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¿Cómo influyen las redes sociales con nuestra forma de hablar, pensar,
decidir?
Para nadie es un secreto que las redes sociales tienen un efecto de amplio alcance
en la sociedad, y es que como no, si para ser parte de estas se debe ser partícipe
de la lectura, escritura, observación y/o manejo de un determinado tema, o
simplemente de una conversación o suceso que acontezca en su ‘biografía’ o la de
un ‘amigo’ de tus redes. La cuestión es la afectación que esta participación genera
en la sociedad, específicamente en la modificación del lenguaje, el pensamiento e
incluso, la capacidad de decisión. Muchas personas hacen publicaciones de textos
o fragmentos de textos no propios que se atribuyen a sí mismos para parecer
letrados frente al público que tengan en su red social, lo cual es sumamente, no
sabría si vergonzoso o lamentable, pues degradan las normas que rigen el habla y
violan abiertamente la propiedad intelectual; pero como es una red social suele
suceder que no hay quien les llame la atención por ello, razón por la cual, este acto
de aparentar ser un letrado, filósofo o muy sabio, se ha vuelto tan común hoy día en
las redes sociales. Ahora, qué pasa con este hecho, pasa que la juventud,
principalmente, pasa tanto tiempo en estas redes, que empiezan a adoptar tales
mañas como la mencionada antes, en su diario vivir, evento que se ve reflejado en
los altos índices de plagio que se registran a diario en las instituciones de educación;
sin embargo, no quiero decir que expresarse sea malo, a lo que me refiero es a la
forma de hacerlo, a la semántica a emplear, a la determinación del momento y
contexto en el cual se va a expresar. Como mencioné antes, las redes hacen que
las personas pasen demasiado tiempo en ellas, por ello no es extraño ver que
alguien haga una publicación con una ortografía o un léxico muy pulcro o, por el
contrario, muy ‘sucio’; pues en el afán de abreviar todo se tiende a escribir ‘ola k
hace’ y no hola, ¿qué hace?, como lo demanda la lógica del idioma castellano, esta
cuestión genera problema al momento de discernir la situación y público al cual se
va a dirigir la publicación, y es el principal factor que altera la forma de hablar de
una persona, pues no siempre se comprende el contexto de cada publicación a
realizar.
Por otro lado, la capacidad de decisión se puede ver fuertemente alterada cuando
la persona no tiene un nivel de información adecuado sobre un determinado tema,
o porque tal vez tiene dudas respecto al mismo y cree que lo que observó en una
publicación determinada es respuesta a su cuestión; en este caso juega
nuevamente la variable de discersión, pues si no se está en la capacidad de
distinguir entre lo realmente adecuado para una situación, la persona tiende a
escoger – por facilidad en algunas ocasiones – adoptar las opiniones de otros y
hacerlas propias. Pienso que para el tema de opinión, las redes sociales son una
herramienta ambigua que dependen netamente de la percepción delo usuario, si yo
soy una persona que deseo entender un tema a fondo, no voy a quedarme con una
publicación, a menos que ya tenga antecedentes del tema que esta trata; de lo
contrario, yo voy a indagar en otras publicaciones, redes o web sobre el tema y me
haré mi propia opinión; pero, si yo soy una persona que poco entiendo de una tema,
que me da tedio desmenuzar más, que pienso que las palabras escritas allí suenan
‘lindas’ yo haré esa publicación parte de mis opiniones, aún si aquella está
perfectamente acertada o errada. Para determinar qué es y que no es, así como
para estar en la capacidad de respetar aquellas publicaciones que para nuestro
punto de vista ‘no es’, lo que se necesita, vuelvo a mencionarlo, es estar en la
potestad de discernir; de desmembrar un tema u opinión hasta formar una noción
propia que sea o no la errada, será autónoma y perfectamente argumentable, pues
parte de una hipótesis que hemos formado de nuestro escudriñar del tema.