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DIMENSIÓN ÉTICA DE LA DOCENCIA.

Prof. HEYDEN NEIL FLORES DE LA CRUZ

El problema de la ética docente en Educación superior está plagado de diversos factores,


uno de ellos, el principal, es el desconocimiento del alcance de la norma y la ausencia
marcada de sanciones durante un periodo largo del desenvolvimiento en las aulas, ello trae
consigo el desinterés del docente por mejorar su práctica pedagógica y por el nivel de
aprendizaje que alcancen los estudiantes. Según Hortal (2002) refiere a que la ética
profesional es incompleta sino se observa desde la ética social, es decir se debe tener en
cuenta en que contribuye cada profesión a mejorar la sociedad; es evidente que si no hay
preocupación del docente por su labor, no habrá mejora de la sociedad

A partir de ello demostraremos que el limitado conocimiento de las normas y la ausencia


marcada de sanciones, han determinado el deterioro de la ética docente, traducida en un
disminuido interés por su labor y la mejora continua de la profesión en mejora de la
sociedad; ello enerva el logro de perfiles adecuados que contribuyan al desarrollo de la
Educación de los niños, niñas y adolescentes de la EBR.

Como fundamento de lo antes expresado tenemos a Bermejo ( 2002) quien hace mención
a tres protagonistas involucrado en el tema ético, los usuarios que reclaman determinados
bienes y servicios; el profesional que requiere medios para ofrecerlos; y los responsables
públicos, que representan al conjunto de la sociedad, en este sentido se tiene a un conjunto
de estudiante reclamando un mejor servicio en forma continua, pero por otro lado se tiene
un grupo, mayoritario por cierto, que no reclama, al contrario esta da acuerdo con relajar el
servicio y concentran su reclamo en el hecho de ser aprobados por inercia, así mismo los
responsables púbicos, aquellos que dirigen desde la burocracia, destinados a supervisar y
monitorear, también no prestan atención a lo que sucede, se subsumen en su habitáculo
de papeles y compromisos, dejando de lado la verdadera esencia de su labor, contribuir a
la mejora de la sociedad desde su perspectiva técnica-pedagógica.

Para el caso, el profesional que requiere medios para ofrecer un mejor trabajo, se ha
cansado de hacerlo, hartazgo que lo ha llevado a la desidia, jamás escuchado, nunca
atendido, prefiere dejar las cosas tal y como están, aprobar para no hacerse problemas, sin
importar el nivel que alcancen los usuarios o si logra o no los perfiles.
El docente necesita en definitiva de una línea ética para llevar adelante las acciones
profesionales, para poder formar al futuro docente, entablar una relación abierta y franca
con sus estudiantes, demuestra y tener una imagen bien modelada, actitudes y escala de
valores que lo diferencien de otros, eso significa que el docente debe tener compromiso
con su labor y un alto espíritu de servicio, lo que a la larga le posibilitará ser un ciudadano
y un docente trascendente.

En conclusión, la docencia es en sí misma una actividad ética. La sociedad entrega su


confianza a los docentes de Educación Superior para la formación de los formadores de los
educandos de Educación Básica, asumiendo que debemos conducirnos éticamente en las
clases y que promovemos valores morales entre los estudiantes. Por ello la ética es
inherente a la formación docente: los profesores nos relacionamos con los estudiantes, por
ello dirigimos, premiamos y sancionamos la conducta de los futuros docentes, evalúo y
juzgo. La vida de las personas y la vida en la institución educativa tienen siempre una
dimensión ética.

REFERENCIAS:

Bermejo, F. (2002). La ética del trabajo social. Bilbao, España: Desclée De Brouwer, SA

Hortal, A. (2000). Docencia. En Cortina, A. & Conill, J. 10 palabras clave en ética de las
profesiones. Navarra: Editorial Verbo Divino, 55-78.

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