¿Para qué sirve la Sociología?

Si bien en sus comienzos fue (y todavía lo es) parte indivisa del grupo de las ciencias sociales,
tales como la Historia, la Economía, la Antropología o la Filosofía, con el tiempo pudo lograr el
carácter de ciencia autónoma e independiente. Definiremos a la Sociología, como aquella ciencia
social que se ocupa del estudio de la sociedad y los fenómenos de esa sociedad; la relación social y
los grupos que la conforman. Para ello, estudia los cambios existentes en la sociedad que se dan
mediante la interacción social, mediante el uso de técnicas de investigación prácticas, como
encuestas, entrevistas, historias de vida y observaciones de tipo etnográficas, elaboración de
teorías y valoración lógica de los argumentos.

Aunque cuenta con antecedentes previos de épocas mucho más primogénitas, como ciencia
social emergente surgió durante la Revolución Industrial y la Revolución Francesa, más
precisamente, en Francia. Sus primeros autores que le dan el status de ciencia fueron Durkheim,
Marx y Weber.

La sociología es una ciencia en permanente actividad, eso le da el carácter de ser dinámica.

Une los saberes recibidos con las nuevas experiencias. Se distingue de otras disciplinas por el
tipo de interrogantes que plantea.

Posee distintos tipos de perspectivas y principios de interpretación, se opone a la singularidad de las

visiones del mundo. Es decir, habla en nombre de la generalidad. Tiene la particularidad de visualizar
las acciones humanas como partes de una estructura más amplia. Por esta razón, la experiencia de la
gente común es considerada la materia prima de la Sociología. Los individuos son considerados
partícipes activos del proceso. Vivir en sociedad requiere de un conocimiento para poder relacionarse
con los otros, éste es el “sentido común”. Este se encarga de relacionar lo social con lo individual. La rutina
moldea al sentido común mientras que éste moldea a la rutina. También, es correcto decir que el sentido
común depende de su carácter autoevidente y del no cuestionamiento de sus preceptos, particularidad que lo
difiere con el “pensamiento sociológico”.
Este último, si bien posee un vínculo con el sentido común, tiene más para ofrecer. Pensar sociológicamente es
dar sentido a una condición humana a través de un análisis de las múltiples redes de dependencia humana
que ya mencionamos anteriormente. Pensar de esta manera nos hace más sensibles y tolerantes a la
diversidad, debido a que permite pensar a quienes nos rodean en términos de sus esperanzas, deseos,
preocupaciones e intereses.
Tal como afirma Pierre Bourdieu “La sociología provoca miedo porque saca el velo que existe entre cosas
escondidas y a veces reprimidas”