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EL PAN AJENO

VarlamTíjonovichShalámov

Aquel era un pan ajeno, el pan de mi compañero. Éste confiaba sólo en mí. Al compañero lo pasaron a trabajar
al turno de día y el pan se quedó conmigo en un pequeño cofre ruso de madera. Ahora ya no se hacen cofres así,
en cambio en los años veinte las muchachas presumían con ellos, con aquellos maletines deportivos, de piel de
“cocodrilo” artificial. En el cofre guardaba el pan, una ración de pan. Si sacudía la caja, el pan se removía en el
interior. El baulillo se encontraba bajo mi cabeza. No pude dormir mucho. El hombre hambriento duerme mal.
Pero yo no dormía justamente porque tenía el pan en mi cabeza, un pan ajeno, el pan de mi compañero.
Me senté sobre la litera… Tuve la impresión de que todos me miraban, que todos sabían lo que me proponía
hacer. Pero el encargado de Día se afanaba junto a la ventana poniendo un parche sobre algo. Otro hombre, de
cuyo apellido no me acordaba y que trabajaba como yo en el turno de noche, en aquel momento se acostaba en
una litera que no era la suya, en el centro del barracón, con los pies dirigidos hacia la cálida estufa de hierro.
Aquel calor no llegaba hasta mí. El hombre se acostaba de espaldas, cara arriba. Me acerqué a él, tenía los ojos
cerrados. Miré hacia las literas superiores; allí en un rincón del barracón, alguien dormía o permanecía acostado
cubierto por un montón de harapos. Me acosté de nuevo en mi lugar con la firme decisión de dormirme.
Conté hasta mil y me levanté de nuevo. Abrí el baúl y extraje el pan. Era una ración, una barra de trescientos
gramos, fría como un pedazo de madera. Me lo acerqué en secreto a la nariz y mi olfato percibió casi
imperceptible olor a pan. Di vuelta a la caja y dejé caer sobre mi palma unas cuantas migas. Lamí la mano con la
lengua, y la boca se me llenó al instante de saliva, las migas se fundieron. Dejé de dudar. Pellizqué tres trocitos de
pan, pequeños como la uña del meñique, coloqué el pan en el baúl y me acosté. Deshacía y chupaba aquellas
migas de pan.
Y me dormí, orgulloso de no haberle robado el pan a mi compañero.
ANÁLISIS DE TEXTO

ASPECTOS DE LA FICCIÓN

ASPECTOS VEROSÍMILES

FUNCIÓN DEL RELATO

JUSTIFICACIÓN

CONFLICTO NARRATIVO

ARACNE
Aracne era una humilde muchacha del pueblo de Ipepo que se había ganado fama por lo rápido que
hilaba lana y lo bien que tejía al confeccionar magníficos tapices. Un día envanecida por su maravillosa habilidad,
Arácne dijo: «Puede Atenea venir a disputar conmigo. Si soy vencida me someteré al castigo que me imponga».
Herida Atenea ante esta impertinencia tomó la figura de una viejecita que le dijo a Aracne: «Conténtate con la
fama que has logrado, pero no trates de igualarte a una diosa». Pero Aracne insistió, pues se sentía tan segura de
poder derrotar a cualquier tejedor y la mujer y la diosa se pusieron a trabajar con la rueca, la lanzadera y el telar.
Sus dedos se movían a la velocidad del rayo mientras hilaban sus hebras y después los tejían para crear un tapiz
Paola Pastenes Marchant – Profesora de Lenguaje
que representaba a Europa y Zeus bajo la figura de un toro; Aracne terminó primera y ofreció su tapiz a Atenea
para que lo comprobara. El tapiz de Aracne era tan perfecto que se veía en él un verdadero toro en un verdadero
mar. Atenea contempló el hermoso tapiz y su furia fue creciendo al no encontrar ni un defecto pues ni siquiera se
veían los nudos de las uniones. Con rabia la diosa rompió el tapiz y golpeó furiosamente a Aracne, quien presa de
la desesperación, huyó. Pero Atenea la sostuvo en el aire y le habló: vivirás, insolente Aracne, siempre suspendida
así; tal será tu castigo para toda la posteridad.» En su furia, convirtió el cuerpo de Aracne en una araña; así donde
tuvo manos y piernas estas se transformaron en patas. De esta manera, convertida en araña, Aracne sigue
tejiendo con sus hilos, como había hecho antes y lo seguirá haciendo para toda la eternidad.

ASPECTOS DE LA FICCIÓN

ASPECTOS VEROSÍMILES

FUNCIÓN DEL RELATO

JUSTIFICACIÓN

CONFLICTO NARRATIVO

MICROCUENTO METAFÍSICO

“Cuando vio que su hijo se paraba frente a él y le decía que iba a seguir la carrera que soñaba y no la que ellos
querían, descubrió otro significado oculto en las teorías de la relatividad del tiempo: “Hay personas que crecen
más rápido que otras.”

ASPECTOS DE LA FICCIÓN

ASPECTOS VEROSÍMILES

FUNCIÓN DEL RELATO

JUSTIFICACIÓN

CONFLICTO NARRATIVO

Paola Pastenes Marchant – Profesora de Lenguaje

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