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ETAPA I: ORIENTACION
El primer día los participantes están llenos de interrogantes. ¿Cómo se presentará
esta nueva situación? ¿Qué deberán hacer? ¿Cómo serán valorados? ¿Cómo les
tratarán? ¿Cómo encajarán en este grupo?
El desarrollo grupal exige dos intervenciones por parte del animador:
dejar bien sentado lo que se espera de los participantes y la forma en que
se va a desarrollar la actividad del grupo.
favorecer el mutuo conocimiento de los miembros.
En los días o semanas sucesivos, los miembros van estableciendo las normas
que regirán la conducta del grupo. Entendemos por normas las expectativas respecto
a la forma de actuar los miembros del grupo.
Las intervenciones del animador deben asegurar que las normas que lleguen a
establecerse sean las más eficaces para el grupo.
1. Responsabilidad grupal
La primera norma es que el grupo se responsabilice de su propio
funcionamiento; que cada miembro se haga responsable de su propia contribución a
la actividad grupal, así como de que los demás también contribuyan.
El liderazgo se distribuye entre los miembros del grupo a medida que éstos
asumen dichas responsabilidades. A partir de este momento, el grupo empieza a
trabajar sin necesidad de que el animador supervise directamente la tarea.
3. Cooperación
La tercera norma es que los miembros del grupo cooperen en lugar de
competir. L a a c ti vi d a d tra d i cional está fundada en la competición. Sin embargo, no
h a y e f e c t i v i d a d sin una cooperación madura.
ETAPA V: FINAL
Todo grupo, sabe que su vida queda muy limitada en el tiempo. Si solamente ha
constituido una masa —no un grupo— sus miembros se separan con un sentimiento
de alivio o de indiferencia. En el caso de haber llegado a formar grupo, puede éste
ser un momento de dificultad emocional, tanto para los miembros como para el
animador. Su papel es impulsar a los participantes para que no se detengan en la
separación, antes bien, avancen hacia adelante a través de nuevas experiencias.
Secuencia temporal
No debe esperarse que el proceso sea claro y ordenado. El desarrollo grupal requiere
que el animador vaya realizando ciertas intervenciones en un orden más o menos
secuencial. Es decir, hay fenómenos que deben ocurrir pronto en la vida del grupo,
otros no deben realizarse hasta más tarde. Hay habilidades que deben aprenderse
antes, porque las habilidades siguientes se fundan en ellas. Pero esto no quiere decir
que una vez que el grupo ha completado una etapa evolutiva ya no necesitará volver
a enfrentarse con los problemas que caracterizan dicha etapa ya superada. De
hecho, los buenos grupos nunca terminan de afrontar las primeras dificultades, sino
que vuelven a ellas periódicamente, aunque cada vez lo hacen de modo más adulto.
Por ejemplo, una cuestión importante dentro de la etapa de orientación es
averiguar «Quiénes y cómo son las personas de este grupo». Semanas y hasta
meses después de haber dejado atrás esta etapa, los participantes volverán a este
interrogante para llegar a conocerse de un modo más profundo. La pregunta «Qué
lugar ocupó en este grupo» aparece al principio de la etapa de orientación y surge
de nuevo en el establecimiento de normas cuando el grupo desarrolla los patrones
de liderazgo e influencia.
Vemos pues, que el desarrollo grupal es un proceso cíclico a la vez que
secuencial. Prácticamente todo problema o preocupación afrontado por el grupo, o
toda habilidad que desarrollan sus miembros juega un papel en etapas posteriores
del desarrollo. Como quien sube una escalera de caracol los participantes vuelven
a los mismos problemas pero cada vez con mayor profundidad.
Las conductas y experiencias sugeridas en este libro están dispuestas, de
modo general, en una secuencia temporal; pero no se trata de una disposición
rígida que debe mantenerse a toda costa. El animador no debe sentirse
desanimado porque necesite recurrir a sugerencias propias de etapas, anteriores,
al comprobar que el grupo está tratando cuestiones que él creía resueltas.
¿Cómo empezar?
Características
Ante este segundo interrogante, que lógicamente preocupa a todos los que han de
caminar juntos durante algún tiempo, el animador tiene que proporcionar una serie de
experiencias para hacer posible un primer nivel de conocimiento mutuo: nombres;
cómo son las personas, etc.
Las actividades que planee el animador para los primeros días deben ir
encaminadas a responder a estos tres interrogantes. Para ello:
A. Explicará lo que normalmente pueden esperar que va a ir ocurriendo a
lo largo del tiempo previsto. Explicará el contenido, las exigencias y metodología
de La actividad. Expresará lo que espera de ellos: líneas generales de conducta,
horarios, consecuencias de los incumplimientos, etc.. Les dará oportunidad para
hacer toda clase de preguntas, a las cuales responderá aunque sea
reiterativamente interrogado.
La ansiedad bloquea la atención de los participantes, por eso tratará de
responder a todo inmediatamente, sin dejarlo para después. Responderá también
al sentimiento que provocó la pregunta.
CONOCERSE
El siguiente paso para conocerse consiste en hacer posible que los participantes
compartan alguna información sobre sí mismos. Esto aumenta la mutua confianza
porque ayuda a que los participantes sepan lo que pueden esperar de tos demás. Y
también se dan cuenta de que tienen mucho en común y se sienten más a gusto.
Los ejercicios siguientes son adecuados para ayudar al grupo en la etapa de
orientación y pueden emplearse durante los primeros días y semanas de la vida del
grupo. No todos son necesarios, pero cuantos más se empleen más se ayuda a la
formación del grupo.
Estas técnicas suponen un mínimo de auto-revelación. Y todos nos sentimos
incómodos revelándonos a un desconocido. Hay cosas que pensamos que van a
provocar el ridículo o que quizás harán que no nos quieran; se trata, pues, de
técnicas un tanto «amenazantes”.
La auto-revelación es un proceso gradual. Si la reacción resulta favorable nos
manifestamos más. Una persona que se revela nos da algo más de sí misma. Este
proceso por el que se va disminuyendo la ansiedad o angustia puede suponer años
o por lo menos meses. Si el animador hace una pregunta que requiere una
respuesta personal la ansiedad bloquea al alumno.
La educación debe estar relacionada con la vida del alumno. Esto requiere un
elevado grado de auto-revelación. El animador debe preparar a los participantes.
Con el fin de reducir la ansiedad deben estructurarse estos ejercicios de menor
a mayor grado de auto-revelación.
Para determinar qué técnicas se deben emplear, cómo usarlas y en qué orden,
conviene tener presente:
1. La secuencia de estas técnicas debe empezar por las que son poco auto-
reveladoras y seguir gradualmente, de modo que tos participantes no se
angustien a niveles más profundos. Dos elementos determinan el grado de
amenaza que supone un ejercicio:
A. Qué hay que decir (contenido).
B. A quién hay que decirlo (estructura).
A. El contenido es más amenazante cuanto más se adentra en el interior de la
persona. ¿Cómo gastar 500 pesetas? es pregunta menos amenazante que ¿Cómo
te llevas con tu madre? Una pregunta es más amenazante si puede 'hacer que otros
nos rechacen o que no les gustemos. Todo lo relacionado con valores,
sentimientos, opiniones, etc., son cuestiones amenazantes.
CREAR CONFIANZA
Características
Durante este período tiene lugar el proceso a través del cual el grupo se convierte
en «grupo eficiente». Surge la lucha por el poder; se va dilucidando quién tiene las
iniciativas, quién organiza el grupo, quién señala la dirección que éste debe seguir,
quién tiene prestigio dentro del mismo, a quién se le escucha y a quién se le
ignora. Como parte de cae proceso queda determinada la responsabilidad que
asumirá cada miembro, y también el tipo de conductas que el grupo va a aceptar.
Se establece además la forma de tomar las decisiones y hasta qué grado se
migrará a los disidentes.
Si se ha superado plenamente la etapa anterior, la cohesión será seguramente
grande. La interacción se hace más fácil y menos inhibida; pero la actuación es
todavía pobre en eficiencia.
Una clase normal no favorece el desarrollo de aptitudes ni actitude s para una
eficiencia grupal. Por ejemplo: El educador asume toda la responsabilidad y las
funciones del líder, señala los objetivos pidiendo q u e contribuyan a ellos,
sacando conclusiones y evaluando los resultados. Los participantes
interaccionan directamente con el animador y poco e n t r e ellos. Muchos
participantes no saben cómo trabajar juntos, sencillamente porque nunca han
tenido la oportunidad de aprenderlo. Si el p a r t i c i p a n t e ha de llegar a
afrontar los problemas de la vida real debe empezar afrontando los del grupo.
Para que el grupo avance hacia la madurez es preciso establecer las normas
siguientes:
1. Responsabilidad grupal: el liderazgo emerge del mismo grupo; cada uno
contribuye al trabajo del grupo.
2. Responder a los demás: los miembros se escuchan mutuamente y se comunican
sus ideas para conseguir un objetivo grupal.
3. Interdependencia: los miembros cooperan para conseguir los objetivos del grupo
en lugar de competir unos contra otros.
4. Toma de decisiones mediante consenso: los miembros llegan a una decisión
satisfactoria para todos en lugar de imponer la voluntad de la mayoría a una
minoría.
5. Enfrentamiento con los problemas: se hace frente a los desacuerdos, en lugar de
ignorarlos, y se buscan soluciones.
Estas normas no son mutuamente exclusivas y pueden establecerse
simultáneamente.
Establecimiento de normas(Continuación):
Responder a los demás
Características
El grupo acostumbrado a interrelacionarse sólo con el animador y responderle
directamente a él debe cambiar hacia una interrelación con los demás y a un diálogo
mutuo. Esto supone un mejorar los hábitos de escucha de los otros participantes así
como también el modo de contribuir a las actividades de la clase.
Los participantes no están acostumbrados a escuchar. La mayoría sueñan
despiertos, o piensan lo que van a decir en tono de réplica cuando hablen los
demás. En consecuencia, o muy pocas veces se escuchan, o responden a lo que
piensan que ha dicho la otra persona y no a lo que en realidad ha dicho.
Normalmente cada alumno habla sin conexión con lo que ha dicho ed anterior.
Se pueden aportar ideas y contribuir, pero sin que por ello se dé un avance racional
y efectivo en el grupo. Cuando lo único que se pretende es la presentación de
experiencias esto basta; pero no cuando w pretende la solución de un problema.
La conexión supone escuchar y responder al otro. Para que los miembros de un
grupo lo aprendan, se requiere que tanto el animador tomo los participantes cambien
de actitud.
Establecimiento de normas
(Continuación):
Responder a los demás
Características
El grupo acostumbrado a interrelacionarse sólo con el animador y responderle
directamente a él debe cambiar hacia una interrelación con los demás y a un d iálogo
mutuo. Esto supone un mejorar los hábitos de escucha de los otros participantes así
como también el modo de contribuir a las actividades de la clase.
Los participantes no están acostumbrados a escuchar. La mayoría sueñan
despiertos, o piensan lo que van a decir en tono de réplica cuando hablen los
demás. En consecuencia, o muy pocas veces se escuchan, o responden a lo que
piensan que ha dicho la otra persona y no a lo que en realidad ha dicho.
Normalmente cada alumno habla sin conexión con lo que ha dicho ed anterior.
Se pueden aportar ideas y contribuir, pero sin que por ello se dé un avance racional
y efectivo en el grupo. Cuando lo único que se pretende es la presentación de
experiencias esto basta; pero no cuando w pretende la solución de un problema.
La conexión supone escuchar y responder al otro. Para que los miembros de un
grupo lo aprendan, se requiere que tanto el animador tomo los participantes cambien
de actitud.
1. Disponer los asientos de modo que los participantes puedan verse y oírse mutuamente
Si todos miran al profesor y ellos sólo ven las espaldas de sus compañeros el
primer mensaje que se comunica es que sólo tiene importancia lo que dice el
animador. Un círculo o una herradura con el animador fuera, o como uno más, es lo
más adecuado.
2. Formular preguntas en lugar de dontestarlas él mismo
Por ejemplo: «Sí, ésta es una buena pregunta (alabas al que la ha hecho),
¿alguien tiene ideas al respecto?» Su conducta debería tener estas cuatro
características:
A. No contesta.
B. Dice que es importante.
C. No pide una contestación indicando que está en lo cierto o no.
D. Nadie se ve forzado a responder.
3. Volver a ser directivo cuando los participantes no se escuchan
mutuamente
— Para animarles a escucharse: preguntar al que ve distraído.
— Si no sabe la pregunta, pide al que la hizo que la repita.
4. No hacerse eco de cada aportación
Si es claro que no han escuchado, que no intervengan hasta demostrar que saben
bien de qué se trata. Una aportación puede ser una interrupción. Es útil que resuman
lo dicho por los que hablaron antes y luego ofrezcan su propia contribución.
Por ejemplo puede decir que la contribución de un alumno es una buena idea
(premio a la colaboración) pero que no enlaza con lo que se está tratando.
Alaba a los participantes cuando demuestran que su idea se relaciona con lo
anterior, o cuando indican el modo cómo dos ideas dichas están relacionadas.
No hay seguramente, mejor estímulo que la alabanza del animador.
Establecimiento de normas
(Continuación):
Cooperación
Características
importante es ganar. Se discute, se buscan otros que les apoyen y si enfrentan los
que no están de acuerdo. Hay vencedores y vencidos quizá por un solo voto. Los que
pierden no se sienten inclinados apoyar a la mayoría, se consideran marginados, con
amargor y dispues tos a sabotear. Todo ello puede dificultar el trabajo del grupo.
En las decisiones por acuerdo se intenta llegar a una opción coi la que todos estén
conformes y apoyen. No hay perdedores. Las ideas experiencia y necesidades de
todos se toman en consideración. Todo buscan la mejor solución. Las opiniones de la
minoría son escuchadas
Todos apoyan la decisión, no hay marginados ni saboteadores. L agresividad
entre los miembros desciende a niveles ínfimos.
A pesar de sus ventajas, no siempre se debe o se puede llegar a u] consenso, por
ejemplo, cuando se trata de compartir valores, experier cias u opiniones, o cuando no
se dispone de tiempo, o las consecuencia son de poca importancia.
Conducta positiva del animador en esta etapa
1. Presenta las actividades de aprendizaje centradas en el grupi de tal modo que
favorezca la búsqueda de un consenso por part del grupo.
En las discusiones sobre procedimientos en clase o cuando s busca la
solución de un problema del grupo, debe animarle a que encuentren una
solución satisfactoria para todos.
2. Cuando el grupo ha llegado a una decisión debe comprobar ha sido por
consenso.
En el proceso para la toma de decisiones tiene que ver si ha disidentes y
comprobar si se les ha escuchado y si éstos apoya: la decisión.
3. No debe forzar a la clase para que llegue a tomar una decisió: artificial. ,
La clase puede intentar quedar bien con el animador. El hech de no llegar a
un consenso no implica un fracaso. Lo impol tante es que se oigan
mutuamente y tengan en cuenta toda las opiniones.
Cuando no es posible un consenso, que quede clara la postur de la mayoría y
la de la minoría.
4. Debe ayudar a la clase a comprender que el consenso se puede conseguir de
muchas maneras:
Establecimiento de normas
(Continuación):
Afrontar los problemas
Características
1. Invitar al grupo a que describan sus problemas procurando que los descubran ellos
mismos antes de ofrecerles sus propias observaciones.
2. Describir la conducta concreta en lugar de dar indicaciones abstractas.
3. Comprobar que sus percepciones son objetivas, preguntando al grupo si están de
acuerdo.
4. Evitar las palabras que implican un juicio, dejando que el grupo evalúe su propia
conducta.
5. Centrarse en conductas que el grupo pueda cambiar y no en comportamientos que
están más allá del control del propio grupo.
6. Invitar a que los miembros del grupo repitan, parafraseen o resuman la conducta
descrita, para asegurar la exactitud de la comunicación.
Una vez identificado un problema, se puede seguir este procedimiento para solucionarlo.