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ESTUDIOJURISPRUDENCIAL Y DOGMÁTICO
Resumen
Este estudio aborda la obligación de proveer alimentos cuando recae sobre los abuelos
y defiende, particularmente, la posibilidad del alimentario de dirigir una acción directa
contra estos obligados. El trabajo sostiene que la acción directa contra los abuelos
tiene su causa en la falta de un título preferente; pero también en la insuficiencia de
un título preferente. Al efecto, se examina la naturaleza subsidiaria de esta obligación
que consiste en hacerla efectiva cuando falta o es insuficiente un título preferente.
También se examina la naturaleza simplemente conjunta de la obligación que recae
entre todos los obligados, en proporción a sus facultades; lo que permite dirigir en
forma separada acción contra cada uno de ellos por su parte o cuota. La acción contra
los abuelos por insuficiencia del título preferente tiene dos causas: el agotamiento de
las vías judiciales contra el título preferente; y la acción contra el título subsidiario para
complementar la condena del título preferente o por no pago de ella. El trabajo
examina las vacilaciones de la jurisprudencia, mediante un estudio analítico y crítico de
ésta.
Abstract
This study addresses the obligation to provide child support on Grandparents. Its main
target is to demonstrate the possibility of a direct cause of action against
Grandparents. This means that Plaintiff does not have to exhaust causes of action
against other obligors, like Parents (Father or Mother) present or absent. The work
also examines the nature of this obligation when it has to be served by more than one
person, so that the Judge has the duty to distribute the obligation between several in
proportion each one's economic forces. Being a joint obligation, Plaintiff may direct a
separate action against each obligor asking each one for its own portion in it. Causes of
action against Grandparents include the lack of a better title or the insufficiency of it.
Cause of action against Grandparents for insufficiency of a better title on its part has
two separate sets of facts: exhaustion or un-payment against the preferred title; or
the necessity to complement what is being paid by the preferred title. The work
examines vacillation of Chilean court decisions in an analytic and critical manner.
Résumé
I. Introducción
En otras palabras, para la normativa del CC, anterior a las reformas introducidas por
las leyes N° 19.585 de 1998 y N° 19.741 de 2001, no era desconocida la situación del
descendiente que pedía alimentos a sus abuelos, debiendo acreditarse la insuficiencia
del título preferente en el mismo juicio seguido contra el subsidiariamente obligado 4.
Sin embargo, la regla del art. 326 del CC, por mandato del antiguo 231 del mismo
cuerpo legal, sólo era aplicable a los nietos legítimos. Esta situación se subsanó a
partir de la entrada en vigor de la ley N° 19.585, un año después de su publicación en
el Diario Oficial con fecha 26 de octubre de 1998, que, con el propósito de hacer
efectivo los artículos 1° inciso primero, 19 N° 1 y 2 de la Constitución Política de la
República, y cumpliendo con las obligaciones contraídas en virtud de diversos acuerdos
internacionales, en especial la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto
de San José de Costa Rica5, introdujo varias modificaciones al CC, en lo que nos
interesa, en materia de filiación, autoridad paterna, patria potestad, derecho de
alimentos y derechos sucesorios6.
La ley en comento, puso término, en el tema que nos ocupa, a las diferencias que
existían entre hijos legítimos, naturales y simplemente ilegítimos. Consagrando un
nuevo art. 321 del CC, dispuso, en su numeral segundo, que se deben alimentos, a los
descendientes. Del mismo modo, se incorporó un nuevo art. 326, que en cuanto al
orden de prelación para solicitar alimentos, estableció en su número tercero, el título
de descendiente. Por último, consagró un inciso final, que de modo expreso señala que
sólo en el caso de insuficiencia de todos los obligados por el título preferente, podrá
recurrirse a otro.
Con todo, no fue sino con la reforma incoada por la ley N° 19.741, de 24 de julio de
2001, que la obligación alimentaria de los abuelos quedó suficientemente explicitada,
toda vez que al modificar los artículos 232 del CC, y 3° inciso final de la ley N° 14.908,
no deja duda de que los descendientes pueden demandar a sus abuelos, en caso de
falta o insuficiencia de uno o ambos padres, bajo los supuestos que ambos preceptos
se encargan de describir. La ley N° 19.741 modifica el art. 232 del CC para establecer
que por insuficiencia de uno de los padres, la obligación pasará, en primer lugar, a los
abuelos de la línea del padre o madre que no provee; y en subsidio de éstos a los
abuelos de la otra línea. Es decir, se introduciría una nueva prelación en la norma, para
acudir, primero, a los padres del padre o madre que no provee y, luego, a los de la
otra línea, cuando antes de esta reforma el CCsólo habría permitido acudir a los
parientes del siguiente grado por falta o insuficiencia de los padres; es decir, como
ahora dice el texto del Código, de "ambos padres".
Por su parte, la misma ley N° 19.741 reemplazó el texto del art. 3° de la ley N°
14.908, entre otras medidas, para permitir el recurso a los abuelos en la forma
prescrita por el art. 232 del CC "cuando los alimentos decretados no fueren pagados o
no fueren suficientes". Es decir, también se puede acudir a los abuelos después de
intentar y obtener sentencia contra obligados de título preferente, pero estando
frustrado el recurso por insuficiencia o no pago.
Debe indicarse, en todo caso, que la solución que viene a ofrecer la ley N° 19.741,
hasta antes de la reforma, se desprendía directamente de los artículos 321 y 326
del CC, toda vez que no había legislación especial al respecto. La primera ley que se
ocupó de reglamentar el tema de las pensiones alimenticias (ley N° 5.750, publicada el
2 de diciembre de 1935), guardó silencio. También su sucesora, la ley N° 14.908,
sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, publicada en el Diario
Oficial con fecha 5 de octubre de 1962, que fijó el texto definitivo y refundido de la ley
N° 5.750, con las modificaciones introducidas por la ley N° 14.550 de 1961.
En su formulación original, que data de 1962, y que tiene como antecedente legislativo
inmediato la ley N° 5.750, la ley nada decía sobre la obligación de alimentos de los
abuelos. La situación se encontraba regulada por los artículos 321 y 326 del CC.
Sin perjuicio de lo anterior, los artículos 326 inciso final y 232 del CC, y la remisión que
a este último hace el art. 3° inciso final de la ley N° 14.908, incorporan a la relación
jurídica alimentaria de los abuelos un requisito adicional, por cuanto supeditan el
ejercicio de la acción al supuesto de la falta o insuficiencia de uno o ambos padres, lo
que se traduce en que la responsabilidad de los abuelos pasa a ser subsidiaria de la de
deudores preferentes10.
En una primera aproximación, pareciera que el art. 232 exige al alimentario pasar
necesariamente por el orden del padre o madre que no provee para demandar a los
abuelos. Parece de rigor una regulación previa de alimentos respecto de éste o ésta,
de modo que se encontraría imposibilitado el alimentario de accionar en forma directa
contra aquéllos, salvo que los alimentos decretados no fueren pagados o no fueren
suficientes11. Adelantamos que no es necesario que sea así, ya que existen situaciones
especiales en que puede incoar la pretensión en forma directa respecto de los abuelos,
lo cual no obsta a la naturaleza subsidiaria de la obligación. La subsidiariedad de la
obligación de los abuelos es una subsidiariedad sustantiva; es decir, consiste en la
prueba de la falta o insuficiencia del título preferente. No consiste en el agotamiento de
las vías procesales contra los deudores de título preferente, sino en la demostración de
la ineficacia hipotética de esas acciones por falta del título o por insuficientes fuerzas
del mismo. La acción contra ascendientes de grado más lejano exige prueba de la
necesidad del alimentario, de las facultades del alimentante, pero también de la falta o
insuficiencia del título preferente. El propósito de este trabajo es demostrar que, de
conformidad con la legislación vigente, es posible esta acción directa y que, de hecho,
los tribunales la aceptan en algunos casos.
"la regla para demandar a los abuelos, establecida en el artículo 232 del
Código Civil es de carácter subsidiario y no solidario, no justificándose,
entonces, que luego de producido un avenimiento entre los padres de la
menor alimentaria, se haya pretendido continuar la demanda en contra del
abuelo paterno para aumentar la pensión alimenticia acordada por sus
padres".
En otra sentencia, dictada también por la Corte de Apelaciones de Santiago, con fecha
27 de diciembre de 2010 (rol 1101-2010), al revocar un fallo que acogió una demanda
interpuesta en contra de una abuela paterna, por considerar que no basta para tener
por acreditada la insuficiencia de medios, el simple retardo ocasional o circunstancial
en el cumplimiento de la obligación, expresó, en el considerando segundo:
"de las normas anteriores (artículos 3° inciso final de la ley N° 14.908 y 232
del Código Civil), se puede colegir que la obligación alimenticia recae en forma
subsidiaria sobre los abuelos, y se genera cuando los alimentos decretados no
fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las necesidades del
hijo, o por la falta o insuficiencia de ambos padres o la insuficiencia de uno de
ellos. En caso de insuficiencia de uno de los padres, la obligación pasará en
primer lugar, a los abuelos de la línea del padre o madre que no provee".
Como se puede observar, la jurisprudencia vacila cuando no se respeta la
subsidiariedad sustantiva de la obligación. En algunos casos acoge acciones contra los
abuelos y, en otros, ante supuestos por completo equivalentes, las rechaza. Nos
parece que esta perplejidad refleja la vacilación de la doctrina que no ha definido con
claridad en qué consiste la subsidiariedad de la obligación de los abuelos. Este estudio
pretende aclarar los presupuestos y requisitos de esta acción.
Sin embargo, cabe indicar que esta sentencia no aclara que la naturaleza simplemente
conjunta de la obligación no significa que ella se distribuye en partes iguales. Como
veremos, la solución legal es diferente.
En efecto, conforme a lo dispuesto en el art. 326 del CC, entre varios obligados por un
mismo título, el juez debe distribuir la obligación en proporción a sus facultades,y
habiendo varios alimentarios respecto de un mismo deudor, el juez distribuirá los
alimentos en proporción a las necesidades de aquellos13.
En consecuencia, si uno de los alimentantes, en este caso, uno de los abuelos, tiene
mayores facultades económicas, debe concurrir en una proporción mayor, y en el
supuesto de existir más de un alimentario, respecto de un abuelo, la pensión deberá
distribuirse de acuerdo con las necesidades económicas de éstos.
Similar hipótesis encontramos en los autos rol 196-2009, conocidos por la Corte de
Apelaciones de Antofagasta. Con fecha 23 de diciembre de 2009, pronunciándose
sobre un recurso de apelación interpuesto por la parte demandada, y al confirmar la
sentencia del juez a quo, que estableció la obligación suplementaria para el abuelo
paterno, por encontrarse probado que el padre no cumple íntegra y oportunamente
con su obligación, establecida en causa anterior, señaló, en el párrafo segundo del
considerando sexto:
"de esta manera, al ser el demandado abuelo de la línea del padre que no
provee suficientemente, se encuentra obligado a proporcionar alimentos a la
demandante, en una cantidad que unida a la que entrega el obligado principal,
resulte suficiente para solventar sus necesidades, y considerando para ello sus
facultades económicas, facultades que la Juez a quo apreció conforme a las
normas de la sana crítica (...)".
En otros casos, y atendido el mérito de los antecedentes, los tribunales han impuesto
la obligación a los abuelos bajo condición, esto es, sujeta al evento de que el deudor
preferente no pague, o lo haga imperfectamente. Así, por ejemplo, la Corte de
Apelaciones de Valparaíso (rol 869-2010), en virtud de una sentencia de fecha 24 de
diciembre de 2010, que acogió un recurso de apelación incoado por la demandante, y
que revocó un fallo de primera instancia que rechazó la demanda subsidiaria
interpuesta, dándole lugar sólo respecto del abuelo paterno, debido a que el deudor
preferente no cumple íntegra y oportunamente su obligación, lo que consta de
liquidación de pensiones atrasadas, consigna en la parte resolutiva, que se condena al
abuelo en forma subsidiaria a su hijo, a pagar una cantidad de dinero a sus nietas:
Pese a ello, sostenemos que, cualquiera sea el caso, los apremios sólo pueden
decretarse en contra de cualquiera de los obligados que contempla el inciso primero
del art. 14 de la referida ley, entre los cuales no se encuentra el orden de los abuelos,
razón por la que a fortiori, quedan excluidos de tal posibilidad.
Como tuvimos ocasión de adelantar, este trabajo descansa en la tesis de que existen
casos en que la demanda puede dirigirse directamente en contra de los deudores
subsidiarios, sin necesidad de pasar primero por el principal, y sin que sea requisito
previo la existencia de una resolución judicial que regule una pensión alimenticia a
pagarse por éste.
"en consecuencia, sólo puede recurrirse a los más lejanos dentro del mismo
grado o a los del grado siguiente, en este caso a los abuelos paternos, cuando
se haya establecido a través de una sentencia ejecutoriada la insuficiencia del
padre para otorgar alimentos",
y que
"(...) los abuelos no pueden ser demandados directamente pues es claro que
éstos van a responder cuanto los alimentos 'decretados' no fueren pagados o
no fueren suficientes, y sólo van a estar 'decretados' cuando concurra la
circunstancia final mencionada en el motivo segundo de este fallo".
A nuestro parecer, estas sentencias merecen ser criticadas, entre otras razones,
porque exigen un presupuesto adicional de admisibilidad de la acción. Añaden un
requisito de carácter adjetivo, y conforme a lo dispuesto en el art. 54-1 inciso tercero
de la ley N° 19.968 sobre Tribunales de Familia, su concurrencia debe verificarse al
inicio del procedimiento, esto es, en la fase de control de admisibilidad de la
demanda16, pudiendo llegarse a la conclusión de que el juez estaría facultado para
rechazarla in limine, en caso de no existir el antecedente fundante. Parece, no
obstante, cuestionable esta solución, pues, a nuestro juicio, la controversia sobre la
falta o insuficiencia del título preferente es cuestión de fondo, debatible y sujeta a
prueba, y su resolución queda reservada para la sentencia definitiva, de no mediar un
equivalente jurisdiccional que se pronuncie sobre un acuerdo entre las partes.
Situación similar ocurre en aquellos casos en que los tribunales exigen una declaración
previa de falta de pago, o de insuficiencia en su caso, para proceder contra los
abuelos. En ese sentido, la Corte de Apelaciones de Chillán (rol 124-2011), en una
sentencia dictada el 22 de febrero de 2012, al acoger un recurso de apelación
interpuesto por los demandados, y revocar un fallo de primera instancia, que dio lugar
a una demanda de alimentos interpuesta contra los abuelos paternos, por no
acreditarse ni obtener declaración de falta de pago, o la insuficiencia de los alimentos,
según el caso, sostuvo, en el considerando sexto:
Al menos, para el fallo precedentemente citado, por cualquiera de estas vía puede
ventilarse. Así se lee en el considerando sexto parte segunda, aludiendo a la falta de
declaración:
"no consta en el proceso que el demandante haya agotado todas las diversas
medidas que contempla la ley 14.908 para asegurar el pago de la pensión de
alimentos por parte del padre de los menores".
"Quinto: Que la eventual insuficiencia del padre, que se hace consistir por la
demandante en la circunstancia de que éste habría incurrido en atrasos
reiterados en el pago de la pensión de alimentos, atrasos que han sido
certificados en autos, carece de entidad en tanto cuenta la actora con los
medios que la ley le franquea para lograr el pago efectivo de la pensión de
alimentos fijada al padre de la alimentaria, medios que no ha usado en su
integridad.
Sexto: Que en efecto, consta en los autos Rit 1464-2009 del Juzgado de
Letras, Garantía y Familia de Freirina, tenida a la vista, que el alimentante
(...) ha incurrido en reiterados atrasos en el pago de la pensión de alimentos
dispuesta a favor de su hija (...), ascendente a la suma de $68.487; situación
en que la actora sólo ha solicitado y obtenido el despacho de los apremios
establecidos en el inciso primero del artículo 543 del Código de Procedimiento
Civil, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 15 de la ley N° 14.908,
sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias.
Séptimo: Que, con el objeto de asegurar el pago de la pensión alimenticia que
pesa sobre el padre de la alimentaria, la actora no ha solicitado las medidas
que establecen los artículos 9° y 13 de la ley citada en el considerando
precedente, consistente en que se disponga la retención por el empleador del
alimentante, de la pensión de alimentos y se entregue su monto mensual a la
actora, bajo apercibimiento de multas, para el caso que el empleador
desobedeciere la orden de retención.
Octavo: Que esta situación, caracterizada por la falta de ejercicio de todos los
medios que la ley provee para asegurar el efectivo pago de la obligación de
dar alimentos que pesa sobre el padre de la alimentaria, impide arribar a la
conclusión que los atrasos reiterados en el pago de la referida pensión
constituye insuficiencia del expresado alimentante".
Parece criticable la posición sustentada por estos fallos. Básicamente porque ponen al
acreedor alimentario en la necesidad de cumplir con un requisito que en ningún caso la
ley exige. El inciso final del art. 3° de la ley N° 14.908, sólo parte del supuesto de que
los alimentos decretados no fueren pagados, o que no fueren suficientes para atender
a las necesidades del hijo. Además, de aceptar esta postura, tendríamos por extensión
que concluir, que el demandante debería hacer uso de todas las herramientas
compulsivas que establece la ley, entre las cuales no sólo se encuentran los apremios
de arresto y arraigo, la retención de emolumentos y la aplicación de multas sino que,
también, y si procediere, el ejercicio de la acción pauliana especial contemplada en el
inciso final del art. 5° de la ley, la retención de la devolución de impuestos, la
suspensión de licencia de conducir, y el derecho de proceder ejecutivamente contra el
alimentante.
Interesante resulta la remisión al estándar del interés superior del niño para fundar la
resolución, sobre todo, teniendo en consideración lo dispuesto en el art. 27 N° 4 de la
Convención sobre Derechos del Niño, en el sentido de que las autoridades deben
adoptar todas las medidas apropiadas para asegurar el pago de las pensiones
alimenticias, por parte de los padres u otras personas que tengan la responsabilidad
financiera17.
Con todo, existe una sentencia, de la Corte de Apelaciones de Chillán, dictada con
fecha 1 de septiembre de 2005 (rol 505-2005), que nos parece más esclarecedora,
toda vez que hace una hermenéutica más apropiada de las soluciones normativas de
los artículos 232 del CC y 3° inciso final de la ley N° 14.908, arrojando como
conclusión, que el ejercicio directo de la acción contra los abuelos, nace de la primera
de las normas citadas -para el caso de falta de título, e insuficiencia en ciertos casos-,
y que la segunda exige regulación de alimentos y juicio previo de alimentos,
aplicándose sólo para el caso de la insuficiencia. En la especie, se demandó
directamente a los abuelos paternos, ya que el padre alimentante carecía de medios
económicos para proporcionar alimentos, tratándose de un estudiante universitario que
dependía de aquéllos. Se acreditó su calidad de estudiante, y se concluyó que no tenía
los medios económicos para contribuir a la alimentación de su hijo. El tribunal a
quo acogió la demanda, y recurrida de apelación la Corte confirmó la sentencia. En lo
que nos interesa, los considerados respectivos dicen:
"Sexto: Que, del tenor del artículo 3 de la Ley 14.908, en su actual redacción,
se desprende que, en el último inciso, el legislador dispuso que sólo para el
evento de que los alimentos decretados con arreglo a los incisos anteriores no
fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las necesidades del
hijo, el alimentario podrá demandar a los abuelos, de conformidad con lo que
establece el artículo 232 del Código Civil. En otros términos, para que se
aplique este inciso final del artículo 3 de la Ley 14.908, es menester: a) Que
un menor, que haya solicitado alimentos de su padre o madre, haya obtenido
sentencia a su favor; b) Que tales alimentos, decretados por sentencia
definitiva, no fueren pagados o no fueren suficientes para solventar las
necesidades de dicho hijo. En este caso se faculta al alimentario para
demandar a los abuelos de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 232 del
Código Civil.
Octavo: Que, la legislación civil relativa a menores tiene como fin último el
interés superior del niño, razón por la cual, de exigirse que en un juicio aparte
se establezca la insuficiencia económica del padre para proporcionar alimentos
a sus hijos menores, se estaría vulnerando tal principio, como quiera que ello
atenta contra la inmediatez y la urgencia de proporcionar tales alimentos, ya
sean provisorios o definitivos".
Finalmente, para determinar en qué casos procede demandar por alimentos en forma
directa a los abuelos, es necesario diferenciar entre falta e insuficiencia del título
preferente, y abordar la temática de los fundamentos y requisitos de la acción
respectiva.
El mismo tribunal de alzada (rol 451-2009), al confirmar un fallo que dio lugar a una
demanda interpuesta en contra de una abuela paterna, sostuvo, en el considerando
primero:
Y ello debe relacionarse con el estado de necesidad que debe concurrir en éste último,
entendiendo que como tal, no sólo la situación del que carece absolutamente de
medios para valerse por sí mismo sino, también, la del que tiene dichos medios,
Queda también comprendida dentro de la falta del título, la situación de las personas
privadas de libertad. En otros términos, no es necesario que falte real o materialmente
la persona22. Lo que interesa es la inconcurrencia de la persona que de modo
preferente, en virtud de la prelación legal, está llamada a suministrar alimentos.
No parece acertada la referencia al art. 3° inciso final de la ley N° 14.908, pues el fallo
trata dos supuestos de idéntica forma: la falta de título, descrita en el art. 232 del CC,
y la insuficiencia del mismo, a la que alude el primero de los preceptos señalados. Sin
perjuicio de ello, destaca por el reconocimiento que hace del supuesto de la ignorancia
del domicilio, o paradero del deudor preferente, como fundamento de la acción, a
nuestro parecer, por falta de título preferente.
Más explícito es un fallo dictado por la Corte de Apelaciones de Puerto Montt (rol 106-
2007), de fecha 5 de abril de 2007, al confirmar una sentencia de primera instancia
que acogió una demanda de alimentos dirigida en contra de los abuelos paternos,
también por desconocimiento del paradero del deudor preferente. En lo que nos atañe,
se lee:
Cuarto: Que en consecuencia, respecto del menor se dan los supuestos del
artículo 232 del Código Civil, en cuanto a encontrarse acreditada la
circunstancia de faltar éste para concurrir a la mantención de su hijo y en
consecuencia se legitima en cuanto a la madre la pretensión de recurrir por
alimentos en contra de los abuelos paternos".
"Tercero: Que sobre los hechos reseñados en el motivo anterior, los jueces del
fondo estimaron que se configuraban en la especie las exigencias legales,
previstas en los artículos 232, 321 N° 2, 323 y 332 del Código Civil para
imponer a los demandados, la carga de contribuir a la satisfacción de las
necesidades de sus nietos, atendida la circunstancia que el primer obligado, el
padre de los alimentarios, no contribuye ni provee de ayuda alguna a su
subsistencia, siendo insuficientes los ingresos que la madre percibe para
cubrir sus necesidades.
Cuarto: Que sobre el particular, cabe señalar que los jueces del grado, en uso
de las facultades que son de su exclusiva competencia -la ponderación de la
prueba y el establecimiento de los hechos- asentaron los elementos indicados
en el motivo segundo de este fallo y decidieron como se ha dicho en el
considerando anterior. Por tal razón las alegaciones formuladas en el recurso,
resultan improcedentes desde que ellas contrarían los presupuestos
establecidos, pretendiendo su alteración, toda vez que los recurrentes
desconocen la existencia del presupuesto básico para accionar en su contra,
esto es, la falta del primer obligado al pago de los alimentos, que el fallo
atacado si consigna (...)".
En relación con personas privadas de libertad, pueden encontrarse fallos que admiten
la acción directa contra los abuelos. La Corte de Apelaciones de Talca, en una
sentencia de fecha 13 de julio de 2011 (rol 932011), confirmando con declaración un
fallo que dio lugar a una demanda interpuesta en contra del abuelo paterno, al
encontrarse acreditado que el padre alimentante se encuentra privado de libertad, y
que carece de bienes y de capacidad económica para proporcionar alimentos a su hijo,
sostuvo, en el considerando tercero:
"de lo antes expuesto, no cabe más que concluir que en la especie se dan los
presupuestos exigidos por el artículo 232 del Código Civil, en orden a que la
obligación de alimentación del hijo pasa a los abuelos por insuficiencia de
ambos padres, deber de socorro que pesa sobre los ascendientes de
conformidad a lo previsto en el artículo 321 N° 3 del mismo cuerpo legal, toda
vez que en la situación sublite no existen otros alimentantes a quienes
imponer dicha obligación".
En todos estos casos puede demandarse de modo directo a los deudores subsidiarios,
y la falta de título preferente constituirá cuestión de fondo del mismo juicio,
controvertible y por lo mismo, sujeto a prueba. Así, también, la capacidad económica
de los abuelos para proveer por el primer obligado.
Es indiferente, por otro lado, que los alimentos se encuentren decretados -por
sentencia ejecutoriada o que cause ejecutoria- o no, en relación con el deudor directo,
ya que éste puede faltar sin que previamente se le haya demandado por alimentos.
Diversa es la situación en caso de insuficiencia, que supone, por regla general, que la
pensión alimenticia se encuentre ya regulada, sirviendo dicha regulación como
parámetro para cuantificarla.
"del estudio armónico del artículo 3° inciso final de la Ley N° 14.908, 232 del
Código Civil, 3° y 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño, estos
sentenciadores arriban a la convicción que el artículo 232 del Código citado
utiliza la expresión 'insuficiencia' en un sentido amplio, comprensivo de la
situación de carencia de bienes o imposibilidad absoluta de servicio del
demandado principal como también la de no pago o renuencia en pagar la
pensión alimenticia".
La interpretación que se hace entonces, entiende que existe insuficiencia del título
preferente, no sólo cuando el alimentante preferente carece de medios o se encuentra
incapacitado para proporcionar alimentos, y no cumple de forma total o parcial con el
pago de la pensión alimenticia regulada sino, también, cuando es la pensión misma,
atendida su cuantía, la que no es suficiente para satisfacer las necesidades del
alimentario.
"el Código Civil no define la expresión insuficiencia por lo que debe fijarse su
alcance. Del estudio armónico del artículo 3° inciso final de la Ley 14.908, 232
del Código Civil, 3 y 27 de la Convención sobre Derechos del Niño se puede
arribar a la conclusión que el artículo 232 del Código citado utiliza la voz
'insuficiencia' en un sentido amplio, comprendiendo la carencia de bienes o
imposibilidad absoluta del demandado principal como también el no pago o
renuencia a pagar la pensión alimenticia. Se entiende, por ende, por
insuficiencia del título la imposibilidad absoluta del deudor preferente de dar
alimentos, o el no poder satisfacerlos en la cuantía que se haya determinado,
o no pagarlos. El contexto de la norma, artículo 232 inciso 1° del Código Civil,
permite establecer que se pone en ambas situaciones, tanto de falta como de
insuficiencia de los alimentos, lo que es concordante con el artículo 3° de la
Ley 14.908".
También la Corte de Apelaciones de San Miguel (rol 318-2009), con fecha 10 de agosto
de 2009, al revocar una sentencia de primera instancia y hacer lugar a una demanda
en contra de abuelos paternos, al haberse acreditado que el padre alimentante, en
forma reiterada, no cumple con su obligación, establecida en causa anterior, librándose
orden de arresto a su respecto, expresó, en el considerando segundo:
"el Código Civil no define la expresión insuficiencia por lo que debe hacerse
una interpretación armónica del inciso final del artículo 3 de la ley 14.908,
artículo 232 del Código Civil y artículos 3° y 27 de la Convención sobre
Derechos del Niño, utilizándola en sentido amplio, comprendiendo entre otros
el no pago o renuencia a pagar la pensión alimenticia decretada".
En otras palabras, resulta que para accionar por alimentos en contra de los abuelos por
esta causa, es necesario que -se sostiene- siempre exista una pensión alimenticia
regulada anteriormente respecto del deudor preferente, no pudiendo interponerse la
demanda en forma directa en contra de aquéllos. De ahí que algunos fallos formulen la
exigencia de existir una sentencia que declare la insuficiencia, como antecedente, o
una declaración de falta de pago o insuficiencia declarada judicialmente.
Ahora bien, que la demanda pueda dirigirse directamente contra los abuelos no
significa que la obligación de éstos deje de ser subsidiaria, ya que su responsabilidad
alimentaria descansa siempre en la falta o insuficiencia del título preferente, hecho de
fondo, controvertible y que debe acreditarse por el actor. Lo que acontece, es que a
partir de una errada interpretación de los artículos 3° inciso final de la ley N° 14.908, y
232 del CC, se ha llegado a resolver por algunos tribunales, que la procedencia de la
demanda, está supeditada al presupuesto de que siempre exista una pensión
decretada a pagar por el preferente. Pero como hemos visto, ello no es así.
Con todo, en los casos de insuficiencia del título, ello representa la regla general. Y
para perseguir la responsabilidad de los abuelos, el legislador especial se pone en dos
casos: que los alimentos decretados no fueren pagados o que no fueren suficientes
para solventar las necesidades del hijo.
a) Acción contra los abuelos cuando los alimentos decretados no son pagados
El primer supuesto que hace surgir la responsabilidad de los abuelos en el pago de los
alimentos, por insuficiencia, conforme a la regla del inciso final del art. 3° de la ley N°
14.908, está representado por el no pago de la pensión regulada por parte del deudor
preferente, es decir, por el incumplimiento de la obligación.
"la insuficiencia del padre a que se refiere el artículo 232 del Código Civil y
que habilita al alimentario para accionar en contra de sus abuelos consiste en
la insolvencia o imposibilidad patrimonial que afecte al primero y no así a su
mora en el cumplimiento de la obligación alimenticia que le ha sido impuesta
(...)".
En otros casos, los tribunales han resuelto que basta con el cumplimiento imperfecto
de la prestación alimenticia. A modo ilustrativo, la Corte de Apelaciones de San Miguel
(rol 1126-2006), en fallo dictado con fecha 7 de noviembre de 2006, al confirmar una
sentencia de primera instancia que hizo lugar a una demanda interpuesta en contra del
abuelo paterno, al establecerse que el padre alimentante no cumple íntegramente con
su obligación, decretada en causa anterior, sostuvo:
"Primero. Que de los antecedentes del proceso consta que el padre de los
menores de autos y demandado en la causa (...) que se ha traído a la vista,
ha cumplido de manera insuficiente su obligación alimentaria que a partir del
mes de marzo de 2005 debió consistir en el pago mensual de la suma de
$100.000, lo que no ha sido satisfecho.
Tercero.- Que por expresa disposición del inciso segundo del artículo 232 del
Código Civil, en caso de insuficiencia de uno de los padres la obligación a que
se refiere el inciso primero, esto es, la que hace responsable a los abuelos,
'pasará en primer lugar a los abuelos de la línea del padre o madre que no
provee; y en subsidio de éstos a los abuelos de la otra línea', situación que es
la que se ha configurado en la especie. En efecto, la cuota de su aporte a la
satisfacción de las necesidades de los menores de autos que fue fijada por el
propio padre de éstos no está siendo satisfecha satisfactoria ni
suficientemente, razón por la que a través de la presente demanda se ha
accionado precisamente respecto de los abuelos de la línea del padre que no
provee en la forma que se obligó".
"Cuarto: Que don (...), padre de los menores, en autos RIT C-3082-2006 fue
condenado a pagar una pensión alimenticia equivalente al 60% de un ingreso
mínimo remuneracional, cumpliendo en forma esporádica con su obligación
(...).
b) Acción contra los abuelos cuando los alimentos decretados no son suficientes para
solventar las necesidades del hijo
Este caso supone también que los alimentos estén decretados. Ahora bien, que los
alimentos no resulten suficientes para solventar las necesidades del alimentario, por
carecer el alimentante de capacidad económica para ello u otra razón, implica
necesariamente que la obligación de pagarlos se encuentre establecida respecto de
aquél. La pensión regulada, sirve como dato para cuantificar la insuficiencia.
Los requisitos de la obligación alimenticia de los abuelos son los mismos que aquéllos
que la doctrina se ha encargado se señalar para que proceda la obligación de alimentos
legales en general, con las particularidades que hemos expresado en este estudio:
"(...) por otro lado, la abuela paterna, demandada de autos no tiene medios
económicos propios como para solventar los alimentos de los menores y a su
delicado estado de salud que le impide desarrollar un trabajo, se concluye que
ésta última no se encuentra obligada al pago de la pensión alimenticia
solicitada por la demandante, en representación de sus hijos".
VIII. conclusiones
De la insuficiencia se ocupan tanto el art. 232 y 326 inciso final del CC, como el inciso
final del art. 3° de la ley N° 14.908. Esta última, exigiendo, para proceder en contra de
los abuelos, que existan alimentos regulados, y que éstos no fueren pagados o que no
fueren suficientes. En tal caso, la acción deberá ejercerse de acuerdo con los incisos
primero y segundo del art. 232, es decir, en contra de los abuelos de una y otra línea
en conjunto, o respecto de aquéllos que sean padres de aquél que no provee, según se
trate de insuficiencia de ambos padres, o de uno de ellos, respectivamente. El requisito
de que existan alimentos ya decretados para ejercer la acción representa la regla
general. Pero existen casos en que es también procedente la demanda directa por
insuficiencia, invocando las reglas del cc.
Notas
1
Ley N° 14.908, de 1962.
2
Convención Sobre Derechos del Niño, 1990.
3
Véase sobre el punto, Fueyo (1959), pp. 573-574; Somarriva (1963), pp. 620-622;
Meza (1979), pp. 713-724.
4
Fueyo (1959), p. 574. En el mismo sentido, Meza (1979), p. 724.
5
Convención Americana Sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica,
de 1991.
6
Véase sobre el punto, Ramos (1999a), pp. 23-37 y Ramos (1999b), pp. 125-134.
7
Disponible en Biblioteca del Congreso Nacional, www.bcn.cl. p. 13.
8
Honorables diputadas: María A. Cristi, Glenda Worner, Isabel Allende y Mariana
Aylwin y el honorable diputado Ramón Elizalde.
9
Sobre la exigencia de título o texto legal para demandar alimentos, véase Vodanovic
(2004), p. 51; Gómez de la Torre (2007), pp. 187-188; Etcheberry (1999), p. 22;
Recabarren (2004), p. 190; Orrego (2011), pp. 527-530; Troncoso (2006), pp. 361-
362.
10
En el mismo sentido, Ramos (2007), p. 526; Gómez de la Torre (2007) p. 194.
11
Así lo ha entendido parte de la doctrina. Véase, sobre el particular, Gómez de la
Torre (2007), p. 194; Ramos (2007) p. 526; Orrego (2009), p. 192.
12
La sentencia que se cita en este acápite, y todas las que se señalan en el presente
trabajo, fueron extraídas del sitio web www.intranet.pjud.cl, visitado por el autor con
fecha 19 de junio de 2012.
13
Véase, Schmidt y Veloso (2001), pp. 385-387. En sentido similar, Vodanovic (2004)
pp. 81-82.
14
A modo ejemplar, considérese que tampoco altera la simple conjunción de la
obligación, el prorrateo de las deudas hereditarias, conforme a lo dispuesto en el art.
1.354 del CC, las que no tienen que ser necesariamente iguales. Véase al efecto,
Abeliuk (2003), pp. 371-375.
15
Ley N° 19.968 de 2004. Sin embargo, creemos que la posibilidad de regular
alimentos respecto de los abuelos por acuerdo entre las partes, no solamente puede
materializarse a través del acta de mediación. Por expresa disposición del art. 2451
del CC, puede transigirse sobre alimentos futuros en favor de aquéllos a quienes de
deban por ley. Los abuelos pueden obligarse en virtud de una transacción, y para ser
aprobada deberá cumplir con los requisitos que establece el inciso tercero del art. 11
de la ley N° 14.908. Y para guardar armonía con el estatuto normativo que rige su
responsabilidad alimentaria, agreguemos que, además, deberá cumplirse con la
exigencia de hacerla descansar en la falta o insuficiencia del título preferente. A modo
ejemplar, en la ausencia o incapacidad del padre alimentante.
16
Para un mayor estudio, véase Turner (2011), pp. 469-485. Siguiendo el criterio
sustentado por la autora, los casos en que el juez de familia podría rechazar de plano
la demanda interpuesta contra los abuelos, por no existir una sentencia ejecutoriada
previa que declare la insuficiencia, se encuentran en una zona "gris de indefinición", en
la periferia misma del concepto de manifiesta improcedencia, diferente a las
situaciones de falta de interés protegido, o a la falta de tutela jurídica para ciertas
relaciones jurídicas, de que adolecen algunas acciones, y que conllevan su rechazo in
limine.
17
Sobre el punto, con razón se ha sostenido: "este principio exige que al decidir una
medida, de cualquier índole, que vaya a afectar a un niño, una consideración
primordial a la que se atienda sea el interés superior del niño". Couso (2006), p. 147.
Véase, asimismo, cillero (2003), pp. 53-69; Gómez de la Torre (2011), pp. 725-730.
18
Véase sobre el punto, Fueyo (1959), p. 554; Vodanovic (2004), pp. 3-4.
19
Fueyo (1959), p. 555.
20
Vodanovic (2004), p. 52. En el mismo sentido, Gómez de la Torre (2007), p. 188.
21
Convención sobre la Obtención de Alimentos en el Extranjero, de 1961.
22
En el mismo sentido, Vodanovic (2004), p. 82.
23
Abeliuk (2003), p. 537.
24
Sobre el punto, véase Vodanovic (2004), pp. 211-217.
25
Véase supra, n. 13.
26
Sobre el estado de necesidad que debe concurrir en el alimentario, y la carga de su
prueba, véase Vodanovic (2004), pp. 51-54; Gómez de la Torre (2007), pp. 188-189;
Fueyo (1959,) pp. 559-561; Etcheberry (1999), pp. 123-124.
27
Véase sobre el particular, Vodanovic (2004), pp. 61-63; Etcheberry (1999), p. 125.
28
En sentido similar, Etcheberry (1999), p. 123.
29
Rige además en plenitud lo dispuesto en el art. 329 del CC: "En la tasación de los
alimentos se deberán tomar siempre en consideración las facultades del deudor y sus
circunstancias domésticas".
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