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INTRODUCCIÓN

La Economía Social debe estar estrechamente ligada al desarrollo ecoómico de los sectores populares
más desposeídos esta, establece categorías muy claras en cuanto a sus formas de organización
empresarial bajo los principios de solidaridad, complementariedad y cooperación en contra posición al
de libre mercado y competencia. Su objetivo esencial es la búsqueda de la Soberanía y Seguridad
Alimentaría. Es la oferta de una postura diversificadota que supere la formación Monopolica presente
en nuestro mercado de alimentos y productos esenciales, es la búsqueda de mecanismos diferentes con
el auspicio del Estado para enfrentar la inflación cuyo flagelo echa por tierra todos aquellos esfuerzos
en haber logrado el crecimiento sostenido pero que aun no ha producido los necesarios y esperados
impactos sobre la redistribución del ingreso y de la riqueza que la sociedad genera.
Finalmente la Economía Social Solidaria puntualiza el énfasis sobre las tareas formativas de las
comunidades autogestionarias como poderes populares y células primarias de articulación de este
sistema productivo, siendo el sitio donde decantan la mayoría de los esfuerzos y de las tareas
especificas de este orden, en la medida en que se vayan constituyendo. Desde ellas tenemos por delante
una larga tarea de formación que debe comenzar por establecer las bases de una amplia campaña de
“alfabetización productiva” de la población que permita homologar y enriquecer los conocimientos
técnicos, gerenciales, organizacionales, tecnológicos, societarios, históricos, culturales, que nos pongan
a tono con el reto revolucionario planteado.

MARCO CONSTITUCIONAL PARA LA PARTICIPACIÓN POPULAR EN EL SISTEMA SOCIO


ECONÓMICO DEL PAÍS
Una de las características de la Constitución venezolana aprobada en 1999, es la inclusión de diferentes
mecanismos de participación popular, consagrados como derechos políticos de los ciudadanos. Entre
ellos cabe destacar las diversas formas de participación en la esfera socio-económica, en los cuales se
incluyen las instancias de atención ciudadana, la autogestión, la cogestión, las cooperativas en todas sus
formas incluyendo las de carácter financiero, las cajas de ahorro, la empresa comunitaria y demás
formas asociativas guiadas por los valores de la mutua cooperación y la solidaridad” (art. 70).
El establecimiento de este derecho constitucional ha servido como punto de partida para que los
órganos gubernamentales orienten su apoyo institucional y financiero hacia las agrupaciones de
ciudadanos que se organizan bajo las figuras ya mencionadas. Inicialmente se concentró la atención en
el sector de las cooperativas, dando origen a la creación de miles de iniciativas de este tipo, en la
búsqueda del apoyo oficial. Sobre esta experiencia, se estima que hasta mediados de 2005, se habían
creado en el país más de 74 mil cooperativas, pasando Venezuela a ocupar el segundo lugar a nivel
mundial entre los países con mayor número de casos, después de China. Algunos expertos, afirman que
la experiencia no ha sido la más favorable, ya que muchas de estas nuevas organizaciones solo se han
formado para recibir los recursos prometidos por el gobierno. Para él, la cooperativa impulsada
actualmente, a diferencia de las que sobreviven desde períodos anteriores, se caracteriza por lo
siguiente:
No conoce la autogestión ni el autofinanciamiento, sino que son ciento por ciento financiadas por el
Estado; las cooperativas se han convertido en un instrumento de distribución del ingreso petrolero por
parte del Gobierno. Pero de paso el sistema es tan malo, tan pobre y tan improvisado, que la gran
mayoría de los créditos que se entregan a las cooperativas son a fondo perdido porque apenas se
entrega el primer lote de dinero, la cooperativa desaparece.
La experiencia del programa de apoyo gubernamental a las cooperativas muestra algunos logros, como
el estímulo a la iniciativa productiva de microempresarios y población en situación de desempleo
formal, pero debe ser evaluado objetivamente para detectar sus debilidades y diseñar planes de acción
que permitan su permanencia sustentable. En todo caso, los puntos a favor y en contra de este programa
gubernamental han servido como referencia para la promoción de nuevos programas que impulsan la
participación popular en el campo económico, como lo establece el texto constitucional. Es así como
durante el año 2005 se comenzaron a impulsar las figuras de la cogestión y las empresas de producción
social (EPS), que junto con las cooperativas, los microcréditos y el apoyo a la pequeña y mediana
empresa (PYME), se toman como puntas de lanza de los programas oficiales orientados a la
consolidación de la “economía popular.
Son diversos los temas de discusión que surgen a raíz de estas acciones gubernamentales, ya que cada
una de ellas tiene implicaciones políticas, jurídicas, económicas, sociales, ambientales, e incluso
institucionales. En este escrito se plantearán algunas reflexiones relacionadas especialmente con los
mecanismos de cogestión que vienen promoviéndose en el país, analizados desde una perspectiva
económica.
Es necesario aclarar el significado del término “cogestión, para diferenciarlo de otros esquemas de
participación en las decisiones económicas. Al respecto puede citarse a Sabino (1991: 1), quién la
define como:
Participación de los trabajadores en la gestión de la empresa a través de representantes suyos en el
directorio y en algunas otras instancias de gestión: gerencias, departamentos, etc. La cogestión puede
ser una derivación de la copropiedad de la empresa o puede ser independiente de ésta, como resultado
de leyes que la imponen.
En este sentido, se diferencia de la autogestión, ya que esta se refiere a aquellos casos donde los
trabajadores toman las decisiones gerenciales en forma independiente, sean o no propietarios de la
empresa; por otro lado, las cooperativas se conforman por un grupo de socios que comparten sus
servicios y sus ganancias, y que eligen una junta directiva que tome las decisiones generales. Otro
término con el que puede confundirse la cogestión es el de copropiedad, donde los trabajadores poseen
una porción significativa de las acciones de la empresa, hecho que puede dar cabida a la aplicación de
mecanismos cogestionarios.
Para el caso venezolano, las experiencias de cogestión que se vienen aplicando en el sector empresarial,
no parten de la copropiedad de la firma, sino que se basan en la expropiación por parte del Estado de
empresas en crisis, declaradas como utilidad pública, y entregadas a los trabajadores para que sean
coadministradas por ellos y por los directivos designados por el gobierno. Se han dado otros casos en
los cuales los propietarios privados, con la finalidad de acceder a planes de financiamiento del sector
público, aceptan la cogestión dentro de sus estructuras directivas, sin compartir la propiedad de la
empresa. En todo caso, los mecanismos de cogestión que comienzan a aplicarse en el país no se basan
en la copropiedad de empresas, sino en la aplicación voluntaria de los propietarios, sean estos del sector
público o del privado.

TIPOS DE EMPRESAS DE LA ECONOMÍA SOCIAL QUE EMPUJAN HACIA LA


TRANSFORMACIÓN DEL SISTEMA SOCIO ECONÓMICO

El criterio es que el trabajo necesario socialmente para la producción de las materias primas reciba una
remuneración proporcionada, lo cual comienza a ser realidad al eliminar el trabajo asalariado, aunque
se requieran transformaciones en la esfera de la circulación.
Luego, un elemento de valiosa importancia; lo constituye la defensa del medio ambiente por lo que se
renuncia a producir con costes medioambientales no reparables a corto plazo y a la producción de
artículos nocivos, dañinos y destructivos. En consecuencia se propone una producción mixta, mercantil
y de autoconsumo fomentando la producción de valores de uso; muy especialmente en la agricultura.
La Economía Social debe apoyarse en experiencias concretas, donde el capital empiece a quedar bajo la
dirección de grupos y colectivos de trabajadores/as; donde el tipo y forma de empresa u organización
empresarial; no solo sean de Cooperativas o Pymes sino aquellas cuya propiedad y orientación sea de
carácter social
La Economía Social, popular, comunitaria, cooperativa o comunal; puede adoptar varias formas; de
cuya investigación se podrán inferir sus principios de actuación.
• Tipos de Producción Campesina Asociativa (TC-A):
Aquí agruparemos todas aquellas experiencias de pequeños propietarios de capital agropecuario que
produciendo en autogestión sobre la base exclusiva de su propio trabajo familiar o individual, han
llegado a establecer formas de asociación con otros semejantes para compartir medios de producción,
crédito, servicio y fuerza de trabajo; con la finalidad de reducir los costos de producción y por tanto el
valor de sus mercancías de forma que puedan competir en precios en el mercado abierto.

• Tipos de Producción Campesina Cooperativa (TC-C):


Son todas aquellas experiencias de colectivos y cooperativas de trabajo y capital agropecuario que
producen para el mercado sin emplear trabajo asalariado.
• Tipos de Producción Urbana Cooperativa (TU-C):
Son todas aquellas experiencias concretas de tipos de propiedad colectiva y cooperativa de trabajo y de
capital industrial, manufacturero o artesanal, urbanos; que producen mercancías finales, mediante el
empleo de fuerza de trabajo exclusivamente de los mismos dueños del capital.
• Tipos de Comercialización Urbana Cooperativa (TCU-C):
Son todas aquellas experiencias concretas de propiedad colectiva y/o cooperativas de capital empleado
para la comercialización de mercancías producidas por los tipos campesinas (TC-A) y (TC-C), en las
ciudades. La cooperativa de comercialización actúa como un agente de los mismos productores
asociados o cooperativizados, proveedores de los productos. Estos reciben precios suficientes para
recuperar, como mínimo, los costos de producción campesina y así evitar caer en la tendencia a la
pobreza.
• Empresas de Producción Social Comunitarias (EPSC):
“Las Empresas de producción social, son entidades integrales cuya misión se fundamenta en la
formulación e implementación de nuevas formas de producción social eficientes, acompañadas de
procesos de distribución de beneficios con justicia, equidad y reciprocidad entre toda la comunidad
participante; a través de la utilización de técnicas propias y tecnología de vanguardia, en el contexto del
socialismo bolivariano” (Maria Mas H, 2007).
Como se desprende de la anterior definición; las empresas de producción social son entidades
integrales, ellas pueden ser empresas de carácter mercantil, civil o cooperativas pero con la misión de
establecer nuevas formas de producción social y eficientes con una distribución de sus excedentes o
beneficios en base a principios de justicia, equidad y reciprocidad hacia toda la comunidad que
participa y el uso de técnicas y tecnología de punta en el contexto del socialismo bolivariano.
• Tipos en transición de economía de mercado a economía social (TEM-TES):
Son todas aquellas experiencias de producción de mercancías con capital propio individual que
renunciando a la lógica del lucro capitalista pasan a basarse gradualmente en la autogestión, adoptando
formas asociativas con alguna de los tipos anteriores de economía social, en la búsqueda de redes mas
amplias de economía social y siempre sobre la base de ir prescindiendo gradualmente del empleo de
trabajo asalariado.

OTRAS FORMAS INNOVADORAS NECESARIAS PARA LA TRANSFORMACIÓN


En la actualidad, se acepta –y repite– que la sociedad vive tiempos de enormes cambios, tanto en los
aspectos de la realidad concreta como en el plano de las ideas. Una época de transición, se dice, en que
resulta necesario no aferrarse a las viejas nociones y conceptos, para dar paso a nuevos enfoques
renovadores (puede que hasta a un nuevo paradigma) capaces de conservar lo positivo de la experiencia
histórica, pero también de enfrentar y resolver las cuestiones presentes de manera creativa y eficaz.
En tanto se examina con cuidado y una mirada amplia, despojada de sectarismos y prejuicios, esta
realidad hoy envolvente, contextuada como es sabido en este capitalismo prebendario y depredador que
se establece en el marco de la globalización, se descubre que los excluidos y carenciados sobreviven a
sus problemas inventando centenares y centenares de soluciones parciales e improvisadas, espontáneas
o no, en su mayor parte predominantemente subordinadas a la satisfacción de sus necesidades y a la
calidad de los vínculos socioculturales, y no a la lógica de la explotación del trabajo ajeno.
De esta manera, pueden enumerarse iniciativas individuales, familiares, asociativas o comunitarias que
emergen en el campo de las acciones económicas y societarias populares, impulsando incluso
verdaderos emprendimientos e iniciativas que denominamos sociales por su lógica más profunda y sus
resultados (crear sociedad). Entre las formas organizativas tradicionales y emergentes que comparten
estos atributos relacionales se señalan:

• Asociaciones culturales de encuentro comunitario y de afirmación de identidades (barriales, de


género, étnicas, deportivas, generacionales, etcétera);
• Redes de ayuda mutua, seguro social, atención de catástrofes y eventos atmosféricos
regionales/locales, familiares o personales;
• Mutuales de trabajadores asalariados del Estado y/o del capital por iniciativa o no, de orden sindical;
• Cooperativas previsionales sin fines de lucro;
• Grupos de formación y capacitación continua y equipos de investigación y de cooperación técnica con
fines comunitarios;
• Banca social o solidaria que capta los ahorros populares y los canaliza hacia el crédito social
generador de empleo y mejores condiciones de vida;
• Agrupamientos asociativos para crear lugares de encuentro de experiencias, de reflexión,
sistematización y aprendizaje colectivo;
• Redes de trueque y redes de comercio justo (en general internacionales) organizando mercados
solidarios, con o sin dinero de curso legal de por medio

IDEAS PARA LOGRAR LA TRANSFORMACIÓN


SOCIOECONÓMICA NECESARIA
En ese sentido, la economía popular realmente existe como un sector agregado de actividades
socioeconómicas y está compuesta (Coraggio, 1998b), resumidamente, por:
• El conjunto de recursos subjetivos y materiales, privados y públicos, que comandan las unidades o
grupos domésticos (unipersonales o colectivos, familiares o comunitarios) que dependen para su
reproducción de la realización ininterrumpida de su fondo de trabajo;
• Las actividades que realizan para satisfacer sus necesidades de manera inmediata o mediata
(actividades por cuenta propia o dependientes, mercantiles o no, competitivas o cooperativas);
• Las reglas, valores, saberes y conocimientos que orientan tales actividades, y
• Los agrupamientos, redes y relaciones (de concurrencia, regulación o cooperación, internas o
externas) que instituyen a través de la organización formal o de la repetición de esas actividades.
Sin embargo, esa economía popular resulta hasta ahora un conjunto inorgánico de actividades, como un
coro que crece sin dirección, según algunos autores. Las que son realizadas por trabajadores, en
algunos casos con alto grado de autonomía –pero a costa de la escala y la complejidad en ausencia de
un sistema (él mismo solidario) que los contenga– subordinadas directa o indirectamente a la lógica del
capital o a lógicas de acumulación de poder o riqueza de grupos particulares.
Lo que propone la visión de una economía alternativa, como la aquí presentada, es organizar,
programar y ejecutar una estrategia para que la economía popular se transforme en un subsistema
económico orgánicamente articulado, centrado en el trabajo, que se puede denominar la Economía
Social, Solidaria o del Trabajo. Con una lógica diferenciada (finalidad de la producción-reproducción
ampliada de la vida humana en sociedad) y contrapuesta a la Economía del Capital (orientada por la
lógica de la acumulación sin límites del capital, aunque haya matices importantes entre, por ejemplo, el
sector financiero y el productivo o entre las ramas orientadas al mercado interno y las extrovertidas) y a
la Economía Pública (orientada por la acumulación de poder político y su legitimación o por la
auténtica definición del interés general).
La Economía Social es entonces un posible marco estratégico –concertado en un espacio pluralista–
para hacer converger sinérgicamente la acción de múltiples organizaciones sociales económicas y
culturales de instancias del Estado, y está orientada por objetivos de reproducción social ampliada de la
vida. Para ello, debe combinar los recursos y capacidades de las mayorías sociales y de las
organizaciones de la sociedad civil, así como aportes estatales de recursos públicos que legítimamente
corresponde redirigir en esa dirección. La expresa finalidad de avanzar hacia el autosostenimiento de
las organizaciones socioeconómicas de este sector y del sector en su conjunto, fundamental como base
material para la autonomía ciudadana, no puede lograrse sin subsidios cruzados –como las cooperativas
que usan parte de su excedente para desarrollar otras cooperativas, o como las redes de ahorro popular
que subsidian los créditos que generan trabajos e ingresos a las bases sociales–, sin tiempo, sin una
normativa jurídica facilitadora o sin una inversión social sostenida o, en su defecto, sin un
redireccionamiento del gasto social y del poder de compra del Estado.
La Creación Y Fortalecimiento De Las Redes De Producción Social
El fenómeno de las redes de producción social constituye una experiencia que recorre en estos
momentos enormes conjuntos del mundo popular, basándose todas ellas en núcleos primarios de
organización participativa, (núcleos de desarrollo endógeno).
Los poderes sociales y populares tienen allí su lugar de realización, sea en el campo de la salud,
pedagógico, comunicacional, cultural, de la tierra, de la organización local, etc. En el caso de las
comunidades y redes ligadas a la economía social necesariamente tendrán que accionar en conjunto con
estos otros espacios, por al menos tres razones:
1) Porque se comparten fines y valores muy semejantes. 2) Porque nacen de las mismas o muy
parecidas realidades sociales confundiéndose muchas veces unas con otras. 3) Porque se necesitan entre
ellas y, en particular; la economía social necesitara de la competencia de todas ellas para poder sumar el
mayor numero de recursos humanos y conocimientos a ella; pero, además, toda esta multiplicidad de
redes deben estar interesadas en hacer de la economía social un espacio potente dónde ellas participen,
de modo que les ayuden a la consecución en forma gratuita o mas barata de muchos de los bienes y
servicios que obviamente ellas no producen.
Son redes que no están atadas a la sola racionalidad del mercado, sino que hacen de los frutos del
debate consensual, la solidaridad y el compromiso entre los actores participantes del sistema mismo su
fuente primordial de crecimiento y concreción de nuevos mercados, lo que nos acerca todavía más a la
definición de un modelo alternativo de desarrollo, así como al salto que la economía social debe dar
hacia la creación de un sistema autoreferencial que abarque amplios tejidos sociales.
Así pues; toda red de economía social y alternativa contempla:
Primero: Produce los sujetos de su propia conformación, a la vez que determina las funciones y las
particularidades de cada uno de ellos. De ella surgen las condiciones para el desarrollo multiplicado de
una diversidad de colectividades productivas que constituyen el principio de una economía cada vez
más soberana y con posibilidades de autogobernar su propio desarrollo.
Segundo: Genera las bases para el desarrollo de un mercado asociativo y cooperante que, por los
valores que lo sostendrían y la calidad de sus practicas, obviamente ayudara en forma sustancial a
promover la transparencia de la economía y a derrotar las largas colas especulativas que se han ido
creando en casi todos los mercados; generando así la endemia inflacionaria que resta poder de compra a
los asalariados y acrecenta la tasa de ganancia de los productores y comercializadores capitalistas. .
Tercero: Crea las condiciones objetivas y subjetivas para que el carácter en principio local desde el cual
habrá de nacer toda comunidad autogestionaria pueda incorporarse a un vasto espacio de distribución y
mercadeo asociativo, encontrándose así rápidamente las posibilidades de “nacionalizar”,
“continentalizar” e incluso “globalizar” sus propias potencialidades de mercado e intercambio
comunitario.
Siempre en la medida en que todo sujeto que conforme e intervenga dentro de los espacios de
distribución y mercadeo de la red, actuando efectivamente bajo la lógica de una red social cooperante y
asociada, que garantice de hecho la extensión continúa de las fronteras productivas. No estamos con
ello intentando sabotear o burlar la importancia que pueda tener el rescate de las culturas de la auto
sustentación dentro de un modelo alternativo de desarrollo; nos referimos, más bien, a la necesidad de
combinar dentro de un justo equilibrio el carácter a la vez integral y expansivo de este modelo.
Por el contrario, todas estas economías autarquicas, que no producen valores de cambio sino
exclusivamente valores de uso (conuqueros y sobretodo la economía domestica), podrían formar sus
propias redes y subsistemas convirtiéndose en paradigmas de una sociedad más sana y humana.
Cuarto: Finalmente, incorporamos dentro de estas redes la dimensión del consumo; ello, bajo la figura
de un sujeto social organizado que jugaría un papel clave en el establecimiento de un subsistema de
organización masiva que permitiría desarrollar en forma ampliada la contraloría social sobre la
economía en lo que refiere a calidad, precios, resistencia a la especulación y a la basura consumista, e
inclusive como agente dentro de los espacios de participación comunitaria de los distintos ramales y
redes de la economía social.
El consumidor consciente y organizado pasaría a constituirse en un sujeto económico estratégico en la
medida en que cada espacio o esfera de producción y distribución asociada; estableciera a su vez, las
condiciones para el nacimiento de dicho sujeto social.

PILARES TEORICOS PARA LA TRANSFORMACION DEL SISTEMA SOCIO-ECONÓMICO

En Venezuela en el marco del desarrollo del proceso político bolivariano se pueden ir observando aun
en una forma muy insipiente estas formas y estas relaciones. Solo que desde luego el camino aun es
muy largo.
Mas sin embargo, es necesario decir que la idea del Socialismo es tan antigua como la sociedad misma,
lo cual vale decir que es tan vieja como el hombre y su inicio en la historia con Cristo; pues el nos
enseño la esencia del Socialismo cuando nos dijo: “Amaos los unos a los otros” o cuando ordena a los
cristianos primigenios a vivir: “Dando según su capacidad y recibiendo según su necesidad”.
Desde ese momento el camino que conduce a la búsqueda del socialismo es largo como largo también
será la asunción de la sociedad del amor. En ese proceloso camino la humanidad ha encontrado pilares
teóricos, los cuales son a saber:
Primer pilar teórico: “La pobreza no se acaba con el capitalismo y la felicidad de los pueblos no se
consigue con el capitalismo”. Sabemos por tanto que no puede haber socialismo si unos hombres se
apropian del trabajo de otros hombres, o si la riqueza social es apropiada por individualidades.
Segundo pilar teórico: “El fruto del trabajo, debe ir a la sociedad y la sociedad repartirlo con justicia”.
Dos mil años tiene el hombre tratando de implantar este sistema para encontrarse con el humano que
una vez fue; dos mil años tiene el hombre tratando de volver al paraíso.
Tercer pilar teórico: “La sociedad, que es una sola, debe tener una sola planificación y un solo interés”.
La sociedad que es una sola, tiene que tener un poderoso sistema de ordenación central de la actividad
social.
Avanzar hacia el socialismo implica un largo trayecto histórico de construcción permanente en el
sentido de la democratización profunda de la economía y de la sociedad.
El socialismo es pues avanzar con la democracia desde la política hacia la economía y la sociedad, de
tal manera que las opciones libres y voluntarias, expresadas en los procedimientos democráticos, no se
limiten a los aspectos políticos de la marcha de la sociedad, sino que en definitiva decidan en cada caso
cuanto habrá de propiedad privada, que extensión tendrá el mercado, cual es el destino del excedente
económico y como se organiza la vida económica de la sociedad.

CONCLUSION

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV, 1999), desarrolla la idea de la


riqueza colectiva en oposición a las nociones de acumulación bienes, competitividad y darwinismo
social, que en muchos casos sirven de sustento teórico para justifica la pobreza de un sector de la
población. Respetando la diversidad de expectativas y modos de vida, la revolución bolivariana apuesta
por las posibilidades de acción equilibrantes e inclusivas del Estado. Economía social para la derrota de
la pobreza y la exclusión
Es por ello que nos vemos en la necesidad de desarrollar la economía desde otro modelo que incluya a
los habitantes de un país, para buscar alternativas que funcionen con miras a lograr servicios para la
gente, que se empoderen de sus medios de producción y que generen bienes colectivos, con sentido de
pertenencia, responsabilidad y sentido del deber social, donde los gobiernos le den acompañamiento y
asesoría de cómo lograr obtener los recursos para emprender esa economía social participativa donde
todo sea de todos y en beneficio de todas la colectividad que se organice y pretenda desde lo endógeno
lograr sustentabilidad que sea perdurable en el tiempo para lograr satisfacer las necesidades de las
generaciones presentes y futuras y buscar esa calidad de vida anhelada y ansiada por todo ser humano.

BIBLIOGRAFÍA

• TORRES P, José. (2003). ECONOMIA SOCIAL: APORTACION AL ESTUDIO DE SUS FORMAS,


PRINCIPIOS Y FINES. La Habana Cuba.
• CATALA, José A. (1987). La Ruta del Socialismo a través de la Historia. El Centauro Ediciones.
Caracas Venezuela.
• GUEVARA, Ernesto. (2007). Apuntes críticos a la Economía Política. Ocean Sur. Bogota Colombia.
• Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)

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