La reanimación cardiopulmonar o abreviado RCP es un procedimiento de
emergencia para salvar vidas que se utiliza cuando una persona ha dejado de respirar y el corazón ha cesado de latir. Esto puede suceder después de una descarga eléctrica, un ataque cardíaco, ahogamiento o cualquier otra circunstancia que ocasione la detención de la actividad cardíaca. El tiempo de compresiones son 120 compresiones por minuto, la cual en adultos es de 30 compresiones x 2 ventilaciones durante 5 ciclos en niños 15x2x5, y en lactantes 15x2x5. esto para lograr un RCP de calidad. La RCP combina respiración de boca a boca y compresiones cardíacas:
La respiración boca a boca suministra aire a los pulmones de la persona.
Las compresiones cardíacas procuran restituir la actividad del corazón. Todo ello, hasta que se puedan restablecer la función respiratoria y las palpitaciones cardíacas de manera natural o bien de manera artificial mediante monitores cardíacos o respiratorios. Se puede presentar daño permanente al cerebro o la muerte en cuestión de minutos si el flujo sanguíneo se detiene; por lo tanto, es muy importante que se mantenga la circulación y la respiración hasta que llegue la ayuda médica capacitada. Las técnicas de RCP varían ligeramente dependiendo de la edad o tamaño del paciente. Las técnicas más novedosas hacen énfasis en las compresiones por encima de la respiración boca a boca y las vías respiratorias, revocando la vieja práctica (Referencia médica 1 ).
Reanimación cardiopulmonar que se realiza en un maniquí de entrenamiento
médico Masaje cardíaco externo Algunos accidentes graves como electrocución y ahogamiento pueden llegar a ocasionar un paro cardíaco. Los síntomas que permiten identificarlo son: ausencia de ruidos cardíacos; inconciencia; dilatación de las pupilas; presión arterial no registrable; falta de pulsación en las grandes arterias, y paro respiratorio. Cuando se sospecha o es evidente la manifestación de un paro cardíaco, debe iniciarse la ventilación de los pulmones por medio de la respiración boca a boca — cuatro o cinco insuflaciones son suficientes— y proceder sin pérdida alguna de tiempo a proporcionar el masaje cardíaco. La respuesta favorable al masaje se expresa en la presencia de pulso, en el color rosado de la piel, en la disminución del tamaño de las pupilas y en la mejoría de la presión sanguínea. El masaje debe continuar hasta que se restauren la circulación y la ventilación espontáneas o hasta que el equipo de emergencia se haga cargo del paciente. Cuando no exista la posibilidad de recibir asistencia médica, los intentos de Reanimación podrán suspenderse después de una hora de tratamiento si no hay ningún indicio de progreso ni recuperación de los signos vitales. Si el accidentado es un lactante, ubíquese como se describió anteriormente, ponga verticalmente los dedos medio e índice en la posición central del pecho y comprima firmemente en dirección a la columna vertebral, con una frecuencia de ochenta a cien veces por minuto. Cuando sea un niño .el afectado, coloque la palma de la mano izquierda en la línea media de la terminación del esternón y oprima hacia abajo en forma vertical. Empuje con fuerza con el brazo bien extendido. Repita la maniobra cincuenta a sesenta veces por minuto. Con un niño en edad escolar se puede proceder como con un adulto, tomando la precaución de adecuar la fuerza de compresión al volumen y peso del niño. HEMORRAGIAS HEMORRAGIAS EXTERNAS Las hemorragias externas son aquellas que pueden ser vistas porque vienen de la superficie de la herida. En teoría se pueden clasificar, de acuerdo a su fuente en: venosa o capilar. Hemorragia Arterial: Se caracteriza porque la sangre es de color rojo brillante, su salida es abundante y en forma intermitente, coincidiendo con cada pulsación. La fuerza con la cual la sangre sale a través de una lesión significativa en una arteria, hace que el trabajo de taponamiento de las plaquetas sea más difícil, ya que cada vez que ellas comienzan a hacer un coágulo en el lugar, otro chorro de sangre pasa y lo retira. Hemorragia Venosa: Son mas lentas y con un fluido firme de sangre roja oscura. Dado que la sangre está bajo una menor presión en el lado venoso de la circulación, la hemorragia venosa es, de cierta forma, más fácil de controlar y de cesar por sí misma que una hemorragia arterial. Hemorragia capilar o superficial: Compromete solo los vasos sanguíneos superficiales que irrigan la piel; generalmente esta hemorragia es escasa y el fluir de la sangre es lento, que generalmente sella por sí mismo. Las hemorragias capilares no representan peligro por la pérdida de sangre, siendo el mayor riesgo que éstas envuelven, la contaminación por bacterias. HEMORRAGIAS INTERNAS Usualmente no visibles, éstas pueden ser muy serias. La hemorragia, aún cuando sea ligera,de cualquier orificio del cuerpo es seria, ya que implica una fuente interna de hemorragia la cual puede no ser evidente de inmediato. Probablemente, la causa más común de hemorragia interna son los golpes o contusiones. Algunos otros ejemplos de hemorragias internas son: Hemorragia de una úlcera estomacal. Hemorragia de una fractura cerrada. Hemorragia de un vaso lacerado. Los signos que pueden apuntar una hemorragia interna son aquellos que indican el desarrollo de unshock hipovolémico: El pulso se vuelve débil y rápido. La piel se vuelve fría y húmeda. Los ojos están apagados (sin brillo), las pupilas pueden estar dilatadas y responden lentamente a la luz. La presión sanguínea baja (tardío) La víctima usualmente puede estar sedienta. Casi invariablemente ansioso/a. La víctima puede estar nauseosa y vomitar. Otros síntomas: Abdomen muy sensible o rígido, hematomas en diferentes partes del cuerpo. Pérdida de sangre por el recto, vagina o en heces (melena). Vómito con sangre (hematemesis). Fracturas cerradas.