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El ordenamiento jurídico. Sus caracteres. El ordenamiento jurídico como estructura. La unidad del
ordenamiento jurídico. La jerarquía de las normas. La validez. La norma fundamental y el
principio de efectividad. La coherencia del ordenamiento. El problema de las antinomias. Los
criterios de solución. La plenitud del ordenamiento. El problema de las lagunas de la legislación.
Las clases de lagunas. Los modos de solución. La pluralidad de los ordenamientos.
El ordenamiento jurídico como sistema o estructura. Las normas que integran el ordenamiento jurídico
nos muestra que hay un orden entre ellas, que se encuentran vinculadas unas con otras, a través de
relaciones de supraordinación, de subordinación y de coordinación.
Un sistema es un conjunto ordenado de elementos según un común principio ordenador donde a cada parte
se le asegura en el todo, su lugar y su función. El derecho visto como ordenamiento jurídico es un conjunto de
normas y principios organizados y relacionados de un modo coherente y que forman una unidad.
Marx distingue las estructuras de base de las estructuras superiores o superestructuras. Las estructuras de
base integradas por los modos de producción y por las relaciones sociales que de ellos se infieren, constituyen
la base que fundamenta y condiciona a las estructuras superiores o superestructuras, constituidas por los
sistemas jurídicos, políticos, morales, religiosos y por las ideologías.
Desde la perspectiva de la matemática, una estructura presupone las siguientes características:
a. Constituir una totalidad
b. Dinamicidad
c. Capacidad de autorregulación.
Toda estructura es una totalidad dinámica, capaz de sufrir transformaciones internas en los elementos que la
constituyen sin perder su identidad. La estructura posee en sí misma una capacidad de autorregulación, lo que
supone la posibilidad de prevenir y corregir los errores o desviaciones. Las estructuras son en un cierto sentido
sistemas cerrados, lo que no excluye, que cada una de ellas pueda ser incluida, como una subestructura, de
una estructura más amplia que la englobe o contenga.
El ordenamiento jurídico constituye una estructura en sentido técnico, porque el conjunto de las normas que lo
integran no conforman, como ya hemos señalado, un simple agregado de normas inconexas, sino una
totalidad. Las normas se encuentran entre sí, y con el todo resultante, en relaciones de coordinación y de
subordinación. Estas relaciones se establecen entre normas de distinta jerarquía del ordenamiento, lo que
supone que cada norma obtiene su validez de una norma de grado superior hasta llegar a la norma primaria
que le da validez a todo el ordenamiento y le confiere unidad.
El problema de la validez de las normas primarias: la norma hipotética fundamental. Dentro del
ordenamiento la validez material y formal de cada norma deriva de las normas de grada superior, hasta llegar
a la primera constitución o norma primaria en sentido absoluto, cuya validez no deriva de ninguna otra norma
del ordenamiento.
Kelsen sostiene que es necesario presuponer la existencia de una norma hipotética fundamental, que es la que
otorga validez a las normas constitucionales. Esta norma fundamental otorga al poder constituyente originario
la facultad de dictar la primera constitución y establece la obligación de los miembros de la sociedad de
obedecer los mandatos de este poder constituyente originario, presupuesto necesario para dar validez y
unidad a todo el ordenamiento jurídico.
En consecuencia se afirma que la validez y la efectividad coinciden en el vértice, un ordenamiento será válido,
en definitiva, si lo establecido en su primera constitución es efectivamente cumplido por la generalidad de los
destinatarios de sus preceptos. Una norma válida puede no ser efectiva, pero un ordenamiento debe ser
mínimamente efectivo para ser válido.
La coherencia del ordenamiento jurídico. se relaciona con un problema de exceso de normas, dos o más
normas reglan una misma conducta. Un ordenamiento es coherente cuando hay ausencia de normas
incompatibles, es decir cuando no hay más de una norma aplicable que regule un determinado caso o
conducta. En el caso de exceso podemos distinguir dos situaciones:
- La redundancia: existe cuando encontramos dos normas que tienen el mismo supuesto de hecho y
las mismas consecuencias jurídicas. Se produce cuando encontramos dos normas que se repiten. Es
habitual encontrar normas semejantes, pero que no implican redundancia. Para que se de entre dos
normas deben darse tres requisitos:
o Que el supuesto y la consecuencia de ambas normas coincidan
o Que las normas pertenezcan al mismo ordenamiento
o Que coincidan total o parcialmente los ámbitos de validez
- El problema de las antinomias: son otra inconsistencia normativa. Hay una antinomia en el
ordenamiento jurídico cuando encontramos dos normas que tienen el mismo supuesto o condición pero
las consecuencias son incompatibles. O sea las normas incompatibles regulan entre sí la misma
conducta. Además de la incompatibilidad lógica, para que haya una antinomia es necesaria la presencia
de otros dos requisitos: la pertenencia al mismo ordenamiento y el mismo ámbito de validez. En
relación con la pertenencia al mismo ordenamiento encontramos tres posibilidades: cuando las dos
normas pertenecen al ordenamiento de un mismo país, otra, cuando las dos normas pertenecen a
distintos ordenamientos, y otra cuando aparecen situaciones dudosas ya que la incompatibilidad se da
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entre normas de un ordenamiento positivo y del derecho natural. El tercero requisito para la existencia
de antinomial es que las normas incompatibles lógicamente tengan el mismo ámbito de validez
espacial, materia, temporal y personal. El ámbito espacial se refiere al territorio sobre el cual una
norma produce consecuencias jurídicas, el ámbito temporal se refiere al momento, al tiempo de
aplicación de las normas, el ámbito material se refiere a la materia o tipo de objeto regulado por la
norma.
Las clases de antinomias. Respecto a la coincidencia de los ámbitos de validez se distingue entre antinomia
total-total, parcial-parcial y total-parcial.
La antinomia será total-total cuando los ámbitos de validez de las normas sean totalmente coincidentes, no
pudiéndose aplicar en ningún caso, ninguna de las dos normas sin que entren en conflicto.
Será parcial-parcial cuando la coincidencia entre las normas es sólo en parte. Cada norma tiene en este caso
un campo de aplicación que entra en conflicto con la otra y otro campo donde se puede aplicar sin provocar
conflicto.
Las del tipo total-parcial se da cuando una de las normas no puede ser aplicada en ningún caso sin entrar en
conflicto con la otra, que tiene un campo de aplicación adicional donde puede ser aplicada sin entrar en
conflicto con la primera.
La antinomia será propia cuando concurren todos los requisitos indicados. Es cuando las dos normas son
incompatibles lógicamente, pertenecen a un mismo ordenamiento y coinciden los ámbitos de validez, e
impropias cuando concurren sólo alguno de ellos.
Criterios de solución de las antinomias. La solución de las antinomias pasa por la eliminación o
derogación de una de las normas que se encuentran en conflicto.
Existen varios criterios:
- El criterio jerárquico: establece que la norma superior o primaria, es decir la de mayor jerarquía,
prevalece sobre la inferior, secundaria o de menor jerarquía.
- El criterio temporal: señala que la norma posterior deroga o prevalece sobre la norma anterior.
- El criterio de especialidad: prescribe que la norma especial deroga a la norma general.
Existe la posibilidad de que los criterios indicados sean insuficientes para resolver el conflicto, o que en la
solución de la antonimia entren en conflicto los criterios entre sí, o sea, que la aplicación de uno de ellos
proporcione una solución distinta a la que resulta de la utilización de alguno de los otros. En estos casos nos
encontramos con una antinomia de criterios dentro de otra antinomia normativa, o de un conflicto de segundo
grado.
Ante la primera situación, de insuficiencia de criterios, que se produce cuando las normas incompatibles tienen
el mismo grado jerárquico, poseen el mismo ámbito de validez temporal, personal, material, y espacial de
validez, las normas incompatibles se anulan entre sí, existiendo por lo tanto un verdadero vacío normativo que
el juez deberá llenar considerando válida una sola de las normas, o conciliándolas introduciendo
modificaciones parciales a cada una de ellas.
En el segundo supuesto, cuando la antinomia se da entre las soluciones proporcionadas por los criterios
utilizados, se admite, que prevalezca el criterio jerárquico sobre los otros dos.
Clasificación de las lagunas legislativas. Pueden ser clasificadas según distintos criterios:
- Su causa u origen: según este criterio se clasifican en:
o Lagunas subjetivas voluntarias: se producen cuando el legislador decide por algún motivo
no regular un determinado caso o situación. En determinadas materias el legislador se limita a
orientar al aplicador del derecho, dejando que sea éste quien complete la regulación.
o Lagunas subjetivas involuntarias: aquellas que surgen por el descuido o imprevisión del
legislador.
o Lagunas objetivas: son las que se producen por el desarrollo y la creciente complejidad de la
vida social, que hace aparecer supuesto que no pudieron ser previstos por el legislador.
- Según con las otras normas se clasifican en:
o Extra legem: surgen del grado de concreción de la ley. Si la norma es muy concreta, es
probable que deje muchas circunstancias sin regular.
o Inter legem: aparecen cuando la norma es demasiado general y típica. El legislador regula la
conducta de una manera muy general y al interior del ámbito de aplicación de la norma,
quedan situaciones sin contemplar.
- Según su propia naturaleza: se clasifican en:
o Aparentes o impropias: son aquellas que pueden ser llenadas a partir de elementos del
propio ordenamiento
o Reales o propias: para su solución requieren la utilización de recursos que están fuera del
ordenamiento.
La integración de las lagunas legislativas: existen dos mecanismos de integración según los medios
utilizados para llenar las lagunas legislativas:
- Mecanismos de autointegración: cuando se recurre a instrumentos o medios proporcionados por el
propio ordenamiento (la analogía)
- Mecanismos de heterointegración: las lagunas son integradas utilizando elementos externos al
ordenamiento (el derecho comparado).
La pluralidad de los ordenamientos jurídicos. El ordenamiento jurídico está constituido por un conjunto
de normas cuya validez deriva de una única norma primaria, este hecho no imposibilita la existencia de una
pluralidad de ordenamientos jurídicos. Esto no se deriva de la multiplicidad de los estados, debido a que cada
uno tiene su propio ordenamiento, sino también de la pluralidad de ordenamientos que surgen de otras
instituciones sociales que se ubican, en el interior del estado.
El ordenamiento jurídico internacional y el llamado derecho comunitario, constituyen ejemplos de
ordenamientos que se encuentran por encima del estado. Dentro se colocan los ordenamientos jurídicos
parciales, como los ordenamientos provinciales y/o municipales, los religiosos, etc.
Se sostiene que en los casos en los que existe la sustitución de un ordenamiento jurídico preexistente por uno
nuevo, para el derecho interno el viejo ordenamiento es recibido por el nuevo, al menos en las partes en que
no esté expresamente modificado, mientras que para el derecho internacional, la personalidad jurídica del
estado anterior, continúa en el nuevo, que asume todas las obligaciones y derechos internacionalmente
asumidos por el primero.