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A.N.E.

C.F.E

CeRP del Centro

Asignatura: Historia contemporánea de 1914 a nuestros días

Docente a cargo: Fernando López D’Alesandro

28 de julio de 2019

Alumno: Bruno Fernández


C.I: 4.983.148-6
Orientación: Historia.

Raíces Históricas del Partido Bolchevique


Introducción

Muchos son los libros, ensayos, artículos que tratan sobre las raíces históricas del Partido
Bolchevique, al igual que su división que resultarán los mencheviques y su influencia en la
revolución de 1905.
En este trabajo pretendemos realizar una breve recopilación de información a través de la
lectura de distintos autores que han trabajado mucho sobre los temas mencionados.
Breve porque esta temática tiene una extensión muy pronunciada que requeriría un
estudio en profundidad.
El Partido Bolchevique fue uno de los grupos integrantes de la oposición al zarismo.
Constituyó el ala más radical del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Se erigieron,
bajo el liderazgo de Lenin, en el sector mayoritario, frente a los más moderados, los
mencheviques. Eran partidarios de la implantación del poder proletario teorizado por Karl
Marx y de la unión de obreros y campesinos como fórmula para conseguir la destrucción
del zarismo y la conquista del poder.
La sociedad Rusa de la segunda mitad del siglo XIX también jugará un papel fundamental
en la formación del Partido Bolchevique ya que, al ser una sociedad feudal en el auge de
la desintegración. Millones de campesinos vivían en una miseria muy grande, no obstante
su mundo se caía en pedazos, la introducción de inversiones capitalistas en diversos
sectores como la siderurgia, el textil, entre otros comenzaba a absorber gran cantidad de
campesinos. San Petersburgo y Moscú, por ejemplo, se transformaron de centros
administrativos en ciudades fabriles, con una gran concentración de trabajadores.
Tradicionalmente, los sectores intelectuales habían mirado al campesinado como el sector
que a levantarse, propiciaría una revolución que instauraría la democracia en Rusia.
Este punto y su relación con el Partido Bolchevique será desarrollado en el cuerpo del
trabajo.

La concepción Bolchevique antes de la Revolución


Pierre Broue en su trabajo sobre “El partido Bolchevique”1 especifica que las
referencias que se hacen al Partido Bolchevique antes de la revolución, suelen ser
responsables de que se incurra en la confusión de las tres organizaciones distintas: el
partido obrero social-demócrata ruso cuya dirección se disputan varias facciones entre
1903 y 1911; la fracción bolchevique de este partido y el partido obrero social-demócrata
ruso (bolchevique) fundado en 1912.
El bolchevismo originariamente fue una determinada concepción formulada por Lenin,
acerca de la forma de construir en Rusia el partido social-demócrata que, para todos los

1 P. BROUÉ, El partido Bolchevique. Primera edición en castellano: 1973, Editorial Ayuso, Madrid.
socialistas de aquellos tiempos, consistía en un instrumento poderoso y necesario para
tirar abajo los ideales del capitalismo por la clase obrera y para la instauración de un
orden socialista.

Si analizamos los comienzos del partido social-democrático ruso, podemos apreciar


que el movimiento obrero ruso, que surgía como consecuencia de un tardío desarrollo del
capitalismo, no presenció la creación de un partido obrero sino muchos años después que
Europa occidental, aunque es cierto que estamos abordando circunstancias diferentes.
Las ciudades proletarias son muy escasas en este contexto donde predomina el
campesinado. Éstos, estaban restringidos al ámbito local, dado a que existía una gran
represión: los pequeños círculos socialistas que surgen durante los últimos años del siglo
XIX en los centros obreros, son fuertemente controlados y disipados cuando intentar ir
más allá de las discusiones meramente académicas.
Los primeros en constituir una organización a nivel de todo el país son los trabajadores
judíos, más cultos en general, y que suelen estar empleados en empresas de pequeñas
dimensiones: su organización es el “Bund”, término que significa federación o unión y
hace referencia al movimiento político judío de corte socialista creado a finales del siglo
XIX y cuenta con varios millares de miembros. En 1898 se reúnen en Minsk nueve de sus
delegados, esta asamblea se denomina “primer congreso del partido social-demócrata
ruso”. Aquí se redacta un manifiesto y se elige el comité central de tres miembros. Pero
casi inmediatamente, tanto el comité central como los congresistas son detenidos, por lo
tanto, Broué plantea que si bien el partido fue fundado, no indica que haya cobrado
existencia real.
Un grupo de intelectuales renuncia a construir nuevamente el partido obrero desde abajo,
a partir de los círculos locales. Intentan constituirlo desde arriba, a partir de un centro
situado en el extranjero que esté a salvo de la policía y publicando para toda Rusia un
periódico político. Éste, mediante una red clandestina habría de constituir el centro y,
además, constituiría un instrumento para la unificación en un partido de las distintas
organizaciones.

Por lo expuesto por E. Carr2, Vladimir Uliánov (Lenin) hijo de un funcionario


subalterno, había nacido en 1870 en Simbirsk. Cuando Valdimir tenía 17 años, su
hermano mayor fue ejecutado por haber participado en una conspiración para asesinar a
Alejandro III (zar del imperio ruso, rey de Polonia y gran duque de Finlandia de 1881 a
1894).
Vladimir estudia en la Universidad de Kazán y aquí se convierte al marxismo, siendo
finalmente expulsado del centro de actividades revolucionarias. Ya a comienzo de la
década de 1890 se traslada a Petersburgo y ejerce como abogado, para completar así su
formación marxista.
En 1895 viaja a Suiza para visitar a su maestro; cuando vuelve a Petersburgo ingresa en
la Liga para la lucha por la emancipación de la clase obrera. Vladimir, al igual que alguno
de sus compañeros, se lanzan a la distribución de propaganda revolucionaria entre los
2 E. H. CARR, Historia de la Rusia Soviética. La Revolución Bolchevique (1917-1923). Tomo I: La Conquista y
Organización del Poder.
obreros de las fábricas. Por este hecho, fue detenido en el mismo año y encarcelado
nueve meses. Posteriormente fue enviado a Siberia como desterrado. Dado a la
distensión de la fuerza policial, Vladimir pudo continuar escribiendo. En Siberia, estuvo
pensando seriamente en crear una organización de partido que girara en torno a un
órgano que sería publicado en el extranjero e introducido después clandestinamente en
Rusia. Terminado su destierro en 1990 Uliánov se traslada a Ginebra junto con algunos
compañeros y Nadezhda Krupskaya (quien posteriormente será su esposa). Aquí se
decidió publicar un semanario de tinte popular, que se llamaría Iskra, y una revista teórica
de denso contenido, bautizada con el nombre de Zairá.

El 24 de diciembre de 1901 aparece en Stuttgart el primer ejemplar de su periódico


Iskra (La Chispa), cuyo lema era: “iz iskry poyavitsya plamya” ( de la chispa surgirá la
llama), anunciando así sus intenciones. Uno de los objetivos que se plantean los
creadores de Iskra es contribuir al desarrollo y organización de la clase obrera. De esta
forma, se le ofrece a las organizaciones clandestinas de Rusia un programa y un plan de
acción, consignas políticas y directrices prácticas para la constitución de una
organización clandestina que, estando bajo el control de Nadezhda Krupskaya, habrá de
limitarse a la difusión del periódico.
Los obreros rusos parecen estar despertando entonces a la lucha reivindicativa: las
huelgas se expanden haciéndose notar y los diferentes movimientos se multiplican. Los
creadores de Iskra, que en 1903 no son más de treinta individuos, recorren el país y
toman contacto con los grupos locales qué, sin titubear, recogen información, suministran
publicaciones y seleccionan, además, a aquellos militantes de envergadura que han de
pasar a la clandestinidad.
Trotsky, en su obra “Stalin”3, nos planteará un acercamiento a la forma de entender
quienes eran los iskristas:

“ En el diccionario del Iskra, “localismo” era sinónimo de atraso,


mezquindad, casi de retroceso. “Unidos en un compacto grupo
conspirador de agitadores profesionales -escribía el general Spiridovich,
de la gendarmería-, iban de un lugar a otro, adonde quiera que hubiese
Comités de Partido, se ponían en contacto con sus miembros, les
entregaban literatura ilegal, les ayudaban a montar imprentas
clandestinas y recogían a la vez información para la Iskra. Se
introducían en los Comités locales, hacían su propaganda contra el
“economismo”, eliminaban a sus adversarios ideológicos, y de este
modo sometían los Comités a su influencia” El gendarme jubilado da en
estas líneas una caracterización bastante exacta de los iskrovistas. Eran
miembros de una orden errante, por encima de las organizaciones, en
las cuales sólo veían un palenque donde ejercitar su influencia.”

3 Trotsky, Stalin, pág. 50 y 51.


Los iskristas serán quienes intenten construir un aparato central, un estado mayor
de las luchas obreras a escala nacional rompiendo con el aislamiento tradicional.
A mediados de 1902 Iskra ofrecía a sus lectores un proyecto de programa del partido.
Hacia esas mismas fechas publicaba Lenin su primer trabajo sobre doctrina y
organización revolucionarias titulada ¿Qué hacer? : Lenin se dirige a aquellos socialistas,
a los que llaman “economistas”, que niegan la necesidad de construir un partido obrero
social-demócrata en un país donde el capitalismo como tal aún no se ha asentado, donde
su influencia no ha tocado las bases mas profundas. (Estos economistas, por lo expuesto
por Carr, planteaban la separación entre economía y política; la primera incumbía a los
obreros; la segunda a los dirigentes intelectuales del partido. Según esta tesis, los obreros
no se interesaban por objetivos políticos y solo lo hacían por reivindicaciones económicas;
de esta forma, la lucha de clases se restringía a una forma de sindicalismo, a una lucha
de los trabajadores contra sus patronos para conseguir mejores condiciones de trabajo y
reformas sociales dentro de la estructura del orden existente.) Establece que para los
marxistas rusos no hay otra opción que apoyar y sostener la lucha económica del
proletariado y participar en la actividad de la oposición liberal, estableciendo que que la
simple acción espontánea de los obreros, no puede llevarlos a la conciencia socialista.
Según Lenin, es preciso introducir en la clase obrera las ideas socialistas mediante la
construcción de un partido obrero que habrá de convertirse en la cúspide de sus intereses
(esto es precisamente lo que exponíamos acerca del periódico Iskra), y en su educador al
mismo tiempo que ejerce una función de dirección.
Debido a las condiciones por las que está atravesando Rusia a comienzos del siglo XX, el
partido obrero debe estar integrado por revolucionarios profesionales: para dar cara a la
policía zarista, el arma principal del proletariado debe ser una organización estrictamente
centralizada, sólida, disciplinada, de una serie de militantes clandestinos. Se concibe así
al partido como “la punta de lanza de la revolución, como el estado mayor y la vanguardia
de la clase obrera”4.

Antes del congreso, expresa Carr, Lenin libró y ganó tres batallas en el terreno de
lo ideológico. Frente a los naródniks (revolucionarios rusos de la década de 1860 y 1870.
Él término significa en español “yendo hacia el pueblo” y fue un movimiento de corte
social-agrario construido sobre entidades económicas autónomas; entre varios pueblos,
enlazados entre ellos, en una especie de federación que sustituía al Estado.) el Partido
Obrero Social-demócrata Ruso consideraba que el proletariado debía constituir la fuerza
motriz de la futura revolución, y no el campesinado.
La campaña contra los naródniks fue la principal realización de Plejánov (revolucionario
ruso, teórico y propagandista del marxismo). Los primeros revolucionarios rusos de la
década de 1860 eran materialistas, ilustrados y radicales insertos en la tradición de la
Revolución francesa. Éstos, no tenían contacto con el campesinado ruso ni tampoco con
el incipiente proletariado industrial. Ya en la década de 1870, los revolucionarios rusos
reconocieron el campesinado ruso y vieron en él el futuro de la Revolución rusa, de esta
forma adquiriría un contenido social.

4 P. BROUÉ, El partido Bolchevique. 1973 pag.56


Algunos de estos revolucionarios se hicieron seguidores del anarquismo y el terrorismo,
mientras que otros optaron por el marxismo (cuyas obras comenzaron a conocerse en
Rusia durante la década de 1870) pero lo interpretaron de una forma específicamente
rusa: dado a que la sociedad de Rusia era en su mayoría campesina, se podría evitar la
etapa occidental del capitalismo burgués; la comunidad campesina, será el instrumento
para el pasaje del feudalismo del pasado al comunismo del futuro. Pero además, la
distinción entre los revolucionarios rusos de la década del 60 y los naródniks de la
década del 70 se tornaría una distinción entre occidentalistas y eslavófilos. Los primeros
sostenían que el destino de Rusia como un país atrasado, era aprender de Occidente y
seguir las mismas fases y los mismos procedimientos que hicieron que los países de
Occidente tuvieran un mayor desarrollo. Los segundos, por su parte, establecían lo
contrario: si bien no negaban que Rusia era un país atrasado y con grandes problemas
sociales y económicos, creían que aquí se encontraba una fuerza juvenil que era superior
a la de Occidente y tienen un destino propio por cumplir, que les permitirá elevarse por
encima de los males que caracterizaban a las sociedades occidentales.

Carr, citando a Lenin5, establecerá que los escritos de éste no son más que una
repetición en el interior de Rusia de los argumentos de Pléjanov. Y que en el primero de
esos escritos, Lenin proclama con énfasis juvenil su propia fe revolucionaria en el
proletariado de la siguiente manera:

“Los socialdemócratas centran su atención y actividad en la clase


obrera industrial. Cuando los miembros avanzados de esta clase
hayan asimilado las ideas del socialismo científico y la idea del
papel histórico del obrero ruso, cuando esas ideas alcancen una
amplia difusión y los obreros creen organizaciones estables que
transformen la actual guerra económica dispersa en una lucha de
clases consciente, entonces el obrero ruso, colocándose a la
cabeza de todos los elementos democráticos, derribará al
absolutismo y conducirá al PROLETARIADO RUSO (al lado del
proletariado de TODOS LOS PAÍSES) por el camino directo de la
lucha política abierta hacia la victoria de la revolución comunista.”

Otro de los asuntos pendientes antes de llevar a cabo el congreso, era la


aprobación del programa y de los estatutos del partido. Plejánov y Lenin durante la
década del 60 y 70 estuvieron preparando proyectos del programa del partido. Cuando la
organización del Iskra comenzó a consolidarse, la petición de un programa vino de la
mano con la petición de la elaboración de un nuevo congreso del partido. Las discusiones
que se desarrollaron en el primer semestre de 1902 involucraba a Lenin que apostaba a la
juventud y no admitía medidas de compromiso; e involucraba a Plejánov que fue

5 CARR. Historia de la Rusia Soviética. Pag. 20.


duramente criticado por el primero y defendía la idea de que el programa no era para un
partido lanzado al combate práctico sino una declaración de principios, más bien un
programa para estudiantes.
Por su parte, Lenin ofreció un contraproyecto: consistió en confiar en una comisión
integrada por los demás miembros del Iskra la tarea de poner de acuerdo los dos textos.
Hecho que resultó bastante sorprendente para todos fue que la comisión logró con éxito
su trabajo.

La autoridad de Plejánov era aún importante y Lenin, con un poco más de treinta
años, se dispuso a llegar a un acuerdo en una cuestión teórica: aceptó una fórmula que
planteaba el desarrollo y avance del capitalismo en Rusia hacia el inevitable apogeo de la
revolución social menos incisiva que la que su proyecto planteaba. Este suceso no solo
benefició a la oposición, sino que Lenin consiguió, a cambio, la inserción de un prudente
programa de reforma agraria que no se encontraba presente en el proyecto de Plejánov.
La parte teórica del programa comenzaba con la tesis ortodoxa marxista de que las
relaciones de producción han alcanzado un punto en el cual el capitalismo burgués no es
ya compatible con los nuevos progresos que se están efectuando en Rusia. Y ésta, a
medida que sus contradicciones se multiplican y se hacen evidentes, el número y
solidaridad de los proletariados aumenta y su lucha contra los explotadores se hace
mucho más agua. De esta forma, el desarrollo técnico crea cada vez más rápidamente la
posibilidad material de sustituir las relaciones de producción capitalistas por las
socialistas, es decir, la posibilidad de una revolución social que abolirá las clases sociales
y terminará con la explotación de una clase por otra.
Por otro lado, la parte práctica del programa que era específicamente rusa, se refería a
objetivos con un alcance inmediato: tales objetivos, como el Manifiesto comunista
( tratado político que fue muy influyente en el desarrollo de la historia. Se trata de un
manifiesto encargado por la Liga de los Comunistas a Karl Marx y Friedrich Engels entre
1847 y 1848.) variaban según los países.
Por lo expuesto por Carr, los objetivos se clasificaban en tres grupos: reivindicaciones
políticas (entre otras: sufragio igual y universal, libertad de conciencia, de expresión, de
prensa, de reunión y de asociación, elección de los jueces, separación de la iglesia y el
estado, educación universal y gratuita), reivindicaciones económicas de los obreros
( jornada de ocho horas, prohibición del trabajo infantil, limitaciones de los trabajos
desempeñados por mujeres, seguros sociales de vejez e invalidez, prohibición de las
multas y de la remuneración en especie en las fábrocas) y reivindicaciones económicas
de los campesinos (especialmente la devolución de los recortes de tierra que les habían
sido injustamente arrebatados en la época de la emancipación).
Para los que crearon este programa, estas reivindicaciones que se estaban exigiendo
eran fundamentales para poseer el apoyo de la burguesía radical durante las primeras
etapas de la revolución. El programa terminaba ofreciendo el apoyo del partido a cualquier
movimiento de oposición o revolucionario contra el orden social y político existente en
Rusia y enfatizando que el primer paso hacia la realización de sus objetivos era el
derrocamiento de la autocracia y la convocatoria de una asamblea constituyente
libremente elegida por todo el pueblo.
En el año 1903 los preparativos estaban lo suficientemente maduros como para
convocar a un congreso de partido, la reunión se celebró en dos instancias: en Bruselas y
en Londres en el mismo año. A ella asistieron cerca de 50 delegados entre los cuales solo
hay cuatro obreros. Los iskristas cuentan con la mayoría. A causa de esto el partido
adopta casi sin dificultades al programa anteriormente mencionado que ha sido redactado
por Pléjanov y Lenin. En este programa figura por primera vez en la historia de los
partidos social-demócratas la consigna de dictadura del proletariado: se entiende por ésta
a la conquista del poder político por parte del proletariado, la cual es una de las
condiciones necesarias e indispensables para la revolución social.
Sin embargo, plantea Broué, los miembros del iskrismo se dividen en la cuestión del voto
de los estatutos, donde se enfrentan dos textos. Lenin, en nombre de los “duros”,
planteará otorgar la condición del miembro del partido solo a aquellos que participen en
una de las organizaciones; por otro lado Yuli Mártov (revolucionario socialista ruso que
supo ser líder de la facción menchevique) que defendía a los “blandos”, se inclina por una
estrategia que le confiera la condición de miembro a todos aquellos que colaboran regular
y personalmente bajo la dirección de alguna de las organizaciones. De esta forma, (y
cada uno apoyado con su respectivo texto) comienza a surgir una gran divergencia entre
los defensores de un partido ampliamente abierto, que apoyan a Mártov , y los partidarios
de Lenin, defensores de un partido restringido, vanguardia disciplinada integrada por
revolucionarios profesionales.
Lenin y su texto obtiene un apoyo de 22 votos, mientras que Mártov hace lo suyo con 28 y
su texto es aprobado.

Sin embargo, tanto los encabezados por Mártov como los defensores de Lenin
coinciden en que se debe negar al Bund la autonomía que exige dentro del partido ruso.
Por esta razón, los delegados del Bund abandonan el congreso, junto con los
“economistas”. Los “duros” consiguen por las razones expuestas la mayoría y tienen la
posibilidad de nombrar un comité de redacción y un comité central, compuestos ambos en
su mayoría por seguidores de Lenin.
Estos últimos serán llamados en adelante los “bolcheviques” o mayoritarios, y los
“blandos” se convertirán en “mencheviques” o minoritarios.
De este enfrentamiento, surgirá la primer escisión del partido: Lenin que controla los
organismos dirigentes, apela a la disciplina y a la ley de la mayoría; los mencheviques,
por su parte, que acusan a la mayoría de querer infligir al partido lo que ellos llaman un
“estado de sitio”. Mártov ha reagrupado atrás de sí a la mayoría de los social-demócratas
y su consigna era restablecer el comité de redacción de Iskra, en el que Lenin se
encontraba en monoría. Plejánov, que hasta el momento en el congreso había expresado
su conformidad con los puntos expuestos por Lenin, se inclina por los mencheviques
terminando por aceptar la designación directa de algunos de ellos para entrar a formar
parte del comité de redacción, de esta forma retomaría el control del periódico. El comité
central que en el congreso había quedado constituido por una mayoría de bolcheviques,
parece ser igualmente partidario de la conciliación.
Mas allá de todos los acuerdos logrados, este intento fracasa y Lenin, después del
congreso, fue afectado profundamente por la crisis y por una oposición que no se
esperaba: la sorpresa y decepción revistieron tales caracteres que sufrió una depresión
nerviosa. En unas pocas semanas se encuentra aislado y excluido del equipo de Iskra sin
haberlo previsto ni deseado. Sin embargo se rehace rápidamente cuando sus antiguos
compañeros comienzan a abandonar sus antiguas costumbres y posturas, emprendiendo
de esta forma el contra-ataque. Se lanza a la reconquista de los comité y en agosto de
1904 logra organizar una muy eficaz dirección de grupos bolcheviques, el primer esbozo
de los que será la facción bolchevique.
Según el documento publicado por el Comité Central del P. C (B) de la U.R.S.S
titulado como Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S cabía
resolver la situación convocando inmediatamente al II Congreso ordinario del Partido ,
para establecer una táctica única que englobaría a los mencheviques y bolcheviques
obligando a la minoría a aplicar honradamente los acuerdos del Congreso y a someterse
a las decisiones de la mayoría. Esta solución fue la que se propuso desde los
bolcheviques a los mencheviques pero éstos no querías oír hablar del Congreso.
Fueron invitados al Congreso todos los delegados de las organizaciones del Partido,
incluidas las dos facciones. Pero los mencheviques se negaron a participar en el
Congreso y decidieron convocar uno por su propia cuenta. No lo llamaron congreso, sino
conferencia por el número reducido de delegados que a él acudieron.
En abril de 1905 se reunió en Londres el III Congreso del Partido Socialdemócrata de
Rusia. Asistieron a él 24 delegados, en nombre de 20 comités bolcheviques.
El Congreso condenó a los mencheviques considerados como una parte que se había
separado del partrido y pasó a los problemas del orden del día, que versaban sobre la
táctica del Partido.
Al mismo tiempo se celebró la conferencia de los mencheviques y Lenin lo clasificó como
“dos congresos, dos partidos”
Tanto el congreso como la conferencia analizaron los mismos problemas tácticos, pero los
acuerdos que recayeron sobre estos problemas fueron muy opuestos. Las dos distintas
series de resoluciones votadas en el congreso y en la conferencia ponían al descubierto
las discrepancias tácticas existentes entre el III Congreso y la Conferencia.

El III Congreso del Partido entendía que 6:

6 Comité Central del P.C (B) de la U.R.S.S, Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S,(1939)
pag. 71
“[...]a pesar del carácter democráticoburgués de la revolución que se estaba
desarrollando y a pesar de que ésta no podía, en aquellos momentos, salirse del
marco de las medidas compatibles con el capitalismo, su triunfo total interesaba de
un modo primordial al proletariado, pues el triunfo de esta revolución le daría la
posibilidad de organizarse, de educarse políticamente, de adquirir experiencia y
hábitos de dirección política de las masas trabajadoras, y de pasar de la revolución
burguesa a la revolución socialista

La Conferencia menchevique, por su parte, entendía que 7:

“Puesto que se trata de una revolución burguesa, sólo puede tener como jefe a la
burguesía liberal. A ella y no a los campesinos es a quien tiene que acercarse el
proletariado. Para esto, lo más importante es no asustar a la burguesía liberal con
actitudes revolucionarias y no darle pretexto para volver la espalda a la revolución, la
cual se quebrantará, si la burguesía liberal se desvía de ella. Es posible que la
insurrección triunfe, pero la socialdemocracia, después del triunfo de la insurrección,
deberá quedarse al margen para no atemorizar a la burguesía liberal. Es posible que,
como resultado de la insurrección, se instaure un gobierno provisional revolucionario,
pero la socialdemocracia no deberá participar en él en modo alguno, ya que este
gobierno no será, por su carácter, un gobierno socialista, y, sobre todo, porque la
participación en él de la socialdemocracia y su actitud revolucionaria podrían asustar a
la burguesía liberal y socavar con ello la revolución.”

De esta forma, ponemos sobre el presente trabajo las dos tácticas de las facciones del
Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia.

La reacción que muchos esperaban

Efectivamente, la revolución estalla en 1905 y precipita la acción política abierta a


centenares de miles de obreros. Durante los meses siguientes, miles de obreros (tras la
agitación económica y más adelante, la agitación política) van a verse arrastrados.
Obreros que hasta ese momento estaban resignados o se mantenían en completa
pasividad a todo tipo de huelgas.
7 Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S (1939) pag.72
La agitación termina en el mes de octubre, con una huelga general. Ante tal amenaza, el
zar intenta romper el frente único de las fuerzas sociales que se enfrentan a él, publica
entonces un Manifiesto que satisface las reivindicaciones políticas de la burguesía, que
pasa inmediatamente a su bando y abandona a sus aliados del momento.
El movimiento revolucionario va a ser liquidado sector tras sector, siendo objeto las
organizaciones obreras de una fuerte represión . Sin embargo, la derrota deja ciertas
enseñanzas, ya que el desarrollo de los acontecimientos ha servido para revitalizar todos
aquellos problemas que los socialistas deben resolver y, en lugar destacado, el del
partido.
En realidad, los bolcheviques se han adaptado con bastante lentitud a las circunstancias
revolucionarias. Por encima de todo, les sorprende la aparición de los primeros consejos
obreros o soviets, elegidos primero en las fábricas y más adelante en los barrios, que se
extienden durante el verano a todas las grandes ciudades dirigiendo desde allí el
movimiento revolucionario en conjunto. Los bolcheviques comprender demasiado tarde el
papel que pueden desempeñar en ellos y el interés que poseen a la hora de aumentar su
influencia y luchar desde ellos para conseguir la dirección de masas.

Si nos referimos a los mencheviques, plantea Broué, “los mencheviques se dejan


arrastrar más fácilmente por una corriente con la que se funden. El único social-
demócrata destacado que desempeña un papel en la primera revolución soviética es el
joven Bronstein, llamado Trotsky, que anteriormente fue designado, gracias a la
insistencia de Lenin, para formar parte del comité de redacción de Iskra, pero que, en el II
Congreso, se puso de parte de los mencheviques, criticando duramente las concepciones
«jacobinas» de Lenin acerca de lo que él llama «la dictadura sobre el proletariado»” 8

Durante este período, se inicia una serie de transformaciones en la facción de los


bolcheviques: el aparato clandestino permanece pero la propaganda se amplía, así como
también las adhesiones. La estructura se modifica y se inicia la elección de responsables.
Numerosos comités bolcheviques y mencheviques se unifican sin esperar la decisión del
centro que el mundo existe. Hacia finales de 1905, se celebra una conferencia
bolchevique en Finlandia. Los delegados (entre los que se encontraba el futuro Stalin, de
nombre Ivanovitch) deciden , en oposición a Lenin boicotear las elecciones que ha
prometido el gobierno zarista. Como las huelgas y los levantamientos siguen siendo
frecuentes, los delegados adoptan en principio una reunificación cuyas bases habrán de
ser discutidas por Lenin y Mártov unos días más tarde. Las organizaciones locales de
ambas facciones eligen a sus delegados en el congreso de la unificación, sobre la base
de dos plataformas y con representación proporcional al número de votos obtenidos por
cada uno de ellos.

8 P. Broué. El partido Bolchevique. Pag. 17


Conclusiones

Como consecuencia de los sucesos desarrollados en el cuerpo del trabajo,


podemos apreciar que el proceso por el cual pasó la formación del Partido Bolchevique
posee muchas aristas.

Remitiéndonos nuevamente a la introducción, establecimos que abarcar la totalidad


del hecho es algo prácticamente imposible. Por lo tanto, los acontecimientos que se
abordaron son los principales.

La creación de la revista Iskra fue fundamental en la formación del Partido.


Lenin pudo concretar uno de los proyectos más importantes de su intensa vida política:
crear un periódico revolucionario que sentara las bases para una organización
centralizada del marxismo ruso, que hasta ese momento se encontraba disperso en
pequeños grupos nucleados en Rusia y en el exilio europeo.

Para culminar, es preciso señalar que la creación de este partido tuvo un impacto
mundial muy grande, dado a que diversos grupos vieron reflejado en él las posibilidades
de prosperidad.

Bibliografía

P. BROUÉ El partido Bolchevique. Primera edición en castellano: 1973, Editorial Ayuso,


Madrid.

E.H. CARR (1985) Historia de la Rusia Soviética. La revolución Bolchevique (1917-1923)


Madrid, Alianza Editorial.

L. TROSKY (1946) Stalin. Ediciones digitales Izquierda Revolucionaria, versión 2008.

Comité Central del P.C (B) de la U.R.S.S (1939) Historia del Partido Comunista
(Bolchevique) de la U.R.S.S.

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