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AL CÉSAR LO QUE ES DE CÉSAR,

Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS


(Lucas 20:20-25)

Esta es la historia de los fariseos cuando estaban tratando de tenderle una


trampa a Jesucristo, querían deshacerse de Jesús. Dice que observaban a Jesús,
ellos fueron enviados como espías para atrapar a Jesús en alguna palabra
incorrecta con el fin de entregarlo en las manos de las autoridades del gobierno, y
le preguntaron diciendo: Lucas 20: 20-25

Acabo de hacerles una pequeña introducción y llego ahora a unos puntos


muy fuertes, amén.

Estos fariseos lo que querían era deshacerse de Jesús, porque ellos no


creían que Jesús era el Mesías, que era el Hijo de Dios, pero no podían tocar a
Jesús porque la gente decía, Él es el hijo de David, Él es el Mesías, ¡miren los
milagros! Entonces ellos imaginaron como atraparlo de una manera muy astuta,
ellos dijeron, cuando Jesús esté rodeado de muchas personas vamos a
acercarnos y vamos a preguntarle si es lícito pagar los impuestos al emperador
romano César. Jesús sólo podrá responder dos cosas; si o no, y entonces lo
atrapamos. Sí Él dice que es correcto pagar los impuestos a César la gente
odiaría a Jesús, porque la gente odia a César, él era el que estaba poniéndolos
bajo presión. Pero si Jesús decía no, no le paguen impuestos a César, entonces
todos esos soldados romanos que andan por ahí vendrían y arrestarían a Jesús y
lo matarían, esa era la trampa que le estaban tendiendo.

Entonces allí estaba, y le lanzaron la pregunta ¿Jesús es lícito pagarle


impuestos a César? Jesús preguntó ¿tienen por ahí alguna moneda? ¿Alguien
tiene una moneda en el bolsillo? Y le entregaron una moneda, luego, escuchen
con atención; Jesús preguntó ¿De quién es la imagen, la inscripción que aparece
en esta moneda? Ellos dijeron de César, Jesús les dijo, entonces este caso es
muy claro, den a César lo que es de César, y a Dios lo que le pertenece a Dios.

Ahora escúchenme con mucha atención, ahora comienzo a predicarles,


¿están listos? ¡Escuchen esto! ¿Por qué le pertenecía la moneda a César? ¿Por
qué? Porque tenía la imagen de César, pero Jesús dijo con ese mismo aliento,
denle a César lo que es de César, ¡Y a Dios lo que es de Dios! Wow que
tremendo.

La Palabra de Dios me enseñó algo que no había podido entender y de


repente pude darme cuenta. Dios nos creó con su imagen, ¡¡su imagen!! Y
escuchen de nuevo, la moneda le pertenecía a César, porque tenía la imagen de
César. Pero tú y yo, por derecho propio le debemos pertenecer a Dios, porque
nosotros tenemos su imagen, aleluya, aleluya.
¿No les parece esto asombroso? ¡Esto es asombroso! Este es el hecho;
Génesis 1:27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón
y hembra los creó”. Tú eres portador de la imagen de Dios, no importa quién seas,
Dios fue quien te creó, Él puso su sello en ti, y por derecho le pertenecemos a Él.
¿Cuántos dicen amén a esto?

Ahora escuchen bien, el diablo no se siente contento para nada con eso, el
diablo nos odia ¿sabes por qué nos odia? Porque tenemos la imagen de Dios en
nosotros, a él no le gusta la imagen de Dios, así que, ¿qué hace Satanás?
Satanás quiere borrar, destrozar la imagen de Dios en mí, y en ti, y en ti también,
él quiere destruir esta moneda ¿Cómo lo hace? Él viene con un martillo grande, un
martillo muy pesado y golpea, golpea y ¡golpea! Tu vida, y cada golpe es un
pecado, ese pecado quiere borrar la imagen de Dios y poner su propia imagen en
su lugar, eso es lo que el diablo quiere, eso es así, la gente está atada por tantos
demonios con esos golpes, llámense: las drogas, el alcohol, la prostitución, la
violencia, el homosexualismo, las mentiras, el robo, la brujería, quebrantando los
diez mandamientos de Dios; golpe, golpe, golpe, y tal vez tú dices: ¡no creo que
quede algo de Dios en mí! ¡Nada de Él queda en mí!

Algunas personas me preguntan por qué yo grito tanto cuándo predico.


¿Por qué gritas tanto? Me dicen, no necesitas gritar, no estamos sordos

¿Que por qué yo grito el evangelio? ¿Quieren saber? Cuando veo como
Satanás ata a mi familia, a mis amigos, a las personas con grandes cadenas de
pecado; y golpea, golpea y golpea de nuevo, cuando yo veo con que atormenta a
la gente no lo soportó, y yo no puedo quedarme calladito como un gatico
asustado, ¡debo rugir como un león, yo quiero que todo el mundo escuche que
Jesús salva, que el evangelio es la verdad! amén.

Jesucristo salva, nuestro Cristo nos salva aleluya. Y yo sé al llegar a Cristo,


cuando hablo de Cristo, llegó al centro del tema de mi vida, ¡qué historia tan
hermosa es Cristo! ¡Cada vez que tomo el micrófono en mis manos mi corazón
comienza a latir más fuerte! Yo sólo deseo una cosa, yo quiero que el infierno no
siga llenándose con las almas de mis amigos, de mi familia, de la gente; ¡yo quiero
que el cielo se llene con ellas, aleluya!

Jesucristo salva, Dios está aquí para salvar, ¿lo crees? ¡Di Amén!

Bendito sea el nombre del Señor.

Les tengo muy buenas noticias a todos, nuestro Creador, Él se convirtió en


nuestro Redentor, Él no está dispuesto a que Satanás tenga poseído a ninguno de
nosotros, Él no está dispuesto a soltarnos; Él vino a este mundo, Él sanó a los
enfermos, echó fuera los demonios, Él vino a destruir ese pesado martillo del
diablo para que no pueda golpear más a la gente, Él vino a perdonar y a salvar lo
que se había perdido; eso es lo que Jesús vino a hacer, alabado sea el nombre de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
Y entonces en la cruz Él fue crucificado, y su sangre comenzó a fluir, esa
sangre fue como la moneda, con la cual Jesús nos redimió a nosotros, hay poder
en la sangre de Cristo, ¡hay poder en la sangre de Cristo! Esa es parte de la obra
de redención y salvación de Dios para nosotros. Satanás no se saldrá con la
suya, Jesucristo está aquí, Él está aquí esta noche para detener ese martillo,
Cristo está aquí para romper tus cadenas, está aquí para liberarte y darte gozo y
alegría. Hay poder, ¡hay un poder que obra maravillas! En el nombre de Jesucristo
¿cuántos dicen amén? Aleluya.

Hay poder en la sangre de Cristo, ¿Por qué no lo decimos todos en voz


alta, todos juntos ¡hay poder en la sangre de Cristo!? Nuevamente.

Una vez escuche un debate entre un ateo y un pastor evangélico; el ateo le


decía al Pastor yo no creo que la sangre de Cristo tenga poder, y el Pastor le
preguntó el por qué no creía, el ateo le dijo, hace más de dos mil años que la
sangre de Cristo fue derramada, y el mundo cada día está peor, hoy está peor que
nunca. El pastor le respondió, amigo, también hay mucho jabón en este mundo,
pero aun así hay mucha gente sucia en este mundo, el Pastor le dijo quiero
explicarte cómo es que funciona el jabón, si yo estoy sucio y me paro al lado de un
jabón, eso no quiere decir que automáticamente quedaré limpio, tengo que hacer
algo, ¡¡yo tengo que hacer algo!! Tengo que extender mi mano y tomar el jabón
para aplicarme ese jabón, para saber lo que ese jabón puede hacer, así que, es
igual con la sangre de Cristo, no es suficiente sólo con hablar de la sangre de
Cristo, no basta sólo con cantar acerca de la sangre de Cristo, luego el Pastor le
dijo al ateo, señor, lo desafío a usted a decirle sí a Cristo, a pedirle que lave sus
pecados con su sangre. En ese momento tú te levantarás, tú levantaras tus brazos
y tú gritaras y cantaras y dirás, hay poder, hay un poder que obra milagros en la
sangre del Cordero de Dios. ¡Saantooo!

¿Cuántos están felices? Aleluya.

Hay poder, hay un poder que obra milagros en la sangre del Cordero de
Dios, amén. Aleluya.

Aquí hay personas que tal vez se dicen así mismos, la imagen de Dios ya
no está en mi vida, ya no está en mi vida. El martillo borró la imagen de Dios que
había en mí, no quedan evidencias de la imagen de Dios en mi vida. ¿Les puedo
decir algo? En el libro de Amós capítulo 3 verso 12 dice algo así: El león ha
atrapado un cordero, a una ovejita, esa ovejita está en la boca del león, pero así
dice el Señor: “si una pierna de esa ovejita sigue colgando fuera de la boca del
león, y una orejita está colgando por fuera de la boca del león, aún así te podré
salvar, yo te salvaré”.

Nadie está más allá de la salvación, y te digo a ti en esta noche, aunque te


quede una rodilla que se pueda doblar delante de Cristo, si aún te queda un oído
con el cual tú puedas oír el evangelio, Jesús te salvará ahora, aleluya, aleluya.
Jesús te salvará ahora, ¿cuántos dicen amén?

¿Les puedo hacer una pregunta? ¿Por qué no aceptan la salvación ahora?
Quizá algunos dirán, es que estoy muy joven, aun me queda suficiente
tiempo para aceptarla, pero yo les digo que están muy equivocados quienes así
piensan. El camino a la eternidad nunca está por delante de nosotros, nunca,
siempre va paralelamente a nosotros, y muchas veces lo puedes cruzar y
saltártelo, pero cualquiera, joven o viejo debes saber que el mañana no te
pertenece, mañana es otro regalo que Dios nos da, pero tal vez no vuelvas a ver
el sol de nuevo, por eso es que la Biblia nos dice: ¡Hoy es el día de salvación! No
lo pospongas para mañana, ¡es hoy! ¡Es ahora! Es el tiempo oportuno, es este
día, el día especial para salvación, hay poder en la sangre de Cristo, hay poder en
la sangre de Cristo.

Y esta noche, esta noche, es tú noche; y para mi será un gran honor el


poder guiarte en una oración de salvación, este es el día de salvación, este no es
día de condenación, es el día de salvación ¿no les parece hermoso? Jesús está
justo aquí para salvarte, ¡sí, Él te salvará! Y ¿Qué más hará? Él te dará la certeza
de la salvación, Él te dará su Espíritu Santo. Pero hay otra cosa más; David dijo
“Él restaura mi alma”, Él restaurará la imagen de Dios en tu corazón y en tu vida, y
Él te dirá no temas porque te he redimido, te he llamado por tu nombre, eres mío,
eres mío. ¿Qué salvación tan hermosa verdad?

Que evangelio tan hermoso, yo quiero cerrar mi mensaje en este momento,


¿Han disfrutado este mensaje? Yo quiero cerrar este mensaje diciéndote que
Jesús está aquí para salvar tú alma, para restaurarte, para darte su Espíritu Santo,
Él te dice nadie podrá sacarte de mi mano, ni la muerte ni la vida, ni el pasado ni el
presente ni el futuro, podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús.

Sí tú eres joven, o eres viejo, este es tu momento de salvación, si tú quieres


recibir a ese Jesús en tu corazón en este momento simplemente levanta tú mano
allí donde estas y yo orare por ti, cierra tus ojos ahí donde estas y repite después
de mí en voz alta y clara:

Señor Jesucristo he oído tu palabra, soy un pecador, Satanás me ha


golpeado continuamente, pero tú estampaste tú imagen en mi alma, y yo te ruego
a ti que me salves ahora, lávame con tu preciosa sangre, haz que todos mis
pecados desaparezcan junto a las obras del diablo, dame vida eterna, lléname con
tu Espíritu Santo y restaura tu imagen en mi corazón, en mi matrimonio, en mi
familia, en mi comunidad, en mi país; en el nombre de Jesús, yo lo creo, yo lo
recibo, yo lo declaro en el nombre poderoso de Jesús, y todos gritan diciendo
amén. DIOS LES BENDIGA, DIOS LES BENDIGA

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