Вы находитесь на странице: 1из 3

Yacimientos de Petroleo en la costa Asturiana.

La explotación de los yacimientos


petrolíferos de la costa asturiana podría
generar 7.000 barriles diarios
Supondría una producción de crudo por valor de 86,5 millones de euros
anuales con los precios actuales Repsol iniciará a mediados de año una
campaña de prospecciones en busca de hidrocarburos frente a la costa
oriental
O. VILLA/OVIEDO

Animada por la alta cotización internacional de los hidrocarburos, la compañía


Repsol emprenderá a mediados de año una campaña sísmica en 1.380 kilómetros
cuadrados del litoral oriental asturiano, donde en las 21 perforaciones que se
efectuaron de 1975 a 1985 por diversas empresas hubo al menos 11 resultados
en mayor o menor medida positivos.

Tres de ellos fueron especialmente llamativos. El primero, en 1975, deparó a Shell


España y Campsa extracciones reales de petróleo del orden de los 7.100 barriles
diarios y pruebas de la existencia de concentraciones del 10% de gases metano y
butano en capas geológicas a 1.500 metros de profundidad bajo el nivel del mar,
22 kilómetros al norte de Ribadesella. El petróleo era de una magnífica calidad,
aceites ligeros, de 37,5 grados en la escala del Instituto Americano del Petróleo
(API), lo que determina un alto contenido en hidrocarburos ligeros (gasóleos y
gasolinas), de mayor valor que los pesados (aceites bituminosas y materiales
asfálticos)

El segundo hallazgo reseñable fue el de la perforación que las mismas empresas


acometieron en 1976 a cuatro kilómetros del anterior. Era una comprobación de la
extensión de la trampa petrolígena del anterior yacimiento, es decir, si la buena
calidad del petróleo obtenido en 1975 se correspondía con una cantidad
apreciable. Los resultados fueron negativos, porque aunque sí se obtuvo petróleo,
fue en menor cantidad (entre 466 y 895 barriles diarios) y con una calidad
diferente, de 35,4 grados API, lo que apunta la presencia de almacenes
separados, a pesar de encontrarse en el mismo nivel estratigráfico.

Ninguno de los dos yacimientos invitaba a acometer las grandes inversiones


necesarias para instalar una torre permanente de extracción, aunque sí, en su
conjunto, avalaban la continuidad de las investigaciones.

Y siguieron, aunque con pocos resultados positivos. Al menos, durante dos años.
En 1979, una espectacular perforación de más de 4.000 metros de profundidad al
norte del cañón de Llanes produjo un no menos vistoso afloramiento brusco de
petróleo a la superficie, lo conocido en términos técnicos como un 'blow out',
aunque se trataba de crudo de alto contenido asfáltico, que no se consideró
económicamente viable. Al menos, no entonces.

Mejores resultados dieron en 1980 y 1981 otras dos perforaciones. En la primera,


costeada a cuatro bandas por Philips, British Petroleum (BP), Getty y Eniepsa, se
llegó a perforar hasta los 4.658 metros de profundidad entre abril y noviembre de
1980. Se buscaba gas, petróleo o ambos en capas profundas de areniscas,
aunque los resultados fueron otros: en capas de piedra caliza se detectaron
concentraciones de entre el 11 y el 20% de gas metano, con trazas de etano y de
propano.

Mucho más prometedora fue la investigación de Shell y Campsa entre noviembre


de 1980 y febrero de 1981, de nuevo en la vertical de Ribadesella, apenas a tres
kilómetros de las perforaciones exitosas de 1975. Gracias a aquéllas, se sabía que
había una capa de arenas con alto contenido en petróleo, y lo que se pretendía
era definir su extensión real. Inicialmente, se obtuvieron petróleos de buena
calidad.

Cuando se alcanzaron profundidades de entre 1.450 y 1.465 metros, se encontró


lo que se buscaba: petróleo infiltrado entre arenas turbidíticas, en una posición
muy similar a la de los sondeos de 1975. Era petróleo de 35,4 grados API, en el
que las pruebas de extracción daban un máximo de 3.130 barriles diarios. Si se
sobrepasaba dicho límite, el crudo incluía muchas arenas.

Más de 23.000 barriles

La prueba se mantuvo hasta llegar a extraer 23.238 barriles en total, a lo que hubo
que añadir, de forma inesperada, el hallazgo de una capa de calizas porosas de
unos diez metros de profundidad, entre los 1.159 y los 1.169 metros, en la que el
contenido de petróleo era de tal concentración que, tras acidificar el pozo, permitió
durante las pruebas la obtención de hasta 5.000 barriles al día de crudo ligero, de
34,3 grados API.

Posteriormente, las investigaciones se mantuvieron todos los años hasta 1985,


aunque con resultados menos reseñables, y finalmente las petroleras decidieron
archivar los expedientes asturianos, aunque sin cerrar del todo la puerta a retomar
las perforaciones, como se hará este año.

El resultado científico de aquellos once años de investigaciones resulta, con todo,


altamente interesante. De las campañas sísmicas (barcos que emiten ondas
sísmicas para sondear la estructura geológica del subsuelo submarino) y las
posteriores perforaciones se deduce que la plataforma costera asturiana es
generadora de petróleo y gas natural, y que tiene rocas almacén con las
características idóneas de porosidad y permeabilidad para contener depósitos de
hidrocarburos. Sin embargo, la compleja estructura geológica encontrada dificulta
que se encuentren yacimientos estables que tengan las dimensiones mínimas
adecuadas para permitir extracciones rentables.
Sin embargo, expertos en geología consultados por este periódico consideran que
los yacimientos sí pueden ser rentables «con los nuevos métodos de prospección
y de extracción», ya que la tecnología ha abaratado estos procesos, a lo que hay
que sumar que «el precio del crudo no parece tener tendencia a la baja, sobre
todo con la emergencia de China, que apenas puede cubrir hoy el 40% de sus
necesidades, como gran consumidor de petróleo».

El optimismo sobre lo que a día de hoy sólo es el anuncio de una campaña de


sondeos sísmicos se atempera desde la perspectiva de los propios expertos en
geología, que aseguran que los «6.000 ó 7.000 barriles diarios que se podrían
obtener harían que la empresa instalase una pequeña explotación, a la que traería
poco personal y muy especializado, de lo que Asturias apenas se beneficiaría».

A precios actuales (33,88 euros por barril), tal producción supondría entre 203.280
y 237.160 euros diarios, o de 74,2 a 86,5 millones de euros anuales. ¿Será
rentable para las petroleras? ¿Mejoraría la expectativa si sube el precio del crudo?
Sólo los secretos del subsuelo tienen la respuesta.

Вам также может понравиться