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PENSANTES?
INTRODUCCIÓN
En la vida cotidiana no es nada extraño cuestionar respecto a la existencia de situaciones que no concuerdan
con lo que se entiende como sentido común. Así por ejemplo a diferentes niveles de realidad se suele
preguntar: ¿Por qué cuando las cosas marchan bien, tarde o temprano dejan de funcionar, y los grupos que
se forman con el propósito de ayudarse mutuamente, terminan casi siempre en enfrentamientos? ¿Por qué a
los recursos se les dan usos inferiores que conducen al bajo rendimiento además de ser insostenibles y en
general se aplican a un solo uso, a pesar de que hay otros usos superiores, de alto rendimiento, sostenibles y
con la posibilidad de emplearse en forma múltiple, que podrían redituar en un beneficio neto mayor? ¿Por qué
no se invierte en la protección y fomento de los recursos naturales aún cuando se sabe que eso produce a
largo plazo un valor neto positivo, al elevar la productividad y aumentar la sustentabilidad? ¿Por qué
desapareció el imperio Maya? ¿Por qué al intentar premiar la productividad y la creatividad se termina
premiando lo más trillado y se ignora la originalidad y los temas realmente de frontera? ¿Por qué se tiende a
aceptar lo irracional y se permite que prevalezca en forma repetitiva hasta convertirse en costumbre?
En varias ocasiones, también, hemos sentido que nuestras vidas se descontrolan y se encaminan a
situaciones caóticas y no tan sólo de forma ocasional sino de manera permanente. El significado de este caos
sólo ha comenzado a investigarse, pero no cabe duda que la comprensión individual o colectiva del mismo
puede cambiar radicalmente nuestras vidas, Emery(1969), Lazlo(1972a), Gleick(1987), Senge(1990), Peat
and Briggs(1990).
A lo largo de la historia de la humanidad, se observa que conforme tenemos un mayor entendimiento de las
leyes de la naturaleza, descubrimos que los problemas de la sociedad que inicialmente se manejaron en
forma simple, como fenómenos lineales de causa-efecto, en realidad son complejos y están interconectados
y, se generan muchas veces, en las mismas políticas bien intencionadas que tratan de resolverlos, actuando
sobre los síntomas y no sobre las causas; con lo cual, se producen beneficios sólo a corto plazo que inducen
a actuar nuevamente sobre los síntomas.
Es decir que en la mayoría de los problemas que se intentan resolver, existe de antemano una ineptitud
para plantear, comprender y manejar los sistemas complejos, además de ignorar que las principales
amenazas a la supervivencia de estos sistemas no proceden de hechos repentinos sino de procesos lentos y
graduales. Estas preguntas y otras situaciones similares tienen un origen común, de tal manera que se
pueden resolver con la misma metodología.
Para quien puede percibir modelos de interconexión es fácil ser un pensador sistémico. El análisis de
sistemas es una herramienta adecuada para enfrentar este reto, ya que nos permite cambiar la
percepción del problema al detectar distintos niveles de interacción entre las variables que conforman
el problema, es decir, nos facilita apreciar una mayor cantidad de perspectivas de un mismo problema.
No vemos más allá del problema que se presenta y, por lo tanto, proponemos soluciones sintomáticas y de
arreglo rápido, que no resuelven los procesos disfuncionales más importantes, que dan origen al problema.
Nos esforzamos en vano contra los problemas persistentes, sin observar que el problema se definió
de modo tal que nunca podrá resolverse. También, aplicando el pensamiento y la energía en el lugar
equivocado o al nivel erróneo. Igualmente es más fácil encontrar alguien a quien culpar, que examinar la
forma en que los propios esfuerzos complican las dificultades que se tratan de superar.
Un problema se crea, perpetúa y con frecuencia empeora por el manejo erróneo de una dificultad.
Definir un problema es un problema. Personas distintas pueden percibir de manera diferente un
problema o el propósito de una reunión, proyecto o procedimiento. Los problemas no tienen
existencia independiente a uno mismo: los crean nuestras mentes, acciones y conversaciones.
Requiriendo atención especial cuando llegan a cierto grado de complejidad, ya sea de detalles o dinámica.
La complejidad dinámica se da en situaciones en las que la acción lleva a resultados distintos en el corto y a
largo plazo o bien, si una acción tiene un conjunto de consecuencias locales por un lado y externas por otro; o
asimismo, si las intervenciones obvias producen resultados no tan obvios.
El pensamiento sistémico proporciona métodos más eficaces para afrontar estos problemas con mejores
estrategias de pensamiento al profundizar y ampliar nuestros puntos de vista. Además por ser integral el
razonamiento es más claro y profundo y por ende mejora la comunicación, Briggs y Peat(1999). Nos
permite desarrollar una metodología innovadora para descubrir patrones de comportamiento que se
repiten en los acontecimientos de la naturaleza y la vida cotidiana.
Así, los problemas ambientales tienen una dimensión de cantidad y otra de calidad y cuando los de calidad se
tornan graves, se convierten en problemas de cantidad, porque la cantidad se vuelve insuficiente para
obtener una calidad determinada. Y si se habla además de la degradación del medio ambiente, es importante
tener presentes sus tres dimensiones: cantidad, calidad y diversidad, como también su interdependencia.
Sobre todo porque la diversidad tiene un valor esencial en la productividad y la sustentabilidad; así como en
el desarrollo económico a largo plazo; su preservación será una forma de inversión para el futuro.
Quienes toman las decisiones sólo suelen considerar los beneficios inmediatos, y no los costos a
largo plazo. Así vemos que los bosques se convierten en paramos a cambio de muy pocos beneficios,
dejando un enorme costo de rehabilitación presente y futura. Además de que una vez que se produce una
degradación ambiental excesiva, ya no vale la pena tratar a través de la rehabilitación de obtener el nivel que
habría sido óptimo, porque los costos se hacen muy elevados, la efectividad es escasa y los mismos
intereses de las personas involucradas son más fuertes. Determinar cuanta erosión se puede permitir puede
ser la diferencia entre el crecimiento exuberante y la desertificación.
Por el hecho de basarnos en los síntomas y no en su causa medular, se suele carecer de una visión
con capacidad de lidiar con el problema, que nos pueda ayudar a definir su verdadera dimensión, y a
sugerir una intervención eficaz en la solución de éstos. Las implicaciones económicas de esto, pueden
llegar a ser contradictorias e ir en contra de la intuición, por lo que es conveniente observar que:
3. Se emprenden proyectos sin tomar las medidas adecuadas ni generar beneficios suficientes
para indemnizar a todos los afectados, de modo que su situación sea mejor con la presencia
de ese proyecto que sin el. Donde las comunidades locales, por sus tradiciones e intereses,
podrían ser los administradores más eficaces de dichos recursos.
La primera prioridad debe ser la de suprimir las políticas cuyos costos ambientales sean sustanciales y que
crean incentivos malignos que van en detrimento de la economía y del medio ambiente. Donde muchas de
estas distorsiones no sólo son fuente de la falta de eficiencia, sino también de la falta de equidad y de la
perpetuación de la pobreza, Holling(1993), Capra(1982,1991).
Esto no significa que rechacemos el concepto reduccionista sino que los fenómenos no solo deben ser
estudiados a través de un enfoque reduccionista, también pueden ser vistos en su totalidad, ya que existen
fenómenos que sólo pueden ser vistos y explicados en su totalidad que los comprende y del que forman parte
a través de su interacción.
A medida que los sistemas se hacen más complejos, con más partes o interacciones más
complejas, se tiende a tomar en cuenta su medio o entorno, es decir su totalidad.
Un concepto totalizante es indispensable en biología, economía, sociedad y climatología,
considerados como problemas complejos.
Se da por la necesidad de un cuerpo sistemático de construcciones teóricas que pueda
discutir, analizar y explicar las relaciones generales del mundo empírico.
Su propósito es descubrir las similitudes o isomorfismos en las construcciones teóricas de las
diferentes disciplinas. Algo parecido a un “espectro de teorías” un “sistema de sistemas”
que pueda llevar a cabo funciones de sinergia o la función de un gestalt.
La totalidad como algo más que la simple suma de sus partes, busca el desarrollo de una
teoría general que permita a un especialista comprender la comunicación relevante de otro
especialista, en un vocabulario común a través de la búsqueda y el reconocimiento de los
isomorfismo.
Mientras más complejos son los sistemas, mayor es la energía que dichos sistemas destinan
tanto a la obtención de la información como a su procesamiento, decisión, almacenaje y
comunicación.
Para el enfoque sistémico, el universo debe verse, como una red de relaciones
vinculadas entre sí, y la manera en como las distintas partes se integran en el conjunto
es más importante que las partes mismas.
Donde hay que reemplazar la visión clásica de causa-efecto por un concepto más amplio de
causalidad estadística, donde las probabilidades de que ocurra algo, esta determinado
por la dinámica de todo el sistema y es el todo lo que determina el comportamiento de
las partes.
La estabilidad de los sistemas varía de acuerdo a su grado de complejidad y depende de
muchos factores como el tamaño, la cantidad y la diversidad de los subsistemas, así como
del grado de conectividad que exista entre ellos.
Los sistemas más complejos presentan mayores vínculos y por lo mismo mayor
estabilidad, y se dice que uno puede decir la verdad de las cosas, pero no siempre
toda la verdad de estos sistemas, ya que existen excepciones a todo lo que se
diga de ellos, principalmente si estamos en el campo biológico, donde se observa
que lo esencial tiende a permanecer por mucho que cambien las cosas. Éstos son
particularmente estables y por lo tanto resistentes al cambio. Cuando éste cambio
se da, se puede presentar de manera rápida y drástica y genera una resistencia
por parte del sistema, ya que no puede haber estabilidad sin resistencia. Esto
permite plantear y resolver un problema en el tema, sobre todo si se sabe como y
cuando se deben emprender las acciones apropiadas para que se de el cambio.
El reduccionismo implica dividir todo hasta sus últimos elementos irreducibles, a partir de los
cuales se explica luego el resto. El método analítico consiste en desarmar en partes
discretas, aquello que se pretende entender, el tratar de explicar el comportamiento de las
partes separadas, para luego amalgamar el entendimiento de éstas en una comprensión de
la totalidad. Asimismo, el determinismo es la creencia de que todos los fenómenos se pueden
explicar a
través de relaciones causa-efecto. Sin embargo, los conocimientos actuales en todos estos
campos demostraron la falsedad de la existencia de tales elementos; esto último es
particularmente palpable en la física moderna y los sistemas dinámicos no lineales. En
múltiples casos se intenta explicar, sólo el efecto, excluyendo cualquier incidencia del
medio ambiente al ignorar que en todo fenómeno inciden una multiplicidad de causas y
no es sólo el producto de una sola de ellas. Los físicos descubrieron la existencia de
suficiente aleatoriedad y contingencia como para rebatir la validez del alarde de Laplace de
causa-efecto. La refutación del determinismo estricto y de la posibilidad de la predicción
absoluta, despejó el campo para el estudio de la variación y de los fenómenos aleatorios, tan
importantes en biología. Así el resultado de un proceso evolutivo es habitualmente
producto de una interacción entre numerosos factores fortuitos. El hecho de que el
reduccionismo, se base en suposiciones no válidas, significa para muchos, que debería ser
eliminada del vocabulario de la ciencia. Sin embargo, invocar al azar en cualquier explicación
tampoco es científico. Un conocimiento completo de las propiedades de las partes, nos da
necesariamente una explicación sólo parcial, pero es la interacción de las partes, la que
confiere a la naturaleza como un todo, sus características más pronunciadas, ya sea
ecosistema o grupo social.
2.- Un mundo eterno, constante o cíclico, pero sin exhibir una dirección o meta estable, donde
todo es producto del azar o de los mecanismos o productos causales. Hay lugar para el
cambio, pero éste no es direccional ni evolutivo.
3.- Un mundo de larga o eterna duración, la visión de los teleólogos, con una tendencia hacia
la mejora o la perfección, hacia el progreso o hacia una meta final, Chardin(1959).
Darwin(1985) se alejo de esta visión al considerar a la selección natural como mecanismo del
cambio evolutivo, sin una causa final en la naturaleza, de la evolución o del mundo como un
todo.
Los principales objetivos de la visión de la Teoría General de Sistemas, por su parte, son,
Bertalanffy(1968):
- Promover la unidad de las ciencias y tratar de obtener la uniformidad del lenguaje científico.
De manera paralela, la cibernética se ocupa del estudio del mando, del control y de las
regulaciones de los sistemas y constituye una parte inseparable de la Teoría General de
Sistemas; sus conceptos resultan extremadamente útiles para entender el funcionamiento de
los sistemas complejos, como son la Climatología, la Ecología, la economía, la sociedad, por
mencionar algunos.
cierta permanencia, que está constituida por elementos que se conforman como subsistemas,
estructural y funcionalmente interrelacionados; cuya transformación ocurre dentro de ciertos
límites que le permiten adaptarse a las variaciones de entornos específicos. Una de las
virtudes esenciales de ésta teoría, es la de tratar de los sistemas, sin prescindir de las
relaciones con su entorno, manteniendo además las conexiones internas (estructura primaria)
y externas de sus elementos. La piedra angular de la existencia de todo sistema consiste en
el hecho de que constituya una entidad aislada, pero su aislamiento no es absoluto, aunque
sí lo suficiente para poder distinguirlo de su entorno, clara y permanentemente. Nuestro
cuerpo que nos parece una masa sólida, no es más que una multitud de partículas de energía
en movimiento perpetuo, donde todo a nuestro alrededor, incluidos nosotros, es energía, y
que esa energía se interrelaciona para formar un todo integral y donde formamos parte de un
todo, es decir no somos una parte del todo, somos el todo.
Las fronteras y los límites del sistema, juegan un papel fundamental en la organización de los
intercambios entre el sistema y su entorno (o, eventualmente, en los que operan entre
subsistemas). Los sistemas metavivientes también desarrollan fronteras aunque, en este
caso particular, el concepto debe ampliarse. Por ejemplo, resulta evidente que en las
fronteras políticas, los recintos de las empresas y organizaciones, en el caso de las
sociedades humanas, o los límites de las termiteras en las sociedades animales, constituyen
fronteras que son funcionalmente homólogas a las membranas biológicas. Al respecto el
ecólogo catalán Ramón Margalef (1968, 1980 ), señala que un sistema es algo que puede ser
disecado, donde se reconocen partes separables que actúan unas sobre otras. Sin embargo,
el sistema cambia con el transcurso del tiempo, pero conserva alguna propiedad invariante y
puesto que tenemos la libertad para escoger las propiedades invariables, casi nada escapa a
la definición de sistema.
Un sistema se concibe entonces, compuesto de los elementos y las interacciones que ponen
en relación a unos elementos con otros. Las relaciones pueden ser recíprocas (principio de
circularidad) o unidireccionales. El resultado de estas interacciones es que, suponiendo que
persistan, no se puede afirmar que los estados futuros del sistema sean completamente
indeterminados o regidos por el azar. Donde es factible aportar una descripción suficiente de
un sistema, en una forma abreviada o corta; en relación con la presentación de todo el
sistema. Un aspecto fundamental es la existencia de restricciones, que de alguna manera
limitan el ámbito dentro del que se sitúan los estados futuros del sistema. En un sentido muy
amplio, todo sistema se puede calificar de cibernético, si por éste término se entiende
la especialidad científica que se ocupa de la regulación y el control.
La teoría general de sistemas a través del análisis de las totalidades y sus interacciones
internas y las externas con su medio, permite la explicación de los fenómenos de la vida real,
buscando el conocimiento y la explicación de esa realidad en relación al medio que la rodea
y, sobre las bases de esos conocimientos, poder predecir el comportamiento de esa realidad,
dadas ciertas variaciones del medio o entorno en el cual se encuentra circunscrita o inserta.
De acuerdo a esto la realidad es única y es una totalidad que se comporta de acuerdo a
una determinada conducta. Los sistemas biológicos almacenan información adquirida
históricamente, que no es accesible a las visiones reduccionistas. Como filosofía, el
reduccionismo es un fracaso, vivimos en un universo de novedad emergente, de una
novedad que, como norma, no es completamente reducible a ninguna de las etapas
precedentes.
Existe una interrelación entre todos los elementos constituyentes de la sociedad; Por lo
mismo, los factores esenciales en sus problemas, políticas y programas públicos deben ser
siempre considerados y evaluados como componentes interdependientes de un sistema total
ligados a problemas como la contaminación del aire y del agua, la congestión de tráfico, la
plaga urbana, la delincuencia juvenil, el crimen organizado, la planeación de ciudades, por
mencionar algunos. La moderna investigación de sistemas puede servir de base a un marco
más adecuado para hacer justicia a las complejidades y propiedades dinámicas del sistema
sociocultural, es decir que es uno de los mejores modelos o metodologías para estudiar las
organizaciones humanas como un sistema. Los negocios y otras empresas humanas también
son sistemas, están ligados por tramas invisibles de actos interrelacionados, que a menudo
tardan años en exhibir plenamente sus efectos mutuos, donde además es muy difícil observar
todo el patrón de cambio si sólo se tienen fotos instantáneas, o partes aisladas del sistema.
Las dificultades de origen sistémico pueden estar creadas por la manera de pensar en el
problema y no ser limitaciones reales de la situación, ya que, los problemas son una
creación conjunta tanto de los acontecimientos como de lo que se piensa sobre ellos y
no se pueden resolver con el mismo nivel de pensamiento que los creó, es decir, al
resolver un problema también se debe eliminar el pensamiento que ayudó a generarlo,
porque al ser sistemas inmersos en sistemas también deben ser éstos analizados. Todo
podría enfocarse, dentro de un análisis sistémico, si se visualizan de manera integral los
aspectos sociales, económicos, políticos, jurídicos, ecológicos y climáticos; ya que sólo esta
visión que enfoca la realidad desde distintos ángulos permitiría trabajar inter y
transdiciplinariamente. Una característica decisiva para analizar los problemas bajo la óptica
de los sistemas complejos humanos, sociales, educativos, culturales y ecológicos, radica en
su capacidad para elaborar o modificar sus formas con el objeto de conservarse viable, es
decir, que posea una reatroalimentación positiva o negativa. Donde los procesos apuntan al
desarrollo, el crecimiento o cambio de forma, la estructura y el estado general del sistema. En
términos cibernéticos, los procesos causales mutuos que se refieren a la circularidad, es
decir, a la retroalimentación, se denominan morfogenéticos. Estos procesos activan y
potencian la posibilidad de adaptación de los sistemas a ambientes en transición, aquí se
incluyen los sistemas humanos, culturales, educativos y sociales.
El cambio profundo requiere tiempo y paciencia, por lo que es preciso trabajar a largo plazo.
En el mundo caótico en que vivimos debemos asumir el control y administrarlo, en vez de
permitir que éste nos maneje a nosotros.
Con el hábito de la subordinación, donde el poder se las ha arreglado para extraer algunos
años más al antiguo paradigma, donde lo que está mal no es que las personas obedezcan
sino que esperamos que lo hagan. Los problemas pueden empezar a cambiar cuando se
les da un suave impulso en el lugar apropiado, para esto debemos, buscar comprender
la “estructura sistémica” de los circuitos de las organizaciones y de la sociedad de la
que forman parte en vez de identificar las causas y tratar de eliminarlas por la fuerza.
En el mundo en que vivimos: un mundo de estructuras y de circuitos, se podrá sobrevivir sólo
si la sabiduría tiene una voz eficaz. Donde el sistema está representado por un patrón de
interacciones, que puede representarse por uno o más grupos de interacción, que enlazan e
integran a todos los componentes del sistema. Donde un cambio dentro de una relación del
sistema modifica asimismo a todas las demás relaciones. Donde el verdadero racionalismo
no puede ser otro, hoy que un racionalismo científico, el cual no puede efectuarse, sino sobre
la base de un riguroso análisis de la filosofía de la ciencia.
En todos los casos, los modelos son construcciones diseñadas por un observador que
persigue identificar y mensurar las relaciones sistémicas complejas; asimismo todo sistema
real puede ser representado por más de un modelo, cuya expresión depende tanto de
los objetivos del modelador, como de su capacidad para distinguir las relaciones
relevantes con relación a tales objetivos; sin embargo, la esencia de los modelos
sistémicos es la simplificación. La cibernética como ciencia que se ocupa del estudio del
mando, del control, de las regulaciones y del gobierno de los sistemas, propone el concepto
de retroalimentación, el cual parte del principio de que todos los elementos, componentes o
subsistemas de un sistema, deben comunicarse entre sí para desarrollar interrelaciones
coherentes, es decir que permitan hacer perdurar el sistema en el tiempo y en el espacio.
Es factible aseverar, sin lugar a dudas que hay una íntima conexión entre la información y su
procesamiento en el mundo físico de la Meteorología, la Climatología, la Ecología, y la
Biología Social; en donde no es admisible una jerarquía científica; sino más bien una
interdependencia entre cada una de las ciencias mencionadas; esto eliminaría la visión
analítica, determinista y reduccionista, para dar paso a una visión sistémica y holística.
La retroalimentación es una reacción del sistema que se regenera en forma de estímulo o por
la información devuelta que influye en el paso siguiente, mayor en escalas inferiores y menor
en superiores, es la consecuencia de los actos que retornan e influyen en lo que se hace a
continuación, donde la acción, la recompensa y la repetición de la acción, forman parte de la
retroalimentación de refuerzo. La retroalimentación de refuerzo, también conocida como
positiva, puede ser buena o mala, según lo que amplifique, dirige el crecimiento o el declive
según el punto de partida. La retroalimentación de control, o negativa se opone al cambio y
reduce, limita o contrarresta el cambio inicial y mantiene estable el sistema, se acepta que sin
ella los seres vivos no podrían existir ni funcionar los ecosistemas, ni las sociedades
humanas. Todos los sistemas tienen un objetivo, aunque sea tan sólo el de la sobrevivencia,
pero cuanto más complejidad dinámica tenga el sistema, más tiempo le llevará a la
retroalimentación recorrer la red entera de conexiones y por ende el sistema tardará más
tiempo en responder. Además estos retrasos pueden producir oscilaciones o reacciones
excesivas que conllevan al sistema a otro estado diferente del inicial; es decir, el sistema
evoluciona, Holland(1995). El efecto “Palanca” y el cambio repentino tienen que ver también
con el grado de homogeneidad en el funcionamiento del sistema a lo largo del tiempo y con
su forma de reaccionar en situaciones especiales. Siendo continuo el sistema cuando actúa
de forma predecible, con arreglo a una serie de estados y discontinuo cuando ocurra algo
raro en una serie determinada de circunstancias especiales y además conforme aumente la
complejidad, también los diferentes estados del sistema y sus valores representativos serán
menos fiables. Quien dice ley, dice medida, aún sin abarcar la prueba concreta de los hechos
que es la experimentación; ya sea como finalidad histórica o como principio explicativo de
orden, opera como sistema de selección de lo real, jerarquiza las ciencias exactas entre sí,
en tanto no constituye su objetivo en función de un sistema de pruebas pasando por la
verificación experimental. Donde en virtud de la negación de todo medio de prueba
diferente de lo que es la medida, es que las ciencias exactas establecen su dominio
sobre las otras disciplinas del conocimiento. Operando como selector de lo real, como
principio de la selección de lo racional en relación a lo irracional. Legitima la ciencia y justifica
la técnica como fin y medio de toda actividad humana; económica, social, intelectual y
política. Con el enfoque sistémico se da nacimiento a la investigación operativa, encargada
de asegurar la planificación de los sistemas, con el objeto de superar las alternativas del
mecanicismo-vitalismo. Proporcionando un modelo general y unificado de representación del
mundo, ya se trate de la biología, ciencias exactas o ciencias sociales. Trazando las bases de
un modelo generalizado de morfogénesis considerado como operante en los sistemas
sociales adaptativos complejos. Pretende evitar la perspectiva causal con la utilización de
conceptos como equifinalidad y multifinalidad.
El conocimiento sin sabiduría puede tergiversar y engañar, por esto la mayor parte de
los problemas por resolver en el futuro, sólo deberían ser emprendidos por equipos
interdisciplinarios calificados.
La lógica es una forma de pensar clara y eficaz, considerada hasta hace poco la mejor
manera de resolver problemas, pero no es adecuada para manejar un mundo de sistemas
complejos, ya que nuestro mundo es desordenado, incompleto y con frecuencia ambiguo. La
lógica difusa es más adecuada para aplicarse a los sistemas complejos, donde los
juicios y decisiones rara vez están perfectamente definidos y suelen ser aproximados e
inciertos, en éstos en ocasiones se crean paradojas ilógicas y extrañas. El pensamiento
sistémico toma en cuenta a la lógica pero también considera el tiempo, la autorreferencia y la
recursividad. En los múltiples procesos de interacción causa y efecto, hace falta incorporar el
elemento esencial del tiempo, además de utilizar distinciones que se apliquen a sí mismo y a
la recursividad, que es la aplicación de la autorreferencia, lo cual sirve como enlace para ir a
niveles cada vez más altos de complejidad a través de la retroalimentación, Kosko(1992, 93),
Kauffman(1985, 93).
Los actos crean la realidad y por lo mismo son ellos los que pueden cambiarla. Por lo que
somos los seres humanos los que inventamos la realidad tanto como la descubrimos. Las
relaciones humanas están ligadas por tramas de actos interrelacionados, que a menudo
tardan años en exhibir plenamente sus efectos mutuos, donde al concentrarse en partes
aisladas hace que los problemas más profundos nunca se resuelvan. La inteligencia
emocional es piedra angular de la organización racional y es lo que permite concentrar
energías y paciencia para aclarar y ahondar continuamente la visión de la realidad
objetiva. Sin una orientación sistemática, no hay motivación para examinar cómo se
interrelacionan las disciplinas. La visión sin pensamiento sistémico termina por pintar
seductoras imágenes del futuro sin el conocimiento profundo de las fuerzas que se deben
dominar para poder llegar a su entendimiento. En un mundo confuso, desordenado y en
constante cambio, lo que más se necesita es creatividad e innovación, además, si se
aplicaran las metodologías de la visión sistémica de los sistemas pensantes, se
contaría con la capacidad y oportunidad de proyectar y adoptar un nuevo futuro, al
cambiar el pensamiento, la conducta, las actitudes, los valores y la comunicación, y permitir
que a medida que las sociedades experimenten cambios profundos, rápidos y significativos,
nuestros métodos también sean diferentes. Cuando se habla de un ambiente moral
decadente, nos referimos a todos nosotros, porque todos nos hemos acostumbrado a
un sistema totalitario, manifestado en todas las escalas posibles, aceptándolo como un
hecho inalterable y manteniéndolo como tal. Nadie es una nueva victima de ella, porque
todos nosotros juntos hemos contribuido a crearla. La maldad existe en el mundo porque
los que permiten su existencia son los mismos que ignoran o niegan su
responsabilidad como coparticipes en los dramas que les consumen.
Con los trabajos de Lilienfeld (1978), donde menciona que: “No existe evidencia de que la
teoría de sistemas haya sido usada con éxito en la solución de ningún problema sustantivo en
campo alguno“, y de que el objetivo de Bertalanffy(1968) nunca se había logrado. Lo que hizo
que el pensamiento sistémico en la ciencia, no se le considerara como alternativa viable,
olvidándose que la comprensión de los organismos vivos como sistemas energéticamente
abiertos pero organizativamente cerrados; el reconocimiento de la retroalimentación como el
mecanismo esencial de la homeostasis y los modelos cibernéticos de los procesos
neuronales, representaron avances sustantivos en la comprensión científica de la vida.
Bertalanffy reconocía que los análisis de las interrelaciones de las variables de los sistemas
abiertos, generaban patrones de organización característicos de la vida, pero carecían de los
métodos matemáticos para describir la emergencia de dichos patrones.
Es necesario un flujo constante de materia y energía a través del sistema para que tenga
lugar la autoorganización (emergencia de nuevas estructuras o comportamientos), que se da
únicamente cuando el sistema irreversible está alejado del equilibrio, (como en los sistemas
termodinámicos disipativos ), y con interconectividad no-lineal de los componentes.
Demostrando que en los sistemas abiertos, la disipación es una fuente de orden, diferente a
la termodinámica clásica, donde disipación se asocia siempre con pérdidas. Evolucionando y
pasando por nuevas inestabilidades y transfomaciones en nuevas estructuras de
incrementada complejidad, resultado de fluctuaciones internas, amplificadas por bucles de
retroalimentación reforzadora o positiva, fuente de un nuevo orden y complejidad. En la
naturaleza sólo hay redes dentro de redes, por lo que comprender los ecosistemas
significa, comprender sus redes. Wiener(1948) buscaba una síntesis conceptual de
conjunto, una búsqueda de patrones generales y poderosas abstracciones universales, una
ciencia universal de la organización, comprendido en términos de formación y control,
estableciendo un enfoque sistémico para un amplio espectro de fenómenos, donde los bucles
de retroalimentación describen patrones de organización y las ideas son patrones
integradoras que no derivan de la información, sino de la experiencia. Tras el desarrollo del
análisis sistémico como un método para manejar y planear problemas complejos
organizativos, los administradores de empresas empezaron a usar este nuevo enfoque para
resolver problemas similares en el mundo de las empresas y los negocios, iniciando el
pensamiento sistémico aplicado. La modelación de la “dinámica sistémica” de Forrester
(1970) son otras formulaciones del enfoque sistémico en la administración de empresas,
convirtiéndose en la nueva moda, con la publicación de gran cantidad de libros sobre
administración de empresas con la palabra sistémico en sus títulos, donde la “gestión
sistémica” basada en la visión de la organización de los negocios como un sistema social
vivo, ha incorporado muchas ideas de la biología, ecología y teoría de la evolución y que se
enseña actualmente en las principales escuelas europeas de negocios.
CONCLUSIONES
Nuestra mente finita no alcanza a veces a comprender la complejidad y verdad infinita; nos
gustan las ideas o fórmulas simples, congruentes y uniformes. Nos desagradan la tensión, la
ambigüedad y la oposición, de ahí podemos decir que el hombre moderno es un ser agotado,
un tanto marchito por las preocupaciones que oscurecen todo lo que le rodea.
Los elementos de la naturaleza son sistemas que a su vez están inmersos, rodeados o
incluidos en otros sistemas y son complejos cuando se trata del clima, la ecología, la
economía y la sociedad, entre otros. Tanto en el análisis como en la búsqueda de una
solución de los problemas complejos con el enfoque sistémico, se considera que todas las
partes son dependientes entre sí y cuando se analizan las causas y los efectos de éstos, no
necesariamente se debe considerar que estén próximos en el espacio o el tiempo.
En la mayoría de los problemas que se enfrentan día con día, existen reiterados fracasos al
tratar de resolverlos, que se atribuyen a la ineptitud para plantear, comprender y manejar los
sistemas complejos. Una posible solución es a través del pensamiento sistémico de los
sistemas pensantes, el cual actúa con una estrategia de investigación que involucra el
uso de metodologías y procesos matemáticos de tal forma que su aproximación
científica consiste en tratarlos como sistemas abiertos en constante intercambio de
energía, materia e información a todos los niveles y, una vez que se identifica la causa,
se puede modificar el sistema para producir soluciones con mejoras duraderas, todo a
partir de considerar que la visión sistémica es una ciencia de relaciones.
El principio de palanca enseña que nuestros actos aún y cuando los consideremos pequeños,
pueden llegan a producir cambios significativos y duraderos, sobre todo si se realizan en el
sitio y tiempo apropiados.
Bibliografía
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