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b. Causas Económicas.
Ante la subida de precio de los artículos de primera necesidad la clase trabajadora
formulaba nuevas reivindicaciones salariales, que los patronos las rechazaban. La lira,
moneda nacional se devaluaba continuamente. Antes de la guerra valía 19 centavós
americanos y, en 1920, llegó a valer solamente 3 centavos. La deuda pública había
aumentado hasta 95 mil millones de libras, 7 veces más que antes de la guerra.
c. Causas Sociales. .
La subida de precios y la continua inflación; la ruina de la industria y la desocupación,
provocaron graves desajustes económicos, que estimularon, apoyados por socialistas y
comunistas, un ambiente de intranquilidad, por las reiteradas revueltas sindicales, o
las de huelgas, tomas de tierra de cultivo y de las fábricas, tanto en el campo como en
la ciudad. Gran parte de la población, al volver de la guerra, fue desplazada de los
centros de trabajo.
Para los ideólogos fascistas el liberalismo era una ideología débil, incapaz de frenar al
auge del comunismo e ineficaz para mantener el rumbo de una economía sometida a
una profunda crisis en el período de entreguerras.
Anticapitalismo
Autoritarismo y militarismo
El fascismo concebía la sociedad como una organización militar. En ella cada individuo
debía ocupar un lugar determinado y desarrollar una función específica. La jerarquía,
el mando y la disciplina debían regir el funcionamiento social. No había lugar para
discrepancias o disensiones. Cualquier desobediencia se debía solucionar por la
violencia.
Nacionalismo exacerbado
Lo mismo puede decirse del origen personal de algunos de sus miembros, empezando
por el propio Mussolini, que antes del término de la Primera Guerra Mundial, era un
importante ideólogo obrerista y militante socialista. El origen social de los líderes
fascistas en distintas partes de Europa fue muy diferente: a veces aristocrático
(Starhemberg, Mosley, Ciano), a veces proletario (Jacques Doriot y el PPF francés);
muchas veces militares (Franco, Pétain, Vidkun Quisling, Szálasi, Metaxas), o juristas
(José Antonio Primo de Rivera, Ante Pavelić, Oliveira Salazar). Los casos más
destacados, los propios Hitler y Mussolini, eran fuertes personalidades de oscuro
origen, desclasados e inadaptados, pero de irresistible ascensión. [37] Sus militantes
salían de entre los estudiantes (muy abundantes en la Guardia de Hierro rumana o el
rexismo belga), de los pequeños propietarios campesinos, de los desempleados
urbanos y, sobre todo, de la temerosa pequeña burguesía empobrecida o amenazada
por la crisis y atemorizada por el avance del comunismo y el desorden público.[38] Las
capas medias y medias bajas fueron la espina dorsal del fascismo.
Teorías fascistas