectro entre la deN:cha y la iiquicrda como
clreflejodetosdivcrsosgradosdc intervención¡:ubcrnomcn1ol
cnloscucs1innnsocialcs.l!nunex1remo.secncucntranlnscon·
scrvadores. que dcst;:an el menor intcrve11cionismo pusiblc; en el
01ro,csl.án lnssocialis1asquc,aleontrario.promuevcncJma)•or
intcrvencionismoposiblc;ycn1reambaspuntasdclcspcc1ro.sc
encuentran varias claso:s de moderados que npoyan una mezcla de
intervencioni~mn y no intervencionismo•.

a.~e<oll>)Q•<"<•olarq•<no><p11<dc&wrn>dl"'b"'-P"''<m><i><«l•fü ..
"Ir•
....,.,...., l"';<ionhii<t> Lo d<r«h•¡ 1o..,;, la ;,~•iaJ• r.i" ..,.i.,i.: "''"" d
•nkn.J<•••r«Í<m><i.. «,,,Jo111l.oocurdinol

:~ 1 1: 1:.::.~.'.~~~~.::.::"':~ib::=~~·~.=~~h~<>occ;,~:.:'...~~.i!
Cuando un solo individuo evalúa las ullemntivas posibles. se
supone que la(s) variable(s) que lo ocupan se mancicncn iguales
durante la evaluación. Escncs una de las fuentes de enhcn.:ncia
interna. Pero cuandu muchos individuos evalúan las mismas op-
<::ioncs objetivas. pueden hacerlo bajo el supuesto de que se trata
de una diversidad de variables. El resuh1do es que. cuando se
amalgaman su..~ decisiones a 1n1vés del voto. el ¡;rupndc preferen-
cia puede tener incorporada la incongruencia de las modalidades
de evaluación que haya adoptado el electorado. considerando o
cadavntante. J>al'l."l:erlaentoncesqueelgobiemode la mayoría
pucdeoírecerresultadoscongrucntcscuandu toda laciudadania
considera que lasnp:;ioncsestán polarizadas.ycstoencuanloa
lasvariablesquchaccnqucseanamralprcforircadavczmenos
aquellas o¡x:innes que divergen, en una u otra dirección. de la
primcracleceióndccadouno.
P11111 ver cómo la can.:ncio de una imicu orción adecuada pue·
degenerar incongruencias. vamos a analizar brevemente 11 una
sociedndsimplilicadaenlacunlsúlohaytrcsvotantcs:unconscr-
vador, un liberal fovorublc al F.stado de biencscar y un socialista.
que deben cle¡;ircnlR: lres alternativas, que son el capitalismo de
libre mercado. el liberalismo del Estado de bicnestnr. y el socia-
lismo. Podemos suponer que el conservador pn.:ícrini. en primer
lugar,laopcióndclcapi1alismodcllbl'cmcn;ado;cnscgundo,la
del C..lado de bienestar: y en tcrecro, el socialismo. Tnmbifo es
plausible que el liberal coloque, en primer lugar. el Estado de
bicnestar;cn.se¡;undn instancia.el socialismo; rror último. el
cnpiialismo de litm: mercado. Pero el soeialisia. que se ubica en
laextrcmaiu¡uierdado::les~U'Opoliticoypn.:ficrc,o::nprimer
lugar,alsocialismo,podrln110culocaral Es1adodcbiencs1arcn
segundo lugar. Porque podría suceder que p:;nsnra que, en reali-
dad, el Estado de bicncstur tiene lo po."llr del capitalismo de libre
mercado y del socialismo, sin reunir ninguna de sus vir1udcs. El

¡""'"'
~ale •"pon<r. ,..~ ... °""J'Oll
i....ron...,..i~,.,, <k I• 1n1m-.:n<otlnJ"' "·
m1on1,,...,..,b.•0<Wi3111>.ci1110r=mm&<bienonclhicn<>UrylajUJ1iri:iooci:il«.
'1"<dk»aw<1Y..,1>egincl¡tra.lo>d<in!<nTI'ltlÓn<lcl~ol»mk>.
Estadodcbicncs1aronulalainida1iva individualque,endefinili·
va,ticncun11.-.criedeeonsccueneiassoci11lmen1edcsc11blcsbajo
unsistcmacapi111Ji.1.11.Alavc7.,lcogregoalasocicdadlao;argade
laburocraeio.sinoírteerlcclcontrolrocionaltolalquecsposiblc
enunrésimensoeialista.Elon.Jcndcpreíen:neiasdclsocialislll
podría ser. entonces: socialismo, primero; liberalismo. segundo;
y FA~tado de bienestar, último. 131 cuadro 3 sintcti;ui estos órdenes
de preferencias individuales:

Llbo,..ll"no Estadodebtenesm Sodallsmo


hu.do do blon ... m So<l1hmo Llbt<al!1mo
Sodal!uno llborali>mo Enadodcbl<nen••

¡,Cuiíl sería el resulladode la votación? Lo soci~-dad pr.:ícriria


el liberalismo al Es1ado de bienestar en una propon;ión de dos a
uno: lambién preferirio el l'.stadode bienestar al socialismo. dos a
uno. Pero 110 preferiría el liberalismo al sociali~mo. Al contrario.
el socialismo seria preferible al liberalismo, dos a uno. Asi. aun-
que los miembros del clcc:torado crean que las ahemotivas n:pn:·
scntan los diversos grados de una única magnitud (el control del
13s!ado). pueden de 1odosmodosno1eneruna únio;aopción pre-
ponderan1ey.así.gcnerarur111opcióngrupal incongruente.
111.
Más allá del Estado legítimo
1. En busca del Estado legftimo
Hemos llegado a un callejón sin ~lida en la bús<.¡11~...iu de unu
fonno viable de 11soci11ción politica que integre annoniosamcmc
111. a11tonomío moral del individuo con la autoridad legítimu del
fa1ado. l.a propuesta que pa~c re.solver el conflicto en fonna
genuina,esdecir.lademocraciadireclll)'UnlÍnimc,cs1anrcslrin-
gida en s1111plicaeión que no ofrecc u1111 vcrdudcni posibilidad de
sercncamadacnunE!itadolegitimo
Uno democracia contractual es legítima, sin duda. porq~""
basacnlapromcsadclosciu<l11d1111os<leubedecerasusónkncs.
Cualquier Estado <.¡ue se funde c11 dicho promesa ser;!. lcgi1imu.
Sin embargo, todos esos Estadu~ logran su legitimidad sólocu1111·
do losciu<ladanosrcnundanasu autonomia y por lo tanto, no
cxisle unu solución al problema fundamental <le Ja liluIDl1a polí-
tica. La democracia mayoritaria exige unajus1il1cación mAs pro-
funda quc una mcrapromesaoriginaria. Se pn:scn1acomo la imi-
caformadccomuni<la<lpolí1ica\·iableenlaquelaciudadaniasc
auLogobiema y osf preserva su aulonomia. al estar Ja autori<la<l
individualcomcniduenladelF.s1ado.l.amen1ablemcme.nucstro
examen de los dil·ersos argumentos a füvor del gobierno de Ja
mayorfa mostró que sus alirmaeiune$ <le legilimi<la<l no tienen
fundumcmo. Másalhíde iodo loqie se diga de lademucracia
mayoritaria, no pnrccc cieno que la minoria puc<la mantener su
lib\:rtadym1togcstiónsidcb\:somctcl"ICala mayoria.
El hecho <le nu ha.her cncontrn<lo una forma de asociación
poli1icaquceombincautonomiamoralconau1oridu<lkgí1imano
scdebcaquclar.1.cionolidaddclosscrcshumanosscaimpcrfoc-
ta.nialuspasioncscinlercsc'Pfi"adosqucdesvianalasperso-
nasdcsubúsqu~-Ju<lelajus1iciayclbicncoll.'Ctivo.Muchosliló­
soíus polilico.• han sostenido que el Eslado es el mal necesario
que deben soponarlos scl't's humanos porno cumplireon los prin-
cipios de la momli<lud. o como hcrr.1.micnlll para que una clIDic <le
indi\'iduos la us.: contra los otros en una lucha intcnninable para
obtener \•cntajas pel"lonales. ~far,,_ ~ Hobbcs concuc«lan en que
en una comunidad de indi,·iduo•<le hucna voluntad, donde el bien
gcncralfucmclprcsupues10guladctodoslosciudodanos.clEs-
ta<luscrfoinnecesario.fa10slilósofossólodiliercncnclg111dode
esperanz:icnqucesacondieión s.: rcalicealgúndfa.
Nuestro <lilcma 111.mpocu su11ic de las limitaeiom:.• intelectua-
les y de conocimien10 que nos afectan a to<los -y que ya eonocc-
mos-. salvu a algunns sercs c;i;tmonlinarios. Pucdcocurrir que en
un mundo t«nológicnmcntc complejo. sólo unos pocos indivi-
duos puedan tener cspcrnn;ro~ <le conocer los principales temas
puli1icc" con la prolimdi<lad necesaria como para lcner con\·ic-
ciones rcalmcntc pcr.;onales. Pcro 3] plantear una socicda<l dc io-
dividuos mcionales y de bucnu vnlunlsd, hemos eliminado esos
obstáculos tan conoci<los para lograr un Estudo completamente
justo. La magnitu<l clcl problema planteado se hace palcntc debi-
do u nuestra incapaci<lu<l para rcsolvcr cl <lilema dc In autonomia
y laautori<la<l. incluso para una sociedad utópica. Lo< filúsofos
politicos han supuesto. en iodos los tiempos)' luga~$.quc la uto-
pia cs lógicamcnte posible. aunquc dudaran <lc que llegara a s.:r
siquiera prob.able. Pero los 31J!:umcntos de cslc Cn!>llyo indican
que, al Eslado juslo. huy que ingresarlo en la categoria dd cua-
<lrado cin:ulnr. o cl snltcro casado.
Si la autunomla y la autoridad son genuinamente incomp:ni-
blcs, sólo nos qucdan <los cursns dc accitln pru;iblc. O adop1amos
el anarquismo filosó!ico y lratamus a lodo.< los gobiernos como
en1idatks ilegitimas cuyas órdenes ha>· qucjuzsnr y cvaluorcn
cadainsioncfo. antcstkobedco:cr;n.dc lucootrario.dcbcmos~for
porperdidn luhüsqueJude la autonumiacnel rcinupolíticu )"
sometemos (n1ediantc una promesa implícita) p c1,111lquicr fonna
de gobierno que nos p11rc1.ca justa y hencfieiosu en un mnmcntu
dado.(Nopuedoe•·it.arrcrictirnuevamentcqucsiscguimoscste
curso de acción. '"'exilie 11ing111w ru=,in 11niwrw1/ o 11 priori ¡mm
.1cn1/riru1> nrti.• obl•l{udtA< u rnnrplir con /(J,, 11or111as ,¡,, ""
1wl>ier-
no democrti1ím que con /u.< ck c11<1/q11icr o/m /Íf'"- l;n algunas
situaciones.pucdcscrmKsinteligcntejuraruhedicneiaaunadic-
1adura hencvolcntc y cticicnic. que a una democracia por medio
delacualunamP)'<1ria1ininica1;cimponc"'hrclaminorlainde-
fcnsa. r en /w <"U.ros en r¡1re /m.mmu.rjurC1<lo re.<pewr la 1·u/¡1111C1</
de /<1111<1yori<1, no e.<i.<le 1linf:11m1f11er:<1 Jllfxrfor a /<11111.,r>m. /ti/
COlllU.Til111biér<111msj11ríl<IO(lbedie11df/OlllllllUllUITll./
Ni se plantea la po~ibilidad de rc11u11eiar ul comprnmiso que
tenemos con la autonomiu moral. Lüs persona.< aJullas nu "'"
m&s que ni~o.• si. ndcm&s de aceptar que otros gobiernen por fuer-
1.D dC la n.:<:csidad. lo hacen volumariam(ntc y sacrifican su ddm
sin cesar para sopesar los m~ritns Je Ja.~ accione' "luc llevan a
cabo. Cuando me pongo en manos Je otro y le pcrmitod~"i.:iJir los
principiosporloseualcsdeboguiarmlconducta.n:puJiulalibcr-
tud y la 1117.Ón que me otor¡:un digniduJ. A.•Í. comclo lo que Kant
habrfo tildado de pec11Jodehctcronomiavolunt.:1ria.
Pan:c<:rfoquenuhnyotrapo,;ihilidudquenosc;1acogersc;1la
doctrina anarquista y n:chu1.ar ca1cgóricnmcntc '"''" afirmnci.111
de autoridad lcgílimndc una persona snhn: otra. Si11 cmb¡ir¡:u.
confieso que no me alegr.i llcgnra la conclusión de que lcngn que
dcjurdchuscarunaautoridndcolcctivalcgitimn.Qui;.iiscrinmc-
jordecir algo accn:a Je las mwnes filus<'>ficns profunda~ de C•la
Tl,lllucncio.
F.I ser humano i;c encuentra en un mundo natural que es
im::ductihlcmcnte o/ro.que se le enfrenta. rmh allá Je su \oluntad
e indiícrcntc a sus deseos. SMu la Sllpcr>liciún n:ligiusa. o la lo-
cura de la mc1nlisicn idcalbt.a. p11cdcn alcnl11mus o suponcr quc
lanaturnlczapuedcscrmcional.uquelnoposicióncnlrccl ~·
humano y los objetos cs. por principio. supeniblc. El ser bu mano
se enfrenta a un mundo soci:1I que purece otro. quc/JUrecc
enín:ntlirscle, ol menos en forma p1m:ialmcntc imJcpendicntc de
su volun1adyamcnudocapriebosoe11l11 írustraeióndesusde-
seos.¡.También es una l<1<:ura suponer que esta oposición se puc-
dc superar y que cl ser humano podni eonquisw la sociedad para
eonvertirlaensuhcrramicnta.enlugardcensuamo?Paracon-
tcs1areM11 pregunw, hmemos que tki.:idir ~i la apariencia de obje-
tividnd de la socicdad 1ambien es realidad. o si en el reino dc las
instituciones y las relaciones intcrpcrsooales.el enajenamiento
del indil'iduo de la sociedad que lo domina es accidental y, en
último término. erradica.ble.
Coda indi•·iduu nace en un muntlo wcial que ya está organiza-
do en modelos de conducta y expectativas. Al principio, sólo es
conscicntedel:1spoc:1spersonasqueseencuentnmcnsuentomo
fisicoinm<.'tliato)·desuscualidadcs.asicomodcsuaspecto.Muy
pronto.elnil'lo:1prendeoespcrarsecuenciasrepetidnsdccompor·
tamiCfllo a su aln.'tlc<lor. Luego. el nii'lo empieza a vera esas perso-
nas significati•·a.~ como actores que tienen pupcles <lefinidos (mo·
drc,padrc.macstro/o. policia,ctc),quetambiéndese.rrollanotras
perwna.< en situ8':iunes <lifcrcntes (otros nii\os twnbién tienen m&·
dreypadre,e1c).El:1prendi7.ajedelaleng1111refue17.aestaconcien-
cia.porque la palabra "'padre" incluye la idcadequepucdellllber
muchus padres para muchos hijus. El nii\u madura y d.:."<arrolla su
pcrsonolidadidcotificiindosceondivel'SO$personajesdelmundoe
i111cmali:mmfocvmoprupioslospatrun~-sdccon<luctaydccrcen·
cias que oom:spondcn a do::tcnninados roles. Asi. se '"Qm•icrtc en
alguienytumbién<le."·11brcquiéncsalpcnsarcnlaspo.<ibilidath:s
queleofrcccla•·i<la.Eladoksccntcpasaporunperiododedcfini·
ción<lcrole$duronteclcualprueb;avarios,pnrocomprob1rcu~les
sonlosmásadccuodospar.iél.(f.slad<.:scripci6npU1.-..kcstarmuy
influi<lapurl:1expcricnciaoecidcntalcontcmponinea.Enalgunas
culturas.lainccrti<lumbrcdclosrolcsqueprovocauno·•crisisdc
identidad""nuocasedurx•rquel:1socicdodcstablcced~onjuntodo:
~herá intemalir.ir y poner en juego. l'cru.
rol<:ll que el in<li•·i<luu
pnroesteanálisis.~sepun1onoesimportantc.) •
lOJ

A5í,el mundo so.:ial le presentan cada im.lividuo una rcalidnd


objetiva coo cstrocturos que existen en fonna independiente. igual
que el mundo fisico. lil nii\o aprende a distinguir dónde tcnnina
su cuerpo y dónde cmpiean los objeto• ajenos a él. Distingue
cnw lo que está bajo su control (varios movimientos <le su cuer-
po) y lo que no 1'1.'Spondc a su voluntad. Del mismo modo, aprcn·
de 11 m:onocer lu realidades ini;ambiablcs de m entomo soo:ial.
C1.111ndo se le prcgunla a un nii\o qué quiere .er cuando .ea gmn-
dc. sc lc prcgunlll en rcalidad culil dc losrolessocialcsexistcnlcs
picnwadoptarcuandoscaadulto. Sun:spucsLa ·q11cquicre~r
bombl:ro. ingeniero. o explorador- indica que entiende perfecta-
mente bien la naturaleza de la prqu111111. Puede imaginar. al me-
nos en una socicditd corno la nuestra, que ejcn:c ulgún 1ipC1 de
con1rolsobrclC1srolcsqucadC1ptará:pcroniclqucprcgunm,nicl
nii'lo,suponen1Cm:ralgún1ipndccnntrolwhl'l'lnexistcncin>·ln
na1uralc1..a de los roles en si mismos. Jnclusocl rebelde social
adopta algún rol eitislcnlC, el de bohemio o rc•·olucionario. Igual
quetodoslosactorcs, losrcbcldesusan laropaadccuadaalml
elegido, al igual que eligen el harrioy usan el lenguaje acorde a
su opción.
F.n cualquier sociedad razonablemente compleja, los roles
socialcsscorganizanasuvczcnmoJclosaúnmáscxten.~ivosdc
eonduo;:toycreencius.alosqucllamamns .. iMtitueiones".Lalgle·
5ia, el Estado. el t'J~rcito y el Mercado son sistemas de roles. Las
in1eraccioncscerac1crísticascnLri;losdivcrsosrolcsqucrepre-
senwn los miembros de una institución se dc1cnninan en fonna
indcpcndicnlc de cada individuo. igual q11coco1TCeon los roles
en si mismos. Sin embargo. en este nivel de complejidad organi-
l..aLiva, apare« un nuevo fenómeno que incremcma enonnemcn-
tc la a¡>llrente objctividad dc la rcalidad socinl. cs dccir. lo que sc
conocecomola"paradojad...lasconS<;cut:nciasim:operadas".Cada
pcrsnna que in1egra una cs1ruc1ura ins1imcional pcniguc objcli-
vos y adop1a modelos al menos pareialmcntc consuui<lc» p'1ra
ella por la socicdad-cs de<:ir, yacxi•lcntc•cuandonsume el rol,
qucporlot1n1n.scleconC<'ck. l·:nsu•roks. lapcrso11adcbcría
Sl:rcapa7. de verla relación cnlre Juque hace y Josresulm<lus.
11w1quc es posible que nu se sicntll libre de cambi!lf SllS melas o
proburnucvosmedios. En l11intcrJccióncono1ros11c10resindivi·
duales, se producirán resultados de laigu aliento que probablc-
mentcnoscpn:\'Can.niscandescadosporlosintcgmntcsdclsis-
tema. Lusaclon:scun~idcranlnquccsrnsconsccwm.:iusin""pcra­
dus nos.on producto de sus accione> y. por lo Ulnto, lastratanln
como objetivas. al igual que tus eventos no1urales. Para ciiar un
ejemplo chisicu; cada empresario busco incn:mcntar sus ganan-
dos rebajando un poquito sus precios. con la espc111117..a de nptar
asl a un mayor segmento del men:ado101al. hasta que el prc.:iudc
losbicnesquevendcncaccscrcpito..a.mcnleytodospicrdcn.AI
pcnsarenloocurridu.uncmprcsariosupolldráqucsccncuentra
en una situuciún ..de baja .., que signilica cswren manos de una
fucr7.a nalllral u objetiva incontrolable. Incluso al reconocer la
rc111ci<incausulcntrcs11acci6nindi\·idualdcrcducirclp«<:ioyl11
caidadel prcciodc mcrcadu.espmhablequcsccrc11 incapaz de
...:venir las cun ....-cucncias de las ""leyes del mercado". (Qui7JÍ val-
ga la pena sdtalar que. 11 difon:ncia de los presupuestos de la 100-
ria económica del libcmli"'11o da.-.ico. el emprcsario se encuentra
tonsomctidoalasíuerzassocialcseuondoasumcsuroldccapila·
lisia. como cuando i>1: •ientc peón del mercodo. lnclllSO 111 compa-
ració11 mas liger:i en1rc dislin1as cul!uras revela que cl .. bombn:
c..-.mómico··cs un rol ~ocial peculiar de cicr1as culturw<yen ab.~o­
luto cl .. humbre natur:il .. quc aparcg; cu.undo se levantan lasíuer-
usdistorsionantesdclutrJdici<inylasupcrstición.)
Le experiencia del empresario se n:pitc hustacl inlinito para
que los s..:rcs humanos se vean a 5i mismos comple1amcnte ese la·
vizado, por la sociedad. 111uch11 m:i.~ de lo que alguna vcz lo ha-
yan ,ido por la namralc1a. Sincmbargo.,uc1>nvicción1ieneun
error lundamcntal. Aunque es cierto que el mundo natural existe
en fonna indcpcndienlc de 111, creencias o los deseos del ser hu-
mano y por lo C;1nto limita su volumad -constricción que. en el
mcjurde Jos cuso~. se puede micigaro combatir-. el mundo social
no es nada en ~í mismo y consiste meramente en la totalidad d~
loshábitos.cxpcctatirns.cr....,ncias )' p;:itroncsdccunductadc lo~
individuos que viven en él. Es decir, mientras Ju~ individuos 5Call
ignomn1csdcloses1roc1u111.s1o1alcsdelasinstitucioncscnlasquc
juegan diverso~ roles. serán víctimas de las consecuencias illCs-
pc111.d11Sporcualquic111..Adcmás,micnlrusluspcrsooossepongan
unas en contra de otras por con nietos de in1crcscs, nqu~llos cuyos
roksinslituciorwlcslesntorgucnventajasck:podcro«inocimicnio
en la lucha social prevalecerán ,,ohrc los que se encuentren sin
ventoja.• relativas. Pero wmo la falta de libertad de cado indivi-
duo es el resultado ya sea de la ignorancia. o de un connicto de
intercscs.unosociedaddcindividuosroeionalcsdebucnavolun-
tud t.leberia poder eliminar, en principio. el t.lominio social)'
subsumirlo a ID muhipliciditd de vuluntades de una manera impo-
sibli: en el caso dc la nuturaleT.a
Considi:n:mos wmo ejemplo a las in<1itucioncs cconómicus
de la sociedad. Al principio, los individuos intcrpn:ian sus diver-
sos roles económicos (agricultor. anesano, comerciante. o ~<ca­
dor. ele) con absoluta ignomnci11 de la n:J de interacciones que
iníluycncncl.!xi1odcsustarcasylosguiane11u11asccucnciadc
dccisioncs.parobicnoparamal.cuyacs1nicturayrcsuhadofinal
no pueden vcr. Estos mismos indivit.luos :;e imaginan que esliin
encapsuta<losenunconjuntoderolesewnómicosineumbiablcs
cuyos modelos. ret:(lmpcnses y relaciones sis1cmá1icas son bu•-
tantc independientcsdc su mluntad. De a poco. a mc'<lida que las
interconcxioncs si~lcmliticas se van vol•·iendo mis complejas y
muiuamente depcndien1cs.1~ visión que 1icncn las pcr,.ona.~ de la
economía en conjunto crece hasca que. por ejemplo. Jos empn:sa-
rios cmpie7.an a darsc cucnta de quc sus réditos dcpent.lcn dc la
cantidad total de bienes que producen ellos mismos y sus colegas
capitalisias, y tambi~n de la acumulación de deseos individuak'i
de 1encr los hiencs. que constituye el grado de lo demanda. l.a
primera el.lipa en el dominio Je Ja economia pucdc consistir sim-
plemente en el descubrimiento de esns Calllidadcs de la demanda,
clsuminis1ro. latasadein1erés.cl rédito, e incluso el pn:ciode
mercado. f_~ decir. los individun!! dchcn •kst•11/>rir que la interac-
ción dc vorios accus individualcs dc compra y vcnta establccc un
Unico prc.:io Je mercado, que n:llcja la relación cntn: fo ofcl1a y
lndcmandat.lel bicn«imereiali1.at.lo. l.ucgodcdarsecucniaJe
que ese precio existe. la• persona:· pueJcn cmpc-1.ur 11 entender
cómo se Jc1crmin1. Sólo entonces. pueden consldemr la posibili-
d11J de hucerde ese pn:cio un objeto din:c10 de decisión y uí.
finalmcn1e.libcr11rscdclalirnniaJclmcn:aJo.
Adcmá.• de la ignurancio que e,;clavi1.a a qui~nes ocupan car-
gos de poder en la e<:onomia {los capitalislas del sistema libcml).
la con•et:Ucnciadc priuri:tar los intcn!ses poll'SUnal~s es la cxplo-
ración ycscla\·i1aci6n detodosaquéllos cuya posiciónc-conómi-
cacsdecscasopodcr.D.:modoqucnisiquicrnclmayoruvance
imaginahlcJclcunucimicnLusocialalcanwrlaparaliberar11to-
OOs los individuos de sus l11ZOs sociales.a menos que íucrnnawm·
pailado• d~ una 1rnnsfonnación del interés personal en 11 búsque-
¡la dcl bicn scncraL Pero si sc llegara a un11condición um utópic11,
los individuos podrían ~in duda reconquistar de uno vez por todas
su produe10 común -la sociedad- y al menos dentro del mundo
humano. mlirdcl n:inode 1a necesidad e ingn:-saren el de lo liber-
ll!d. Se suele decir que 111 muerte y los impucs1os son lo único
seguro en esta vida. Es1e es un dicho popular que n:ílcja 11 pro-
funJ11 convicción de que el ser humnno no puede escapar a 111
tiranía de fo naturaleza u de la sociedad. La muerte siempre nos
acompuilar.I, rara recordamos que somos criaturas de Ja nntumlc-
ll. Pero los impuesios. jumo con ouos inslrumcntos de la acción
so.;;inl.!iunpruductoshumanosy.porlo111n10,termlnaninporso-
01clcrse a la volunmd colccliva de una sociedad de individuos de
hucna voluntad
Tcndríaquces1arclaroahornporquénodcS\.'Oaccptarcumo
fi1wilc!ilusn:sultadosncg111ivosdecS1abilsqued11dcunord<:npolí·
lico que cs111blczca un equilibrio entre autoridud y autonomí11. El
E.tado C!i una institución social, de 1nodo que no es mós que lo to·
taliduddc lascreencla.~.exp«tativas,hdbitosc interacción de roles
de sus micrnhmsy sujClo!i. Cunndo individuos racionales. en pleno
cunncimicnto de las ~-onsecuencias inmcdi11111s y a largo plvo de
susoccioncs,dc:i:idcndejarde lado el inlcréspcrsonal y perseguir
~I bien común, deben poder crear una íonna de asociación qu..: cum-
?lo con c!ill finalidod sin J)fivar a algunos dc su autunomía murol. F.I
Eslodo.alrev~sde lanaturalc-.aa.nopucdcsersicmpree/01ro
2. Sinopsis utópica de un mundo sin Estados

l'or el ejercicio de la autoridad legitima defac:I,,. c:l Eswdo logra


lo que Ma~ We~r llama la coordinación imperativa de lus masas
de hombres y mujeres. Claro que. bosta cie110 punto. esta coordi-
n~ción consiste en lo sumisión mil• o menos voluntaria de mu-
chas personas a los acundos ins1i1ucionalcsquc son directamente
contrarios a sus intercscs. l.D.< amenazas de violcncio y las san-
ciones cwnómicas son esenciales pam man1cncr a raya a lus per-
sonas. aunque Weber alega. muy pcrsua.<ivamcntc. que el mito de
la legitimidad es lambién un impor1antc ins1rumcnl0 de dominio.
Pero aunque no hubiera eKplo1aei6n ni dominación en lo !>D-
cicdad, 1.1:ria inlcn:santc pan los imlividuos lograr un muy alto
nivcldccoordinac1ónsocial.tantopormzonesdccficicneiacco-
nómica,como rorcl orden público. En nucstrorn:tuul estadioa\·an-
zadisimo de división del 1mhajo, cualquier problema menor de
coordinación social puede generar una nis is en el Oujo de bienes
y1.1:rviciosncccsariosparamantcncrlavido
Enconsceuencio. vale la pena pn::guntar si una sociedad de
individuos que han sido persuadidos de In verdad del anarquismo
-una sociedad en la que nadie redoma para si lo autoridad legiti-
ma. o en lu que nadie crcerfo si un reclamo de ese tipo~ hicicra-
podría lograr un grado adecuado de coordinoción social con mé-
todos ahemalivos.
En mi opinión hay 1n:s tipo• generales de prop6si1os. mlÍ.~ allá
de la dominación y explotación de un scgm<:nlo de la sociedad a
manosdeotro,paraloscualeslos indi\•iduospucdcndcsearuo
on.lcn mayor de coordinación social. Primen>. está ID búsqueda
colectiva de algún objetivo c.r1cmo, como 111 defensa nacional. la
expansión territorial. o el imperialismo económico. Segundo, está
labUsqucdacnlcctivadcunohjctivoi111erm1qucn:quiereorgani-
711rycoordinarfosactividodcsdcgrandesnUmcrosdcpersonas,
como la seguridad en el tninsito. por citar un ejemplo trivial. o la
reconstrucción de nuestns ciudades. para citar otro ejemplo no
tnn trivial. Finolmcnlc. está el monlenimientn de In economía in-
duslfinl. cu)'D difcn:nciación e inlcgración dc funciones --cnjcl)lu
:;1.>Ciulógica- es lo suficientemente avan1..ada como rura mantem:r
un nivel de producciún alt<> )' ad~-cuadu. ¿l lay alguna forma de
servir a estos fines <1ue no sea mcdia111c órdenes ejcculadas en
forma coercitiva y a trnv~s del mito de la legitimidad?
No tengo ahora una respuesta completa y coherente para csw
pregunla, que en cierto 1nodo es la prucha más real de la filosofia
política del anarquismo. pero haré algunas sugerencias que pue-
den nbrir sendus frucLfferas de investigacit'm.
Respc:ctudelosa.•untusdcdefensunacionulyaventurascncl
cxLcrior. cn,-u qll'C hay mucho pura decir a favor de la adopción de
un sistema 4: conformidad voluntaria con las din,'l;Livas de un
gobierno. Si adop1amos la forma de una sociedad de anarquista.•
-es decir. unn sociedad que ha lugrado un grudo de desarrollo
mor11I e iruclectual en el que la supersticiosa creencia en lu lcgiti-
midad dc la autoridad se ha cvaporado-. la ciudadaniu seria per-
fe<;tamcmc capaz de cl.:gir librem.:me dcf.:nder a la nación y lle-
var su pro¡Xmtu más allá de las fronteras nacionales. El propio
Ejértitu.epudriabasarencompromi¡¡u.•ysujcciónvolunlariaa
las órdenes. Tamhifo pudria suceder que. un día. no hubiera más
voluntarius Jlllm proteger In libcrtlld y la ~cguriilild de la sociedad.
Pero si .:se fuera el caso. sería claramcmc ilegitimo ordenarle a
losciudodanosquc luchcn.¿l'orquédcbt:rlascguir1:xisticmloun
Jlllissi su pueblo no desea dcfenJcrlo? Pienso en el conuuslcen-
lrc los panisanus yu~oslavos. o lossuldndns israelies,por un lado,
y la.~ fuerzas estadounidenses enviudas a Vietnam. por utro.
La idea del cumplimiento voluotnriu de las dil'Cl.:tivas guhcr-
1U1mcntalcs no cs nucva. pcm gcncra invariablcmcntc la sensa-
cióndequecuulquierpruccdimicmodeesctipolle\'arÍaal.:aos
total. Mi opinión es que. dctr.ls de es.a reacción, se oculta una
superstición, en lugar de rniunes. PcrsonalmenLc. me sen tiria mb
seguroenunpuis-E.•ladusUnidos-cuyossoldadosfucranlibres
dcelcgircuindoyporqué luchar.
r:I .:umplimicnto voluntario iría aún mb lejos, para generar
uno coordinación social suficiente como pa111 pcnnitir también la
búsqu~-da .:ol1:<:tiva de ubjeLi\'OS domCstiws. Ad.:m:ís, .:reo que se
podri11 hacer mucha cosa mcdiant.: el dc!>arrollo de unu volun1ad
locnl. tomuni1aria, de una volunlaJ consensuada o gcllCral rcs-
"'
J"'clu de usuntos colcctivos. en lugar del in1erésp11r1icul11r. En el
copilulo final de mi libro T/11: Pmvmy 1~( l.ibcmllsm (La polm::ai
del libc111lis1no), prcscnlé un analisis conceptunl de los diversos
lipos de comuniJud. Sólo quiero agregar qu..: el logro de lasco-
munidudes unnli1.adas en ese lihroimplicaríounndescentralizu-
ci611 mudK> mayor de la .;:.;;onomio cs1ndounidcnsc.
Este Ul1imo punto me lleva a abonlar d prol>lcmu mü.~ dificil
de Lodo.• -<s decir, el man1enimicn10 de un nivel de coordinoción
social suficicncc para uoo cconomiu industrial avaruado. Como
ya hari sci\alado Fricdcrich l layck y varios otros economistas po·
lilicoslibcralcsclásicus.laopcraciúnna1uruldclmcrcoJocsunu
muncrn c>.tn:madamente eficiente de coordinar el componamien10
hu11111noenun1111mpliacscalasincocrci6nysin11pclaral1111ulO·
ridad. Sin embargo. la confianza en el mercado es fundamental-
mcn1e irracional cu11ru.lu lus individuus •abcn cómo cummlarlo u
fin de evitar su.• con!IC<:ueneia.• no deseadas. l.M liberales origi-
narios suponían que estas leyes del mercado crnn leyes objetivas
dcunanaluralcz.abenevulente:lusliberalesmodemospmponen.
cncambio.,;¡ucsigamosconfundicndoalanaturnlczaylasocic-
dad. aunqm: tengamn.• el conocimiento necesario como pnrn su-
bnrdinar al mcrcado a nucscm volunlad y dccisión colccci,·as.
Sólo una de...:entralil'.aeión económica extrema permitiría el
tipodeeoordinaci6ncconómica1·olunlllri11quccscohcrcnteeon
losidcalcsdclanarqub.mn)•Susseguidores.F.nelpresente.clam.
tal descemralización produciría una eaos económico. pero si !U·
'·iCramosunafucntedcencrgiabarntay local.una tecnología de
11v11n:tadap11ralaproducciónapcqucilacscala.ysiadcmhdcscá-
mmos uceptar un gran desperdicio económico. podr!amos desar-
mar la economía <:«tadnunidense para convertirla en unidades re-
gionales y subrcgio1111lcs de un tamailu manejable. Los inten:nm·
bins entre la.• unidades serian ineficientes y costost.>s -faha de
ela5tieidad en la oíena y la demanda. gastos considcmhlcs. y de-
m:is. Pero. a cambio. las personas tendrían más libertad parn ae·
loaren formaautúnuma.1-:nefc:cto.unasocicdadasíhahilitarfoa
lodos lns individuos a ser agentes autónomM, mientras que en la
sociedodactual,lasrclativamcntccscasaspersonasqucsonauió-
nomas son -<>actúan 1;nmo- panlsilos de las mosu obedientes,
rosp:tuosesdc la autoridad.
Estos comentarios están muy lcjosdcoonstituirunaproycc-
ción cohenmlC de una sociedad llllRrquisla, pero pueden servir pillra
que~idealseaalgnmlisqucunamcrafanlaSiodclolilosoflo
politice utópico.

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