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ENERGÍA A LA COMPETITIVIDAD
DE LA INDUSTRIA ALEMANA?
RESUMEN
La discusión sobre la competitividad, en ocasiones, se aborda únicamente desde la óptica
de costes de explotación (costes de las materias primas, de operación y mantenimiento) y
de las inversiones en equipamiento. Sin embargo, la competitividad de las empresas y de
los sectores industriales no se basa solo en el nivel de los costes de los factores de
producción, si bien hay sectores donde el nivel de coste de ciertos inputs sí representa un
peso importante.
Por todo ello, en el siguiente apartado se trata de diferenciar entre ventajas comparativas y
competitivas. Tras la identificación de los sectores objeto de estudio, intensivos en energía,
se pone en contexto el peso relativo que representa el gasto en energía en el
“competitiveness mix” de dichos sectores y, de esta manera, clarificar si los integrantes
alemanes de dichos sectores juegan con ventaja o desventaja en el plano internacional; para
finalizar con unas conclusiones.
Gráfica 1
En la franja alta tenemos a Italia y Alemania, con un coste de 0,1692 €/kWh y 0,1508 €/kWh
respectivamente, y Francia estaría en el rango opuesto, con un precio de 0,095€/kWh. En el
caso de Alemania los impuestos son muy altos comparado con otros países ya que el precio
total de la energía para clientes industriales es el más alto, cuando el precio de la energía
en el mercado mayorista es más bajo. (Ipsom, 2017).
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SOBRE VENTAJAS COMPETITIVAS
En el debate sobre la competitividad, habitualmente, se hace referencia a los conceptos de
ventajas comparativas y ventajas competitivas.
La ventaja competitiva, por su parte, viene impulsada por las diferencias en la capacidad de
transformar los inputs en bienes y servicios para obtener la máxima utilidad según afirma
Kogut (citado por Krugman & Obsteld, 2000). El concepto de la ventaja competitiva incluye
tecnología, habilidades de gestión y otros recursos no tradicionales para la economía clásica
que, en su conjunto, incrementan la eficiencia del uso de dichos inputs, y permiten la
fabricación de productos así́ como procesos de producción más sofisticados, de mayor
calidad y con mayor capacidad diferencial respecto a los competidores.
Tras la revisión de los puntos anteriores, parece clara la diferencia entre ventajas en costes
y ventajas competitivas, de tal manera que se podría entender por competitividad la
capacidad que tiene una empresa de mantener o crecer en cuota de mercado y en
rentabilidad con respecto a otras empresas que ofrecen los mismos productos o productos
alternativos. Por tanto, la competitividad más que un valor per sé para la empresa, debe
verse en relación con otras empresas y con la posibilidad de mantener sobre ellas ventajas
sostenibles.
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COMPETITIVIDAD Y COSTES ENERGÉTICOS
En este contexto y en el marco del debate sobre el impacto de un aumento de los costes
energéticos, puede afirmarse que los precios energéticos elevados en si,́ no son
necesariamente «malos», dado que impulsan a las «víctimas» a buscar otras fuentes más
sofisticadas de competitividad y/o de compensarlo con aumentos de productividad (Álvarez,
Larrea, Díaz & Kamp, 2016).
En el caso de los factores que inciden en la competitividad en costes, se puede ver como un
cambio en el coste energético puede afectar a la competitividad de los agentes por estar
relacionado con factores «endógenos». Un ejemplo podría ser la eficiencia energética de las
instalaciones y de los procesos de producción empleados en el mismo sector y, por tanto,
en el porcentaje que supone el gasto energético en la estructura de coste de los productos
finales que genera cada agente.
Factores exógenos a tener en cuenta, serían las consecuencias que resultan de que
industrias de otros países o territorios competidores tengan subsidios o
exenciones/compensaciones en su factura energética o apliquen tipos de impuestos más o
menos favorables. (Álvarez, Larrea, Díaz & Kamp, 2016).
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Imagen 1
Imagen 2
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Imagen 8
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Imagen 9
Las imágenes anteriores provenientes de Carbon Brief, muestra totales para sitios más
pequeños, agregados al nivel de las 100 regiones de código postal de. La energía solar,
aunque muy extendida, está sesgada hacia los estados del sur, como Baviera, que, con sus
regiones montañosas, también cuenta con la mayor capacidad hidroeléctrica. (Carbon Brief,
2017).
Los parques eólicos son predominantemente en el norte, particularmente a lo largo de la
costa del Mar del Norte, aunque los subsidios más altos en áreas con menos viento han
aumentado su distribución. (Carbon Brief, 2017).
El factor de capacidad eólica general de Alemania aumentó a alrededor del 22% en 2015,
ya que agregó más sitios offshore productivos. (Carbon Brief, 2017).
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EMISIONES ALEMANAS
A pesar de la disminución del uso de energía y el aumento de la producción renovable, las
emisiones de gases de efecto invernadero prácticamente no han variado desde 2009, un
27% por debajo de los niveles de 1990. Esto deja a Alemania lejos de su objetivo para 2020
de reducir las emisiones en un 40%. Tampoco está cumpliendo los objetivos para reducir el
consumo de energía. (Carbon Brief, 2017).
Lo más obvio es que el hecho de que no se reduzcan las emisiones refleja la continua
dependencia de la generación de carbón y las emisiones planas en el sector de la energía
(barras azul oscuro, más abajo). Sin embargo, también refleja las emisiones obstinadamente
planas del transporte (azul claro), estancadas en los niveles de 1990, así como de la
agricultura (naranja). (Carbon Brief, 2017).
Gráfica 2
La gráfica anterior nos muestra las emisiones alemanas de gases de efecto invernadero,
dadas en millones de toneladas de CO2 equivalente (MtCO2e), a través de los años 1990-
2015 y objetivos hasta 2050. La categoría "otros" incluye residuos, emisiones fugitivas de
combustibles fósiles extracción y distribución, calefacción comercial y militar. Fuente:
Agencia Federal de Medio Ambiente (UBA), incluidas las estimaciones para 2015. Chart by
Carbon Brief utilizando Highcharts.
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COMPETITIVIDAD ENERGÉTICA EN ALEMANIA
Alemania se encuentra inmersa en una transición energética fundamentada en el cierre de
la totalidad del parque nuclear en 2022, el incremento de la cuota de renovables y la alta
producción de energía a partir de centrales de carbón, que no ayudan a la reducción de los
niveles de emisiones.
Hasta marzo de 2011, Alemania producía un cuarto de su electricidad con energía nuclear
gracias a un parque total de 17 reactores. A día de hoy esta cifra ha disminuido debido al plan
de desmantelamiento de centrales nucleares, puesto en marcha por el Gobierno alemán tras
el accidente nuclear de Fukushima (marzo de 2011). Por este motivo, Alemania
actualmente genera únicamente el 14% de la electricidad con energía nuclear, mientras que
un 43% proviene de la quema de carbón de lignito. (Kapherer, 2017).
El objetivo fundamental del Gobierno alemán consiste en suplirlo con fuentes de energía
renovables tales como la eólica, la solar o la biomasa, mientras mantiene el uso de otras
fuentes contaminantes como el carbón. El incremento en el uso del carbón como combustible
para la generación de electricidad va a producir 28 millones de toneladas de CO2 anuales.
En este contexto, se prevé que dicha transición energética tenga un coste aproximado para
el consumidor de unos 20 billones de euros anuales. (Kapherer, 2017).
En 2016, los precios en el mercado mayorista alemán cayeron un 13%. Sin embargo, la
factura de electricidad para la industria alemana, incluyendo impuestos y otras tasas, se ha
ido incrementando de forma exponencial hasta alcanzar los 297 €/MWh en el primer
semestre de 2016, lo que supone un aumento de la factura de un 17% con respecto a valores
de 2011, tal y como se puede observar en la siguiente gráfica.
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Gráfica 3
Gráfica 4
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Una de las piezas clave de la transición energética en Alemania es el aumento de la potencia
instalada de renovables, especialmente de energía solar fotovoltaica (50 GW en 2019) lo
que ha supuesto costes adicionales al conjunto de consumidores. La sustitución de parte de
las tecnologías de base por generación de origen renovable supondría además problemas
en la seguridad de suministro.
Las subvenciones o primas que reciben las renovables, el plan de desmantelamiento del
parque de centrales nucleares, y el uso de combustibles fósiles para la producción de
energía suponen costes adicionales a los consumidores. Además, no se ha producido una
reducción significativa de los niveles de emisiones de CO2 desde 2009, debido al uso de
combustibles fósiles para generar electricidad. (Kapherer, 2017).
Esta sustitución de tecnologías de base por generación de origen renovable puede suponer
en el corto-medio plazo un riesgo para la seguridad de suministro del sistema eléctrico
alemán, que ha intentado mitigar manteniendo operativas las centrales térmicas (de carbón)
y con elevadas inversiones en redes de transporte dentro del país y en interconexiones con
los países vecinos. (Kapherer, 2017).
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CONCLUSIONES
Alemania se encuentra inmersa en una transición energética fundamentada en
el cierre de la totalidad del parque nuclear en 2022, el incremento de la cuota de
renovables y la alta producción de energía a partir de centrales de carbón, que no
ayudan a la reducción de los niveles de emisiones.
El precio en el mercado mayorista se ha reducido un 13% en 2016 y, sin embargo, la
factura para la industria alemana se ha incrementado de forma muy significativa, un
17% desde 2011. Este incremento ha situado a Alemania como el segundo país de la
Unión Europea con el precio final de la electricidad más caro para los consumidores
industriales.
Una de las piezas clave de la transición energética en Alemania es el aumento de la
potencia instalada de renovables, especialmente de energía solar fotovoltaica (50
GW en 2019) lo que ha supuesto costes adicionales al conjunto de consumidores. La
sustitución de parte de las tecnologías de base por generación de origen renovable
supondría además problemas en la seguridad de suministro.
A pesar de que Alemania está apostando actualmente por un tipo de energía
sostenible, segura y respetuosa con el medio ambiente, resulta fundamental para el
éxito de la transición energética la composición de un mix energético variado y
equilibrado en el que tengan cabida tecnologías de base que garanticen la seguridad
de suministro.
Las fuentes de energía renovable, siempre seguirán necesitando el complemento de
una notable cantidad de electricidad proveniente de tecnologías de base, dado que
tanto la energía eólica como la energía solar se basan en un recurso intermitente,
variable y no predecible. Del mismo modo, la transformación del modelo energético
no podrá fundamentarse en un incremento permanente de los costes para los
usuarios finales, originado por la necesidad de sufragar las distintas políticas
energéticas puestas en marcha por el gobierno.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Álvarez, E., Larrea, M., Díaz, A. & Kamp, B. (2016). ¿Afectan los costes de energía a la
competitividad de la industria?. Revista Economía Industrial. Retrieved from
http://www.minetad.gob.es/Publicaciones/Publicacionesperiodicas/EconomiaIndustrial/RevistaEcon
omiaIndustrial/401/PELEGRY%20y%20OTROS.pdf
Evans, S. & Pearce, R. (2016). Mapped: how germany generates its electricity. Retrieved from
Carbon Brief website: https://www.carbonbrief.org/how-germany-generates-its-electricity
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