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Marta Novick*
Con una mirada retrospectiva y desde una en empresas o talleres textiles modernísimos o
perspectiva sistemática, este trabajo intenta con “trabajo esclavo”, complejos de industrias
analizar los diferentes modelos histórico- de proceso, junto a tareas electrónicas de baja
sociales que se consolidaron en la Argentina especialización, o a importantes servicios de
desde mediados del siglo XX, dimensión del diferente tipo.
mundo del trabajo poco estudiada, como es la La Sociología Industrial nació ocupándose
relación entre los modelos socioeconómicos, de los efectos que la aparición de la industria
la organización del trabajo y las relaciones traía sobre el espacio urbano (algunos trabajos
laborales. memorables son los de Huachipato y Lota en
El trabajo en la Argentina –como en el Chile, realizados por Alain Touraine y Torcuato
mundo– ha cambiado de manera significa- Di Tella en 1966), mientras que la Sociología
tiva. Sin llegar hasta los trabajos de Bialet del Trabajo nació en Francia en la segunda
Massé (1973), o a las tareas rurales, los sala- postguerra a partir de los análisis de algunos
deros y frigoríficos (Sábato, 1989; Lobato, autores hoy ya clásicos (Friedmann,1958 y
1988 y 2002), desde la irrupción de un modelo 1961; Friedman y Naville, 1963) que comen-
“industrial”, en una etapa de crecimiento y zaron a mirar hacia el interior de la fábrica,
pleno empleo, pasando por la etapa neoliberal hacia las condiciones reales, concretas y
hasta una actualidad que se debate en torno materiales de los trabajadores en su lugar de
a la sociedad del conocimiento, lo que inten- trabajo. La perspectiva que tomamos en este
tamos examinar es lo que va desde mediados artículo es convergente sobre ambas, utilizando
del siglo XX, con la irrupción del peronismo y conceptos y miradas de las dos y sus desarro-
la “clase trabajadora”, hasta un proceso carac- llos posteriores, tratando de comprender y de
terizado por fuertes heterogeneidades, nuevo conectar esa mirada “interna” al trabajo con los
perfil de los trabajadores, nuevos valores y aspectos institucionales e históricos. ¿Podemos
nuevas formas de producir. De las grandes acaso analizar la organización del trabajo en la
fábricas convocando a contingentes enormes Argentina sin contextualizarla en el modelo de
de trabajadores ubicados en las nuevas zonas relaciones laborales y el tipo de sindicalismo o
industriales y receptoras de la inmigración actores empresarios asociados? 161
externa e interna, a un complejo productivo Las principales preguntas que nos gustaría
donde coexisten nuevas empresas de servicios contestar hoy, desde una mirada retrospec-
informáticos con una alta tasa de exportación, tiva1, serían: ¿Cuáles fueron los modelos de
organización del trabajo que acompañaron Partido Justicialista que accedió al gobierno
cada una de las etapas? ¿Cuál fue el sistema/ nacional en 1989, y que fuera reelecto en 1995,
patrón de relaciones laborales asociado? ¿Cuál/ ya con posiciones electorales encontradas. En
es era/n la/s vinculación/es con el modelo econó- ese transcurso, también el “modelo” de sindi-
mico social vigente? calismo fue cambiando, y simultáneamente
En materia de relaciones de trabajo en las relaciones laborales y la organización del
el caso argentino (Novick, Tomada, 2001), en trabajo tuvieron conversiones estructurales.
la década de los ´90 se intentó cambiar gran El complejo escenario donde el sindica-
parte de las dimensiones que conformaban el lismo debe ubicarse es el que transita de
sistema nacional de relaciones laborales que una situación de casi “pleno empleo” durante
había sido acuñado a mediados de los años largos períodos a tasas altísimas de desempleo
‘50. Los abordajes teóricos de carácter macro- y subempleo; de un estatus de organización del
social (que priorizan temáticas vinculadas trabajo construido sobre convenios colectivos
con la legislación, marcos de representación únicos por rama de actividad y basados en la
y reglamentaciones) así como los de carácter asignación individual al puesto de trabajo, a
microsocial (que enfatizan los estudios sobre convenios descentralizados y/o articulados, con
las políticas de gestión de personal, tales fuertes cambios en la organización del trabajo
como ingresos, modalidades de contratación, con eje en la movilidad funcional; de una estruc-
sistema de remuneraciones, entre otras) son tura económica cuyo modelo de sustitución de
insuficientes de manera aislada para explicar importaciones reposaba mayoritariamente en
los cambios habidos en las relaciones laborales la industria manufacturera a una estructura
en el país durante la década del ´90. Las trans- económica con el sector de servicios en creci-
formaciones se verificaron tanto en los modelos miento considerable.
de distribución económica, cuanto en innova- La etapa actual que comienza en el año
ciones tecnológicas y organizacionales, en el 2003 vuelve a poner en cuestión el debate:
cambio de los institutos legales como en las ya no estamos ni en una economía cerrada,
modalidades de contratos de empleo, entre las ni en un modelo sustitutivo. La organización
más impactantes. La década del ´90, entonces, del trabajo al interior de las empresas, ¿a qué
inaugura un cambio de escenario para los responde? La recuperación de la negociación
actores del mundo productivo: el tipo de creci- de actividad y la recuperación del empleo
miento de la economía basado en el dinamismo formal ¿significan un retorno al “redundante”?
de un sector industrial protegido y orientado La recuperación de instituciones laborales
al mercado interno estaba definitivamente como la negociación colectiva, la inspección
quebrado. del trabajo, la importancia del salario mínimo,
Posiblemente los sindicatos se consti- ¿de qué modo son significados por los actores?
tuyan, con los distintos actores sociales y polí- ¿Qué tipo de sistema de relaciones laborales
ticos, en quienes sufrieron los más profundos está emergiendo?
y dramáticos cambios de rol durante los dife-
rentes regímenes y sus transformaciones.
Fueron protagonistas de primera línea en el ■■ El tema en debate
proceso de reapertura democrática que puso
162 fin a la dictadura militar en 1983, lideraron El Bicentenario encuentra a la Argentina2,
la protesta social contra las políticas de ajuste como a otros países latinoamericanos, tratando
implementadas por el gobierno radical entre nuevamente de encontrar un sendero de desa-
1983 y 1989, fortaleciéndose en su rol de rrollo sostenible que combine crecimiento
actores sociales y políticos frente al Estado. con equidad. Beneficios decrecientes, inclu-
Promovieron activamente el apoyo electoral al sive fatiga con el patrón de industrialización,
del mercado interno, aunque sólo posibilitó pieza central del esquema de protección social.
tasas de crecimiento modestas (López, 2006). En término de los tipos ideales que usualmente
El resultado, relativamente pobre en materia se identifican en la literatura especializada,
de crecimiento –a pesar de la percepción gene- como las economías liberales de mercado ejem-
ralizada en sentido contrario– se dio en un plificadas por Estados Unidos, las economías
contexto internacional que, en cambio, atra- coordinadas de mercado como Alemania, y las
vesaba una “edad de oro”, con las tasas de economías de mercado dirigidas por el Estado
expansión del producto, comercio e inversión como Japón (Hall & Soskice, 2001; Coates,
más altas de toda la historia, pleno empleo, 2001), el régimen argentino, aunque más cerca
baja inflación y mejora continua del nivel de del segundo tipo, presentaba algunos rasgos
vida de la población (López, 2006). Parece claro significativos de “hibridez”. En un contexto de
entonces que, a diferencia de otros países, la casi pleno empleo, reflejado en tasas muy bajas
Argentina no supo aprovechar plenamente de desempleo abierto y en la incorporación de
esta situación propicia. la mayoría de los asalariados a los institutos
Pese al modesto desempeño macroeconó- de regulación del empleo (es decir, en niveles
mico existían en el esquema de la ISI articula- muy bajos de informalidad o de trabajo no
ciones sociales, sectoriales y espaciales conside- registrado), varios elementos se destacan
rablemente integradas, que definían una confi- como constitutivos del régimen argentino de
guración institucional que le daba basamento al ese período.
modelo. El empleo y las condiciones de trabajo En primer lugar, la negociación colec-
estaban ligados al ciclo económico, verificán- tiva centralizada por rama o actividad como
dose una situación de pleno empleo con leves instrumento regulador virtualmente exclusivo
y breves episodios de desempleo friccional. Si de la relación de trabajo (si bien por distintas
bien no existía un Estado de Bienestar al estilo razones fueron breves los períodos en que
europeo sino una particular adaptación del dicha negociación alcanzó una vigencia plena
mismo, la protección social en sus diferentes desde su implementación en 1953 hasta fines
aspectos estaba consolidada, aún cuando estu- de los ‘80)5. Vale destacar el rol protagónico
viera mayormente asociada a la inserción en de los grandes sindicatos (modelo de sindi-
el mercado de trabajo. La salud, la educación, cato único por rama de actividad) en la nego-
la previsión social y la vivienda eran provistas ciación, en términos de que los acuerdos con
o subsidiadas por el sector público. Los niveles sus contrapartes empresariales servían de
de exclusión y pobreza eran bajos y estaban molde para las negociaciones en los restantes
acompañados por un sentimiento de igualdad, sectores –fundamentalmente para la fijación
derechos y ciudadanía social tradicionalmente de las condiciones salariales–. También debe
fuerte, derivado de la movilidad social ascen- señalarse la fuerte injerencia estatal en el
dente que distinguió durante mucho tiempo a esquema de negociación tripartito a raíz tanto
la Argentina. Esto se correspondía, a su vez, de la regla de “homologación” del Estado para
con una distribución bastante igualitaria, habilitar la vigencia de los convenios como de
funcional y personal del ingreso. su rol en la definición del ámbito de represen-
El régimen de empleo de la Argentina tación sindical a través del otorgamiento de la
durante el período de plena vigencia del modelo personería gremial y de la constitución de las
164 de sustitución de importaciones se caracterizó unidades negociadoras. Igualmente relevante
por su fuerte impronta reguladora de las dife- para la fortaleza y centralidad de la negocia-
rentes dimensiones del mercado de trabajo (rela- ción colectiva como instrumento instituyente
ción de empleo, fijación del salario, condiciones es que la cobertura de los convenios alcanzaba
de trabajo) como asimismo por su carácter de a todos los trabajadores, sindicalizados o no,
5 La suspensión de su vigencia durante los regímenes militares fue una causa fundamental de esta situación pero
también hubo restricciones, por ejemplo, durante la crisis hiperinflacionaria hacia finales del gobierno de Raúl Alfonsín
(1983-89). Ver, Simón (2007).
Trabajo y contextos en el desarrollo productivo argentino
en cada una de las ramas de actividad. Una social aunque idiosincrásico, de tipo “fordista”.
última nota saliente de las convenciones era la Podría afirmarse que algunos de los rasgos
“ultraactividad” de los convenios, criterio por fundamentales en materia de organización del
el cual la vigencia de sus reglas y disposiciones trabajo fueron:
se mantenía hasta la renovación parcial o total a. la estructura de comando y decisión
de los mismos. adopta en la empresa una forma jerár-
El sistema de relaciones laborales, a su quica y piramidal;
vez, estaba estructurado sobre tres pilares: la b. se instaura una fuerte división entre
negociación colectiva centralizada, la unicidad las tareas de concepción y ejecución.
sindical, y el rol del sindicato como agencia Las funciones de producción, manteni-
social prestadora de servicios (Rosanvallon, miento y control de calidad se presentan
1988), en particular de servicios de salud y fuertemente diferenciadas;
asistencia social a sus representados. Así, el c. la fuerza de trabajo es asignada a
sindicalismo contribuyó a la construcción de puestos fijos de trabajo de acuerdo a lo
la identidad, de la solidaridad y de la integra- acordado en convenciones colectivas;
ción social de los asalariados industriales en d. se elimina en los trabajadores de produc-
la sociedad argentina. Su accionar no estaba ción toda iniciativa o autonomía, los
basado principalmente en una confrontación ritmos son impuestos por las oficinas
capital-trabajo, pues se asociaba al capital de métodos o por la tecnología en casos
para presionar sobre el Estado obteniendo de mayor automatización;
beneficios para ambos, sobre los cuales se e. la supervisión adopta más un rol de
establecía cierta puja distributiva (Novick y control que técnico;
Tomada, 2001). f. rigen acuerdos colectivos y no
En materia de contenidos de la relación individuales.
de trabajo, el régimen favorecía una muy baja Métodos diferentes de estudios de tiempos
flexibilidad contractual –es decir, implicaba y movimientos son aplicados primero en la
restricciones muy fuertes a la discrecionalidad industria frigorífica (Lobato, 1988) y poste-
del empleador para contratar y despedir con riormente trasladados a las textiles (Neffa, y
el predominio casi exclusivo del empleo por Matheu, 1985). La introducción de la cadena
tiempo indeterminado– y, a la vez, una flexi- fordista se establece y difunde como principio
bilidad interna de las empresas igualmente de organización con las plantas automotrices
baja, vinculada a cambios en la jornada, la en los inicios de la década del ‘60. El régimen
organización del trabajo y las modalidades de laboral se caracterizaba por un sistema de doble
remuneración. En este marco, la organización vía para el desarrollo de capacidades y habili-
del trabajo era idiosincrásica, un “prototaylo- dades que también le otorgaba un carácter sui
rismo” teniendo como rasgo saliente (tanto generis en relación con los tipos ideales. Por un
desde un punto de vista técnico como organiza- lado, de forma similar a la economía liberal de
cional y social) el de los mecanismos de control mercado, la educación pública tenía un papel
y disciplinamiento sobre los trabajadores, a fundamental en la generación de conocimientos
diferencia de los modelos americano y europeo de índole general, brindando las competencias
donde la división del trabajo, la pérdida de básicas para la incorporación a una produc-
autonomía del trabajador, el contenido y las ción cuya tecnología de base era metalmecá- 165
condiciones de trabajo estaban concebidos nica, y se complementaba con la formación en
centralmente para disminuir tiempos muertos el puesto de trabajo. Por la otra, remedando en
y aumentar la productividad y rentabi- una escala más modesta los programas exten-
lidad (Novick y Catalano, 1996). Esta etapa sivos de formación profesional, los sindicatos
corresponde al período caracterizado como más fuertes llevaban a cabo actividades orien-
de construcción, en lo económico productivo, tadas al desarrollo de capacidades específicas
del modelo de sustitución de importaciones al sector. Además del aprendizaje-desarrollo
y, en las relaciones laborales, de un acuerdo tecnológico en el trabajo y de la contribución
remuneración, lo que implicaba, por ejemplo, Esto explica el pequeño número de negocia-
la eliminación de las cláusulas indexatorias ciones anuales durante toda la década. Si bien
de ajuste salarial mientras condicionaba los “legitimaba” la ofensiva hacia la flexibiliza-
aumentos salariales a incrementos de produc- ción laboral, esta postura buscaba guardar
tividad y prohibía su traslado a los precios. el estatus sindical preservando su monopolio
Más aún, la negociación de salarios sólo se en la representación de los trabajadores otor-
concentró en algunos sectores, mientras que en gado por la personería gremial, conservaba
el resto se discutían centralmente cláusulas de las disposiciones de los convenios pactados en
flexibilización laboral (Novick y Trajtemberg, otras épocas por efecto de la ultraactividad, y
1999). Estas incluían cláusulas de flexibilidad resguardaba la administración de las obras
externa (la autorización a modalidades de sociales, uno de los principales ejes de vincula-
contratación precaria); flexibilidad horaria (la ción con sus representados y de financiamiento
asignación anual de jornada, banco de horas, de sus estructuras (Novick y Tomada, 2001;
etc.); salarial (pagos variables de acuerdo con Palomino et al., 2007).
el cumplimiento de objetivos) y de organización En suma, la reforma laboral implementada
del trabajo (polivalencia, movilidad funcional, en la Argentina durante los ´90 daba cuenta de
etc.). cómo prevalecieron procesos de flexibilización
El nuevo régimen también modificó la y desregulación de las condiciones y relaciones
composición de las negociaciones, impulsando de trabajo. La organización del trabajo no podía
la descentralización a nivel de empresa desde quedar al margen de este proceso, ocasionando
1992, y eliminó la obligatoriedad de homologa- procesos de retaylorización (Walter, 1985),
ción ministerial para los acuerdos salariales, un fordismo reforzado a veces con introduc-
reduciendo el control estatal del cumplimiento ción de la automación, aumento de ritmos, y
de las cláusulas de productividad y precios. mayor autoritarismo interno a las empresas.
Simultánea y contradictoriamente, permitió La estructura de los puestos de trabajo y de
la permanencia de la “ultraactividad” de los los salarios, la disciplina y la rotación de la
acuerdos más importantes pactados en la mano de obra en el lugar de trabajo, estuvieron
ronda de 1975 (la última gran ronda de nego- fuertemente influenciadas por las respuestas
ciaciones colectivas). Los cambios en la nego- de la dirección de las empresas frente a las
ciación colectiva tuvieron un nuevo matiz en oportunidades que le ofrecían las políticas
los años 2001 y 2002, pasando a ser “negocia- de la dictadura (Bortalaia Silva, 1992).
ciones para la crisis” a partir de la integra- Estos procesos fueron simultáneos muchas
ción de los mecanismos de “procedimientos veces a la introducción puntual y limitada de
preventivos de crisis” (PPC), destinados a tecnologías microelectrónicas y/u organiza-
facilitar la negociación en situaciones de quie- cionales en menor medida. Podría hablarse
bras, achicamientos o situaciones extremas de la emergencia de una mayor racionaliza-
de las empresas que triplicaron el número de ción del trabajo y hasta de una “retayloriza-
convenios que utilizaron esta variedad en 2002 ción” del mismo si los cambios no hubiesen
(Novick y Trajtemberg, 2005). estado también acompañados por propuestas
En términos de la relación entre los sindi- de rotación entre diversos puestos de trabajo,
catos y el Estado, se produjo cierta dilución asignación de tareas de inspección de calidad
de los matices corporativistas. Con cambios a los operarios de producción y ampliación de 169
radicales en el contexto de la negociación, tareas.
derivados principalmente del incremento sin Desde principios de los ‘80, se comenzaron
precedentes de la desocupación, del creci- a implantar técnicas puntuales de lo que se dio
miento del trabajo no registrado y de la frag- en llamar el “modelo japonés”. Las empresas,
mentación del mercado laboral, la orientación sobre todo aquellas con mayor vinculación
dominante por parte de los sindicatos consistió con los mercados internacionales o de mayor
en ocupar posiciones defensivas, siendo refrac- porte, comenzaron a aplicar en forma parcial
tarios a negociar en condiciones desventajosas. y aislada ya sea círculos de calidad, just in
6 También se ha estudiado cómo la recepción de estas innovaciones en los procesos productivos provocan relaciones
conflictivas con la cultura laboral y las demandas sindicales. Esto se debe a la fuerte impronta que produce la difusión
de la nueva cultura corporativa basada en el “modelo japonés” (Jabbaz, 2001; Battistini, 2001).
Trabajo y contextos en el desarrollo productivo argentino
7 Por primera vez en la historia argentina la devaluación nominal de la moneda pudo sostenerse en términos reales.
El incremento del tipo de cambio sólo se transmitió parcialmente a los precios (pass through), lo que sucedió por la
fortísima caída previa de la actividad y el enorme desempleo. A esto se agrega, según algunos autores (Gerchunoff,
2006), que la Argentina ya no exporta exactamente una canasta de bienes salario.
seguida por 5 años de expansión económica progresos en materia de una organización del
ininterrumpida a un promedio de entre el 8% trabajo que contribuya a un mejor desarrollo
y 9% anual. También se observó una tasa de del aprendizaje a partir de mayor circula-
crecimiento cercana al 7% en el 2008 y en el ción del conocimiento. Por supuesto que estas
2009, y pese a la severa crisis internacional, el situaciones coexisten con sectores de servi-
PBI no se contrajo. cios de mayor complejidad, donde las tareas
Quizás la necesidad más acuciante aún técnicas presentan perfiles de organización
por resolver es la inequidad y la exclusión que diferentes y se trata, en general, de empresas
persisten en el país no obstante los avances en de base tecnológica pero no constituyen hasta
materia de reducción de la pobreza y pobreza el momento fuentes de empleo significativas.
extrema. El crecimiento económico inusita- Los sindicatos han vuelto a asumir un rol
damente vigoroso sirvió de marco, para un protagónico en materia de negociación colectiva
giro de políticas económicas y sociales que y se constituyeron en actores centrales de una
no constituyen claramente un nuevo modelo, puja por la recuperación de un espacio diferente
pero revierte y pone en debate el desafío de en materia de distribución del ingreso, en torno
la prospectiva. La crisis financiera –y de la al debate sobre el modelo económico social, etc.
economía real– que estalló en el año 2008 a Sin embargo, y a pesar de mantener una tasa
nivel internacional mostró un comportamiento de afiliación alta en términos internacionales
radicalmente diferente en comparación con (37%-38%) para el sector privado, con fuertes
otras crisis anteriores. El esfuerzo fiscal para diferencias intrasectoriales, se vislumbran
sostenimiento del empleo y para el aumento distintas miradas: si bien no hay una estra-
de la protección social alcanzó casi el 2% del tegia a largo plazo sino una conducta defensiva
PBI. Algunos programas de política pública y centrada en la mejora salarial, su accionar se
como el Programa de Reconversión Productiva fue modificando a lo largo del tiempo. Ni bien
(Rial, 2009) centrados en el sostenimiento de pasó la crisis de 2001-2002 procuraron recom-
la relación laboral, negociación colectiva de la poner los deprimidos ingresos de los trabaja-
crisis y una Asignación Universal para todos dores. Cuando esto comenzó a ser efectivo, se
los menores de 18 años con padres trabajando observó lentamente la incorporación de otras
en la informalidad, en el servicio doméstico o cláusulas en las negociaciones.
independientes de bajos ingresos, demostraron Desde una perspectiva de largo plazo la
una manera diferente de atender la crisis. Es cuestión aún pendiente de dilucidar es sí y
decir, se avanzó hacia un mercado de trabajo en qué medida estas políticas pueden ser los
menos segmentado, al mismo tiempo que fue cimientos de un modelo social sustentable para
importante en materia de protección social. la Argentina en el contexto de una economía
Significativamente, la organización del integrada al mundo mientras las condiciones
trabajo no parece haber sufrido importantes de competencia se encuentran en perma-
transformaciones. Un 60% de los trabaja- nente redefinición y se reconfiguran pari-pasu
dores formales (ETE2) manifiesta trabajar de los mercados de trabajo, las modalidades de
manera aislada o realizar un trabajo indivi- producción de bienes y servicios, y las exigen-
dual aunque rodeado por otra gente. La rota- cias de creación y regeneración de saberes,
ción –que implicaría aprendizajes en otros entre otras dimensiones clave. La reciente
172 puestos– es muy baja y la proporción de traba- crisis internacional puso de manifiesto el alto
jadores que fijan autónomamente el ritmo de grado de incertidumbre de la economía, y en
producción sigue siendo baja (26%), así como muchos países volvió al debate sobre la protec-
es alto el número de aquellos que señalan ción social de manera estructural, al mismo
trabajar con movimientos repetitivos, indi- tiempo que hubo muchos recursos fiscales
cando la escasa búsqueda de competitividad puestos en las políticas de salvataje del sector
interna por parte de las empresas (que a su financiero, del empleo y de políticas sociales,
vez se confirma también en un estudio especí- tanto, en cuanto al alcance de los incentivos
fico sobre empresas multinacionales) y pocos fiscales, como a su carácter efímero y a una
Trabajo y contextos en el desarrollo productivo argentino
eventual vuelta al “mercado”. En este sentido, vs. Estado mantiene su actualidad porque
el empleo, si bien se transformó en una preocu- no pueden confundirse estrategias de protec-
pación central en el marco de la crisis (ayudado ción social sólo coyunturales con políticas
por un cambio significativo en ese aspecto por activas y sistemáticas de protección. Quizás
la política de EE.UU.), continúa enfocándose América Latina –en especial los países al Sur
como un resultado de políticas macroeconó- del continente– sean los que más avanzaron
micas y no como una dimensión integrante en una recuperación del Estado, por los efectos
de esa misma macroeconomía. De cara al devastadores de la década del ´90 en materia
Bicentenario, es imprescindible poner aten- de inequidad, pero el debate sigue abierto.
ción en este punto y que la imagen de “salida” Protección, derechos, equidad (o igualdad como
de la crisis no lleve a las conocidas estrategias hoy lo denomina la CEPAL) al mismo tiempo
de dominio del mercado. que desarrollo, crecimiento y sustentabilidad
El debate vigente –en la Argentina y en constituyen un paquete complejo de políticas
el mundo– es acerca del modelo económico públicas que quizás podamos efectivizar en
social que puede garantizar crecimiento, al el próximo Centenario, pero que aún hoy, es
mismo tiempo que empleo y sustentabilidad. incierto porque hay múltiples caminos para
El debate entre la orientación pro-mercado avanzar en este desafío.
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