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C.F.E
28 de julio de 2019
Muchos son los libros, ensayos, artículos que tratan sobre las raíces históricas del Partido
Bolchevique, al igual que su división que resultarán los mencheviques y su influencia en la
revolución de 1905.
En este trabajo pretendemos realizar una breve recopilación de información a través de la
lectura de distintos autores que han trabajado mucho sobre los temas mencionados.
Breve porque esta temática tiene una extensión muy pronunciada que requeriría un
estudio en profundidad.
El Partido Bolchevique fue uno de los grupos integrantes de la oposición al zarismo.
Constituyó el ala más radical del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Se erigieron,
bajo el liderazgo de Lenin, en el sector mayoritario, frente a los más moderados, los
mencheviques. Eran partidarios de la implantación del poder proletario teorizado por Karl
Marx y de la unión de obreros y campesinos como fórmula para conseguir la destrucción
del zarismo y la conquista del poder.
La sociedad Rusa de la segunda mitad del siglo XIX también jugará un papel fundamental
en la formación del Partido Bolchevique ya que, al ser una sociedad feudal en el auge de
la desintegración. Millones de campesinos vivían en una miseria muy grande, no obstante
su mundo se caía en pedazos, la introducción de inversiones capitalistas en diversos
sectores como la siderurgia, el textil, entre otros comenzaba a absorber gran cantidad de
campesinos. San Petersburgo y Moscú, por ejemplo, se transformaron de centros
administrativos en ciudades fabriles, con una gran concentración de trabajadores.
Tradicionalmente, los sectores intelectuales habían mirado al campesinado como el sector
que a levantarse, propiciaría una revolución que instauraría la democracia en Rusia.
Este punto y su relación con el Partido Bolchevique será desarrollado en el cuerpo del
trabajo.
1 P. BROUÉ, El partido Bolchevique. Primera edición en castellano: 1973, Editorial Ayuso, Madrid.
socialistas de aquellos tiempos, consistía en un instrumento poderoso y necesario para
tirar abajo los ideales del capitalismo por la clase obrera y para la instauración de un
orden socialista.
Antes del congreso, expresa Carr, Lenin libró y ganó tres batallas en el terreno de
lo ideológico. Frente a los naródniks (revolucionarios rusos de la década de 1860 y 1870.
Él término significa en español “yendo hacia el pueblo” y fue un movimiento de corte
social-agrario construido sobre entidades económicas autónomas; entre varios pueblos,
enlazados entre ellos, en una especie de federación que sustituía al Estado.) el Partido
Obrero Social-demócrata Ruso consideraba que el proletariado debía constituir la fuerza
motriz de la futura revolución, y no el campesinado.
La campaña contra los naródniks fue la principal realización de Plejánov (revolucionario
ruso, teórico y propagandista del marxismo). Los primeros revolucionarios rusos de la
década de 1860 eran materialistas, ilustrados y radicales insertos en la tradición de la
Revolución francesa. Éstos, no tenían contacto con el campesinado ruso ni tampoco con
el incipiente proletariado industrial. Ya en la década de 1870, los revolucionarios rusos
reconocieron el campesinado ruso y vieron en él el futuro de la Revolución rusa, de esta
forma adquiriría un contenido social.
Carr, citando a Lenin5, establecerá que los escritos de éste no son más que una
repetición en el interior de Rusia de los argumentos de Pléjanov. Y que en el primero de
esos escritos, Lenin proclama con énfasis juvenil su propia fe revolucionaria en el
proletariado de la siguiente manera:
La autoridad de Plejánov era aún importante y Lenin, con un poco más de treinta
años, se dispuso a llegar a un acuerdo en una cuestión teórica: aceptó una fórmula que
planteaba el desarrollo y avance del capitalismo en Rusia hacia el inevitable apogeo de la
revolución social menos incisiva que la que su proyecto planteaba. Este suceso no solo
benefició a la oposición, sino que Lenin consiguió, a cambio, la inserción de un prudente
programa de reforma agraria que no se encontraba presente en el proyecto de Plejánov.
La parte teórica del programa comenzaba con la tesis ortodoxa marxista de que las
relaciones de producción han alcanzado un punto en el cual el capitalismo burgués no es
ya compatible con los nuevos progresos que se están efectuando en Rusia. Y ésta, a
medida que sus contradicciones se multiplican y se hacen evidentes, el número y
solidaridad de los proletariados aumenta y su lucha contra los explotadores se hace
mucho más agua. De esta forma, el desarrollo técnico crea cada vez más rápidamente la
posibilidad material de sustituir las relaciones de producción capitalistas por las
socialistas, es decir, la posibilidad de una revolución social que abolirá las clases sociales
y terminará con la explotación de una clase por otra.
Por otro lado, la parte práctica del programa que era específicamente rusa, se refería a
objetivos con un alcance inmediato: tales objetivos, como el Manifiesto comunista
( tratado político que fue muy influyente en el desarrollo de la historia. Se trata de un
manifiesto encargado por la Liga de los Comunistas a Karl Marx y Friedrich Engels entre
1847 y 1848.) variaban según los países.
Por lo expuesto por Carr, los objetivos se clasificaban en tres grupos: reivindicaciones
políticas (entre otras: sufragio igual y universal, libertad de conciencia, de expresión, de
prensa, de reunión y de asociación, elección de los jueces, separación de la iglesia y el
estado, educación universal y gratuita), reivindicaciones económicas de los obreros
( jornada de ocho horas, prohibición del trabajo infantil, limitaciones de los trabajos
desempeñados por mujeres, seguros sociales de vejez e invalidez, prohibición de las
multas y de la remuneración en especie en las fábrocas) y reivindicaciones económicas
de los campesinos (especialmente la devolución de los recortes de tierra que les habían
sido injustamente arrebatados en la época de la emancipación).
Para los que crearon este programa, estas reivindicaciones que se estaban exigiendo
eran fundamentales para poseer el apoyo de la burguesía radical durante las primeras
etapas de la revolución. El programa terminaba ofreciendo el apoyo del partido a cualquier
movimiento de oposición o revolucionario contra el orden social y político existente en
Rusia y enfatizando que el primer paso hacia la realización de sus objetivos era el
derrocamiento de la autocracia y la convocatoria de una asamblea constituyente
libremente elegida por todo el pueblo.
En el año 1903 los preparativos estaban lo suficientemente maduros como para
convocar a un congreso de partido, la reunión se celebró en dos instancias: en Bruselas y
en Londres en el mismo año. A ella asistieron cerca de 50 delegados entre los cuales solo
hay cuatro obreros. Los iskristas cuentan con la mayoría. A causa de esto el partido
adopta casi sin dificultades al programa anteriormente mencionado que ha sido redactado
por Pléjanov y Lenin. En este programa figura por primera vez en la historia de los
partidos social-demócratas la consigna de dictadura del proletariado: se entiende por ésta
a la conquista del poder político por parte del proletariado, la cual es una de las
condiciones necesarias e indispensables para la revolución social.
Sin embargo, plantea Broué, los miembros del iskrismo se dividen en la cuestión del voto
de los estatutos, donde se enfrentan dos textos. Lenin, en nombre de los “duros”,
planteará otorgar la condición del miembro del partido solo a aquellos que participen en
una de las organizaciones; por otro lado Yuli Mártov (revolucionario socialista ruso que
supo ser líder de la facción menchevique) que defendía a los “blandos”, se inclina por una
estrategia que le confiera la condición de miembro a todos aquellos que colaboran regular
y personalmente bajo la dirección de alguna de las organizaciones. De esta forma, (y
cada uno apoyado con su respectivo texto) comienza a surgir una gran divergencia entre
los defensores de un partido ampliamente abierto, que apoyan a Mártov , y los partidarios
de Lenin, defensores de un partido restringido, vanguardia disciplinada integrada por
revolucionarios profesionales.
Lenin y su texto obtiene un apoyo de 22 votos, mientras que Mártov hace lo suyo con 28 y
su texto es aprobado.
Sin embargo, tanto los encabezados por Mártov como los defensores de Lenin
coinciden en que se debe negar al Bund la autonomía que exige dentro del partido ruso.
Por esta razón, los delegados del Bund abandonan el congreso, junto con los
“economistas”. Los “duros” consiguen por las razones expuestas la mayoría y tienen la
posibilidad de nombrar un comité de redacción y un comité central, compuestos ambos en
su mayoría por seguidores de Lenin.
Estos últimos serán llamados en adelante los “bolcheviques” o mayoritarios, y los
“blandos” se convertirán en “mencheviques” o minoritarios.
De este enfrentamiento, surgirá la primer escisión del partido: Lenin que controla los
organismos dirigentes, apela a la disciplina y a la ley de la mayoría; los mencheviques,
por su parte, que acusan a la mayoría de querer infligir al partido lo que ellos llaman un
“estado de sitio”. Mártov ha reagrupado atrás de sí a la mayoría de los social-demócratas
y su consigna era restablecer el comité de redacción de Iskra, en el que Lenin se
encontraba en monoría. Plejánov, que hasta el momento en el congreso había expresado
su conformidad con los puntos expuestos por Lenin, se inclina por los mencheviques
terminando por aceptar la designación directa de algunos de ellos para entrar a formar
parte del comité de redacción, de esta forma retomaría el control del periódico. El comité
central que en el congreso había quedado constituido por una mayoría de bolcheviques,
parece ser igualmente partidario de la conciliación.
Mas allá de todos los acuerdos logrados, este intento fracasa y Lenin, después del
congreso, fue afectado profundamente por la crisis y por una oposición que no se
esperaba: la sorpresa y decepción revistieron tales caracteres que sufrió una depresión
nerviosa. En unas pocas semanas se encuentra aislado y excluido del equipo de Iskra sin
haberlo previsto ni deseado. Sin embargo se rehace rápidamente cuando sus antiguos
compañeros comienzan a abandonar sus antiguas costumbres y posturas, emprendiendo
de esta forma el contra-ataque. Se lanza a la reconquista de los comité y en agosto de
1904 logra organizar una muy eficaz dirección de grupos bolcheviques, el primer esbozo
de los que será la facción bolchevique.
Según el documento publicado por el Comité Central del P. C (B) de la U.R.S.S
titulado como Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S cabía
resolver la situación convocando inmediatamente al II Congreso ordinario del Partido ,
para establecer una táctica única que englobaría a los mencheviques y bolcheviques
obligando a la minoría a aplicar honradamente los acuerdos del Congreso y a someterse
a las decisiones de la mayoría. Esta solución fue la que se propuso desde los
bolcheviques a los mencheviques pero éstos no querías oír hablar del Congreso.
Fueron invitados al Congreso todos los delegados de las organizaciones del Partido,
incluidas las dos facciones. Pero los mencheviques se negaron a participar en el
Congreso y decidieron convocar uno por su propia cuenta. No lo llamaron congreso, sino
conferencia por el número reducido de delegados que a él acudieron.
En abril de 1905 se reunió en Londres el III Congreso del Partido Socialdemócrata de
Rusia. Asistieron a él 24 delegados, en nombre de 20 comités bolcheviques.
El Congreso condenó a los mencheviques considerados como una parte que se había
separado del partrido y pasó a los problemas del orden del día, que versaban sobre la
táctica del Partido.
Al mismo tiempo se celebró la conferencia de los mencheviques y Lenin lo clasificó como
“dos congresos, dos partidos”
Tanto el congreso como la conferencia analizaron los mismos problemas tácticos, pero los
acuerdos que recayeron sobre estos problemas fueron muy opuestos. Las dos distintas
series de resoluciones votadas en el congreso y en la conferencia ponían al descubierto
las discrepancias tácticas existentes entre el III Congreso y la Conferencia.
6 Comité Central del P.C (B) de la U.R.S.S, Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S,(1939)
pag. 71
“[...]a pesar del carácter democráticoburgués de la revolución que se estaba
desarrollando y a pesar de que ésta no podía, en aquellos momentos, salirse del
marco de las medidas compatibles con el capitalismo, su triunfo total interesaba de
un modo primordial al proletariado, pues el triunfo de esta revolución le daría la
posibilidad de organizarse, de educarse políticamente, de adquirir experiencia y
hábitos de dirección política de las masas trabajadoras, y de pasar de la revolución
burguesa a la revolución socialista
“Puesto que se trata de una revolución burguesa, sólo puede tener como jefe a la
burguesía liberal. A ella y no a los campesinos es a quien tiene que acercarse el
proletariado. Para esto, lo más importante es no asustar a la burguesía liberal con
actitudes revolucionarias y no darle pretexto para volver la espalda a la revolución, la
cual se quebrantará, si la burguesía liberal se desvía de ella. Es posible que la
insurrección triunfe, pero la socialdemocracia, después del triunfo de la insurrección,
deberá quedarse al margen para no atemorizar a la burguesía liberal. Es posible que,
como resultado de la insurrección, se instaure un gobierno provisional revolucionario,
pero la socialdemocracia no deberá participar en él en modo alguno, ya que este
gobierno no será, por su carácter, un gobierno socialista, y, sobre todo, porque la
participación en él de la socialdemocracia y su actitud revolucionaria podrían asustar a
la burguesía liberal y socavar con ello la revolución.”
De esta forma, ponemos sobre el presente trabajo las dos tácticas de las facciones del
Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.
Para culminar, es preciso señalar que la creación de este partido tuvo un impacto
mundial muy grande, dado a que diversos grupos vieron reflejado en él las posibilidades
de prosperidad.
Bibliografía
Comité Central del P.C (B) de la U.R.S.S (1939) Historia del Partido Comunista
(Bolchevique) de la U.R.S.S.