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Pedir perdón a Dios

Señor Jesús, humildemente te pido perdón por no haberte agradado haciendo tu divina voluntad;
en mis pensamientos, palabras y obras; y por los pecados de omisión que he cometido al ser
desagradecido y no glorificarte ¡Perdón, Señor, perdón!
Perdonar a la familia primitiva
En tu Nombre y con el poder de tu sangre preciosa, con el poder de tus santas llagas, con el poder
de tu santa cruz y la gracia del Espíritu Santo que he recibido, yo (DIGA SU NOMBRE) perdono de
todo corazón y con todas las fuerzas de mi alma a todos aquellos hermanos que me han ofendido,
herido o lastimado durante toda mi vida. De manera especial perdono a mi papá, a mi mamá y a
mis hermanos, quienes debieron darme todo el amor que Dios tenía para mí en mis primeros años
de vida y no me amaron.
Se pueden decir hechos concretos que se recuerden en ese momento, por ejemplo:
• Te perdono papá, por tu alcoholismo;
• por los golpes que le diste a mi madre, a mis hermanos y a mí;
• te perdono en el nombre de mi Señor Jesús, por habernos abandonado;
• porque te fuiste con otra mujer;
• por tener otros hijos, etc.
Así con cada persona, siempre haciendo uso de las armas que Dios nos ha dado en Jesucristo
nuestro Señor:
• En su nombre,
• por su sangre preciosa,
• por el poder de sus llagas,
• por el poder de su santa cruz,
• con el poder del Espíritu Santo,
• con la intercesión de la Virgen
y en comunión de los santos.
Perdonar a los familiares
También en tu nombre, Señor, y con el poder de tu sangre preciosa y con el poder de tus santas
llagas yo (DIGA SU NOMBRE); perdono a mis parientes: abuelos, tíos, primos; también a mis
bisabuelos y tatarabuelos, por el, o por los que que yo haya sufrido o esté sufriendo.
Perdonar a la familia actual, esposa (o), hijos
También en tu nombre, Señor, y con el poder de tu sangre preciosa y con el poder de tus santas
llagas yo (DIGA SU NOMBRE) perdono a mi esposa (o), hijos.
Se pueden decir hechos concretos que se recuerden en ese momento, por ejemplo:
• Tu egoísmo, prepotencia, altanería…
• tu infidelidad, mentiras, celos…
Y en tu nombre, Señor, y con el poder de tu sangre preciosa y con el poder de tus santas llagas yo
(DIGA SU NOMBRE) perdono a toda persona que directa o indirectamente me haya causado
algún daño, por el cual yo haya sufrido o esté sufriendo.
Se pueden decir hechos concretos que se recuerden en ese momento.
Sanación de la memoria
Y te pido, Señor, que con el poder de tu sangre preciosa y de tus llagas benditas borres de mi
memoria toda impresión o recuerdo que me esté causando algún trauma, complejo o perturbación
física, moral o espiritual.
Oración de bendición
Te ofrezco, Señor, todo el dolor y sufrimiento que he padecido durante toda mi vida, unido al tuyo
en la cruz, por el perdón de mis pecados y los pecados del mundo entero, porque este dolor y
sufrimiento, unido a tu sacrificio redentor lo aprovechen muchas almas, porque tu eres el Cordero
de Dios que quitas el pecado del mundo.
Oración como un acto de justicia
Y en tu presencia, Señor, y como un acto de justicia, por los méritos de tu pasión y muerte en la
cruz y resurrección, yo les pido perdón a todos aquellos hermanos que he ofendido, herido,
lastimado o humillado. Y hago el propósito de reparar los daños por mí causados.
Reconciliación con uno mismo
También, por estos mismos méritos de tu pasión, de tu muerte en la cruz y resurrección; y en tu
nombre y con el poder de tu sangre preciosa, yo me perdono a mí mismo de todos los pecados que
he cometido. Y me acepto y me amo como tú me aceptas y me amas, para poder amar y aceptar
a mis hermanos, como es tu voluntad.
Oración de liberación
Y en tu nombre, mi Señor Jesús, con el poder de tu sangre preciosa, de tus llagas benditas, de tu
santa cruz, y con la poderosa intercesión de mi madre Santísima la Virgen María, y con el poder que
le has dado a tus santos arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel; y de todos tus santos ángeles,
especialmente de mi ángel de la guarda; y en comunión de toda la Santa Iglesia, que es tu cuerpo
místico, REPRENDO, ATO Y AMORDAZO a todos los enemigos de Dios: a Luzbel, Yetzel,
Belcebú, Satanás y todos los demonios y espíritus inmundos que perturban la Divina Gracia en mí.
Y, en tu nombre, los mando así, reprendidos, atados y amordazados, a tus pies, en la cruz, Señor
Jesús, donde tú eres el vencedor. Para que tú, Señor, dispongas de todos ellos y de sus nefastas
obras en mí y en los que tú me has confiado y dispongas de ellos y en tu nombre les ordeno que
no vuelvan a perturbarme.
Por tanto, en tu nombre, me declaro libre de toda obsesión, de toda opresión, de toda brujería,
magia, etc. ¡Soy libre! Por y para glorificarte, Dios mío, servirte y amarte en mi prójimo. Amén.
Oración de renovación de la gracia
Imploro humildemente la renovación de tu gracia en mí, la que he recibido por el Sacramento de mi
bautismo, la que recibí en el Sacramento de mi confirmación, la gracia que recibí en mi primera
Comunión, la gracia que se me otorga en el Sacramento de la Reconciliación (si es casado, añade:
la gracia que recibí en el Sacramento del Matrimonio).
Todo esto para darte gloria y ser instrumento de tu amor y bondad en el servicio que debo a mis
hermanos.
Oración de oblación
Del mismo modo, para mayor gloria tuya y para servir a mi prójimo te ofrezco todo el cansancio,
dolor y sufrimiento que estoy padeciendo y que pueda padecer, unido a tu sacrificio en el Calvario y
en la cruz.
Oración de sanación física
Y ahora, Señor, revestido nuevamente de tu gracia, te pido humildemente que, si tú quieres, me
sanes de toda enfermedad, física, mental y espiritual; consecuencia del pecado que me llevaba a la
muerte.
Por eso, Señor Jesús, en tu nombre, le ordeno a mi cerebro que active todos los procesos de
sanación que tu palabra divina genera en mí.
Confirmación de sanación
Así, en fe, en tu nombre, Señor Jesús, me declaro sano, completamente sano, en mi corazón, en mi
mente y en mi cuerpo.
Oración de agradecimiento
Y también en fe, Señor, te doy las gracias, por todo lo que tu amor ha hecho en mí y en mis
hermanos, por esta reconciliación, renovación, liberación y sanación integral de tu gracia en mí y en
todos mis hermanos.
Por todo lo que has obrado en todo mi ser,
¡Gracias, Señor! ¡Amén, Aleluya!

Oración de liberación

Padre Santo, yo (SE DICE EL NOMBRE), creo que tu Palabra es viva y eficaz. Hoy mismo y para
siempre me vuelvo a ti, Señor, de todo corazón, con toda mi alma, con toda mi fuerza y muy
sinceramente confieso con mi boca que Jesucristo tu Hijo es mi Señor. También creo en mi
corazón que resucitó, que está vivo y es el mismo de ayer, hoy y siempre.
Alabo y exalto, Padre bueno, tu santo nombre, porque gracias a la muerte y resurrección de
Jesucristo, mi Señor y Salvador; el pecado, la muerte, el mundo, la maldición, la condenación,
Satanás y todas sus obras…
¡Están vencidos para siempre!
Y a partir de hoy, yo (SE DICE EL NOMBRE), acepto en mí la victoria eterna de mi Señor
Jesucristo, y participo de ella para siempre, en todo mi ser: físico, psicológico y espiritual.
Además, yo (SE DICE EL NOMBRE) apoyado en la victoria eterna de mi Señor Jesucristo, hoy y
para siempre, CORTO y DESTRUYO en su nombre toda obra de Satanás: ataque, tentación,
seducción, obsesión, opresión, etc., que venga en contra de mi persona, de mi familia, de mi casa,
trabajo, pertenencias, etc. Por medio de brujería, hechicería, magia negra, blanca o de cualquier
color, sortilegios de amor, vudú, fetichismo, maleficios, curanderismo, ritos ocultos, ceremonias
satánicas, invocaciones diabólicas, maldiciones, herencias ancestrales malignas, paternas y
maternas.
CORTO y DESTRUYO en el nombre de Jesús, todo ocultismo, esoterismo, espiritismo,
espiritualismo, evocación de los muertos, limpias, juegos diabólicos como la ouija, masonería,
gnosticismo, lectura de las cartas, mano, café, agua, arena y todo tipo de adivinación.
Y también, ahora mismo, en el nombre de mi Señor Jesucristo, y con el poder de su Sangre preciosa
queda CORTADA y DESTRUIDA cualquier cosa que haya sido hecha por cualquier persona viva
o ya difunta, consciente o inconscientemente, incluso todo poder que provenga del ejercicio del
control mental, dianética, meditación trascendental, profunda, zen, budista, yoga metafísica,
parapsicología, hipnotismo no clínico; incluso todo poder que provenga de amuletos, talismanes,
imágenes, lociones, veladoras, polvos, alimentos o cualquier otra cosa no mencionada, que esté
afectando, destruyendo, dañando u oprimiendo a mi persona, mi familia, mi hogar, mis
pertenencias.
A partir de hoy y para siempre queda atado y amordazado todo espíritu ajeno opuesto a Dios,
que se esté manifestando en mi ser, físico, psicológico o espiritual, y que esté produciendo en mí
soberbia, ira, lujuria, alcoholismo, malos deseos, envidia, gula, adivinación, premonición, falsa
religiosidad, dolor, enfermedad, miedo, angustia, depresión, confusión, idolatría, egolatría.
Renuncio a todas estas cosas, libre y voluntariamente, rechazo todo esto, de todo mi ser y en
todas las áreas de mi vida. Y en el nombre de mi Señor Jesucristo y por el poder de su Preciosa
Sangre queda nulificada toda acción e interacción espiritual y todo espíritu ajeno opuesto a Dios
queda atado y amordazado y lo mando a la Eucaristía y a todas las Eucaristías que se celebren en
todo el mundo en este momento. Amén.
Jesús, Salvador de los hombres.
R. Sálvanos
Inmaculado Corazón de María
R. Ruega por nosotros

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