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Luis Eduardo Arenas Gómez - 187595

Instituto de Ciencias Sociales y Administración

Licenciatura en Derecho

Isaac Duran Navarro

Primer semestre

Reporte de lectura “¿¿Qué es el derecho?? Lenguaje y derecho.”


El autor comienza narrando un día en su vida, específicamente el día que nació su
tercer hijo, meses antes de que terminara el año 1999. Podemos darnos cuenta
que; entre otras cosas, gracias al despertador de mesa, se despertó a las 4:30
a.m., su perro necesitaba hacer sus necesidades diarias, su hogar es rentado,
parte de su desayuno consistía en pastelillos extranjeros, etc. Todo relatado de la
manera más sencilla.
Posteriormente, el autor nos relata el mismo día pero desde una óptica diferente,
ahora con un lenguaje técnico. Aquí podemos darnos cuenta que:
 Su despertador funciona gracias al pago puntual a la compañía de luz,
producto de un acuerdo jurídico.
 Su mascota, si bien es posible que haya tenido dueños antes de él, ahora le
pertenece gracias al artículo 874 del Código Civil.
 La renta de su hogar fue posible a un contrato de arrendamiento.
 Los pastelillos llegaron hasta su hogar gracias a un tratado de libre
comercio entre América del Norte.
La razón de ofrecer la segunda perspectiva es ejemplificar la existencia de “cajas
negras”. Es decir, aquello que funciona sin que nosotros sepamos el cómo.
Nuestra vida diaria, sin saberlo, está impregnada de eso que llamamos Derecho.

El Derecho forma parte de nuestra historia desde tiempos antiguos. Uno de los
registros más antiguos que se tienen es la piedra de Hammurabi, donde se
encuentran grabadas más de 200 leyes que regían la conducta de los ciudadanos
en Babilonia.

Comprender el Derecho nos permite comprender cuestiones tan cotidianas como


por qué algunas personas son encarceladas, la declaración de impuestos, como
los jueces resuelven casos.
De no comprender el Derecho, podemos pensar que todas estas cuestiones son
resultado de magia, de procesos inexplicables. Quizás no suene tan malo no
entender cómo funciona, pero de no comprender su funcionamiento, podemos ser
susceptibles a ser víctimas de “magia negra”; el Derecho usado como un
instrumento para fines mezquinos.
“¿Qué es el derecho?”. Pocas preguntas han acarreado tantos libros y debates
tratando de responder a cabalidad la cuestión. Para el autor, el impedimento para
resolver con satisfacción la pregunta se centra en la forma en que esta está
formulada.
“¿Que es x?” He ahí el origen del problema. Corría el año 381 a. C. cuando Platón
pública una de las obras más importante de la literatura occidental; La república.
En dicha obra se expone la alegoría de la caverna. Quien se encuentre en el
interior de la caverna, solo puede ser testigo de luces y sombras. Estos juegos de
luces y sombras, no serían más que aquello que nosotros podemos percibir a
simple vista, una mesa por ejemplo, pero sin ver aquello que hace que la mesa
sea una mesa y no otra cosa. Ese aquello es la esencia de las cosas. Para Platón,
el verdadero conocimiento consiste en conocer la esencia y no la realidad física de
tal cosa.
Desde entonces, el pensamiento occidental ha ido en búsqueda, sin mucho éxito,
de la esencia. Después de todo, ¿Es posible cazar una esencia?, Si no se puede
ver ni toca, ¿Cómo sé que la encontré? Con mucha frecuencia, los estudiantes de
derecho se les hacen creer que solo existe una única definición de Derecho, es
decir, aquella que corresponde a la esencia.
El meollo del asunto no es “¿Qué es x?”, sino “¿Qué significa la palabra x?”.
Citando al autor “Mientras en la primera pregunta se inquiere por una esencia, en
la segunda se cuestiona el significado de una palabra, y ello implica
consecuencias sumamente importantes para el esclarecimiento del pensamiento y
una comunicación adecuada.”
La primera pregunta es de índole metafísica, la segunda de índole lingüística.
Como vimos, la primera pregunta solo tiene una respuesta, pero la segunda tiene
varias acepciones.
Signo lingüístico.
Antes vimos como la postura metafísica solo acepta una respuesta como correcta,
sin embargo, para Ferdinand de Saussure, esto es incorrecto. Para el pensador
suizo, las expresiones y su correspondiente significado es consecuencia de un
proceso cultural, y como esta es cambiante, no existe una relación definitiva entre
la expresión y algunos de sus significados. Esta postura recibe el nombre de signo
lingüístico. En términos simples, es cuando una palabra (ya sea escrita o hablada)
recibe el nombre de significante, y su evocación mental el nombre de significado.
Una palabra puede tener más de un significado. Esto se llama polisemia. Cuando
comprendemos la polisemia, nos damos cuenta que la relación entre significante y
significado no es necesaria, sino casual. Así nos damos cuenta que no existe una
única y definitiva definición de una palabra, sino que evoluciona junto con la
cultura.

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